04 Hematemesis y Melenas

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Hematemesis y melenas
Cndid Villanueva*, Antonio Jos Hervs**
* Servicio de Patologa Digestiva del Hospital de la Santa Creu y de San Pau, Barcelona
Centro de Investigacin Biomdica en Red de Enfermedades Hepticas y Digestivas (CIBERehd)
** Unidad Clnica de Aparato Digestivo. Hospital Universitario Reina Sofa, Crdoba

Introduccin

Objetivos de este captulo

La hemorragia digestiva alta (HDA) es la prdida


sangunea provocada por una lesin localizada en
algn punto del esfago, estmago o duodeno.
Esta entidad representa una de las condiciones clnicas ms prevalentes en los Servicios de Urgencia
hospitalaria y de Gastroenterologa. Su incidencia vara, segn el rea estudiada, entre 48 y 160
casos de HDA por 100.000 habitantes/ao y sus
causa ms frecuentes es la lcera pptica, gstrica o duodenal. Entre otras causas frecuentes se
cuentan las lesiones agudas de la mucosa gstrica,
las varices esofagogstricas, los desgarros cardiales de Mallory-Weiss, la esofagitis y los tumores
(tabla 1)1. En los ltimos aos se ha modificado el
patrn epidemiolgico de esta complicacin. Se ha
constatado en nuestro medio un discreto descenso
de la incidencia de HDA y un aumento de la incidencia de HD baja2. La edad de los pacientes es cada
vez ms avanzada, y la lcera gstrica se ha ido haciendo ms frecuente en detrimento de la lcera

TABLA 1. Causas de hemorragia digestiva alta no varicosa 1


Enfermedad
lcera pptica
Erosiones
Desgarro de Mallory-Weiss
Estmago en sanda

Frecuencia (%)

Describir la forma de presentacin de


la hemorragia digestiva alta (HDA) y las
claves clnicas para evaluar la magnitud del
sangrado y el pronstico del paciente.

Conocer la pauta de actuacin ante un


paciente con HDA desde su admisin en el
rea de Urgencias hasta el momento del
alta hospitalaria.

Facilitar criterios para el manejo de la


hemorragia digestiva de acuerdo con
recomendaciones basadas en la evidencia.

1.

Barkun AN, Bardou M, Kuipers EJ, Sung J,


Hunt RH, Martel M, Sinclair P. International consensus recommendations on the
management of patients with nonvariceal
upper gastrointestinal bleeding. Ann Intern
Med 2010;152:101-13.

2.

Gralnek IM, Barkun AN, Bardou M. Management of Acute Bleeding from a Peptic
Ulcer. N Engl J Med 2008; 359:928-37.

3.

Palmer DR. Nonvariceal upper gastrointestinal haemorrhage: guidelines. Gut


2002;51(suppl 4):IV1-IV6.

4.

Lanas A, Calvet X, Feu F, Ponce J, Gisbert JP,


Barkun A. Primer consenso espaol sobre
el tratamiento de la hemorragia digestiva por lcera pptica. Med Clin (Barc)
2010;135:608-16.

REFERENCIAS CLAVE

50
25-30
8
3-5

(Watermelon stomach)
Carcinomas

1-5

Angiomas

1-2

Lesin de Dielafoy

1-2

Hemobilia

<1

Fstula aorto-entrica

<1

Otras

6-10

duodenal. Estos cambios se deben al envejecimiento progresivo de la poblacin en los pases desarrollados. En este grupo de edad es ms prevalente la
coexistencia de enfermedades asociadas graves y
un mayor consumo de frmacos potencialmente

Sntomas gastrointestinales frecuentes

61

Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes


lesivos para la mucosa gastrointestinal, como el
cido acetilsaliclico y otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE)3. Estas circunstancias parecen ser
la causa de que la mortalidad por HDA de origen no
varicoso siga siendo considerable y se site todava
entre el 5% y el 10%. Aunque esta mortalidad se ha
reducido algo en la ltimas dcadas4, posiblemente
lo haya hecho menos de lo previsible considerando
los indudables avances teraputicos introducidos
en las dos ltimas dcadas, incluyendo la aparicin
de antisecretores cada vez ms potentes o el conocimiento del papel del Helicobacter pylori en la
fisiopatologa de la enfermedad ulcerosa5-7.
Todos los hospitales que atienden a pacientes de
estas caractersticas deben disponer de protocolos que permitan un abordaje multidisciplinar de
este problema, incluyendo la disponibilidad de
un endoscopista con experiencia en tcnicas de
hemostasia y el apoyo de personal de enfermera
entrenado. En el ao 2010 el American College of
Physicians public un Consenso de Recomendaciones para el manejo de los pacientes con HDA no
varicosa5. En el mismo ao se public en nuestro
pas el primer consenso sobre el tratamiento de la
hemorragia digestiva por lcera pptica8. En el presente captulo se expondr la sistemtica a seguir
en estos enfermos siguiendo la secuencia de actuacin lgica desde el momento en que el enfermo es
admitido en el hospital hasta que es dado de alta.
La hemorragia digestiva por hipertensin portal no
ser tratada en el presente captulo dado que ha
sido expuesta con mayor detalle en la seccin correspondiente a las enfermedades del hgado (captulo 61).

Presentacin clnica
La HDA se manifiesta habitualmente en forma de
hematemesis o deposiciones melnicas. Se denomina hematemesis al vmito de sangre fresca,
cogulos sanguneos o restos hemticos oscuros
(posos de caf) y melena a la emisin de heces
blandas, de color negro intenso y brillante y muy
malolientes. La melena requiere de una extravasacin de al menos 60-100 ml de sangre en el estmago. La hematoquecia es la exteriorizacin, a travs
del ano, de sangre roja fresca o de color rojo oscuro. El color de las heces no siempre es un indicador
fiable del origen de la hemorragia. As, la melena
puede aparecer en hemorragias procedentes del
intestino delgado o del colon derecho, especialmente si existe un trnsito lento. A su vez, la he-

62

matoquecia puede verse en hemorragias digestivas


altas masivas (al menos 1.000 ml), generalmente
asociadas a un trnsito rpido o la presencia de una
hemicolectoma derecha. En una serie de pacientes
con hematoquecia grave, el 74% tenan lesiones
clicas (angiodisplasias, divertculos y neoplasias),
el 11% lesiones gastroduodenales y un 9% lesiones
en el intestino delgado. En un 6% no logr demostrarse la lesin responsable del sangrado9. Con frecuencia variable y dependiendo de la cantidad de
sangre extravasada, estos hallazgos se acompaan
de los sntomas propios de la hipovolemia y de la
anemia aguda posthemorrgica como palidez, taquicardia, sudor fro e hipotensin. Tampoco es
excepcional que un paciente con HDA grave se presente con una clnica de sncope, ngor o disnea,
antes de producirse la exteriorizacin hemorrgica.
Esta forma de presentacin traduce la existencia
de un fallo de oxigenacin cerebral, miocrdica o
de insuficiencia respiratoria, que, por s solas, son
indicativas de gravedad. Tal situacin debe sospecharse en cualquier paciente que presenta adems
de los signos mencionados, los tpicos de una anemia aguda posthemorrgica. La ingesta previa o
reciente de AINE aumenta la probabilidad de que
estos sntomas sean debidos a una HDA todava no
exteriorizada.

Evaluacin y manejo del paciente


con hemorragia digestiva alta
Actuacin en el rea de Urgencias
Ante un paciente con sospecha de HDA debe llevarse a cabo una historia y examen fsico minuciosos
y una evaluacin analtica elemental que permitan
asegurar el cumplimiento de tres principios bsicos:
Confirmar la presencia de la hemorragia.
Evaluar la magnitud del sangrado.
Comprobar si la hemorragia persiste activa.
Adicionalmente debe obtenerse informacin que
resulte til tanto para establecer una primera
aproximacin etiolgica, como para identificar factores de reconocido valor pronstico. No hay que
olvidar que las medidas de reanimacin prevalecen
sobre cualquiera de estos puntos. De hecho, es
la situacin clnica del paciente la que determina
las prioridades de actuacin del mdico que trata
este proceso. As, cuando la condicin clnica del
enfermo es ptima, se puede realizar una anam-

4. Hematemesis y melenas
nesis detallada y una exploracin clnica cuidadosa.
Sin embargo, cuando se trata de una HDA masiva,
que provoca un shock hipovolmico, el paciente
no puede proporcionar informacin y adems se
encuentra en grave riesgo vital. En tal caso, es necesario iniciar las maniobras de reanimacin, que
restituyan la estabilidad cardiovascular y aseguren
la perfusin adecuada de los rganos vitales, obteniendo los datos ms relevantes a partir de los
familiares o acompaantes del paciente10.

Confirmar que se trata de una HDA


El mdico de familia que atiende al paciente en su
domicilio o el mdico de urgencias que lo recibe en
el hospital debe confirmar que se trata realmente
de una HDA. El diagnstico es evidente cuando el
enfermo ha presentado una hematemesis cuantiosa, melenas recientes y abundantes o una prdida
de conciencia concomitante. Pueden plantearse
dudas, sin embargo, cuando el enfermo refiere deposiciones melnicas no objetivadas por el mdico, con poca o nula repercusin hemodinmica.
En estos casos, la anamnesis y la exploracin fsica
deben descartar que se trate de deposiciones falsamente melnicas. Ciertas substancias alteran el
color de las heces y pueden simular melenas. As
ocurre con la ingesta de determinados alimentos
(morcilla, calamares en su tinta, etc.) o frmacos
(sales de hierro, bismuto, regaliz, etc.). En caso de
duda, antes de avisar al endoscopista, puede ser
til la bsqueda de evidencias ms consistentes
como la presencia de sangre en el aspirado nasogstrico, el propio tacto rectal o la elevacin de los
niveles de urea plasmtica, un hallazgo frecuentemente observado en la HDA . Si bien la presencia de
sangre roja o posos de caf en el aspirado naso-

gstrico, aseguran el origen alto de la hemorragia,


la presencia de un aspirado claro no excluye totalmente esta posibilidad. De hecho, entre un 15% y
un 20% de los pacientes con HDA bien documentada por endoscopia presentan un aspirado nasogstrico limpio. Otro factor de confusin puede ser
la presentacin de epistaxis o hemoptisis. La sangre procedente de las fosas nasales o del territorio
broncopulmonar, puede ser deglutida y posteriormente vomitada en forma de hematemesis fresca
o en posos de caf. Tampoco la existencia de
anemia en la analtica puede ser considerada una
prueba irrefutable de HDA, ya que puede tratarse
de una anemia crnica. En estos casos puede ser
til la valoracin del volumen corpuscular medio,
que puede estar descendido en las situaciones de
carencia crnica de hierro o aumentado en el caso
de anemias por carencia de cido flico o cianocobalamina.

Valorar la magnitud del sangrado


Una vez que se ha confirmado la existencia de una
HDA, debe determinarse su magnitud. En este sentido, es tan importante la cantidad de sangre perdida como la velocidad a la que se ha producido.
Un mismo volumen de hemorragia distribuido en
el tiempo puede ser bien tolerado mientras que si
se pierde bruscamente puede provocar un cuadro
de shock hipovolmico. Para estimar la cuanta de
las prdidas hemticas es bsico proceder a una
evaluacin rpida de la situacin hemodinmica
determinando la tensin arterial y la frecuencia
cardiaca (tabla 2). En general, puede afirmarse que
la sensacin de mareo y la presencia de una piel plida, sudorosa y fra reflejan un estado neurovegetativo alterado como corresponde a una situacin

TABLA 2. Parmetros clnicos que permiten evaluar la magnitud de la prdida hemtica

Gravedad

Sntomas y signos clnicos

HDA leve

Paciente asintomtico, constantes normales, piel normocoloreada, templada


y seca. Indica una prdida de hasta un 10% de la volemia circulante

HDA moderada

TA sistlica > 100 mmHg, FC < 100 ppm, discreta vasoconstriccin perifrica
(palidez, frialdad), signos posturales negativos. Prdida de un 10-25% de la volemia

HDA grave

TA sistlica: < 100 mmHg, FC 100-120 ppm, intensa vasoconstriccin perifrica (palidez
intensa, frialdad, sudoracin, etc.), inquietud o agitacin, oliguria, signos posturales
positivos. Prdida del 25-35% de la volemia

HDA masiva

Shock hipovolmico, intensa vasoconstriccin perifrica y colapso venoso, agitacin,


estupor o coma, anuria. Prdida superior al 35% de la volemia

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Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes


de inestabilidad hemodinmica. Por el contrario,
la presencia de una piel caliente, normocoloreada
y seca, supone un estado neurovegetativo intacto,
equivalente a una situacin de estabilidad hemodinmica.
Los denominados signos posturales son positivos
cuando al pasar de decbito a la posicin sentada
se produce un incremento de la frecuencia cardiaca de ms de 20 pulsaciones por minuto (ppm) y
la tensin arterial (TA) sistlica desciende ms de
10 mmHg. La presencia de estos signos tambin
refleja un estado de compromiso hemodinmico.
Estos signos son menos valorables en los ancianos,
dado que pueden aparecer ante pequeas prdidas sanguneas o en pacientes que toman b-bloqueantes, que pueden enmascarar la aparicin de
taquicardia en respuesta a la hipovolemia.

Averiguar si la hemorragia
est activa
Un tercer aspecto de la HDA que es importante conocer es si la hemorragia ya ha cesado o persiste
activa en el momento de la evaluacin. La hematemesis de sangre fresca, la presencia de peristaltismo intestinal aumentado o la hematoquecia son
indicadores de que la hemorragia est activa. Aunque existen opiniones contrarias, algunos autores
recomiendan colocar una sonda nasogstrica (SNG)
en los casos en los que los hallazgos puedan tener
valor diagnstico o pronstico (figura 1). En un estudio auspiciado por la American Society for Gastrointestinal Endoscopy11, el aspirado nasogstrico
claro se asoci con un 6% de mortalidad, comparado con un 18% cuando el aspirado revel la presencia de sangre roja y con un 30% cuando el aspirado
y las heces mostraban sangre roja. Por otra parte,

Figura 1. Aspirado nasogstrico hemtico.

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la presencia de un aspirado normal no permite


descartar la presencia de una hemorragia activa.
De hecho, ste es un fenmeno posible en las lceras duodenales sangrantes cuando existe un piloroespasmo asociado. La sonda debe retirarse tras
evaluar las caractersticas del aspirado gstrico ya
que no ha demostrado su utilidad, respecto al control clnico, para detectar la recidiva hemorrgica.
Tampoco permite la limpieza de la cavidad gstrica
como paso previo a la realizacin de la endoscopia,
y el lavado con suero fro est contraindicado por
ser ineficaz y constituir un riesgo para el paciente.

Obtener informacin clnica


relevante para el diagnstico
etiolgico
Una vez cumplidos los objetivos prioritarios mencionados e iniciadas las medidas de estabilizacin,
el clnico puede detenerse con mayor precisin
para recabar informacin que pueda resultar til
para establecer un diagnstico etiolgico. Este punto adquiere una especial relevancia, si se considera
que algunos tratamientos de elevado coste podran
ser iniciados ante la mera sospecha de hemorragia
asociada al sndrome de hipertensin portal. Por
consiguiente, resulta vital la bsqueda intencionada de cualquier dato sospechoso de una hepatopata subyacente (ingesta enlica, infeccin crnica
por el virus de la hepatitis B o C, estigmas cutneos
de hepatopata crnica, etc.). Es igualmente importante interrogar al enfermo (o a sus familiares)
acerca de la ingesta de: 1) frmacos potencialmente lesivos para la mucosa gastroduodenal como cido acetilsaliclico (AAS) u otros antiinflamatorios no
esteroideos (AINE); 2) medicamentos que pueden
agravar la hemorragia (anticoagulantes, antiagregantes plaquetarios) o 3) frmacos que dificultan
la reanimacin del paciente (b-bloqueadores, hipotensores, etc.). Hay que tener en cuenta que una
gran mayora de lceras secundarias a la ingesta
crnica de AINE son asintomticas hasta que sangran. La anamnesis debe tambin recoger informacin concerniente al padecimiento de una lcera
pptica previa (o de sntomas sugerentes como
dolor epigstrico postprandial y nocturno de aparicin recurrente), clnica de enfermedad por reflujo
gastroesofgico, disfagia, vmitos emitidos con esfuerzo, prdida inexplicable de peso, ciruga gastrointestinal previa, tratamiento con quimioterpicos
o citostticos y cualquier antecedente relativo al
padecimiento de discrasias sanguneas, conectivopatas u otras enfermedades sistmicas (tabla 3).

4. Hematemesis y melenas
TABLA 3. Valor de la anamnesis en el diagnstico etiolgico de la HDA

Sntomas

Diagnstico sugerido

Dolor epigstrico postprandial que se calma con ingesta o alcalinos

lcera pptica

Historia de ciruga por lcera pptica


lcera recurrente
lcera de anastomosis

Sntomas de ERGE: pirosis, regurgitaciones...

Esofagitis

Disfagia progresiva para slidos, prdida de peso, anorexia

Neoplasia de esfago

Dolor epigstrico, replecin precoz, anorexia, prdida de peso, vmitos

Neoplasia gstrica

Hematemesis tras varios vmitos violentos

S. de Mallory-Weiss

Historia de enolismo, estigmas de hepatopata crnica


Varices esofgicas
S. de Mallory-Weiss

Consumo reciente de AAS o AINE



lcera gstrica
lcera duodenal
Lesiones agudas de la mucosa

Antecedente de quemaduras, traumatismos, sepsis

lcera de estrs

By-pass aorto-femoral

Fstula aorto-duodenal

El examen fsico debe ser igualmente concienzudo,


no solo para determinar la presencia de inestabilidad hemodinmica (pulso, TA, coloracin y temperatura de la piel), sino para detectar cualquier
anomala que pueda relacionar el origen del sangrado con la hipertensin portal asociada a cirrosis heptica (ictericia, hepatoesplenomegalia, circulacin colateral, araas vasculares, ascitis), una
enfermedad cardiovascular relevante (cianosis,
ingurgitacin yugular) o una enfermedad sistmica
potencialmente causante de la hemorragia (petequias del sndrome de Shnlein-Henoch, manchas
melnicas peribucales del sndrome de PeutzJeghers, o telangiectasias del sndrome de RenduOsler-Weber).

Bsqueda de factores clnicos de


importancia para el pronstico
La forma de presentacin del cuadro, la edad del
paciente y la coexistencia de enfermedades asociadas constituyen factores claramente implicados en
el pronstico. La hemorragia exteriorizada en forma de hematemesis de sangre roja o aquella que
sita al paciente en una condicin hemodinmica
crtica se asocia, en general, a un peor pronstico.
La edad es un factor importante que tambin ensombrece el pronstico. Otro aspecto relevante es
la existencia de enfermedades asociadas que incrementan la mortalidad en la HDA. As ocurre con de-

terminados procesos hepticos, cardiovasculares,


neumolgicos, neurolgicos, renales, neoplsicos y
la propia diabetes. Todas estas condiciones clnicas
agravan el pronstico del paciente, al constituirse
en un factor de riesgo adicional. De ah que su bsqueda intencionada en el interrogatorio y el examen fsico sea de importancia vital para la prevencin de posibles descompensaciones6,7. La tabla 4
resume los factores asociados a un peor pronstico
en la HDA. En los ltimos aos se han desarrollado
diversos sistemas que permiten ponderar el pronstico de los pacientes con HDA. Entre ellos, cabe

TABLA 4. Factores asociados a un peor pronstico


en la HDA no varicosa 5



Edad > 60 aos.

Aspirado nasogstrico hemtico (sangre roja).

Presencia de comorbilidades.
Comienzo de la hemorragia en el hospital.
Inestabilidad hemodinmica en la presentacin
clnica.
Historia de hematoquecia o hematemesis.
Necesidad de transfusiones mltiples (> 5 uds.).
Necesidad de ciruga de emergencia.
Hemorragia persistente o recidivante.

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Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes


TABLA 5. ndice de Rockall para evaluar el pronstico
de la HDA 10
Parmetro

Puntuacin

< 60 aos

60-79 aos

> 80 aos

Sin shock (PAS > 100; FC< 100)

Taquicardia (PAS > 100; FC >100)

Hipotensin (PAS < 100)

Sin enfermedades asociadas

Enfermedades asociadas graves

Insuficiencia renal, cirrosis, neoplasias

Sin lesiones ni signos de HR o M-W

Resto de lesiones

Neoplasias EGD

Sin signos de hemorragia, Forrest III e IIc

Sangre fresca, resto de Forrest

Riesgo bajo 2 puntos


Riesgo intermedio: 3-4 puntos
Riesgo alto 5 puntos.

destacar los ndices de Rockall12 (tabla 5), de Baylor13 y el ndice predictivo del Cedars-Sinai Medical
Center14. Todos ellos requieren de la informacin
proporcionada por la endoscopia. Blatchford et al.
han desarrollado un sistema que permite estratificar el riesgo basndose exclusivamente en datos
clnicos y de laboratorio15. El ndice de Blatchford
ha demostrado su utilidad en la seleccin de pacientes que pueden ser manejados con seguridad y
de forma ambulatoria sin necesidad de realizar una
endoscopia precoz.

Reanimacin
La primera medida teraputica que debe establecerse en un paciente con HDA es recuperar su situacin hemodinmica10,11. De ello depender que
el paciente se mantenga con vida y evitar que se
daen rganos vitales por una inadecuada oxigenacin tisular. Por tanto, las medidas diagnsticas
como la endoscopia deben realizarse cuando el paciente ya se encuentra recuperado de la situacin
de shock, adecuadamente perfundido y bien oxigenado. Tan slo en casos desesperados en los que,
a pesar de establecer una adecuada reposicin
hemodinmica durante un tiempo juicioso, no se

66

logra que el paciente se remonte mnimamente debido a la gran magnitud de la hemorragia que est
sufriendo, est justificado emprender una endoscopia con intencin de practicar teraputica endoscpica o, si sta fracasa, intervenir quirrgicamente
al paciente de forma inmediata, aun asumiendo el
grave riesgo que ello supone. En tales casos, es prudente realizar la endoscopia en el quirfano, con el
enfermo intubado y en presencia del anestesista.

Sistemtica de la reanimacin
hemodinmica
Los pacientes con hemorragia activa que presentan hematemesis, especialmente si presentan alteracin del nivel de consciencia, tienen
un alto riesgo de sufrir una aspiracin broncopulmonar. Por ello es conveniente colocar al
paciente en posicin de decbito lateral y considerar la intubacin en pacientes con deterioro
del estado de conciencia y hemorragia activa o
con alto riesgo de recidiva. Si adems existe una
grave alteracin hemodinmica se debe incluso
adoptar la posicin de Trendelembourg para favorecer el flujo cerebral. Una vez recuperados
es ms adecuado mantenerlos en una posicin
semisentada que facilita los movimientos respiratorios. Otra medida que contribuye a mejorar
la oxigenacin es la administracin de oxgeno,
preferentemente mediante cnula nasal, ya que
la mascarilla podra facilitar la aspiracin pulmonar en caso de hematemesis.
Se deben colocar dos catteres venosos perifricos gruesos (calibre 16-18 G.) para iniciar la reposicin de volumen. En general es ms rpido
obtener dos vas perifricas, lo que puede llevarse a cabo, si es preciso, por dos enfermeras
simultneamente, que tratar de conseguir puncionar una va central. Por otra parte, un catter
grueso y corto permite una infusin de fluidos o
sangre ms rpida que una larga va central.
En las HDA graves o masivas, una vez mejorada
la situacin hemodinmica, se cateterizar una
va venosa central (nosotros preferimos colocar
un catter de doble luz en la vena yugular interna) que permita controlar la presin venosa
central (PVC) y ajustar la velocidad de infusin
a la situacin cardiovascular del paciente. Naturalmente, en aquellos casos en que resulta difcil obtener una va perifrica (colapso venoso,
grandes edemas, etc.) se intentar rpidamente
la cateterizacin de la va central. Del mismo

4. Hematemesis y melenas
modo, es preceptivo practicar en estos casos
sondaje vesical.
Al tiempo que se logra obtener la primera va
venosa, y antes de iniciar la perfusin de lquidos, se extraern muestras sanguneas para
hemograma completo (incluido recuento de
plaquetas), urea/BUN, creatinina, glucosa, sodio, potasio, estudio de coagulacin (tiempos
de protrombina, INR y tiempo parcial de tromboplastina), gasometra/equilibrio cido-base,
determinacin de grupo sanguneo y pruebas
cruzadas. Si la hemorragia es importante se
deben reservar 4 unidades de concentrado de
hemates ya tipadas en el banco de sangre, que
podrn ser utilizadas de forma inmediata si es
necesario.
Fluidoterapia: se iniciar con la administracin
rpida de soluciones cristaloides (solucin salina fisiolgica o Ringer Lactato) y, si el paciente
lo requiere, expansores plasmticos (gelatinas,
dextranos, etc.). En determinados pacientes
debe evitarse infundir cantidades importantes
de soluciones salinas (hepatopatas crnicas,
cardiopatas, presencia de edemas, etc.) aunque, si la situacin clnica lo exige, tendr prioridad la recuperacin hemodinmica frente a
otras consideraciones. La velocidad de infusin
se debe adecuar a la gravedad de la hemorragia
y a la recuperacin de los indicadores hemodinmicos del paciente (TA, frecuencia cardiaca
[FC], PVC, diuresis).
Transfusin sangunea: la decisin de transfundir sangre debe ser individualizada en cada
paciente. Los valores iniciales del hemograma (hemoglobina [Hb], hematocrito [Hto])
no reflejan la verdadera magnitud de la prdida hemtica, y es necesario un tiempo de
48-72 horas necesario para completar el proceso de la hemodilucin. Solo entonces puede llevarse a cabo una estimacin real de las
prdidas. Inversamente, durante la reposicin
hemodinmica, una administracin excesiva de
fluidos puede hacer descender artificiosamente
estos valores. El sentido comn y la experiencia
ayudan a encontrar un equilibrio entre el uso y
el abuso de la transfusin. La tabla 6 muestra
los parmetros que influyen en la toma de decisiones. Brevemente, en los enfermos de bajo
riesgo, incluyendo personas jvenes, sin enfermedades graves asociadas y con buena capacidad de adaptacin hemodinmica se acepta

TABLA 6. Factores que influyen en la decisin


de hemotransfusin en la HDA
Situacin hemodinmica del paciente.
Magnitud y persistencia de la hemorragia

(hematemesis abundantes, aspirado hemtico


fresco, hematoquecia, shock, etc.).

Capacidad de adaptacin del paciente (cardiopata


isqumica, EPOC, etc.).

Etiologa (por ejemplo: varices esofgicas).


Evidencia de estigmas de alto riesgo de recidiva
(vaso visible, cogulo fresco).

Teraputica endoscpica efectuada con xito.


transfundir con niveles de hemoglobina por de
bajo de 7 g/dl con un objetivo de hemoglobina entre 8 y 9 g/dl5,8. En los pacientes con alto
riesgo, incluyendo a los ancianos y a los que
presentan comorbilidades importantes como
patologa cardiovascular o respiratoria deberan
recibir concentrados de hemates para mantener unos niveles de hemoglobina de 10 g/dl.
Otros parmetros que influyen en la decisin
de transfundir son la actividad de la hemorragia
y la informacin proporcionada por la endoscopia.
Respecto al producto a transfundir, debe recordarse que el objetivo de la transfusin sangunea es mejorar el transporte de oxgeno a los
tejidos, por lo que deben transfundirse concentrados de hemates. En general, no debe
usarse sangre completa para la correccin de la
situacin hemodinmica, que puede llevarse a
cabo aportando soluciones cristaloides y expansores plasmticos. En pacientes con hemorragia
activa y coagulopata (tiempo de protrombina
prolongado con INR superior a 1,7) o plaquetopenia (inferior a 50.000 cm3) deber valorarse
la transfusin de plasma fresco o plaquetas,
respectivamente. Si el paciente presenta una
coagulopata especfica (hemofilia, enfermedad
de Von Willebrand, etc.) se reemplazarn los
factores deficitarios.
Trastornos de la coagulacin: es recomendable
corregir la coagulacin en pacientes con valores
de anticoagulacin suprateraputicos y en hemorragia grave, aunque existe escasa evidencia
cientfica que analice este aspecto16. En estos
casos, la utilizacin de crioprecipitados puede
ser de utilidad, sin embargo, dicho tratamiento

67

Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes


no debe retrasar la realizacin de la endoscopia.
De otra parte, no hay pruebas concluyentes sobre la utilidad de corregir la anticoagulacin en
pacientes con INR en el intervalo teraputico.
Monitorizacin: los pacientes con signos de hemorragia activa y grave inestabilidad hemodinmica (shock, hipotensin ortosttica, alteracin
del nivel de conciencia y oliguria) deben ser ingresados en una unidad de cuidados intensivos
para proceder a las medidas de estabilizacin y
llevar a cabo una estrecha monitorizacin clnica, incluyendo el control de la FC, TA, PVC, ECG
y pulsioximetra (figura 2). El control de la diuresis, mediante sonda vesical, es un excelente
indicador de la perfusin tisular. Se registrar la
aparicin de nuevas hematemesis o melenas y
el volumen y caracteres del aspirado gstrico en
aquellos casos en los que el clnico estim prudente tal procedimiento (ver apartado Averiguar si la hemorragia est activa). Las hemorragias leves o moderadas pueden ser observadas
en una unidad de hospitalizacin convencional.
La frecuencia de los controles viene determinada por la situacin clnica del paciente, oscilando desde una monitorizacin constante de la FC
y TA al inicio de la reanimacin, hasta intervalos
de 4 horas durante las primeras 24-48 horas tras
la estabilizacin, y cada 8-12 horas durante los
das posteriores hasta el momento del alta.
Otras exploraciones: resulta pertinente obtener
un ECG en el momento del ingreso a todos los
pacientes con HDA. As mismo, es aconsejable
la obtencin de una Rx de trax, aunque no es
imprescindible en un primer momento. Deben
realizarse analticas peridicas para controlar la
evolucin de la HDA y la concentracin plasmtica de electrolitos, calcio, equilibrio cido-base,
factores de la coagulacin, etc., que pueden
ser alterados por la fluidoterapia y las transfusiones. A menudo se observa una leucocitosis
moderada y una elevacin de urea o BUN con
creatinina normal en ausencia de patologa renal, al inicio de la hemorragia, normalizndose
ambos valores cuando ha cesado. La elevacin
del BUN en las HDA tiene un origen mixto: por
una parte la hipovolemia provocada por la hemorragia aguda y por otra, la absorcin intestinal de los productos nitrogenados procedentes
de la digestin de la sangre.
Supresin de la secrecin gstrica de cido: diversos estudios han examinado el papel de la in-

68

Figura 2. Enfermo con grave inestabilidad hemodinmica por


HDA, asistido en una UCI.

hibicin de la secrecin gstrica de cido antes


y despus de la endoscopia (con o sin intervencin teraputica). La administracin de anti-H2
no ha demostrado reducir la tasa de recidiva en
la lcera pptica con signos de sangrado activo.
Sin embargo, la administracin de dosis altas de
inhibidores de la bomba de protones (IBP) reduce de forma significativa la frecuencia de recidiva hemorrgica, por lo que su utilizacin est
justificada, aun antes de obtener el diagnstico
etiolgico de la lesin sangrante17-20.
En HDA activas o con elevado riesgo de recidiva
de acuerdo a las caractersticas de la lesin es
preceptivo informar al Servicio de Ciruga de
Guardia, por si es necesario practicar un tratamiento quirrgico de urgencia en el curso de la
evolucin del paciente.

Endoscopia
La endoscopia es, sin duda alguna, la prueba de
eleccin para efectuar el diagnstico de la lesin
sangrante y debera ser llevada a cabo virtualmente en la prctica totalidad de los pacientes21. La
endoscopia permite adems estratificar el riesgo y
adaptar las medidas teraputicas de forma individualizada.

Consideraciones previas a la
realizacin de la endoscopia
La endoscopia debe ser llevada a cabo por un endoscopista asistido por personal de enfermera
adiestrado en la realizacin de endoscopias teraputicas y en una dependencia dotada del material
necesario para realizar una reanimacin urgente si
es necesario (figura 3). Por otro lado, y especialmente en el paciente inestable y/o grave, debe
contarse con personal mdico adecuado para mo-

4. Hematemesis y melenas
aquellos con aspirado de sangre fresca por SNG,
inestabilidad hemodinmica y hemoglobina por
debajo de 80 g/l23.

Figura 3. La endoscopia debe llevarse a cabo en una sala con


el equipamiento necesario para garantizar una reanimacin
adecuada.

nitorizar la situacin hemodinmica y respiratoria


del paciente grave, administrar sedacin si es necesario e iniciar maniobras de reanimacin cuando
sea preciso5,8.
Algunas consideraciones importantes para optimizar los resultados y evitar complicaciones asociadas
al procedimiento son las que se citan:
Momento ptimo para realizar la endoscopia
urgente. La mayora de expertos coinciden en
que la endoscopia debe realizarse precozmente
ya que permite el tratamiento hemosttico de
forma temprana en pacientes de alto riesgo, a
la vez que identifica un subgrupo de pacientes
de bajo riesgo (seleccionado por criterios clnicos y endoscpicos) que probablemente no
precisen ingreso hospitalario8. En este punto,
existe consenso en que la endoscopia urgente debera realizarse dentro de las primeras
24 horas5,8. En la mayora de los pacientes se
podr practicar una vez estabilizada la situacin
hemodinmica. Para evitar las complicaciones
inherentes a la exploracin debe ponderarse la
relacin riesgo-beneficio en las situaciones con
ms posibilidades de complicaciones. Es el caso
del sndrome coronario agudo, la insuficiencia
respiratoria o ante la sospecha de perforacin.
En situaciones de este tipo es preferible retrasar o diferir el procedimiento. En otros casos,
sin embargo, es aconsejable que la endoscopia
se realice con mayor precocidad, dentro de las
primeras 6-12 horas, ya que ello puede acelerar el control de la hemorragia y disminuir los requerimientos transfusionales y la estancia hospitalaria22. Ello puede ser particularmente til
en pacientes con hemorragia grave, incluyendo

Medidas previas que permiten optimizar los


resultados de la endoscopia. La aspiracin por
sonda nasogstrica ha sido utilizada durante
tiempo con el fin de mejorar la visin durante
la endoscopia y disminuir el riesgo de broncoaspiracin. Hoy en da, esta actitud se cuestiona
en muchos mbitos y probablemente existan mtodos alternativos igualmente eficaces
que causan menor malestar a los pacientes.
Aunque no se ha demostrado la utilidad del
empleo sistemtico de agentes procinticos
antes de la endoscopia, se ha sugeridos que la
eritromicina, un agonista de los receptores de
la motilina con propiedades procinticas, administrada en una dosis nica de 3 mg/kg iv
entre 30 y 90 minutos antes de la endoscopia,
puede facilitar la evacuacin de los restos hemticos y mejorar notablemente la visibilidad y
la calidad del examen endoscpico24. Un reciente metaanlisis sugiere efectivamente que los
procinticos reducen la necesidad de repetir la
endoscopia, pero no mejoran la estancia hospitalaria, las unidades de sangres transfundidas,
o la necesidad de ciruga25, por lo que su empleo de forma rutinaria no parece justificado.
Tambin existe consenso en que el tratamiento
con IBP antes de la endoscopia es de utilidad
para reducir la frecuencia de estigmas endoscpicos de alto riesgo y, consiguientemente, la necesidad de terapia endoscpica. Algunos datos
sugieren que la perfusin endovenosa de IBP a
dosis altas permite optimizar estos resultados26.
Sin embargo esta actitud no mejora las tasas
de mortalidad, recidiva hemorrgica o ciruga.
Probablemente su empleo sea ms relevante
en aquellos centros en donde la endoscopia no
pueda realizarse de forma precoz.
Riesgos y contraindicaciones potenciales. Las
complicaciones que pueden aparecer antes o
durante la endoscopia incluyen la broncoaspiracin (especialmente en pacientes agitados o con depresin del nivel de consciencia),
la hipoventilacin (generalmente asociada a
sobresedacin) y la hipotensin. El riesgo de
broncoaspiracin es ms elevado durante la
gastroscopia. Su prevencin hace aconsejable la intubacin orotraqueal en pacientes de
alto riesgo, bsicamente pacientes con obnubilacin, coma o hemorragia masiva. En este

69

Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes


mismo escenario, es esencial conseguir una
adecuada perfusin y oxigenacin tisular21.
Factores como la broncoaspiracin, la hipovolemia mantenida o la multitransfusin pueden
inducir un inadecuado intercambio gaseoso.
Todo ello hace necesario disponer de gasometra arterial o de pulsioximetra, adecuando
los controles y la periodicidad de los mismos
a la situacin clnica. La oxigenotrerapia y la
fisioterapia respiratoria deberan formar parte del tratamiento cuando resulte necesario.
Otras complicaciones como la induccin de
hemorragia o la perforacin pueden ser la conseuencia de la propia teraputica endoscpica.
Finalmente, el riesgo de la endoscopia es mximo en presencia de infarto agudo de miocardio,
arritmias graves, insuficiencia cardiaca o respiratoria grave, abdomen agudo y en pacientes
incapaces de cooperar.
Corregir los trastornos de la coagulacin. La
utilizacin de crioprecipitados puede ser de utilidad en la correccin de la coagulacin en casos
de hemorragia masiva y alteracin grave de la
coagulacin. En otras circunstancias puede bastar con la administracin de una nica dosis de
10 mg de vitamina K iv. Se ha sugerido que es posible realizar de forma segura una tcnica endoscpica hemosttica con un INR en rango teraputico27, aunque en la mayora de casos puede ser
preferible su correccin previa a la exploracin.

Optimizar el rendimiento
de la endoscopia
La endoscopia, adems de identificar la etiologa
en el 95% de las HDA, tiene valor pronstico al
proporcionar informacin relativa a la presencia
de sangrado activo o estigmas de hemorragia reciente (EHR), lo que permite estimar el riesgo de
recidiva hemorrgica y, por tanto, seleccionar a los
pacientes candidatos a hemostasia transendoscpica (figura 4). Brevemente, una lesin con sangrado activo tiene un riesgo de continuar sangrando o
resangrar superior al 80%. Cuando se visualiza un
vaso visible no sangrante el riesgo es del 50%. La
probabilidad de recidiva disminuye si se observa un
cogulo adherido (20-30%), mancha plana de hematina (signos indirectos, 5-10%) o un fondo de la
lesin limpio (1-2%). La clasificacin de Forrest, basada en estos parmetros, ha permitido sistematizar los EHR (tabla 7). El tratamiento hemosttico no
est indicado en pacientes con lesiones endoscpicas de bajo riesgo (lcera limpia o signos indirectos)

70

dado que su historia natural es favorable. Cuando


se detecta un cogulo adherido a la lcera, debe
aplicarse lavado con objeto de desprenderlo y realizar, si es necesario, tratamiento endoscpico de
la lesin subyacente. Se ha descrito que el lavado
vigoroso del cogulo adherido al lecho de la lcera
(por ejemplo, con una bomba de agua) permite visualizar con xito estigmas endoscpicos hasta en
un 26-43% de los casos y que en un 70% de los casos logra identificar estigmas de alto riesgo28. Una
vez liberado el cogulo se deber actuar en funcin
de los hallazgos endoscpicos: (1) En caso de que
el cogulo no se desprenda con el lavado, el tratamiento endoscpico es seguro y podra reducir las
tasas de recidiva hemorrgica. Sin embargo, actualmente no existen pruebas definitivas de que este
tratamiento sea superior al tratamiento solo con
IBP a dosis altas29,30. (2) Los pacientes con sangrado
activo o vaso visible no sangrante tienen indicacin
de tratamiento endoscpico, ya que su eficacia ha
sido constatada desde hace ms de dos dcadas.
El metaanlisis ha demostrado que el tratamiento
endoscpico en los pacientes de alto riesgo reduce
el riesgo de resangrado, la necesidad de ciruga y la
mortalidad31,32. Las figuras 5 y 6 ilustran ejemplos
de lceras sangrantes con estigmas de alto o bajo
riesgo de recidiva.
En aquellos casos en los que el tipo de lesin causal de la HDA lo requiera (lcera gstrica, lesiones
neoplsicas, etc.), debern tomarse biopsias mltiples para estudio anatomopatolgico. Si las caractersticas de la lesin desaconsejan su muestreo en
el momento de la endoscopia diagnstica, por el
riesgo de precipitar un nuevo sangrado, el procedimiento debe diferirse para un momento ulterior,
una vez el riesgo haya cesado.

Tcnicas de hemostasia endoscpica


En el momento actual se dispone de numerosas
tcnicas de hemostasia transendoscpica. stas incluyen bsicamente tcnicas de inyeccin (adrenalina, esclerosantes, pegamentos), procedimientos
trmicos de contacto (electrocoagulacin mono- o
bipolar, termocoagulacin) o no (lser, gas argn)
y procedimientos mecnicos (hemoclips, ligadura
con bandas) (figura 7).
Mecanismos de accin
Bsicamente, el mecanismo por el que se obtiene
la hemostasia es la formacin de un trombo que
ocluye el punto sangrante de la pared vascular.
ste es el objetivo comn de todos los mtodos

4. Hematemesis y melenas

EVALUACIN INICIAL
Confirmar la presencia de hemorragia
Evaluar la magnitud del sangrado
Valorar signos de hemorragia activa
Investigar factores que influyen de forma adversa en el pronstico
Reanimacin
Terapia antisecretora emprica
Estratificar riesgo antes de la endoscopia (tabla 5)

Alto riesgo 1

Bajo riesgo

Endoscopia urgente 2

Endoscopia < 12-24 h

Estigmas de alto riesgo


(hemorragia activa, vaso visible)

Estigmas de bajo riesgo

Cogulo adherido 3

Teraputica endoscpica
(UCI 1 da Sala 48 h)

Ulcus con base limpia

Punto negro plano


(flat spot) 4

Sala de hospitalizacin
3 das

Alta precoz
(< 24 horas)

Valorar ingreso en UVI.


Medidas para optimizar el resultado de la endoscopia (eritromicina iv).
Aplicar teraputica endoscpica si existen factores clnicos que gravan el pronstico.
4
Valorar alta hospitalaria si no existen factores clnicos que agravan el pronstico.
1
2
3

Figura 4. Algoritmo de actuacin en la HDA no varicosa. (Adaptado de Huang CS, Lichtenstein DR. Gastroenterol Clin N Am
2003 (32): 1053-1078 [ref 4]).

TABLA 7. Riesgo de recidiva hemorrgica segn los hallazgos del examen endoscpico (clasificacin de Forrest)
Grado de Forrest

Descripcin

% de recidivas

Ia
Ib
IIa
IIb
IIc
III

Sangrado activo arterial en forma de jet o chorro


Sangrado en forma rezumante o en sbana
Vaso visible en el lecho de la lesin
Cogulo fresco adherido
Cogulo oscuro o negro
Lesin con base limpia, cubierta por fibrina

90%
60-80%
50%
25-30%
7-10%
3-5%

71

Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes

Figura 5. Estigmas de alto riego de recidiva hemorrgica: A) lcera gstrica con sangrado activo arteria en jet; B) lcera duodenal con sangrado activo en sbana. Se puede apreciar la prominencia del vaso sangrante en el fondo de la lcera; C) lcera
duodenal con vaso visible en el fondo de la lesin.

Figura 6. Estigmas de bajo riesgo de recidiva hemorrgica: A) lcera gstrica con un cogulo fresco adherido; B) lcera gstrica
con pequeos cogulos oscuros y puntos de hematina; C) lcera gstrica con base limpia cubierta de fibrina.

expuestos, al actuar sobre los tejidos por distintas


vas, incluyendo el estmulo qumico (esclerosis),
trmico (calor local) o mecnico33. Tambin la induccin de vasoconstriccin (principalmente con
la inyeccin de adrenalina) y el propio edema que
comprime el vaso sangrante contribuyen a obtener
la hemostasia33. Para evitar complicaciones, es importante que el efecto del tratamiento quede confinado selectivamente a su lugar de accin y que
no afecte a otras capas de la pared intestinal. En
modelos experimentales de lcera sangrante, los
mtodos trmicos han resultado mas efectivos que
la inyeccin para conseguir una hemostasia completa. A su vez, entre los mtodos trmicos, los de
contacto han resultado ms efectivos que los que
actan sin contactar con la pared vascular34. Los
mtodos trmicos de contacto utilizan el principio
de coagulacin coactiva: inicialmente, la sonda

72

comprime el vaso favoreciendo el contacto de las


paredes vasculares opuestas (hemostasia por compresin) y posteriormente se aplica el calor para
obtener el sellado final35. Tericamente la compresin fsica del vaso detiene el flujo sanguneo lo que
facilita la aplicacin de calor y potencia su efecto.
Cabe sealar que en los estudios experimentales,
incluso los mtodos trmicos han resultado escasamente efectivos para conseguir hemostasia en
los vasos de mayor calibre (de ms de 2 mm). Solo
determinados mtodos mecnicos, no disponibles
en la prctica clnica rutinaria, parecen efectivos en
los vasos de gran calibre. Sin embargo, los modelos
de lcera experimental no se adecuan suficientemente a la lcera pptica crnica de los humanos.
Es probable, por ejemplo, que el prolongado efecto compresivo que se consigue con la inyeccin de
substancias, en un espacio escasamente expansi-

4. Hematemesis y melenas

Figura 7. Tcnicas endoscpicas de hemostasia. A) Esclerosis de lcera gstrica subcardial. B) Termocoagulacin.C) Endoclip
sobre el vaso visible en una lcera duodenal.

ble, como el fondo fibrtico de una lcera pptica,


no se reproduzca en los modelos experimentales
de lcera, habitualmente inducidas en sacabocados y con escaso componente fibrtico. De hecho,
en mltiples estudios clnicos comparativos no se
han observado diferencias significativas entre los
distintos tratamientos endoscpicos.
En la prctica clnica los mtodos de inyeccin son
los ms ampliamente disponibles, posiblemente
debido a que constituyen la opcin ms simple,
barata y fcil de ejecutar. Probablemente los mtodos trmicos ms empleados son la sonda de
calor (heater probe) y la electrocoagulacin bipolar
o multipolar. Con los dispositivos de electrocoagulacin bipolar, el electrodo positivo y el negativo
que completan el circuito elctrico estn muy cerca
entre s (en la punta de la sonda) lo que produce
un flujo puntual de corriente entre ambos35. Como
consecuencia de ello tienen menor riesgo de inducir quemaduras profundas que la coagulacin unipolar, y por lo tanto menor riesgo de perforacin,
adems de otras ventajas como la de permitir la
compresin mecnica previa y la aplicacin tangencial de la sonda. Los dispositivos de electrocoagulacin multipolar tienen tres pares de electrodos en
la punta de la sonda, y cualquiera de ellos puede
completar el circuito al contactar con el tejido,
lo que facilita su empleo. En algunos modelos de
electrocoagulacin multipolar los electrodos se alternan en una disposicin espiral en la punta de la
sonda, lo que facilita su aplicacin tangencial.
Eficacia clnica
Tanto los estudios controlados como su metaanlisis han constatado la eficacia de la inyeccin endoscpica en el control de la hemorragia por lce-

ra31,32. Otros parmetros como los requerimientos


transfusionales, la necesidad de rescate quirrgico
urgente y la duracin de la estancia hospitalaria
tambin mejoran significativamente con este tratamiento, mientras que el metaanlisis tambin ha
demostrado que mejora la supervivencia31,32. Con la
inyeccin endoscpica es posible conseguir la hemostasia inicial en ms del 95% de las lceras sangrantes36. Sin embargo, aunque tambin disminuye
significativamente la tasa de recidiva hemorrgica,
sta alcanza todava alrededor del 20% de los casos. La tcnica ms utilizada es la inyeccin de adrenalina sola o asociada a polidocanol o etanolamina.
Incluso la inyeccin de suero salino ha resultado
efectiva, aunque menos que otros mtodos, lo que
sugiere la trascendencia del efecto compresivo que
ejerce sobre el vaso el volumen depositado en un
espacio poco expansible como es el fondo ulceroso36. Cuando se emplean mtodos trmicos, sean o
no de contacto, se consiguen resultados similares a
los observados con las tcnicas de inyeccin37.
A pesar de su eficacia, el metaanlisis de estudios aleatorizados demuestra que la inyeccin de
adrenalina es subptima y que su capacidad hemosttica se puede mejorar significativamente
aadiendo a sta otras tcnicas de tratamiento
endoscpico38,41. Dicho metaanlisis, que en su
conjunto incluye ms de 1.000 pacientes, sugiere
que la asociacin de adrenalina con un segundo
tratamiento endoscpico (esclerosante, trmico o
clips) disminuye significativamente la incidencia de
fracaso teraputico y mejora la supervivencia38,39.
La monoterapia con mtodos trmicos, clips o inyeccin de esclerosantes, trombina o pegamentos
consigue una hemostasia ms efectiva que la inyeccin de adrenalina41.

73

Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes


Por otra parte, el metaanlisis no ha demostrado
que la combinacin de un mtodo trmico con la
inyeccin de adrenalina mejore los resultados obtenidos empleando solo tratamiento trmico, ni
que la combinacin de clips con inyeccin de adrenalina mejore los resultados obtenidos empleando
solo clips39,42. En consecuencia, en distintos foros
se ha recomendado como opcin vlida de tratamiento el uso de termocoagulacin o clips aislados, como alternativa al tratamiento endoscpico
dual5,8. Sin embargo, existe un claro riesgo de error
en ese metaanlisis, ya que el nmero de pacientes
incluido resulta ms de dos veces inferior al que se
hubiera requerido para demostrar si la diferencia
observada entre ambas aproximaciones tiene o no
significacin estadstica43. Adems, hay que considerar que la eficacia, sencillez, seguridad y rapidez
de la inyeccin de adrenalina para conseguir la hemostasia inicial en una lesin con sangrado activo,
estn contrastadas y resultan compatibles con cualquier otro tratamiento sin aadir riesgo ni coste.
En estudios no controlados se han utilizado con
xito las bandas elsticas para el tratamiento de
lesiones como el Mallory-Weiss, malformaciones
vasculares o la enfermedad de Dieulafoy21,36.
Distintos estudios sugieren que el argn plasma, un
mtodo trmico que no requiere contacto y cuyos
efectos en la pared gstrica son superficiales (lo
que disminuye el riesgo de complicaciones), puede ser til en el tratamiento de lesiones sangrantes
de forma difusa como el watermellon o las lesiones actnicas. Recientemente, en algunos estudios
controlados, se ha empleado tambin la termocoagulacin con argn plasma en el tratamiento de la
hemorragia por lcera pptica. Sin embargo, los
resultados no han mejorado los conseguidos empleando inyeccin u otros mtodos trmicos44.

Fracaso de la hemostasia
endoscpica
A pesar del xito de la hemostasia endoscpica inicial, aproximadamente un 10-15% de los pacientes
presentarn signos de nuevo sangrado, habitualmente en el curso de las primeras 72 horas. Entre
los factores que predicen con mayor probabilidad
esta eventualidad se incluyen la presentacin de la
HDA con signos de shock, niveles de hemoglobina
por debajo de 10 g/dl, la presencia de sangrado activo en el momento de la endoscopia y la presencia
de lceras de gran tamao (>2 cm.)45-47. Las lceras
localizadas en la curvatura menor del estmago o
en la cara posterior del bulbo tambin comportan

74

mayor riesgo de recidiva. No se ha determinado si


alguna medida teraputica puede prevenir el fracaso en estos grupos de alto riesgo.
En caso de fracaso del tratamiento endoscpico, es
recomendable un segundo intento de teraputica
endoscpica, antes de plantear la ciruga. Esta actitud se sustenta en los resultados de un estudio
prospectivo y aleatorizado, que evalu de forma
comparativa los resultados de la teraputica endoscpica con los de la ciruga en un grupo de
pacientes con signos de recidiva hemorrgica48. La
endoscopia se asoci a una menor tasa de complicaciones que la ciruga, sin incrementar el riesgo de
mortalidad.

Revisin endoscpica electiva


second look
En un intento de minimizar el riesgo de recidiva
hemorrgica, hace ya unos aos se propuso la posibilidad de llevar a cabo de forma electiva un segundo examen endoscpico precoz (en las primeras
24 horas) con el propsito de identificar lesiones
de alto riesgo susceptibles de una segunda terapia
endoscpica49. El metaanlisis de los estudios que
han evaluado esta opcin, incluyendo a ms de 700
pacientes, demuestra que el second-look disminuye el riesgo de resangrado y de ciruga, pero no
mejora la mortalidad ni disminuye de forma clara
la necesidad de ciruga urgente50,51. Los mejores resultados se han obtenido cuando los pacientes se
han seleccionados por su elevado riesgo50. Tambin
se ha sugerido que el empleo de termocoagulacin
en el second-look mejora la eficacia obtenida mediante la inyeccin de adrenalina52. Una cuestin a
resolver es si el second-look es verdaderamente
til cuando el tratamiento farmacolgico y endoscpico inicial se han optimizado al mximo.

Angiografa
En aquellos pacientes con hemorragia persistente o
recidivante, puede realizarse una arteriografa selectiva del tronco celiaco y de la arteria mesentrica superior. Esta exploracin permite diagnosticar
hemorragias arteriales o capilares si existe un extravasado sanguneo mnimo de 0,5 ml/min, aunque
no suele detectar sangrados venosos. La embolizacin arterial percutnea puede ser una alternativa
a la ciruga cuando fracasa la terapia endoscpica,
especialmente en pacientes de alto riesgo quirrgico y/o en los centros que cuentan con un servicio
de radiologa vascular intervencionista experimentado53,54. Para la embolizacin de lesiones sangran-

4. Hematemesis y melenas

Figura 8. Angiografa que muestra un punto de sangrado en el yeyuno (A y B) en un paciente de 38 aos con una HDA de
origen incierto. La inyeccin de un coil logra obtener la hemostasia (C). (Por cortesa del Dr. De Gregorio).

tes, se han utilizado esponjas de gelatina, alcohol


polivinlico, pegamentos cianoacrlicos o coils. La
angiografa tambin puede ser til para diagnosticar lesiones que pueden pasar desapercibidas a la
endoscopia, como tumores submucosos o lesiones
vasculares (figura 8).

Tratamiento mdico
Medidas generales
Dieta y rgimen de vida: la evidencia disponible
indica que el tiempo en reiniciar la alimentacin
no influye en el curso evolutivo, por lo que en
pacientes con una lcera de bajo riesgo puede
hacerse de forma precoz tras la endoscopia. En
casos de alto riesgo, sin embargo, parece prudente mantener una dieta lquida hasta transcurridas 24 horas libres de hemorragia por si se
hace necesario un nuevo tratamiento. La actividad fsica se restablece de forma progresiva de
acuerdo con el grado de anemia posthemorrgica existente. La reanudacin de la actividad
laboral depender de la recuperacin de sus valores hemticos y de las caractersticas del trabajo, pero habitualmente puede reinstaurarse
entre 15 y 30 das, si no existen otros problemas
que aconsejen prolongar el reposo.
Ferroterapia: es aconsejable cursar un estudio
del metabolismo frrico antes del alta y administrar suplementos de hierro en caso de que se
requieran, por va oral o endovenosa en caso de
anemia grave y/o segn comorbilidad.
Criterios de alta hospitalaria: el paciente puede ser dado de alta cuando ya no existe riesgo
apreciable de recidiva. Ya se ha mencionado

que los pacientes con lesin pptica de base


limpia o con signos indirectos y con contexto clnico favorable, constituyen un subgrupo de bajo
riesgo que puede ser dado de alta hospitalaria
en un intervalo inferior a 24 horas5,8. Para que
un tratamiento ambulatorio resulte seguro en
este contexto se hace necesaria una evaluacin
minuciosa del riesgo en funcin de la comorbilidad, la edad y el apoyo familiar. Un reciente
estudio epidemiolgico demuestra que el alta
precoz inadecuada se relaciona con un incremento de la mortalidad55. Dado que se precisan
hasta 72 horas para que una lesin de alto riesgo evolucione a una de bajo riesgo56 y la mayora de las recidivas ocurren en este periodo36, en
los pacientes con lceras que muestran criterios de alto riesgo es aconsejable prolongar la
hospitalizacin al menos durante este periodo
(72 horas).

Medidas especficas
Inhibicin de la secrecin gstrica de cido (SGA)
La inhibicin de la SGA sigue siendo un objetivo
primordial en el tratamiento de la HDA debida a
lesiones ppticas. Puede resultar beneficiosa por
dos mecanismos: 1) la menor SGA favorece la cicatrizacin de las lesiones mucosas y 2) la inhibicin
de la secrecin favorece la agregacin plaquetaria y
la formacin y estabilizacin del cogulo. Se estima
que para optimizar la hemostasia se debe mantener un pH intragstrico superior a 4, o mejor superior a 6 de forma sostenida, lo que consiguen con
mayor eficacia dosis altas de IBP. En la actualidad,
dada la eficacia probada de los IBP y el beneficio
marginal de los antagonistas-H217, no se recomien-

75

Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes


da la utilizacin de estos ltimos en la HDA. Los estudios realizados a este respecto han proporcionado evidencias de que el tratamiento con dosis altas
de un IBP endovenoso, tras el tratamiento endoscpico, reducen el riesgo de recidiva hemorrgica,
aunque el efecto sobre el requerimiento de ciruga
y la mortalidad es menos marcado19,57,58. Queda por
establecer si dosis bajas de IBP endovenoso o dosis altas de IBP oral pueden tambin ser efectivas,
especialmente en poblaciones de menor riesgo,
como la asitica. Su empleo puede considerarse
cuando el tratamiento con dosis elevadas por va
intravenosa no est disponible. Dado que el riesgo
de sangrado se reduce de forma significativa despus de las primeras 72 horas, el tratamiento con
IBP puede continuarse por va oral hasta la cicatrizacin de la lcera, para lo que puede ser suficiente
una dosis estndar5,8. En la tabla 8 se muestra la
dosificacin de distintos IBP.
Somatostatina y octretido
Se ha sugerido que el tratamiento con somatostatina u octretido puede reducir el riesgo de resangrado cuando el paciente es tratado con antagonistas-H2 o placebo59, pero no se ha demostrado que
mejoren la eficacia de los IBP, solos o asociados a
tratamiento endoscpico60. Su empleo, por tanto,
no est justificado de forma rutinaria en la hemorragia por lcera pptica.

Tratamiento quirrgico
La ciruga est indicada cuando la hemorragia no
se logra controlar con las medidas teraputicas
farmacolgicas o endoscpicas habituales. En la
hemorragia por lcera pptica debe establecerse
indicacin quirrgica en las siguientes situaciones:
Hemorragia masiva o exanguinante: se define
como aquella que provoca un estado de grave
inestabilidad hemodinmica que no logra controlarse con una reposicin vigorosa de la volemia incluyendo transfusin (generalmente ms
de 6 concentrados en un intervalo inferior a
12 h).
Hemorragia persistente o recidivante: aunque no existe una definicin unnimemente
consensuada, los trminos de persistencia o
recidiva de la hemorrragia quedan englobados,
hoy en da, en el concepto de fracaso del tratamiento endoscpico inicial. Este trmino se
aplica a aquellos pacientes en quienes despus
del tratamiento inicial existen signos de hemo-

76

TABLA 8. Frmacos antisecretores utilizados en la HDA no


varicosa
Bloqueadores de los receptores H2.
Ranitidina 50 mg/va iv/cada 4 horas.
Famotidina 40 mg/va iv/cada 12 horas.

Inhibidores de la bomba de protones.


Omeprazol Bolo inicial de 80 mg iv.

Despus 40 mg/va iv/8 horas o infusin


continua a 8 mg/h.

Pantoprazol Bolo inicial de 80 mg iv.


Despus 40 mg/va iv/8 horas o infusin


continua a 8 mg/h.

Esomeprazol Bolo inicial de 80 mg.


Despus 40 mg/iv/8 horas o infusin continua a


8 mg/h.

rragia (hematemesis o melenas) junto con inestabilidad hemodinmica y anemizacin (ms de


20 g/l en un periodo inferior a 12-24 horas). La
ciruga es obligada cuando el fracaso persiste
tras dos intentos de hemostasia endoscpica.
En el contexto de la emergencia, la ciruga de eleccin suele ser la sutura de la lesin sangrante asociada a una vagotoma y piloroplastia. Si la condicin clnica del enfermo es muy precaria y el riesgo
quirrgico es prohibitivo, la angiografa con fines
teraputicos constituye una opcin alternativa54.
Un caso especial es el de la la hemorragia causada por una fstula aortoentrica. sta debe sospecharse en enfermos portadores de injerto artico,
aneurisma de aorta, cuerpos extraos enclavados
en esfago, etc. Ante la mera sospecha debe realizarse endoscopia urgente, y en caso de confirmacin proceder a la ciruga urgente. No es infrecuente (de hecho, suele ser habitual) que la hemorragia
inicial sea de escasa magnitud y de curso autolimitado, para dar paso en pocas horas a una hemorragia exanguinante, a menudo de curso fatal. En estos
enfermos la tomografa axial computarizada puede
contribuir al diagnstico.

Prevencin de la recidiva
a largo plazo
Todos los pacientes que han sufrido una HDA
por lcera pptica gastroduodenal deben recibir
un tratamiento antisecretor hasta lograr la com-

4. Hematemesis y melenas
pleta cicatrizacin de la lesin. En el caso de la
lcera gstrica es preceptivo realizar un control
endoscpico en torno a las ocho semanas para
confirmar la cicatrizacin y asegurar, mediante
estudio histolgico, el carcter pptico y benigno de la lesin.
En pacientes con lcera pptica sangrante se
debe investigar, y en su caso tratar, la infeccin
por H. pylori, as como confirmar la erradicacin5,8. Las pruebas para H. pylori presentan una
tasa muy elevada de resultados falsamente negativos, cuando se realizan durante el episodio
de hemorragia. Por tanto, dichas pruebas deben
repetirse siempre que los resultados iniciales
sean negativos.
La erradicacin de H. pylori es ms eficaz que
el tratamiento con IBP en la prevencin de recidiva hemorrgica por lcera pptica61. Adems,
la tasa de recidiva hemorrgica es an menor
entre el subgrupo de pacientes con xito en la
erradicacin. De hecho, el tratamiento emprico
de la infeccin por H. pylori en estos pacientes,
especialmente en el caso de lcera duodenal,
podra ser una alternativa en algunos casos.
En todos estos casos resulta obligada la administracin de antisecretores hasta confirmar la
efectividad del tratamiento erradicador. Posteriormente no es necesario prolongar el tratamiento con IBP a largo plazo, salvo que el enfermo necesite gastroproteccin por algn motivo.
En pacientes con hemorragia previa por lcera
pptica que requieren AINE, tanto el tratamiento con un AINE tradicional junto con IBP, como
la monoterapia con un inhibidor selectivo de la
COX-2 se asocian a un riesgo residual alto de
recurrencia hemorrgica. Con objeto de reducir
al mximo la posibilidad de recurrencia hemorrgica, estos pacientes deben ser tratados con
la combinacin de un inhibidor selectivo de la
COX-2 asociado a IBP5,8.
Un punto importante a considerar en los pacientes que requieren AINE a largo plazo es el
reconocimiento de que su empleo no solamente se asocia a riesgos gastrointestinales (vase
captulo 18), sino tambin cardiovasculares.
Este riesgo puede estar incrementado con inhibidores COX-2 y tambin con AINE tradicionales62.
En pacientes con hemorragia previa por lcera
pptica que requieren antiagregacin por pato-

loga cardiovascular, la interrupcin prolongada


de AAS puede aumentar el riesgo de trombosis
(la misma afirmacin resulta vlida para los dicumarnicos) y, de hecho, se ha constatado en
estos casos un aumento significativo de la tasa
de mortalidad63. Por este motivo, es recomendable reiniciar el tratamiento con AAS entre el
tercer y el sptimo da del tratamiento endoscpico. Recientes estudios sugieren que el riesgo
de resangrado es menor cuando se combinan
AAS + IBP que cuando se emplea clopidogrel
como antiagregante en monoterapia64.
Si la lcera pptica no est asociada a la presencia de H. Pylori ni a la toma de AINE, deben
investigarse otras causas menos frecuentes de
lcera pptica gastroduodenal, incluyendo el
gastrinoma (ver captulo 18). Finalmente cuando la causa de la HDA es una esofagitis pptica
o una lcera esofgica, deber instituirse tratamiento de mantenimiento con un IBP.

Resumen
La hemorragia digestiva no varicosa constituye
una de las emergencias ms frecuentemente observadas en los servicios de urgencia hospitalaria.
Todos los hospitales deben disponer de protocolos
de actuacin interdisciplinar orientados segn la
mejor evidencia cientfica. Las claves para un manejo eficiente y efectivo de estos enfermos incluyen
una reanimacin adecuada (objetivo prioritario en
la evaluacin inicial) y una endoscopia precoz que
permita identificar la lesin responsable y estratificar el riesgo de resangrado. En los pacientes
con sangrado activo o con un vaso visible en el
estudio endoscpico debe aplicarse tratamiento endoscpico dual con inyeccin de adrenalina
junto a un segundo mtodo con inyeccin de esclerosante, termocoagulacin o clips. Los IBP son,
hoy en da, los frmacos de eleccin para inhibir la
secrecin cida gstrica. Inicialmente es recomendable su administracin en infusin iv continua a
altas dosis. Sin embargo, despus de un periodo de
48-72 horas libre de hemorragia pueden ser administrados con seguridad por va oral. Los enfermos
que no responden al tratamiento mdico y endoscpico pueden requerir una intervencin quirrgica. La embolizacin transcatter por va angiogrfica constituye una alternativa en enfermos de alto
riesgo. Una vez superado el episodio de hemorragia
debe establecerse un plan de prevencin de la recidiva. ste se basa en la mayora de los casos en
la erradicacin de la infeccin por H. Pylori, o en

77

Seccin 1. Sntomas gastrointestinales frecuentes


la gastroproteccin permanente con IBP cuando el
enfermo precisa tomar AINE o antiagregantes.

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