La Política Fiscal en El Enfoque de Haavelmo y Kalecki
La Política Fiscal en El Enfoque de Haavelmo y Kalecki
La Política Fiscal en El Enfoque de Haavelmo y Kalecki
HAAVELMO Y KALECKI.
EL CASO ARGENTINO RECIENTE1
AUTOR:
FABIN AMICO
Quisiera agradecer sin implicar- a Alejandro Fiorito y Franklin Serrano por las opiniones y discusiones sobre los
DIRECTOR
GUILLERMO W IERZBA
INVESTIGADORES
FABIN AMICO
MARTN BURGOS ZEBALLOS
JUAN MATAS DE LUCCHI
JORGE GAGGERO
RODRIGO LPEZ
MARA LUCA LOBROFF
ESTANISLAO MALIC
PABLO MARESO
MARA ANDREA URTURI
MARA SOL RIVAS
MAGDALENA RUA
INVESTIGADORES INVITADOS
ENRIQUE ARCEO
CLAUDIO CASPARRINO
JUAN CUATTROMO
NORBERTO CROVETTO
ALEJANDRO FIORITO
GUILLERMO HANG
ROMINA KUPELIAN
JORGE MARCHINI
PRISCILA RAMOS
DARIO ROSSIGNOLO
ARIANA SACROISKY
LEANDRO SERINO
FERNANDO TOLEDO
CONSEJO ACADMICO
CECILIA CARMEN FERNANDEZ BUGNA
ROBERTO FRENKEL
ALFREDO T. GARCA
ROBERTO RIGHI
Las opiniones vertidas en el trabajo no necesariamente coinciden con las de las entidades patrocinantes
del Centro.
Para comentarios, favor dirigirse a: [email protected]
INDICE
Introduccin .................................................................................................................. 4
I. La poltica fiscal en el nuevo consenso macroeconmico .......................................... 5
II. Poltica fiscal y demanda efectiva ............................................................................. 8
II.1. Kalecki y Haavelmo ............................................................................................ 9
II.2. El modelo de Kalecki ........................................................................................ 14
II.3. Supermultiplicador y gasto pblico ................................................................... 25
III. La poltica fiscal y el crecimiento en la Argentina reciente...................................... 27
III.1. Aspectos histricos y generales ...................................................................... 27
Carga tributaria bruta y neta .................................................................................... 29
III.2. Poltica fiscal y crecimiento (1994-2009) ......................................................... 32
III.3. La poltica fiscal en la etapa reciente .............................................................. 44
4 Observaciones finales.............................................................................................. 47
Referencias: ............................................................................................................... 51
Anexo estadstico .................................................................................................... 54
En 1946, Kalecki abog por una serie de beneficios sociales (por ejemplo, pensiones
de jubilacin, prestaciones por hijos) para estimular el consumo y ayudar a los grupos
de menores ingresos. En general abog por la estimulacin del consumo de masas
como una parte importante del paquete macroeconmico para garantizar el pleno
empleo. Sostuvo esto basado en la insuficiencia de otros mtodos, en razones de
justicia social y debido a que el consumo es el resultado final de la actividad
econmica (Sawyer, 1986, p.131).
Introduccin
El impacto de la poltica fiscal en el crecimiento argentino constituye an hoy un tema
controvertido y poco estudiado. Dado que el gobierno sostuvo en los primeros aos de
la dcada de los 2000 un supervit fiscal primario alto, algunos economistas afirmaron
que la poltica fiscal no fue un factor importante en la recuperacin de 2002-2003 y que
el cambio en el resultado fiscal (de un dficit persistente antes de 2002 a un fuerte
supervit aunque decreciente- desde 2003) sera un indicador de que la poltica fiscal
habra sido ligeramente contractiva al menos hasta 2005.
Sin embargo, el resultado fiscal (del dficit al supervit) no es necesariamente un buen
proxy de cun expansiva o contractiva es la poltica fiscal, como se intentar mostrar
en este trabajo. Con base en el principio de la demanda efectiva de Kalecki y en el
Teorema de Haavelmo (1945), se puede construir un indicador consistente que revele
el impacto del sector pblico en el crecimiento argentino reciente. Dicho indicador
mostrar que la poltica fiscal se torn crecientemente expansiva desde 2003,
independientemente de la consideracin del resultado fiscal, y que tuvo una impronta
fundamental en el crecimiento de los ltimos aos.
Por ende, este trabajo apunta a estimar el impacto de la poltica fiscal y del sector
pblico en general en el crecimiento econmico argentino de los aos recientes. Para
eso, se hace un breve repaso del rol de la poltica fiscal en el crecimiento segn la
ptica convencional (seccin I) y luego se discuten las caractersticas principales de un
enfoque alternativo basado en el principio de la demanda efectiva de Kalecki y en el
Teorema de Haavelmo del multiplicador de presupuesto equilibrado. Seguimos en este
sentido una sugerencia de Serrano (2012). Finalmente, el enfoque concluir en un
modelo de tipo supermultiplicador (seccin II).
La seccin III describe algunos aspectos histricos y generales sobre la poltica fiscal
en Argentina y presenta una primera estimacin de su impacto en los aos recientes.
La seccin IV formula unas pocas observaciones finales. Creemos que los resultados
presentados en este trabajo, aunque solo sean el producto de una primera
aproximacin al problema, pueden ser tiles para poner de relieve el rol relevante de la
poltica fiscal en el crecimiento econmico de largo plazo en su interaccin con
aspectos distributivos, externos y estructurales.
El efecto desplazamiento implica que la expansin fiscal se hace a expensas del sector privado, el que se debe
contraer para hacer espacio al impulso fiscal. Este efecto cuenta con distintos canales de transmisin en la literatura,
pero dos supuestos centrales (a menudo relacionados) son que la expansin fiscal impone una suba de la tasas de
inters y una reduccin de la inversin privada, o bien que la economa se encuentra en el pleno empleo. Por su lado,
la equivalencia ricardiana postula que el dficit fiscal no afecta a la demanda agregada. El gobierno puede financiar
su gasto mediante impuestos o por la emisin de deuda pblica. Si elige el segundo camino, tarde o temprano tendr
que pagar la deuda subiendo los impuestos por encima de lo que estos se ubicaran en el futuro. De modo que ambos
caminos seran equivalentes.
debilitando la inversin, la cual tambin se vera afectada por el alza de las tasas de
inters debido al aumento del dficit fiscal (merced al efecto crowding-out ms
convencional). Por estos motivos y algunos ms- la poltica fiscal es inefectiva en el
marco del NCM.
Uno de los problemas principales de esta corriente es cmo reconciliar la prediccin
de la teora acerca de que el gasto pblico tiene un fuerte efecto negativo sobre el
consumo, mientras la evidencia emprica muestra lo contrario.
Frente a este escollo, la teora tuvo que admitir modificaciones esenciales. Mankiw
(2000), por ejemplo, sugiri que los modelos convencionales sobre el impacto de la
poltica fiscal deben permitir dos tipos de consumidores. Un tipo de consumidores (los
consumidores ricardianos) funciona como predice el modelo: se comporta
optimizando plenamente mirando hacia el futuro, recurriendo al mercado de activos y
suavizando su consumo en el tiempo. Estos optimizantes consumidores ricardianos
tienen expectativas sobre el futuro que son plenamente consistentes con el pleno
empleo. El otro tipo de consumidores (no ricardianos) no sigue las reglas de la
optimizacin, no puede y no participa de los mercados de activos, y se limitan a
consumir su ingreso disponible neto de impuestos, y sus expectativas sobre el futuro
no son consistentes con una situacin de pleno empleo. Llegamos as a una situacin
extraa, donde agentes ricardianos viven en un mundo no ricardiano, en el cual no
mantiene expectativas forward looking, y su comportamiento enfrenta habitualmente
restricciones de liquidez y por ende no estn en condiciones de suavizar
intertemporalmente su trayectoria de consumo. Por supuesto, una vez que estos
modelos admiten la presencia de agentes no ricardianos, empiezan a funcionar
empricamente mejor. Pero la presencia de estos extraos sujetos es crucial para
producir esos resultados.
Vale la pena sealar que en la literatura econmica sobre la relacin entre la poltica
fiscal y el desempeo macroeconmico es usual la utilizacin de indicadores de
discrecionalidad, o sea, ndices para estimar medidas del dficit pblico de pleno
empleo (o cclicamente ajustado) a fin de tratar de eliminar de los valores corrientes
los efectos cclicos de la economa. El dficit ajustado cclicamente sera as una
medida de cul sera el dficit pblico si, manteniendo la poltica vigente de impuestos
y de gasto, la produccin se encontrara en su nivel natural (o potencial).
Sin embargo, existen limitaciones metodolgicas en estos enfoques ya que uno debe
asumir que, o bien la economa no cambia su nivel de ingreso (que se ubica en el
pleno empleo), o bien la economa flucta en torno a una tendencia de crecimiento del
producto considerada natural. En este caso, los valores efectivos estn fluctuando
alrededor de esta tendencia (exgena).
Una forma de medir el impacto macroeconmico de la poltica fiscal, con el resultado
presupuestario ajustado cclicamente, son los indicadores de impulso fiscal. Por
ejemplo, para Alesina y Perotti (1995), el impulso fiscal es el cambio discrecional en la
posicin presupuestaria del gobierno, es decir, el impulso fiscal es representado slo
por las acciones ordinarias del gobierno. En este sentido,
"El impulso fiscal es la diferencia entre alguna medida efectiva de la posicin
presupuestaria del gobierno y el nivel de la misma medida que prevalecera si los efectos
del ciclo fueran dejados de lado haciendo referencia a alguna posicin de referencia"
(Alesina y Perotti, 1995, Pg.6).
Para este fin, tanto el modelo adoptado por el FMI y como el de la OCDE, utilizan la variacin de los gastos,
impuestos y transferencias en sus valores corrientes excluyendo el efecto cclico. La diferencia entre estos dos
mtodos reside en el producto tomado como referencia para indicar la discrecionalidad. Mientras la OCDE utiliza el
producto potencial del perodo corriente para los gastos y el producto corriente o efectivo para los impuestos, el FMI ...
asume como ao de referencia no el ao anterior, sino un ao de referencia donde el producto potencial estaba cerca
del nivel efectivo del producto" (Alesina y Perotti, 1995, pg.214).
Kalecki sostena que las clases propietarias no estaran en contra de una intervencin
limitada del gobierno en las recesiones, pero manifestaran una fuerte oposicin hacia
9
una necesaria
Kalecki tambin considera como una segunda consecuencia posible la suba del ratio capital/producto en la medida en
que tcnicas ms intensivas en capital sean introducidas. Sin embargo, considera que la tasa de inters tiene escasa
influencia en la eleccin de tcnicas de modo que los cambios en la tasa de inters tendrn un impacto muy limitado en
la relacin capital-producto (Kalecki, 1939, Essays.. p.102-105).
10
Este trabajo se focaliza en la problemtica distributiva y su relacin con la posicin fiscal solamente considerando su
efecto sobre el crecimiento. Para una discusin sobre el efecto de la estructura fiscal en la equidad, ver Gaggero &
Rossignolo (2012).
11
Un aumento del gasto pblico genera un aumento del ingreso de modo que crea el
suficiente ahorro para igualar la suba del dficit fiscal. Asimismo, el argumento de que
el dficit fiscal conducir a un alza de las tasas de inters y por ende reducir el nivel
de inversin, es rechazado por Kalecki sobre la base de que la tasa de inters puede
mantenerse estable pese al tamao del dficit fiscal si se lleva a cabo una poltica
bancaria adecuada.6 Finalmente, Kalecki considera que, en tanto no empuje a la
economa ms all del lmite mximo de la capacidad productiva, el dficit fiscal no
puede generar inflacin per se.7
Es interesante, adems, subrayar la diferencia que Kalecki establece en torno al rol de
la inversin. Para l, aunque la inversin pblica y el gasto del gobierno en capital
pueden ser componentes significativos de la demanda agregada, estas formas de
gasto no deberan realizarse atendiendo solamente sus efectos sobre la demanda,
sino particularmente por sus beneficios sociales (Sawyer, 1986, p.131). Como sostuvo
Kalecki:
"El papel que le corresponde de la inversin privada es proporcionar herramientas para
la produccin de bienes de consumo, y no proporcionar el suficiente empleo para ocupar
a toda la mano de obra disponible... Tanto la inversin pblica como la privada deberan
ser realizadas solamente en la medida en que son consideradas tiles. Si la demanda
efectiva as generada falla en el objetivo de proporcionar el pleno empleo, la brecha debe
ser llenada mediante el aumento del consumo y no acumulando equipo de capital
(pblico o privado) no deseado (Kalecki, 1944, citado en Sawyer, 1986, p.131).
As, este conjunto de ideas de Kalecki sobre los caminos al pleno empleo,
considerando que el gasto agregado del sector privado ser insuficiente para alcanzar
esa meta, lleva a la conclusin de que la posibilidad real de satisfacer el objetivo
descansa en el aumento del consumo. Como escribe Sawyer (1986, p.131):
Kalecki () abog por una serie de beneficios sociales (por ejemplo, pensiones de
jubilacin, prestaciones por hijos) para estimular el consumo y ayudar a los grupos de
menores ingresos. En general abog por la estimulacin del consumo de masas como
una parte importante del paquete macroeconmico para garantizar el pleno empleo.
Sostuvo esto basado en la insuficiencia de otros mtodos, en razones de justicia social y
debido a que el consumo es el resultado final de la actividad econmica.
Bsicamente Kalecki est considerando las tasas de inters como un fenmeno monetario. Ver Sawyer (1986) y
Ciertamente, una situacin prolongada de pleno empleo (o de muy bajo desempleo), podra tener como consecuencia
una mayor inflacin, pero esto sera una consecuencia del pleno empleo y no del dficit fiscal per se.
12
Kalecki
fue,
consecuentemente,
un
decidido
defensor
del
Plan
Beveridge
1952-73
1974-79
1980-90
1991-5
1996-2000
2001-04
-0,8
0,2
-1,5
-3,3
-3,5
-4,3
-4,5
-2,2
0,0
-2,1
-3,2
-2,3
1,0
-0,2
-3,4
-2,5
-1,1
-3,3
-1,7
-4,3
-5,8
-1,3
-7,3
-2,8
USA
Europa
(Eurozona en los 90)
Japn
OECD
Fuente: Glyn (2006, p.33-34)
Entre 1884 y 1890 la Alemania de Bismarck fue el primer pas en adoptar un programa de seguro social para la vejez
para promover el bienestar de los trabajadores, permitir que la economa alemana siguiera funcionando con eficiencia y
eludir la demanda de opciones socialistas ms radicales. Este programa se combin con la indemnizacin a los
trabajadores y el seguro de enfermedad.
13
Los dficits son ms grandes todava en la dcada de 1990. No fue sino hasta la
segunda mitad de la dcada de 1990 que las principales reducciones en el dficit
pblico en Europa y los EE.UU. (aunque no en Japn) marcaron una restauracin
aparentemente decisiva de la ortodoxia financiera en la financiacin del sector pblico.
De modo que bajo la llamada Edad de Oro del capitalismo, es decir, en la etapa en la
cual fue mayor el rol del Estado en la promocin del crecimiento, las economas
desarrolladas mostraron resultados fiscales prcticamente equilibrados, en tanto que
los dficits fiscales crecientes fueron en verdad resultado de las polticas que
comenzaron a poner el foco en fines estabilizadores, usualmente sustentados en un
criterio de finanzas sanas.
Este resultado aparentemente paradjico se debe al hecho de que el espacio fiscal es
una variable bsicamente endgena, ya que una poltica fiscal activa afectar el
equilibrio fiscal al alterar la situacin macroeconmica a travs de su impacto en los
ingresos del sector privado y de los impuestos percibidos de esos ingresos. As, la
reduccin del gasto pblico, debido a su impacto negativo sobre la demanda agregada
y la base imponible, dar lugar a menores ingresos fiscales y por tanto puede
obstaculizar cualquier intento de consolidacin fiscal (UNCTAD, 2011).
RN = P + W
(1)
Y=C+I
(2)
Y = Ck + Cw + I
(3)
P = Ck + I
(4)
Como observa Possas (1999, pp.19), esta determinacin se basa en la constatacin de que en las transacciones
El eco de Marx es inmediato: Los trabajadores son importantes para el mercado como compradores de mercancas.
Pero como vendedores de su mercanca la fuerza de trabajo-, la sociedad capitalista tiene la tendencia a restringirla a
su mnimo precio"(1893, pp.391). Marx tambin seal que los limitados niveles de consumo de los trabajadores no
pueden ser compensados por la acumulacin de capital real, porque esta ltima no se lleva a cabo por s misma, sino
nicamente debido a que ms de este capital es necesario en aquellas esferas de la produccin cuyos productos
entran en el consumo individual "(1894, p. 359).
15
11
Por supuesto, esto es as manteniendo el supuesto de que la distribucin est dada. Ms adelante se discutir el
16
de lo que gastan ya que en el agregado la masa salarial ser un costo mayor que el
ingreso que generan.12
Asimismo, en caso en que los trabajadores gasten ms de lo que ganan, implicar que
los capitalistas ganan ms de lo que gastan. Parece un ejemplo improbable, pero
este fue el caso de la economa americana en los aos 2000. Mediante el
endeudamiento de los hogares, los bajos salarios pudieron convivir con niveles
relativamente altos de demanda agregada, proporcionando una solucin (ciertamente
temporal) a la contradiccin entre la necesidad de niveles altos y crecientes de
consumo (para el crecimiento del sistema), y un marco de condiciones antagnicas en
la distribucin que restringe los ingresos reales de la inmensa mayora de la sociedad
(Barba y Pivetti, 2009).13
En este contexto, luego de obtener una expresin para la determinacin de la masa de
ganancias (P) (ecuacin 4), Kalecki incorpora el comercio exterior y el sector gobierno
en la misma ecuacin de determinacin de ganancias, obteniendo:
P = Ck + I + (X-M) + (G-T)
(5)
Como muestra Serrano (2008), Kalecki no contempla el caso en que los propios trabajadores pueden tener acceso al
crdito para el consumo y, por ende, existiera un componente autnomo en el consumo de los mismos trabajadores,
adems del consumo inducido de (parte o toda) la masa de salarios.
13
Tanto la deuda pblica como la deuda de los hogares pueden actuar como herramientas de manejo de la demanda.
Pero aparte de sus diferentes efectos distributivos e implicancias, se diferencian significativamente respecto de sus
sostenibilidad. El punto principal es que, mientras que en el caso de la deuda pblica, la tasa de crecimiento del ingreso
total no es exgena con respecto a la dinmica de la deuda, en el caso de los hogares endeudados el curso de sus
ingresos es totalmente independiente de la dinmica de sus deudas. Los dficits presupuestarios de las familias y la
dinmica de sus deuda no afectan, por s mismos, el salario de los trabajadores individuales (ms an cuando la deuda
de los asalariados se genera para sostener ciertos niveles de consumo que no sera factible mantener de otro modo
debido a salarios reales declinantes o estancados).
17
(6)
De acuerdo con este enfoque, si el gobierno quiere hacer una poltica fiscal expansiva,
tendr que hacer gastos deficitarios financiados mediante deuda (o por monetizacin
del dficit), ya que en caso de que los gastos fueran financiados en el mismo monto
mediante subas de impuestos, no habr cambio alguno en el nivel de ingreso y empleo
de la economa, ya que el gobierno estara quitando con una mano lo que puso con la
otra. De modo anlogo, una poltica fiscal contraccionista implica que el gobierno
debe tener supervit fiscal (T>G).
La secuencia del anlisis de Kalecki puede esquematizarse como sigue:
Renta nacional = Ck + Cw + I
RN = Ck + I + (G-T) + (X-M) + aW
dado Cw = W
Una rectificacin anloga se discutir ms adelante respecto al papel del sector externo en el crecimiento.
18
15
Aqu Haavelmo supone que la poltica impositiva no produce ningn cambio en la distribucin del ingreso neto y por
19
Y=C+I+G
(7)
Y = YD + T
(8)
Suponiendo que el consumo es una funcin (f) del ingreso disponible ms una fraccin
de consumo autnomo (Z):
C = f (YD) + Z
(9)
En este marco, el primer resultado de Haavelmo revela que un aumento del gasto
pblico (H) simultneo a un aumento (H) en la recaudacin tiene un efecto
multiplicador igual a 1, independientemente de la forma de la funcin consumo o de la
propensin marginal a consumir (f, o bien,
sigue:
G = T = H
(10)
De las ecuaciones (8) a (10) tenemos que Y=f(Y- T) +G. Sustituyendo por H
surge:
Y=f(H - H) +H = H
(11)
La carga tributaria neta es igual a la bruta dado que hemos supuesto que no existen transferencias.
20
(12)
Y adems:
RN = W + P + T
(13)
(14)
Donde A es la parte autnoma del consumo (que puede incluir, adems del consumo
capitalista, al consumo autnomo de los trabajadores financiado por crdito) y c la
propensin a gastar de la sociedad (dada por la suma de la propensin a gastar de los
capitalistas y la de los asalariados). Ahora podemos escribir:
RN = A + c(RD) + I + G
De modo que si hay un aumento del gasto (G), con la condicin de que el
presupuesto quede balanceado (G = T), la renta nacional aumentar en G ms el
efecto ponderado sobre la propensin a consumir (c.G), sustrayendo el efecto de los
impuestos (c.T) sobre la renta disponible. Como G = T, el efecto neto sobre la
renta disponible es nulo. Luego, el impacto sobre la renta nacional es G al tiempo
que aumenta la carga tributaria neta de la economa (Rodrgues, 2010, pp. 82-84).
Es cierto que en la ptica de Kalecki existe un caso en el cual el gasto pblico
financiado mediante impuestos puede tener un efecto positivo en el nivel de actividad.
Como observa Lpez (2011), en la perspectiva kaleckiana la importancia radica en la
distincin de los grupos sociales en quienes recae el tributo. En este marco, el gasto
pblico financiado mediante la aplicacin de un impuesto sobre las ganancias
17
22
(15)
18
Serrano (2012) interpreta que esta visin de Kalecki de que el gasto pblico financiado con impuestos solo es
expansivo cuando dichos impuestos son pagados por el capital, se basa en el supuesto de que la propensin marginal
a consumir de los trabajadores es 1. Basta con que esta propensin se apenas inferior a 1, para que los resultados de
Haavelmo se verifiquen.
23
(16)
(17)
19
En este contexto, las exportaciones netas pueden ser positivas an con dficit comercial, siempre y cuando las
24
producto. Kalecki seala correctamente que eso en nada aumentara la masa de las
ganancias capitalistas.
Sin embargo, el aumento de la produccin del bien exportado tendr un efecto positivo
sobre el producto equivalente al contenido domstico de esas exportaciones. Si ms tarde,
todo el ingreso ganado con el valor agregado por las exportaciones se gasta en
importaciones, no se producir el efecto secundario del aumento adicional de la demanda
domstica. Pero, como argumenta Serrano, el efecto expansivo inicial est igualmente
garantizado. Para ver esto, asumiendo que el contenido importado es igual para todos los
tipos de gastos, basta reemplazar la expresin usual Y=C+I+G+X-M por la siguiente:
Y=(1-j)(C+I+G+X)
(18)
20
Es el caso de la economa norteamericana entre 1991-2000. Pese al efecto negativo de la expansin del contenido
25
(1 j )( Z X Ic G)
1 c(1 t ) h)(1 j
(1)
Donde Z representa toda forma de consumo autnomo (sea de los capitalistas o de los
trabajadores), X son las exportaciones, Ic es la inversin en construcciones y G es el
impacto de la poltica fiscal. La expresin del numerador representa los gastos
autnomos, que determinan la tendencia de crecimiento. Sin embargo, su aporte real
al crecimiento est dado solo por el componente de la produccin nacional (1-j) que
satisface esa demanda (donde j es el contenido importado). Por su lado, el
denominador representa la interaccin del efecto multiplicador y acelerador (el
supermultiplicador). Incluye la propensin marginal a consumir (c) dada por la
participacin de los asalariados en el ingreso, la propensin a invertir (h) dada por el
componente nacional de la inversin en equipo, y la propensin a tributar (t).
Este modelo de supermultiplicador requiere para la descomposicin y estimacin de la
tendencia de crecimiento, la eleccin de un conjunto de proxys empricos que
representen los gastos autnomos de la economa en cuestin, as como los efectos
multiplicadores y aceleradores. Este es el modo correcto de evaluar consistentemente
el aporte de cada gasto autnomo y en particular del gasto pblico. Dado que este tipo
de estudio queda fuera de los alcances de este trabajo, nos limitaremos a sugerir un
modo de estimar el aporte del sector gobierno al crecimiento efectivo de la economa
argentina en los aos recientes.21
Dado que slo nos interesa estimar el impacto de la poltica fiscal en el crecimiento
argentino reciente, la expresin anterior se reduce a lo siguiente:
21
(1 j )G
1 c(1 t ) h)(1 j
(2)
Para una metodologa al respecto, ver Freitas et al (2010). Ver para el caso argentino, Fiorito (2008).
26
A su vez, la poltica fiscal aparece representada por el gasto pblico.22 Pero esto
requiere algunas observaciones adicionales. Dado que el gobierno desarrolla su
poltica fiscal con gastos e impuestos (netos de transferencias), vamos a descomponer
el aporte de G al crecimiento del producto de un modo consistente con el teorema de
Haavelmo, a saber:
Y c(G T ) G
(3)
Y G(1 j )
1
1 c(1 t ) h)(1 j
(4)
La estimacin de este indicador slo puede hacerse correctamente hasta 2009, ltimo
ao para el que se cuentan con datos actualizados para los gastos e ingresos pblicos
consolidados de la economa argentina (Nacin, provincias y municipios).
22
La propensin a invertir (h), aproximada mediante I/Y, es decir, la inversin en capacidad productiva inducida por el
crecimiento de los gastos autnomos no puede ser adjudicada enteramente al gasto pblico. Este punto se discutir
ms adelante.
27
En segundo, en estrecho vnculo con el punto anterior, el gasto total se disocia del gasto
primario, reflejando el peso creciente del gasto en intereses de la deuda con la contracara
de la contraccin relativa del gasto primario (gasto social e inversin pblica),
especialmente en los aos 80. En el mismo lapso, puede comprobarse que la economa
argentina exhibi, en los 43 aos que median entre 1961 y 2004, menos de una dcada
con registro de supervits fiscales los cuales, adems, fueron pequeos y temporarios.
Por ende, la situacin vigente desde los aos 2000 aparece a primera vista como
absolutamente excepcional y parece deberse a una muy particular conjuncin de
condiciones internas y externas.
Para la mayora de los economistas las crisis fiscales resultan de factores exgenos,
como las emergencias sociales o las malas decisiones de los polticos. En este marco, la
teora convencional tiene problemas para explicar ciertas tendencias persistentes de las
economas modernas como la tendencia a los dficits fiscales- mediante factores
culturales o subjetivos. As, los problemas fiscales en los pases en desarrollo son
considerados un resultado no deseado de una mezcla de mala suerte y populismo.
Pero el resultado fiscal no es, en s mismo, un dato muy relevante e informa muy poco
sobre el estado general de la economa23. Un pas puede tener alto crecimiento con o sin
23
"El dficit presupuestario, medido ex post facto, es una mala medida del impacto de la poltica fiscal, ya que
notoriamente no puede distinguir el efecto del presupuesto sobre la economa de los efectos de la economa en el
presupuesto" (Godley & McCarthy, 1998).
28
supervit fiscal, y lo mismo puede ocurrir creciendo muy poco o con la economa
estancada. De aqu surge que la pregunta ms importante desde la perspectiva de la
poltica econmica en su conjunto es cul es el efecto del dficit (o supervit) sobre el
nivel de actividad y de empleo. Esta es la perspectiva de las finanzas funcionales
formulada originalmente por Abba Lerner.
Grfico2: Argentina: resultado fiscal y PIB per cpita, 1961-2004
10,0%
9000
5,0%
7000
6000
0,0%
5000
4000
-5,0%
3000
2000
-10,0%
8000
1000
-15,0%
Por caso, entre 1961 y 1975, la economa registr dficits fiscales (primero decrecientes y
luego crecientes), con un aumento sostenido del PIB per cpita. Luego, desde 1976 hubo
fuertes dficits financieros con ajuste del dficit primario y notoria reduccin del
crecimiento. Finalmente la convertibilidad registr un cuasi equilibrio primario con fuerte
dficit financiero, mientras la economa entraba en un ciclo de crecimiento que culmin
ms tarde en una fuerte crisis. Tras el derrumbe de la convertibilidad, la economa mostr
altas tasas de crecimiento con elevados supervits fiscales aunque decrecientes. En
sntesis, a la luz de la historia econmica nacional no existe correlacin estricta entre el
resultado fiscal y la tendencia de crecimiento. Menos an existe evidencia de la relacin
postulada entre dficit fiscal y tasa de inflacin.24
24
25
Por ejemplo, Argaaraz & Devalle (2012) afirman: Aumentos continuos de la carga tributaria, tal como los que
estamos observando especialmente en los mbitos provincial y municipal, resultan insostenibles en el largo plazo. En
29
que en Argentina la incidencia de los ingresos fiscales resulta similar a Brasil y apenas
algo ms que en Uruguay (Tabla2).
seguridad social
Argentina
Brasil
Uruguay
Ingresos totales
seguridad social
2000
2011
2000
2011
2000
2011
18.1
23.0
14.6
27.4
26.0
18.6
21.5
30.1
22.5
34.9
34.8
26.5
25.0
32.5
27.4
38.0
38.3
29.0
Fuente: "Fiscal panorama of Latin America and the Caribbean. Tax reform and renewal
of the fiscal covenant", Cepal, Febrero de 2013, Chile.
Sin embargo, existe un punto importante al examinar el impacto del gasto pblico en
trminos de coherencia macroeconmica. Al momento de examinar el impacto de la
posicin fiscal sobre la demanda agregada final, slo deben considerarse los gastos
directos en la compra de bienes y servicios finales. Sin embargo, en la forma de
presentacin de los datos oficiales sobre Gasto Pblico Nacional Consolidado (GPC) o
del Sector Pblico Nacional no Financiero (SPN), las transferencias son consideradas
simplemente como gasto.26 Pero este tipo de procedimiento no puede ser considerado
como una mera cuestin tcnica, ya que se asocia con una discusin importante (aunque
llamativamente marginal en el debate pblico): la distincin entre carga tributaria bruta y
neta (Rodrigues & Bastos, 2009).
La carga tributaria neta resulta de restar a la carga tributaria bruta (es decir, todo lo que el
Estado recoge bajo la forma de impuestos) todo lo que retorna al sector privado en forma
de transferencias. Por ende, de acuerdo con esta lgica, la carga tributaria neta es la
medida real de lo que el sector pblico retira de hecho en trminos de poder de compra
de la economa. Desde un punto de vista macroeconmico, si toda la recaudacin
tributaria es gastada por el gobierno en demanda final, forzosamente debe haber an as
un impacto expansivo como demostr Haavelmo (1945). Sin embargo, si parte de los
consecuencia, hoy ms que nunca se vuelve esencial un manejo del Estado de la manera ms eficiente y transparente
posible, analizando en la medida de lo posible cul es la carga tributaria que ya existe sobre el bien y la factibilidad de
incentivar (o desincentivar) la compra o utilizacin del bien o servicio por la va impositiva.
26
Exceptuando el hecho curioso que un tipo especial de transferencia al sector privado -como los intereses de la deuda
30
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
Transferencias
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
0%
Surge que la carga tributaria neta (CTN) no solo exhibe un nivel sustancialmente menor al
de la carga bruta (CTB), sigue que sigue una tendencia bsicamente diferente. Incluso,
llega a caer en trminos del PIB hacia 2009.28
27
Las transferencias pueden tener efectos distributivos y tambin impactos macroeconmicos relevantes. La
imposicin de mayores impuestos sobre un grupo con mayor propensin al ahorro y la transferencia de estos recursos
a personas con mayor propensin a gastar puede modificar el valor del multiplicador en la economa. Un ejemplo
importante del supuesto impacto de las transferencias en la economa es el famoso supuesto de que un plan de
pensiones basado en contribuciones tendera a reducir el potencial de crecimiento econmico. Para una revisin crtica
de esta hiptesis ver Cesaratto (2006).
28
El rubro Transferencias est englobando los intereses de la deuda, las transferencias de seguridad social y los
subsidios al sector privado. Rodrigues & Bastos (2009) muestran que para Brasil en 2005 la CTB ascenda a 33,8%,
mientras la CTN era de 13,9% del PIB.
31
Y G(1 j )
1
1 c(1 t ) h)(1 j
29
En esta primera etapa, se estimar este indicador para el lapso 1994-2009, que es la etapa para la cual se cuenta
con datos consolidados de ingresos y gastos pblicos en el nivel nacional, provincial y municipal. En las secciones
posteriores se completar el anlisis con datos del Sector Pblico Nacional No Financiero.
32
12%
10%
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Impuestos netos
Sin embargo, es errneo juzgar la poltica fiscal por el resultado fiscal del gobierno. Si
se empleara este enfoque, la conclusin sera que la poltica fiscal fue contractiva
entre 2002 y 2009, donde el supervit fiscal primario result, en promedio, equivalente
al 2,5% del PIB (mientras en la etapa 1993-2001 fue de 0,2% del PIB).
Grfico5: Resultado fiscal, 1993-2009 (% del pib)
6%
4%
2%
0%
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
-2%
-4%
-6%
-8%
Dficit primario
Dficit financiero
As, entre 2002 y 2009, pese al alto supervit fiscal primario, el gasto del gobierno
creci a tasas muy importantes ya desde 2003, es decir, desde el comienzo mismo del
proceso de recuperacin, con cambios significativos en la orientacin fiscal, ya que a
33
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
34
4,0%
3,5%
3,3%
2,5%
2,3%
2,3%
3,5%
3,2%
2,8%
2,6%
2,5%
2,2%
1,8%
1,6%
0,5%
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
30%
20%
10%
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
-10%
1994
0%
-20%
Salarios
Bienes
Por ejemplo, el gasto en seguridad social (que representaba en 2002 el 20% del gasto
primario) pas de una reduccin en trminos nominales (-4% en 2001 y -2% en 2002),
35
a crecer 14% anual desde 2003 para acelerarse an ms desde 2006. An cuando
estas cifras corresponden a valores nominales, son muy significativas.
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
-10%
Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.
La reversin ms impactante fue la del gasto pblico en capital, que vena de fuertes
reducciones nominales en los aos previos (-32% en 2000, -13% en 2001 y -22% en
2002) y pas a crecer a tasas impactantes (87% en 2003, 118% en 2004) para
estabilizarse en torno al 25% hacia 2009.
140%
120%
100%
80%
60%
40%
20%
0%
-20%
-40%
Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.
Parece paradjico que la poltica fiscal haya podido ser expansiva en el lapso 20032004, al mismo tiempo que el gobierno mostraba un elevado (y creciente) supervit
36
15%
10%
5%
0%
2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.
A su vez, el gobierno utiliz esos ingresos para pagar las obligaciones de la deuda
externa reestructurada en 2005, aumentando significativamente su espacio fiscal al
tiempo que las principales categoras de gasto primario (inversin pblica,
transferencias sociales y salarios) crecan a tasas ms que significativas.
30
Un argumento anlogo, aunque quizs en menor medida, podra aplicarse tambin al impuesto sobre las
transacciones financieras.
37
2003
2004
2005
Ret (%pib)
2006
2007
2008
2009
Int (%pib)
25%
20%
15%
10%
5%
0%
2001
2002
2003
2004
2005
Gasto en capital
2006
2007
2008
2009
Intereses
privado) y, al mismo tiempo, aument la carga tributaria bruta con un peso creciente
de las transferencias (e incluso con una reduccin de la carga tributaria neta al final del
perodo). Una vez ms, si bien esto afect la propensin a gastar del sector privado,
como es menor que la propensin a gastar del gobierno entonces aumenta la
propensin marginal a gastar de la economa y el efecto multiplicador (Serrano, 2012).
Ciertamente, junto con los gastos, los impuestos y las transferencias, el impacto total
de la poltica fiscal se define por el tamao de los efectos aceleradores y
multiplicadores.
El efecto multiplicador se define bsicamente por la propensin marginal a consumir,
dada en este modelo por la participacin de los asalariados en el ingreso.31 Dado un
cierto nivel de salario real, las variaciones en el empleo, inducidas por las decisiones
de producir de las firmas, generan endgenamente un nivel de consumo y de nivel de
actividad adicional o inducido. A su vez, cada estmulo de gasto autnomo (sea el
gasto pblico, el consumo financiado con crdito o las exportaciones), genera una
suba de los niveles de utilizacin que induce un cierto gasto en inversin destinado a
ajustar la capacidad productiva a la demanda efectiva agregada. Esto genera una
propensin a invertir.32
Asimismo, el tamao de estos efectos, as como el impacto de cada fuente de
demanda autnoma, depender estrictamente del componente nacional con que esa
demanda se satisface (neta de importaciones). De modo anlogo, en la propensin
marginal a consumir, incidir a su vez la poltica tributaria del gobierno.
31
Como es conocido, Keynes (1936) asuma que la propensin marginal a consumir era menor a uno en el agregado
debido a una ley psicolgica fundamental, segn la cual los aumentos del ingreso llevan a subas del consumo, pero
no de la misma magnitud. Como seala Serrano (1995, pp.24), en la interpretacin de Kalecki-Kaldor del principio de la
demanda efectiva eso no es necesario. En este caso, la nica parte de la demanda que es inducida directamente por
las decisiones de producir son los gastos de consumo de los asalariados debidos a sus ingresos laborales. Basta con
que la participacin de los asalariados en el ingreso sea menor a uno, para que la propensin marginal agregada a
consumir sea siempre menor a uno (aun cuando la propensin marginal a consumir de los trabajadores fuera uno).
32
Hemos ponderado la propensin a invertir por la participacin del gasto pblico en el producto, lo que se considera
como un proxy del impacto de la poltica fiscal en la demanda agregada y por ende en la induccin del efecto
acelerador. Ciertamente, una metodologa ms precisa consistira en estimar el conjunto de gastos autnomos
relevantes junto con el gasto pblico (exportaciones, consumo autnomo, construcciones, etc.).
39
94%
35%
92%
30%
25%
90%
20%
88%
15%
10%
86%
5%
84%
96%
0%
40
10%
8%
6%
4%
2%
2012
2011
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
0%
1,400
1,350
1,300
1,250
1,200
1,150
41
9,0%
8,0%
7,0%
6,0%
5,0%
4,0%
3,0%
2,0%
1,0%
0,0%
-1,0%
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
-2,0%
En primer lugar, este resultado indica que la poltica fiscal (pese al resulta primario del
gobierno) fue un factor clave en la fuerte recuperacin desde 2003. Y tambin se
comprueba que el grado de expansionismo de la poltica creci en el tiempo.
Adicionalmente, el impulso ms fuerte se registra en 2009, lo que indica que sin el
impulso fiscal contracclico la cada del PIB hubiera sido muy superior (ver Wierzba &
Mareso, 2010).
La poltica fiscal tambin fue un factor importante en el impulso autnomo al consumo
privado debido a las significativas transferencias sociales que el gobierno comenz a
implementar desde 2007 en adelante. Por el lado del sistema de seguridad social, se
puso en prctica en el primer semestre de 2007 el llamado Plan de inclusin
previsional, que otorg una prestacin anticipada y permiti el acceso a cobertura a
cerca de 1,4 millones de personas que no cumplan los requisitos para percibir una
42
prestacin (Damill & Frenkel, 2009). Este factor presumiblemente es la causa de que
el consumo privado crezca entre 2007 y mediados de 2008 a tasas superiores que la
masa salarial real. Luego, hacia fines de 2009, el gobierno instrument la denominada
Asignacin Universal por Hijo (AUH) que implic en su inicio un subsidio de 94 u$s por
familia, con 1.650.000 hogares beneficiarios y unos 1800 millones de u$s de inversin
total en su lanzamiento (Agis, Caete & Panigo, 2010). Este es un factor adicional que
contribuye a explicar la brecha entre el consumo privado total y la masa salarial desde
2010. Estos factores (la masa salarial y el consumo privado autnomo) sern los
estmulos de demanda que ms resistirn a la desaceleracin del PIB que comienza
hacia mediados-fines de 2011.
Estas medidas contribuyeron significativamente a reducir la pobreza y la indigencia, y
tambin redujeron los niveles de desigualdad. Pero adems fueron un factor relevante
en el impulso al consumo privado autnomo y al propio crecimiento. Las medidas
adoptadas en el rea previsional implicaron un regreso al sistema de reparto y
pusieron en cuestin el enfoque dominante vigente desde los tiempos de la
Convertibilidad- que consideraba a las transferencias basadas en los programas de
reparto como perjudiciales para la acumulacin de capital.
Esta visin haba servido de sustento terico para la adopcin de esquemas
capitalizacin los que, presumiblemente, deberan haber estimulado la acumulacin de
capital al incentivar el aumento del ahorro. En este contexto, las transferencias del
sistema de reparto (y de modo anlogo tambin la AUH) deben considerarse como un
componente del gasto autnomo, y por ende uno de los elementos que co-determinan
la tasa de crecimiento de largo plazo (Cesaratto 2006). Por ende, las transferencias
sociales deben considerarse como un determinante del producto ms que una mera
transferencia de ingresos desde un nivel dado de producto. En otras palabras: el gasto
social representa un motor del crecimiento (ms que una detraccin) y por ende no
existe necesariamente una contradiccin entre mayor equidad social y crecimiento.
En los ltimos aos se produjo una acelerada recuperacin del haber mnimo
jubilatorio, que entre diciembre de 2002 y 2007 se increment en 75,3% en trminos
reales. Luego, la aceleracin de la inflacin entre 2007 y 2009 llev a la estabilizacin
del haber mnimo en trminos reales, que parece comenzar una nueva fase de
recuperacin real desde fines de 2011.
De todos modos, entre 2002 y 2011 el haber mnimo jubilatorio prcticamente se
duplic en trminos reales, y en marzo de 2011 la jubilacin mnima, en trminos
reales, era 88,5% ms elevada que la registrada a mediados de la dcada del noventa
43
33
Esta evolucin diferencial de los haberes jubilatorios se debi a una poltica que privilegi la recuperacin de los
mnimos al tiempo que la franja de beneficiarios alcanzados por la jubilacin mnima se ampliaba por la moratoria
previsional y el rgimen de jubilacin anticipada, reduciendo la desigualdad intraingresos.
34
En esta seccin, dado que los datos consolidados solo abarcan hasta 2009, se utilizarn los datos del sector pblico
44
econmica
(tasas
decrecientes
de
la
inversin
productiva,
35
Sin embargo, en la industria el peso de las exportaciones (automotores) como fuente de demanda es mucho ms
importante que en el caso de las ventas externas para el PIB global. Por hay una alta correlacin entre el ciclo industrial
y las exportaciones automotrices De este modo, el mercado externo afecta la evolucin de la produccin industrial y por
esta va puede afectar la dinmica global de la economa.
45
400%
14%
350%
12%
300%
10%
250%
8%
200%
6%
150%
4%
100%
50%
2%
0%
0%
-50%
-2%
PIB
23%
20%
18%
20%
18%
9%
10%
6%
3%
0%
2002
2003
2004
2005
2006
-10%
-20%
-15%
46
2007
2008
2009
2010
2011
I-12
III-12
I-11
III-11
I-10
III-10
III-09
I-09
III-08
I-08
III-07
I-07
III-06
I-06
I-05
III-05
I-04
III-04
I-03
-20%
III-03
0%
-40%
Salarios
bienes
4 Observaciones finales
Bajo la hegemona de las polticas econmicas de sesgo neoliberal, la poltica fiscal
fue degradada como instrumento para promover el crecimiento. El debilitamiento de
los canales de impacto de la poltica fiscal (menor tamao del multiplicador, mayor
apertura de la economa) llev a que sta fuera desechada como herramienta del
crecimiento de largo plazo. Pero otra conclusin es posible: si una herramienta tiene
menos impacto por el debilitamiento de sus mecanismos de transmisin (la distribucin
47
el
efecto
contractivo
de
los
impuestos
las
exportaciones
es
36
Posteriormente el gobierno cre el denominado Fondo del Bicentenario. Tras la reestructuracin de deuda en 2005,
el gobierno vino realizando los pagos de deuda. El Tesoro obtena pesos con su recaudacin y luego adquira en el
Banco Central los dlares para pagarles a los acreedores (y tambin compraba dlares directamente en el mercado).
Con la crisis internacional de 2008 y 2009, la economa se desaceler y por ende la recaudacin tributaria se estanc.
No obstante el gobierno no contuvo el gasto a fines de equilibrar el presupuesto, sino que intent sostenerlo para
contrarrestar las tendencias recesivas sobre el nivel de actividad y de empleo. Hacia fines de 2009, se arrib a la
situacin paradjica de que dado el esfuerzo realizado con el gasto pblico el gobierno careca de pesos (a menos que
hiciera una ajuste fiscal) para comprar todos los dlares necesarios para hacer los pagos de la deuda del ao. All se
constituy el Fondo del Bicentenario que, en la prctica, equivala a pagar deuda con reservas del BCRA y evitar el
ajuste fiscal.
49
Referencias:
Amico,F., Fiorito, A. y Hang, G. (2011). Producto potencial y demanda en el
largo plazo: hechos estilizados y reflexiones sobre el caso argentino reciente, CefidAr, Documento de Trabajo N 35 - Enero de 2011.
37
Kalecki (1937) deca que es difcil de creer que la imposicin sobre el capital pudiera aplicarse en gran escala,
porque socavara el principio de la propiedad privada. Por ende, le gustaba citar estas palabras de Joan Robinson: "un
gobierno que tuviera el poder y la voluntad de solucionar los principales defectos del sistema capitalista, tendra
asimismo la voluntad y el poder de abolirlo por completo ".
51
52
53
Anexo estadstico
Cuadro1: Clculo de la serie "Gasto"
Consumo y
operacin (1)
Transferencias de
seguridad social
(2)
Transferencias
corrientes del sector
pblico (3)
Gasto en
capital (4)
"Gasto"
(1+2+3+4)
1993
24850
14174
5683
5254
49961
1994
27291
16573
5958
5675
55496
1995
27482
15934
5493
5124
54033
1996
26900
17023
6308
4351
54582
1997
28283
17298
6225
5123
56929
1998
29973
17344
6679
5341
59337
1999
31613
17355
6500
4868
60336
2000
31530
17498
6661
3682
59371
2001
31635
16853
7683
3054
59226
2002
31421
16531
6563
2586
57101
2003
35978
18868
10626
4998
70470
2004
43105
21492
11437
9022
85055
2005
54581
24204
14752
16002
109539
2006
68853
31314
17567
23553
141286
2007
90425
50634
23888
30168
195116
2008
121745
64416
34437
40113
260711
2009
154338
83092
35336
49792
322557
Fuente: Mecon.
54
Propensin
marginal a
consumir (c=w/Y)
(2)
1993
5028
0,428
2152
51777
49625
1994
5952
0,394
2345
56066
53721
1995
6975
0,383
2671
53131
50459
1996
7106
0,364
2587
54594
52007
1997
7574
0,353
2674
60745
58072
1998
7920
0,367
2907
63087
60180
1999
8472
0,388
3287
59993
56706
2000
8141
0,387
3150
61495
58345
2001
7777
0,385
2994
56088
53094
2002
10345
0,314
3248
61844
58595
2003
13835
0,313
4330
86989
82658
2004
16310
0,337
5496
115917
110421
2005
22679
0,354
8028
141571
133543
2006
25111
0,383
9617
177070
167452
2007
36267
0,391
14180
242631
228451
2008
52623
0,389
20470
319435
298965
2009
69669
0,411
28634
358249
329615
Impuestos
Ingresos tributarios netos (5)=(4)(3)=(1)x(2)
totales (4)
(3)
PIB
Propensin a tributar Propensin a
corriente
(t)
invertir h (i)
1993
51777
236505
1994
56066
257440
1995
53131
258032
1996
54594
272150
1997
60745
292859
1998
63087
298948
1999
59993
283523
2000
61495
284204
2001
56088
268697
2002
61844
312580
2003
86989
375909
2004
115917
447643
2005
141571
531939
2006
177070
654439
2007
242631
812456
2008
319435
1032758
2009
358249
1145458
0,22
0,22
0,21
0,20
0,21
0,21
0,21
0,22
0,21
0,20
0,23
0,26
0,27
0,27
0,30
0,31
0,31
Coeficiente de
contenido nacional
(1-j)
Propensin
marginal a
consumir c=w/Y
0,915
0,904
0,910
0,901
0,885
0,881
0,890
0,889
0,899
0,941
0,926
0,907
0,899
0,893
0,883
0,876
0,898
0,428
0,015
0,018
0,015
0,015
0,017
0,018
0,017
0,015
0,012
0,006
0,009
0,012
0,016
0,018
0,022
0,025
0,023
0,394
0,383
0,364
0,353
0,367
0,388
0,387
0,385
0,314
0,313
0,337
0,354
0,383
0,391
0,389
0,411
(i) L a propensin a invertir (h) es igual al ratio inversin en equipo durable / PIB ponderada por la participacin del gasto pblico
en el pib en cada ao.
55
1,470
1,418
1,409
1,381
1,356
1,371
1,402
1,394
1,399
1,321
1,300
1,312
1,329
1,361
1,355
1,347
1,378
(1-j)
(2)
(3)=(1)x(2)
Supermultiplicador
(4)
Impacto total
(5)=(4)x(3)
Impacto total
(en % del pib)
1994
5535
0,904
5002
1,418
7091
2,75%
1995
-1463
0,910
-1331
1,409
-1875
-0,73%
1996
549
0,901
495
1,381
683
0,25%
1997
2347
0,885
2078
1,356
2818
0,96%
1998
2407
0,881
2121
1,371
2907
0,97%
1999
1000
0,890
889
1,402
1247
0,44%
2000
-965
0,889
-858
1,394
-1196
-0,42%
2001
-146
0,899
-131
1,399
-183
-0,07%
2002
-2125
0,941
-1999
1,321
-2640
-0,84%
2003
13369
0,926
12384
1,300
16103
4,28%
2004
14585
0,907
13232
1,312
17361
3,88%
2005
24483
0,899
22006
1,329
29245
5,50%
2006
31748
0,893
28353
1,361
38593
5,90%
2007
53830
0,883
47521
1,355
64368
7,92%
2008
65595
0,876
57445
1,347
77378
7,49%
2009
61846
0,898
55521
1,378
76488
6,68%
Seguridad Social
Transferencias
corrientes Sector
Privado
1993
9,6%
5,5%
1,9%
2,2%
1,3%
1994
9,6%
5,8%
2,1%
2,1%
1,4%
1995
9,7%
5,6%
2,5%
1,9%
1,8%
1996
8,9%
5,6%
2,4%
2,1%
1,7%
1997
8,6%
5,2%
2,3%
1,9%
2,0%
1998
8,9%
5,1%
2,3%
2,0%
2,3%
1999
10,0%
5,5%
2,7%
2,1%
3,0%
2000
9,9%
5,5%
2,6%
2,1%
3,6%
2001
10,7%
5,7%
2,6%
2,6%
4,6%
2002
8,9%
4,7%
2,9%
1,9%
2,3%
2003
8,3%
4,4%
3,2%
2,5%
2,1%
2004
8,1%
4,1%
3,1%
2,2%
1,4%
2005
8,6%
3,8%
3,6%
2,3%
1,9%
2006
8,8%
4,0%
3,2%
2,3%
1,8%
2007
9,2%
5,2%
3,7%
2,4%
2,0%
2008
9,8%
5,2%
4,2%
2,8%
2,0%
2009
11,6%
6,3%
5,2%
2,7%
2,3%
56
Transferencias
corrientes Sector
Pblico
Intereses
IRD
Transferencias de
capital
1993
2,0%
1,7%
0,3%
1994
2,0%
1,6%
0,4%
1995
1,8%
1,4%
0,4%
1996
1,4%
1,2%
0,3%
1997
1,6%
1,3%
0,2%
1998
1,6%
1,3%
0,3%
1999
1,5%
1,3%
0,2%
2000
1,2%
1,0%
0,2%
2001
1,0%
0,9%
0,1%
2002
0,7%
0,6%
0,1%
2003
1,2%
0,9%
0,2%
2004
1,7%
1,3%
0,4%
2005
2,5%
1,9%
0,7%
2006
3,0%
2,2%
0,9%
2007
3,1%
2,3%
0,8%
2008
3,2%
2,4%
0,8%
2009
3,7%
2,7%
1,0%
Desempleo
TOTAL
1995
5,1
0,8
s/i
5,9
1996
5,0
0,7
s/i
5,8
1997
5,2
0,7
s/i
5,9
1998
5,1
0,7
0,1
5,8
1999
5,5
0,7
0,1
6,3
2000
5,5
0,8
0,1
6,4
2001
5,8
0,8
0,1
6,7
2002
5,0
0,6
0,2
5,8
2003
4,4
0,6
0,1
5,0
2004
4,1
0,5
0,0
4,7
2005
3,9
0,6
0,0
4,6
2006
4,0
0,6
0,1
4,6
2007
5,1
0,7
0,1
5,9
2008
5,5
0,7
0,0
6,2
2009
6,8
1,0
0,1
7,8
2010
6,4
1,2
0,0
7,6
2011
7,5
1,2
0,0
8,8
(1) A partir del mes de noviembre de 2009, se incluye el gasto de AUH establecido por
Decreto N 1.602/09, el cual presenta carcter provisorio.
(2) A partir del mes de mayo de 2011, se incluye el gasto de Asignacin por Embarazo para
Proteccin Social establecido por Decreto N 446/11.
Fuente: Direccin Nacional de Programacin Econmica, sobre la base de datos de la ANSES y la AFIP.
57
Total
Varones
Mujeres
No informado
Varones
Mujeres
jun-05
2.239.894
955.012
1.280.140
4.742
jun-05
2.460.379
1.031.344
1.406.721
22.314
8%
10%
dic-97
3.213.069
1.258.785
1.836.826
117.458
22%
31%
dic-98
3.151.345
1.238.695
1.850.241
62.409
-2%
1%
dic-99
3.092.666
1.201.657
1.833.032
57.977
-3%
-1%
dic-00
3.048.367
1.175.017
1.818.267
55.083
-2%
-1%
dic-01
3.019.990
1.165.354
1.803.164
51.472
-1%
-1%
dic-02
2.976.605
1.146.385
1.781.914
48.306
-2%
-1%
dic-03
2.933.262
1.128.680
1.759.431
45.151
-2%
-1%
dic-04
2.881.458
1.101.381
1.737.483
42.594
-2%
-1%
dic-05
2.880.177
1.098.717
1.741.403
40.057
0%
0%
dic-06
3.312.942
1.141.224
2.134.336
37.382
4%
23%
dic-07
4.106.924
1.314.912
2.757.579
34.433
15%
29%
dic-08
4.280.073
1.395.808
2.851.891
32.374
6%
3%
dic-09
4.497.027
1.487.118
2.979.571
30.338
7%
4%
dic-10
4.599.985
1.552.560
3.020.023
27.402
4%
1%
dic-11
4.621.184
1.594.226
3.001.617
25.341
3%
-1%
jun-12
4.628.786
1.611.985
2.992.352
24.449
1%
0%
(var% anual)
Fuente: Anses.
58
59
60
61