Deconstruir La Memoria El Entenado

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Deconstruir la memoria, deconstruir la historia.

Una aproximacin a "El entenado" de Juan Jos


Saer
Author(s): Mariela Blanco
Source: Confluencia, Vol. 22, No. 2 (Spring 2007), pp. 15-28
Published by: University of Northern Colorado
Stable URL: http://www.jstor.org/stable/27923221
Accessed: 30-09-2015 19:46 UTC

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lamemoria, deconstruir la historia.


Una aproximaci?n a El entenado de Juan Jos? Saer

Deconstruir

Morula

Universidad Nacional de Mar del Plata

narraci?n podr?a estructurarse mediante una simple


Har?an falta para eso lectores
yuxtaposici?n de recuerdos.

Una

sin ilusi?n. Lectores que, de tanto leer narraciones


realistas que les cuentan una historia del principio al fin
como si sus autores poseyeran las leyes del recuerdo y de
la existencia, aspirasen a un poco m?s de realidad.
Juan Jos? Saer. "Recuerdos."

Historia

y ficci?n: cuestionamiento

de una dicotom?a

entenado de Juan Jos? Saer desde el an?lisis de una relaci?n tan


la que se establece entre los conceptos de historia y ficci?n, para luego
compleja
como novela hist?rica, podr?a parecer
ser
catalogado
poner en cuesti?n que el texto pueda
intento supera esta aparente contradicci?n, se diluye a la luz del juego
una
paradoja; pero el
dial?ctico que instaura la misma novela: partir de un hecho hist?rico verificable?la
excursi?n de Juan D?az de Sol?s referida el?pticamente a trav?s de la alusi?n al bautismo de
R?o de la Plata como "mar dulce"- para luego denegar lasmismas posibilidades del relato?
a una verdad. ?Qu? perspectiva asumir para asediar un texto
cualquier relato- de responder
un parentesco gen?rico? ?Con qu?
tiempo
que parece afirmar y denegar al mismo
una
este
escritura que llega a negarse a s?
de
dinamismo
enfrentar
cr?ticas
herramientas
sus
misma al explorar
propios l?mites?
En El balc?n barroco No? Jitrik define la novela hist?rica como resultante de una

Abordar

la novela El
como

entre dos cualidades: "la de veracidad de un documento y la


"muy equilibrada"
Lo interesante
una
o de ciertas
una
ret?rica
de
de reinterpretaci?n
pr?ctica" (64).
reglas de
ese
rever
se
las
relativiza al
de esta apreciaci?n es que inmediatamente
posibilidades de
en textos entre los que el cr?tico incluye El entenado, debido a que "el inseguro
equilibrio
se impuso a la historia "hasta lograr el
pero seductor camino de los 'posibles' aristot?licos"
ese olvido que culmina en disoluci?n
se
produce
milagro de hacerla olvidar" (65). ?C?mo
en esta novela? Desde esta perspectiva, la hip?tesis de este trabajo es que elmodo en que
ecuaci?n

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se imbrican
en esta novela atenta contra los fundamentos de
subjetividad/memoria y relato
como
la historia
reconstrucci?n del pasado en tanto se ponen en
una serie de
juego
a
esa
concretar
tienden
las
de
que
operatorias
posibilidades
denegar
pr?ctica.
Hay un primer movimiento de inserci?n del relato dentro de los acontecimientos
como observa Mart?n Kohan- se
una
hist?ricos y luego?tal
con respecto
produce
"fuga"
a "la materia hist?rica de la que la novela
parte" (255) porque la escritura "autobiogr?fica"
a
otra
la
de
funci?n,
pasa
cumplir
ganarle la batalla al olvido. Estamos en la etapa del
recuerdo. Pero hay una tercera fase que deconstruye nuevamente
la anterior, la de la

narraci?n de la derrota, la impotencia de la


subjetividad por aprehender lo real, por referir
los acontecimientos del mundo. Y si la linealidad del relato impone una din?mica de
es
avance, la sucesi?n?que
superposici?n s?lo deslindada con fines explicativos- de estos
nos retrotrae en un movimiento
inverso hacia preguntas cada vez m?s
interrogantes
en
a
cuanto
metaf?sicas
llegan incumbir al hombre y su capacidad de conocimiento; de este
?es posible referir la historia?, se convierte luego en el interrogante sobre las
de referir lo real, que conduce, a su vez, al cuestionamiento
de las
posibilidades
conocer
el
de
mundo.
posibilidades

modo,

este modo,

el referente hist?rico se evapora, resulta


deglutido por los sucesivos
van
sus
de
vincularse
y referira un hecho real
interrogantes que
corroyendo
posibilidades
un
a
saber
la
la
de
la verdad.1
legitimado por
apegado
objetividad y
b?squeda
De

Memoria y subjetividad
El relato est? narrado exclusivamente a partir de una primera persona, pero si bien esa voz
de la enunciaci?n es un personaje de los hechos narrados, el punto de vista desde el que
cuenta los hechos es externo. El
registro mima al de un etn?logo que como observador
se
con
involucra
los
participante
protagonistas de la historia, pero sin "contaminar" la
escena. El narrador s?lo se aparta de ese tono para introducir
algunas digresiones que
una mirada
introspectiva del enunciador sobre s?mismo en elmomento de la
despliegan
a?os despu?s de ocurridos los hechos y tambi?n desde una
lejan?a
en
de
vuelta
el viejo continente-. Son precisamente estas interrupciones las que
espacial, ya
escanden el relato y permiten cuestionar la posibilidad de delimitar entre el espacio de lo
enunciaci?n?sesenta

real y de lo imaginado. Pero lo que me interesa destacar es que el cuestionamiento no se


dirige al discurso de la historia como silenciadora de ciertas zonas de lo real en el sentido
de una voz monol?gica
ligada al poder, deudor de la tesis foucaultiana que la cr?tica
reconoce en varias novelas
argentinas de la d?cada del '80 en adelante, sino que se trata de
una puesta en duda m?s
en tanto ata?e a las
profunda
posibilidades del sujeto de percibir
lo real.2
El relato construye y las intervenciones del narrador desde el presente
deconstruyen,
las certezas que el mismo
inscribe al poner en duda las coordenadas que
sustentan la narraci?n: la fiabilidad de la evocaci?n, los l?mites del
espacio y la concepci?n

conmociona

temporal.

Comencemos
por el punto de vista, el lugar desde donde se despliega la mirada
como sustento de la
posterior puesta en funcionamiento de la enunciaci?n mediada por la
evocaci?n. En este sentido, ya ha sido se?alado por la cr?tica el alto contenido
descriptivo
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saeriana; esta novela no es la excepci?n, lo cual es esperable de acuerdo al


observaci?n
de
la
que ya mencion?. Si bien desde los estudios narratol?gicos ya se
registro
sabe que el uso de la primera persona conlleva un recorte significativo de la perspectiva,
en El entenado ya que lamirada del narrador no se posa en
este recurso resulta
exasperado
las cosas desde los lugares convencionales, sino que en numerosas ocasiones, los objetos son
descritos a partir de la sombra que irradian; es decir que la descripci?n est? supeditada a la
de la narraci?n

din?mica de la luz y la oscuridad.3 En estemismo sentido funciona elmovimiento entre el


d?a y la noche, no ya como marca del paso del tiempo, sino como un cambio escenogr?fico
que se constituye en una variante m?s que irradia sobre la pupila del observador. Este rodeo
como
una de las tesis que subyacen en este relato
explicativo tiene
objetivo irhilvanando
de la conquista: el ser de los objetos s?lo se revela por medio del sujeto que los dota de
existencia. Esta es la revelaci?n que suscita el encuentro con las "nuevas" tierras: "Nuestro
entendimiento y esa tierra eran una y lamisma cosa; resultaba imposible imaginar uno sin
la otra, o viceversa" (28).4 De estemodo, el espacio externo carece de realidad sin el sujeto

en el proceso de conocimiento, que se


cognoscente y ?ste, a su vez, se va moldeando
perfila
sinuoso y no exento de condicionantes; entre ellos, la fiabilidad de la percepci?n dado que
los sentidos son f?ciles de enga?ar: "En mi recuerdo, alcanzamos la costa alrededor de
a

sobre los barcos y el agua, inmovilidad total en la luz ardua,


cosas en el
presencia cruda y problem?tica de las
espacio cegador" (29).
Estas preguntas sobre el conocimiento nos remontan indefectiblemente a uno de los

mediod?a?sol

pique

que halla en Kant a uno de los faros (y la


ret?rico si pensamos en el Iluminismo como giro
en cuanto
crear una s?ntesis entre dos teor?as que se ven?an
epist?mico)
logr? conjugar y
desarrollando con vigor desde siglos anteriores; en efecto, tanto el racionalismo cartesiano

momentos
met?fora

nodales

de la filosof?a occidental

sale de su confinamiento

como

se ven?an
como dos
el empirismo apadrinado por Hume
desplegando
paralelas
irreconciliables en torno a un mismo problema, el del conocimiento. Los l?mites de este
una teor?a de
me
semejante envergadura, pero baste se?alar
trabajo
impiden profundizar
al menos algunas huella del idealismo trascendental kanteano en la novela. En primer
el sujeto moldea la realidad en ese encuentro del hombre
t?rmino, como ya mencionamos,
con elmundo a trav?s de ciertas estructuras inherentes al
sujeto perceptor; sin embargo, al

mismo

esta

tiempo,

certidumbre

resulta

problematizada

porque

las cosas

parecen

tener

una

entidad objetiva m?s all? del sujeto: "en ese estado de somnolencia alucinada que nos daba
lamonoton?a del viaje, comprob?bamos que el espacio del que nos cre?amos fundadores
hab?a estado siempre ah?..."
la misma
idea de
(26), con lo que se cuestiona
se
en
reciente
el banquillo
"descubrimiento" que ya la
ha encargado de poner
historiograf?a

como encubridora de la visi?n euroc?ntrica de los acontecimientos.


M?s all? de la paradoja, creo que el texto ofrece una s?ntesis a esta polarizaci?n entre
como propone el idealismo trascendental- en el proceso de
sujeto y objeto porque?tal

intervienen tanto las impresiones que proporcionan


los sentidos como los
conceptos que les imprime el sujeto cognoscente (Carpio 221).5 Si bien se proponen
a los
con que un
mote de
objetos (y de ah? el
objetivista
lugares inusuales para indagar
sector de la cr?tica rotula este programa de escritura), el sujeto, salvo raras excepciones, no

conocimiento

o filtros que operan en el acto de


puede despojarse de ciertos condicionamientos
conocimiento.6 De uno de estos momentos ef?meros de excepci?n da cuenta este pasaje:
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la luz tenue y uniforme, que se


adelgazaba todav?a m?s contra el follaje
un
cielo celeste, incluso blanquecino, entre el pasto descolorido
amarillo, bajo
la arena blanqueada, seca y sedosa, cuando el sol, recalent?ndome la cabeza,
parec?a derretir elmolde limitador de la costumbre, cuando ni afecto, ni

En

memoria, ni siquiera extra?eza, le daban un orden y un sentido a mi vida, el


mundo entero, al que ahora llamo, en este estadio, el oto?o, sub?a n?tido, desde
su reverso negro, ante mis sentidos, y semostraba
parte de m? o todo que me
tan
como
no
irrefutable
natural
nada
fuese la pertenencia mutua
abarcaba,
y
que
nos
esos obst?culos que
sin
a
ser
la emoci?n, el pavor, la
ligaba,
pueden llegar
raz?n o la locura. (86)
sido abolidas en este momento ?nico de comuni?n del hombre y el
en
esta
mundo. Y
descripci?n, ?c?mo evitar que resuenen como ecos, reformulaciones
intuiciones
las
y categor?as a priori kanteanas propias de la sensibilidad, el
quiz?s,
entendimiento y la raz?n del sujeto? Sin pretender encasillar la po?tica saeriana, sino s?lo
Las barreras han

explorar alguno de los haces lum?nicos que irradian ciertos n?cleos significativos que
intento se?alar, no se puede pasar por alto la impronta idealista en cuanto a lo que esta
teor?a aporta en la consideraci?n de la realidad como una construcci?n del
eso
sujeto.7 Por
el
entenado
ma?anas
todas
las
recomienza
el
de
construcci?n
de
la
para
realidad,
proceso
como en la
descripci?n de esta acumulaci?n de impresiones:
ese d?a me vuelve
siempre, a pesar de los a?os, un gusto a madrugada: voces
todav?a un poco roncas por el sue?o, ruidos primeros creando, en la oscuridad,
un espacio sonoro, y el
propio ser que emerge a duras penas de lo hondo,
reconstruyendo el d?a inminente cuando una mano ya despabilada, en el alba
inocente, lo sacude. (27).

De

all? de esta genealog?a, la escritura saeriana est? atravesada por otros hitos del
pensamiento occidental, como la teor?a de la relatividad y la formulaci?n del principio de
incertidumbre, cuyo impacto en el campo human?stico se evidencia en el nivel de la
M?s

relaci?n entre sujeto y objeto; por eso las certezas sobre el mundo
exterior se ven
a
a
uno
fuertemente minadas
de los cimientos que articulan el
partir del ataque
pensamiento occidental, el principio de causalidad, y sus categor?as dependientes, la de
tiempo y espacio.8
Para exasperar a?n m?s

los vaivenes de esta conflictiva relaci?n entre observador y


la novela expone el choque de dos imaginarios entre los que el narrador oficia de
mundo,
entre dos mundos, dos formas de entendimiento, el entenado,
intermediario. Disociado

no termina de pertenecer a
en efecto, a poco de
signado por la orfandad,
ninguno de ellos;
haber compartido un tiempo entre los indios colastin?, confiesa la dificultad para
internarse en la "selva de su
cuando se reencuentra con
lengua"; del mismo modo,
coterr?neos luego de diez a?os, vuelve a
ese mismo extra?amiento ante la
experimentar
materna. Dos sistemas
se enfrentan
lengua
ling??sticos que
poniendo de manifiesto que el
est?
tambi?n
a
es un molde para
las
condicionado
por
lenguaje
categor?as
priori y que
clasificar el mundo.9 Y es precisamente de la contraposici?n que emerge la
exasperaci?n
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porque el imaginario ind?gena representa la contracara de las teor?as realistas u objetivistas,


al punto de que al morir a manos de los conquistadores:
.. .almismo

tiempo que ca?an, arrastraban con ellos a los que los exterminaban.
eran
Como ellos
el ?nico sost?n de lo exterior, lo exterior desaparec?a con ellos,
arrumbado, por la destrucci?n de lo que lo conceb?a, en la inexistencia. Lo que
los soldados que los asesinaban nunca podr?an llegar a entender era que, almismo
tiempo que sus v?ctimas, tambi?n ellos abandonaban estemundo. Puede decirse
que, desde que los indios fueron destruidos, elmundo entero se ha quedado
derivando en la nada. Si ese universo tan poco seguro ten?a, para existir, alg?n
fundamento, ese fundamento eran, justamente, los indios, que, entre tanta

incertidumbre, eran los que se asemejaban m?s a lo cierto. Llamarlos salvajes era
no se
puede llamar salvajes a seres que soportan tal
prueba de ignorancia;
tenue que llevaban adentro, y que
La
lucecita
lograban mantener
responsabilidad.
encendida a duras penas, iluminaba, a pesar de su fragilidad, con sus reflejos
cambiantes, ese c?rculo incierto y oscuro que era lo externo y que empezaba ya en
sus
propios cuerpos. (151-2)
como
contra toda teor?a totalizante al
objetivo se?alar el ataque
larga cita tiene
evidenciar la arbitrariedad de sus fundamentos, en el sentido de una comunidad?como

La

a s?misma, como propone Benedict Anderson


en Comunidades
imagina
se
como
se
centro
del
Cabe
aclarar
mundo.
desliza un tono
que
imagina
imaginadas- que
esta
ir?nico que denuncia el artificio de
operaci?n imaginaria al catalogarlos de "seres que
no es que el
tal
de
hecho,
soportan
sujeto de la enunciaci?n les prodigue
responsabilidad";
toda que

se

como una
simpat?a manifiesta, sino que el proceso de escritura,m?s que configurarse
reconstrucci?n de los hechos, se erige como intento de comprensi?n del mundo colastin?
y de su rol dentro del mismo a partir de los diez a?os de convivencia.
Cifra del concepto de naci?n, esta tribu antrop?faga se piensa a s?misma a partir de
la idea de l?mite, ya que como sostiene Anderson, "Ninguna naci?n se imagina con las
dimensiones de la humanidad"
(24), ya que necesita al "otro" para existir:
una

Si tra?an, sin omitirlo una sola vez, a esos hu?spedes, en los d?as en que com?an
carne humana, era tambi?n para mostrar, para que fuese evidente, que ellos se
hab?an arrancado, meritorios, del amasijo original y que, aprendiendo a

en el aire
entre lo interno y lo exterior, entre lo que se hab?a
distinguir
erigido
luminoso y lo que hab?a quedado chapaleando en la oscuridad, elmundo vasto y
borroso supiese que en ellos se apoyaba, arduo, lo real, y que ellos eran los

hombres verdaderos.

(163)

Y es ese "otro," diferenciado, el que dota a la comunidad de existencia, especialmente el


entenado a trav?s de su relato. Esta problematizaci?n de la idea de espacio es caracter?stica

de la narrativa de Saer, como reconoce Gramuglio en los innumerables trabajos sobre la


en "Discusi?n sobre el
este autor, y resulta
paradigm?ticamente expuesta
producci?n de
t?rmino zona." En ese cuento, a partir del futuro viaje que emprender? Pich?n Garay hacia

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Europa, su amigo Lalo Lescano despliega una argumentaci?n que pretende demostrar la
arbitrariedad de los l?mites geogr?ficos; en s?ntesis, otra forma de reflexionar sobre lo
como sustento del sentimiento de comunidad. En la novela, el
imaginario
procedimiento
consiste en llevar al l?mite una idea, demostrar por medio del absurdo?al
mejor estilo
una
a
tribu
habitaba
orillas
del Paran? y que parad?jicamente
que
borgeano
ind?gena que
la historia apenas recuerda, es el par?metro que permite dotar de existencia al mundo.

Por otro lado, la relativizaci?n alcanza a la representaci?n porque -como afirma


"el problema gnoseologico
deviene problema
literario" debido a que el
Gramugliocomo mediador entre el
funciona
lenguaje
sujeto y el objeto cuando penetra en los objetos
y los acosa "hasta la desintegraci?n para tratarde arrancarles su sentido" ("El lugar de Saer"
295-6). A partir de la presentaci?n de otro sistema ling??stico como portador de otra
se
forma de ver elmundo se evidencia lo que el "giro
ling??stico"
encarg? de demostrar a
partir de la imposibilidad de disociar entre lenguaje y pensamiento y la consiguiente puesta
en crisis de la
representaci?n por este medio; o, como advierte Roberto Ferro, que "el
es la condici?n de
lenguaje
posibilidad del modo en que nos aparecen los referentes y, por
lo tanto, la instancia constitutiva del marco
categorial fundante de todo lo que se enuncia
acerca de un mundo abierto
ling??sticamente" (61). La cr?tica al lenguaje como simple
instrumento designativo no es algo que el texto
deja de lado; por el contrario, el lenguaje
es una instancia m?s
tanto
el
para
problem?tica,
personaje que se debate entre las para ?l
t?rminos
los
de
de la lengua colastin?, como para las propias
ambig?edades
propias

posibilidades

del relato que llegan as? a ser cuestionadas.

era en los
primeros a?os, y como las palabras significaban, para ellos,
tantas cosas a la vez, no estoy seguro de lo que el indio
dijo haya sido exactamente
eso, y todo lo que creo saber sobre ellos me viene de indicios inciertos, de

Como

recuerdos dudosos, de interpretaciones, as? que, en cierto sentido, tambi?n mi


relato puede significarmuchas cosas a la vez, sin que
ninguna, viniendo de
fuentes tan poco claras, sea necesariamente cierta. (150?1).
Esto nos permite observar que m?s all? de la duda sobre los datos que
proporcionan los
un
el
tambi?n
m?s
condicionamiento
de
la
sentidos,
lenguaje
constituye
subjetividad que
se convierte en uno de esos "indicios inciertos" que conforman la
experiencia del personaje.
Este pasaje comprueba las principales implicancias que el citado
"giro ling??stico" registr?
epistemol?gicamente:
Ya no hay posibilidad de garantizar tal
objetividad de la experiencia por no poder
dar cuenta de la unidad del mundo objetivo al que los usuarios del
se
lenguaje
refieren. La inconmensurabilidad de las aperturas
del
mundo
ling??sticas
convierten a la referencia y a la verdad en magnitudes relativas,
dependientes de
una constituci?n del sentido
en
caso. (Ferro 60)
las
hace
cada
previa, que
posibles
A partir del cuestionamiento de la
objetividad de "mi relato" semultiplica el n?mero
de verdades que ?ste puede llegar a contener, as? como metonimicamente,
otro
cualquier
relato. Retomando mi problem?tica inicial de la relaci?n con la historia,
cimientos
le
?qu?
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a los relatos que la conforman,


a esta
pueden quedar
pr?ctica y, por consiguiente,
luego de
este ataque contra sus principales atributos?

El entenado no es s?lo hu?rfano porque sus padres lo abandonaron o porque muri?


esa comunidad de la que tampoco nunca se sinti? un miembro; m?s all? de ser un
observador, este narrador se interroga sobre lo que vio y su modo de referirlo, pero las
su v?nculo con las cosas,
palabras tambi?n lo han dejado abandonado porque han perdido
se muestran
incapaces de referir.En su b?squeda por restablecer alguna relaci?n, los
avatares lo conducen a la experiencia teatral por medio de la que pone en escena su
experiencia, acto y met?fora al mismo tiempo de la representaci?n, pero nuevamente las
certezas se evaporan de susmanos: "ante una muchedumbre de sombras adormecidas, ve?a
a mis compa?eros y a m? mismo
repetir gestos y palabras de las que estaba ausente lo
(152). El t?pico barroco del te?trummundi es otra forma de dar cuenta de que
este enga?oso mundo es tambi?n una representaci?n.

verdadero"
De

este modo,

el cuestionamiento

posici?n epistemol?gica que


conmoci?n de las certezas.

Memoria
Volviendo
materiales

opera

de la relaci?n entre realidad y discurso es una


otro factor
disruptivo que contribuye a la

como

e inmensidad
a las "realidades" que la mirada recorta, importa tomar en cuenta que esos
constituyen la base del recuerdo por medio de los cuales se escribe la

en
es a
este proceso que la historia resulta
partir de la puesta
primer plano de
autobiograf?a;
cuestionada. Nadie duda de la renovaci?n que introdujeron dentro de la historiograf?a
ciertas escuelas que ejercieron una cr?tica renovadora sobre la pr?ctica, entre las que la de
losAnales constituye un ejemplo paradigm?tico; sin embargo, si bien en los ?ltimos a?os

estas corrientes se atrever?a


ampliado el criterio de selecci?n de materiales, ninguna de
a negar lo que constituye la esencia de esta
disciplina, la reconstrucci?n del pasado.10 Esto
es precisamente
lo que se propone esta novela, es decir, cuestionar esa posibilidad
reconstructiva (y es por eso que deliberadamente
evitamos acompa?arla
del adjetivo
la
recuerdo.
"hist?rica") al derruir
l?gica del
Uno de las operatorias se perfila como una parodia de los discursos hist?ricos, ya que
los lugares en donde se posa lamirada resultan irrisorios en comparaci?n con los grandes
acontecimientos que dotan de espesor a la historia. As?, mientras se ponen en duda la
se ha

propia posibilidad

del recuerdo, hay certezas irrefutables:

o
sesenta a?os desde
aquella ma?ana y puedo decir, sin
pasado, m?s menos,
en
car?cter
lo
m?s
el
?nico
de ese suspiro, en cuanto a
m?nimo,
que
exagerar
en
se
una
m?
ha
duraci?n
refiere, dejado
impresi?n definitiva, que
profundidad y
muerte
me
.(23)
acompa?ar? hasta la
Han

advierte con respecto al borgeano "Poema conjetural," el


con materiales hist?ricos est? puesto al servicio de
parodiar los intentos de
trabajo
reconstrucci?n del pasado; por eso resultan claves los recortes de lamirada que efect?a el
Tal como Elisa Calabrese

cronista-observador

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en ambos

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casos. Basta

recordar el ac?pite con que

el sujeto de la

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presenta los hechos que referir? en el poema: "El doctor Francisco Laprida,
22 de septiembre de 1829 por los montoneros
el
asesinado
de Aldao, piensa antes de
morir." As?, el recorte de este historiador ap?crifo expone la
imposibilidad reconstructiva
en
su
"se
inscribir
narraci?n
lo
porque
propone
que ninguno de sus colegas osar?a
articular: la trama secreta de la subjetividad, lam?tica
figuraci?n del sentido final de una
en
vida desplegada
la conciencia de su protagonista" (109). El mismo efecto
par?dico con
respecto a la pretendida objetividad del discurso hist?rico genera el procedimiento
saeriano de registrar las impresiones
subjetivas del narrador-personaje, a partir de lo cual
el referente hist?rico de "descubrimiento"
de nuevas tierras -inexploradas desde la
enunciaci?n

resulta opacado por la impronta que deja en el


perspectiva de los expedicionarios-,
narrador el suspiro del capit?n.
La segunda operatoria que voy a describir consiste en la abolici?n de la idea de
a
pasado
partir de la instauraci?n de un tiempo c?clico desde el que lamemoria se diluye.
Nuevamente
el choque de imaginarios o?en
palabras de Anderson- los modos que las

tienen de imaginarse; la forma de evocar los acontecimientos por parte del


a
narrador,
partir del juego entre pasado y presente de enunciaci?n que fractura la
linealidad del relato, que se contrapone adem?s a la concepci?n del
tiempo ind?gena. Esto
se advierte cuando al a?o de ser
contra sus
de
el
ritual
presenciar
capturado y
antrop?fago
acto
de
el
entenado
advierte
la
del
compa?eros
viaje,
repetici?n
implicando para ?l s?lo un
comunidades

cambio de perspectiva; por el contrario, al interrogar a los "hombres verdaderos" sobre la


reiteraci?n de esta org?a sexual y alimenticia, concluye: "Era como si hubiesen
perdido la
memoria y no supiesen a qu? me estaba refiriendo.No hab?a ni evasiva ni
en sus
hipocres?a
se
o
trataba
de
olvido
de
El
no,
reclamo
de
memoria?o
la
respuestas:
ignorancia" (99).
denuncia del olvido, que es lo mismo- dan cuenta de la
este
de
configuraci?n temporal
entre culturas, demuestra la unidireccionalidad
de la
int?rprete que, aunque mediador
traducci?n; en efecto, por m?s que advierta la circularidad consustancial al modus vivendi
colastin?, lamisma idea de repetici?n a trav?s de la cual registra esa experiencia semuestra
inherente a la de sucesi?n. Por eso, lo que para ?l significa un revivir los acontecimientos,
para los americanos representa un nuevo comienzo que prescinde y, por lo tanto, aniquila
el concepto de identidad.11 De estemodo, lamemoria se presenta como una construcci?n
inherente a un modo de concebir el tiempo tan convencional como arbitrario.12 Y en esta

entre tiempo y recuerdo se advierte la huella


proustiana, pero, como se?ala
a trav?s de la
Gramuglio,
parodia y el rechazo de su modelo ya que la escritura de Saer
la
ilusi?n
de
recuperar elmundo"
("Juan Jos? Saer" 8), con la consiguiente cr?tica a
"niega
la est?tica realista, a la que por razones de espacio no
puedo m?s que aludir.
entonces de deconstruir la
Luego
concepci?n temporal que sustenta las posibilidades
de proyectar la conciencia hacia el pasado, se asesta el
a lo que hemos
golpe definitivo
la instancia de evocaci?n. Esta operatoria
denominado
m?s
directamente
que
contribuye
las otras a la diluci?n de los l?mites entre historia y ficci?n al otorgar al recuerdo lamisma
entidad que al sue?o: "Recuerdos y sue?os est?n hechos de la misma materia. Y, bien
mirado, todo es recuerdo. Pero el mundo puede darles edad y espesor." Ambos est?n
a la conciencia por
conformados por masas informes de im?genes, aquellas que
ingresan
medio de la percepci?n y a las que se dota de las categor?as de
tiempo y espacio, entre otras;
su
en
lo
fiabilidad
resulta
tambi?n
tanto,
duda.
por
puesta
indisociabilidad

22

CONFLUENCIA, SPRING 2007

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Para la doxa, lo que distingue precisamente los recuerdos de los sue?os es su


veracidad, pero este relato viene precisamente a replantear la constante din?mica entre
consciente e inconsciente, o memoria y olvido, sin la cual?como
le ocurre a "Funes el
no
memorioso"podr?amos generalizar y, por lo tanto, pensar, sino que ser?amos m?quinas
perceptuales incapaces de conceptualizar. Y las operaciones que resuelven esa ecuaci?n
entre lo que se confina al inconsciente o resultam?s f?cilmente
se evidencian
recuperable
tan arbitrarias que resulta imposible que dos hombres tengan elmismo recuerdo:
En eso se revelan iguales muerte y recuerdos: en que son, para cada hombre,
?nicos, y los hombres que creen tener, por haberlo vivido en la proximidad de la
un recuerdo com?n, no saben que tienen recuerdos diferentes y que
experiencia,
est?n condenados a la soledad de esos recuerdos como a los de la propia

muerte. (178)

Este argumento rebate el punto de partida de la pretendida objetividad hist?rica.


Aun para Henri Marrou que reconoce la intervenci?n de la subjetividad en el proceso de
conocimiento, la objetividad no resulta problematizada profundamente:
a
Dejando de lado los dalt?nicos, todos los hombres perciben los rayos luminosos
la coincidencia esm?s dif?cil de obtener cuando se
del mismo modo. Aunque
o bien
trata de datos de la experiencia hist?rica (valores,
significaci?n,
mentalidad,

car?cter, personalidad),

no por ello es
imposible.

(163).

las certezas del saber historiogr?fia), la novela opone una relativizaci?n tal que la
existencia
de la conciencia evocadora deviene enga?o acuciado por visiones de las
propia
no
su estatuto: "Que para los indios ser se
no era,
discriminar
que
puede
dijese parecer
una
entre el
distorsi?n descabellada"
(180). Si la conciencia, mediadora
despu?s de todo,
relato y el mundo duda de la propia experiencia, ?c?mo hacer intervenir la noci?n de
A

verdad o la pretendida realidad de los acontecimientos de los que la historiograf?a no se


ese
permite dudar desde que Arist?teles le impuso
imperativo? "La autoridad de la
es
narrativa hist?rica
la autoridad de la propia realidad; el relato hist?rico dota a esta
realidad de una forma y por lo tanto la hace deseable en virtud de la imposici?n sobre sus

procesos de la coherencia formal que s?lo poseen las historias," sostiene Hayden White
(34?5). Una de las consecuencias de esta apreciaci?n es que la historia tiene el poder de
instituir realidades a trav?s de relatos, pero esta novela persigue el objetivo inverso, exponer
en el relatomismo la
es por eso que sostuve al comienzo de
imposibilidad de referir lo real;

este trabajo que el ataque es contra las posibilidades de existencia del


g?nero novela
una
es
en
una
tanto
construcci?n
el
de
hist?rica,
pasado
sesgada
subjetividad que ni
en
tener
el poder de controlar elmodo y elmomento
que las im?genes que
siquiera parece
conforman su experiencia se actualizan y entrelazan en un presente.13
La elecci?n del tipo discursivo constituye otra estrategia deconstructiva a trav?s de
analiza a la cr?nica como un g?nero ligado desde sus or?genes
la parodia. Walter Mignolo
la historia, a tal punto que en el caso de las cr?nicas indianas estas pr?cticas tienden a
fundirse (59). Otra caracter?stica que distingue a ?stas es que exponen una causalidad

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23

como motor de la escritura. Sirva esta frase que analiza


concreta y
generalmente expl?cita
del padre Las Casas como justificaci?n y sost?n del g?nero: "Resta pues afirmar,
Mignolo
con verdad solamente moverme a dictar este libro la
grand?sima y ?ltima necesidad que por
muchos a?os a toda Espa?a, de verdadera noticia y de lumbre de verdad en todos los
estados della cerca deste Indiano Orbe, padecer he visto" (77). Frente a este testigo ocular
develado por referir la verdad ?cu?les son losmotivos que impelen al narrador a escribir su
es
sus
experiencia? Si una de los fines del acto de referir "contar lo que
propios ojos vieron"
se
no
como
el
del
apto para indagar sobre las
espacio
g?nero
perfila
(Mignolo 77),
como instrumento y,mucho menos, de poner en
posibilidades de referencia de la palabra
la capacidad del sujeto de conocer el mundo. Si no es la b?squeda de la verdad el
es la meta que
este tan elevado fin? Por un lado,
objetivo del discurso, ?cu?l
reemplaza
como el sujeto se encarga de irdevelando?a
medida que a ?lmismo se le va revelando la

duda

causa- uno de losm?viles est? dado por lamisi?n que le han encomendado
los indios de
dar a conocer sumundo, de dotarlos de inmortalidad a trav?s de la palabra, al mejor estilo
de un cantor ?pico que refiere las proezas de sus h?roes y sus pueblos. El distanciamiento
con respecto a la noble misi?n ?pica se
a partir de que ni el propio
par?dico
origina
narrador puede distinguir a los individuos de la comunidad entre s?y que no encuentra y
por ende no se detiene a narrar ning?n acontecimiento extraordinario que los distinga, m?s

all? del pintoresco ritual carnicero anual, por su puesto. A partir de esta cr?tica a las
un relato, se
un duro
contra
golpe
posibilidades de referir la verdad por medio de
prodiga
el relato realista como deudor del discurso de la historia, a partir principalmente del viraje
que imprime el cambio de funci?n de la descripci?n que se interroga constantemente sobre
a su
sus
de referir lo real, en contraposici?n
imperativo de connotarlo
posibilidades
(Barthes 95-101).14
Por otro lado, como

se deduce del anterior, el


objetivo de la escritura tambi?n
consiste en indagar sobre el significado de esa experiencia y su funci?n en lamisma; m?s
concretamente, en dotar de sentido la ca?tica estampida de im?genes del pasado que
acosan a esa conciencia narradora, con lo cual se advierte la cualidad del discurso como
ordenador de la experiencia, con la consiguiente relativizaci?n que recae entonces sobre
toda pr?ctica que pretende narrar acontecimientos pasados, como advierte Hayden White
es decir, una forma
con respecto a la historia, en cuanto involucra a un sujeto y un
lenguaje,
con
elmundo.
arbitraria de entablar v?nculos

El infinitoes lo indecible.
certeza sobre lo que constituye el punto de partida de la narraci?n, el hecho hist?rico
?Qu?
de la llegada de la expedici?n de Sol?s a orillas del Paran?, es capaz de sobrellevar estos
embates? La ficci?n se libera de "la prisi?n del acontecer" (Saer, El concepto 4) a trav?s de

estos recursos al punto que?como


el relato amenaza con su
advierte Gramugliocomo
El
construcci?n
Saer"
referido
de
291).
("El lugar
que hace uso de los
materiales hist?ricos va haciendo perder espesor al referente como hecho hist?rico o
disoluci?n

documento

a trav?s de
posibilidades
24

desde el que parte (Jitrik53) diluyendo progresivamente


la indagaci?n sobre las condiciones de posibilidad de

la ilusi?n referenci?i

los objetos y de las


de verdad de lo que reconstruye la propia experiencia, con lo que el relato
CONFLUENCIA,

SPRING

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2007

autobiogr?fico expone
car?cter de ficci?n.

su irreverencia para con sus


propios

l?mites, es decir, se jacta de su

Otra forma de conmocionar las certezas con respecto al referente consiste en exponer
la precariedad del acto de recordar. Por un lado, toda percepci?n es fragmentaria y ca?tica
y s?lo la subjetividad es capaz de inscribirle un orden, pero tambi?n puede ser al rev?s, ya
que son inconcebibles las certezas sobre un proceso que implica una operaci?n m?s
la de conferirle a esas dudosas

como toda
im?genes el orden del relato, arbitrario
como
sagazmente observa
cronolog?a y configuraci?n espacial. Y quiz?s lom?s inquietante,
Giordano, es que "la conciencia esmenos el agente que el espectador" de ese acto de evocar
(20). Caprichosos como los sue?os, los recuerdos que componen este relato autobiogr?fico
compleja,

son sometidos a una

tan
profunda que pierde sentido la dicotom?a
indagaci?n
o
materia ver?dica
la inventada interviniente en su conformaci?n.

sobre la

Michel De Certeau sostiene que "Si la historia deja su lugar propio?el


l?mite que
ella establece y ella recibe-, se descompone para no serm?s que ficci?n (la narraci?n de lo
que pas?) o reflexi?n epistemol?gica (la elucidaci?n de sus reglas de trabajo)" (60). Esto es
ocurre al discurso hist?rico en la novela, ya que los materiales
precisamente lo que le
resultan deglutidos por el poder de la ficci?n, sumergiendo al relato en esa "turbulencia de
sentido" que Saer reclama en "El concepto de ficci?n," generando, de este modo, otro
con otras leyes, desde el cual una sociedad se narra a s?misma.
espacio,

Creo que el trabajo con losmateriales hist?ricos que hace Saer en esta novela rebasa
en los 80; me
las categor?as que A?nsa o Perilli asignan a la novel?stica hispanoamericana
refiero a los modos en que la ficci?n ha reelaborado la historia para estos cr?ticos. "Las
narraciones
literarias se han hecho cargo de los silencios de la historia oficial

latinoamericana planteando una verdadera resistencia al olvido obligatorio al que son


sometidos nuestros pueblos," sostiene Carmen Perilli (29). Fernando A?nsa es a?n m?s
en
en lo que
una renovaci?n
categ?rico
jerarquizar la ficci?n por sobre la historia
significa
en
"una relectura desmitificadora del pasado a trav?s de
de la novela hist?rica consistente
su reescritura" ("La reescritura": mimeo).
Sin intentar cuestionar la pertinencia de estas
me
interesa
observaciones,
exponer el desplazamiento
que representa la
simplemente
en
con
a
El entenado
las po?ticas dominantes de la literatura
respecto
propuesta saeriana
subcontinental al?borgeanamentedemostrar por el absurdo la imposibilidad del intento
reconstructivo de la historiograf?a, demoliendo
todo l?mite convencional que pueda
a partir de criterios como el de verdad, por
entre
los
discursos
erigirse
ejemplo.
La letra (inscripci?n en el papel) del narrador representa la lucha de las im?genes por

en el
de la inmensidad del entorno, de otras im?genes almacenadas
inconscientes como las del sue?o, las visiones borrosas que asaltan al sujeto haci?ndolo
dudar de su propia experiencia y hasta de las representaciones de representaciones como
diferenciarse

son los recuerdos de la puesta en escena teatral. La escritura se convierte en una forma de
inscribir el l?mite, de construir un discurso que organice ese torrente imaginario que acosa
al sujeto, como un resabio de esos "hombres verdaderos" que sab?an que esa masa informe
externa a la que llamamos mundo no proporciona ninguna certeza y que los cercos que les
ponemos son arbitrarios. Por eso la negrura, elmundo sin sujeto, el absoluto como puro
a la luna en la escena final del
ese astro
eclipse,
objeto arrollador, el espacio infinito, deglute
es
en
un
entre
una
la
el
hombre
inmensidad
lucha
indecible,
y
que
puente
que erige

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22,

NUMBER

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tambi?n como vencedora a una ficci?n que paulatinamente fiie borrando los contornos de
se iban
unas a otras, verticales,
su referente:
superponiendo
"Capas densas de sombra
vez m?s
mismo
borde
cada
del
y ganando poco a poco la superficie
r?pidas
surgiendo

entera" (188).
Por eso, no hay enfrentamiento entre historia y ficci?n, ni siquiera uso de aqu?lla
por esta, sino una puesta en contraste que termina en disoluci?n de las barreras, o, en
encuentro casual entre las estrellas."
palabras del entenado, "un

Notas
1
Aun posturas que se pretenden renovadoras dentro de la historiograf?a en cuanto integran diversos aportes
como inherentes a la
a la
como la de Henri Marrou,
estas condiciones
siguen postulando
pr?ctica
disciplina,
tal es as? que su famoso libro Del conocimiento hist?rico est? atravesado por la pregunta sobre la
de una verdad en Historia
para concluir inclin?ndose por una respuesta afirmativa no s?lo como

hist?rica;
existencia

un
objetivo deseable,
materiales
hist?ricos,

sino como

una atributo esencial que la


otras
pr?cticas que utilizan
distingue de
la utop?a, la historia imaginaria, la novela hist?rica o el mito, entre otras (18).
Si bien se distancia de las extremas exigencias positivistas de objetividad
al reconocer la intervenci?n del
una
en el proceso de conocimiento,
como
la
del
saber hist?rico en tanto los sujetos
propone
sujeto
b?squeda
menos desde las condiciones
se encarga de
somos capaces de
lo
al
f?sicas
mismo,
percibir
(algo que Saer
como

en esta novela)
Por ?ltimo, -siguiendo con la lectura que me propongo
realizar
(159-163).
en relaci?n con la realidad, afirma que es una condici?n del conocimiento
hist?rico
importa destacar que
sobre la que "nadie, salvo el imaginativo solipsista" puede dudar (166).
2
esa mirada
cr?tica de raigambre foucaultiana,
cito Las ratas en la Torre de Babel, de
Como
ejemplo de

desmontar

Carmen

Perilli;

"Escribir

la nueva

narrativa

Fernando

A?nsa.

Esta din?mica

"nueva

de concentraci?n

sensorialidad"

condiciones

la historia y escribir las historias,"


y "Novela Hist?rica

latinoamericana"

Fibla;

"La reescritura de la historia

del saber historiogr?fico,"

en

de

en materias
de la percepci?n
ef?meras le permite a Sarlo hablar de una
saeriana que le posibilita desafiar y reformular al mismo
tiempo las

en la escritura

de la narraci?n

4Las citas de la novela

de Nuria

y relativizaci?n

(31).

corresponden

a la edici?n

de Seix Barrai de 2004.

en los textos de Saer emerge como


se?alan que la percepci?n
yMargarita Merbilha?
5Miguel Dalmaroni
en que el
un lado,
una
lo
constituye el modo
sujeto establece v?nculos y aprehende
paradoja porque
"por
dadas por sus sentidos pero, a la vez, lleva consigo la pregunta en
exterior, a trav?s de huellas materiales
una
torno al car?cter, o de la ?ndole de lo percibido:
respecto de su identidad y por lo tanto
interrogaci?n
sobre el proceso de "exploraci?n,"
(322). Pienso que m?s all? de la acertada observaci?n
en esta novela y en
en la escritura emergen respuestas, distintos ensayos de s?ntesis, como
puede observarse

de su fiabilidad"

los de La mayor-, que aunque provisorias, constituyen propuestas,


de sus cuentos?especialmente
su
en
una
teor?a
abarcadora po?tica. No digo que su escritura cierre sentidos, sino
contenida
que integran
esos
los
trazando
el
irradia
contrario,
por
algunas l?neas que constituyen formas de abordar
interrogantes.
6
a
la confusi?n general." Diario
"Para contribuir
de Poes?a 26 (Oto?o de 1993):
Cfr. Freidemberg, Daniel.

muchos

11-12.
7
As? resume Adolfo

del fil?sofo alem?n: "Kant concibe, pues, la relaci?n


se la hab?a
pensado, porque mientras que el realismo
sosten?a que el sujeto se limitaba a copiar las cosas {res) que ya estar?an listas, constituidas y organizadas
en
de ?l, para Kant la actividad del conocimiento
consiste, en su fundamento,
independientemente
en
tan
Esta
de
hace
l?nea
reflexi?n
fuerte
la
novela
construir, en construir los objetos"
(222).
que
hincapi?

de conocimiento

la s?ntesis del pensamiento


Carpio
a la inversa de c?mo hasta entonces

en el proceso de conocimiento
en la
esta
importancia del sujeto
impide emparentar
exploraci?n de la
con la
resulte tentador. Al definir esta corriente y
por m?s que por momentos
fenomenolog?a,
uno de sus exponentes destacados, Mauricel
se?ala: "Lo real hay que describirlo,
Merleau-Ponty

percepci?n
sum?todo,

26 CONFLUENCIA, SPRING 2007

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y no construirlo

se encarga de remarcar las diferencias entre el


(VIH). Asimismo,
se propone acceder a un
al sostener que el m?todo
fenomenologico
est? siempre vya ah?", antes
ya que es una "filosof?a para la cual elmundo

o constituirlo"

de Husserl

y el de Kant

pensamiento
anterior al conocimiento
mundo

tanto como para


resulta insoslayable la consideraci?n
de que
(V). Para Husserl,
Heidegger,
con
es en el mundo
eso
es
tan
"El
el
la
diferencia
kantiano
contundente:
y por
pensamiento
su constituci?n por intermedio de mi yo, es elmedio natural
no es un
la
de
mundo
del
cual
posea
ley
objeto
y el campo de todos mis pensamientos
y de todas mis percepciones
expl?citas (IX).
8
En su intento por definir la ficci?n m?s all? de los preconceptos
que arrastra la noci?n hist?ricamente,
de estos principios y categor?as en relaci?n con la narraci?n. Para
Roberto Ferro recorre lasmodulaciones
descubrir la falacia que subyace tras los discursos que pretenden erigirse sobre los valores de verdad en
alude a estos dos hitos de la historia de la ciencia que evidencian
detrimento de los Acci?nales,
la
de la reflexi?n"
el hombre

en el conocimiento:
"El modelo
de concebir la absoluta objetividad
de universo exterior en
imposibilidad
nosotros
ser
no
existe
el que hay hechos aut?nomos
de
el acontecimiento
observamos,
que
pertinente,
deja
por una parte y su observador por la otra, ambos forman una unidad marcada
por la inestabilidad del

(79).
principiode incertidumbre"
9

este aspecto en la novela, cfr.


Para profundizar
"La problematizaci?n
de la lengua en El
Berg, Edgardo.
1.1 (1991):
Revista del Centro de letras
entenado de Juan Jos? Saer." CELEHIS.
17-23.
hispanoamericana
10
Aun para los historiadores que reconocen la importancia de lo discursivo en relaci?n con la pr?ctica
en La escritura de h historia, al relacionar la
con una
de Certeau
hist?rica, como Michel
historiograf?a
de construcci?n
sobre lo real" (51), ya que si bien acepta que hay un alto componente
"interrogaci?n
acto "hacer historia," no por eso cuestiona
en lamisma
la existencia de ese
contenido
expresi?n que rige el
real.
11
No

se
la relaci?n de esta aguda indagaci?n
sobre los tiempos posibles con la
puede dejar de advertir
en
en donde el
es
los modos
de
reflexi?n deleuziana
y
objetivo
justamente desmontar
Diferencia
repetici?n
concebir la temporalidad
propios de lametaf?sica tradicional.
12
En ese tratado sobre lamemoria

que constituye el relato "Recuerdos" que integra la secci?n "Argumentos"


se refiere a la
como una
con la que "nuestra
de La mayor, la voz del enunciado
cronolog?a
categor?a m?s
"La c?rcel filos?fica que nos tiene a todos adentro, ha tomado por
conciencia
los viste de sentimientos":
asalto hasta nuestros recuerdos, decretando para ellos la ficci?n de la cronolog?a"
{Cuentos completos 200).
13
En un art?culo cr?tico anterior a esta novela,

a Zama
dedicado
de Antonio Di Benedetto,
Saer enuncia
a veces, que Zama
es una novela hist?rica. En
del g?nero: "Se ha pretendido,
es, por el contrario, la refutaci?n deliberada de ese g?nero. No
realidad, lejos de ser semejante cosa, Zama
como se entiende la novela cuya acci?n transcurre en el
en
novelas
tal
de
verdad,
hist?ricas,
hay,
rigor
pasado
una
no pasa de ser
Esa reconstrucci?n del
determinada.
intenta
reconstruir
y que
?poca
simple
pasado
te?ricamente

la denegaci?n

proyecto. No se reconstruye ning?n pasado sino que simplemente se construye una visi?n del pasado, cierta
o idea del
es
no
a
propia del observador y que
imagen
pasado que
corresponde
ning?n hecho hist?rico
en
en
el
relato
"Paramnesia"
los
l?mites
de
Tambi?n
de la capacidad
l?nea).
preciso" ("Zama,"
explora
rememorar en un presente tan acuciante que se transforma en la ?nica realidad concebible para el
capit?n,
en un fuerte
llamado "El real," asediado por el hambre y la soledad; en este caso, los
parad?jicamente
como una ficci?n para el
son s?lo concebibles
acontecimientos
personaje.
pasados
14
en la escritura saeriana, Giordano
caracteriza su concepci?n
Por este efecto constante de indagaci?n
de
la literatura a partir de la "incertidumbre y la interrogaci?n."
"Escribir, en el sentido literario del t?rmino,
es volver a formular preguntas

que

exigen

no se

detenga

el movimiento

de preguntar."

(11-12)

Bibliograf?a
A?nsa,

"Novela Hist?rica

Fernando.

y relativizaci?n

202 (1996): 9-18.


-. "La reescritura de la historia

en la nueva

del saber historiogr?fico."


narrativa

latinoamericana."

Revista Casa

Cuadernos

de hsAm?ricas

Americanos

(1991):mimeo.
VOLUME

22,

NUMBER

27

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28

Comunidades

Benedict.

Anderson,

Fondo

Argentina:

Econ?mica,

"El efecto de lo real." Lukacs,

Barthes, Roland.
Buenos

Reflexiones sobre el origen y h difusi?n del nacionalismo.


1993 [1983].

imaginadas.

de Cultura

et al. Pol?mica

George

"La problematizaci?n
de la lengua en El
Berg, Edgardo.
1.1 (1991):
letras hispanoamericanas
17-23.
Jorge Luis. Obras

Borges,

Elisa.

Calabrese,

completas. Buenos

"Borges:

sobre realismo. Barcelona:

Ediciones

95-101.

1982,

Aires,

Aires:

I y II.

1996, Tomos

Emec?,

y escritura."

genealog?a

entenado de Juan Jos? Saer." Revista del Centro de

de linaje. Rosario:

Supersticiones

Beatriz Viterbo,

1996,

97-137.
Carpio,

"El idealismo

Adolfo.

problem?tica.
de Certeu, Michel.

"Hacer

Dalmaroni,

yMerbilha?,

Ferro, Roberto.

SYC.

7 (1996):

introducci?n a su

57-86.
Revista Casa

la historia y escribir las historias."

"Escribir

de filosof?a. Una

Principios
[1974].

escritura de la historia. Espa?a: Universidad


1993.
Iberoamericana,
azar convertido en don'. Juan Jos? Saer y el relato de la
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