Historia Andacollo
Historia Andacollo
Historia Andacollo
ANDACOLLO
Su Historia y Tradicin Religiosa
ANDACOLLO
Su historia y tradicin religiosa
Sergio Pea lvarez
INDICE
Presentacin...........................................................................................................4
Andacollo y su pasado.......................................................................... ... 5 - 18
La evangelizacin del lugar.......................................................................
18 -19
La Doctrina de Andacollo......................................................................... 19 - 20
La Parroquia de Andacollo........................................................................ 20 - 22
Las Fiestas de Andacollo.................................................................................. .22
La Fiesta Grande........................................................................................ 23 - 51
La Fiesta Chica........................................................................................... 52 - 54
Manifestaciones de religiosidad Popular........................................................... 54
La manda o promesa................................................................................... 55 - 60
Las Hermandades Danzantes...................................................................... 60 - 73
Los templos de Andacollo.......................................................................... 74 - 81
Los Claretianos........................................................................................... 82 - 88
Visita de la Virgen de Andacollo a encuentro de religiosidad popular...... 92 - 94
Notas............................................................................................................ 95 - 99
Presentacin
Andacollo y su pasado
otras actividades que no han quedado dos mil. A ste respecto el Licenciado
Fernando de Santilln en su visita a las minas del Norte en 1560 denuncio el
deplorable estado en que se encontraban los indgenas producto del maltrato y abuso
de los encomenderos con estas palabras:
E porque los naturales de la dicha ciudad de la Serena estaban muy
vejados y fatigados de sus encomenderos, usndolos dellos para cargas y
echndolos a las minas a todo, a sus mujeres e hijos, ocupndolos en otros servicios
personales sin dejarle una hora de descanso. (6)
Para solucionar el problema de la mano de obra en la Serena y sus
valles, tanto en las actividades mineras como agrcolas, se trajo indgenas de la zona
de Arauco, capturados en la guerra, o bien apresados en malocas al interior del
territorio araucano. Testimonios de stos sucesos son consignados por Jos Toribio
Medina en sus Documentos inditos para la historia de Chile donde Transcribe
Cartas de Conquistadores o funcionarios al Rey de Espaa o al Virrey del Per
dando cuenta de stos hechos as por ejemplo en el licenciado Melchor de Caldern
escriba al Rey en 1577 entregando noticias de indios mapuches provenientes de
Chilo tomados en la guerra, que en nmero de 400 fueron desterrados a la Serena
para que se ocuparan del trabajo de las minas. Igual situacin refiere el vecino
Gregorio Snchez al Virrey en 1578 que algunos indios pretendieron rebelarse y
algunos fueron ejecutados y otros destinados al trabajo de las minas.
Un ao ms tarde el Conquistador Lorenzo Bernal del Mercado que
junto con Pedro Corts Monroy fueron aguerridos soldados en las campaas de
Arauco, por sus conquistas territoriales y valenta en la guerra, escriba al Virrey
Francisco de Toledo en 1578:
S refiere a que hizo un alto en la campaa blica y por no diferir el
negocio y perder presa se hizo a un tiempo y se tomaron quinientos indios y mucha
gente menuda (nios), la cual se embarc y envi la Serena para que con el trabajo
de sus personas se sustente la guerra. (7)
Otra forma de aprovisionarse de mano de obra era el desplazamiento de
masa laboral desde el sector trasandino hacia la Serena en lo que se indica un
traslado de indios huarpes a trabajar como mitayos en las minas de la regin. El
historiador lvaro Jara en su libro Guerra y Sociedad en Chile da cuenta de ste
proceso en el cual participaban encomenderos trasandinos que se trasladaban a vivir
a Santiago y a La Serena, sacando los indgenas de sus tierras y desnaturalizndolos
perpetuamente. (8)
A parte del traslado de indgenas para solucionar el problema de obra de
mano en los lavaderos de Andacollo, el Gobernador Alonso Garca de Ramn hacia
1585, propuso llevar al lugar todos los negros que importaran los particulares
interesados en la explotacin minera. Fuentes documentales citadas por el historiador
Rolando Mellafe, en su libro La introduccin de la esclavitud negra en Chile,
indican que en el laboreo de las minas del Norte Chico se empelaron esclavos negros
por esa poca. (9)
Sin embargo, la forma ms comn de proporcionarse mano de obra fue
a travs de la institucin de la encomienda, que se consolid en Chile como tal
durante el siglo XVII y signific un aprovisionamiento de obra de mano para minas y
haciendas.
En la regin existan importantes personeros, entre los que se contaban
Pedro Corts Monroy, Diego de Rojas, Fernando de Aguirre, Jernimo Pastene que
mantenan en sus diversos valles y haciendas grupos de indgenas encomendados,
algunos de los cuales estaban en el asiento minero de Andacollo como lo prueba el
libro primero de Bautizos, 1668-1700 donde figuran sus nombres vinculados a los
de los indios bautizados en el lugar.
As encontramos que Diego de Rojas, vecino principal de la Serena,
quien haba solicitado en 1632 la encomienda de indios chiles y diaguitas, estando
los primeros sitos en el pueblo de Sotaqu y los segundos en el pueblo homnimo
situado en el valle de Elqui (10), sin embargo entre las fechas de 1668-1678- el
encomendero mantena indios de ambos grupos en Andacollo entre los cuales
encontramos varios individuos apellidados Llau- LLau que integraban el grupo de
indios chiles, y uno de apellido Diaguita, apellidado as al parecer en relacin con el
topnimo del lugar donde perteneca.
Por su parte el capitn Pedro Corts Monroy, encomendero de la regin,
tambin tena indios de su encomienda ubicada en Huana en el valle del ro Grande
a ms de cien kilmetros de distancia, sitos en las minas de Andacollo, entre cuyos
apellidos anotamos indgenas de origen mapuche como Mellimaguida, Quie lonco,
Manque, Lonco pangue y otros, como tambin algunos de origen quechua como
Amchi y Cocha. Y algunos no identificados como Tabaco y Quelenca. (11)
Tambin otro vecino encomendero, don Fernando de Aguirre,
descendiente por lnea materna del refundador de la Serena, posea indios
encomendados en el valle de Elqui, algunos de los cuales los tena trabajando en
faenas mineras en Andacollo por esa fecha. (12)
Otro gran propietario que traslad indgenas de sus encomiendas de
Limar y Sotaqu , en el valle del Limar, a Andacollo, para laborar minas de oro y
cobre fue Jernimo Pastene y Aguirre, descendiente de Juan Bautista Pastene y de
Francisco de Aguirre y gran propietario agrcola y minero del sector, junto con las
10
aclara que a principios del siglo XVIII, se trat de reactivar la actividad, con
resultados poco alentadores. (17)
Slo en la segunda mitad del siglo citado se descubrieron los minerales
de Jarilla y Majada de Cabritos.Pero con mala fortuna, pues los informes de los
peritos Enviados por la administracin no resultaron favorables, adems por aquellos
das, se crey descubrir un fabuloso mineral de azogue en Punitaqui, desviando la
atencin de la corona y de los mineros hacia aquel lugar, empero todo resulto un
fiasco debido a que las cantidades de azogue no eran las que haban informado los
funcionarios a cargo del asunto y mucho de los recursos invertidos por el estado
fueron a parar a los bolsillos de los mismos.
Adems del lugar donde estaban las minas y lavaderos de oro, se
denomin como Andacollo, un amplio territorio que iba desde los extramuros de
La Serena hasta Tongoy y desde la cordillera al mar. Este se divida en seis
distritos ms pequeos que eran: Andacollo y sus entornos ms inmediatos que
comprenda el pueblo y lugares cercanos, el segundo, el tercero y el cuarto se
encontraban en el valle del ro Hurtado y eran Samo Alto, Higuerillas y Guamalata,
En la costa se encontraban los otros dos distritos que eran Tangue y Camarones.
Este territorio era coincidente con los lmites de la parroquia del mismo nombre de la
que hablaremos en otro lugar.
Segn el Censo de 1738, citado por Eduardo Cavieres en su libro la
Serena en el siglo XVIII, la doctrina de Andacollo presentaba un paisaje de
estancias ubicadas entre las serranas en donde la mayor riqueza de sus habitantes
estaba representada en la posesin de algn tipo de ganado que principalmente
consista en caprinos, ovinos mulares y caballos. Sin embargo la condicin de
ganaderos y viticultores de los propietarios agrcolas, no se contrapona de modo
alguno con la aficin al trabajo de las minas y de las actividades a ella conexas,
como ser el transporte de minerales, el abastecimiento de stas.
El sector de Andacollo contaba de acuerdo al censo de 1778 con una
poblacin de 464 individuos, siendo el grupo mayoritario el de los espaoles con
288, siguiendo el de mulatos con 100 individuos y el de los indios con 76 personas.
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prosperidad del lugar y sus contrastes, que hicieron en un tiempo de Andacollo una
especie de pequea California, con los rasgos propios de un lugar de frontera
donde exista bastante circulante, alcohol, mujeres e imperaba la ley del ms fuerte.
.
3.Calle principal de Andacollo, denominada Urmeneta, hacia 1930. Fotografa Puerta Hermanos,
Archivo del santuario
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resguardo del orden pblico se instalaron Carabineros de Chile con una tenencia en
1932 y la polica de Investigaciones. (33)
Adems se crearon
instituciones civiles de esparcimiento y
sociabilidad, tales como el centro catlico y el club radical en un principio,
agregndoosle luego el centro social y comercial de Andacollo que agrup a vecinos
relacionados con al actividad comercial y otros que se juntaban en as tardes a
realizar actividades de entretencin.
Por la misma poca y producto de los emigrados del Norte Grande se
forman en la localidad partidos de izquierda tales como el comunista y el socialista
que desplazan en importancia a los tradicionales del lugar que eran el partido liberal y
conservador. Adems para la defensa de sus derechos laborales, los obreros crearon
numerosos sindicatos, que estaban afiliados a la confederacin de trabajadores de
Chile (CTCH) por medio de la federacin obrera de Chile (FOCH) controlada por los
comunistas.
Producto de esto, el Frente Popular, agrupacin poltica de izquierda,
alcanz gran fuerza en Andacollo en vspera de la eleccin de Pedro Aguirre Cerda.
Quien una vez electo Presidente, subi hasta el pueblo en el marco de una visita por
la antigua Provincia de Coquimbo.
La bonanza del oro, tambin signific otros progresos para Andacollo.
Tales como la instalacin de servicio telefnico, la pavimentacin con adoquines de
parte de su calle principal que antiguamente era de tierra, y la instalacin de una
planta generadora de luz elctrica.
Asimismo mejoraron las construcciones
de viviendas y edificios
pblicos y se acrecent el comercio local aumentando el nmero de tiendas y
negocios varios que abastecan de todos lo necesario a los habitantes de Andacollo y
de los poblados cercanos.
En la segunda mitad del siglo XX, se incorpor al desarrollo urbano de
Andacollo otros sectores que antiguamente no estaban contemplados, como la meseta
alta al oriente de la ciudad, donde se han construido entre las dcadas del 1980-.90
nuevas poblaciones y conjuntos habitacionales. En este tiempo tambin se paviment
la carretera de acceso a la ciudad y se instalaron dos compaas mineras de cierta
importancia que significaron en algn momento trabajo para cientos de andacollinos.
Actualmente, Andacollo pasa por un periodo de depresin econmica
que ha significado que una parte de su poblacin emigre en busca de trabajo al norte
grande. Esta situacin ha motivado al Gobierno Regional y a la Municipalidad a
implementar algunos polos de desarrollo en el lugar, tales como el turismo a travs
de la construccin de un observatorio comunal, la oferta de una importante actividad
cultural, mediante la construccin de un centro para actividades, la referencia al
pasado minero y religiosos a travs de la construccin de algunos museos de sitio y
el fomento de ferias costumbristas. Por otra parte est el apoyo a los pequeos
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otras expresiones que perduran hasta hoy da, muchas veces no aceptadas por la
Iglesia institucional pero que son parte del acervo y de la fe del pueblo chileno
latinoamericano.
En la regin la presencia de la Virgen estuvo presente desde los
primeros tiempos y al parecer la primera imagen de la Virgen que segn cuenta la
tradicin hallada entre las montaas, fue una pequea imagen de devocin, rescatada
por algn vecino de la Serena al huir del incendio perpetrado por el indgena en
1549.
En cuanto a la labor de la iglesia institucional, esta fue proseguida por el
clero secular, una vez que se hubo asentada la Conquista y organizado la nuevas
dicesis, labor acometida en la de Santiago por el Obispo Medelln, tarea de la que a
continuacin hablaremos.
La Doctrina de Andacollo.
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La Parroquia de Andacollo
De acuerdo a los antecedentes documentales que se conservan en el
archivo parroquial se tienen noticias de la parroquia de Andacollo, slo desde el ao
1668 en que comienza el primer libro parroquial, documento clave que indica la
presencia de sta.
Es nombrada en dichos documentos como parroquia del asiento de minas
de Andacollo y atenda el sector comprendido entre los extramuros de la Serena, la
costa y los interfluvios y serranas que quedan entre Elqui, Hurtado y Limar
A partir del ltimo decenio del siglo XVII. Se le anexiona una parte del
valle de Hurtado que era atendida por la parroquia de Higuerillas sita donde esta
actualmente l tranque de Recoleta y desde ah se atenda el valle del mimo nombre.
Posteriormente se le agrega en el primer tercio del Siglo XVIII, la vice parroquia de
Samo Bajo que anteriormente dependa de Sotaqu al igual que Higuerillas. Ms
tarde el curso inferior del ro Hurtado se desprende por orden de la autoridad
eclesistica de al jurisdiccin de Sotaqu, pasando a incorporarse a la parroquia de
Andacollo que asoma su jurisdiccin hasta la Puntilla de Guamalata, donde limitaba
con la Parroquia de Sotaqu y la de Barraza (35).
De este modo durante el siglo XVIII la Parroquia de Andacollo
comprenda un vasto territorio de50 leguas a la redonda, en total 250 Kms. 2 y que
englobaba dentro de s diversas capillas que en algunos casos servan de
Vice.parroquias, es decir lugares Donde se poda administrar el sacramento del
bautismo, decir misa, celebrar los oficios divinos, administrar los santos sacramentos,
tener pila bautismal, enterrar difuntos y llamar pblicamente a los fieles. (36)
Asimismo se encontraban algunos oratorios en distintos puntos del valle y an del
sector costero. Entre las capillas y oratorios que se encontraban dentro de su
jurisdiccin tenemos:
La capilla de Samo Alto que haca las veces de vice parroquia y que a
partir de 1735 empieza a atender el sector alto del valle del ro Hurtado. (37)
La capilla semi -parroquial de Samo Bajo, la capilla del pueblo de indios de
Guamalata, el convento de recoletos franciscanos de Higuerillas y la semi parroquia
de Tabaquero que aparece en 1782. Los oratorios dentro del territorio de la
parroquia eran:
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lugar a comienzos del citado siglo. Julin Mellet se refera de este modo a la fiesta
de Andacollo:
Todo los aos este templo es visitado por prodigioso nmero de personas que
vienen en peregrinacin hasta de ms de cuarenta leguas. Los peregrinos alojan en
la casa que la cofrada del rosario ha hecho construir y amueblar con este objeto.
La fiesta local dura quince das y se pasan parte en oraciones, parte en diversiones
pblicas, la alegra llega entonces a su colmo y se queman fuegos artificiales, a que
son muy inclinados los habitantes.(57)
Otro documento, esta vez un cuadro, que figura en el atlas histrico de
Claudio Gay da cuenta de la Fiesta de Andacollo del ao 1836. En el se pueden
observar el amplio espacio frente al templo parroquial, por donde transita la
procesin, compuesta de personajes de distintos grupos sociales y profesiones u
oficios, tambin se observa encabezando la procesin un pequeo grupo de bailarines
chinos ejecutando sus caractersticos pasos con sus flautas, abanderado y tambor,
seguido por los turbantes con sus caractersticos sombreros cnicos, guitarras
panderetas y silbatos, un religioso portando una cruz acompaado de un par de
aclitos, y un grupo de nios, le siguen individuos llevando velones de cera, luego
otro clrigo sosteniendo entre sus manos un estandarte, flanqueado por dos nios
revestidos y un conjunto de campesinos y labriegos portando un estandarte, al parecer
miembros de la cofrada de la Virgen del Rosario.
En segundo plano se divisan un conjunto de mujeres de pueblo, un
grupo de clrigos, nuevamente mujeres con mantillas, un baile de chinos danzando a
un costado de la imagen llevada en procesin, seguido luego de algunas devotas
saliendo de la iglesia. Tambin se divisa dos caballeros burgueses vestidos a la moda
de Luis Felipe y cinco corrillos de mineros que miran la procesin. Al fondo en un
costado de la iglesia y en los corredores un gento observa sin perder detalle la
ceremonia.
En este grabado observamos un orden procesional similar al que se
realiza en la actualidad donde los bailes chinos encabezan la procesin y custodian el
anda de la Virgen.
Sin embargo la descripcin ms perspicaz para el siglo XIX nos la
entrega Ignacio Domeyko quien sube a Andacollo en compaa de dos vecinos de la
Serena en la Navidad de 1843.
En Andacollo- se halla la imagen milagrosa de la Santsima Virgen, a la
que visitan todos los aos, el 2 da de Navidad, para pedir su indulgencia los
mineros e incluso los seores ricos, pero sobre todo la pobre gente laboriosa de los
alrededores y de ms lejos.(58)
Este comentario del sabio polaco, resalta una caracterstica que se ha dado
en Andacollo en la larga duracin, que es el carcter popular de la fiesta, aunque no
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excluye a otras personas que participan de este espritu que prima en Andacollo,
como se puede observar en diversos relatos de viajeros y visitantes posteriores.
Contina el relato describiendo su ascensin al centro minero y santuario
popular:
Por el camino nos topamos con muchos mineros todos con su vistosa
indumentaria, cada uno con el martillo y la tabaquera(una vaina donde se guarda la
mecha, la plvora etc. un delantal amarillo detrs, un cinturn azul o negro, un
abigarrado poncho, un gorrito rojo y ojotas amarillas, en una palabra cada un tal
como va al trabajo. (59) Esta vestimenta se observa en la iconografa de la primera
mitad del siglo XIX existente sobre el Norte Chico.
Prosigue Domeyko relatando el carcter de la romera y sealando el
ingente esfuerzo que hacan promeseros y devotos en su ascensin hasta el santuario
mariano.
Los promeseros es decir los que se ofrecieron para la romera. Se
detienen los jinetes se apean de los caballos y mulas y asnos; todos a pie con las
cabezas descubiertas al sol, ms uno unos descalzos o de rodillas, todos van
ascendiendo el cerro, rezando el rosario y detenindose en cada una de las cruces y
altarcillos El camino o ms bien el sendero apisonado por los pies de los
peregrinos, sube muy abrupto a lo largo de media milla y termina en la cima del
cerro desnudo, donde se yergue una cruz ms grande junto a la ltima estacin(60).
Una vez instalado en el pueblo, el visitante polaco, describe el ambiente
de fiesta que all imperaba y como se mezclaban varios elementos
Apenas la mitad del pueblo caba en la larga iglesia ampliamente
iluminada, la otra mitad estaba arrodillada en la acera. Al murmullo de los orantes
juntbase desde la iglesia, los cuantos religiosos con acompaamiento de rgano, y
desde una prxima plaza de mercado, los taidos de arpa, arias amorosas y el
taconeo de los danzantes, haba tambin puestos de venta, altarcillos y en la casa del
mayordomo araas iluminadas y preparativos para el baile(61).
Enseguida, continua relatando los pormenores de la fiesta, con un gran
sentido de observacin describe las actividades.
Desde las aldeas y chozas ms lejanas iban descalzas los indios, es
decir los restos de nativos que conservaron hasta ahora, de la poca precolombina,
el color, los rasgos de la cara, muchas costumbres y hasta el carcter aunque
olvidaron la lengua.(62). Seguramente se refera a los habitantes de los antiguos
pueblos de indios de la regin (Guamalata- Sotaqu- Guana Diaguitas y otros) que
slo en 1823 el gobierno haba ordenado disolver y rematar sus tierras.
Y prosigue Domeyko, en muchas casas en el pueblo se cosan trajes
vistosos para turbanteros y danzantes. En este punto se nota la presencia de la
comunidad lugarea en los preparativos de los bailes.
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la torre sale volando un inmenso dragn, hacia la plaza, donde se estrell con una
inmensa pirmide llena de fuegos de artificio, que en el acto se transform en una
columna de fuego e ilumino las cumbres de las rocas y la inmensa cordillera.. Ms
tarde el pueblo comenz a dispersarse. (64)
Prosigue Ignacio Domeyko desde su privilegiada situacin de
observador participante - indicando que la mayor parte del populacho sobre todo las
mujeres se fueron a descansar para estar preparados para la misa matutina, los
mineros menos escrupulosos y ms despabilados, fueron a las chinganas y la gente
ms culta al baile en casa del mayordomo al que tambin fue invitada mi
persona..Aqu establece la diferencia entre el mundo burgus al que perteneca
elite ilustrada de la Serena y Coquimbo entre las que se contaba Gregorio Cordobs y
otros, y el bajo pueblo minero, que segua sus propios comportamientos de
sociabilidad y en permanente jolgorio y distensin veneraban a la Virgen su patrona,
pero tambin se divertan alegremente bailando y bebiendo, rasgo que proviene de
tiempos coloniales y va a perdurar como una constante durante el desarrollo de
estas fiestas religiosas.
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sagradas, se prolongaban durante tres das enteros y no es fcil contar todas las
pasquinadas y gracias a lo que se entregaban los calaveras del pas: todo esto ha
cesado desde la poca del general Aldunate. No slo se ha prohibido las antiguas
mascaradas, sino que se ha obligado a los que acompaa la procesin vayan de
manera decente. Todo esto ha cesado desde la poca del general Aldunate. No solo
se ha prohibido las antiguas mascaradas, sino que se ha obligado a que acompaan
la procesin a que vayan con compostura y vestidos decentemente.(69)
Esto indica que en el periodo colonial y an en los primeros treinta
aos del siglo XIX, tal como lo indica el Dr. Galleguillos, por informaciones de sus
mayores, en la fiesta y en particular en la procesin, se evidenciaban elementos
carnavalescos y la participacin de los catimbaos que segn descripcin del
mencionado mdico, se vestan con burdas pieles de carnero, y hasta en la cara se
colocaban las tiras de pellejos, de manera que parecan demonios en persona. Pero
a partir de 1836 tal como lo indica el grabado de Gay antes mencionado, no se
observan estos individuos en la procesin, sino slo chinos y turbantes.
Sucesos como la Revolucin de 1851 y 1859 mermaron el peregrinaje
a Andacollo, pero no impidieron el desarrollo de la fiesta, aun en el caso de la
prohibicin de parte de la intendencia de la Provincia de Coquimbo de fines de 1859,
que pes sobre los bailes religiosos el da 25 de diciembre, que fue levantada
mediante la presin que ejercieron los bailes de chinos y danzantes sobre el
subdelegado y finalmente pudieron bailar frente a la Virgen el da 26 y la
celebracin popular se desarroll sin mayor inconveniente.
En la dcada de 1860, merced al sonado milagro de la tullida
Galleguillos que se expandi como reguero de plvora por la provincia de Coquimbo
y alrededores, aument explosivamente el nmero de fieles, promeseros y peregrinos.
Entre los devotos y curiosos asista por aquellos aos el Pbro. santiaguino Juan
Ramn Ramrez quien profundamente impresionado por la devocin, comenz a
indagar y a buscar materiales para la confeccin de la historia de la Virgen de
Andacollo, que publicara en parte a comienzos de la dcada siguiente.
Asimismo, el malestar monetario que hacia 1863 azotaba a la
provincia de Coquimbo rest en su momento solemnidad y brillo a la fiesta, debido a
que los devotos empobrecidos realizaron menos erogaciones y mandas en dinero a
la Virgen de Andacollo. El articulista quien nos refiere esta circunstancia -agrega
que, los nicos beneficiados fueron los ladrones, quienes pusieron en juego su
actividad en algunas tiendas de comercio donde tomaron varias mercaderas, el
dinero que encontraron a mano, an la caja de la cofrada, sufri un intento de robo
que no fructific, pues fueron sorprendidos, pero no capturados(70 )
Otro acontecimiento que contribuy a mermar en un momento la
afluencia de peregrinos a la fiesta tuvo relacin con el horror y la conmocin que
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2.45 que llegaban a Coquimbo entre las tres y las cuatro de la tarde y a La Serena a
las 3.45 y 4 .45. (80).
stos itinerarios se mantuvieron durante toda la segunda mitad del siglo
diecinueve y parte del XX, como se puede observar a travs de los avisos que
colocaba ferrocarriles del Estado en los peridicos locales en la vspera de la fiesta
de Andacollo.
Movimiento similar lo comienzan a realizar a partir de 1889, peregrinos
que se dirigan en tren desde la estacin de Puntilla hasta Andacollo provenientes de
la ciudad de Ovalle y de diversos lugares del interior del valle del Limar
A partir de 1913 con la completacin del trazado del ferrocarril
longitudinal que una el territorio nacional desde Iquique por el norte hasta Puerto
Mont. Por el sur y cuya lnea pasaba por las inmediaciones de Andacollo, los
romeros viajaban directamente en este medio desde sus lugares de origen hasta el
Santuario.
Desde ah se movilizaban a pie, en coches de traccin animal y
posteriormente avanzado el siglo en micros denominadas gndolas, que esperaban a
los pasajeros en la estacin del Pen.
Los precios fijados por ferrocarriles eran rigurosamente respetados, no as
aquellos que cobraban los cocheros que esperaban a los pasajeros, en la estacin
del Pen que especulaban considerablemente con ellos provocando la molestia de
los viajeros tal como lo podemos leer en una crnica de la estrella de Andacollo del
ao 1907:
Prefiero - dice un viajero- no hacer ninguna observacin sobre las
condiciones de transporte de pasajeros hasta l a estacin del Pen por el
Ferrocarril de Coquimbo, durante fiesta. Pero eso s, recibimos- es decir yo i mi
bolsillo- una impresin muy fuerte y bastante desagradable por los precios ms
exorbitantes de los asientos de coches desde el Pen hasta Andacollo. (81)
Esta especulacin tambin continu durante gran parte del siglo veinte
y el actual, debido a que los precios del transporte y de los productos en el lugar
suben considerablemente los das de la fiesta como se puede apreciar a travs de
los avisos de los peridicos y de las quejas formuladas a la prensa por peregrinos y
viajeros.
El acceso por ferrocarril hasta la estacin del Pen, perdur en forma
regular hasta fines de la dcada de 1970, cuando se suprimi la red norte de
ferrocarriles del Estado durante el rgimen militar por considerrsele antieconmica.
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del pas como tambin del Norte Grande al puerto de Coquimbo y se transportaban
en ferrocarril hasta la estacin el Andacollo como lo hemos sealado anteriormente
y de all en coches de alquiler o a pie o a caballo hasta el poblado, y luego avanzado
el siglo XX en vehculos motorizados, por el camino carretero que hacia la segunda
mitad del siglo anterior
trazar el ingeniero Antonio Alfonso, siguiendo
prcticamente la huella colonial.
El mencionado itinerario se continu durante todo el siglo pasado y se
acrecent a mediados de ste, con la construccin entre 1946-1958 de la carretera
panamericana que articul vertebralmente al pas y permiti el desplazamiento de
vehculos motorizados de un punto a otro del territorio. Otro hecho que contribuy a
esto, fue que a partir de la cuarta mitad del siglo XX, comenz hacerse ms masivo
el transporte de pasajeros, lo que oblig a normar de parte de la municipalidad de
Andacollo y de las autoridades los controles carreteros y los itinerarios de subida y
bajada desde Andacollo, Que era ampliamente difundida en la radio y en los
peridicos regionales.
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8. Fieles y peregrinos en plaza de Andacollo. 1920. Foto E, Lorz. Cmf. Archivo del
Santuario.
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9. Multitud frente a la Iglesia de Andacollo hacia 1934.Puerta hermanos. Archivo del santuario.
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de msica, cantando y bailando con redoblada fuerza. Durante el tiempo que dura la
procesin, los fieles disparan centenares de cohetes o tronadores, las campanas de
ambos templos repican agregando de bullicio de miles de espectadores.
A medida que la procesin avanza, los abanderados de las danzas se
agazapan delante de la virgen para batir sus banderas y trozos recitan a la vez
medida que va retrocediendo. Algunos danzantes con banderolas y tamboriles,
recorren el centro de la procesin agitando los unos o haciendo sonar los otros al
comps de brincos y saltos.
Demora ms o menos una hora la procesin durante todo este tiempo y del
que numero de bailes segn los aos oscila entre unos mil o dos mil. (92)
Este rasgo, advertido por Latcham, sigue estando presente en la
actualidad. Aunque a los bailes tradicionales que l observa (chinos, turbantes y
danzantes) se le agregaron en los ltimos 90 aos, otros grupos llamados de
instrumentos grueso, Contando la procesin final con gran nmero de bailes que no
cesan con sus danzas saltos y msica.
Al terminar la procesin, la Virgen se vuelve a colocar en la entrada del
templo, a donde sigue acudiendo gente devota a repetir sus alabanzas hasta avanzada
la noche.- Este aspecto- ya no se observa, pues actualmente luego de la procesin la
Virgen queda al interior del templo.
Durante la dcada del 30 una novela costumbrista titulada Andacollo
tierra del oro y de la Virgen relata la llegada de un grupo de pampinos al trabajo de
los lavaderos, justo en el momento en que en el lugar se celebraba la fiesta grande
sealando el ambiente que all se viva al pasar por la larga feria que se instalaba en
el pueblo:
Un olor a cuerpo a fritangas a comida hirviendo, a frutas maduras o
por pasarse degeneraba frente a algunas puertas en una rfaga entre cida y
vinagre o francamente hedionda a alcohol. Una vaharada aqu, de orines all, de
aguas servidas, elevase con el calorzazo de algunos callejones, Agrguese el
polvillo denso que levantaba aquel trfago y las moscas que, en vano espantaban y
volvan a espantar las venteras y se ver que esa atmsfera era tambin como para
irla cortando con el cuerpo. (93)
Era eso una calle o una feria? El comercio establecido lo haca
tanto mejor. No haba una puerta o ventana sin aprovechar: Rasgos todava frescos
en los muros, por fuera de las batientes, indicaban la premura con que habanse
improvisado ciertos locales. Pizarrillas y cartones colgaban por todas partes
ofreciendo esto y lo otro. Slo algunas tiendas, zapateras y almacenes en grande,
donde abundaban las conservas, exhiban un nombre pintado a brocha gorda en el
frontis. Bajo l pendan cotonas, pantalones de mezclilla, ristras de ollas o sartenes
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o de zapatos de ftbol u otros calzados de mala clase. Cosas de batalla para ese
pueblo urgente que bulla al lado de fuera.(94)
A Rosario y al abuelo- dos de los protagonistas de origen sureo- se les
vino al recuerdo la Fiesta de Santa Rosa de Pelequn, a la que ambos haban
asistido a pagar una manda el ao anterior para que la abuelita, que ya no
distingua la punta de los dedos, recuperara la vista sin necesidad de esa operacin
que haba dicho el doctor. La apretura, el batifondo, las tolderas ese vaho a comida
y los mercachifles con sus altos de baratijas eran los mismos. All tambin se
caminaba sobre papeles, cscaras y otros desperdicios. Hasta los borrachos nada
tenan que envidiarse en autenticidad. Tanto los que zigzagueaban por ah a
topones con medio mundo como los botados en el suelo, al igual que aquellos sobre
los cuales tena casi saltar el seor Obispo de Rancagua en la Procesin final.(95)
Tambin Jos Luis Arrao hace referencia a las innumerables
prostitutas que acudan a la fiesta religiosa atradas por la numerosa concurrencia
masculina.. Este ambiente profano, se confunda con el aspecto ritual y cultual de las
antiguas fiestas religiosas.
Nuestra
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11. Procesin de la Virgen de Andacollo, dcada de 1950. Foto Eugenio Lorenzo. Cmf.
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En este punto, queremos destacar que esta actividad, cada vez va retrocediendo,
pudiendo apreciar uno o dos fotgrafos de este tipo en Andacollo ltimamente,
debido a la aparicin masiva de las maquinas fotogrficas y al cambio en el gusto
de los nios.
Continua Juan Uribe:
La misa mayor esta por concluir. Los danzarines
chinos han copado la nave central de la iglesia. El pichinga levanta su bandera y los
cabeza de baile avanzan en direccin a las andas de la patrona de Andacollo que es
llevada hasta la puerta. (107)
Aqu se inicia la presentacin de bailes religioso que dura toda la tarde
hasta el momento de la procesin. Luego pasa a describir la procesin tal vez el
momento ms importante de la fiesta:
A las 6 de la tarde, despus de la presentacin del ultimo baile se hace
presente el cacique Flix Araya con sus caporales o cabezas de turbantes, danzantes
y chinos. Vienen a buscar a la virgen. Primero la retiran hasta el altar donde esperan
los obispos de la Serena y Valdivia y una cantidad de aclitos y capellanes,
Se organiza la comitiva con las autoridades eclesisticas y los
caciques en primer plano, delante de las andas de la virgen. Detrs de sta llevan a
san Jos y San Isidro Labrador con un gran despliegue de estandartes y palios de
lujo entre los que sobresalen lo que han donado las colectividades chinas de Iquique
y de otros puntos del Norte Grande.
A la entrada de las tres naves de la iglesia, bailan mezclados con frenes
creciente, danzantes turbantes y chinos. Cuando la Virgen y su comitiva suban las
gradas del templo se produce una enorme exclamacin de jbilo, la banda de la
parroquia ejecuta el Himno Nacional y la cancin de Yungay. En la plaza y calles
vecinas se han congregado ms de veinte mil fieles. Los cerros negrean de curiosos y
promeseros. Desde la Torre de a baslica echaban a volar blancas palomas.
Al concierto increble y descomunal de las flautas, tambores, pitos y
guitarra que ejecutan unos dos mil bailarines hay que agregar el estampido de
cohetes y los cantos de las nias de la accin catlica
La plaza Videla se estremece con los saltos, agachadas, avances y
retrocesos de los chinos que son los que llevan la palma en la exhibicin
coreogrfica.
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La Fiesta Chica
Aunque la fiesta del 26 de diciembre es la que da origen a la
peregrinacin, santuario y es la ms conocida. Se celebra en el lugar otra celebracin
en honor a la Virgen y es la que corresponde a la fiesta del pueblo o fiesta chica
como se le llama y se celebra el primer domingo de octubre que corresponde segn el
calendario litrgico y la tradicin de la iglesia universal a la fiesta de Nuestra
Seora del Rosario o Salterio, llamada s debido a que consta de ciento cincuenta ave
maras, que corresponden al salterio de los ciento cincuenta salmos de David. Esta
devocin segn algunos autores es tan antigua como la iglesia porque empez con
ella y fue el primer breviario y las primeras horas cannicas. Sin embargo, el primer
predicador del Rosario de Nuestra Seora, fue Santo Domingo de Guzmn pues l
ense el mtodo de meditar los misterios de la fe, repartidos en tres clases tal como
conoce hoy en da. Tambin contribuy a aumentar la devocin del pueblo espaol
por la Virgen del Rosario, su intercesin a favor de los cristianos en la batalla de
Lepanto contra los turcos en 1571.
Gran importancia tuvo en el reino de Chile la devocin a la santsima
Virgen del Rosario, prueba de ello lo constituy la puesta bajo su advocacin de 54
capillas en todo el territorio (111)
En nuestra regin la orden dominica estuvo presente desde los primeros
tiempos de la conquista con un convento en la Serena en 1557, desde donde salieron
religiosos por valles, quebradas e interfluvios a ensear el rezo del rosario e inculcar
el amor a la Santsima Virgen.
Por otra parte la devocin a la Virgen de Andacollo fue capital para la
promocin y culto de la advocacin en nuestra regin.. En este punto debemos
sealar, que, la mayora de las imgenes que se veneran en los pueblos donde se tiene
por patrona a la Virgen del Rosario corresponde a la estampa que se socializa
despus de 1827, cuando el mayordomo de la cofrada, Pbro. Jos Agustn de La
Sierra, posteriormente primer Obispo de la Serena, viste la imagen con los ropajes
que hoy conocemos.
La popularidad de la advocacin del Rosario y en particular la de
Andacollo, no slo se puede encontrar en las numerosas capillas que se erigieron en
su honor en casi toda la regin y an en lugares ms lejanos de Chile como la
capital, el Norte Grande, el puerto de Valparaso sino adems en otras
manifestaciones de religiosidad que implica devocin, uno de ella tiene relacin con
la presencia del icono de la Virgen de Andacollo en los altares familiares domsticos,
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mediante estampas impresas o imgenes de yeso de la chinita como las llaman sus
fieles y tambin por la presencia iconogrfica en tumbas de cementerios de la
regin, a este respecto queremos anotar un caso singular y dice relacin con la forma
de construccin de tumbas en el pueblo de Cerillos de Tamaya, situado al pie Del
clebre cerro del mismo nombre, que son rplicas en diversos materiales de la
baslica y de la iglesia chica de Andacollo con sus respetivas imgenes entre ellas la
de la Virgen del Rosario.
Esta fiesta al igual que la grande comienza con una novena en
homenaje a la Virgen en el templo parroquial contando con una gran cantidad de
fieles. Es predicada por los padres del Corazn de Mara quienes estn encargados
del santuario. Antiguamente, en la primera mitad del siglo XX, acudan misioneros de
los conventos de Ovalle y la Serena, hoy desaparecidos.
El penltimo da la imagen es sacada en procesin a las seis de la tarde
en medio del entusiasmo indescriptible de miles de fieles que entonaba hermosos y
tradicionales cnticos sagrados, responden las oraciones, irrumpen pletricos en
vivas, vtores y aclamaciones a la Virgen. Parte importante de la procesin la
constituyen los bailes religiosos de la Serena y Ovalle y de poblados cercanos. Luego
de la procesin esta es depositada en el templo grande de Andacollo a donde acuden
los peregrinos a expresar diversos tipos de mandas y promesas y los chinos realizan
sus presentaciones ante la Virgen. Al da siguiente a las 6:30 de la maana se inician
las misas en la iglesia grande de Andacollo conocida desde muchos aos atrs casi
del momento de su construccin como la baslica, teniendo en cuenta para dicha
denominacin su planta de arquitectura pero slo fue instituida cannicamente el ao
1988.
Uno de los actos centrales lo constituye la misa solemne o pontifical que es
oficiada por el Arzobispo de la Serena o a su Coadjutor a las 10 de la maana con
gran afluencia de fieles y promeseros. Luego de esta continan durante toda la tarde
los actos de veneracin a la santsima virgen y el pago de mandas por la promesa
cumplidas por ella.
Durante el da sigue llegando en forma incesante gente de todos los
pueblos de la regin. Muchos de ellos aparte de ir a la iglesia, tambin recorren la
feria comercial que se instala para la ocasin en las calles de Andacollo que en los
ltimos aos ha crecido considerablemente en numero de comerciantes que arriban al
lugar.
A las cuatro de la tarde, sale el anda de la Virgen para iniciar la
procesin que comienza por calle Urmeneta siguiendo el mismo itinerario que en la
fiesta grande, acompaada de los bailes chinos, danzantes, turbantes y los de
instrumento grueso, que danzan en forma admirable. Luego de concluida la
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La manda o Promesa
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divinidad cuando se han agotado o credo agotar todos los medios humanos de
solucin a los problemas.
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este territorio, los cuales se juntaban en Andacollo para la fiesta grande a rendirle
homenaje a la Virgen del Rosario.
En cuanto a su composicin numrica, como en lo relativo a su atuendo
o indumentaria. Podemos observar lo siguiente. Con relacin al primer punto,
constatamos que el nmero de integrantes de un baile en el primer tercio del siglo
XIX y probablemente en los siglos precedentes era de slo siete individuos como lo
indica Domeyko en Mis Viajes(1844)y como se puede apreciar en el grabado del
atlas de Gay, titulado Navidad en Andacollo en 1836.
Posteriormente en la segunda mitad del siglo citado y a fines de ste
aumenta el nmero de los integrantes de grupos o comparsas, siendo los conjuntos
integrados por 30, 50, o hasta 100 personas, principalmente en aquellos lugares
donde existan faenas mineras importantes con gran nmero de trabajadores como el
caso de Panulcillo, Tamaya, Tambillos. Arqueros, la Higuera y otros.
As lo notamos en la fiesta de Andacollo del ao 1905 donde
acudieron 27 bailes Chinos de todo el entorno de la antigua Provincia de Coquimbo.
Congregando a 1400 bailarines. (133)
Siendo los ms numerosos los de Andacollo, que presida Laureano
Barrera, quienes segn la tradicin eran considerados descendientes del indio collo,
y los menos numerosos el baile de Tambillos que era dirigido por Jos Reinoso
compuesto de 22 individuos.
Con relacin a su vestimenta o atuendo el traje original de los chinos
consista en una camisa sin cuello de color blanco, un bonete verde o rojo, una faja
de lana roja, un culero, pantalones verdosos hasta media pierna, un poncho ocre o
azulino con guardas rectas y de calzado ojotas y medias azules o rojas le puede
notar en el Atlas del mismo autor, El cuadro titulado la Plaza de Andacollo de
Mauricio Rugendas, un grabado del libro Chile Ilustrado y un mueco de25 cts. que
se custodia en el museo histrico regional de la Serena.
Probablemente haya sido ste el traje de los antiguos indgenas mitayos
que posteriormente adoptaron mestizos, mulatos y otros, que se transformaron en
peones de minas, en la poca de apogeo de sta actividad en la regin en el siglo XIX
Este traje fue vestido por los mineros, durante casi todo el siglo
antepasado, as podemos apreciar que en el cuadro la fiesta de Andacollo de
Claudio Gay en 1836 el traje de los bailarines chinos no difiere del de otros
individuos que observan la procesin. A fines del mismo el traje minero tradicional
del norte chico cambia, debido a la ropa manufacturada. Quedando slo como
vestimenta o traje ritual o ceremonial utilizado por los bailes chinos slo para las
fiestas religiosas e incluso para ser enterrados con este cuando el bailarn falleca
siendo miembro del grupo danzante.
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14. Chinos y turbantes en Andacollo 1901. Coronacin de La Virgen, Gentileza de Erasmo Pizarro,
Librera Chile Ilustrado. Santiago,
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la podemos observar
17.Baile Chino en plaza de la Iglesia de Andacollo. 1920 foto Codd. La Serena- Archivo del
Santuario.
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Su atavo
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los hombros casi hasta las rodillas, se agitan al viento y casi tapan a toda a toda la
figura. Adems de estas cintas, parte de debajo del bonete un pauelo, generalmente
blanca, de muselina de color claro de seda que esconde una parte del rostro y con el
cual contrastan a veces de un modo harto pintoresco el cutis cobrizo y los negros
ojos del joven danzante.(139)
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que danzar. Al pasar frente a la iglesia la fila se detiene a una sea del capitn,
dando media vuelta cada mitad conducida por un sub. - capitn y volvindose al
mismo lugar colocndose unos frente a otros.
Aqu baila primero el viejo capitn con el sable haciendo reverencia
a la iglesia; despus de l los dos sub. Capitanes con los sables levantados uno
frente al otro girando en torno a s mismo y rindiendo con la espada los honores a
la iglesia. A la vez que sus subordinados les acompaan sacudiendo los cascabeles,
rasgueando la guitarra y brincando. Luego desfila toda la fila tal como haba venido
y su lugar lo ocupa otra.(140)
La procedencia de stos baile, al decir de Domeyko, es de origen distinto
a la de los chinos o servidores. Si no ms bien esta anclada en una realidad de tipo
urbana, vinculada a grupos artesanales de Coquimbo y a gente an de la clase
acomodada de la provincia.
Entre los bailes de turbantes el sabio Polaco describe tres agrupaciones
de ste. El primero organizado en Coquimbo por un piadoso artesano, el segundo de
El Molle en el Valle de Elqui y el tercero, compuesto exclusivamente de labradores
y campesinos de lugares alejados de la regin. Esto contradice la idea expresada por
muchos autores con relacin a un baile nico organizado a instancias del obispo y
que los grupos no eran exclusivamente urbanos. , Sin embargo nunca fueron ms de
tres, como lo podemos apreciar en otros documentos de fines del siglo XIX, de
comienzos y mediados del siglo XX y por observaciones propias a fines del mismo
siglo y comienzos del presente.
El tercer grupo de bailarines tradicionales y propios del Norte Chico,
lo constituyen los Danzantes, que segn varios autores aparecen en 1798 en la
hacienda de Cutn en las cercanas de La Serena. , Que por aquella poca perteneca
al vecino serenense Francisco de Rojas (141) y no a la Marquesa de Guana como se
ha venido repitiendo errneamente por varios investigadores cuando se refieren al
lugar donde apareci este baile.
Los danzantes vestan con traje blanco, una banda terciada de color
azul o celeste y el morrin o bonete del mismo tono, en lugar de cucurucho o bonete
llevaban un morrin cilndrico, adornado con lentejuelas monedas, medallas y cruces,
como tambin de perlas falsas, lentejuelas y mostacillas Bailaban en parejas y
mientras lo hacan tocaban sus instrumentos y cantaban.
El Padre Flix Cepeda, en la crnica parroquial de Sotaqu, antes
citada, al referirse al baile de ellos deca que era mucho ms animado que el de los
otros grupos demostrando gran ligereza de pies. Agregaba el sacerdote que
generalmente cantaban unos versos y despus salan con banderas a danzar de un
modo admirable. (142) En efecto, en un documento que se encuentra en el archivo
parroquial de Sotaqu, nos da cuenta de la estructura funcional del Baile de Danzante
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20. Danzantes frente al atrio del templo grande. Archivo del Santuario
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21.Fotografa de la Plaza de Andacollo a comienzos del siglo XX. Fotografa de E. Lorenzo. Cmf.
En Archivo Mayor Claretiano. Gentileza de Jacinto Semir,
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para la
Dos cuadros del primer tercio del siglo XIX dan cuenta como era el
edificio en aquella poca. El primero de Mauricio Rugendas. Pintor bvaro que se
transform en un verdadero etngrafo a travs de sus pinturas por Chile y otros
lugares del Amrica (Per, Mxico y Brasil). Nos muestra la fisonoma del templo
de Andacollo, presidiendo su plaza, donde se encuentran habitantes del asiento
minero, entre ellos algunos apires, mujeres saliendo de la iglesia, arrieros y hasta el
infaltable perro. Con relacin a la arquitectura de ste podemos observar un templo
de compacta estructura, separado de edificaciones contiguas donde se aprecia su
longitud, que segn algunos autores era de 40 varas de largo, su techo de teja y su
frontis en forma triangular flanqueado por dos torres, proporcionadas a su estructura.
Que terminan en cpulas de media cebolla pintadas en azul, que contrastan con el
blanco de la iglesia pintada a la cal y con el ocre del paisaje circundante.
Se pueden distinguir tambin los contrafuertes que afianzan la
estructura central del Templo. Parecido es el grabado que figura en el atlas de
Claudio Gay, pero con la diferencia es que este ultimo estiliza un poco ms las torres
y las alarga.
En cuanto a la decoracin, en su volumen externo, el historiador Gabriel
Guarda en su libro El Arquitecto de la Moneda Joaqun Toesca 1752-1799, una
imagen del Imperio Espaol en Amrica seala que las iglesias exhibieron fachadas
ataviadas con repertorios usados por el barroco en otros lugares del continente,
aunque igualmente sin la fuerza que en Lima, el Cuzco o Potos, constituyendo
siempre las portadas el motivo de mayor inters. Mientras San Francisco o Santo
Domingo de La Serena, La Compaa en la misma ciudad, la Iglesia Menor de
Andacollo ilustran en escala menor las sutiles diferencias del barroco local. (146)
Esta fisonoma externa sufri transformaciones cuando en 1855, se le
cambian los tambores superiores de las torres y se fortificaron sus murallas,
posteriormente al cuerpo de la iglesia se le ados una construccin que era la
conventual y que subsiste hasta hoy da.
Asimismo la fachada del templo sufre transformaciones, pues se
recubri la piedra de la fachada con un estuco de cemento a principios del siglo
XX, cambiando la luminosidad de la piedra caliza encalada, por el color gris del
material antes citado.
Las torres y la fachada sufrieron daos es4rutruales durante le terremoto
de octubre de 1997 y el templo esta dentro de una lista de iglesias patrimoniales del
norte chico que esperan por su restauracin
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22.Frontis de la Iglesia de Andacollo en la primera dcada del siglo XX. Foto Cood. La Serena.
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23 Foto postal. Interior del templo antiguo de Andacollo 1929. Archivo del autor.
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El Templo Nuevo
El ao 1873 el obispo de la Serena, Jos Manuel Orrego Pizarro,
ordena por decreto eclesistico la ereccin de un nuevo templo en honor a la virgen
del Rosario de Andacollo, en el costado norte de la plaza.
24. Templo grande de Andacollo. Foto postal 1920. Archivo del Santuario.
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Coquimbo, a donde llegaban provenientes desde norte Amrica. Todo el exterior fue
recubierto de hojalata posteriormente pintada. (151)
Delante del templo se encuentra el enorme atrio donde los bailes
religiosos homenajean a la virgen y detrs de ste una planicie cercada, que cuenta
con algunos rboles donde se hospedan los peregrinos.
Mide setenta metros de largo por treinta de ancho, con tres naves,
crucero y cpula, ms dos estrechas bandas laterales que hacen el efecto de otras dos
naves, todo de estilo romano Bizantino. Sobre las bandas laterales recorren
interiormente todo el permetro de los muros una serie de galeras flotantes y por
fuera rodea el edificio un majestuosos prtico con escalinata, todo pavimentado con
grandes losas granticas. La altura de la bveda central alcanza exteriormente los
cuarenta y cinco metros. Sobre la entrada de las naves laterales se elevan dos torres
gemelas que con las otras dos torres y cpulas de la iglesia antigua ofrecen un
soberbio golpe de vista al peregrino. (152)
+
25. fotografa interior del templo grande. 1910. Archivo del Santuario.
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26. Panormica de Andacollo. 1916. Fotografa de Eugenio Lorenzo (E. Lorz) cmf. Archivo del
Santuario.
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Los Claretianos
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propias que van arraigar muy pronto en el pueblo, tales como la de San Judas Tadeo
y la del Corazn de Mara.(155)
En muchas de estas correras apostlicas se van a encontrar con
obstculos e intransigencias, especialmente despus de la Guerra Civil de 1891, pues
algunos prrocos adictos al nuevo gobierno, lo miraban con recelo, por haber sido
leales colaboradores del obispo Fontecilla, tildado de balmacedista y otorgado
asistencia espiritual a las tropas del gobierno depuesto en La Serena y Ovalle
respectivamente. (156)
A lo cual debemos sumarle la actitud de un sector emergente vinculado
al aparato del Estado, a las profesiones liberales y a la masonera, quienes se burlaban
de todo lo que fuera sagrado u oliera a religin. Por ejemplo un clebre anticlerical,
el mdico Juan Serapio Lois, que haca clases en el Liceo de Copiap, remedando a
los curas, les preguntaba a sus alumnos en tono de chanza: Cules son los enemigos
del hombre? A lo que el nio deba contestarleTres; el mundo, la carne y los
frailes(157)
Tambin debieron competir con un obstinado predicador metodista, el ex
jesuita valenciano, Juan Canut de Bon quien recorra los valles del Norte Chico,
buscando adeptos y disputndole terreno palmo a palmo a los padres misioneros.
Poco a poco, los claretianos fueron ganando espacio y abriendo casa
misionales en la Dicesis. Luego de fundada la primera en 1873, en al Serena, se le
sum la de Andacollo en 1900, Coquimbo en 1903 y finalmente Ovalle en 1907.(158)
Uno de los agentes principales en esta labor religiosa fue el notable
misionero, Mariano Avellana Lasierra, declarado venerable por el Papa Juan Pablo II
en 1989. Este sacerdote recorri aldeas, caseros,, campamentos mineros, caletas,
haciendas, pueblo y ciudades: En estas ltimas crceles y hospitales, llevando
consuelo al afligido, aliento al presidiario y esperanza al enfermo. (159)
Dentro de los lugares visitados en su apostolado estuvo Andacollo
donde mision entre1888 y 1893 al igual que otros misioneros claretianos que
predicaban por esos lugares y adems asistan en vsperas de navidad a la fiesta de
Andacollo entre los aos 1873-1900 y ayudaban al prroco en el desarrollo de la
novena y en la administracin de bautismos, confesiones y comuniones y an de
matrimonios cando estos se producan.
Esta presencia misionera en la Dicesis y en la parroquia de Andacollo
que como hemos visto era mucho ms extensa que al presente hizo pensar al Obispo
Fontecilla, en ellos para secundar al prroco de Andacollo y colaborar como
capellanes del Santuario de la Virgen del Rosario. De tal modo que en visita a
Roma en 1899 con ocasin del Concilio Plenario americano, le pidi al superior
General de los claretianos la colaboracin para poner un grupo de religiosos de la
Congregacin en Andacollo, para los fines anteriormente dicho. Luego de algunos
problemas iniciales, la superioridad de la congregacin accedi a la peticin del
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bajaba de tres que se repartan las labores pastorales con la valiosa cooperacin de
los hermanos seglares, misionando de acuerdo a su carisma apostlico por los
confines ms remotos de la parroquia.
Para poder realizar misas e impartir los sacramentos, crearon algunos
oratorios en lugares donde no los haba o estaban deteriorados, as edificaron uno
bajo la advocacin de san Antonio en Maitencillo en 1905 y en 1907 se habilita otro
en el lugar denominado Corral Quemado. (161)
Dos aos ms tarde en 1909 construyeron un oratorio parroquial en el
mineral de Tambillos, la segunda poblacin en importancia de la parroquia, por su
cantidad de habitantes. Adems levantaron una capilla en Caldera en 1911 y al
anexionarse la estancia del Pen a al parroquia de Andacollo crearon una capilla
en las afueras del poblado, que luego por diversos problemas de seguridad del
inmueble, fue trasladado al interior del pueblo. (162)
En la dcada de 1931 con el aumento de la poblacin de Andacollo
producto de la afluencia de obreros y familias pampinas, abrieron una capilla en
Churrumata.
Asimismo continuaron con las labores de atencin del santuario,
para este efecto, fueron paulatinamente adquiriendo inmuebles y propiedades
cercanas al templo parroquial, destinadas a la atencin de los peregrinos a l
santuario, como adems para lasa actividades propias de la cofrada de la virgen
de Andacollo. Tambin se encargaron de ampliar los espacios al interior del
templo como de su ornamentacin y modernizacin.
Los cordimarianos, adems de preocuparse de las labores propias de la
Parroquia y de la celebracin de la fiesta, se encargaron de promover actividades
artsticas y culturales en el poblado, tales como la instalacin de un teatro, la
creacin de una centro catlico de Andacollo y de una importante labor de
propaganda del santuario mariano, para ello idearon a la revista La Estrella de
Andacollo revista apologetica y de propaganda de la congregacin y dur hasta
1911, cuando cambi de carcter y pas a transformarse a partir de esa fecha en
revista general de la congregacin con el nombre de Inmaculado Corazn de
Mara. Continuadora de la revista Estrella de Andacollo fue otra publicacin
denominada Nuestra Seora de Andacollo que comenz el 1 de septiembre de
1928 (163)
En ella se publicaron adems de artculos referente a las fiestas y otros
de actualidad, necrologas de benefactores y amigos de la congregacin, romeras,
poemas religiosos y principalmente testimonios de devotos y peregrinos de la
virgen de Andacollo, Todo esto acompaado de fotografas, dibujos y vietas.
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facilidades del caso para que los alumnos de todos los establecimientos
municipalizados tanto urbanos como rurales, para que asistieran a la Iglesia m
parroquial a recibir charlas entregadas por sacerdotes y seminaristas acerca del
significado de la visita del santo Padre. (166)
En tanto los profesores de las escuelas municipalizadas eligieron el
primero de abril como el da de la paz y el amor y cada establecimiento ofreci onces
a los ancianos y minusvlidos. Y llevaron obsequios y mensajes de los alumnos a los
enfermos del Hospital local. Tambin la Ilustre Municipalidad adquiri un Minibs
que sirvi para trasladar la imagen de la Virgen de Andacollo al encuentro de
religiosidad Popular, este vehculo fue empleado posteriormente en el traslado de la
imagen de la virgen hasta el encuentro de religiosidad con el Papa Juan Pablo II.
Por otro lado los bailes religiosos de la localidad el tradicional chino N 8
y el baile de Chinos N 29 ms otro con el nombre de Juan Pablo II, bajaron hasta la
costa en cantidad de 180 personas con el fin de bailar incansablemente en la vigilia
durante toda la noche ante la imagen de su Chinita. (167)
El Papa fue recibido por las autoridades y la jerarqua eclesistica en el
aeropuerto de la Florida de La ciudad de La Serena. El domingo 5 de abril de 1987.
Posteriormente inici un recorrido por la ciudad, en un vehculo
descubierto preparado para la ocasin, para dirigirse a Peuelas. En la calles de la
ciudad, miles de personas observaban su paso saludndolo con pauelos y vivas
efusivamente.
Al llegar a Peuelas, relata Monseor Bernardino Piera. Testigo de la
visita El colorido de la muchedumbre, el estruendo de los bailes religiosos, el
entusiasmo frentico de la muchedumbre lo impresionaron vivamente, continua el
Prelado Yo que lo haba acompaado en Punta Arenas, en Puerto Montt, en
Concepcin y en Temuco puedo atestiguar que el encuentro de la Serena fue el ms
alegre el ms bullicioso, el ms entusiasta.. Aqu era todo color, sonido, algazara(168)
El tema del encuentro de Peuelas fue Mara y la Religiosidad Popular,
razn por la cual estaba presidiendo la imagen de la Virgen de Andacollo y otra que
se veneran en los diversos pueblos de la regin.
Al llegar al recinto del hipdromo, el Santo Padre recorri las calles del
recinto, saludado y bendiciendo a los enfermos subiendo luego al estrado que haca
las veces de un gran altar al aire libre.
Posteriormente recibi el saludo de un chino danzante en dcimas,
dndole las gracias a Dios por su visita. Posteriormente termina su versificacin
cuando el Santo padre inici una oracin a la Virgen de Andacollo.
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Notas
1. - Jorge Pinto Rodrguez. La Serena Colonial, una ciudad y sus valles hace dos siglos. Ediciones
Universitarias de Valparaso, 1983. Pg. 23.
2. - Juan Ramn Ramrez, Ricardo Latcham. Principio Albas y otros.
3. -Ren Peri Fargestrom: Tongoy La Costa de Los Piratas. Libros Platero.Arte. Imprenta de
Carabineros. Santiago de Chile, Pg. 101
4. - Pedro Marino de Lobera. Crnica del Reyno de Chile. En coleccin de historiadores de Chile y
documentos relativos a la Historia Nacional. T. VI Imprenta El ferrocarril, Santiago 1865. p.78
5. - Cit Por Francisco Solano Astaburuaga . En Diccionario Geogrfico de Chile. Nueva York. 1867.
Pg 13.
6. - lvaro Jara Relacin de lo que el licenciado Fernando de Santilln provey para el buen
gobierno, pacificacin y defensa de Chile 4 de junio de 1559. : en Fuentes para la historia del
trabajo en el Reino de Chile. Tomo I. Pgs. 13 y 14.
7. - Vctor Hugo Pizarro Lorenzo Bernal de Mercado. El Cid de los Andes. Autoedicin. Imprenta
Orinoco. Madrid. Espaa. Noviembre de 2001.Pg 285. Cita original (Archivo General de Indias
Sevilla. Chile .18)
8.- lvaro Jara: Guerra y Sociedad en Chile. Editorial Universitaria. Santiago de Chile 1987. Tercera
edicin. P. 263
9. - Jorge Pinto : Op. cit.Pg 106 y Rolando Mellafe. La introduccin de la esclavitud negra en Chile.
Trfico y rutas. Universidad de Chile Santiago 1959.Pg. 152.
10. -Marisol Palma Para una imagen de Sotaqu (1640-1660) Pg. en RevistaEl Limar y sus
valles. Vol. 1 ao N 1. 1999. Museo del Limar.
11. - Primer Libro de Bautismos. Parroquia de Andacollo Ao 1668- 1797.
12 dem.
13. - Pea lvarez Sergio: La Parroquia de San Antonio del Mar Barraza(1680 1824) Imprenta Sud
americana. La Serena. 1994. Pg. 61.
14. - Flavia Torrealba: Entre el seoro y la adaptacin social seminario de ttulo par optar al grado
de Licenciado en Educacin con mencin en Historia y Geografa. Universidad de l Serena. 1991Pg
15. - citado por Eugenio Choutteau. En Informe de la provincia de Coquimbo 1887
16. - citado por Maximiliano Salinas en Canto a lo divino y religin popular en Chile. Ediciones
rehue Santiago 1991. Pg. 236.
17. - Jorge Pinto R. Op.cit. Pg 107.
18. - Cuadro resumen del Padrn de La Serena. Fernando Balbontn de La Torre. Fondo vario. Vol.
450.
19. -Antonio Alcedo: Diccionario Geogrfico histrico de las Indias occidentales Amrica. 1786.
Tomo I. Pg 94.
20. - Cuadro resumen del padrn de la Serena 1778.
21. - Vicente Carvallo y Goyeneche: Segunda parte de la descripcin histrico Geogrfica del Reino
de Chile. Coleccin de historiadores de Chile y documentos relativos a la historia nacional. Tomo X.
Santiago 1876. imprenta y librera del Mercurio. Pg. 71.
22. - Cuadro resumen del padrn de La Serena 1778
23. -Doc cit publicado por Sergio Pea A y Fabin Araya en. Documentos para el estudio de la
Historia Local y Regional. Imprenta Imograf. Coquimbo 2000. Pgs.64-65
24. - Doc cit- pg 64-65
25. - Doc cit. Pg 64-65
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26. - Capellanas y dems beneficios que reciben los curas de la Provincia de Coquimbo.1811.
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27. - Juan Egaa, Censo de 1813.
28. - Divisin Comunal de la Repblica de Chile. Imprenta Universo Santiago. 1907. Pg...
29. - Enrique EspinosaGeografa de Chile Santiago. 1897. Pg10
30. - Op. cit. Pg.11.
31. -Universidad de La SerenaColosos del Norte Verde. 1981 Pg 65.
32. -Juan Uribe Echavarria.La Virgen de Andacollo y el Nio Dios de Sotaqu. Ediciones
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33. -Mario Araya ValdiviaAndacollo tierra del oro y la amistad mecanografiado
34. -La provincia Eclesistica Chilena. Ereccin de sus obispados y divisin en Parroquias.
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35. -Jos Jess de la Cmara. Cmf. : Nuestra Seora de Andacollo y las doctrinas del Ro Limar en
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36. - Auto de creacin de la Parroquia San Vicente Ferrer. Ao 1678. copia en Archivo parroquial
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37. - Libro I de bautismo 1668-1797. fs 96 v. Archivo Parroquial de Andacollo.
38. - Libro I de bautismo 1668- 1797. fs 249. A.P. A
39. - Visita pastoral de Juan Bravo de Riveros ao 1741 Libro 1 de defunciones Parroquia de Barraza.
Ao 1119-1801. fjs 30v. El Cura Monardes de Manuel Garca Macuada. Ed Jover 1885. Visita del
Obispo Bravo a la parroquia de Andacollo cit por Jorge pinto en La Serena colonial. Pg 76
40. - Libro I de bautismo 1668- 1797. fs 260.
41. - capellanas y censos que perciben los curas de La provincia de Coquimbo. Capitana General Vol.
1042. Fs.124-125
42. - Libro tercero.Cartas del Obispado.1825-1873. Doc. N 3, junio 22 de 1855. Descripcin del
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43. - Boletn Eclesistico. Obispado de La Serena. Talleres Tipogrficos el Chileno. La Serena 1907.
Pg. 464.
44. -Isabel Cruz de Amenbar: La fiesta Metamorfosis de lo cotidiano Ediciones Universidad
Catlica de Chille Santiago 1995.Pg.13.
45. - Mara Loreto Browne Decombes. Fiestas del Corpus y Semana Santa en Chile en el siglo XIX.
Tesis de Licenciatura en Historia. Pontificia Universidad Catlica de Chile ao 2000. Pg.15
46. - Op. Cit. Pg.16.
47. - Isabel Cruz. Op cit.Pg.17.
48. - Op. cit. Pg. 27.
49. - Op. cit. Pg. 27.
50. - Citado por Hilda Lpez en La chinita de la Montaa. Editorial el Cacto Santiago de Chile 1996.
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52. - Marisol Palma: Para una imagen de Sotaqu(1640-1660) Revista el Limar y sus valles. Museo
del Limar. Ovalle 1999. Pg. 48.
53. - Numeracin de los indios del General don Jernimo Pastene y Aguirre que se asientan en el
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56. - Pinto Rodrguez, Op cit.Pg 111.
57. - Julin Mellet Viajes por el interior de la Amrica meridional. Anexo en el libro identidad
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58. - Ignacio Domeyko Mis Viajes. Editorial Universitaria. Santiago de Chile 1977 Pg 547..
59. - Op. Cit. Pg.548.
60. -Op. cit. Pg. 548.
61. - Op. Cit. Pg 550.
62. - Op. Cit. Pg. 551.
63. - Op. Cit. Pg-553.
64. -Op. cit. Pgs. 553-554.
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67.-Domeyko op cit. Pg 561
68. - Op cit Pg 561.
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71. -El correo de la Serena. 22 de diciembre de 1863 ao X N 196.
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75. - Op. Cit. Pg 31.
76. - Op. Cit. Pg 31.
77. - Francisco Galleguillos Un Viaje por La Serena. Andacollo y Ovalle. 1896. Pg 78.
78. - Op. Cit: Pg 78.
79. - Op cit. Pg 79.
80. - El Correo de La Serena. 23 de diciembre de 1862. N 445.
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83. - Mara cristina Hevilla.Fiesta, Migracin y frontera. En Scripta Nova Revista Electrnica de
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84. - La Estrella de Andacollo. Ao 1I. Enero de 1906
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88. - Doc cit. Pg 51
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90. - Op. cit. Pg 206.
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93. - Jos Luis Arrao: Andacollo tierra del oro y de la Virgen. ED del Pacfico. Santiago de Chile.
1966. Pg 20.
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95. - Op. Cit. Pg 21.
96. - Nuestra Seora del Rosario de Andacollo. Ao XVII Nov. Dic. N 307- 308. 1954. Pg. 10
97. -Op. cit. Pg 10.
98- Op. cit. Pg. 11.
99. -Op. cit. Pg 11.
100. -Op. Cit. Pg 12.
101. - Op. Cit pg 12.
102. - Diario el Da de La Serena, jueves 25 de diciembre de 1958. ao XV N 5326.Pg 7.
103. - Diario el da de La Serena. de La Serena.26 de diciembre de 1956 ao XIII N 4597. pg 5
97
104. - Juan Uribe Echavarria. La Virgen de Andacollo y el Nio Dios de Sotaqu Ediciones
Universitarias de Valparaso 1974. Pg 30
105. - Op. cit. Pg 95.
106. - Op cit. Pg 96.
107. - Op cit. Pg 96.
108. -Op. Cit. Pg 107.
109. - Op cit. Pg 108.
110. - Observacin del autor durante las fiestas de 1993- 1994- 1995- 1996- 2001.
111. -Gabriel Guarda. OSB: Iglesias dedicadas a la Santsima Virgen en Chile. 1541-1826. En
Anuario de la Historia de La iglesia en Chile, Vol. 1 N 1 1983. Seminario Pontificio mayor. Santiago
de Chile. Pg 99.
112. - Observacin del autor en fiesta chica oct de 2002.
113. - Documento de PueblaTercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Captulo
Sub. Captulo 3, punto 3,1. N 444, Pg. 161.
114. - Manuel Marzal interpretacin de la religiosidad Popular en Religiosidad y Fe en Amrica
Latina. Santiago 1973. Pg. 78.
115. - Citado por Sergio Pea A. en El Nio Dios de Sotaqu editorial Caburga. La Serena. 1996.
Pg 56.
116. - La Estrella de Andacollo enero de 1906. Pg. 42.
117. - Op. Cit. Pg. 42.
118. - Nuestra seora de Andacollo. Ao IV, N 37septiembre de 1931. Pg. 216
119. - Nuestra seora de Andacollo ao VIII. 1935. N 83. Pgs. 211 -212
120. - Libro de Los sucesos prodigiosos de Nuestra Seora de Andacollo. 1860. Tomo I. Pg 55.
121. - La Estrella de Andacollo 1907.
122. - Revista Nuestra Seora de Andacollo ao X. N 109. Diciembre de 1937. Pg 280.
123. - Libro de los sucesos prodigiosos. Andacollo Tomo I. Pg 40.
124. Mara Loreto Browne: Op. cit. Pg 20.
125. - Nuestra seora de Andacollo N 30 ao VIII junio de 1935. Pg 140.
126. -Jos Prez de Arce. Claudio mercado.
127. - Ignacio Domeyko. Mis viajes. Pg.558.
128. -Op. Cit. Pg 559.
129. - Sergio Pea lvarez: El Nio Dios de Sotaqu. Historia de una tradicin religiosa del valle del
Limar. Editorial Caburga. La Serena. 1996. Pg 62.
130. - Expediente sobre poner en ejecucin en el pueblo de Guamalata el edicto de 7 de febrero de
este ao, relativo a la libertad de los indios de esta encomienda y la restitucin de sus tierras. Vol.
555. fs.3,3v. C G. AN.
131. - Lista de los individuos indgenas que poseen tierras en el pueblo de Guamalata y con quienes
deslindan.Vol. 67. fs 478 y 478 v.
132. - Carlos Aldunate S. El cacicazgo en el Reino de Chile. Pg 179.
133. - La Estrella de Andacollo ao 1906.
134. -Nmina de integrantes del baile chino Tamayino N 2 de francisco Lizardi. 1903
135. - Claudio Mercado: Permanencia y cambio en fiestas rituales del Chile central. En revista
Valles Museo de La Ligua N 1 1995. Pg 14.
136. - Marisol Palma: Ver en Articulo Memoria de un tiempo lejano en Revista valles del Museo de
la Ligua N3. 1997. Pgs. 45-66 y en artculo Para una imagen de Sotaqu (1640- 1660) en revista
El Limar y sus valles. Museo del Limar. Ovalle-Chile. 1999. Pg 43-56.
137. - ver en guerra y sociedad. Encomenderos y estancieros y otros autores.
138. -Claudio Mercado, Op cit. Pg 15.
139. -Domeyko. Op cit. 557.
140. - Op. Cit. Pg. 558.
141. - Gabriel Guarda. OSB: Capillas del valle de Elqui. Universidad Catlica Santiago 1986. Pg
26
98
142. - Flix Cepeda lvarez. CMF: Crnica Parroquial de Sotaqu 1886. manuscrita. Pgs. 10 y 11..
143. - Nmina de Danzantes del baile de danza Tamayino N 2 de Ruperto Barraza 1903.
144. - Entrevista con Isabel Prez. Andacollo 6-10 2002.
145. - Principio Albas, Op cit. Pg 53.
146. - Gabriel Guarda. OSB: El arquitecto de la Moneda, Joaqun Toesca 1752-1799. Una imagen del
imperio espaol en Amrica. Ediciones de la Universidad Catlica. Santiago 1997. Pg 157.
147. -Inventario de la Iglesia de Andacollo. 28 de febrero de 1822. Libro de Cartas del Obispado
1825-1873. Doc N 3.
148. - Principio Albas. Op cit. Pg 55.
149. -Op. Cit. Pg 56.
150. - OP. Cit Pg 57.
151. -Op. Cit. Pg 58.
152. - Revista Nuestra seora de Andacollo N 37. ao IV septiembre 1 de 1931.
153. - Sergio Pea lvarez. Et. Al; Cuatro Estudios sobre la Historia de Ovalle. Ilustre Municipalidad
de Ovalle. 1993. Pg 34
154. - Agustn Cabr Ruffautt. CMF. Mariano o la fuerza de Dios Publicacin de misioneros
claretianos. Santiago 1991. Pg 72.
155. - Sergio Pea A: Op cit. Pg 34.
156. - Agustn Cabr R cmf. : Mariano o la fuerza de Dios.Pag 24.
157. - Gonzalo vial Correa Historia de Chile. Editorial Portada Santiago de Chile. 1981. Tomo. Pg
1163.
158. - Sergio Pea A : Op. Cit. Pg 35.
159. - A Cabr: ver libro Mariano o la Fuerza de Dios Publicacin de Misioneros claretianos. Stgo.
1991
160. - Principio Albas. Op. Cit. Pg. 276.
161. - Op. Cit. Pg 285.
162. - Op. Cit. Pg 283.
163. -Agustn Cabr R. cmf. : Resea leda en Andacollo con ocasin de celebrarse los 100 aos de la
congregacin en la ciudad. Doc. Mimeografiado, Copia en Archivo del arzobispado. De La Serena.
164. - Nibaldo Escalante T. 100 aos de la Iglesia grande de Andacollo. Imprenta La pirmide
diciembre de 1993. Pg. 18.
165. - Diario El Da. Jueves 2 de abril de 1987.Pg 10.
166. - Diario el Da. Jueves 2 de abril de 1987. Pg 10.
167. - Diario el da Jueves 2 de abril de 1987. Pg 10.
168. -Ilustre Municipalidad de La Serena Juan Pablo II pas por La Serena Talleres de
Alguero.Ltda.. Santiago 1988. Pg 25..
169. - Op. Cit. Pg 27.
170. - Diario El da. Lunes 6 de abril de 1987. Pg 10.
171. - EL da de La Serena. Lunes 6 de abril de 1987. Pg 10.
172. - Informacin proporcionada por el seor Hernn Urquieta. Encargado de la oficina de desarrollo
econmico local. I. Municipalidad de Andacollo.
99
100