GUASTINI - Ordenamiento Jurídico
GUASTINI - Ordenamiento Jurídico
GUASTINI - Ordenamiento Jurídico
ORDENAMIENTO JURDICO DE
UN DICCIONARIO
Riccardo Guastini
Universidad de Gnova
ISSN: 0214-8676
pp. 247-282
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Riccardo Guastini
1. Concepciones
1
Como si a cada enunciado correspondiera una, y solo una, norma, y a cada norma un,
y slo un, enunciado. Este uso indistinto del vocablo norma presupone una concepcin
cognitiva de la interpretacin, o sea, el modo de ver segn el cual la interpretacin es acto
(no de voluntad, sino) de conocimiento (de manera que los enunciados interpretativos pueden
ser verdaderos o falsos). Cf. R. Guastini, L interpretazione dei documenti normativi, Miln,
Giuffr 2004, cap. II.
2
V. Crisafulli, Disposizione (e norma), en Enciclopedia del diritto, XIII, Miln, Giuffr,
1964. Cfr. tambin R. Guastini, Disposizione vs. norma, en Giurisprudenza costituzionale,
1989, p. 3 y ss.
3
R. Guastini, L interpretazione dei documenti normativi, cit., cap. VII.
4
R. Guastini, Ordinamento giuridico, en Digesto delle discipline pubblicistiche, X,
Turn, UTET, 1995.
5
As, por ejemplo, R. Hernndez Marn, Teora general del derecho y de la ciencia jurdica, Barcelona, PPU, 1989, especialmente cap. 2.
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10
J.R. Searle, Speech Acts. An Essay in the Philosophy of Language, Cambridge, Cambridge U.P., 1969. Cfr. tambin M. Atienza, J. Ruiz Manero, Las piezas del Derecho. Teora de
los enunciados jurdicos, Barcelona, Ariel, 1996, especialmente cap. 2.
11
N. Bobbio, Teoria generale del diritto, cit., 13 s.
12
Por parte, por otro lado, slo de la doctrina italiana
13
Cfr. G.H. von Wright, Norm and Action. A Logical Enquiry, Routledge & Kegan Paul,
Londres, 1963, 199; R. Caracciolo, El sistema jurdico. Problemas actuales, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, 1988, 31 ss.; E. Bulygin, Norme, validit, sistemi normativi, Giappi-
251
chelli, Turn, 1995, cap. XIII, Id., El problema de la validez en Kelsen, en R. Vzquez (ed.),
Filosofa jurdica. Ensayos en homenaje a Ulises Schmill, Porra-ITAM, Mxico, 2005.
14
Una primera constitucin es una constitucin originaria, o sea, no derivada de (no
jurdicamente fundamentada en) una constitucin precedente. Vase H. Kelsen, Dottrina pura
del diritto (1960), Turn, Einaudi, 1966, 225.
15
Infra 3.1., sub (i)
16
Infra, 3.1.
17
En este sentido, por ejemplo, son normas dependientes todas las normas de las leyes,
ya que su existencia reposa sobre las normas constitucionales que atribuyen competencia
legislativa.
18
De las maneras que veremos en seguida, sub 2.2.
19
En este sentido, son normas dependientes todas las normas implcitas, sobre las cuales
infra . 2.2.
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(d) En cuarto lugar, existen normas implcitas que se extraen, ms o menos, persuasivamente a partir de normas expresas segn esquemas de razonamiento no deductivos, lgicamente invlidos (por ejemplo, un entimema,
una conjetura sobre la ratio legis, el argumento analgico, el argumento a
contrario, etc.)25.
2.3. Normas primarias y normas secundarias
En tercer lugar, conviene distinguir entre normas primarias y normas
secundarias26.
(i) Se suele llamar primarias a las normas comunes de conducta, o sea,
las normas que atribuyen o imponen situaciones jurdicas subjetivas (derechos, obligaciones, etc.) a los ciudadanos comunes27.
(ii) Se llaman, por el contrario, secundarias las normas ms precisamente: las meta-normas28sobre la produccin y la aplicacin del Derecho,
o sea, aquellas que confieren poderes (legislativos en sentido material,
ejecutivos, jurisdiccionales) y regulan su ejercicio29.
gobierno parlamentario el Jefe del Estado no tienen poderes de direccin poltica, sino slo funciones de garanta constitucional; por lo tanto, el Jefe del Estado no puede rechazar el dictado de los
actos deliberados por el Gobierno salvo cuando se trate de actos notoriamente inconstitucionales.
25
Un ejemplo entre mil: La salud es un derecho fundamental del individuo (se trata,
en hiptesis, de una norma expresa: art. 32, 1, const. it.); El dao a la salud constituye una
violacin de un derecho fundamental; La violacin de un derecho fundamental constituye un
dao injusto (en el sentido del art. 2043 cod. civ. it.), Por lo tanto, el dao a la salud debe ser
resarcido. O tambin: una cierta disposicin legal impone una obligacin a los ciudadanos;
argumentando a contrario (en una de las posibles variantes de tal argumento), se puede sostener que la disposicin en cuestin puesto que impone una obligacin a los ciudadanos, sin
mencionar sujetos distintos de los ciudadanos excluye positivamente a los extranjeros y a los
aptridas de la sujecin a tal obligacin (es decir, contiene tambin la norma implcita segn la
cual los extranjeros y los aptridas no estn sujetos a la obligacin en cuestin).
26
H.L.A. Hart, The concept of Law, Oxford, Clarendon, 1961; N. Bobbio, Studi per una
teora generale del diritto, Turn, Giappichelli, 1970, 175 ss.; N. Bobbio, Contributi ad un
dizionario giuridico, Turn, Giappichelli, 1994, 177 ss, 233 ss.
27
En los ordenamientos de tipo liberal, el conjunto de las normas primarias est cerrado
por el principio de libertad: Todo lo que no est expresamente prohibido est (implcitamente)
permitido. Cfr. D. Donati, Il problema delle lacune dell ordinamento giuridico, Miln, 1910
(ahora en Id., Scriti di diritto publico, I, Padua, 1966).
28
Se llama metanorma a toda norma que tenga como objeto no la conducta, sino: (a) actos
normativos (ejemplo: La funcin legislativa se ejerce colectivamente por las dos Cmaras,
art. 70 cons. it.); (b) otras normas (ejemplo: el principio de retroactividad); o (c) otras disposiciones (ejemplo: Se deroga el art. x de la ley y). Sobre ello: T. Mazzarese, Metanorme.
Rilievi su un concetto scomodo della teoria del diritto, en P. Comanducci, R. Guastini (eds),
Struttura e dinamica dei sistemi giuridici, Giappichelli, Turn, 1996.
29
En los ordenamientos de tipo liberal, el conjunto de las normas secundarias est cerrado
por el principio de legalidad: Todo lo que no est expresamente permitido est (implcitamente) prohibido. Cfr. G. Zagrebelsky, Il diritto mite. Legge, diritti, giustizia, Turn, 1992, 31.
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Cfr. R. Guastini, Teoria e dogmatica delle fonti, Miln, Giuffr, 1998, cap. IV.
Donde es completamente comn definir la validez como pertenencia al ordenamiento.
32
L. Ferrajoli, Diritto e ragione. Teoria del garantismo penale, Bari-Roma, Laterza, 1989,
esp. 909 y ss.; E. Bulygin, El problema de la validez en Kelsen, 5 s.
33
Los conceptos que subyacen a esta definicin se explican infra: aps. 3.1 y 3.2.
34
A esta manera de ver las cosas, que distingue entre pertenencia (existencia jurdica)
y validez, se le podra objetar aproximadamente as: las normas en cuestin (leyes inconstitucionales, etc.), al ser invlidas, no pertenecen de ningn modo al ordenamiento; a pesar
de ello son aplicables (hasta que no sean declaradas invlidas por el rgano competente);
pero, justamente, eso no quiere decir que pertenezcan al ordenamiento, ya que una cosa es la
validez o pertenencia, y otra cosa la aplicabilidad (vase, por ejemplo, el caso de las normas
extranjeras, reclamadas por normas de Derecho internacional privado: normas aplicables,
pero ciertamente no pertenecientes al ordenamiento). En suma: bien vistas las cosas, lo que tu
llamas existencia jurdica no es para nada pertenencia al ordenamiento; es, banalmente,
la aplicabilidad. Este tipo de ideas estn en Bulygin, El problema de la validez en Kelsen,
cit. As, deca, se podra objetar. Pero sera equivocado. Lo que llamo existencia jurdica
es algo distinto no slo de la validez, sino tambin de la aplicabilidad. Tomemos el caso de
una ley inconstitucional en periodo de vacatio: semejante ley es (en hiptesis) invlida; no
es aplicable (mientras dure la vacatio); pero sin embargo pertenece ya al ordenamiento, al
haber sido promulgada y publicada. Es precisamente esta pertenencia lo que la distingue
de un proyecto de ley a la espera de aprobacin, igualmente no aplicable y (por hiptesis)
igualmente inconstitucional.
35
Supra, 2.1.
31
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normas sobre la instauracin (a no confundir con la revisin36) constitucional y de normas materialmente superiores a la constitucin, no tiene sentido
predicar ni la validez ni la invalidez de la constitucin37.
2.5. Normas y principios
Hoy es una opinin generalmente compartida que todo ordenamiento
est compuesto no slo por normas, sino tambin por principios (adjetivados bien como generales, o bien como fundamentales)38. Pero la
distincin entre normas y principios es un tanto escurridiza, bajo al menos
dos aspectos 39.
36
Infra, 3.1.2.
R. Guastini, La validit de la constitution du point de vu du positivisme juridique, en
M. Troper, L. Jaume (eds.), 1789 et l invention de la constitution, Bruselas-Pars, BruylantL.G.L.J., 1994, 216 ss.
38
La literatura al respecto es muy vasta. Me limito a mencionar unos pocos textos esenciales: R. Dworkin, Taking Rights Seriously, II ed., Londres, Duckworth, 1978, espec. cap. 2;
G. R. Carri, Principi di diritto e positivismo giuridico (1970), ahora en R. Guastini (ed.),
Problemi di teoria del diritto, Bolonia, Il Mulino, 1980; R. Alexy, Teora de los derechos fundamentales (1986), Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 1993, espec. cap. 3; L. Prieto
Sanchs, Sobre principios y normas. Problemas del razonamiento jurdico, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, 1992; M. Atienza, J. Ruiz Manero, Las piezas del Derecho. Teora
de los enunciados jurdicos, Barcelona, Ariel, 1996, espec. cap. 1.
39
La distincin, debe subrayarse, tiene relevancia no slo terica, sino tambin dogmtica,
a causa de numerosas disposiciones de Derecho positivo vigente que, precisamente, hacen referencia tambin ellas a los principios en cuanto algo distinto a las otras normas. Los ejemplos
ms macroscpicos son probablemente los siguientes.
El art. 117, 3 de la Cons. it. (tal y como fue reformulado por el art. 3 de la ley const. 3/2001)
dispone entre otras cosas que En las materias de legislacin concurrente corresponde a las
Regiones la potestad legislativa, salvo en lo que respecta a la determinacin de los principios
fundamentales, reservada a la legislacin del Estado; y, al hacer as, impone el distinguir,
dentro de la regulacin de cada materia confiada a la legislacin concurrente, las normas
que constituyen principios fundamentales de las restantes (El mismo art. 117, inciso 1, en la
formulacin originaria, autorizaba a las Regiones con estatuto ordinario a dictar normas legislativas en los lmites de los principios fundamentales establecidos por las leyes del Estado;
y, al hacer as, impona distinguir entre normas sin ulteriores especificaciones y principios
fundamentales).
El art. 9, 1, ley 62/1953, tal como fue modificada por el art. 17, inciso ltimo, ley
281/1970, dispone a su vez que el dictado de normas legislativas por parte de las regiones [...]
se desarrolla en los lmites de los principios fundamentales como resultan de las leyes que expresamente los establecen para cada materia o como se desprenden de las leyes vigentes. Esta
disposicin (todava vigente despus de la revisin constitucional de 2001?) sugiere distinguir
entre principios explcitos (los que resultan de las leyes que expresamente los establecen) y
principios implcitos (los que, justamente, no estn expresamente establecidos por las leyes,
pero que, sin embargo, se desprenden de leyes).
El art. 12, 2. disp. prel. cd. civ. it por su lado al disponer que si una controversia no
puede decidirse con una disposicin precisa [...] se decide segn los principios generales del
37
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Por un lado, no est claro en qu sentido puede decirse que los principios jurdicos son algo distinto a las normas. Parece obvio, por el contrario,
que son no ya otras normas, sino, a lo ms, un tipo especfico de normas
jurdicas.
Por otro lado, no est claro cules son los rasgos distintivos de los principios con respecto al resto de las normas, ya que el concepto de principio
no es en absoluto unvoco.
En la literatura se encuentran no menos de tres conceptos de principio.
Naturalmente, a una pluralidad de conceptos corresponde una pluralidad
de clases. Pero, por otra parte, hay principios que caen simultneamente en
ms de una clase.
(i) Segn una cierta perspectiva, los principios son normas con el supuesto de hecho abierto y/o normas derrotables
El supuesto de hecho (el antecedente) de una norma est cerrado,
cuando la norma enumera exhaustivamente bien sea los hechos en presencia
de los cuales se produce la consecuencia jurdica que ella misma dispone, o
bien las eventuales excepciones, o sea, los hechos en presencia de los cuales
la consecuencia jurdica no se produce. El supuesto de hecho (el antecedente) de una norma es abierto, cuando la norma no enumera exhaustivamente los hechos en presencia de los cuales se produce la correspondiente consecuencia, o bien no enumera exhaustivamente las excepciones en presencia
de las cuales la consecuencia no se produce.
Una norma es no derrotable cuando no admite excepciones o, mejor
dicho, no admite otras excepciones si no las expresamente establecidas
por la propia norma o por otras normas del ordenamiento. Una norma es
derrotable cuando admite excepciones implcitas, no establecidas por la
norma en cuestin, ni por ninguna otra norma del ordenamiento, y por tanto
indeterminadas 40.
ordenamiento jurdico del Estado impone distinguir entre disposiciones precisas y principios generales.
De principios e intereses generales los cuales informan la legislacin del Estado habla
tambin el art. 17 del Estatuto de la Regin siciliana (Real decreto legislativo 455/1946,
convertido en ley const. 2/1948). Los principios del ordenamiento jurdico del Estado se
mencionan en el art. 3 del Estatuto especial para Cerdea (ley const. 3/1948), en el art. 2 del
Estatuto especial para el Valle de Aosta (ley const. 4/1948), as como en el art. 4 del Texto
nico de las leyes const. relativas al Estatuto especial para el Trentino-Alto Adigio (D.P.R.
670/1972), el ltimo de los cuales, en el art. 5, contrapone los principios establecidos por las
leyes del Estado a las normas legislativas regionales. Poniendo, pues, uno al lado del otro,
estos diversos textos normativos, parece inevitable distinguir ulteriormente (si no tambin
entre normas y disposiciones precisas, por lo menos) entre principios fundamentales y
principios generales.
40
Esta (doble) distincin puede ilustrarse con un simple ejemplo. El art. 3, 1, cons. it.
Todos los ciudadanos [...] son iguales ante la ley, sin distincin de sexo, de raza, de lengua,
257
(ii) Segn una distinta perspectiva, los principios son normas genricas41, las cuales: por un lado, (a) exigen el dictado de otras normas que les
sirvan de realizacin o les den concrecin; pero, por otro lado, (b) pueden
ser realizadas o concretadas de muchas maneras distintas y alternativas42.
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cambiar el modo de eleccin del Jefe del Estado, mientras se conserve su carcter electivo. Lo
que el art. 139 const. prohibe es alterar o suprimir los dos principios que si bien no expresamente formulados subyacen a las dos normas en cuestin: o sea, el principio del carcter
electivo del jefe del Estado y el principio del carcter temporal de su mandato. Sin embargo,
cabalmente, estos dos principios pueden ser concretados de maneras distintas: el Presidente de
la Repblica podra, por ejemplo, ser elegido directamente por el pueblo, en lugar de por las
Cmaras reunidas, sin que el principio subycente resultara violado; su mandato podra prolongarse, pongamos, de siete aos a diez, como tambin reducirse de siete aos a cinco, sin con
ello violar el principio subyacente.
Ntese que pertenecen a la clase de las normas genricas, en el sentido que se ha tratado
de aclarar, tambin las normas teleolgicas: es decir, aquellas normas que no prescriben una
precisa lnea de comportamiento, sino que expresan solemnemente un valor, del que recomiendan su realizacin, o bien indican un fin a perseguir. Son ejemplos paradigmtico de ello las
numerosas normas programticas, de las que est llena la constitucin: art. 3, 2; art. 4, 1; art.
5; art. 6; art. 31; art. 32, 1; y as sucesivamente. Tambin las normas teleolgicas pueden ser
realizadas o concretadas de muchas maneras distintas y alternativas: tantas cuantos sean los
medios idneos para perseguir el fin prescrito o para realizar el valor proclamado. Basta pensar,
para poner algn ejemplo, en los mil modos posibles de tutelar la salud (art. 32, 1, cons. it.),
o de tutelar a las minoras lingsticas (art. 6 const. it.).
43
Por ejemplo, el principio de tutela de la confianza fundamenta y justifica las disposiciones sobre el error como causa de anulacin del contrato (art. 1428 cod. civ. it.), las disposiciones sobre los efectos de la simulacin con respecto a terceros y a los acreedores (arts.
1415 y 1416 cod. civ. it.), las disposiciones que limitan la oponibilidad frente a terceros de la
modificacin o revocacin del poder (art. 1396 cod. civ. it.), etc.
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53
Cfr., p. e. H.L.A. Hart, The Concept of Law, cit., 97 ss. Cfr. tambin V. Mathieu, Sistemi
logici e sistemi giuridici. Imposibilit di autofondazione formale, en Id., Luci ed ombre del
giusnaturalismo, Turn, 57 ss.
54
Cfr. R. Guastini, Sur la validit de la constitution du point de vue du positivisme juridique, cit.
55
O, quizs, la ideologa normativa de cuantos legitiman el sistema constitucional vigente:
N. Bobbio, Sul principio di legittimit (1964), en N. Bobbio, Studi per una teoria generale
del diritto, cit., 79 ss.
56
Infra, 5. Desde el punto de vista esttico, un ordenamiento cambia, y en ese sentido
cambia su identidad, cada vez que se introduzca en l una nueva norma o que una norma preexistente sea derogada (o anulada) o sustituida.
57
E. Bulygin, Norme, validit, sistemi normativi, cit., 240.
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Mientras que un ordenamiento pierde su identidad originaria su continuidad, es un ordenamiento distinto cuando cambia su constitucin.
Sin embargo, as como un hombre no pierde su identidad por el hecho
de que le sea amputado un miembro y sustituido por un miembro artificial,
parece obvio que un texto constitucional puede tambin ser repetidamente
(y profundamente) enmendado sin perder por ello su identidad originaria.
Se plantea entonces el problema de distinguir el cambio constitucional (la
instauracin de una nueva constitucin) de la mera revisin constitucional
(la enmienda de la constitucin existente): de distinguir, en suma, el poder
constituyente del poder (constituido) de revisin constitucional.
Ahora bien, del poder constituyente se encuentran, en la cultura jurdica
contempornea, dos concepciones distintas, a las que podemos llamar, respectivamente, formalista y sustancialista.
(I) Segn la concepcin formalista, poder constituyente es aquel queno
siendo constituido (o sea, previsto y regulado por normas preexistentes)
necesariamente se ejerce extra ordinem, o sea, en formas ilegales o en todo
caso no-legales58. (Si se ejercitase en formas legales, o sea, de acuerdo con
normas preconstituidas, entonces habra normas que lo conferiran y/o lo
regularan. Pero si hubiera tales normas, entonces ese sera, por ello mismo,
un poder no constituyente, sino constituido.)
(II) Segn la concepcin sustancialista, por el contrario, constituyente
es aquel poder que cualquiera que sean sus modos de ejercicio expresa
la decisin poltica fundamental59: aquel poder, en suma, que elige los
principios supremos y/o caracterizadores del ordenamiento o de la forma
del Estado.
A estas dos concepciones del poder constituyente le subyacen dos distintas concepciones de la constitucin.
(i) La concepcin formalista del poder constituyente tcitamente supone
que la constitucin es, banalmente, nada ms que un conjunto de normas
(como tal, definible extensionalmente, esto es, por simple enumeracin de
las normas que lo componen).
(ii) La concepcin sustancialista del poder constituyente, a su vez,
tcitamente supone que la constitucin es, por el contrario, una totalidad
coherente de principios y/o valores.
58
Cfr. S. Romano, L instaurazione di fatto di un ordinamento costituzionale e la sua legittimazione (1902), ahora en Id., Lo Stato moderno e la sua crisi. Saggi di diritto costituzionale,
cit.; A. Pace, L instaurazione di una nuova costituzione. Profili di teoria costituzionale, en
Associazione italiana dei costituzionalisti, La nascita delle costituzioni europee del secondo
dopoguerra, Pdua, CEDAM, 2000.
59
C. Schmitt, Dottrina della costituzione (1928), Miln, Giuffr, 1984, 41, 109 ss.
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(b) Desde un punto de vista formalista, por el contrario, el poder de revisin constitucional se distingue del constituyente solo por el hecho de ejercitarse en los modos previstos y regulados por la propia constitucin. Por lo
tanto, el cambio constitucional, cuando sea realizado en las formas previstas
por la propia constitucin, se queda en mera revisin no se transmuta en
instauracin de un nuevo ordenamiento constitucional cualquiera que sea
su objeto: por mucho que la revisin pueda incidir a fondo sobre los principios supremos 62. Consecuencia relevante de este modo de ver es que la
constitucin puede ser cambiada incluso profundamente en formas legales,
sin que sean precisas revoluciones, golpes de Estado o guerras civiles.
3.2. Jerarquas de normas
Es pacfico que todo ordenamiento tiene una estructura jerrquica. Pero
de qu tipo de jerarqua exactamente estamos hablando?
Segn Kelsen63, hay slo un tipo de jerarqua: la que tiene lugar entre
las normas sobre la produccin jurdica y las normas producidas de acuerdo
con ellas. En este sentido, por ejemplo, las normas constitucionales sobre
la legislacin estn supraordenadas a la legislacin misma incluso (ntese
bien) cuando la constitucin es flexible.
Segn Merkl64, sin embargo, hay un segundo tipo de jerarqua (junto a
la precedente): la relacin que tiene lugar entre dos normas cuando una de
ellas no puede vlidamente ser contradicha o derogada por la otra. Obsrvese que, por lo que se refiere a las relaciones entre constitucin y legislacin,
tal relacin tiene lugar slo si la constitucin es rgida.
Por otro lado, la relacin entre normas sobre la produccin jurdica y
normas producidas de acuerdo con ellas es con frecuencia vista como una
relacin lgica: el tipo de relacin que existe entre dos niveles de lenguaje
(un meta-lenguaje y su lenguaje-objeto)65. Este modo de ver, sin embargo,
confunde esta relacin con una relacin completamente distinta: la que existe entre dos normas cuando la una se refiere metalingsticamente a la otra,
habla de la otra (por ejemplo, la relacin entre una norma de derogacin
expresa y la norma por ella expresamente derogada).
62
Cfr. H. Kelsen, Teora general del Estado (1925), Granada, Comares, 2002, 415.
Cfr. H. Kelsen, Teoria generale del diritto e dello Stato (1945), Miln, Comunit, 1952,
125 ss.
64
Cfr. A. Merkl, Prolegomeni ad una teoria della costruzione a gradi del diritto (1918),
en Id., Il duplice volto del diritto, Miln, Giuffr, 1987, 37 ss.
65
H.L.A. Hart, The Concept of Law, cit.; N. Bobbio, Norme primarie e norme secondarie
(1968), en Id., Studi per una teoria generale del diritto, cit.
63
265
Adems, es una idea comn, aun cuando nunca explicitada, que las
relaciones jerrquicas preexisten a la interpretacin, de manera que los intrpretes no pueden hacer otra cosa que tomar nota de ellas66. Pero las cosas
no son tan simples. Es bastante claro que algunas relaciones jerrquicas
son no ya encontradas, sino creadas por los intrpretes, mediante juicios
comparativos de valor67. Este es el caso, por ejemplo, de la relacin axiolgica que existe en el mbito de un cdigo, pongamos entre principios
fundamentales o generales y normas especficas. Este es el caso, de nuevo,
de la relacin entre la constitucin y ciertos principios supraconstitucionales que, segn la jurisprudencia de algunos tribunales constitucionales68,
no pueden ser derogados o modificados de ningn modo: ni siquiera con el
procedimiento de la revisin constitucional.
La conclusin es que no existe una nica estructura jerrquica en los
ordenamientos contemporneos: hay al menos cuatro69.
(i) Jerarqua formal o estructural: entre normas sobre la produccin
jurdica (p. e., las normas constitucionales sobre la legislacin) y normas
producidas en conformidad con ellas (p. e., las normas legislativas)70.
(ii) Jerarqua material o sustancial: una primera norma A est materialmente supraordenada con respecto a una segunda norma B, cuando una
tercera norma C establece que B no puede vlidamente contradecir a A71.
Una constitucin flexible est supraordenada a la legislacin slo en sentido
formal, mientras que una constitucin rgida esta supraordenada a la legislacin tambin en sentido sustancial.
Estos dos primeros tipos de relaciones jerrquicas modelan el concepto
de validez: en el sentido de que, como se ha dicho, la validez exige la con-
66
Vase, sin embargo, M. Troper, Il problema dell interpretazione e la teoria della sovralegalit costituzionale (1975), trad. it. en P. Comanducci, R. Guastini (eds.), L analisi del
ragionamento giuridico. Materiali ad uso degli studenti, Turn, Giappichelli, II, 1989.
67
G. Tarello, Gerarchie normative e interpretazione dei documenti normativi, en Politica
del diritto, 1977, 499 ss.
68
Cfr. p. e. Corte const. it. 1146/1988.
69
Cfr. R. Guastini, Gerarchie normative, en Materiali per una storia della cultura giuridica, 1997, 463 ss.
70
Cfr. supra, 3.1, en el punto (i).
71
Bien entendido, la norma en cuestin (la norma C) puede asumir las formas ms diversas. Puede darse el caso de que, por ejemplo, C disponga que una cierta fuente B no puede
contener normas en contradiccin con otra fuente A. O bien puede darse el caso de que C
autorice a un rgano jurisdiccional a no aplicar o directamente a anular las normas provenientes de la fuente B cuando estn en contradiccin con las normas provenientes de la fuente A.
O, incluso, puede darse el caso de que C establezca que la fuente A no puede ser modificada
si no es con un procedimiento especial, distinto de (ms complejo que) el requerido para la
produccin de la fuente B.
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267
distintas78. En este sentido, el ordenamiento italiano vigente tiene un carcter altamente complejo.
En un ordenamiento altamente complejo, el rgimen jurdico de cada
fuente del Derecho se caracteriza (entre otras cosas) por los dos rasgos
siguientes:
(a) Por un lado, a cada fuente le viene asignado un mbito de competencia material definido, de forma que esa fuente es competente para regular
ciertas materias y no otras.
(b) Por otro lado, a cada fuente le viene asignada una determinada fuerza, o sea una peculiar ubicacin en la jerarqua material del ordenamiento,
de forma que esa fuente no puede contener normas incompatibles con las
expresadas por fuentes supraordenadas.
5. Sincrona y diacrona
Evidentemente, todo ordenamiento jurdico no es tanto un conjunto de
normas determinado de una vez por todas, sino ms bien un conjunto de
normas mutable. No obstante, un conjunto mutable no es propiamente un
conjunto, sino ms bien una sucesin de conjuntos distintos79.
De forma que un ordenamiento jurdico puede ser observado desde dos
ngulos visuales distintos: el punto de vista sincrnico (o, si se quiere, esttico) y el punto de vista diacrnico (o, si se quiere, dinmico)80. Llamaremos
sincrnico al punto de vista de quien observa el ordenamiento en un instante
determinado de su existencia histrica, haciendo abstraccin de sus cambios
en el tiempo. Y llamaremos diacrnico al punto de vista de quien observa el
ordenamiento en su evolucin histrica. Pues bien:
(i) Bajo el perfil sincrnico, un ordenamiento se presenta como un
conjunto esttico de normas. Pero tal conjunto de normas est fatalmente
destinado a cambiar en el tiempo: cambia cada vez que. (a) se expulsa del
ordenamiento una norma preexistente (mediante derogacin o anulacin);
(b) se introduce una norma nueva; (c) se sustituye una norma existente81. De forma que:
78
V. Crisafulli, Gerarchia e competenza nel sistema costituzionale delle fonti, en Revista
trimestrale di diritto pubblico, 1960, 775 ss.; Id., Lezioni di diritto costituzionale, Padova,
CEDAM, vol. II, 1984, 195 ss.; A Ruggeri, Gerarchia, competenza, e qualit nel sistema costituzionale delle fonti normative, Milano, Giuffr, 1977.
79
C.E. Alchourrn, E. Bulygin, Anlisis lgico y derecho, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 1991, 393 ss.
80
J. Raz, The Concept of a Legal System. An Introduction to the Theory of Legal System,
II ed., London, Oxford U.P., 1973
81
Un ordenamiento jurdico visto desde el punto de vista sincrnico es, ciertamente, un
conjunto de normas. Es, sin embargo, un macro-conjunto: podemos llamarlo as para subra-
268
Riccardo Guastini
yar el hecho de que, habitualmente, los ordenamientos jurdicos son conjuntos muy amplios,
constituidos por innumerables normas. Ahora bien, sucede que el ordenamiento jurdico en su
totalidad, aunque sea con frecuencia objeto de especulacin terica y/o filosfica, es, sin embargo, de escaso inters para los juristas y operadores jurdicos. Estos, de ordinario, manejan
conjuntos bastante ms pequeos, o sea micro-sistemas, que son subconjuntos del macroconjunto general (C.E. Alchourrn, E. Bulygin, Normative Systems, Wien, Springer, 1971).
82
Para obviar esta ambigedad, en la literatura terico-jurdica contempornea hay quien
ha propuesto usar la expresin sistema jurdico para designar un conjunto sincrnico de normas, y reservar la expresin ordenamiento jurdico para designar una secuencia diacrnica de
sistemas sincrnicos (C.E. Alchourrn, E. Bulygin, Anlisis lgico y derecho, cit., 393 ss.; E.
Bulygin, Norme, validit. Sistema normativi, cit., 231 ss.).
83
J.J. Moreso, P.E. Navarro, Orden jurdico y sistema jurdico, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 1993.
269
los procedimientos de produccin)84. Pues bien, ningn ordenamiento jurdico moderno es puramente dinmico, en este sentido, al menos por dos
razones:
(i) En primer lugar, todos los ordenamientos jurdicos modernos incluyen
un criterio de invalidez que hace referencia al contenido de las normas85.
En virtud de tal criterio son normas invlidas no slo las producidas
de modo disconforme con las normas que regulan los procedimientos de
produccin de otras normas (invalidez formal), sino tambin aquellas que,
aunque producidas correctamente bajo el perfil formal, son, sin embargo,
incompatibles con normas jerrquicamente supraordenadas (invalidez material). Por ejemplo, en los ordenamientos con constitucin rgida, es invlida
toda ley que sea incompatible con la constitucin; como, por lo dems, es
invlido todo reglamento incompatible con la ley86.
(ii) En segundo lugar, todos los ordenamientos jurdicos modernos incluyen un criterio de validez que hace referencia al contenido de las normas.
En virtud de tal criterio son normas vlidas del ordenamiento no slo
las normas explcitas o sea, las normas expresamente formuladas por
una autoridad normativa competente siguiendo los procedimientos apropiados sino tambin todas aquellas, que, aun inexpresadas, estn implcitas
(en sentido amplio: lgico o pseudolgico87) en las primeras88.
De forma que todos los ordenamientos jurdicos se presentan como atestados de normas inexpresadas, elaboradas por los juristas y por los rganos
de aplicacin, a pesar de que la doctrina y la jurisprudencia no sean fuentes
formales del Derecho. Desde este punto de vista, la caracterizacin de los
ordenamientos jurdicos como sistemas esencialmente dinmicos parece dejar de lado la dimensin lato sensu normativa productora de normas que
es propia de la dogmtica y de la jurisprudencia.
84
H. Kelsen, Introduction to the Problems of Legal Theory (1934), Oxford, Oxford U.P.,
56.
85
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270
7. El ordenamiento como sistema
La expresin ordenamiento jurdico se usa comnmente de forma inocente e irreflexiva, sin ningn arrire pense: como sinnimo de Derecho
(en sentido objetivo). Diciendo que el Derecho es ordenamiento, se trata de
decir muy banalmente que el Derecho es un ordenamiento (normativo) de la
conducta en cuanto ordena: en el doble sentido de dar rdenes y de poner
orden. A veces, sin embargo, diciendo que el Derecho es un ordenamiento,
se quiere decir que el Derecho es un conjunto de normas l mismo ordenado: un sistema, o sea, una unidad consistente y coherente89.
7.1. Coherencia
La coherencia (coherence) exige que todas las normas pertenecientes al
sistema puedan reconducirse: (a) desde el punto de vista formal, a un fundamento comn de validez, o se a una sola norma ltima y suprema; (b) desde
el punto de vista axiolgico, a un nico principio o a una nica constelacin
de principios consistentes entre s90. A este respecto, parecen oportunas dos
observaciones.
(i) Es falso, como hemos visto, que todas las normas que componen un
ordenamiento sean reconducibles a un fundamento comn de validez: en el
sentido de que todo ordenamiento incluye, junto a las normas vlidas, tambin normas invlidas, y asimismo normas ni vlidas ni invlidas.
(ii) Pero, sobre todo, la tesis de que todas las normas existentes comparten un fundamento axiolgico comn91 es obviamente insostenible. Todo
ordenamiento es el resultado de una gran variedad de doctrinas polticas y
de polticas jurdicas, distintas y en conflicto entre s. Y esto es verdadero incluso a nivel constitucional (aunque la constitucin no sea ms que un nico
texto normativo)92. De otra forma, algunos conflictos entre principios consti-
89
Cfr. G. Tarello, Cultura giuridica e politica del diritto, Bologna, Il Mulino, 1988, 173
ss.
90
G. Zagrebelsky, Il diritto mite, cit., 34: Cualquier ordenamiento jurdico, para ser tal y
no una mera suma de reglas, decisiones y disposiciones dispersas y ocasionales, debe expresar
una coherencia intrnseca, o sea debe ser reconducible a principios y valores sustanciales unitarios. Cfr. N MacCormidk, Coherente in Legal Justification, en A. Peckzenik et al. (eds.),
Theory of Legal Science, Dordrecht, Reidel, 1984; Id., Coherence in Legal Justification, en
W. Krawietz et al. (eds.) Theorie der Normen. Festgabe fr Ota Weinberger zum 65. Geburtstag, Berlin, 1984.
91
De lo que, segn Dworkin, se seguira que toda cuestin de Derecho admite una, y
slo una, solucin jurdicamente correcta. Cfr. R. Dworkin, A Matter of Principle, Cambridge
(Mass.) London, Harvard U.P., 1985, 119 ss.
92
G. Zagrebelsky, Il diritto mite, cit., 35.
271
93
Cfr. B. Celano, Diritti, principi, e valori nello statu costituzionale di diritto: tre hiptesis di ricostruzione, en P. Comanducci, R. Guastini (eds.), Analisi e diritto 2004. Ricercge
di giurisprudenza analitica, Torino, Giappichelli, 2005, 53 ss., quien argumenta la tesis de
que los conflictos entre derechos, principios y valores constitucionales son de cualquier modo
inevitables.
94
Supra, 6.
95
Cfr. E. Bulygin, Norme, validit, sistemi normativi, cit., 220 ss.
96
Infra, 11.3.
97
Cfr. R. Guastini, Teoria e dogmatica delle fonti,cit., 220 ss.
272
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98
Cfr. N. Bobbio, Des critres pour rsoudre les antinomies, en Dialectica, 1964, 237
ss.
99
273
(ii) Es descentralizado un ordenamiento que como el ordenamiento internacional confe enteramente la produccin y la aplicacin de sus normas
a los destinatarios de las normas mismas.
Pues bien, de acuerdo con Kelsen, todo ordenamiento centralizado es
un Estado.
Este modo de expresarse, en verdad, se aleja mucho del lenguaje comn,
que identifica el Estado no, literalmente, con el ordenamiento, sino ms bien:
(a) a veces, con el conjunto de sus rganos centrales competentes para la
creacin y aplicacin del Derecho103; (b) otras veces, con la comunidad poltica subyacente104. Pero es innegable que la existencia de un ordenamiento
centralizado es tambin desde el punto de vista del Derecho internacional
positivo condicin necesaria y suficiente para la existencia de un Estado105.
9. Formacin, contenido y extensin del ordenamiento
Todo ordenamiento jurdico puede ser contemplado tilmente al menos
desde tres distintos puntos de vista: el punto de vista de sus modalidades de
formacin, el de su contenido y el de su extensin.
9.1. El modo de formacin
El Derecho Kelsen ha insistido en ello regula entre otras cosas tambin su propia creacin, o sea, el modo de formacin del Derecho mismo,
El modo de formacin del ordenamiento est establecido por un subconjunto de las normas secundarias: las metanormas que regulan la creacin
del Derecho, o sea, la produccin de (otras) normas, confiriendo poderes
103
M. Troper, Reflexions autour de la thorie kelsenienne de ltat , en Id., Pour une
thorie juridique de ltat, Paris, PUF, 1994, espec. 136. Cfr. Leben, Ltat au sens du droit
international et ltat au sens du droit interne ( propos de la thorie de la double personnalit
de ltat), en Studi di diritto internazionale in onore di Gaetano Arangio-Ruiz, Napoli, ESI,
2004. Bien entendido, Kelsen no es desconocedor del lenguaje comn : vase, por ejemplo, lo
que escribe en Lidea del diritto naturale (1927-1928), en H. Kelsen, Dottrina dello Stato,
ed. de A. Carrino, Napoli, ESI, 1994, 126, donde distingue con inusual claridad entre el Estado
en el sentido amplio de un ordenamiento coactivoy el Estado en el sentido estricto de una
organizacin coactiva.
104
Pero obsrvese que es exacta la observacin de Kelsen de que el ordenamiento jurdico
es constitutivo de la comunidad poltica, en el sentido de que lo nico que liga a los miembros
de la comunidad no es nada ms que esto: su comn sujecin a un mismo ordenamiento. H.
Kelsen, Teoria generale del diritto e dello Stato, cit., 186 ss.
105
Kelsen parece confundir la identidad ontolgica (el ente A no es otra cosa que el ente
B) con la equivalencia lgica (la proposicin p es verdadera si, y slo si, es verdadera la proposicin q). En otras palabras, no es que Estado y ordenamiento centralizado sean la misma
cosa, pero la proposicin de que una comunidad constituye un Estado es verdadera si, y slo
si, es igualmente verdadera la proposicin de que esa comunidad est gobernada por un ordenamiento centralizado.
274
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106
275
110
276
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114
H. Kelsen, Teoria generale del diritto e dello Stato, cit., 368 ss.; Id., La doctrina pura
del diritto, cit., 365 ss. La tesis opuesta (dualista), segn la cual ordenamientos estatales y
ordenamiento internacional son recprocamente independientes, es sostenida, por ejemplo, por
D. Anzilotti, Corso di diritto internazionale, I. Introduzione. Teorie generali, IV ed., Padova,
1955. El problema se discute en R. Guastini, Lezioni di teoria costituzionale, Torino, Giappichelli, 2001, cap. IV.
115
Segn la tesis monista, a la que se ha aludido antes, los ordenamientos estatales son
no ya independientes, sino coordinados (al estar todos ellos subordinados al ordenamiento
internacional).
116
Estrictamente hablando, dira Kelsen, los distintos ordenamientos regionales son entre
ellos no ya independientes, sino coordinados (al estar todos ellos subordinados al ordenamiento
estatal).
117
Cfr. N. Bobbio, Teoria generale del diritto, cit., 201 ss, 237 ss.
118
C.E. Alchourrn, E. Bulygin, Normative Systems, cit.
El concepto de laguna es una variable dependiente del modo de concebir las normas jurdicas. Para los que conciben las normas jurdicas como calificaciones del comportamiento (El
277
de lagunas normativas es cosa controvertida: en el sentido de que est difundida en la doctrina la teora de que todo ordenamiento es normativamente
completo y que, por tanto, las nicas lagunas existentes tienen carcter
axiolgico119.
(2) Lagunas tcnicas. Se dice que un ordenamiento presenta una laguna
tcnica cuando falta en l una norma cuya existencia es condicin necesaria
para la eficacia de otra norma120. Por ejemplo: una norma prescribe la convocatoria peridica de un rgano, pero ninguna norma determina qu sujeto es
competente para convocarlo; una norma establece un cierto rgano electivo,
pero ninguna norma establece qu sistema electoral debe adoptarse, etc.121
(3) Lagunas axiolgicas. Se dice que un ordenamiento presenta una laguna
axiolgica (o deontolgica, o ideolgica, como tambin se suele decir) cuando
un determinado supuesto de hecho entindase bien est, s, regulado, pero
est regulado de forma insatisfactoria, ya que falta en el ordenamiento no
una norma cualquiera, sino una norma justa122. En qu sentido? En este
contexto, por norma justa pueden entenderse, segn las circunstancias, dos
cosas sensiblemente distintas123: o una norma que es requerida por el sentido
278
Riccardo Guastini
de justicia del intrprete124, o una norma cuyo dictado es requerido por otra
norma (superior)125. El punto merece algunas palabras de aclaracin.
(i) En cuanto al primer caso (falta de una norma requerida por el sentido
de justicia del intrprete), se puede imaginar el ejemplo siguiente. Supongamos que una disposicin reconoce una consecuencia jurdica cualquiera al
supuesto de hecho dao no patrimonial (Si dao no patrimonial, entonces
x). El intrprete que quiera argumentar la presencia de una laguna axiolgica razonar ms o menos del modo siguiente. A pesar de que la disposicin
bajo examen, entendida literalmente, regula todo tipo de dao sin distincin,
hay, si bien se mira, dos tipos bien distintos de daos no patrimoniales: los
daos morales y los daos biolgicos, que merecen regulaciones distintas
(es esta la tcnica de la disociacin126). La disposicin en cuestin debe
pues entenderse como sujeta a una excepcin implcita: Si dao no patrimonial, a menos que se trate de dao biolgico, entonces x. De forma que
la consecuencia jurdica x se aplica slo a una subclase de los daos no patrimoniales: los daos morales (interpretacin restrictiva). En consecuencia,
el supuesto de hecho dao biolgico queda sin regulacin: el ordenamiento es, en suma, incompleto en relacin a este supuesto de hecho.
(ii) En cuanto al segundo caso (falta de una norma requerida por otra
norma), se puede sostener, por ejemplo, que hay una laguna axiolgica en
las dos circunstancias siguientes, que constituyen casos paradigmticos de
violacin del principio de igualdad (art. 3, 1 de la Constitucin italiana), tal
como es comnmente entendido en la jurisprudencia constitucional: los casos iguales deben ser tratados de la misma forma, los casos distintos deben
ser tratados de forma distinta127.
(a) El legislador no ha tomado en consideracin una diferencia (a juicio
del intrprete) relevante entre dos supuestos de hecho, y ha establecido
124
Es esta la nocin corriente de laguna axiolgica (cfr. N. Bobbio, Contributi ad un dizionario giuridico, cit., 96 s.).
125
Por ejemplo, el art. 81, 4 de la Constitucin italiana exige que las cmaras, siempre
que aprueben una norma (legislativa) que conlleve nuevos o mayores gastos respecto de los
ya previstos en el presupuesto, aprueben tambin una norma que indique los medios para
hacerles frente. El principio constitucional de igualdad (art. 3, 1, de la Constitucin italiana)
como veremos en seguida, puede exigir, segn las circunstancias, o que el legislador aprueba
una norma igualadora (en ausencia de la cual casos iguales seran tratados de formas distintas),
o que el legislador apruebe una norma diferenciadora (en ausencia de la cual casos distintos
seran tratados de forma igual).
126
R. Guastini, Linterpretazione dei documenti normativi, cit., 163 ss.
127
Los dos casos son axiolgicamente equivalentes, puesto que en ambos se viola el
principio de igualdad (art. 3, 1, Constitucin italiana), entendido como doble obligacin (a) de
tratar de la misma forma supuestos de hecho iguales y (b) de tratar de forma distinta supuestos
de hecho distintos.
279
para ambos la misma regulacin, omitiendo as adoptar una norma diferenciadora: de modo que a supuestos de hecho sustancialmente distintos se
conecta una misma consecuencia jurdica.
(b) El legislador, al regular un determinado supuesto de hecho, ha omitido regular la misma forma otro supuesto de hecho, juzgado por el intrprete
como sustancialmente igual al primero: o sea, el legislador ha omitido
adoptar una norma igualadora, de modo que a supuestos de hecho sustancialmente iguales se conectan consecuencias jurdicas distintas128.
(4) Lagunas institucionales. Se dice, finalmente, que un ordenamiento
jurdico entendido no ya como conjunto de normas, sino como complejo
de instituciones129 presenta una laguna institucional cuando, por causas
de hecho, desaparece una de las instituciones que son esenciales para su
funcionamiento.
Por ejemplo: se crea una laguna institucional cuando, en un Estado monrquico, se extingue la dinasta reinante, hasta que no se proceda a dar otro
titular a la corona, o no se instaure una nueva forma de Estado; se crea una
laguna institucional cuando una abstencin persistente del cuerpo electoral
impide la formacin de la cmara electiva130.
En el ordenamiento constitucional italiano vigente, se producira una
laguna institucional si, por ejemplo, el Presidente de la Repblica o las
Cmaras omitieran sustituir a los jueces constitucionales, de nombramiento
respectivamente presidencial y parlamentario, cesados131.
11.2. Antinomias
Se pueden distinguir dos tipos fundamentales de antinomias: antinomias
en abstracto (o necesarias) y antinomias en concreto (o contingentes).
Hablando en general, las primeras son relativamente raras; las segundas, por
el contrario, son extremadamente frecuentes132.
128
280
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133
J. L. Rodrguez, Lgica de los sistemas jurdicos, Madrid, Centro de Estudios Constitucionales, 2002, 93, de donde extraigo el simptico ejemplo.
134
Las antinomias en cuestin tienen lugar entre dos normas por la accidental configuracin, en la realidad, de aquello sobre lo que las normas versan (T. Mazzarese, Antinomia,
en Digesto, IV ed., Torino, UTET, 1987).
135
A. Ross, On Law and Justice, London, Stevens, 1958, 128 ss.; G. Tarello, Linterpretazione
della legge, cit., 143; P. Chiassoni, La giurisprudenza civile. Metodi dinterpretazione e tecniche argomentative, Milano, Giuffr, 1999, 276 ss.
281
136
Se sobreentiende que algunos reglamentos (pero no todos) son actos ministeriales, y que
algunos actos ministeriales (pero no todos) son reglamentos.
Riccardo Guastini
282
(ii) En segundo lugar, lagunas y antinomias, del mismo modo que pueden ser evitadas a travs de la interpretacin, tambin pueden ser producidas
a travs de la interpretacin: en el sentido de que los textos normativos de
que se trate pueden ser interpretados de forma tal que se presente una laguna
o una antinomia137.
(iii) En tercer lugar, y en consecuencia, la identificacin de una laguna o
de una antinomia presupone la interpretacin: no se dan lagunas ni antinomias antes de la interpretacin; unas y otras pueden presentarse nicamente
cuando la interpretacin ya ha tenido lugar.
Sin embargo, puesto que lagunas y antinomias son fruto de la interpretacin o, en todo caso, lgicamente siguen no preceden a la interpretacin,
lagunas y antinomias dan lugar no propiamente a un problema interpretativo, sino a un problema de otra naturaleza. Esto por dos razones.
Por un lado, por la razn banal de que si se presenta la laguna o la antinomia, se presenta slo cuando la interpretacin ya ha sido llevada a cabo138.
Por otro lado, por la razn no banal de que para colmar una laguna es
preciso integrar el Derecho, o sea, crear Derecho nuevo (pero la produccin
de una norma nueva, idnea para colmar una laguna, es cosa conceptualmente distinta de la interpretacin de una disposicin preexistente); y para
resolver una antinomia es preciso eliminar una de las dos normas en conflicto (pero, de nuevo, la eliminacin de una norma es cosa conceptualmente
distinta de la interpretacin de una disposicin).
(Trad. de Manuel Atienza y Juan Ruiz Manero)
137
Ejemplo paradigmtico de creacin interpretativa de una laguna: considrense las posibles interpretaciones del artculo 89, 1 de la Constitucin italiana, que exige que los actos del
Jefe del Estado sean refrendados por los ministros proponentes. Si se entiende esta disposicin en el sentido de que se refiere slo a los actos que el Jefe del Estado lleva a cabo, precisamente, siguiendo una propuesta ministerial, se presenta una laguna: la Constitucin no regula
en ningn modo los actos que el Presidente lleva a cabo por su propia iniciativa (en ausencia de
propuestas ministeriales). Pero, si por el contrario se la interpreta en el sentido de que se refiere
a todos los actos presidenciales sin excepciones, la laguna desaparece mgicamente: ya que,
desde este punto de vista, simplemente no se dan actos presidenciales que no sean precedidos
de propuesta ministerial. Cfr. F. Sorrentino, I principi generali dellordinamento giuridico
nellinterpretazione e nellaplicazione del diritto, en Diritto e societ, 1987, 185 s.
138
Bien entendido, es en sentido lgico, y no cronolgico, en el que se dice que las antinomias y las lagunas siguen no preceden a la interpretacin.
DOXA 27 (2004)