Libro Genesis - Bereshit Final
Libro Genesis - Bereshit Final
Libro Genesis - Bereshit Final
GNESIS | BERESHIT
Reflexiones actuales desde
el judasmo y el cristianismo
Federacin de
Comunidades
del Judasmo
Conservador
FEDECC
Gobierno de
la Ciudad de
Buenos Aires
Conservador
FEDECC
Presidente
Marcos Cohen
Jefe de Gobierno
Ing. Mauricio Macri
Vicepresidente
Jorge Fojgiel
Vicejefa de Gobierno
Lic. Mara Eugenia Vidal
Secretario
Mario Altman
Secretario General
Lic. Marcos Pea
Tesorero
Eusebio Krichesky
Subsecretario de Relaciones
Internacionales e Institucionales
Lic. Fulvio Pompeo
Director Ejecutivo
Ariel Blufstein
CRDITOS
Compiladores
Lic. Claudia Russo Bernagozzi
Lic. Ariel Blufstein
Ilustracin
Paio Zuloaga
Revisin
Lic. Liliana Gurevich
Ariel Dajczman
Diseo
DG Andrea Oszlak
Blufstein, Ariel
Un acercamiento al libro del
Genesis/Bereshit :
reflexiones actuales desde el judasmo y el cristianismo .
- 1a ed. - Ciudad Autnoma de
Buenos Aires : SAB Libros, 2013.
54 p. : il. ; 28x20 cm.
ISBN 978-987-29951-0-2
1. Judasmo. 2. Cristianismo. 3.
Antiguo Testamento . I. Ttulo
CDD 221
Fecha de catalogacin:
28/08/2013
NDICE
5
6
7
8
9
13
17
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OBEDIENCIA O VIOLENCIA?
25
LA VIDA DE SARA
29
LA PROMESA/BENDICIN DIVINA
SIGUE SU CAMINO
33
37
41
45
SOAR Y LUCHAR
49
53
VOLVER A L
NO HABLEMOS DE M
INCLUIR-BENDECIR-MORIR
PRLOGO
JEFE DE GOBIERNO
Marcos Cohen
Presidente de FEDECC
PRESENTACIN
Desde hace dos aos, la Direccin General de Cultos del Gobierno de la Ciudad Autnoma de Buenos Aires y
la Federacin de Comunidades del Judasmo Conservador -FEDECC- venimos trabajando en forma conjunta
en la realizacin de diversas acciones, que nos han permitido acercar a los vecinos de la Ciudad actividades
entre las que se destacan los conciertos de Pesaj y el libro La Vida Juda en el Ao.
Gracias a este compromiso conjunto, es que en esta oportunidad, tenemos el placer de presentar Un
acercamiento al libro del GENESIS/BERESHIT. Reflexiones actuales desde el judasmo y el cristianismo. Una
publicacin que busca acercar a los lectores una mirada actual de la Palabra Bblica desde una perspectiva
judeo-cristiana.
Es importante destacar que el mtodo utilizado para la divisin de los textos es el que corresponde a la
tradicin juda (Parasha), segn la cual el Gnesis/Bereshit se organizan en doce secciones que se leen,
una por semana, entre los meses de septiembre y diciembre.
Es nuestro proyecto, que sta sea la primera de una serie de publicaciones en las que se comenten cada
uno de los libros que componen el Pentateuco.
Deseamos agradecer en forma especial a cada uno de los rabinos del Movimiento Conservador/Masort y
a los telogos cristianos, que fueron invitados a reflexionar sobre cada texto. Estamos convencidos de que
sus pensamientos sabrn enriquecer e invitar a cada lector a que medite sobre las enseanzas que se
encuentran en las Sagradas Escrituras.
Asimismo, destacamos el gran trabajo realizado por el ilustrador Paio Zuloaga, quien a partir de cada
comentario creo una pieza de arte que busca reflejar en forma original las reflexiones plasmadas por
cada autor.
Agradecemos tambin a la Comisin Directiva de FEDECC y a las autoridades del Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires por confiar en el trabajo conjunto entre entes gubernamentales y organizaciones de la
sociedad civil.
Para finalizar, los invitamos a leer cada una de estas reflexiones que intentan mirar el hoy desde la sabidura
y belleza del Gnesis/Bereshit.
PALABRAS DEL
ILUSTRADOR
Paio Zuloaga
Gnesis / Bereshit
La creacin slo llega a ser muy buena como un todo nicamente cuando
el Hombre se halla en ella, aunque luego de la descripcin de la creacin
de este. No dice que Dios observ que es bueno - como en los dems
componentes del cosmos- pues, tal hecho queda en manos del libre albedro
conferido a la mxima criatura de la Creacin.
Al nico ser hacia el cual se dirige Dios en forma dialogal es al hombre 11.
La grandeza de lo humano, de cada humano; que aparece cual quintaesencia
de esta descripcin, fue manifestada de este modo por el salmista:
Qu es el hombre para que de l te acuerdes?
O el ser mortal para que de l cuides?
Lo Creaste poco menos que divino
Lo coronaste con gloria y honor 12
Los sabios del Talmud explicaron diciendo:
El ser humano es querido por Dios ya que fue creado a Su imagen, lo
que manifiesta el amor Divino por el hombre, pues as est dicho
(Gnesis 9:6): pues a imagen de Dios cre al hombre 13
Por ello fue creado el hombre solo, para ensear que cuando alguien destruye
a un solo hombre es considerado cual si hubiere destruido a la humanidad
toda, y todo aquel que rescata a un solo hombre es considerado cual si hubiere
rescatado a la humanidad toda 14.
El hombre, su desarrollo y dilogo con lo Divino son la meta ltima de
toda Creacin.
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Gnesis / Bereshit
Gnesis / Bereshit
13
14
Gnesis / Bereshit
Gnesis / Bereshit
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4 Idem 13:16.
5 Idem 22:17
6 Rabi David Kimji, erudito espaol
del siglo XIII.
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Gnesis / Bereshit
OBEDIENCIA O VIOLENCIA?
Por Lic. Andrea Hojman
Parashat Vaiera
Gnesis 18:1-22:24
Pocos textos de la Escritura han despertado tantas y tan variadas interpretaciones en el transcurso de la historia como el relato de Gn 22: la pintura,
la msica, la filosofa, el comentario exegtico... Y es que, acercndose a
Gn 22, las preguntas se multiplican: Es una historia de salvacin y rescate
del hijo de la promesa o es un relato de la violencia ms infame? Es
manifestacin de una fe y obediencia eximias, o la evidencia de la cobarda
de Abrahamque no puede enfrentar a Dios para salvar a su hijo? Y quin
es este Dios, capaz de poner a su aliado ante la cruel decisin de matar a
su propio hijo para ofrecrselo como holocausto? El mismo Dios no est
acaso transgrediendo su propio mandato de no atentar contra la vida y su
prohibicin de los sacrificios humanos? No est poniendo en riesgo su
propia promesa, pidiendo la muerte del nico que poda garantizarla?
Propongo que se trata de dos niveles de lectura presentes en el mismo
relato: una en el nivel interior a la historia narrada; otra, en el plano de la
forma final del texto.
En el primer nivel nos encontramos frente a un relato con altos niveles
de violencia que chocan contra nuestra sensibilidad actual.La violencia
est presente en diversos aspectos. Por un lado, en la relacin entre padre
e hijo quese muestra vulnerada, tanto en la incomunicacin durante el
camino como, especialmente, en la pronta decisin de Abraham de asesinar
a su hijo. Los objetos que porta cada personaje condensan estos sentidos:
Abraham lleva los objetos activos del sacrificio (el fuego y el cuchillo)
mientras que Isaac carga los pasivos (la lea). Abraham aparece como un
hombre capaz de poner un mandato divino por sobre la vida de su hijo,
sin intentar negociacin alguna. En segundo lugar, la violencia aparece en
la imagen de un Dios arbitrario y esquizoide, que reclama el filicidio
luego de haber exigido incansablemente el cuidado de la vida humana y
de haber prometido a Abraham un hijo de la ancianidad. Por ltimo, es
violento encontrarnos con un narrador que presenta estos acontecimientos
como una prueba legtima de Dios y una verificacin de la fidelidad de
Abraham, ofrecido como modelo para los lectores. En definitiva, el relato
parece desconocer y sepultar toda sensibilidad humana, y sacrificarla por
un ideal ms alto. En este primer nivel de lectura, Gn 22 sera el arquetipo
de todos aquellos actos heroicos por los que la fe ha logrado subordinar
todo anhelo humano.
Sin embargo, en otro nivel de lectura, el mismo relato ofrece un sentido
totalmente diferente. Se trata del problema de la promesa de descendencia
Gnesis / Bereshit
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Gnesis / Bereshit
A la memoria de mi
querida abuela Sara, Z"L
1 Gnesis 22:20-23
2 Bereshit Rab, Parashat Jaiei
Sar; par. 58 sim. 2
Sara fue una mujer misteriosa. Sus silencios, su risa, su irona hacen notar
ms su presencia que sus escuetas y precisas palabras. Su muerte deja un
gran vaco familiar, para su marido Abraham y para su hijo Itzjak. Sin
embargo, la Tor parece insinuarnos que cuando los sentimientos de
dolor son profundos, no debemos concentrar nuestra atencin en la perplejidad de la muerte, ni hundirnos profundamente en la afliccin, sino
por el contrario debemos conectarnos con la vida y las enseanzas
aprendidas de nuestros seres queridos.
Al haber concluido el ciclo de Sara, es fundamental que comience el ciclo de
Rivka. Es por eso que la parasha anterior finalizaba relatando el nacimiento
de Rivka: He aqu que Milka tambin ha parido hijos a Najor, tu hermano
() y Bethuel engendr a Rivka 1
Por qu nos cuenta la Tor acerca del nacimiento de Rivka antes de
informarnos de la muerte de Sara?
Los rabinos del Midrash explicaron esta yuxtaposicin refirindose al
versculo del libro bblico Kohelet, Eclesiasts. Rabi Aba dijo: -Acaso no
sabemos que el sol se levanta y el sol se oculta? S, pero el significado es mayor.
Debemos entender que cuando el Creador decide que el sol de una persona
justa se oculte, est decidiendo a su vez, que el sol de otra persona justa se
levante... Antes que el Creador permitiera que se ocultara el sol de Sara, Dios
ya haba asegurado el surgimiento de la segunda matriarca, Rivka. 2
Y as fue. El relato contina con la bsqueda que realiza Abraham para
conseguirle esposa a Itzjak. La bsqueda de consuelo, la bsqueda de
amor y la bsqueda de continuidad. Y all aparecer Rivka en su historia
y en nuestras historias.
Gnesis / Bereshit
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Gnesis / Bereshit
LA PROMESA/BENDICIN
DIVINA SIGUE SU CAMINO
Por Padre Hugo Safa
Parashat Toldot
Gnesis 25:19-28:9
Cuando comenzamos la lectura de Gnesis 25,19 ingresamos a una nueva
y fundamental etapa del desarrollo narrativo del Pentateuco, Tor. Esto
puede verificarse por la introduccin de la seccin que comentamos:
Esta es la historia de Isaac (ele toledot Itzjak). Esta frmula aparece diez
veces a lo largo del Pentateuco (Gnesis 2,4a; 5,1; 6,9; 10,1; 11,10; 11,17;
25,19; 36,9; 37,2; Nmeros 3,1) y cuando lo hace se nos est sealando una
etapa decisiva en la manifestacin de Dios en la historia de la humanidad
y de su Pueblo.
Gnesis 25,19-28,9 (y podramos extendernos hasta 28,22) gira en torno
al tema de la primogenitura y de la bendicin abrahmica asociada a ella.
Veamos las etapas de la narracin: Rebeca, la amada esposa de Isaac, es
estril. Por la intercesin de su esposo, Dios permite que quede encinta
de mellizos. Ellos, Esa y Jacob, lo vaticina el Seor, se convertirn en
padres de dos futuros pueblos, Edom e Israel, y el mayor quedar sometido
al menor. Y de hecho as ocurrir cuando el futuro Rey David construya
un Reino que dominar a sus vecinos. En realidad la seccin que estamos
leyendo y comentando no es sino una anticipacin de aquellos futuros
sucesos.
Finalmente nace primero Esa, el rubicundo, y luego ve la luz Jacob
agarrado del taln, 'aqueb; (de aqu, popularmente, Jacob) de su hermano.
Bella e irnica imagen pues Jacob actuar, en gran parte de las narraciones
posteriores, a expensas de su mellizo.
Los muchachos crecen y cada uno por su parte acapara el cario de sus
progenitores. Esa, el cazador, de Isaac; Jacob, un muchacho muy de su
casa, el de mam Rebeca. Pero este ltimo pone en evidencia rpidamente
su astucia y compra la primogenitura por un plato de lentejas (!) a su
inocente (o tonto?) hermano Esa.
Ya en el captulo 26, dedicado al patriarca Isaac, ste, por una parte, repite lo acontecido a su padre Abrahm (cap. 12,10-20 y cap. 20) aunque en
una situacin ms matizada moralmente, y por otra se va afincando, con
la bendicin y promesa de Dios, en el sur del pas, recuperando pozos de
agua y haciendo una alianza con el rey filisteo Abimlec. Seguidamente el
narrador nos anoticia que Esa, desoyendo la voluntad de Dios (cf. 24,3s.)
toma mujeres hititas, es decir extranjeras, causando con ello, un gran
dolor a sus padres.
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Gnesis / Bereshit
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del pequeo Ishmael, que marginado por parte de su familia est a punto
de fenecer a causa de la sed en el caluroso desierto. Es el mismo Dios que
se haba hecho presente para atender los ruegos de las matriarcas a causa
de su esterilidad, el mismo que ms adelante utilizar una zarza como
medio para comenzar el proyecto de liberacin del pueblo oprimido que
lo invoca pidindole romper el yugo del faran.
Es Bet El una tierra sagrada en s misma y por eso Iaacov percibe all la
revelacin? Creo que no. Es justamente la bsqueda de Iaacov de percibir
el abrazo divino que lo acaricia y lo alienta en esta migracin que no es
slo fsica sino esencialmente existencial, la que hace que Dios se revele
transformando a Bet El en tierra sagrada. La bsqueda del hombre de fe que
en lo profundo de su alma implora la Presencia Divina es la que desencadena
la revelacin y por lo tanto transforma el ms profano de los lugares en
tierra sagrada. La bsqueda de este Iaacov errante, el grito desesperado de
Ishmael, el clamor de liberacin del pueblo oprimido fuerzan la revelacin
de un Dios que consagra el lugar en el que es invocado.
Una de las pocas mujeres que en el judasmo pre-moderno tuvieron un
lugar destacado de liderazgo, la doncella de Ludmir, quien no fue olvidada
ni censurada por quienes escribieron la historia, ensea que la historia de
Iaacov viene a mostrar que incluso en los lugares ms oscuros, en las tierras
de desesperacin y desesperanza hay lugar para la Presencia Divina si
quien la espera sabe buscarla y percibirla. La sorpresa de Iaacov no es por
la presencia de Dios sino por poder percibir su presencia en ese tiempo
tan difcil y tremendo de su vida.
Rab Menajem Mendl de Kotzk sola responder ante la pregunta de dnde
reside Dios, que l reside all donde el hombre lo deja entrar. Por eso,
ningn lugar es a priori tierra sagrada sino en la medida en la cual el hombre
busque consagrar esa porcin de mundo. No hay tierras sagradas sino
varones y mujeres que consagran la tierra a partir de la bsqueda de lo
sagrado. Y en ese sentido, y quiz por eso la sorpresa de Iaacov, una tierra
que puede pasar desapercibida para muchos puede ser sagrada para aqul
que est buscando encontrar lo trascendente.
Probablemente eso le sucedi a Iaacov en Bet El, a Moiss ante la zarza y
al Pueblo todo al cruzar el Mar Rojo. Uno de mis midrashim favoritos,
ensea que mientras que el Pueblo de Israel alababa a Dios a causa del
milagro del mar que se abra de par en par transformando una mortal
amenaza en un sendero hacia la libertad, dos hombres miraban hacia
abajo y se quejaban del barro que ensuciaba sus pies. Para ellos, la presencia
de Dios no se haba hecho presente en el mar. Ellos no fueron testigos del
milagro que, segn los sabios talmdicos, fue ms poderoso que cualquier
revelacin proftica. Quizs sea porque ellos no buscaban, no hacan
lugar en sus corazones y por lo tanto, desde su perspectiva l no estaba
presente consagrando la tierra que pisaban.
Que Parashat Vaietz nos inspire a ser hombres y mujeres de bsqueda,
con los sentidos bien afinados y el alma expandida para ser testigos de la
Presencia de Dios incluso en el ms amenazante de los desiertos de la
existencia, y que al percibir Su divina presencia podamos sorprendernos
y llamar a la tierra que pisamos Casa de Dios.
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Gnesis / Bereshit
Gnesis / Bereshit
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como tal lo debes amar. () Porque para ti lo que vale es Dios que es
Padre entre ustedes dos. Y no busques excusas para el amor. El prjimo
es cualquiera que te pasa al lado, pobre o rico, bello o feo, ignorante o
docto, santo o pecador, de tu patria o extranjero, sacerdote o laico, cualquiera. Prueba amar a quien te toca en cada momento presente de tu vida
y descubrirs en tu alma nuevos brotes de fuerza que no conocas antes:
ellos darn sabor a tu vida y respondern a tus miles por qu?.
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Gnesis / Bereshit
SOAR Y LUCHAR
Por Rabina Arq. Graciela de Grynberg
Parashat Vaieshev
Gnesis 37:1-40:23
Gnesis / Bereshit
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Iosef tiene una vida llena de idas y vueltas, de subidas y bajadas frente a
los distintos hechos que le fueron ocurriendo. Es odiado por sus propios
hermanos, quienes celosos por el amor de su padre Iaakov para con l
planean matarlo. A uno de sus hermanos, a Iehud se le ocurre, que en
vez de matarlo, deberan venderlo como esclavo.
Y as lo hicieron, engaando a su padre, quien llor a su querido hijo Iosef
a quien crea muerto, segn lo que le haban contado sus otros hijos y por
la ropa destrozada y manchada de sangre que le haban trado.
Nos impacta ver el comportamiento y la actitud de Iosef durante todas las
circunstancias por las que tuvo que pasar ya que nunca lo escuchamos
quejarse. Y nos sorprende adems escucharlo decir, que no es l, el que
tiene la capacidad, el poder de interpretar los sueos, sino que Dios
mismo lo hace a travs de sus palabras.
Imaginemos todo lo ocurrido y pensemos luego, cmo reaccion Iosef
ante cada situacin y cmo reaccionaramos nosotros ante hechos similares o, tal vez, menos difciles por los cuales tuvo que pasar.
No dudamos que Iosef tuvo momentos de soledad, angustia, tristeza, desconsuelo, amargura, sensacin de desamparo, privacin de la libertad, de
una familia, de un pasado. No dudamos que en algn momento sinti que
no haba futuro. Sin embargo, no escuchamos quejas. Todo lo contrario,
frente a cada circunstancia, ante cada obstculo, l reacciona aceptando
la situacin, adaptndose a ella. Hace lo imposible para sobreponerse.
Siente que no est solo y encara con renovadas fuerzas y esperanzas, las
nuevas posibilidades que se le van presentando en la vida. No le teme al
futuro, sino que trabaja para l. En ningn momento baja los brazos.
En la festividad de Januka, la fiesta de las luminarias, donde el pueblo
judo nunca baj los brazos y nos gua a luchar por nuestros sueos y por
nuestro pasado y a su vez, nos ensea un valor universal, comn a todos
los pueblos, a todos los hombres: el derecho que tienen todos los seres
humanos, de vivir de acuerdo a sus creencias, de acuerdo a sus tradiciones.
Tal vez, las luces de la janukia, disipen la oscuridad y hagan realidad el
sueo de una paz universal como la que so Martn Luther King y
muchos otros hombres y mujeres en todos los tiempos y lugares, y de un
judasmo vivo, con valores universales y particulares, que no queremos
ni debemos perder.
42
Gnesis / Bereshit
NO HABLEMOS DE M
Por Mons. Dr. Vctor Manuel Fernndez
Parashat Miketz
Gnesis 41:1-44:17
Gnesis / Bereshit
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Gnesis / Bereshit
VOLVER A L
Por Rabino Marcelo Bater
Parashat Vaigash
Gnesis 44:18-47:27
Gnesis / Bereshit
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1 Gnesis 45:3
2 Gnesis 46:30
3 Gnesis 46:27
4 Midrash Tanjuma, Bemidbar 19
50
Gnesis / Bereshit
INCLUIR-BENDECIR-MORIR
Por Padre Gerardo Sding
Parashat Vaieji
Gnesis 47:28-50:26
En el relato bblico de los orgenes, como en la vida real, las historias personales se entrelazan. Jacob-Israel ha sido el hermano gemelo conflictivo
y aprovechador ya desde el seno materno, el hijo mentiroso y ladrn de
la bendicin del padre, el esposo engaado y reincidente en el engao, el
creyente que comenz comerciando y acab luchando con Dios finalmente, el padre que se hace cargo de su familia. Su historia no se cierra
con los hijos que se quedaron con l. Jacob, el padre, deba reconocer e
incorporar tambin a Jos, el hijo preferido, perdido y reencontrado;
tambin sus hermanos debieron recuperar a su hermano odiado, vendido y finalmente, salvador de todos ellos. Slo incluyendo plenamente lo
extranjero (extrao) que se ha dado en esa historia, puede el viejo
patriarca vislumbrar el cumplimiento del designio divino sobre l y su
familia entera. Aunque ya lo haba vivido en carne propia, ahora lo debe
reconocer y celebrar en la de otros.
En Gnesis 48, donde se conjugan el afecto familiar y el derecho, JacobIsrael adopta como suyos a dos hijos de Jos, nacidos en Egipto y de
madre egipcia, mediante el gesto de colocarlos sobre sus rodillas
(brkym):
Dijo Jacob a Jos: Los dos hijos tuyos que te nacieron en Egipto antes de
venir yo a Egipto a reunirme contigo, mos son: Efram y Manass, igual
que Rubn y Simen, sern mos (). Tremelos ac, para que yo los bendiga (). Jos los sac de entre las rodillas de su padre, y se postr ante
l rostro en tierra (Gnesis 48,5.9.12)
Y el abuelo los bendice (brk), como Dios haba prometido a su abuelo
Abraham:
Que con su nombre se bendiga en Israel y se diga: Hgate Dios como a
Efram y Manass! (Gnesis 48,20; cf. 12,2)
Entonces, slo entonces, le es dada la mirada proftica sobre un futuro
ms all de su propia vida. Reunidos todos sus hijos junto a su lecho de
muerte, Jacob se despide con una palabra final para cada uno, con la que
recuerda, juzga y anuncia (Gnesis 49). Postrado y enfermo, el otrora
viajero ha atisbado, al fin, el misterio del Dios de la vida y de la historia,
la suya propia y la de los otros, que han pasado a ser tambin suyos.
Ahora, y slo ahora, despus de incluirlos, puede bendecir a todos y a cada uno:
Gnesis / Bereshit
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Todas estas son las tribus de Israel, doce en total, y esto es lo que les dijo
su padre, bendicindolos a cada uno con su bendicin correspondiente.
(Gnesis 49,28)
Ha reunido y bendecido a los suyos que quedan en el mundo. Jacob, el
patriarca, puede morir e ir a reunirse con los suyos. Ya sabe que el Dios,
al que finalmente ha conocido, cumplir con todos -como ha cumplido
con l- su promesa de salvacin, porque son "suyos". Lo haba anunciado
a Jos, despus de adoptar y bendecir a sus hijos:
Yo muero, pero Dios estar con ustedes y los devolver a la tierra de sus
padres. (48,21)
Muerto, llorado y sepultado Jacob, es Jos, el hijo predilecto, quien debe
asegurar el perdn y el afecto entre los hermanos. Tambin l ha comprendido que, en sus misteriosos caminos, Dios lo dispone todo para
bien, en favor de la vida (Gnesis 50). La suya propia culmina dejando
resonar un eco del testamento de su padre. Jos dice finalmente a sus hermanos:
Yo muero, pero Dios se ocupar sin falta de ustedes y los har subir de este
pas al pas que jur a Abraham, a Isaac y a Jacob. (Gnesis 50,24)
As se cierra la narracin de los orgenes, segn la fe de Israel. La bendicin primordial del Dios de la vida (cf. Gnesis 1) se ha entretejido en
una difcil y muy humana historia de familia. Los padres y las madres de
Israel han debido aprender, abiertos a Dios y a la vida, a incluir, bendecir
y morir en la confianza, para perpetuar as la promesa. Con esta familia,
Dios se ha ido preparando un pueblo para la vida y la bendicin de todas
las naciones (cf. Gnesis 12,3).
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Gnesis / Bereshit