Chiaramonte. Cuestión Regional

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Chiaramonte.

La cuestin regional en el proceso de gestacin del Estado Nacional


Argentino
No hay nacin luego de Independencia porque no hay clase dirigente nacional., sino
clases dirigentes locales. El proceso implica la historia de la emergencia de una clase
social dirigente nacional. No hay revolucin burguesa de una clase con dicho inters. La
cuestin regional usualmente es abordada como una lucha entre quienes reniegan de la
organizacin nacional como de quienes abogan por ella (antinacionalismo
particularismo vs. Nacionalismo).
Lo que existe despus de la Independencia es la provincia como unidad sociopoltica
real que consiste en la ciudad y el rea rural que la circunda. Para Chiaramonte el
problema es explicar por qu se toma esa unidad y por qu pese a todo, el proyecto
nacional sigue vivo hasta poder desarrollarse en momentos ms propicios. Es decir,
hay vnculos pero no trascienden esa unidad social y poltica. El particularismo no
supone necesariamente que hay un espritu localista antinacional.
El espacio se estructuraba segn la fuerza del capital comercial que estructuraba
regiones basndose en el uso de intercambios de no equivalentes. No haba capital
industrial independiente que subsuma al capital comercial. El capital comercial subsume
las industrias agrarias y artesanales y las conecta entre s, utilizando como base de su
dominio su carcter monoplico, el acceso diferencial a informacin, etc. No hay
mercado interno, sino espacios particulares conectados por el capital comercial. Las
economas provinciales se estructuran en mercados regionales pero que no estructuran
un mercado interno. El capitalismo agrario tampoco subsume al capital comercial a lo
largo de la primera mitad del siglo XIX. Es decir, sigue existiendo un sistema de capital
comercial fundado en el intercambio de no equivalentes en una estructura comercial que
liga las provincias con una nueva dominacin externa (dependencia). Cuando se dice
lo contrario, se le atribuyen rasgos de la segunda mitad del siglo XIX, cuando la
propiedad de la tierra sea el rasgo fundamental de la clase dirigente. Hay algunos
elementos de las estancias que prefiguran la a posteriori estancia ovina. Pero las
unidades econmicas ms fuertes son aquellas donde hay una conjuncin entre capital
mercantil y ganadero (con la concepcin familiar de la empresa). El mercaderestanciero era la clase en transicin. Adems subordinaba a los pequeos productores
con los mecanismos de financiamiento, acopio y comercializacin.
Tendencias nacionales. No desaparecen pese a todo. Se expresa en la cuestin de
Buenos Aires. Este es un elemento clave en las disputas polticas. El federalismo en
trminos de una organizacin de estado inclua en trminos econmicos una exigencia
de eliminacin de los privilegios de Buenos Aires, redistribucin de ingresos aduaneros
y proteccionismo aduanero para las industrias. Este posicionamiento implica que
Buenos Aires es un mal necesario: no puede ser suprimido por su Aduana. El
monopolio de la Aduana le permita a Buenos Aires tener recursos para imponer sus
intereses. El librecambio tambin es otra cara del problema: Litorial y Buenos Aires
quieren librecambio porque lo conecta con el exterior y puede reducir costos por sus
efectos sobre el consumo de la poblacin. En cambio, el interior y Corrientes eran
proteccionistas con sus producciones agrcolas y artesanales.
El problema de la Aduana era ms complejo igual: hay otros que se resisten a
nacionalizarla adems de Buenos Aires: hay industrias provinciales que compiten entre
ellas y tienen escasa divisin del trabajo, con respecto a la divisin ya efectuada entre
Buenos Aires y el Interior. El problema no es el dominio fsico del puerto sino que
obedece a un problema de la estructura mercantil no capitalista del Ro de la Plata,
puesta en contacto con el mercado mundial. La nacionalizacin por acto administrativo

propuesta por los rivadavianos sera imposible. Slo poda resultar de la creacin de un
mercado nacional.
Sin embargo, al mismo tiempo haba una forma de coaligar las industrias ganaderas para
exportacin con los sectores mercantiles provinciales. Algunas provincias pudieron
contactarse con el exterior con el librecambio (Crdoba el Litoral), por lo que
consideran a Buenos Aires como una herramienta necesaria pero que haba que
controlar. Algunas otras producan para la expansin portea (Cuyo). Al mismo tiempo
que se conectaban con otros mercados (Montevideo para el caso del Litoral Chile para
el caso de Cuyo), se crean estas tendencias complementarias. As hay rasgos de
diferenciacin regional ms que provincial. Cada bloque tiene a su vez sus diferencias
internas.
Particularismo provincial. Pese a las diferenciaciones que se dibujan, no hay un
mercado regional. As no hay una solidaridad de clases dirigentes provinciales. Hay slo
burguesas locales (usa el trmino burguesa) que controlan produccin y comercio
locales, en las que los lazos de parentesco predominan para la constitucin de empresas
y cuyo espritu particularista predomina en los hechos sobre los posibles conatos
nacionalistas.
La burguesa portea tiene su particularismo: su tendencia no es la unificacin
nacional sino al status quo, manteniendo un mnimo de vnculos con el resto de las
provincias que permita relaciones econmicas ya referidas y una mayor fuerza en la
negociacin con el exterior. Esa burguesa intenta unifcar la nacin en un momento pero
su fracaso lo lleva a rechazar que se haga una nacin sacndole privilegios. Para eso se
aliar con algunas provincias del Litoral
Sin embargo, el hecho de que exista Buenos Aires, con sus privilegios, paradjicamente
prepara condiciones para la unificacin, ya que muchas provincias necesitan de la
anulacin de los privilegios a toda costa. Lo que comenzarn a entender es que para eso
necesitan de una solucin en una organizacin nacional que arbitrase todos los intereses
encontrados.
Las prefiguraciones regionales (por vnculos mercantiles y geogrficos), sin embargo,
no trascienden de meras prefiguraciones. Tiene alguna proyeccin en la disputa social y
poltica.
El cambio de coyuntura internacional al promediar el siglo hace que renazca la
discusin de cmo construir la nacin. All sern derrotados los particularismos
provinciales. Pero no es que triunfa la oligarqua portea sino los sectores polticos
(incluido de Buenos Aires) que expresan todos los particularismos provinciales. Como
hay transformaciones acontecidas al calor de la integracin al mercado mundial, eso
genera nuevas perspectivas que derivan en la integracin nacional.

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