Hegel. Fragmentos
Hegel. Fragmentos
Hegel. Fragmentos
DE G.W.F. HEGEL
Sergio Montecinos F.
PARALAJE N9 /TRADUCCIN
Sergio Montecinos F.
Esto atae directamente al punto que se busca subrayar: la filosofa ya no tendr un fin
exterior a ella, porque ella misma se propone como un espacio de unificacin de los
productos contrapuestos de la reflexin en el marco de una exposicin de carcter
conceptual, precisamente la tarea antes encomendada a la creencia y el sentimiento
unificante. Ser la propia filosofa la encargada de fundar racionalmente la asuncin de las
limitaciones de la reflexin, la construccin del absoluto en la conciencia en cuanto
elevacin a la vida infinita. Y deber hacerlo a partir de los medios provistos por la propia
reflexin, pues ella es la forma de racionalidad presente en la cultura, legada por la historia,
y la filosofa se constituye como la negacin determinada de su tiempo, como el
pensamiento de la reflexin, el cual desplaza su sentido finito al (re)inscribirlo en el
horizonte de lo especulativo. Tal vez la entera filosofa hegeliana se juegue en este ejercicio
de desplazamiento sin solucin de continuidad, salvo por la muerte del filsofo, que nos
revela la posicin irreductible que la contingencia tuvo siempre en su filosofa.
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absoluto mismo (el concepto que es idntico con su ser); en la construccin, el absoluto
despliega sus momentos hasta alcanzar la propia intuicin de su identidad en un punto de
indiferencia (este es un punto problemtico, pero Hegel an no lo discute abiertamente con
Schelling). Junto con esto, debe mencionarse que, en los fragmentos, esta divisin es
sorprendentemente clara y puede proyectarse, mutatis mutandi, hasta la concepcin de la
Fenomenologa como un escepticismo que se consuma a s mismo, el cual ocupara la
posicin de la introduccin a la ciencia especulativa all donde el objeto absoluto del
conocer infinito ha sido identificado con lo lgico o la ciencia propiamente tal. Por tal
motivo, la proyeccin de esta divisin entrar en crisis en el momento en que Hegel
sustraiga a la Fenomenologa el carcter de primera parte del sistema debido a que antes de
la ciencia (lgica) no puede haber un conocimiento cientficamente acreditado.
Esbozo de los componentes del sistema. En los fragmentos no slo encontramos un
esquema de la divisin de la lgica, sino tambin del entero sistema cuyo basamento
vendra dado por la construccin de una metafsica. De acuerdo con este esquema, la
esencia absoluta es el movimiento de realizarse y regresar a s, de modo que no puede ser ni
(solamente) su realizacin ni (solamente) su autoconocimiento, sino el continuo devenir y
actualizarse de los extremos pendulares. Dentro de este movimiento pendular se le asigna a
la filosofa la extraa posicin de situarse como culminacin si es que podemos hablar
de culminacin en Hegel, un infatigable diseador de crculos infinitos del movimiento de
la idea (desde la naturaleza a la filosofa, pasando por la eticidad) y, a la vez, como el inicio
de su conocimiento (desde la filosofa a la realizacin del espritu, pasando por la
naturaleza). Ahora, precisamente por ser el conocer de la esencia absoluta (entindase el
genitivo en sentido subjetivo y objetivo), la filosofa es ella misma el movimiento en que
consiste su objeto, lo absoluto, pero llevado a cabo en el elemento conceptual. De este
movimiento se deducen, por tanto, las partes del sistema de la filosofa: i) el puro
autoconocimiento de la esencia absoluta o ciencia expandida de la idea; ii) la idea como
naturaleza; iii) la elevacin de la naturaleza al espritu, desde donde emprende su regreso a
s, que culmina con la vuelta al inicio plenificado en la filosofa de la religin y el arte,
all donde se organiza la intuicin de Dios. Este ltimo punto delata la subordinacin
hegeliana al intuicionismo de Schelling.
Las figuras histricas del espritu. En un pasaje tan fecundo como peligroso, Hegel
vincula el papel formador de la filosofa con la praxis poltica de la individualidad universal
que logra llevar a cabo la transicin a un mundo nuevo a partir de la destruccin de una
forma tica antigua, realizando con ello la liberacin que se encontraba presente en el
pueblo como posibilidad. Para llegar a captar la necesidad de transformacin que la
realidad social slo exhibe de un modo latente, el individuo debe aniquilar su pertenencia a
cada aspecto particular de la objetivacin de la forma tica antigua, de manera que,
disolviendo una a una las cadenas de su mundo, consiga avistar la idea de uno nuevo. Y
entonces el individuo profiere la palabra necesaria que desencadena la transformacin
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social, entendida como una reconfiguracin del espritu. En este punto se ofrece una idea
muy fecunda: la concepcin de los procesos histricos como configuraciones particulares
de una totalidad en acto. El individuo expresa la configuracin de una universalidad que, en
cierto sentido, se realiza a travs de l. Pero el todo trasciende a cada configuracin
particular, y slo el individuo capaz de negar toda particularidad, alzndose as al todo,
conseguira llevar al todo a una nueva configuracin de su existencia (Dasein). Sin
embargo, precisamente porque es un individuo, l mismo cae vctima de sus propias
circunstancias particulares, a saber, el hecho de que todo lo particular tiene un lmite, en el
que se hunde. Mas el todo vive de esta aniquilacin de lo limitado, y he ah el aspecto
problemtico, pues la vida del todo necesita de una individualidad para darse una nueva
configuracin, y al mismo tiempo lleva a toda individualidad a su aniquilacin. Quien sabe
esto, sostendr Hegel, puede dar el paso hacia la nueva configuracin del todo, pagando el
precio de su destruccin. La filosofa debera formar la perspectiva de la universalidad a
travs de la aniquilacin sistemtica del conocer finito, clarificndole al individuo las
posibilidades que su poca brinda en vistas a la reconfiguracin de su mundo. El peligro
que detectamos, radica en la concepcin todava sustancialista de la totalidad, pues el
individuo liberador parece organizar a su pueblo a la manera de un cuerpo (se habla de
Krper, no de Leib), de rganos inconscientes que contribuyen ciegamente a la consecucin
de la libertad del todo, una idea muy prxima a la estetizacin de la poltica denunciada
por Benjamin, y con la que el propio Hegel coquetear en el Sistema de la Eticidad (acaso
el ms schellinguiano de sus escritos). Con todo, esta idea se modificar poco tiempo
despus, cuando el enfoque sustancialista de lugar al pensamiento del todo como sujeto, lo
cual implicar que la totalidad debe pensarse en trminos de diferenciacin infinita (de
reflexin y no intuicin), i.e. sin un punto ciego de indiferencia final; en trminos polticos,
esta idea exige la irreductibilidad de la libertad individual, considerada como momento,
pues todo aquello que se muestre como indiferente o ciego (carente de la diferenciacin
operada por la conciencia) ser expuesto como un momento de inmediatez que debe ser
desarrollado, particularizado. Desde all, la potente idea de la configuracin de la totalidad
ser comprendida como el movimiento de la vida que es espritu, y se encuentra a la base
del despliegue fenomenolgico a partir de la seccin Autoconsciencia. Adems, la propia
Fenomenologa pretende purificar al individuo de su conocer finito, contribuyendo con eso,
desde la esfera de la formacin cultural, a la transformacin del orden efectivo del
espritu nuevos tiempos solicitan una nueva manera de pensar (i.e. una nueva lgica)
para realizarse.
La proposicin absoluta. Se menciona en los fragmentos la idea de una proposicin
absoluta cuyo significado no sera sino la entera filosofa e incluso la vida misma.
Esta idea de una proposicin absoluta, inspirada en su interpretacin juvenil del comienzo
del Evangelio de San Juan (cuyo contenido vivo no puede ser adecuadamente captado por
el lenguaje muerto de la reflexin, desbordndose ste en el intento por hacerlo), configura
una primera apreciacin de carcter metdico-sistemtico de aquello que culminar con la
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INTRODUCTIO IN PHILOSOPHIAM
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hecho por un ser humano, por tanto, debe l haber conocido el todo, purificndose con ello
de toda condicin limitada [Beschrnktheit]. Los horrores del mundo objetivo, as como
todas las ataduras de la efectividad tica, y con ello tambin los soportes extraos que se
encuentran en este mundo y toda confianza en un lazo fijo en l, tienen que ser derribados
por aquel ser humano. En otras palabras, l debe estar formado en la escuela de la filosofa,
pues a partir de sta puede realzar el despertar de la figura latente de un nuevo mundo tico,
y entrar audazmente en lucha con las viejas formas del espritu del mundo, tal como Isaac
luch con Dios: seguro que la figura que pudo destruir es una figura envejecida, y que la
nueva es una revelacin divina, la cual se le apareci en sueos, como ideal, muestra ahora
el ideal en el da, exigiendo su paso a la existencia [Dasein]. Por eso puede contemplar la
entera especie humana presente como una estofa3, de la que su gran individualidad se
apropia para formar con ella su cuerpo [Krper], una estofa que forma ella misma
vivamente los rganos vivos portados por esta gran configuracin [Gestalt]. En este sentido
debe mencionarse el mayor ejemplo del ser humano que ha involucrado su individualidad
en el destino, dndole as una nueva libertad [271]: as transit Alejandro de Macedonia
desde la escuela de Aristteles a la conquista del mundo.
Con este carcter del filosofar, que parte en lo universal desde un inicio finito, los
invitar al Kollegium sobre Lgica y Metafsica que impartir este invierno. Tomar esta
visin propedutica iniciando desde lo finito en s mismo, para desde ello en la medida en
que es negado ir hacia lo infinito.
La exposicin [Vortrag] de la filosofa tuvo antiguamente la forma de la lgica y la
metafsica. En mi exposicin sigo esta forma no tanto porque tiene una larga autoridad ante
s como porque resulta idnea para lo que sigue.
En cuanto ciencia de la verdad, la filosofa tiene propiamente al conocer infinito o el
conocer de lo absoluto como objeto [Gegenstand]; pero este conocer infinito o la
especulacin no se encuentra frente al conocer finito o la reflexin como si ambos fueran
absolutamente contrapuestos entre s. El conocer finito o la reflexin slo abstrae de la
absoluta identidad aquello que en el conocimiento racional se encuentra uno a otro referido,
o igualmente puesto [gleichgesetz] mutuamente; slo a travs de esta abstraccin deviene
un conocer finito. En efecto, en el conocer racional o de la filosofa est la materia de este
conocer finito, mientras que sus formas tambin estn puestas como formas finitas, pero al
mismo tiempo est tambin aniquilada su finitud puesto que, en la especulacin, las formas
finitas son referidas unas a otras. Lo que ellas son a saber, ellas son meramente por medio
de la contraposicin se encuentra asumido en la especulacin, al igual que la
contraposicin. Como ellas son puestas idnticamente [272], entonces su finitud est al
mismo tiempo tambin asumida. Pero la mera reflexin conoce las formas slo al interior
de la contraposicin, y entonces slo las tiene en la forma de su finitud.
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Stoff. Adoptamos la decisin de Flix Duque y Ramn Valls Plana para el trmino, pues Hegel distingue
entre estofa y materia (Materie).
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Las formas del pensar especulativo son recogidas ahora, en la lgica, como estas
formas de la finitud; como se suele decir, se abstrae de todo contenido del pensar, y slo se
examina lo subjetivo del pensar.
A su vez, el entendimiento o la reflexin es la facultad del pensar finito, la cual es
impulsada secretamente por la razn a alcanzar una identidad. El entendimiento imita a la
razn en su finitud cuando se empea en llevar a la unidad sus formas; pero la unidad que
l puede producir es slo una unidad formal, o ella misma una unidad finita, porque l se
basa en la contraposicin absoluta, en la finitud.
Por tanto, el objeto [Gegenstand] de una verdadera lgica ser:
I.
II.
III.
Creo que, para este lado especulativo, solamente la lgica puede servir como
introduccin a la filosofa, siempre que ella conozca [273] ntegramente tanto las formas de
la reflexin, en cuanto tales fijadas, como la reflexin, despejndolas del camino, de modo
que no queden obstculos en el camino a la especulacin; y al mismo tiempo, en cierto
modo, que se ponga delante siempre en un reflejo [Widerschein] la imagen del absoluto y,
con ello, la haga familiar.
Segn este concepto general de la lgica, proceder en el siguiente orden cuya
necesidad resultar en la ciencia misma:
Gehalt. Debido a que el trmino es empleado por Hegel en un sentido espiritual marcado y fuerte, Duque lo
vierte por enjundia para distinguirlo de contenido (Inhalt). Por su parte, Valls Plana lo traduce como haber
o riqueza. Hemos adoptado la decisin de Duque.
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I.
Las formas generales o leyes de la finitud, tanto en un respecto objetivo
como subjetivo, o abstradas del que sean formas subjetivas u objetivas; con esto, se
expone siempre su finitud, y a ellas como reflejo [Reflex] del absoluto.5
II.
Las formas subjetivas de la finitud, o el pensar finito. Examinar al
entendimiento. Debido a que el entendimiento slo pertenece a la organizacin del
espritu humano, construiremos brevemente esta misma organizacin, y al espritu
precisamente segn estas consideraciones. El entendimiento se examinar en el curso
de sus niveles, a travs de los conceptos, los juicios y los silogismos. Debe notarse,
en vistas a los silogismos, que si en ellos6 se seala ms claramente la forma racional,
y por este motivo son, en cuanto pensar racional, habitualmente atribuidos a la razn,
mostramos que, en la medida en que ellos son meros silogismos formales, pertenecen
al entendimiento; y que lo que pertenece a la razn, es meramente una imitacin de la
razn por medio del entendimiento.
III.
En tercer lugar se seala el asumir de este conocer finito a travs de la razn,
aqu ser el lugar, en parte, de investigar el significado especulativo [274] de los
silogismos; en parte, de sealar la asuncin de las formas del entendimiento que se
han presentado previamente, o las leyes de la finitud; en parte, ser tambin lugar de
indicar los fundamentos generales de un conocer cientfico: las leyes propias de la
razn, siempre que ellas pertenezcan a la Lgica, i.e. lo negativo de la especulacin.
A esta lgica pura suele habitualmente anexarse una lgica aplicada, en la tercera
parte del conocer advendr slo la que hay de cientfico en esta lgica aplicada, pues
aquello que habitualmente suele tratarse all es demasiado general y trivial para
merecer atencin alguna.
De esta tercera parte de la lgica, i.e. la parte negativa, o el lado aniquilador de la
razn, ser hecho el trnsito a la filosofa propiamente tal o hacia la metafsica; ante todo,
aqu tenemos que construirnos ntegramente el principio de toda filosofa, y hacerlo claro
segn sus diversos momentos. A partir del verdadero conocimiento de esto mismo, se
desprender la conviccin de que para todos los tiempos ha habido slo una y precisamente
la misma filosofa. Con esto, yo les prometo a ustedes no slo establecer algo que no es
nuevo, sino que mi aspiracin filosfica es propiamente establecer lo ms viejo de lo viejo.
Debe purificarse del malentendido en el que los nuevos tiempos de la no-filosofa
[Unphilosophie] han enterrado a esto {lo ms viejo de lo viejo: la filosofa}. No hace
mucho tiempo que en Alemania se ha inventado nuevamente slo el concepto de la
filosofa, pero su invencin es nueva slo para nuestro tiempo. Puede decirse, si se quiere,
que debe tenerse por piedra de toque de la autntica filosofa el que ella se reconozca {o
no} en la verdadera filosofa.
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TROXLER, I.P.V.
Estudios
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BAUM. M / MEIST. K
DUQUE, F.
DSING, K.
HARRIS, H.S.
KIMMERLE, H.
TREDE, J.H
ZIESCHE, E.
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