Basilio El Grande
Basilio El Grande
Basilio El Grande
como sermones de cuaresma, dentro de una misma semana, pues algunos das
predicaba dos veces, por la maana y por la tarde. Aunque llevan seales de
improvisacin, fueron muy estimadas en Oriente y Occidente. No hay en la
literatura griega de la tarda poca ninguna obra que pueda compararse en
belleza retrica con estas homilas. Ambrosio se aprovech bastante de ellas
para sus propias homilas sobre el mismo tema. Ya para el ao 440 haba
aparecido una traduccin latina hecha por el africano Eustatio.
Basilio dice claramente que no est interesado en la interpretacin
alegrica del Gnesis:
Conozco las leyes de la alegora, aunque no por haberlas inventado yo mismo,
sino por haber tropezado con ellas en obras de otros. Los que no admiten el
sentido ordinario de las Escrituras, no llaman al agua sino oir cosa.
Interpretan una planta o un pez como se les ocurre. Explican la naturaleza de
los reptiles y de las fieras de forma que se ajuste a sus propias alegoras, como
los intrpretes de sueos que explican los fenmenos de los sueos como les
viene bien para sus propios intentos. Yo, en cambio, cuando oigo la palabra
hierba, entiendo que quiere decir hierba. Planta, pez, bestia salvaje, animal
domstico yo tomo todas estas palabras en su sentido literal, "porque no
me avergenzo del Evangelio" (Hex. 9,80).
Se propone dar una concepcin cristiana del mundo en contraste con las
nociones paganas antiguas y con el maniquesmo, mostrando al Creador tras la
creacin. Traza un cuadro lleno de colorido de la belleza de la naturaleza y
describe las maravillas del cosmos en un sorprendente alarde de ciencia
natural y de filosofa, que slo puede hacer quien est al corriente de la
investigacin y de la ciencia contemporneas. Muchas de sus explicaciones
estn tomadas de Aristteles, Platn y Poseidonio. Debe tambin algo a
Plotino, aunque nunca le menciona. Sus homilas tambin son, pues,
importantes a causa de las fuentes que utilizan. En la ltima anuncia una
conferencia sobre el hombre como imagen de Dios. No parece que la llegara a
pronunciar nunca, pues Ambrosio slo conoce nueve homilas, y Gregorio de
Nisa compuso su De hominis opificio con el fin exclusivo de completar la
obra de su hermano. No autnticos los dos sermones De hominis
structura (PG 30, 9-61) ni otro sermn, De paradiso (PG 30,61-72).
2. Homilas sobre los salmos
Se atribuyen a San Basilio unas 18 homilas sobre los Salmos. No parece que
son autnticas ms que 13. Tratan de los salmos
1.7.14.28.29.32.33.44.45.48.59.61 y 114 (segn la numeracin griega). Su
intencin es edificar y hacer aplicaciones morales, ms que dar una
interpretacin exegtica del texto, como se echa de ver por la introduccin:
"Los profetas ensean una cosa; los libros histricos, otra; todava es cosa
distinta lo que se ensea en la Ley, y distinto tambin lo que se ensea en los
libros sapienciales. El libro de los Salmos recoge lo que hay de ms
aprovechable en todos los dems; anuncia el futuro, recuerda el pasado, dicta
las leyes de la vida, nos ensea nuestros deberes; en una palabra, es un tesoro
universal de excelentes enseanzas" (Hom. in Ps. 1 n.1). El autor se sirve a
manos llenas delComentario de los Salmos de Eusebio de Cesarea (cf. infra,
p.353).
3. Comentario sobre Isaas
Tambin el extenso comentario a Isaas 1-16 copia considerablemente
del Comentario sobre los Salmos y del Comentario sobre Isaas del mismo
Eusebio. Antes, todo el mundo aceptaba la opinin de Garnier: que las
imperfecciones de forma e contenido excluan la posibilidad de que fuera
Basilio su autor. A pesar de eso, Wittig ha defendido su autenticidad y le han
secundado Jlicher y Humbertclaude. Wittig supone que este comentario
representa los sermones o conferencias que dio Basilio en Neocesarea, en el
invierno del 374-375, en una reunin episcopal celebrada en Dazimon. Pero la
hiptesis falla por su base, porque la serie es demasiado extensa y
excesivamente culta para una ocasin de esa clase. Hoy predomina la opinin
de que la obra no es autntica.
4. Otros sermones
Adems de las homilas que hemos mencionado hasta ahora, hay unos 23
sermones que bien pueden considerarse como autnticos (PG 31,163618.1429-1514). Son de contenido miscelneo y revelan mejor que los otros
sermones el aspecto pastoral de la actividad de Basilio. Algunos son sobre
fiestas del Seor o de los mrtires; por ejemplo, In sanctam, Christi
generationem (Epifana), In martyrem Iulittam(5), In
Barlaam martyrem (17), In Gordium martyrem (18), In sanctos quadraginta
martyres (19), In sanctum martyrem Mamantem (23). La parte tratan de los
deberes de los cristianos, del ayuno, del recto uso de las riquezas, del amor
fraterno: n.1 y 2 De ieiunio, n.7 In divites,
Las cartas n.5.6.28.29.62.101.107.139.140.206.227.238.247 256.257.269.300302 son expresiones de condolencia dirigidas a padres o esposos que sufran
por la prdida de algn ser querido; a obispos, sacerdotes y monjes que vivan
deprimidos; a iglesias privadas de sus pastores; a sacerdotes y fieles atacados
por los herejes.
4. Cartas cannicas
Basilio escribi muchas cartas con el nico fin de restablecer el orden
dondequiera que hubiera habido desrdenes o que el derecho cannico hubiera
cado en desuso. De esta clase son las Ep. 53 y 54, dirigidas "a los
Chorepiskopoi" al comienzo de su episcopado, hacia el ao 370. Son famosas
las tres que se conocen bajo el nombre de Cartas cannicas, la 188, la 199 y
la 217, enviadas a Anfiloquio de Iconium. Contienen normas eclesisticas
detalladas sobre disciplina penitencial y son importantsimas para la historia
de esta institucin. Algunos negaron equivocadamente su autenticidad. Fueron
muy pronto recibidas en todo el Oriente y pasaron a ser ley en la Iglesia
griega.
5. Cartas asctico-morales
Muchas de las cartas dirigidas al clero, a los seglares y a los religiosos se
proponen promover la moral y la vida asctica. Basilio invita a los que han
cado a volver a la grey y a una nueva vida; exhorta a obispos y sacerdotes a
cumplir sus deberes concienzudamente; muestra distintos medios y caminos
para alcanzar la perfeccin y ensalza la vida monstica con gran entusiasmo.
A este grupo pertenecen las n.2.10 11.14.18.22 6.49.65.83.85.97.106.
112.115.116. 161.173. 174. 182.183.197.219.220
222.240.246.249.251.259.277.283.291-9.366.
6. Cartas dogmticas
Algunas cartas dogmticas son tan extensas, que equivalen a verdaderos
tratados. La mayora trata directamente de aspectos diversos de la doctrina
trinitaria, del Credo niceno y de la defensa de la consubstancialidad del Hijo y
del Espritu Santo, en contra de los arrianos, eunomianos, sabelianos y
apolinaristas. Las que hacen los nmeros 233-6, dirigidas al obispo Anfiloquio
de Iconio, forman un conjunto coherente; en ellas se investigan las relaciones
entre la fe y la razn, entre la naturaleza y la revelacin, como fuentes de
nuestro conocimiento de Dios. Otras cartas del mismo estilo son las n.9.52.
105.113.114. 125.129.131. 159.175.210.214. 226.251.258. 261.262.
En cambio, la extensa carta n.38, dirigida a su hermano Gregorio de
Nisa Sobre la diferencia entre substancia y persona, es autntica. La n.8,
titulada Una apologa a los de Cesarea por su huida y sobre la fe, que ha sido
el centro de muchas discusiones en torno a la teologa de San Basilio, hay que
devolverla a Evagrio Pntico, como lo demostraron, independientemente el
uno del otro, Bousset y Melcher. LaEp. 16 Adversus Eunomium haerelicum ni
es una carta ni es de San Basilio, sino que es un fragmento del Contra
Eunomium. c.10, de Gregorio Niseno.
Las cartas de Basilio a Apolinar de Laodicea y las respuestas de ste, n.361364, eran generalmente consideradas como espurias, hasta que, en 1892, J.
Drseke intent probar su autenticidad. Sus argumentos, empero,
convencieron slo a unos pocos. Tampoco tuvo mayor xito Bonwetsch.
Recientemente, G. L. Pestige, en una obra suya pstuma, ha presentado una
nueva defensa de su autenticidad, que convence y persuade. Compara su estilo
y vocabulario con los de los escritos autnticos de Basilio. Por otra parte,
prueba que Basilio nunca neg este intercambio, sino que en realidad admiti
haber escrito al menos una carta. Lo que Basilio repudi el ao 375 fue el
llamado Documento eustatiano, que no pertenece a este grupo y parece que
fue redactado por Apolinar. Prestige ha preparado una nueva traduccin
inglesa de esta correspondencia. El documento lo da en su texto griego y en
traduccin inglesa.
La Ep. 189 A Eustatio sobre la Santa Trinidad, de la cual Public G. Mercati
(ST 11 [1903] 57ss) una nueva edicin crtica, es considerada hoy por casi
todos como una carta de Gregorio de Nisa escrita contra los pneumatmacos.
7. Cartas litrgicas
Algunas cartas de Basilio son importantes para la historia de la liturgia. As,
por ejemplo, la Ep. 207, dirigida al clero de Neocesarea y escrita a finales del
verano del 375, nos da una excelente descripcin del oficio vigiliar. La Ep. 93
recomienda la comunin diaria.
8. Cartas histricas
El campo que abarcaba San Basilio en sus cartas era enorme. En su carta
n.204 escribe as: "Haz que pregunten en Pisidia, en Licaonia, en Isauria, en
las dos Frigias, en toda la parte de Armenia que est a tu alcance, en
Macedonia, en Acaya, en Iliria, en las Galias, en Espaa, en toda Italia, en
Sicilia, en frica, en la parte sana de Egipto, en todo lo que queda de Siria,
que pregunten a todos los que me escriben cartas y reciben mis
contestaciones." Con contactos tan vastos, las cartas de Basilio constituyen
una fuente de primer orden para la historia del Imperio y para las condiciones
de la Iglesia y del Estado, para las relaciones entre el Oriente y el Occidente,
para las controversias entre la ortodoxia y la hereja.
La correspondencia entre el Santo y el emperador Juliano, que comprende las
cartas n.39.40.41 y 60, es espuria y fue reconocida como tal ya en poca
bizantina.
Segn Wittig, las cartas 50 y 81, dirigidas "Innocentio episcopo," fueron
redactadas por San Juan Crisstomo y remitidas al papa Inocencio I.
6. La liturgia de San Basilio
Entre las realizaciones duraderas de Basilio mencionadas por Gregorio de
Nacianzo en la oracin fnebre de su amigo est la reforma de la liturgia de
Cesarea, hecha siendo todava presbtero de aquella ciudad (Orat. 43,34). Por
los escritos del mismo Basilio sabemos que le acusaron varias veces por sus
innovaciones. En su libro De S piritu Sancto (cf. supra, p.220) se ve precisado
a defenderse por usar una doxologa nueva. En su Ep. 207 responde a la
acusacin de haber inaugurado un mtodo diferente de canto. Reform el
Oficio divino para sus monasterios e introdujo Prima y Completas, como lo
prueban claramente sus Reglas.
Una tradicin que es universal en el Oriente le atribuye la llamada Liturgia
de San Basilio, que todava se usa en las iglesias de rito bizantino los
domingos de cuaresma (a excepcin del domingo de Ramos), el Jueves Santo,
en la vigilia pascual, en las vigilias de Navidad y de Epifana, el 1 de enero Y
en la festividad de San Basilio. Los dems das se sigue la liturgia de San Juan
Crisstomo, que es ms breve.
No hay ninguna razn para poner en duda que sea de l la Liturgia de San
Basilio. En una carta que los monjes de Escitia escribieron, hacia el ao 520, a
los obispos africanos desterrados en Cerdea, dice as Pedro Dicono:
tambin las naturalezas que operan. Porque es imposible que seres que son
distintos en lo que a su naturaleza se refiere, estn asociados en cuanto a la
forma de sus operaciones. El fuego no enfra, el hielo no calienta. La
diferencia de naturalezas implica diferencia entre ellas y entre las operaciones
que de ellas proceden. Si, pues, percibimos que la operacin del Padre, del
Hijo y del Espritu Santo es una nica e idntica operacin, que no presenta
ninguna diferencia o diversidad en nada, es fuerza que de esta identidad de
operacin deduzcamos la unidad de naturaleza... Por tanto, la identidad de
operacin en el Padre, en el Hijo y en el Espritu Santo arguye claramente la
semejanza de naturaleza. Se sigue de aqu que, aun cuando el nombre de
divinidad signifique naturaleza, la comunidad de esencia prueba que este
ttulo se adapta perfectamente al Espritu Santo.
San Basilio sostiene abiertamente, con la mayora de los Padres griegos, que
el Espritu Santo procede del Padre por medio del Hijo. Procede del Padre,
pero no por generacin, como el Hijo: es el hlito de su boca (De Spiritu
Sancto 46,38) pero al mismo tiempo "la bondad natural, la santidad inherente
y la dignidad real que del Padre, a travs del Unignito, se extiende al
Espritu" (ibid., 47). Le llama tambin Espritu del Hijo, pero con ello no
quiere decir que sea el Hijo la fuente nica del Espritu, como pretenda
Eunomio (Adv. Eunomium 2,34). La Sagrada Escritura le llama "Espritu del
Padre" y "Espritu del Hijo," porque el Hijo tiene todo en comn con el
Padre (De Sp. S. 18,45). Basilio da a entender, aunque no lo diga
expresamente, que el Espritu Santo es, en cierto sentido, por el Hijo y
procede de El (Adv. Eunomiun 2,32).
4. Eucarista.
Uno de los documentos ms notables acerca de la Eucarista y de la historia de
la sagrada comunin es la Ep. 93 de Basilio, dirigida a la matrona patricia
Cesara el ao 372 Atestigua la costumbre de reservar el sacramento en las
casas de las personas particulares para su uso privado, la costumbre de
comulgar diariamente y la fe en la presencia del cuerpo y de la sangre del
Seor:
Y el comulgar cada da y participar del santo cuerpo y sangre de Cristo es
bueno y muy til; pues dice El claramente: "El que come mi carne y bebe mi
sangre tiene vida eterna" (Io 6,54). Porque quin pone en duda que participar
continuamente de la vida no es otra cosa que vivir de muchos? Nosotros
ciertamente comulgamos cuatro veces a la semana: el domingo, el mircoles,
estado de "los que oyen," que estaban presentes para la lectura de la Sagrada
Escritura y para el sermn (); el estado de "los que se postran," que
asistan de rodillas a la oracin (); por ltimo, el estado de quienes
"estaban de pie" durante todo el oficio, pero no participaban en la comunin
(). En la tercera carta cannica de Basilio (Ep. 217: EH 593-6), que
aade valiosa informacin sobre la duracin de los distintos periodos,
encontramos las mismas cuatro clases de penitentes, como se ve por el canon
75:
Al hombre que haya pecado con su propia hermana, bien sea por parte de
padre o de madre, no se le debe permitir entrar en la casa de oracin hasta que
no hava renunciado a su perversa e ilcita conducta. Y cuando haya cado en la
cuenta de aquel terrible pecado, que llore durante tres aos estando de pie a la
puerta de la casa de oracin, suplicando a la gente que entra a la oracin que
todos y cada uno ofrezcan misericordiosamente sus oraciones con ahnco a
Dios en su favor. Que, despus de esto, sea admitido por un perodo de otros
tres aos, pero slo a escuchar, y, una vez que haya escuchado las Escrituras y
las enseanzas, sea expulsado y no se le admita a la oracin. Despus, si la
pide con lgrimas y ha cado ante el Seor con contricin de corazn y fuerte
humillacin, concdasele la postracin por otros tres aos. De esta suerte,
cuando haya mostrado frutos dignos de penitencia, sea admitido, en el ao
dcimo, a la oracin de los fieles sin oblacin; y despus que haya estado de
pie con los fieles en la oracin durante dos aos, considresele por fin digno
de la comunin del Bien.