Ficha Comprensión de Lectura #2
Ficha Comprensión de Lectura #2
Ficha Comprensión de Lectura #2
Lo cuenta Plutarco en su Vida de Pericles: Habiendo cantado Alejandro, prncipe, con gracia y pericia en un festn, le
increp su padre, el Rey Filipo: No te avergenzas de cantar tan diestramente?. El mismo Plutarco ser quien explique
cmo el poeta no merece honor ms alto que engaar con sus fbulas a las mujeres. El relato de una accin virtuosa engendra
en el alma de quien lo escucha un anhelo o intento de imitacin; pero los frutos del arte, por ms que los admiremos, no
encienden ese impulso imitativo. Aunque la obra nos causa placer, miramos mal al artfice. Mejor es contemplar una estatua
de Fidias que ser el propio Fidias.
Por largos siglos continuar resonando en Occidente la condena griega del artista. As despreciar Roma al actor
teatral, aunque aplauda la obra. El primer cristianismo, el de la renuncia asctica al mundo, rechaza con vehemencia el arte
todo de los paganos. No arte de la palabra, sino arte palabrero, llama San Agustn a la retrica. Las conquistas supremas de
la cultura antigua son, a lo sumo, vicios magnficos. Y es el mismo San Agustn quien llama a Homero ingenioso y
dulcsimamente vano y lo acusa de estimular los pecados humanos con el espectculo de unos seres divinos sumidos en la
corrupcin y en la violencia (agravando el reproche que ya Cicern haba lanzado contra los dioses homricos), y se duele de
haber malgastado tantas noches leyendo a Virgilio y descuidando el gran negocio de la salvacin.
Pero distingamos el cristianismo inicial, en la lucha activa contra las seducciones de la belleza pagana, y el
cristianismo de los ltimos siglos medievales. La sociedad cristiana constituida opondr, al arte mercenario de los juglares, al
noble y desinteresado de los trovadores. Ni el clrigo ni el caballero habrn de cantar por la paga; la infamia del juglar no es
menor que la del tabernero, el bufn o el tahr. En cambio, los que taeren instrumentos o cantaren por su propio placer o el
de sus amigos, o por dar alegra a los reyes y a los otros seores, no sern por ello infamados, dice Alfonso X en Las Siete
Partidas. El perfecto caballero andante suele ser hbil trovador.
Doble actitud frente al poeta nos presentar, en curioso paralelo, el islamismo. Para la religin combativa de los
comienzos, los poetas son esos seres vacos, en permanente disponibilidad, a quienes agita el ms leve soplo de entusiasmo
porque nada llevan dentro de s que les d aplomo y solidez. Bien claro lo ensea el Profeta: He de deciros quines son los
hombres sobre los cuales descienden los demonios y los inspiran? Son los poetas, a quienes siguen a su vez los hombres
perdidos. No veis que los poetas van por todos los caminos como insensatos? No veis que dicen lo que no hacen? Pero la
religin no tarda en servirse de esos perdidos e insensatos. Y el musulmn no debi buscar muy lejos autoridad en que
apoyarse, pues el propio Mahoma haba exhortado a Caab, el poeta, a luchar con armas poticas contra los rivales:
Combtelos con tus stiras, porque las stiras hacen ms dao que las flechas.
1.
2.
3.
Slo I
Slo I y II
Slo I y III
Slo II y III
I, II y III
4.
5.
6.
Cul de las siguientes proposiciones establece mejor una diferencia entre las opiniones cristiana y musulmana sobre
el poeta?
a
b
c
d
e
7.
El cristianismo termin por juzgar al poeta segn el uso que ste hiciera de su poesa; el musulmn, segn la
finalidad de sta.
El cristianismo rechaza el arte pagano en su totalidad; el islmico, slo el arte pagano antirreligioso.
El cristianismo acepta slo a los trovadores; el musulmn admite nicamente a los juglares.
El cristianismo concibe al poeta como a un artista; el musulmn, lo considera un ser endemoniado.
El cristianismo experimenta una evolucin en su manera de considerar la actividad potica; el mahometano
no evoluciona.
Qu relacin se puede establecer entre los prrafos primero y ltimo del trozo ledo?
El primero
a
b
c
d
e
8.
Menciona el rechazo del Rey Filipo por el arte de su hijo, y en el ltimo se describe la necesidad de la stira
en la poesa.
Explica la motivacin de los artistas griegos, y el ltimo, refiere los elogios de Mahoma al poeta Caab.
Describe la censura del Rey Filipo a su hijo Alejandro, y en el ltimo, la condena de Mahoma a los artistas.
Presenta el tema de la condena del artista a travs de Plutarco; y en el ltimo, se plantea como tambin en el
mundo islmico se condena al artista.
Explica la admiracin de los griegos por la obra de Fidias, y en el ltimo, el paralelismo de los poetas
islmicos con los juglares y trovadores cristianos.