Beatriz Preciado - La Muerte de La Clínica Corregido Final
Beatriz Preciado - La Muerte de La Clínica Corregido Final
Beatriz Preciado - La Muerte de La Clínica Corregido Final
Beatriz Preciado
La Muerte de la Clnica?
Vivir y resistir en la condicion neoliberal
los que la clnica era paradigmtica. Por lo tanto - al menos esa es mi experiencia,
ya me contaris cul es la vuestra, pero me imagino que aquellos y aquellas y
aquelles que habis militado en los movimientos feministas, de revolucin, o de
emancipacin sexual, homosexuales, etc. habris vivido como yo un conjunto o
habis producido e inventado un conjunto de estrategias de resistencia y de crtica
de los aparatos disciplinarios y ms concretamente de la clnica. Cuando digo de la
clnica, este anlisis podra extenderse tambin a otro conjunto de aparatos
disciplinarios como el colegio, como la prisin, como el espacio domstico, incluso
como el museo.
Es decir, el espacio en el que estamos hoy es por definicin y de manera
paradigmtica un espacio que comparte muchas de las taxonomas y los
mecanismos de produccin de verdad de la clnica. Pues nos vamos a encontrar en
una situacin inslita, les deca, en la que la clnica se derrumba, pero no
precisamente o no slo por los ataques de los diversos movimientos de
contestacin somatopoltica, sino que se derrumba por la entrada de las lgicas
neoliberales y por tanto, de ah que no s si os ocurre a vosotros, pero algunos de
los que estamos implicados en los movimientos contemporneos nos encontramos
en una paradjica situacin de reclamar por ejemplo el sistema de salud pblica, o
reclamar el derecho a la educacin pblica, al mismo tiempo que histricamente
hemos luchado contra precisamente por deshacer los fundamentos mismos de esas
instituciones. Bien, lo que yo os voy a proponer hoy es que intentemos pensar que
es posible que ya no estemos luchando contra la misma clnica. Que sea el aparato
podr contar todos los detalles y por tanto me perdonis el carcter un tanto
esquemtico de esta presentacin que os hago, pero intentara que pudiramos
mirarnos colectivamente como el resultado de una estandarizacin performativa,
como el resultado de un enorme proceso de reproduccin performativa y la
imposicin de una esttica poltica visual de la diferencia sexual. Echen un vistazo,
sitense donde puedan. Ya van a ver que a ese proceso yo le denomino la primera
industrializacin de la sexualidad.
La primera industrializacin de la sexualidad. Mi hiptesis es que ha habido dos
procesos de industrializacin de la sexualidad. Un primer proceso que tiene lugar al
mismo tiempo que los procesos de expansin colonial y que va a tomar despus,
durante los siglos XVIII y XIX, la forma de eso que Foucault llama la biopoltica. Es
decir, un arte de gobernar los cuerpos libres. Eso tambin nos concierne, de
manera que nos concierne puesto que, fijaos cuando de algn modo uno se
adecua a la esttica de la diferencia sexual piensa que lo hace de manera
evidentemente libre. Fijaos que el cuerpo es como la ltima de las cpsulas
biopolticas, es una cpsula disciplinaria tremendamente interesante y curiosa
porque es la nica, frente al museo, frente a la prisin, frente al espacio domstico,
es la nica que tiene la voluntad de decir yo. Y que por lo tanto se identifica con los
aparatos de normalizacin que la producen. Esa es una de las dificultades de la
resistencia y de la subversin poltica, precisamente el hecho de que, vamos, esto
es, aqu cada uno aparece que libremente puede articular su sexualidad. Bueno, la
cosa es bastante ms compleja. Bien, junto con la aparicin de esta esttica de la
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nocin de norma biopoltica. Y por tanto, todo aquello que exceda la media ser
considerado como anormal. De nuevo, no podr extenderme tampoco sobre este
tema pero lo que s querra que entendierais es que los procesos de invencin y de
produccin del sujeto sexual no son independientes del conjunto de procesos que
inventan y construyen el cuerpo como normal y patolgico, como capacitado o
discapacitado.
Una de las cosas que a nosotros nos interesan es que la gestin del cuerpo
discapacitado no se lleva a cabo por tcnicas biopolticas, es decir no se lleva a
cabo por tcnicas de maximizacin de la vida de las poblaciones, sino que la gestin
del cuerpo discapacitado es casi como el lado oscuro de la biopoltica, por decirlo de
algn modo. Y lo que se va a producir es un retorno a formas soberanas
tanatopolticas, es decir a formas de gestin del cuerpo que tienen que ver con la
muerte. Cules son los cuerpos que van a ser considerados como discapacitados?
Y por tanto, lo que intento es que veamos que ese conjunto de nociones, incluso la
nocin de feminidad en s misma, o la nocin de homosexualidad pertenecen en el
siglo XIX a taras, es decir son consideradas como taras patolgicas que deben ser
eliminadas en beneficio de la reproduccin del cuerpo nacional sano. Y que lo que
vamos a ver como movimientos de revolucin somatopoltica posteriores, es un
proceso, un enorme proceso de despatologizacin del cuerpo. Es decir, cuando digo
despatologizacin a lo que me refiero es que los diversos movimientos van a poner
en cuestin el aparato de verificacin biopoltico. Es decir, van a poner en cuestin
los criterios, el conjunto de criterios, el aparato discursivo, de representacin que
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estamos en pura ciencia ficcin amigos, es que nuestra historia es para no dar
crdito. Arrastramos colectivamente un conjunto de joyas semitico polticas que no
las merecemos. Entonces, un ao ms tarde, Alejandro Dumas hijo, que
evidentemente era muy sarcstico, es decir era un escritor panfletario de la poca y
por tanto estaba muy al tanto de estas nuevas nociones que van apareciendo y que
de algn modo se ponen a circular socialmente. Y fijaos, lo que va a hacer es
utilizar por primera vez la palabra clnica feminista, es decir, esa palabra que se
refiere nicamente al tuberculoso afeminado, es decir, me perdonis, utiliz la
nomenclatura clnica de ese momento, para referirse a los hombres que defienden
la causa de las mujeres en defensa de sus derechos polticos. Es decir,
etimolgicamente, los feministas son tuberculosos afeminados y en un segundo
momento se van a convertir en aquellos hombres que claro, se feminizan. Cmo
se feminizan? en contacto y defendiendo los derechos de las mujeres, en el
movimiento concretamente de sufragistas.
Esa es parte de nuestra historia, es tremendo que como feministas y feministas que
somos y digo feministas y feministas, es decir, aquellos hombres afeminados que
defienden la causa de las mujeres en la esfera pblica. No entiendo por qu no hay
ms feministas, es decir, cada ao en la somateca, bueno, ya sabis que yo no creo
en la diferencia sexual, por tanto me da igual que haya 25 hombres, es decir
nombres masculinos, que 25 nombres femeninos. Pero bueno, constato que al
menos en trminos biopolticos, es decir en trminos de normalizacin biopoltica,
hay pocos cuerpos que hayan sido asignados como cuerpos masculinos en el
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nacimiento, que lleguen hasta las derivas crticas de la somateca. Bueno, sirva el
recuerdo de Faneu de La Cour y de Alejandro Dumas hijo, para deciros a todos
aquellos afeminados que quieran defender la causa de las mujeres en la esfera
pblica, que son bienvenidos en la somateca puesto que estamos, aunque nuestras
luchas no son exactamente las mismas, y esa es la clave de lo que estamos
diciendo aqu, evidentemente que nuestras luchas no pueden ser las mismas que
las de las sufragistas del siglo XIX, esta es la complejidad del movimiento feminista
contemporneo. Pero ya vais a ver por qu, entre otras cosas porque la clnica ha
cambiado. Os digo esto para que los feministas se animen a venir a la somateca, si
no entraron en la primera edicin, ojal haya una tercera conmigo o sin m y que se
animen a participar de ese proceso crtico.
Por tanto, os deca, cuando dentro de la clnica van a aparecer esas nociones de
discapacidad y deficiencia y de patologa psquica y fsica, las taras hereditarias que
van a ser, es decir, que el conjunto de mdicos van a definir como idealmente
reductibles en beneficio de la produccin de un cuerpo nacional sano, son tan
amplias como enfermo mental, homosexual, tuberculoso, y ya sabemos, el
tuberculoso evidentemente que peca de feminismo, tuberculoso, prostituta,
epilptico, sifiltico, neurtico, sordomudo, hemoflico me paro aqu porque la
lista Fijaos, esa es la taxonoma de gestin del cuerpo patolgico que est
proponiendo el aparato clnico del siglo XIX. Claro, desde ah nosotros podemos
empezar a leer los distintos movimientos somatopolticos que van a aparecer a
partir de finales del siglo XIX, incluidas las sufragistas, como una crtica de esos
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rpida. Lo que quiere decir es que el aparato de verificacin cientfica que propona
la existencia anatmica de la diferencia sexual se est viniendo abajo. Se est
produciendo en los aos 40-50 una crisis epistmica. Es decir, que lo que ocurre
literalmente es que el discurso mdico comienza a darse cuenta de que existen un
conjunto de cuerpos que no pueden ser reducidos a la diferencia sexual. Que por
tanto no pueden ser representados, reconocidos con el aparato de verificacin de la
diferencia sexual. Qu hubiera debido pasar en ese momento, que podra haber
sucedido? De manera muy clara, lo que podra haber sucedido es que, bueno, pues
una crisis epistmica que hubiera llevado a un cambio de paradigma. Por ejemplo,
la medicina de los aos 50 poda haber decidido que no existen dos sexos, sino que
existen 4, 5, 6. Sabis que hay hoy un debate tremendamente intenso y virulento
dentro del propio estamento mdico acerca de la existencia de una multiplicidad de
variaciones morfolgicas, genticas, hormonales, que no pueden ser reducidas a la
diferencia sexual.
Esa crisis epistmica, cmo se va a resolver? No se va a resolver con un cambio
de paradigma. Y esto es algo que nos tiene que quedar muy claro colectivamente,
es decir, no habr cambio de paradigma aunque la crisis epistmica sea enorme,
solo habr cambio de paradigma si colectivamente intentamos modificar las
prcticas de gobierno. Es decir, esa es una historia que os puedo contar en otro
momento si nos reunimos en ms pequeos grupos, o en ms grandes, o como
sea, es decir, es algo que tenemos que entender. Hace aos que el discurso mdico
sabe que no hay dos sexos. Os invito a que vayis a un congreso de
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activistas de sida son los primeros que estn entendiendo que el aparato de
verificacin que produce lo normal y lo patolgico con respecto al sida est
desplazndose desde la clnica al mercado farmacolgico. Puesto que el primer
lugar al que se van realmente, o al que van a atacar de manera virulenta son
precisamente las compaas farmacuticas.
Es decir, se van a centrar en dos lugares: la critica de la representacin del sida en
los medios de comunicacin. Es decir, uno de los lugares en los que se est
produciendo el sida como aparato de verificacin son los medios de comunicacin, y
el segundo lugar: la industria farmacolgica y el modo en el que la industria
famacolgica, de manera especfica, est gestionando las patentes. Ese desde mi
punto de vista, esa es una de las lneas profundas de resistencia contempornea,
todo un movimiento que internacionalmente se va a conocer como treatment
activism activismo de los tratamientos. Un movimiento que demanda la
produccin de genricos, un movimiento que se describe a s mismo como
medication for all nations, frmacos para todas las naciones, que trafica, que
propone el trfico de medicamentos, el trfico de patentes, es decir: ah estis,
creo que podemos empezar a identificar un conjunto de tcnicas de resistencia, de
tcnicas de subjetivacin disidente que ya no son exactamente las que tenan que
ver con la crtica de la clnica del siglo XIX.
Bueno, no os dir ms, excepto recordaros uno de los reclamos de los movimientos
de activistas del sida de los aos 80. Uno de sus reclamos era open the pill
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abramos las pastillas. Hay que abrir las pastillas colectivamente. Ellos lo decan
porque haban sido sometidos entre 1987-89 a un conjunto de tests para utilizar o
no utilizar el AZT que era uno de los medicamentos que se proponan en ese
momento como una de las posibles terapias contra el sida, era absolutamente
ineficaz, incluso los efectos secundarios eran terrorficos, pero en ese momento en
el que no haba ningn frmaco que pudiera tratar los efectos, o el conjunto de
enfermedades asociadas al sida, fijaos lo que van a hacer los enfermos, los grupos,
los colectivos de enfermos activistas, y espero que entendis: enfermos activistas
esa es la nueva figura de subjetividad poltica: enfermos activistas. Eso es lo que
somos, si somos algo somos enfermos activistas. Es decir, hemos sido construidos
histricamente como enfermos. Y ahora nos redefinimos como enfermos activistas.
Bueno pues, lo que van a decir ellos es que no se pueden someter a los protocolos
cientficos que dejaran a la mitad de un grupo tomando un placebo y haran que la
otra mitad tomara la molcula activa de AZT. Por qu? Porque si la molcula
funciona la mitad del grupo que est tomando el placebo la palma. Y por tanto ellos
dicen, nos importa absolutamente nada eso que vosotros llamis verdad cientfica.
Nosotros lo que queremos es la supervivencia del mximo nmero de personas. Y
fijaos, qu estn haciendo: estn haciendo una modificacin del aparato de
verificacin. Estn proponiendo otro modo de producir verdad y de producir salud,
estn redefiniendo el mbito de la salud. Y lo que van a decir es bueno, como ya
sabis que en los ensayos cientficos lo que se produce es que hay un ciego del
placebo, es decir el placebo tiene que estar disimulado de tal manera que uno no
sepa si est tomando el placebo o la molcula activa de AZT. Lo que van a hacer los
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venir hasta aqu para que veis por primera vez a Amanda Baggs si no la habis
visto nunca. Es una activista autista americana, insisto, que ha nacido en California,
naci en California en 1980. Que fue diagnosticada como autista de funcionalidad
baja, y que ha pasado prcticamente la mitad de su vida en instituciones de
reclusin y la otra mitad, en compaa de eso que hoy se llama las industrias de la
discapacidad. Pensad que de acuerdo al nuevo test autista que se pone en marcha
a partir de 1982, uno de cada 150 nios norteamericanos son considerados como
potencialmente autistas. Y por tanto, como consumidores, no ya nicamente como
sujetos o como objetos de la disciplina clnica, no, no, sino como consumidores de
las industrias de la discapacidad. Ese es uno de los retos polticos y de las crticas
polticas que Amanda Baggs har a la nocin misma de autismo. El sistema mdico
norteamericano considera que cuesta entre un milln y 7 millones de dlares
capacitar el cuerpo autista. Hacer que el cuerpo autista sobreviva y se integre en
procesos de capacitacin productiva. Claro, evidentemente, frente a lo que estamos
es un aparato de verificacin y de produccin del cuerpo neoliberal que poco tiene
que ver con la clnica tradicional.
Amanda Baggs es hoy una de las figuras del movimiento por la neurodiversidad. Lo
ms curioso es que Amanda Baggs no sale de su casa, est en principio,
aparentemente, totalmente sola, por tanto, lo que os pido es que empecis a
imaginar tambin otras formas del activismo poltico y de la accin poltica que no
tienen por qu regirse ni por las lgicas disciplinarias del siglo XIX, ni tampoco por
algunas de los imaginrios polticos y de las mitologas de la insurreccin poltica del
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XIX. Cmo trabaja Amanda Baggs? Amanda Baggs trabaja en conexin crtica con
la mquina semiotcnica. Ya vais a ver, lo que vais a oir no es la voz de Amanda
Baggs porque no puede hablar, sino su vocalizacin a travs de la mquina. Cmo
va a empezar a trabajar polticamente Amanda Baggs. En 2007 pone en circulacin
un video, hoy absolutamente conocido en el movimiento de la neurodiversidad, que
se llama In my language. Y este video genera una turbulencia tan absolutamente
inaudita en el mbito de las industrias de la discapacidad en Estados Unidos que,
fijaos, todo un conjunto de mdicos van a decir que Amanda Baggs no ha podido
hacer el video que ha hecho. Y que evidentemente hay gato encerrado y que
alguien est manipulando a los autistas, y que nunca un autista podra decir lo que
est diciendo Amanda Baggs. Bueno, yo la primera vez que vi el video de Amanda
Baggs, en quien pens fue, para aquellos que conozcis la historia de la crtica
institucional en arte contemporneo y de eso que Suely Rolnik o Brian Holmes
llaman la expansin de la crtica institucional a mbitos experimentales, a lo
primero que pens fueron a artistas de los aos 50, 60 y 70 como Lydia Clarke,
pero tambin contemporneas como Rhitt Ashey, o como Annie Sprinkle y Beth
Stephens que si tenemos suerte vendrn a la somateca este ao en mayo. Porque
lo que va a proponer Amanda Baggs es un aparato de verificacin que pueda tener
en cuenta su forma de percepcin y de decodificacin del mundo, que la reconozca
como verdadera y como sana. Por tanto, lo que est pidiendo es algo, en principio,
tremendamente fuerte y tremendamente extraordinario, y de una complejidad
enorme, incluso frente a las peticiones tradicionales que venimos haciendo desde
los movimientos feministas, transexuales, transgnero y desde mi punto de vista a
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m el objetivo de un museo hoy, no ya del museo ilustrado del siglo XIX, sino de un
espacio justamente donde la creacin de procesos de subjetivacin disidentes son
posibles. Y porque es posible que, bueno, que necesitemos que las prcticas
artsticas y las prcticas polticas se reconecten. Para qu? Pues para evitar que la
familia homoparental sea dos hombres aparentemente, biolgicamente designados,
es decir designados biopolticamente, que necesitan de un vientre de alquiler para
llevar a cabo un acto de reproduccin.
Primero, cmo es posible que nos estemos pensando con el aparato mdico del XIX
de nuevo, como sujetos estriles. Todo el mundo sabe, es decir, a los que estis
aqu que ya tenis alguna edad, es decir, yo incluido todo el mundo sabe que
aquellos que eran gays y lesbianas de toda la vida siempre han tenido hijos, o han
tenido muchos hijos. De diversas maneras. En agenciamientos heterosexuales
normativos mientras que llevaban otra vida por otro lado, es decir De dnde
hemos sacado esta historia que el cuerpo homosexual es un cuerpo estril y que
tiene que recurrir a un proceso de reproduccin asistida? Vamos a darle vuelta la
historia: La heterosexualidad es un proceso de reproduccin asistida legitimado
polticamente. Porque hemos decidido polticamente que un biopene en una
biovagina, eso es un proceso de reproduccin natural. Si yo te pido ponme un poco
de esperma en la botella que ya me lo meter yo, eso no. Bueno, eso es un proceso
de legitimacin histrica. Yo digo esto, luego si decidimos hacerlo colectivamente
tampoco ser yo solamente responsable de estas cosas, no vaya a ser que luego
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alguien me diga: hemos tenido un hijo tuyo, cualquier cosa (risas)No, no, que yo
ya me he librado de esta historia de ser padre o madre
Pero yo creo que esa es la tarea con la que estamos enfrentados, es decir a
inventar. Tenemos que inventar tcnicas de subjetivacin disidente a las que nos
propone no solamente la clnica del XIX que ya no propone casi nada, sino
precisamente a las que nos propone la nueva clnica neoliberal que, esa s, est con
unas propuestas tremendamente agresivas. Antes hablbamos con alguien de la
somateca del ao pasado que me deca me estoy inseminando y qu va, por lo que
estoy pasando Es decir, bueno, por qu no colectivizamos el saber que est
teniendo lugar en estas nuevas clnicas. Sabis que ahora, por ejemplo, si uno
busca inseminarse en el contexto europeo, acaba en Blgica, en Barcelona, o en
Copenhague. De manera que casi uno puede hacer como una cartografa de
circulacin neoliberal de los fluidos reproductivos. Bueno, es decir, pero cmo es
posible. Es decir qu, no hay esperma en otros sitios?es que no?
Fijaos, esa es una de mis propuestas para pensar lo poltico, fijaos, es que dejemos
de pensar el cuerpo y la identidad de manera aislada, es decir que pensemos:
cmo es posible que nos hayamos identificado con esas nociones normativas del
siglo XIX hasta tal punto hasta tal punto que no podamos hacer una gestin
innovadora en el sentido de transformacin social de nuestros propios fluidos y
nuestras propias clulas reproductivas. Bueno, porque claro, es que
histricamente el aprendizaje histrico es que el esperma es un fluido soberano.
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Gloria Anzaldua
La vida en la frontera
Gayle Rubin
Donna Haraway
Manifiesto Ciborg
valeria flores
Dnde es aqu?
Teresa de Lauretis
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