Infidelidad
Infidelidad
Infidelidad
El tema de la infidelidad es muy complejo y es algo que muchos no lo quieren topar, otros
prefieren obviar y otros tantos más lo prefieren torear. Pero este es un hecho de la
cotidianidad humana occidental que se necesita comprender y enfrentar.
A más de ser un tema totalmente cultural y con influencia religiosa, es algo que afecta a
millones de personas diariamente. Les voy a presentar un enfoque sobre el tema y cómo
manejarlo que espero alivie las relaciones y las encause beneficiosamente para las partes.
Para empezar es importante reconocer que la naturaleza del ser humano no es monogámica,
al menos en este punto de su proceso evolutivo/involutivo. Esto NO es una excusa para
aventurarse en relaciones infieles. Es un hecho que nos ayuda a comprender lo mal manejadas
que están las orientaciones modernas de la pareja. La monogamia es un compromiso
adquirido conscientemente y por propia voluntada y se define como:
1 Estado de la persona o animal monógamos: en las sociedades occidentales la monogamia es
el tipo de unión conyugal más habitual.
2 Régimen familiar que prohíbe tener más de una esposa al mismo tiempo. Pero parece que
esto es, hoy en día, un ideal soñado por los humanos que no se ven en capacidad de poder
sostenerlo. La infidelidad, por su parte, no es ni buena, ni mala cuando se la comprende como
un fenómeno cultural pues estoy segura que ese no es un tema de pre-ocupación para las
sociedades en la que los hombres pueden tener más de una esposa. Claro, que en el mundo de
igualdades de este nuevo siglo, en aquellas sociedades debería pensarse no sólo en las esposas
de un hombre sino en los esposos de una mujer, pero esa no es nuestra realidad y, por ende,
nos concentraremos en este tema como es en este lado del planeta.
¿Por qué la gente escoge ser infiel? De hecho hay muchos motivos. Uno de esos puede señalar
que algo no está bien en la relación de pareja. También tiene que ver la falta de creatividad en
las relaciones y como lo comentó Fernando Larrea, un psicólogo con quien analizo
frecuentemente muchos casos: “Por un lado, porque la gente se cansa de la rutina y, por otro,
porque la tentación de obtener placeres nuevos haciendo algo que rompe un pacto, pero sin
que se sepa, trae su propio placer”. Considero que el problema fundamental radica en la falta
de conciencia que cada uno tiene de sí mismo y frente a las relaciones que escoge tener.
Ahora, casi nadie nace sabiendo, como se dice, y esto implica que crecer en edad debería ser
sinónimo de crecer en conciencia y madurez pero, a menudo, no es así. La gente va creciendo
y va teniendo experiencias a las que no se les extrae su enseñanza y, como resultado, se queda
estancada en la comodidad de la superficialidad de la vida. Es la misma comodidad que nos
lleva a comportarnos como víctimas y que nos impide responsabilizarnos de nuestra propia
vida. Pero, lo cómodo y fácil no implica que sea la mejor opción. Más bien, este tipo de
camino, a menudo, es el camino hacia la hoguera.
Si una pareja escoge tener una relación en la que la “infidelidad” es parte de su agenda, y lo es
conscientemente para los dos, ¿podemos hablar de infidelidad? Esto nos lleva a muchas otras
preguntas como: ¿Qué tiene que ver la sexualidad con el amor? ¿Qué es el amor? ¿El amor es
garantía de fidelidad? ¿La fidelidad es un valor o un esfuerzo consciente? Este es un tema que
ha sido parte de la historia humana de siempre y que, en estos tiempos, se la experimenta con
más intensidad por los dos sexos. Hay muchos “valores” tradicionales y se podría decir que
hasta bíblicos, que se han ido perdiendo. Consideremos algunos de los mandamientos
cristianos:
Hay algunas opciones para cultivar la monogamia, si ese es el deseo de la pareja y las
relaciones conscientes están al tope de esta pirámide de opciones. Relación consciente implica
primero y por sobre todas las cosas, una relación auténtica, honesta y lo más posiblemente
clara con uno mismo. Esto es fundamental para poder tener una relación consciente con otra
persona. ¿Por qué? Esto se debe a que si uno no tiene este tipo de relación con uno mismo, lo
que ofrece no será claro, no será confiable, ni ofrece ningún tipo de consistencia. Esto último
es necesario para poder sentir tranquilidad en la relación. Lo óptimo sería toparse con otra
persona consciente que se presente tal y como es y que ofrezca esta consistencia que hace
que las relaciones funcionen.
La base sobre la que se construye las relaciones de pareja es el amor, y la base del amor es el
respeto, la confianza, la transparencia y la verdad. Estos cuatro valores son fácilmente
quebrantados por la cobardía de la mentira, el engaño y la desconfianza. Recuperar esos
valores es extremadamente difícil y es como construir sobre las bases de una casa afectada por
un terremoto que, aunque sigan de pie, han sido sacudidas y seguramente quedan
vulnerables. Usando esta metáfora de la casa, se puede pensar en una segunda opción: si la
pareja tiene los medios, se puede botar todo para construir de nuevo. Los medios aquí
implicarían: una capacidad para perdonar y dejar ir las heridas del pasado, y un deseo de
renovación que saque las fuerzas de las entrañas para lograr un cambio mutuo. Esto es algo
difícil pero no imposible de lograr. A continuación haré un seguimiento del proceso que
vivimos en nuestras sociedades y que refleja el manejo superficial de las relaciones.