Martin Lutero "Contra Las Hordas Ladronas"s
Martin Lutero "Contra Las Hordas Ladronas"s
Martin Lutero "Contra Las Hordas Ladronas"s
Martn Lutero
1525
Mt. 7: 1.
"Exhortacin a la paz en relacin con los Doce artculos de los campesinos de Suabia", Eisleben, abril de 1525.
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Los "Doce artculos" son un resumen de las quejas y exigencias de los campesinos de Suabia. Fueron publicados
antes de abril de 1525.
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Toms Mnzer, telogo y revolucionario. Naci en 1489 y muri decapitado el 27 de mayo de 1525.
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Jn. 8: 44.
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Lc. 20: 25.
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desobedientes, por lo que San Pablo en Romanos 13 pronuncia sobre ellos el fallo siguiente:
"Quienes se oponen a la autoridad, acarrean condenacin para s mismos", veredicto que
finalmente alcanzar tambin a los campesinos, tarde o temprano, porque Dios quiere que se
observe fidelidad y lealtad.
Lo segundo, es que instigan a la rebelin, y despiadadamente asaltan y saquean conventos
y castillos que no son de ellos, lo que ya de por s es suficiente para que merezcan doblemente la
muerte en cuerpo y alma, como manifiestos salteadores y asesinos; consta adems que un hombre
convicto del delito de rebelin ya queda, de hecho, fuera de la ley, tanto de Dios como del
emperador, de modo que el primero que pueda hace bien en matarlo. Pues frente a uno que
promueve una rebelin pblica, cualquier hombre es al mismo tiempo juez y verdugo. Es como
cuando se declara un incendio: el primero que pueda extinguirlo, es el mejor. Porque la rebelin
no es simple homicidio; antes bien, como tremendo incendio que abrasa y devasta una comarca,
as la rebelin trae como secuela un pas lleno de homicidio y derramamiento de sangre, hace que
abunden las viudas y los hurfanos, y todo lo destruye como la ms grande calamidad. Por eso
arremeta, aplaste y acuchille quien pueda, en secreto o en pblico, y tenga presente que no puede
haber nada ms ponzooso, pernicioso y diablico que un hombre rebelde. Ocurre como un perro
rabioso al que es preciso matar: si t no lo aniquilas a l (al rebelde), l te aniquilar a ti, y as
como a ti a todo un pas.
Lo tercero, es que encubren tal pecado atroz y abominable con el evangelio, se llaman
hermanos cristianos, se hacen jurar fidelidad y lealtad, y obligan a la gente a participar con ellos
en estas abominaciones. Con esto se convierten en los ms grandes blasfemadores contra Dios y
profanadores de su santo nombre, y honran y sirven as al diablo cobijndose con el evangelio,
por lo cual tienen merecida por lo menos dcupla muerte en cuerpo y alma. Nunca tuve noticia de
pecado ms bochornoso; hasta me inclino a creer que el diablo siente avecinarse el postrer da
porque se lanza a empresas tan inauditas, como si quisiera decir: "es lo ltimo que puedo hacer,
por esto ha de ser lo peor; voy a revolver el tonel hasta las heces y desfondarlo del todo". Dios
no se lo permita! Ah ves qu prncipe poderoso es el diablo, cmo tiene el mundo en sus manos
y puede hacer de l un solo revoltijo. Con cunta prontitud puede atrapar, seducir, cegar,
empedernir y sublevar a tantos miles de campesinos, y hacer con ellos lo que su inextinguible
saa le dicta!
De nada les vale tampoco a los campesinos alegar que, conforme a Gnesis 1 y 2, todas
las cosas fueron creadas para el uso libre y comn, y que todos fuimos bautizados con el mismo
bautismo. En el Nuevo Testamento no rige ni vale Moiss, sino que all est nuestro maestro
Cristo y nos sujeta con cuerpo y bienes al emperador y al derecho civil: "Dad a Csar lo que es de
Csar"7. As dice tambin Pablo en Romanos 12 a todos los cristianos bautizados: "Somtase toda
persona a las autoridades superiores"8; y Pedro: "Someteos a toda institucin humana"9. A esta
enseanza de Cristo tenemos que atenernos tal como lo ordena el Padre desde el cielo diciendo:
"ste es mi Hijo amado; a l od"10. El bautismo, en efecto, hace libre no el cuerpo y los bienes,
sino el alma. El evangelio por su parte tampoco establece comunidad de bienes, excepto entre
aquellos que quieran practicarla libre y espontneamente, como lo hicieron los apstoles y discpulos en Hechos 411, quienes de ninguna manera exigan que fuesen propiedad pblica los
7
12
Ef. 6: 12; 2: 2.
encomendado la espada para castigar al que hace lo malo, Romanos 1313. Es tu palabra que no
puede mentir. As es como tengo que cumplir tal funcin so pena de perder tu gracia; y as es
evidente tambin que estos campesinos han merecido reiteradamente la muerte ante ti y ante el
mundo, y que yo he recibido el encargo de castigarlo. Si ahora quieres hacerme morir a manos
de ellos, y si quieres quitar de m la facultad gubernamental y dejarla perecer: bien hgase tu
voluntad; al menos morir y sucumbir en cumplimiento de tu divino mandato y palabra, y ser
hallado obediente a tu mandato y mi funcin. Por esto castigar y herir mientras pueda mover un
dedo; t juzgars y hars todo de la mejor manera.
As puede suceder entonces que quien pierde la vida luchando en las filas
gubernamentales, sea ante Dios un mrtir genuino si luch con la disposicin de nimo que
acabamos de describir, porque acta en lealtad a la palabra divina. Por otra parte, puede suceder
que quien cae combatiendo en filas de los campesinos, tenga que arder para siempre en el fuego
infernal; porque tom la espada en desobediencia a Dios y contrariando la palabra divina, y es un
miembro del diablo. Y aunque ocurriese (no lo permita Dios!) que los campesinos vencieran:
porque para Dios todo es posible, y qu sabemos nosotros si para preludiar el tal vez ya cercano
postrer da, Dios no resolvi destruir mediante el diablo todo orden y autoridad, y convertir el
mundo en un montn de escombros; de todos modos morirn confiados y sucumbirn con buena
conciencia aquellos que son hallados fieles en el desempeo de su oficio de la espada y que,
abandonando al diablo el reino de este mundo, toman en cambio el reino eterno. Tan extraos son
los tiempos actuales, que un prncipe puede ganarse el cielo derramando sangre, mejor que otros
pronunciando oraciones.
Finalmente, hay una cosa ms que debera impulsar a las autoridades, y es que los
campesinos, no contentos con ser ellos mismos presa del diablo, aun obligan y fuerzan a mucha
gente piadosa, contra la voluntad de stos, a plegarse a su diablica liga, hacindolos as
participes de toda su maldad y condenacin; pues quienes hacen causa comn con los rebeldes,
van a parar tambin junto con ellos en manos del diablo y se hacen culpables de toda fechora que
ellos cometen; y sin embargo tienen que hacer causa comn con ellos porque tienen una fe tan
dbil que no ofrecen resistencia. En realidad, un cristiano piadoso debera preferir padecer cien
veces la muerte antes de comulgar en lo ms mnimo con la causa de los campesinos. Cuntos
mrtires podran producirse ahora mediante estos campesinos sanguinarios y profetas asesinos! Y
bien: de esta gente aprisionada por los campesinos, las autoridades deberan apiadarse. Y si no
tuviesen otra causa para tomar decididamente la espada contra los campesinos y para empear en
ello su propia persona y bienes, ya sta sera ms que suficiente: la de salvar y ayudar a estas
pobres almas que fueron obligadas por los campesinos a entrar en tan diablica confederacin, y
que sin quererlo caen con ellos en tan tremendos pecados y se acarrean eterna condenacin; pues
tales almas estn verdaderamente en un purgatorio, y ms que esto, en los lazos del infierno y del
diablo.
Por esto, amados seores, acudid para liberar, para salvar, para ayudar; apiadaos de esta
pobre gente. Apuale, hiera, mate quien pueda. Si en esto te alcanza la muerte, dichoso de ti!
Muerte ms bienaventurada jams te podr sobrevenir, porque mueres en el cumplimiento de la
palabra y mandamiento de Dios, Romanos 13, y en el servicio del amor que se esfuerza por salvar
al prjimo de los lazos del infierno y del diablo. Ruego pues: quien pueda, huya de los campesinos como del diablo mismo. Por aquellos empero que no huyeren, suplico a Dios que los
ilumine y convierta. Mas los que son imposibles de convertir, conceda Dios que no tengan suerte
13
Ro. 13: 4.
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ni xito en lo que emprendan. Y todo cristiano piadoso diga Amn; pues esta oracin es buena y
correcta y agradable a Dios, de esto no me cabe duda. Si alguien opina que me he expresado con
excesivo rigor, tenga presente que la rebelin es algo insoportable, y que en cualquier hora se
puede esperar la destruccin total del mundo.