El documento presenta una reflexión sobre el posicionamiento ético de los docentes y la importancia de reconocer las implicaciones personales en su labor. Sostiene que los docentes deben cuestionar críticamente los contenidos en lugar de transmitirlos de forma pasiva, y enriquecerse con otros saberes para ampliar su perspectiva del mundo. También argumenta que es necesario reconocer cómo las instituciones moldean la subjetividad de los docentes y que su ideología influye en su discurso y práctica educativa.
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El documento presenta una reflexión sobre el posicionamiento ético de los docentes y la importancia de reconocer las implicaciones personales en su labor. Sostiene que los docentes deben cuestionar críticamente los contenidos en lugar de transmitirlos de forma pasiva, y enriquecerse con otros saberes para ampliar su perspectiva del mundo. También argumenta que es necesario reconocer cómo las instituciones moldean la subjetividad de los docentes y que su ideología influye en su discurso y práctica educativa.
El documento presenta una reflexión sobre el posicionamiento ético de los docentes y la importancia de reconocer las implicaciones personales en su labor. Sostiene que los docentes deben cuestionar críticamente los contenidos en lugar de transmitirlos de forma pasiva, y enriquecerse con otros saberes para ampliar su perspectiva del mundo. También argumenta que es necesario reconocer cómo las instituciones moldean la subjetividad de los docentes y que su ideología influye en su discurso y práctica educativa.
El documento presenta una reflexión sobre el posicionamiento ético de los docentes y la importancia de reconocer las implicaciones personales en su labor. Sostiene que los docentes deben cuestionar críticamente los contenidos en lugar de transmitirlos de forma pasiva, y enriquecerse con otros saberes para ampliar su perspectiva del mundo. También argumenta que es necesario reconocer cómo las instituciones moldean la subjetividad de los docentes y que su ideología influye en su discurso y práctica educativa.
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Lucila Martin Leg:01445/1
Reflexin sobre frases de los textos de Diker y Terigi (1997) y Edelstein (2011)
Eleg realizar una reflexin sobre la implicacin personal y el posicionamiento
tico que supone la tarea docente del texto de Diker y Terigi (1997). Considero este rasgo que caracteriza la labor docente como uno de los ms interesantes, y a la vez no tan tenido en cuenta a la hora de pensarnos como presentesfuturos docentes. Creo que experiencia que tenemos sobre la enseanza y las metodologas que presenciamos por parte de los docentes que tuvimos en nuestro trascurrir por las instituciones educativas, ms all de la poca histrica, est baada por el pensamiento tecnicista, el docente como un tcnico que aplica los contenidos aprendidos linealmente, sin cuestionarlos, sin posicionarse al respecto de ellos, sin abrir a la reflexin del conocimiento que se est enseando. Docentes pasivos en cuanto al conocimiento, y activos en cuanto a la disciplina que debamos tener para ser considerados buenos alumnos. Esta racionalizacin de los contenidos, sumado a la disciplina, es lo que aprendimos e incorporamos. Asimismo, tenemos la posibilidad de utilizar estos modelos como gua, tanto de lo que queremos ser-hacer como lo que no en nuestra labor docente frente a las personas que tengamos en una clase. Considero que, como docentes, deberamos tener en claro (hasta donde podamos) las implicaciones personales que nos atraviesan como sujeto de las instituciones que nos hacen ser como somos: ser persona, amigo, hijo/a, madre-padre, hermano/a, alumno/a, estas cuestiones que inciden en nuestras relaciones, tanto con el conocimiento que aprehendimos como con las personas que nos encontremos en los diferentes espacios del establecimiento en el que llevemos a cabo nuestra labor. Creo necesario que para construir nuestro posicionamiento debemos enriquecernos con otros saberes ms all de los contenidos que vayamos a ensear (en trminos disciplinarios). Con esto me refiero a no reducir nuestra mirada slo a lo que leemos o nos ensean dentro de la disciplina, sino tambin leer poesa, novelas, libros, mirar pelculas o documentales que nos interesen, para utilizarlos como herramientas didcticas a la hora de ensear y ampliar nuestra visin del mundo. Todas estas cuestiones hacen a nuestra posicin, porque nuestra ideologa, el sentido que le damos al mundo, condiciona nuestro discurso y prctica. Si reducimos la labor a la simple transposicin de contenidos sin criticarlos o abrindolos para que los dems actores dentro del aula puedan criticarlos, estamos subestimando el deseo de aprender de estos actores y tambin nuestro compromiso con ellos dentro de nuestra funcin, estamos limitando la
puesta en comn de la afectividad de cada actor y la nuestra como docentes.
Darnos la oportunidad de criticar lo que aprendimos en nuestra formacin, ampliarlo, reconstruirlo, y permitir al otro entrar en el mismo juego con el conocimiento que llevamos al aula. En cuanto al texto de Edelstein (2011), me pareci interesante y articulable con las ideas que seleccion del anterior texto de Diker y Terigi, para reconocer ciertas determinaciones y el hecho de poder posicionarse de otra manera que a partir de tales determinaciones. Como profesionales que nos comprometemos a llevar a cabo una labor con tanto peso social como es la educacin, tenemos la obligacin tica de reconocer estas determinaciones que traemos por las instituciones subjetivantes, siguiendo la lnea planteada en la reflexin sobre el texto de Diker y Terigi. Ignorar esta cuestin sera un acto de mala fe y miedo a la posibilidad de la transformacin personal, con miras a cambiar nuestra prctica y metodologas como trabajadores de la educacin. Otro de los resultados de esta reflexin subjetiva sera transformar la manera en que vemos la funcin social que posee la escuela en cuanto estructura de poder-saber: las relaciones de fuerza que la atraviesan y la constituyen; nuestro rol como docentes en esa estructura jerrquica y el rol de los otros (sujetos alumnos) y de todo el equipo que trabaja en diferentes reas del establecimiento. Tomar consciencia del impacto que tiene nuestro discurso en el aula a la hora de comunicar (hacer-comn) el conocimiento que construimos desde la disciplina que vamos a ensear, tambin nos llevar a darnos cuenta de los cambios histricos que se dieron en sta como campo de conocimiento, y de los mltiples atravesamientos que tiene ese campo en relacin a otras disciplinas sociales, el enriquecimiento de conceptos que llevaron a constituirlo como tal, y su diferenciacin con los mismos. Deberamos poder ir y venir dentro del espacio ulico hacia otros mundos de conocimiento, utilizando la creatividad y explotndola al mximo para atravesar las fronteras disciplinaresconceptuales. Nuestras prcticas de enseanza, como prcticas sociales de subjetivacin, deberan ligarse a procesos reflexivos para reconocer la construccin de nuestra trayectoria docente, dejar de verla como algo ajeno a nuestra identidad, darles sentido y valor a la experiencia educativa, abandonar los prejuicios y hbitos llevados a nuestra labor.