Espejos Blancos para Caras Negras
Espejos Blancos para Caras Negras
Espejos Blancos para Caras Negras
Eduardo Galeano
1. La heroica virtud
Al vertiginoso ritmo de la industria del fin de siglo, el Vaticano est produciendo
santos. En los ltimos veinte aos el Papa Juan Pablo II beatific a ms de 900
virtuosos y canoniz a casi 300.
A la cabeza de la lista de espera, favorito entre los candidatos a la santidad,
figura el esclavo negro Pierre Toussaint. Se asegura que el Papa no demorar en
colocarle la aureola, por mrito de su heroica virtud.
Pierre Toussaint se llamaba igual que Toussaint Louverture, su contemporneo,
que tambin fue negro, esclavo y haitiano. Pero sta es una imagen invertida en
el espejo: mientras Toussaint Louverture encabezaba la guerra por la libertad de
los esclavos de Hait, contra el ejrcito de Napolen Bonaparte, el bueno de Pierre
Toussaint practicaba la abnegacin de la servidumbre. Lamiendo hasta el fin de
sus das los pies de su propietaria blanca, l ejerci la heroica virtud de la
sumisin: para ejemplo de todos los negros del mundo, naci esclavo y esclavo
muri, en olor de santidad, feliz de haber hecho el bien sin mirar a quin. Adems
de la obediencia perpetua, y de los numerosos sacrificios que hizo por el
bienestar de su ama, se le atribuyen otros milagros.
2. El santo de la escoba
San Martn de Porres fue el primer cristiano de piel oscura admitido en el
blanqusimo santoral de la Iglesia catlica. Muri en la ciudad de Lima, hace tres
siglos y medio, con una piedra por almohada y una calavera al lado. Haba sido
donado al convento de los frailes dominicos. Por ser hijo de negra esclava, nunca
lleg a sacerdote, pero se destac en las tareas de limpieza. Abrazando con amor
la escoba, barra todo; despus, afeitaba a los curas y atenda a los enfermos; y
pasaba las noches arrodillado en oracin.
Aunque estaba especializado en el sector servicios, San Martn de Porres tambin
saba hacer milagros, y tantos haca que el obispo tuvo que prohibrselos. En sus
raros momentos libres, aprovechaba para azotarse la espalda, y mientras se
arrancaba sangre se gritaba a s mismo: Perro vil!. Pas toda la vida pidiendo
perdn por su sangre impura. La santidad lo recompens en la muerte.
3. La piel mala
A principios del siglo XVI, en los primeros aos de la conquista europea, el
racismo se impuso en las islas del mar Caribe. Coartada y salvoconducto de la
aventura colonial, el desprecio racista se realizaba plenamente cuando se
converta en el autodesprecio de los despreciados. Muchos indgenas se rebelaron
Pero todava los negros cubanos abundan en las crceles y brillan por su ausencia
en las telenovelas, como no sea para representar papeles de esclavos o criados.
Una encuesta, publicada en diciembre del 98 por la revista colombiana Amrica
negra, revela que los prejuicios racistas sobreviven en la sociedad cubana, a
pesar de estos 40 aos de cambio y progreso, y los prejuicios sobreviven sobre
todo entre sus propias vctimas: en Santa Clara, tres de cada diez negros jvenes
consideran que los negros son menos inteligentes que los blancos; y en La
Habana, cuatro de cada diez negros de todas las edades creen que ellos son
intelectualmente inferiores. Los negros han sido siempre poco dados al estudio,
dice un negro.
Tres siglos y medio de esclavitud son una herencia pesada y porfiada.