Una Vision Del Evangelio de Mateo

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UNA VISIÓN CABALÍSTICA DEL

EVANGELIO DE MATEO

ISAAC BENAOR
ÍNDICE

1. Introducción ……..…………………………………………..3
2. La genealogía del Mesías……..………………………11
3. Yeshúa y el número catorce…………………………20
4. El nacimiento del Mesías……………………………..28
5. La tentación de Yeshúa……………………..…………40
6. ¿Abolió el Mesías la Torá?..............................52
7. La parábola de los talentos…………….……………64

8. Las señales antes del fin………………………………73


9.Oración……………………………………………..………….82
10. Otros libros del autor…………………………………83
Capítulo 1 INTRODUCCIÓN

Y
eshúa le dijo a sus discípulos:

“A vosotros os es dado saber los misterios del Reino de los


Cielos, más a ellos no les es dado […] Por eso les hablo por
parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen, ni
entienden”

Mateo/Matai 13:11 y 13

El Maestro dirigió respondiendo a su estas palabras a pregunta de


por su círculo más íntimo,

qué enseñaba mediante alegorías en el contexto de la célebre


“parábola el sembrador”. Y esto no es fácil de entender, pues tanto la
historia como su posterior interpretación nos parecen de sentido
común y en nada apreciamos a simple vista esos “misterios del
Reino de los Cielos” que estaban al alcance de muy pocos. Y
seguiríamos sin entenderlo de no ser por la cita de Isaías que
acompañó a la explicación;1 de donde se infiere, que se trata de una
percepción de carácter espiritual y profética, que iría mucho más allá
del sentido llano de aquellas palabras. Y por eso les dice:

“Porque de cierto os digo, que muchos profetas y justos


desearon ver lo que veis, y no lo vieron, y oír lo que oís, y no lo
oyeron”
ídem 13:17

Las palabras de Yeshúa esconden muchos secretos aún por


desvelar, y más allá de su sentido llano, poseen un profundo sentido
profético que pasa desapercibido ante los “ojos” y de los “oídos” de
aquellos que no anhelan conocerlos.
En el presente estudio sobre el libro de Mateo/Matai, intentaremos
ahondar, con la ayuda del Cielo, en esos secretos de luz y santidad
que dispuso Dios para los que Le temen y que nos fueron revelados
a través de Su Mesías. Y para ello precisaremos de las valiosas
herramientas que nos proporcionan las fuentes rabínicas y, muy
especialmente, las enseñanzas de los Sabios de la Kabalá.

Sin más preámbulo, le damos la bienvenida a este trabajo


consistente en ocho shiurim sobre el libro de Matai, sea voluntad del
Santo, Bendito sea, que estos estudios le sean de bendición para su
alma.
1 Isaías/Yeshayá 6:9 y 10.
Pasemos a su primer versículo:
“Libro de la genealogía de Yeshúa el Mesías”
ídem 1:1
Una mirada atenta nos lleva ya desde su primera palabra a
profundos significados espirituales: “Libro”, en hebreo “séfer”:
‫רפס‬
Séfer (libro)
Dicho vocablo comparte raíz con el término sefirá que, de hecho,
sería la misma palabra, en género femenino:
‫יפס רפס‬
Sefírá Séfer (libro)

Y en esto podríamos ver ya una insinuación que nos insta a ahondar


en los profundos secretos que se hallan ocultos entre sus páginas,
invitándonos a buscar una interpretación (llamémosle) cósmica de
sus postulados, de una exégesis que desea revelarnos “el reino de
los Cielos”, esto es, de suscitar la unión entre‫ א״ז‬Zeir Anpín y‫תוכלמ‬
Maljut, de forma que las bendiciones puedan descender con
abundancia sobre el mundo y, en última instancia, propiciar el
regreso del Mashíaj.

Vemos como el vocablo ‫ רפס‬séfer (libro) contiene las iniciales de tres


de los cuatros niveles interpretativos de la Biblia:

- La‫ ס‬Sámej de sod (secreto): ‫דוס‬


- La‫ פ‬Pe de Peshat (sentido literal): ‫תשפ‬
- La‫ ר‬Resh de Rémez (insinuación): ‫זמר‬

Siendo el propio contenido del “libro” el cuarto nivel interpretativo:


el‫ שרד‬derash (aspecto homilético); y esto constituye toda una
invitación a ahondar en los sentidos más profundos de su texto en
busca del ‫ סדרפ‬Pardés,2 de esos‫ םישודיח‬jidushim3 que nos van a
acercar al ‫ תוימינפ‬penimiut (aspectos espirituales internos) del ‫חישמ‬
Mashíaj.

La palabra ‫ רפס‬séfer (libro) también puede ser leída de la forma ‫רפס‬


sefar (número), como es expuesto al comienzo del conocido libro
cabalístico Séfer Yetsirá:4
‫רפס‬
Safar (número)
Y esta acepción nos invitaría a incluir también las gematriot (valores
numéricos) en nuestra exégesis del texto. Veamos un
2 “Paraíso”. Acróstico de las iniciales de los cuatro citados niveles, y juntos constituyen el
máximo nivel de aprehensión que podemos hacer del texto bíblico, incluyendo alcanzar un
grado de ‫ שדוקהחור‬Rúaj Hakódesh (véase Jaguigá 14b).

3 Interpretaciones novedosas del texto bíblico.


4 Véase ídem 1.1. De donde derivaría la palabra‫ רפס‬sefar, que significa precisamente
“computo” o “censo” (Véase 2 crónicas/Dibré Hayamim 2:16/17).

ejemplo a este respecto. Calculemos la gematría de safar:


340 = (200) ‫(ס‬60) + ‫( פ‬80) + ‫ר‬
Y vemos que es la misma que la de‫ ףרס‬seraf (un tipo de ángel) que,
de hecho, es una permutación del mismo nombre:
340 = (200)‫(ס‬60) + ‫(ר‬80) + ‫ף‬
Unos seres que se hallan vinculados a la revelación profética (véase
Isaías/Yeshayá 2:5, entre otros).
La siguiente palabra de nuestro libro es toledot, que traducimos
como generaciones:
‫תודלות‬
Toledot
Término que procede de la raíz‫ י‬Yod, ‫ ל‬Lámed, ‫ ד‬Dálet: “procrear”,
“generar”.
Para ahondar sobre esta palabra, son de obligada mención dos citas
de la Torá. La primera sería:
“Y estas son las generaciones (‫ תדלות‬toledot) de Yitsjak (Isaac),
hijo de Abraham. Abraham engendró a Isaac”
Génesis/Bereshit 25:19
Acerca de esto dijeron los comentaristas:
“Todos los sucesos hasta ahora descritos no son sino una
introducción para llegar a estos hijos”
Séfer Hazikarón

En el libro de Génesis encontramos numerosas genealogías, pero


todas ellas no serían sino el hilo conductor que nos lleva hasta
Abraham y a su descendencia, que es el pueblo de Israel, pues fue
ésta y no cualquier otra nación de la tierra, la depositaria de las
promesas de Dios y el albacea de Su Palabra. En este sentido, el
linaje que será descrito a continuación no es sino el preámbulo del
Mashíaj, Quien había de venir al mundo de la descendencia de
Abraham y, más concretamente, de la casa de David.

Nuestra segunda cita es la siguiente:


“Estas son las generaciones (‫ תודלת‬toledot) de Ya’acob, Yosef”
Génesis/Bereshit 37:2

¿Acaso el onceavo hijo de Jacob fue su única descendencia? ¿No


deberían ser mencionados aquí todos los hijos del patriarca? La
palabra ‫ תודלת‬toledot también nos transmite la idea de la
consecuencia, del resultado de aquello que se genera. En esta línea
nos explica Rashí:
“ Un midrash hagádico5 interpreta lo escrito (con el propósito
de) adjudicar a Yosef el rol preponderante en la descendencia de
Jacob”

Rashí ad loc

Visto de esta manera, Yosef representaría la esencia espiritual de


Jacob y, por ende, de todas las tribus. En espíritu similar, el Mesías
constituye el alma colectiva,6 ya no tan solo de Sus ascendientes,
sino de la totalidad del pueblo de Israel.

La siguiente palabra de nuestro libro es Yeshúa:


‫ושי‬
Yeshúa

Si bien hablaremos con más detalle acerca de este nombre al tratar


el anuncio del ángel,7 como explicación preliminar diremos que
deriva de la raíz‫ י‬Yod, ‫ ש‬Shin, ‫ ע‬Áyin, que tiene el significado de
“salvar” o “librar” (véase 2 Samuel/Shmuel 22:4) y también de “ser victorioso”
(véase Zacarías/Zejariá 9:9), ambas acepciones aplicables a la obra del
Mesías.

No es casualidad que el profeta que más habló acerca de su venida


fuera Isaías (en hebreo‫ והיעשי‬Yeshayahu), cuyo nombre significa
precisamente: el Eterno salva:
5 Véase Bereshit Rabá 84:18.
6 Véase nuestro libro: EL JARDÍN DE LOS OLIVOS 1:6. 7Sobre las palabras: “Y llamarás
Su nombre Yeshúa, porque Él salvará a Su pueblo de sus pecados” (Mateo/Matai 1:21).
‫י והיעשי‬- - -‫עשי ה‬
YHVH salva Yesahayahu
Y pasamos a la siguiente palabra de la frase introductoria de nuestro
libro: haMashíaj (el Mesías):
‫חישמה‬
haMashíaj

Como es sabido, dicho término proviene de la raíz ‫ מ‬Mem, ‫ ש‬Shin, ‫ח‬


Jet, que significa “ungir”, esto es, derramar aceite, siendo usado en
la Biblia incluso para designar este elemento (‫ חשמ‬meshaj) (véase
Esdras/Ezrá 6:9). Pues esta acción se enmarcaba (entre otros
supuestos) en el rito iniciático para los sacerdotes y también para los
reyes. Cabe señalar que los reyes de la casa de David eran ungidos
con aceite procedente de un cuerno mientras que, para el resto, se
usaba una redoma.

Tendremos oportunidad “ungido” nos presentará la figura del Mesías


a un nivel espiritual más excelso que cualquier otro ser sobre la tierra
de ver, como esta condición de

Capítulo 2 LA GENEALOGÍA DEL MESÍAS

i existe una enseñanza en los Escritos que ha suscitado polémica a


lo largo de los siglos y ha servido como argumento para los
detractores, esta ha sido la del

nacimiento de Yeshúa. Pues estos arguyeron sobre el poco sentido


de citar una línea familiar que se remonta hasta Abraham, para luego
acabar diciendo:

“José (Yosef), marido de Miriam, de la cual nació Yeshúa


llamado el Mesías”
Mateo/Matai 1:16
Esto es, llegando hasta un personaje que no fue el padre biológico.
Bienvenidos a este nuevo estudio sobre el libro de Mateo/Matai. En
el día de hoy intentaremos, con la ayuda del Cielo, adentrarnos en
los grandes secretos espirituales de la genealogía del Mesías, según
es narrada en el primer capítulo del libro que nos ocupa.

Antes de centrarnos en la figura de Yeshúa, abordaremos algunos


temas de orden general, y para ello necesitaremos repasar algo de
historia para conocer cuál era el estado de la casa de David en el
momento en que nació, pues, como veremos, el cronista se esfuerza
en subrayar Su condición de “hijo de David” ( ‫ ןב‬ben David) incluso
por encima de la de “hijo de Abraham”.

Como nos declaran las Escrituras, David reinó cuarenta años sobre
todo Israel y tras su muerte ocupó el trono su hijo Salomón por otros
cuarenta. Sin embargo, su nieto Roboam acabó siendo rey
únicamente de dos de las tribus: Judá y la pequeña Benjamín (véase 1
Reyes/Melajim 12), pues las diez tribus del norte (que a partir de
entonces serán llamadas Israel, Efraím o Samaria) se
independizaron tanto política como religiosamente, de forma que los
reyes de la casa de David tan solo prevalecieron sobre el trono de
Judá, cuya capital era Jerusalén. Su destrucción a mano de los
babilonios en el 423 A.E.C. (hecho que supuso también la pérdida
del Templo Sagrado) apartó del reinado a la dinastía davídica; y
aunque después de setenta años de exilio, un miembro de la casa de
David llamado Zorobabel ben Salatiel, quien era nieto del depuesto
rey Yejojacim, volvería a gobernar sobre Jerusalén, no lo hizo como
un rey al uso sino a manera de delegado o “sátrapa”, siendo el
monarca persa quien realmente ostentaba el poder y la autoridad
real. Y vemos como a pesar de las alentadoras palabras del profeta
Zacarías (según leemos ídem 4:7), su relevancia tanto política como
religiosa fue de escaso recorrido, pues incluso las fuentes rabínicas
definen ese periodo como el de los hombres de la Gran Asamblea
(‫ הלודגה תסנכ ישנא‬anshé Kenéset Haguedolá), exaltando de forma
especial la figura de Shimón Hatsadik, quien fue uno de sus últimos
miembros (véase Pirké Abot 1:2). Tanto así, que tras su muerte (acaecida
hacia el 291 a.e.c.) la‫ הניכש‬Shejiná (Presencia Divina) dejó de
manifestarse en el Templo, circunstancia que llevó a los sacerdotes a
dejar de pronunciar el Tetragrama en voz audible8 en los servicios del
Templo (véase Yoma 93a, Menajot 109b).

El reino de Judá ya no se vería ya libre del dominio extranjero, pues


detrás los persas vendrían los griegos de la mano de Alejandro y,
tras de un corto periodo de relativa independencia bajo el gobierno
de los Macabeos (que procedían de la casa de Aarón y no de la de
David), sería conquistada por Roma en el año 63 a.e.c. con
Pompeyo. Este nuevo imperio ejercería su tutela con verdadera
“mano de hierro” hasta llegar a destruir el Segundo Templo en el año
70 d.e.c.

Y de aquí se desprende que en el momento de nacer Yeshúa la


relevancia política de la casa de David era prácticamente nula en la
tierra de Israel, si bien en la comunidad judía de Babilonia siguió en
vigor la figura del ‫ הלוג שאר‬rosh golá (exiliarca) continuando de
alguna forma la dinastía davídica (esta es la opinión de Metsudat David), sin
embargo, no parece que esta circunstancia se ajuste al cumplimiento
de la profecía:

“No faltará varón de tu descendencia en el trono de Israel”


1 Reyes/Melajim 9:5

Es más, a tenor del relato de Lucas/ Nakai, que es el otro gran


cronista del nacimiento de Yeshúa, Yosef, aun siendo un
descendiente directo de los reyes de Judá, habría perdido a esas
alturas los vínculos familiares con su lugar de procedencia en la
aldea de Belén (en hebreo ‫ םחל תיב‬Bet Lejem), como se infiere del
hecho de que no buscase alojamiento en casa de algún pariente
para el parto de su esposa. A tenor de la misma fuente, tampoco su
situación económica era la adecuada a un príncipe de Israel, como
se desprende de la ofrenda de purificación (‫ הרהט‬tahará) que la
familia presentó según lo prescrito en la Torá:
8 Practicando a lo que el Talmud define como “tragar el Nombre”:‫ותוא םיעילבמ‬mabli’im otó
(véase Kidushín 71a).
“Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos,
conforme a la Ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para
presentarlo al Señor […] Y para ofrecer conforme a lo que se
dice en la Ley del señor: «Un par de tórtolas o dos palominos»

Lucas/Nakai 2:22 y 24 Y esto conforme a lo dicho:

“Y si no tiene suficiente para el precio del cordero, tomará


entonces dos tórtolas o dos palominos, una para holocausto
(‫ הלע‬olá) y otro para expiación (‫ תאטח‬jatat)”

Levítico/Vayikrá 12:8

Y todo esto nos retrotrae al misterio del “Tabernáculo caído de


David”, que es un grado de exilio espiritual donde el Mesías
permanece oculto, situación que no será revertida hasta llegado el fin
de los días, conforme anunciaron los profetas:

“En aquel dí a Yo levantaré el Tabernáculo caído de David


(‫ דיודתכס תלפנה‬sukat David hanofélet), y cerraré sus portillos y
levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado”

Amós 9:11

Y son muchas las implicaciones proféticas de esta declaración, pues


nos retrotraen a ese estado de exilio denominado “el tiempo de los
gentiles” (‫ םיוגהתע‬et hagoim) (véase Lucas/Nakai 21:24), periodo durante el
cual un “velo” espiritual oculta la revelación de Yeshúa al pueblo de
Israel, quienes incluso llegan a denominar al Mesías “el abortado”
(‫ תלפנה‬hanofélet) (véase Sanhedrín 96b), la misma expresión que usaba
nuestra cita para el “Tabernáculo de David”. Y este escenario se
prolongará hasta sus más aciagas consecuencias con el
advenimiento de la llamada “plenitud de los gentiles” (‫ םיוגה אלמ‬meló
hagoim),9tras la cual “Todo Israel será salvo” (Romanos 11:25 y

26).
¿Pertenece Yeshúa a la casa de David?
Antes de examinar de cerca la genealogía de nuestro texto, debemos
salir al paso de la supuesta polémica levantada por los detractores al
argüir que no tiene sentido citar una línea familiar que se remonta
hasta ‫ ךלמה דוד‬David Hamélej (el rey David) para luego argumentar
que en realidad Yosef no era el padre biológico de Yeshúa. Y esta
controversia nos sorprende, pues no parece que entre los discípulos
del siglo primero hubiese alguna duda sobre la filiación davídica de
Yeshúa, como se infiere de las palabras:

“Porque es notorio que nuestro Señor nació de la tribu de Judá


(‫ הדוהי‬Yehudá)”
Hebreos/Ibrim 7:1 O de la muy precisa declaración:
“Yeshúa el Mesías, que era del linaje de David según la carne”
Romanos 1:3
9 Expresión tomada de Génesis/Bereshit 17:4.
Y este ha sido un tema que ya hemos tratado extensamente en
nuestros libros y en nuestros cursos.10

Así pues, aunque los Escritos describen a Yosef ben Ya’akob como
descendiente directo del rey David, al no ser éste el padre biológico
de Yeshúa (al tratarse de una concepción sobrenatural) dicho linaje
“según la carne” solo puede proceder de la madre.

Y la pregunta que nos sale aquí al encuentro es: ¿acaso la filiación


materna puede determinar el linaje?
Indaguemos en las fuentes rabínicas, en esas mismas que algunos
detractores han querido ver lo improcedente de la citada genealogía.
En el Talmud leemos la siguiente declaración:

“Dijo Rav (sobre el Mesías): si está entre los vivos es Rabenu


Hakadosh (rabí Yehudá Hanasi)”
Sanhedrín 98b
Y también hallamos escrito:

“¿Qué dijo Rabenu hakadosh? Si pasara rab Huna, el resh


galuta (líder de la diáspora) me levantaría ante él, por cuanto él
es antes que yo. Pues él es de Yehudá y yo soy de Biniamín. Él
es de los varones de Yehudá (esto es, por línea paterna) y yo de
las mujeres (o sea, por línea materna)”

Bereshit Rabá 33:3


10 Puede consultar nuestros libros: EL JARDÍN DE LOS OLIVOS (cap. 3) y LA ROCA DE
NUESTRA VIDA 1:8, y el curso MISTERIOS OCULTOS DE LA BIBLIA (shiur 3).

¿Qué pueden aportar estas enseñanzas al tema que nos ocupa?


Nuestra última cita sostenía que rabí Yehudá Hanasi pertenecía a la
tribu de Yehudá únicamente por la vía materna y sin embargo el
Talmud no duda en calificarlo como candidato a Mesías. Esto nos
confirmaría que si bien el Mashíaj ha de provenir necesariamente

de la tribu de Yehudá (véanse Génesis/Bereshit 49:10, Salmos/Tehilim 89:3-5,

, que esta procedencia viniese únicamente por la vía


entre otros)
materna no sería un impedimento para Su legitimidad. Como también
fue dicho:

“Y ‫ ד״במ‬Mashíaj ben David, puede ser (así considerado) incluso


cuando es de la simiente de David sólo de las mujeres, y así es
como lo encontramos (en el Talmud) (Sanhedrín 98b) que dijo Rav
acerca del Mashíaj: «Si es de entre los vivos es como Rabenu
Hakadosh (nuestro santo maestro, es decir, rabí Yehudá
Hanasí)», y dijeron (Bereshit Rabá, Nóaj, 33:3 entre otros): «¿Qué dijo
Rabenu Hakadosh?: Si pasara rav Huna el Resh Galuta (el líder
en la diáspora) me levantaría ante él, pues (él) es antes que yo,
por cuanto él es de Yehudá y yo de Biniamin, él es
(descendiente) de los varones de Yehudá y yo (desciendo por la
línea) de las mujeres», y de todas maneras dijo Rav que Rabenu
Hakadosh es (candidato a ser) el Mesías”

Perí Tsadik, 15 de Ab, letra He

Y si aceptamos que Yeshúa, al igual que Rabenu Hakadosh,


perteneció a la tribu de Yehudá únicamente por la vía materna, esta
circunstancia, a tenor de lo expuesto, no le descalificaría para ser el
Mesías.

En espíritu similar, vemos el siguiente texto:

«Había un judío en Shushán, la capital […] varón benjaminita»


(Ester 2:5)[…] Lo llama «judío (‫ ידוהי‬yehudí)», lo que indica que es
de la tribu de Yehudá, pero también lo llama «benjaminita (‫ינימי‬
yeminí)» lo que muestra que era de la tribu de Biniamín […] (lo
que significa que) El padre era de la tribu de Biniamín y la madre
de la tribu de Yehudá”

Meguilá 13a

Y vemos como la Escritura no tiene problema a la hora de calificar de


“judío” a Mordejai (véase también Ester 10:3), esto es, perteneciente a la
tribu de Yehudá, conforme a su línea materna, en vez de
“benjaminita”, como le correspondería según la tribu de su padre.

Así pues, buceando en las fuentes rabínicas hemos podido


comprobar de primera mano que el Mesías no necesita pertenecer
necesariamente a la casa de David por la vía paterna, pues una línea
davídica materna también lo calificaría a tal fin. En este contexto,
ahora podemos entender mejor las citadas palabras de los Escritos:

“Porque es manifiesto que nuestro Señor (el Mesías) nació de la


tribu de Yehudá”
Hebreos/Hibrim 7:14
Y esta otra:
“Yeshúa el Mesías, que era del linaje de David según la carne”
Romanos 1:3

Pues, como se dijo, esta era una cuestión más que evidente para los
discípulos de Yeshúa del siglo primero, aunque para nosotros no
resulte tan sencillo de entender si nos basamos únicamente en las
genealogías citadas en Mateo/Matai 1:1-16 y en Lucas/Nakai Nakai
38, pues ambas parecen “anclar” sus antecedentes davídicos en
Yosef, quien fue tan solo el padre adoptivo, o más bien Su padre
putativo, pues Yosef ejerció su rol paterno ante la comunidad como si
fuese realmente el padre biológico de Yeshúa.

Capítulo 3 YESHÚA Y EL NÚMERO CATORCE

omo se dijo en los anteriores capítulos, el cronista se esfuerza en


destacar la condición de Yeshúa como “hijo de David”, al declarar de
forma explícita: “Libro de la

genealogía de Yeshúa el Mesías, hijo de David” ( ‫ןב תודלת רפס‬


‫ חישמה עושי‬séfer toledot Yeshúa Hamashíaj, ben David), pero
además de hacerlo en su sentido llano (‫ תשפ‬pshat), Mateo nos
comunica esta realidad a través de insinuaciones, de maravillosos
‫ םיזמר‬remazim que nos desvelan grandes secretos espirituales del
Mesías. En este nuevo capítulo de nuestro estudio sobre‫הרושבה יתמ‬
‫ יפ לע‬habesorá al pi Matai, el evangelio de Mateo, seguiremos
ahondando en los maravillosos secretos espirituales que se
esconden en la genealogía del Mesías. Nuestro cronista concluye la
exposición del linaje de Yeshúa con las siguientes palabras:

“De manera que todas las generaciones desde Abraham has ta


David son catorce; desde David hasta la deportación a
Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el
Mesías, catorce”

Mateo/Matai 1:17

Y aquí nos preguntamos: ¿debemos atribuirle alguna relevancia a


esta secuencia de “catorces”? Pues resulta evidente que el cronista
no quiso que este número pasase desapercibido a los lectores.
La respuesta a esta pregunta la encontramos en el propio valor
numérico del nombre que el autor ha estado tratando de resaltar al
exponernos la citada genealogía:

David: 14 = (4)‫( ד‬4) +‫(ו‬6) +‫ד‬

En este sentido, cada uno de estos “catorces” vendría a subrayar la


filiación davídica del Mesías al corresponderse con el valor numérico
de “David”. Lo que nos plantea una nueva pregunta: ¿qué puede
aportarnos este dato?

Como se dijo, la palabra‫ רפס‬séfer, la primera del evangelio de


Mateo, puede ser leída como‫ רפס‬sefar (número) (véase Séfer Yetsirá 1.1):
‫רפס רפס‬
Safar (número) Séfer (libro)

Hecho que nos invitaba a examinar las gematriot (valores numéricos)


como una importante herramienta para la exégesis del texto.
Busquemos en el Tanaj (Biblia) otros ejemplos donde también
aparezca este número, como versa:

“E hizo Salomón en aquel tiempo fiesta y con él todo Israel […]


por siete días, y aún por otros siete días, esto es, por catorce
días”
1 Reyes/Melajim 8:65

Son muchos los secretos espirituales que se esconden en este texto.


A lo largo del capítulo son descritos los diferentes actos de ‫םיאולימ‬
miluim que tuvieron lugar con motivo de la inauguración del Primer
Templo, recogiendo la larga oración pronunciada por Salomón frente
al Altar (véase ídem 8:22) seguida de la exhortación dirigida a todo el
pueblo (véase ídem 8:61) para concluir con la presentación de
numerosos sacrificios y ofrendas.

Son varios los aspectos de este relato que llaman nuestra atención:
para empezar: ¿por qué una inauguración de catorce días en vez de
siete? ¿Acaso no fue este el lapso empleado para la consagración
del Tabernáculo? Como está escrito:

“De la puerta del Tabernáculo de reunión no saldréis en siete


días, hasta el día que se cumplan los días de vuestras
consagraciones (‫ םכיאולימ ימי‬yemé miluejem), porque por siete
días seréis consagrados”

Levítico/Vayikrá 8:33
Aun así, Salomón decidió que debían ser catorce, esto es, dos veces
siete, y al respecto no deja de ser significativo que el texto añada:
“Y e n el día octavo despidió al pueblo; y ellos, bendiciendo al
rey, se fueron a sus moradas alegres y gozosos de corazón, por
todos los beneficios que el Eterno había hecho a David Su
siervo y a Su pueblo Israel”

1 Reyes/Melajim 8:66

¿En el “día octavo” ( ‫ ינימשה םויב‬bayom hashminí)? ¿No era en


realidad el día quinceavo? Y vemos como este “día octavo” es usado
aquí en forma conceptual para expresar nociones de
sobrenaturalidad, de aquello que se encuentra más allá del “siete”,
esto es, que trasciende la propia Creación adscrita al concepto
“siete”. Es más, el pueblo bendijo en aquel día al rey Salomón, pero
reconociendo que el recién inaugurado Templo formaba parte de
“todos los beneficios que el Eterno había hecho a David Su siervo”. Y
cada uno de estos conceptos nos vendrían a insinuar “la Palabra”
(‫ רבדה‬hadabar) que se haría carne y pondría Su Tabernáculo en
medio de nosotros, esto es al Mesías, como también se declara de
forma implícita en la primera palabra de nuestro versículo:

“E hizo Salomón en aquel tiempo fiesta y con él todo Israel”


1 Reyes/Melajim 8:65
Donde l expresión “e hizo” (‫ שעיו‬vaya’as) contiene las mismas letras
que‫ עושי‬Yeshúa:
‫עושי‬
Yeshúa Vaya’as (e hizo)

Pero si hay un número “catorce” en la Biblia especialmente


significativo en relación con el Mesías, este es el catorce de‫ןסינ‬
nisán, víspera de la Pascua, jornada en la cual era sacrificado el
cordero pascual, como está escrito:

“ Y lo guardaréis (al cordero pascual) hasta el día catorce de


este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de
Israel entre las dos tardes”

Éxodo/Shemot 12:6

“Entre las dos tardes” ( ‫ םיברעה ןיב‬ben haaribayim), como anuncio


profético de la muerte del Mesías, Quien a la hora novena del día
(sobre las tres de la tarde) entregaría Su alma tras pronunciar las
palabras “consumado es”. Según fue declarado al pi Yojanán (según
el evangelio de Juan):

“Por cuanto era la víspera de la Pascua, a fin de que los cuerpos


no quedasen en la cruz en el día de reposo”
Juan/Yojanán 19.31, véase Sanhedrín 43a
En la citada genealogía veíamos cómo el número catorce era
repetido tres veces, lo que nos retrotrae a esta otra cifra:
14 + 14 + 14 = 42

Como es sabido, el número cuarenta y dos ( ‫ )במ‬contiene profundas


implicaciones espirituales por estar asociado al Nombre de Dios de
este mismo número de letras. Sobre él leemos en el Talmud:

“Dijo rabí Yehudá en nombre de Rab: el Nombre de cuarenta y


dos letras no debe ser revelado sino a aquel que es recatado y
humilde […] y todo el que lo conoce y es respetuoso y lo cuida
con pureza es amado en lo Alto, agradable en lo Bajo, despierta
el temor en las criaturas y hereda dos mundos: este mundo y el
Mundo Venidero”

Kidushín 71a
Tanto es así, que los Sabios de la Kabalá asociaron este Nombre con
el versículo:
“Lo pondré en alto por cuanto ha conocido11 Mi Nombre (‫עדי יכ‬
‫ ימש‬ki yadá Shemí)”
Salmos/Tehilim 91:14

Por el gran bien que ofrece este Nombre al ser utilizado como medio
de elevación espiritual, fue incluido en los libros de oración a través
del ‫ יפ‬piyut (poema litúrgico) de rabí Nejuniá ben Hakaná llamado
‫ חכב אנא‬Aná bejóaj (por favor, a través de la grandeza…), que consta
de siete versos de seis palabras cada uno, formando dicho Nombre
con el acróstico de sus iniciales:

‫ץתי גבא‬c(1) ‫(קזפ לגי‬7)‫( תיצ וקש‬2)‫(ןמש ץרק‬3)‫(שכי דגנ‬4) ‫גתצ רכב‬
5)‫(ענט בקח‬6))

Piyut (poema litúrgico) ‫חכב אנא‬Aná bejóaj

Y de aquí se infiere que nuestro texto intenta vincular al Mesías con


el Nombre divino de cuarenta y dos letras (14 x 3 = 42) lo que, en
una primera instancia, vendría a hacer referencia a la obra expiatoria
del Mesías pues, en opinión de los Sabios, Éste sería el Nombre que
pronunciaba el Sumo Sacerdote durante el día de Yom Kipur(véase
Zohar Terumá 132b), locución que siempre terminaba con la
pronunciación del versículo: “Vosotros seréis purificados”
11 En la Biblia, el término “conocimiento” (‫ העידי‬yediá) implica unión e intimidad, como en el
versículo: “Y conoció (‫ עדי‬yadá) Adam a su mujer Eva, la cual concibió” (Génesis/Bereshit
4:1).

(Levítico/Vayikrá 16:30, véase Yad: Abodat Yom Hakipurim 4)


.
Según otra enseñanza, dicho número también se vincularía al
Mesías en Sus aspectos celestiales, según fue dicho:

«¿Dónde está Mi gloria?» (Malaquías/Malají 1:6). (y ese número)


Asciende a las diez pronunciaciones creativas (‫תורמאמהרשע‬
Asará ma’amarot) y los treinta y dos nombres Elokim (del relato
de la Creación)”

Zohar Kedoshim 82a


Veamos esto con más detenimiento, calculando el valor numérico de
“Mi gloria” (jebodí):
42 = (10)‫( כ‬20) +‫(ב‬2) +‫(ו‬6) +‫( ד‬4)‫י‬
Cifra que comprendería la suma de estas otras dos:
- Diez (‫ )י‬pronunciaciones creativas (‫ תורמאמ הרש‬Asará

Ma’amarot )
- Treinta y dos (‫ )בל‬menciones del nombre ‫ םיהלא‬Elokim en el
relato del Génesis

10 + 32 = 42
Además, la expresión “Jebodí” (Mi gloria) también nos retrotrae al
Mesías pre existente, como en el versículo:
“Aquella gloria que tuve contigo antes de que el mundo fuera”
Juan/Yojanán 17:5
Así como las diez pronunciaciones, según lo escrito:
“Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él, nada de lo que
ha sido hecho fue hecho”
Juan/Yojanán 1:3
Y el nombre Elokim, según fue dicho:
“En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios (‫א‬-‫םיהל‬
Elokim)”
Juan/Yojanán 1:1

Sin dudas son muchos los secretos que se esconden tras las
palabras del Nuevo Pacto, y “dichosa la parte de ese hijo que merece
esforzarse y conocer los secretos de su Padre y todos los misterios
de Su casa” (Zohar Behar 112a); por lo que seguimos animándole a que
no se conforme con la “leche” y aspire a la “vianda”,12pues toda la
Biblia en su conjunto, y las enseñanzas del Maestro en particular
encierran maravillosos secretos de luz y verdad que pueden elevar
su alma hasta un nuevo nivel de amor y apego al Mesías.
12 Sobre 1 Corintios 3:2.

Capítulo 4 EL NACIMIENTO DEL MESÍAS

l nacimiento del Mesías es sin duda el misterio más grande del


Nuevo Pacto y siendo muchos los interrogantes que nos plantea, por
ejemplo ¿de qué forma debemos entender

quefue engendrado en una mujer virgen?


“concebido del Espíritu Santo”? Quizás usted

¿Qué significa sin saberlo, ya sucumbió a la filosofía escolástica, o a


Aristóteles o al neoplatonismo y dejó que su fe creciera arropada por
sabidurías provenientes del paganismo, o quizás ya tiró la toalla y
adoptó el camino fácil de considerar todo esto una metáfora. Pero
hoy le proponemos un acercamiento a estos maravillosos secretos a
través de la sabiduría de Israel ¿se atreve a acompañarnos?

Vayamos al texto que relata el acontecimiento, como está escrito:

“El nacimiento de Yeshúa el Mesías fue así: estando desposada


Miriam su madre con Yosef, antes de que se juntasen, halló que
había concebido del Espíritu Santo”

Mateo/Matai 1:18

Con esta sobria introducción, el autor nos declara un secreto tan


elevado que, al no poder entenderlo en toda su magnitud, ha caído
irremisiblemente en la klipá de las naciones siendo de tropiezo para
muchos.

Este suceso, narrado por Mateo/ Matai de forma tan escueta, será
después ampliado por el cronista Lucas/Nakai, quien lo enmarcará
en un contexto de señales, profecías y hechos sobrenaturales, entre
los que se destaca la intervención del ángel Gabriel.

Existe la opinión de que esta enseñanza provendría de una tradición


más tardía y por esta razón las fuentes más antiguas, de las cuales
supuestamente procederían los escritos de Marcos/Tadai, no la
recogen. Y de aquí llegan a la conclusión de que esta enseñanza
habría recibido influencia de las comunidades de cultura greco-
romana quienes ya en fase temprana se habían incorporado a la
nueva fe; y en el contexto religioso del que procedían, no era
infrecuente que los dioses engendrasen hijos con mujeres mortales.

Una corriente muy minoritaria dentro de los judíos creyentes


denomina‫ םינויבא‬Ebionim o Ebionitas, habría sostenido que Yeshúa
era ciertamente el Mesías, si bien fue hijo biológico de sus padres,
Yosef y Miriam. Según esta opinión, los textos apostólicos que
describen Su nacimiento deberían ser interpretados de forma
alegórica.

Sin embargo, ninguna de las dos explicaciones nos puede resultar


convincente. Si bien es cierto que la huella pagana en la “teología”
creada alrededor de Yeshúa es innegable, eso no puede hacernos
obviar lo que las fuentes afirman sin dejar lugar a la ambigüedad,
pues negar la veracidad de los hechos relatados nos llevaría a
afirmar directamente (Dios nos libre) que una parte de los Evangelios
son mentira o cuanto menos inexactos, y la otra los postergaría a
una parábola de muy dudosa pedagogía.

Además, si el evangelio de Mateo/Matai estaba dirigido


principalmente a los judíos ¿qué sentido tiene esforzarse en aportar
genealogías y vínculos davídicos, algo que solo le importa a Israel y
no a los gentiles (quienes conocieron de la existencia del rey David a
través de Yeshúa y no al revés) para luego traer una enseñanza que
complicaría a sus compatriotas aceptar a Yeshúa como su Mesías?
¿No sería como tirarse piedras en su propio tejado?

Nuestra primera tarea será buscar precedentes escriturales que


pudiesen aportarnos alguna base a lo relatado por Mateo/Matai.
Como es sabido, nuestro cronista busca respaldo en una conocida
profecía, como está escrito:

“Todo esto sucedió para que se cumpli ese lo dicho por el Señor
por medio del profeta cuando dijo (Isaías/Yeshayá 7:14): «La virgen
concebirá y dará a luz un hijo»

Mateo/Matai1:22 y 23

Si bien no faltaron detractores opinando que esta afirmación carece


de base alguna al ser fruto de una interpretación incorrecta, pues
traduce‫ המלע‬almá como “virgen” en vez de hacerlo como “muchacha
joven”, pues de ser esta la acepción, hubiese empleado el
término‫ הלותב‬betulá:

‫ המלע‬Almá: muchacha joven ‫ הלותב‬Betulá: mujer virgen

Antes de pasar a otras consideraciones, nos parece conveniente


aclarar este tema, pues mucho se ha hablado ya de esta cuestión,
esgrimiendo los detractores la supuesta evidencia de que Isaías está
hablando realmente de una “muchacha joven” y no de una “virgen”
propiamente dicha, y esto a pesar de que los traductores judíos
antiguos, cuando pasaron la Biblia al griego, interpretaron la
expresión “almá” comoπαρθένος parténos “virgen”, que sería el
equivalente de betulá y no de almá.

Ya a priori, llama la atención el simplismo de este argumento, pues


debemos partir de la base de que el cronista Mateo/Matai era un
judío levita de la época de los‫ םיאנת‬Tanaim, y sobra decir que
conocedor del hebreo y que, como se dijo, escribió este evangelio
dirigido especialmente al pueblo judío.
Para empezar, tenemos que decir que las citadas acepciones de
“almá” y “betulá” son correctas pero incompletas, pues ambos
términos vendrían a ser sinónimos (o no) dependiendo del contexto,
como en el versículo:

“Hay tres cosas demasiado maravillosas para mí y cuatro que


no conozco: el camino de un águila en el aire, el camino de una
serpiente sobre la peña, el camino de un barco en medio del mar
y el camino de un hombre en una doncella (‫ המלע‬almá)”

Proverbios/Mishlé 30:19 (véase también Zohar Ajaré Mot 58b-59a)

Ahora cabría preguntarse: siendo esto así ¿por qué no usó el profeta
el inequívoco término “betulá” en vez del más ambiguo “almá”? Para
resolver esta cuestión y antes de indagar sobre la vertiente
mesiánica de esta profecía, debemos situarnos en su marco
histórico. Estas palabras fueron dirigidas al rey Ajaz ben Yotam
(quien vivió entre el 734-715 a.e.c.) durante la invasión
siriosamaritana de Judá (véase 2 Crónicas/Divré Hayamim 28:5). A través de
ellas, el profeta Isaías le insta a confiar en la salvación de Dios y, a
manera de señal del Cielo que habría de corroborar estas palabras,
una ‫ המלע‬almá” quedaría encinta y daría a luz un hijo”. ¿Y quién era
esta doncella/muchacha joven?
‫המלעה‬
Haalmá (la joven)

Que el texto la mencione usando el artículo definido ‫ ה‬ha, vendría a


ser indicativo de que el profeta se estaba refiriendo a una joven en
concreto13 a quien los comentaristas identificaron con la esposa del
rey: Abiyá bat Zerjayá (2 Crónicas/Dibré Hayamim 29:1); y al “hijo” que habría
de nacer con el futuro rey Yejizkiyá (Ezequías) (véase ídem), a quien los
Sabios señalaron como un “tipo” del Mesías (véase Sanhedrín

99a).

Y todos estos acontecimientos se complementarían entre sí, pues


nos parece poco probable que una “señal” ( ‫ א‬ot) del Cielo destinada
a traer confianza de forma urgente, en un momento de crisis
nacional, pueda ser únicamente identificada con un suceso que
tendrá lugar ocho siglos más tarde, y es de sentido común pensar
que esta profecía tuviese ya un primer cumplimiento en los días del
rey Ajaz, y que, efectivamente, “una ‫ המלע‬almá (chica joven) quedó
encinta y dio a luz un hijo”.
13 Sobre el uso del citado artículo definido para designar algo concreto véase, entre otros,
Rashí sobre Bereshit 28:11.

Pero quedarnos con esta única interpretación también nos plantearía


dificultades, pues si tomásemos “alma” únicamente en su acepción
de “muchacha joven” cabría argumentar: ¿qué clase de señal es
esta? ¿Acaso no quedan jóvenes embarazadas todos los días? ¿ ‫א‬
A-donai mismo” tiene que venir desde el Cielo para darnos una
“señal” tan aparentemente trivial? Además, que una joven pueda
quedar encinta ¿qué demuestra en relación con las circunstancias
históricas en la que se enmarca? Que ese niño fuese precisamente
el futuro rey Yejizkiyá (Ezequías), un tsadik que trató de enmendar el
mucho mal que realizó su padre, restableciendo de nuevo los
servicios del Templo, podría abogar por una exégesis puramente
histórica, pero lo cierto es que el texto bíblico declara:

“Pide para ti (‫ ךל‬lejá) señal”


Isaías/Yeshayá 7:11

para el rey, y no para la próxima generación que vendría después de


su muerte. Además, cabría preguntarse si las acciones meritorias del
futuro rey bastarían para recibir el nombre profético de ‫ ונמע‬Imanu El:
“Dios con nosotros”.

Es un hecho relativamente frecuente que profecías de la Biblia


asuman más de un posible cumplimiento. Al respecto resulta
paradigmática la enseñanza talmúdica de Sanhedrín 91b, donde los
Sabios describen hechos históricamente ya acaecidos como
profecías para tiempos futuros, por ejemplo: la‫ הריש‬Shirá, el canto de
Moisés tras el paso del Mar Rojo, constituiría una profecía sobre la
resurrección de los muertos (‫ םיתמה תיחת‬Tejiyat Hametim).

En este sentido, si Isaías hubiese dicho “la betulá concebirá” en vez


de “la almá concebirá”, se hubiera descartado un primer
cumplimiento en los días del rey Ajaz, pero el ambivalente “almá” da
pie a su consecución en dos niveles: el histórico y el escatológico.
Una realidad que también nos vendría insinuada en otra profecía que
gira sobre el mismo tema, como versa:

“Porque niño nos es nacido, hijo nos es dado”


Isaías/Yeshayá 9:6

D onde “niño” (‫ דלי‬yéled) también aludiría al cumplimiento de la


anterior profecía en los días del rey Ajaz e “Hijo” (‫ ןב‬Ben) al
nacimiento del Mesías:

Niño (‫ דלי‬yéled) nos es nacido (‫ דלי‬yulad) → rey Yejizkiyá Hijo (‫ןב‬


ben) nos es dado (‫ ןתנ‬nitán) → el Mesías
Pero, aparte de esta conocida y controvertida profecía ¿existe alguna
otra que anunciase que el Mesías nacería de una mujer virgen?
Querido amigo, si su intención es encontrar en la Biblia relatos claros
y precisos sobre este tema, por ejemplo, al estilo de lo que sería
Isaías 53 sobre la muerte expiatoria del Mesías, no va a
encontrarlos, pues estas realidades, se hallan presentes, pero en
niveles interpretativos que van más allá del ‫ טשפ‬pshat (sentido llano
del texto). Y al respecto podría argumentar: ¿cómo algo tan relevante
no fue enunciado por los profetas de forma explícita? Pero vemos
como este tema no es una excepción, por ejemplo, la resurrección de
los muertos, considerada una doctrina fundamental del judaísmo,
tampoco es mencionada de forma explícita en la Torá, donde solo es
aludida mediante insinuaciones; y debido a esto, caraítas y saduceos
llegaron a negar que esta existiese.

Moviéndonos pues más allá del texto llano, traeremos una conocida
profecía donde podemos ver insinuado el nacimiento del Mesías de
una mujer virgen, como fue dicho:

“Y lo dilatado de su imperio y la paz, no tendrán límite, sobre el


trono de David y sobre su reino”
Isaías/Yeshayá 9:6
Donde la expresión “para el incremento” aparece escrita con una
enigmática‫ ם‬mem sofit, pese a hallarse en medio de una palabra:
‫הברםל‬
“Para el incremento” (lamarbé):
Tan sonada anomalía gramatical, suscitó discusión entre los Sabios,
quienes se preguntaron la razón de su escritura, como fue dicho:
“¿Por qué la Mem que está siempre abierta (‫ )מ‬dentro de las
palabras, aparece aquí cerrada (‫?)ם‬
Sanhedrín 94a

A partir de aquí, se discute sobre si el rey Ezequías y el rey David


hubieran podido ser el Mesías, y esta discusión es zanjada desde el
Cielo mediante un ‫ לוק תב‬Bat Kol (una voz celestial) citando
Isaías/Yeshayá 24:16:

“ ‫ יזר‬Razí li, ‫ יזר‬razí li”, (Mi secreto, Mi secreto)

Dando así a entender que todo este asunto incumbe al secreto


divino, no estando a nuestro alcance dirimir tan altos conceptos,
como también fue dicho:

“No escrutes en lo que es demasiado pata ti, no escudriñes en


lo que se te oculta. Medita (tan solo) en lo que se te ha
permitido”
Jaguigá 13a

Por lo que no es casualidad que el signo usado aquí como ‫ זמר‬remez


(insinuación) de tan elevados misterios sea una mem cerrada, pues
de esta letra fue dicho:

“La Mem final (‫ )ם‬es cerrada porque nadie conoce el lugar de su


morada”
Otiyot DeRabí Akiba
Los Sabios (véase Séfer Habahir 84) nos enseñan que la ‫ ם‬Mem cerrada
simboliza el útero, siendo ésta su última letra:14
14 No pudiendo ser su inicial, por tratarse de una letra final.
‫חר‬
Réjem (útero)

Y todo esto nos llevaría a interpretar la mem sofit de “lemarbé”


(escrita precisamente en el contexto de una profecía mesiánica)
como el ‫ זמר‬remez (insinuación) de que el Mesías sería concebido
en el interior de una virgen, esto es, de una matriz “cerrada” como
nos ilustra la propia iconografía de dicha letra:
‫ם‬
Mem cerrada:
Pues en la Biblia, la expresión “cerrado” también denota virginidad
como en el versículo:
“Jardín cerrado (‫ לוענ‬naul) eres tú, hermana mía y amada mía,
¡jardín cerrado sellado (‫ םותח‬jatum)!”
Cantares/Shir Hashirim 4:12
Al respecto de la palabra “réjem” (matriz) los Sabios nos declaran:

“ La gematría de‫ םחר‬réjem es doscientos cuarenta y ocho15 y


corresponde
órganos del
a los doscientos cuarenta y ocho miembros y hombre, a
propósito de esto ha sido dicho

(Habacuc/Jabakuk 3:2): «En la ira, acuérdate de Tu misericordia (‫םחר‬


rajem)»
Zohar Kóraj 179b
15 248 = (40) ‫( ר‬200) + ‫(ח‬8) + ‫ם‬

Muchos son los secretos que se ocultan tras esta enseñanza, pues
“doscientos cuarenta y ocho” son el número de mandamientos
positivos de la Torá,16aquellos que se harían “miembros y órganos”
cuando la “Palabra” de Dios se hizo carne (véase Juan/Yojanán 1:14); para
endulzar los justos juicios que pesaban sobre los hombres y
transformar la merecida ira (‫ זגר‬roguez) en misericordia (‫ םחר‬rajem).

Y esta mem cerrada también nos retrotrae al origen “celestial” del


Mesías, como fue dicho acerca de Adam:
“(Procede de) Arriba, la‫ ם‬Mem cerrada. Ya que es una mem de
‫ הברםל‬lemarbé hamisrá”
Zohar Bereshit 34b
Y también como expresión de ‫ דובכ‬kabod (honor) y de
sobrenaturalidad, conforme a lo dicho:
“ La cerrada que se pone en lugar de la abierta la enaltece, pues
rabí Jisdá dijo: la Mem y la Sámej ( ‫ )ם‬de las Lujot (Tablas de la
Ley) se mantenían por milagro”

Shabat 103b-104a

Como se dijo, son muchos los misterios que rodean el nacimiento del
Mesías, un acontecimiento que es en todos y cada uno sus
aspectos‫ ןיזרד זר‬razá derazín (secreto de secretos) y no deja de ser
sorprendente como los hombres pretenden conocer lo recóndito y lo
escondido, pues “a propósito de lo que no te está permitido
conocer está escrito (Eclesiastés/Kohélet 5:6): «No sueltes tu boca
para hacer pecar tu carne». Porque no tenemos derecho a
investigar sobre los caminos del Santo, Bendito sea, y los
secretos ocultos de Arriba que Él encubrió y escondió”
16 Siendo trescientos sesenta y cinco el número de los mandamientos negativos, y en total
suman seiscientos trece.
Zohar Shelaj Lejá 159a

Mas, con todo, damos gracias a Dios porque nos permitió averiguar
algunos indicios para que nuestra fe no completa se viese reforzada
por ellos y creyésemos lo dicho acerca del nacimiento de Yeshúa.

Capítulo 5 LAS TENTACIONES DE YESHÚA

os Escritos nos enseñan que el Mesías puede compadecerse de


nuestras debilidades por cuanto Él mismo estuvo sujeto a la
tentación, si bien nunca sucumbió
17
Pero la experiencia relatada en el capítulo cuatro de Mateo
a esta.
no se parece en nada a esa vulgar tentación incitada por los deseos
de la carne, pues es el Satán, el propio‫ מ״ס‬Sámej-mem quien se
aparece de forma visible y audible, intentando echar por tierra la obra
redentora del Mesías desde su mismo inicio.

En este quinto estudio sobre ‫ יתמ יפ לע הרושבה‬habesorá al pi Matai,


el evangelio de Mateo, trataremos un tema que a nadie deja
indiferente: la tentación que sufrió Yeshúa a manos del maligno.
Según fue dicho:

“Entonces Yeshúa fue llevado por el Espíritu al desierto”


Mateo/Matai 4:1
17 Véase Hebreos/Ibrim 4:15

La palabra “entonces”, lo que en hebreo equivaldría a la expresión ‫זא‬


az, nos pondría en contexto al vincular esta nueva situación con la
inmediatamente anterior,18 donde los Cielos fueron abiertos
apareciendo el Espíritu de Dios acompañado de un ‫ תב‬bat kol (voz
celestial) (véase ídem 3:16 y 17), situación que nos describiría una
experiencia profética, como en el versículo:

“Aconteció en el año treinta […] que estando yo en medio de los


cautivos junto al rio Quebar, los Cielos se abrieron y vi visiones
de Dios”.

Ezequiel/Yejezkel 1:1
Donde en ambos casos la “apertura de los Cielos” haría referencia a
la profecía. Comparemos ambos pasajes:

- Yeshúa: “Los Cielos le fueron abiertos (‫ םימשה ול וחתפנ‬niftejú lo


hashamáyim), y vio (‫ אריו‬vayaré) al Espíritu de Dios (‫א חור תא‬-‫ םיהל‬et
Rúaj Elokim)”.

- Ezequiel: “Los Cielos se abrieron (‫ םימשה וחתפנ‬niftejú


hashamáyim) y vi (‫האראו‬vaer’é) visiones de Dios (‫א‬-‫םיהל‬
‫תוארמ‬mar’ot Elokim)”.

Pero no acaban aquí las coincidencias entre los dos textos: la edad
de Ezequiel en el momento en que tuvo esta visión que era la misma
(30 años) que la de Yeshúa cuando tuvo esta otra (véase

Lucas/Nakai 3:23).
18 Como, por ejemplo: en Éxodo/Shemot 15:1.

A continuación, el texto nos relata cómo Yeshúa fue llevado por el


Espíritu al desierto. Las zonas desérticas han sido a lo largo de la
Historia los lugares escogidos por los profetas (‫ םיאיבנ‬nebiím) y
místicos (‫ םילבוקמ‬mekubalim) para recibir la revelación de Dios,
como nos insinúa el versículo:

“Hasta que sobre nosotros sea derramado el Espíritu de lo Alto


(‫ םורממחור‬Rúaj Mimárom) y el desierto (‫ רבדמ‬midbar) se
convierta en campo labrado (‫ למרכ‬carmel)”

Isaías/Yeshayá 32:15

Al respecto, resulta proverbial el ejemplo de Moisés, pero sin irnos


más lejos, Juan el Bautista (Yojanán‫ ליבטמה‬hamatbil) escogió
también dicho entorno para llevar a cabo su misión, en cumplimiento
de lo dicho:

“Voz que clama en el desierto (‫ רבדמב‬bamidbar), preparad el


camino del Eterno, enderezad calzada en la soledad a nuestro
Dios”

Isaías/Yeshayá 40:3
Y prosigue:
“Después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches,
tuvo hambre”
Mateo/Matai 4:2

Quizás los ayunos de cuarenta días más conocidos sean también los
de Moisés, quien en tres ocasiones subió al monte Sinaí durante ese
número de días, donde permaneció sin comer ni beber. Dos veces
ascendió para recibir las primeras y las segundas tablas de la Ley, y
una para implorar el perdón divino para el pueblo tras el episodio del
becerro de oro. Pero el‫ ךנת‬Tanaj (Biblia) nos trae más ejemplos,
como es el caso del profeta Elías, quien también práctico un ayuno
de cuarenta días, como versa:

“Comió, bebió y se fortalecido con aquella comida caminó


cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.
Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él
palabra del Eterno”.

1 Reyes/Melajim 19:8 y 9

¿Y cuál sería el denominador común de todos estos ayunos de


cuarenta días? Al final de ellos se alcanza la revelación divina, si
bien éste es un proceso no carente de dificultades, como se
explicará a continuación.

En espíritu similar, los cuarenta días de ayuno que practicó Yeshúa


también podrían ser interpretados como el camino hacia la
consecución de la profecía. Nótese como nuestro pasaje repite el
esquema bíblico recurrente en el proceso que lleva a la profecía,
donde primero se han de superar las tres‫ תואמטה תופילק‬klipot
hatemeot (cáscaras totalmente impuras), las cuales vendrían
seguidas de‫ הגנ תפילק‬klipat nogá, que es en parte luz y en parte
oscuridad, y solo después se habría alcanzado la verdadera profecía
(‫ תמא לש האובנ‬nebuá shel emet), esto es, el mensaje divino en toda
su magnitud. El ejemplo que trajimos de Elías nos servirá para
ilustrarnos sobre este particular:

La visión de Elías
Vemos cómo en primer lugar se manifiestan tres klipot totalmente
impuras (‫ תואמטה תופילק שולש‬Shelosh klipot hatemeot), que son:

), que son: Viento grande y fuerte (‫ קזחו הלודג חור‬rúaj guedolá


vejazsak).
).
Terremoto (‫ שער‬ra’ash).
).
Fuego (‫ שא‬esh).

Y aún aparecerá una cuarta klipá que, como se dijo, sería en parte
oscura y en parte luz, llamada ‫ הגנ תפילק‬Klipat Nogá:
:
Voz de calma suave (‫ הקד הממד לוק‬kol demamá daká).
La tentación de Yeshúa

En el relato de Mateo/ Matai son mencionadas tres tentaciones, cada


una de ellas se correspondería con una de estas tres klipot
totalmente impuras (‫ תואמטה תופילק‬klipot hatemeot):

):

Piedras (‫ םינבא‬abanim).
.
Pináculo del Templo (‫ שדקמה תיב גג תנפ‬pinat gag Bet Hamikdash).
).
Todos los reinos del mundo (‫ לבת תוכלממ לכ תא‬et kol mamlejot
tebel). Y al igual que vimos en el caso de Elías, podemos también
reconocer el grado de‫ הגנ תפילק‬Klipat Nogá, denominado aquí:
, denominado aquí:
Ángeles Le servían (‫ והותרשיו םיכאלמ‬Mal’ajim vaisharatuhu)

Este pasaje nos es de gran utilidad a la hora de desentramar los


grandes misterios que giran alrededor de la obtención de la profecía.
Vimos como en el relato de Elías se hacía alusión a diferentes
fuerzas de la naturaleza como el “viento huracanado” o un
“terremoto”, y estas metáforas servirían para describir el estado de
zozobra y turbación que el profeta experimenta en su ser al principio
del proceso que le llevará hasta alcanzar la verdadera profecía (‫תמא‬
‫ לש האובנ‬nebuá shel emet). Aun así, no nos aportan gran cosa sobre
la lucha interior del profeta para vencerlas, o a qué “humana
debilidad” acudirán esas tres ‫ תואמטה תופילק‬klipot hatemeot (que son
básicamente fuerzas diabólicas) para hacer desistir al profeta de su
empeño o, aún peor, para intentar socavar su integridad moral. Es
más, tampoco nos dan información sobre los recursos empleados
por el profeta para vencerlas.

Pero en nuestro relato de Mateo/ Matai se nos muestra un panorama


más claro de todo este proceso: vimos como en primer lugar:
“Yeshúa fue llevado por el Espíritu al desierto”. En hebreo
desierto (‫ רבדמ‬midbar) puede leerse como “palabra” (‫ רבד‬dabar) y
una letra‫ מ‬Mem:
‫רבדמ מ רבד‬
Desierto ( midbar) Palabra (dabar) y una Mem En este sentido,
podríamos interpretar la frase como que Yeshúa buscaba recibir la
palabra (‫ רבד‬dabar) de Dios a través de‫ שדוקה חור‬Rúaj Hakódesh, y
que esto acontecería después de cuarenta días, que es el valor
numérico de la‫ מ‬Mem:

40 = ‫מ‬

Y este “dabar” (palabra) también implica que Yeshúa pudo, durante


el proceso, hacer aprehensión de los niveles más profundos de las
Escrituras, del llamado‫ פרדס‬Pardés, como ya se explicó en la
introducción de nuestro estudio, pudiendo tomar consciencia de que
Él mismo era la “Palabra”, que se había hecho carne.

Por todo ello, no es de extrañar que, en este espíritu, Yeshúa someta


a las tres klipot citando las propias Escrituras, pues el‫ ס״מ‬Sámej-
mem intentará manipularlas para sus malvados propósitos haciendo
uso del ‫ תשפ‬peshat, del sentido llano de estas, para incitar a Yeshúa
a saltar al vacío, y esto conforme a su vieja estrategia del engaño,
como fue dicho:

“Aquel que desea mentir acerca de algo, comienza diciendo


verdades, para que después crean sus mentiras”
Zohar Shelaj Lejá 161a, véase Sotá 35a

Como se dijo, otra de las grandes virtudes de nuestro texto es que


cada una de las tres klipot estaría aquí vinculada con la propensión a
una debilidad humana concreta:

- 1ª Klipá→ comida
- 2ª Klipá→ honor religioso
- 3ª Klipá→ honor mundano
Veámoslo con más detenimiento: la pulsión hacia el alimento
constituye sin duda nuestro impulso más básico y, en un sentido
amplio, nos hablaría de todas aquellas inclinaciones de carácter
físico susceptibles de ser influenciadas por el ‫ ערה רצי‬yetser hará. La
comida es un tema muy complejo, y su componente espiritual es
mucho más importante de lo que a primera vista pudiéramos pensar
pues, no en vano el primer pecado del hombre, aquel que trajo la
muerte al mundo, estuvo vinculado con esta área. Llama nuestra
atención que Dios no incluyese la carne19 entre los alimentos
permitidos a Adam, como está escrito:

“Y dijo Dios: he aquí os he dado toda planta que da semilla, que


está sobre la tierra, que está sobre la tierra, y todo árbol en que
hay fruto y que da semilla, os serán para comer”

Génesis/Bereshit 1:29
Pero sí lo hiciese con Noé, conforme a lo dicho:
19 De hecho, en ese tiempo tampoco a los animales tenían hábitos carnívoros, como se
infiere del versículo: “Y a toda bestia (‫ היח‬jayá) de la tierra y a todas las aves del Cielo, y a
todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para
comer” (ídem 1:30).

“Todo lo que se mueve y vive os será para mantenimiento, así


como (ya lo eran) las legumbres y plantas verdes; os lo he dado
todo”.

ídem 9:3

Seguir las implicaciones espirituales de estas cosas nos llevaría


hasta realidades muy elevadas, al respecto, apuntaremos tan solo
una breve reflexión de los comentaristas sobre ciertos valores
numéricos en relación con el tema:

Ójel (comida): 57 = (30)‫( א‬1) + ‫(ו‬6) + ‫(כ‬20) + ‫ל‬


Tetragrama: 26 = (5) ‫(י‬10) + ‫( ה‬5) + ‫( ו‬6) + ‫ ה‬Dios (El): 31 = (30)+ ‫ל‬
‫( א‬1)
Y vemos como la suma de ambos Nombres (YHVH y El) tienen el
misma gematria que ójel (comida), pues el sustento es una
expression del‫ דסח‬jésed divino, 20 como está escrito:

“Abres Tu mano y sacias a todo ser viviente con benevolencia”


Salmos/Tehilim 145:16

Pero también es indicative del potencial de elevación de la “energía”


que se halla en el alimento hacia ámbitos superiores, pues si bien la
comida posee una “cascara”, ésta puede ser del todo oscura o en
parte rectificable, de forma que esa “energía” contenida allñí
potencialmente sea susceptible de ser rectificada y elevada al ámbito
de la santidad; de ahí las diferentes normas dietéticas que son
explicadas en la Biblia.
20 Ya que ambos Nombres constituyen una expresión de gracia.

La segunda klipá estaría vinculada al‫ דובכ‬kavob del ser humano,


concretamente con el honor de carácter religioso, donde “el pináculo
del Templo” vendría a ser la expresión de ese lugar elevado que se
sitúa muy por encima del resto de los correligionarios. Y esta es una
tentación más peligrosa de lo que a primera vista parece. Todos
somos únicos para Dios, como un padre que ama a cada uno de sus
hijos y los trata conforme a su singularidad, así también nuestro
Padre celestial nos hace sentir siempre especiales. Pero esto no
significa que seamos mejores que los demás, y por aquí es donde
vienen los tropiezos, como en su día aconsejó Saulo con respecto a
la elección del liderazgo de una congregación:

“No un neófito, no sea que condenación del diablo”


envaneciéndose caiga en la 1 Timoteo 3:6

Esta tercera klipá también vendría asociada al ‫ דובכ‬kavob (honor), si


bien ahora se hallaría vinculada a la gloria mundanal, pues en la
visión, Yeshúa es llevado “a un monte muy alto” desde el que
puede contemplar “todos los reinos del mundo y la gloria de
ellos”. Esta tercera tentación es mostrada a manera de colofón,
desplegando ante nuestros ojos toda la vanidad con la que el mundo
se afana “debajo del sol”. Que el otro lado la reservase como su
“última oferta” es indicativo de que son pocas las personas capaces
de resistirla. Con acertado criterio, los sabios advirtieron acerca del
peligro que acarrea perseguir distinciones y renombre, según se
declara:

“La envidia, la codicia y la búsqueda de honores sacan al


hombre del mundo”
Pirké Abot 4:21

Incluso Yosef, quien fue ‫ רומג קידצ‬tsadik gamur (justo completo) y


nunca persiguió para sí honores ni grandeza, a causa de sus
altísimas responsabilidades, fue el primero de los hermanos en morir,
como fue dicho:

“Y murió Yosef (en primer lugar) y después todos sus hermanos


y (por último) toda aquella generación”
Éxodo/Shemot 1:6

Comenzamos nuestra reflexión diciendo que el Mesías puede


compadecerse de nuestras debilidades por cuanto Él mismo estuvo
sujeto a la tentación, pero damos gracias al Eterno porque “no nos
ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana” pues “fiel es
Dios que no (nos) dejará ser tentados más de lo que (podamos)
resistir” (sobre 1 Corintios 10:13), y que (por lo general) no tenemos que
enfrentarnos con el otro lado en el transcurso de una experiencia
profética, además, en nuestra actual coyuntura de ocultación
extrema de la presencia divina y a causa de nuestros muchas
transgresiones, lo más probable es que estas klipot nos fuesen de
tropiezo o incluso llegasen a dañarnos, ya que en la actualidad no
disponemos de los recursos de santidad y conocimiento que tuvieron
los profetas,21 pues de estos fue dicho:

“Cuando (Ezequiel) estaba en el Cielo, se aferró a sí mismo


mientras miraba, como está escrito: «Los Cielos se abrieron y vi
visiones de Dios» (ídem 1:1). Sin embargo, cuando llegó al lugar de
las klipot, no se apegó a ellas, sino que (simplemente) las
atravesó. No se conectó con ellas, sino que sólo las vio al pasar
a través de ellas”

Sha’aré Kedushá, jélek 3 sha’ar 6

Con todo, son muchas las enseñanzas que aprendemos de este


relato, pues vemos como la aprehensión de los niveles más
profundos de la Palabra de Dios no solo nos acercan a la revelación
de lo Alto, sino que también nos proveen de armas poderosas para
vencer al maligno. Por todo ello, debe plantearse sobre la
conveniencia de seguir las exégesis extraídas de los filósofos
paganos o, por el contrario, apegarse a la sabiduría de Israel para
desentramar los secretos de luz y verdad del Mashíaj que se
esconden en el Nuevo Pacto.
21 “Como enseñaron los Sabios: Desde (el día) en que Hageo, Zacarías y Malaquías
murieron, el Espíritu Divino (en referencia a la profecía) se apartó del pueblo judío” (Sotá
48b). Y más tarde, en los tiempos de Abayé y Raba (primer tercio del siglo IV) se acabaron
las últimas trazas de las cenizas de la vaquilla roja para la purificación ritual (véase
Números/Bemidbar 19).

Capítulo 6 ¿ABOLIÓ EL MESÍAS LA TORÁ?

a Biblia nos relata como Moisés descendió del monte Sinaí


sosteniendo dos Tablas de piedra; en ellas habían sido escritos por el
propio dedo de Dios los ‫ תורבדה תרשע‬Aséret

Hadibrot , diez mandamientos que expresaban la esencia de la


voluntad del Creador para con Su creación, y al respecto dijeron los
Sabios:

«Las tablas habían sido hechas por Dios, y la escritura era


escritura de Dios grabada sobre las Tablas» (Éxodo/Shemot 32:16)[…]
No leas‫ תורח‬jarut (gravadas) sino lee‫ תורח‬jerut (libertad)”

Pirké Abot 6:2


Y esta “libertad” no solo sería manifiesta sobre nuestros impulsos
primarios, sino que incluso nos liberaba del ángel de la muerte,22 22 Si
bien, tras el episodio del becerro de oro (véase Éxodo/Shemot 32), los de Israel regresaron
a su naturaleza de seres mortales, como fue dicho: “Cuando el pueblo pecó, un millón
conforme a lo escrito: “La muerte reinó desde Adam hasta
Moisés”
Romanos 5:14
Y no solo eso, sino que la Creación misma fue condicionada a la
aceptación de la Torá, como también fue dicho:

“El Santo, Bendito sea, estableció una condición con el acto de


la Creación: si acepta la Torá, y si (no) lo (aceptan) os devolveré
al caos y desorden”

Shabat 88a

Y siendo esto así, ¿realmente creemos que el Mesías vino para


abolir la Torá y devolver el mundo al ‫ והבו והת‬Tohu babohu, al
desorden y vacío primordiales?

En esta sexta entrega de nuestro curso sobre ‫יתמ יפ לע הרושבה‬


habesorá al pi Matai, el Evangelio de Mateo, intentaremos
adentrarnos, con la ayuda del Cielo, en un tema que ya era polémico
entre los primeros discípulos del Maestro: la vigencia o no de la Ley
para los que han creído en Yeshúa. Nuestro estudio nos aportará dos
puntos de vista, desde la reflexión a la luz del más puro sentido
común hasta las profundas enseñanzas que nos legaron los Sabios
de la Kabalá.

Dios transmitió a Moisés un total de seiscientos trece mandamientos,


estos irían destinados a regular cada aspecto de la vida del pueblo
de Israel. Algunos se enfocaban en nuestra relación personal con el
Creador, como, por ejemplo, unificar su nombre dos veces al día
mediante la recitación del ‫עמשתאירק‬keriat Shemá. Otros se
vinculaban a nuestro servicio a Dios, como era el caso de los
diferentes ritos llevados a cabo en el Santuario. Y otros concernían a
la convivencia entre los hombres, propiciando la pureza en las
relaciones familiares, la honradez en las transacciones económicas
etc.
doscientos mil ángeles destructores descendieron y los despojaron (de esa condición)”
(Shabat 88a).

Y diez de estos mandamientos fueron grabados por Dios en tablas


de piedra (‫ םינבה תוחלו‬lujot habanim) como la esencia y el
compendio del conjunto de los seiscientos trece a manera de
“testimonio” ( edut) del total de los preceptos, pues cada una
de las tablas sería testigo ( ed) de la veracidad de aquellas
palabras salidas de la boca de Dios:

¿Y qué fue escrito en las Tablas del Pacto? ¿Quizás la prohibición de


mezclar lana y lino o la purificación del leproso? No precisamente,
sino que decían: “Yo soy el Eterno tu Dios…no robarás…no
asesinarás…no adulterarás etc. ¿Le parece a usted que el Mesías
vino para anular estos mandamientos? Y aquí podría argumentar que
Yeshúa solo anulo los mandamientos de índole ceremonial y no esos
otros de carácter ético cuyo alcance es universal. De seguir este
planteamiento, de los diez mandamientos solo nos quedarían nueve,
pues uno de ellos nos ordena acordarnos y observar el día de
Shabat. (‫ תבשה םוי‬yom hashabat). Pero ¿escucho alguna vez a los
que predican la obsolescencia de la Torá que no debe guardarse un
día de la semana para los servicios religiosos? Por supuesto que no,
pero ellos no lo celebran el sábado, a semejanza de Dios, Quien
reposó en ese día de Su obra creadora,23 sino el domingo. Es
curioso que aquellos que acusan al judaísmo, y a veces con razón,
de seguir mandamientos de hombre que no se hallan están en la
Biblia, cometan tan flagrante desliz al cambiar el día consagrado al
Eterno por otro de origen pagano.

Y aquí podría preguntarse ¿si yo no soy judío estoy obligado a


cumplir con toda la Torá? Si todavía se plantea esta cuestión debería
repasar la carta a los Gálatas antes de seguir leyendo este libro,
pues allí se zanja con absoluta claridad esta cuestión. Por supuesto
que no debe cumplir los preceptos como si fuese un judío. Mi
consejo a este respecto es que siga los muchos y valiosos consejos
que dirigió Saulo a las comunidades gentiles bajo su supervisión, allí
encontrará el modelo de ética que bebe caracterizar a un discípulo
de Yeshúa. Mi segundo consejo a este respecto es que se aleje lo
más posible de doctrinas sobre mandamientos de Nóaj o cosa
semejante, los cuales están bien para los incrédulos, pero para usted
que ha creído en el Mesías, pueden llegar a ser una trampa que (jas
veshalom) le lleve a la apostasía. Créame, por desgracia, ya he visto
demasiados casos en este sentido, de nuevo mi recomendación es
que no se ponga nunca bajo la autoridad de un rabino que no crea
en Yeshúa, ya sea para seguir sus enseñanzas o, aún peor, para
someterse a sus reglas, pues, más tarde o más temprano, intentará
apartarlo de su fe.

¿Y qué fue lo dijo el Maestro a este respecto? Pues ante la autoridad


de Sus palabras, calle toda carne:
23Conforme a lo escrito: “Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó
(‫ תבש‬shabat) de toda la obra que había hecho en la Creación” (Génesis/Bereshit 2:3).
“No penséis que he venido para abrogar la Ley, no he venido
para abrogar sino para cumplir”24
Mateo/Matai 5:17
O, como es citado en el Talmud:
“No he venido para abrogar la Ley de Moisés y no he venido
(tampoco) para añadir a la Ley de Moisés”
Shabat 116a y b

Pues, sin haber reflexionado antes sobre estas consideraciones, no


resulta fácil de entender cuál fue la intención de Yeshúa al exponer
algo tan obvio como que había venido para cumplir la Ley, pues decir
lo contrario hubiese sido tanto como indicar (jas veshalom) que había
venido para transgredir las ordenanzas divinas otorgadas al pueblo
de Israel. Y a estas palabras cualquier participante allí presente
podría haber contestado: “barúj HaShem Rabí, ese es el propósito de
todo judío, cumplir la voluntad de Dios”.

Por todo ello, intuimos que, tras su apariencia simplista, esta


declaración escondía un significado de mucho mayor calado: la
voluntad del Mesías de llevar la Torá a su completitud (‫תומלש‬
shelemut). Y estas ideas serían extrapolables a lo que los Sabios
definieron como la “Torá del Mesías” (‫ חישמ תרות‬Torat Mashíaj), cuya
revelación reportará al mundo un nivel de espiritualidad sin
24 En el texto griego, la palabra empleada con la acepción de “cumplir” esπληροσαι
plerosai, término derivado deπληροω pléroó, lo que nos transmite la idea de llevar algo a su
completitud, a su máxima expresión.

precedentes (véanse, entre otros Kohelet Rabá 11:8, Tikuné Zohar 5b). Y este

nivel de revelación de sus niveles más profundos será a los efectos


como tener una Torá Nueva (‫ השדח הרות‬Torá Jadashá), como fue
dicho: “Una‫ השדח הרות‬Torá Jadashá saldrá de Mí” (Vayikrá Rabá 13:3). Y
su manifestación supondrá para el mundo una altísima experiencia
de divinidad, como versa:

“En la Era Mesiánica, todos podrán estudiar la Torá del Propio


Dios”
Tanjumá Ki Tisá 18
Y también:
“Hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto”
1 Corintios 4:5

Y aquí podríamos preguntarnos: ¿qué tendrá de novedoso esta


Torá? ¿Acaso le será añadido algún mandamiento? Lo que ahora
podemos leer son tan solo la “envoltura” externa no la esencia misma
de los preceptos, como fue dicho:

“Cuando (la Torá) bajó a este mundo, sino se hubiese vestido


con vestiduras de este mundo, éste no hubiese podido
soportarla. Por esta razón, los relatos de la Torá son únicamente
sus vestiduras exteriores”

Zohar Beha’alotejá 152a

Son muchas y muy elevadas las realidades espirituales a las que nos
acercan las citadas palabras de Yeshúa, por un lado, nos enseñan
que Él vino a cumplir todos los preceptos, algo que ni siquiera estuvo
al alcance del propio Moisés. Dicha condición implicaría dos
vertientes: por un lado, no transgredir ninguno de los trescientos
sesenta y cinco mandamientos negativos, que es tanto como no
pecar nunca. Además, supone el cumplimiento de los doscientos
cuarenta y ocho mandamientos positivos. La siguiente enseñanza
nos permitirá entender mejor estos conceptos: la Torá es llamada

“Emet” (verdad) (Malaquías/Malají 2:6, Zohar Kedoshim 82b), como también


fue dicho:

“El sello ( ‫ ח‬jotmó) del Santo, Bendito Sea, es verdad (‫תמא‬


emet). Rabí Shemuel bar Najmani dijo: Se refiere a los que han
cumplido con la Torá de la‫ א‬Álef (primera letra) a la ‫ ת‬Tab
(última)

Shabat 55a
Y “Emet” (verdad) es también uno de los nombres del Mesías, Quien
dijo de Sí mismo:
“Yo soy […] la verdad (‫תמאה‬haemet)
Juan/Yojanán 14:6

En la línea de nuestra anterior enseñanza, definir al Mesías como “la


Verdad” nos llevaría a distinguirlo como Aquel que fue capaz de
cumplir la Torá en toda su extensión, esto es, desde la ‫ א‬Álef hasta la
‫ ת‬Tab.

Resulta obvio que Yeshúa, por ser hombre, no estaba sujeto a


aquellos preceptos privativos de la mujer y, por pertenecer a la tribu
de Yehudá, no tuvo ocasión de practicar esos otros reservados
exclusivamente al sacerdote o al levita; entonces ¿de qué forma
pudo venir a cumplir toda la Ley? Aquí se esconde un secreto muy
grande, pues el Mashíaj, constituye el alma colectiva de Israel, que

es ‫ הדחי‬Yejidá (véase, entre otros, Likutei Torá Bereshit), de donde partirían

las raíces de los otros cuatro niveles del alma: ‫ שפנ‬Néfesh, ‫ור‬Rúaj,
‫ המשנ‬Neshamá y‫ היח‬Jayá (‫ח״נרנ‬NaRNa”J). Siendo así, Yeshúa, en
su condición de Mesías, se halla conectado con la totalidad del
pueblo de Israel en cada mitsvá y mitsvá, operando Su alma a
manera de mediador entre “el Emanador” y lo “emanado” (véase Ets
Jayim, sha’ar 42:1), y ese interfaz permitiría “aglutinar”, por así decirlo,
niveles de divinidad más allá de nuestra capacidad de aprehensión,
con estadios más afines a nuestra realidad material.

Los Escritos nos presentan al Mesías como “la Palabra (‫רבדה‬


hadabar) que se hizo carne (véase Juan/Yojanán 1:14). Los Sabios
enseñaron que el hombre fue formado con doscientos cuarenta y
ocho órganos y trescientos sesenta y cinco tendones y venas y, no
por casualidad, estas cuentas coinciden con el número de
mandamientos positivos y negativos e la Torá, los cuales suman un
total de seiscientos trece. En este sentido, se infiere que el ser
humano fue creado como un ‫ ןטק םלוע‬olam katán (micro cosmos) de
la Palabra de Dios, y cada una de estas partes físicas, no solo se
conecta con su equivalente espiritual, sino que es la expresión de
una elevada realidad celestial, pues es el ‫ ילכ‬kelí (recipiente) físico
en el que se inviste un mandamiento.

Y esta realidad espiritual del hombre es llevada a su expresión


máxima en el Mesías, Quien encarnó en Su cuerpo físico cada uno
de estos seiscientos trece mandamientos; y siendo Su conexión con
estos, limpia y diáfana, por no existir el obstáculo del pecado, pudo
llevar cada una y una de estas mitsvot a su pleno cumplimiento.

Y estas nociones podemos verlas ya insinuadas en la célebre


profecía mesiánica:
“Y el Espíritu del Eterno reposará sobre Él […] espíritu de
conocimiento y de temor del Eterno”
Isaías/Yeshayá 11:2
Donde la expresión “De temor”, en hebreo‫תאריב‬beyir’at, tiene el
siguiente valor numérico:
613 = (400)‫(ב‬2) + ‫(י‬10) + ‫( ר‬200) + ‫(א‬1) + ‫ת‬

Y de aquí infirieren los Sabios que el Mesías nos revelará en Su


venida el sentido interior (‫ תוימנפ‬Penimiut) de la Torá esto es,
aquellas facetas de insondables misterios espirituales que se hallan
ocultas tras sus seiscientos trece mandamientos. Y por eso fue
dicho:

“Los mandamientos serán anulados en el Mundo por Venir”


Nidá 61a
Ya que, al ser revelada la esencia de divinidad oculta tras cada
mandamiento concreto, las “vestiduras” que las envuelven (que
atañen a aspectos de orden material) dejarán de ser relevantes.

Y aquí cabría preguntarse: ¿conocemos el nombre del Mesías, de


Aquel que nos revelará todas estas cosas? Sobre este evento
anunciaron los profetas:

“En aquel tiempo cambiaré a los pueblos (un) labio (‫ הפש‬safá)


puro para que todos invoquen el Nombre del Eterno”
Sofonías/Tsefaniá 3:9
Si calculamos su valor numérico (‫ אירטמיג‬gematria) de safá (labio)
obtenemos lo siguiente:
385 = (5) ‫(ש‬300) + ‫(פ‬80) + ‫ה‬
Que al sumarle la propia palabra:
385 + 1 = 386
Nos daría el mismo valor que el de esta otra palabra:
386 = (70) ‫( י‬10) + ‫(ש‬300) + ‫(ו‬6) + ‫ע‬

‫הרורב הפש‬Esto es, Yeshúa, nuestro Mashíaj. Y esta “lengua pura” (


safá berurá)25 aludirá al quinto (‫ ישמח‬jamishí) nivel de interpretación
de la Torá, que está más allá del ‫ ס״דרפ‬pardes,26un grado al que los
Sabios de la Kabalá denominaron‫ קיתע‬Atik y
también ‫ ןימיתס ןיזר‬Razín Setimín (véase Séfer Ba’al Shem Tob, Yitró 9), el
cual será revelado por el Mesías en Su venida, pues “quinto” (‫ישמח‬
jamishí) son las mismas letras de Mashíaj:
‫חישמ ישמח‬
Mashíaj Jamishí
Y sobre esto fue dicho:

“De esto se entiende que la (quinta) expresión «los traeré»


(‫ יתאבהו‬vehebeti) (Éxodo/Shemot 6:8), constituye una elevación
mayor en la Redención futura que, en líneas generales, se divide
en (véase Sanhedrín 97a) «Yemot Hamashíaj» y «Jad Jarut»

Likutei Sijot, Vayerá 14

Resulta evidente que si usted no es judío, Dios no le pide que


observe todos los preceptos de la Torá. Pero si ha creído en el
Mesías, deberá poner sobre sí todos esos mandamientos que los
discípulos del Maestro enseñaron para las naciones. Yeshúa vino a
cumplir toda la Torá, pues Él fue sin pecado o transgresión alguna,
pero no vino a abolirla, sino más bien a dejarnos un pregusto de lo
que será su revelación plena, cuando Él regrese a este mundo, sea
pronto y en nuestros días, Amén.
25Lit. “lengua clara”.
26 Esto es, que se encuentra más allá del Peshat, Remez, Derash y Sod.

Capítulo 7 LA PARÁBOLA DE LOS TALENTOS

eshúa está disertando con Sus más allegados discípulos sobre el fin
de los días y el marco espiritual de Su regreso y, en medio de Su
discurso, les dirige la que ha venido a

llamarse “parábola de los talentos” (‫םירככ לש לשמה‬hamashal shel


kikarim). ¿Es ésta una simple enseñanza sobre cómo administramos
los dones recibidos del Cielo? ¿O, por el contrario, encierra
tremendos secretos sobre la misma creación y la estructura del
universo?

En este nuevo capítulo de nuestro curso sobre ‫יתמ יפ לע הרושבה‬


habesorá al pi Matai, el evangelio de Mateo, hablaremos, con la
ayuda de Cielo, sobre esta célebre parábola; pero primero
repasaremos de forma breve algunos conceptos sobre esta forma de
narrativa: La costumbre de enseñar mediante parábolas, lo que en
hebreo se conoce como‫ םילשמ‬meshalim, está ya presente en la Torá
y en los profetas y ha perdurado hasta nuestros días en la tradición
rabínica. En este sentido, Yeshúa no fue una excepción, pues Él
cultivó con profusión este género dotándolo de una riqueza poética y
de unos niveles pedagógicos y moralizantes sin parangón.

Este recurso literario nos acerca a la vez a dos vertientes


diametralmente opuestas: por un lado, sirve para aproximar al oyente
medio a conceptos espirituales difíciles de entender pero que se
tornan más asequibles al ser explicados mediante historias sacadas
de la vida cotidiana, las cuales suelen concluir con una lección o
moraleja de carácter ético, lo que en el judaísmo se conoce
como‫ רסומ‬musar.

Por otra parte, el mashal, por emplear un lenguaje alegórico (por


medio de‫ תודגה‬hagadot o ‫ ישרדמ‬midrashim), se constituye en un
mecanismo de ocultación para los grandes misterios espirituales,
ejemplo paradigmático de esta última acepción serían los “cuentos
de rabí Najman”, como leemos en la introducción a Sipurei Masiot:

“Los midrashim son en sí mismos puertas al‫ דוס‬sod (secreto)


pues, aunque no son‫ טשפ‬pshat (literales) siguen conservando
términos propios del ‫םלוע‬Olam Hazé (Mundo presente) pero a
manera de «acertijo» para no revelar los secretos que entrañan.
Rabí Najman dice al respecto de los cuentos: «Que antes de
existir el Zohar, este género literario era la forma de estudiar la
Kabalá».
Hakdamat Sipurei Masiot
Y no muy lejos de esta línea, se afirmaría sobre las parábolas del
Maestro:

“Todas estas parábolas , habló Yeshúa a las multitudes y sin


una parábola no les hablaba, para cumplir lo que se dijo por
boca del profeta (Salmos/Tehilim 78:2): «Abriré mi boca con
parábola (‫ לשמב‬bemashal), declararé acertijos (‫ תודח‬jidot) desde
los días antiguos»

Mateo/Matai 13:34 y 35

Todo esto nos presenta la gran paradoja sobre lo oportuno o no de


revelar los secretos, como en su día se planteara el propio rabí
Shimón bar Yojai en su célebre dicho:

“¡Ay de mí! si lo revelo y ¡ay de mí! si no lo revelo”


Zohar Nasó 127b (véase Babá Batrá 89b)

A sabiendas de que no compartir su sabiduría llevaría a que esta se


perdiese irremisiblemente; pero a la vez era consciente de que ésta
podría caer en las manos equivocadas. Los Sabios, y el mismo
Yeshúa, resolvieron este dilema mediante el uso de parábolas, unas
historias que, tras su apariencia a veces simplista, encierran secretos
muy profundos a los que solo es posible el acceso mediante ‫שדוקה‬
‫ חור‬Rúaj Hakódesh.

Al respecto de la parábola que nos ocupa, los Escritos nos declaran:


“Porque el Reino de los Cielos es semejante a un hombre que,
yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes”
Mateo/Matai 25:14

¿Quién es este “hombre” que se fue lejos? Si traducimos el término


por la palabra ‫ םדא‬Adam, podemos ver aquí insinuado el Tetragrama
expandido mediante‫ א‬Álef:
‫אה וא אה דוי‬
Tetragrama expandido mediante Álef
Cuyo valor numérico 45 es‫ אירטמיג‬gematría Adam:
45 = (40)‫( א‬1) +‫( ד‬4) +‫ם‬

Esta expansión del Tetragrama se correspondería con ‫א״ז‬Zeir Anpín


lo que, en el contexto de nuestra parábola, nos hablaría de una
desconexión entre los ámbitos inferiores (‫ תוכלמ‬Maljut) y los
superiores (‫ רתכ‬Kéter, ‫ המכח‬Jojmá y ‫ הניב‬Biná), al alejarse el
“gancho” que es la ‫ו‬Vav del Tetragrama:
‫ י‬-‫ה‬
Maljut Zeir Anpín Ámbitos superiores

Resulta evidente que en el mundo espiritual no existen las distancias


en un sentido físico, por lo que al declarar: “yéndose lejos” (‫קוחרמל‬
‫ עסנ‬noséa lemerajok) está expresando la separación entre los
diferentes mundos espirituales, y en este caso el “Reino de los
Cielos” esto es‫תוכלמ‬Maljut-Reino se separa de‫א״ז‬Zeir Anpín llamado
“Cielos”, circunstancia del todo contraria al propósito de la venida al
mundo del Mesías, sobre el cual fue dicho:

“El Reino de los Cielos se ha acercado”


Mateo/Matai 3:2

Con el rechazo por parte de los dirigentes de Israel y la posterior


ocultación del Mesías en los Cielos, se hace aún más evidente la
separación entre los mundos de Arriba y los de abajo, dependiendo
ahora de nuestro trabajo espiritual (‫ שדוקה תדובע‬abodat hakódesh)
poder restablecer el vínculo, y es en este marco donde se plantean
los talentos (‫ םירככ‬kikarim) entregados a los diferentes depositarios:

Nuestro texto prosigue:


“A uno le entregó cinco talentos, a otro dos y a otro uno
conforme a su capacidad, y luego se fue lejos”
Mateo/Matai 25:15

Si nos limitamos a la interpretación llana, podemos pensar que los


talentos fueron dados en orden decreciente conforme a la también
menguante capacidad de los sirvientes, pero esto no es tan sencillo
de entender, pues, de otra forma ¿qué sentido tendrían las citadas
palabras?

«Abriré mi boca con parábola (‫ לשמב‬bemashal), declararé


acertijos (‫ תודח‬jidot)” bemashal)”
¿Dó nde están aquí los “acertijos” si el texto se explica por sí mismo
y no es más que una exhortación a poner por obra los dones que
Dios nos ha concedido?

Antes de contestar a esta pregunta, veamos los resultados obtenidos


por cada uno de los servidores:
“El que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y
ganó otros cinco talentos”
Mateo/Matai 25:16
“Cinco y cinco”, esto es, fue capaz de unificar‫ תוכלמ‬Maljut-Reino
con‫ הניב‬Biná-Entendimiento, conforme a lo dicho:

“Porque el Reino de los Cielos, (por ser) del lado de la santidad ,


se divide a través de dos puntos: uno de él (en referencia a
Maljut) y uno del Mundo Venidero (Biná-Entendimiento)”

Zohar Tetsabé 184b

Esto es, el primer sirviente fue capaz de unir la primera y la última ‫ה‬
He del Tetragrama (de valor numérico es cinco) como apreciamos en
nuestro gráfico:
- ‫ י‬-‫ה‬
2ª He (Maljut) 1ª He (Biná)

Y esto constituye sin duda una gran proeza, pues quien es capaz de
realizar esta clase de trabajo espiritual trae Redención al mundo y
acelera el regreso del Mesías, pues a estos se les aplica el versículo:

“¡Cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de


vivir, esperando y apresurando el día de Dios…!”
2 Pedro/Shimón Kefa 3:12
Y ¿qué le ocurrió al segundo personaje, a aquel que había recibido
dos talentos, al respecto los Escritos declaran:
“Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos”
Mateo/Matai 25:17

Este fue sin duda el servidor de mayor valía, pues a él se le


encomendó el trabajo más difícil, ya que debía llevar a cabo su tarea
en un entorno de exilio extremo, como se infiere del número de
talentos que le fueron asignados: “dos”, una “dualidad” que vendría a
ser expresión del ‫ םינפ רתסה‬Hester Panim, la ocultación de la
Presencia Divina, como está escrito:

“En ese día se encenderá Mi colera contra ellos y los


abandonaré y les ocultaré Mi rostro ( ‫יתרתסהב‬behistarti faní)”
Deuteronomio/Devarim 31:17

Pero nuestro personaje, incluso en medio de una situación tan


adversa, fue capaz de unificar no dos, sino las cuatro letras del
Tetragrama (como indican los cuatro talentos obtenidos) que es tanto
como traer expresión de divinidad desde todos los mundos.

¿Y qué ocurrió con nuestro último protagonista, a aquel a quien tan


solo se le dio un talento? Este último servidor era el que tenía la
tarea más fácil. A él se le encomendó cumplir con su trabajo
espiritual en los mundos de la unificación, como se infiere del único
talento que le fue encomendado. Dios es uno (‫ דחא‬ejad), y más allá
de las altísimas realidades que eso conlleva, dicha unidad simple
sería también la expresión de la unidad de criterio que impera en los
mundos superiores. Allí no hay‫ תקלחמ‬majlóked, no existe la
diversidad de opinión, pues todo resulta claro y diáfano a la luz de la
unidad divina. ¿Pero qué hizo este sirviente? El texto nos lo declara:

“Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y


escondió el dinero de su señor” Mateo/Matai 25:18
Nuestro tercer personaje gozo de un privilegio del que no

disfrutaron sus dos compañeros: a él le fueron entregados los


secretos, el‫ דוס‬sod de la Torá, una sabiduría que está más allá de la
opinión o el arbitrio. ¿y qué hizo con semejante tesoro? No conforme
con dejarlo tal cual lo recibió, sin interferir para bien o para mal, lo
arrastró hasta la ‫ לק‬klipá, hacia la cáscara de la impureza, descrita
aquí con las palabras: “cavó en la tierra”, donde “tierra” sería un
nombre del‫ תוכלמ‬Maljut y debajo de la tierra una expresión de las
‫ פילק‬klipot. Por desgracia, en la actualidad son muchos los que salen
a enseñar secretos de santidad a gente indigna a cambio de dinero y
de notoriedad, incluso (Dios nos libre) algunos abandonan al Mesías
para vender la primogenitura de su sabiduría por un plato de lentejas.

¡Cuántos secretos de luz y santidad se hallan ocultos en las palabras


del Maestro! Pues todas las parábolas de Yeshúa contienen‫ דוס‬sod
de la Torá, mas no por ello están exentas de transmitirnos altísimos
conceptos de ética que nos conducen hacia el amor y el temor del
Cielo. Sea voluntad del Santo, Bendito sea, abrir nuestro
entendimiento para poder disfrutar de tan grandes tesoros.

Capítulo 8 LAS SEÑALES ANTES DEL FIN

E
stando Yeshúa en el Templo de Jerusalén, y mientras contemplaba la
esplendidez de sus edificaciones, les dijo a Sus discípulos:

“Veis todo esto? De cierto os digo, que no quedará aquí piedra


sobre piedra, que no sea derribada”
Mateo/Matai 24:2

Cuando ellos le preguntaron después en privado sobre el significado


de estas palabras, el Maestro no abrió Su enseñanza describiendo
alguna señal celestial, sino que les advirtió:

“Mirad que nadie os engañe”


Mateo/Matai 24:4

“Mirad que nadie os engañe”, pues no hay otro tema en la Biblia


sobre el que, aquel que es mentiroso y padre de mentira, haya
vertido más la ponzoña de sus falsas doctrinas que sobre los
acontecimientos que habrán de preceder el fin de los días.

En el último capítulo de nuestro estudio sobre ‫יתמ יפ לע הרושבה‬


habesorá al pi Matai, el evangelio de Mateo, abordaremos con la
ayuda del Cielo uno de los temas que ha dado pie a más opiniones
de todo el Nuevo Pacto: la época que precederá el regreso del
Mesías, un periodo que el propio Yeshúa definió en los siguientes
términos:

“Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el


principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”
Mateo/Matai 24:21

A lo largo del capítulo veinticuatro del libro que nos ocupa, el Maestro
nos describe con lujo de detalles todas aquellas señales que habrán
de acontecer en lo que los Sabios definieron como “los dolores de
parto del Mesías” o “los talones del Mesías”. Y estas son sin duda
profecías de gran calado, muy en la línea con aquellas otras que
declaró Moisés durante su discurso final recogido en el libro de
Deuteronomio/Devarim, según fue dicho:
“Ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os
he mandado; y que os ha de venir el mal en los postreros días
(‫ םימיה תירחא‬ajarit hayamim), por haber hecho mal ante los ojos
del Eterno”

Deuteronomio/Devarim 31:29

No deja de ser sorprendente la gran seguridad con la que los


comentaristas bíblicos creen poder interpretar estas profecías. Por
poner dos ejemplos: tanto Yosef como Daniel interpretaron sueños
de reyes que ya eran de por sí profecías, pero ellos no echaron
mano de los libros de Historia para intentar encajar a posteriori
ciertos acontecimientos (dicho sea de paso, muchas veces
irrelevantes) con las profecías del fin del mundo. ¿Qué fue lo que dijo
Yosef?

“No está en mí (la interpretación), Dios será el que dé respuesta


propicia a Faraón”
Génesis/Bereshit 41:16
Y en cuanto a Daniel:
“Entonces el secreto fue revelado a Daniel en visión de noche
(‫ איל יד אוזח‬jezvá di leilya)”
Daniel 2:19

¡Qué maravillosa modestia la de aquellos hombres sobre los cuales


venía el Espíritu de Dios para revelarles los secretos y que nunca
pretendieron interpretarlos a través de sus criterios personales! Pues
no podemos olvidar una importante regla que rige en el mundo
espiritual: para poder interpretar las profecías es necesario ser
también Hakódesh.

Y es por profeta o, cuanto menos, tener ‫ שדוקה חור‬Rúaj

este motivo que todos aquellos que quisieron establecer diferentes


fechas para la venida del Mesías erraron, y su error fue de tropiezo
para aquellos incautos que les creyeron.27
27 Acerca de estos individuos dijeron los Sabios: “Que se sequen los huesos a los que
calculan el fin” (Sanhedrín 97b).

Pero las profecías sobre el fin del mundo no son patrimonio exclusivo
de Daniel o del libro del Apocalipsis, pues ya sea de forma explícita o
mediante insinuaciones, podemos encontrarlas a lo largo de toda la
Biblia, como el mismo Ya’akob manifestó en el momento de su
muerte:

“Juntaos y os declararé lo que os ha de acontecer en los días


postreros (‫ םימיה תירחא‬ajarit hayamim)”
Génesis/Bereshit 49:2

Llama la atención que ( ‫ םימיה תירחא‬ajarit hayamim) sea la misma


expresión usada por Moisés en la anterior profecía, pues ambas
tenían como objeto describir el final de los tiempos en el contexto del
pueblo de Israel.

Y por esta razón, nos ofrecen poca confianza aquellas


interpretaciones bíblicas que pretenden dejar a Israel al margen de
todos estos sucesos, siendo esto un aspecto más de la doctrina de la
“sustitución”. Y aún nos merecen menor crédito aquellos que hacen
girar lo principal de las profecías alrededor de países que ni siquiera
aparecen en la Biblia como Estados Unidos etc.

Pero si indagamos en las fuentes rabínicas, allí sí que podremos


encontrar interpretaciones hechas con ‫ שדוקה חור‬Rúaj Hakódesh
(Espíritu de Santidad), unos comentarios que, siguiendo la línea que
marcaron los profetas, señalan a Israel como ese “led”, cuyo
parpadeo nos anuncia la proximidad de los días del fin. Ejemplo
paradigmático a este respecto son las enseñanzas de los Sabios
expuestas en el Talmud, como las que figuran en el tratado de
Sanhedrín.28 Buscaremos en ellas nuevos matices que nos traigan
luz sobre las profecías bíblicas, pues incluso de su‫םימש םשל תקולכמ‬
majlóket leshem shamayim (controversia en aras del Cielo), cada
opinión y cada punto de vista nos aporta valiosas enseñanzas.
Veamos algunos ejemplos:
28 O en otras fuentes rabínicas como, por ejemplo, el Zohar (véase, entre otros, Shemot 7b-
8b).
Sobre el extremo rigor de aquellos días, Yeshúa dijo:
“Habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el
principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”
Mateo/Matai 24:21
Hecho que corroboraron los Sabios al afirmar:

“Los ojos de los demás se apagarán por el dolor y la aflicción.


Habrá una nueva sucesión de sufrimientos y perversos
decretos, cada nuevo mal llegará apresuradamente antes de que
termine el anterior”

Sanhedrín 97a
Tanto así que alguien llegó a exclamar:
“Dijo Ulá: ¡que venga pero que yo no lo vea!”
Sanhedrín 98b

Y esto lo dijo p or el temor de no poder soportar los “dolores del


alumbramiento”29 que precederán la era del Mesías, pues en ese
tiempo:
29 Véase Jeremías/Yermeyá 30:6.
“Muchos tropezarán entonces y se
entregarán unos a otros”
Mateo/Matai 24:10
Y también fue dicho:
“El Hijo de David sólo vendrá cuando haya demasiados
delatores”
Sanhedrín 97a

Pero los días que precedan el regreso del Mesías, no solo vendrán
señalados por acontecimientos en lo bajo, sino que también serán
anunciado por señales celestiales, como se declara:

“En el sexto (año) habrá sonidos (del Cielo)”


Sanhedrín 97a
Los “sonidos celestiales” a los que se hace aquí referencia son los
del “gran cuerno” (‫ לודג רפוש‬shofar gadol) mencionado en
Isaías/Yeshayá 28:13,30 profecía que dio pie a la décima bendición
de la‫ הדימע‬Amidá, llamada ‫תויולג ץוביק‬kibutz galuiyot (reunión de los
dispersos), pues esta señal habrá de marcar el retorno a Érets Israel
de los que habitan en la diáspora. Y en medio de estos
acontecimientos, el creyente en el Mesías deberá ser en extremo
precavido, pues el otro lado intentará imitar todas estas cosas para
hacer tropezar incluso a los más piadosos, como fue dicho:
30 Véase también Zohar Vayikrá 6b.

“Porque se levantarán falsos Mesías y falsos profetas y harán


grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si
fuere posible, aún a los escogidos”

Mateo/Matai 24:24
Y, a tenor de lo dicho, después del regreso del pueblo a la tierra de
Israel se desatará la guerra, según lo escrito:
“Se levantará nación contra nación y reino contra reino”
Mateo/Matai 24:7

Y ese “nuevo mal (que) llegará apresuradamente antes de que


termine el anterior”, también traerá la degeneración moral “aún de los
escogidos, pues actitudes de pecado que otrora escandalizaban,
ahora serán vistas (Dios nos libre) como normales, según lo escrito:

“Se ha enseñado que dijo rabí Yehudá: en la generación que


venga el Hijo de David, la casa de reuniones (de los sabios) será
(casa) de prostitución”

Sanhedrín 97a

¿Qué circunstancias tan terribles pueden propiciar que los más


piadosos lleguen a corromper sus caminos hasta el punto de ser
comparadas las casas de estudio con “casas de prostitución?
Yeshúa nos ofrece una respuesta al declarar:
“Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se
enfriará”
Mateo/Matai 24:12

Y de todas estas palabras se desprende que los tiempos que


precedan el regreso del Mesías, no solo se verán marcados por la
persecución, llamemos gubernamental, sino que este acoso tendrá
también una importante vertiente religiosa donde los creyentes en el
Mesías serán “aborrecidos de todas las gentes” a causa de Su
nombre.

No cabe duda de que Yeshúa nos dejó todas estas enseñanzas para
que las tuviésemos presentes, para que fuésemos puestos en sobre
aviso acerca de los tiempos y las circunstancias que habrán de
preceder Su regreso. Pero debemos ser en extremo cautos en la
interpretación de Sus palabras, pues ese periodo se caracterizará
sobre todo por el uso de la mentira, donde “muchos falsos profetas
se levantarán y engañarán a muchos”; y ¿qué dice a continuación?
“El amor de muchos se enfriará”, por lo que toda precaución es poca
a la hora de escuchar a los agoreros del apocalipsis. Ya que, en
definitiva:

“A la hora que no pensáis el Hijo del Hombre vendrá”


Mateo/Matai 24:44 Como también se declara:
“Hay tres cosas que vienen cuando menos se piensa: el Mesías,
un objeto perdido y un escorpión”
Sanhedrín 97a

“El Mesías”, nuestro amado Maestro , el Cual vendrá “como ladrón


en la noche”, “un objeto perdido”, pues los verdaderos creyentes
verán como su fe, quizás decaída o casi perdida a causa del gran
sufrimiento, es reforzada desde lo Alto, experimentando una
renovada elevación de su alma,31y “un escorpión”, esto es, el anti-
Mesías quien, para sorpresa de los ingenuos, desplegará toda su
perversa naturaleza ante una incauta Humanidad que previamente le
había otorgado su confianza.
Y aquí concluimos nuestro curso sobre el libro de Mateo/ Matai,
deseando de todo corazón que nuestra humilde aportación a la
exégesis de los Escritos le haya sido de provecho para su vida.
Shalom.

Isaac Benaor 23 tamuz 5782 / 22 julio 2022


31Al serles “activado” el nivel del alma llamado‫ היח‬Jayá, que es una “luz envolvente” (‫רוא‬
‫ ףיקמ‬or makif).

En cierta ocasión el gran sabio Hillel le dijo a un hombre que le


solicitaba estudiar la Torá: “La Ley se concreta en esto: No hagas al
prójimo lo que no quieras que te hagan a ti, lo demás son
interpretaciones: ¡Ve y estúdialas!”

En los tiempos que vivimos, previos a la venida del Mesías, la


esencia de la Torá se nos revela de esta forma: Yeshúa murió por ti,
“lo demás son interpretaciones: ¡Ve y estúdialas!”

ORACIÓN

Señor de los mundos. Nosotros proclamamos que Tú, oh


HaShem, eres Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. Tú
eres Dios y no hay otro. Reconocemos que Yeshúa es el Mesías;
que Tú lo enviaste para cargar sobre Sí el pecado de todos
nosotros y reconciliarte con el mundo a través de Su muerte en
expiación. Y esperamos todos los días Su pronto regreso para
restaurar el trono de David Su padre.

Amén

OTROS LIBROS DEL AUTOR


A lo largo de sus ocho capítulos se estudiarán los secretos de las
diferentes expresiones de sobrenaturalidad que aparecen en la Biblia
asociados al concepto “ocho”, como son el Sumo Sacerdote, los
salmos o la fiesta de Januká. Detrás de estas realidades se esconde
el deseo de nuestro hombre interior de romper la barrera del ciclo del
“siete” adscrito al mundo material, planteándose el reto de elevar las
acciones cotidianas al ámbito de lo trascendente, experimentando
así un nuevo grado de cercanía al Creador. Al final de cada capítulo
le proponemos un ejercicio práctico de elevación espiritual teniendo
como referencia al Mesías.
Desde las fuentes del Talmud y la Kabalá, este libro nos plantea la
tesis de una “transición apacible” desde el judaísmo del Segundo
Templo a un judaísmo rabínico, donde la muerte y resurrección del
Mesías dan respuesta a las incógnitas planteadas por la ausencia de
Santuario, asimilando las enseñanzas de los Sabios a la nueva
coyuntura con la revelación del Mesías. También se trata con
extensión la cuestión del “fin de los días”, tema recurrente en el
Talmud y el Midrash, cotejando las antiguas profecías con los
sucesos de nuestro propio tiempo que nos advierten sobre la
inminente manifestación del anti Mesías.
La sabiduría de la Kabalá nos reta a explorar las Escrituras Sagradas
desde sus niveles más profundos y enigmáticos. Con la presente
obra, le proponemos un apasionante viaje a través de la figura de
Jesús de Nazaret partiendo de estas mismas fuentes, muy
especialmente del Zohar, planteándonos una original perspectiva de
Su vida y de Sus enseñanzas, abordando temas como el retraso en
la Redención, la expiación, el rol profético de las naciones o el
sentido más profundo de la “cena del Mesías”. Imprescindible para el
estudioso de la Biblia, también aportará al lector en general una
fresca y novedosa visión de las Escrituras.
Siguiendo la ruta emprendida por los libros anteriores, el autor nos
propone ahora adentrarnos más que sobrenaturales y místicos que
giran planteándonos una original perspectiva de la figura de Jesús de
Nazaret desde las fuentes de la Kabalá y del Talmud, tratando temas
como la tardanza del Reino de los Cielos, la naturaleza del Mesías o
Su función mediadora.
nunca en los aspectos alrededor del Mesías,
La divinidad del Mesías ha sido tema de discusión a lo largo de los
siglos, desde las corrientes que lo hicieron igual a Dios a otras que lo
consideran un ser humano normal, siendo esto motivo de
controversia entre judíos y gentiles. En la presente obra aportamos
numerosos textos rabínicos (muchos de ellos inéditos en español)
para un acercamiento más amplio a estos conceptos, desde obras
clásicas como el Zohar o el Talmud a las enseñanzas de los Rebes
Jasídicos. También le planteamos desde la Kabalá del Ariza”l una
original reflexión sobre algunos de los tópicos más misteriosos del
Nuevo Testamento, como la venida al mundo del Mesías, Su
Nacimiento o Su glorificación.
Es la intención de este libro traer Shalom, estableciendo un punto de
encuentro entre las enseñanzas de los Sabios de Israel y las
descritas en el Nuevo Testamento.
Este trabajo intenta dar respuesta a muchos de los misterios que
giran alrededor de la expiación y la salvación a través del Mesías
Yeshúa. En busca de sus mismas fuentes, este libro le transportará a
través de los mundos y las sefirot planteándole nuevos retos de
superación, auto ayuda y elevación personal a través de ejercicios
espirituales basados en conceptos del Tabernáculo. Se ha dedicado
un capítulo completo a la Seudá del Mesías, más conocida como la
Cena del Señor, desentramando sus profundos secretos a la luz de
la Kabalá y proponiéndole una guía para su realización. Le invitamos
a experimentar a través de este libro nuevas sensaciones de
armonía, equilibrio y paz interior, pasando de ser un simple
espectador a formar parte activa en la obra de la Redención.
El libro que se encuentra en sus manos sigue una línea muy distinta
a nuestras anteriores publicaciones, pues aquí se exponen
enseñanzas de orden ético, lo que en hebreo se conoce como
musar, extraídas todas ellas del Nuevo Pacto muy en armonía con
los consejos que nos brinda la Torá. Con este trabajo queremos
plantearle diferentes reflexiones morales que se ajustan a
situaciones concretas de la vida cotidiana, como pueden ser los
problemas en el matrimonio, nuestra relación con la familia o los
amigos no creyentes o nuestra actitud hacia el dinero o las
relaciones conyugales. Eminentemente práctico, este libro le
aportará valiosos consejos para superar situaciones difíciles.
Aprendemos de la naturaleza, que la parte comestible del fruto no
siempre se muestra visible, pues a menudo se halla envuelta por uno
o más recubrimientos. A veces es solo una delgada piel, pero otras,
se trata de una recia cáscara. Y esto es sin duda un elemento
positivo, pues dichos envoltorios protegen la sabrosa pulpa de la
acción de los insectos, de las aves o de la suciedad si el fruto cayese
al suelo. Llevando esto al terreno espiritual, vemos como la Cena del
Señor tampoco escapa a esta realidad. Al igual que tantas otras
enseñanzas del Maestro, la Seudá del Mesías también fue cayendo
en la klipá (cáscara) del sincretismo a medida que la cultura y el
pensamiento occidental iba tomando dominio sobre el legado judío
de los apóstoles. Algunas denominaciones han elaborado sus
rituales hasta extremos donde la Seudá original es del todo
irreconocible y hay quien, por el contrario, la han reducido a una
simbología tan simplista que desviste a la ceremonia de su profundo
sentido espiritual. Otros han orillado sus principales propósitos para
enfatizar algún aspecto secundario como la reconciliación entre
hermanos etc. Sea como fuere, todas estas acciones no solo
desvirtúan la “puesta en escena”, sino que afectan a la misma
esencia del mandamiento. Sin olvidar los aspectos formales de su
celebración, en el presente trabajo hemos querido ahondar en los
secretos espirituales que subyacen tras la cena del Mesías, pues
este mandamiento implica un servicio tan importante que incluso
puede acelerar la Redención y el establecimiento del Reino de los
Cielos; pues quizás a lo largo del tiempo se hayan cargado los tintes
únicamente sobre los aspectos expiatorios en detrimento de otras
realidades espirituales igual de trascendentes. Al final del libro le
proponemos dos versiones de la Seudá del Mesías, una para ser
celebrada dentro del Séder de Pésaj y otra con independencia de
éste. Y ya sin más preámbulos le damos la bienvenida a una
celebración que sin duda elevará su alma hacia nuevos grados de
amor y apego al Mesías. Le invitamos cordialmente a que retire con
nosotros las “cascaras” que han envuelto durante tanto tiempo esta
ceremonia, para que por fin pueda saborear toda la dulzura de su
fruto.
Para nadie es una novedad la profunda conexión existente entre las
enseñanzas de Jesús de Nazaret y las palabras del Antiguo
Testamento, pues el Maestro no solo se hizo eco de la ancestral
sabiduría de la Torá de Moisés, sino que hizo también frecuentes
alusiones a las leyes rabínicas de Su tiempo, corroborando algunas y
desaprobando otras. Pero yendo más allá de la similitud temática,
Jesús elevó estas enseñanzas hasta un nuevo rango de revelación
profética, como aquel "escriba docto en el Reino de los Cielos [...]
que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”. En el presente
trabajo le proponemos cincuenta comentarios sobre distintas
enseñanzas del Maestro y de los Escritos del Nuevo Pacto
interpretadas en consonancia con textos homólogos de la Torá. Es
nuestro deseo que, al leer este libro, además de ampliar sus
conocimientos bíblicos, pueda también enriquecer su alma y
acercarse más al Mesías.

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