Cultura Posmoderna-Steven Connor
Cultura Posmoderna-Steven Connor
Cultura Posmoderna-Steven Connor
POSTMODERNA
INTRODUCCIN A LAS TEORAS
DE LA CONTEMPORANEIDAD
Steven Connor
Traduccin
Amaya Bozal
Para Lynn
Agradecimientos
1
CONTEXTO
Captulo 1
Postmodernidad
y
academia
cuando Henri Bergson convenci a toda una generacin de la necesidad de representaciones que no espacializaran falsamente el puro fluir temporal de la consciencia, y cuando Virginia Woolf persegua un arte que pudiera reproducir la intensidad de la experiencia interior en trminos propios, observamos la presencia y reafirmacin de los principios de una tensin aparentemente irrevocable entre la
forma de sentir del ser humano y las formas empleadas para representar ese sentimiento I.
En este sentido se ha atribuido al perodo moderno el descubrimiento o redescubrimiento de esas intensidades reales de la experiencia que las falsas estructuras
del entendimiento haban disimulado o distorsionado durante largo tiempo. Pero
acaso no es cierto que este redescubrimiento d e la experiencia, resultado de una
reorganizacin de categoras y relaciones, era, en otras palabras, un producto de
determinada clase de conocimiento? En este caso, se requiere una mayor atencin
a la historia de esos conceptos. Desde este momento la modernidad debe ser estudiada no slo atendiendo a la forma en que se experiment, sino tambin atendiendo a sus propias formas de autoentendimiento: la forma en que pensaba que
se estaba experimentando.
Si hay una manera de caracterizar a la cultura moderna y la modernidad en
general en trminos de su descubrimiento de la experiencia, otra forma consiste en
su estudio como momento en que la autoconsciencia invade a la experiencia. Si la
sensibilidad moderna se caracteriza por un sentimiento de vaco apremiante y
doloroso entre experiencia y consciencia y un deseo de rellenar la consciencia
racional con las intensidades de la experiencia, entonces encerrara en s misma la
necesidad y dependencia ineludible de la experiencia respecto de la consciencia, y
viceversa" Cualquier divisin entre experiencia y autoentendimiento se produce en
formas de conocimiento o autoentendimiento.
Esta lnea de razonamiento no parece llevarnos a ninguna definicin til de lo
moderno o la modernidad. Para Paul de Man al menos, la lucha entre el entendimiento y el enfrentamiento a las presiones del ahora sin precedentes no es en
absoluto la caracterstica definitoria de la modernidad, o, de nuestra modernidad,
pues esta lucha es lo que el perodo moderno ha tomado prestado de otros perodos, ya que, de forma similar, la experiencia del presente puro e inmediato se
opone a las estructuras congeladas del entendimiento heredado del pasado 2 . Pero
no es necesario proseguir. Aunque deben existir semejanzas entre la lucha de antiguos y modernos del siglo xvi ii y la lucha de tradicin y modernidad de comienzos
del xx, no quiere decir que no exista diferencia alguna entre ambas formas de
modernidad.
Todas estas reflexiones nos sugieren que deberamos precavernos ante la historia y naturaleza constructa de nuestra intuicin acerca de lo que realmente son
estreno de la cultura postmoderna como intenta hacer por ejemplo Brian McHale
contempornea Fiction, un libro que pretende ser una potica de ficcin
al Postmodernist
hens
, o examinar el terreno de la escritura crtica, como hace Hans Bera que
en su
ensayo sobre la <Weltanschauung postmoderna Todo ello se debe
crtica
e indicar
y cultura se han mezclado e interrelacionado fuertemente. Esto parec
fuera
que no existe un espacio libre para abordar la cuestin postmoderna desde
lla
y que, para tratar a la postmodernidad incluso en forma de un examen detado o crtica negativa, hostil, es necesario formar parte de ella.
postm Se puede abordar el tema con cinismo, contemplar el conjunto de la moda
oderna como la Sherezade agasajada por acadmicos interesados tan en
per
ma petuarse cmo en apartar la atencin de su creciente irrelevancia. Charles New
modernia n lo designa con otra metfora si acaso menos lisonjera. En su opinin, la post
slo es el sistema representativo de una "inflacin del discurso" de los
Neratos
wman
sociales, sobre todo en el mbito de la cultura y la comunicacin. Para
relac
, el lenguaje critico y literario ha abandonado deliberadamente cualquie
in con un valor de uso fidedigno, acumulando oscuridad sobre oscuridad en
espirales infinitas de autovaloracin 6
Sin embargo, tambin es posible la idea de un discurso autovalorativo un poco
menos soberbio. Si el debate postmoderno ofrece una prctica crtica a modo de
publicidad propia y de autoconservacin, tambin refleja y engloba el entorno real
de la critica cultural en lo que Jrgen Habermas ha llamado la crisis de legitimidad que afecta a la vida social contempornea el hecho de que ya no parezca
univerexistir
salacceso alguno a principios que pudieran actuar como criterios de valor
. Desde este momento, los tericos postmodernos afirmarn que ya no
existn
terrenos de valor absoluto que pudieran conllevar aprobacin. Pero en esta
situacin las cuestiones de valor y legitimidad no desaparecen, sino que cobran
nueva intensidad; y la lucha por generar y cultivar la legitimidad en la academia
contempornea es, sin duda, ms intensa que en los debates producidos por y
sobre la postmodernidad.
Todo ello surge a raz de la sorprendente paradoja que yace en el corazn del
debate postmoderno. La frmula de Jean-FranoisLyotard para explicarla aparicin
vode
s la postmodernidad la sospecha de las matanarraciones, esos principios directi
sa y mitologas universales que parecan controlar, delimitar e interpretar las diver
formas de actividad discursiva en el mundo, ha recibido un amplio reconoci
lamutipcmiento.
n
La condicin postmodema se nos dice repetidamente, se manifiesta en
cin
de centros de poder y actividad y en la disolucin de cualquier narra
sentaci
p
retenda gobernar el complejo terreno de actividad y repre
totalizadora que
tradicones
social. La decadencia de la autoridad cultural de O ccidente y sus
polticas e intelectuales junto con la apertura de la escena poltica mundial a las
diferencias tnicas y culturales, son sntomas del paso de la jerarqua a la anarqua,
.
ciones reales del mbito social y cultural, necesitamos considerar las formas que
adquiere el debate a partir de una relacin redefinida entre los mbitos crticos y
socioculturales. En vez de preguntar qu es la postmodernidad? deberamos preguntar, dnde, cmo y por qu nace el discurso de la postmodernidad, qu est
en juego en sus debates? quin los desarroll y cmo lo hizo? Esta serie de preguntas traslada la atencin del significado o contenido del debate hacia su forma o
funcin, as que, tomando prestada la frmula de Stanley Finley, nos preguntarnos,
no ya qu significa la postmodernidad, sino cmo funciona? 12
Esto supone en gran parte la negativa a separar los temas del debate postmodemo de sus contextos en las condiciones reales de publicacin y creacin acadmica y crtica y sus relaciones con la cultura, poltica o cualquier otra disciplina.
Sobre todo, es necesario que intentemos ver el conocimiento producido en y a lo
largo de las instituciones crticas y acadmicas en trminos de intereses de poder y
las re laciones que sustentan. Suele pensarse que ambos aspectos estn relaciona
dos pero que tambin existen diferencias. Un profesor de universidad o un escritor
de textos acadmicos emplear la mayor parte de su tiempo no ya en la produccin de textos de gran brillantez, sino en actividades mucho ms mundanas corno
buscar trabajo, ir a conferencias, corregir exmenes, dar clase, dirigir trabajos, tratar de promocionarse o salir en la televisin. Solamos considerar todas estas actividades, as como las funciones ms generales de las instituciones de educacin
superior, como algo accesorio respecto del asunto principal de pensar y escribir,
algo significativo en cuanto que facilitaban o impedan las funciones reales de acumulacin o transmisin de conocimiento.
Pero, y si tratamos de pensar en ambas dimensiones simultneamente, considerando una como aspecto de la otra, sin subordinar la una a la otra como la forma
a la sustancia, o la cscara al fruto? Podramos entonces aproximarnos ms a la
perspectiva ofrecida en la obra de Michel Foucault, que se basa en la determinacin de analizar el conocimiento segn el conjunto de relaciones materiales que
existen dentro de l:
.
grabaciones,
.Nopuedfrmasncjtoeimsnuteadcomins,
acumulacin y desplazamiento que no sea en s mismo una forma de
poder y que est vinculado, en su existencia y funcionamiento, a las otras formas de
poder. A la inversa, ningn poder puede ser ejercido sin la extraccin, apropiacin, distribucin o retencin del conocimiento. En este sentido, no existe conocimiento por un
lacio y sociedad por otro, o ciencia y Estado, sino, nicamente, las formas fundamentales
de conocimiento/poder.
A pesar de la notoria autorreflexin de los discursos tericos contemporneos
sobre humanidades y especialmente en la teora postmoderna, quiz resulte sorprendente que no se haya demostrado demasiado inters por examinar las formaciones de conocimiento-poder integradas en instituciones acadmicas, prcticas y
les,
comenzaban
a plantear cuestiones delicadas a la academia y sus prcticas margina
esos discursos tambin deberan contemplarse como un retorcimiento ms
dentro
deconstru
de un especialismo introvertido. Eagleton, por ejemplo, intenta analizar la
como ccin corno una forma de acomodarse a la crisis de legitimidad ms que
internaexpresin de dicha crisis; se trata de e... esa crisis teorizada, canonizada,
cionalizada, que se introdujo en la academia bajo la forma de unas tcnicas
textuales
nuevas o una corriente renovadora del capital intelectual que compensa
ra la
de sus fuentes... . Edward Said tambin contempla la historia del
siglodebilidad
XX
como un abandono progresivo de las cuestiones y responsabilidades
generaes
imiento y una confabulacin cada vez mayor con un sistema que divide al cono
efectivaen especialidades que anulan paulatinamente cualquier relacin radical o
con temas generales.
quela Ambas valoraciones slo son ciertas en parte, pues asumen de alguna forma
confiaz
academia ha sufrido simplemente un momentneo ataque de nervios o de
intelectual; si esto fuera as, la academia podra recobrar la compostura y
disfruta
da
una vez ms de su gran efectividad generalizada. Debido a la susceptibiliide de este tipo de intentos para determinar las improntas de lo institucional y lo
olgico, tanto Eagleton como Said se arriesgan a caer en una historia meramenee interna e intelectual de la academia, una historia de sus ideas, debates y conflictos tericos al margen de su material particular y del entorno social, es decir, del
conocimiento al margen de las condiciones de poder.
En este sentido, el primer punto que debiera sealarse sobre la academia es
que, debido a su aparente marginalidad, el poder e influencia de las instituciones literarias y culturales se ha incrementado enormemente desde 1930 en adelante. El nmero de centros de educacin secundaria ha crecido enormemente
en Gran Bretaa y Estados Unidos durante ese perodo y, a pesar de un conspicuo decrecimiento durante los ltimos aos, sobre todo en Gran Bretaa, la
importancia y prestigio pblicos de estas instituciones contina siendo enorme.
la profesionalizacin cada vez mayor de los estudios acadmicos, que Eagleton
tiende a considerar como prueba de su prdida de relacin con temas reales,
es, de hecho, la forma en que se han consolidado y difundido durante este
perodo. Por supuesto, el estudio de las formas culturales y sobre todo el estudio de la literatura inglesa como disciplina dominante, podra representar e
incluso desempear una funcin en contra de lo pblico, apoyando valores de
creatividad, sensibilidad y crtica poltica e intelectual contra la funcin puramente instrumental de la universidad como mecanismo de acreditacin cultural.
Pero la implantacin absoluta del ingls como materia de estudio en Gran Bretaa y Estados Unidos un gran ejemplo seran las grandes conferencias anuales
de la Asociacin de Lenguas Modernas de Amrica, que se han hecho tan multitudinarias que precisan ahora de una ciudad entera para su realizacin, ha intensificado cada vez ms las contradicciones entre su direccin y sus funciones liberaloposicionales. Si la extensin de los elementos del estudio acadmico de la literatura y cultura durante los sesenta y los setenta puso en vilo su consenso frgil,
.
Un punto de
infinita de piezas fijas de la mquina generativa...
algo
diferente,
ms
cercano
a
la
propuesta
de
este
estudio,
aparece
en la desvista
ra
cripcin
de John Rajchman del mercado mundial de ideas que constituye la teopostmoderna y del cual participa; en su elasticidad y dispersin terica, la teora
posmoderna ... es el Toyota del pensamiento: producida y consolidada en diversos lugares y, ms tarde, vendida en cualquier parte.....
Esto podra parecer una protesta convencional frente a las abstracciones mortecinas
cierta
de la teora. Pero lo singular de la teora postmodema (y quiz por ello posea
i mportancia) es el deseo de proyectar y producir aquello que no puede
lograrse o dominarse mediante la representacin o el pensamiento conceptual, ese
deseo que Jean-Franois Lyotard ha identificado como la- elevacin a lo sublime.
No se trata, entonces, de un simple caso de prctica terica discursiva que, al igual
que la segunda revolucin de Charles Newman, llega a la escena intelectual para
acabar con los desafos y distorsiones de una prctica artstica revolucionaria, sino
de una teora que proyecta por s misma las categoras de su propio desconcierto,
en un todo por hacer que va ms all (y tambin recapitula) del dadasmo o el
surrealismo. Aqu, voluntad y rendicin, dominacin y renuncia, se unen en una
espiral indisoluble que por s misma constituye otra versin del paso a lo sublime.
Esta teora afirma su legitimidad a travs de sus formas de descrdito, deshacindose y dispersndose slo para producir formas ms flexibles de un discurso imperativo. La teora postmoderna produce la visin de una heterotopa cultural sin lmites, jerarquas o centros, pero estructurada en base a la teora de que est formada,
una teora que, en su desconocimiento imperativo de la autora, la preserva en un
encierro absoluto, en una perclusin (me rindo ante la necesidad del neologismo,
tanto para conferir una forma representativa al discurso crtico como en el deseo
de empujar el lenguaje mas all de sus lmites y objetivar ese proceso en una frmula repetible).
Si este anlisis del desarrollo del discurso acadmico contemporneo diverge de aquellas valoraciones que narran una historia ms simple y uniforme de la
cada de la academia desde los centros de poder e influencia, al menos deberamos
estar de acuerdo en un punto: que las condiciones contemporneas presentan a la
academia envuelta en una crisis de autodefinicin. Esto debe ser entendido dialcticamente como expresin de una crisis y como un medio retrico de mantener e
instrumentalizar dicha crisis. Y nos permite contemplar cmo la academia va formulando, concentrando y redistribuyendo poderes al tiempo que los pierde. La
teora postmoderna en esa formulacin tan til que nos permite hablar de teora de la postmodernidad en el mbito de la cultura y, a un mismo tiempo, de una
teora que simula o evidencia rasgos de la postmodernidad es la forma ms compleja de esta crisis de legitimidad.
Una ventaja d e todo esto (si es que conlleva ventaja alguna)_es_la imposibilidad
de
la negar la existencia de la postmodernidad, va que el debate crtico sobre
modernidad puede considerarse en parte como prueba de su existencia . Lo deba-
POSTERIDADES
Captulo 2
Postmodernidades
Creo que la atractiva circunvolucin de esta paradoja es ilusoria. Lyotard distingue claramente entre dos tipos de relato, uno que parece abarcar la lrica, el canto,
los susurros y la representacin ritual, otro caracterizado por imgenes normalmente asociadas a la narracin una serie de hechos relacionados por casualidad
que se desarrollan en el tiempo, encaminndose hacia su resolucin. De hecho, si
declinramos aceptar la denominacin de relato para el tipo de intercambio lingstico practicado por los Cashinahua y dems juegos lingsticos acientficos, la
paradoja de Lyotard se evaporara.
La parte ms importante del estudio de Lyotard sobre el saber cientfico es el
anlisis de la condicin contempornea. Desde la Segunda Guerra Mundial, afirma,
tiene lugar una prdida terminal de poder de estos grandes relatos y su funcin
creadora de una estructura legitimadora del trabajo cientfico. Lyotard es de una
imprecisin enloquecedora a la hora de determinar la causa del fracaso de las
metanarraciones, sugiriendo tan slo cierta relacin con la renovacin del espritu
de libre empresa capitalista y el progresivo descrdito del estado comunista alternativo, junto al progreso cientfico en tcnicas y tecnologa y el consecuente cambio de nfasis de los fines a los medios (PC, 37). El primer argumento carece de
comprobacin y el segundo resulta tan indiscutible como tautolgico. Por qu un
cambio de nfasis de los fines a los medios ha de ser consecuencia del crecimiento
o multiplicacin de tcnicas y tecnologas? Y si fuera as, este cambio tambin
podra considerarse sntoma del fracaso, en vez de su causa.
El efecto de la incredulidad hacia las metanarraciones en la ciencia, en palabras de Lyotard, es el de una prdida de legitimidad con respecto a esas metanarraciones. As, la ciencia pierde su valor y ya no es necesaria debido a su papel en el
lento progreso hacia una libertad y conocimiento absolutos. Esta prdida de confianza en las metanarraciones (y quiz como contribucin a ello) viene acompaada del fracaso del poder regulador general en los paradigmas de la propia ciencia,
pues sta descubre ahora los lmites de sus presunciones y procedimientos de verificacin, encontrndose con paradojas y dando lugar a cuestiones irresolubles (en
matemticas, por ejemplo), cuestiones que en principio pueden parecer incontestables, ms que cuestiones sin respuesta. En esta situacin el poder organizador de
la ciencia se va debilitando, la propia ciencia se desenvuelve en una nube de especialidades, cada una con su modo de proceder o juego lingstico incompatible.
Ninguno de estos juegos lingsticos recurre a principios externos de justicia o
autoridad; en esta situacin la meta ya no es la verdad sino la performatividad
descub(PC,
rimnto
46) el problema ya no es qu tipo de investigaciones conducirn al
de hechos verificables, sino qu tipo de investigacin funcionar mejor,
y funcionar mejore en el sentido de producir ms investigaciones en la misma lnea
y aumentar las oportunidades de un progreso mayor; es decir, incrementar el funcionamiento y rendimiento operativo del sistema del saber cientfico.
Podemos detectar una correspondencia entre la autolegitimacin resultante de
la ciencia y la legitimacin interna absoluta del relato de los Cashinahua (que Lyotard considera como equivalente mgico de la inocencia lingstica de los pueblos
primitivos). Tanto la ciencia como el relato Cashinahua dicen hacemos lo que
hacemos, porque as lo hemos hecho siempre. La diferencia entre ambos es que,
mientras los modos de comunicacin e intercambio de los Cashinahua forman un
todo completo de identidad propia, hasta tal punto que su vida colectiva est
dominada por un juego lingstico, la sociedad postmoderna engloba una multitud
de juegos lingsticos diferentes, incompatibles y con principios de autolegitirna-
Interesndose por los indecibles, los limites de la precisin de control, los conflictos
de informacin incompleta, los . frac ta, las catstrofes, las paradojas pragmticas, la ciencia postmoderna hace la teora de su propia evolucin coino disconiinua, catastrfica,
no rectificable, paradjica. Cambia el sentido de la palabra saber; y dice cmo puede
tener lugar ese cambio. Produce, no lo conocido, sino lo desconocido.... (PC, 60).
Este tipo de ciencia no depende de la lgica, sino de la paraloga, un razonamiento contradictorio creado errnea o deliberadamente para cambiar y transformar las estructuras de la propia razn (PC, 61). Lo representativo de la ciencia
postmoderna es su abandono de los relatos centralizadores. Lyotard apoya con fervor la visin de un inundo en el que diversos juegos lingsticos incompatibles se
desarrollan uno junto a otro, y no es digno intentar crear un vnculo o consenso
entre ellos, pues el consenso violenta la heterogeneidad de los juegos lingsticos.
(PC, XXV). En cambio, disfrutamos con gesto asombrado= (PC, 26) ante esta diversidad lingstica y aplaudimos a los juegos lingsticos en su divisin o reduplicacin celular. Con la seguridad romntica de que la invencin nace siempre de la
disensin, Lyotard confa que el saber postmoderno no es una simple herramienta de las autoridades; educa nuestra sensibilidad ante las diferencias y refuerza
nuestra habilidad por tolerar lo inconmensurable. (PC, XXV).
La formulacin de Lyotard es uno de los mejores ejemplos del placer por lo
sublime en el pensamiento contemporneo y se relaciona con la obra de Deleuze
y Foucault al sugerir la posibilidad de liberar al pensamiento metafsico de las desilusiones de la poca y entregarlo a la libertad nmada=, libre, de la diferencia
pura. Los crticos literarios y analistas culturales siempre han entendido la propuesta de Lyotard de este forma tan poco modesta (los cientficos no han dado demasiadas muestras de inters): Resulta preocupante la inexistencia de un compromiso
con los detalles especficos de las pretensiones cientficas de Lyotard, y la buena
voluntad de sus lectores al sacar a su anlisis de una disciplina de estudio determinada, la del saber cientfico, e introducirlo en una multitud de disciplinas, diversas.
Y preocupante en tanto que el anlisis de Lyotard sobre la condicin del saber
cientfico no es plausible desde otros puntos de vista. Aunque la direccin de las
investigaciones cientficas en universidades y fuera de ellas cada vez est ms sujeta
a consideraciones de uso y rentabilidad inmediatos y no al mero progreso del saber,
resulta difcil ver su conexin exacta con los argumentos sobre la ruptura del consenso objetivista dentro de la propia ciencia. Las cuestiones que interesan a Lyotard
tienen gran importancia en ciertas actividades cientficas matemticas y fsica terica que, a la larga, son las que sufren ms la instrumentalizacin econmica de
la ciencia. Lyotard traza un cuadro de la disolucin de la ciencia en un frenes de
relativismo donde el nico propsito sera liberarse con jbilo del confinamiento en
paradigmas antiguos y polvorientos, y enterrar los procedimientos operativos en
busca de formas exticas fuera de toda lgica. Pero, simplemente, ste no es el
caso. Si algunas ciencias puras, las matemticas y la fsica terica por poner los
ejemplos ms claros, se relacionan con la investigacin de las diversas estiucturas
del pensamiento para entender la realidad, quiere decir que todava existe cierta
vinculacin a modelos de racionalidad, consenso y correspondencia, a verdades
demostrables. Si no fuera as, por qu habra alguien de postular la existencia de
una nueva partcula o fuerza, tratando de conseguir dinero para poder excavar en
las profundidades de la tierra, realizar complejos experimentos bajo el hielo polar, o
construir unos enormes aceleradores de partculas para verificar su existencia?
Las diferencias culturales son similares alas diferencias entre teoras antiguas y nuevas (o -revolucionarias.) dentro de una cultura: el respeto que uno concede al punto de
vista de los Cashinahua no difiere en absoluto de la atencin educada que se concede a
una idea cientfica, poltica o filosfica de radical novedad que provenga de uno de
nuestros colegas occidentales....
Rorty propone tolerancia y persuasin en la necesidad de asegurar que la persuasin no se basa realmente en la fuerza, que las culturas no se ven persuadidas
a abandonar su identidad ante amenazas disimuladas o reales u otros procedimientos que pudieran interferir en la libertad, intercambio mutuo y tolerancia de ideas y
experiencias. Pero Rorty no ofrece mayor indicacin sobre la .posible garanta de
este tipo de tolerancia que el mero hecho de una futura consciencia natural de las
culturas ante una tolerancia deseable y productiva.
Es posible esgrimir una segunda objecin al argumento de Lyotard que difiera
de la de Rorty y quiz sea de mayor importancia. Es necesario considerar primero
la obra de otro autor, antagonista implcito de La Condicin postmoderna y
dems obras de Lyotard, el terico social alemn y marxista Jrgen Habermas.
Habermas se ha interesado, a travs de una obra larga y cambiante de treinta
aos, en el desarrollo de un modelo de accin comunicativa., un esquema tico
basado en los principios de la razn, justicia y democracia, pero sin correr el riesgo de alienar o silenciar las voces minoritarias, aberrantes. en apariencia, en forfalsas u opresivas de consenso. La filosofa de Habermas se centra en la lib
ermas
tad
en , la comunicacin pura como objetivo de la justicia. Habermas difiere de Rorty
su intento por descubrir formas de garanta de diversos intereses que forman
parte de cualquier situacin, en vez de confiar en la buena voluntad o el egosmo
ilustrado. Al tratar de descubrir estas formas de legitimacin, Habermas contina
con la preocupacin moderna por una tica social basada en la razn, ese proyecto ilustrado. que Lyotard cree que se introduce por s solo en su terreno de
estudio. Por otro lado, en opinin de Habermas el ataque de Lyotard contra el
principio de la razn resulta irracionalista, y su deseo por sacrificar los principios
de justicia al medio-juego. del libre mercado moral-cultural es asimismo, un rasgo
neoconservador.
La respuesta de Lyotard a la crtica de Habermas ha consistido en menguar su
escepticismo en los terrenos de la razn universal y en la necesidad de una guerra
total. (PC, 82), la negacin absoluta a cualquier tipo de universalismo. Paradjicamente, en su absoluta intolerancia a los absolutos, Lyotard elimina la posibilidad
de garantizar esa diversidad de intereses culturales que desea promover. Creer que
el conflicto es garanta necesaria de la diversidad y que la disensin conlleva necesariamente a la innovacin, es ignorar la evidencia de la historia ms reciente. Si el
mundo contemporneo asiste a una continuacin del culturicidio al por mayor
que Lyotard tanto aborrece, no se debe tanto a la totalidad tirnica como al fracaso
tra
El propio anlisis de Lyotard sugiere que la diversidad, en vez de ser una forma
deseable de resistencia contra el sistema econmico global, es su condicin constitutiva. Ante todo esto podra parecer peligroso apoyar el universo delegitimado de
la postmodernidad sin una estructura de trabajo analtica. que nos ayudara a distinguir entre innovacin -subversiva- y la constante diversidad requerida para el aprovisionamiento de combustible y estmulo de los mercados globales del capitalismo
avanzado. Terry Eagleton lo seala de manera ms determinante:
numerosos
l.,Noesdifcapr telnafiosdJ.LAutneIBM,or
neo-Nitzcheanos de una poca postestructuralista y la Standard Oil. No es
sorprendente que los modelos clsicos de verdad y cognicin cada vez gocen de menor
estima en una sociedad donde lo importante es si uno distribuye o no los bienes comerciales o retricos. Donde los discursos tericos o el Institute of Directors ya no buscan la
verdad sino la performatividad, no la razn sino el poder. En este sentido, la Cm es un
postestructuralismo espontneo del hombre, totalmente desencantado (lo saben) ante
un realismo epistemolgico y su correspondienie teora de la verdad... 4 .
Si Eagleton est en lo cierto, deberamos desconfiar de la eficacia de la paraloga, ya que no se tratara ms que de una versin anarquista de la vaca ideologa
pragmtica de la performatividad capitalista.
Estas cuestiones podran relacionarse con el xito que ha adquirido la obra de
Lyotard dentro de la teora literaria de la postmodernidad, pues La Condicin postmoderna, como muchos otros textos del debate postmoderno, puede considerarse
una especie de alegora disfrazada de la condicin del saber e instituciones acadmicas en el mundo contemporneo. Lyotard destila pesimismo ante el papel del
intelectual en un mundo moderno que ha prescindido del horizonte legitimador de
la historia universal o saber absoluto. En cierto sentido, el diagnstico de la condicin postmoderna es el de la inutilidad final del intelectual:
Nosotros, que inientamos pensar en todo esto, estamos condenados a no ser ms
que hroes negativas? Por lo menos, est claro que la figura del intelectual - (Voliaire,
Zola, Sartre) est reida con este desfallecimiento de la modernidad... Pero la violencia
de la crtica opuesia a la escuela de los aos sesenta, seguida por la inexorable degradacin de las instituciones de enseanza en todos los pases modernos, muestran bastante
a las claras que el saber y su transformacin han dejado de ejercer la autoridad que haca
escuchar a los intelectuales cuando estos pasaban de la ctedra a la tribuna. En un universo donde el xito consiste en ganar tiempo, pensar no tiene ms que un solo defecto,
pero incorregible: hace perder el tiempo...
A pesar de este panorama tan inexorable, Lyotard no parece ofrecer una panacea analtica para el intelectual. La Condicin postmoderna hace del cientfico el
verdadero -hroe negativo- de vanguardia en virtud de su capacidad de realizar la
guerrilla intelectual desde dentro del sistema, induciendo esotricamente a lis
juegos lingusticos de la autoridad a cambios desequilibrados. Aunque Lyotard
enfoca su -informe sobre el Saber- en el mbito de la ciencia, la obra libera a la
ciencia de sus escandalosas relaciones con el capitalismo e imperialismo y la
recrea como una especie de arte o filosofa en sus propios trminos. Finalmente,
han observado Axel Honneth y Kenneth Lea, Lyotard considera a lo social
postmodemo como algo intrnsecamente esttico organizado en trminos de
narracin, estructura lingstica y libidinosa, ms que en trminos de poder
Esto permite a Lyotard y a sus seguidores apuntarse al glorioso ataque paralgico
contra la estabilidad. As, el anlisis que se lamentaba por la enfermedad fantasmal de la academia termina no slo por conceder un papel fundamental al intelectual en la lucha por la produccin de multiplicidad micropoltica, sino tambin,
transformando la sociedad postmoderna en un terreno esttico, proporcionando la
ilusin de dominarla analticamente.
La obra de Lyotard no es responsable de esta situacin, pero posee una fuerza
aadida en una situacin caracterizada por la estetizacin total de la filosofa y las
ciencias sociales, en la que trminos como narrativa, metfora, texto y discurso han
sustituido a vocablos como funcin, determinacin, mecanismo, etc. (En las humanidades se siente esta inversin, pero la difusin de tecnicismos sociolgicos y filosficos en el mbito del lenguaje crtico ha sido paralela a un fenmeno recproco
de la crtica en el mbito de la filosofa y las ciencias sociales) . Se ha presumido
que las formas interdisciplinarias resultantes de este intercambio de lenguajes y
conceptos eran causa del desequilibrio postmodemo de las estructuras del saber.
De otro modo, la forma interdisciplinar que ha difundido el debate postmoderno
entre las ciencias sociales y las humanidades puede considerarse como un intento
de dominar el terreno, de coercin mediante performatividad intelectual. Esta
forma de generalizar puede reestablecer una parte (quiz ilusoria) de ese dominio
total que, como se queja Lyotard melanclicamente, la academia no tiene. Al
mismo tiempo, la formulacin de Lyotard permite una visin autodifusora 'y elegante de la prctica opuesta de la vanguardia, cuando las propias instituciones
eran lugares de diferencia, pluralidad e inestabilidad.
En otras palabras, el propio debate postmodemo exhibe sntomas de la misma
equivalencia funcional existente entre la consolidacin de un sistema y el desarrollo de la pluralidad en su interior. Los debates acadmicos sobre la postmodernidad
y el movimiento postmoderno reproducen las condiciones de lo postmodemo, y el
anlisis de Lyotard sobre las funciones del principio de performatividad proporciona un modelo de recepcin y circulacin de sus propios textos y conceptos. El
resultado puede considerarse como una especie de inercia donde las cuestiones
polticas reales y aquellas oportunidades que las teoras de la postmodernidad
haban favorecido continan atomizadas e inconsecuentes. Lo que resta es una
curiosa amalgama de propaganda poltica entre un ilusionismo de imgenes elegantes de una revolucin conceptual total y una especie de parlisis institucionalizada. A falta de un intento determinado por fomentar cualquier tipo de consenso
COMO
alternativo o democratizacin efectiva, la paraloga o subversin puede desmembrarse de forma inocua en una serie de estrategias de consolidacin profesional e
institucional.
Otros dos esquemas compiten con el de Lyotard en el anlisis dominante sobre
las condiciones sociales y econmicas de la postmodernidad. Tratar primero a
Frederic .Jameson, un marxista cuyas primeras obras intentaban injertar las intuiciones y cambios del post-estructuralismo en una crtica literaria marxista y cuya
reciente influencia en la cultura postmoderna quiz sea una etapa ms de esta
interseccin intelectual.
FREDERIC JAMESON
Las dos contribuciones principales de Jameson al debate postmoderno son, .por
un lado, la obra Postmodernism and Consumer Society, reeditada en 1984 en una
versin ampliada y revisada, Postmodernism: or the Cultural Logic of Late Capitalism, y, ms recientemente, un ensayo sobre vdeo experimental, Reading Without
Interpretation: Postmodernism and the Video- Text, cuya primera edicin es de
1987' s .
Como ya hemos visto, Lyotard une el mbito cultural/esttico del movimiento
opstmdern
con el mbito socioeconmico de la postmodernidad mediante la
estetizacin ce este ltimo , considerando. a lo social como parte de lo - cultural
(veremos esta misma conjuncin en la obra de Jean Baudrillard). En la obra de
Jameson aparece una combinacin similar, no tanto como efecto espontneo de
sus ideas y metodologa cuanto como resultado analtico de su intento de ... correlacionar el nacimiento de nuevas imgenes formales de la cultura con el nacimiento de un nuevo tipo de vida social y orden econmico.... (Postmodernism and
Consumer Society, 113).
En el primero de estos ensayos, Jameson cumple parcialmente su promesa al
investigar las relaciones entre lo cultural y lo social. La mayor parte del ensayo est
dedicada al problema de la identificacin. de imgenes formales y estilsticas en la
cultura postmoderna, dada su aficin por el pastiche, por la multiplicacin montona y el collage de estilos en oposicin a la esttica profunda. y expresiva del
estilo propio de la modernidad, y el paso de la idea de una personalidad unificada
a la experiencia esquizoide de la prdida del ser en una poca indiferenciada
Jamesontrf(Postmodernism and Consumer Society, 114-23). En el camino,
las causas de algunos de estos efectos culturales; la postmodernidad, dice, se
presenta como consecuencia de una modernidad cuyas tcnicas y hroes ..iconoclastas llegaron a institucionalizarse en museos y universidades; la circulacin o el
pastiche de estilos mltiples en formas culturales. postmodernas imita a la vida
social contempornea que tiende a la fragmentacin de las normas lingsticas,
modernidad, atribuye las mismas condiciones formativas de la vida social a la econmica y a formas culturales que, aunque separadas de todo esto, tambin reflejan
sus condiciones fundamentales. En el caso de la cultura postmoderna no parece
existir medio alguno de separar la cultura del resto, y no hay muchas oportunidades para hallar en el mbito de la cultura los medios de frustracin de los ritmos
inexorables de apropiacin y alienacin del capitalismo consumista. En la base de
este modelo encontramos una contradiccin no expresa: por un lado, el capitalismo consumista postmoderno representa el trmino final de una <osificacin. lgica (alienacin, diferenciacin, divisin del significante y el significado), y por otro
lado parece existir un fracaso absoluto de diferenciacin, hasta tal punto que el
mbito cultural se confunde con el socioeconmico.
En estas circunstancias, el problema de Jameson consiste en cmo permanecer
fiel a su anlisis de la postmodernidad evitando al mismo tiempo la inconmensurabilidad al abordar la posibilidad crtica: en vez de lamentarse simplemente por
la prdida de la perspectiva histrica considerada como progreso inexorable, o de
aceptar el fallecimiento de dicha perspectiva (a Jameson se le ha acusado con frecuencia de ambas cosas), est ms interesado por el anlisis problemtico de una
situacin que se resiste con astucia a cualquier tipo de. anlisis posible. Aunque la
evidencia cultural de la postmodernidad se hace ms palpable y omnipresente en
imgenes como la prdida de la historia, la disolucin del ser, el desvanecimiento
del estilo individual y la predominancia del. pastiche, todo ello constituye una
inmensa dificultad para Jameson a la hora de especificar la naturaleza y direccin
de la postmodernidad que desea analizar, insistiendo as en una visin nica y
rechazando cualquier formulacin o esquema de fcil aplicacin. Jameson rechaza de inmediato el ordenador y la red informativa del mundo contemporneo
como ejemplos de centralismo y laberintos eternos de lo postmoderno, argumentando que
va enuestras
. . informtica
representaciones
no son ms que
defeciuosas
figuraciones
que provienen
distorsionadas
de una
de inmensa
algo msred
profundo,
informaiies
decir, de iodo el sistema mundial del capitalismo multinacional de hoy en da... una red
de poder y control de dificil comprensin en nuestra mente e imaginacin; es decir, la
nueva red descentralizada y mundial de la tercera etapa del capital....(Cultural Logic of
Late Capitalism', 79-80).
Al igual que el texto postmodem, el capitalismo mundial ostenta su omnipresencia descentralizada, su rechazo a presentarse y permanecer ante el estudioso. En estas
circunstancias, resulta muy dificil ofrecer una descripcin de la postmodemidad que
no sea mera meditacin sobre las dificultades de realizar este tipo de descripciones.
La disolucin del punto de vista privilegiado, de la ciencia o la historia, va
acompaada de una prdida de sensibilidad similar ante la tendencia general o las
polaridades calculadas dentro de la cultura postmoderna. Jameson condena la ...
celebracin prostituida y complaciente (casi delirante) de este nuevo mundo esttico.(CultralLogicofLateCapitlsm.,85),pero,apesardeloquetvieranque
decir algunas propuestas de la liberacin postmoderna, normalmente de derechas,
se niega a condenar las producciones del conjunto de la cultura postmoderna.
Jameson intenta entender la cultura postmoderna de forma dialctica, tanto en sus
aspectos positivos como negativos, del mismo modo que Marx tambin consideraba los aspectos progresivos del capitalismo burgus que tanto condenaba.
Pero la evidencia de esta lectura dialctica es bastante dbil. La cultura postmoderna las novelas de Thomas Pynchon o la arquitectura de Paolo Portoghese por
ejemplo puede considerarse como un intento de .investigar o expresar ese
mundo desequilibrado de la postmodernidad. Este tipo .de obras pueden entenderse simultneamente como una nueva forma de realismo puesto que representan,
quiz crticamente, las imgenes primordiales de la existencia social postmoderna y como ...un intento ms de distraernos y desviarnos de la realidad o disfrazar sus contradicciones y resolverlas bajo la mscara de mistificaciones formales....
(Cultural Logic of Late Capitalism, 88). Jameson no proporciona pista alguna de
cmo percibir las distinciones necesarias para un entendimiento dialctico de la
cultura postmodema, ni qu utilizar como evidencia de una y otra tendencia. Su
ltimo ensayo sobre el vdeo experimental postmoderno termina con esta irresolucin. Tras describir el ... juego de significantes puro y fortuito... de la tercera etapa
postmoderna del capitalismo, concluye que esta lgica aparece en el vdeo e... bajo
su forma ms fuerte, original y autntica.... (Postmodernism and the Video-Text,
223). Los trminos utilizados ocultan bien la paradoja. Cmo puede caracterizarse
una cultura definida de antemano por su abandono decisivo de cualquier forma de
originalidad y autenticidad como cultura .original. o .autntica?
Sin embargo, y a pesar de su incapacidad para solucionar los problemas que
surgen de una sociologa de lo postmodern, la obra de Jameson proporciona un
anlisis sugerente para demostrar la dificultad y relacin desigual entre cultura
postmoderna y socioeconoma postmoderna. No es sorprendente que este anlisis
fracase a la hora de conseguir objetividad crtica, dada su sensibilidad ante la
imbricacin continua de la teora postmoderna con su objeto. En vez de intentar
salirse de esa situacin terica a la que la postmodernidad le haba llevado, Jameson reconoce su enredo en ella. En un ensayo sinptico sobre otras teoras de lo
postmoderno, escribe duramente contra la simple consideracin de las diversas
facetas de la postmodernidad:
El problema es que estamos dentro de la cultura postmoderna y no podemos repudiarla ni celebrar su complacencia y corrupcin. Podramos pensar que, en el presente,
el criterio ideolgico sobre la postmodernidad implica tambin un criterio sobre nosotros mismos y los hechos en cuestin... 20 .
...
JEAN BAUDRILLARD
El mismo problema de la distancia y el compromiso con la cultura postmoderna
cobra gran importancia en la obra del terico social francs Jean Baudrillard. Su
primera propuesta fue modificar a Marx para as poder analizar el nacimiento de la
cultura de masas y las tecnologas de reproduccin de masas. En El espejo de la
produccin, Baudrillard utiliza la genealoga tripartita de Marx sobre el desarrollo
del mercado y su imagen ms representativa, el valor de intercambio. En Miseria
de la filosofa, Marx sugiere que en una primera etapa (la sociedad feudal, por
ejemplo), la artesana, agricultura etc., producan una pequea proporcin de
produccin, 139).
hlico., pero da alguna indicacin en un ensayo titulado Requiem for the Media .
En esta obra se opone a la nocin de que los grupos e intereses del poder dominante hayan frenado o suprimido el potencial' intrnseco liberal o democrtico que
supuestamente poseen los medios de comunicacin de masas y, por consiguiente, la idea de que la izquierda deba arrebatar el control de estos medios a los intereses restringidos u oprimidos. Baudrillard afirma que no se puede cambiar la
forma de los medios de comunicacin de masas y transformar su contenido con
buenos propsitos, puesto que lo opresivo de los media es, precisamente, el cdigo que encierran. Este cdigo funciona mediante la negacin ante cualquier respuesta o intercambio en la comunicacin de masas. Un locutor habla para su
audiencia, dice Baudrillard, sin permitir nunca una respuesta y, de hecho, confirma
el silencio de sus oyentes simulando respuestas diversas, ya sea por telfono, por
el pblico en el estudio, el sistema de votacin entre los espectadores y dems formas de .interaccin. fingida. Los medios de comunicacin de masas, declara Baudrillard rotundamente, ... producen incomunicacin... (Requiem, 169). La experiencia de los acontecimientos de mayo de 1968 en Francia, cuando la radio y las
cadenas de televisin fueron tomadas por grupos revolucionarios, fue el mensaje
ms subversivo que podan transmitir los media, ya que la ... transgresin y subversin nunca estuvieron en el aire sin la negacin sutil de su verdadero ser:
transformadas en modelo, neutralizadas en smbolos, vaciadas por tanto de su significado.... (Requiem, 173).
Baudrillard propone un ideal de libertad frente a esta comunicacin sinttica, el
intercambio inmediato por el que la distancia jerrquica entre transmisor y receptor
se transforma en un inters y responsabilidad discursiva mutuos por el dilogo
espontneo. Baudrillard, sumido en cierto romanticismo, cree encontrar esta forma
de intercambio en las actividades discursivas de la calle:
los carteles
D.urantelmyosicedrvolunasf mroyuase,
de cine y las pintadas, las palabras y su intercambio que comenz en las
calles cualquier cosa que fuera una inscripcin inmediata, producida y devuelta,
dicha y contestada, mvil en un mismo tiempo y espacio, recproca y antagonista. La
calle es, en esie sentido, la forma alternativa y subversiva de los medios de comunicacin de masas, ya que no constituye, como estos ltimos, un soporte objetivo de mensajes sin respuesta, un sistema de transmisin a distancia. Es el espacio rado del intercambio simblico de la palabra efmera, mortal: una palabra que ya no aparece reflejada
en la panialla platnica de los media...'. (Requiem, 176-7).
rgimen de simulacin que constituye la cultura contempornea, Baudrillard diagnostica una produccin incesante de imgenes que no pretenden representar la
realidad. Y como respuesta a la conciencia del desvanecimiento de lo real, aparece
tambin un esfuerzo compensatorio de manufacturar estas imgenes en una
... consecucin de la verdad, de experiencia viva..... (Simulations, 12); es decir, el
culto a la experiencia inmediata, a la cruda realidad, no es contradictorio con
regimnl
de simulacro, sino su efecto simulado. Baudrillard da una serie de ejemplos que sostienen esta extraa hiptesis, el ms sorprendente es el siguiente: en
1971 el gobierno filipino decidi devolver una pequea tribu de indios Tasaday a
la jungla donde haban sido descubiertos, lejos de las influencias corruptoras de la
civilizacin. El problema es que la ciencia, que en este caso parece proteger
al pueblo Tasaday de su sed destructiva de conocimiento, hace un acto de poder al
tiempo que simula carecer de l. La ciencia deja de preocuparse por los Tasday
al devolverlos a un modelo simulado o a escala de la civilizacin primitiva,
precintfa
el Otro universal de la ciencia y -los reconoce inexorablemente como
representacin. La exposicin de Baudrillard es caracterstica de su ltimo estilo,
muy intelectual y de una afectacin juguetona pero escalofriante:
. indios, de nuevo en el ghetto, en el atad de cristal'de la selva virgen, se convier.. Los
ten en un modelo simulado de cualquier indio concebido antes de la etnologa. Esta ltima se permite el lujo de encarnarse en la realidad brutal de unos indios que ha reinventado por completo salvajes en deuda con la etnologa por seguir siendo salvajes:
qu giro en los acontecimientos!, qu triunfo para la ciencia, que siempre pareca
haberse dedicado a su destruccin . Pero estos salvajes en particular son pstumos:
congelados, criados, esterilizados, protegidos de la muerte, se han convertido en un
simulacro referencial y la ciencia misma, en mera simulacin... (Simulations, 15).
Baudrillard generaliza a partir de este ejemplo afirmando que la vida contempornea se ha desmontado y se ha reproducido en facsmiles rigurosos. Yero esta
situacin no produce satisfaccin o mera indiferencia; ms bien, se trata de una
produccin de lo real y referencial presa del pnico.... (Simulations, 13), una simulacin hasta tal punto que no slo toma forma de irrealidad, como numerosos
seguidores de Baudrillard desearan creer, sino tambin de objetos manufacturados
y experiencias que pretenden ser ms reales que la realidad misma hiperreales ,
utilizando el trmino de Baudrillard.
La hiperrealidad tambin produce el fracaso del conjunto de antagonismos o
dicotomas reales de valor, especialmente en el mbito poltico. Baudrillard afirma
que ante un espectro poltico dominado por la lgica del simulacro, los antagonismos ms inveterados como el capitalismo y el socialismo se anulan ante su dependencia mutua; la autoridad depende de la subversin, del mismo modo que la subversin cobra fuerza gracias a la autoridad. Segn parece, ningn acontecimiento
puede romper o desequilibrar los modelos de relacin poltica que preceden e
interceptan hermenuticamente a estos acontecimientos; Baudrillard pone como
ejemplo un incidente revolucionario que podra interpretarse tanto como obra de
un izquierdista radical como de un provocador de extrema derecha o un moderado interesado en desacreditar el extremismo poltico. Las respuestas estn reprogramadas, todas son igualmente accesibles y pueden activarse a un mismo tiempo.
El resultado es que el poder y su efectividad ya no son asimtricos (un grupo tiene
el poder, otro no; unos se benefician de cierta situacin, otros la sufren) sino que
son distribuidos a lo largo del espectro poltico por el modelo de simulacin.
Todos se benefician de una infraccin del cdigo y, por esta razn, el cdigo va
consolidndose. Los contrarios chocan entre si:,..imploran... en palabras de
Baudrillard ... produciendo ...una causalidad donde se engendra lo positivo y
coincide con lo negativo, donde ya no existe actividad ni. pasividad..., en la que
...cualquier accin concluye su ciclo beneficiando a todos y dispersndose en
todas direcciones..... (Simulations, 30-1).
Esta situacin podra parecer de una inercia inoperante en la que nada puede
desafiar o contradecir el sistema de intercambio de simulacros. Una objecin
obvia sera que la vida poltica no muestra seales de encontrarse en este dulce
bienestar. Es probable que el anlisis de Baudrillard haya influido en la preocupacin de Jameson por la impermeabilidad del capitalismo terminal ante desafos
polticos que, finalmente, .. . acaban desarmados y reabsorbidos de alguna
manera por un sistema del que podran formar parte, ya que no pueden distanciarse de l.... (Cultural Logic of Late Capitalism, 87), pero en su inercia generalizada Baudrillard se opone directamente a la visin de Lyotard de una competencia de juegos lingsticos en la vida poltica y social, o al importante anlisis de
Michael Foucault sobre el funcionamiento del poder no ya en trminos de concentracin centralizada y posesiva, sino en forma de redes dispersas y localizablesdemicropoder.Baudrilardrespondesugirendoqueladifusin -delpor
ha llegado hasta tal punto que ste ha sido totalmente neutralizado. Si al igual
que todas las cosas el poder se ha fundido en smbolos y apariencias, desde el
mismo punto de vista extrao y distorsionado puede decirse que ste ha desaparecido: ... es intil... ir tras el poder o discutir sobre l ad infinitum, puesto que
ahora forma parte del sagrado horizonte de las apariencias, que ocultan la realidad de su inexistencia... 28 .
El sistema resultante tambin incluye puntos conflictivos y problemticos, pero
su objetivo no es tanto el poder como los smbolos del poder, y lo que obsesiona a
los participantes de este juego no es tanto el miedo ante la prdida de poder cuanto
la desaparicin del propio poder. Se produce as un deseo de encuentro con la realidad en forma de peligro o crisis, aunque estos encuentros equilibren an ms el
control de simulacin. Si el asesinato de Kennedy pudo deberse a que todava exista la posibilidad de que poseyera algn tipo de poder real, Johnson, Nixon, Ford y
Reagan, habitantes del reino del simulacro, precisan asesinos tteres y necesitan la
pena de muerte para ocultar su condicin de autnticos tteres simulados. El principio de verificacin de la realidad simulada, que permite el contacto con su desastrosa negacin, es bastante comn en el sistema. ... Siempre se ha pretendido escribe Baudrillard, ... comprobar lo real a travs de lo imaginario, la verdad a travs
del escndalo, la ley mediante la transgresin, el trabajo mediante la huelga, el sistema a travs de la crisis y el capital a travs de la revolucin.... (Simulations, 36).
Baudrillard describe un sistema que adquiere su fuerza gracias a la conciencia de su
simudecadencia
lacn.
y desastre y se debilita bajo el dominio inexorable del cdigo de
La amenaza nuclear es una metfora inmejorable, pues produce inquietud y
una actividad compulsiva por un lado e inercia absoluta por otro. La amenaza
nuclear es metfora de una situacin en la que antagonistas declarados conviven en
una complicidad sistemtica que .. conduce a la imposibilidad de un centro de
Baudrillard acusa a las ciencias sociales de complicidad en el proceso de simulacin o manipulacin de la fantasa de lo social, pues una sociologa que, al igual
que el Estado, requiera la existencia de una entidad denominada social, se enfrenta
al hecho de su propia muerte ante la desaparicin de sta. Todo ello indica la compleja irona de los ltimos escritos de Baudrillard, que parece ser consciente del
peligro que su obra conlleva, pues, si no se trata exactamente el - tipo de sociologa
que denuncia, afirma o depende de una caracterizacin de lo social que a pesar de
sus mejores intenciones, acaba por hipostatizar la nocin ideal de las masas como
resistencia intransigente al juego de la simulacin. En otras palabras, propone a los
espacios y funciones reales de lo social, aunque posean cierta negatividad, como
esas falsas imgenes positivas de lo social que se manufacturan rutinariamente en
sociologa y poltica. Existe sin embargo una contradiccin lgica obvia, aunque
sea difcil hacer una acusacin efectiva contra un escritor como Baudrillard, para el
que los protocolos de la lgica cada vez estn ms subordinados al juego de la irona y la retrica. Es relevante destacar su confusin acerca de- la naturaleza de las
teoras de lo social en la sociedad postmoderna. Afirma que la idea o imagen de lo
social slo se produce en unos trminos positivos que permiten. una administracin mayor de la totalidad social abstracta y no es sorprendente su identificacin
del socialismo como la archipropuesta de estas simulaciones de lo social, ya que
En esta situacin, no parece haber razn alguna para que la teora se enfrente a
su condicin de cmplice en el proceso de hiperrealizacin de lo social y no se
reconozca como sntoma de lo que describe: en palabras de Dick Hebdige, ... el
crtico-cirujano que corta y analiza tejidos enfermos o daados es reemplazado por
el crtico-homepata que "oscurece" y compara los sntomas de la enfermedad
prescribiendo venenos naturales que simulan los sntomas originales en el cuerpo
del paciente....'. La obra de Baudrillard se acerca a la de Lyotard y Jameson. en
esta aproximacin de teora y realidad. Aquello que pareca un intento de especificar las relaciones entre los polos fijos e inconfundibles de la postmodernidad en la
vida social y econmica y del movimiento postmoderno en la vida cultural tanto
en la estetizacin del saber de Lyotard por medio de la agona de los juegos lingsticos, corno en la consciencia ansiosa de Jameson de una distancia crtica cada
vez menor entre cultura y teora y Baudrillard como caso extremo en su transformacin de la teora en la condicin de simulacin de lo que teoriza termina por
disolver las fronteras entre ambos mbitos. En opinin de todos estos autores, la
postmodernidad podra definirse como aquellas condiciones plurales que hacen
de lo social y lo cultural algo indistinguible. Aunque Baudrillard va ms lejos que
otros al acabar con la distincin entre la teora y su objeto de estudio, los tres tericos de lo postmoderno llegan al punto crtico del enredo hermenutico de la teora
con la realidad social que describen. Esto quiere decir que, hasta cierto punto, la
postmodernidad debe considerarse en cuanto a la dificultad que entraa su descripcin; o mejor, en cuanto a la dificultad de especificar eso que constituye la
postmodernidad tras el acercamiento del saber y la teora al mbito cultural, aunque la propia cultura haya alterado su alcance y condicin.
No todos los anlisis sobre la condicin postmoderna exhiben tal grado de
autorreflexin de forma tan abierta; tampoco es cierto que todas las formas de
autorreflexin sean iguales, que posean los mismos valores y efectos. De hecho, al
considerar los estudios particulares sobre el nacimiento del movimiento postmoderno que han concedido credibilidad a disciplinas relacionadas con prcticas culturales diversas, arquitectura, arte, literatura, perfomance y los medios electrnicos,
debera sorprendernos la falta de consciencia del modo en que los dignosticos de
la postmodernidad han entrado a formar parte del terreno que describen. Debemos defender este punto de vista tan problemtico con el fin de comprender el
papel que desempea la propia teora en la misma produccin de lo postmoderno.
Captulo 3
Arquitectura y artes visuales
en la postmodernidad
Vivimos en una post-cultura, una cultura relacionada con todo tipo de abusos
post-Holocausto, post-industrial, post-humanista, post-cultural incluso, pero
existen al menos dos caras o aspectos del prefijo post, una dualidad que los debates sobre lo postmodern han tendido a reproducir en el mbito de las humanidades y ciencias sociales. Por un lado, designar como post. a cualquier cosa, es
admitir hasta el agotamiento cierto fracaso o decadencia. Los participantes de una
post-cultura son el ltimo invitado en llegar a una fiesta, a tiempo para contemplar
la limpieza de botellas y colillas. La tardanza implicara tambin una cierta dependencia, pues la post-cultura no puede definirse desde una posicin libre, sino que
est condenada a la parasitaria prolongacin de algn xito cultural ya desaparecido. Esta lectura de lo post. aparece, por ejemplo, en las palabras de Charles Newman, en su caracterizacin sardnica de la postmodernidad como ... una banda de
artistas contemporneos, vanaglorindose, que siguen a los elefantes circenses de
la Modernidad con palas de nieve... I. Numerosas evocaciones de lo postmoderno
subrayan este sentimiento de declive. Irving Howe considera a la postmodernidad
como un ataque de nervios, un dficit de inteligencia y compromiso, y Arnold
Toynbee, en lo que parece ser el primer empleo del epteto, Post-moderno., lo utiliza para caracterizar la cada de la civilizacin occidental en la irracionalidad y
relativismo desde 1870.
Los intentos explicativos ms recientes de la postmodernidad han evolucionado
de forma ms positiva. La obra de Leslie Fiedler, Ihab Hassan y Jean-Franois Lyotard la contemplan como un renacimiento positivo del cado gigante de la modernidad. En la obra de estos escritores el post. de postmodernidad ya no significa la
.
fatiga del ltimo invitado, sino la libertad y presuncin de aquellos que han despertado del pasado.
De hecho, lo sorprendente del prefijo .post-= no es tanto la diferencia entre
ambas clases de connotacin, una sumisa y renegada, otra iconoclasta y promocional, cuanto la forma en que ambos campos connotativos tienden a la interseccin.
Puede decirse que lo caracterstico de la postmodernidad es su relacin peculiar y
compleja con la modernidad, que a veces es invocada, admirada, recelada o rechazada. Esta relacin se superpone a complejidades mayores en los diferentes discursos disciplinares de la postmodernidad, donde la lucha con la modernidad se convierte a veces en una lucha interna con la historia e instituciones de la disciplina.
ARQUITECTURA
dominante en pintura, literatura, etc., donde, como veremos, tambin se exige una
investigacin determinada de la verdad especfica de cada forma artstica.
Sin embargo, es cierto que el proceso de autodefinicin adquiri una fuerza
mayor en el mbito de la arquitectura que en ninguna otra disciplina. Y lo que es
ms, la arquitectura triunf al llevar a cabo sus objetivos de forma ms unificada
que ningn otro arte. Se debe en parte a que la relacin entre arquitectura y el
mbito econmico y social era mucho menos ambivalente que en las dems formas artsticas de comienzos del siglo xx. Se ha dicho a menudo, que la modernidad aparece en el arte paralelamente a un progreso extraordinario del desarrollo
industrial y tecnolgico. Pero, si la modernidad forma parte y refleja una nueva
edad del hierro, del acero y las telecomunicaciones, tomando sus smbolos y energas para s, numerosos pintores, escultores, escritores y msicos mantuvieron relaciones ambivalentes con los triunfos materiales de la modernidad y tomaron posturas adversas ante el nacimiento de la cultura de la mquina. El caso de la arquitectura, casada material e ideolgicamente con el mundo pblico y econmico, no es
el nico; si pintores y escritores pudieron vivir en los confines bohemios de la
moderna sociedad tecnolgica, el arquitecto nunca tuvo esta oportunidad, pues
dependa de la realizacin de sus formas visionarias. Por esta y otras razones, la
arquitectura pronto se vio en la obligacin de pactar con el mundo del comercio y
el gobierno. En opinin de todos esos utpicos que siguen a sus profetas y
pudiera ser que ese utopismo fuera una expresin de resentimiento ante esta situacin la arquitectura pas a ser un rea de produccin cultural donde lo artstico
y lo tecnolgico, modernismo y modernidad no tenan ms remedio que permanecer juntos.
Es posible que, debido a estas y otras razones, la arquitectura moderna se haya
convertido en el smbolo dominante de lo =nuevo a lo largo de los ltimos aos
del siglo. Hacia 1950 triunfaba el estilo Internacional, edificios que expresaban la
intensidad simple y geomtrica imaginada por Gropius y Van der Rohe. Este dominio visible concedi a las reacciones p ostmodernas contra el estilo Internacional,
cuando llegaron ; su claridad y definicin. Charles Jencks, la figura de mayor
influencia en la arquitectura postmoderna, declar con absoluta conviccin que
u... la arquitectura moderna muri en San Luis, Missouri, el 15 de julio de 1972, a las
3.32 p.m..... 11 '. Se trata de la fecha en la que el infame proyecto de vivienda PruittIgoe fue dinamitado, tras los millones de dlares empleados en el intento de renovacin de los restos del vandalismo energtico infligido por sus habitantes poco
convencidos. En opinin de Jenks, este momento cristaliza los comienzos de una
pluralidad de fuerzas de resistencia ante la hegemona de la modernidad. Su anlisis nos ayudar a especificar algunas lneas de resistencia, pues forman una plantilla conceptual que aparece en otros anlisis de la postmodernidad.
En primer lugar, Jencks se centra en lo que denomina la univalencia de la
arquitectura moderna. Con ello se refiere a las formas simples, esenciales, tipificadas por las cajas de cristal y acero casi universales de Mies van der Rohe y sus seguidores. El edificio univalente anuncia su sencillez de forma, insistiendo en un tema
nico que domina su construccin. Esto se suele conseguir mediante repeticin
como, por ejemplo, el Chicago Civic Centre, un ensamblaje de espacios horizonta-
les, o el muro cortina de Mies van der Rohe, las unidades de Lake Shore en Chicago. Estos edificios afirman y niegan su forma una y otra vez. Al proclamar su sencillez e integridad tan slo soy este plano, este cubo en concreto, y nada ms
tambin buscan una especie de espiritualidad en su aproximacin ala perfeccin
geomtrica. La univalencia del edificio moderno parece establecer una autosuficiencia absoluta, como un principio ideal slido y visible. El edificio moderno es a un
mismo tiempo materialidad pura, smbolo puro que no se refiere, cita o alude a
nada salvo a s mismo. Como el poema ideal de la Nueva Crtica americana de los
cuarenta y cincuenta, el edificio moderno no debe significare, sino ..ser..
La arquitectura postmoderna se caracteriza, dice Jencks, por sus diversas maneras de negar el principio de univalencia. La primera y ms obvia consiste en la
recuperacin del sentido de la funcin significativa o referencia) de la arquitectura.
En la obra de los arquitectos Robert Venturi y Denise Scott-Brown, aparece un
nuevo sentimiento de tolerancia ante esa arquitectura que tiende a sealar ms all
de s misma, a reconocer su significado, propuesta o contexto. Learning from las
Vegas de Robert Venturi propone al arquitecto recobrar la forma en que el edificio
puede ser contemplado o traducido en su contexto, poniendo como ejemplo las
calles de Las Vegas con su multiplicidad de smbolos callejeros, pintados, iluminados, literales y emblemticos 11.
Charles Jencks sigue esta lnea al considerar a la postmodemidad como producto de una sensibilidad renovada hacia ... los modos de comunicacin arquitectnica.... Elogia la escultura de Portlandia, una atltica y moderna diosa de la cultura
que se supona representaba a la perfeccin las aspiraciones cvicas del edificio
Portland, de Michel Graves, en la ciudad del mismo nombre en Oregon (LPMA,
6-7). De hecho, este aspecto de la arquitectura postmoderna constituye, en opinin
de Jencks, una nueva consciencia ante el simbolismo inherente a toda arquitectura.
El fracaso en el anlisis de sugestiones visuales banales de una abstraccin arquitectnica puede llevar a resultados embarazosos, como la Old Age Home de Herman Hertzherger, en Amsterdam, y su intrincado mosaico formando un dibujo
inconsciente de cruces blancas y atades negros que no pasa desapercibido, o el
Hirschhorn Museum de Gordon Bunshaft, en Washington, un edificio destinado a
albergar una coleccin de arte pero que recuerda a una fortaleza defensiva. Jencks
traduce el mensaje de este edificio como, ... guardemos al arte moderno del
pblico en este baluarte fortificado, y pegumosle un tiro a quien pretenda acercarse.... (LPMA, 20).
Tanto Jencks como Venturi creen que los edificios modernos jams podrn
escapar al juego de la connotacin, aunque parezcan ,haber borrado cualquier
simbolismo o posible referencia. El autntico lenguaje moderno del poder y su
brillante funcionalismo no derivare del vocabulario platnico de formas absolutas,
sino de los materiales y formas industriales de primera mitad de siglo, desde vas
de ferrocarril hasta montacargas, considerados ahora como alegoras de lo
nuevo:
... Los edificios se construyeron explcitamente a partir de esas fuentes, en gran parte
por su contenido simblico, ya que, para los arquitectos europeos, las estructuras industriales representaban el mundo nuevo y esforzado de la ciencia y la tecnologa... los
modernos emplearon un mtodo de diseo basado en modelos tipolgicos y desarro-
dad, la negacin absoluta al pasado; en otras palabras, la postmodemidad se acerca ms a la modernidad en su negacin tajante de esta ltima. La pesadilla que persigue la arquitectura postmoderna consiste en que el anuncio del parricidio tambin puede mantener a la familia unida. Sin embargo, este temor produce unos
mayores esfuerzos por descontaminar el concepto de lo postmoderno. Todo ello
puede apreciarse, por ejemplo, en la reciente invencin de Charles Jencks de la
categora Moderno tardo para describir aquellos edificios que toman ideas y
valores estilsticos modernos hasta extremos exagerados y en un esfuerzo supremo
de novedad. Los ejemplos ms famosos del Moderno tardo son el Centro Pompidou, de Renzo Piano y Richard Rogers en Pars, y el Hong Kong Shangai Bank, de
Norman Foster. La modernidad de estos edificios es tal que casi les confiere un
carcter arcaico, mostrando con claridad sus elementos estructurales, tubos, caeras y vigas. Si en cierto sentido estos edificios constituyen una forma moderna condensada e intensa, tambin son revelacin de esa ornamentalidad crucial de la
modernidad, de su juego decorativo de smbolos funcionales autorreflexivos.
Jencks ansa de forma incomprensible la separacin entre este rea hbrida de
prctica cultural y la postmodernidad. La siguiente cita muestra que el problema de
definicin no es trivial; debido a la supuesta fluidez de los lmites y la predisposicin a influencias externas, la necesidad de asegurar la categora de lo postmoderno es de gran importancia:
moderno
igual que llamar
Protestante
s.de
etra. unaesdiferencia
de valores
y filosofa.
Catlico porque
Moderno
ambostardo
practican
a lo laPostreli. a unDenominar
gin cristiana. O criticar a un burro por ser un mal caballo. Este tipo de errores de categora conducen a malas interpretaciones que podran ser muy fructferas y creativas
los rusos leen a Don Quijote como tragedia aunque al final sean violentas y estriles...
guaje tcnico depende de la produccin en masa estandarizada, a nuevos lenguajes hbridos de diferencia y pluralidad. Es sorprendente que la multiplicacin postmoderna de las diferencias tambin dependa de la produccin en masa, pero esta
produccin en masa temporal se realiza a tal escala que ya no produce uniformidad, sino diferencia:
cin.
... El
Lasresuliado
nuevas tecnologas
tiende msinformticas
al cambio yhan
la individualidad
permitido nuevas
quefacilidades
el proceso
enproductivo
la producrelaiivamente esiereotipado de la Primera Revolucin Industrial. La produccin en masa,
la repeticin masiva, fueron por supuesto una de las bases impertrritas de la Arquitectura Moderna. Esto ha comenzado a agrietarse, si no a desmoronarse. Pues ahora, el
modelado informtico, la produccin auiomtica y las sofisticadas tcnicas de investigacin y prediccin del mercado nos permiten producir masivamente gran variedad de
estilos y productos casi personalizados.... (LPMA, 5).
Jencks parece ignorar las ironas implcitas en este anlisis desorbitado del
nuevo mundo brutal de la simulacin. El nuevo lenguaje de diferencia que propone Jencks no se separa del sueo moderno de universalidad, sino que es su intensificacin mrbida. El lenguaje 'hbrido., .complejo. y de doble cdigo. de la
arquitectura postmoderna debe testificar un nuevo sentido de esencialidad o localizacin, pero, cuando la propia hibridacin se hace universal, la especificidad
regional se convierte en un mero estilo que puede transmitirse a lo largo del globo
con tanta rapidez como una fotocopia del ltimo manifiesto arquitectnico. Paradjicamente, el xito del estilo y lenguaje antiuniversalistas de la arquitectura postmoderna es tal que puede contemplarse en todas partes, de Londres a Nueva York,
de Tokio a Delhi. La misma relacin entre pluralidad y universalidad puede encontrarse en los discursos crticos de la propia postmodernidad en arquitectura y en
cualquier otra disciplina. La teora postmoderna se reproduce en todas partes y
cada vez adquiere mayor encanto y fuerza la historia de la disolucin de la perspectiva universal. El problema al que se enfrenta la teora postmoderna es cmo
tratar y producir pluralidad sin limitar o neutralizar en s misma esa pluralidad.
ARTE
Al igual que en la arquitectura, no hay duda de la existencia de una modernidad en el mbito pictrico. Y no podramos esperar otra cosa, ya que ambas disciplinas estn muy mezcladas, tanto en obras y artistas (los artistas y arquitectos
modernos suelen trabajar juntos y ciertos artistas trabajan en ambas disciplinas)
como en la organizacin institucional del tema. Por consiguiente, los debates sobre
el nacimiento de lo postmoderno en arquitectura y arte se superponen de forma
considerable.
No obstante, existen claras diferencias entre ambas disciplinas. Si la arquitectura moderna cristaliz en el estilo Internacional, comprensible y reconocible por
todos, sera un suicidio terico tratar de deducir dicha norma estilsitica de la extraordinaria diversidad de obras pintadas o esculpidas y realizadas en tres continentes durante cincuenta aos, y tratar de localizar en la modernidad un nico
punto de partida para la postmodernidad. As, en el arte resulta difcil determinar la
presencia de lo postmoderno en trminos meramente estilsticos, detalle de la
lnea, color o volumen. Lo que unifica al arte moderno es un programa o ideologa
ms que una prctica determinada, diferenciable; del mismo modo, lo que subyace
del debate postmoderno es un cambio en su programa. Es decir, el arte moderno,
casi ms que en el caso de la arquitectura, se define hasta cierto punto entre la
prctica y la teora, entre los objetos artsticos y sus definiciones. El debate postmoderno hace que esta interrelacin adquiera mayor complejidad si cabe.
El historiador del arte Clement Greenberg es conocido por haber proporcionado al arte moderno su forma de legitimacin ms importante. Su obra constituye
un punto de partida obvio, ya que las teoras sobre la postmodernidad cobran fuerza al reaccionar contra sus formulaciones. En opinin de Greenberg, la revolucin
moderna en las artes no debe entenderse como expresin de la turbulencia del
nuevo mundo tecnolgico, ni como un movimiento de renovacin poltica o un
regreso a verdades primitivas sobre la funcin del arte, sino como un autodescubrimiento del arte como forma, tema y actividad. En apoyo de su teora, Greenberg
llama la atencin a las declaraciones de numerosos artistas modernos, en especial
a los pioneros de la abstraccin, Kandinsky, Klee y Mondrian, junto a crticos como
Clive Bell, que en 1914 escriba sobre la separacin radical entre esttica y vida.:
... cul es la caracterstica que comparten todos aquellos objetos que provocan
nuestras emociones estticas?... una forma significativa ...determinada combinacin
de lneas y colores, ciertas formas y las relaciones entre ellas, todo ello conmueve
nuestras emociones estticas. Para apreciar una obra de arte no necesitamos nada
de la vida...
En primer lugar, la posicin de Greenberg se distingue por estar basada en la
pureza y singularidad de cada forma de ensimismamiento artstico, y en segundo
lugar por la contemplacin de este hecho como culminacin de un proceso histrico. En opinin de Greenberg la era moderna no comienza con el siglo xx, ni
siquiera con las innovaciones del impresionismo, sino con la intensa actividad de
autorreflexin asociada a Kant. Greenberger cree que, puesto que Kant fue el primer filsofo que escrut minuciosamente la naturaleza y limitaciones de la razn,
tambin fue el primer moderno real. Debido a ese sometimiento kantiano de la
filosofa a una autocrtica interna, otras formas de actividad.cultural han ansiado en
los siglos siguientes investigar y afirmar su propia naturaleza esencial. Greenberg
considera que este desarrollo de la especificidad de la obra de arte es una especie
de depuracin. Si la pintura del siglo xix cay bajo el yugo de otras artes, sobre
todo de la literatura, la pintura del siglo xx se afirma al redescubrir lo especfico y
propio de la pintura como tal.
La tarea autocrtica se convirti en una eliminacin de los efectos de cada arte y de
cualquier efecto que pudiera provenir de otras disciplinas artsticas. As, todo arte permanecera "puro", y en su "pureza" encontrara la garanta de su calidad e independencia
senta capaz de celebrar que la vanguardia hubiera alcanzado tal pureza y delimita
cin radical en sus reas de actividad como en ningn otro momento de la historia
de la cultura. . Ahora las artes estn a salvo, cada una con sus lmites "legtimos",
y al libre comercio le ha sucedido la autarqua.... 26
En opinin de Greenberg, la preponderacia innegable de la pintura en la
modernidad se debe a la consecucin de su dominio sobre s, cierta forma de autocontrol y la dependencia absoluta de su propio medio. Cul sera la primera caracterstica de este medio? Greenberg responde que, al contrario que otras artes, la
pintura se aplica sobre una superficie bidimensional, plana. A pesar de los numerosos intentos histricos por disuadir al espectador de reconocer su condicin
plana, la pintura se reduce finalmente a esta nica caracterstica. Otros rasgos de la
pintura tambin aparecen en otras formas artsticas; el principio de estructura
cerrada puede verse en el teatro, la lnea, masa y color en escultura y arquitectura.
Paradjicamente, el caso que trata Greenberg no depende del abandono de la
representacin, sino de la exclusin absoluta de la representacin de objetos del
mundo tridimensional, pues contradicen la condicin de la superficie pictrica.
As, ningn rasgo de esta teora impide la representacin o referencia pictrica de
objetos que posean esta cualidad bidimensional: el problema es que no hay
muchas cosas que compartan estas caractersticas.
Greemberg trata de afirmar la univalencia de la pintura al igual que Le Corbusier deseaba afirmar la identidad esencial de la arquitectura. Otro terico del arte
posterior, Michael Fried, ha intentado llevar a cabo una defensa equivalente de la
particularidad de la pintura. Aunque su anlisis difiere sobremanera del de Greenberg, existen similitudes sorprendentes entre ambos. Al igual que Greenberg, F ri ed
est interesado por trazar las formas de equilibrio y consolidacin de la pintura
como actividad representacional; es decir, los medios por los que la pintura se
define frente a otras formas representacionales. Al igual que Greenberg, Fried
desarrolla una trayectoria histrica que tiene a la modernidad como su conclusin
triunfante.
Si en opinin de Greenberg la literatura era esa influencia dominante que la
pintura deba rechazar, Fried cree que es el teatro. Fried comienza su anlisis de
la modernidad en fechas anteriores al estudio de Greenberg, con la pintura francesa de la ltima mitad del siglo xviii, Absorption and Theatricality: Painting and.
Beholder in the Abe of Diderot (1980) 27 Fried enfoca su libro en la exigencia
cada vez mayor por parte de los crticos y tericos de arte del siglo xviii de un arte
que escapara a esa condicin falsa y pretenciosa que Diderot denominaba le thatral, lo teatral. Para Diderot, la teatralidad toma la forma de conciencia exagerada y de los supuestos deseos del espectador (al que Diderot rechazaba en el
mbito de la pintura y en el del propio teatro). Desconfiaba por ejemplo de esas
naturalezas muertas que, en la extremada exquisitez de su inmvil permanencia,
llamaban la atencin de algn modo hacia s, como si fueran conscientes de su
carcter contemplativo. Sin embargo, aprobaba aquellas obras de la historia de la
pintura cuya accin era tan intensa como para representarse por s sola, sin la
.
necesidad de una mirada complaciente por encima del hombro para recibir la
aprobacin del espectador.
Siguiendo a Diderot, Fried argumenta que la crtica y teora antirrococ (y por
extensin, la propia pintura) del siglo XVIII se desarrollaron hasta exigir que cada
cuadro se sumiese en un ensimismamiento e inconsciencia absoluta de su observador. Paradjicamente, tambin se requiere esta inconsciencia para estimular aquello que el arte .teatral. niega o suprime: la penetracin completa del observador en
el cuadro. La pintura debe reprimir los parpadeos ante la llegada de lo teatral y
permitir el acceso a una verdad esencial ms profunda.
Fried ha desarrollado su teora de la misin antiteatral de la pintura en el perodo moderno en obras posteriores y ha coincidido con Greenberg en identificar el
ensimismamiento del arte como principio esencial de la modernidad. En sus estudios de la pintura francesa del xviii ya insista en los medios formales o compositivos empleados para dar unidad hermtica a la pintura, subrayando cmo el gusto
avanzado se basaba en principios de unidad, instantaneidad y autosuficiencia artstica. En esta obra sobre el perodo moderno, Fried subraya el fracaso de la modernidad en su tarea de representacin del mundo y la subsiguiente preocupacin por
sus propios estilos, formas y medios. En su ensayo de mayor fama e influencia, .Art
and Objecthood, se ensaa contra el arte minimalista por su forma de llamar la
atencin sobre sus emplazamientos sociales e institucionales, es decir, sobre aquellos elementos de. 28.
teatralidad que amenazaban la simple integridad de la obra de
arte como objeto Fried considera que todo esto justifica crticas como la de
Greenberger, basadas exclusivamente en aspectos formales de la obra en cuestion.
No es tanto que la historia se elimine de la crtica de arte, cuanto que la separacin
de los problemas polticos y sociales conduce a la preeminencia de la historia interior del arte, de su lucha por llegar a un lenguaje formal puro. F ri ed no llega tan
lejos como Greenberg al representar esta idea como un proceso inexorable de
purificacin, y no afirma tampoco que la historia interior del arte pueda tener un
punto final imaginario de identidad propia absoluta; no obstante, su anlisis del
desarrollo del arte moderno est realizado en trminos hegelianos que sugieren un
compromiso dialctico de lo nuevo con lo viejo y una consciencia intensa de cada
etapa renovadora. Aparece as una especie de historia alternativa de la pintura que
posee algo de la solidez de la propia historia humana:
_... Mientras la pintura moderna se haba ido separando cada vez ms de los intereses de
la sociedad donde tuvo un desarrollo tan precario, la dialctica que ahora la forma ha
ido cobrando cada vez mayor densidad, estructura y complejidad en experiencia moral
en la propia vida, es decir, vivida como algunos tienden a hacerlo: en un estado continuado de aleria intelectual y moral.... 29
necesidad de una mirada complaciente por encima del hombro para recibir la
aprobacin del espectador.
Siguiendo a Diderot, Fried argumenta que la crtica y teora antirrococ (y por
extensin, la propia pintura) del siglo xviii se desarrollaron hasta exigir que cada
cuadro se sumiese en un ensimismamiento e inconsciencia absoluta de su observador. Paradjicamente, tambin se requiere esta inconsciencia para estimular. aquel o que el arte teatral niega o suprime: la penetracin completa del observador en
el cuadro. La pintura debe reprimir los parpadeos ante la llegada de lo teatral y
permitir el acceso a una verdad esencial ms profunda.
Fried ha desarrollado su teora de la misin antiteatral de la pintura en el periodo moderno en obras posteriores y ha coincidido con Greenberg en identificar el
ensimismamiento del arte como principio esencial de la modernidad. En sus estudios de la pintura francesa del XVIII ya insista en los medios formales o compositivos empleados para dar unidad hermtica a la pintura, subrayando cmo el gusto
avanzado se basaba en principios de unidad, instantaneidad y autosuficiencia artstica. En esta obra sobre el perodo moderno, Fried subraya el fracaso de la modernidad en su tarea de representacin del mundo y la subsiguiente preocupacin por
sus propios estilos, formas y medios. En su ensayo de mayor fama e influencia, Art
and Objecthood, se ensaa contra el arte minimalista por su forma de llamar la
atencin sobre sus emplazamientos sociales e institucionales, es decir, sobre aquellos elementos de teatralidad
que amenazaban la simple integridad de la obra de
28.
arte como objeto Fried considera que todo esto justifica crticas como la de
Greenberger, basadas exclusivamente en aspectos formales de la obra en cuestion.
No es tanto que la historia se elimine de la crtica de arte, cuanto que la separacin
de los problemas polticos y sociales conduce a la preeminencia de la historia interior del arte, de su lucha por llegar a un lenguaje formal puro. F ri ed no llega tan
lejos como Greenberg al representar esta idea como un proceso inexorable de
purificacin, y no afirma tampoco que la historia interior del arte pueda tener un
punto final imaginario de identidad propia absoluta; no obstante, su anlisis del
desarrollo del arte moderno est realizado en trminos hegelianos que sugieren un
compromiso dialctico de lo nuevo con lo viejo y una consciencia intensa de cada
etapa renovadora. Aparece as una especie de historia alternativa de la pintura que
posee algo de la solidez de la propia historia humana:
la sociedad
.Mientraslpumodehabisprndocvezmlsitrd
donde tuvo un desarrollo tan precario, la dialctica que ahora la forma ha
ido cobrando cada vez mayor densidad, estructura y complejidad en experiencia moral
en la propia vida, es decir, vivida como algunos tienden a hacerlo: en un estado continuado de alerta intelectual y moral... 29.
pone corno ejemplo de la cumbre del desarrollo moderno la obra del escultor britnico Anthony Caro, en concreto sus piezas de menor tamao. Fried desea destacar la forma en que Caro hace del tamao de la escultura un hecho intrnseco y
fundamental:
... el problema que encierra la talla pequea que Caro encuentra tan estimulante puede
La banal respuesta de Fried es que Caro deseaba mantener a sus esculturas dentro de una escala manual, para luego aadir elementos que se dispersan progresivamente sobre la superficie de la mesa hasta sus lugares correspondientes, imposibilitando la transferencia de lo real o imaginario de la escultura al suelo. Pero no
queda muy claro por qu el resultado habra de ser la supuesta afirmacin de las
cualidades intrnsecas o esenciales de pequeez de la escultura; es difcil afirmar
que la manipulacin o proyeccin que establece el tamao de la escultura en relacin a otras superficies y a las expectativas normales del medio convierta a las
dimensiones escultricas en algo interno a su forma o en parte de su verdadera
esencia mas bien sera lo contrario.
Fried desea afirmar de forma contradictoria la conciencia autocrtica de la obra,
de su naturaleza e historia y de su espontneo estar presente. ... La presentacin
de -la Table Piece XXII como obra de arte escribe depende de algo que desafa
un anlisis exhaustivo, de la absoluta exactitud de todas las relaciones relevantes
que participan en ella... La intuicin de esa exactitud es la primera responsabilidad
del crtico as como su recompensa inmediata.... La ventaja que oculta este doble
enfoque en el conflicto histrico y eterno de las obras de arte y su lucha por perfeccionar su condicin ensimismada y en la autosuficiencia mstica de la obra de
arte, garantiza la disciplina de la crtica de arte y las formas discursivas asociadas
del mercado; permite la ostentacin de un conocimiento especializado y particular
de esas formas y tcnicas y a un mismo tiempo, la garanta defensiva de la justicia
intuitiva, no de la obra de arte, sino del crtico. Tanto Fried como Greenberg insisten en la particularidad de la obra de arte hasta tal punto que su insistencia termina
por limitarse al aspecto disciplinar de la propia historia del arte.
La visin de la modernidad de Fried es compartida por el filosofo Stanley
Cavell. ... Sea lo que sea la pintura escribe la pintura moderna trata de pintura, de lo que significa utilizar una superficie bidimensional limitada para proporcionar esa coherencia e inters que pedimos al arte... . Cavell describe lo moderno como una autoconsciencia intensa donde cada disciplina artstica se enfrenta a
su propia historia: e... la situacin moderna da lugar a una dificultad nueva, continuar creyendo en la iniciativa personal cuando el pasado y el presente se han convertido en algo problemtico.... Si Fried es, capaz de confiar en el ensimisma-
miento y justicias intrnseca de un arte que cada vez se_ acerca ms a su verdadera
naturaleza, Cavell argumenta que la complacencia del arte moderno por cuestionar
sus propias bases amenaza realmente la propia identidad del arte:
... el problema es que la obra original la msica. de Schoenberg y Webern, la escultura
Esta forma de pintar, al igual que la arquitectura postmoderna que Jencks admira y promociona, incluye formas de renacimiento directo y una mezcla de estilos
incompatibles, y vaga hambrienta a travs de la historia y ms all de las fronteras
nacionales. En Iugar del internacionalismo universal de la modernidad, la postmodernidad ofrece la sensibilidad de la regin mundial, del ,cosmopolitismo irnico.
Esto permite el regreso a estilos y tradiciones nacionales, como el cuadro Constellazone del Leone (Scuola dei Roma), 1980, del artista italiano Carlo Ma ri a Mariani,
que representa diversos artistas y galeristas contemporneos en el estilo cmico
heroico de la pintura alegrica del xviii; pero este regreso siempre es parcial, provisional, irnico. La Italianidad de Mariani, al igual que la de otros pintores italianos como Sandro Chia y Mimmo Paladino, est construida u... siempre a base de
citas, una representacin irnica de sus races que se debe ms a Nueva York,
donde viven ocasionalmente, que a una necesidad profunda....
El conjunto crtico que engloba diversos estilos forma parte de un eterno recelo
a la esttica moderna de exclusin. En opinin de Howard Fox, u... el arte moderno
fue moderno hasta el punto de excluir la esttica imperante, los cdigos ticos y
morales de la gran cultura...; por el contrario, el arte postmoderno se caracteriza
por la ... complacencia de artistas y espectadores al tratar temas de inters Mutuo y
perenne, al reconocer todos los usos del arte.... Fox considera que el Minimalismo
de 1960 constituye el punto final lgico a la exigencia moderna de purificacitt de
los medios, cuyo objetivo es la produccin de objetos que refutaran cualquier
experiencia y significacin individual... acausal, completa y perfecta....., y el benigno rechazo de la postmodernidad a todo ello:
.. El
. arte Post-Moderno no fue en sus inicios excluyente ni reductivo, sino sinttico;
abarcaba con entera libertad todo tipo de condiciones, experiencias y conocimientos
ms all de la obra. En vez de buscar una experiencia simple y completa, la obra postmoderna lucha por poseer una condicin enciclopdica, permitiendo una mirada de
puntos de acceso, una infinitud de respuestas interpretativas.. .
disrno irnico de Lenna rt Anderson. Tambin pueden tomar una forma ms obvia,
aquel regreso a la pintura figurativa tradicional anunciado a intervalos regulares
por los crticos de arte.
La teora que esconde esta visin conservadora-pluralista se ha revelado con
consternacin en los ltimos textos de Charles Jencks. Muestran la decadencia
propia de aquella retrica de oposicin y crtica que, en sus primeras cruzadas, se
permita ir en nombre de la arquitectura postmoderna. Jencks cree que el arte, tras
el paso definitivo de la vanguardia y su tediosa convulsin por escandalizar a la
burguesa y atacar las sensibilidades del arte pblico, puede reconocerse al fin
lo que siempre fue, absolutamente burgus, y retomar formas y temas
tabcomo
es
en la modernidad. Jencks no encuentra desagradable el nuevo realismo. En
lugar de los horizontes intransigentemente universales de la modernidad, cree
que debemos adoptar una actitud de pragmatismo distrado, agnstico. Aunque
esta visin se fortalece a partir de la crtica a la institucionalizacin de las energas
vanguardistas de la modernidad, no se opone a las instituciones artsticas o las
estructuras del mercado del arte internacional. Jencks, cuya influencia y posicin
es considerable en este mbito, resulta poco sincero al trazar su cuadro de la difusin de la vanguardia en una serie de individuos de sensibilidades modestas y
dbilmente liberales, una post-vanguardia que, de forma un tanto vaga, cree
que la humanidad recorre muchas direcciones distintas a la vez, algunas ms
acertadas que otras, y su deber es investigar y criticar.... Sin embargo, esta actitud que se presenta como liberal y participativa no se distingue demasiado de la
tolerancia complaciente con la falsedad, exclusin y descarada centralizacin del
mercado del arte internacional para el que las diversas formas de arte postmoderno no han sido ms que una gran suma de dinero, y cuya propuesta central en los
ltimos aos parece haber consistido en la reconstruccin del arte hasta convertirlo en lo que Jencks reconoce pblicamente como, e... la imagen del triunfo burgus y su divertimento...
En opinin de Rosalind Krauss y dems autores de la oposicin, la vertiente crtico-pluralista de la teora postrnoderna, la cuestin del poder otorgado a instituciones y tradiciones es precisamente el problema a afrontar en el arte y teora postmodemos. Adoptan gran parte del repertorio analtico de Jencks y sus defensores en la
pretensin de que el arte postmodemo tiende a minar los imperativos modernos de
integridad estilstica y formal de la obra, el culto al artista individual y la forma radical sustrada de la esttica moderna. Al igual que Jencks, el grupo October se niega
a dar crdito al mito de la permanencia heroica e intransigente de la vanguardia
fuera del mundo poltico y social, interesndose ms por la investigacin de relaciones diversas entre el arte y su contexto. As, ambas tendencias del anlisis postmoderno poseen una estructura oposicional que comparte varias cosas en comn, que
enfrenta la multivalencia a la univalencia, impureza a pureza, la intertextualidad a la
singularidad de la 'obra.. Puede decirse que tanto Jencks como el grupo October
tratan de revelar el concepto de lo teatral proscrito pero definido tan provechosamente por Michael Fried; en esto, como veremos en los siguientes captulos, concuerdan con un movimiento constante desde diversas reas de la teora postmoderna hacia lo que Scott Lash ha llamado la de-diferenciacin de mbitos separados
Krauss, al igual que Melville, afirma que aquello que se concibe como secundario y amenazador en la pintura -la posibilidad de repeticin siempre fue algo primario. Su argumento conecta implcitamente con el de Melville, puesto que el
son
otrealnpiudsgox,lqeamnzuitgrdcome, precisamente esos medios de reproduccin mecnica que permiten la repeticin exacta. Su inters se centra en la difusin de un arte postmoderno que investigue las posibilidades de reproduccin junto a la produccin de obras puras, nicas
y originales como las de, por ejemplo, el artista americano Robert Rauschenberg,
cuyos lienzos de seda mezclan reproducciones fotogrficas de imgenes como la
Venus de Velzquez, La Venus del espejo de Rubens, con pintura y otras imgenes.
Esta unin de imgenes y tcnicas heterogneas parece poner en cuestin la idea
de un origen o autoria claros (Rauschenberg no intenta imitar a Velzquez o
Rubens, simplemente los ha incorporado a su pintura), al igual que el trabajo de
apropiacin de artistas como Sherrie Levine, que fotografa a otras fotografas
famosas y las presenta como propias.
La esttica resultante no es tanto la de una autora annima corno la de una
autora simulada en la que el juego de originalidad y repeticin, autenticidad y
hurto se desenvuelve dentro de lmites problemticos. Una estrategia similar parte
de una discusin sobre escultura postmoderna, Sculpture in the Expanded Field.
Este ensayo presenta al problema escultrico como una cuestin de definicin y,
en cierto sentido, de poder institucional. Los sesenta y los setenta presenciaron la
lucha entre una prctica escultrica que iba ms all de los lmites de la propia
escultura, exhibiendo pilas de ladrillos, montones de hilos desechados, toneladas
de tierra, huellas de pisadas en el campo, cortinas erigidas en mitad del desierto, y
una critica de arte que trataba de incorporar esta prctica a la propia historia del
arte moderno, contemplndola como una nueva variante de un mismo tema.
Krauss afirma que estos experimentos no son de fcil asimilacin para el consenso moderno (entonces reinante) sobre la condicin escultrica, una forma abstracta que siempre haba sido autorreferencial y aislada de su contexto. Krauss
est interesada por este ltimo aspecto en particular, pues, tras un perodo de
modernidad lmite en el que la escultura lleg al colmen del ensimismamiento
puro y la negacin de su contexto, esta disciplina comenz a cuestionarse seriamente sus propios lmites. Un ejemplo seran las clonstraueid
Robert Smithson, estructuras de materiales naturales y artificiales construidas y
enterradas prcticamente en el paisaje, o las manipulaciones de - paisajes y edificios de los proyectos de Christo al envolver edificios famosos o extender cortinas
a lo largo de millas de terreno, o los documentales de Richard Long de sus viajes
alrededor del mundo .
Todo esto puede rechazarse fcilmente como algo que ya no es escultura en los
trminos estrictos de la definicin moderna de una prctica en un medio determinado, pero Krauss est interesada por subrayar cmo e... esta escultura en medio
del campo..., va ms all de las definiciones modernas y escapa a los anlisis institucionales sobre la funcin del arte. Al final, slo queda la pretensin de que este
tipo de intentos deconstructivos en el arte (y sobre todo en la crtica y teora del
arte) puedan destituir efectivamente a las formas de poder de las tradiciones culturales de Occidente.
Podramos suponer que una teora postmoderna tan interesada por los lmites
entre lo artstico y lo no artstico se comprometiera con una forma cultural que
tambin se sita al borde entre el gran arte y la prctica cultural popular. Se trata
de la fotografa y, de hecho, el grupo October ha tratado con frecuencia esta disciplina.
FOTOGRAFA
eran una exigencia para sealar la distincin entre la fotografa artstica y la amenazadora ubicuidad de la fotografa como prctica popular; si todos pueden sacar
una fotografa, slo el individuo inspirado o especialmente dotado puede sacar
una fotografa que merezca la denominacin de obra de arte.
Este nfasis en la subjetividad heroica del artista fotgrafo ha sido reemplazada
de varias maneras por la fotografa postmodema y la teora fotogrfica. La artista
americana Sherrie Levine, por ejemplo, se ha especializado durante varios aos en
una forma de fotografa artstica que busca acabar con el culto a la personlidad del
autor. Ha realizado versiones de fotografas clsicas de artistas como Edward Weston y Walker Evans que luego ha expuesto como propias. El objetivo de este ejercicio es intrnseco a la obviedad del plagio, las fotografas que Levine ha confiscado son tan conocidas que imposibilitan cualquier pretensin de considerarlas realmente como suyas. Al hacer del acto de apropiacin algo manifiesto, Levine trata de
crear confusin en la distincin convencional por la que el concepto de fotografa
artstica contina funcionando, la distincin entre la obra de arte original por un
lado y la reproduccin pblica por otro. Estas reverberaciones pueden ir an ms
lejos, la obra de Levine tambin puede contemplarse como un ataque fundamental
a las concepciones capitalistas de posesin y propiedad, junto a la identificacin
.patriarcal de la autora como afirmacin de una masculinidad autosuficiente
Por tanto, la fotografa es un buen ejemplo de la lucha entre el mbito restringido
moderno y su nfasis en la individualidad, pureza y esencia, y ese mbito abierto
postmoderno que abarca las condiciones contingentes que atienden a la fotografa
como prctica social. No es sorprendente que esta lucha por definir la fotografa tome
la forma de una miniaturizacin de la lucha por definir al arte como conjunto, ya que
la fotografa constituye el filo problemtico del arte, sealando ese punto en que el
ensimismamiento ha de defenderse de la teatralidad, lo esttico de lo no esttico.
Una caracterstica de esta teora postmodema crtico-pluralista que hemos
analizado es la desconfianza ante la presencia del extrao, la creencia de que el
espacio operativo slo se encuentra dentro y junto a las instituciones del propio
arte. Si no existe un aspecto exterior, entonces tampoco existe un nico camino
para desechar las ortodoxias modernas, aquellas formas postmodernas ms com
placientes que Jencks sugera. Estas ortodoxias deben ser puestas en cuestin,
excluidas, desplazadas, en vez de caer en el simple olvido.
Lo sorprendente de estas formulaciones es el acercamiento tan estrecho exigido
entre prctica y crtica artstica. El arte postmoderno, en lo se conoce como la
transgresin de uno de los lmites sagrados de la esttica moderna, el que existe
entre la .obra ,, autosuficiente y el comentario. de esa obra, se caracteriza cada vez
ms por los anlisis crticos posibles o sus diversas formas de aproximacin a la
teora del arte ms avanzada. No queda claro si esto constituye realmente un
medio de resistir o desafiar a formas de poder cultural concentradas en el arte y sus
instituciones; o si esta unin de mbitos tan diferenciados junto con el abandono
del sueo vanguardista por un espacio crtico extrao a tradiciones y formaciones
de poder, no podra servir finalmente como alianza estratgica de consolidacin
ms que de amenaza a los paradigmas del arte y la crtica de arte.
Captulo 4
Literatura y postmodernidad
el mbito de la historia del arte, por ejemplo,donde los lazos entre el mundo acadmico y el mundo de exposiciones y galeras son mucho ms estrechos.)
Esto no quiere decir que no existan paradigmas importantes o inconscientes en
las instituciones literarias; se trata, simplemente, de una disciplina de mayor extensin y variedad que cualquier otra. Si la teora arquitectnica y la historia del arte
pudieran compararse a grandes negocios que lanzaran una serie de variaciones de
un mismo producto al mundo del mercado, los estudios literarios se parecen ms a
un conglomerado multinacional que vende y distribuye gran nmero de productos
diversos en sitios diferentes y por distintos medios.
Por esta razn, los contornos del paradigma postmodern son menos claros en
los estudios literarios que en cualquier otra disciplina. La repercusin menor de la
idea de modernidad (aunque de importancia) en los estudios literarios que, por
ejemplo, en la historia del arte puede explicarse de alguna manera. La modernidad
se represent y fue representada en arte y arquitectura como una vanguadia en inexorable oposicin a las represiones arraigadas en las profundidades del pasado y
como la heroica transformacin del destino humano. Aunque los estudios literarios
dependen de esta nocin de conmocin producida por lo novedoso cualquier
estudiante conoce el grito de combate de Ezra Pound u... haz algo nuevo... el
patito feo de la vanguardia literaria siempre fue rpidamente transformado en un
bello cisne clsico. Si, por un lado, los literatos modernos como Pound, Eliot y
Woolf se oponan y les horrorizaba la cultura de masas automatizada del siglo xx,
estos escritores tambin se acomodaron a la corriente poltica y cultural general; de
ah la peculiar contradiccin, que nunca fue tan marcada como en la literatura
moderna, entre la interrupcin radical de la forma y el tradicionalismo en contenido
e ideologa en la obra de Pound, Eliot, Woolf y Yeats, por ejemplo. Este tipo de
factores hicieron ms dificil la construccin del relato de la traicin progresiva de
los ideales vanguardistas a la modernidad, ya que la literatura moderna (al menos
en el Reino Unido y Estados Unidos) nunca tuvo una fase iconoclasta patente.
La relacin entre la literatura moderna y el apogeo de la crtica literaria profesional del siglo xx posee una complejidad similar. En primer lugar existe cierta
complicidad entre la formacin y reproduccin de la lengua inglesa (la forma
dominante en los estudios literarios) y la nocin de la propia modernidad. No es
coincidencia que The Waste Land (La Tierra balda) de Eliot, el Ulisses de Joyce,
los primeros Cantos de Pound y Principles of Literary Criticism de Richards aparecieran a comienzos de 1920 y en el espacio de unos aos. La teora sobre la lectura
de Richards, con su preocupacin por la armonizacin de impulsos conflictivos en
el lector, funcion muy bien en el anlisis de obras de nuevos escritores y en la de
Eliot en particular de hecho, Principles of Literary Criticism termina con una
defensa de Eliot- . Se ha observado correctamente que la Nueva Crtica, que tanta
influencia ha tenido en Estados Unidos y el Reino Unido desde mitad de siglo con
su nfasis brutal en el juego de irona, tensin y resolucin dentro de un texto considerado como artefacto autnomo, proporciona el modo ideal de lectura para un
conjunto de textos modernos que parecan negar cada vez ms los placeres de una
comprensin inmediata, exigiendo incluso una atencin de gran lucidez a la sustancia verbal o potica sobre y por su significado.
Tambin es cierto que la crtica literaria acadmica, sobre todo en Gran Bretaa, rechaz la literatura moderna y su teora, fomentada por F. R. Leavis y el grupo
Scrutiny, menos interesados por convertirse en relaciones pblicas de una literatura moderna que por asimilar, cuando fuera posible, las formas y energas modernas a las tradiciones forneas (es decir, .inglesas') de la literatura. As, cuando
Charles Newman considera que la legitimacin y contencin acadmicas de las
peligrosas energas de la modernidad son una a... segunda revolucin...., est llevando a cabo una simplificacin doble: en primer lugar, la modernidad nunca
constituy exactamente una .revolucin' en el mbito literario como s lo fue en
otras disciplinas y, en segundo lugar, la academia literaria se ha acomodado e
identificado con la modernidad de muchas ms formas de las que Newman pueda
su suponer.
Sin embargo, la idea de lo postmoderno ha arraigado firmemente en los estudios literarios. Parece incluso que la necesidad de identificar y celebrar la categora de lo postmoderno ha sido tan fuerte como para producir por contrapartida
un compromiso colectivo sobre la verdadera esencia de la modernidad y tener
as algo contra lo que reaccionar.,Tal y como afirma Helmut Lethen, u... la situacin postmoderna cre la posibilidad de considerar a la Modernidad como una
entidad ms cerrada y rgida. Si lo que se quiere es deconstruir, el tema ha de
tener cierta homogeneidad para posibilitar esa deconstruccin.... El anlisis del
nacimiento de la literatura postmoderna que sigue a continuacin, presenta
numerosos aspectos coincidentes con esta reaccin. No pretendo llegar a tina
decisin sobre la posible correspondencia de la modernidad con el anlisis que
le conceden las diversas teoras postmodernas, pero al menos ha de reconocerse
que estos anlisis siempre requieren algo denominado modernidad como punto
de partida.
Si las teoras del arte y arquitectura modernos se basan en un deseo por descubrir la esencia o lmite de cada prctica artstica o, en otras palabras, afirmar la
identidad esttica y material de esa prctica, transferir esta idea a la literatura presenta ciertas dificultades iniciales. Pues, si en efecto podemos afirmar con cierta
seguridad que la arquitectura es en esencia, a... lneas y masas organizadas en el
espacio. . y la pintura a.. lneas y formas organizadas sobre superficies planas. .,
qu principio formal podemos descubrir en la escritura o literatura? En estricta
analoga, deberamos afirmar que la literatura es esencia, la materialidad del lenguaje, formas sobre una pgina y sonidos en el aire. De hecho, las teoras y tericos de la literatura moderna han subrayado este aspecto de la escritura, as el futurista Marinetti realizaba poemas de sonidos que no eran ms que resonancias onomatopyicas, y artistas rusos como Khlebnikov trabajaban un lenguaje de sonidos
puros y libros donde los arreglos fsicos de las palabras sobre la pgina primaban
sobre el contenido semntico. Pero es dificil que esta imagen de la esencia de la
literatura sea satisfactoria. Paradjicamente, al reducir la literatura a sus condiciones materiales ms bsicas corremos el riesgo de convertirla en lo que no es: en
Literature
Orfeo, que fue despedazado por las Mnades, celosas de sus atenciones hacia los
hombres jvenes. La cabeza de Orfeo, fundida con la lira del poeta en el ro
Hebrus, continu cantando tras su desmembramiento. En opinin de Hassan, este
relato proporciona una manera de entender lo que l considera la desarticulacin
deliberada de la tradicin literaria por la generacin de escritores de 1914. La literatura ms significativa de este siglo, dice Hassan, ha sido la ... literatura del silen
cio.., que ha consentido su despedazamiento' y que, de alguna manera, contina
tocando e... una lira sin cuerdas...
Silencio pose mayores con otaciones pLa
ara Has an quelamrsncid literatura moderna, escribe, representa un silencio complejo que
palabras.
abarca cierto nmero de significados en su rechazo a la subversin. El principio
del silencio ha de encontrarse en la alienacin de la razn, de la sociedad, la naturaleza e historia y de igual manera en el rechazo y subversin del lenguaje, en la
convencin y forma artstica, la investigacin del xtasis, el trance y otros estados
extremos, en la introversin de la consciencia y el reconocimiento de un apocalipsis inminente (TPL, 13-14). Hassan cree que los inicios del moderno e... deseo de
deconstruccin... se encuentran en las. obras del Marqus de Sade, donde ... la
dialctica de transgresin se encamina hacia el infinito... pues ... el verdadero
espritu del ser sadiano es pripico y continua negacin.... (TPL, 46-47). Esta tradicin de rechazo vuelve a aparecer ostentosamente en la obra de Alfred Jarry y los
Dadaistas y Surrealistas. Pero Hassan insiste en la naturaleza dual del Orfeo moderno, que no slo tolera su deconstruccin y desmembramiento sino que tambin,
frente a todas las cosas, contina cantando en la afirmacin de una ... nueva fuerza creativa, intacta en la destruccin.....
Al igual que en la obra de Hassan, la epopeya de la deconstruccin tambin es
una caracterstica constante en la modernidad y postmodernidad. En su anlisis de
la obra de Beckett, que muchos consideran como la inauguracin -de la era de la
escritura postmoderna, alaba el absurdo heroico. beckettiano en trminos muy
similares a los que antes utilizara para Sade. El herosmo beckettiano es el de un
pionero tico, el que duda, el hombre solo, que se investiga. En cuanto al exilio de
Beckett, de su pas y lengua, Hassan afirma: ... HenrMilernosycuda
obra sobre Rimbaud, que todos los exiliados estn exiliados del conjunto del
mundo, del vientre materno.... (TPL, 213). Hen ry Miller es una autoridad extravagante pero apropiada, puesto que Hassan desea sealar la masculinidad heroica
del rechazo moderno/postmoderno a la terrible aquiescencia femenina del problema, del mundo, historia y tradicin. Se trata de una historia que incluye a Sade
junto a Beckett y a Hemingway junto a Kafka en una sexualizacin absoluta de la
esttica, en una obsesin pardica en la necesidad de purificacin de la literatura.
Los escritores modernos y postmodemos tambin se caracterizan por el lazo de la
deconstruccin y la recreacin heroica. Suele decirse que el exceso de desintegracin en la obra de Beckett es garanta de un discurso autntico n... en el discurso
es el dolor el que presiona al silencio y viceversa.... (TPL 237). Hassan destaca
tambin ... dos acentos del silencio... uno negativo... autodestructivo, demonaco,
nihilista... otro positivo... trascendente, sacramental y pleno.... (TPL, 248) en escritores contemporneos americanos como John Barth y William Bourroughs. Pero la
Postmodernidad
Patafsica/Dadasmo
Antiforma (disyuntiva, abierta)
Obra
Oportunidad
Anarqua s-`
exausti vidad/silencio
Proceso/Performance/Happening
no creacin/Deconstruccin
Antesi
Ausencia
Dispersar
Texto/intertexto
Sintagma
Partasis
Metonimia
Combinacin
Rizoma/superficie
Contra la interpretacin/ malinterpretar
Significante
Modernidad
Postmodernidad
Lisible (Legible)
Narrativo/Grand llistoire
Cdigo maestro
Sntoma
Genital/Flico
Paranoia
Origen/Causa
Metafsica
Determinacin
Trascendencia
Scriptible (Redactable)
Antinarrativo/Petit Histoire
Idiolecto
Deseo
Polimorfo/Andrgino
Esquizofrenia
Diferencia-Differance/Trazo
Irona
Indeterminacin
Inmanencia
represin aducido por Freud, se trata de una negacin doble que suprime de la
memoria el hecho de la propia negacin, produciendo as una positividad fantasmagrica, autosuficiente. Sus inicios se encuentran en los .comentarios de Hassan
sobre Sade: ... Sus obras casi son independientes del tiempo, lugar y sujeto, y su
intencin autista es nica. Sade, sin una comprensin plena de su papel dentro del
pensamiento occidental, es el primero que se lanza a imaginar libremente la historia
para invertir el deseo del arte y situar al lenguaje en contra de s mismo.... (TPL, 45).
Las negaciones evocadas en The Dismemberment of Orpheus slo censuran o
reaccionan de un modo particular contra las condiciones sociales, econmicas, polticas en una alusin indirecta al anlisis de Lucien Goldmann de la Nueva Novela
francesa. El argumento de Goldmann es que la Nueva Novela de Alain Robbe-Grillet
y otros es la representacin de una respuesta a la extrema mercantilizacin de la vida
bajo el capitalismo de finales del siglo xx, donde significado y medios sufren la transformacin decisiva de ser vivo en objeto. Pero H as san contempla este hecho en los
trminos reducidos sugeridos por las propias novelas. En vez de intentar restaurar el
contexto de negacin, celebra la pura negatividad de la ficcin que l mismo denomina aliteratura, permitiendo la alienacin del salto mortal hacia la trascendencia:
.... estas ficciones slo pueden referirse al tiempo interno de la consciencia, no de la
historia o las estrellas; se refieren al presente fenomenolgico, donde la realidad discontinua escapa a cada palabra, tanto si es leda como pronunciada.... (TPL, 161).
Hassan alaba en otra parte los personajes beckettianos en trminos muy parecidos
csupremo
om . vocespurasdesubjetivda . (TPL,23 )y,anmslejosdescubre lvaor de esta literatura en sus autolegitimaciones forzadas .... hay una suficiencia
de verdad en la mejor obra de Beckett; y tambin una suficiencia de poesa. Sin la
confianza en el arte o la conciencia humana, sin el beneficio de una ideologa o
dogma, Beckett trata de regular sus "sonidos fundamentales" de la misma forma que
la poesa se autorregula desde su interior.... (T'PL, 246).
En cierto sentido, la brecha entre la creencia en la unidad autocreadora del arte
y la percepcin de las relaciones constituyentes del arte y sus contextos es la
misma que separa lo moderno de lo postmoderno, aunque en la obra de Hassan
esta brecha no se produzca de manera satisfactoria:. La comprensin cada vez
mayor de las relaciones determinantes entre lo artstico y lo no artstico desmiente
el argumento de fondo, la voz ansiosa y esperanzada de ,las ltimas palabras de la
edicin original de The Dismemberment of Orpheus, que el arte, tras todo su paroxismo moderno y postmoderno de automutilacin ; ... puede ir ms all, hacia una
imaginacin redimida, conmensurable con el misterio de la consciencia humana....
(TPL, 258). Aunque despus de esta obra el trabajo de Hassan se ha. comprometido
de manera ms flexible con las incertidumbres de definicin lanzadas por la literatura postmoderna y sus teoras, su estilo se ha adherido a una visin de la separacin trascendente del arte.
Otra lectura ms flexible del paso de la modernidad a la postmodernidad en el
mbito literario es la de Alan Wilde en su Horizons qf Assent: Modernism, Postmo10
dernism and the Ironic Imagination (1981) . Al igual que Hassan, Wilde est interesado por la respuesta literaria a la percepcin de desorden. Pero, si Hassan consideraba que el espritu moderno resida en aquellos que practicaban la esttica del
(AH, 198). Puesto que no hay ms que apariencia, no puede concebirse una posicin de imparcialidad desde la cual sobrevivir en el mbito de las apariencias. En
la postmodernidad, uno siempre est irreparablemente en el mundo, organizado
en estructuras locales, temporales, que funcionan sin referencia a causas secretas. o
finales.
La resistencia wildeana a la trascendencia del arte expresa este compromiso
con el mundo, y por ello deshecha con cajas destempladas a escritores como
Ronald Sukenick, Raymond Federman y la escuela de Surficcionistas americanos
que, al anunciar que la novela .. inventa su propia realidad.. ., vuelven a poner en
circulacin la retrica de una libertad artstica incondicionada y 'suprema del
artista". La ficcin postmoderna que Wilde admira (la obra de Donald Barthelme,
Max Apple y Stanley Elkin) no pretende abstraer del mundo a travs de estructuras
de control imaginario o irrealidad; ms bien, se compromete modestamente con la
experiencia del mundo, salvando o modificando el desorden de apariencias
mediante una adopcin generosa de las mismas: se trata de la potica del consenti
miento, escribe Wilde, una visin que trata de activar la consciencia como conjunto, haciendo de su relacin con el mundo algo dinmico, cintico, recproco....
(HA, 154).
No hay duda del atractivo que entraa esta nueva adecuacin amistosa entre
texto y palabra, pero tambin posee su propia carga de abstraccin. En opinin
de Wilde, el mundo es un lugar agradable y acogedor que ante una actitud positiva, tiende a ser congruente con el ser, redondeando sus contornos como un colchn mullido. Esto quiere decir que, en su rechazo a la abstraccin moderna as
como a las diversas formas de ficcin postmoderna, Wilde sobrestima determinadas formas de negacin que crean la alienacin histrica real. La alienacin del
arte moderno y sus ansiosos intentos por salvarse de la incoherencia no son resultado de un fracaso del deseo o hauteur elitista, son smbolos de una lucha real
por el significado. La condicin de esta especie de alienacin no se supera encogindonos de hombros o haciendo un esfuerzo. La posicin de Wilde es opuesta
a la de Hassan. Si Hassan buscaba proteger a la literatura del conflicto y contaminacin mediante su distanciamiento esttico del mundo, la postmodernidad de
Wilde evita el conflicto mediante la inmersin de lo literario en el aspecto no esttico del mundo.
MS ALL DE LA ESPACIALIDAD
Una de las preocupaciones ms sorprendentes de la esttica moderna y postmoderna literaria es la cuestin del tiempo. La obsesin por el tiempo en todos sus
sentidos puede encontrarse a lo largo de toda la modernidad, desde la arqueologa
imaginaria del tiempo pasado en A la recherche du temps perdu (A la busca del
tiempo perdido) de Proust, a l fragmentacin del tiempo obstruida por el tiempo
mtico en The Waste Land (La tierra balda) de Eliot, la mezcla del tiempo contemporneo y los tiempos histricos en el Ulysses de Joyce y los Cantos de Pound y las
sa, un trmino que Ezra Pound utiliza para describir la tcnica de -sus Cantos. Un
periplo es el mapa que proyecta las etapas de un viaje tal y como han ido sucedindose ante el viajero, opuesto al mapa que representa una imagen de un conjunto de puntos desde fuera y por encima del terreno. Este mapa sera un relato
temporal ms que una imagen espacial.
La critica de Spanos a las bases metafsicas de la esttica moderna se basa en la
obra de Ma rt in Heidegger, dedicada sin escatimar esfuerzos a la comprensin de
los problemas del ser y la identidad no como principios esenciales o ahistricos,
sino imbuidos en la particularidad de las circunstancias histricas: user en el
mundoenvezdeS renabstracto.ElpuntodevistadeHeid g erfomentaun
movimiento dinmico en la presencia esttica de ideas puras o el ser puro y de
forma similar, niega la posibilidad de cualquier acto desinteresado u objetivo de
interpretacin, insistiendo en que todo acto es tal desde una perspectiva particular
y por tanto interesada'. o implicada en su material. La pretensin de .Heidegger,
que Spanos toma prestada, es la destruccin de formas tradicionales o desintereses hermenuticos congelados y la apertura de textos y lectores al juego de opiniones y parcialidades que se dan a lo largo del tiempo. En opinin de Spanos, sta
sera la intencin de la autorreflexin formal propia de la escritura postmoderna,
en vez de la promocin y afirmacin modernas de la integridad del medio artstico,
cerrndolo contra el tiempo y desalojando al lector de su posicin de autoridad
espacial atemporal:
que Laliteruposmdnlteaizsigui
mponfrcsdelati
a la "muerte. de Dios" (o al menos, la muerte de Dios como Omega), sino que
tambin es el "transmisor" de un "mensaje" en cuanto que su funcin 'consiste en representar la "destruccin" de Heidegger de la estructura metafsica de referencia tradicional,
es decir, concluye la reduccin fenomenolgica de la perspectiva espacial mediante la
violencia formal, aunque, al igual que Kierkeggard, abandona al lector inter acre un
ser-en-el-mundo desnudo y sin rumbo, Dasein en los orgenes, donde el tiempo era
ontolgicamente anterior al ser....
..
es una metfora de todo este proceso. Al igual que la obra anterior de Antin, Talking
(1972) y Talking al Pomona (1976), se trata de una serie de reflexiones anecdticas
improvisadas que el propio Antin ha representado en diversos lugares y contextos
(de hecho, Antin subraya que los libros no son los propios poemas, sino tan slo
transcripcin de stos). En algunas partes de esta obra, el poema Talking at Phonomona, de la serie TAnatilskedgr,coainesblpromd
la existencia de un arte ms sensible con la experiencia de ser-en-el-mundo que la
abstraccin de la modernidad. Podemos verle debatindose con este tema en sus
poemas-hablados, como l mismo dice, tratando ... de componer un espacio menos
exaltado por sus diferencias con lo real y ms sensible a la posibilidad de poner a
prueba su carcter constructo en sus implicaciones en nuestros actos cuando no
estamos absortos ante un objeto artstico... Si una poesa hablada de este tipo
reflexiona sobre su propia prctica, el efecto no confirma la autoridad significativa
del poeta, sino que conduce a autor y pblico a una colusin interactiva:
personas
e.nstaiuc.yprbontdecsiambrqudtenoas
de la paz, tenemos que encontrar nuestra paz... tenemos que unir nuestras
paces individuales, as podremos avanzar un paso ms o un paso menos... en esta espe
cie de negociacin que me gustara denominar "sintonizacin".. .
En opinin de Marjorie Perloff, esta mitigacin de tensiones de la poesa postmoderna la distingue como un movimiento ms all del dominio de la lrica moderna, esa forma potica donde un recitador aislado (ya sea el poeta o no) y en un
paisaje determinado, medita o masculla algn aspecto de su relacin con el mundo
externo, llegando a una especie de epifana, un momento de intuicin con el que se
cierra el poema... . Este alejamiento del -..callejn sin salida de la lrica supone una
nueva tolerancia hacia la narracin. Aunque la narracin ya apareca - en la poesa
moderna de Yeats, Eliot y Stevens, se trataba de una forma narrativa cerrada y egocntrica, que rotaba alrededor de imgenes nicas o de racimos limitados de imgenes, con la intencin de expresar un momento de absoluta intuicin, de emocin
cristalizada en modelos intemporales.... La poesa postmodema se vuelve hacia
una narracin menos exaltada y egocntrica, una narracin hospitalaria con la prdida, la contingencia, lo informe e incompleto del lenguaje y la experiencia. As, la
poesa abarca formas casuales y apoticas del lenguaje. como cartas, peridicos,
conversaciones, ancdotas y nuevos reportajes. En opinin de Perloff, el padre
creador de esta forma potica sera Ezra Pound, que testifica en sus Cantos el nacimiento de una poesa postmoderna de apertura histrica dentro de la propia
modernidad. TU' Cantos empaa las distinciones entre potica y lenguaje vulgar
disolviendo el principio del ser-autor romntico y, en su multiplicacin e intercalacin de estructuras temporales histricas diferentes, adquiere un carcter inacabado, temporal, y poroso al proceso histrico. El legado de Pound incluye obras como
la pgina 800 poema A, de Louis Zukovsky, escrito entre 1928 y 1974, cuya estructura de collage representa ... la experiencia como algo inacabado, incluso potencial,
encaminada hacia algo que nunca ha sucedido del todo....., los poemas improvisados o representados de John Cage y David Antin y la obra L A N G U A G E
que agrupa a poetas como Ron Silliman y Charles Bernstein, utilizan juegos de palabras y giros lingsticos para reafirmar la materialidad histrica de las palabras en
una cultura que ignora o evita constantemente su materialidad .
Otros autores han caracterizado la poesa postmoderna en trminos similares.
En opinin de Jerome Mazzaro, uno ele los rasgos ms importantes de la postmodernidad (que encuentra no tanto en Charles Olson, Robert Creeley, John Cage y
David Antin como en la generacin anterior de poetas americanos que incluyen al
ltimo Auclen, Randall Jarrell, Theodore Roethke, John Ber ryman y Elisabeth Bishop) es su aceptacin del poema largo y ciertas sospechas ante el culto a la impersonalidad. Mazzaro diagnostica en la postmodernidad la aceptacin de la naturaleza fallida y contingente del lenguaje en marcado contraste con el deseo del poeta
moderno por subrayar o purificar el lenguaje mediante la lrica. El resultado es una
extensin y variabilidad enormes de las formas poticas:
viene
Lformulacindes cialentr"mod ypsernida" a ser: en la concepcin del lenguaje corno una parte de la unidad, la modernidad
busca la restitucin del estado original, ya sea mediante el silencio o la destruccin del
lenguaje; la postmodernidad acepta la divisin y usos del lenguaje y su autodefinicin
del mismo modo que Descartes interpretaba el pensamiento --como base de la identidad. Como consecuencia, la modernidad tiende a un mayor misticismo en el sentido
tradicional de la palabra, mientras que la postmodernidad; es irrevocablemente mundana y social en todo su aparente misticismo....
...
En contraste con todo esto parece que los valores asociados a la ficcin o
narracin, estructura ilimitada, extensin en el tiempo, impureza genrica, han llegado a dominar la teora postmodema literaria. Calinescu y otros lo asocian con la
direccin hacia modos de pensamiento narrativos en otras disciplinas como la
antropologa, la teologa y la filosofa. De forma similar, la interesante propuesta de
Thomas Docherty de una hermenutica crono-poltica pretende abandonar la
nocin de texto potico infinito, esttico. Si la crtica moderna y modernista constitua su texto simplemente como una especie de sustantivo cuyo nombre propio
se anunciaba en el propio acto crtico, Docherty propone una visin heideggeriana
del texto como verbo y, por tanto, como ... espacio caracterizado no ya por su
identidad o diferencia espacial como por su diferencia temporal respecto a s
mismo; es decir, un texto condicionado por su historicidad o por la dimensin
temporal de su guerra civil consigo mismo. .. .
Pero este nfasis en la extensin temporal de la narracin no ha tenido demasiada influencia en los tericos importantes de la ficcin postmoderna. Si existe un
consenso popular amplio sobre los ejemplos del espritu literario postmoderno en
escritores como Samuel Beckett, John Barth, Donald Barthelme y William
Burroughs en la literatura inglesa, Peter Handke en la alemana, Italo Calvino en la
italiana y Jorge Luis Borges, Julio Cortzar y Carlos Fuentes en la. castellana, no se
debe slo a que estos escritores restauren simplemente y sin problemas el ritmo
del despliegue narrativo a travs del tiempo. Por el contrario, los anlisis ms
importantes sobre la ficcin postmoderna subrayan la prevalencia de la metaficcinpardica,ol exploracinrealizdaporlsmi ostexosliteraiosde u
propia naturaleza y condicin como ficcin .
,
ONTOLOGA Y METAFICCIN
Diversos anlisis sobre la ficcin postmoderna subrayan la capacidad de la ficcin para crear y establecer mundos. Si la ficcin moderna Ulysses, Pilgrimage o
The Sound and The . Fury (El ruido y la furia) -emplea tcnicas como el monlogo interior y el collage de pensamientos y puntos de vista diferentes al servido o de
Aun
l mayor realismo y de intereses ms sutiles, otras formas de ficcin como la de
ain Robbe-Grillet emplean tcnicas innovadoras con el fin de crear mundos
puros y autnomos (no es tanto que este tipo de ficcin se limite a crear mundos
de fantasa pura como que no suprime su propia presencia en la realizacin de la
ficcin). Una de las primeras formulaciones de este principio se encuentra en un
ensayo sobre el Nouveau Roman francs de Robbe-Grillet (edicin inglesa
Towards a New Novel), donde insiste en que la novela confiesa su propia funcin
ficticia. Esto produce en la propia obra de Robbe-Grillet un modo compositivo de
pura combinacin, como En el laberinto, que consiste en una multiplicidad de fal
sas estrellas, disgresignes, variaciones y repeticiones de cierto nmero de temas
narrativos, resultado del vagabundeo de u n soldado por una extraa ciudad; estas
variaciones vienen a ser la novela misma. Del mismo modo, las novelas de Samuel
Beckett a partir de Molloy requieren de toda nuestra atencin al doloroso surgir
sobre la pgina de la ficcin que estamos leyendo. Desde la nueva novela francesa de 1950 y 1960, una autntica epidemia de autorreflexividad ha invadido el
mundo de la escritura de ficcin, desde la obra de autores americanos como
William Glass (que declaraba que ... en literatura no existen las descripciones, tan
slo las construcciones....), al rompecabezas ostentoso de Borges, las improvisaciones a lo Sherezade de John Barth, las fbulas de Italo Calvino y los cuentos
tenebrosos de hadas de Robert Coover.
Una cuestin que importuna a los tericos de la ficcin postmoderna es el problema de la diferenciacin entre todo esto y las preocupaciones obvias sobre su
propia ficcionalidad que aparecen en textos modernos como Ulysses y To the
Lighthouse (Al faro). Una ele las respuestas es la de Brian McHale, que sugiere la
aparicin de un cambio en la tendencia dominante de la ficcin del siglo xx. Afirma que la novela moderna de comienzos del siglo xx estaba interesada sobre todo
en problemas epistemolgicos es decir, en cuestiones que tienen que ver con el
conocimiento e interpretacin y la pluralidad de tcnicas propia de la novela
moderna se debe a los titubeos sobre lo que podemos llegar a conocer, entender y
comunicar del mundo. Por tanto, los intereses dominantes de la novela moderna
se relacionan con los lmites y posibilidades de la consciencia individual o las difciles relaciones entre subjetividades diferentes. Al final, la multiplicidad estilstica
siempre puede explicarse o recuperarse por medio de la teora psicolgica; as,
por ejemplo, generaciones de estudiantes han podido comprender las pginas
abiertas de Portrait of an Artist as a Young Man (Retrato del artista adolescente)
de Joyce como una representacin de los pensamientos y sentimientos de un nio
en el lenguaje de la infancia (y no importan las contradicciones contenidas en estas
dos ltimas palabras, pues Joyce est escribiendo como un nio incluso con un
lenguaje adulto).
McHale sugiere que esta especie de inters epistemolgico ha dado lugar a un
inters ontolgico en la poca postmoderna. Si la epistemologa es el estudio del
conocimiento y entendimiento, la ontologa es el estudio de la naturaleza y del ser
nyi la existencia; pero McHale utiliza el trmino de forma ms especfica. En su opi
n, el carcter ontolgico de la novela postmoderna aparece en su inters por la
construccin de mundos autnomos. As, en vez de cuestionarse cmo podemos
conocer un mundo, la ficcin postmoderna se plantea preguntas como ... qu es
un mundo?; de qu clase de mundos se trata,. cmo estn constituidos, y en qu
difiere uno de otro? Qu ocurre cuando mundos diferentes se enfrentan, o cuando
se violan las fronteras entre mundo y mundo?....
McHale reconoce que los intereses ontolgicos y epistemolgicos no son en
ningn momento excluyentes, pues preguntarse cmo est constituido un
mundo y cmo difiere de otros mundos posibles entraa una pregunta implcita
sobre las condiciones de comprensibilidad de ese mundo. Nos enfrentamos no
tanto con una transformacin absoluta como con un cambio de nfasis o domina teliteraio-flosfica.Ladomina teont lgicasignficaqueyanoesposible
la recuperacin de la distorsin, desviacin y otros efectos no-realistas como pertenecientes una consciencia distorsionada o intensificada. Por el contrario, los
mundos evocados en textos literarios se basan en sus propios mecanismos textuales; la subjetividad da lugar a la textualidad. McHale da numerosos ejemplos
del paso de la modernidad epistemolgica a la postmodernidad ontolgica, el
ms instructivo quiz sea el de la novela de Alain Robbe-Grillet, La celosa. La
novela se construye segn el punto de vista limitado de un marido celoso que
espa a su mujer y su amante, pero el marido nunca se identifica como espectador. El punto de vista ha cado en la condicin de una funcin textual, pura, irrepresentable, una apertura cinemtica que permite a la accin ser vista y relatada.
En las ltimas novelas de Robbe-Grillet, como En el laberinto, el puzzle de involuciones de la narracin slo puede leerse con cierta dificultad como las incursiones de un soldado que padece neurosis de guerra y en sus otras novelas ya ni
siquiera es posible hacerlo.
No faltan ejemplos de este edificio de mundos textuales y el libro de McHale es
un inventario de todas las formas diversas de ficcin reciente producida en Europa,
Estados Unidos y Amrica Latina. El libro se opone a una consideracin absolutamente literal, puesto que subraya su teora como una 'especie de construccin ms
que corno tabulacin exacta de los hechos. Pero sigue siendo cierto que el libro
aspira a ofrecer una potica independiente de la novela postmoderna, un catlogo de los motivos y recursos que nos permitiran reconocer e identificar con seguridad cualquier ejemplo del gnero o movimiento. El anlisis de McHale se caracteriza por una creencia serena en la determinacin de la categora literaria o sistema
literario y no teme la ilusin metafsica que conlleva la bsqueda de una sistematicidad esencial en la literatura- postmoderna. Paradjicamente, esto va unido a
ylenguajsun
txopmdern anlisis crtico que subraya la pluralidad deformas
literario. El anlisis de Mikhail. Bakhtin sobre los d iscursos plurales, rivadles
ic dentro de la novela, suele mencionarse para dar brillo a l
anlisis de la con
monlgic n postmoderna de McHale; si otros gneros presentan un marcado carcter
en su regularidad estilstica, dice McHale, la ficcin po st m oderna es
decun
orsa entretejido carnavalesco de estilos, voces y registros que irrumpen en la
jerarqua de .gneros literarios. Pero sta especie de carnavalizacin se ha
resuelto en una regularidad histrica uniforme de la historia literaria, considerada
por McHale como un organismo o genealoga de desarrollo regular. Si la postmodernidad literaria se definiera tal y como McHale desea, como una cacofona
desenfrenada de discursos conflictivos o una heterotopa de geografas incompatibles, supondra entonces el abandono de la categora de lo literario en un vaco
no-analizado o no-analizable, o su condicin de estructura elstica que se expande
para contener cualquier tipo de subversin.
Otros anlisis de la potica postmoderna no se basan en este tipo de modelos
tan obvios y estables de lo literario. Linda Hutcheon, por ejemplo, considera que la
ms caracterstica de literatura postmoderna es una metafic
cforma
inhstorgfa
. Se refiere a obras de ficcin que se reflejan. adrede en
suproiacndft
, poniendo en primer trmino la figura del autor y el acto de escribir , interrumpiendo can violencia las convenciones de la novela pero sin recaer en el mero
ensimismamiento tcnico. Se basa en obras como Shame de Shalman Rushde , The
White Hotel (El hotel blanco) de D. M. Thomas, Mumbo jumbo de Ismael Reed,
The Public Burning de Robert Coover y The Book of Daniel (El libro de Daniel) de
E. L Doctorow, 'cuyo ostensible tema es el tratamiento de personajes y acontecimientos de la historia conocida, pero sujetos a la distorsin, falsificacin y ficcionalizacin.
ficonald
Hutcheon considera importante que este tipo de textos expongan la
clar
de la propia historia. Los textos niegan la posibilidad de una distincin
entre historia y ficcin, destacando el hecho de que slo podemos conocer la
historia a travs de formas diversas de representacin o narracin. En este sentido,
toda historia es de algn modo literatura.
Por esta razn, Hutcheon niega la designacin de postmoderno a la autorreflexin pura promovida por otros tericos postmodernos como la Nueva Novela francesa, o la sobreficcin de Raymond Federman y Ronald Sukenik. La obra literaria
que no trata ms que de sus propias texturas verbales es, en palabras de Hutcheon ,
ultra-moden.jqpstra,uelomdni
supone
literaria al mundola
real, histrico.
adeEsto se logra a travs
de una atractiva paradoja; Si 1 literatura moderna se preparaba con satisfaccin al
cuacin
retiro
autorreflexivo
de la autorreflexin
de lo que era un mundo real no discursivo, slido y silencioso, el mundo real se haba hecho literatura se haba convertido en un problema
textual, en representaciones, discursos. La postmodernidad restituye el lazo
entre texto y mundo ms que por un ocultamiento del texto con el tin de regresar a
lo real, por una intensificacin tal de la textualidad que sta se hace coextensiva de
lo real. Una vez lo real ha sido representado en el discurso, ya no existe vaco alguno entre texto y mundo.
As, el modelo de postmodernidad literaria de Hutcheon contradice a grandes
rasgos el de Hassan o McHale en el sentido de que mina la esencia fundamental de
lo literario. En el anlisis de Hutcheon la literatura no se revelar de forma trascendental como ella misma, pues la metaficin historiogrfica. siempre forma parte de
Un
lirgustca conjunto mayor de prcticas discursivas; es decir, de lenguajes y reglas
socialepf condicionadas por su relacin con instituciones o relaciones
y que desempean un papel importante y efectivo en las relaciones de poder.
Al igual que otros tericos de lo postmoderno en literatura o cualquier otra disciplina, Hutcheon acepta con placer la interseccin de lmites genricos o disciplinares, la infiltracin de la historia en la literatura y las distinciones de borrosos contornos entre literatura y teora.
Sin embargo, no est muy claro hasta qu punto este supuesto debilitamiento
de lo literario acta al servicio de cualquier forma real o efectiva de subversin. Los
departamentos de literatura y dems instituciones paracadmicas como editoriales, periodismo y artes grficas, se han visto amenazadas sin duda alguna por estas
definiciones borrosas de lo que realmente es la literatura, el objeto coherente de
su actividad. Tambin es cierto que el estudio literario, que todava es una de las
disciplinas ms arraigada y segura en el plano institucional de las humanidades, se
caracteriza por su extraordinaria capacidad para asimilar estos desafos intelectuales y utilizarlos en sus propios intereses. De hecho, la teora ms radical o perturbadora est siendo puesta en marcha en el despliegue 'de la categora del texto
literario postmoderno . Autoconsciente, descentralizado, escptico y ldicamente
polimorfo, el texto literario postmoderno de Borges a Beckett y a Rushdie es un
objeto ideal de anlisis para una teora de la lectura que recela de cualquier forma
de identidad o estabilidad, pero que todava necesita de un objeto sobre el que
practicar. La literatura postmoderna se conforma con los motivos y preocupaciones
de una teora postestructuralista institucionalizada (naturalmente, es dificil imaginar que pudiera adquirir la forma de una teora postestructuralista no institucionalizada o amateur), simpatizando con sus exigencias hermeneticas. De mayor
importancia es que el texto literario postmoderno o las concepciones crticas
que imperan en el texto literario postmoderno concentra la teora escptica o
radical en una forma institucionalmente til, permitiendo que los asuntos de la academia literaria interpretacin de textos, produccin y acreditacin de lecturas y
metodologas continen como de costumbre.
Esto se debe a la extrema adaptabilidad de las disciplinas de estudios literarios
y, en particular, del ingls, que han sido capaces de sobrevivir e incluso prosperar
ante esas aparentes dosis letales de teora radical. Aunque durante cierto perodo
los departamentos literarios fueron los beneficiarios de esta teora que surga en
cualquier parte, la centralidad y prestigio institucional de estos departamentos se
hace evidente en la forma en que esta corriente est siendo invertida, los estudios
literarios buscan ahora formas de diversificarse en reas que ya haban abordado
con un enorme capital terico como los estudios filosficos y culturales. De hecho,
lejos de ser un importador neto de ideas tericas, el estudio literario puede actuar
como una especie de invernadero donde se incuban formas exticas de teora
antes de ser transplantadas a otros climas intelectuales menos hospitalarios. Por no
mencionar el nuevo mercado intelectual de estrellas y personalidades tericas, en
el que el estudio literario se sita a la cabeza.
Pero no debemos confundir esto con el craso y mero antiteoricismo, y no debemos considerarlo como un deseo de regreso a una especie de consenso fantasioso
de ideas sobre la verdad, la belleza y los valores tradicionales. Denominamos teora al proceso por el que toda pretensin absoluta es inexorablemente puesta en
cuestin y, por tanto, es el nombre que damos a la civilizacin y a la cultura. Sin
embargo, sugiero que la teora puede y hasta cierto punto debe-: actuar simultneamente como una forma de contener o regular las consecuencias de una
introspeccin intelectual. La teora literaria postmoderna, en el sentido dual de
juego dominante de ideas y prcticas crticas (caracterizada por el postestructuralismo y la deconstruccin) y de teora dominante de la literatura contempornea,
puede experimentarse y proyectarse como una crisis eufrica, pero esta interpretacin supone el error comn de atender tan slo al contenido manifiesto de la teora en vez de valorar sus efectos discursivos: contemplar lo que dice, en vez de lo
que hace.
Captulo 5
El performance
postmoderno
Como podramos suponer, las teoras postmodernas del teatro han dado gran
nfasis a esta contingencia de la actuacin; de hecho, Michael Benamou considera a la actuacin como ... la forma unificada de lo postmoderno... El teatro
postmoderno se fecha a menudo con el apogeo del arte del performance en la
dcada de 1960, con sus happenings, espectculos, teatro-danza, etc... Una
deformacin de la teora teatral radical de esa poca buscaba la liberacin del
performance de su carcter servil, degradante, respecto de un texto preexistente.
Patrice l'avis, por ejemplo, afirma que obras teatrales postmodernas como la del
americano Robert Wilson, se caracterizan por su carcter improvisado, su desdn
ante un guin o texto que garantizaran la supervivencia y posibilidad de repeticin pero que acabaran con su espontaneidad. De acuerdo con esta esttica de
la fugacidad, lo importante no son tanto los rasgos hurgues-represivos de la
memoria, herencia y repeticin, como los rasgos liberadores de la inmediatez y
singularidad:
La (mica memoria que podemos conservar es la percepcin ms o menos distrada
del espectador o el sistema ms o menos coherente y concentrado de sus respuestas y
alusiones. La obra, una vez representada, desaparece para siempre. Paradjicamente,
durante esa poca en que la reproductibilidad tcnica se acercaba a la perfeccin, fuimos conscientes por vez primera de la naturaleza irreproductible y efmera del teatro, y
la futilidad de intentar reproducir tanto el texto como la actuacin...
Sin embargo, puede decirse que este deseo por lo pasajero es un rasgo moderno en cuanto que nace o conlleva cierta ambicin de devolverle al teatro su verdadero ser, sus propias condiciones intrnsecas. En la influyente obra de Antonin
Artaud, el teatro aparece como una forma cultural sometida o desposeda, dominada, como estaba, por el lenguaje escrito. Artaud afirma que el teatro debera abandonar su lealtad a la autoridad del texto y aprender a hablar su propio lenguaje
intrnsecamente teatral de luz, color, movimiento, gesto y espacio. Este) no quiere
decir que el lenguaje deba eliminarse del teatro aunque Artaud anticipa un
regreso a a... teatro popular, primitivo, sentido y experimentado directamente por
la mente, sin las distorsiones y peligros del lenguaje en discursos y palabras..
sino que el lenguaje tambin ha de hacerse tangible, comunicndose como puro
sonido y sensacin, ms que a travs de una correspondencia abstracta
.
El resultado sera el de un teatro que, en teora se vuelve sobre s; en el que la
obra, actuacin y presencia del pblico se fusionan en una unidad poderosamente externalizada. En opinin de Artaud los personajes y acontecimientos- en escena no deben hacer gestos externos, ya que entonces distraeran al pblico de su
ensimismamiento en la experiencia dramtica: ... Podemos decir que los temas
presentados comienzan en escena. Que han llegado a un punto de materializacin objetiva tal que, aunque ms de uno [sic] lo haya intentado, no podramos
imaginarlos fuera de su panorama compacto, el mundo cerrado y limitado de la
nio corriera de un lugar a otro para aparecer en dos sitios distintos de una misma
fotografa escolar. Pero Phil Collins no viaj ms de cinco mil kilmetros para ser
visible en carne y hueso, sino para proporcionar una imagen que se proyectara en
la pantalla de vdeo que transmita sus primeros planos al pblico del estadio y de
todo el mundo.
Durante los conciertos de la gira Live Aid, las pantallas de vdeo permitan una
fcil incorporacin al espectculo en directo de otro material grabado. David
Bowie y Mike Jagger planearon en un principio cantar . Dancing in the Street. en
Filadelfia y Londres a un mismo tiempo, pero el inevitable medio segundo de
retraso de la transmisin hizo que fuera imposible; as, se unieron en una grabacin de video que simulaba la experiencia de los conciertos en directo y el
hecho de que la cancin y los movimientos de baile que aparecan en el vdeo
ejemplificaran el tema de una celebracin a plein air; espontnea, aada cierta
irona picante a la confusin de lo real y lo representado. El pblico estaba involucrado en este deseado proceso de simulacin. A menudo, el espectador que contemplaba el acontecimiento desde casa vea al pblico contemplando su propia
imagen en la pantalla gigante de vdeo hasta tal punto que, ante las imgenes del
pblico en casa, no estbamos muy seguros de si se trataba del propio pblico o
ce su imagen proyectada en la pantalla de vdeo; es decir, si los estbamos viendo
realmente, o si los veamos contemplndose a s mismos.
El resultado de todo esto no es tanto la abolicin de un deseo de originalidad y
presencia en el instante representada, como la inversin de la dependencia estructural de la copia respecto de su original. En el caso de la actuacin .en directo., el
deseo de originalidad es un efecto secundario de las diversas formas de reproduccin. La intensa realidad del performance no reside en las particularidades de su
emplazamiento, tecnologa o pblico; su realidad consiste en todo el aparato de
representacin.
As, ante el xito del oxmoron postmoderno, no debera sorprendernos la grabacin en directo.. Es cierto que muchos de los protocolos de la actuacin en
directo derivan de la familiaridad entre pblico y artista y de la representacin de
otras actuaciones en directo. As lo confirman las convenciones estticas que determinan,
utilizando ese trmino evocativo contemporneo, las formas de
producin
de grabaciones en vivo. Gran parte de los artistas deben perder una cantidad
considerable de tiempo en el estudio tras la grabacin de un lbum en directo,
haciendo algunos arreglos, alterando el sonido estreo, afinando alguans voces,
aadiendo instrumentos, corrigiendo fallos e incluso intensificando algn sonido
que sera imperceptible en la autntica actuacin en directo. (Una vez se ha llegado a este punto, pueden producirse paradojas como el lbum de Dire Straits,
Alchemy, que haca hincapi en el hecho de que el sonido original no haba sido
falseado en ningn momento.)
As, la experiencia .del directo se mercantiliza cada vez ms, producida corno
una categora estratgica de lo semitico, incluso aunque su funcim dentro de sistemas semiticos sea la de abarcar todo aquello que permanece al margen de las
distorsiones de la mercanca, autntico y peligroso, con significacin propia. El
directo siempre es, en cierto sentido, una cita de s mismo nunca el directo,
siempre el 'directo. Paradjicamente, el deseo de una experiencia autntica y
original es paralelo al reconocimiento de su inexistencia, de su imposibilidad, al
menos en la msica rock contempornea. La sofisticacin cada vez mayor de la
tecnologa del estudio y la consiguiente multiplicidad de versiones de una sola
Captulo 6
Televisin, vdeo y cine
en la postmodernidad
TELEVISIN Y VIDEO
Resulta sorprendente que los tericos de la postmodernidad se hayan ocupado
de la televisin y el vdeo. Al igual que el cine (con el que la televisin coincide cada
da ms), la televisin y el vdeo son medios de comunicacin cultural que emplean
tcnicas de reproduccin tecnolgica. En un aspecto estructural superan a la narracin moderna del artista individual que luchaba por transformar un medio fsico
determinado. La unicidad, permanencia y trascendencia (el medio transformado por
la subjetividad del artista) en las artes reproductibles del cine y el vdeo parece haber
dado lugar a una multiplicidad irrevocable, a cierta transitoriedad y anonimato. Al
mismo tiempo, tanto el cine como el vdeo parecen ofrecer la posibilidad de un
nuevo despertar de cierto mpetu radical, el nacimiento del vdeo arte de vanguardia
es evidencia de ello. Televisin y vdeo abarcan, al igual que el cine, el mundo de la
cultura de masas y el de la cultura minoritaria de vanguardia. Otra forma de decirlo
sera que el video ejemplifica con particular inte ensidad la dicotoma postmoderna
entre las estrategias interrumpidas de vanguardia y los procesos de absorcin y neutralizacin de este tipo de estrategias. La familiaridad de la televisin y la difusin
global de la habilidad televisiva en la produccin y consumo hacen que este problema de transgresin e incorporacin se repita con violenta persistencia.
Los anlisis de la televisin y vdeo en la postmodernidad toman dos formas,
identificadas respectivamente con las hiptesis transgresiva. e incorporativa. La
primera forma busca la identificacin de rasgos postmodernos en la televisin o la
identificacin y promocin de posibilidades progresistas en los videotextos postmodemos. Este tipo de esfuerzos aparecen en el artculo de John Wyver, .Television
and Postmodernism .Wyver toma como punto de partida la pretensin de Stephen
Heath y Gillian Skinner de que la forma dominante de televisin es la ,confianza.
.Los vdeos de msica pop se han convertido en una forma diseada para "contar una
imagen" ms que para "contar una historia"... En el extremo "ltimo" de esta esttica del
vdeo, una cinta como Road to Nowhere establece un espacio no-narrativo ms que
narrativo un espacio de sugestiones narrativas subliminales que no son "realistas" ni
"modernas".... ni tampoco conllevan identificacin ni reflexin crtica alguna....
Sin embargo, lo que resulta ms confuso es que, de algn modo, el conjunto del
mbito de la msica rock contempornea es en s postmoderno: Kaplan quiere
decir algo parecido con respecto a la produccin de la MTV como conjunto. Esto se
debe a la autoconsciencia recicladora de la MTV de toda la historia de la msica
rock. Al igual que Frederick Jameson, Kaplan propone una cronologa estilstica de
la msica rock a travs de sus vdeos: vdeos romnticos que derivan de una especie de rock comercial de los sesenta, vdeos de preocupaciones sociales" (a los que,
de forma inexplicable, denomina modernos) que derivan de aquellos artistas de
los sesenta y setenta que tomaron posiciones opuestas a los valores establecidos, y
vdeos nihilistas propios de las bandas de heavy metal que dominaron en los
setenta. Pero la era del rock postmoderno no se caracteriza tanto por un estilo
determinado cuanto por la multiplicidad de estilos proyectados como un conjunto
de opciones posibles. A medida que nos adentramos en la postmodemidad de los
ochenta, los diversos tipos de vdeos ... comienzan a presentar un ."aspecto" distinto, ms que a tratar lo que podramos denominar "idelogas" diversas... (RATC, 56).
La comprensin de la historia del rock en un presente indiferenciado viene a
caracterizar la produccin de la MTV como algo que encierra y vuelve a poner en
circulacin los estilos de los diferentes perodos de la msica rock convertidos en
mercancas estilsticas. Como resultado, las formas y el pblico propio de la msica
rock se ven abocados a constituir una masa amorfa, aunque de cierta versatilidad
hermenutica. Es una indicacin interesante del dominio de la postmodernidad.
Por un minuto podemos ser un espectador absolutamente moderno de un texto de
archivo sacado de las profundidades alegricas de la fase moderna de la msica
rock, una pelcula publicitaria de los Beatles, por ejemplo; y al minuto siguiente
nos hemos convertido en un espectador postmoderno a medida que aparece en la
pantalla un vdeo de sofisticada irona de Talking Heads; pero no se trata de un
problema de mera eleccin de una afiliacin estilstica determinada, como si eligiramos un sombrero o una habitacin de hotel, pues, en la propia capacidad de
eleccin individual entre estos modelos de respuesta e interpretacin, hemos sido
postmodemos todo el tiempo.
Kaplan tambin desea sealar la forma en que el video-rock se enfrenta de
forma derrideana o deconstructiva a lo 'que denomina ... prcticas significativas
burguesas...; es decir, la forma en que desafa la condicin de la representacin
como algo natural o verdadero y presenta la ilusin de una posicin oral que
est fuera o por encima de las estructuras de representacin (RATC, 147). Al igual
que John Wyver, Kaplan parece creer que este orden exagerado se cumple por el
simple hecho de la versatilidad estilstica. Los vdeos de rock postmodernos poseen implicaciones feministas, pues la ... ruptura de las formas realistas tradicionales
a veces conduce a una deconstruccin de las representaciones convencionales del
papel sexual que permite nuevas posibilidades para la imaginacin femenina....
Kaplan, en una actitud que no se explica ni puede ser explicable, aduce como una
recomendacin feminista ms del video postmodern el hecho de que e... ofrece al
espectador femenino el placer de la sensacin color, sonido, modelos visuales
y de la energa, el movimiento del cuerpo; posibilita tambin la expresin del
deseo femenino... (RATC, 150). Dejando a un lado la extraordinaria e insultante
infantilizacin de los espectadores femeninos que en su deleite infantil por colores y modelos se parecen a los excitables nativos de la imaginacin colonial, esta
definicin debe en gran parte al deseo de proclamar a toda costa las posibilidades
transgresoras de ese producto poderoso y propio de la mercantilizacin cultural
del capitalismo tardo que es la MTV, y conseguir as que el anlisis llegue a un elegante compromiso de cierta credibilidad.
En otro anlisis ms prudente, Pat Aufderheide afirma de forma similar el potencial productivo de los vdeos de rock. A pesar de que las formas de video-rock ya se
han adentrado en la publicidad y el espectculo pblico, incluso en la promocin
poltica, la fuerza de su ... poderoso arte postmoderno, si acaso juguetn..., deriva
de ese proceso propio de los vdeos musicales que incluye, repite y estimula a... la
recreacin constante de un ser inestable.... Este tema es comn en numerosos anlisis de los vdeos de msica rock contempornea, pero no sue le. ir acompaado de
indicaciones sobre cmo aislar unas propuestas supuestamente progresistas de las
banalidades evidentes y los estereotipos reducidos de los vdeos de rock, as como
de la absoluta saturacin de la forma por una comercializacin acrrima.
Antes o despus, los tericos del vdeo-texto postmoderno se encuentran con
el problema de separar los elementos transgresores de los incorporados. As ocurre, por ejemplo, en la descripcin de Susan Boyd-Bowman del Institut National
de la Communication Audiovisuelle (INA) en Francia . La INA se fund en 1975 y
desde entonces se ha ocupado de suplir los tres canales franceses de radiodifusin con cerca de sesenta horas al ao de programas innovadores o experimentales, as como del mantenimiento de un gran archivo nacional de material cinematogrfico y audiovisual. Esta coincidencia fortuita de papeles tuvo su importancia
en los programas producidos por la INA desde 1975, incluyendo Hyeroglyphs
(1975), Rue des archives (1978) y Juste une imagen (1982), ya que se caracterizaban por una conocida esttica postmoderna de montaje, repeticin, cortes y discontinuidad. He aqu la descripcin de Boyd-Bowman del sexto episodio de
Juste une imagen, un montaje de un da de transmisin en el segundo canal estatal de radiodifusin:
Un reloj digital muestra la hora desde una esquina del encuadre. Para mayor complejidad del montaje, el programa se entremezcla con ciertos elementos "parasitarios":
video arte, sobre todo de origen norteamericano como Advertisements for Artists de Joan
Logue. As, en contraposicin con el carcter deconstructivo de la tendencia televisiva
general, aparece la ostentacin de ciertas prcticas subversivas. Por ejemplo, la ingeniosa reedicin de Apostrophes mezclaba un debate intelectual donde el sonido se superpona a una serie de cortes que ponan en primer trmino el lenguaje corporal de los partico,T-Wmen.
cipantes,
con un vdeo de un realizador de cine experimental sobre actos sexuales lsbi-
formas de direccin que llevan de punto y aparte en punto y aparte... (Postmodernism and the Vdeo- Text, 211). Jameson ejemplifica de nuevo estos fenmenos dentro de una aparente contradiccin, y describe as cmo una msica experimental de secuencias se entremezcla con una banda sonora de consejos vocacionales o psicolgicos, produciendo ... mensajes predecibles sobre los mecanismos
ocultos que programan y condicionan a la sociedad burocrtica... (Postmodernism and the Vdeo-Text 216). Jameson repite su advertencia, la identificacin de
estos temas supone un bloqueo artificial y culpable del fluido total del texto, que
es ... una rotacin infinita de elementos que cambian de lugar en cada momento,
con el resultado de que ningn elemento puede ocupar por un espacio de tiempo
la posicin de "intrprete" (o la de signo primario), ya que al instante siguiente ha
desaparecido... (Postmodernism and The Vdeo-Text 218).
Finalmente, en lo que parece un ltimo esfuerzo por revocar el imperativo del
fluido total, Jameson identifica el .... significado real de esta obra.... con una
referencia crptica al asesinato del supervisor de San Francisco, Ha rvey Milk, el 27
de noviembre de 1978, cuya evidencia fue la presencia de disparos en un cartn de
leche y una supuesta referencia visual de 'hostess twinkies (un. tipo de galleta
americana); el asesino de Ha rvey Milk, escribe Jameson, e... hizo un alegato de
inocencia inolvidable debido a su enfermedad por el excesivo consumo de "hostess twinkies"... (Postmodenism and the Video-Text'., 220). La nota de triunfo es
inconfundible (irnica quiz, aunque en este caso la irona parece un mero recurso): ... al menos se ha revelado el referente; el hecho en bruto, el evento histrico,
el sapo real de este particular jardn imaginario.... (Postmodernism and the VdeoText, 220). Poco despus, Jameson vuelve atrs en esta particular atribucin de
significado; y se lamenta de que no podamos asegurar si este descubrimiento
documenta e... esa carga tenaz, persistente y gravitacional de referencia... o bien
muestra esos penosos rescoldos de significado que quedan una vez que la referencia ha sido ... procesada sistemticamente, desmantelada, textualizada y volatilizada... (Postmodernism and the Video-Text', 221).
El anlisis de Jameson finaliza con una fbula que narra la separacin gradual
de smbolos y referentes a lo largo. de la historia y que considera al vdeo postmodemo, donde se produce la separacin absoluta entre ambos trminos, como
caracterstica suma del capitalismo tardo. Pero, si las formas artsticas modernas de
principios del siglo xx podan obtener cierto poder crtico en su separacin de lo
real, el vdeo postmoderno no ofrece la posibilidad crtica de un orden cultural
respecto al que es banalmente idntico. Los intentos de Jameson por aventurar su
dialctica en la vida proclamando al vdeo como ... casi, la forma de mayor fuerza,
originalidad y autenticidad... (Postmodemist and the VIdeo-Text', 223) de la lgica de la cultura postmodema, parecen revitalizar con cierta nostalgia ese lenguaje
esttico de aquellas obras maestras modernas que previamente haba destruido.
El anlisis de Jameson, en su indecisin de enfoque entre la televisin comercial y el video de vanguardia y su oposicin vacilante, presenta con claridad una
lucha recurrente dentro de las teoras de formas postmodernas contemporneas.
Las teoras de la cultura contempornea expresan un doble compromiso: en primer
lugar, con el mpetu democrtico que pretende salvar el vaco entre la alta cultura
elitista y la cultura popular de masas, y, en segundo lugar, con un lxico de subversin cultural y deconstruccin heredado en parte de la cultura moderna y sus
tericos de vanguardia. En opinin de numerosos tericos de la contemporaneidad la cultura de masas nunca volver a ser ese agonizante antagonista de la creati-
vidad individual que fue para Queenie Lewis o Theodor Adorno, y los esfuerzos de
gran parte de la crtica se centran en la bsqueda de formas de acreditar a la cultura de masas como potencial subversivo o progresista. Esta lucha es de particular
intensidad en el caso especfico de la televisin, pues sta se afana en trivializar la
innovacin cultural. La lucha por mantener chispas de resistencia o potencial subversivo de las ascuas mortecinas de la cultura contempornea que aparece en gran
parte de la obra de estos tericos, es paralela a una lucha interna de trminos y
conceptos donde la teora de los poderes enciclopdicos de incorporacin de la
cultura contempornea compite con un deseo de promocionar formas de resistencia y ele encontrar un lugar para la teora dentro del proceso.
Sin embargo, la capitulacin de las seducciones tecnolgicas televisivas y
audiovisuales ofrece menor complejidad en algunos anlisis de la televisin. Lawrence Grossberg, cuyo trabajo sobre la sociologa de la msica rock ha mostrado
cierta repugnancia jamesoniana ante la vaciedad moral de la cultura ele masas, ha
cambiado de actitud sobre la televisin postmoderna en su obra ms reciente.
Grossberg define a la televisin contempornea en trminos de superficialidad
deliberada, multiplicidad de imgenes vacas de mera interreferencialidad. Al igual
que muchos otros tericos, Miami Vice le sirve de ejemplo:
Miami Vice, como han dicho los crticos, es superficialidad pura. Y una superficialidad
que no consiste ms que en una serie de citas de nuestros escombros histricos colectivos, una partida del Trivial... La narracin es menos importante que las imgenes... La
conclusin narrativa se convierte en mera conveniencia del medio. Y el espectador desaparece como sujeto ante la rapidez de imagen y los incmodos ngulos de la cmara... .
...
Pero, en opinin de Grossberg, los modelos y procesos de produccin y consumo de televisin son de mayor importancia que estas formas especficas ele evidencia textual. Siguiendo los argumentos de Jameson, sugiere que la teora de la televisin debe acomodarse de algn modo a la intensa variabilidad de los medios de
comunicacin electrnicos contemporneos y las formas, e incluso lugares, en que
se experimentan. Esta variabilidad parece frustrar cualquier esfuerzo crtico por
hablar con cierto fundamento de un texto televisivo o de su postulado espectador:
. ...
12
una televisin como condicin psico-cultural postmoderna un mundo de simulacin sin referencia a lo real, que circula y se renueva en un fluido infinito, disperso. El encaprichamiento de Grossherg con esta bsqueda queda mitigado por su
declaracin de la necesidad de -un mapa- de este terreno afectivo tan complejo y
cambiante, huyendo as de esa posicin comn tan lamentable que afirma que,
debido a que la televisin construye nuestra subjetividad, sus formas son idnticas
a la subjetividad. Pero su optimismo general frente a las paradojas de los placeres y
efectos de la televisin (... por decirlo de forma ms clara, la televisin es in-diferente a las diferencias, incluso aunque construya diferencias ante la verdadera
ausencia de diferencia...) atestigua ese extrao sentimiento derrotista propio- de
la teora de la televisin postmoderna ante la creencia de que su objeto de estudio
ha neutralizado y superado todas las teoras y procedimientos deconstructivos disponibles.
El architerico que supera esta teora, el autor cuya sombra se cierne como una
pesadilla sobre los anlisis .del cine, televisin y vdeo de la postmodernidad, es
Jean Baudrillard y su importante ensayo, El xtasis de comunicacin . En este
ensayo, ms que considerar a la televisin y sus tecnologas como una forma cultural especfica, Baudrillard las trata como una metfora del rgimen de simulacin
de las culturas occidentales contemporneas. Baudrillard afirma que la estructura
fsica de la vida social de estas sociedades ha sufrido transformaciones fundamentales. pocas anteriores requeran y reproducan un conjunto de contrastes relacionados y equivalentes entre la vida pblica y la privada, entre el ser subjetivo y el
mundo objetivo. En los tiempos contemporneos estas relaciones han sido neutralizadas y as, aquella antigua concepcin del ser o la psique que se proyectaba
sobre determinados objetos en ciertas relaciones de dominio y posesin (adquiriendo la condicin de smbolos, como coches, casas y piscinas) ha dado paso a
una equivalencia plana e intercambiable entre sujeto y objeto. Baudrillard utiliza el
ejemplo del conducir un coche. De firma progresiva, dice, conducir ya no se relaciona tanto con la afirmacin tajante de una voluntad subjetiva sobre un objeto
resistente pero siempre material, cuanto con una relacin cooperativa entre mecanismos que se consideran correlativos. La carretera o el paisaje ya no son. antagonistas u obstculos que hayan de salvarse con esfuerzo y poder, sino que se suceden suavemente ante el conductor/espectador como imgenes en la pantalla de un
televisor; en los coches modernos que hablan a sus ocupantes el fracaso de la distincin entre hombre y mecanismo llega a sus cotas ms altas. (Baudrillard debi
de intentar conducir mi coche en el trfico de Londres.) La metfora que utiliza
Baudrillard para este fracaso de la dicotoma sujeto-objeto es la pantalla. La pantalla de televisin o de un ordenador no puede considerarse como un objeto al que
se mira, con las viejas formas fsicas de proyeccin e inversin; por el contrario, la
pantalla choca con nuestros deseos y representaciones y se convierte en la forma
que encarna nuestros mundos fsicos. Lo que ocurre -en- la pantalla no est en la
pantalla ni en nosotros, sino en un espacio complejo, virtual, entre ambos.
La conclusin de todo esto es la neutralizacin de otra oposicin, la que existe entre el mundo invisible de sentimientos y fantasa y el inundo .visible. de
representaciones pblicas. La masa ingente de representaciones, en el cine, la
televisin y publicidad y la difusin exponencial de. informacin no slo amenaza la integridad del mundo privado, dice Baudrillard, sino que acaba realmente
con las verdaderas distinciones entre lo pblico y lo privado. Si la televisin
ataca de forma implacable los mundos privados de individuos reales, con la multiplicacin de investigaciones ntimas de las vidas privadas y documentales fly on
the wall, el mundo privado se acerca o es invadido por el mundo pblico de los
eventos histricos, disponibles en cualquier saln gracias a la televisin. Lo
pblico posee lo privado, lo privado abarca a lo pblico.. Lo ms caracteristico de
esta situacin es su enorme visibilidad, tan excesiva que Baudrillard la denomina
obscenidad.: ... La obscenidad comienza precisamente donde ya no hay ms
espectculo, ms escena, cuando todo se convierte en transparencia y visibilidad
inmediata, cuando todo est expuesto a la luz cruel e inexorable de la informacin y la comunicacin.... (El xtasis de comunicacin, 130). En esta situacin,
parece dificil hablar de alienacin por o debido a los medios de comunicacin
de masas, puesto que requirira la rehabilitacin de toda una estructura de pensamiento que incluye la clara distincin entre existencia individual autntica e
inconsciencia falsa y carente de autenticidad, algo que una gran visibilidad hara
imposible. No podemos tener una imagen tergiversada o falsa en una situacin
en la que ya no existen afirmaciones o negaciones, sino la produccin febril de
signos, de significados, un e... xtasis de comunicacin..... Si sustituimos la alienacin tambin estamos sustituyendo la idea de representacin, pues con el fracaso de la idea del ser privado ya no hay nada que reprimir o ningn espacio en
el que reprimido; ... ya no existe la obscenidad tradicional de lo oculto, reprimido, prohibido u oscuro; por el contrario, se trata de la obscenidad de lo visual,
de todo aquello que es demasiado visible...de lo que ya no tiene ningn secreto,
todo se disuelve por completo en informacin y comunicacin.... (El xtasis de
comunicacin, 131).
Paradjicamente, esta situacin parece reproducir y emular los modelos de perfomance desarrollados en las teoras del teatro postmoderno. Aunque en un principio se concibe a los medios de comunicacin electrnicos como instrumentos de
Hiera reproduccin, stos se han liberado finalmente de su funcin servil. Al igual
que el texto actuado, la televisin no pretende representar el mundo, sino que promulga sus propias formas y lenguajes en un puro presente actuado. Pero el anlisis
de Baudrillard no conlleva la misma carga de estmulo que otros muchos anlisis
del perfomance liberado. Este mundo de saturacin comunicativa se encuentra,
en efecto, vaco o fro. en el aspecto emocional y su estado psquico representativo no es la histeria, un estado en el que el cuerpo y sus sntomas se convierten en
el texto interno de sentimientos y deseos profundos, sino la esquizofrenia que,
nos recuerda Baudrillard, no es tanto el estado de retraimiento del mundo externo
como del avance arroyador de ese mundo sobre la consciencia del enfermo, que
se disuelve dolorosamente debido a la falta de distanciamiento; es ... la proximidad absoluta, la instantaneidad total de las cosas, el sentimiento de indefensin, de
no retroceso. Es el final de la interioridad y la intimidad, la sobreexposicin y
transparencia del mundo que nos atraviesa sin encontrar obstculo.... (El xtasis
de comunicacin, 133). La pantalla de televisin es una metfora perfecta de todo
esto: visibilidad absoluta, prdida de interioridad, proliferacin de informacin y
... Los grandes estilos modernos estaban... dedicados a la invencin de un estilo personal, privado, tan inconfundible como una huella dactilar, tan incomparable como nuestro propio cuerpo.... Esto quiere decir que en sus orgenes la esttica moderna estaba
ligada de algn modo a la concepcin de un ser nico y una identidad privada, una personalidad e individualidad nicas que, supuestamente, generaban una visin propia del
mundo y forjaban su propio estilo nico e inconfundible.. .
Aunque Jameson no aclara el funcionamiento de todo esto en el mbito del
cine, podernos tornar corno ejemplo de actitud moderna la conocida teora del
auteur de 1970, pues estructura el anlisis estilstico de una pelcula alrededor de
la figura del autor-director . En la cultura y teora postmodernas esta actitud no
queda sustituida tanto por la ausencia absoluta de estilo cuanto por su distancia
del concepto de un autor poderoso y creador. As, al igual que otras reas de la
cultura contempornea, el fracaso de la ideologa moderna del estilo conduce a
una cultura de estilos mltiples, combinados entre s, alternando y regenerndose
en una furiosa polifona de voces descontextualizadas. Esto supone cierta simplificacin del sentido de origen histrico, pues en este arte del pastiche no slo circulan individualidades artsticas, sino tambin historias dislocadas.
Todo ello se manifiesta en el cine postmoderno en forma de nostalgia o .cine
retro, en American Graffiti, Star Wars, (La guerra de las galaxias), Chinatown o
Body Heat (Fiebre en el cuerpo).
Pero, al igual que en el caso de la televisin postmodem, la multiplicidad estilstica tambin es caracterstica del conjunto de la cultura del cine postmoderno
gracias a la creciente disponibilidad en vdeo de viejas pelculas y su continua visibilidad por televisin. De hecho, al igual que en las teoras de la televisin postmoderna, parece que lo postmodemo en el cine no es tanto el problema de un nuevo
estilo dominante como la corrosin de la misma idea de dominacin. Como afirma
James Collins:
Lo que distingue al contexto postmoderno es la presencia simultnea de ese estilo
junto con estilos modernos, premodernos y de agresiva antimodernidad, todos ellos de
gran popularidad entre los diferente pblicos e instituciones. De hecho, Diva puede ser
un texto postmodemo de detectives, pero lo que individualiza al contexto postmodemo
es la aparicin de esta pelcula en una cadena de televisin por cable al tiempo que The
Maltese Falcon (El halcn Malts), Death of an Expert Witness y Miamy Vice se emitan
en otras cadenas esa misma noche.... .
Si la teora del cine postmoderno fuera un simple asunto estilstico no planteara problema alguno. Pero al igual que en el caso de la televisin postmoderna,
hay mucho ms en juego, pues los tericos han tratado de identificar una prctica
transgresora en el cine y en la crtica cinematogrfica. Las cuestiones de poder y
efecto
postmdern
de los textos posimodernos individuales y el propio mbito terico
se hacen mucho ms aparentes en este tipo de contextos. Esto queda
demostrado en la comparacin de dos lecturas postmodernas recientes del cine:
el ensayo de Norman Denzin sobre Blue Velvet (Terciopelo azul), de David
Lynch (1986), y el estudio de Patricia Mellencamp sobre The Man Who Envied
Women, de Yvonne Rainer (1985) 30 . Denzin caracteriza a Terciopelo Azul como
es Jack Deller, una especie de terico del cine. La pelcula muestra el narcisismo
bien intencionado de Deller que es ... una perfecta mscara caricaturizada de la
feminista.... en un avance terico que no puede referirse a su poderoso patriarcado (Mellencamp, 91) y el desafo a la asuncin de poder a travs del lenguaje
terico. Mellencamp seala cmo se muestra la inconsciencia de Jack Deller a travs de las diversas formas de discurso desordenado y catico que le rodean, sentado frente a una pantalla de cine prosigue suavemente con su charla interminable mientras el pblico estalla en gritos; con sus auriculares mientras los ruidos y
chistes de la calle se animan y empujan a su alrededor. As, la pelcula se opone al
carcter monoltico y agonizante de la teora masculina que afirma la fuerza debilitada del lenguaje femenino; parece que una multiplicidad postmoderna de voces
reales desplazara a la postmodernidad oficial. representada por Deller y su explicacin interminable de Foucault. Esta tcnica genrica proporciona una forma de
entender los otros ejemplos del estilo postmoderno que Mellencamp describe en
la pelcula; la presencia de lo verbal frente a lo visual en el anlisis de la difcil
semana de una mujer que comienza con el famoso primer plano del parpadeo del
ojo femenino de Un Chien Andalou (El perro andaluz) de Buuel: ... fue una
semana dura. Abandon a mi marido y mi traslad a mi estudio. La calefaccin de
agua se rompi... y manch de sangre mis pantalones de rayas blancas; el senado
aprob el gas central; y mi gineclogo se estrell en el vuelo 0007 de Aerolneas
Coreanas... (citado en Mellencamp, 91). A continuacin aparecen otras controversias postmodernas, entre ellas las siguientes: ... rechazo a las dicotomas, a las
bipolaridades, a la ontologa de los lmites de los medios de comunicacin; disolucin de oposiciones binarias, incluyendo al gran defecto cultural, la divisin
entre sexos...desafo de las premisas definitivas de la cultura moderna: la centralidad del autor\ genio masculino comn, la homogeneidad del preciado objeto de
Arte y la distincin sagrada, atrincherada entre ste y la cultura de masas o popular... (Mellencamp, 98).
La fuerza del anlisis de Mellencamp es tal que consigue la difcil superposicin
de las estrategias postmodernas del cine y de una teora postmoderna oficial que s
toma parte en la pelcula, que no se trasluce en movimiento o heterogeneidad,
sino en quietud y autoridad. En opinin de Mellencamp, la pelcula demuestra
cmo ... el feminismo se convierte en la ruptura reprimida y dirigida de la postmodernidad, marginndose e incluso, al igual que el "primitivismo", mantenindose
al margen del debate como algo incognoscible, algo apropiable junto con otras
razas y culturas gracias a la benevolencia circunvolutiva del colonialismo local...
(Mellencamp, 99). En otras palabras, Mellencamp toma a la pelcula de Reiner
como punto de partida y aprovecha la ocasin para realizar un anlisis autorreflexivo de la propia teora postmoderna y las estrategias de recepcin que puede llegar a desarrollar. Si la teora postmoderna es en cierto modo el custodio cultural
del cine postmoderno, es necesario reconocer su complicidad en la proyeccin y
circulacin de normas estilsticas respecto a la crtica y al mismo cine. Es decir, el
desarrollo de una cultura de resistencia postmodema depende en gran medida de
la voluntad de la teora cultural para el reconocimiento e investigacin de su propio papel en la creacin de esa cultura, pues esta teora podra dar pie tanto a una
cultura de indiferencia como a diferencias productivas.
Captulo 7
Postmodernidad
y cultura popular
Los ltimos aos han presenciado un inters general por todo un conjunto de
textos y prcticas culturales que la crtica acadmica haba evitado u omitido. Los
crticos culturales contemporneos, siguiendo la lnea de Richard Hoggert, Raymond Williams, Roland Barthes y Stua rt Hall, han tratado temas como el deporte,
la moda, los peinados, ir de compras, juegos y rituales sociales, pretendiendo de
forma descarada concederles el mismo grado de sofisticacin terica que cualquier
otro artefacto cultural. En cierto sentido se trata de un fenmeno postmodern,
pues, debido a esa nivelacin de jerarquas y lmites borrosos, efecto de la expansin del mbito de la cultura descrito por Jameson, lo cultural, social y econmico
ya no son fcilmente distinguibles.
Se ha pretendido que muchas de estas formas y prcticas culturales eran representativas de la postmodernidad incluso aunque se trataba de formas y prcticas
que no han pasado por una fase moderna reconocible. Estas formas no parecen
necesitar la legitimacin de la teora postmoderna para disfrutar de su condicin
postmoderna. Esto no quiere decir que no sean formas significativas de transferencia y paralelismo con otras formas de teora cultural postmodema. Como en otros
mbitos, en la cultura popular la condicin postmoderna no constituye una serie
de sntomas que aparecen sin ms en un cuerpo de evidencia textual y sociolgica,
sino que se trata de un complejo efecto de la relacin entre determinada prctica
social y la teora que organiza, interpreta y legitima sus formas.
LA MSICA ROCK
La msica rock en cuanto a forma cultural especfica slo puede denominarse
postmoderna por analoga. Aunque es bastante discutible, la msica rock ha experimentado una genealoga interna acelerada que imita o puede construirse como
imitadora de narraciones del nacimiento de la sensibilidad postmoderna en otras
reas culturales. Frederic Jameson insina el ejemplo de The Beatles y The Rolling
Stones como ... el momento moderno por excelencia... de la msica rocks. El tipo
de narracin que esto conlleva puede ser el siguiente: tras su reveladora insurgencia en los sesenta, la msica rock se ha canonizado e incorporado a la industria
cultural de los setenta a pesar de que sus mayores representantes parecen estar
investigando estilos experimentales o cmico-experimentales relacionados con la
esttica vanguardista contempornea; esto produce un amalgama moderno. contradictorio, si no discutible, de todo aquello que ha sido incorporado experimental
e institucionalmente. A finales de 1970 aparece la msica punk y el New Wave,
asociadas a grupos como The Cars, The Sex Pistols y tantos otros que pretendan
purificar la fase aristocrtica del rock mediante el regreso a los orgenes y a las
energas primarias de la msica rock surgido de las experiencias de la clase trabajadora y la juventud insatisfecha.
La analoga slo funciona parcialmente. No es fcil pretender que, incluso en su
fase moderna, la msica rock haya investigado realmente la naturaleza de su propio medio, convenciones e instituciones del mismo modo que la literatura y el arte
moderno de la primera mitad de siglo; tampoco hay semejanza entre la oposicin a
la sociedad industrial de masas ejemplificada en la modernidad artstica y literaria y
la identificacin casi absoluta de la msica rock con las energas de la expansin
capitalista de 1960 y, de nuevo, en 1980. Del mismo modo, no puede afirmarse
categricamente que una mutacin postmoderna decisiva haya tenido lugar en la
msica rock desde el punk y el New Wave. Ms bien, lo que parece haber sucedido es que ese ciclo donde nuevas formas y energas se van incorporando, modulando y reciclndose como mercancas se ha acelerado hasta cotas inimaginables,
llegando a un punto en el que la autntica originalidad y la explotacin comercial ya no se distinguen fcilmente.
Es cierto que la definicin de postmodernidad cultural encajara a la perfeccin
con esta idea: la nocin de Jameson de un movimiento ms all de la historia hacia
un presente plano, sin profundidad ni extensin, donde estilos e historias circulan
intercambindose. Junto con la industria de la moda, la industria del rock es el
mejor ejemplo de la comercializacin elstica del pasado cultural y el reciclado
regular de su propia historia en forma de renacimientos o refritos, rplicas o nuevas versiones. En los ltimos aos el desarrollo de nuevas formas de tecnologa ha
acelerado e incluso democratizado este proceso, hasta tal punto que la evidencia
cultural de la msica rock puede ser desmantelada y reorganizada fsicamente en
forma de pastiche o collage de un modo ms rpido e incontrolable que antes. El
culto presente al sampling, el empleo de una tecnologa audio para apropiarse y
manipular grabaciones y actuaciones de otros msicos es el ejemplo ms claro de
la esttica postmoderna del fragmento al tiempo que muestra el deseo de la msica
rock de vivir a costa de su propia historia y formase.
La msica rock ha pretendido, a grandes rasgos, ser la forma cultural postmoderna ms representativa. Encarna a la perfeccin la paradoja fundamental de la
cultura de masas contempornea, su alcance e influencia unificadores y globales
combinan cierta tolerancia y un carcter generador de pluralidad de estilos por un
lado, y medios e identidades tnicas por otro. Aunque la msica rock posee una
historia fcil de distinguir y demostrar, se caracteriza tambin por una impureza
congnita de medios y naturaleza. En un principio, la importancia de la msica
rock resida en la fuerza de su amalgama del conjunto de la cultura juvenil; moda,
estilo y la cultura de la calle, el espectculo y el performance a rt en la obra de artistas corno The Who, Genesis, Talking Heads y Laurie Andersen, cine y nuevas tecnologas reproductivas, los medios de comunicacin el ejemplo ms obvio y
reciente sera el video-rock.
La mayora de los anlisis y celebraciones del rock postmodern o la -msica
popular subrayan dos factores muy relacionados entre s: primero, la capacidad de
articular identidades culturales alternativas o plurales de grupos marginales en culturas dominantes o nacionales; segundo (a veces, aunque no siempre, relacionado
con lo anterior), la celebracin de los principios de parodia, pastiche, multiplicidad
estilstica y movilidad genrica. En opinin de Dick Hebdige, la importancia de
estilos como el ska, el dub, el rap y el hip-hop en el caso de la msica caribea,
reside en las oportunidades que representan de afirmacin de identidad cultural
para grupos sociales oprimidos de las Indias Occidentales y Gran Bretaa. Hebdige
subraya el carcter espontneo y explosivo de esta msica, que el rock blanco oficial siempre ha mantenido invisible y oculta (aunque en cierto sentido siempre ha
disfrutado de una importancia y popularidad masivas); y celebra el poder de estas
formas subculturales en sus esfuerzos de cohesin social y de expresin de la pluralidad de la experiencia cultural y tnica. Para Hebdige no existe una lnea divisoria clara entre los productos de la msica negra y las tcnicas y tecnologas incluidas en su produccin: los estudios de grabacin, ,condeas-ghtyim
sonido son los medios apropiados para formas de improvisacin e innovacin cultural como el sampling o el scratching . Se trata de una msica que une el modo
del directo y la grabacin, incorporando y manipulando el material grabado con la
actuacin en directo. Hebdige aprueba la naturaleza no oficial de esta tecnologa,
que puede utilizarse, afirma, para descentralizar y redistribuir el poder cultural. Al
final de su libro, Hebdige celebra el sano cosmopolitismo de las ondas en un pasaje que convierte a la radio en la verdadera encarnacin de la movilidad cultural
postmoderna:
En la radio no existen pocas ni restricciones de vestuario. No tenemos que hacer
grandes esfuerzos para llegar a la msica. Todo lo que hemos de hacer es encender la
radio y ajustar el dial. Y no es necesario que estemos siempre en el mismo lugar. Podemos ir y venir por la longitud de onda desde Cape Town al Caribe va Brooklyn y Clapham Junction... (Cut N'Mix, 156).
Todos estos anlisis presentan una ambivalencia preocupante en sus pretensiones respecto a la marginalidad cultural, pues se debaten entre historias propias del
capitalismo triunfante, formas culturales que no son algo oculto, invisible, marginal
e inefectivo, sino que disfrutan de una gran difusin y a menudo de grandes beneficios. La dicotoma se hace ms visible en el anlisis de Lipsitz, que fantasea sobre
la marginalidad cultural de los msicos mexicanos concedindoles incluso un
carcter representativo y central en la "sociedad. contempornea:
Debido a que su experiencia exige cierta bifocalidad, la cultura grupal minoritaria
refleja la naturaleza descentrada y fragmentaria de la experiencia humana contempornea. Debido a que su historia se identifica con las fuentes de su marginalidad, las cultu-
ras grupales minoritarias poseen una legitimidad y conexin con el pasado que les distingue de grupos ms asimilados. Maestros de la irona en un mundo irnico, a menudo
comprenden que la marginalidad les convierte en unos portavoces sociales ms apropiados que aquellos grupos mayoritarios, incapaces de desentraar o pronunciar las causas
de su alienacin....
ESTILO Y MODA
La moda es uno de los temas ms sorprendentes y representativos de la teora
postmoderna de la cultura popular. Aunque todava presenta cierta desorganiza-
colage en
... Si el estilo de los "jvenes modernos" se presenta de una forma relativamente directa
y obvia, entablando un compromiso absoluto con el significado "acabado", con un significante, y con lo que Kristeva denomina "significacin", el estilo punk es un estado constante de ensamblaje, de flujo. Introduce un conjunto heterogneo de significantes que
en cualquier momento pueden ser reemplazados por otros no menos productivos. Invita
al lector
direcnl a "adentrarse" en la "significacin", a perder el sentido de la direccin, la
sentido. De hecho, a la deriva de cualquier significado, el estilo punk se aproxima a ese estado que Barthes ha descrito como indecisin (la verdadera forma del significante); una indecisin que no acaba con nada, que se contenta simplemente con desorientar a la Ley... .
La teora postmoderna contempornea se ha convertido cada vez ms en prctipluralidad y resistencia cultural. Al iguaI que la teora del rock postmoderno, uno &l temas ms importantes de esta forma de trabajo ha sido la experiencia de grupos tnicos marginales odiscriminados, filos
tericos cada vez han llegado a ms categoras y conceptos postmodernos que
evocan y comprenden esta experiencia y que a menudo exigen un enfoque ms
extenso que el de las formas previas de estudio sociolgico. Kobena Mercer, por
ejemplo, ha extendido el anlisis postmoderno de la cultura contempornea al
tema de la moda de peinados negros, afirmando que ... la cuestin del estilo
puede considerarse como un medio de expresin de las aspiraciones de la gente
de color excluida del acceso a instituciones "oficiales" y que carece de representacin o legitimidad en las sociedades urbanas e industriales del Primer Mundo
ca cultoral por sus modelos de
como algo simplemente natural o expresivo de la identidad cultural negra pues las
...
que el cuerpo es
descodificado y vuelto a codificar para poder definir y habitar los nuevos espacios territoriales de la expansin del capital. 'Si la moda parece poder escaparse
por un momento, es recapturada Por la red de imgenes al siguiente; congelados en el
espejo de la picaresca de los medios de comunicacin, siempre contemplamos nuestro
vuelo suspendidos en el aire...
Una vez ms, el giro de este espiral conceptual explosivo lo provoca el anlisis
cultural de esta misma situacin. Gran parte de la teora cultural contempornea se
presenta como un esfuerzo guerrillero que trata de conceder dignidad y valor a
todo un conjunto de prcticas y experiencias que los anlisis dominantes de una
cultura de lite pueden haber ignorado. Al mismo tiempo, la obra del analista cultural suele considerarse del mismo modo que la del antroplogo, como una espe
cie de extrao intruso de la cultura que est siendo estudiado y analizado y que, al
final, hasta puede ser destructivo para esa cultura. Dick Hebdige emplea este
modelo cuando, al final de Subculture, lamenta la condicin necesariamente
excluyente del analista cultural, que .. est en la sociedad pero no en su interior, y
realiza un anlisis de la cultura popular qt e es cualquier cosa menos popular....
Esto supone la existencia de espacios de socialidad pura que., como una especie de
salvajismo melanclico, primitivo,: preservan con fragilidad los principios y experiencias de.la vida real; y una vez investigados, una vez comprendidos, esta vida
irreflexiva y espontnea puede extinguirse. Hebdige lamenta que el estudio del
estilo subcultural, que en un principio pareca devolver el mundo acadmico al
mundo real, reunindolo con la gente, acabe finalmente por confirmar la distancia
entre el texto y su lector, entre la vida cotidiana y aquella mitolgica con la que se
rodea, queda fascinado y termin excluyendo . Pero esta especie de remordimientos puede convertirse en cierto tipo de hibris al conceder al analista cultural la conde hroe existencial, marginalizado incluso de los mrgenes subculturales y
condedicin
a
a una vida intelectual errante.
La mayor parte de la teora de la cultura contempornea da una respuesta diferente a esta disconformidad autorreflexiva, y cultiva de forma deliberada un modo
menos autoritario y ms biogrfico en un intento por rechazar la autoridad acadmica abstracta y saturar su anlisis con los materiales que pretende analizar. Un buen
ejemplo sera parte de la ltima obra de Dick Hebdige , que intercala el diario autobiogrfico con la teora (se discutir con ms detalle en el siguiente captulo). Pero,
como la queja del intruso, esta modestia terica oculta. o deja sin analizar cmo la
crtica y comentarios acadmicos bien pueden involucrarse en el proceso de externalizacin social o bien pueden hacerlo visible, el nico modo en que la cultura
local o popular puede experimentarse por completo es decir, en imgenes y relatos en los que la existencia cotidiana .autntica o no-teorizable llega a sus participantes va los medios de comunicacin y sus fuerzas asociadas (entre las cuales
figura de manera Ostensible el inconformismo acadmico). Ninguna visin pre-
lenta tanta crudeza como la del modelo antropolgico, donde ro acadmico slo es
responsable de impulsar groseramente los vestigios de la cultura popular a la luz
blanquecina de la visibilidad cientfica; pero la relacin entre cultura postmderna y
cultura popular y aquella teora postmoderna general que habla en su nombre y a
travs de sus formas es parte inevitable de un proceso mayor y complejo, en el que
puede decirse que la cultura popular existe en. cuanto que es visible como representacin y, por tanto, est mediada y administrada por las estructuras -y ritmos del
espectculo y del consumo que acompaan a la visibilidad.
3
CONSECUENCIAS
Captulo 8
Renuncia y sublimidad:
sobre la mesura crtica
Estos ltimos captulos se han centrado en las narraciones de la postmodernidad construidas en la obra de crticos y tericos de diversas disciplinas y reas
culturales, y en ellos he tratado de dilucidar lo que esas narraciones dicen de las
diferentes formas de postmodernidad. Con frecuencia, hemos tenido que recordar que el trmino t eora postmoderna encierra de una forma compleja y reflexiva no slo su objeto de teorizacin, sino tambin las propias transformaciones
de la teora. El trmino tdpeosigmnalrbctopr
examinarse y transformarse en una parte de esa misma lgica o movimiento de
ideas dentro de la propia 'cultura'.. Esta transformacin del papel tradicional de la
crtica es un indicio de lo que hemos considerado ms determinante y significativo del debate postmoderno es decir, la estrecha relacin entre el mbito de la
cultura y los diversos mbitos de recepcin, direccin, mediacin y transmisin
cultural.
El indicio ms evidente de esta situacin evidente en sus sntomas e ideologa, aunque no en sus determinantes y efectos ms complejos es el aparente
fracaso de la crtica en cuanto a su objetivo, los contornos borrosos y discutibles
entre la funcin crtica y la .creativa.. Un argumento que suele esgrimirse es
que, puesto que no podemos depender del principio de metalnguaje, aquel lenguaje que puede emplearse de una forma fidedigna como si estuviera a un nivel
superior y sin contaminar por otro lenguaje, la crtica siempre estar implicada
en la literatura que media. Al igual que el lenguaje literario, el lenguaje crtico se
compone de voces diversas, registros, formas de hablar, dramatizacin, ritmo,
estilos diferentes y, finalmente, ya no se distingue del lenguaje literario como tal.
Estas pretensiones han sido formuladas y difundidas por los crticos literarios
americanos Geoffrey Ha rtman y J. Hillis Miller. La visin de Ha rt man, anunciada
en su Criticism in the Wilderness (1980), afirma que el discurso crtico debera
abandonar sus pretensiones de direccin del discurso literario y. permitir e incluso favorecer la existencia de ciertos fundamentos compartidos entre los dos
mbitos, la crtica debera estar ... dentro de la literatura y no fuera de su mira-
El tema de este
ensayo paracrtico
es
la creciente
insistencia de la Mente
en la aprehensin de la realidad de forma in-mediata
en la acumulacin de ms y ms pensamientos
dentro de s:
convirtindose entonces
en su propia
realidad
(P, 122-3).
En la siguiente serie de Hassan, The Right Promethean Fire (1980), el modo
paracrtico de multievocacin aparece con maliciosa persistencia". Los cinco ensayos que conforman el libro se intercalan con fragmentos de un diario que Hassan
afirma haber mantenido durante un ao sabtico en la Fundacin Camargo en un
pequeo pueblo de pescadores cerca de Marsella. Esto le permite rellenar sus
especulaciones respecto al tema del libro, el objetivo y destino de la imaginacin
humana, con lo que l mismo denomina con cmica modestia cmo e... interrogantes, meditaciones de un lector entre la ociosidad y el trabajo... diversas voces
que se oponen de forma disyuntiva....* (RPF, 31), y que consisten en inspidas
descripciones del mar y las estrellas, restaurantes donde estuvo con su mujer
(completado con los menas), gatos de los que informa solemnemente que ... ni
hablan ni escriben.... (RPF, 37) anlisis de sus intentos con la acuarela, meditaciones patticas como ... Nuestras ventanas se enfrentan al sur de Cassis. Yo tambin me enfrento a mis cincuenta aos.... (RPF, 33), y bocetos sentimentales de
personajes locales y pintorescos como una anciana encorvada que asciende por la
colina ... su voz dirigida al perro en una especie de murmullos desdentados....
(RPF, 41) todo ello animado con fragmentos brillantes sacados de sus lecturas
casuales (ciertamente impresionantes) de Bataille, Deleuze, Gdel y Giordano
Bruno.
La seccin final del libro se subtitula '.A University Masque in Five Scenes. y
consiste en una conversacin entre ocho personajes, entre ellos el Mitotexto, que
contina narrando la historia de Prometeo; el Heterotexto, cuya nica funcin
consiste en citar otras autoridades escolares; el Metatexto, que comenta las otras
voces, y el Postexto, . que trat en vano de concluir la no-ac in. '. (RPF, 189).
De nuevo, esta aparente falta de moderacin deconstruccin en forma de perso
najes se justifica rigurosamente con la intencin de ... oponer una voz a otra :y
un
posthumani. texto a otro, con la esperanza de representar las indefiniciones de un momento
... (ibid.).
Pero el sentido de todo ese camino trazado a travs de los cambios sobreactuados o intercalados en el discurso no se encuentra tanto en la renuncia al ser o en el
ataque al discurso acadmico como en el desarrollo de cierta versatilidad. Contemplamos el rpido cambio de atuendo crtico de Hassan sin darnos cuenta de que
no se trata ms que de un disfraz.
Esto se debe en parte a que Hassan insiste en contarnos por adelantado, y repetidamente despus, para qu sirven sus estrategias estilsticas y cmo se supone
que debemos recibirlas. El diario es necesario, nos avisa con elocuencia, porque
reconoce un grado de subjetividad, de intersubjetividad incluso, que espero
que pueda solucionar las abstracciones misteriosas del tema prometeico... (RPF,
xvii). Aunque Hassan pretende haber conseguido una multiplicidad de voces que
hablan a su travs (... Quin es el crtico? Cuntos hablan a travs de l?..., medita extasiado [ibid.), en realidad no son voces que parezcan querer entrar en argumentaciones serias con el texto e incluso con ellas mismas. El conjunto es ms
parecido a una sesin de espiritismo que a un seminario, a una orquesta que a un
argumento, a un referndum que a un voto.
Hasn
es ms convincente cuando reconoce con timidez la docilidad de sus
gestos de deformacin (RPF, xviii) y mucho menos cuando proclam su condicin
de renegado. Hassan desea sugerir que estas versatilidades tipogrficas representan una especie de intervencin poltica, y censura al diario College English por tratar de llevar a cabo sus opiniones editoriales de tendencia conservadora/liberal sin
poner en peligro ... alguna convencin social, tcnica o sensorial de su propio
medio.... (RPF, 21). Aunque menciona factores materiales como opiniones editoriales, reglas de publicacin, prcticas publicitarias y procedimientos de distribucin, lo que realmente considera reaccionario del College English es el hecho de
que. su argumentosaprecnivar blemnte apretdascolumnasdobles
de tipografa montona.... (ibid.). Hassan no est proponiendo como poltica de
pgina...= la sincdoque sugerente de una serie de factores materiales como la opinin editorial, las reglas de publicacin, prcticas publicitarias y procedimientos de
distribucin, todo aquello que sin duda alguna forma parte del discurso de los
estudios del ingls, sino, simplemente, lo que se ve en la pgina. Aunque parezca
de un materialismo radical, en realidad, la ... poltica de pgina.... de Hassan constituye la cosificacin de un aspecto particular de la produccin material de la crtica. Puede que sea importante considerar con seriedad el cambio de formas discursivas en la redaccin critica, pero la poltica de pgina siempre tendr mucho ms
que ver con quin lee la crtica, dnde, cmo y con qu motivos, que con el atractivo de la tipografa y el encuadernado.
ras disquisiciones de importancia sobre el tema del estilo en la crtica postmoderna. Al igual que otros comentaristas, Ulmer afirma que la crtica moderna ha asumido numerosos mecanismos subversivos del arte modern o . Ulmer especifica dos
formas particulares de estrategia de vanguardia que aparecen en la post-crtica, el
empleo de diversas formas de collage y montaje y la rehabilitacin. de una forma
especfica de alegora. Las caractersticas del collage son la separacin de los materiales de sus contextos originales y el ensamblaje de los fragmentos en nuevas
ordenaciones pero, como era de suponer, Ulmer subraya el hecho de la separacin
y discontinuidad ms que el de una unidad renovada (Object of Post-Criticism,
84-7). El ejemplo ms importante de este tipo de collage crtico es la obra de Derrida. Ulmer afirma que el collage aparece en la obra de Derrida afirmando y encarnando la crtica a la representacin, la creencia o pretensin de que los smbolos
pueden referirse directamente a sus referentes; y lo lleva a cabo demostrando la
necesidad de un tejido intertextual de unos textos con otros y la ruptura de las claras distinciones entre texto y comentario. De hecho, en su lectura de la novela
Numbers, de Philippe Soller, Derrida injerta en su comentario numerosas citas de
la novela en un proceso que permite que ambos textos se intercalen e imiten uno a
otro: ... Ambos textos han quedado transformados, uno deforma al otro, contamina el contenido del otro, a veces lo rechaza o pasa elpticamente al otro regenerndose en la repeticin... Cada texto injertado contina irradindose desde su lugar
de origen, transformndose a medida que se relaciona con el nuevo medio.... En
otras lecturas crticas de Derrida este principio es llevado an ms lejos. En su
interpretacin de The Triumph of Life. de Shelley, Derrida lleva a cabo una discusin estereotipada del poema de Shelley y la novela de Maurice Blanchot L Arre[
de mort, y la combinacin de dos discusiones crticas; la primera sera una especu!acin sobre Shelley y Blanchot, la otra sera una meditacin sobre la traduccin
que se desarrolla en un continuo comentario a pie de pgina.
Esta especie de collage tambin proporciona un ejemplo de la segunda categora de innovacin crtica de Ulmer, la reaparicin de la alegora. Ulmer no tonta . el
significado normal del trmino (un texto que significa algo diferente que lo que
parece decir y precisa del lector para descifrar su significado oculto). El tipo de crtica que trata a los textos literarios de este modo es lo que l llama alegoresis. Por
el contrario, la crtica alegrica= busca dramatizar o representar las posibilidades
inherentes en el material lingstico del texto-objeto, y lo hace sin negar o investigar la superficie del texto en busca de significados ms profundos, sino improvisando sobre el material del texto original. Por tanto, la crtica alegrica ... favorece al material del significante sobre el sentido de los significados.... (Object of
Post-Criticism, 95). Esta especie de alegora a menudo incluir una incorporacin
directaoparsitadelaobradeotros,unbuenej mploseranlasapropiacionesy
variaciones de John Cage de secciones de los journals (Diarios) de Thoreau y sus
clebres arreglos de Finnegans Wake de Joyce en forma de messticos, arreglos
columnares de frases de la novela elegidas al azar y sostenidas en una hilera letras
iluminadas que forman las palabras JAMES JYCE
Derrida vuelve a ser el ejemplo ms extremo de esta especie de lectura crtica,
pues sus obras de comentario nunca se han contentado con los textos que tratan,
sino que intentan fijar la distancia entre texto y comentario congelando el juego - del
lenguaje dentro de los textos originales, pero tratando siempre de prolongar las
fuerzas de asociacin de stos. En esta situacin, la crtica no- busca contar la verdad sobre los textos que critica, sino que los utiliza como mquina generadora de
nuevos textos. Un buen ejemplo de esta especie de mquina generadora es una
nota casual realizada sobre un paraguas en los - cuadernos de Nietzche y que Derrida emplea para elaborar un anlisis de las metforas sexuales por las que concebirnos la idea de estilo. En su ltima obra, Applied Grammatology, Ulmer realiza
un extenso anlisis de la adopcin de Derrida de diversos generadores metafricos
entre los que se incluye una postal, unas botas, flores e incluso un atad. Ulmer
insiste en el empleo derrideano de estos objetos, que nunca aparecen como smbolos, pues acarrean su propio significado, sino ms bien como a... modelos del
propio proceso inventivo, productivo y restrictivo, de cualquier ejemplaridad....
El ejemplo ms asombroso de una crtica como prctica de vanguardia quiz
sea la obra de Derrida, Glas. El texto consiste en dos columnas que se desarrollan
a derecha e izquierda de la pgina, la derecha presenta un disquisicin sobre la
obra de Hegel y temas hegelianos, la columna de la izquierda trata una discusin
sobre Jean Genet. El desarrollo visual del texto, con el tratamiento de temas como
laespritudlazq integridad, el conocimiento la filosofa,_ I t abstraccin y. eI
deosmtfracni-exu , literatura , sexualidad, castraci n y los excesos de la derecha, junto con la
les la idea del guil a (resultado de un
juego de palabras en francs con el nombre de Hegel (HegeVaigle) y la idea de las
flores (pues el nombre Genet recuerda a gene', tojo o flor de retama) se entremezcla con diversos intercambios de temas y juegos de palabras entre ambas
columnas, la irregularidad de la tipografa y el arreglo espacial de la pgina.
Glas ha sido considerado como el texto-objeto o texto-lmite de la crtica postmoderna en la misma relacin que existe entre la crtica tradicional y Finnegans
Wake en el mbito de la literatura; de hecho, Glas imita el texto de Joyce en la circularidad de su inicio y su final, pues la primera frase es ... Qu ha quedado aqu
y ahora de Hegel?....., pregunta que queda contestada y tambin completada en el
fragmento con el que acaba el texo ... hoy, aqu, ahora, los escombros de.... El
crtico Geoffrey Hartamn ha tratado con profundidad en las lecciones y problemas
planteados por Glas. Hartman reacciona con fascinacin y cierto terror ante el
libro, notando que ... no hay o no parece haber otro significado salvo la forma del
texto de la escritura que es tortuosa y diluida, poco absoluta, al tiempo que
...
El argumento se desarrolla por medio de la invocacin de sublimidad, insistiendo con sus trminos absolutos (inexorables, continuamente, interminables) y
ritmos acumulados en la absoluta carencia de fronteras o lmites de la obra de
Derrida, aunque la ltima frase suponga un desvo hacia una franca consciencia de
restriccin. Este tipo de afirmaciones o evocaciones suelen aparecer en los anlisis
del estilo de Derrida, y son tambin la forma - ms importante en que se ha formulado la poltica postmoderna de la sublimidad.
Al igual que en el caso del modo renunciativo, la confianza en esta forma absoluta
de lo sublime subversivo representada en el lenguaje critico requiere ante todo el privilegio del lenguaje como expresin de poder. Algunas pretensiones sobre el poder
subversivo del estilo crtico dependen de una exageracin apenas legtima de la idea
del lenguaje como encarnacin o representacin de formas de poder, hasta tal punto
que el lenguaje llega a convertirse en el palpitante corazn secreto de cualquier
poder, sea el que sea como si todo aquello que presentara alguna objecin, el
imperialismo americano por ejemplo, no fuera ms que un hbito sintctico o la eleccin de determinada metfora. Este fracaso absoluto del lenguaje y el poder conduce a (o permite) la pretensin grandiosa y a menudo mortificante que afirma que la
mayora de las formas polticas ms radicales vuelven los lenguajes de autoridad (la
critica, por ejemplo) contra s mismos. En este sentido, la diferencia entre el modo
renunciativo y el modo sublime en la crtica postmoderna slo es una cuestin de
grado; si la renuncia trata de evitar la autoridad, el modo sublime deshecha autoritariamente a la autoridad de su propio lenguaje. Ambos modos incluyen la pretensin
implcita de que cualquier cosa puede realizarse en trminos del propio lenguaje y
puede ser regulada por una intencin real nicamente en y a travs del lenguaje.
Esto no quiere decir que nada cambie cuando los lenguajes crticos se ven
sometidos
a los extraordinarios esfuerzos y complejidades de la escritura
deria
. La escritura de Derrida incluye cierta postura astuta de reserva ante las incursiones abstractas en la sublimidad, y cuando atiende al funcionamiento del lenguaje
dentro de las instituciones de poder, sus juicios son cuidadosamente particulares.
No obstante, hay en la obra de Derrida un deseo-de-sublimidad generalizado y,
como observa Ha rtman respecto a Glas, el ejercicio de ese deseo puede ser una
produccin residual de nihilismo; la visin nihilista es fra, escribe, pero ... lujuriosa en su fuerza expresiva..., y la voluntad-de-poder invertida es la impulsora de
ese salto aparente al abandono absoluto del dominio :
... El asombroso poder e incluso la riqueza del lenguaje que observamos en Nietzche,
Stevens o Derrida, delata esa profunda relacin que ahora denominamos deconstruccin" de la misma naturaleza de la escritura. Y ste es el caso de Derrida, su comprensin de la afirmacin nietzcheana dentro de un nihilismo suicida. El motivo residual es
el lenguaje mismo y nada ms, o esa Nada que es el lenguaje. A pesar de palabras obsoletas y atrofiadas y de unos significados falseables, discutibles e indecisos, el deseo de
escribir todava persiste... .
Este deseo de escribir que se ha desarrollado e institucionalizado a travs de procedimientos intelectuales, como en la obra de Derrida, se ha desindividualizado. La
repeticin y puesta en circulacin de las estrategias deconstructivas de Derrida como
autnticas frmulas conduce a la crtica a esa peculiar situacin postmodema donde
se ha territorializado el ansia de diferencias absolutas o indecisiones ms all de cualquier forma cerrada, es decir, se ha canalizado, filtrado, concentrado y sistematizado.
La forma ms insidiosa de esta territorializacin sera la restriccin de la supuesta
obra de decostruccin en gestos repetibles como la alternancia de tipografas o el
embellecimiento de lenguajes crticos. Cuando Vincent Leitch censura el Anti-Oedipus (1974) de Gilles Deleuze y Flix Guattari para volver a atender a un lenguaje
suave y seguro..." que nos anime a ... creer en la precisin y veracidad de sus representaciones..., y elogia ... la potica y prctica de la fractura.... de Derrida y otros, se
convierte en el autntico representante de ese tipo de estructura crtica . Nada ni
nadie puede sentirse seria o momentneamente .perturbado por un estilo crtico que
viene rodeado de prestigio y legitimidad crticos y que circula en unos contextos que
encubren de forma tan veraz sus efectos subversivos. No hay nada de este ultraizquierdismo retrico que sugiera la existencia de un cambio o complicacin en las
estructuras institucionales y econmicas del mbito acadmico, de comunicacin y
editorial o del poderoso aparato de exclusin, jerarqua y certificacin que constituye
la educacin secundada en los pases occidentales avanzados.33
As, aunque la teora postmoderna puede tratar de politizar el reino de la esttica, tambin puede incurrir con facilidad en la estetizacin distrada y complaciente
de la poltica. No es sorprendente encontrar estos efectos en la obra de un architerico
de este mismo fenmeno, Jean Baudrillard. Como ya hemos visto,
Baudril
describe un mundo postmodemo donde todo ha sido reducido o ms bien,
difundido e intensificado a representaciones y simulacros, un mundo en el que
la identificacin entre el poder y sus representaciones es tan completa que puede
decirse que el poder ha desaparecido efectivamente (esto, despojado brutalmente
de
Baudril) sus detalles argumntales, constituye el tema del Olvidar a Foucault de
. En opinin de Baudrillard, una crtica deconstructiva no ofrece la ms
pequea posibilidad de multiplicar lenguajes y estilos ni de emplear el modo de
alegora para competir con certezas onto-teolgicas, tan slo puede arrastrarse
febrilmente tras unos medios de comunicacin de masas mundiales que hacen lo
mismo con una sutileza infinitamente mayor. Bajo estas condiciones, el nico
papel que le queda a la teora es la imitacin de las vigorosas energas de simulacin en un intento (necesariamente) ftil por excederlas. Las primeras obras de
Baudrillard transmiten un sentimiento de cierta desaprobacin, un tut tut minimalista bajo los raudales de su anlisis, pero el paisaje rido de valores o posibilidades mejores que presenta su ltima obra, con sus catlogos de apocalipsis y finalidades semiticas y un aparente rechazo absoluto a juzgar, constituye una especie
de ataque a sus propios valores, donde nada triunfa salvo el exceso. La prosa frentica de Baudrillard, con sus concentraciones mesmricas y su hermetismo coagulado, trata de relegar al mundo compulsivamente hacia el olvido, incluso para
excederlo. Las metforas de Baudrillard mezclan con furia la ciencia ficcin y ciencias populares como la fsica atmica y relativa con metforas funcionales u orgnicas ms serias de la filosofa y ciencias sociales para crear una friccin de intensidades excitante pero, finalmente, vaca. Esto se hace patente en un prrafo donde
predomina lo que Meaghan Morris ha denominado ingeniosamente e... la tcnica
de adjetivos escalonados...:
Disuasin
de cualquier potencialidad real, disuasin por la repeticin-meticulosa, por la
hiperfdla
microscpica , el reciclaje veloz, la saturacin y obscenidad,. la inexistencia
de distancia entre lo real :y su representacin, por la aparicin de polos diferenciados entre
los que nace la energa de lo real: esta hiperrealidad pone fin al sistema de lo real, pone fin
a la condicin ce referente de la realidad mediante la exaltacin de su modelo... .
...
Aquellos que lean a Baudrillard con la intencin de obtener pistas de un posible modelo de anlisis de la sociedad contempornea, o aquellos que protestan
con tristeza porque sus argumentos son ms suceptibles de ratificarse por sus
propios medios frente a cualquier concepcin popular o plausible de la realidad..., no han visto lo ms esencial . Si la pretensin de Baudrillard es la repre-
sentacin de lo real, lo lleva a cabo imitando la forma en que la realidad postmodema dispone de s misma con tanta delicadeza. Este modo de lo sublime se sita
en el polo opuesto al modo renunciativo que considerbamos al inicio de. este
captulo, pues incluye la determinacin faustiana de exceder las apariencias, sobrepasar las apuestas no slo en el objeto de su anlisis, sino en su propia teora. Su
modo es contagioso. Sylvre Lotringer caracteriza con admiracin la actitud de
Baudrillard durante una entrevista, utilizando adems un modo similar al del propio Baudrillard:
Captulo 9
Postmodernidad
y poltica cultural
ESPACIOS DE RESISTENCIA
La postmodernidad posibilita la rehabilitacin y difusin de una poltica cultural
y, al mismo tiempo, su neutralizacin. Gran parte de la teora esttica postmoderna
rechaza precisamente la separacin moderna entre el mbito del arte y otras actividades e intereses sociales, y trata de restaurar las dimensiones polticas ya desaparecidas en la actividad esttica y cultural de cualquier tipo. La expansin de la cultura en todos los aspectos de la vida y la estetizacin del mbito poltico, social y
econmico ofrecen una oportunidad, como seala Frederic Jameson, a la poltica
cultural de izquierdas, que ya no se centra tanto en formas culturales relacionadas
con fundamentos socioeconmicos que las determinan y producen, como el marxismo tradicional, cuanto en la investigacin de todo el mbito de la cultura considerada como prctica material. Este intento puede parecer ms que imperativo en
una situacin global donde la produccin cultural, en el sentido ms amplio de
produccin de smbolos, representaciones, imgenes e incluso estilos de vidas, ha
comenzado a superar los viejos modos de produccin de bienes y servicios de una
forma tangible y calculable. Las ltimas obras de Michel Foucault y otros tericos
del discurso como Michel Pcheux, han sealado el desarrollo de una poltica cultural postmoderna en dos direcciones. La primera sugiere que la cultura ya no
puede ser considerada como un simple mbito de representaciones, inmvil,
inmaterial y a cierta distancia de los crudos hechos de la vida real, pues la teora
del discurso considera a las formas y ocasiones de representacin como el poder
en s (en vez de como una mera reflexin sobre las relaciones de poder que aparecen en cualquier parte). La segunda sugiere que el poder se entiende,, ajos en traspecto minos micropolticos de una red de relaciones de poder que subsiste en cualquier_ 1
de una sociedad, mas que en trminos metafricos de grandes conjuntos o
boloques monoltico de clases o Estados est po'?a raccacorde con un desplaamiento de las narraciones globales que abarcan la historia y la poltica, y con u
nfasis valorativo en formas locales o particulares de diferencia y lucha.
/
Obviamente, esta situacin favorece a la poltica cultural al permitir una articulacin de intereses y relaciones que se cortan o interseccionan de forma irregular
con la teora clsica de clases marxista temas relacionados con la raza, el gnero,
ecologismo y poltica nuclear y, con menor frecuencia, con la edad y con los derechos de los animales. La investigacin de formas culturales en cuanto a productoras y poseedoras de significado, valor y poder ha sido central en todo estos
mbitos. La liberacin de la cultura y la importancia general de la necesidad econmica han ofrecido la oportunidad de una autodeterminacin mayor y ms libre
en algunas formas de la poltica postmodema contempornea, y ha sido posible en
reas donde la cultura y la representacin se han vinculado de forma ms estrecha
con lo econmico. Michael Ryan seala esta libertad:
En vez de tratarse de representaciones expresivas de una sustancia considerada a
priori, los smbolos culturales se han convertido en autnticos agentes activos, creando
nuevas sustancias, nuevas formas sociales, nuevos caminos para actuar y pensar, nuevas
actitudes, barajando las cartas del "destino", la "naturaleza" y la "realidad" social. En este
margen, una cultura en apariencia autnoma e independiente termina convirtindose en
una fuerza social y material, un poder de significacin que desacredita cualquier pretensin de crear sustantivos fuera de la representacin, esta desacreditacin se aplica tambin a las instituciones polticas, a las normas morales, prcticas sociales y estructuras
econmicas. l
Pero esta expansin y descentralizacin de la poltica tambin conlleva la posibilidad de una descompresin desastrosa de sta; y si todo puede considerarse
como poltico, esto equivale a afirmar por oposicin que nada es real o efectivamente poltico. En su expansin ms all de los trminos claramente definidos y
presupone una posicin fuera o de plcida suspensin por encima del terreno
topografiado. El problema de una teora cultural postmoderna es, por tanto, la
construccin de un mapa del mundo desde el interior del mundo. Una respuesta a
este problema reflexivo ha sido la rehabilitacin del equivalente terico del periplo
medieval, un mapa que proyecte las etapas de un diario en trminos de narracin
temporal. Es evidente que un mapa que permite seguir nuestro propio camino a
travs de la historia tiene ciertas desventajas (no sabemos a dnde vamos, o porqu vamos all), pero tambin es ms sensible a pequea escala a las intimidades y
complejidades de la vida poltica. Jameson sugiere que un mapa del mundo postmoderno debe reflejar dos contradicciones, representa un sentimiento de sinsentidoysugierfomasdeorintac ensinetdo:
... el nuevo arte poltico si es que despus de todo existe tendr que atenerse a la
verdad de la postmodernidad, es decir, a su objeto fundamental el espacio mundial de
capital multinacional, al tiempo que har grandes progresos en un modo nuevo e inimaginable de representacin, donde podemos comenzar a apoderarnos de nuestra posicin como sujetos individuales y colectivos y recobre aquella capacidad de actuacin y
lucha que haba quedado neutralizada en el presente por nuestra confusin tanto espacial como social...
El romance con lo marginal puede encontrarse a lo largo de la poltica cultural. Las obras que tratan el estilo joven y la subcultura, como la de Dick Hebdige, basan su autoridad en esta aceptacin de lo marginal. Hebdige toma como
paradigma de lo subcultural al escritor Trances Jean Genet que, afirma, es
... una subcultura por s solo..... Genet conserva su posicin de ladrn, mentiroso e intruso par excellence y su posicin de rechazo a ser contaminado por los
rdenes dominantes y preservar intacto el potencial subversivo de su condicin
marginal:
Se convierte, como sus Novias ficticias, en la "exalacin insana" de su Maestro. Vuelve el sistema cabeza abajo. "Elige" sus crmenes, su sexualidad, la repugnancia y atroci-
dad que recoge de las calles y cuando mira al mundo, "nada es irrelevante": las cotizaciones del mercado, el estilo de la justicia, los macizos de flores, todo ello tiene su sentido su Otredad, su Exilio... .
FEMINISMO Y POSTMODERNIDAD
La investigacin de lo marginal en la escritura feminista proyecta a lo femenino
como el Otro del sistema patriarca!, identificado con el lado negativo, oscuro y
desacreditado de cualquier polaridad como el cuerpo respecto a la mente, la naturaleza respecto a la cultura, la noche al da, la materia a la forma y la locura a la
razn. En opinin de Alice Jardine, la modernidad en filosofa y literatura se define
como el intento de investigar y articular esos espacios marginales en un movimiento que denomina "gynesis:
.Propcinauevlgjasopcieunrytoqicleprmsa
y tambin
el temor .... pues esos espacios todava se encuentran en lo desconocido, lo
terrorfico, lo mostruoso: son enfermizos, inconscientes, impropios, sucios, no-sensibles,
orientales, profanos. Si la filosofa cuestionara verdaderamente estos espacios, debera
alejarse de todo lo que les ha definido, de todo aquello que les daba su lugar: el Hombre, el Tema, la Historia, el Significado.... .
POSTMODERNIDAD Y POSTCOLONIALISMO
Estas mismas complejidades las encontramos en otro mbito importante de la
poltica cultural relacionado con el colonialismo y el post-colonialismo. Desde un
principio, la topografa de centro y periferia concordaba a la perfeccin con este
tpico, puesto que la semitica del mapa como expresin plena y real de las formas de dominacin imperialistas confieren gran importancia a la cuestion de un
espacio poltico-conceptual imaginario. La investigacin de la poltica cultural
colonial ejemplificada por la obra de Edward Said, Gayatri Spivak y Homi Bhabha
y ediciones como Cultural Critique en Estados Unidos y Third Text en el Reino
Unido, se ha interesado menos por la cruda materialidad del poder y ms por el
funcionamiento del poder-en-la-representacin, en imgenes y lenguajes coloniales, y por el problema del lenguaje ele los oprimidos .
En este contexto, la condena postmoderna a las metanarraciones universalizadoras proporciona una respuesta a esa historia opresiva del despliegue de un destino unificado para el Hombre (en cuanto a figura-pretexto para la Civilizacin
Occidental) que borra despiadadamente a las historias particulares, locales o
nacionales en su camino hacia la racionalizacin universal, hacia el progreso
industrial y la expansin global de los mercados. La modernidad en las artes y la
modernidad en trminos sociales y econmicos se eligen de formas complejas
pero, finalmente, confirman este modelo. Nelly Richard escribe:
e... En cuanto a su programa econmico y organizacin cultural, este concepto de
modernidad representa un esfuerzo por sintetizar los ideales progresistas y emancipadores en una visin global e integradora del lugar del individuo en la historia y la sociedad.
Se basa en la afirmacin de la existencia de un centro legitimador -una posicin nica
y superior desde la cual establecer el control y determinar ciertas jerarquas. .. .
Como ya hemos visto, para Jean Francois Lyotard la dominacin del centro tambin se expresa de forma similar en la subordinacin lingstica de la persona gramatical a la persona integradora pero represiva de un nosotros. universal . Simon
During sigue el argumento de Lyotard en su Postmodernism or Post-Colonialism
Today. al rechazar la narracin ilusoria y. represiva de una emancipacin universal
progresiva, During se une a Lyotard afirmando que la razn y la justicia slo pueden sobrevivir en la apertura ilegtima de la postmodernidad (aunque no parece
ofrecer mayor indicacin de qu garantizara o conducira a esa generosa apertura
salvo la benevolencia de los individuos involucrados) . En los trminos imperialistas de la representacin, esta dominacin de la narracin universal puede conducir
a la proyeccin por parte de los centros imperialistas civilizados de imgenesfeti-
Del mismo modo, Gayatri - Spivak ha sealado los caminos por los que el culto a
lacolniasm diferencia global, ahistrica, puede convertirse en una forma nueva de
. Pero Spivak ha sido criticada recientemente como la practicante ms
representativa de una forma de teora que acaba con las posibilidades de autodeterminacin discursiva de aquellos grupos oprimidos o marginales que Occidente
ha denominado .el Tercer Mundo.. Benita Par ry caracteriza el proyecto deconstructivo de Spivak, Bhabha y Abdul Jan Mohamed como un intento de
.descntralivombjeunfcadivlomentcial
mediante
la revelacin del modo discursivo contradictorio del colonialismo en cuanto a
que precisa de un sujeto colonial de posicin ambivalente... [que]... revela en su anlisis a
un nativo diferencial, con diversas posiciones para algunos crticos es el otro que se
consolida a s mismo, para otros es un ser inconcebible y recalcitrante y, en vez de esa
situacin colonial de lucha permante que haba construido la teora anticolonialista, deja
un lugar silencioso y devastado por la violencia epistmica del imperialismo o un espacio
agnico en el que - unos contendientes desiguales negocian un equilibrio de poderes.. .
raquesopercibirse,
bjtdi.Engraptedlosmrnapued
en un aspecto funcional sino intencional, el deseo de legitimacin
por oposicin, por desidentificacin. Este trmino, _procedente de la obra d ,
Michel Pcheux, representa, junto con otros dos ms, el espectro. de respuesta
al poder de las instituciones, discursos o estructuras de conocimiento. La identi
ficacin con un discurso significa la aceptacin de sus trminos; la contraidenti
dominante de ideas pero se opone a sus trminos; la desidentificacin es
fintento
ica inesla ctiud eldisdentequepermanec dentrodeunaestructur de sobrepasar la estructura de oposiciones y negaciones sancionada
flexibilizadas por el discurso. Podramos poner como ejemplo un conflicto
un
industrial en el que la fuerza de trabajo se identificara con las convenciones d
las relaciones laborales si no aceptara un aumento de sueldo en inters de un
mayor productividad, se contraidentificara
salarios mayores y negociasen un acuerdo, y se desidentificara si exigiera qu
la fbrica tiene que convertirse en un centro
siconvaruhelgpo cultural interesado en salvar la
separacin ideolgica entre trabajo y tiempo libre. La retrica de desidentifica
cin que caracteriza a la mayor parte de la teora cultural. contempornea s
convierte realmente en contraidentificativa hasta tal punto que fracasa o rechaza
su propia transformacion y la de sus relaciones en los intereses que sirve ; 1
educacin como certificacin y avance profesional, el soporte de estructuras d
privilegio cultural, etc .
nalidad: la creencia en la posibilidad y necesidad de un comienzo nuevo y absoluto del arte o la cultura combinado con el conjunto de creencias sobre la singularidad absoluta e independiente y la unicidad y autenticidad de la obra de arte verdadera. Frente a ello opone el ... discurso de la copia... propio de artistas como
Robert Rauschenberg y fotgrafas como Sherrie Levine, en cuyas obras las ideas de
origen y originalidad aparecen subvertidas. Pero, a pesar de su rechazo al absolutismo que aparece en el interior del culto a la originalidad, la evocacin de Krauss
de unas posibilidades crticas nuevas en el arte parte de un modo de anhelo utpico propio de la modernidad:
Cmo no reprimir el concepto de copia? Cmo hacer que una obra desarrolle el discurso de reproduccin sin originales, un discurso que slo podra funcionar en la obra
de Mondrian corno subversin inevitable de su propuesta, el residuo de representacin
que no habra podido depurar del dominio de su pintura?....
...
Se trata de un lenguaje crtico que conmueve la esperanza de un regreso apocalptico de todo aquello que haba sido reprimido de forma tan oscura. Krauss une
explcitamente una crtica desmitologizadora y el arte postmoderno verdadero
que cabalga sobre el monstruo vengativo de su contenido reprimido. Aunque
rechaza el lenguaje de un nuevo origen y ordenacin en los manifiestos de la
modernidad, este lenguaje se repite en su evocacin de un mundo nuevo de postmodernidad, en su deseo de vaciar. y liquidar< las proposiciones bsicas de la
modernidad y en la paradjica visin de un abismo absoluto entre pasado y futuro:
miramos el origen de la modernidad desde una perspectiva nueva y extraa y lo
vemos dividirse en reproducciones infinitas...
As, este gesto de desidentificacin se oculta y vuelve a la mera reproduccin
de aquellos conceptos que Krauss pretenda revocar. La retrica de este tipo de crtica pretende aquello que su aura de prestigio cultural trata de negar, y todo ello
desde una posicin de autoridad que es, como siempre fue, de marginalidad trascendental y cuyo rechazo a los principios centrales de originalidad, autenticidad y
encarnacin del otro oprimido de la modernidad es absoluto. Este gesto de la
teora postmoderna , sobre todo cuando se combina con una bocanada profunda de
sublimidad, la identifica como la nueva heredera de la vanguardia en un gesto de
mala fe reforzado por el hecho de que ocurre en el contexto del rechazo al mismo
concepto de vanguardia.
Una tercera corriente dentro de la poltica cultural postmoderna ha tratado de
resistirse a este glorioso regreso de la vanguardia. Una lectura importante de la
obra de Lyotard es la de John Tagg, que ha sugerido que los anlisis de la condicin
postmoderna se han basado en una visin del artista como intruso
prometic
o guerrillero cultural. Esta apropiacin romntica se identifica tom deseo
ms que como estrategia en su anacronismo manifiesto, en su negativa a reconocer que el papel de la vanguardia siempre se ha producido de formas diferentes
y en condiciones histricas diferentes Pars en 1850 y 1870, Zurich durante la
Primera Guerra Mundial, Nueva York en 1940, y por tanto, la vanguardia no es
una categora histrica generalizable. Al caer en la postura vanguardista la teora
Esta llamada al abandono del escenario del centro y los mrgenes, del
.. umbral imaginario entre incorporacin e independencia...., como dice Tagg,
tambin puede escucharse en la idea de Hal Foster de una .cultura de resistencia"
postmoderna. Foster propone una ambicin ms. modesta de contrahegemona
ferencia
en
vez delnecesarias
glamour de
a...lapara
transgresin
no ver en lavanguardista,
formacin social
es decir,
un la
"sistema
resistencia
total",
e intersino
una coyuntura de prcticas la mayora adversas, donde lo cultural se convierte en
campo de cultivo para la contestacin activa..... Victor Burgin tambin ha sealado una poltica cultural .inmanente, afirmando que no existe ocasin para el debate vanguardista sobre si se puede trabajar dentro o -fuera de las instituciones del
arte puesto que, ... simplemente no existe
sociedad occidental contempornea... . un estar fuera ,.delasintuco
La teora postmoderna ha ganado mucho con esta perturbacin de la retrica
autodifusora de marginalidad, intrusin y transgresin y con la huida de las metforas-concepto de centro y margen que reproducan polaridades absolutas con
tanta insistencia y que, de forma ms inoportuna, disfrazaban la complicidad de la
teora postmoderna en la construccin de sistemas totalizadores globales que fantaseban con la idea de estar fuera de". Pero la poltica cultural, incluso cualquier
tipo de poltica, ha perdido algo crucial en los proyectos que ofrecen Tagg, Foster
y Burgin. Todos ellos parecen aceptar la necesidad de prescindir de las formas
absolutas de legitimidad producidas por metanarraciones como la del progreso
humano hacia la libertad universal, y tratan de imaginar una poltica cultural postmoderna que sea una .tctica. contrahegemnica provisional. En este sentido comparten el punto de vista de Stuart Hall, que sospecha que ... no existe... otro
"juego de poder" que una red de estrategias y poderes y sus articulaciones de
hecho, la poltica siempre depende de su posicin... Pero esto, en primer
lugar, elude el enorme fracaso de la distancia crtica anunciado por Jameson, la
prdida de una posicin etico-poltica obvia fuera del juego de relaciones sociales
desde la cual enfocar una teora de contrahegemona, y, en segundo lugar, el descrdito que han sufrido Lyotard y otros cuyo objetivo no es la tctica, sino los fines
y valores. Burgin trata de afirmar que esos valores podran sobrevivir a su transformacin en pragmticas descentralizadas intactas:
La certeza moral y la necesidad poltica no se Isici disuelven por s mismas en el
"flujo inagotable" del "nada funciona" de la postmodernidad. Primero deberamos recordar que lo "postmoderno" es una problemtica del "primer-mundo" de hecho, la certeza moral y la necesidad poltica en Sudfrica de una participacin democrtica negra
en el gobierno de su propia sociedad no sera pasada por alto en ninguna partcula del
torrente jadeante de moda de la postmodernidad... El final de los grandes relatos no
quiere decir el final de la moral ni de la memoriu...
Pero Burgin sobrestima los efectos del abandono postmoderno del horizonte
de valores y de moralidad universal. No se trata de asumir simplemente la continuidad del valor y la moralidad con la esperanza de que stos persistan de forma
natural entre las personas postmodernas de buena voluntad que estn de acuerdo
en qu son el valor y la moral. Burgin cree que el desgaste de certeza en el .primer
Inu dopostmodernosecontradice onlapersitenciagen raldeluchaslocales
sobre principios morales, pero esto slo podra ser un argumento de la relatividad
cultural de ciertos valores, y no hace frente a la negativa a priori de la posibilidad
de cualquier valor universal en la postmodernidad de Lyotard. La cuestin no es
tanto si la poblacin negra sudafricana cree en la legitimidad de su lucha despus de todo, los nazis hitlerianos crean en la legitimidad de su lucha como que
nosotros tambin creamos en ella, y si puede decirse que existen bases para valorar esa creencia colectiva. Dicho de otro modo, la cuestin no es cmo persuadir a
la gente para que est de acuerdo con nosotros cuando realmente, se inclinan a
ello, sino cmo persuadir (o cmo justificar el forzar) a la gente a estar' de acuerdo
con nosotros cuando realmente no estn prodispuestos (el gobierno blanco sudafricano, por ejemplo).
Todo esto quiere decir que si las tcticas, las estrategias y formas de organizacin y expresin poltica varan local e histricamente, aquellos principios y valores que podran empujarnos a cualquier tipo de accin poltica no pueden sobrevivir con facilidad a este tipo de divisin. Pues, qu principio salvo el colectivo,
incluso el universal, garantizara la posibilidad de una negociacin libre entre los
mltiples centros de inters o los juegos lingstico-heterogneos de Lyotard? Este
es un caso en el que la poltica cultural postmoderna debera cuidarse de aquellos
sistemas que imponen uniformidad de forma opresiva a travs de la retrica de
universalidad incluyendo la suya propia. Pero la crtica postmoderna a la totalidad slo ha conducido a la demostracin de- que totalidad y universalidad son
exigencias constante y deshonestametne formuladas en nombre de unas estructuras de poder que no son totales ni universales; constituyndose adems convincentemente como argumentos opuestos al deseo de una aplicacin universal de
los principios de libertad y justicia. De hecho, una investigacin ms profunda
hace patente que la crtica postmoderna a sistemas injustos y opresivos de universalidad depende implcitamente de la fuerza del consenso del derecho universal a
ndice de nombres
Amis, Kingsley, 81
Andersen, Laurie, 110, 135, 177
Anderson, Lennart, 69-70
Antin, David, 89, 90-1
Apple, Max, 87
Artaud, Antonin, 97, 99-100, 102-3, 104
Auden, W. H., 91
Aufderheide, Pat, 118
aura, 126-7
Auslander, Philip, 107
ausencia, esttica de la, 104
autoconsciencia, vase autorreflexin,
autor, 120, 128, 129
autorreflexin, 11, 12-13, 22, 49-50; artstica, 63;
de la teora cultural, 142; literaria, 95
Bakhtin, Mikhail, 95, 148-9
Barth, John, 12, 81, 82, 92, 93
Barthelme, Donald, 12, 87, 92
Barthes, Roland, 105, 133, 138, 156
Bataille, George, 44, 152
Battleshtp Potemkin, 122
Baudelaire, Charles, 10, 37
Baudrillard, Jean, 41-50, 106, 111-2, 123-5, 141,
154, 161-2, 167
Bauhaus, 52-4
Beatles, 97, 110, 117, 134
Beckett, Samuel, 67, 82, 85, 92-3, 95, 103
Brazil, 124
epistemologa, 93
Erksine, Ralph, 58
escultura postmodern, 73
esquizofrenia, 84, 124,160
estructuralismo, 20
Evans, Walker, 76
Indice general
Agradecimientos
........... 5
1. CONTEXTO
......... 7
.......... 9
1. POSTMODERNIDAD Y ACADEMIA
23
2. POSTERIDADES ..................................................................
......... 25
2. POSTMODERNIDADES
........ 51
4. LITERATURA Y POSTMODERNIDAD
........ 97
............................... 133
3. CONSECUENCIAS
145
............ 147
.................................
165
Bibliografa
....... 183
ndice de nombres
........193