Congreso Adeip 2013 Trabajo Sobre Asi

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XVII CONGRESO NACIONAL DE PSICODIAGNSTICO Y XXIV JORNADAS NACIONALES DE ADEIP.

El
diagnstico psicolgico en la actualidad- Subjetividades, contextos e instrumentos
BUENOS AIRES, 3, 4 Y 5 DE OCTUBRE DE 2013
PANEL: EL PSICODIAGNSTICO EN CONTEXTOS VIOLENTOS
TITULO:
VINCULAR

ABUSO SEXUAL INTRAFAMILIAR. UN ABORDAJE Y LECTURA

AUTORAS:

Prof. Lic. Hilda Abelleira (*) y Prof. Psic. Norma Delucca (**)

Institucion de Pertenencia:
(*) Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.
(**)
Universidad Nacional de La Plata
(*) y (**) Ex Peritos psiclogas del poder judicial de la Provincia de Buenos Aire
s
Direcciones
(*) Avda. Caseros N 439 4 B. CABA
Telfono: (011) 4307 8592
(15) 5850 2711
Mail: [email protected]
Titulo De Grado:
Psicloga Clnica
(**)Calle 65 N 977
(1900) La Plata
Telfono: (0221) 451 8084
(15) 508 6151
Mail: [email protected]
Ttulo de Grado: Psicloga Clnica

Introduccion
Nos ocuparemos en este encuentro de conceptualizar y reflexionar sobre las compl
ejidades del Abuso Sexual Infantil Intrafamiliar-o incesto- como situacin incluid
a en un contexto de violencia vincular. Problemtica que ha devenido en los ltimos
aos, en desafo para los profesionales que trabajamos con nios y con familias.
Cuestin silenciada durante mucho tiempo, tal vez por las vivencias de horror que
produce su enfrentamiento.1
El tema de la violencia ejercida al interior de las familias hacia los miembros
ms dbiles, ha ganado espacio en las reflexiones de las Ciencias Sociales en genera
l. Un primer paso fue visibilizarla, para luego analizarla y poder construir est
rategias de cuidado y contencin para los afectados, como de prevencin de nuevas si
tuaciones abusivas. En estas intervenciones, ha sido y sigue siendo fundamental,
abordarlas desde un pensar y hacer interdisciplinarios.
Desde nuestro lugar, centramos la mirada en la trama vincular que hace posible s
u acontecer, as como en las subjetividades en juego
Creemos importante explicitar que en nuestra aproximacin al tema,
privilegiamos dos perspectivas convergentes: por un lado la consideracin de cada
situacin en su singularidad irrepetible, lo que nos aleja de la construccin de per
files tanto del abusado como del abusador- tan jerarquizados en la actualidad- y p
or otro, su evaluacin como una problemtica en la que la complejidad de su sentido
deviene -como dijimos- del anlisis del entramado vincular en que se produce la si
tuacin traumtica. Esta perspectiva, no desaloja las diferencias que hacen a vctima
y victimario, ni deja de considerar tampoco los distintos niveles de responsabil
idad de cada uno de los sujetos implicados.
El aumento de las situaciones donde se atraviesan lmites simblicos que la cultura
transmite para preservar mecanismos de regulacin y diferenciacin de los vnculos, ha
ce del incesto y el abuso una problemtica social. La ausencia de construcciones c

olectivas ordenadoras ante la creciente fragmentacin social, contribuye al proces


o de declinacin de las instituciones de cuidado del nio y por consiguiente al desd
ibujamiento de sus funciones y significaciones. La dimensin social se ha de artic
ular en el anlisis de cada familia, con la consideracin del lugar que cada uno ocu
pa en el grupo, evaluando aspectos que tornan al abuso, en situacin de devastacin
de cuestiones fundantes del ordenamiento familiar.
Pese a las profundas transformaciones producidas en la organizacin de la familia
a travs del tiempo, subsiste la necesidad de mantener la asimetra entre los vnculos
materno y paterno filiales, como garanta de la construccin subjetiva del nio. Los
adultos desde su lugar de poder, la instrumentan al servicio de un saber hacer p
or el hijo, en la lnea de su cuidado y regulacin normativa. Asimetra que en el abus
o, invierte su sentido. Quienes deben transmitir y sostener la diferenciacin, som
eten al nio a una situacin donde se arrasa con todas las legalidades, abusando cru
el y tirnicamente del poder que le confiere dicha asimetra.
Como lo hemos sealado en otros trabajos (Abelleira & Delucca, 2008), en este sent
ido Balier (1999), se refiere a perversidad , ms que a perversin en el abusador, res
altando la violencia de la seduccin, donde no slo se pone en juego el goce, sino l
a crueldad que implica desconocer la necesidad de amparo y ternura del nio, impon
indole la sobreexcitacin sexual traumtica.
La concrecin del acto abusivo y/o su reiteracin en el tiempo, necesita generalment
e de la implicacin
no siempre conciente de la madre o de quien ocupe ese lugar, e
n tanto no oponga un lmite.
Preferimos hablar de participacin ms que de complicidad, en tanto esta ltima denomi
nacin acenta un factor voluntario y activo en un vnculo de simetra en la pareja, que
no es lo que acontece en la mayora de estas familias. Ante las situaciones de ab
uso y violencia en la relacin de la pareja, queda ella misma atrapada en el caos
familiar y con frecuencia destituida de su funcin parental.
Como significativo de los efectos del abuso en la subjetividad del hijo, recorta
mos lo sealado por Tesone (2005): sera para el nio triplemente traumtico: por la int
rusin y sobrecarga del hecho en s mismo; por la excitacin alienante que le produce,
sin acuerdo ni deseo y por la experiencia de desubjetivacin que el abuso implica
. Es frecuente que la sobrexcitacin externa intrusiva, no le permita a posteriori
, discriminar si el estmulo es externo o interno, configurando un estado de perpl
ejidad. E. Giberti (1998), lo define como
un entrelazado sinuoso, difcil para de
senredar, capaz de generar la zozobra que resulta de algo que aparece como inexp
licable y se mantiene cerrado, abroquelado, en un sinsentido invencible .
Por los efectos del acto abusivo al interior de la familia, fundamentalmente en
la subjetividad del nio abusado, pero tambin en las del resto del grupo familiar (
incluido el abusador) as como en los vnculos, en especial los parento-filiales, pe
nsamos que tal situacin se constituye en una catstrofe. Catstrofe en tanto que la
funcin primordial de la familia ha sido destituida, devastada, vaciada
A partir de este hecho ya nada en ese grupo, volver a ser lo que era. El sistema
familiar desmantelado queda impedido- en un principio - de armar otra lgica.
La catstrofe liquida la nocin de estabilidad, proyectando a la dispersin, a lo impr
evisto ominoso. El eje central es la cada de la Ley, de las subjetividades y de l
os vnculos (Abelleira, 2009).
Esta es la situacin imperante en los tiempos del incesto. Se prolongar hasta que a
lguna apertura (denuncia de alguien extra o intrafamiliar) posibilite una inter
vencin interdisciplinaria que de ser eficaz- podr iniciar otro momento en el deveni
r familiar.
Es preciso remarcar, que persiste una resistencia en la comunidad a aceptar como
ciertas las situaciones de incesto intrafamiliar, que son consideradas con frec
uencia, producto de fabulaciones o fantasas infantiles. Pese a que la Declaracin d
e los Derechos del Nio obliga a la instancia judicial a escucharlo , esta escucha en
ms de una ocasin encubre una actitud de descrdito, que se filtra a travs de los int
errogatorios a quemarropa, que desconocen la sensibilidad y la subjetividad infa
ntil, empujndolo al encierro clausurante o a la retractacin, que da cuenta del der
rotero de revictimizacin en que puede quedar atrapado el nio. Como seala Cyrulnik (
1994), la prohibicin del incesto concierne tanto a la interdiccin del acto como a l
a manera de hablar de l .

Al respecto, resulta fundamental plantearse cmo in


tervenir en estas situaciones, tratando de preservar un abordaje cuidadoso y una
metodologa que incluya como con todo nio, herramientas grficas y ldicas para favore
cer la expresin simblica del sufrimiento y que verbalice lo que desee y pueda.
En este desafo del que hemos hablado, resta mucho por hacer.
Lo sealamos, entre otros factores, por el papel central que ha llegado a ocupar e
l empleo de la Cmara Gesell en la investigacin de esta problemtica, fundamentalment
e en la Instancia judicial. Esta herramienta que surge para proteger al nio de inte
rrogatorios judiciales que podran lesionarlo, supone sin embargo la expectativa
de que el experto al entrevistarlo (en ocasiones, en un solo encuentro), reempla
ce dicho interrogatorio por uno ms adecuado con el mismo fin: que en ese acto escen
ificado por el nio y el psiclogo, mirado por abogados y en ocasiones por los propi
os progenitores, se develen los detalles del hecho en s para establecer con certez
a lo sucedido. Su uso impuesto, no reflexivo, corre el riesgo de desalojar nuest
ra funcin que como dijimos - implica aproximarnos al nio respetando sus dificultade
s y sus posibilidades de verbalizacin, dando lugar a la expresin de su conflictiva
de modo simblico a travs de tcnicas ldicas y grficas.
Nuestra funcin nada tiene que ver con interrogar al nio. Nuestra aproximacin, es un
a delicada, compleja y rigurosa investigacin, en la cual el objetivo, como en tod
o abordaje familiar, es develar el sentido singular que para ese nio y esa famili
a tiene el acto incestuoso , evaluar el entramado vincular que lo hizo posible,
y la gravedad de sus efectos.
Y en este contexto, brindamos al nio un espacio y un tiempo del que pueda apropia
rse y en el que se sienta, tal vez por primera vez, escuchado y con posibilidade
s de expresar como pueda, con sus recursos, algo que estaba condenado a silencia
r. Sera el primer paso para empezar a construir algo diferente.
Abordajes eficaces en esta difcil problemtica, requerirn que todos aquellos que int
ervenimos, tanto desde la misma, como desde distintas disciplinas, partamos de u
n campo de anlisis medianamente consensuado, ms all de las diferencias, acerca del
nio y la familia ante la Ley .
Y al mismo tiempo, que en las Intervenciones, tanto intra como interdisciplinari
as, est claro el objetivo de las mismas. Se evitaran as las disputas, superposicion
es o confusiones en relacin al cmo y para qu abordamos al nio y a su familia, que te
rminan esterilizando la Intervencin y arrojando a ese nio al circuito tantico del q
ue pareca intentar escapar.
Mostraremos algunas vietas ilustrativas de abordajes de situaciones de abuso sexu
al intrafamiliar, en las que los nios expresaron las situaciones vividas a travs d
e las herramientas ldicas y grficas ofrecidas.
Se trata de una familia en la que los padres estn separados desde hace un ao,por p
roblemas de violencia conyugal. Tienen dos hijos: Guillermo de 5 aos y Julieta de

3. Viven con la madre y pasan el fin de semana con el padre. La madre comenz a o
bservar que los nios volvan muy alterados de la casa del padre. En una ocasin vio a
l varn jugando a subirse sobre su hermanita y moverse. Lo registr pero no lleg a pr
eocuparla. A las semanas, al regreso de la visita al padre, la madre encuentra a
los hijos jugando con unos muecos, donde uno le meta algo en la cola al otro . Sorpr
endida por la escena, se inicia el siguiente dilogo:
Madre: a qu estn jugando?
Julieta: Estamos fofiando
Madre:
Y qu es eso?
Guillermo: pap nos hace jugar a eso
Madre: con mam tambin juegan as?
Guillermo: No, con vos no ..Pap dijo que no te contramos.
La madre impactada no sigue la conversacin y decide hacer una consulta jurdico-psi
colgica, en un consultorio emplazado en el barrio. Realizada la entrevista conjun
ta de los profesionales con la madre, los psiclogos ven a los chicos. Guillermo a
parece ms inhibido que su hermana. Los profesionales deciden verlos por separado.
En la primera entrevista no surge nada significativo en el juego del nio. Pero J
ulieta, al ofrecrsele la Caja de Juego que contiene muecos de trapo con los que se
puede armar una familia por las diferencias de tamao y sexo (pero sin atributos
genitales explcitos). Los toma, vacila y decide dibujarlos. Dibuja dos figuras ju
ntas : Un Pap y una Mam . Al lado: Una cama con dos muequitos . Que se besan y se van a
ama Psic: Quines son? Julieta: los tacha y se queda en silencio. Luego toma los mueco
s y les levanta la ropa para mirar la zona genital y anal.
En una segunda entrevista conjunta de los hermanos, Julieta vuelve a tomar los m
uecos e invita a su hermano a jugar con ellos. Luego de cierta actitud de duda, G
uillermo se incluye. Lentamente y con una actitud temerosa al principio van arma
ndo una escena, ms desinhibidos, en la que uno de los muecos aplasta al otro, quie
n al principio parece ahogarse y luego comienza a gritar y a pegarle al otro. Ac
se detienen y ante la pregunta de la psicloga acerca de qu haba ocurrido y por qu se
detuvieron, Julieta se pone a lloriquear y Guillermo se encierra en si y se nie
ga a contestar. En la siguiente entrevista conjunta, Julieta vuelve a tomar los
muecos y Guillermo se niega a jugar ante la invitacin de su hermana. Julieta se ll
eva tres muecos debajo del escritorio y se escucha que chocan entre ellos, dicen
cosas inentendibles y no quiere mostrar ni explicar lo que hace. Mientras tanto
Guillermo, toma una hoja y un lpiz y alejado de su hermana y la Psicloga, raya con
fuerza la hoja, se niega a mostrar lo hecho y a continuacin hace un bollo y lo r
ompe.
Transcurridas varias entrevistas ms con diferentes juegos, algunos de los que no
aluden directamente a las escenas iniciales, en una de ellas Julieta expresa en
medio de una escena familiar con los muecos comiendo, Ya no jugamos a eso con Guille
rmo
Psic.: A qu Julieta?
J: - Porque no vamos ms a lo de pap
En este caso, donde queda expresada la escenificacin de un juego ertico genital im
puesto por el padre entre los pequeos hermanos, la madre pudo registrarlo y consu
ltar y pedir una intervencin a tiempo que puso un lmite al abuso, abriendo a la po
sibilidad de que la atencin psicolgica iniciada- tanto con los nios como con la mad
re-, de lugar a una cierta elaboracin de la situacin y se vayan construyendo herra
mientas de prevencin. Pensamos que la posibilidad de adoptar una actitud de cuida
do por parte de la madre, estuvo favorecida por la separacin del agresor, su rest
riccin perimetral mientras se lleva adelante el juicio, y el hecho de que la madr
e cuenta con un contexto familiar ampliado, que la ha apoyado en sus decisiones.

Bibliografa:
Abelleira, H. (2009) El abuso sexual infantil en la familia: catstrofe en los
vnculos. Complejidades del abordaje interdisciplinario. Revista UCES.
Abelleira, H.; Delucca, N. (2008) Condiciones vinculares en el abuso sexual i
nfantil. Actas del II Congreso de Psicoanlisis de las Configuraciones Vincular
es. CABA
Abelleira, H.; Delucca, N. (2004) Clnica Forense en Familias. Historizacin de

una prctica. Buenos Aires: Lugar.


-------(1992) Divorcio y estructura familiar. Revista Actualidad Psicolgica, Juni
o
Alvarez, L. (2001) No puedo ser otra. Incesto, otredad. Revista Actualidad
Psicolgica.
Balier, C. (1999). Psicoanlisis de los comportamientos sexuales violentos.
Buenos Aires: Amorrortu.
Calmels, J. ; Mndez, M. L. (2007) El incesto: un sntoma social. Buenos Aires:
Biblos.
Cyrulnik, B. (1994) El sentimiento incestuoso, en Heritire, F. y otr., Del incest
o,
Buenos Aires: Nueva Visin
Giberti, E.; Lamberti, S. (1998) Incesto paterno-filial. Buenos Aires: Universid
ad
Heritire, F. y otr. (1994) Del incesto. Buenos Aires: Nueva Visin
Molina, A. y Sanz, D. (1999) Violencia y abuso en la familia. Buenos Aires:
Lumen.
Tesone, J. (2005) Incesto: el cuerpo robado. Ponencia Congreso Marplatense
de Psicologa.
Volnovich, J. (Comp) (2002) Abuso sexual en la infancia. Buenos Aires:
Lumen.

XVII CONGRESO NACIONAL DE PSICODIAGNSTICO Y XXIV JORNADAS NACIONALES DE ADEIP. El


diagnstico psicolgico en la actualidad- Subjetividades, contextos e instrumentos

BUENOS AIRES, 3, 4 Y 5 DE OCTUBRE DE 2013


PANEL: EL PSICODIAGNSTICO EN CONTEXTOS VIOLENTOS
TITULO:
VINCULAR

ABUSO SEXUAL INTRAFAMILIAR. UN ABORDAJE Y LECTURA

AUTORAS:

Prof. Lic. Hilda Abelleira (*) y Prof. Psic. Norma Delucca (**)

Institucion de Pertenencia:
(*) Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales.
(**)
Universidad Nacional de La Plata
(*) y (**) Ex Peritos psiclogas del poder judicial de la Provincia de Buenos Aire
s
Direcciones
(*) Avda. Caseros N 439 4 B. CABA
Telfono: (011) 4307 8592
(15) 5850 2711
Mail: [email protected]
Titulo De Grado:
Psicloga Clnica
(**)
(1900) La Plata
Calle 65 N 977
Telfono: (0221) 451 8084
(15) 508 6151
Mail: [email protected]
Ttulo de Grado: Psicloga Clnica
RESUMEN:
TEMTICA PRINCIPAL:
Se abordan las complejidades del Abuso Sexual Intrafamiliar, como una de las for
mas de expresin de la violencia vincular, a la vez que se analiza el sentido de r
econocerlo y visivilizarlo en tanto denuncia y arrasamiento de cierta legalidad
social .
OBJETIVOS:
Son objetivos de esta presentacin: a) realizar un rastreo terico sobre las concept
ualizaciones acerca del Abuso Sexual Infantil ; b) marcar sus efectos devastador
es para los vnculos parento filiales y la subjetividad infantil; c) mostrar mater
ial relevado en entrevistas clnicas y pericias psicolgico-forenses; d) destacar el
aporte de la mirada vincular en el anlisis e interpretacin de dichos materiales,
realizando una lectura de su complejidad, teniendo en cuenta la singularidad de
cada situacin; e) efectuar una reflexin crtica sobre las encrucujadas ticas que plan
tea su abordaje al interior de la institucin judicial.
METODOLOGA Y MATERIAL:
Se presentarn vietas de entrevistas individuales y vinculares para su anlisis, desd
e las conceptualizaciones tericas desarrolladas .
RESULTADOS Y CONCLUSIONES:
La elaboracin realizada pone en evidencia, los diferentes entrecruzamientos que
condicionan y posibilitan la emergencia de esta particular problemtica familiar.
PALABRAS CLAVE:
Abuso mirada vincular
MAIL FERNANDO

campo forense.

Estimado colega:
Nos ponemos en contacto con usted para convocarlo a la ASAMBLEA
GENERAL ORDINARIA que se realizar el da 5 de Octubre de 2013, hora: 12:30, Lugar:
Sala Picasso del Paseo de la Plaza, Av. Corrientes 1660 C.A.B.A., sede del Congr
eso. En archivo adjunto enviamos el Orden del Da.
Saludos cordiales

Ana Mara Bernia


Fernando
Silberstein
Secretaria
Pr
esidente

--

1 Cabe recordar, el giro terico freudiano al abandonar su teora traumtica, motivado


en gran parte por el rechazo de la sociedad cientfica (y tambin por sus propios r
eparos) a su explicacin del origen de la histeria en situaciones traumticas reales
, acaecidas en la infancia (abusos sexuales padres-hijos).
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