Adrienne Rich - Continuum Lesbiano

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DUODA Revista dlEstudis Feministes num 11- 1996

ADRIENNE RlCH
Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana.'
( Conclusidn)

- 111 -

He decidido usar 10s terminos existencia lesbiana y continuum lesbiano porque la palabra lesbianismo tiene un aura clinica y limitadora. Existencia lesbiana sugiere tanto el hecho de la presencia hist6rica de las lesbianas como nuestra continua creacion del significado
de esa existencia. Quiero decir que el termino continuum lesbiano
incluye una gama -a lo largo de la vida de cada mujer y a lo largo de
la historia- de experiencia identificada con mujeres; no simplemente
el hecho de que una mujer haya tenido o haya deseado conscientemente una experiencia sexual genital con otra mujer. Si lo ampliamos hasta acoger muchas ms formas de intensidad primaria entre
dos o ms mujeres, incluido el compartir una vida interior ms rica, la
solidaridad contra la tirania masculina, el dar y el recibir apoyo
prgctico y politico, si podemos percibirlo tambien en asociaciones
como resistencia al matrimonio y en la conducta desastrada que ha
identificado Mary Daly (significados obsoletos: <<intratable., ~voluntariosa,,, <<disoluta,,y <<descastada., emujer que no se deja llevar al
g a l a n t e o ~ ) empezamos
,~~
a captar bocanadas de la historia y de la
psicologia femeninas que han estado fuera de nuestro alcance a
'Traducci6n de Maria-Milagros Rivera Garretas.

13
>

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

consecuencia de las limitadas definiciones, clinicas en su mayoria,


de lesbianismo.
La existencia lesbiana incluye tanto la ruptura de un tab como el
rechazo de un modo de vida impuesto. Es, tambien, un ataque
directo o indirecto contra el derecho masculino de acceso a las
mujeres. Pero es mas que todo esto, aunque podamos empezar
percibi6ndola como una forma de decirle que no al patriarcado,
como un acto de resistencia. Ha, por supuesto, incluido el aislamiento, el odio hacia si misma, la crisis, el alcoholismo, el suicidio y la
violencia entre mujeres; idealizamos a nuestra costa lo que significa
amar e ir contra corriente, y entre puniciones enormes; y la existencia lesbiana ha sido vivida (frente a, por ejemplo, la existencia judia o
cat6lica) sin acceso a conocimiento alguno de su tradicidn, su continuidad, su entramado social. La destruccibn de las fuentes, de las
cosas dignas de recuerdo y de las cartas que documentan las
realidades de la existencia lesbiana ha de ser tomada muy en serio
en cuanto sirve de medio para mantener la heterosexualidad como
algo obligatorio para las mujeres, porque 10 que ha sido mantenido
ajeno a nuestro conocimiento es la alegria, la sensualidad, la valentia
y el sentido de comunidad, adems de la culpa, el autoengai70 y el
dolor.46
A las lesbianas se las ha privado histricamente de existencia politica <~incluy6ndolas~~
como versiones femeninas de la homosexualidad
masculina. Equiparar la existencia lesbiana con la homosexualidad
masculina porque las dos estan marcadas negativamente es borrar
realidad femenina una vez ms. Parte de la historia de la existencia
lesbiana hay que encontrarla, evidentemente, donde las lesbianas,
al faltarles una comunidad femenina coherente, han compartido un
tipo de vida social y de causa comn con 10s homosexuales. Pero
hay diferencias: la falta entre las mujeres de privilegios econ6micos
y culturales en comparaci6n con 10s hombres; o las diferencias
cualitativas entre las relaciones femeninas y masculinas: por ejemplo,
10s modelos de sexo an6nimo entre hombres homosexuales, y el
exacerbado prejuicio contra el envejecimiento de 10s canones ho-

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mosexuales del atractivo sexual. Yo percibo la experiencia lesbiana


como una experiencia que, al igual que la maternidad, es profundamente femenina, con opresiones, significados y potenciales especificos que no podremos comprender si nos limitamos a etiquetarla
con otras existencias sexualmente estigmatizadas. De la misma
manera que el termino padres sirve para encubrir la realidad concreta y significativa de ser un padre que es, en realidad, una madre, el
termino gay puede cubrir el objetivo de difuminar la silueta misma de
lo que necesitamos discernir, silueta que tiene para el feminismo y
para la libertad de las mujeres como grupo un valor cruciaL4?
Del mismo modo que el termino lesbiana ha sido reducido, en su
definicin patriarcal, a evocaciones medicas, la amistad y la camaraderia femeninas han sido separadas de lo ertico, limitando tambien
asi lo propiamente ertico. Pero si profundizamos y ampliamos el
marco de lo que definimos como existencia lesbiana, si dibujamos un
continuum lesbiano, empezamos a descubrir lo ertico en trminos
femeninos: como lo que no esta confinado a una nica parte del
cuerpo o slo al cuerpo en cuanto tal; como una energia no solo
difusa sino, en palabras de Audre Lorde, omnipresente en <<la
alegria
compartida, ya sea fsica, emocional o psiquica,~y en el trabajo
compartido; como la alegria potenciadora que <<nas vuelve menos
dispuestas a aceptar la impotencia, o esos otros estados de nimo
inducidos con 10s que no naci, como la resignacin, la desesperanza, la autocancelacin, la depresin, la autonega~in.>>~~
En otro
contexto, escribiendo de mujeres y trabajo, yo he citado el fragmento
autobiografico en que la poeta H. D. describia como fue su amiga
Bryher quien le animo a persistir en la experiencia visionaria que
configuraria su obra de madurez:
<<Sabiaque esta experiencia, estos signos-en-la-pared delante de
mi, no la podia compartir con nadie ms que con la joven que estaba
all, tan valientemente, a mi lado. Esta joven dijo sin vacilar: <<Sigue,>.
Era ella realmente quien tenia el desapego y la integridad de la
pitonisa de Delfos. Pero era yo, abatida y deslavazada... quien veia
las imgenes, y quien leia 10s signos o recibia la visin interior. O

Adrien ne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

quiza, en cierto sentido, la estabamos %viendo),juntas, porque admito que, sin ella, yo no hubiera podido seguir.)>49
Si consideramos la posibilidad de que todas las mujeres -desde la
criatura que mama del seno de su madre hasta la adulta que experimenta sensaciones orgasmicas cuando da de mamar a su criatura,
tal vez rememorando el olor de la leche de su madre en la suya,
hasta dos mujeres, como las Cloe y Olivia de Virginia Woolf, que
comparten un laboratori^,^^ o la mujer de noventa aos que muere
tocada y atendida por mujeres- existan en un continuum lesbiana, nos
podemos ver a nosotras mismas entrando y saliendo de este continuum, tanto si nos identificamos como lesbianas, como si no.
Podemos entonces enlazar aspectos de la identificaci6n con mujeres tan distintos como las amistades descocadas e intimas de las
niiias de ocho o nueve aos y el agruparse entre si de esas mujeres
de 10s siglos XII y XV conocidas como beguinas, que <<compartian
casas, se las arrendaban unas a otras, legaban casas a sus compaiieras de habitaci6n... en las viviendas baratas y compartimentadas
del barrio artesano de la ciudad,. que ~practicabanlas vihudes
cristianas por cuenta propia, se vestian y vivian con sencillez y no se
asociaban con hombres,,, que se ganaban la vida como tejedoras,
panaderas o enfermeras, o gestionaban escuelas de nifias, y que
consiguieron -hasta que la lglesia las oblig6 a dispersarse- vivir
independientes tanto de las restricciones del matrimonio como de
las del convent^.^' Nos permite conectar a estas mujeres con las
mAs celebres <~lesbianas,,de la escuela de mujeres en torno a Safo
en el siglo VI1 a. C., con las sororidades secretas y redes econ6micas
descritas entre mujeres de Africa, y con las sororidades chinas de
resistencia al matrimonio: comunidades de mujeres que rechazaban
el matrimonio o que, si estaban casadas, a menudo se negaban a
consumar sus matrimonios y que pronto abandonaban a sus maridos,
las nicas mujeres de China que no llevaban 10s pies vendados y
que, como nos dice Agnes Smedley, celebraban 10s nacimientos de
hijas y organizaron con 6xito huelgas de mujeres en 10s tiraces de
sedamS2
Nos permite enlazar y comparar instancias aisladas diversas

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de resistencia al matrimonio: por ejemplo, las estrategias de que


dispuso Emily Dickinson, una genia blanca del siglo XIX, con las
estrategias con que cont6 Zora Neale Hurston, una genia negra del
siglo XX. Dickinson no se caso nunca, tuvo tenues amistades intelectuales con hombres, vivi auto-enclaustrada en la acogedora
casa de su padre en Arnherst, y escribi una vida entera de apasionadas cartas a su cuada Sue Gilbert y un bloque menor de cartas
del mismo tipo a su amiga Kate Scott Anthon. Hurston se cas6 dos
veces pero abandon6 pronto a sus maridos, se batall6 su camino de
Florida a Harlem a la Universidad de Columbia a Hait y, finalrnente,
otra vez a Florida, se movi entre 10s mecenazgos blancos y la
pobreza, el exito profesional y el fracaso; sus relaciones de supervivencia fueron siempre con mujeres, empezando por su madre. Estas
dos mujeres, en sus diverssimas circunstancias, fueron ambas resistentes al matrimonio, comprornetidas con su trabajo y su identidad,
y fueron mas tarde descritas como <<apolticas,,.A las dos las atrajeron
hombres de calidad intelectual; a ambas, las mujeres les proporcionaron la fascinaci6n continua y el sustento de la vida.

Si pensamos que la heterosexualidad es la inclinaci6n emocional y


sensual natural de las mujeres, vidas como estas resultan anormales,
patol6gicas o pobres emotiva y sensualmente. 0, en jerga ms
reciente y permisiva, son banalizadas como <<estilosde vida.. Y el
trabajo de esas mujeres, tanto el mero trabajo diario de supervivencia y resistencia individual o colectiva, como el trabajo de la escritora, la activista, la reformadora, la antroploga o la artista -el trabajo
de creaci6n de si- es minusvalorado, o visto como el fruto amargo de
la ((envidia del pene. o la sublimaci6n de un erotismo reprimido o el
insignificante deliri0 de una .odia-hombres*. Pero si giramos la lente
de mira y tomamos en consideracin el grado en que y 10s m6todos
con que la <<preferencia,,heterosexual ha sido realmente impuesta
sobre las mujeres, no s610 podremos entender diversamente el
significado de las vidas y del trabajo singulares, sino que podremos
empezar a reconocer un factor central de la historia de las mujeres:
que las mujeres se han resistido siempre a la tirania masculina. En
todas las culturas y en todos 10s perodos ha resurgido constantemente

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

un feminismo de accin, a menudo -aunque no siempre- sin teoria.


Podemos empezar entonces a estudiar las luchas de las mujeres
contra la falta de poder, la rebeldia radical de las mujeres, no ya en
<<situacionesrevolucionarias concretas. definidas en mas culin^,^^
sino en todas las situaciones que las ideologias masculinas no han
percibido como revolucionarias; por ejemplo, la negativa de algunas
mujeres a producir criaturas, ayudadas, corriendo altos riesgos, por
; ~negativa
~
a producir niveles miis altos de vida y de
otras m u j e r e ~la
ocio para 10s hombres (Leghorn y Parker muestran que las dos
cosas forman parte de la contribucin econmica femenina no reconocida, no pagada y no sindicada). No podemos seguir teniendo
paciencia con la opinin de Dinnerstein que dice que las mujeres se
han limitado a colaborar con 10s hombres en 10s <<pactossexuales.
de la historia. Empezamos a notar conductas que, tanto en la historia
como en la biografia individual, han quedado hasta ahora invisibles o
malnombradas, conductas que, con frecuencia, constituyen, dados
10s limites de la fuerza contraria ejercida en un lugar y tiempo
determinados, una autentica rebeli6n. Y podemos enlazar estas
rebeliones y su necesidad con la pasi6n fisica de mujer por mujer
que esta en el centro de la existencia lesbiana: la sensualidad
ertica que ha sido, precisamente, el hecho mds violentamente
erradicado de la experiencia femenina.
La heterosexualidad ha' sido impuesta sobre las mujeres tanto a la
fuerza como subliminarmente. Pero, en todas partes, las mujeres le
han ofrecido resistencia, a menudo al precio de la tortura fisica, del
encarcelamiento, de la cirugia cerebral, del ostracismo social y de la
extrema pobreza. En 1976, la << heterosexualidad obligatoria)) fue
nombrada uno de 10s <<delitoscontra las mujeresu por el Tribunal
Internacional de Bruselas sobre 10s Delitos contra las Mujeres. Dos
puebas testimoniales procedentes de dos culturas muy distintas
reflejan el grado en que la persecucin de lesbianas es una prdctica
global aqu y ahora. Un informe de Noruega explica:
<<Unalesbiana de Oslo vivia en un matrimonio heterosexual que no
funcionaba, asi que empez a tomar tranquilizantes y acab6 en un

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sanatori0 para ser tratada y rehabilitada... Cuando dijo en un grupo


de terapia familiar que creia que era lesbiana, el mdico le dijo que
no lo era. Lo sabia <<mirandolea 10s ojos,,, dijo el. Tenia 10s ojos de
una mujer que queria acostarse con su marido. De modo que fue
sometida a la llamada ((terapia de divan,,. Se le meti6 en un cuarto
confortablemente caldeado, se la desnudo, en la cama, y durante
una hora su marido se dispuso a... intentar excitarla sexualmente...
La idea era que el tocar tenia que ir a parar siempre en el coito ...
Creci6 en ella progresivamente la aversion. Vomito y, a veces, se
escap6 de la habitacion para evitar el (<tratamiento,,. Cuanto mas
fuertemente afirmaba que era lesbiana, mas violento el coito heterosexual impuesto. Este tratamiento duro aproximadamente seis
meses. Se escapo del hospital, pero la hicieron regresar. Se volvio a
escapar. No ha vuelto por all. Al final se dio cuenta de que habia
sido sometida a violacion forzosa durante seis meses.,,

Y desde Mozambique:
<<Estoycondenada al exilio de por vida porque no quiero negar que
soy lesbiana, que mis compromisos primarios son, y serAn siempre,
con otras mujeres. En el nuevo Mozambique, se considera que el
lesbianismo es un residuo del colonialisme y de la decadente civilizacin occidental. A las lesbianas se las envia a campos de rehabilitacion para que aprendan con la autocrtica la linea correcta sobre s i
mismas... Si se me obliga a denunciar mi amor hacia las mujeres, si
me denuncio, por tanto, podria regresar a Mozambique y unir mis
fuerzas con la dificil y estimulante lucha para reconstruir una nacion,
incluida la lucha por la emancipacin de las mujeres de Mozambique.
Tal y como estan las cosas, o me arriesgo a ir a 10s campos de
rehabilitacion, o sigo en el exilio.,,55
Tampoco se puede dar por supuesto que las mujeres que, como en
el estudio de Carroll Smith-Rosenberg, se casaron y siguieron casadas, pero vivieron en un mundo emotivo y pasional profundamente
o <<eligieran,,la heterosexualidad. Las mujeres
femenino, (<prefirieran,>
se han casado porque era necesario para sobrevivir econmicamente,
para tener hijos que no tuvieran que sufrir penalidades econbmicas u
19

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

ostracismo social, para seguir siendo respetables, para hacer lo que


se esperaba de las mujeres, porque al salir de infancias ((anorrnales,, querian sentirse <<normales,,y porque el enamoramiento heterosexual ha sido representado como la gran aventura femenina, su
deber y su plenitud. Es posible que hayamos obedecido, fiel o
ambivalentemente, a la instituci6n, pero nuestros sentimientos -y
nuestra sensualidad- no han sido ni domados ni contenidos en ella.
No hay pruebas estadisticas de las cifras de lesbianas que han
seguido en matrimonios heterosexuales durante la mayor parte de
sus vidas. Pero en una carta a la temprana publicaci6n lesbiana The
Ladder, la dramaturga Lorraine Hansberry tenia esto que decir:
<<Sospechoque el problema de la mujer casada que preferiria relaciones fsico-emocionales con otras mujeres es proporcionalmente
mucho mas elevado que una estadstica similar para 10s hombres.
(Una estadstica que seguramente no tendra realmente nunca nadie).
Esto porque, siendo el patrimonio de las mujeres el que es, c6mo
podramos siquiera empezar a calcular el numero de mujeres que no
estan dispuestas a correr el riesgo de una vida ajena a 10 que se les
ha ensefiado durante toda su vida a creer que era su destino enatural,,
-Y- su nica expectativa de seguridad ECONOMICA. Parece que es
por esto por lo que la cuestin tiene una inmensidad que no tiene
para 10s homosexuales hombres... Una mujer con fuerza y honestidad
puede, si lo desea, romper su matrimonio y casarse con otra pareja
masculina y a la sociedad le molestara el incremento de la tasa de
divorcio, pero hay pocos sitios en 10s Estados Unidos, de todos
modos, donde ella sera algo remotamente parecido a una ~(marginada,,. Es evidente que esto no es verdad para una mujer que
acabara con su matrimonio para ponerse a vivir con otra m ~ j e r . , , ~ ~
Esta doble vida -esta aparente aquisciencia con una instituci6n fundada en el interhs y la prerrogativa masculina- ha sido tpica de la
experiencia femenina en la maternidad y en muchas formas de
conducta heterosexual, incluidos 10s rituales de seducci6nI la pretensi6n de asexualidad de la esposa decimonnica, el orgasmo
fingido de la prostituta, de la cortesana, de la mujer <<sexualmente

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liberada,, del siglo XX.


The Girl, la novela-documental de la Depresion, de Meridel LeSueur,
es un estudio espeluznante de la doble vida femenina. La protagonista, una camarera de una taberna clandestina de clase obrera en St.
Paul, se siente apasionadamente atraida por el joven Butch, pero sus
relaciones de supervivencia las tiene con Clara, una prostituta y camarera mas vieja, con Belle, cuyo marido es el propietatio del bar, y
con Amelia, una sindicalista. Para Clara y Belle y la annima protagonista, acostarse con hombres es, en cierto sentido, una escapatoria de
la miseria profunda de la vida diaria, un destello de intensidad en la red
gris, implacable y a menudo brutal de la existencia cotidiana:
<<Eracomo si el fuera un imn que me tiraba. Era excitacin, poder y
miedo. Y e1 me perseguia y cuando me encontraba yo huia, o me
quedaba inmvil, quieta delante de el como una idiota. Y me dijo que
no me acercara con Clara al Marigold, donde bailiibamos con desconocidos. Dijo que me dejaria hecha polvo. Lo cual me hizo agitarme y temblar, pero era mejor que ser una cascara que sufre todo el
tiempo y no sabe por que.>>57
El tema de la doble vida aparece a todo to largo de la novela; Belle
recuerda de su matrimonio con el estraperlista Hoinck:
<<Yasabes, aquella vez que tuve un ojo morado y dije que me habia
dado un golpe con el armario, pues lo habia hecho 61, el malparido, y
entonces dice no se lo digas a nadie... Est chiflado, es 10 que est,
chiflado, y no s por que vivo con el, por que le aguanto un minuto
ms en esta tierra. Pero escucha, chica, dijo ella, te dir una cosa.
Me miro y su cara estaba preciosa. Dijo, por Dios, que Dios le
maldiga le quiero es por eso que llevo toda la vida enganchada asil
Dios maldito le q u i e r ~ . > > ~ ~
Cuando la protagonista se acuesta con Butch por primera vez, sus
amigas le cuidan la hemorragia, le dan whiskey y comparan sus
apuntes.
21

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

<<Malapata, la primera vez y me meti en un lio. EI me dio algo de


dinero y vengo a St. Paul donde por diez dlares me meterian dentro
una enorme aguja de veterinari0 y te viene y entonces vuelves a
estar sola... Nunca tuve hijos. Solo he tenido a Hoinck para hacer de
madre, y la hostia de nio que es.>>59
((Luego me hicieron volver al cuarto de Clara y acostarme ... Clara se
acosto a mi lado, me abraz y queria que se lo contara pero queria
hablar de ella. Dijo que empez a 10s doce aos con una panda de
chicos en un cobertizo. Dijo que nadie se habia fijado en ella antes y
que se volvi muy popular ... A ellos les gusta tanto, dijo, por qu no
darselo y que te hagan regalos y te cuiden? Nunca me import6 nada,
ni tampoc0 a mi madre. Pero es lo unico de valor que tiene~.>>~O
La sexualidad equivale, pues, a atencin por parte del macho, que
es carismtico pero brutal, infantil o poc0 de fiar. Pero son las
mujeres las que se hacen la vida llevadera unas a otras, se dan
afecto fisico sin hacerse dao, comparten, aconsejan y se mantienen cerca. (Estoy tratando de encontrar mi fuerza entre mujeres - sin
mis amigas, no podria sobrevivir). The Gir1 de LeSueur tiene paralelismos con la estupenda Sula de Toni Morrison, otra revelacin de la
doble vida femenina:
aNel era la nica persona que no habia querido nada de ella, que
habia aceptado todas sus facetas ... Nel era una de las razones de
Sula para retornar a Medallion... Los hombres ... se habian fundido
en una gran personalidad: el mismo lenguaje de amor, las mismas
distracciones de amor, el mismo enfriarse del amor. Cada vez que
ella introducia sus pensamientos privados en sus frotares y venidas,
ellos entornaban 10s parpados. No le ensefiaron ms que trucos
amorosos, no compartian mas que preocupaciones, no daban m8s
que dinero. Todo ese tiempo habia buscado amistad, y le llev lo
suyo descubrir que un amante no era un camarada ni podria serlo
nunca, para una rnujer.,,
Pero el ultimo pensamiento de Sula en el instante de su muerte es

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((Espera que se lo diga a Nel.,, Y, despues de la muerte de Sula, Nel


contempla su propio pasado:
<<Todoese tiempo, todo ese tiempo, creia que echaba en falta a
Jude.,, Y la perdida le oprimia el pecho y se le subia a la garganta.
<<Fuimoschicas juntas,,, dijo, como si explicara algo. <<Dies, Sula,.
lloro, <<iChica,chica, chicachicachica!,, Era un lloro fino -alto y largopero sin fondo y sin cima, s610 cercos y cercos de dolor.>>61
The Gir1y Sula son ambas novelas que analizan lo que yo llamo el
continuum lesbiano, en contraste con las superficiales o sensacionaLas
l i s t a ~(cescenas lesbianas,, de la narrativa comercial re~iente.~*
dos nos muestran la identificacin entre mujeres inmaculada de
romanticisrno (hasta el final de la novela de LeSueur); las dos
describen la lucha de la obligacin heterosexual por la atencin de
las mujeres, la difusin y la frustracin de la relacin entre mujeres
que podria, de forma ms consciente, reintegrar amor y poder.

- IV-

La identificacin entre mujeres es una fuente de energia, una palanca potencial del poder femenino, recortada y retenida en la institucin
de la heterosexualidad. La denegaci6n de realidad y de visibilidad a
la pasin de mujeres por mujeres, la eleccin de mujeres por mujeres como aliadas, compaeras de vida, y comunidad, la reduccin de
esas relaciones al disimulo y a su desintegracin bajo intensas
presiones, han supuesto una perdida incalculable para el poder de
todas las mujeres de cambiar las relaciones sociales entre /os sexos,
de liberarnos a nosotras mismas y mutuamente. La mentira de la
heterosexualidad femenina obligatoria afecta hoy dia no solo a la
investigacin feminista, sino a todas las profesiones, a todo aparato
critico, a todo curriculum, a todo proyecto de organizacin, a toda
relacin o conversacin sobre la que planee. Crea, concretamente,
una falsedad profunda, hipocresia e histeria en el dialogo heterosexual, porque toda relacin heterosexual se vive bajo la deformadora
luz centelleante de esa mentira. Nos identifiquemos como nos iden23

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

tifiquemos, nos etiqueten como nos etiqueten, aletea por all y distorsiona nuestras vida^.^^
La mentira tiene a innumerables mujeres psicolgicamente atrapad a ~ intentando
,
encajar su mente, espiritu y sexualidad a un texto
prescrit0 porque no pueden mirar rns all de 10s parametros de lo
aceptable. Sorbe la energia de esas mujeres incluso mientras apura
la energia que se agota
la energia de las lesbianas <<escondidas,>:
en la doble vida. La lesbiana atrapada en su <<esconditen,la mujer
aprisionada en las ideas prescritas de to ((normal,, comparten el
sufrimiento del bloqueo de eleccin, de la destruccin de vincules,
de la perdida de acceso a una definicin de si libre y poderosamente
asumida.
La mentira tiene muchos estratos. En la tradici6n occidental, un
estrato -el romantico- sostiene que a las mujeres inevitable (aunque
brusca y tragicarnente) les atraen 10s hombres; que, incluso cuando
esta atracci6n es suicida (por ejemplo en Trist& e lsolda o en The
Awakening de Kate Chopin), sigue siendo un imperativo organico.
En la tradicin de las ciencias sociales, sostiene que el amor primario entre 10s sexos es <(normal,>;que las mujeres necesitan a 10s
hombres como protectores sociales y econmicos, para la sexualidad adulta y para ser psicolgicamente completas; que la familia
heterosexualrnente constituida es la unidad social bsica; que las
mujeres que no vinculen con hombres su intensidad primaria deben
ser condsnadas a una ajenidad todavia rns devastadora que su
marginalidad como mujeres. No es de extrafar que se diga que las
lesbianas son una poblacin ms oculta que 10s homosexuales. La
critica negra y lesbiana feminista Lorraine Bethel observa, escribiendo
sobre Zora Neale Hurston, que para todas las mujeres negras -que
ya son doblemente extranjeras- es enormemente problematico el
decidirse a asumir otra ~(identidaddetestada,,. Aun asi, el continuum
lesbiano ha sido una linea vital para las negras tanto en Africa como
en tos Estados Unidos.
<<Lasnegras tienen una larga tradicin de relacin entre si... en una

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comunidad negralde mujeres esa ha sido una fuente de informacin


vital para la supervivencia, de apoyo psquico y emocional para
nosotras. Poseemos una cultura popular negra especifica identificada con mujeres, basada en nuestra experiencia como mujeres negras en esta sociedad; smbolos, lenguaje y formas de expresin
que son propias de la realidad de nuestras vidas...
<<Puestoque las negras raras veces han estado entre 10s negros y
las mujeres que lograron acceder a la expresin literaria y a otras
formas reconocidas de expresin artstica, esta vinculacin femenina negra y esta identificacin entre negras han quedado con frecuencia ocultas y sin memoria, si se exceptan las vidas singulares
de las negras a travs de nuestros propios recuerdos y de nuestra
propia tradicin femenina negra.>>64
Otro estrato de la mentira es la suposicin, frecuentemente oida, de
que las mujeres recurren a mujeres porque odian a 10s hombres. Un
profundo escepticismo, precaucin y justa paranoia pueden, sin
duda, formar parte de la sana respuesta de cualquier mujer a la
misoginia de la cultura machista, a las formas de sexualidad masculinamente asumidas como <<normales>>,
y a la incapacidad incluso
de hombres c~sensibles=o c~politicos~
de percibir o considerar todo
eso preocupante. La existencia lesbiana es representada, tambin,
como simple refugio frente a 10s abusos masculinos, en vez de como
una descarga elctrica y potenciadora entre mujeres. Uno de 10s
fragmentos literarios citados con mas frecuencia sobre relaciones
lesbianas es ese en que la Renee de Colette, en La vagabunda,
describe <<lamelancolia y la emocionante imagen de dos criaturas
dbiles que quizA han encontrado cobijo en 10s brazos de la otra,
para ahi dormir y Ilorar, al abrigo del hombre que es a menudo cruel,
y para probar ahi, mejor que un placer, la amarga felicidad de sentirse semejantes, frdgiles y olvidadas>>[mi ~ u b r a y a d o ]A. ~Colette
~
se la
suele considerar una escritora lesbiana. Su reputacin popular tiene,
yo pienso, mucho que ver con el hecho de que escribe sobre la
existencia lesbiana como si fuera para un publico masculino; sus
primeras novelas <<lesbianas>>,
la serie de Claudine, fueron escritas
25

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

por obligaci6n para su marido y publicadas con el nombre de 61 y de


ella. En cualquier caso, excepto en sus escritos sobre su madre,
Colette es una fuente menos fiable de continuum lesbiano que, yo
diria, Charlotte Bronte, la cua1 entendi6 que aunque las mujeres
pueden o, mhs bien, tienen que ser entre s i aliadas, mentoras y
consoladoras en la lucha femenina por la supervivencia, hay un
deleite bastante extrao en la mutua compaia y una atracci6n entre
sus mentes y mutuo carhcter, que esperan reconocimiento de 10s
potenciales de cada una de ellas.
Por lo mismo podemos decir que hay un contenido politico feminista
naciente en el acto de elegir a una mujer como amante o compafiera
de vida, confrontando la heterosexualidad institu~ionalizada.~~
Pero
para que la existencia lesbiana configure este contenido politico en
una forma finalmente liberadora, la opci6n er6tica ha de profundizarse
y ampliarse hasta una identificaci6n consciente con mujeres: hasta
el feminismo lesbiano.
La tarea que tenemos delante, la de desenterrar y describir lo que yo
llamo aqu <<existencialesbiana,,, es potencialmente liberadora para
todas las mujeres. Es una tarea que tiene, sin duda, que superar 10s
limites de 10s Estudios de Mujeres occidentales blancas de clase
media para analizar las vidas, trabajo y agregaciones de mujeres en
todas las estructuras raciales, tnicas y politicas. Hay, ademhs,
diferencias entre ((existencia lesbiana)) y <(continuumlesbiano)), diferencia~que podemos distinguir incluso en el movimiento de nuestras propias vidas. Sugiero que el continuum lesbiano requiere ser
configurado a la luz de la (<doblevida), de las mujeres, no s610 de las
mujeres que se autodenominan heterosexuales sino tambikn de las
que se autodenominan lesbianas. Necesitamos narrativa mucho
mAs exhaustiva de las formas que ha tomado la doble vida. Las
historiadoras tienen que preguntarse en cada caso como ha sido
organizada y mantenida la heterosexualidad como institucin mediante la escala femenina de salario, la imposicin de <<ocio,)a las
mujeres a clase media, la mitificaci6n de la Hamada liberacin sexual,
la exclusin de las mujeres de la educacion, la imagineria del ((arte

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culto>,y la cultura popular, la mistificacin de la esfera <<personal>>,


y
mucho mas. Necesitamos una economia que abarque la institucin
de la heterosexualidad, con su doble jornada para las mujeres y sus
divisiones sexuales del trabajo, como la forma mas idealizada de las
relaciones econmicas.
Saldr, sin lugar a dudas, la pregunta: itenemos entonces que
condenar todas las relaciones heterosexuales, incluidas las menos
opresoras? Creo que esta pregunta, aunque a veces sentida de
corazn, es aqu la pregunta inadecuada. Se nos ha atrapado en un
laberint0 de dicotomias falsas que nos impide captar la institucin en
su conjunto: matrimonios <<buenos,>y <<malos,,; <<matrimoniopor
amor>>versus matrimonio pactado por otros; sexo <<liberado>>
versus
prostitucin; coito versus violacion; Liebeschmerz versus humillacin
y dependencia. Existen, por supuesto, diferencias cualitativas de
experiencia dentro de la institucin; pero la falta de opcin sigue
siendo la gran realidad no reconocida; y en ausencia de opcin, las
mujeres seguiran dependiendo del azar o de la suerte de las relaciones
concretas y no tendran poder colectivo para determinar el significado
y el lugar de la sexualidad en sus vidas. Ademas, al dirigirnos a la
institucin en cuanto tal, empezamos a percibir una historia de
resistencia femenina que nunca ha sido plenamente entendida como
tal porque ha estado tan fragmentada, mal nombrada, borrada...
Hara falta aferrar valientemente la poltica, la economia y, tambien,
la propaganda cultural de la heterosexualidad para trasladarnos mas
allh de 10s casos singulares o de la diversidad de las situaciones de
grupo hasta el tipo complejo de visiongeneral necesaria para deshacer
el poder que 10s hombres ostentan en todas partes sobre las mujeres,
poder que se ha convertida en modelo de todas las demas formas de
explotacin y de control ilegitimo.
APENDlCE

En 1980, Ann Snitow, Christine Stansell y Sharon Thompson, tres


estudiosas y activistas feministas marxistas, hicieron una convocatoria
pidiendo trabajos para una antologia de la poltica sexual. Como
27
2

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

acababa de terminar, para <<Signss,Heterosexualidadobligatoria, les


envi6 el manuscrit0 y las pedi que lo tuvieran en cuenta. Su antologia, Powers of Desire, fue publicada en 1983 por la Monthly Review
Press New Feminist Library e incluy mi articulo. Durante ese tiempo, las cuatro mantuvimos correspondencia, pero yo no pude aprovechar plenamente ese dialogo por motivos de salud y de una
intervencin quirrgica. Con su permiso, publico aqu fragmentos de
esa correspondencia con el fin de seiialar que mi articulo habria que
leerlo como una aportacin a una larga exploracin en curso, no
como mi ltima palabras sobre poltica sexual. Tambikn, remito a
quien tenga inter6s a la obra Powers of Desire.
Querida Adrienne:
... En una de nuestras primeras cartas, te dijimos que estabamos
comprobando que 10s parametros del discurso sexual feminista de
izquierda eran mucho mas amplios de lo que nos imaginhbamos.
Desde entonces, hemos notado lo que creemos que es una crisis en
el movimiento feminista en torno al sexo, un debate cada vez mas
intens0 (aunque no siempre explicito) y un cuestionamiento de presupuestos que antes se daban por supuestos. Aunque nos da miedo
la vinculacin entre sexo y violencia, como les pasa a las ~Mujeres
Contra la Pornografia,,, querriamos entender mejor sus fuentes en
nosotras mismas ademds de en 10s hombres. En la era Reagan, no
nos podemos permitir el lujo de mitificar viejas normas de sexualidad
virtuosa y moral.
En tu texto planteas la pregunta de que elegirian las mujeres
en un mundo no gobernado por el patriarcado y el capitalismo.
Estamos de acuerdo contigo en que la heterosexualidad es
una institucin creada entre esas piedras de molienda, pero
no Ilegamos, por ello, a la conclusin de que sea una creaci6n
totalmente masculina. Tu s610 le dejas sitio al protagonismo
histrico femenino en tanto que las mujeres existan en el
continuum lesbiano, mientras que nosotras defenderiamos que
la historia de las mujeres, como la historia de 10s hombres, la
crea una dial6ctica de necesidad y eleccin.

DUODA Revista d'Estudis Feministes nm 11- 1996

Nosotras tres (una de las cuales es lesbiana, dos heterosexuales)


teniamos preguntas sobre tu uso del termino <<falsa
conciencia. para
la heterosexualidad de las mujeres. En general, creemos que el
modelo de falsa conciencia nos puede impedir ver las necesidades y
deseos de que constan las vidas de quienes sufren opresi6n. Puede
llevar, tambien, a un facil negar la experiencia ajena cuando esa
experiencia es distinta de la nuestra. Nosotras proponemos, en
cambio, un modelo social complejo en el cual toda vida er6tica es un
continuum que incluye, por tanto, relaciones con hombres.
Lo cual nos lleva a esta metfora del continuum. Sabemos que eres
poeta, no historiadora, y estamos toda la vida a la espera de leer tus
metaforas (y nos alzamos ms rectas como feministas, como mujeres, por haberlas leido). Pero la metafora del continuum lesbiano se
presta a todo tipo de malentendidos, y estos tienen a veces consecuencias politicas raras. Por ejemplo, Sharon informa de que en un
encuentro reciente sobre la lucha por el derecho al aborto, las
nociones de continuum surgieron varias veces en el debate y sufrieron transformaciones que causaron divisin. En general, la nocin
de que existian dos maneras de estar en el mismo continuum fue
interpretada como que queria decir que esas dos maneras eran la
misma. Desapareci el sentido de gama y de gradacin que tu
descripcin evoca. El lesbianismo y la amistad entre mujeres pasaron a ser exactamente lo mismo. De forma similar, la heterosexualidad y la violacin se convirtieron en lo mismo. En una de las varias
versiones del continuum que se desarrollaron, se aiadi una pendiente, mas o menos asi:
Lesbianismo
\sexo

con hombres,
sin penetracion
-sexo

con hombres,
penetracion \L
Violacin

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

Este continuum en pendiente les llev6 a quienes 10 propusieron a la


siguiente conclusi6n: una estrategia apropiada y viable de derecho
al aborto es informar a todas las mujeres de que la penetraci6n
heterosexual es violaci6n, sea cual sea su experiencia de 10 contrario. Todas las mujeres reconoceran inmediatamente la verdad de
ello y optaran por la alternativa de la no-penetraci6n. La lucha por el
derecho al aborto se simplificar& de este modo en una lucha contra
el sexo impuesto y sus consecuencias (puesto que ninguna mujer
ilustrada se dejaria penetrar voluntariamente a no ser que el objeto
fuera la procreaci6n: una visi6n que suena peculiarmente cat6lica).
Quienes proponian esta estrategia eran mujeres jovenes que han
trabajado duro en el movimiento por el derecho al aborto durante 10s
ultimos dos aos o mas. Tienen poca experiencia pero mucha dedicaci6n. Es por esto que tomamos en serio su lectura de tu trabajo.
No creemos, sin embargo, que proceda solamente, o ni siquiera en
absoluto, del trabajo en si. Un origen igual de probable es la tendencia
a dicotomizar que ha envenenado el movimiento de mujeres. El
origen de esta tendencia es mas difcil de rastrear.
En este sentido, nos intrigan las alusiones en Heterosexualidad
obligatoria a la doble vida de las mujeres. Defines la doble vida como
<<laaparente aquisciencia a una institucin que se basa en el interks
y la prerrogativa masculina.,, Pero esta definicin no explica realmente
tus otras alusiones: por ejemplo, a la ((intensa mezcla,, de amor e ira
en las relaciones lesbianas y al peligro de mitificar 10 que significa
<<amary actuar contra corriente),. Pensamos que estos comentarios
plantean cuestiones extremamente importantes en este momento
para las feministas; el problema de la divisin y la ira entre nosotras
requiere que se airee y se analice. Es este, tal vez, el tema de una
pieza que tienes entre manos?

... Nos sigue encantando la posibilidad de tener un encuentro contigo en 10s pr6ximos meses. iPodra ser? ... Nuestros saludos y apoyo
en todo 10 que emprendas.

DUODA Revista dfEstudis Feministes num 11-1996

Con amor,
Sharon, Chris y Ann
Nueva York, 19 de abril de 1981
Queridas Ann, Chris y Sharon:
... Me alegra volver a estar en contacto con vosotras, vosotras que
habeis sido tan fielmente pacientes, generosas y constantes. Por
encima de todo, es importante para m i que sepais que ha sido la
mala salud, y no un distanciamiento por diferencias polticas, lo que
ha retrasado mi respuesta...
<<Falsaconciencia)) puede, estoy de acuerdo, ser utilizada como
termino para desechar cualquier cosa que no nos guste o no aprobamos. Pero, como intente demostrar con cierto detalle, hay un
sistema real e identificable de propaganda heterosexual, de definir
que las mujeres existen para el uso sexual de 10s hombres, que va
o ((imaginaria
ms alla de <<papelsexual,, o estereotipo de (<genero)>
sexista,,, hasta incluir un vasto nmero de mensajes verbales y no
verbales. Y a esto yo le llamo ((control de conciencia>>.La posibilidad
de una mujer que no exista sexualmente para 10s hombres -la
posibilidad lesbiana- se entierra, se borra, se tapa, se distorsiona, se
le tergiversa el nombre y se le echa bajo tierra. Los libros feministas
(Chodorow, Dinnerstein, Ehrenreich y English, y otras) con 10s que
entro en poemica al principio de mi articulo contribuyen a esta
invalidacion y cancelacion, y en cuanto tales son parte del problema.
Mi articulo se basa en la creencia de que siempre pensamos desde
dentro de 10s limites de ciertos acornodos (generalmente relacionados con un privilegio, racial, cultural y economico adems de sexual)
que se nos presentan como <<louniversal,,, ((10 que las cosas son),,
((todas las mujeres,,, etc. etc. Yo lo escribi igualmente desde la
creencia en que haciendonos conscientes de nuestros acornodos
tenemos ciertos tipos de opciones, de que podemos y debemos
reeducarnos. Nunca he sostenido que las feministas heterosexuales
vayan por la calle en un estado de falsa conciencia o ((lavado de
cerebro,,. Ni me han parecido profundas ni tiles frases como
~acostarsecon el enemiga,,. Homofobia es un termino demasiado

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

difuso y no nos ayuda mucho a idenficar y a hablar del acomodo


sexual del feminisme heterosexual. En este estudio yo intentaba
pedirles a las feministas heterosexuales que analicen antagonista y
crticamente su experiencia de la heterosexualidad, que critiquen la
instituci6n de la que forman parte, que luchen con la norma y sus
implicaciones para la libertad de las mujeres, que se abran mAs a tos
considerables recursos que les ofrece la perspectiva feminista lesbiana, que se nieguen a acomodarse al privilegio personal y a la
solucin de la ebuena relaci6n)) individual con la instituci6n de la
heterosexualidad.
Por lo que se refiere al <<hacerhistbrico femenino),, yo queria,
precisamente, sugerir que el modelo victimista es insuficiente, que
hay una historia de actuaci6n y de opcin femenina que ha efectivamente retado aspectos de la supremacia masculina; que, como la
supremacia masculina, se 10s puede encontrar en muchas culturas
distintas... No es que piense que todo el' protagonismo femenino ha
sido s610 y perceptiblemente lesbiano. Pero borrando la existencia
lesbiana de la historia de las mujeres, de la teoria, de la critica
literaria..., de las aproximaciones feministas a la estructura econ6mica, las ideas sobre <<lafamilia)), etc., se mantiene inaccesible y, por
tanto, inutilizable, una cantidad enorme de hacer femenino. Queria
demostrar que ese tipo de obliteracin sigue siendo aceptable en
textos feministas considerados serios. Lo que me sorprende en las
respuestas a mi articulo, incluidas vuestras notas, es que haya sido
tenido en cuenta casi cada uno de sus aspectos excepto este, que
es, para mi, central. Tome una postura que no es ni lesbiana separatista en el sentido de rechazar a las mujeres heterosexuales ni una
llamada a 10s nderechos civiles gais))... en favor de la apertura a un
lesbianismo como aopci6n)) o <<estilode vida alternativa.. Yo destacaba que la existencia lesbiana ha sido un modo no reconocido y no
afirmado de reclamar las mujeres su sexualidad, un modelo de
resistencia, por tanto, y tambien una especie de postura liminar
desde la que analizar y desafiar la relacin entre heterosexualidad y
supremacia masculina. Y que la existencia lesbiana, cuando se la
reconoce, exige una reestructuraci6n consciente del analisis y de la

DUODA Revista dlEstudis Feministes nm 11-1996

critica feminista, no una o dos citas de compromiso.


Ciertamente coincido con vosotras en que el trmino continuum lesbiano puede ser tergiversado. Lo ha sido en el ejemplo que describis
del encuentro sobre el derecho al aborto, aunque diria que cualquiera que haya ledo mi obra, desde Nacidos de mujer, puede saber que
mi postura en torno al aborto y a la esterilizacin abusiva es mAs
compleja que todo eso. Mi propio problema con la frase es que
puede ser, y es, usada por mujeres que aun no han empezado a
examinar 10s privilegios y egocentrismes de la heterosexualidad,
como un modo seguro de describir las conexiones que sienten con
otras mujeres, sin tener que participar de 10s riesgos y amenazas de
la existencia lesbiana. Lo que yo creia haber diseado, con bastante
complejidad, como un continuum ha empezado a sonar ms como
<<comprandoestilo de vida,,. Lesbian continuum -la frase- deriva de
un deseo de dar cabida al maximo posible de variedad de experiencia identificada con mujeres, a la vez que permitia un tipo distinto de
respeto hacia la existencia lesbiana, o sea 10s vestigios y el conocimiento de mujeres que han elegido a mujeres para su erotismo y
emotividad fundamentales. Si escribiera hoy el articulo, seguiria
haciendo esta distincin, pero seria miis cautelosa con continuum
lesbiana. Estoy del todo de acuerdo con vosotras en que el ((mundo
femenino,, de Smith-Rosenberg no es un ideal social, reducido como
esta dentro de la heterosexualidad y del matrimonio normatives de
clase media.
Mi articulo hubiera sido ms solido si se hubiese apoyado m8s en la
bibliografia de mujeres negras que, inevitablemente, me seal Sula
de Toni Morrison. Despus de leer mucha mas narrativa de mujeres
negras empec a percibir una gama de valencias distinta de la que
se encuentra en la mayor parte de la narrativa de mujeres blancas:
una bsqueda distinta de heroinas, una relacin distinta tanto con la
sexualidad con hombres como con la lealtad y vinculacin entre
mujeres...
Hacis un breve comentario sobre vuestras reacciones hacia algu-

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

nas de las obras feministas radicales que cito en la primera nota.67


Yo tambien tengo hacia algunas de ellas una postura critica, a pesar
de que las considero de una utilidad vital. Lo que la mayoria tienen
en comun es el tomarse en serio la misoginia: la hostilidady violencia organizadas, institucionalizadas, normalizadas, contra las mujeres. Percibo que no hace falta una <<jerarquiade opresiones,, para
que tomemos la misoginia tan en serio como el racismo, el antisemitismo o el imperialismo. Tomarse la misoginia en serio no tiene que
querer decir que tomemos a las mujeres solamente como victimas,
sin responsabilidades ni opciones; lo que significa es reconocer la
t<necesidad,, en esa (cdialecticade necesidad y eleccion,,, localizando,
describiendo y negandonos a volver la mirada a otra parte. Pienso
que parte del aparente reduccionismo o, incluso, obsesin de parte
de la teoria feminista radical deriva de la cerraz6n racial ylo de clase,
pero tarnbien del esfuerzo inmenso para intentar hacer visible el odio
hacia las mujeres en medio de tanta negacion...
Por ultimo, sobre poesia e historia: las quiero las dos en mi vida;
necesito ver a traves de ambas. Se puede malformar una metafora,
como puede tambien la historia conducir a malformaciones cuando
oblitera actos de resistencia y de rebelidn, cuando se pule modelos
transformadores o cuando sentimentaliza las relaciones de poder.
Yo s que esto 10 sabeis. Creo que todas estamos intentando pensar
y escribir lo mejor de nuestras conciencias, nuestra conciencia mas
abierta. Espero esta cualidad en el libro que estais compilando y me
preparo con ilusion para el pensamiento (y las acciones) a que nos
conducira.
Sororalmente,
Adrienne
Montague, Massachusetts
Noviembre de 1981

DUODA Revista d'Estudis Feministes nm 11- 1996

notas:
45. Daly, Gyn/Ecology, 15.
46. <<Enun mundo hostil en el que se supone que las mujeres no han de
sobrevivir mas que en relacin con y al servicio de hombres, sencillamente
fueron borradas comunidades enteras de mujeres. La historia tiende a enterrar lo que pretende rechazar* (Blanche W. Cook, Women Alone Stir My
Imaginationu: Lesbianism and the Cultural Tradition, uSigns: Journal of Women in Culture and Societyu 4-4 [verano 19791 719-720). Los Lesbian Herstory Archives de la ciudad de Nueva York son un intento de preservar documentacion contemporanea sobre la existencia lesbiana; un proyecto de enorme
valor y significado, que va en contra de la constante censura y cancelacin de
relaciones, redes y comunidades en otros archivos y en el resto de la cultura.
47. [A.R., 1986: Las funciones <<cruzadas.histrica y espiritualmente compartidas por lesbianas y hombres gais en culturas pasadas y presentes las ha
reconstruido Judy Grahn en Another Mother Tongue: Gay Words, Gay Worlds
(Boston: Beacon, 1984). Ahora pienso que tenemos mucho que aprender
tanto de 10s aspectos exclusivamente femeninos de la existencia lesbiana
como de la compleja identidad <<gaysque compartimos con 10s hombres gais].
48. Audre Lorde, Uses of the Erotic: The Erotic as Power, en Sister Outsider
(Trumansburg, N.Y.: Crossing Press, 1984).
49. Adrienne Rich, Conditions for Work: The Common World of Women,en On
Lies, Secrets, and Silence,209; H.D., Tribute to Freud (Oxford: Carcanet, 1971)
50-54.
50. Woolf, A Room of One's Own, 126.
51. Gracia Clark, The Beguines: A Medieval Women's Community, *Quest: A
Feminist Quarterly,, 1-4 (1975) 73-80.
52. Vase Denise Paulm, ed., Women of Tropical Africa (Berkeley: University of California Press, 1963) 7, 266-267. Describe algunas de estas
sororidades como <<unaespecie de sindicato de defensa contra el elemento
mas culi no^, cuyos objetivos son aofrecer resistencia concertada contra un
patriarcado opresoru, uindependencia en relacion con el propio marido y en

Adrienne Rich. Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana

lo que respecta a la maternidad, ayuda mutua y satisfacci6n de venganzas


personales.,, Vkase tambikn Audre Lorde, Scratching the Surface: Some Notes
on Barriers to Women and Loving, en Sister Outsider, 45-52; Marjorie Topley,
Marriage Resistance in Rural Kwangtung, en M. Wolf y R. Witke, eds., Women
in Chinese Society (Stanford, Calif.: Stanford University Press, 1978) 67-89;
Agnes Smedley, Portraits of Chinese Women in Revolution, ed. J. MacKinnon jl
S. MacKinnon (Old Westbury, N.Y.: Feminist Press, 1976) 103-110.
53. Vease Rosalind Petchesky, Dissolving the Hyphen: A Report on
Marxist-Feminist Groups 1-5,en Zillah Eisenstein, ed., Capitalist Patriarchy and
the Case for Socialist Feminism (Nueva York: Monthly Review Press, 1979)
387 [trad. Mbxico: Siglo XXI, 19801.
54. [A.R., 1986: V6ase Angela Davis, Women, Race and Class (Nueva Y o k
Random House, 1981) 102; Orlando Patterson, Slavery and Social Death: A
Comparative Study (Cambridge: Harvard University Press, 1982) 133.1
55. Russell y van de Ven, 42-43,56-57
56. Le debo a Jonathan Katz Gay American History (ob. cit.) que me llamara la
atenci6n hacia las cartas de Hansberry a MThe Ladderm, y a Barbara Grier que
me proporcionara pAginas importantes de c<TheLadder., que cito aqui con
permiso de Barbara Grier. Vase tambien la serie reimpresa de aThe Ladders,
ed. Jonathan Katz et. al. (Nueva York: Arno, 1975) y Deirdre Carmody, Letters
by Eleanor Roosevelt Detail Friendship with Lorena Hickok, MNew York Times* (21 octubre 1979).
57. Meridel LeSueur, The Gir1 (Cambridge, Mass.: West End Press. 1978)
10-11. En un epilogo, Le Sueur describe que el libro se inspir6 en 10s escritos
y relatos orales de mujeres de la ~WorkersAlliancem que se reunian como
grupo de escritoras durante la Depresi6n.
58. Ibid., 20.
59. Ibid., 53-54.
60. Ibid., 55.
61. Toni Morrison, Sula (Nueva York: Bantam, 1973) 103-104, 149 [trad. de

DUODA Revista dlEstudis Feministes num 11-1996

Mireia Bofill, Barcelona: Ediciones B, 19931. Estoy en deuda con el articulo de


Lorraine Bethel, << This lnfinity of Conscious Painu: Zora Neale Hurston and the
Black Female Literary Tradition, en Gloria T. Hull, Patricia Bell Scott y Barbara
Smith, eds., All the Women Are White, All the Blacks Are Men, but Some of Us
Are Brave: Black Women's Studies (Old Westbury, N.Y.: Feminist Press, 1982).
62. Vase Maureen Brady y Judith McDaniel, Lesbians in the Mainstream: The
lmage of Lesbians in Recent CommercialFiction, <<Conditions,,6 (1979) 82-105.
63. Vase Russell y van de Ven, p. 40: <<Pocasnlujeres heterosexuales se
dan cuenta de su falta de opcion libre en cuanto a su sexualidad, y pocas se
dan cuenta de como y por que la heterosexualidad obligatoria es tambien un
delito contra ellas..
64. Bethel, This lnfinity of Conscious Painu, ob. cit.
65. Dinnerstein, la ultima autora que ha citado este fragmento, aliade amenazadoramente: <<Perolo que hay que agregar a su relato es que esas <<mujeres
enlazadas,, se protegen unas a otras no solo de lo que 10s hombres les
quieren hacer, sino tambien de lo que ellas se quieren hacer entre sis
(Dinnerstein, 103). El hecho es, sin embargo, que la violencia entre mujeres
es un grano minusculo en el univers0 de violencia masculina contra las
mujeres perpetuada y racionalizada por todas las instituciones sociales.
66. Conversaci6n con Blanche W. Cook, Nueva York, marzo de 1979.
67. V6ase antes, nota 9.

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