De Lucia Persecucion Protestantismo Italia PDF
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Ao 2010. Vol. I
RESUMEN
El presente trabajo se propone analizar la poltica anti-protestante del rgimen musoliniano, dentro del
contexto del racismo de Estado llevado adelante por la dictadura fascista. El autor considera este perodo
como una bisagra histrica para la minora protestante en la sociedad italiana y se explicita la continuidad de
elementos de intolerancia religiosa en la Italia posfascista.
Palabras clave: fascismo italiano, racismo de Estado, minora protestante.
ABSTRACT
The purpose of this paper is to analyze the anti-Protestant politics Mussolinis regime, in the context of
the State racism developed by the fascist dictatorship. The author considers this period as a historical hinge
for the Protestant minority in the Italian society, and he makes clear the persistence of some elements of
religious intolerant in the post-fascist Italy.
Keywords: Italian fascism; State racism; Protestant minority.
Durante mucho tiempo ha sido un lugar comn afirmar que la principal diferencia entre
el fascismo italiano y la dictadura nacionalsocialista radic en el escaso peso que habran
tenido los componentes racistas en la ideologa mussoliniana, as como la poca entidad que
habra tenido la implementacin de polticas de racismo de estado por parte del rgimen
fascista. Pese a que es un hecho harto conocido que en 1938 la dictadura mussoliniana
dict leyes raciales dirigidas contra los judos y otros grupos no arios, se ha afirmado en
varias ocasiones que esta poltica fue producto de meros giros tcticos producto de la
alianza de Mussolini con Hitler en vsperas de la segunda guerra mundial. Una
consecuencia no buscada por el rgimen fascista que habra quedado engrampado por la
necesidad de hacer algunas adaptaciones ideolgicas a consecuencia de su poltica de
alianzas. Sin duda, son muchas las razones que impiden poner un signo igual entre las
polticas raciales fascistas y el dispositivo racista y genocida de la dictadura nazi. Tambin es
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cierto que Alemania e Italia eran pases muy disimiles en trminos de diversidad tnica y
confesional y que en Italia, desde el Risorgimiento en adelante, exista poca tradicin de
persecuciones religiosas o raciales. Pese a todos estos elementos, creemos que la lnea de
anlisis que tiende a reducir al mnimo la importancia de los dispositivos racistas aplicados
por el rgimen mussoliniano es, en lo fundamental, inexacta.
El rgimen fascista italiano fue una dictadura reaccionaria orientada a la represin de los
movimientos de las clases subalternas y al bloqueo poltico ideolgico de las masas a travs
de la difusin de una ideologa corporativista, imperialista y chauvinista que llev adelante
una poltica de homogenizacin autoritaria de la sociedad civil funcional a su
fortalecimiento en el poder. Estos elementos eran, de por s, causa suficiente para que
distintas formas de racismo de estado fueran convirtindose en un componente tpico del
rgimen fascista y que, en algunos casos, ya estuvieran parcialmente prefiguradas en el
discurso del movimiento fascista antes de la toma del poder. A nuestro juicio, las polticas
racistas de estado de la dictadura mussoliniana pueden clasificarse en base a la siguiente
tipologa: a) asimilacin forzada de las minoras lingsticas ligadas a nacionalismos
perifricos (franco parlantes, germano parlantes, helvticos, eslavos) o a culturas regionales
(sardos, greco parlantes de la Apulia y albaneses sicilianos y calabreses); b) polticas de
explotacin y represin genocida de las poblaciones nativas en las colonias italianas (libios,
etopes, somales, etc); c) persecucin a minoras consideradas asociales y perjudiciales al
desarrollo de la raza italiana (homosexuales, gitanos, reforzamiento de los aspectos
represivos del orden psiquitrico, polticas de eugenesia racial); d) antisemitismo a partir de
1938; e) persecucin de minoras religiosas no catlicas. En las siguientes pginas nos
ocuparemos de analizar la evolucin y desarrollo de las polticas punitivas del rgimen
fascista contra la poblacin italiana de fe protestante y sus iglesias*
No incluimos la poltica contra los judos entre la persecucin de las minoras religiosas ya que los
objetivos de las leyes antisemitas del fascismo excedan el marco confesional. Se acercan ms a la tipologa de
persecucin religiosa los intentos de asimilacin forzada de las minoras de cristianos ortodoxos de las islas
griegas bajo soberana italiana, del territorio griego y serbio ocupado durante la segunda guerra mundial y de
las pocas comunidades ortodoxas de la pennsula. Tambin el intento de subordinacin de la iglesia copta
abisinia a la jerarqua catlica durante la invasin de Etiopia. La relativa tolerancia a las creencias musulmanas
en las colonias italianas se debi a consideraciones de clculo poltico.
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Alejandro Gavazzi
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Al margen de este protestantismo bien integrado al espacio liberal radical de la Italia pre
fascista, se haban comenzado a difundir por la pennsula, a principios del siglo XX, las
doctrinas de otras corrientes protestantes muy distintas de las iglesias histricas. Como
parte de un efecto retorno de la inmigracin talo-norteamericana en la pennsula hicieron
pie en Italia grupos como la Wach Tover (los actuales testigos de Jehov) (1903), los ya
mencionados Adventistas del Sptimo dia (1903) y distintos ministerios pentecostales.
Estos ltimos comenzaron a actuar en Italia en 1908 como parte de la accin misionera de
una iglesia italoamericana de Chicago. Pronto las pequeas iglesias en donde se hablaba en
lenguas y se ejercan los dones de sanidad comenzaron a florecer en las aldeas rurales de la
Italia meridional. (12) La Italia del mezzogiorno con su tradicin de bandidos sociales y sectas
milenaristas opuestas al avance del capitalismo en el agro (lazaretistas, conversos al
judasmo) resulto un terreno de trabajo interesante para el evangelismo premilenarista de
origen yanqui. En Npoles, en varios puntos de Calabria, particularmente en Foggia; y en
Sicilia el evangelismo alcanz un grado interesante de expansin en las tres primeras
dcadas del siglo XX. En Calabria el pentecostalismo parece haber impactado
principalmente entre los pequeos productores agrarios. Incluso Eric Hobswam sostiene
que en los aos 20, durante el avance del fascismo en Calabria y Sicilia, las pequeas
congregaciones evanglicas constituyeron un mbito de reagrupacin de la militancia de las
ligas de campesinos y sindicatos agrarios desarticulados por la dictadura. En algunos
pueblos de Sicilia se formaron pequeas iglesias evanglicas entre los trabajadores de las
minas de azufre a los que la asimilacin del mensaje anticatlico difundido por los
misioneros evanglicos les facilito luego su encuadramiento en sindicatos socialistas.
Hobswam insiste tambin que en los aos de ascenso del fascismo cuadros polticos y
sindicales de izquierda del sur italiano adhirieron al pentecostalismo, a las iglesias bautistas,
a la iglesia de los fratelli y aun a los apolticos testigos de Jehov, sin renunciar a su
militancia. (13). Mientras tanto en la Italia previa a la primera guerra mundial la pequea
minora protestante alcanzaba una presencia importante en la esfera poltica e intelectual.
Desde fines del siglo XIX las juventudes valdenses, metodista y bautista estaban federadas
y eran muy activas en la vida de las ciudades del norte y centro de la pennsula. El
conservador pisano Sdney Sonnino, canciller italiano en los aos de la primera guerra
mundial, era un protestante de origen judo.
Resumiendo lo expuesto, podemos decir que en los aos de ascenso del fascismo el
universo del protestantismo italiano presentaba dos rostros claramente diferenciados. Uno
ligado a la Italia urbana y liberal y a sus mbitos polticos e intelectuales identificados con la
democracia y el laicismo, como fuerzas impulsoras de la naciente identidad italiana, y otro
ligado a las tensiones sociales y tradiciones milenaristas de la Italia campesina profunda.
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meridional y puso ms el acento en la centralidad del papel del aparato de la iglesia catlica
y su aceitado dispositivo ritual en el mantenimiento de los campesinos supersticiosos bajo
la dominacin de los terratenientes meridionales. Para Gangale el dominio del cura catlico
sobre el campesino era ms la causa que la consecuencia del atraso de las masas rurales.
Para este calabrs anticlerical, converso a la fe reformada, las devociones hacia las reliquias
milagrosas de los santos patronos de las grandes urbes meridionales (San Genaro en
Npoles, San Nicols en Bari y Santa Rosala en Palermo) eran la prueba ms acabada de la
supersticin y el atraso en el cual el catolicismo mantena a las masas del mezzogiorno. Para
Gangale el combate contra la influencia del cura sobre el campesino revesta una vigencia
difcil de exagerar.(16) En cambio, para el liberal de izquierda Pietro Gobetti, que haba
descubierto el potencial histrico de las masas obreras de San Petersburgo y Turn, la lucha
era, principalmente, social y poltica. El heredero histrico de la revolucin liberal
inconclusa, incluyendo el legado progresivo del protestantismo, era la clase obrera. Los
obreros de las grandes fabricas de Turn que haban hecho temblar a la Italia burguesa en
las grandes huelgas de 1919-1921, que a travs de sus luchas reivindicativas, se elevaban
poltica e intelectualmente, deban llevar a cabo la revolucin econmica, poltica y moral
aun pendiente en Italia. En esta polmica no se priv de meter la cuchara ni el mismsimo
Antonio Gramsci, amigo de Gobetti y compaero de iniciativas polticas e intelectuales del
intelectual turins. Gramsci estaba ms cerca de las posiciones de Gobetti que las de
Gangale. No obstante, en algunos apuntes de sus cuadernos insisti en que el problema era
ms complejo que la mera ausencia de una ruptura de la unanimidad catlica en el pasado
peninsular. No slo haba estado ausente la reforma en Italia, sino tambin se senta la
ausencia de una revolucin liberal con participacin de masas como la revolucin francesa
y el jacobinismo. Movimiento este ltimo que haba logrado crear en Francia un nuevo
bloque histrico contra hegemnico por medio de la alianza entra la burguesa
revolucionaria, el campesinado y los pobres urbanos. La burguesa del norte de Italia no
haba sido capaz de crear una alianza semejante ni en los aos de la revolucin francesa ni
durante Il Risorgimiento y la unificacin del pais. Como seala Gramsci en sus Apuntes sobre la
cuestin meridional tampoco los partidos de la clase obrera haban sabido tender puentes
slidos hacia el campesinado meridional en los aos previos al fascismo. (17)
Mientras los liberales de izquierda y los neo protestantes se lamentaban de la ausencia de
un pasado reformista peninsular, los intelectuales fascistas tambin comenzaban a decir lo
suyo sobre este tema. En una conferencia pronunciada en la Universidad de Perugia en
1925, Alfredo Rocco, ministro de justicia de la dictadura y uno de los principales
intelectuales del rgimen, defini al fascismo como una revolucin contra la modernidad y
por ende enemiga del protestantismo, al que el ministro fascista le atribua ser la matriz
primaria de todo el proceso de modernidad en Europa occidental.(18) Rocco no fue el
nico referente del rgimen que opino sobre este tema en los aos de ascenso de la
dictadura. En 1923 un personaje ambivalente y sinuoso como el fascista heterodoxo, de
origen protestante, Curzio Suckert (pseudnimo Curzio Malaparte), polemizaba con
Gobetti, en un libro titulado La Europa viviente. Suckert-Malaparte afirmaba la
incompatibilidad de la civilizacin italiana con la modernidad protestante. Por su parte
como prologista de La Europa, el fascista catlico Ardengo Soficci tambin defina al
fascismo como un movimiento esencialmente anti-reforma. (19)
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Giuseppe Gangale
En cuanto al trato dado por el rgimen a los cultos disidentes comienzan a producirse
en estos aos movimientos sutiles que preanunciaban el estado de cosas que se impondra a
partir de 1929 con el Tratado de Letrn y la alianza del fascismo y el Vaticano. Entre los
sectores ms extremistas del rgimen se haban comenzado a alzar voces que consideraban
a las iglesias protestantes como un obstculo a la consolidacin de una nueva identidad
nacional bajo las banderas de la romanidad y el catolicismo como pilares de la italianidad
fascista. A partir de 1927 la polica de todo el pais recibi la orden de vigilar a todas las
iglesias evanglicas a fin de descubrir acciones o discursos antifascistas. Ese mismo ao el
diario fascista meridional la Gazeta di Puglia (Apulia), zona de fuerte proselitismo
evanglico, llevo adelante desde sus paginas una virulenta campaa anti protestante. Ya
desde un par de aos atrs el rgimen haba enfocado su lente sobre un pequeo culto
disidente cuyo proselitismo le resultaba particularmente irritativo. Desde su llegada a Italia
en 1903 la sociedad Wach Tower (a partir de 1931, testigos de Jehov) haba logrado crear
crculos de estudios de la biblia en Turn, Gnova, Venecia y otras ciudades italianas.
Durante la primera guerra mundial varios miembros de la secta haban sido objetores de
conciencia y haban sufrido condenas a prisin por parte de tribunales militares italianos.
En 1924 la O.V.R.A (Opera vigilanza represione antifascista) comenz a vigilar a los crculos de
la Wach Tower de fuerte tendencia antiestatista y antipatritica y que publicaban folletos en
donde se calificaba al papado como agente del anticristo. En 1925 el prefecto de Venecia
prohibi la circulacin de los escritos de la secta. Al ao siguiente se encarcelo a algunos
aclitos de la Wach Tover acusados de ser los instigadores de un atentado contra Mussolini
llevado a cabo por Violeta Gibson, una mujer irlandesa que padeca trastornos psquicos.
Ese mismo ao la prefectura de Teramo espi al crculo de estudios bblicos de la Wach
Tower en la localidad de Rosburgo al que calificaba de centro difusor de sedicente propaganda
evanglica. Es tambin en 1926 cuando la dictadura crea el tribunal de defensa del estado
para juzgar todo tipo de actividades antifascistas. Junto a comunistas, socialistas y otros
opositores los testigos de Jehov italianos tendrn el privilegio de estar entre los que
pasaron mas tempranamente por los estrados de dicha institucin. En 1927 la polica de
Turn mand a secuestrar las copias de un panfleto de la secta con un llamado a la paz
mundial y en 1928 se prohibi la entrada al pais del rgano escrito de la sociedad al que se
calificaba como propaganda subversiva. Luego de aprobarse la nueva ley de cultos
disidentes en 1930 la secta fue proscripta del todo y sigui trabajando de forma clandestina.
Su base de operaciones era Berna (Suiza) desde donde los misioneros de la Wach Tower
llegaban hasta los pueblos del valle de Aosta, Alto Adigio y otros puntos del norte de Italia.
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crcel por negarse a integrarse a las fuerzas armadas. (35) Luego de la cada del fascismo en
1943, los objetores de conciencia que estaban presos o confinados fueron indultados por el
gobierno de Badoglio. Pero los testigos de Jehov de la mitad norte de Italia sufrieron los
rigores de la ocupacin alemana. Muchos de ellos fueron deportados a campos de
concentracin nazis para hacer compaa a sus correligionarios alemanes que en los lager se
diferenciaban de los otros prisioneros por el uso de tringulos violetas. El caso mas celebre
de testigos de Jehov italianos deportados a los campos de exterminio es el de Narciso Riet,
un italiano de origen alemn, capturado mientras introduca en Italia revistas de la Wach
Tower, y trasladado a Dachau donde se lo ejecuto en 1944. (36)
Narciso Riet
Un derrotero parecido, aunque menos duro, fue el transitado por los adventistas del
sptimo dia de los cuales el rgimen fascista recelaba por su pacifismo a ultranza. Fiel a la
particular lgica que la caracterizaba la polica fascista de Npoles sospechaba, all por
1930, que los adventistas locales constituan un grupo pro germano o pro austriaco. El
adventismo estaba realizando en esos aos un importante esfuerzo misional en el
mezzogiorno. Esto explica que, a comienzos de los 30, varias de sus iglesias meridionales
fueran clausuradas. En oposicin a sus colegas napolitanos, la polica de otras ciudades
italianas opinaba, segn consta en sus informes, que los crculos de adventistas eran grupos
de personas inofensivas que se dedicaban a estudiar la biblia. En 1932 los adventistas
llamaron la atencin del rgimen fascista cuando en su rgano de prensa L Araldo de la
veritta apareci un artculo del pastor Gian Luigi Lipollis, presidente de la Unin Adventista
italiana, titulado Il Cristo e il anti-cristo en donde retomaba la vieja tesis, particularmente cara
al adventismo, de que el papa es el anticristo y representante de Satans en la tierra. Lipollis
fue procesado y condenado a un mes y diecisis das de crcel. Segn Giorgio Spini, el papa
Pio XI se entrevisto personalmente con Mussolini para agradecerle el gesto. (37)
Durante la guerra de Abisinia tambin varios adventistas fueron procesados por negarse
a cumplir el servicio militar. Por su parte los misioneros adventistas que trabajaban en el
territorio etope fueron expulsados de la nueva frica colonial italiana. Curiosamente pese a
la creciente hostilidad contra los grupos pacifistas el adventismo del sptimo dia tuvo cierto
crecimiento en los aos previos a la guerra e incluso organiz en 1940 un importante
seminario formador de pastores en la localidad de Villa Aurora (Toscana). Pero su situacin
se fue precarizando, a medida que se profundizaba la participacin italiana en el conflicto.
La prefectura de Bari dio a conocer en 1941 un documento en donde afirmaba que la
hostilidad de los feligreses catlicos frente a los adventistas iba in crescendo:
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Por medio de una mediacin del escritor Lombardo Radice se consigui dejar sin efecto
la medida, a cambio de poner en las escuelas de los valles un cuadro de Jess rodeado de
nios. El avasallamiento paulatino de los municipios rurales por las escuadras de camisas
negras cont con no poca resistencia en las comunas de los valles alpinos atrincheradas en
su secular democracia municipalista. La comuna valdense de Torre Pellice conserv su
consejo municipal electo hasta 1926 cuando los fascistas locales lo disolvieron a la fuerza.
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Se trat del ltimo municipio en todo el pas en ser sustituido por un prefecto fascista. Al
final de la dcada del 20, los valdenses vieron cmo se les quitaba el derecho de excepcin
del servicio militar a sus religiosos y a los estudiantes de su universidad de teologa. Luego
del tratado de Letrn y de la ley 1159, la conduccin de la iglesia valdense busco
preservarse de las posibles iras fascistas, eludiendo pronunciamientos contra la poltica de la
dictadura y tratando de acallar parcialmente las crticas en sus filas. Si bien la dictadura
nunca tom a los valdenses en su conjunto como enemigos, recelaba de la identificacin de
estos con el protestantismo como una comunidad internacional y de los lazos fraternales
que mantenan con algunas iglesias de los pases angloparlantes. A partir de 1930 el
liderazgo de la Tavola (Mesa de conduccin) por parte del telogo Ernesto Comba reforz
la lnea de neutralidad en materia poltica y de discreto apoyo a los logros del rgimen
con la intencin de evitar la persecucin. En 1935 Comba calific la invasin a Etiopa
como la posibilidad de llevar la fe cristiana, aunque no aclar en cul de sus versiones. Pese
a estos esfuerzos, no siempre se logr disciplinar a las huestes valdenses, dentro de esta
poltica de silencio y concesiones discretas a la dictadura. (47)
En la juventud valdense, federada con la juventud bautista y metodista en la Asociacione
Cristiana di Giovine (ACDG), existan sectores fuertemente crticos del fascismo. La ACDG
era una organizacin de masas integrada por jvenes laicos de las iglesias federadas. Entre
1928 y 1931 jovenes de la ACDG haban publicado la revista Gioventu Valdese que continu
la critica al rgimen en la lnea de Conscientia. En 1933 la ACDG organizo una convencin
en Torre Pellice, sobre temas teolgicos, polticos e intelectuales. A esta convencin fueron
invitados notorios antifascistas como Lelio Basso, Ernesto Buonaiuti, Giuseppe Rensi e
Franceso Nitti. La conduccin de la ACDG inclua a jvenes como Mario Falchi, Cesare
Gay, Atilio Jalla y Vincenzo Nitti, todas figuras crticas del rgimen musoliniano. (48)
Giovanni Miegge
El mentor intelectual de este grupo era el pastor Giovanni Miegge, discpulo del telogo
progresista reformado alemn Karl Barth y antiguo colaborador de Conscientia bajo la
direccin de Gangale. Miegge influa en la direccin de la revista Giuventu Cristiana, rgano
de la ACDG, que difunda las posiciones de la iglesia confesante alemana, o sea los
crculos protestantes alemanes anti nazis que hacan propaganda clandestina contra el
rgimen hitleriano. Miegge form un grupo importante de seguidores entre los jvenes
valdenses ms radicalizados entre los que figuraban Carlo Gay, Ferdinando Geremia, Neri
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Giampiccoli, Francesco Lo Bue, Giorgio Peyronel, Giorgio Peyrot, Bruno Revel, Mario
Rollier, Giorgio Spini, Vittorio Subilia y Valdo Vinay. El leimotiv de este grupo era el
concepto barthiano de que no deba existir escisin entre el hombre cristiano y el hombre
poltico, y que deba denunciarse el autoritarismo estatal. Frente a ellos, el reverendo Paolo
Bossio nucleara a un grupo de jvenes pastores opuestos a la intervencin activa en
poltica y ms afines con las posiciones neutralistas de la jerarqua valdense. El grupo de
Bossio, denominado irnicamente como Ballilas por los seguidores de Miegge, estaba
integrado, entre otros, por Ermanno Rostan, Gustavo Bertin, Roberto Nisbet, Alberto
Ribet e Tullio Vinay. Su poltica era la de sobrellevar la acechanza dictatorial apelando a la
secular tradicin de resistencia identitaria valdense a los ataques del mundo exterior. Es
decir, resistir refugindose en las asambleas de sus valles, reafirmando su identidad y
negndose a participar de los problemas del mundo exterior. Seala Giorgio Spini que la
lnea ultravaldense de Bossio y su grupo, no slo significaba la toma de distancia frente al
campo antifascista, sino tambin una cierta ruptura, en los hechos, con la tradicin de
dialogo intereclesial que los valdenses venan sosteniendo con las dems iglesias
protestantes histricas de la pennsula.(49) Con el apoyo de la conduccin de la Iglesia
valdense, el grupo de Bossio pele el espacio de la juventud formando una agrupacin
denominada Federacion o Union valdense, de base congregacional y liderada por pastores.
La polmica entre el grupo de Bossio y el de Miegge fue muy violenta. En 1934 la
conduccin valdense de Comba reconoci parcialmente a la Federacin como grupo
juvenil federado y en 1938 el snodo de la iglesia decidi que el grupo liderado por Bossio
era la nica organizacin juvenil de la comunidad valdense. Miegge y su organizacin
siguieron trabajando en una posicin marginal y polemizando duramente con los sectores
conservadores de la iglesia.
Esta tensin interna nunca logro ser controlada del todo por la jerarqua valdense. Las
leyes raciales de 1938 provocaron fuertes crticas de pastores y otras personalidades de la
iglesia como Mario Falchi del colegio valdense de Monte Pelicce, afn con el grupo de
Miegge. Este pblico un artculo en el rgano valdense La luce contra las leyes raciales en
donde deca:
Ora vi da temere che questo formarsi di una corrente di opinione orientata in senso
ostile ad una collettivit tnica e religiosa formata da nostri fratelli - nel senso
profondamente umano e cristiano della parola faccia dimenticare a non pochi quello
che lumanit deve ad Israele, in fatto i concetti essenziali, morali e religiosi, sui quali oggi
si fonda la nostra civilt.(50)
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Cristiana, a causa de que en sus pginas se haba publicado una carta de Karl Barth dirigida a
los protestantes franceses que vivan bajo la ocupacin nazi.(51)
Presencia protestante en el campo de la resistencia antifascista
La presencia protestante en el activismo antifascista ms poltico se remonta a principios
de los aos 30. Siendo importante su presencia en la formacin del grupo Giustizia y Liberta
(GL) (1932) liderado por Carlos N Roselli, asesinado por bandas fascistas en Francia en
1937. GL cont en sus filas con numerosos disidentes religiosos. No slo laicos y pastores
protestantes sino tambin un nmero importante de intelectuales judos progresistas. En
ese sentido, GL fue heredera del espacio gobettiano y de los neo protestantes reunidos
alrededor de Giuseppe Gangale. GL tuvo una participacin destacada en el contingente
internacionalista italiano en la guerra civil espaola. Tambin entre los crculos de exiliados
italianos en Francia. (52)
El dictado de Las Leyes raciales en 1938 increment las voces crticas al rgimen entre
los protestantes. Ya mencionamos la actitud del valdense Mario Falchi que sufrira de
encarcelamiento durante el periodo de la RSI. Pronto se alzaron ms voces crticas desde
las pginas de la prensa valdense. Esto les vali fuertes ataques de Il rgime Fascista el diario
de Roberto Farinacci, ras de Cremona, y el dirigente mas antisemita del fascismo italiano. A
partir de ah, la posicin oficial de la Tavola valdense sigui siendo cauta y prudente.
Tambien hubo crticas a las medidas antisemitas del rgimen de parte de las publicaciones
metodistas L Evangelista e Il Risveglio. Numerosos judos fueron refugiados entre las
recnditas comunidades de los valles valdenses donde tambin se ocultaron rollos bblicos
y otros elementos de culto judo. En 1940 se suman a GL los miembros del grupo Giuventu
Cristiana que inclua a muchos estudiantes, entre ellos valdenses barthianos pero tambin
de otras corrientes evanglicas amn de judos y algunos catlicos progresistas. GL fue
ganando presencia en la oposicin clandestina italiana al comenzar a sentirse en Italia los
efectos de la guerra no querida por la poblacin. En 1942 GL se convertira en el Partido de
Azione (PA), pasando a aglutinar a la militancia antifascista que se reconoca en el espacio
del liberalismo de izquierda y el socialismo liberal o republicano. (53) Uno de sus
principales impulsores en el norte de Italia del PA fue el valdense Mario Roller, militante
antifascista y difusor de la idea de la federacin europea. Con la cada del fascismo en 1943
y la posterior invasin alemana, el PA cre brigadas partisanas que llevaban el viejo nombre
de GL. En Piamonte y, particularmente, en los valles valdenses el espacio partisano se
caracteriz por un mayor pluralismo poltico e ideolgico que en el resto de la Italia
ocupada por los nazis, donde exista un fuerte predominio de las brigadas del PCI. Entre
las brigadas que actuaban en los valles valdenses se contaban: a) Grupo de Serr di Sarsena;
b) Grupo de Villar Pellice; c) Grupo de Chabroils; d) Grupo de la Sea; e) Grupo degli Ivert;
f) Grupo Martina; g) Grupo del Sap; h) Grupo del Bagnaou. Se trataba de brigadas
formadas por valdenses y catlicos. Estos grupos aprovechaban la extrema inaccesibilidad
de los valles subalpinos para establecer bases de operaciones (pequeas repblicas
partisanas), desde donde sabotear las lneas de aprovisionamiento alemn, hacer
ocupaciones relmpagos de pueblos y ciudades, y combatir a las brigadas neofascistas. Las
brigadas de GL produjeron tambin una prensa clandestina partisana que se reparta entre
las poblaciones ocupadas. Tambin valdenses y bautistas crearon la brigada alpina Stellina
de GL que protagonizo una serie de atentados y sabotajes resonantes tras las lneas
alemanas. Algunos protestantes militaron tambin en brigadas garibaldinas, socialistas y
algunos pocos en las brigadas comunistas. Varios valdenses del Valle de Aosta militaron en
la resistencia francesa y algunos desertores protestantes del ejrcito italiano en Croacia se
sumaron a los partisanos de Tito. No fueron pocos los evanglicos italianos que se
sumaron a cuerpos de voluntarios italianos en las filas aliadas, como parte de las fuerzas
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regulares del reino de Italia y luego del armisticio con los aliados. Distintos laicos y pastores
protestantes ocuparon puestos en los CLN de distintas ciudades del norte de la pennsula.
(54) En cuanto a la conduccin de la iglesia valdense, continu hasta el fin de la guerra con
su poltica cauta aunque se animo a partir de 1943 a mostrar alguna distancia en relacin al
rgimen de la RSI y los ocupantes alemanes. Entre la larga lista de partisanos fusilados por
el nazi fascismo se encuentran los siguientes nombres de militantes protestantes: Ricardo
Balmas, Renato Peyrot, Willy Jervis, Luciano Pradolin (valdenses) y Pablo Casanova
(bautista). Pero sin duda la figura emblemtica del protestantismo italiano en el campo
resistente fue Jacopo Lombardini. Haba nacido en 1892 en un hogar de republicanos
mazinianos en Massa Carrara. Fue voluntario en la primera guerra mundial y haba
trabajado como periodista y maestro de escuela. Haba combatido contra los squadristas
fascistas en el agitado bienio de 1921-1922. La dictadura lo haba expulsado del magisterio
pblico. Se convirti a la fe valdense y ense en el colegio de Monte Pelicce. En 1942
adhiri al PA y luego de la invasin alemana a la pennsula formo en las filas de la V
divisin alpina de las brigadas de GL. En marzo de 1944 fue capturado por una patrulla de
SS y neofascistas. Lombardini estuvo preso en el norte de Italia y luego fue internado en
Mauthausen donde muri en la cmara de gas el 25 de abril de 1945. Se pudo rescatar su
diario personal en el lager que se suma al rosario de testimonios que han dado cuenta del
peor genocidio de la historia. (55)
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Jacopo Lombardini
Otros antifascistas de fe protestante conocieron los horrores del lager nazi. Entre ellos
Ferdinando Visco Gilardi, un militante antifascista de Miln miembro de la iglesia
metodista. Gilardi se haba formado en los crculos gobettianos y luego haba participado
de la experiencia de Giuventu Cristiana con los jvenes barthianos de la ACDG. A partir de
1940, milit en el antifascismo clandestino en el Tirol sur. Form parte del PA y del CLN
de Bolzano. A fines de 1944 una redada nazi captur a toda la plana mayor de los
antifascistas de Bolzano y, entre ellos, a Gilardi que sufri brutales torturas en un campo de
prisioneros local. En los meses siguientes, Gilardi lucho por organizar a los internos y
planifico varios intentos de fuga. Tambin escribi cartas y reflexiones teolgicas. Luego de
su liberacin, del campo se reincorpor al trabajo pastoral y a la militancia poltica en la
Italia de postguerra. Aos despus adherira al PCI que ya haba iniciado su giro hacia el
eurocomunismo. (56) Tambin metodistas eran Vinicio Manfrini que volvi de
Mautahusen con 35 kilos de peso y Giovanni Gervasoni muerto en Dachau. (57)
Al fin de la guerra, los sectores protestantes ms ligados a la militancia antifascista, al
igual que la militancia juda progresista, siguieron identificndose mayoritariamente con el
PA que represent en la escena poltica de la Italia de la postguerra a la fuerza identificada
con la tradicin laicista de izquierda. A la postre, el PA demostr ser un partido con menos
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apoyo electoral que el que su peso especfico en el campo antifascista haba hecho
presuponer. No obstante, fue en los aos del consenso antifascista de la inmediata
postguerra una fuerza clave en las negociaciones entre las grandes fuerzas de centro
derecha e izquierda, durante el proceso constitucional que concluy con la sancin de la
constitucin republicana de 1948. En 1947 el PA se disolvi. Una parte importante de los
disidentes religiosos que militaban en sus filas pasaron a militar en el Partido Republicano,
de inspiracin mazziniana, y otros se integraron a las distintas agrupaciones
socialdemcratas italianas y al PCI. (58)
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ultraderecha catlica de Italia recuerda con particular cario. Se trata del padre Salvatore
Capula, un cura fascista que confes a Mussolini durante su arresto en 1943; y que fue
prroco de la isla de Magdalena, cerca de Cerdea, entre 1933 y 1998. Durante los aos 30
Don Salvatore, con la ayuda de la prefectura fascista, le haba hecho la vida imposible a la
pequea comunidad valdense establecida en la isla. Luego de la guerra se convirti en lder
de la democracia cristiana local e incluso ocup durante varios periodos el cargo de edil. El
carismtico prroco organiz la accin catlica local, form grupos deportivos de jvenes
catlicos, edit un rgano periodstico parroquial y hasta dirigi una emisora de radio desde
donde difunda su actividad pastoral y poltica. Con estos medios combati a las fuerzas de
izquierda local y fue un ardiente defensor de la instalacin en Magdalena de una base de
submarinos de la OTAN. Como no poda ser de otra manera, tambin le hizo una
oposicin frontal y virulenta a los misioneros evanglicos que llegaban desde Cerdea o
desde la pennsula, para predicar en la isla.(70) Don Salvatore fue una curiosa versin anti
protestante de Don Camilo, el clsico personaje de Giovanni Guareschi.
Aparte del celo de sus prrocos la iglesia catlica consider pertinente, en esos aos,
sumar en su ofensiva anti-hertica el concurso de potestades sobrenaturales. Podemos
destacar dos ejemplos. El primero de ellos se refiere a varias historias que se difundieron
en medios catlicos sobre el famoso Padre Pio, un cura milagrero, del que se deca que
tena en su cuerpo los estigmas de Cristo. Este capuchino, que haba simpatizado con el
fascismo antes de la guerra, recibi entre 1943 y 1945 a numerosos contingentes de
soldados aliados que visitaban su parroquia de San Giovanni Rotondo, en el sur de Italia,
atrados por su fama de milagrero y sanador. La prensa catlica italiana publicaba continuas
noticias de soldados angloamericanos que se haban convertido al catolicismo, luego de
asistir a la misa celebrada por el padre Po y comprobar el halo de santidad que lo rodeaba.
Incluso se deca que muchos aviadores aliados haban visto la figura del clrigo volando al
lado de sus aviones para luego constatar que las bombas que arrojaban no daaban
objetivos civiles. (71) En 1947 la iglesia aval la veracidad de una aparicin de la virgen en
una plaza de las afueras de Roma. Segn el relato oficial el 12 de abril de dicho ao la
Virgen de la Revelacin se le apareci a Bruno Corniacholo y sus tres hijos. El tal
Corniacholo era un obrero que haba militado en el partido comunista y haba luchado
como voluntario en las brigadas internacionales durante la guerra civil espaola. En las
trincheras ibricas haba sido convertido al adventismo por un voluntario alemn. Sin
abandonar su militancia comunista, Corniachola se habra convertido en un celoso difusor
del credo adventista y se le atribua haber ganado ms de 135 personas para su nueva fe.
Obsesionado por la interpretacin adventista de la Biblia, en el sentido que los pontfices
catlicos eran la encarnacin del anticristo, Cornachiola habra tomado la resolucin de
asesinar al papa Po XII, tarea que estaba planificando cuando se le apareci la Madona para
convencerlo de desistir de sus planes. Como Hapy End de este relato digamos que
Cornachiola pas a convertirse en un catlico ejemplar y en un devoto de la Virgen de la
Revelacin a la que el Papa Pio XII decidi consagrar como patrona del apostolado para la
conversin de los protestantes. (72)
Con la llegada de ngelo Roncalli (Juan XXIII) al Vaticano, empezaron a soplar nuevos
vientos en la relacin de la iglesia catlica con las dems religiones. El nuevo Papa cre en
1959 un organismo pontificio encargado del dialogo con los no catlicos y que suavizo un
poco el discurso del Vaticano en relacin con las otras iglesias cristianas. Esta lnea se
acentu con la realizacin del Concilio Vaticano II (1962-1965) y el llamado al dilogo
ecumnico. Durante el pontificado del ms progresista Giovanni Montini (Paulo VI) Italia
fue uno de los escenarios ms importantes de las experiencias ecumnicas en los aos 60 y
70. Movimientos catlicos como los Focolares y la Comunidad de Sant Edigio, ligada a la
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Sin duda el episodio ms importante de la vida del protestantismo italiano en las ultimas
tres dcadas ha sido la federacin definitiva de la iglesia valdense y metodista, fruto de un
dilogo que durante dcadas no dejo de profundizarse. Otro dato de la realidad nuevo es el
crecimiento cuantitativo de los pentecostales y la visibilidad de grupos, cuya presencia en
Italia hacia algunas dcadas era simblica o inexistente como los mormones, los cuqueros
o los neo-apostlicos. En 1985 los testigos de Jehov, que no sufran persecuciones desde
el fin de la guerra, consiguieron un demorado reconocimiento legal de parte de un estado
democrtico que segua recelando un poco del antiestatismo y anti-patriotismo de los
discpulos de Russell. Las filas del protestantismo peninsular se han engrosado en los
ltimos 25 aos por la llegada de migrantes de dentro y fuera de Europa. En particular de
algunos pases africanos.(75) Hasta el da de hoy distintos foros protestantes siguen
realizando denuncias sobre actos de discriminacin para con los disidentes religiosos,
particularmente en el rea de las relaciones laborales.(76) A partir de 1994, la crisis del
tradicional sistema poltico italiano y la llegada al poder del gobierno conservador, pro
clerical y filo fascista de Silvio Berlusconi, la mayora de las iglesias disidentes se han
opuesto a las medidas de signo confesional de dicha administracin y tambin contra la
legislacin xenfoba y racista contra grupos de inmigrantes y gitanos. La mayora de los
crculos protestantes italianos apoyaron a la llamada coalicin del Olivo, de signo
centroizquierdista, que gan las elecciones en 1996. En la actualidad la Federacin de
Iglesias Protestantes viene haciendo un fuerte lobby a favor de una nueva ley de cultos
religiosos que termine de enterrar la legislacin del periodo fascista, la cual es defendida
todava por el nuevo gobierno encabezado por Berlusconi. (77) El dialogo ecumnico con
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Conclusiones
En un congreso sobre historia del protestantismo realizado en Espaa se incluy, entre
las conclusiones finales, una propuesta de pensar la historia de las iglesias protestantes sudeuropeas como un proceso unitario. (78) No son pocos los elementos que avalan la solidez
de esta lnea de anlisis. Y uno de los principales radica en la hostilidad que sufrieron
durante el siglo XX las minoras reformadas del sur del continente a manos de dictaduras
autoritarias y pro-clericales de derecha como la de Franco en Espaa, la de Oliveira de
Salazar en Portugal y la de Mussolini en Italia. Pero una vez aceptado este marco unitario
general, sin duda son muchos los elementos que hacen que lo particular de cada caso prime
sobre la relativa uniformidad del conjunto. Para establecer las caractersticas generales de
este proceso en Italia proponemos partir de un anlisis de la naturaleza del fascismo italiano
como rgimen poltico-social y como modelo de estado autoritario.
La mayor parte de los expertos coinciden en calificar al fascismo como un totalitarismo
imperfecto e inacabado. Se suele resaltar el hecho que, durante sus veinte aos en el poder,
el rgimen mussoliniano no pudo llevar adelante un proceso de fascistizacion de la sociedad
comparable al que el rgimen nazi llevo a cabo en Alemania ya en las primeras etapas de la
dictadura hitleriana. La construccin del rgimen autoritario mussoliniano fue un proceso
ms largo que el de la Alemania nazi: conoci varias etapas y todava no haba terminado de
estabilizarse de manera definitiva, cuando el rgimen se embarco en la aventura blica que
iba a marcar el comienzo de fin de su sueo de fundar una civilizacin milenaria. Hemos
resaltado al principio de este trabajo que consideramos insostenible la lnea de anlisis que
tiende a reducir al mnimo la importancia de las polticas de racismo de estado del rgimen
de Mussolini. No obstante, creemos que muchas de las formas de racismo de estado de la
Italia fascista estuvieron condicionadas por una serie de necesidades y objetivos que
evolucionaron con los aos concedindole un peso diferente en la agenda del rgimen a la
necesidad de controlar o eliminar a los grupos o redes que eran considerados, en distinto
grado, una amenaza para el rgimen en su conjunto. No pretendemos sostener que las
polticas racistas del rgimen mussoliniano puedan explicarse exclusivamente por razones
de ndole instrumental de tipo puntual. Toda forma de racismo implica algn grado de
subjetividad y el fascismo italiano fue el primer rgimen poltico del mundo moderno que
elevo al mito a la categora de poltica de estado. Slo decimos que la homogeneizacin
autoritaria de la sociedad perseguida por Mussolini y sus secuaces fue concebida ms como
un medio que como un fin ltimo al que hubiera que sacrificar cualquier otro objetivo y
llevar adelante sin importar cual alto fuera el costo. El autoritarismo fascista fue ms
populista que otros autoritarismos de ultraderecha contempornea. Siempre tuvo
propensin a absorber distintas culturas intelectuales, polticas o religiosas no identificadas
completamente con su ortodoxia si poda capitalizar la adhesin de los grupos de decisin
de esos mbitos. En el fascismo hubo espacio para el vanguardismo futurista, el teosofismo
de Julius Evola, la Escuela Nueva de Mara Montessori, el pesimismo absurdo del teatro de
Pirandello, la poesa revulsiva de Ezra Pound, el cinismo de Curzio Malaparte y para
revistas literarias que luego de elogiar al Duce se permitan reproducir obras de ficcin de
autores enfrentados polticamente con el rgimen.
Dentro del contexto previamente descripto creemos que la poltica del rgimen frente al
protestantismo debe ser analizada a partir de la conjuncin de una serie de causas y factores
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que determinan que las distintas iglesias disidentes pasen a ser encasilladas por la dictadura,
a partir de supuestos grados de hostilidad o peligrosidad que stas representaban para el
fascismo en el poder en sus distintas etapas. Sin duda alguna, la frrea alianza establecida
entre la dictadura y la iglesia catlica a partir de 1929 constituy la piedra angular de la
poltica anti-protestante del rgimen pero por si sola, no alcanza para explicar
completamente la lgica interna por la que fue llevada adelante a lo largo de los aos.
Insistimos en que la poltica del fascismo ante los cultos protestantes no fue unitaria. En
base a la informacin recogida en el presente trabajo pretendemos establecer una tipologa
de la disidencia religiosa desde la mirada del estado fascista. A nuestro juicio, la poltica del
rgimen hacia los cultos disidentes responda a una clasificacin de las distintas iglesias y
sectas reunidas en cuatro grupos que fueron objeto en distinto grado de medidas punitivas
por parte del aparato del estado:
a)
Sectas que preconizaban ideas pacifistas o antipatriticas, abrevaban
en una tradicin anticatlica de tipo fundamentalista y practicaban un
proselitismo militante e intensivo (testigos de Jehov, pentecostales, adventistas)
b)
Iglesias identificadas con la atmosfera de ideas de la Italia prefascista, que mantenan vnculos institucionales con las iglesias del mundo
anglosajn, y cuyo ncleo militantes estaban relacionados, en distinto grado, con
la militancia antifascista. (metodistas, bautistas, iglesia de los hermanos y,
parcialmente, los valdenses)
c)
Iglesias sin vnculos importantes con la militancia antifascista pero
con vnculos institucionales fuertes con iglesia madres de origen britnico
(anglicanos, presbiterianos, Ejercito de Salvacin, etc.)
d)
Iglesias con algn grado de vinculacin con nacionalismos
perifricos (valdenses con los francoparlantes; luteranos con los germano
parlantes)
A nuestro juicio, stos son los ordenadores principales de la tipologa de las iglesias
protestantes ledas desde la subjetividad del rgimen. El grupo a) es el que fue objeto de
una poltica ms dura de parte de la dictadura y, en algunos casos, desde etapas tempranas
del rgimen. Estaba formado por sectas cuyas doctrinas constituan universos religiosos
cerrados y fundamentalistas de carcter explcita o implcitamente apolticos y, por eso,
sospechosos de que con su propagacin podan significar un obstculo para la
consolidacin del rgimen y su partido nico. Insistimos en que su vocacin misionera
militante unida a un mensaje fuertemente anticatlico constituan un doble problema ya
que el rgimen los consideraba un desafo a la autoridad del estado sobre la sociedad civil
aparte de ser particularmente irritativo para un aliado de primer orden de la dictadura como
la iglesia catlica. Por supuesto que hay matices que diferencian a los explcitamente
antipatriotas testigos de Jehov, del pacifismo y apoliticismo de los pentecostales y
adventistas. Es un tanto difcil imaginarse a estos grupos como constituyendo un foco de
impugnacin poltica y social activa, pero debemos pensar este problema desde la lgica del
aparato represivo fascista siempre proclive a inventar enemigos. Por otra parte, su difusin
sobre el mezzogiorno y otras zonas rurales de la pennsula poco integradas al orden estatalista
pre fascista poda aumentar los temores de estar ante un fenmeno difcil de controlar.
Resulta tentador relacionar los informes de la polica fascista que creen descubrir el rostro
bolchevique detrs de las sectas disidentes con la informacin que nos brinda Hobswam
sobre que las pequeas sectas del sur de la pennsula constituyeron un lugar de
reagrupacin oficioso de la militancia agraria o sindical arrollada por la ofensiva fascista.
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Pero, an aceptando que esa relacin tuvo cierta base objetiva, debe sealarse que se trat
de un grado de correlacin entre adeptos y militantes, y no de una vinculacin orgnica de
las sectas con el campo antifascista o con movimientos sociales de las clases subalternas.
Con el grupo b) nos topamos con iglesias histricas, fuertemente integradas al universo
de ideas liberales de la Italia pre fascista. Se trata de universos religiosos ms dialgicos y
con fuertes vnculos con distintas subculturas polticas ligadas concepciones progresistas
(masonera, librepensamiento, ligas de templanza, profilaxis, propaganda laicista, etc.). Sus
cuadros pastorales y laicos tenan presencia en el campo intelectual antifascista y en la
militancia, en fuerzas polticas de una franja que iba desde el liberalismo clsico hasta la
socialdemocracia. En los aos de su ascenso, el rgimen persigui a los elementos
progresistas de estas corrientes pero el verdadero ataque a estas iglesias como corrientes
religiosas se desat, a mediados de los aos 30, cuando el rgimen comenz a lanzarse por
su camino imperialista y belicista. Los vnculos histricos de la mayora de estas iglesias con
el medio britnico comenz a ganar importancia en la evaluacin que haca de ellas el
aparato del estado fascista a partir de la guerra de Abisinia, hasta alcanzar su cenit en 1940
con el ingreso de Italia en la segunda guerra mundial. Queremos llamar la atencin sobre la
particular situacin de los valdenses en relacin con otras iglesias del grupo B), ya que en su
seno conviva el antifascismo moderado de ACDG con el filo fascismo de perfil bajo de
Ernesto Comba y la conduccin de la Tavola valdense. Como vimos, si bien el rgimen
endureci su rostro respecto a los valdenses durante los aos de la guerra, la iglesia en su
conjunto sufri algunas restricciones pero no una persecucin abierta. .
El grupo c) est formado por iglesias que mantenan vnculos histricos muy estrechos
con el medio britnico, pero a las que no se le poda achacar ninguna relacin relevante con
el campo antifascista. No fue parejo el trato dado a las iglesias que forman este grupo a
partir de 1940. Sin duda la dureza con que se trato al Ejercito de Salvacin, considerados
probritnicos militantes, no se compara con la clausura de los templos anglicanos, con sus
bienes puestos bajo guardia diplomtica ni con la aparente tolerancia de que gozaron las
pequeas congregaciones presbiterianas de la pennsula. Sin duda el Ejercito de Salvacin
presentaba algunos rasgos particulares (fuerte proselitismo en las clases bajas urbanas) que
no se repetan en iglesias de trasplante, con menos vocacin misionera como la iglesia
anglicana y la iglesia de Scocia en Italia. El grupo d) nos lleva a analizar conflictos puntuales
de dos iglesias, cuyos rasgos identitarios entraron en coalicin con un aspecto central de la
poltica fascista: la italianizacin forzada de las minoras algenas. Por las razones
expuestas ms arriba, el cierre temporal de algunas congregaciones luteranas del Tirol
italiano constituye un episodio menor dentro del proceso general de persecucin de los
cultos disidentes. No sucede lo mismo con el problema de las comunidades valdenses
bilinges o francoparlantes. Durante casi tres lustros los valdenses bilinges, atrincherados
en sus valles, lograron evitar la italianizacin forzada a la que no se pudo seguir
resistiendo a partir del endurecimiento de la dictadura en 1938. El episodio es
representativo de los rasgos originales que presenta la relacin entre la dictadura fascista y
la iglesia valdense.
A manera de sntesis, podemos observar cmo la poltica fascista frente a los cultos
protestantes puede definirse como un modelo instrumentado a partir de un juego de
gradaciones con el que se defina la peligrosidad de los distintos tipos de cultos disidentes, a
partir de su tensin con diferentes aspectos del orden fascista en las distintas etapas de su
evolucin. No es un dato menor que la poltica anti-protestante del rgimen no fuera
apoyada por un intensivo dispositivo ideolgico de propaganda que buscara legitimarla
frente a la sociedad. Por supuesto que la poltica anti protestante no excluy elementos
subjetivos como el discurso de odio anti-reformista presente desde los aos 20 en los
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