Francisco Rodríguez Adrados Cap 5
Francisco Rodríguez Adrados Cap 5
Francisco Rodríguez Adrados Cap 5
LINGSTICA ESTRUCTURAL
CAPITULO V (Seleccin)
importa aqu es sealar algunos tipos centrales de oracin simple, haciendo algunas
consideraciones sobre ellos. En lo esencial, haremos referencia a hechos ya expuestos.
No pretendemos, por supuesto, ser exhaustivos.
2. A. CLASES CENTRALES. I. Clases nominales.
a) Un nombre slo: esp. fuego!; o, bien, acompaado de determinaciones (al. morgen
geschlossen), incluso complementos (ingls having trouble with parking?). Sobre la
funcin predicativa del nombre, cf. pg. 285; sobre el estilo nominal, confrntese pg.
308. A veces slo en un determinado contexto funciona un nombre como frase nominal:
Matemticas (respuesta a la pregunta: qu estudias?), uvas (letrero junto a una casa en
que se venden). Cf. pg. 59.
b) Un nombre con un nombre o adjetivo conectado con l, tipo ao de nieves, ao de
bienes, lat. triste lupus stabulis. En general, sin ms marcas que el orden de palabras,
pero confrntese otras, pg. 284. En este caso y el siguiente hablamos de sujeto y
predicado nominal o atributo.
c) El tipo anterior con un verbo copulativo, del tipo de ser: la conexin sigue
siendo muy amplia, cf. pg. 285. Pero se crean otros verbos que definen ms
precisamente la conexin: ingl. I feel tired, fr. il devint triste, lat. nominor quia leo, etc.
y otros ejemplos con verbo predicativo, ingl. they were given a present. Las oraciones
con verbo copulativo son el origen del tipo pasivo yo soy amado; tambin de oraciones
de infinitivo como lat. Galli dicuntur in Italiam transisse.
d) Un nombre con predicado nominal y, sin embargo, verbo predicativo intransitivo
que es determinado por l al tiempo que el sujeto. Es el tipo complejo de pg. 288
(corre rpido!, gr. , lat. ibant obscuri). El lmite con el tipo c) no
es claro.
3. II. Clases verbales.
Si el verbo no es imprescindible, tampoco lo es el sujeto: confrntese pg. 286 sig.
sobre las oraciones impersonales y las sin sujeto y con caso agente (ergativo) en varias
lenguas. Unas y otras de estas oraciones pueden llevar complementos varios, eso s,
idnticos a los del tipo III. Aadamos que en Indoeuropeo los nombres inanimados no
podan, originariamente, ser sujeto.
En lo que conviene insistir aqu es en que la falta de sujeto ha sido enmascarada en
las lenguas que han generalizado el tipo oracional III mediante la presencia de un sujeto
formal: es ist kalt, it appears, il pleut. Y a veces se interpreta como sujeto lo que
evidentemente no lo era en el comienzo, al menos (confrntese pg. 287). De aqu surgen
oraciones con sujeto infinitivo: gr. Pndaro, Fr. 127;
(Dem., Org. Fin. 16).
Hay incluso lenguas que son incapaces de usar un verbo sin que lleve un sujeto,
mientras que esto es factible en espaol, en verbos personales, siempre que el contexto
sea claro. Si no, hay que distinguir, por ejemplo, entre l y Vd.; marca al menos las
personas. El japons y coreano, en cambio, no las marca (pg. 307).
En suma, junto a la oracin nominal pura existe tambin la verbal pura, que es no
slo un arcasmo, sino tambin un tipo general que se abre camino incluso en lenguas
dominadas por la clase III. Todava existen, de otra parte, huellas de una indiferencia
ocasin a una subclase. Cf., por ejemplo, los dos complementos de persona o cosa
(pg. 279) en espaol {dar pan al pobre), ingl. (I asked the boy a few questions), gr.
(, . Od. XIX, 393), etc.; la construccin con
complemento de persona e infinitivo (they asked me to go, they watched him go, lat.
dicunt illum uenisse, esp. oye otra vez, dios mo, mi corazn clamar, Machado); y
otras ms. La introduccin como complemento de diversas subclases de palabras
puede producir nuevas subclases de oraciones en funcin de las diversas
construcciones de stas.
La distincin entre los dos complementos se logra bien por caractersticas
formales externas (esp. a, ingl. to ante personas), bien por las caractersticas internas
de clases o subclases (el infinitivo, por ejemplo), bien por el orden de palabras. En
ingls, este ltimo es estricto: she asked me a question, pero she asked a question to
me; en esp. a veces s (se lo dio, drselo), pero otras no (dio una propina al
camarero o al revs).
En otros complementos ocurren cosas semejantes: lat. matri morae esse (dos
dats., uno de persona y otro un abstracto), dono dar alicui, etc.
La distincin entre los dos complementos de igual tipo repetidos puede depender
de hechos lexicales, en la medida en que las subclases de palabras acaban por
desintegrarse, en sus niveles inferiores, en hechos lexicales (cf. pg. 317). As, por
ejemplo, en el caso de los llamados acusativos de todo y parte (
Ilada 4, 501), con hechos comparables en dativo (lat. mihi est cordi).
Estos casos son distintos de los de dos o ms complementos. Frente a la oposicin
formal personal/impersonal en esp. e ingls y a otras aludidas el latn opone en
amat puerum y dat panem puero, puero a puerum y panem; tambin conoce parte al
menos de las subclases de palabras. Lo mismo ocurre, por ej., en la oposicin
gen./acus. en gr. T K (gen. y acus.
pueden ser de persona o cosa), Jenof., Anab. I, 2, 5: los casos tienen funciones
diferentes. Hay que atenerse a lo formal en la medida en que no est anulado por
hechos de sinonimia (aloformas) y juzgar sobre las funciones a su luz, no dndoles
carcter general, interlingstico. Cuanto ms claro queda el carcter especfico de
estas funciones es, de todas maneras, cuando se oponen dos complementos junto al
mismo verbo.
7. Tngase adems en cuenta:
a) No hay correspondencia entre las lenguas. Lo que en una es un doble
complemento directo, en otra es complemento directo + complemento indirecto:
esta ltima situacin se deduce de que ambos aparecen juntos y de que no tienen
distribucin complementaria en relacin con clases de palabras. As, al doble
complemento directo del espaol e ingls responde el latn con cus. + dat. (lo que
ha trado la mala interpretacin de los hechos ingleses y espaoles). Cf. tambin el
tipo lat. Ioui bibere ministrare frente al tipo dicunt illum uenisse: el ingls no
distingue entre ambos, slo puede poner dos complementos, uno de persona y otro
en infinitivo. De construcciones de este tipo surgen subordinadas de infinitivo
cuando el acus. o el dat. se entienden como sujetos, lo que se entiende ms claramente cuando no tienen ya una interpretacin en la oracin principal: gaudeo te
proficisci (gaudeo lleva abl.), aesl. ne dobro jest mnogom bogm byti 'no es
bueno que haya muchos dioses'.
b) Tambin ocurre que en una lengua la oposicin entre dos casos sea clara
cuando aparecen juntos o se usan alternativamente con igual valor (gr. -nveiv ovov
o ovou, con acus. o gen.), pero no si van aislados y son irreemplazables (es decir,
cuando hay reccin mecnica). Entonces el caso ha quedado simplemente ligado a
tal verbo: cf., por ej., utor, -fruor en lat. con abl., verbos griegos de tocar, alcanzar,
etc. con genitivo, etc. Verbos de igual sentido tienen as en distintas lenguas
construccin diferente: , o etctera con acus. / lat. bene facer,
nacer, etc. con dat.; verbos de 'or' con acus. (latn) o gen. (griego): en ambos
casos indicando persona o cosa, cf. gr. KOELV 0eoo Od. VII, 11, KTTTOO Od.
XXI, 237, puellas... audis, Hor. C. III, 22, 3, a. uerbum Ter., Heaut. V, 4, 8.
A partir de estos hechos se llega incluso a la neutralizacin de los casos, en
construcciones alternativas en una misma lengua: por ej. lat. tardo uitam fung
(por uita) que demuestra, al convertirse el acus. en objeto nico, que los diversos
complementos eran sentidos igual. Por lo dems, hay que tener cuidado en
distinguir entre el valor sincrnico de un caso y el histrico o etimolgico. ste es
el error de las Gramticas tradicionales, que ven un instrumental en la
construccin latina de utor, un gen. ablativo en la griega de verbos de 'or', etctera.
c) Decamos arriba (pg. 279) que el lmite entre complemento y determinacin
adverbial o circunstancial es a veces indeciso. De ah las discrepancias entre las
lenguas: pagars tu crueldad, pero ingl. you will pay for your cruelty; fr. fournir
quelque chose quelqu'un pero ingl. furnish someone with something, etc. Aqu se
oponen complemento y determinacin adverbial; cuando sta se fija y se convierte
en un complemento, puede hacerlo de distintos modos y de ah las discrepancias
segn las lenguas aludidas en b).
8. Tambin sucede en ciertas lenguas que la posicin aparte que en indoeuropeo
tiene a pesar de todo (salvo casos lmite) el complemento directo respecto a casos
concretos o adverbiales, no existe en absoluto. Por ej., en vietnams frases que
traducimos por 'comer pescado', 'ir a Saign' y 'comer en un restaurante' no se
distinguen formalmente, pues constan siempre de un verbo seguido simplemente de
un nombre: n c, di Si-gn y un cao-lu respectivamente.
Cuando intervienen pre o postposiciones ocurren cosas que son en sustancia
equivalentes. As, la postposicin pe se aade en guaran no slo a lo que nosotros
llamaramos complemento directo, sino tambin a lo que llamaramos locativo. En
tagalo, todos los complementos del verbo se relacionan con ste por medio de una
preposicin, con lo que el complemento directo es uno de tantos complementos. Pero
hay ms. Son dos las preposiciones que marcan relaciones comprendidas dentro de la
nuestra de complemento directo: una indica un complemento definido (/ qa ba.ta qa
kuma..qin sa maga / 'el nio el que comi el mango') y otra el indefinido (/ qa ba . ta
qa kuma. qin na marjga / 'fue el nio el que comi mango, mangos'). Pero no es esto
slo, sino que la preposicin de complemento indefinido va tambin ante lo que
nosotros llamaramos un adverbio (/ qa ba. ta qa luma. kad na mala. yoq / 'fue el
nio el que pase muy lejos'). Todo ello segn Constantino (1).
No faltan, ciertamente, lenguas en que el complemento directo est muy separado
formalmente de los casos adverbiales, ms que en indoeuropeo. As en groenlands,
donde el caso subjetivo y el objetivo difieren de los dems en que son capaces de
marcar el nmero. Adems, en ambos se indica la relacin de posesin (cf. pg. 220), al
contrario de los dems.
En definitiva, hay que, dentro de cada lengua, establecer grupos de verbos con un
esquema fijo de complementos o con posibles determinaciones adverbiales y tratar de
distinguir entre unos y otros y luego entre los diversos complementos o determinaciones, sabiendo que hay casos lmite: sinonimia parcial de los complementos
(aparte del caso en que hay uno slo con distribucin complementaria segn las
subclases de palabras) y de los determinativos. Se llega as a subclases del verbo que
son las que la antigua gramtica distingua por el sentido (los verbos que significan...
rigen...); algunos verbos pueden pertenecer alternativamente a varias subclases de
palabras. Cuando hay doble complemento de un mismo tipo, solo algunas subclases del
verbo pueden tenerlo.
9. 3) Construcciones predicativas. Son las de tipo complejo estudiadas en pg. 287
sigs. En ellas el complemento es determinado por un adjetivo, que a su vez determina al
verbo. Se usan tambin fuera del acusativo.
10. 4) Construcciones con orientacin de la accin respecto al sujeto. Es un grupo
heterogneo. En unas lenguas se trata de formas reflexivas ( l se lava) que, a veces,
tienen un lmite indeciso con las intransitivas (l se marcha lo es ya claramente). En otras,
como el georgiano, de una flexin interna del verbo que indica que la accin es
realizada sin precisin del beneficiario, para s, en relacin con otro, para otro, sobre
otro: los dos primeros tipos equivalen a las voces activa/media del griego etc.
Aqu entramos ya en el tema de las categoras verbales: en las lenguas indoeuropeas
es la voz media, efectivamente, la que desempea una funcin de este tipo. Como en
otras ocasiones, lo que unas lenguas expresan dentro de una construccin, otras lo
incluyen en la palabra: cf. los verbos con construccin objetiva, que sustituyen a ciertas
construcciones con complementos, aunque, a veces, se aaden tambin estos, con lo que
surgen hechos de referencia cruzada. Aqu hay tambin paralelos en construcciones como
gr. 'se lava las manos', en que la voz media indica que el complemento
pertenece o tiene una relacin estrecha con el sujeto.
En suma, puede decirse que las oraciones orientadas respecto al sujeto son una
subespece de las de complemento y concretamente de las que llevan una marca en el
verbo indicadora de cul va a ser el complemento; solamente, ste puede ser innecesario.
Y en este caso el tema deja de interesar a la teora de las oraciones y por afectar slo al
de las categoras verbales.
Hay todava otros tipos verbales que tienen trascendencia para la construccin: as
los causativos, que exigen forzosamente complemento directo. Pero, en suma, son
construcciones que entran dentro de las enumeradas y no ofrecen inters especial
aunque s, por supuesto, estos tipos de verbos, que unas veces son considerados como
formas de uno mismo y otras como verbos independientes.
11. 5) Otras construcciones. Podra hacerse entrar aqu la voz pasiva, las
interrogativas, exclamativas, etc., pues tienen marcas formales propias. Pero como
pueden aplicarse a todas o casi todas las clases hasta aqu enumeradas, es preferible
hablar de estas construcciones aparte (infra pg. 370) bajo el encabezamiento de
tipos de oraciones.
B.
CLASES MARGINALES.
en
que
sg. -im,
encuentro
2. EJEMPLOS DE SUBCLASES DE
ORACIONES EN ALGUNAS LENGUAS
1. An sin entrar en los tipos de oracin (cf. pg. 370) y prescindiendo de las
complicaciones introducidas por la expansin (infra pg. 348), es decir, cindonos a
las clases bsicas de la oracin simple declarativa, la descripcin anterior ha podido
dejar ver que hay un gran nmero de posibilidades, no realizadas todas en ninguna
lengua. Pero cada lengua, a su vez, aade posibilidades nuevas, como consecuencia de
combinar las posibilidades de los sistemas generales con sus propios sistemas de
clases y subclases de palabras y de categoras verbales y nominales. Llamamos a las
oraciones as engendradas subclases de oraciones y consideramos preferible dar unos
ejemplos a hacer una exposicin sistemtica. Nos limitaremos a sealar algunos del
ingls y el espaol, junto con sus coincidencias y discrepancias. Prescindimos de
aquellos hechos que se estudian mejor en la teora del verbo y tambin de aquellos otros
que se refieren solo a la diferente formalizacin de iguales construcciones
(concordancia, orden de palabras, diferentes tipos de morfemas).
Una primera diferencia: el sujeto puede faltar en espaol, deducindose slo de las
desinencias y del contexto.
En la clase I (oraciones nominales) el esp. opone ser y estar, lo que establece dos
tipos diferentes de conexin; reserva el tipo ser + part. pasivo a la construccin pasiva,
lo que no es el caso del ingls, en que the door is closed es ambiguo, frente a la puerta
es cerrada.
La subclase de verbos con construcciones intransitivas es mucho ms amplia en
ingls que en espaol: es frecuente que a una oracin intransitiva responda en esp.
una con se (he gets up at seven 'se levanta a las siete').
En las transitivas, los complementos de persona y cosa no se distinguen cuando no
van juntos, contra lo que ocurre en espaol (come pan / ama a su madre): la
distincin es slo proporcional sobre la base de las construcciones con dos complementos, que se diferencian por el orden de palabras o por to ante personas, pero
esto slo dentro de un cierto orden de palabras.
2. En el detalle, hay diferencias entre el ingls y el espaol en el manejo del doble
complemento. Por ej., el ingls no posee el tipo objetivo (cf. pg. 218) le di el
libro a tu madre frente a di el libro a tu madre / di a tu madre el libro); pero marca
otras diferencias de nfasis, cf. he gave me the ball / he gave the ball to me. Esta
bsqueda de nfasis lleva a veces en ambas lenguas a sustituir un complemento por una
determinacin adverbial (trajo un libro para m, he built a house -or himself) en forma
no siempre coincidente.
La existencia en los personales espaoles de una oposicin acus./dat., tambin
comporta diferencias.
La construccin con complemento de persona e infinitivo aparece en ingls en
muchos verbos que en espaol llevan que + subjuntivo (I asked him to visit us 'le ped
que nos visitara'); otras veces el esp. lleva, a ms del infinitivo, un acus. o dat. (los
hice salir / les orden salir). As, el esp. responde a veces con una oracin compuesta a
una simple del ingls, pero los infinitivos, a veces, son ya entendidos como
constituyendo oraciones subordinadas.
El tipo con gerundio como segundo complemento (they saw him going) tiene en esp.
muy escasa correspondencia: slo con verbos de percepcin hay construcciones como
le vi robando y aun en este tipo robando se entiende como adverbio; es una
construccin alternativa con le vi robar, con un matiz de diferencia (robando es
descriptivo), mientras que un verbo ingls tiene normalmente que elegir entre ambas
construcciones, sin matiz diferencial.
Al tipo con there are (there anticipatorio) responde el esp. con hay, respecto al cual
suelen diferir formalmente de las de mandato; lat. eamus (subj.) frente a ite.
La multiplicacin de las oraciones de mandato por las negativas da las de
prohibicin, que suelen variar en la construccin respecto a unas y otras. Por
ejemplo, usan subjuntivo en vez de indicativo (no vayas / ve) y an hay otras
restricciones: en ai. (e indoeuropeo antiguo) se usaba como modo de las de
prohibicin el injuntivo, es decir, un indicativo de pasado sin aumento, usado
atemporalmente; en griego se usa el subjuntivo slo si es de aoristo y el imperativo si
de presente; etc. La expresin suele ser distinta de la de las otras oraciones negativas:
lat. non / ne, gr. / , pero no siempre, cf. esp. no en ambos usos.
Hacen transicin entre las oraciones interrogativas y las de mandato las deliberativas
del tipo ; no siempre las hay con una forma propia: cf. esp. hablamos
o callamos?, ingl. shall we speak? Diversas oraciones modales, de otra parte, pueden
hacer transicin respecto a las deliberativas.
d) Finalmente, se pueden establecer subtipos dentro de las oraciones exclamativas, por
ej., en esp. exclamaciones como magnfico! tienen un refuerzo en la tensin con que se
pronuncian respecto a otras en que nos referimos a otra persona: insensato!, maldito!
VI. ORACIONES COMPUESTAS Y UNIDADES SUPERIORES
1. RELACIN CON LAS SIMPLES
1. Por encima de la oracin simple est la oracin compuesta, a la que ya nos hemos
referido varias veces. Se distinguen dos tipos:
a) Oraciones coordinadas, que aaden algo la una a la otra pero pueden tener
autonoma por s mismas. La relacin puede ser copulativa, pero tambin causal,
adversativa, disyuntiva, etc.
b) Oraciones subordinadas: una de ellas determina a la otra y es inconcebible sin
ella.
En principio, slo debe hablarse de composicin de oraciones cuando hay una marca
formal de la misma. La relacin ideolgica no tiene de por s entidad gramatical. Si
decimos llueve, no voy a salir es claro que el primer hecho es causa del segundo: la
simple yuxtaposicin de los mismos lo-hace claro. Sin embargo, no existe
subordinacin. Lo mismo debera decirse de las coordinadas asindticas del tipo ueni,
uidi, uici. Si se las llama coordinadas, es que se consideran como una variante
estilstica de las con conjuncin, como a veces las oraciones aludidas arriba son usadas
como variantes estilsticas de las subordinadas con conjuncin. Igual sucede con las
subordinadas relativas en ingls, donde se dice, por ejemplo, the book I bought is on
the desk o bien the book which I bought, etctera.
Esto sucede solamente en lenguas en que las oraciones compuestas con marca
gramatical son las predominantes. No es esto lo ms comn, sin embargo, por ms
que as nos lo parezca a los hablantes de lenguas como la nuestra, con un gran
desarrollo de la subordinacin. En las lenguas con poco o ningn cultivo literario
la subordinacin es, en general, poco frecuente o inexistente. Concretamente, el
gran desarrollo de la subordinacin en las lenguas indoeuropeas procede, en parte,
de la difusin de tendencias propias, pero sobre todo del influjo ejercido por el
griego y el latn, segn los casos despus del influjo del primero sobre el latn
. En definitiva, el modelo ltimo es la sintaxis de la prosa artstica griega. El ai.,
que permaneci aislado de esta tradicin occidental, desarroll la subordinacin en
un grado mucho menor (empleando, en cambio, abundantemente la composicin
nominal).
Por poner otro ejemplo, las lenguas uralo-altaicas no conocen en sus fases
antiguas ni la coordinacin ni la subordinacin. Luego han tomado, para
desarrollarlas, prstamos de lenguas ide. ('y' se dice en mordvo, etc. con i, del ruso;
en finlands con ya, del germnico); o, por influjo de stas han desarrollado, sobre
todo en hngaro y finlands, un sistema de conjunciones y relativos a partir de los
pronombres interrogativos y demostrativos.
En suma: solo los indicios formales definen de una manera tajante la existencia
de coordinacin o subordinacin.
2. Pero an en el caso de que haya estos indicios formales, encontramos casos
de transicin o duda entre oracin simple y compuesta:
a) La coordinacin de oraciones no es en principio otra cosa que la coordinacin
de dos verbos con ayuda de una conjuncin. Es decir, algo comparable a la
coordinacin de dos sujetos o dos complementos. Coordinados los dos verbos, pueden continuar teniendo el mismo sujeto o complemento: confrntese ejemplos en
pg. 351. No hay pues una sntesis de dos oraciones diferentes con reduccin de
elementos: es un tipo de coordinacin que est an prximo a la oracin simple. La
prueba de ello es que con mucha frecuencia las conjunciones que coordinan
oraciones son idnticas a las que coordinan palabras. Este tipo de coordinacin slo
se considera tal cuando se difunde la coordinacin entre oraciones con todos sus
elementos completos.
b) Hemos visto arriba (pgs. 340, 347) que tanto las oraciones de infinitivo con
sujeto en acusativo como las con participio predicativo, son, en principio, oraciones
simples, incluso si el infinitivo o el participio llevan a su vez un complemento. Concretamente, las oraciones de infinitivo provienen de verbos con dos acusativos, uno
de los cuales se entendi luego como sujeto del infinitivo; en otras lenguas, de
verbos con complemento directo e indirecto, siendo el dativo considerado como
sujeto (aesl. ne dobro jest nam sde byti 'es bueno para nosotros estar aqu');
incluso un giro preposicional puede ser entendido as (ingl. it is good for a man not
to touch a woman). Si el infinitivo Reg a ser considerado como oracin
subordinada y el caso como sujeto suyo, ello sucedi a partir del uso del infinitivo
con verbos cuya construccin no explica la del caso que se entiende como sujeto:
en lat. gaudeo eos uenisse el eos (acus.) es forzosamente sujeto de uenisse, pues
gaudeo exigira un complemento eis (abl.) (cf. pg. 340). A partir de un cierto
momento, el simple hecho de existir un acusativo y un infinitivo (o un dativo y un
infinitivo, en otras lenguas) dependiente del verbo, es ya indicio de subordinacin.
Y como la construccin con infinitivo es paralela a la con participio predicativo e
incluso existe junto a ella en algunos verbos, tambin sta se siente como
subordinada. As en griego son subordinadas tanto la oracin introducida por las
conjunciones , ( ) como la de infinitivo (
) y la de participio predicativo ( ).. En espaol no se ha
desarrollado la subordinacin de infinitivo, pero la hay en la lengua antigua.
3. Otras veces todava ha sucedido que un elemento propio de una oracin pueda
alternativamente ser entendido como indicio de subordinacin; a veces en una
fecha dada queda como nico este segundo papel, pero otras quedan casos ambiguos. En ellos el criterio decisivo es, sin duda, la existencia o no de pausa bien
sealada entre las dos oraciones. Pero este dato, si se trata de textos escritos, puede
faltarnos. Ejemplos:
/ Il. V, 148.
Puntuando as se trata de dos oraciones (a ellos...); puntuando de otro modo, una
(a los cuales...).
urbem quam statuo uestra est (Verg., Aen. I 573) la ciudad que construyo es
vuestra o bien construyo una ciudad: es vuestra.
En casos como estos, la relacin que se senta entre dos oraciones independientes
acab por marcarse gramaticalmente, por as decirlo, con determinados elementos de
una de ellas convertidos as en nexos de subordinacin. Es ste el ms frecuente origen
de estos nexos.
En la interpretacin de un perodo con dos verbos (incluso uno en forma no personal)
como un perodo subordinado hay, en definitiva, un hecho de interpretacin
paradigmtica: se le considera equivalente a la suma de dos oraciones simples ms una
cierta relacin de dependencia entre ellas. Esta relacin de dependencia acaba por
considerarse marcada por un determinado elemento formal, que luego se difunde con
esa finalidad. Dado que este empleo es secundario, nada de extrao tiene que las marcas
de las oraciones compuestas, incluido el uso de tiempos y modos, se hallen a veces
tambin en la oracin simple: es su presencia en una oracin que modifica a otra la que
las hace significativas.
4. En el origen, sin embargo, las oraciones subordinadas son meras expansiones de
las simples o meras transformaciones de un elemento de ellas:
a) Expansiones de carcter adjetival de un nombre: son las oraciones de relativo, ya
especificativas (el hombre que vimos ayer es un italiano), ya explicativas (Juan, que es
muy buena persona, hizo lo que pudo), divisin que coincide con la de la atribucin y
coordinacin explicativa (cf. pg. 283).
b) Transformaciones de un nombre en verbo para ocupar una funcin nominal de
sujeto o complemento (oraciones de infinitivo y participio, completivas, con
conjuncin): me cont que lleg Juan = me cont la llegada de Juan,
c) Transformaciones de un verbo en adverbio, para dar una determinacin adverbial
a la oracin.
Puede darse una serie de reglas para derivar de una oracin simple una subordinada
mediante una expansin o una transformacin. Pueden tambin establecerse relaciones
entre las diversas transformaciones posibles, que dan subordinadas. Esto es lo que ha
hecho siempre la Sintaxis tradicional y lo que ahora intenta llevar a cabo con ms rigor
la Gramtica transformacional, de que nos ocuparemos en el cap. VII. Es un mtodo, en
definitiva, para exponer en forma fcilmente abarcable paradigmas complejos (cf. pg.
468).
2. MARCAS FORMALES
1. Como en otros casos de que nos hemos ocupado antes, las marcas formales de la
oracin compuesta son de rdenes diversos: pausas y entonacin; orden de palabras;
palabras y formas flexionales diversas. A veces aparecen con redundancia, a veces hay
una sola marca; ya se refieren a la segmentacin total de la oracin compuesta, ya a la
existencia pura y simple de la coordinacin o subordinacin, ya a la de un cierto tipo de
coordinacin o subordinacin. En ocasiones las marcas faltan y es la simetra con tipos
bien marcados la que decide la segmentacin.
a) Pausas y recursos suprasegmentales.
Los usos del subjuntivo espaol en subordinadas tienen pese a todo el mismo valor
fundamental de los escasos subjuntivos de oraciones principales, salvo cuando son
sentidos como simple recurso de subordinacin. En griego tico existen ni contrario
subjuntivos de subordinacin que incluso formalmente difieren de los de la oracin
principal e igual los optativos: en la principal no hay ms que el subjuntivo voluntativo
en 1.a pers. y en subordinada hay voluntativo y prospectivo (con ) en todas; en
principal hay optativo cupitivo (sin v) y potencial (con v) y en subordinada ambos,
pero sin v.
Existen lenguas que poseen modos especiales, usados solamente en oraciones
subordinadas: as el groenlands, que junto al presente, optativo e interrogativo
de las oraciones principales tiene el conjuntivo y el subjuntivo de las subordinadas:
takugpago (subj.) es 'si l le ve', takungmago (conj.) 'porque (cuando) le vio'. Es un
estadio al cual est prximo el Subjuntivo de las lenguas romnicas, apenas usado en
principales.
5. Existen, de otra parte, hechos de consecucin, en los que el modo del verbo
subordinado depende, como decamos, de lit oracin principal. El tipo ms frecuente es
aquel en que I tiempo pasado del verbo principal implica un modo especial. Este es el
caso del griego, que tiene tras verbo principal en pasado optativo oblicuo en la
subordinada; pero se trata de un hecho opcional, se puede usar bien este optativo, bien
el modo usado tras presente. Ello depende de que se quiera destacar el punto de vista
del sujeto de la principal o el del de la subordinada. Por otra parte, en estas oraciones el
optativo puede conservar, aparte de su valor subordinante, su valor propio de indicar la
posibilidad: as cuando comenz a desarrollarse esta construccin. Un caso mixto que
es comparable es el del gtico: tras pretrito, el opt. de pretrito puede indicar
anterioridad respecto a la accin de la principal, pero tambin simplemente
subordinacin, sustituyendo al subjuntivo de presente propio de la oracin simple: frah
hwa wesi pata , ,
En espaol la consecucin es obligatoria: quiere que venga / quiso (tambin querra,
quisiera) que viniera; desea que hayas tenido xito / deseaba que hubieras tenido
xito. Aqu un subjuntivo es sustituido por otro. En vendr / dijo que vendra, el ind.
futuro de la principal es sustituido por el potencial.
En latn los hechos son ms complejos. Los diversos indicativos de la oracin
principal tienen subjuntivos correspondientes en la subordinada: a qui es? responde dic
qui sis y paralelamente a fuisti responde fueris; tras verbo en pasado hay
respectivamente esset y fuisset. Hay, ciertamente, excepciones a esta consecucin en
un estilo menos ligado y ms conversacional.
Pese a lo dicho arriba, el modo de una oracin coordinada puede a veces asimilarse
al de otra (casos llamados de atraccin):
(Tucdides II 72, 2) donde atrae el opt.
de la subordinada.
Aparte de todos estos usos modales que indican la subordinacin, tambin es
caracterstica de sta que en la mayora de las lenguas excluye a un modo como es el
imperativo.
6. 5) Subordinacin indicada por el tiempo. Hay lenguas en que el tiempo de la
subordinada permanece inalterado, pero en otras es asimilado a un pasado de la oracin
principal: esp. dijo que vena, cuando lo que el sujeto de la subordinada dijo es voy o
ir.
()1
4. Hurtado de Mendoza, Guerra de Granada, 1. III:
Y considerando yo las causas por qu nacin tan animosa, tan aparejada a sufrir
trabajos, tan puesta en punto de lealtad, tan vana en sus honras (que no es esto en la
guerra la parte de menor importancia), obrase en esta al contrario de su valenta y
valor, truje a la memoria numerosos ejrcitos disciplinados y reputados en que yo me
hall, guiados por el emperador Carlos, uno de los mejores capitanes que hubo en
muchos siglos; otros por el rey Francisco de Francia, su mulo y hombre de no menos
nimo y experiencia.
Anlisis:
A)
2)
muy laxa.
2. Cuando pasamos del dilogo a la obra literaria, el perodo es sustituido por otras
unidades. En un cierto sentido toda obra literaria es una unidad, esto es, un signo
lingstico con determinadas marcas formales y una real unidad de sentido: la impresin
que nos deja su lectura no es una suma de impresiones parciales, sino una de totalidad.
Esta unidad est perfectamente estructurada, no ya solo en partes o captulos, sino en el
tipo de subunidades que descubre el anlisis literario al estudiar la composicin de la
obra. En un discurso a la manera tradicional, por ejemplo, el exordio y la peroracin
constituyen unidades autnomas que, de otra parte, tienen una funcin demarcativa.
Esta funcin es clara tambin en el procedimiento conocido con el nombre de
Ringkomposition o composicin en anillo. Al llegarse a estas unidades de mxima
jerarqua, del estudio gramatical se pasa al estilstico o, mejor, al propiamente literario.
Pero en sustancia los principios a seguir son los mismos.
En poesa, las subunidades en que se organiza un poema estn con frecuencia
marcadas formalmente de un modo especialmente claro. Las pausas, rimas, ritmos
acentuales, etc., estn al servicio de la demarcacin de unidades como las estrofas,
versos, etc. Las unidades mtricas tienden a coincidir con las
gramaticales, pero tambin pueden .cortar stas, producindose as efectos claramente
buscados (casos de encabalgamiento, por ejemplo). De otra parte, la lengua de la poesa
es un subsistema (o un grupo de subsistemas) dentro del sistema general de la lengua:
relaja determinadas coerciones (por ejemplo, el orden de palabras, la esfera de uso de
ciertos vocablos, la subordinacin...) e introduce, en cambio, elementos nuevos. De todo
esto nos ocuparemos en el captulo de Estilstica (x), como hemos anticipado.
Conviene aqu dejar constancia de que con unos u otros elementos y un margen
mayor o menor de libertad en su empleo, Gramtica, Estilstica y Literatura se ocupan
en sustancia, a niveles diferentes, de hechos esencialmente iguales. Cada vez resulta
ms claro que sus mtodos deben, en consecuencia, aproximarse.