Resumen Segundo Parcial
Resumen Segundo Parcial
Resumen Segundo Parcial
REFORMAS RIVADAVIANAS:
Diciembre de 1821: supresión de los dos cabildos (Luján y Ex Capital Virreinal). Esto
fue debido a una representación política.
Se cumplía así el doble objetivo trazado por el plan reformista encarnado por el
gobierno de Rodríguez: modernizar el aparato político institucional heredado de la
colonia y centralizar la estructura administrativa del Estado-Provincia.
Eliminación del Consulado de Comercio.
Ministerios de Gobierno, Hacienda y Guerra.
Hacienda: Creación de las oficinas de la contaduría, receptoría y tesorería general.
Justicia: Régimen mixto: Justicia de primer instancia, letrada y rentada. Justicia de paz,
lega y gratuita.
Creación del departamento de policía.
Noviembre de 1821: Reforma militar: Reducción drástica del aparato militar. Objetivo
doble: reducir los gastos del fisco; reorientar fuerzas militares hacia nuevas metas.
Defensa de ataques indígenas como tareas principales.
Reforma eclesiástica: Supresión de algunas órdenes religiosas cuyos bienes pasaron al
Estado, la prescripción de normas rígidas para el ingreso a la vida conventual, la
supresión de los diezmos -el Estado pasó a sostener el culto- y el sometimiento de
todo el personal eclesiástico a las leyes de la magistratura civil.
1823: motín en contra del gobierno en nombre de la defensa de la religión (Doctor
Tagle). Fue aplazado.
1821: Ley de prensa. Nuevos periódicos. Margen de libertad al periodismo local
(Sociedad Literaria o sociedad de beneficencia).
1821: Fundación de la Universidad de Buenos Aires.
Biblioteca pública dirigida por Manuel Moreno.
Creación de academias de Medicina, Ciencias Físicas y matemáticas, Jurisprudencia y
Música.
El Departamento de Primeras Letras de la Universidad se encargó de la educación
primaria.
Multiplicación de escuelas.
Se abrieron puertas a niños de las provincias a través de becas.
LA SITUACION INTERPROVINCIAL
LA REGION-PROVINCIA
Unidad 6
Candioti: Los jueces de la revolución
Desde sus primeras horas, la revolución porteña intentó garantizar la fidelidad de los
elencos gobernantes y de las principales autoridades, fueran estas preexistentes o de
nueva designación, a su decisión de destruir al virrey y crear una junta para el
autogobierno del virreinato.
En menos de 5 meses la casi totalidad de las autoridades que administraban la justicia
fueron renovadas.
La justicia era muy importante ya que era la voluntad divina. Esto viene del <imperio
español.
Depuración: Comenzó con el total reemplazo de los alcaldes de barrio.
De 25 jueces capitulares, 21 eran porteños.
Actividad común de muchos de los alcaldes fue el servicio de las armas.
La superposición de actividades políticas y militares no había sido característica de la
colonia. Fue la revolución la que las ligó estrechamente.
También, al menos 80 % de ellos fue comerciante.
Empleos concejiles: no remunerados y hasta onerosos.
Mas allá de la ampliación de la participación en su elección, los alcaldes continuaron
siendo miembros de la elite, vecinos de la ciudad, y, en tanto tales, varones, blancos,
criollos, propietarios, generalmente ligados al comercio y con diversos tipos de
experiencias en las armas.
Creación de 4 asesorías letradas rentadas, dos para los juzgados y dos para las
defensorías.
1821-1830: jueces profesionales.
A diferencia de los alcaldes de la primera década, la mayor parte de los jueces letrados
no tuvo otras actividades y profesiones ajenas a su saber jurídico.
La inestabilidad de los jueces entre 1828 y 1830 da una idea cabal de como la
conflictividad política de esos años repercutió en la administración judicial.
Rosas inauguró su primer gobierno provincial con un sólido consenso tanto en los
sectores propietarios agobiados por la incesante guerra civil, como entre los sectores
populares rurales y urbanos.
Sin embargo, medidas, escenarios y prácticas demostraron que la divergencia de
opiniones en el seno de ese partido, y aun en el gabinete mismo del gobernador, fue
moneda corriente durante los primeros años de la era Rosista.
El arribo de Quiroga a Buenos Aires, agobiado por el peso de su derrota por parte del
General Paz, contribuyó a agravar las tensiones que la ciudad vivía por aquellos días.
LA CUESTION CONSTITUCIONAL
Rosa asume nuevamente en 1835 tras la muerte de Quiroga con las facultades
extraordinarias.
Cuando se desarrolló el plebiscito se asumía que todos los habitantes de la campaña
apoyaban a Rosas.
El conflicto políticos se hallaba en la ciudad.
A partir de 1835, la base de la legitimidad del nuevo régimen, fue la unanimidad.
UN REGIMEN PLEBISCITARIO
La tradición legislativa, una vez prohibida la enajenación de las tierra públicas, puso en
manos de los políticos Bonaerenses, y luego del Congreso, dos formas de colocar la
tierra: el arrendamiento y la enfiteusis. Prefirieron la segunda para poblar y ligar a la
población mas fuertemente a la tierra.
Avellaneda observó que los antecedentes romanos y feudales beneficiaban al
propietario del dominio directo, en cambio, en este caso, se aseguraban el derecho de
los colonos.
Miguel Ángel Carcano en 1917 realizó un minucioso análisis de las normas legales
aplicadas, concluyendo que la enfiteusis contribuyó a la multiplicación de los
latifundios y desde 1836 a 1852 se aumentaron prodigiosamente los grandes
propietarios.
La enfiteusis no fue rivadaviana, sino el producto de un proceso histórico en el que
participaron muchos hombres públicos y que comenzó con la hipoteca de los bienes
inmuebles del Estado para garantizar la deuda pública interna y externa.
La enfiteusis constituye el desmembramiento mas fuerte que puede soportar el
derecho de propiedad como que el enfiteuta poco se diferencia del propietario. Es el
derecho de cultivar un fundo y gozar de el de la manera mas extensa, en forma
perpetua o por muy largo tiempo, debiendo pagar una rena (canon) al propietario.
Bernardino Rivadavia asumió la presidencia de las Provincias Unidas del Rio de la Plata
en febrero de 1826. El 16 de marzo del mismo año prohibió, en todo el territorio de las
Provincias Unidas, la enajenación de las tierras y demás bienes inmuebles de
propiedad pública.
Cuando asume Dorrego autoriza las solicitudes fuera de la línea interior.
Unidad 7
El periodo del segundo gobierno de Rosas estuvo marcado por recurrentes campañas
militares destinadas a conjurar golpes de Estado, conspiraciones, rebeliones, bloqueos
navales, invasiones protagonizadas por caudillos provinciales, jefes unitarios y
mandatarios extranjeros.
Esto permitiría el fortalecimiento del gobierno de Rosas.
Conflictos:
Coalición del Norte.
Corrientes.
Sur de Buenos Aires.
Lavalle.
El 3 de febrero de 1852, se batieron en Caseros las fuerzas del ejercito de Rosas y el
ejercito de la alianza entre Entre Ríos (Urquiza), Brasil y Uruguay. Resultando
victorioso el ejército aliado.
La Batalla de Caseros puso fin al régimen rosista, un experimento republicano que
había incluido a los sectores populares en prácticas electorales, festividades patrióticas
y una “Guerra Santa” muy costosa en términos humanos y materiales; un régimen de
cierta medida paradojal que defendía el sistema federal mediante el centralismo
político, que sostenía la voluntad de los pueblos por medios autoritarios; un régimen
que sus opositores liberales llamaban “tiranía” mientras que sus seguidores, los
vecinos federales, concebían como la forma mas adecuada que la Republica podía
tener bajo las condiciones extraordinarias de la guerra civil.
Goldman: Legalidad y legitimidad en el caudillismo
Mayoría de estudios sobre caudillismo: Jefe local que conduce a las masas rurales
contra el gobierno y las elites urbanas/Además: Los caudillos impiden el
establecimiento de poderes legales e instituciones republicanas.
Análisis insuficiente cuando se trata de Facundo Quiroga: 1) coexistencia de poder
político personal entre el caudillo y las autoridades provinciales/ 2) Caudillo busca
justificar su conducta pública apelando al necesario al necesario “respeto de las leyes”
y de “los derechos del pueblo”.
Quiroga, por su estilo de liderazgo político militar, fue la figura típica de caudillo del
Interior de las Provincias Unidas del Rio de la Plata.
A partir de aquí Sarmiento tomó la antinomia de civilización y barbarie.
Bartolomé Mitre, Sarmiento: Caudillo= bárbaro.
Revisionismo= Caudillo como base de las cuestiones federales.
Otra interpretación no profesional: Caudillos= representación de los sectores
populares de las provincias en oposición a una burguesía comercial porteña.
Tulio Alperin Donghi: relación entre la militarización y democratización que se
encuentra en la base de ascenso al poder de los caudillos.
1823: Derrota del gobernador Nicolas Dávila en manos de Quiroga.
Se acaba la época del linaje riojano y comienza el caudillismo.
Quiroga podría poner y sacar gobernadores.
4 caracterizaciones de los caudillos: 1) presencias de clientelismos armados unidos por
lazos personales de dominio y sumisión, y por un deseo común de obtener riquezas
mediante el uso de armas/2) la ausencia de canales institucionales para la sucesión de
los cargos/3) la utilización de la violencia en las disputas políticas/4) la capacidad de los
lideres encumbrados para garantizar el control de sus propiedades y de sus
lugartenientes.
Legitimidad política de tipo carismática (Weber).
Dos factores enturbian la comprensión de lo sucedido en La Rioja: 1) Confusión entre
poder político militar del caudillo y el poder legal de las autoridades provinciales/
2) Después del ejercicio del poder personal del caudillo, se perdió de vista la
estructuración de instancias estatales.
Se observan reglamentos, leyes y normas.
Quiroga= cierto respeto por la legalidad.
El campo de decisiones el caudillo se encuentra inserto en la nueva organización
sociopolítica posrevolucionaria que constituyó soberanías territoriales con
aspiraciones de autonomía.
CONCLUSIONES:
El carácter personal del vínculo entablado entre las dos partes era una de éstas. Tal
como apunta Echevarría, los indígenas habían hecho las paces con “Juan Manuel”, y no
con las autoridades de la provincia o con el gobernador en particular. Para ellos
resultaba impensable la concreción de un pacto con ciertas personas en tanto parte
constitutivas de una entidad abstracta. Sólo que la razón no estribaba en su “falta de
civilización”, sino en el carácter individuado que tenían los lazos entre los naturales.
Rosas se introdujo en las redes familiares indígenas y construyó relaciones que lo
ligaban con ellos. A través de bautismos y de su intervención en la concreción y
ruptura de los matrimonios, por ejemplo, el gobernador se convertía en pariente de
muchos indios.
Es importante señalar que esta manera de tender lazos, y su uso en el plano discursivo,
era fundamental a la hora de explicar o poner de manifiesto la clase de sociedad que
desde el momento del pacto y la incorporación de los indígenas al territorio provincial,
pasaban a constituir unidos a los cristianos. Ya hemos dicho que el parentesco define
grupos sociales domésticos o ampliados.
La tierra continuaba siendo de los indios, pero ya no como antes. En épocas pasadas
les pertenecía con exclusividad, ahora la compartían. Eficazmente, el gobernador había
reconceptualizado esta noción: la tierra era el lugar en que vivían en armonía con los
criollos. Como tal, debía ser salvaguardada de dos abominables amenazas: el unitario y
el indio enemigo. Frente a ellos, la tierra habitada por indios y cristianos –para emplear
voces propias de la documentación- creaba, al menos en el plano discursivo, parientes:
indígenas y criollos vivían como hermanos. Y por esta razón, debía ser defendida de los
que, al desafiar su seguridad jaqueaban, en última instancia, el vínculo que ligaba a
quienes habitaban en ella.
En el discurso del rosismo, los indios amigos y los cristianos, hijos de un gran padre –
Rosas-, ligados por relaciones fraternales entre sí, no podían más que oponerse a
quienes quedaban fuera de esa familia.
Por un lado, los vínculos de parentesco trazados entre Rosas y los indios creaban,
desde la dimensión discursiva cuando menos, una ficción de simetría. Pero, por otra
parte, la reciprocidad nunca se reduce a un problema de “todo o nada”.
En el caso que estudiamos, la reciprocidad aludía a una serie de movimientos viceversa
que involucraba la circulación de raciones. Y es que en efecto, Rosas daba –bienes,
protección y bienestar- a indios que habían pactado con él en condiciones de extrema
necesidad económica y militar, y a cambio esperaba que aquellos cumpliesen con las
conductas acordadas, las deseables de un hermano o un hijo: básicamente, la no
traición al pacto. Esto era, que permaneciesen reunidos en los parajes del nuevo sur y
contribuyeran a la defensa de la frontera –el amplio y flexible borde de esa tierra en
que naturales y cristianos vivían como hermanos-, y que se sujetaran al orden que
pretendía instalarse en la campaña.
El negocio pacífico contó con una partida presupuestaria propia destinada a los gastos
de raciones y obsequios que se entregaban a los indígenas7 . En efecto, el sistema se
apoyaba en una base material representada por un importante sistema de raciones y
regalos que constaba de tres niveles. En el primero se encontraban los agasajos,
alojamiento y manutención de las partidas indígenas que circulaban por el territorio
provincial por diversos motivos: comercio, parlamentos con autoridades criollas, etc.
En un segundo nivel estaban las raciones mensuales que se entregaban
periódicamente en las tolderías de frontera. Finalmente, en un tercer nivel, se hallaba
la entrega de obsequios particulares a determinados indígenas.
El objetivo de este trabajo fue describir una particular situación fronteriza que se
desarrolló en la provincia de Buenos Aires durante la gobernación de Juan Manuel de
Rosas. Desde fines de la década de 1820 el gobierno de Buenos Aires impulsó una
política indígena que permitió consolidar el espacio territorial adquirido a lo largo de
dicha década mediante negociaciones y expediciones militares. Esta política, que se
conoció con el nombre de Negocio Pacífico de Indios, representó una experiencia
relativamente exitosa en su objetivo de estabilizar las relaciones con los indígenas.
El negocio pacífico incluyó a dos tipos diferentes de parcialidades: las aliadas y las
amigas. Las primeras constituyeron una categoría lábil que difícilmente pudo ser
sostenida en el tiempo debido al intento del gobierno por conseguir una obediencia
mayor de que la estaban dispuestas a ofrecer parcialidades que buscaban mantener su
autonomía política y territorial. El choque entre ambas perspectivas llevó casi
inevitablemente a la derivación de los grupos aliados en enemigos o amigos. Las
parcialidades amigas tuvieron un status muy particular en este período. Según hemos
señalado, se trataba de grupo reducidos en el interior del territorio provincial, que
cumplían una diversidad de tareas encargadas por el gobierno y que
fundamentalmente habían creado un vínculo personal con Rosas.
Cabría preguntarse si también para los indígenas, el negocio pacífico fue una
experiencia exitosa. En este sentido podría plantearse que para aquellos grupos que se
hallaban en condiciones muy precarias para su reproducción, el pacto con el gobierno
aun cuando ello significara la pérdida de su autonomía, representó la posibilidad de
contar con recursos que mejoraran su subsistencia y la posibilidad de recomponer su
estructura poblacional a través del mestizaje y de la toma de cautivos en
enfrentamiento militares con grupos hostiles. Por otro lado, la pérdida de su
autonomía política y territorial no implicó en todos los casos una sumisión total al
gobierno.