Poesía Colombiana 1990
Poesía Colombiana 1990
Poesía Colombiana 1990
Jorge Cadavid**
Juan Felipe Robledo***
scar Torres****
* Este artculo forma parte del proyecto de investigacin "Visiones, representaciones y
presencia de la nueva poesa colombiana, 1980-2010". Universidad Javeriana,
Departamento de Literatura. Investigador principal: Jorge Hernando Cadavid Mora.
Coinvestigadores: Juan Felipe Robledo Cadavid y scar Torres Duque. El proyecto est
inscrito en la OFI (Oficina de Investigaciones) de la Universidad Javeriana, y forma parte
del proyecto de investigacin en Literatura Colombiana de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad.
** Doctor en Filosofa, Universidad de Sevilla- Espaa. Profesor, Departamento de
Literatura, Universidad Javeriana-Colombia. Recibi el "Premio Nacional de Poesa
Eduardo Cote Lamus 2004" y el "Premio de Poesa de la Universidad de Antioquia
2008"[email protected]
Resumen
En este artculo se hace un rastreo de las principales tendencias de la poesa colombiana
entre 1990-2012, con el propsito de distinguir los rasgos de estilo y de contenido que
definen estas nuevas voces poticas y sus vnculos con las generaciones precedentes.
Tambin pretende explorar los puntos de contacto que los jvenes poetas colombianos
han tenido con la vanguardia y la postmodernidad. Cinco tendencias marcan a estos
poetas de finales del siglo XX y principios del XXI: tendencia crtica y autoirnica,
clsica, barroca, prosaico narrativa y filosfica. Finalmente, se reflexiona acerca del
impacto que estas tendencias han tenido en algunos de los ms representativos poetas
del periodo estudiado.
Palabras clave: Poesa colombiana, tendencias estticas, heterogeneidad estilstica,
directrices formales, recepcin.
Abstract
This article presents an overview of the most important trends in Colombian poetry
between 1990 and 2012. The purpose is to highlight the stylistic and content
characteristics that define the new voices in poetry and their bonds with previous
generations. The work of the poets of the end of the twentieth century and the
beginning of the twenty-first century shows five trends- self-critical and ironic, classical,
baroque, narrative, and philosophical- which define their work. The article concludes
with a reflection about the impact that these trends have had in some of the most
representative poets of this period.
Key words: Colombian poetry, aesthetic trends, stylistic heterogeneity, formal
guidelines, audience response.
La recepcin de la poesa en Colombia a finales del siglo XX y principios del siglo XXI es
menor y est enmarcada por el auge de la novela como gnero predominante a nivel
mundial. Poetas como Daro Jaramillo, Piedad Bonnett y William Ospina publican con
xito sus primeras novelas. El crtico Eduardo Jaramillo Zuluaga (2009: 112) se
pregunta:
Por qu escribe de pronto novelas un poeta? Piedad Bonnett completaba media docena
de libros de poemas cuando apareci su primera novela. Para esa poca el caso de
poetas novelistas en nuestro pas no era nuevo. Casi dos dcadas atrs lvaro Mutis
haba publicado La nieve del almirante, la esperada realizacin narrativa de su
personaje potico Maqroll el Gaviero, y Daro Jaramillo escriba La muerte de Alec, una
exploracin fantstica, digamos borgiana, sobre el destino que nos tejen las palabras.
Pregunta a la que pareciera responder, desde sus talleres en la Biblioteca Piloto de
Medelln, el poeta antioqueo Jaime Jaramillo Escobar:
Si un novelista publica un libro de poemas se le reconoce como multifactico, se agrega
a esos ttulos el de poeta, y se le admira todava ms; pero a los poetas se les exige
que se concentren al verso, y si publican una novela se dice que ascienden a novelistas.
(1995: 11).
La caracterstica ms sobresaliente del panorama colombiano, entre 1990 y 2012 es la
marcada preponderancia del gnero narrativo frente a la poesa que, en sus diversas
formas, fue cultivada preferentemente por nuestros mayores escritores a finales del
siglo XIX y mediados del siglo XX.
El siglo XX, en cambio, sobre el fondo de la gran pobreza literaria, legado decimonnico
que Juan Gustavo Cobo Borda llama "tradicin de la pobreza" (1980: 12), se abre no
solo con el preponderante papel de la poesa modernista de Jos Asuncin Silva, sino
tambin con el fenmeno auspicioso de una brillante y vigorosa originalidad americana
que, con Daro, Lugones, Tablada y Mart, se ha evidenciado no como un hecho fugaz y
efmero, sino como una de las tendencias constantes de la idiosincrasia americana que
desembocar en el postmodernismo y las vanguardias. De hecho, Octavio Paz reconoce
al movimiento modernista como nuestro autntico romanticismo: "El modernismo fue
nuestro verdadero romanticismo y, como en el caso del simbolismo francs, su versin
no fue una repeticin, sino una metfora: otro romanticismo." (1986: 128). El
postmodernismo en Colombia equivale a un modernismo rezagado y anacrnico y est
encabezado por el poeta emblemtico Porfirio Barba-Jacob: "Por su acento elocuente y
la musicalidad de su prosodia, una y otras no carentes de noble intensidad, BarbaJacob es un modernista rezagado" (Paz, 1941: 23).
La nueva promocin de poetas nacidos entre las dcadas de los 50 y los 80 niega la
existencia de grupos, movimientos o generaciones. Despus de la Generacin sin
nombre, Golpe de dados o Generacin desencantada no existen las voluntades grupales.
Ellos mismos se ven como individualidades aisladas sin filiaciones programticas. Beben
de la antipoesa (Parra, Varela), la poesa conversacional (Cardenal, Benedetti), la
poesa narrativa norteamericana (Williams, Stevens), la escritura metafsica (Borges,
Juarroz), los poetas hermticos (Lezama, Wesphalen), la poesa crtica (Paz, Huidobro)
y del surrealismo (Molina, Neruda). La poesa concreta, visual y performtica pasa
desapercibida para el caso colombiano. En cambio, encontramos una poesa que vuelve
a la tradicin, su gesto vanguardista est en un retorno a los clsicos, "poesa como
idilio" la llama el crtico scar Torres (1992: 3), tradicin de lo nuevo o "tradicin de la
ruptura", segn Octavio Paz (1987:18). Pensemos en escritores como Fernando Charry
Lara o Giovanni Quessep, cuyas bsquedas van por un retorno a la tradicin, una
restauracin neoclsica.
"Cmo detectar a los jvenes poetas, a los que no se confunden con los jvenes de
antes pero que ya pueden insertarse, por el carcter de su obra, en un nuevo panorama
y unas nuevas tendencias, sin caer en el facilismo de la cronologa?", pregunta el crtico
scar Torres en sus Notas marginales en torno a una nueva poesa colombiana (Torres,
1998: 5). La respuesta queda esbozada como una serie de cnones sueltos',
mapas mviles que vislumbran un relevo en la esttica actual.
Distintos rasgos definen a estas nuevas voces: son poetas que rinden homenaje a los
maestros de las generaciones precedentes (Mito, Piedra y Cielo, Nadasmo, Generacin
sin nombre), en tiempos donde al unsono se habla de parricidio; no plantean una
ruptura con sus antecesores, sino que por el contrario los asimilan y realizan una lectura
crtica de sus obras; son voces plurales, en las que la experimentacin e innovacin se
ligan a la tradicin: tradicin de la ruptura (Paz, 1987: 18); no existe una voluntad de
grupo, generacin o movimiento, sino que conscientemente encuentran en la diversidad
una configuracin de mundos; son autores que reflexionan sobre la poesa dentro de la
poesa misma, poesa crtica, meta-poesa (Barthes, 1983: 84).
Su actitud crtica se refleja en una desconfianza ante el lenguaje y cierta "tentacin por
el silencio" (Chirinos, 1998: 17). Potica de lo blanco (Montejo, 2008: 5), tendencia a la
eliminacin de nexos sintcticos, a una destruccin del discurso lineal as como una
ruptura del yo potico (despersonalizacin); gustan del empleo de metforas
hermticas, de difcil interpretacin, con cierta oscuridad deliberada; entienden la poesa
como un palimpsesto (Genette, 1989: 10). Relacionan cada discurso con los
precedentes, llegando hasta la parodia, el collage o el pastiche; recurren a la
intertextualidad, limando las aristas polticas, los jvenes poetas siguen siendo
disidentes a su manera, en especial de toda deshumanizacin, venga de donde venga;
hallan en la presencia desoladora de la poesa conversacional y coloquial una msica
sombra, que no otorga optimismos. Recurren a un estilo narrativo. Innovacin mtrica:
se unen verso y frase; sus posiciones ideo-estticas aparecen catalizadas por el humor
y la irona; finalmente, y segn Paz, creen en el desprestigio de toda utopa -religiosa,
poltica, filosfica, cientfica- (Paz, 2002: 25).
Nuestros tiempos modernos, postmodernos o hipermodernos se niegan a nuclear un
conjunto de voces. La poca de las generaciones, grupos o escuelas en torno a una
revista ha desaparecido. La nocin misma de gnero literario, los precarios lmites
genricos, tienden a desaparecer. Estamos permeados, en esta Era del vaco, como la
llam Gilles Lipovetsky (2004: 7), por un profundo individualismo (interdependencia de
egosmos) que no acepta dioses ni dogmas, donde aun la figura clsica del autor muere:
muerte del autor (Foucault, 1987: 13). Estamos hablando, entonces, de obras abiertas
(Eco, 1988: 8), no unvocas, donde la indeterminacin y la fragmentacin son las
constantes. Esta es una poca de atomizacin en la que el narcisismo es roto por un
estallido de la personalidad, fragmentacin dispersada del yo. Esta generacin vive una
fase de desencanto y de eclecticismo cultural. Hablamos del agotamiento de las
Vanguardias, de la muerte de las Vanguardias y de los manifiestos grupales. Profundos
procesos seculares niegan los grandes meta-relatos (Lyotard, 1987: 14). La dinmica
cientfica y massmeditica rechaza incluso toda tecnologa del yo. El narcisismo del
poeta es un anacronismo. El poeta se invisibiliza: desaparicin elocutoria. Borramiento
de la subjetividad, alejamiento de la vida natural (Friedrich, 1959: 171).
El periodista y crtico Santiago Espinosa, en su ensayo titulado "Una generacin sin
rostro: Poetas colombianos nacidos en la dcada del sesenta", publicado en la Revista
Luna Nueva, ha hecho un boceto de esta generacin con las siguientes palabras:
A los poetas nacidos en los sesenta les toc en suerte una bsqueda en el vaco. Y en
esa conversacin anmica, escrita desde la soledad de lo perdido, quizs sea de donde
nazcan sus mejores poemas. No hay que olvidar que estos poetas comenzaron a
publicar sus libros en los ochentas y noventas, un periodo de crisis culturales y abulias,
parlisis de todo tipo. Puede que nunca antes se haya presentado una situacin tan
desgarrada y ambigua en la poesa colombiana, de un descreimiento en las posibilidades
del mundo, y, al mismo tiempo, un doble descreimiento en las posibilidades del el
lenguaje para reunir o agujerear ese mundo. (Espinosa, 2010: 15).
Cobo Borda refirindose a su Historia de la poesa colombiana, siglo XX, afirma:
"Finalmente la aparente riqueza confusa de nuestros das, con su proliferacin
promiscua, es registrada punto por punto, hasta donde es posible. De Daro Jaramillo a
Piedad Bonnett. De Ramn Cote a Juan Felipe Robledo y Jorge Cadavid. [...] Ya es hora
de asumir herencia a la vez tan redentora y tan trgica. Tan frustrada como plena,
segn confirma la verdadera poesa. Y est an no leda en su conjunto." (Borda, 2004:
34).
Este nuevo grupo de poetas nacidos despus de 1950, posteriores al Nadasmo y a la
Generacin desencantada ve en las revistas Mito y Eco su punto de partida. La muerte
de figuras tutelares como Mario Rivero, con su revista Golpe de dados (ms de cien
nmeros publicados) y Jos Manuel Arango con Acuarimntima (treinta y dos nmeros)
marcan un derrotero. Igual podra decirse de la lectura crtica de obras como las de
lvaro Mutis, Jorge Gaitn Durn y Luis Vidales, obras paradigmticas para estas
nuevas generaciones de poetas. La escritura de Aurelio Arturo y Giovanni Quessep son
vistas como nucleares, fundacionales o modelos a seguir para estas dcadas de fin de
siglo XX y principio del siglo XXI.
El libro de William Ospina, Esos extraos prfugos de Occidente (1994) permite detectar
esas voces, intertextos, palimpsestos que marcan de manera formal estas dos dcadas:
Rimbaud, Whitman, Dickinson, Byron, Hlderlin. Aadira a esta lista maestros
emblemticos contemporneos como: Kavafis, Pessoa, Char, Borges, Rilke, Pound, Eliot,
Trakl, Celan y Mallarm. Es posible detectar el influjo de las escuelas surrealistas y
simbolistas. Se redescubren la tradicin potica norteamericana, portuguesa, francesa y
alemana expresionista. Se mira con cierto desdn la tradicin potica espaola. En estas
dos ltimas dcadas de la poesa colombiana es notoria su inclinacin crtica. Todos los
poetas hacen una lectura reflexiva de su tradicin, son en su mayora escritores con
formacin universitaria, que conjugan su obra potica con el periodismo, la novela y el
ensayo. De hecho, podemos afirmar, que son los mismos poetas quienes se encargan de
abordar la tarea crtica de sus contemporneos. Daro Jaramillo, dndole un nuevo
formato desde el ya clsico Boletn Cultural y Bibliogrfico del Banco de la Repblica;
William Ospina, con ensayos y artculos desde la revista Nmero; Mario Jursich, como
editor y director de la revista El malpensante; Elkin Restrepo, desde la ya clsica Revista
Universidad de Antioquia; Jos Manuel Arango, en sus ltimos aos, con la revista
Deshora y, Mara Mercedes Carranza, desde la direccin y coordinacin de la Revista de
la Casa Silva. Otras revistas que vale la pena mencionar en el oficio divulgador de la
poesa, son: Ulrika, Prometeo, Puesto de Combate, Luna Nueva, Ophelia, Aleph,
formalista, donde predomina la autonoma de lo esttico. Coincide con esta ltima las
tendencias clsica y barroca, centradas en la funcin esttica del lenguaje.
Por ltimo, el poeta Jaime Garca Maffla (1995: 45) seala, en sus "Travesas de una
generacin potica", cuatro rasgos que distinguen la poesa colombiana a partir de la
dcada de los sesentas: sugestin por las fuerzas del lenguaje, que incluye la
construccin arcaica; habla coloquial y directa que incluye la ancdota; expresin
indirecta que incluye el humor y la imagen y la enunciacin lrica que incluye la leyenda.
Ramn Cote resalta la influencia de grandes maestros en las nuevas voces: "Jorge
Cadavid (1962), Catalina Gonzlez (1976) y Gloria Posada (1967) han hecho una
lectura provechosa de Jos Manuel Arango y Elkin Restrepo. Jorge Garca Usta (1960),
Joaqun Mattos Omar (1960) se beneficiaron en sus inicios con el huracn de Ral
Gmez Jattin. Federico Daz-Granados (1974) y Rafael del Castillo (1964) le deben
mucho de su trabajo a la obra de Hctor Rojas Herazo y Mario Rivero. Luis Mizar (1962)
y Felipe Garca Quintero (1973) a Giovanni Quessep y William Ospina." (Cote, 2003:
23). El poeta tutelar de esta dcada es Giovanni Quessep, como para las generaciones
anteriores lo fue Aurelio Arturo.
Poesa capaz de recuperar nuestra tradicin pica precolombina, como en el caso de Vito
Apshana y Fredy Chikangana; escritura que experimenta con las artes plsticas,
lecciones de cfrasis, como las impartidas por Ramn Cote, Nelson Romero, Pablo
Montoya y Guillermo Linero; poesa que parodia la propia poesa -a la manera del
argentino Sergio Raimondi-, como lo hace magistralmente John Fitzgerald; lrica que
rescata los conos de la msica contempornea, en un tono conversacional
desencantado, como la que propone scar Torres; voces insulares, como la de Juan
Felipe Robledo, con sus poemas en prosa que cantan jubilosos la existencia; poesa que
experimenta, que reta las fronteras de la escritura misma -desde los medios
electrnicos- como la que nos ofrece Carlos Patio Milln; poesa de arraigos y
peregrinajes, como la de Juan Jos de Narvez, muy emparentada con la escritura del
mexicano Fabio Morbito en su ya mtico libro De lunes todo el ao; lrica imaginista a la
manera de William Carlos Williams como la de Mario Jursich Durn; voz con ecos neohelenistas como la de Carlos Framb o la poesa de Fernando Denis, quien asimila desde
su marginalidad, en sucesivos palimpsestos, a clsicos como Borges y Swinburne.
La poesa colombiana logra proyeccin internacional: Ramn Cote obtiene en Espaa el
III Premio Casa de Amrica en 2003 y Caja de Madrid en 2010; Juan Felipe Robledo
recibe en Mxico el Premio Jaime Sabines en 2009; Miguel ngel Lpez-Hernndez gana
en La Habana el Premio de Poesa Casa de las Amricas en 2000; John Galn se hace
merecedor del primer premio, en 2009, en el Certamen de poesa Villa de Cox, en
Espaa.
La persistencia de la poesa de finales del siglo XX no solo se ofrece como consecuencia
de una marcada fertilidad creadora, sino que se apoya, adems, en un fenmeno
histrico finisecular ms vasto que corresponde a la crisis universal del espritu y de las
letras que inicia, a finales del siglo XIX, con la disolucin de la mayora de las
estructuras ideolgicas que, segn Paz, se caracteriza por: el fin de las utopas, la no
creencia en la antigua concepcin de progreso, la crisis de la nocin de sujeto histrico
y la duda en la racionalidad continua e infinita de la historia (Paz, 2002: 25).
El rescate de las potencias oscuras del hombre, de los mbitos onricos del inconsciente,
desemboca en un irracionalismo potico como lo defini el crtico espaol Carlos
Bousoo (1981: 29). El caos, lo demencial, la entropa, lo rizomtico, la fragmentacin
-dimensiones desconocidas y despreciadas en la poca de la razn- se van cumpliendo,
a finales del siglo XX, a travs de la poesa de Swedenborg, Nerval, Lautreamont,
Novalis, Poe, etc. Van sealando el actual resurgimiento de una "filosofa especulativa"
donde las potencias irracionales e intuitivas del hombre determinan el reinado del poeta
postmoderno. La forma de la poesa mstica fue invertida para expresar algo profano,
segn Gutirrez Girardot, la incertidumbre del poeta (Gutirrez, 1987: 59).
Partiendo de un rechazo total de los temas grandiosos y del sentimiento, los poetas de
las dcadas de 1990 al 2011 depuran la poesa. Corresponde al desprendimiento de los
problemas de inmediatez histrica que llega hasta un planteamiento ldico o se ahonda
luego en problemas metafsicos. Se trata de una poesa despersonalizada, que concibe
el arte como construccin precisa y sinttica que nada deja liberado al azar. La fuerte
influencia de Paul Valry, con sus postulados tico-estticos, de una poesa pura'
(Brmond, 1947: 7), entendida como resultado de voluntariosa disciplina intelectual se
objetivizan. Estos nuevos poetas van por las bsquedas formales de T. S. Eliot y Ezra
Pound de la imagen pura (imaginistas ingleses). Pensemos para nuestro caso en la
poesa de Mario Jursich quien con un solo libro, Glimpses, logra fundir una corriente
clsica de lnea trazada por Giovanni Quessep con el ms fino imaginismo a la manera
de William Carlos Williams. Por este mismo camino purista, vienen los experimentos de
lvaro Rodrguez, Horacio Benavides y Felipe Garca Quintero. El lirismo o las depuradas
estructuraciones intelectuales se aduean de la poesa colombiana, con obras de
madurez. En estos nuevos poetas, las libertades formales se ven atemperadas por un
gran afn de comunicacin.
Cierto florecimiento econmico (neoliberal) en las ltimas dcadas del siglo XX,
acompaado de una mayor estabilidad poltica, son los derroteros que enmarcan a estas
generaciones de poetas colombianos. El enorme crecimiento de la poblacin urbana
(alteraciones demogrficas) y el auge las mass media, emparentados con los avances
cientficos y el desarrollo industrial marcan estas nuevas poticas (Berman, 1982: 13).
El auge las mass media, la creacin de e-book, la paulatina extincin de las libreras, el
surgimiento de la biblioteca total, el cambio del concepto de derechos de autor, la
emancipacin de la vida privada muestran a un poema que nace ahora cut-and-paste,
segn Lucca Toschi, conviviendo el citado y el citador, el original y el remarke. (1998:
65).
Las literaturas nacionales se van agotando, surge una globalizacin literaria prevista por
Marshall McLuhan (1985: 12). El poeta del siglo XXI es el mstico de la aldea
electrnica, un determinismo tecnolgico lo define. El poeta forma las herramientas y
luego estas lo forman. Los cambios cientficos en este punto no pueden ocurrir sin
analogas a nivel de la conciencia artstica. Por el avance tecnolgico el poeta agudiza la
conciencia de la decadencia.
El poeta imagina a un "escritor global" y a un "lector virtual" que est en todas partes:
dueo de todos los idiomas, europeo o asitico. Oculto en Nueva York o Nueva Delhi. La
digitalizacin de la nueva poesa implica una musa interactiva, transmedial, hipermedial.
A su vez, una expansin postmoderna de los estudios literarios. Hoy en da los poemas
pueden leerse en distintos formatos, texturas y pantallas. Y a travs de mltiples
dispositivos (e-reader, e-book, I-Pad, I-Pod, etc.). Segn Jeff Burger, el poeta imagina
as un libro sin pginas, interactivo, que enlaza imagen, sonido y genera movimiento
(poesa cintica); y unos poemas con nuevas caractersticas: descolocacin, amorfa,
emergencia, disolucin. (1994: 50).
ttulos fragmentarios de sus tres anteriores libros: ALMAC N AC STA (1993), El coraz' n
porttil (1999) y AY-YA (2001).
Lo no dicho, lo eludido no enunciado, el vaco tipogrfico, los espacios en blanco, el
gesto post-simbolista de llegar al significado por el significante, un significante insignificante, es la propuesta de esta poesa virtual. Todo sugerido, nada dicho: decir sin
decir, logos silenciado. Esta austera postura, esta singularidad indica que la palabra del
poeta nace aqu despojada. Despojada de qu? De significante, en unos casos; de
significado, en otros. El gesto es en ambos casos no retrico.
Esta poesa nos remite al contexto, al hipertexto fuera de la propia obra. Los giros
coloquiales, conversacionales, en este libro nos recuerdan la poesa beat
norteamericana y nos llevan por qu no a una poesa concreta y neo-concreta con
vnculos en la mass media, hipermedia. Estamos enfrentados a una potica postparnasiana, post-simbolista, raramente recorrida por los poetas colombianos. Su afn es
desmitificador: "El mundo ocurre/ a la vista/ del poeta". Primer intento en la poesa
colombiana de apropiacin de las nuevas tecnologas, de la llegada a nuestras letras de
la musa interactiva: "Matrix ciencia ficcin? / Mad Max ciencia ficcin? / Ray
Bradbury ficcin?" ("Todo bajo control, I"); "Cmo ibas t a adivinar, / querido Borges, /
que google y yahoo / vendran a ser / los senderos del jardn / que se bifurca" ("Todo
bajo control, IV") (Galn, 2009).
Surge en esta poesa, a partir de La ltima batalla (2010), una conciencia de cmo la
maravilla del mundo, el poder carioso que puede envolver a los amantes es susceptible
de transformar el resquebrajamiento y nos lanza a descubrir la posibilidad de un
encuentro no velado, dispuesto a la certeza del gozo compartido. El paso en algunos de
los poemas de Catalina Gonzlez en una fe renovada en el poder del amor para ser
espacio de encuentro, pareciera estar relacionado con una suerte de iluminacin
simblica, manifestada en un desplazamiento de la paleta de colores del negro y el gris
al verde, y una forma de ligereza compositiva que parece remitir a una suerte de
desprendimiento, un tipo de despojamiento gozoso, acompaado de un rito donde la
comunin se descubre como la afirmacin en un mundo que ofrece, ahora, un rostro
nuevo, aquello que su ltima antologa descubre cmo la contemplacin de "una palabra
(que) brilla en mitad de la noche". As, lenguaje y deseo hacen un pacto luego del duro
recorrido que el amor exige, y se hermanan en una forma de plenitud que antes no
hubiera sido admitido en estos poemas.
Referencias
Alegra, Fernando (1982). "Antiliteratura". En: Amrica Latina en su literatura. Mxico
D.F.: Siglo XXI.
[ Links ]
Agudelo, Felipe (2001). "Los frutos de los nuevos poetas". En: El Tiempo, mayo 20,
p.15.
[ Links ]
Barthes, Roland (1983). "Literatura y metalenguaje". En: Textos crticos. Barcelona:
Seix Barral.
[ Links ]
Benjamn, Walter (2007). Conceptos de filosofa de la historia. Buenos Aires: Caronte.
[ Links ]
Berman, Marshall (1982). Todo lo slido se desvanece en el aire. Mxico: Siglo XXI.
[ Links ]
Bousoo, Carlos (1981). El irracionalismo potico. Madrid: Gredos.
[ Links ]
[ Links ]
[ Links ]
Espinosa, Santiago (2010). "Una generacin sin rostro: Poetas colombianos nacidos en
la dcada del sesenta". En:Revista Luna Nueva, No. 35, Cali.
[ Links ]
Ferrer Corredor, Enrique (2002). "Cuatro visiones de la poesa actual colombiana".
En: Revista Comn Presencia, No. 15, Bogot
[ Links ].
Foucault, Michel (1987). "Qu es un autor?". En: Obras esenciales. Barcelona: Paids.
[ Links ]
Friedrich, Hugo (1959). Estructura de la lrica moderna. Barcelona: Seix Barral.
[ Links ]
Galn, John (2009). rbol talado. Valencia: Pretextos.
[ Links ]
Garca Maffla, Jaime (1995). "Travesas de una generacin potica". En: Revista
Cuadernos de literatura, No. 2, Universidad Javeriana.
[ Links ]
Garca Maffla, Jaime (1999). Traductores de poesa en Colombia. Bogot: Casa Silva.
[ Links ]
Genette, Gerard (1989). Palimpsestos. Madrid: Taurus.
[ Links ]
[ Links ]
[ Links ]
Montejo, Eugenio (2008). "El taller blanco". En: Revista Palimpsesto, No. 24.
[ Links ]
Nez, Charo (1995). "Reportaje con Blanca Varela". En: Diario de poesa, No. 33.
[ Links ]
Oate, Ivn (2004). "Memoria del tiempo". En: Revista Comn Presencia, No. 16.
[ Links ]
Paz, Octavio (1987). Los hijos del Limo. Barcelona: Seix Barral.
Paz, Octavio (1941). Laurel. Mxico: Sneca.
[ Links ]
[ Links ]
Paz, Octavio (2002). "La bsqueda del presente". En: Discursos de los Premios Nobel.
Bogot: Comn Presencia.
[ Links ]
Sontag, Susan (1996). Contra la interpretacin. Mxico: Alfaguara.
Torres, scar (2006). Ponencia indita. Seattle, Washington.
[ Links ]
[ Links ]