El Silencio y La Memoria PDF
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LA MEMORIA
EL SILENCIO Y LA MEMORIA*
"CMO SE PUEDE TOCAR A SCHUBERT
POR LA NOCHE, LEER
A RILKEPOR LA MANANA Y TORTURAR AL MEDIODA?"
JOAN-CARLES MELICH
UNIVERSITAT AUTONOMA DE BARCELONA
Paul Celan
En todo lo gire escribo, toda m i ensefianza, m i pensamiento, giran alrededor de la catstrofe de Ailschwitz.
George Steiner
Este trabajo es un estudio sobre la filosofa de la educacin de
George Steiner. La obra que tomamos como referencia fundamental es En el castillo de Barba Azul ( 1 9 7 1 ) , aunque lgicamente tendremos presente los dems libros de este autor, principalmente
Presencias reales ( 1 9 8 9 ) l . Por qu esta eleccin? En primer lugar,
*Este artculo reproduce una ponencia lea el da 30 de enero de 1998 en el
Instituto de Filosofa del Consejo Superior de Investigaciones Cientficas.
l Cito las obras de George Steiner por las siguientes ediciones y abreviaturas:
172
Presencias reales. Hay algo en lo que decimos?, Barcelona, Destino, 19922. (PR)
Despus de Babel. Aspectos del lenguaje y la traduccin, Mxico, FCE, 19952. (DB)
Pasin intacta, Madrid, Siruela, 1997. (PI)
En dilogo con R. Jahanbegloo, Madrid, Anaya & Muchnik, 1994. (D)
Levi, P. (1995): Si esto es un hombre, Barcelona, Muchnik, pg. 23.
Levi, P. (1995): Si esto es un hombre, ed. cit., pg. 167.
"El otro se ha retirado de lo encarnado dejando inciertos rastros profanos o
un vaco que sigue resonando con la vibracin de la partida" (PR, 277).
ARS BRCVIS1998
E L SILENCIO Y LA MCMORIA
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Responder a esta pregunta es el gran reto de la filosofa despus de Auschwitz. Cmo el lenguaje puede hacer frente a lo
inhumano, a la barbarie? Si la literatura, la filosofa, las humanidades... no pueden hacer nada para deterner la barbarie, para qu
educar?
La crisis del lenguaje, su inhumanidad, viene provocada por
el monolingismo. Por un lado, el ingls americano domina el
mundo; por otro, el icono del ordenador, el lenguaje de la estadstica y la frmula matemticall. Con el lenguaje conceptual, con la
gramtica de la tecnologa no se puede responder a la Grundfrage
planteada por Steinerlz. Qu posibilidades hay de que la inhumanidad poltica del siglo XX y la aparicin de la sociedad hipertecnolgica haya afectado al lenguaje? De dar respuesta a esta pregunta ya se ocup Steiner en Lenguaje y silencio.
El lenguaje se ha deshumanizado. Quiere esto decir que la
Palabra ha perdido parte de su "genio humano" (LS, 80). Parece
que el lenguaje no quiere (o no puede) hablar del Holocausto.
Pero, cmo es posible hablar de [o contra] la barbarie, en el
mismo lenguaje que expres la Muerte? No se trata slo de un lenguaje concreto, de una lengua, porque como Steiner advierte: el
Holocausto no es un fenmeno puramente alemn (y por lo tanto
la gramtica de lo inhumano es extrapolable a cualquier lenguaje).
Puede el lenguaje despus de la Shoah expresar la esperanza?
Lo que queda claro es que despus del gran acontecimiento, despus de Auschwitz, ya no es posible estudiar el lenguaje, la literatura, la filosofa, las humanidades ... como si no hubiera pasado nada.
El totalitarismo ha nacido en el corazn mismo de la civilizacin,
ha socavado las races de la cultura occidental y nuestras concepciones del mundo. Si se puede leer o escribir "como si nada hubiera pasado", tampoco es posible, despus de Auschwitz, educar
como si Auschwitz no hubiera tenido lugar. Hay que leer y escribir
de otro modol3. Una lengua que no sea capaz de combatir la barbarie se convierte en cmplice de ella; una gramtica que entien-
EL SILENCIO Y LA MEMORIA
ARS BREVE1998
2. LA CRISIS DE LA CULTURA
Me parece irresponsable toda teora de la cilltilra,
todo anlisis de nilestras actuales circunstancias, que no
tenga como eje la consideracin de los modos de terror qire
acarrearon la muerte por obra de la guerra, del hambre y de
matanzas deliberadas de linos setenta millones de seres
hirmanos...
(George Steiner, BA 48-49)
En qu medida es el universo simblico decisivo en la construccin de la identidad personal? Parece claro que nadie puede
edificar el presente al margen de la tradicin simblica en la que
est inscrito. La historia contribuye a la creacin de nuestra propia
subjetividad en la medida en que se puede contar o narrar. Desde
el momento en que el pasado literal se narra, la historia se convierte en relato. Por eso Steiner sostiene en las primeras pginas de
En el castillo de Barba Azul que lo que nos rige no es el pasado literal sino las imgenes del pasado. Quiz nunca se pueda saber, so
pena de haberlo vivido directamente, cal es ese pasado literal. El
pasado nos ha sido legado a travs del relato, y ste es ya una imagen del pasadol. La identidad, pues, es tan heredera de la historia
como de la ficcinl*, o mejor, la identidad es el cruce entre la hisl4 As, escribe Gnter Grass, "nuestra vergiienza nunca se podr reprimir ni
superar; la imperiosa concrecin de esas fotos -los zapatos, las gafas, los cabellos, los
cadveres- se resiste a la abstraccin; Auschwitz, aunque se rodee de explicaciones,
nunca se podr entender." (Grass, G.: "Escribir despus de Auschwitz", Claves de
razn prctica, nm. 3, Junio 1990).
15 Arendt, H., (1981): Los orgenes del totalitarismo, Vol. 1, Madrid, Alianza, pg. 12.
Levi, P., (1995): Si esto es un hombre, ed. cit., pg. 208.
l7 "Cada era, escribe Steiner, verifica su sentido de identidad, de regresin o de
nueva realizacin teniendo como teln de fondo ese pasado" (BA, 18).
Vase el concepto de "identidad narrativa" que Paul Ricoeur desarrolla en
Tiempo y narracin, 3 vols., Siglo XXI, Mxico, 199511996.
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toria y la ficcinlg.
Nuestra identidad tiene, a juicio de Steiner, un teln de
fondo que hunde sus races en Inglaterra y Europa Occidental
entre 1820 y 1915. Es, en palabras de Steiner, un largo verano (BA,
19)) el largo verano en el que la civilizacin parece desterrar para
siempre la Barbarie. Alfabetizacin, democracia, seguridad ciudadana, florecimiento de la ciencia y de la tcnica ... Todo ello contribuye a ofrecer una imagen civilizada de un pasado lleno de paz,
de orden, de armona ... Pero Steiner sostiene que esa visin "veraniega" no deja de ser una falsa imagen. Los historiadores tambin
han contribudo a darla. Pero hay otra visin distinta de lo que nos
antecede, una visin ms "realista": explotacin, odio generacional, dominio... Hay que mirar, pues, ese feliz verano de otro modo.
Steiner sugiere la hiptesis que la fuente de la inhumanidad
reciente hunde sus races en este falso verano, en la larga paz del
siglo XIX. Para l, la mayor parte de lo sucedido en el siglo XX
"tiene sus orgenes especficos en las tensiones de la sociedad del
siglo XIX, en un complejo de actitudes que, vistas retrospectivamente, consideramos con demasiada prontitud como el modelo de
la cultura misma" (BA, 40) (PR, 111).
La cuestin que George Steiner se plantear a partir de ahora
es de un radical dramatismo: jacaso toda cultura elevada debe
desarrollar siempre impulsos que lleven a la autodestruccin?2oNo
podr comprenderse qu es la barbarie del siglo XX sin lo sucedido en el XIX. Pero esta cuestin lleva necesariamente a otra:
jcmo explicar que los centros culturales florecieran en las proximidades de los campos de exterminio? Por qu esta proximidad?
Y por qu el humanismo ha sido tan frgil a la barbarie? (BA, 48).
Una teora actual de la cultura no puede dejar de lado estas preguntas fundamentales.
Pero hay una importante diferencia entre lo sucedido en la
Primera Guerra Mundial y la Segunda, y muchos otros posibles
"holocaustos" o genocidos de la historia: el genocidio programado
estatalmente. Como ha puesto de manifiesto Primo Levi en Los hundidos y los salvados, "el sistema de campos de concentracin nazi
l9 "El frgil vstago, fruto de la unin de la historia y de la ficcin, es la asignacin a u n individuo o a una comunidad de una identidad especfica que podemos
llamar su identidad narrativa." (Ricoeur, P., (1996): Tiempo y narracin, Vol. 111, ed.
cit., pg. 997.
20 La referencia a El malestar en la cultura de Freud parece obligada (BA, 41). Para
Steiner la obra de Freud es una referencia ineludible para toda teora contempornea
de la cultura.
Alis BREVIS1998
EL SILENCIO Y LA MEMORIA
contina siendo un unicurn, en cuanto magnitud y calidad. En ningn otro lugar o tiempo se ha asistido a un fenmeno tan imprevisto y tan complejo: nunca han sido extinguidas tantas vidas
humanas en tan poco tiempo, ni en una combinacin tan lcida
de ingenio tecnolgico, fanatismo y crueldad."21 No es posible
olvidar lo que la Shoah ha supuesto para la cultura del siglo XX.
Por eso no es lcito intentar olvidar lo sucedido entre 1936 y 1945.
La palabra, se nos dice por todas partes, debe mirar al futuro, al nuevo mundo, a la luz de la nueva Ilustracin que se teje
alrededor de la aldea global. Estn muertas las vctimas, pero tambin estn muertos los verdugos, se dice. Para qu recuperar una
palabra que nos conduce directamente a su pasado infernal? La
barbarie tuvo lugar, ciertamente, se dice, pero la cultura hoy debe
mirar al futuro y olvidarnos de lo sucedido.
Sin embargo, hay que recordar aqu a Walter Benjamin:
"Jams se da un documento de cultura sin que lo sea a su vez de
barbarie. E igual que l mismo no est libre de barbarie, tampoco
lo est el proceso de transmisin en el que se pasa de uno a otro."22
No hay entonces cultura "despus" del holocausto, puesto que la
barbarie no ha concluido. Despus de Auschwitz, toda cultura vive
permanentemente bajo la presencia o la amenaza de la barbarie.
Auschwitz no debe entenderse solamente como un hecho histrico, sino como un acontecimiento. Comparto en este sentido la
tesis de Gnter Grass: Auschwitz es un nombre monstruoso.
Cualquier intento de concebir alguna explicacin racional o sentimental de lo que Auschwitz fue, cualquier intento de legitimacin
o justificacin de Auschwitz, sera la expresin ms evidente de la
inhumanidad gramatical. Cualquier smbolo que nos conduzca a
la apologa de lo Innombrable forma parte de la gramtica de lo
inhumano. Grass advierte con acierto que Auschwitz se ha convertido en un punto de ruptura, de forma que resulta lgico fechar
la historia de la humanidad y nuestro concepto de existencia
humana con acontecimientos ocurridos antes y despus de
Auschwitz23. Una cultura que no es capaz de encontrar las palabras
21 Levi,
P., (1989): Los hundidos y los salvados, Barcelona, Muchnik, pgs. 19-20.
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ARS BREVIS1998
EL SILENCIO Y LA MEMORIA
2' Vase Levinas, E. (1993) Entre nosotros, Valencia, Pretextos, pgs. 115-126.De
comentar ampliamente este texto de Emmanuel Levinas me he ocupado en mi libro
Totalitarismo y fecundidad. (Husserl, Adorno, Levinas: la /?losofla frente a la barbarie),
Barcelona, Anthropos (en prensa).
28 Kemp. P. (1997): Levinas. Une introduction philosophique, Fougeres, Encre
Marine, pg. 85.
29 Mate, R. (1997):Memoria de Occidente. Actualidad de pensadores judos olvidados, Barcelona, Anthropos, pg. 18
30 Levinas, E., ( 1 9 8 7 ) : ~ ~ ~ m a n i sde
r nl'autre
e
homme, Pars, Le livre de poche,
pgs. 62-70.
31 El horror de la tortura es el resultado de la aplicacin de la visin maquinista e industrializada del mundo a la relacin cuerpo a cuerpo. As, "el campo de concentracin reproduce las formas de vida de la fbrica, en la cual la 'solucin final' es
aplicar a los seres humanos las tcnicas de la produccin en serie" (BA, 72).
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infierno vuelto inmanente. Representan el traslado del infierno desde el miindo subterrneo a la siipe@cie de la tierra.
(BA, 77)
Pero lo ms grave para una teora de la cultura es que la irrupcin del infierno no ha tenido lugar en medio del desierto, sino en
los ms altos enclaves de la civilizacin. En otras palabras, el infierno h a florecido e n el corazn de la cultura. Por lo mismo, la cultura
ya no existe. Nos encontramos en un tiempo de post-cultura.
Porque la palabra se ha exiliado, nos hallamos en una poca de
post-palabra. Ya no hay alteridad ni diferencia. Plena inmanencia,
plena identidad que niega toda presencia real ms all de lo Dicho.
"Nada impidi en el cercano mundo de Dachau que en
Munich se desarrollara el gran ciclo de invierno de la msica de
ARSBREVE 1998
EL SILENCIO Y LA MEMORIA
cmara de Beethoven" (BA, 88/LS, 15). Este hecho no resulta, a juicio de Steiner, fortuito. No se pueden comprender importantes
manifestaciones artsticas, filosficas o literarias de la cultura occidental lejos del entorno absolutista y totalitario en el que fueron
concebidas, y en el que florecieron (BA, 89). No solamente hay que
tener presente aqu el imperialismo y el colonialismo sino tambin
la relacin entre cultura y regmenes polticos represivos y violentos.
Siempre ha existido la duda respecto al supuesto de que la
evolucin de la historia de la cultura occidental fuera ascendente.
Sin embargo, ahora este supuesto "est decisivamente daado"
(BA, 92). Se sigue la historia moviendo hacia adelante o aparece
de pronto la pesadilla del eterno retorno de Nietzsche como la
imagen verdadera del tiempo y de la historia? Cmo es posible
explicar desde el sentido comn que la Barbarie del siglo XX haya
sido muchsimo peor en nmero y en organizacin que todas las
otras barbaries de la historia? "Cuando salieron clandestinamente
de Polonia los primeros informes sobre los campos de la muerte, la
gente, en general, no crey en ellos: semejantes cosas no podan
ocurrir en la Europa civilizada de mitad del siglo XX" (BA, 94). La
tesis de Steiner aparece ahora claramente formulada: se ha cambiado la experiencia de la historia. sta ya no se vive ahora como
una curva ascendente. La historia tambin aparece como un descenso al infierno. La formacin y la novela de formacin puede
concebirse como un viaje de deformacin.33
Pero al mismo tiempo, la ciencia y la tcnica se resiste a
deponer la imagen del xito y del progreso. Convertidas ahora en
visiones del mundo (Weltanschauungen), siguen prometiendo un
mundo feliz en el que nunca se puede preguntar "por qu?" (al
igual que le sucedi a Primo Levi en Auschwitz). No hay razn para
el totalitarismo. Las preguntas fundacionales (Grundfiagen) son
consideradas como pseudopreguntas. La ciencia y la tcnica tienden a ocupar el mundo dado por supuesto (Schtz). Han colonizado la cultura. La ciencia y la tcnica no permiten el cuestionamiento. ["Los avances tcnicos -dice Steiner- esplndidos en s mismos, trabajan arruinando primarios sistemas vivos y arruinando
ecologas" (BA, 96)].
El universo hipertecnolgico nos ha arrebatado la capacidad
de imaginar y nos ha impuesto la positividad. El hecho positivo se
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torna "fetiche". Ya no podemos o no sabemos "soar hacia adelanteU.34La esperanza, se dice, es utpica, no es realista. Hay que
ser pragmtico, se dice. La tecnociencia no tolera otros lenguajes
que el suyo propio. De nuevo el reinado de la inmanencia, de lo
Mismo; otra vez la gramtica de lo inhumano. Las expectativas de
la Ilustracin, por lo que a la cultura y la educacin se refieren,
parecen claras: hay un proceso natural que va desde "el cultivo del
intelecto y los sentimientos en el individuo a una conducta racional beneficiosa para la sociedad" (BA, 101). El mal, la crueldad, se
vea como fruto de la ignorancia, de la mala educacin. Esta idea
cruza toda la cultura occidental, desde Scrates a la Ilustracin. La
cuestin que ahora Steiner pondr sobre el tapete es muy grave: a
la luz de los acontecimientos del siglo XX, jacaso no urge revisar
esa relacin? Se puede seguir sosteniendo que la causa del
Holocausto es la mala educacin? O dicho de otro modo, las
humanidades humanizan?
George Steiner rompe radicalmente con el ideal formativo
ilustrado. Hoy sabemos que "la excelencia formal y la extensin
numrica de la educacin no tiene por qu estar en correlacin
con una mayor estabilidad social y una mayor racionalidad poltica" (BA, 104) Bibliotecas, museos y campos de concentracin coexisten armoniosamente en un mismo tiempo y en un mismo espacio. Y lo dicho a nivel institucional puede tambin sostenerse individualmente. En la psicologa de cualquiera pueden coexistir el trabajo en un campo de exterminio, por un lado, y el amor y la sensibilidad artstica y literaria, por otro (BA, 105).
El Holocausto es un acontecimiento porque desde l nuestra
concepcin del mundo y de las relaciones humanas ha cambiado
radicalmente. La dialctica "cultura/sociedad" resulta desde la
Shoah desconcertante (BA, 106). Cuanto menos algo parece claro:
el concepto ilustrado de cultura y de educacin ha dejado de tener vigencia. Tampoco se trata de menospreciar a la Ilustracin, pero los
ilustrados no vivieron Auschwitz, nosotros s. Lo grave es que
muchos tericos de la cultura y de la educacin continan trabajando como si nada hubiera pasado, y desde luego hacen caso
omiso del "nuevo imperativo categrico" propuesto por T. W.
Adorno: ;Que Auschwitz no se repita!ss
Nos encontramos al final de una estructura de valores jerrquica. Esto es lo que caracteriza, segn Steiner, la situacin actual.
Consignas,
EL SILENCIO Y LA MEMORIA
ARS B R C V ~1998
S
- --
183
184
738.
38 Mate, R., (1993): "Identidad y alteridad en la cultura europea", en Revista de
Occidente, nm. 140, Madrid, pg. 67.
39 Mate, R., (1994): "La herencia pendiente de la razn anamntica", Isegora,
nm. 10, pg.
- - 118.
40 Vase Bell, D. (1989): Las contradicciones culturales del capitalismo, ed. cit.,
pg. 102.
A s BEVIS 1998
E L SlLCNClO Y LA MCMORIA
1014.
43 Levinas, E., (1987): De otro modo que ser o mrs all de la esencia, Salamanca,
Sgueme, pg. 99.
185
Hubiera sido hermoso que el mundo hubiese decidido callar despus de Azrschwitz
(George Steiner, D, 150)
18'
Buena parte de lo ms representativo de la literatura contempornea funciona deliberadamente al filo del silencio (DB,
197). Qu se puede decir sobre el Holocausto? Cmo hablar ante
Auschwitz? Despus de Auschwitz, el silencio es una palabra tica.
Que Auschwitz n o se repita debe ser el objetivo de toda educacin.
Pero para eso es necesario no tener miedo del silencio, no tener
miedo a permanecer en silencio.
En el castillo de Barba Azul termina con una crtica feroz a lo
que se podra llamar "la sociedad del ruido". En esta sociedad, la
msica, concretamente la msica estridente, ocupa un lugar destacado. Lo que ha cambiado es que actividades como leer, escribir o
comunicarse, que anteriormente se realizaban en entornos silenciosos, ahora estn envueltas en un campo de estridentes vibraciones (BA, 150). Adems, este tipo de ruido, el ruido musical, n o
conoce fronteras. Nos vincula a todos los individuos a la sociedad
global. El lenguaje pop y rock es un nuevo esperanto. Bien sea el
ruido de la msica, como cualquier otro ruido, lo cierto es que vivimos en una cultura donde el silencio ha desaparecido (D 85). La
constante presencia del ruido ha generado una nueva forma de
cultura: lenguaje, moda, ritos iniciticos, smbolos ... todo ello est
presente en la cultura de la postpalabra: "En todas partes -escribe
Steiner- una cultura sonora parece desalojar la antigua autoridad
del orden verbal." (BA 152/LS, 56).
La aparicin de los aparatos de alta fidelidad ha provocado
algo ms que la posibilidad de escuchar msica en casa, ha cambiado nuestros hbitos de lectura y de organizacin del espacio (los
discos ocupan el lugar de los libros), e incluso del trabajo domstico. As, "el hecho enteramente nuevo consiste en que ahora cualquier msica puede oirse en cualquier momento y como fondo
domstico." (BA 153).
La presencia del ruido y de la msica afecta a la lectura. No
hay lectura posible sin intimidad y sin silencio, excepto en el acto
de leer en voz alta (BA 155). "Leer es un acto silencioso y solitario.
Es un silencio vibrante y una soledad poblada por la vida de la
palabra." (PI 30). Y es en la lectura silenciosa, en el acto silencioso
de leer que lo otro que transmite el texto nos asalta. El texto habla,
irrumpe en nuestra intimidad, agrieta la identidad, la seguridad del
yo: "Un gran poema, una novela clsica nos acometen; asaltan y
ocupan las fortalezas de nuestra conciencia" (LS, 32). El yo es, en
ARS BREVIS1998
EL SILENCIO Y LA MEMORIA
vase Duch,
Ll., (1997):La educacin y la crisis de la modernidad, Barcelona, Paids.
46 Vase Blumenberg, H., (1990): Arbeit a m Mythos, Francfort, Suhrkamp, pg.
9.
FINAL
La retirada de la palabra hacia cdigos nilmerados o simblicos es cada vez ms drstica, no slo en las ciencias exactas y aplicadas, sino tambin en la filosofa, la lgica y las
ciencias sociales. La imagen y el titillar dominan esferas de
informacin y comunicacin en constante expansin.
(George Steiner, PI, 51).
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47 "Nadie sabe todava quin habitar en el futuro esta envoltura vaca ....
[Weber, M., (1987):"La tica protestante y el espritu del capitalismo", en Ensayos
sobre sociologa de la religin 1, Madrid, Taums, pg. 200.1
EL SILENCIO Y
LA MEMORIA
Abstract
This article is a reflection on George Steiner's philosophy of education.
According to this author, the crisis in western education is fundamentally a crisis of memory, and the strength of memory can only stand where there is
silence. Today, in the westernsociety, this order of silence tends to become a
luxury. So, after the big Event, "after auschwitz", education needs silence and
memory in order to restore speech to the victims of the Barbarity.