La Política Fiscal en El Enfoque de Haavelmo y Kalecki

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LA POLTICA FISCAL EN EL ENFOQUE DE

HAAVELMO Y KALECKI.
EL CASO ARGENTINO RECIENTE1

AUTOR:
FABIN AMICO

Documento de Trabajo N 51 Noviembre de 2013

Quisiera agradecer sin implicar- a Alejandro Fiorito y Franklin Serrano por las opiniones y discusiones sobre los

temas de este trabajo.

DIRECTOR
GUILLERMO W IERZBA

INVESTIGADORES
FABIN AMICO
MARTN BURGOS ZEBALLOS
JUAN MATAS DE LUCCHI
JORGE GAGGERO
RODRIGO LPEZ
MARA LUCA LOBROFF
ESTANISLAO MALIC
PABLO MARESO
MARA ANDREA URTURI
MARA SOL RIVAS
MAGDALENA RUA

INVESTIGADORES INVITADOS
ENRIQUE ARCEO
CLAUDIO CASPARRINO
JUAN CUATTROMO
NORBERTO CROVETTO
ALEJANDRO FIORITO
GUILLERMO HANG
ROMINA KUPELIAN
JORGE MARCHINI
PRISCILA RAMOS
DARIO ROSSIGNOLO
ARIANA SACROISKY
LEANDRO SERINO
FERNANDO TOLEDO

CONSEJO ACADMICO
CECILIA CARMEN FERNANDEZ BUGNA
ROBERTO FRENKEL
ALFREDO T. GARCA
ROBERTO RIGHI
Las opiniones vertidas en el trabajo no necesariamente coinciden con las de las entidades patrocinantes
del Centro.
Para comentarios, favor dirigirse a: [email protected]

INDICE
Introduccin .................................................................................................................. 4
I. La poltica fiscal en el nuevo consenso macroeconmico .......................................... 5
II. Poltica fiscal y demanda efectiva ............................................................................. 8
II.1. Kalecki y Haavelmo ............................................................................................ 9
II.2. El modelo de Kalecki ........................................................................................ 14
II.3. Supermultiplicador y gasto pblico ................................................................... 25
III. La poltica fiscal y el crecimiento en la Argentina reciente...................................... 27
III.1. Aspectos histricos y generales ...................................................................... 27
Carga tributaria bruta y neta .................................................................................... 29
III.2. Poltica fiscal y crecimiento (1994-2009) ......................................................... 32
III.3. La poltica fiscal en la etapa reciente .............................................................. 44
4 Observaciones finales.............................................................................................. 47
Referencias: ............................................................................................................... 51
Anexo estadstico .................................................................................................... 54

En 1946, Kalecki abog por una serie de beneficios sociales (por ejemplo, pensiones
de jubilacin, prestaciones por hijos) para estimular el consumo y ayudar a los grupos
de menores ingresos. En general abog por la estimulacin del consumo de masas
como una parte importante del paquete macroeconmico para garantizar el pleno
empleo. Sostuvo esto basado en la insuficiencia de otros mtodos, en razones de
justicia social y debido a que el consumo es el resultado final de la actividad
econmica (Sawyer, 1986, p.131).

Introduccin
El impacto de la poltica fiscal en el crecimiento argentino constituye an hoy un tema
controvertido y poco estudiado. Dado que el gobierno sostuvo en los primeros aos de
la dcada de los 2000 un supervit fiscal primario alto, algunos economistas afirmaron
que la poltica fiscal no fue un factor importante en la recuperacin de 2002-2003 y que
el cambio en el resultado fiscal (de un dficit persistente antes de 2002 a un fuerte
supervit aunque decreciente- desde 2003) sera un indicador de que la poltica fiscal
habra sido ligeramente contractiva al menos hasta 2005.
Sin embargo, el resultado fiscal (del dficit al supervit) no es necesariamente un buen
proxy de cun expansiva o contractiva es la poltica fiscal, como se intentar mostrar
en este trabajo. Con base en el principio de la demanda efectiva de Kalecki y en el
Teorema de Haavelmo (1945), se puede construir un indicador consistente que revele
el impacto del sector pblico en el crecimiento argentino reciente. Dicho indicador
mostrar que la poltica fiscal se torn crecientemente expansiva desde 2003,
independientemente de la consideracin del resultado fiscal, y que tuvo una impronta
fundamental en el crecimiento de los ltimos aos.
Por ende, este trabajo apunta a estimar el impacto de la poltica fiscal y del sector
pblico en general en el crecimiento econmico argentino de los aos recientes. Para
eso, se hace un breve repaso del rol de la poltica fiscal en el crecimiento segn la
ptica convencional (seccin I) y luego se discuten las caractersticas principales de un
enfoque alternativo basado en el principio de la demanda efectiva de Kalecki y en el
Teorema de Haavelmo del multiplicador de presupuesto equilibrado. Seguimos en este
sentido una sugerencia de Serrano (2012). Finalmente, el enfoque concluir en un
modelo de tipo supermultiplicador (seccin II).
La seccin III describe algunos aspectos histricos y generales sobre la poltica fiscal
en Argentina y presenta una primera estimacin de su impacto en los aos recientes.
La seccin IV formula unas pocas observaciones finales. Creemos que los resultados
presentados en este trabajo, aunque solo sean el producto de una primera

aproximacin al problema, pueden ser tiles para poner de relieve el rol relevante de la
poltica fiscal en el crecimiento econmico de largo plazo en su interaccin con
aspectos distributivos, externos y estructurales.

I. La poltica fiscal en el nuevo consenso macroeconmico


El impacto de la poltica fiscal sobre la demanda agregada y sobre el nivel de actividad
depende crucialmente del modelo terico y de los supuestos acerca del
funcionamiento del sistema econmico donde esa poltica se aplica. Como seala
Arestis (2009), en el contexto de los viejos modelos macroeconmicos, caracterizados
por precios que ajustan lentamente (sluggish prices), la poltica fiscal tiene efectos
positivos sobre la demanda. Una poltica fiscal expansiva aumenta el gasto agregado,
y permite a las empresas (que padecen restricciones de demanda) vender ms
producto, aumentando as los ingresos y el empleo. La inflexibilidad de precios
(determinados por la aplicacin de un mark-up sobre costos) hace que el nivel de
producto sea determinado por la demanda. Los precios ajustan gradualmente debido a
presiones de costos por las alzas de salarios, como capturan algunas versiones de la
curva de Phillips.
El multiplicador de la poltica fiscal es positivo, aunque su tamao puede ser afectado
por una serie de causas, como la proximidad al uso pleno de la capacidad productiva,
tasas de inters ms altas que la anticipada por el banco central que pueden
desplazar la demanda privada, la devaluacin de la moneda en un rgimen de tipo de
cambio flexible, etc. Estos factores pueden dar por resultado un multiplicador positivo
de la poltica fiscal, pero de dimensin reducida.
Sin embargo, la visin que emana del nuevo consenso macroeconmico (NCM) de la
poltica fiscal es muy diferente. Todos estos factores que producen dbiles resultados
keynesianos, ha sido evaluados de una manera que ahora debilitan sustancialmente la
poltica fiscal y llevan a desechar las posibilidades del gobierno de utilizar su gasto (y
sus ingresos) como herramienta de poltica para incidir en el crecimiento.
En trminos de poltica fiscal, las formulaciones del NCM no hacen prcticamente
ninguna mencin explcita y, en general, el uso de una poltica fiscal discrecional es
visto ms como la excepcin que la regla. La norma de la poltica fiscal debe ser
permitir que los estabilizadores automticos acten en un ambiente de presupuesto
equilibrado a travs del ciclo econmico, y el funcionamiento de los estabilizadores
puede ser reflejado implcitamente en la evolucin de la brecha de producto y en las
expectativas sobre la brecha futura.
5

Los estabilizadores automticos seran aquellos elementos del rgimen de gastos e


impuestos que automticamente tenderan a estabilizar la economa a lo largo del
ciclo. Por ejemplo, durante una fase de expansin, los ingresos aumentarn y con
estos se incrementarn los ingresos fiscales, lo que tender a amortiguar el ciclo. Del
mismo modo, en una recesin, los pagos por subsidios al desempleo aumentarn,
tendiendo a moderar la desaceleracin.
En trminos amplios, los argumentos contra las polticas fiscales discrecionales y los
dficits fiscales ms all del corto plazo, se resumen en variantes del efecto
desplazamiento (crowding out effect) y del teorema de equivalencia ricardiana2. A su
vez, el NCM combina el contexto de optimizacin en equilibrio general con rigidez de
los precios nominales de corto plazo. La poltica fiscal puede tener implicaciones sobre
demanda si afecta las expectativas de los agentes econmicos relacionadas con sus
ingresos futuros y riqueza. Tambin podra tener efectos sobre la oferta en la medida
en que contribuye a mejorar la eficiencia del mercado laboral y la oferta de trabajo,
junto con la competitividad de la economa. Estos efectos, a su vez, afectan a la tasa
de desempleo que no acelera la inflacin (NAIRU). En este marco terico, los agentes
forman sus expectativas mirando hacia el futuro (forward looking) y no enfrentan
restricciones de liquidez. Forman sus expectativas en trminos de cmo la evolucin
futura de las polticas presupuestarias del gobierno y las finanzas pblicas afectar a
el ingreso de su ciclo vital y la riqueza (Arestis, 2009).
El modo en que entran las expectativas en el modelo viene dado por el
comportamiento asumido de los agentes. Un aumento del dficit fiscal que fuera
percibido como permanente por los consumidores, implicara un aumento en la carga
tributaria futura y una reduccin permanente en su riqueza e ingresos esperados. As,
los agentes reduciran su consumo presente e incrementaran sus niveles de ahorro
anticipando su menor ingreso futuro. Mayores impuestos podran reducir la riqueza de
las familias. As, el aumento del gasto pblico podra generar una cada an mayor en
el consumo corriente. Asimismo, el aumento del empleo pblico (que podra seguir al
alza del gasto) reducira la oferta de trabajo del sector privado, ejerciendo una presin
ascendente sobre los salarios, afectando el valor presente de las ganancias y
2

El efecto desplazamiento implica que la expansin fiscal se hace a expensas del sector privado, el que se debe

contraer para hacer espacio al impulso fiscal. Este efecto cuenta con distintos canales de transmisin en la literatura,
pero dos supuestos centrales (a menudo relacionados) son que la expansin fiscal impone una suba de la tasas de
inters y una reduccin de la inversin privada, o bien que la economa se encuentra en el pleno empleo. Por su lado,
la equivalencia ricardiana postula que el dficit fiscal no afecta a la demanda agregada. El gobierno puede financiar
su gasto mediante impuestos o por la emisin de deuda pblica. Si elige el segundo camino, tarde o temprano tendr
que pagar la deuda subiendo los impuestos por encima de lo que estos se ubicaran en el futuro. De modo que ambos
caminos seran equivalentes.

debilitando la inversin, la cual tambin se vera afectada por el alza de las tasas de
inters debido al aumento del dficit fiscal (merced al efecto crowding-out ms
convencional). Por estos motivos y algunos ms- la poltica fiscal es inefectiva en el
marco del NCM.
Uno de los problemas principales de esta corriente es cmo reconciliar la prediccin
de la teora acerca de que el gasto pblico tiene un fuerte efecto negativo sobre el
consumo, mientras la evidencia emprica muestra lo contrario.
Frente a este escollo, la teora tuvo que admitir modificaciones esenciales. Mankiw
(2000), por ejemplo, sugiri que los modelos convencionales sobre el impacto de la
poltica fiscal deben permitir dos tipos de consumidores. Un tipo de consumidores (los
consumidores ricardianos) funciona como predice el modelo: se comporta
optimizando plenamente mirando hacia el futuro, recurriendo al mercado de activos y
suavizando su consumo en el tiempo. Estos optimizantes consumidores ricardianos
tienen expectativas sobre el futuro que son plenamente consistentes con el pleno
empleo. El otro tipo de consumidores (no ricardianos) no sigue las reglas de la
optimizacin, no puede y no participa de los mercados de activos, y se limitan a
consumir su ingreso disponible neto de impuestos, y sus expectativas sobre el futuro
no son consistentes con una situacin de pleno empleo. Llegamos as a una situacin
extraa, donde agentes ricardianos viven en un mundo no ricardiano, en el cual no
mantiene expectativas forward looking, y su comportamiento enfrenta habitualmente
restricciones de liquidez y por ende no estn en condiciones de suavizar
intertemporalmente su trayectoria de consumo. Por supuesto, una vez que estos
modelos admiten la presencia de agentes no ricardianos, empiezan a funcionar
empricamente mejor. Pero la presencia de estos extraos sujetos es crucial para
producir esos resultados.
Vale la pena sealar que en la literatura econmica sobre la relacin entre la poltica
fiscal y el desempeo macroeconmico es usual la utilizacin de indicadores de
discrecionalidad, o sea, ndices para estimar medidas del dficit pblico de pleno
empleo (o cclicamente ajustado) a fin de tratar de eliminar de los valores corrientes
los efectos cclicos de la economa. El dficit ajustado cclicamente sera as una
medida de cul sera el dficit pblico si, manteniendo la poltica vigente de impuestos
y de gasto, la produccin se encontrara en su nivel natural (o potencial).
Sin embargo, existen limitaciones metodolgicas en estos enfoques ya que uno debe
asumir que, o bien la economa no cambia su nivel de ingreso (que se ubica en el
pleno empleo), o bien la economa flucta en torno a una tendencia de crecimiento del

producto considerada natural. En este caso, los valores efectivos estn fluctuando
alrededor de esta tendencia (exgena).
Una forma de medir el impacto macroeconmico de la poltica fiscal, con el resultado
presupuestario ajustado cclicamente, son los indicadores de impulso fiscal. Por
ejemplo, para Alesina y Perotti (1995), el impulso fiscal es el cambio discrecional en la
posicin presupuestaria del gobierno, es decir, el impulso fiscal es representado slo
por las acciones ordinarias del gobierno. En este sentido,
"El impulso fiscal es la diferencia entre alguna medida efectiva de la posicin
presupuestaria del gobierno y el nivel de la misma medida que prevalecera si los efectos
del ciclo fueran dejados de lado haciendo referencia a alguna posicin de referencia"
(Alesina y Perotti, 1995, Pg.6).

Estos indicadores tienen las mismas caractersticas del resultado presupuestario de


pleno empleo discutido antes y por lo tanto tienen las mismas dificultades. Estos
indicadores son utilizados por el FMI o la OEDC (Organisation for Economic
Cooperation and Development). La idea bsica es excluir el efecto de las variaciones
del producto sobre el presupuesto.3
El ncleo comn de todos estos modelos y enfoques es que no tienen en cuenta el
principio de demanda efectiva en el largo plazo, que pone de relieve la modificacin
del propio producto potencial en funcin de las variaciones de la demanda. Adems,
como se explicar en la siguiente seccin, slo tienen en cuenta el resultado fiscal
cclicamente ajustado lo que deja sin resolver el problema abordado por Haavelmo, es
decir, no permiten medir el impacto diferencial de la poltica fiscal sobre la demanda
agregada Por lo tanto, es necesario construir un instrumento que permita identificar los
impacto diferenciales de la poltica fiscal y sea coherente con el principio de la
demanda efectiva.

II. Poltica fiscal y demanda efectiva


Keynes (1936) demostr que cuando una economa est operando por debajo de la
plena utilizacin del capital existente, un aumento de la inversin no requiere una
reduccin previa en el consumo. Ms bien, el mayor nivel de ingreso, generado por
3

Para este fin, tanto el modelo adoptado por el FMI y como el de la OCDE, utilizan la variacin de los gastos,

impuestos y transferencias en sus valores corrientes excluyendo el efecto cclico. La diferencia entre estos dos
mtodos reside en el producto tomado como referencia para indicar la discrecionalidad. Mientras la OCDE utiliza el
producto potencial del perodo corriente para los gastos y el producto corriente o efectivo para los impuestos, el FMI ...
asume como ao de referencia no el ao anterior, sino un ao de referencia donde el producto potencial estaba cerca
del nivel efectivo del producto" (Alesina y Perotti, 1995, pg.214).

una mayor utilizacin de la capacidad, genera un monto de ahorro que iguala a la


inversin. La sntesis neoclsica limit este resultado a situaciones de corto plazo.
Pero muchos economistas han tratado de extender el anlisis de Keynes hacia el largo
plazo.
Dentro de esta corriente, algunos economistas argumentaron que es en el largo plazo
(cuando la capacidad de produccin puede variar considerablemente), incluso ms
que en el corto, donde la inversin es independiente de (y determina) el ahorro a
travs de cambios en el nivel de producto. Por ende, la produccin total se determina
por la demanda efectiva, que se define como los gastos agregados realizados a los
precios normales de produccin (Garegnani, 2013 (1992); Cesaratto, Stirati & Serrano,
2003). No obstante, como mostraron algunos autores (Serrano, 1995), Kalecki es el
punto de partida ms slido para construir una teora de la demanda efectiva en el
largo plazo.

II.1. Kalecki y Haavelmo


En el anlisis de Kalecki, el impacto de la poltica fiscal sobre el crecimiento de la
economa incluye la consideracin de elementos econmicos y polticos. En
condiciones normales, Kalecki considera que la principal causa del desempleo es la
insuficiencia de demanda agregada, y por ende cree que debera ser posible,
mediante la intervencin del gobierno en el manejo de la demanda agregada, evitar o
reducir considerablemente el desempleo.
Sin embargo, advierte dos problemas potenciales. Primero, que podran existir
obstculos econmicos (capacidad productiva inadecuada, falta de calificacin laboral,
etc.) los cuales, sin embargo, considera como de menor relevancia. Adems, advierte
los problemas del comercio exterior como tal vez la mayor dificultad prctica en la
conquista del pleno empleo (Sawyer, 1985, 126). El segundo obstculo es, en la
visin de Kalecki, mucho ms relevante:
El mantenimiento del pleno empleo mediante el gasto pblico financiado con prstamos
ha sido ampliamente discutido en los ltimos aos. Esta discusin, sin embargo, se ha
concentrado en los aspectos puramente econmicos del problema sin prestar la debida
atencin a las realidades polticas. El supuesto de que un gobierno mantendr el pleno
empleo en una economa capitalista, si slo supiera cmo hacerlo es una falacia
(Kalecki (1971 (1943)).

Kalecki sostena que las clases propietarias no estaran en contra de una intervencin
limitada del gobierno en las recesiones, pero manifestaran una fuerte oposicin hacia
9

una poltica que apuntara al sostenimiento de condiciones cercanas al pleno empleo


en el largo plazo. La razn de esta oposicin es que tales polticas involucraran una
creciente participacin del Estado en la economa y, por ende,

una necesaria

disminucin de la importancia y del poder econmico de la clase capitalista.


Por tanto, eso llevara a en largo plazo a un cambio sustancial en el balance de poder
en la sociedad (tanto a nivel econmico como poltico) que se manifestara en una
reduccin de la "disciplina" de los trabajadores, demandas crecientes de mayor
participacin popular en las decisiones del gobierno y hasta en las decisiones internas
de las grandes empresas, persistente presin por aumentos salariales, etc. Estas
tensiones produciran una intensificacin del conflicto distributivo y de las presiones
inflacionarias que tenderan, tarde o temprano, al intento de encumbrar en el poder a
grupos y partidos polticos con la intencin explcita de restablecer el orden a travs de
polticas econmicas ortodoxas.
Respecto de las polticas concretas, Kalecki considera tres caminos posibles para
alcanzar el pleno empleo: los estmulos a la inversin privada, la redistribucin del
ingreso desde los ms ricos hacia los pobres, y el gasto pblico en inversin y en
subsidios al consumo masivo, financiado con deuda (es decir, gasto deficitario).
Respecto a los estmulos a la inversin privada (por ejemplo, mediante la reduccin de
la tasa efectiva de inters o la concesin de beneficios impositivos vinculados al gasto
en equipos y bienes de inversin) Kalecki considera que tienen un rol muy limitado
como instrumento para promover el pleno empleo. El argumento ms poderoso es que
si el gobierno lograra que la capacidad productiva creciera ms rpido que el producto
(gracias por ejemplo la concesin de subsidios a la inversin), la consecuencia sera
una reduccin del nivel de utilizacin de la capacidad (un aumento del exceso de
capacidad) y una cada de la tasa (efectiva) de ganancias. Esta cada de la tasa de
ganancias tendera luego a deprimir el nivel de inversin. Si el gobierno insistiera en
este camino, sera necesario un mayor monto de subsidios y an si la inversin
volviera a subir, habra un adicional exceso de capacidad seguido de una cada en la
rentabilidad y as de seguido.4

Kalecki tambin considera como una segunda consecuencia posible la suba del ratio capital/producto en la medida en

que tcnicas ms intensivas en capital sean introducidas. Sin embargo, considera que la tasa de inters tiene escasa
influencia en la eleccin de tcnicas de modo que los cambios en la tasa de inters tendrn un impacto muy limitado en
la relacin capital-producto (Kalecki, 1939, Essays.. p.102-105).

10

El segundo camino posible hacia el pleno empleo es la redistribucin de ingresos


desde los ricos hacia los pobres.5 Aqu el argumento usual es que los grupos de ms
bajos ingresos tienen una propensin a consumir ms alta que los grupos de mayores
ingresos. Por ende, una redistribucin que beneficie a los ms pobres aumentara el
gasto en bienes de consumo. Sin embargo, Kalecki observa que el aumento de los
impuestos sobre los ingresos de los grupos ms ricos, necesario para producir la
redistribucin, podra tener un efecto depresivo sobre el nivel de inversin. As, sugiere
gravar las ganancias brutas, netas del gasto en inversin a fin de no daar los
estmulos a la inversin. El grado de la redistribucin (y por ende la estructura del
sistema impositivo) sera el necesario para asegurar el pleno empleo con un nivel de
inversin que ponga en lnea el crecimiento del stock de capital con los aumentos de la
poblacin y la productividad.
Kalecki admite que este tercer camino es ms igualitario que alcanzar el mismo
objetivo mediante el dficit fiscal, pero precisamente por esta razn el pleno empleo
a travs de aumentos de los impuestos es probable que encuentre una oposicin ms
fuerte que la poltica del dficit fiscal. Obviamente, aunque Kalecki simpatiza con la
opcin de la redistribucin por su compromiso igualitario, no por ello deja de reconocer
las posibles restricciones polticas y sociales a la poltica econmica.
Finalmente, sobre el rol del gasto pblico en inversin y los subsidios al consumo de
masas, Kalecki expone el argumento convencional sobre el multiplicador, mediante el
cual una suba del gasto del gobierno financiado con endeudamiento aumentar el
nivel de empleo. En este punto, Kalecki discute algunos contra-argumentos usuales
contra esta opcin, bsicamente: cmo se financia el dficit, qu efecto tendran el
dficit sobre las tasas de inters, y la relacin del dficit fiscal y la inflacin, entre otros
(Sawyer, 1986, p.127).
Es interesante el argumento de Kalecki respecto de la primera objecin (de dnde
sale el dinero para financiar el dficit?). Kalecki responde que el dficit fiscal siempre
se financia a s mismo, es decir, el aumento del dficit causa un aumento del ingreso y
cambios en su distribucin que acrecientan el ahorro lo suficiente para financiarlo. En
una economa cerrada, el ahorro bruto ser igual a la inversin privada ms el dficit
del gobierno.
S = I + (G-T)

Este trabajo se focaliza en la problemtica distributiva y su relacin con la posicin fiscal solamente considerando su

efecto sobre el crecimiento. Para una discusin sobre el efecto de la estructura fiscal en la equidad, ver Gaggero &
Rossignolo (2012).

11

Un aumento del gasto pblico genera un aumento del ingreso de modo que crea el
suficiente ahorro para igualar la suba del dficit fiscal. Asimismo, el argumento de que
el dficit fiscal conducir a un alza de las tasas de inters y por ende reducir el nivel
de inversin, es rechazado por Kalecki sobre la base de que la tasa de inters puede
mantenerse estable pese al tamao del dficit fiscal si se lleva a cabo una poltica
bancaria adecuada.6 Finalmente, Kalecki considera que, en tanto no empuje a la
economa ms all del lmite mximo de la capacidad productiva, el dficit fiscal no
puede generar inflacin per se.7
Es interesante, adems, subrayar la diferencia que Kalecki establece en torno al rol de
la inversin. Para l, aunque la inversin pblica y el gasto del gobierno en capital
pueden ser componentes significativos de la demanda agregada, estas formas de
gasto no deberan realizarse atendiendo solamente sus efectos sobre la demanda,
sino particularmente por sus beneficios sociales (Sawyer, 1986, p.131). Como sostuvo
Kalecki:
"El papel que le corresponde de la inversin privada es proporcionar herramientas para
la produccin de bienes de consumo, y no proporcionar el suficiente empleo para ocupar
a toda la mano de obra disponible... Tanto la inversin pblica como la privada deberan
ser realizadas solamente en la medida en que son consideradas tiles. Si la demanda
efectiva as generada falla en el objetivo de proporcionar el pleno empleo, la brecha debe
ser llenada mediante el aumento del consumo y no acumulando equipo de capital
(pblico o privado) no deseado (Kalecki, 1944, citado en Sawyer, 1986, p.131).

As, este conjunto de ideas de Kalecki sobre los caminos al pleno empleo,
considerando que el gasto agregado del sector privado ser insuficiente para alcanzar
esa meta, lleva a la conclusin de que la posibilidad real de satisfacer el objetivo
descansa en el aumento del consumo. Como escribe Sawyer (1986, p.131):
Kalecki () abog por una serie de beneficios sociales (por ejemplo, pensiones de
jubilacin, prestaciones por hijos) para estimular el consumo y ayudar a los grupos de
menores ingresos. En general abog por la estimulacin del consumo de masas como
una parte importante del paquete macroeconmico para garantizar el pleno empleo.
Sostuvo esto basado en la insuficiencia de otros mtodos, en razones de justicia social y
debido a que el consumo es el resultado final de la actividad econmica.

Bsicamente Kalecki est considerando las tasas de inters como un fenmeno monetario. Ver Sawyer (1986) y

tambin Lpez & Assous (2010).


7

Ciertamente, una situacin prolongada de pleno empleo (o de muy bajo desempleo), podra tener como consecuencia

una mayor inflacin, pero esto sera una consecuencia del pleno empleo y no del dficit fiscal per se.

12

Kalecki

fue,

consecuentemente,

un

decidido

defensor

del

Plan

Beveridge

implementado en 1945, considerado el primer ensayo de Estado de Bienestar del siglo


XX.8 Pese a las grandes diferencias de contexto histrico, es interesante recabar en el
tipo de objeciones que recibiera el plan Beveridge en su tiempo, muy similares a las
que recibi la poltica econmica en Argentina desde 2003, a saber: que los beneficios
sociales empeoraran la competitividad de las exportaciones britnicas y que los
beneficios para desempleados as como el salario mnimo podan desestimular la
necesidad de trabajar. Kalecki combati contra tales objeciones sealando respecto
del ltimo punto que si efectivamente tales beneficios desalentaran a los trabajadores
de buscar empleo, la respuesta poltica apropiada sera subir los salarios ms bajos
antes que reducir los beneficios.
Finalmente, es interesante observar que la prediccin de Kalecki de que la suba del
gasto financiada con impuestos al capital (aunque es el camino ms igualitario al pleno
empleo) es probable que encuentre una oposicin ms fuerte que la poltica del dficit
fiscal, no necesariamente se verifica en la prctica.
La experiencia histrica muestra resultados que podran resultar paradjicos a la luz
de una mirada convencional. Como observa Glyn (2006), los dficit pblicos devinieron
sustanciales y sostenidos slo durante el perodo posterior a la crisis del petrleo de la
OPEP en 1974, cuando haba una fuerte presin para continuar con la expansin del
Estado de bienestar y para sostener la demanda agregada a pesar del estancamiento
de los ingresos fiscales.

Tabla1: Dficits fiscales, 1952-2004


Balance del gobierno (% del pib)

1952-73

1974-79

1980-90

1991-5

1996-2000

2001-04

-0,8
0,2

-1,5
-3,3

-3,5
-4,3

-4,5
-2,2

0,0
-2,1

-3,2
-2,3

1,0
-0,2

-3,4
-2,5

-1,1
-3,3

-1,7
-4,3

-5,8
-1,3

-7,3
-2,8

USA
Europa
(Eurozona en los 90)
Japn
OECD
Fuente: Glyn (2006, p.33-34)

Entre 1884 y 1890 la Alemania de Bismarck fue el primer pas en adoptar un programa de seguro social para la vejez

para promover el bienestar de los trabajadores, permitir que la economa alemana siguiera funcionando con eficiencia y
eludir la demanda de opciones socialistas ms radicales. Este programa se combin con la indemnizacin a los
trabajadores y el seguro de enfermedad.

13

Los dficits son ms grandes todava en la dcada de 1990. No fue sino hasta la
segunda mitad de la dcada de 1990 que las principales reducciones en el dficit
pblico en Europa y los EE.UU. (aunque no en Japn) marcaron una restauracin
aparentemente decisiva de la ortodoxia financiera en la financiacin del sector pblico.
De modo que bajo la llamada Edad de Oro del capitalismo, es decir, en la etapa en la
cual fue mayor el rol del Estado en la promocin del crecimiento, las economas
desarrolladas mostraron resultados fiscales prcticamente equilibrados, en tanto que
los dficits fiscales crecientes fueron en verdad resultado de las polticas que
comenzaron a poner el foco en fines estabilizadores, usualmente sustentados en un
criterio de finanzas sanas.
Este resultado aparentemente paradjico se debe al hecho de que el espacio fiscal es
una variable bsicamente endgena, ya que una poltica fiscal activa afectar el
equilibrio fiscal al alterar la situacin macroeconmica a travs de su impacto en los
ingresos del sector privado y de los impuestos percibidos de esos ingresos. As, la
reduccin del gasto pblico, debido a su impacto negativo sobre la demanda agregada
y la base imponible, dar lugar a menores ingresos fiscales y por tanto puede
obstaculizar cualquier intento de consolidacin fiscal (UNCTAD, 2011).

II.2. El modelo de Kalecki


Es interesante repasar brevemente el modelo de Kalecki para comprender el papel del
gobierno en el marco de su teora. A su vez, esto permitir comparar sus resultados
con los de Haavelmo. Como vimos previamente, en los tres caminos al pleno
empleo, Kalecki termina abogando por el gasto deficitario. Para arribar a esa
propuesta, Kalecki (1971) descompone la renta nacional en salarios y ganancias:

RN = P + W

(1)

La que a su vez, en el caso de una economa cerrada, es idntica a la suma del


consumo y la inversin:

Y=C+I

(2)

Luego, el consumo puede escindirse en dos componentes:


14

Y = Ck + Cw + I

(3)

Donde Ck y Cw representan el consumo de los capitalistas y de los trabajadores


respectivamente. Kalecki asume que los trabajadores gastan lo que ganan (w = Cw ).
Por ende:

P = Ck + I

(4)

Frente a esta igualdad contable entre ganancias (brutas) y el gasto en consumo e


inversin, Kalecki se pregunta por el significado de esta ecuacin, es decir, por el
sentido de su determinacin causal. Concluye que tal causalidad se da desde el gasto
hacia el ingreso (en este caso, las ganancias), porque los capitalistas no pueden
decidir ganar ms, y slo tienen capacidad de decisin sobre lo que gastan (sea en
inversin o en consumo). Por ende, los ingresos son determinados unilateralmente por
los gastos9 y es la suma de sus gastos la que determina sus ingresos, y no a la
inversa.
En este contexto vale la afirmacin de Kalecki: los trabajadores gastan lo que ganan y
los capitalistas ganan lo que gastan. La idea bsica es que, en una economa
capitalista, los gastos de los trabajadores en bienes de consumo a partir de sus
salarios son, al mismo tiempo, un ingreso y un costo.10 Por ende, si estos ingresos y
costos son iguales en el agregado, luego la masa total de ganancias realizadas
depende enteramente del gasto de los propios capitalistas en consumo e inversin en
cada perodo.
Esta distincin es importante ya que a fines de determinar el impacto total de la poltica
fiscal sobre el crecimiento, es preciso distinguir entre dos tipos de fuentes de
demanda: una fuente de demanda que depende del nivel de ingreso real generado por

Como observa Possas (1999, pp.19), esta determinacin se basa en la constatacin de que en las transacciones

mercantiles la nica decisin autnoma es la de gastar.


10

El eco de Marx es inmediato: Los trabajadores son importantes para el mercado como compradores de mercancas.

Pero como vendedores de su mercanca la fuerza de trabajo-, la sociedad capitalista tiene la tendencia a restringirla a
su mnimo precio"(1893, pp.391). Marx tambin seal que los limitados niveles de consumo de los trabajadores no
pueden ser compensados por la acumulacin de capital real, porque esta ltima no se lleva a cabo por s misma, sino
nicamente debido a que ms de este capital es necesario en aquellas esferas de la produccin cuyos productos
entran en el consumo individual "(1894, p. 359).

15

las decisiones de producir de las empresas; esta fuente de demanda flucta


endgenamente en proporcin a los costos incurridos por los empresarios (y
constituye los ingresos de los asalariados). A su vez, habra un componente exgeno
que puede estar financiado con crdito o con la venta de activos financieros (riqueza
acumulada).
As, resulta evidente que los capitalistas nicamente pueden decidir sus gastos de
inversin y/o de consumo, y por ende Kalecki concluye que las decisiones de gasto de
los empresarios, como clase en el agregado, determinan el tamao de sus ganancias.
De este modo, los capitalistas cuando gastan (supongamos en bienes de consumo)
generan un volumen de ventas de donde obtienen esas ganancias. Este gasto
capitalista induce un gasto adicional por el mayor empleo necesario para generar el
volumen de ventas, por lo que aumenta la masa salarial y el nivel de ventas debido al
consumo adicional de los trabajadores que producen nuevas ganancias. A su vez, la
expansin del sector de consumo asalariado lleva a un nuevo aumento de las ventas
en el sector que produce bienes-salario y el proceso concluye hasta que el gasto
capitalista inicial se iguala con las ganancias producidas en los dos sectores. Por
ende, el gasto de los trabajadores es inducido por el gasto capitalista, y ste ltimo
determina (junto con la distribucin del ingreso), el nivel de producto y empleo de la
economa.
Como observa Lpez (2011), esta diferenciacin permite apreciar con mayor
claridad el tipo de gasto que cada uno de los diferentes grupos sociales ejerce, esto
es, si su gasto es inducido, es decir, si depende del nivel de produccin, o si es un
gasto autnomo, independiente de la produccin del periodo. En este contexto, el
gasto capitalista es un gasto autnomo mientras el gasto de los trabajadores depende
del ingreso corriente. Slo la expansin del gasto autnomo puede inducir un gasto
adicional al generar una expansin del empleo y del consumo de los trabajadores
(Lpez, 2011).11 De modo anlogo, como veremos, el gasto gubernamental y el gasto
externo tambin inducen un gasto adicional en la economa.
Serrano (2008) seal que el aforismo kaleckiano debera comenzar en un tono
condicional, pues solo si los trabajadores gastan lo que ganan los capitalistas ganan
exactamente lo que gastan. Kalecki muestra que si los trabajadores gastan en
consumo menos de lo que ganan (es decir, ahorran) los capitalistas ganarn menos

11

Por supuesto, esto es as manteniendo el supuesto de que la distribucin est dada. Ms adelante se discutir el

efecto de los cambios en la distribucin sobre el gasto inducido y el crecimiento.

16

de lo que gastan ya que en el agregado la masa salarial ser un costo mayor que el
ingreso que generan.12
Asimismo, en caso en que los trabajadores gasten ms de lo que ganan, implicar que
los capitalistas ganan ms de lo que gastan. Parece un ejemplo improbable, pero
este fue el caso de la economa americana en los aos 2000. Mediante el
endeudamiento de los hogares, los bajos salarios pudieron convivir con niveles
relativamente altos de demanda agregada, proporcionando una solucin (ciertamente
temporal) a la contradiccin entre la necesidad de niveles altos y crecientes de
consumo (para el crecimiento del sistema), y un marco de condiciones antagnicas en
la distribucin que restringe los ingresos reales de la inmensa mayora de la sociedad
(Barba y Pivetti, 2009).13
En este contexto, luego de obtener una expresin para la determinacin de la masa de
ganancias (P) (ecuacin 4), Kalecki incorpora el comercio exterior y el sector gobierno
en la misma ecuacin de determinacin de ganancias, obteniendo:
P = Ck + I + (X-M) + (G-T)

(5)

Cuando introduce el sector gobierno en el anlisis, Kalecki muestra que la masa de


ganancias es mayor que los gastos de los capitalistas si hay un dficit pblico y, por
ende, el Estado gasta ms de lo que gana. Anlogamente, en el caso de una
economa abierta, un supervit comercial hace que la masa de ganancias resulte
mayor que los gastos de los capitalistas, debido a que el resto del mundo gasta en la
economa nacional ms de lo que gana.
Finalmente, luego de haber agregado el comercio exterior y el sector gobierno en la
ecuacin de determinacin de ganancias, Kalecki incorpora la participacin de los
salarios para determinar la renta nacional. Previamente, considera la participacin de
los salarios bajo el supuesto de que los trabajadores no ahorran: Cw = W = Y, donde
12

Como muestra Serrano (2008), Kalecki no contempla el caso en que los propios trabajadores pueden tener acceso al

crdito para el consumo y, por ende, existiera un componente autnomo en el consumo de los mismos trabajadores,
adems del consumo inducido de (parte o toda) la masa de salarios.
13

Tanto la deuda pblica como la deuda de los hogares pueden actuar como herramientas de manejo de la demanda.

Pero aparte de sus diferentes efectos distributivos e implicancias, se diferencian significativamente respecto de sus
sostenibilidad. El punto principal es que, mientras que en el caso de la deuda pblica, la tasa de crecimiento del ingreso
total no es exgena con respecto a la dinmica de la deuda, en el caso de los hogares endeudados el curso de sus
ingresos es totalmente independiente de la dinmica de sus deudas. Los dficits presupuestarios de las familias y la
dinmica de sus deuda no afectan, por s mismos, el salario de los trabajadores individuales (ms an cuando la deuda
de los asalariados se genera para sostener ciertos niveles de consumo que no sera factible mantener de otro modo
debido a salarios reales declinantes o estancados).

17

es la participacin de los salarios en el ingreso. Por ende sustituyendo en la


ecuacin (1) y reescribiendo tenemos:

Y = (Ck + I + (X-M) + (G-T))/(1- )

(6)

De acuerdo con este enfoque, si el gobierno quiere hacer una poltica fiscal expansiva,
tendr que hacer gastos deficitarios financiados mediante deuda (o por monetizacin
del dficit), ya que en caso de que los gastos fueran financiados en el mismo monto
mediante subas de impuestos, no habr cambio alguno en el nivel de ingreso y empleo
de la economa, ya que el gobierno estara quitando con una mano lo que puso con la
otra. De modo anlogo, una poltica fiscal contraccionista implica que el gobierno
debe tener supervit fiscal (T>G).
La secuencia del anlisis de Kalecki puede esquematizarse como sigue:

Renta nacional = Ck + Cw + I

RN = Ck + I + (G-T) + (X-M) + aW

dado Cw = W

Renta nacional = Ganancias + W

Renta nacional = Ganancias = Ck + I

Ganancias = Ck + I + (G-T) + (X-M)

Haavelmo(1945) puso de algn modo en cuestin esta afirmacin de Kalecki de que


slo los resultados fiscales deficitarios seran expansivos.14 Para Haavelmo, esta
conjetura usual es, sin embargo, falsa () En una situacin con desempleo y recursos
ociosos, definitivamente hay un efecto creador de empleo de parte de los gastos
pblicos, incluso cuando estos estn totalmente cubiertos por impuestos (1945,
pp.311). Esta afirmacin es particularmente fuerte cuando se considera que el
resultado de Haavelmo es independiente de los cambios en la distribucin del ingreso
que produciran los impuestos y los gastos pblicos, y que es independiente tambin
del valor numrico de la propensin a consumir.
Esta proposicin de Haavelmo se funda en el hecho de que los gastos y los impuestos
afectan la renta agregada de manera diferente. Haavelmo distingue la renta bruta (la
suma de ingresos individuales antes de impuestos) de la renta neta (la suma de
14

Una rectificacin anloga se discutir ms adelante respecto al papel del sector externo en el crecimiento.

18

ingresos individuales despus de pagar sus impuestos). Esta diferenciacin es


importante porque implica que hay impactos mltiples de la poltica fiscal. La cuestin
central sostenida por Haavelmo es que mientras la demanda del sector privado por
bienes y servicios depende de su ingreso neto, su empleo depende del ingreso bruto
(Haavelmo, 1945, pp.313), siendo el ingreso bruto la suma de ingresos que los
individuos obtienen al producir bienes y servicios para satisfacer la demanda tanto del
sector privado como del sector pblico.
En este contexto, Haavelmo sostiene que un aumento del gasto pblico financiado
simultneamente con impuestos puede agregarse al ingreso bruto de modo tal de
dejar al sector privado con el mismo nivel de ingreso neto (por ende, la demanda del
sector privado queda en el mismo nivel que antes de la suba del impuesto).15 Pero
mientras extrae recursos del sector privado mediante mayores impuestos sin ninguna
compensacin para el contribuyente individual, el gobierno requiere bienes y servicios
del sector privado mediante su gasto ahora incrementado.
Por supuesto, como observa Haavelmo, si rigiera una situacin de pleno empleo, toda
la operacin implicara que el sector privado tendra que trabajar parcialmente para el
gobierno, en lugar de hacerlo en su propio beneficio (y no podra pagar la suba de
impuestos trabajando ms). Pero si no hay pleno empleo, el monto de bienes y de
empleo requerido por el gobierno se sumar al que demanda el sector privado. El
ingreso bruto habr aumentado, aunque el ingreso neto permanezca inalterado. Como
explica Haavelmo,
"De hecho, desde el punto de vista del empleo, el resultado para la sociedad en su
conjunto sera exactamente el mismo que si el gobierno hubiera empleado mano de obra
y recursos ociosos y los hubiera puesto a trabajar sin ningn tipo de compensacin
directa" (Haavelmo, 1945, pp.314) .

Podemos mostrar formalmente el argumento de Haavelmo de una manera muy simple


siguiendo la presentacin que hace Serrano (2012). Suponemos una economa
cerrada y que los gastos determinan el producto (Y). Adems, suponemos que la
inversin es totalmente autnoma (corto plazo) y que el gasto pblico, adems de ser
autnomo, consiste en la compra de bienes y servicios (no existen transferencias). Por
ende:

15

Aqu Haavelmo supone que la poltica impositiva no produce ningn cambio en la distribucin del ingreso neto y por

ende no altera la propensin a consumir del sistema.

19

Y=C+I+G

(7)

El ingreso agregado es idntico al ingreso disponible del sector privado (Yd) ms la


carga tributaria neta (T) que se supone autnoma16 y es igual al gasto total, tenemos:

Y = YD + T

(8)

Suponiendo que el consumo es una funcin (f) del ingreso disponible ms una fraccin
de consumo autnomo (Z):

C = f (YD) + Z

(9)

En este marco, el primer resultado de Haavelmo revela que un aumento del gasto
pblico (H) simultneo a un aumento (H) en la recaudacin tiene un efecto
multiplicador igual a 1, independientemente de la forma de la funcin consumo o de la
propensin marginal a consumir (f, o bien,

). Una demostracin sencilla es como

sigue:

G = T = H

(10)

De las ecuaciones (8) a (10) tenemos que Y=f(Y- T) +G. Sustituyendo por H
surge:

Y=f(H - H) +H = H

(11)

As, el gasto pblico aumenta directamente la demanda agregada y el producto. Este


aumento llevara a un incremento del ingreso disponible del sector privado en el mismo
monto, pero el aumento de impuestos anula ese efecto. Por ende, la renta disponible
del sector privado no cambia y tampoco se modifica el consumo del sector privado.
16

La carga tributaria neta es igual a la bruta dado que hemos supuesto que no existen transferencias.

20

Finalmente, el producto agregado (y el empleo) aumentan y tambin crece la carga


tributaria.

Otro forma de ver el Teorema de Haavelmo


Un modo alternativo de ver el teorema de Haavelmo es separando los efectos.
Por un lado, tenemos el efecto sobre el producto (Y) de un cambio en el gasto
pblico (G), que es igual a la variacin multiplicada por el multiplicador 1/(1c1)
entonces:
Y=G/(1c1).
A su vez, tenemos el efecto de un cambio en los impuestos T sobre el
producto:
Y= Tc1 /(1c1)
Luego, como estamos asumiendo T=G, la suma de los dos efectos es:
Y = G/(1c1) T c1 /(1c1) = G [(1c1)/(1c1)] = G.
El multiplicador del presupuesto equilibrado, que muestra la variacin de Y
inducida por una variacin de G acompaada, a su vez, de una variacin igual
de T (por lo que si el presupuesto del Estado se encontraba en equilibrio se
mantiene en equilibrio) es por tanto igual a 1.

Cul es la diferencia entre el resultado de Haavelmo y el de Kalecki?


Kalecki considera que los gastos determinan los ingresos de acuerdo con las
ecuaciones de producto nacional (PN = Cw + Ck + I) y de renta nacional (RN = W + P).
Despus de desarrollar su modelo, incluye al gobierno (y al sector externo) como un
componente ms de la determinacin de la renta, pero slo de la renta o ingreso de
los capitalistas. Despus de este paso, Kalecki incluye las ganancias en la expresin
de la renta agregada a fin de determinar el ingreso total de la economa. En el enfoque
de Haavelmo, en cambio, el gasto pblico determina directamente el producto
agregado (y la renta bruta), a diferencia de Kalecki que se limit a la determinacin de
las ganancias de los capitalistas. Asimismo, para Haavelmo los impuestos slo afectan
la renta disponible.
Para ver esto formalmente, supongamos:
Y = Cw + Ck + I + G

(12)

Y adems:
RN = W + P + T

(13)

Kalecki sostiene que si W = Cw, entonces: P = I + Ck + G T. Pero esto no cambia el


hecho de que, en el caso de un aumento de gasto financiado con impuestos (G =
21

T), el producto (Y) aumente en G aunque el nivel de la masa de ganancias (P)


quede constante. La diferencia surge del hecho de fijar exclusivamente la atencin en
la determinacin de las ganancias agregadas, ya que el nivel de ganancias (P)
depende de (G-T). Pero es incorrecto asumir que el nivel de producto agregado es una
proporcin constante del nivel de ganancias cuando se introduce la poltica fiscal,
porque ahora la razn entre ingreso disponible y producto (Yd/PIB) depende del nivel
de la carga tributaria neta.17
En el contexto de las expresiones (13) y (14), y asumiendo que la renta disponible
(RD) es la renta bruta menos los impuestos (RD = RN T), si el gobierno aumenta el
gasto pblico en un cierto monto y lo financia con una suba equivalente de impuestos
(a fin de mantener el presupuesto equilibrado) el impacto en la renta bruta ser igual al
monto inicial del gasto mientras que la renta disponible quedar inalterada. As, la
renta agregada (bruta) aumentar en un monto idntico al aumento del gasto an con
presupuesto equilibrado.
Para llegar al mismo resultado de Haavelmo hay que hacer una modificacin en el
esquema original de Kalecki. Si el consumo total de la economa es:
C = Cw + Ck = A + c(RD)

(14)

Donde A es la parte autnoma del consumo (que puede incluir, adems del consumo
capitalista, al consumo autnomo de los trabajadores financiado por crdito) y c la
propensin a gastar de la sociedad (dada por la suma de la propensin a gastar de los
capitalistas y la de los asalariados). Ahora podemos escribir:
RN = A + c(RD) + I + G
De modo que si hay un aumento del gasto (G), con la condicin de que el
presupuesto quede balanceado (G = T), la renta nacional aumentar en G ms el
efecto ponderado sobre la propensin a consumir (c.G), sustrayendo el efecto de los
impuestos (c.T) sobre la renta disponible. Como G = T, el efecto neto sobre la
renta disponible es nulo. Luego, el impacto sobre la renta nacional es G al tiempo
que aumenta la carga tributaria neta de la economa (Rodrgues, 2010, pp. 82-84).
Es cierto que en la ptica de Kalecki existe un caso en el cual el gasto pblico
financiado mediante impuestos puede tener un efecto positivo en el nivel de actividad.
Como observa Lpez (2011), en la perspectiva kaleckiana la importancia radica en la
distincin de los grupos sociales en quienes recae el tributo. En este marco, el gasto
pblico financiado mediante la aplicacin de un impuesto sobre las ganancias
17

En realidad, Kalecki previ este caso como se explica ms adelante.

22

empresarias puede aumentar el producto (sin desplazar recursos existentes del


sector privado).
En otras palabras, el gasto pblico financiado mediante este tipo de impuesto puede
generar las ganancias adicionales necesarias para cubrir el tributo, como explic
Kalecki en un breve artculo titulado A Theory of Commodity, Income, and Capital
Taxation escrito en 1937.
En verdad, Kalecki previ el caso de Haavelmo como un caso particular, es decir,
cuando hay un aumento del gasto pblico (por ejemplo, subsidios a los desempleados)
financiados con un impuesto al capital (Kalecki, 1937, pp.449). En este caso, las
ganancias brutas son:
P = (Ck + I) + Tc

(15)

Donde Tc es un impuesto al capital que el Estado gasta en subsidios a los


desocupados. En este caso, las ganancias brutas (P) aumentan en el monto de Tc, y
eso aumenta el nivel de actividad y empleo en el mismo monto, aunque las ganancias
que se llevan los capitalistas (Ck+I) permanezcan inalteradas. Es decir, en este caso,
el propio Kalecki asume que las ganancias brutas no guardan, en el agregado, una
relacin constante con el ingreso o producto.
En el desarrollo de la macroeconoma y la teora del crecimiento, Kalecki tuvo un
reconocimiento temprano en 1937 de que con la publicacin de la Teora General de
Keynes haba llegado el momento de desarrollar un enfoque completamente nuevo
sobre los impuestos que tendra resultados totalmente inesperados de importancia
prctica (Kalecki, 1937). Curiosamente, ms all de este breve anlisis de 1937,
Kalecki no retom una discusin ms profunda del tema en el contexto de sus teoras
del ciclo y del crecimiento econmico. Recin en 1967 retom esa discusin
reafirmando las ideas de 1937.18
Finalmente, conviene aclarar un punto adicional respecto del impacto del sector
externo en el crecimiento. Muchos autores, inclusive Kalecki (1971), afirman que slo
el excedente de exportaciones sobre importaciones (las exportaciones netas) puede
ampliar la demanda efectiva y el producto. En verdad, el modo correcto de evaluar el
impacto del sector externo sobre la demanda efectiva no es simplemente sumando el
saldo externo a los niveles dados de consumo, inversin y gasto pblico. Las

18

Serrano (2012) interpreta que esta visin de Kalecki de que el gasto pblico financiado con impuestos solo es

expansivo cuando dichos impuestos son pagados por el capital, se basa en el supuesto de que la propensin marginal
a consumir de los trabajadores es 1. Basta con que esta propensin se apenas inferior a 1, para que los resultados de
Haavelmo se verifiquen.

23

importaciones que realiza una economa son necesariamente resultado de gastos


domsticos, ya sea porque una parte de los aumentos del consumo se satisface con
bienes producidos en el exterior, o bien porque existen componentes e insumos de un
bien que se destina al mercado interno que importado.
Akyz (2011) sostiene que el mtodo usual falla en estimar correctamente el impacto
de las exportaciones e importaciones. El enfoque convencional para medir la
contribucin de las exportaciones al crecimiento se basa en focalizarse en lado de la
demanda mediante las identidades ex-post de las cuentas nacionales. Por ende,
Y=C+I+XM

(16)

Y en trminos de crecimiento ex-post:


Gy = gc(C/Y) + gi(I/Y) + gx(X/Y) - gm(M/Y)

(17)

Los ltimos dos trminos seran la medida de la contribucin de las exportaciones


netas.19 Pero este enfoque muestra una vinculacin errnea entre importaciones y
demanda agregada. As, subestima la contribucin de las exportaciones y
sobreestima la contribucin de la demanda interna al crecimiento debido a que todas
las importaciones se deducen de las exportaciones, incluso aquellas que en parte son
utilizadas para el consumo interno y para la inversin (Akyuz, 2010, pp.4).
Al mismo tiempo, el trmino aislado gx (X/Y) sobreestima la contribucin de las
exportaciones al crecimiento, ya que no considera el contenido importado de las
ventas externas. Con la contabilidad correcta, el resultado (valor agregado) generado
por la demanda interna sera menor por el contenido de importado del consumo y la
inversin, y los ingresos generados por las exportaciones seran algo menores debido
a su propio contenido importado (y no por el monto total de las importaciones).
En este cuadro, como observa Serrano (2008), el crecimiento de las exportaciones
siempre va a aumentar el producto en el monto exacto del valor agregado domstico
contenido en ellas, mientras que, en general, el aumento del contenido importado (o, a
la inversa, el estancamiento del valor agregado nacional), sea en las exportaciones
como en los gastos de consumo, inversin o del gasto pblico, reduce la demanda
efectiva y el PIB.
Un aumento de las exportaciones de un producto, seguido de un aumento idntico de las
importaciones de otros productos en el mismo valor, para Kalecki no aumentara el

19

En este contexto, las exportaciones netas pueden ser positivas an con dficit comercial, siempre y cuando las

exportaciones crezcan ms rpido que las importaciones.

24

producto. Kalecki seala correctamente que eso en nada aumentara la masa de las
ganancias capitalistas.
Sin embargo, el aumento de la produccin del bien exportado tendr un efecto positivo
sobre el producto equivalente al contenido domstico de esas exportaciones. Si ms tarde,
todo el ingreso ganado con el valor agregado por las exportaciones se gasta en
importaciones, no se producir el efecto secundario del aumento adicional de la demanda
domstica. Pero, como argumenta Serrano, el efecto expansivo inicial est igualmente
garantizado. Para ver esto, asumiendo que el contenido importado es igual para todos los
tipos de gastos, basta reemplazar la expresin usual Y=C+I+G+X-M por la siguiente:
Y=(1-j)(C+I+G+X)

(18)

donde X son las exportaciones, M las importaciones, G el gasto pblico, I la inversin, y j es


el contenido importado (j=M/(C+I+G+X)). En este marco, una economa puede tener un
efecto expansivo debido al aumento de sus exportaciones an con un crecimiento nulo de
sus exportaciones netas (X-M). Incluso ms: una cierta economa, dados ciertos
parmetros (tasa de crecimiento de las exportaciones y cierta participacin en la demanda,
componente importado de la produccin nacional, etc.), puede tener un efecto expansivo de
sus exportaciones an con las exportaciones netas cayendo.20
Obviamente, al efecto directo de las exportaciones se debe agregar el efecto multiplicador
sobre el consumo derivado de los salarios pagados en las industrias que generan esas
exportaciones y tambin el eventual efecto acelerador sobre la inversin derivado del
aumento del nivel de utilizacin de la capacidad en los sectores que generan las
exportaciones.

II.3. Supermultiplicador y gasto pblico


Por ende, en lnea con lo expuesto en la seccin previa podemos ahora ubicar el rol
del gasto pblico (y los impuestos) en el modelo de crecimiento. Antes que eso existe
un punto adicional: se considerar como se dijo previamente- que la inversin en

20

Es el caso de la economa norteamericana entre 1991-2000. Pese al efecto negativo de la expansin del contenido

importado en la demanda agregada, si el crecimiento de la proporcin importada en la demanda es gradual y la tasa de


crecimiento de las exportaciones es alta, el efecto neto del sector externo de la economa puede ser positivo.
Ciertamente, esto lleva de la mano un creciente dficit externo, que en el caso de EE.UU. llev a un crecimiento de la
proporcin de la demanda agregada satisfecha con importaciones, que pas de cerca del 5% a mediados de los aos
60 a casi un 20% en 2006-2007 (Serrano, 2008). Ciertamente la sostenibilidad externa de este patrn es bien diferente
en el caso americano (un pas que emite la moneda internacional de reserva) respecto de cualquier otro.

25

capacidad productiva responde flexiblemente a los niveles de utilizacin siguiendo el


principio del acelerador y ello determinar una cierta propensin a invertir (h). Con
esta ltima condicin, nos queda un modelo del tipo supermultiplicador (Serrano &
Freitas, 2007; De-Juan, 2005).
As, finalmente llegamos a esta expresin:

(1 j )( Z X Ic G)
1 c(1 t ) h)(1 j

(1)

Donde Z representa toda forma de consumo autnomo (sea de los capitalistas o de los
trabajadores), X son las exportaciones, Ic es la inversin en construcciones y G es el
impacto de la poltica fiscal. La expresin del numerador representa los gastos
autnomos, que determinan la tendencia de crecimiento. Sin embargo, su aporte real
al crecimiento est dado solo por el componente de la produccin nacional (1-j) que
satisface esa demanda (donde j es el contenido importado). Por su lado, el
denominador representa la interaccin del efecto multiplicador y acelerador (el
supermultiplicador). Incluye la propensin marginal a consumir (c) dada por la
participacin de los asalariados en el ingreso, la propensin a invertir (h) dada por el
componente nacional de la inversin en equipo, y la propensin a tributar (t).
Este modelo de supermultiplicador requiere para la descomposicin y estimacin de la
tendencia de crecimiento, la eleccin de un conjunto de proxys empricos que
representen los gastos autnomos de la economa en cuestin, as como los efectos
multiplicadores y aceleradores. Este es el modo correcto de evaluar consistentemente
el aporte de cada gasto autnomo y en particular del gasto pblico. Dado que este tipo
de estudio queda fuera de los alcances de este trabajo, nos limitaremos a sugerir un
modo de estimar el aporte del sector gobierno al crecimiento efectivo de la economa
argentina en los aos recientes.21
Dado que slo nos interesa estimar el impacto de la poltica fiscal en el crecimiento
argentino reciente, la expresin anterior se reduce a lo siguiente:

21

(1 j )G
1 c(1 t ) h)(1 j

(2)

Para una metodologa al respecto, ver Freitas et al (2010). Ver para el caso argentino, Fiorito (2008).

26

A su vez, la poltica fiscal aparece representada por el gasto pblico.22 Pero esto
requiere algunas observaciones adicionales. Dado que el gobierno desarrolla su
poltica fiscal con gastos e impuestos (netos de transferencias), vamos a descomponer
el aporte de G al crecimiento del producto de un modo consistente con el teorema de
Haavelmo, a saber:

Y c(G T ) G

(3)

Sencillamente esta expresin reproduce el resultado de Haavelmo.


Si G > T, entonces el multiplicador del gasto pblico es mayor a 1;
Si G < T, entonces el multiplicador del gasto pblico es menor a 1;
Por ende, nuestro indicador para medir el impacto total del sector pblico en el
crecimiento econmico ser:

Y G(1 j )

1
1 c(1 t ) h)(1 j

(4)

La estimacin de este indicador slo puede hacerse correctamente hasta 2009, ltimo
ao para el que se cuentan con datos actualizados para los gastos e ingresos pblicos
consolidados de la economa argentina (Nacin, provincias y municipios).

III. La poltica fiscal y el crecimiento en la Argentina reciente


III.1. Aspectos histricos y generales
Una mirada de largo plazo sobre la dinmica del gasto pblico (primario y total) pone de
manifiesto las grandes etapas y las implicancias de los regmenes de poltica que rigieron
la economa argentina en los ltimos cincuenta aos. Esta economa poltica del gasto
pblico revela con nitidez algunos hechos estilizados bsicos. Primero: la contribucin del
gasto pblico primario al PIB era sustancialmente mayor en la etapa de desarrollo
liderada por el Estado (es decir, la ISI) que en el perodo posterior a 1976, de
desregulacin econmica y apertura financiera.

22

La propensin a invertir (h), aproximada mediante I/Y, es decir, la inversin en capacidad productiva inducida por el

crecimiento de los gastos autnomos no puede ser adjudicada enteramente al gasto pblico. Este punto se discutir
ms adelante.

27

Grfico1: Tendencia de largo plazo del gasto pblico y peso


creciente del gasto en intereses (en % del pib)
33,0
31,0
29,0
27,0
25,0
23,0
21,0
19,0
17,0

Gasto pblico primario


Lineal (Gasto pblico primario)

Gasto pblico total


Lineal (Gasto pblico total)

Fuente: Ministerio de Economa.

En segundo, en estrecho vnculo con el punto anterior, el gasto total se disocia del gasto
primario, reflejando el peso creciente del gasto en intereses de la deuda con la contracara
de la contraccin relativa del gasto primario (gasto social e inversin pblica),
especialmente en los aos 80. En el mismo lapso, puede comprobarse que la economa
argentina exhibi, en los 43 aos que median entre 1961 y 2004, menos de una dcada
con registro de supervits fiscales los cuales, adems, fueron pequeos y temporarios.
Por ende, la situacin vigente desde los aos 2000 aparece a primera vista como
absolutamente excepcional y parece deberse a una muy particular conjuncin de
condiciones internas y externas.
Para la mayora de los economistas las crisis fiscales resultan de factores exgenos,
como las emergencias sociales o las malas decisiones de los polticos. En este marco, la
teora convencional tiene problemas para explicar ciertas tendencias persistentes de las
economas modernas como la tendencia a los dficits fiscales- mediante factores
culturales o subjetivos. As, los problemas fiscales en los pases en desarrollo son
considerados un resultado no deseado de una mezcla de mala suerte y populismo.
Pero el resultado fiscal no es, en s mismo, un dato muy relevante e informa muy poco
sobre el estado general de la economa23. Un pas puede tener alto crecimiento con o sin
23

"El dficit presupuestario, medido ex post facto, es una mala medida del impacto de la poltica fiscal, ya que

notoriamente no puede distinguir el efecto del presupuesto sobre la economa de los efectos de la economa en el
presupuesto" (Godley & McCarthy, 1998).

28

supervit fiscal, y lo mismo puede ocurrir creciendo muy poco o con la economa
estancada. De aqu surge que la pregunta ms importante desde la perspectiva de la
poltica econmica en su conjunto es cul es el efecto del dficit (o supervit) sobre el
nivel de actividad y de empleo. Esta es la perspectiva de las finanzas funcionales
formulada originalmente por Abba Lerner.
Grfico2: Argentina: resultado fiscal y PIB per cpita, 1961-2004
10,0%

9000

5,0%

7000
6000

0,0%
5000
4000
-5,0%
3000
2000

-10,0%

PIB per cpita (pesos cosntantes)

Resultado fiscal (% del pib)

8000

1000
-15,0%

Resultado fiscal primario (% del pib)


Resultado fiscal global o financiero (% del pib)
PIB per cpita (en pesos constantes de 2004)

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Por caso, entre 1961 y 1975, la economa registr dficits fiscales (primero decrecientes y
luego crecientes), con un aumento sostenido del PIB per cpita. Luego, desde 1976 hubo
fuertes dficits financieros con ajuste del dficit primario y notoria reduccin del
crecimiento. Finalmente la convertibilidad registr un cuasi equilibrio primario con fuerte
dficit financiero, mientras la economa entraba en un ciclo de crecimiento que culmin
ms tarde en una fuerte crisis. Tras el derrumbe de la convertibilidad, la economa mostr
altas tasas de crecimiento con elevados supervits fiscales aunque decrecientes. En
sntesis, a la luz de la historia econmica nacional no existe correlacin estricta entre el
resultado fiscal y la tendencia de crecimiento. Menos an existe evidencia de la relacin
postulada entre dficit fiscal y tasa de inflacin.24

Carga tributaria bruta y neta


Algunos economistas sostienen que la evolucin de la carga tributaria resulta excesiva y
en alguna medida insostenible.25 Sin embargo, un rpido anlisis comparativo muestra

24

En el lapso 1961-2004, la correlacin entre dficit fiscal primario e inflacin es -0.148.

25

Por ejemplo, Argaaraz & Devalle (2012) afirman: Aumentos continuos de la carga tributaria, tal como los que

estamos observando especialmente en los mbitos provincial y municipal, resultan insostenibles en el largo plazo. En

29

que en Argentina la incidencia de los ingresos fiscales resulta similar a Brasil y apenas
algo ms que en Uruguay (Tabla2).

Tabla2: Argentina, Brasil y Uruguay: ingresos tributarios, 2000 y 2011


(% del PIB)
Ingresos tributarios excluyendo

Ingresos tributarios incluyendo

seguridad social

Argentina
Brasil
Uruguay

Ingresos totales

seguridad social

2000

2011

2000

2011

2000

2011

18.1
23.0
14.6

27.4
26.0
18.6

21.5
30.1
22.5

34.9
34.8
26.5

25.0
32.5
27.4

38.0
38.3
29.0

Fuente: "Fiscal panorama of Latin America and the Caribbean. Tax reform and renewal
of the fiscal covenant", Cepal, Febrero de 2013, Chile.

Sin embargo, existe un punto importante al examinar el impacto del gasto pblico en
trminos de coherencia macroeconmica. Al momento de examinar el impacto de la
posicin fiscal sobre la demanda agregada final, slo deben considerarse los gastos
directos en la compra de bienes y servicios finales. Sin embargo, en la forma de
presentacin de los datos oficiales sobre Gasto Pblico Nacional Consolidado (GPC) o
del Sector Pblico Nacional no Financiero (SPN), las transferencias son consideradas
simplemente como gasto.26 Pero este tipo de procedimiento no puede ser considerado
como una mera cuestin tcnica, ya que se asocia con una discusin importante (aunque
llamativamente marginal en el debate pblico): la distincin entre carga tributaria bruta y
neta (Rodrigues & Bastos, 2009).
La carga tributaria neta resulta de restar a la carga tributaria bruta (es decir, todo lo que el
Estado recoge bajo la forma de impuestos) todo lo que retorna al sector privado en forma
de transferencias. Por ende, de acuerdo con esta lgica, la carga tributaria neta es la
medida real de lo que el sector pblico retira de hecho en trminos de poder de compra
de la economa. Desde un punto de vista macroeconmico, si toda la recaudacin
tributaria es gastada por el gobierno en demanda final, forzosamente debe haber an as
un impacto expansivo como demostr Haavelmo (1945). Sin embargo, si parte de los

consecuencia, hoy ms que nunca se vuelve esencial un manejo del Estado de la manera ms eficiente y transparente
posible, analizando en la medida de lo posible cul es la carga tributaria que ya existe sobre el bien y la factibilidad de
incentivar (o desincentivar) la compra o utilizacin del bien o servicio por la va impositiva.
26

Exceptuando el hecho curioso que un tipo especial de transferencia al sector privado -como los intereses de la deuda

pblica- sea contabilizada por separado

30

impuestos y contribuciones son regresados a la sociedad bajo la forma de transferencias,


el efecto resulta menos evidente. En este caso, lo que est ocurriendo es que el gobierno
est transfiriendo fondos de un grupo del sector privado a otro, en lugar de estar tomando
recursos del sector privado para ser gastados directamente por el gobierno.27
Una vez realizada esta distincin entre carga tributaria bruta y neta es interesante
examinar el comportamiento de estas variables en la evolucin econmica reciente de
Argentina.
Grfico3 : Carga tributaria bruta y neta y transferencias
(% del pib)

35%
30%
25%
20%
15%

10%
5%

Carga tributaria bruta

Transferencias

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

1994

1993

0%

Carga tributaria neta

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Surge que la carga tributaria neta (CTN) no solo exhibe un nivel sustancialmente menor al
de la carga bruta (CTB), sigue que sigue una tendencia bsicamente diferente. Incluso,
llega a caer en trminos del PIB hacia 2009.28

27

Las transferencias pueden tener efectos distributivos y tambin impactos macroeconmicos relevantes. La

imposicin de mayores impuestos sobre un grupo con mayor propensin al ahorro y la transferencia de estos recursos
a personas con mayor propensin a gastar puede modificar el valor del multiplicador en la economa. Un ejemplo
importante del supuesto impacto de las transferencias en la economa es el famoso supuesto de que un plan de
pensiones basado en contribuciones tendera a reducir el potencial de crecimiento econmico. Para una revisin crtica
de esta hiptesis ver Cesaratto (2006).
28

El rubro Transferencias est englobando los intereses de la deuda, las transferencias de seguridad social y los

subsidios al sector privado. Rodrigues & Bastos (2009) muestran que para Brasil en 2005 la CTB ascenda a 33,8%,
mientras la CTN era de 13,9% del PIB.

31

III.2. Poltica fiscal y crecimiento (1994-2009)


Para estimar de manera concreta el impacto de la poltica fiscal en la etapa reciente,
debemos calcular la evolucin del indicador derivado en (4):

Y G(1 j )

1
1 c(1 t ) h)(1 j

Para llevar a cabo esta estimacin se proceder a estimar separadamente el


supermultiplicador por un lado, y el impulso de la poltica fiscal por otro.29 Para tal fin
conviene elaborar una serie que represente G (gasto), T (impuestos) y Tr
(transferencias).
La serie de Gasto incluye Consumo y operacin (salarios y bienes), las
prestaciones de la seguridad social, las transferencias corrientes al sector pblico y el
gasto en capital. Las prestaciones de seguridad social no son estrictamente un gasto
del gobierno en bienes finales, sino una transferencia al sector privado. Pero dado que
el grueso del aumento de tales transferencias en los aos 2000 se debi al aumento
de las jubilaciones mnimas, planes de empleo para desempleados y la asignacin por
hijo, se consider correcto considerar tales transferencias como un gasto directo en
bienes finales (es decir, se supuso que los grupos sociales receptores de esas
transferencias tienen un propensin a consumir igual a 1).
En el caso de los impuestos se consideraron los ingresos tributarios netos de
transferencias. Los ingresos tributarios comprenden el total de ingresos consolidados
del Estado (exceptuando el rubro ingresos no tributarios), mientras las transferencias
estn constituidas por los subsidios al sector privado y el pago de intereses de la
deuda. El pago de intereses fue excluido de las transferencias (el supuesto es que los
tenedores de la deuda tienen una propensin a consumir igual a cero) (ver en anexo
Cuadros 1, 2, 3 y 4 para un mayor detalle del clculo).
Desde una mirada convencional, segn la cual la poltica fiscal es expansiva cuando
crece el dficit (o disminuye el supervit), el grfico donde se representa nuestra serie
de Gasto y la de Impuestos netos no parece mostrar a priori una tendencia
demasiado expansiva de la poltica del gobierno. Particularmente, en el lapso 20022005 parece ser lo contrario.

29

En esta primera etapa, se estimar este indicador para el lapso 1994-2009, que es la etapa para la cual se cuenta

con datos consolidados de ingresos y gastos pblicos en el nivel nacional, provincial y municipal. En las secciones
posteriores se completar el anlisis con datos del Sector Pblico Nacional No Financiero.

32

Grfico4: Gastos del Estado (incluye transferencias sociales) e


impuestos netos (% del pib)
30%
28%
26%
24%
22%
20%
18%
16%
14%

12%
10%
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Gastos (incluye transferencias sociales)

Impuestos netos

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Sin embargo, es errneo juzgar la poltica fiscal por el resultado fiscal del gobierno. Si
se empleara este enfoque, la conclusin sera que la poltica fiscal fue contractiva
entre 2002 y 2009, donde el supervit fiscal primario result, en promedio, equivalente
al 2,5% del PIB (mientras en la etapa 1993-2001 fue de 0,2% del PIB).
Grfico5: Resultado fiscal, 1993-2009 (% del pib)
6%

4%
2%
0%
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
-2%
-4%
-6%
-8%
Dficit primario

Dficit financiero

Dficit primario promedio

Dficit financiero promedio

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

As, entre 2002 y 2009, pese al alto supervit fiscal primario, el gasto del gobierno
creci a tasas muy importantes ya desde 2003, es decir, desde el comienzo mismo del
proceso de recuperacin, con cambios significativos en la orientacin fiscal, ya que a

33

travs de la poltica fiscal operaron de modo simultneo distintas tendencias


(globalmente expansivas).
En primer lugar, hubo un cambio significativo en la propensin a tributar del gobierno
con la instauracin de los impuestos a las exportaciones (retenciones). Este es el
factor principal que explica el resultado fiscal (de un dficit primario en 2001 a un
fuerte supervit en 2002-2004). En marzo de 2002, se aplic un impuesto del 13,5% a
las exportaciones de soja y girasol, que al mes se elev al 23.5%. Tambin se fij en
20% para las exportaciones de aceites y en el mismo monto para las ventas externas
de maz y trigo. Tambin se aplicaron al petrleo y otros productos, y fueron
modificndose sucesivamente en los aos siguientes.
En el lapso 2002-2009, la recaudacin de este impuesto equivale, en promedio anual,
al 2,5% del PIB, mientras el supervit fiscal primario es en el mismo lapso un 3% del
PIB en promedio. Esto supone que ms del 80% del excedente fiscal primario de esa
etapa, en promedio, est explicado por la introduccin de impuestos a las
exportaciones.
Grfico6: Propensin a tributar (% del pib)
35%

30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

El otro factor en la modificacin de la propensin a tributar provena del final de la


convertibilidad con la introduccin del impuesto a los dbitos y crditos bancarios
decidida en marzo de 2001. Este impuesto aport el 8.7% de la recaudacin nacional,
mientras los impuestas a las exportaciones contribuan con el 9% de la recaudacin.
De ese modo, hubo un cambio en la composicin de los impuestos a favor de los
impuestos sobre la exportacin y a las transacciones financieras (Damill & Frenkel,
2009). Finalmente, hubo un aumento en la recaudacin de los impuestos tradicionales
vinculado a la mejora del nivel de actividad y de los ingresos de la poblacin.

34

Grfico7: Supervit fiscal primario e impuestos a las exportaciones


(% del pib)
5,2%

4,0%
3,5%

3,3%
2,5%

2,3%

2,3%

3,5%

3,2%

2,8%

2,6%

2,5%

2,2%

1,8%
1,6%

0,5%

2002

2003

2004

2005

2006

Supervit primario (%pib)

2007

2008

2009

Imp a las export

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

En segundo trmino, se produjo un crecimiento significativo en los principales


componentes del gasto pblico desde 2003. En trminos generales, se puede
observar un aumento directo en las transferencias sociales (jubilaciones), la masa
salarial del sector pblico, el consumo del Estado y la inversin pblica.

Grfico8. Gasto pblico en Salarios y bienes


(nominal %anual)
50%
40%

30%
20%
10%

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

-10%

1994

0%

-20%
Salarios

Bienes

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Por ejemplo, el gasto en seguridad social (que representaba en 2002 el 20% del gasto
primario) pas de una reduccin en trminos nominales (-4% en 2001 y -2% en 2002),

35

a crecer 14% anual desde 2003 para acelerarse an ms desde 2006. An cuando
estas cifras corresponden a valores nominales, son muy significativas.

Grfico9: Transferencias de Seguridad Social


(var% anual nominal)

70%
60%

50%
40%
30%

20%
10%
0%

-10%
Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

La reversin ms impactante fue la del gasto pblico en capital, que vena de fuertes
reducciones nominales en los aos previos (-32% en 2000, -13% en 2001 y -22% en
2002) y pas a crecer a tasas impactantes (87% en 2003, 118% en 2004) para
estabilizarse en torno al 25% hacia 2009.

Grfico10: gasto pblico en capital


(var% nominal anual)

140%
120%

100%
80%
60%
40%

20%
0%
-20%
-40%
Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Parece paradjico que la poltica fiscal haya podido ser expansiva en el lapso 20032004, al mismo tiempo que el gobierno mostraba un elevado (y creciente) supervit
36

fiscal primario. La explicacin es que parte de la suba de la recaudacin se origina en


impuestos a las exportaciones. Esto, ciertamente, implica un efecto negativo sobre la
propensin a gastar de los exportadores la cual, sin embargo, resulta mucho menor a
la propensin a gastar del Estado en esa etapa.30 En otras palabras, el efecto
contractivo de los impuestos a las exportaciones es sustancialmente menor que el
efecto expansivo del gasto del gobierno.
Grfico11: Impuestos a las exportaciones (% del pib)
45%
40%
35%
30%
25%
20%

15%
10%
5%
0%

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

A su vez, el gobierno utiliz esos ingresos para pagar las obligaciones de la deuda
externa reestructurada en 2005, aumentando significativamente su espacio fiscal al
tiempo que las principales categoras de gasto primario (inversin pblica,
transferencias sociales y salarios) crecan a tasas ms que significativas.

30

Un argumento anlogo, aunque quizs en menor medida, podra aplicarse tambin al impuesto sobre las

transacciones financieras.

37

Grfico12: Impuestos a las exportaciones e intereses de la deuda


pblica, 2002-2009
4%
3%
3%
2%
2%
1%
1%
0%
2002

2003

2004

2005
Ret (%pib)

2006

2007

2008

2009

Int (%pib)

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Adicionalmente, desde fines de 2001 hasta mediados de 2005, Argentina mantuvo la


suspensin de los pagos del capital e intereses de la deuda externa. En ese perodo
(2001-2004) tiene lugar otro cambio significativo: un cambio en la composicin del
gasto pblico a favor de la inversin pblica y en detrimento del gasto en intereses.
Grfico13: Gasto en capital y gasto en interes de la deuda
(% del pib)

25%

20%
15%
10%
5%
0%

2001

2002

2003

2004

2005

Gasto en capital

2006

2007

2008

2009

Intereses

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Bsicamente, partiendo de un elevado supervit fiscal primario, la poltica fiscal se


torn crecientemente expansiva desde 2003 gracias a los cambios antes
mencionados. Eso llev a una reduccin del supervit fiscal, lo que aumenta la
propensin a gastar del sector pblico (sin afectar la propensin a gastar del sector
38

privado) y, al mismo tiempo, aument la carga tributaria bruta con un peso creciente
de las transferencias (e incluso con una reduccin de la carga tributaria neta al final del
perodo). Una vez ms, si bien esto afect la propensin a gastar del sector privado,
como es menor que la propensin a gastar del gobierno entonces aumenta la
propensin marginal a gastar de la economa y el efecto multiplicador (Serrano, 2012).
Ciertamente, junto con los gastos, los impuestos y las transferencias, el impacto total
de la poltica fiscal se define por el tamao de los efectos aceleradores y
multiplicadores.
El efecto multiplicador se define bsicamente por la propensin marginal a consumir,
dada en este modelo por la participacin de los asalariados en el ingreso.31 Dado un
cierto nivel de salario real, las variaciones en el empleo, inducidas por las decisiones
de producir de las firmas, generan endgenamente un nivel de consumo y de nivel de
actividad adicional o inducido. A su vez, cada estmulo de gasto autnomo (sea el
gasto pblico, el consumo financiado con crdito o las exportaciones), genera una
suba de los niveles de utilizacin que induce un cierto gasto en inversin destinado a
ajustar la capacidad productiva a la demanda efectiva agregada. Esto genera una
propensin a invertir.32
Asimismo, el tamao de estos efectos, as como el impacto de cada fuente de
demanda autnoma, depender estrictamente del componente nacional con que esa
demanda se satisface (neta de importaciones). De modo anlogo, en la propensin
marginal a consumir, incidir a su vez la poltica tributaria del gobierno.

31

Como es conocido, Keynes (1936) asuma que la propensin marginal a consumir era menor a uno en el agregado

debido a una ley psicolgica fundamental, segn la cual los aumentos del ingreso llevan a subas del consumo, pero
no de la misma magnitud. Como seala Serrano (1995, pp.24), en la interpretacin de Kalecki-Kaldor del principio de la
demanda efectiva eso no es necesario. En este caso, la nica parte de la demanda que es inducida directamente por
las decisiones de producir son los gastos de consumo de los asalariados debidos a sus ingresos laborales. Basta con
que la participacin de los asalariados en el ingreso sea menor a uno, para que la propensin marginal agregada a
consumir sea siempre menor a uno (aun cuando la propensin marginal a consumir de los trabajadores fuera uno).
32

Hemos ponderado la propensin a invertir por la participacin del gasto pblico en el producto, lo que se considera

como un proxy del impacto de la poltica fiscal en la demanda agregada y por ende en la induccin del efecto
acelerador. Ciertamente, una metodologa ms precisa consistira en estimar el conjunto de gastos autnomos
relevantes junto con el gasto pblico (exportaciones, consumo autnomo, construcciones, etc.).

39

Grfico14: Propensin marginal a consumir y coeficiente de


contenido nacional (en %)
45%
40%

94%

35%
92%

30%
25%

90%

20%

88%

15%
10%

86%

5%

84%

Propensin marginal a consumir

Coeficiente contenido nacional (%)

96%

0%

Coeficiente de contenido nacional (1-j)

Propensin marginal a consumir (c=w/Y)

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

El grfico muestra que mientras la propensin marginal a consumir (dada por la


participacin de los trabajadores en el ingreso despus de impuestos) se increment
persistentemente desde 2003 y luego se fue estabilizando, el coeficiente de contenido
nacional fue reducindose sin pausa (apenas revirtiendo en la crisis de 2009, por la
abrupta reduccin de las importaciones).
Asimismo, la propensin a invertir, estimada mediante la relacin inversin en equipo
durable y el PIB (Ied/pib) mostr un significativo aumento despus de la fuerte
reduccin experimentada en la crisis de 2002. Esta evolucin determin que en 2011
alcanzara al 12% del PIB, el mayor registro de los ltimos cincuenta aos.

40

Grfico15: Inversin en equipo durable total / PIB (en %)


14%
12%

10%
8%
6%
4%
2%

2012

2011

2010

2009

2008

2007

2006

2005

2004

2003

2002

2001

2000

1999

1998

1997

1996

1995

1994

1993

0%

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Con estos parmetros, estamos en condiciones de estimar la evolucin de los efectos


multiplicadores y aceleradores en el perodo, los cuales, junto con el impacto directo
de la poltica fiscal, codeterminan el impacto total sobre el producto.

Grfico16: Evolucin del "supermultiplicador", 1993-2009


1,450

1,400
1,350
1,300

1,250
1,200
1,150

Ntese que los efectos multiplicadores-aceleradores se recuperan con fuerza desde


2003 y tienden a estabilizarse desde 2007, con una tendencia a la suba en el ltimo
ao. El principal factor que limita estos efectos es la cada persistente del coeficiente
de contenido nacional con que se satisfacen los impulsos de demanda, un factor que,
por otro lado, ayuda a explicar el deterioro de la cuenta corriente externa y el

41

estrechamiento de la restriccin externa de divisas. Es un aspecto significativo ya que


revela que una poltica estructural (por ejemplo, sustitucin selectiva de importaciones)
no solo producira un ahorro potencial de divisas sino que amplificara el impacto
domstico de cualquier impulso autnomo de demanda.
Finalmente, estamos en condiciones de estimar el impacto total de la poltica fiscal.
Tenemos, por un lado, una estimacin del impulso fiscal consistente con el teorema de
Haavelmo, y por otro, disponemos de una estimacin de los efectos multiplicadores y
aceleradores.

9,0%

Grafico17: impacto de la politica fiscal en el crecimiento (del pib)

8,0%
7,0%
6,0%
5,0%
4,0%
3,0%
2,0%
1,0%
0,0%
-1,0%

1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009

-2,0%

En primer lugar, este resultado indica que la poltica fiscal (pese al resulta primario del
gobierno) fue un factor clave en la fuerte recuperacin desde 2003. Y tambin se
comprueba que el grado de expansionismo de la poltica creci en el tiempo.
Adicionalmente, el impulso ms fuerte se registra en 2009, lo que indica que sin el
impulso fiscal contracclico la cada del PIB hubiera sido muy superior (ver Wierzba &
Mareso, 2010).
La poltica fiscal tambin fue un factor importante en el impulso autnomo al consumo
privado debido a las significativas transferencias sociales que el gobierno comenz a
implementar desde 2007 en adelante. Por el lado del sistema de seguridad social, se
puso en prctica en el primer semestre de 2007 el llamado Plan de inclusin
previsional, que otorg una prestacin anticipada y permiti el acceso a cobertura a
cerca de 1,4 millones de personas que no cumplan los requisitos para percibir una
42

prestacin (Damill & Frenkel, 2009). Este factor presumiblemente es la causa de que
el consumo privado crezca entre 2007 y mediados de 2008 a tasas superiores que la
masa salarial real. Luego, hacia fines de 2009, el gobierno instrument la denominada
Asignacin Universal por Hijo (AUH) que implic en su inicio un subsidio de 94 u$s por
familia, con 1.650.000 hogares beneficiarios y unos 1800 millones de u$s de inversin
total en su lanzamiento (Agis, Caete & Panigo, 2010). Este es un factor adicional que
contribuye a explicar la brecha entre el consumo privado total y la masa salarial desde
2010. Estos factores (la masa salarial y el consumo privado autnomo) sern los
estmulos de demanda que ms resistirn a la desaceleracin del PIB que comienza
hacia mediados-fines de 2011.
Estas medidas contribuyeron significativamente a reducir la pobreza y la indigencia, y
tambin redujeron los niveles de desigualdad. Pero adems fueron un factor relevante
en el impulso al consumo privado autnomo y al propio crecimiento. Las medidas
adoptadas en el rea previsional implicaron un regreso al sistema de reparto y
pusieron en cuestin el enfoque dominante vigente desde los tiempos de la
Convertibilidad- que consideraba a las transferencias basadas en los programas de
reparto como perjudiciales para la acumulacin de capital.
Esta visin haba servido de sustento terico para la adopcin de esquemas
capitalizacin los que, presumiblemente, deberan haber estimulado la acumulacin de
capital al incentivar el aumento del ahorro. En este contexto, las transferencias del
sistema de reparto (y de modo anlogo tambin la AUH) deben considerarse como un
componente del gasto autnomo, y por ende uno de los elementos que co-determinan
la tasa de crecimiento de largo plazo (Cesaratto 2006). Por ende, las transferencias
sociales deben considerarse como un determinante del producto ms que una mera
transferencia de ingresos desde un nivel dado de producto. En otras palabras: el gasto
social representa un motor del crecimiento (ms que una detraccin) y por ende no
existe necesariamente una contradiccin entre mayor equidad social y crecimiento.
En los ltimos aos se produjo una acelerada recuperacin del haber mnimo
jubilatorio, que entre diciembre de 2002 y 2007 se increment en 75,3% en trminos
reales. Luego, la aceleracin de la inflacin entre 2007 y 2009 llev a la estabilizacin
del haber mnimo en trminos reales, que parece comenzar una nueva fase de
recuperacin real desde fines de 2011.
De todos modos, entre 2002 y 2011 el haber mnimo jubilatorio prcticamente se
duplic en trminos reales, y en marzo de 2011 la jubilacin mnima, en trminos
reales, era 88,5% ms elevada que la registrada a mediados de la dcada del noventa

43

(Mendizabal, 2011). Similar patrn de crecimiento se registr para el salario mnimo en


trminos reales. Por su lado, el haber jubilatorio medio real se recuper tambin,
aunque a tasas ms reducidas que el haber mnimo, y se encuentra en trminos reales
por debajo de los mximos alcanzados en la convertibilidad.33
El sesgo expansivo se hizo an ms acentuado desde 2007, bsicamente a partir de
la mayor cobertura previsional y los planes de subsidios para hijos de trabajadores
informales. De modo que el sector pblico estuvo afectando buena parte del consumo
privado (autnomo e inducido) as como el consumo e inversin pblicos, incidiendo
indirectamente en el tamao de los efectos multiplicadores, y por ende amplificando el
alcance de la poltica fiscal.

III.3. La poltica fiscal en la etapa reciente34


En los ltimos aos, Argentina alcanz altas tasas de crecimiento sea en la
comparacin internacional como regional. El PIB agregado haba crecido 9,2% en
2010 y 8,9% en 2011, mientras el consumo privado se expanda al 9% y 10,7%. Si
bien la cuenta corriente externa exhiba un progresivo deterioro, la posicin del
balance de pagos no mostraba signos de fragilidad financiera como en el pasado.
Sin embargo, en el tercer trimestre de 2011 el PIB comienza un proceso de franca
desaceleracin. Entre el tercer trimestre de 2011 y el primer trimestre de 2012 la
demanda agregada se contrae un 8% en trminos reales. En trminos puramente
contables, 2,1 puntos de esa reduccin son explicados por un aporte negativo de las
exportaciones, mientras 6,2% constituye el aporte negativo de factores domsticos. El
consumo privado fue el factor de resistencia a la tendencia contractiva.
Debe observarse que el primer componente de la demanda que se desacelera es la
inversin productiva. Puesto que inversin en equipo sigue la tendencia de crecimiento
de los gastos autnomos que impulsan el PIB, cuando el PIB aumenta su tasa de
crecimiento, la inversin describe un overshooting (acelera), ya que debe crecer ms
que el PIB para ajustar la capacidad a la demanda; cuando el crecimiento del PIB se
estabiliza, la inversin tiende forzosamente converger a esa tasa y naturalmente
tender a desacelerarse. Este mismo proceso de ajuste tuvo lugar entre 2003 y 2009.

33

Esta evolucin diferencial de los haberes jubilatorios se debi a una poltica que privilegi la recuperacin de los

mnimos al tiempo que la franja de beneficiarios alcanzados por la jubilacin mnima se ampliaba por la moratoria
previsional y el rgimen de jubilacin anticipada, reduciendo la desigualdad intraingresos.
34

En esta seccin, dado que los datos consolidados solo abarcan hasta 2009, se utilizarn los datos del sector pblico

nacional, que equivalen aproximadamente al 60% del gasto consolidado.

44

As, al ser primero una fuente de demanda, la inversin ya haba comenzado a


desacelerarse a mediados de 2010, cuando la tasa de crecimiento del PIB se haba
estabilizado, introduciendo una tendencia contractiva.
Por otro lado, las exportaciones pasan de crecer 28% interanual en el tercer trimestre
de 2010 a mostrar crecimiento nulo en el segundo trimestre de 2011. Luego parecen
recuperarse pero vuelven a derrumbarse en el segundo trimestre de 2012 (-10%
interanual). Sin embargo, el impacto de la contraccin de las exportaciones solo puede
explicar una parte menor del impulso contractivo total y no muestra una correlacin
clara con la dinmica del PIB.35 Asimismo, los trminos de intercambio estaban en sus
niveles ms elevados de los ltimos aos.
Desde fines de 2011, el gobierno anunci algunos cambios en la poltica econmica (la
sintona fina). Estos cambios tendieron a suavizar la tendencia de la poltica fiscal,
como por ejemplo, algunos aumentos graduales en ciertos servicios pblicos.
Presumiblemente, el cambio en la poltica fiscal se debi a que se haba ingresado en
una tendencia al dficit fiscal y eso llev a una paulatina reduccin de los subsidios al
sector privado, junto con la desaceleracin de otros gastos, para recomponer el
equilibrio fiscal.
Este giro de la poltica macroeconmica no implic en verdad ningn ajuste
(contractivo), sino que ms bien una moderada ralentizacin del impulso fiscal que
haba sido particularmente poderoso en los ltimos aos. Esta ralentizacin tuvo lugar
en momentos en que ya estaban operando tendencias graduales hacia la
desaceleracin

econmica

(tasas

decrecientes

de

la

inversin

productiva,

estabilizacin de la situacin distributiva y una reduccin de las exportaciones).


El cambio en la posicin fiscal se aprecia claramente comparando la desaceleracin
actual con los dos episodios previos de recesin o desaceleracin (2002 y 2009) y sus
correspondientes respuestas de poltica. Mientras en 2002 y en 2009 es fcil observar
la vigorosa respuesta anti-cclica de la inversin pblica frente a la reduccin del ritmo
de crecimiento, en 2012 la respuesta de poltica es ms dbil.

35

Sin embargo, en la industria el peso de las exportaciones (automotores) como fuente de demanda es mucho ms

importante que en el caso de las ventas externas para el PIB global. Por hay una alta correlacin entre el ciclo industrial
y las exportaciones automotrices De este modo, el mercado externo afecta la evolucin de la produccin industrial y por
esta va puede afectar la dinmica global de la economa.

45

400%

14%

350%

12%

300%

10%

250%

8%

200%

6%

150%

4%

100%
50%

2%

0%

0%

-50%

-2%

Inversin real directa

Transferencias de capital a las provincias

PIB (var% anual)

IRD y Transferencias (%)

Grfico18: PIB real y gasto pblico en capital (var% i.a.)

PIB

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

Es preciso sealar que la inversin pblica no fue la principal respuesta de poltica en


2009. En verdad, a partir de la crisis de 2002, el ncleo de la respuesta anticclica de
la poltica econmica pasar crecientemente a estar constituido por las transferencias
sociales

Grfico19: Planes sociales (incluida AUH)


(valores constantes, millones de $ de 2011)
40%
32%
30%
24%

23%

20%

18%

20%

18%

9%

10%

6%

3%

0%
2002

2003

2004

2005

2006

-10%

-20%

-15%

46

2007

2008

2009

2010

2011

Fuente: Capello & Galassi (2012).

Tambin en estos tems se observa una desaceleracin posterior en trminos reales


hacia 2012. Por otro lado, un amesetamiento similar puede verificarse en trminos del
gasto pblico nominal en consumo y salarios.

Grfico20: Gasto pblico en salarios y bienes


(precios corrientes, var%i.a.)
100%
80%
60%
40%
20%

I-12

III-12

I-11

III-11

I-10

III-10

III-09

I-09

III-08

I-08

III-07

I-07

III-06

I-06

I-05

III-05

I-04

III-04

I-03

-20%

III-03

0%

-40%

Salarios

bienes

Fuente: Elaboracin propia en base al Ministerio de Economa.

La misma tendencia puede observarse en los indicadores relativos al rubro obras


viales y de infraestructura, que indican una tendencia a la desaceleracin en 2012 del
gasto pblico en esa rea. En suma, la poltica fiscal desaceler su impulso expansivo
desde fines de 2011, combinndose con las tendencias contractivas antes
mencionadas, dando por resultado una desaceleracin pronunciada del nivel de
actividad global e industrial.

4 Observaciones finales
Bajo la hegemona de las polticas econmicas de sesgo neoliberal, la poltica fiscal
fue degradada como instrumento para promover el crecimiento. El debilitamiento de
los canales de impacto de la poltica fiscal (menor tamao del multiplicador, mayor
apertura de la economa) llev a que sta fuera desechada como herramienta del
crecimiento de largo plazo. Pero otra conclusin es posible: si una herramienta tiene
menos impacto por el debilitamiento de sus mecanismos de transmisin (la distribucin
47

del ingreso ms regresiva, la mayor apertura externa, etc.), entonces la conclusin


debera ser que esa herramienta debe ser usada con mayor fuerza a fines de producir
el mismo impacto.
Por otro lado, la macroeconoma actualmente dominante sentenci que la poltica
fiscal solo tiene un efecto de corto plazo (cclico), con fines estabilizadores alrededor
de una tendencia de crecimiento que viene exgenamente dada. Pero las polticas de
demanda tienen efecto persistente incluso sobre el crecimiento potencial, como
muestra el ejemplo argentino reciente (Amico, et al, 2011).
Tras la etapa final de la convertibilidad, signada por un alto dficit fiscal y depresin
productiva (con el gobierno intentando alcanzar el dficit cero a fuerza de ajustar el
gasto sin conseguirlo), la recuperacin econmica de 2003 coincidi con la existencia
de un elevado supervit fiscal primario. No obstante, la poltica fiscal se torn
crecientemente expansiva desde 2003 debido a la presencia simultnea de varios
factores.
Hubo un cambio significativo en la propensin a tributar del gobierno con la
instauracin de los impuestos a las exportaciones (retenciones) y tambin con la
introduccin del impuesto a los dbitos y crditos bancarios decidida en marzo de
2001. Entre 2002 y 2009, la recaudacin de las retenciones equivale, en promedio
anual, al 2,5% del PIB, mientras el supervit fiscal primario es en el mismo lapso un
3% del PIB en promedio. Esto supone que ms del 80% del excedente fiscal primario
de esa etapa, en promedio, estuvo explicado por la introduccin de impuestos a las
exportaciones. Finalmente, hubo un aumento endgeno en la recaudacin vinculada a
la mejora del nivel de actividad y de los ingresos de la poblacin.
En segundo trmino, hubo un crecimiento significativo en los principales componentes
del gasto pblico desde 2003, como transferencias sociales (jubilaciones), salarios,
consumo e inversin pblicos. La recaudacin de impuestos a las exportaciones
implica un efecto contractivo sobre la propensin a gastar de los exportadores, pero
sta es sin embargo mucho menor a la propensin a gastar del Estado. En otras
palabras,

el

efecto

contractivo

de

los

impuestos

las

exportaciones

es

sustancialmente menor que el efecto expansivo del gasto del gobierno.


A su vez, el gobierno utiliz esos mayores ingresos para pagar las obligaciones de la
deuda externa reestructurada en 2005, aumentando significativamente su espacio
fiscal al tiempo que las principales categoras de gasto primario (inversin pblica,
transferencias sociales y salarios) crecan a tasas ms que significativas.
Adicionalmente, desde fines de 2001 hasta mediados de 2005, Argentina mantuvo la
48

suspensin de los pagos del capital e intereses de la deuda externa, reduciendo el


peso de los intereses en el gasto del gobierno. Por ende, en 2001-2004 tiene lugar un
significativo cambio en la composicin del gasto pblico a favor de la inversin pblica
y en detrimento del gasto en intereses.36
Estas tendencias se combinaron con una paulatina reduccin del supervit fiscal, lo
que aument la propensin a gastar del sector pblico (sin afectar la propensin a
gastar del sector privado) y, al mismo tiempo, aument la carga tributaria bruta con un
peso creciente de las transferencias (e incluso con una reduccin de la carga tributaria
neta al final del perodo). Si bien el aumento de la carga tributaria afecta la propensin
a gastar del sector privado, como sta es menor que la propensin a gastar del
gobierno entonces aumenta la propensin marginal a gastar de la economa y el efecto
multiplicador.
Desde un punto de vista ms general, puede apreciarse una relacin de largo plazo
entre la poltica fiscal, los efectos multiplicadores-aceleradores y el desarrollo. La
poltica fiscal es ms potente cuando el componente de valor agregado nacional con
que se satisfacen los impulsos de demanda es mayor. As, las polticas de desarrollo
destinadas a controlar el crecimiento de la penetracin importadora son vitales no slo
en trminos de ahorro de divisas y de la sustentabilidad externa del propio crecimiento,
sino tambin por sus impactos en el empleo.
Uno de los factores principales del crecimiento (especialmente entre 2009 y 2011)
fueron sin dudas las transferencias sociales (los planes de jubilacin anticipada y la
asignacin por hijo). Estas medidas contribuyeron significativamente a reducir la
pobreza y la indigencia. Pero adems fueron un factor relevante en el impulso al
consumo privado autnomo y al propio crecimiento. Las medidas adoptadas en el rea
previsional implicaron un regreso al sistema de reparto y pusieron en cuestin el
enfoque dominante que considera a las transferencias basadas en los programas de
reparto como perjudiciales para la acumulacin de capital.

36

Posteriormente el gobierno cre el denominado Fondo del Bicentenario. Tras la reestructuracin de deuda en 2005,

el gobierno vino realizando los pagos de deuda. El Tesoro obtena pesos con su recaudacin y luego adquira en el
Banco Central los dlares para pagarles a los acreedores (y tambin compraba dlares directamente en el mercado).
Con la crisis internacional de 2008 y 2009, la economa se desaceler y por ende la recaudacin tributaria se estanc.
No obstante el gobierno no contuvo el gasto a fines de equilibrar el presupuesto, sino que intent sostenerlo para
contrarrestar las tendencias recesivas sobre el nivel de actividad y de empleo. Hacia fines de 2009, se arrib a la
situacin paradjica de que dado el esfuerzo realizado con el gasto pblico el gobierno careca de pesos (a menos que
hiciera una ajuste fiscal) para comprar todos los dlares necesarios para hacer los pagos de la deuda del ao. All se
constituy el Fondo del Bicentenario que, en la prctica, equivala a pagar deuda con reservas del BCRA y evitar el
ajuste fiscal.

49

Adems, pone en cuestin la validez de las crticas sobre la sostenibilidad del


esquema actual de seguridad social. Esta visin haba servido de sustento terico para
la adopcin de esquemas capitalizacin que, presumiblemente, deberan haber
estimulado la acumulacin de capital al incentivar el aumento del ahorro. Sin embargo,
las transferencias sociales son un determinante del producto ms que una mera
transferencia de ingresos desde un nivel dado de producto. Este sera el caso
absolutamente irreal de un mundo donde prevalece el pleno empleo. En este caso,
todo recurso utilizado en una determinada actividad necesariamente debe ser
desplazado de otras. Pero si no hay pleno empleo, la adicin de nuevos recursos
empleados una actividad simplemente contribuye a emplear otros recursos en otras
actividades.
En otras palabras: el gasto social representa un motor del crecimiento (ms que una
detraccin) y por ende no existe necesariamente una contradiccin entre mayor
equidad social y crecimiento. En este contexto, las transferencias del sistema de
reparto (y de modo anlogo tambin la AUH) deben considerarse como un
componente del gasto autnomo, y por ende uno de los elementos que co-determinan
la tasa de crecimiento de largo plazo.
No obstante, este esquema de seguridad social, no solo es una contribucin al
crecimiento de largo plazo, sino que impone un cierto compromiso a la propia poltica
econmica. Cuando los niveles de beneficios estn predeterminados (algo anlogo
puede pensarse para la asignacin por hijo) el nico instrumento que el gobierno
posee para controlar el peso de las transferencias sociales en el presupuesto del
gobierno es mediante el impulso decidido del crecimiento y las polticas de pleno
empleo. Por ende, la sostenibilidad del sistema de seguridad social impone el
requisito de un alto crecimiento, ya que las variables que definen la sustentabilidad del
sistema (la tasa de dependencia, la tasa de participacin, el haber jubilatorio medio, el
producto por trabajador y la tasa de empleo) estn todas influenciadas por la poltica
econmica.
Esta sostenibilidad no necesariamente puede medirse correctamente mediante la edad
promedio de la poblacin, o por el ratio de jubilaciones/PIB. Como muestra Pivetti
(2006, pg.385), el ratio jubilaciones/pib no es, en s mismo, un fenmeno muy
significativo. Lo que importa es el nivel absoluto de ingreso real de la comunidad, neto
de pensiones. La parte activa de la poblacin estara mejor cediendo a los pasivos
30 de un ingreso total de 150, que renunciar slo a 10 de un total de 100. Es obvio que
mientras el ingreso per cpita no cae, un aumento en la tasa de dependencia y de la
indexacin de las pensiones al ritmo de los salarios no implica ninguna cada en el
50

nivel de vida de la poblacin ocupada. Por ende, la clave central de la sustentabilidad


de un sistema generoso de jubilaciones, es la sustentabilidad (bsicamente externa)
de las polticas macroeconmicas y estructurales apuntadas a garantizar altas tasas
de crecimiento y un mayor volumen de empleo.
Si la poltica econmica escogiera un camino convencional (menor crecimiento,
compromiso con la estabilidad de precios, etc.) el sistema de reparto podra devenir
insustentable. De hecho, as como el sistema de seguridad social supone un estmulo
directo al crecimiento, tambin ejerce una presin indirecta sobre la poltica
econmica, condicionndola para que sta ejerza un impacto positivo sobre el
crecimiento y el empleo.
Por supuesto, el impacto de la poltica fiscal, sea a travs de la reduccin del
supervit, como el financiamiento de un mayor gasto mediante el aumento de la carga
tributaria, son persistentemente rechazados por la macroeconoma convencional.
Kalecki (1943) revel las razones polticas e ideolgicas de este rechazo que pueden
inducir ciclos econmicos de auge y recesin, algo que Marcelo Diamand bautiz
como el pndulo argentino.
Lo sintomtico es que mientras algunos economistas suponen que la ideologa
prevaleciente llevara a rechazar con ms fuerza la poltica de dficit fiscal que una
poltica alternativa de suba del gasto financiado con impuestos, esto no resulta tan
obvio. En verdad, las dos polticas pueden ser igualmente rechazadas en la medida en
que el Estado comienza a influir sobre el nivel de actividad y empleo, y socava el
poder del sector privado para definir el estado del ciclo econmico.37 Sin dudas, estas
razones no confesadas- estn detrs de las cidas crticas al populismo fiscal, al
gasto excesivo y al peso insoportable de la carga tributaria del Estado.

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largo plazo: hechos estilizados y reflexiones sobre el caso argentino reciente, CefidAr, Documento de Trabajo N 35 - Enero de 2011.
37

Kalecki (1937) deca que es difcil de creer que la imposicin sobre el capital pudiera aplicarse en gran escala,

porque socavara el principio de la propiedad privada. Por ende, le gustaba citar estas palabras de Joan Robinson: "un
gobierno que tuviera el poder y la voluntad de solucionar los principales defectos del sistema capitalista, tendra
asimismo la voluntad y el poder de abolirlo por completo ".

51

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Anexo estadstico
Cuadro1: Clculo de la serie "Gasto"
Consumo y
operacin (1)

Transferencias de
seguridad social
(2)

Transferencias
corrientes del sector
pblico (3)

Gasto en
capital (4)

"Gasto"
(1+2+3+4)

1993

24850

14174

5683

5254

49961

1994

27291

16573

5958

5675

55496

1995

27482

15934

5493

5124

54033

1996

26900

17023

6308

4351

54582

1997

28283

17298

6225

5123

56929

1998

29973

17344

6679

5341

59337

1999

31613

17355

6500

4868

60336

2000

31530

17498

6661

3682

59371

2001

31635

16853

7683

3054

59226

2002

31421

16531

6563

2586

57101

2003

35978

18868

10626

4998

70470

2004

43105

21492

11437

9022

85055

2005

54581

24204

14752

16002

109539

2006

68853

31314

17567

23553

141286

2007

90425

50634

23888

30168

195116

2008

121745

64416

34437

40113

260711

2009

154338

83092

35336

49792

322557

Fuente: Mecon.

54

Cuadro2: clculo de la serie "impuestos netos"


Transferencias
corrientes al sector
privado (1)

Propensin
marginal a
consumir (c=w/Y)
(2)

1993

5028

0,428

2152

51777

49625

1994

5952

0,394

2345

56066

53721

1995

6975

0,383

2671

53131

50459

1996

7106

0,364

2587

54594

52007

1997

7574

0,353

2674

60745

58072

1998

7920

0,367

2907

63087

60180

1999

8472

0,388

3287

59993

56706

2000

8141

0,387

3150

61495

58345

2001

7777

0,385

2994

56088

53094

2002

10345

0,314

3248

61844

58595

2003

13835

0,313

4330

86989

82658

2004

16310

0,337

5496

115917

110421

2005

22679

0,354

8028

141571

133543

2006

25111

0,383

9617

177070

167452

2007

36267

0,391

14180

242631

228451

2008

52623

0,389

20470

319435

298965

2009

69669

0,411

28634

358249

329615

Impuestos
Ingresos tributarios netos (5)=(4)(3)=(1)x(2)
totales (4)
(3)

Fuente: Mecon y Cifra.


Nota: la propensin marginal a consumir est dada por la participacin de los asalariados en el ingreso.

Cuadro3; Clculo del Supermultiplicador


Impuestos
totales

PIB
Propensin a tributar Propensin a
corriente
(t)
invertir h (i)

1993

51777

236505

1994

56066

257440

1995

53131

258032

1996

54594

272150

1997

60745

292859

1998

63087

298948

1999

59993

283523

2000

61495

284204

2001

56088

268697

2002

61844

312580

2003

86989

375909

2004

115917

447643

2005

141571

531939

2006

177070

654439

2007

242631

812456

2008

319435

1032758

2009

358249

1145458

0,22
0,22
0,21
0,20
0,21
0,21
0,21
0,22
0,21
0,20
0,23
0,26
0,27
0,27
0,30
0,31
0,31

Coeficiente de
contenido nacional
(1-j)

Propensin
marginal a
consumir c=w/Y

0,915
0,904
0,910
0,901
0,885
0,881
0,890
0,889
0,899
0,941
0,926
0,907
0,899
0,893
0,883
0,876
0,898

0,428

0,015
0,018
0,015
0,015
0,017
0,018
0,017
0,015
0,012
0,006
0,009
0,012
0,016
0,018
0,022
0,025
0,023

Supermultiplicador 1 / 1 - (c(1-t) + h) (1-j)

0,394
0,383
0,364
0,353
0,367
0,388
0,387
0,385
0,314
0,313
0,337
0,354
0,383
0,391
0,389
0,411

(i) L a propensin a invertir (h) es igual al ratio inversin en equipo durable / PIB ponderada por la participacin del gasto pblico
en el pib en cada ao.

55

1,470
1,418
1,409
1,381
1,356
1,371
1,402
1,394
1,399
1,321
1,300
1,312
1,329
1,361
1,355
1,347
1,378

Cuadro4: Impacto total de la poltica fiscal en el crecimiento (en% del pib)


Variacin G
(1)

(1-j)
(2)

(3)=(1)x(2)

Supermultiplicador
(4)

Impacto total
(5)=(4)x(3)

Impacto total
(en % del pib)

1994

5535

0,904

5002

1,418

7091

2,75%

1995

-1463

0,910

-1331

1,409

-1875

-0,73%

1996

549

0,901

495

1,381

683

0,25%

1997

2347

0,885

2078

1,356

2818

0,96%

1998

2407

0,881

2121

1,371

2907

0,97%

1999

1000

0,890

889

1,402

1247

0,44%

2000

-965

0,889

-858

1,394

-1196

-0,42%

2001

-146

0,899

-131

1,399

-183

-0,07%

2002

-2125

0,941

-1999

1,321

-2640

-0,84%

2003

13369

0,926

12384

1,300

16103

4,28%

2004

14585

0,907

13232

1,312

17361

3,88%

2005

24483

0,899

22006

1,329

29245

5,50%

2006

31748

0,893

28353

1,361

38593

5,90%

2007

53830

0,883

47521

1,355

64368

7,92%

2008

65595

0,876

57445

1,347

77378

7,49%

2009

61846

0,898

55521

1,378

76488

6,68%

Gasto pblico corriente


(% del pib)

Consumo & salarios

Seguridad Social

Transferencias
corrientes Sector
Privado

1993

9,6%

5,5%

1,9%

2,2%

1,3%

1994

9,6%

5,8%

2,1%

2,1%

1,4%

1995

9,7%

5,6%

2,5%

1,9%

1,8%

1996

8,9%

5,6%

2,4%

2,1%

1,7%

1997

8,6%

5,2%

2,3%

1,9%

2,0%

1998

8,9%

5,1%

2,3%

2,0%

2,3%

1999

10,0%

5,5%

2,7%

2,1%

3,0%

2000

9,9%

5,5%

2,6%

2,1%

3,6%

2001

10,7%

5,7%

2,6%

2,6%

4,6%

2002

8,9%

4,7%

2,9%

1,9%

2,3%

2003

8,3%

4,4%

3,2%

2,5%

2,1%

2004

8,1%

4,1%

3,1%

2,2%

1,4%

2005

8,6%

3,8%

3,6%

2,3%

1,9%

2006

8,8%

4,0%

3,2%

2,3%

1,8%

2007

9,2%

5,2%

3,7%

2,4%

2,0%

2008

9,8%

5,2%

4,2%

2,8%

2,0%

2009

11,6%

6,3%

5,2%

2,7%

2,3%

Fuente: Ministerio de Economa.

56

Transferencias
corrientes Sector
Pblico

Intereses

Gasto pblico en capital


(% del pib)
Gasto en
capital

IRD

Transferencias de
capital

1993

2,0%

1,7%

0,3%

1994

2,0%

1,6%

0,4%

1995

1,8%

1,4%

0,4%

1996

1,4%

1,2%

0,3%

1997

1,6%

1,3%

0,2%

1998

1,6%

1,3%

0,3%

1999

1,5%

1,3%

0,2%

2000

1,2%

1,0%

0,2%

2001

1,0%

0,9%

0,1%

2002

0,7%

0,6%

0,1%

2003

1,2%

0,9%

0,2%

2004

1,7%

1,3%

0,4%

2005

2,5%

1,9%

0,7%

2006

3,0%

2,2%

0,9%

2007

3,1%

2,3%

0,8%

2008

3,2%

2,4%

0,8%

2009

3,7%

2,7%

1,0%

Fuente: Ministerio de Economa.

Gasto devengado estimado anual por prestaciones, 1995-2011


(en % del PIB)
Jubilac & Pensiones Asig Familiares (1)(2)

Desempleo

TOTAL

1995

5,1

0,8

s/i

5,9

1996

5,0

0,7

s/i

5,8

1997

5,2

0,7

s/i

5,9

1998

5,1

0,7

0,1

5,8

1999

5,5

0,7

0,1

6,3

2000

5,5

0,8

0,1

6,4

2001

5,8

0,8

0,1

6,7

2002

5,0

0,6

0,2

5,8

2003

4,4

0,6

0,1

5,0

2004

4,1

0,5

0,0

4,7

2005

3,9

0,6

0,0

4,6

2006

4,0

0,6

0,1

4,6

2007

5,1

0,7

0,1

5,9

2008

5,5

0,7

0,0

6,2

2009

6,8

1,0

0,1

7,8

2010

6,4

1,2

0,0

7,6

2011

7,5

1,2

0,0

8,8

(1) A partir del mes de noviembre de 2009, se incluye el gasto de AUH establecido por
Decreto N 1.602/09, el cual presenta carcter provisorio.
(2) A partir del mes de mayo de 2011, se incluye el gasto de Asignacin por Embarazo para
Proteccin Social establecido por Decreto N 446/11.

Fuente: Direccin Nacional de Programacin Econmica, sobre la base de datos de la ANSES y la AFIP.

57

BENEFICIARIOS DEL REGIMEN PREVISIONAL PuBLICO


(dic1995 - dic2011 y junio 2012)
Perodo

Total

Varones

Mujeres

No informado

Varones

Mujeres

jun-05

2.239.894

955.012

1.280.140

4.742

jun-05

2.460.379

1.031.344

1.406.721

22.314

8%

10%

dic-97

3.213.069

1.258.785

1.836.826

117.458

22%

31%

dic-98

3.151.345

1.238.695

1.850.241

62.409

-2%

1%

dic-99

3.092.666

1.201.657

1.833.032

57.977

-3%

-1%

dic-00

3.048.367

1.175.017

1.818.267

55.083

-2%

-1%

dic-01

3.019.990

1.165.354

1.803.164

51.472

-1%

-1%

dic-02

2.976.605

1.146.385

1.781.914

48.306

-2%

-1%

dic-03

2.933.262

1.128.680

1.759.431

45.151

-2%

-1%

dic-04

2.881.458

1.101.381

1.737.483

42.594

-2%

-1%

dic-05

2.880.177

1.098.717

1.741.403

40.057

0%

0%

dic-06

3.312.942

1.141.224

2.134.336

37.382

4%

23%

dic-07

4.106.924

1.314.912

2.757.579

34.433

15%

29%

dic-08

4.280.073

1.395.808

2.851.891

32.374

6%

3%

dic-09

4.497.027

1.487.118

2.979.571

30.338

7%

4%

dic-10

4.599.985

1.552.560

3.020.023

27.402

4%

1%

dic-11

4.621.184

1.594.226

3.001.617

25.341

3%

-1%

jun-12

4.628.786

1.611.985

2.992.352

24.449

1%

0%

(var% anual)

Fuente: Anses.

DOCUMENTOS PUBLICADOS POR EL CEFID-AR:


N 1 METAS DE INFLACIN: IMPLICANCIAS PARA EL DESARROLLO. Martn Abeles y Mariano
Borzel. Junio 2004
N 2 ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE EL ROL DE LA BANCA PBLICA. Daniel Kampel y Adrian
Rojze. Noviembre 2004
N 3 REGULACIN BANCARIA EN ARGENTINA DURANTE LA DCADA DEL 90. Guillermo
Wierzba y Jorge Golla. Marzo 2005
N 4 BANCA COOPERATIVA EN FRANCIA. UN ESTUDIO DE CASO. Mariano Borzel. Junio 2005
N 5 LA CUESTIN TRIBUTARIA EN ARGENTINA. LA HISTORIA, LOS DESAFOS DEL PRESENTE Y
UNA PROPUESTA DE REFORMA. Jorge Gaggero y Federico Grasso. Julio 2005
N 6 SOCIEDAD DE GARANTA RECPROCA. UNA HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO DEL
CRDITO PYME. Alejandro Banzas. Octubre 2005
N 7 EL MANEJO DE LA CUENTA CAPITAL: ENSEANZAS RECIENTES Y DESAFOS PARA
ARGENTINA Autor: Mariano Borzel, Colaborador: Emiliano Libman. Diciembre 2005
N 8 FINANCIAMIENTO A PYMES EN LA BANCA PBLICA. ESTUDIO DE CASO: DESARROLLO
DE MODELOS DE SCORING DE RIESGO CREDITICIO EN EL BANCO DE LA PROVINCIA DE BUENOS
AIRES. Csar Marcelo Ciappa. Enero 2006

58

N 9 LA CRISIS ARGENTINA DE 2001. ALGUNOS TPICOS SOBRE SU IMPACTO EN EL


PORTAFOLIO Y LAS FUENTES DE FINANCIAMIENTO DEL SECTOR PRIVADO NO FINANCIERO.
Mximo Sangicomo. Febrero 2006
N 10 DIMENSIN DE LOS CONGLOMERADOS FINANCIEROS. EL CASO ARGENTINO Autor:
Jorge Golla Colaborador: Lorena E. Fernndez. Mayo 2006
N 11 EL SPREAD BANCARIO EN LA ARGENTINA. UN ANLISIS DE SU COMPOSICIN Y
EVOLUCIN (1995-2005). Federico Grasso y Alejandro Banzas. Agosto 2006
N 12 LA INVERSIN EXTRANJERA DIRECTA EN LA POST-CONVERTIBILIDAD. PRINCIPALES
TENDENCIAS EN UN NUEVO PATRN DE CRECIMIENTO Ariana Sacroisky Octubre 2006
N 13 ESTRUCTURA PRODUCTIVA Y DETERMINACIN DE PRECIOS. UN ABORDAJE SECTORIAL
(2002-2005) Mariano Borzel y Esteban Kiper. Noviembre 2006
N 14 LA FUGA DE CAPITALES. HISTORIA, PRESENTE Y PERSPECTIVAS. Jorge Gaggero,
Claudio Casparrino y Emiliano Libman. Mayo 2007
N 15 LA INVERSIN Y SU PROMOCIN FISCAL ARGENTINA, 1974 2006 Jorge Gaggero y
Emiliano Libman, Junio 2007
N 16 DESAFOS DE LA RECONFIGURACIN PRODUCTIVA EN ARGENTINA. APORTES PARA EL
DEBATE ACTUAL. Mara Agustina Briner, Ariana Sacroisky y Magdalena Bustos Zavala. Julio
2007
N 17 LA SOSTENIBILIDAD DE LA POLTICA DE ESTERILIZACIN. Roberto Frenkel. Agosto
2007
N 18 EL FINANCIAMIENTO A LA VIVIENDA EN ARGENTINA. HISTORIA RECIENTE, SITUACIN
ACTUAL Y DESAFOS. Alejandro Banzas y Lorena Fernndez. Septiembre 2007
N 19 NUEVAS ARQUITECTURAS FINANCIERAS REGIONALES. SU INSTITUCIONALIDAD Y
CARACTERSTICAS. Guillermo Wierzba. Diciembre 2007
N 20 UN ESTUDIO DE CASOS SOBRE BANCA DE DESARROLLO Y AGENCIAS DE FOMENTO
Claudio Golonbek y Emiliano Sevilla. Mayo de 2008
N 21 BANCA DE DESARROLLO EN ARGENTINA. BREVE HISTORIA Y AGENDA PARA EL
DEBATE Claudio Golonbek, Septiembre 2008
N 22 - LA REGULACIN FINANCIERA BASILEA II. LA CRISIS Y LOS DESAFOS PARA UN CAMBIO
DE PARADIGMA Guillermo Wierzba, Estela del Pino Suarez, Romina Kupelian y Rodrigo Lpez.
Noviembre 2008
N 23 LA PROGRESIVIDAD TRIBUTARIA. SU ORIGEN, APOGEO Y EXTRAVO (Y LOS DESAFOS
DEL PRESENTE) Jorge Gaggero. Diciembre 2008

59

N 24 LAS ESTRATEGIAS DE FOCALIZACIN DE LA INVERSIN EXTRANJERA DIRECTA.


LECCIONES PARA LA ARGENTINA DE LAS EXPERIENCIAS DE SINGAPUR, MALASIA Y LA
REPBLICA CHECA Ariana Sacroisky. Abril 2009
N 25 DESIGUALDAD Y CRECIMIENTO. LA LITERATURA, LOS DEBATES Y SU MEDICIN Autor:
Federico Grasso Colaboracin: Mara Jos Castells. Mayo 2009.
N 26 CRISIS MUNDIAL. ELEMENTOS PARA SU ANLISIS. Enrique Arceo, Claudio Golonbek y
Romina Kupelian. Julio 2009
N 27 TITULIZACIN HIPOTECARIA EL INSTRUMENTO. RESEA DE EXPERIENCIAS.
ENSEANZAS Y DESAFIOS POST-CRISIS PARA SU USO EN LA ARGENTINA. Alejandro Banzas y
Lorena Fernndez. Agosto 2009
N28 BANCA DE DESARROLLO UN ESTUDIO DE CASO: BNDES, DISEO INSTITUCIONAL Y ROL
CONTRACICLICO. Claudio Golonbek y Andrea Urturi. Marzo de 2010.
N29- LA FUGA DE CAPITALES II. ARGENTINA EN EL ESCENARIO GLOBAL (2002-2009). Jorge
Gaggero, Romina Kupelian y Mara Agustina Zelada. Julio de 2010.
N30- CENTRO, PERIFERIA Y TRANSFORMACIONES EN LA ECONOMIA MUNDIAL. Enrique
Arceo y Mara Andrea Urturi. Agosto de 2010.
N31- EL REGIMEN BAJO PRESION: LOS ESQUEMAS DE METAS DE INFLACION EN BRASIL,
CHILE, COLOMBIA Y PERU DURANTE EL BOOM EN LOS PRECIOS INTERNACIONALES DE
MATERIA PRIMA. Martin Abeles y Mariano Borzel. Septiembre de 2010.
N32- LOS DESAFOS PARA SOSTENER EL CRECIMIENTO. EL BALANCE DE PAGOS A TRAVS DE
LOS ENFOQUES DE RESTRICCIN EXTERNA. Rodrigo Lpez y Emiliano Sevilla. Octubre de 2010.
N33- EL SISTEMA FINANCIERO ARGENTINO. LA EVOLUCIN DE SU REGIMEN REGULATORIA
DESDE LA LIBERALIZACIN FINANCIERA. IMPACTOS RELEVANTES SOBRE EL CRDITO Y LA
ECONOMA REAL. Guillermo Wierzba, Estela del Pino Suarez y Romina Kupelian. Noviembre
de 2010
N34 - AMERICA LATINA: EXPANSIN, CRISIS Y DESPUS. UN ESTUDIO DE CASO SOBRE LA
POLTICA CONTRACCLICA EN ARGENTINA. Guillermo Wierzba y Pablo Mareso. Diciembre
2010.
N35 - PRODUCTO POTENCIAL Y DEMANDA EN EL LARGO PLAZO: HECHOS ESTILIZADOS Y
REFLEXIONES SOBRE EL CASO ARGENTINO RECIENTE. Fabin Amico, Alejandro Fiorito y
Guillermo Hang. Enero 2011.
N36 - SECTOR FINANCIERO ARGENTINO 2007/2010. NORMALIZACIN, EVOLUCIN RECIENTE
Y PRINCIPALES TENDENCIAS. Claudio Golonbek y Pablo Mareso. Marzo 2011.
N37 - LA REGULACIN DE LA BANCA EN ARGENTINA (1810-2010). DEBTAES, LECCIONES Y
PROPUESTAS. Guillermo Wierzba y Rodrigo Lpez. Junio 2011.

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N38 - PLANIFICAR EL DESARROLLO. APUNTES PARA RETOMAR EL DEBATE. Claudio


Casparrino, Agustina Briner y Cecilia Rossi. Julio 2011.
N39 - MRGENES UNITARIOS FLEXIBLES, CICLO ECONMICO, E INFLACIN. Gustavo A.
Murga y Mara Agustina Zelada. Agosto 2011.
N40 - IMPACTO DEL PRESUPUESTO SOBRE LA EQUIDAD. CUADRO DE SITUACIN
(ARGENTINA 2010). Jorge Gaggero y Daro Rossignolo. Septiembre 2011.
N41 - DIMENSIN Y REGULACIN DE LOS CONGLOMERADOS FINANCIEROS. EL CASO
ARGENTINO. Romina Kupelian y Mara Sol Rivas. Diciembre 2011.
N 42 GLOBALIZACIN FINANCIERA Y CRISIS. LOS LMITES QUE IMPONE LA OMC PARA LA
REGULACIN ESTATAL. Ariana Sacroisky y Mara Sol Rivas.
N 43 ESTRATEGIAS DE DESARROLLO Y REGMENES LEGALES PARA LA INVERSIN
EXTRANJERA. Enrique Arceo y Juan Matias De Lucchi.
N 44 EL ENFOQUE DE DINERO ENDGENO Y TASA DE INTERS EXGENA. Juan Matas De
Lucchi.
N 45 EXPANSIN ECONMICA Y SECTOR EXTERNO EN LA ARGENTINA DE LOS
AOS 2000. Balance y desafos hacia el futuro. Fabin Amico, Alejandro Fiorito y Mara
Agustina Zelada.
N 46 IMPACTO SOBRE LA EQUIDAD II. SIMULACIN DE LOS EFECTOS DISTRIBUTIVOS DE
CAMBIOS EN EL GASTO PBLICO Y LOS IMPUESTOS. (ARGENTINA, 2010). Jorge Gaggero y
Daro Rossignolo.
N 47 IMPACTO SOBRE LA EQUIDAD III. FISCALIDAD Y EQUIDAD EN LA ARGENTINA: UN
ENFOQUE DE EQUILIBRIO GENERAL. Mara Priscila Ramos y Leandro Antonio Serino. Con el
asesoramiento de Jorge Gaggero y Daro Rossignolo.
N 48 SECTOR EXTERNO Y POLTICA FISCAL EN LOS PASES EN DESARROLLO. LA EXPERIENCIA
DE AMRICA LATINA ANTE LA CRISIS INTERNACIONAL DE 2008-2009. MARTIN ABELES, JUAN
CUATTROMO, PABLO MARESO Y FERNANDO TOLEDO.
N 49 FONDOS BUITRE. EL JUICIO CONTRA ARGENTINA Y LA DIFICULTAD QUE REPRESENTAN
EN LA ECONOMA MUNDIAL Romina Kupelian y Maria Sol Rivas.
N 50 LA UNIDAD Y LA INTEGRACIN ECONMICA DE AMRICA LATINA: SU HISTORIA, EL
PRESENTE Y UN ENFOQUE SOBRE UNA OPORTUNIDAD INDITA. Guillermo Wierzba, Jorge
Marchini, Romina Kupelian y Mara Andrea Urturi.

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