Rodríguez Gallardo, Analfabetismo-Alfabetización
Rodríguez Gallardo, Analfabetismo-Alfabetización
Rodríguez Gallardo, Analfabetismo-Alfabetización
Artculo recibido:
25 de abril de 2005.
Artculo aceptado:
6 de junio de 2006.
Resumen
Por mucho tiempo, pero particularmente durante el siglo pasado, el alfabetismo y la lectura han sido objeto
de inters por parte de la comunidad acadmica y de
organismos internacionales. Esta situacin ha puesto al descubierto la existencia de diferentes enfoques
relacionados con la denicin del alfabetismo y la lectura, especialmente tras reconocerse su inuencia en
el desarrollo socioeconmico y su vinculacin con los
derechos fundamentales de las personas.
Este trabajo analiza el signicado de los trminos alfabetismo, lectura y otros relacionados; as como la
forma en que han variado a lo largo de la historia como producto del desarrollo de la civilizacin; y seala
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INVESTIGACIN BIBLIOTECOLGICA, Vol. 21, Nm. 42, enero/junio, 2007, Mxico, ISSN: 0187-358X, pp. 143-175
Abstract
Introduccin
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simple vista dilucidar lo que signica leer y determinar quin est alfabetizado parece muy simple. Sin embargo si se analizan con cuidado las
diferentes acepciones que han existido y se tienen respecto de lo que signica
leer o ser alfabeta se puede advertir que estos conceptos no son muy claros.
Contar con una denicin que sea aceptada por todos y que haya prevalecido
durante todo el tiempo es extremadamente complicado, pues el signicado de
los conceptos ha cambiado durante el desarrollo de la civilizacin; se han agregado elementos relacionados con una amplia variedad de campos del conocimiento y esto ha producido que el mismo trmino exprese ideas diferentes.
UNESCO, Literacy for life: education for all (Pars: UNESCO, 2005), 30.
Ibd.
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que la educacin es un derecho humano, que est relacionado con los nios,
los adultos y las mujeres y se ha reconocido la necesidad de asegurar que todos reciban una formacin bsica que les permita progresar.3
La falta de capacidad lectora est asociada estrechamente con la pobreza,
tanto en el sentido econmico como en su sentido ms amplio que involucra
la privacin de posibilidades. La lectura fortalece la capacidad de los individuos, las familias y las comunidades, de satisfacer sus necesidades de salud,
educacin, participacin poltica, economa, cultura y servicios.
Pero con todo lo importante que es la lectura, por s sola no puede solucionar, entre otros, los problemas de pobreza, malnutricin o desempleo. Sin embargo es un factor sin el que no se pueden superar los problemas sociales y econmicos de las sociedades desarrolladas y en especial de aquellas en desarrollo.4
Como se advierte en los prrafos anteriores, algunos especialistas incluyen
en la denicin de alfabeta la satisfaccin de ciertas necesidades, principalmente aquellas relacionadas con el impacto que supone la capacidad de leer.
En este trabajo esperamos analizar cuidadosamente estos distintos enfoques.
Wagner5 seala que a lo largo de la historia los estudiosos del fenmeno
de la lectura han buscado denirla, afrontando diversas dicultades, ya que
ms de una disciplina la cultiva. En el estudio de la lectura convergen todas
las ciencias sociales, desde la psicologa y la lingstica hasta la historia, la
antropologa, la sociologa, la demografa y la pedagoga; y el universo humano que cubre la lectura va de la niez a la ancianidad. Por ello algunas de las
deniciones que se han dado representan puntos de vista encontrados que,
adems, son defendidos con pasin, pues de la denicin que se acepte depender el universo de quienes carecen de la capacidad para leer.
146
Ibd., 136.
Ibd., 31.
Daniel A. Wagner, Rationales, debates and the new directions: an introduction, en Literacy
an international handbook, edited by Daniel A. Wagner, Richard L. Venezky y Brian V. Street
(Boulder : Westview Press, 1999), 1.
Los conceptos
La idea que habitualmente se evoca ante la referencia a una persona alfabetizada, o que sabe leer, ha cambiado con el correr de los siglos. La evolucin
de los conceptos ha complicado el estudio del fenmeno a tal grado que no es
6
John A. Downing y Che Kan Leong, Psychology of reading (New York : Macmillan; London:
Collier Macmillan, 1982), 9.
7 World illiteracy at Mid-Century: a statistical study (Westport, Conn.: Greenwood Press, 1957), 18.
8 Eleanor J. Gibson y Harry Levin, The psychology of reading (Cambridge Mass.: MIT, 1975), 5.
9 Paulo Freire y Donaldo Macedo, Literacy: reading the word and the world, foreword by Ann E.
Berthoff; introduction by Henry A. Giroux (South Hadley , Mass.: Bergin & Garvey, 1985), 35.
10 Mercedes Vilanova Ribas y Xavier Moreno Juli, Atlas de la evolucin del analfabetismo en
Espaa de 1887 a 1981 ([Madrid]: Ministerio de Educacin y Ciencia, Secretara de Estado
de Educacin, Direccin General de Renovacin Pedaggica, Centro de Investigacin, Documentacin y Evaluacin, [1992]), 54
11 John Oxenham, Literacy, writing, reading and social organization (London: Routledge & Kegan Paul, 1980), 19-20.
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fcil saber si se habla de individuos con las mismas caractersticas, y si los niveles de alfabetismo son semejantes entre una sociedad y otra. Esta situacin
ha provocado que, aunque parece fcil saber quin sabe leer y quin no, dependiendo del concepto que se tenga de la lectura, el resultado de un estudio
puede ser muy diferente al de otro. Los trminos adquieren diferente signicado en los grupos o naciones en funcin de sus tradiciones culturales, religiosas, econmicas y de la perspectiva social de cada grupo.12 sta es una de
las razones por las que resulta difcil encontrar una denicin comn, pues
sus funciones, signicados y mtodos varan de un grupo cultural a otro, sin
que ninguno tenga la exclusividad de la razn.13
Son dos las principales tendencias que surgen al denir la lectura y la alfabetizacin. La primera, de carcter meramente mecnico, se relaciona con
la labor de descifrar lo escrito, mediante la transcripcin de frases, la pronunciacin de las palabras escritas y la obtencin de un signicado de lo que est
impreso. La segunda lnea de interpretacin con respecto a la lectura guarda
relacin con una concepcin ya no slo mecnica, sino con la interpretacin
personal que cada lector le da al mensaje escrito o impreso, la reaccin que
genera lo ledo, la evaluacin de las ideas del autor y la obtencin de un mayor entendimiento de lo expresado por otros.14
Se suele pensar que la forma en que las personas conceptuan la lectura
y la escritura es una sola y que sta es compartida por todos. En realidad las
ideas que se tienen sobre ambas prcticas nos llevan a pensar en mltiples
visiones que cambian dependiendo de una variedad de factores, entre ellos
la edad, la educacin, las actividades cotidianas y los gustos personales, y que
tratar de resolver el problema de la lectura con una visin estrecha no produce el xito deseado dada la complejidad del fenmeno.15
Las expectativas y las habilidades para leer son generalmente diferentes
segn con la edad. Los nios, mozos, mancebos y viejos no se acercan a la
lectura de la misma forma; algunos no saben cmo leer, mientras otros no
tienen el deseo o bien han olvidado cmo hacerlo.16
Sin embargo autores como Vilanova y Moreno parecen pensar que los paradigmas que se han creado sobre el mejoramiento individual y social promovidos
por la lectura resultan no del todo acertados y estn cargados de prejuicio y mito:
12 Kathleen Tyner, Literacy in a digital world: teaching and learning in the age of information (Mahwah, N. J.: Erlbaum, 1998), 25.
13 Daniel A. Wagner, Literacy, culture and development: becoming literate in Morocco (Cambridge; New York : Cambridge University Press, 1993), 3.
14 Doris M. Lee, What is reading, The Reading teacher 22, no. 5 (February 1969) : 403.
15 Roger Chartier, Texts, printing, reading, en The New cultural history : essays, edited and
with an introduction by Lynn Hunt (Berkeley: University of California, 1989), 155.
16 Ibd.
Los polticos e investigadores polemizan en torno al signicado de la alfabetizacin desde el punto de vista histrico y actual para describirla, comprenderla e
interpretarla en sus mltiples facetas y coyunturas y para paliar el analfabetismo
considerado como un handicap y como una causa de marginacin social. Este desconocimiento ha abonado el mito de la alfabetizacin contribuyendo a que arraigara la conciencia de que urga alfabetizar. Porque segn el mito la utilizacin
del alfabeto permite el pensamiento lgico y analtico, los conceptos abstractos,
el pensamiento crtico y racional, una actitud escptica e interrogante, el reconocimiento de la importancia del tiempo y del espacio y una diferenciacin entre
historia y prehistoria. Adems, la alfabetizacin impulsa gobiernos complejos,
democrticos y modernos, la riqueza y la productividad, la estabilidad poltica,
la urbanizacin y hasta el control de la natalidad. Por otra parte, nos hacemos
innovadores, bien orientados, cosmopolitas, liberales y humanos, menos aptos
para la delincuencia y ms propicios para aceptar responsablemente derechos y
deberes.17
Por el tono empleado, parece que Vilanova y Moreno dudan de que todas las bondades sealadas puedan ser obtenidas como resultado de la promocin de la alfabetizacin en un pas. Si bien es cierto que entre todas las
ventajas enumeradas y el alfabetismo no existe una relacin automtica de
causa-efecto, tambin lo es que s hay cierta relacin y que sin alfabetizacin
muy difcilmente se pueden lograr todos los benecios ya sealados. En realidad se observa una relacin en la que la alfabetizacin es una causa necesaria, pero no suciente para explicar la superacin de todas las trabas sociales
mencionadas. Nadie espera que milagrosamente la alfabetizacin solucione
la problemtica descrita, porque aunque el analfabetismo es un problema
importante, no es el ms importante de los asuntos que afectan a una sociedad, y lograr una sociedad lectora no es el objetivo ms importante de una
comunidad.18
Langer hace una distincin entre el alfabetismo, como el acto de leer y escribir, y el alfabetismo como una forma de pensamiento y un discurso. Leer y
escribir, como el nivel ms bajo de actividad, involucran muy poco pensamiento alfabeta, por lo que pueden ser consideradas casi como actividades mecnicas de desciframiento de textos; mientras que ser alfabeta presupone una
actividad intelectual compleja en las formas de pensar y procesar lo ledo.19
17 Vilanova Ribas y Moreno Juli, Atlas de la evolucin del analfabetismo en Espaa, 46.
18 Harvey J. Graff, The legacies of literacy: continuities and contradictions in Western culture and
society (Bloomington: Indiana University Press, 1987), 82.
19 Judith A. Langer, A sociocognitive perspective in literacy, en Language, literacy and culture:
issues of society and schooling, ed. by Judith A. Langer (Norwoord, N.J.: Ablex Pub. Corp.,
1987), 3.
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Aun hay quien piensa que leer y escribir no son sino una tecnologa de la
comunicacin, esta idea resulta difcil de aceptar para aquellos que ven en la
lectura una actividad de profundo contenido humanstico, alejada del carcter mecnico que su similitud con la tecnologa presupone. Sin embargo, si se
piensa que leer y escribir implica el manejo de una forma o tcnica de codicacin de ideas y de desciframiento de lo escrito para comunicar a dos personas, la idea de que la lectura y la escritura son tecnologas de la comunicacin
no resulta tan descabellada, aunque s chocante para algunos acadmicos.20
Graff sostiene que la lectura y la alfabetizacin son, ante todo, un grupo
de tecnologas o un grupo de tcnicas de comunicacin para descifrar y reproducir materiales escritos o impresos.21 Weaver ofrece la idea de que hablar es un comportamiento innato en el ser humano y que esta habilidad se
ha desarrollado durante siglos, que las personas no tienen que ir a la escuela
para aprender a hablar porque la convivencia con otros individuos que hablan una misma lengua las llevar a aprender ese idioma; sin embargo leer y
escribir no son habilidades innatas.22 Aunque leer es el paso previo o primario, escribir depende de contar precisamente con la posibilidad de leer.23
En el mismo sentido encontramos que la capacidad lectora se percibe como parte de la tecnologa del pensamiento, ya que permite formularnos a nosotros mismos una representacin del mundo: el lenguaje y la lectura se utilizan para denir la realidad de otros, pero especialmente nuestra realidad.24
Pero esta tecnologa, por importante que sea no puede explicar por s
misma el funcionamiento de la sociedad, aunque sin ella tampoco se puede
describir el desarrollo social.25
El desarrollo conceptual
Analicemos las caractersticas que han tenido la lectura y la escritura a lo
largo de la historia y los hombres que las han conceptualizado.
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20 David Vincent, Literacy and popular culture: England 1750-1914 (Cambridge: Cambridge University Press, 1989) 5. Harvey J. Graff, The legacies of literacy : continuities and contradictions
in Western culture and society (Bloomington: Indiana University Press, 1987), 64
21 Harvey J. Graff, The Labyrinths of literacy: reections on literary past and present, Rev and expanded ed. (Pittsburgh: University of Pittsburgh Press, c1995), 10.
22 Charles A. Weaver III, Reading, en Encyclopedia of human behavior, Vol. 4 (San Diego: Academic, 1994), 2.
23 Richard L. Venezky, Denitions of literacy, en Toward dening literacy, Richard L. Venezky,
Daniel A. Wagner, Barrie S. Ciliberti, eds. (Newark, DE : International Reading Association,
1990), 9.
24 David Barton, Literacy: an introduction to the ecology of written language (Oxford: Blackwell,
1994), 45.
25 Oxenham, 72.
Para empezar, entre los primeros individuos que podan leer y escribir
pronto se formaron grupos que se convertiran en las clases mejor educadas y
poderosas de la sociedad; entre estos grupos se encontraban los gobernantes
y los sacerdotes. En el extremo opuesto estaban aquellos individuos que no
posean la habilidad de leer y escribir, y que dependan de otras personas para decodicar textos y de esta forma realizar sus funciones con cierto grado
de eciencia.
No se cuenta con mucha informacin sobre lo que en realidad signicaba
saber leer en las sociedades antiguas; los datos disponibles se reeren fundamentalmente a la cultura occidental; por ejemplo, a travs de Platn se tiene
noticia de la oposicin de Scrates respecto al uso de la lectura y la escritura
como un medio de hacer un anlisis racional.26 El principal argumento de
Scrates contra el uso de la escritura y la lectura es que stas no fomentan
la reexin sobre un asunto, que s logra el dilogo e intercambio oral de las
ideas. Scrates expresa que la lectura no facilita el intercambio de opiniones
y que adems no favorece que se ejercite la memoria en la que ve una fuente
de anlisis y enriquecimiento cultural. Por tanto este lsofo griego no conceba al alfabetismo como algo positivo y esencial para el desarrollo de la
sociedad y de los individuos.
En la antigedad la lectura fue una actividad social debido fundamentalmente a que la mayora de las personas no saban leer y escribir, la lectura
se haca en voz alta, aun cuando el lector estuviera solo, sta era la prctica
normal. Por esta razn llama tanto la atencin el hecho de que San Agustn
describa a San Ambrosio como un lector silencioso. Los pocos que tenan
las habilidades y conocimientos para leer contaban con una amplia masa de
oyentes que seguan el contenido de los materiales ledos en voz alta. En este
contexto la lectura no exclua a quienes no saban leer, tambin estaba hecha
para ellos. Esta prctica se extendi por centurias y an en el Siglo de Oro
espaol la mayora de los textos estaban hechos para ser ledos en voz alta
como lo demuestra Margit Frenk en su libro Entre la voz y el silencio.
Durante una poca los sacerdotes, que solan leer y escribir, se convirtieron en los intermediarios entre los hombres y la divinidad y en guardianes
del conocimiento.
Savater,27 al reexionar sobre el surgimiento del pensamiento humanstico, seala que en la antigedad los dioses no pretendan, ni requeran para su
culto, que quedaran por escrito sus verdades y sus principios. Son los dioses
modernos los de las grandes religiones monotestas como el judasmo, el
26 Platn, Fedro o del amor, en Dilogos, estudio preliminar de Francisco Larroyo (Mxico:
Porra, 2000), 258-259.
27 Fernando Savater, El valor de educar (Mxico: Planeta, 1997), 131-132.
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sta seala a alguien que no sabe leer.35 En esta misma obra el analfabetismo est denido como la falta de instruccin elemental en un pas, referida
especialmente al nmero de sus ciudadanos que no saben leer.36
De las deniciones anteriores hay que destacar la de analfabeta ya que
no incluye la posibilidad de escribir como una parte del proceso mismo. De
este ltimo trmino la Real Academia ofrece las siguientes concepciones representar las palabras o las ideas con letras y otros signos trazados en papel u
otra supercie [...] 2. Trazar las notas y dems signos de la msica.37
En la actualidad el trmino alfabetismo se ha aplicado a otras muchas
actividades para expresar que una persona posee los conocimientos bsicos
para realizar esas actividades; como por ejemplo: alfabetismo informativo
(information literacy) que es empleada para expresar que se poseen los conocimientos esenciales para localizar informacin por s mismo; alfabetismo
computacional, que se cuenta con los conocimientos bsicos para poder utilizar y aprovechar los equipos de cmputo y el manejo de los programas de
las computadoras.
El uso del trmino alfabetismo en el contexto anterior es controversial,
pues la lectura no es un mero conocimiento bsico, sino que es una actividad
y un conjunto de herramientas que posibilitan el acceso a la cultura y a la superacin personal y social.
En Ingls, el diccionario Webster explica que literacy es la cualidad o estado de ser literate (letrado) alfabeta38 y respecto de esta ltima palabra nos
dice: 1. a Educado, culto b: capaz de leer y escribir.39 No proporciona una
denicin del trmino alfabetismo, pero si de analfabetismo y de analfabeto,
as entonces seala que illiteracy40 es la calidad o estado de ser analfabeto,
illiterate41 que signica la incapacidad para leer o escribir.
Segn el Oxford English Dictionary la palabra literacy no es usada en ingls sino hasta nales del siglo XIX; sin embargo, el concepto es ms antiguo
y posiblemente ya se usaba en la segunda mitad del siglo XVI. Lord Chesterton escribi en 1792 que un analfabeta era aquella persona ignorante del
griego y el latn, es decir, el concepto guardaba relacin con lo que para la fecha se consideraba una formacin completa. La lectura en lenguas romances,
como se ha sealado es impulsada por el protestantismo en el siglo XVI.42
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la persona debe poseer, como parte de los conocimientos bsicos para ser
considerada alfabeta, la capacidad de realizar las operaciones esenciales de
la aritmtica. Algunos casos, entre ellos el de la OCDE,46 incluan las cuatro
operaciones fundamentales, saber sumar, restar, multiplicar y dividir; posteriormente otras autoridades en la materia han reducido la habilidad aritmtica a sumar y restar.
Hay que decir que esta concepcin ha contado con una corriente que se
opone fuertemente a incluir entre los conceptos bsicos de la lectura los de la
aritmtica.
Para concluir recurramos a Cope y Kalantzis, quienes sintetizan el tema
diciendo que
la lectura [reading] en el sentido ms amplio de la palabra, sigue siendo una parte
esencial de la nocin de alfabetizacin [literacy]. As la lectura puede signicar no
slo la decodicacin y comprensin de palabras, sino tambin la interpretacin
de signos, smbolos, pinturas y sonidos, los cuales varan dependiendo del contexto social.47
Otra opinin sobre este asunto, en la que se enfatizan los aspectos de habilidad o tcnica, es la que seala que
La capacidad lectora o alfabetismo est relacionada, sobre todo, con la capacidad humana para usar un conjunto de tcnicas para codicar y reproducir materiales escritos o impresos. La escritura y la impresin son dos tcnicas mecnicas
separadas.48
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OCDE , Literacy, economy and society: results of the rst international adult literacy survey (Pars,
OCDE , 1995).
47 B. Cope y M. Kalanztis, Multiliteracies: literacy learning and the design of social futures (London: Routledge, 2000), citado por UNESCO, Literacy for life: education for all (Pars: UNESCO,
2005), 150-151.
48 Graff, The legacies of literacy, 154.
La lectura como texto. La lectura tiene muchas formas de ser representada como por ejemplo por tema, estilo literario, gnero, lector a la que est
dirigida (nios, adultos, etctera), cientca, tcnica, y de divulgacin.
En este enfoque es importante preguntarse si todas estas modalidades de
textos son relevantes para el mejoramiento social e individual. Si suponemos
que la lectura promueve el desarrollo, habra que analizar si toda lectura logra ese objetivo o slo aquella que se destina expresamente a ese propsito.
Posiblemente el enfoque que incluye contenido social y nacional de la
lectura y la alfabetizacin se inicia en 1947 cuando la UNESCO adopta la declaracin de los derechos humanos. Entre stos se encuentran el derecho a
la igualdad de oportunidades, que permea toda la declaracin universal; el
derecho a la informacin, que se encuentra plasmado en los artculos 19 y 26;
y el derecho a la educacin vinculado estrechamente con la alfabetizacin y la
capacidad lectora. El derecho a la lectura o alfabetizacin est incluido en el
derecho a la educacin y por ello, a partir de la adopcin de esta Declaracin
Universal de los Derechos Humanos, el inters en la lectura se vio fortalecido.
49 UNESCO, 151.
50 Paulo Freire, Pedagogy of the city, translated by Donaldo Macedo (New York: Continnum, 1993).
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Carlo M. Cipolla, Literacy and development in the West (Harmondsworth: Penguin, 1969), 11.
Graff, The Labyrinths of literacy, 327-328.
Barton, 53.
Jay L. Robinson, The users and uses of literacy, en Literacy for life: the demand for reading
and writing, Edited by Richard W. Bailey and Robin Melanie Fosheim (New York: Modern
Language Association of America, 1983), 16.
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Para fortalecer el punto de vista sobre la lectura como un instrumento social, encontramos que Sylvia Scribner61 ha resaltado el enfoque de la lectura
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58 UNESCO, 153.
59 Literacy, gateway to fulllment, en The UNESCO Courier Special issue (June 1980) 21. Tambin en UNESCO, Literacy for life: education for all (Paris: UNESCO, 2005), 153.
60 John Bormuth, Reading literacy: its denition and assessment, en Reading research quarterly
9, no. 1 (1973): 766; tambin en Toward a literate society, Edited by John Carrol, 61-100 (New
York: Mc Graw Hill, 1975).
61 Citada por Daniel P. Resnick y Lauren B. Resnick, Varieties of literacy, en Social history and
issues in human consciousness: some interdisciplinary connections, Edited by Andrew E. Barnes
and Peter N. Stearns (New York: New York University, 1989), 173.
Abundando en este tema, al revisar algunos de los resultados de las conferencias mundiales que se han realizado en los pases industrializados de
1981 a 1994, se encontr que en esos encuentros se deni al analfabeta como alguien que no puede integrarse porque tiene dicultades para leer, por
ejemplo, un horario de salidas y llegadas en una estacin ferroviaria.64 Es
conveniente aclarar que, como lo ha establecido Venezky65 y sus colaboradores, el concepto de analfabeta funcional slo es aplicable a los adultos y a los
62 Sarah Goddard Power, Politics of literacy, en Literacy for life: the demand for reading and
writing, Edited by Richard W. Bailey y Robin Melanie Fosheim (New York: Modern Language Association of America, 1983), 21-22.
63 UNESCO, Recommendations for adult education, citada por Everett M. Rogers, y William
Herzog, Functional Literacy Among Colombian Peasants, en Economic Development and
Cultural Change 14 (1966): 192, tambin en Carmen St. John Hunter, Adult literacy: developed countries, en The International encyclopedia of education, research and studies, Vol. 1.
(Oxford: Pergamon Press, 1985) 200.
64 Jean-Paul Hautecoeur, A political review of international literacy meetings in industrialized
countries 1981-1994, en Alpha 97: basic education and institutional environments, Edited by
Jean-Paul Hautecoeur (Toronto: Culture Concepts, 1997), 7.
65 Venezky, 6.
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jvenes casi adultos, y que en ningn momento se puede aplicar a los nios
ya que stos estn todava en el periodo en que pueden recibir una educacin
escolarizada. Un analfabeta funcional es la persona que aprendi a leer y,
quien, por diferentes causas, entre ellas el desempleo de esta habilidad en su
vida social, olvid como hacerlo.
Powell66 profundiza en esta denicin y concluye que el analfabetismo
funcional desempea un papel crtico en la medida en que transitamos de
una sociedad industrial a la era de la informacin; sin embargo a pesar de que
se dice que poseer las habilidades para leer y escribir facilita la trasmisin
de informacin, stas no necesariamente demandan una reexin crtica. Es
decir, la posesin de esas habilidades es necesaria para la lectura y el alfabetismo, pero no suciente para que el lector pueda realizar la lectura de forma
reexiva y profunda estableciendo relaciones entre los diferentes elementos
que se encuentran en el texto y los que deben ser deducidos (o inferidos) de
ste por no encontrarse explcitos en la redaccin del documento. En el umbral de la sociedad de la informacin, poseer el conocimiento que constituye
la materia prima para el desarrollo har una gran diferencia, por ello quien
carezca de la posibilidad de informarse e incorporar el conocimiento a su
vida diaria quedar al margen de la corriente principal de la evolucin social
y cultural.
Del mismo modo en que el alfabetismo empez a ganar terreno como
elemento esencial para el desarrollo social y econmico de los individuos,
las comunidades y la sociedad, Paulo Freire contribuy al entendimiento del
proceso de alfabetizacin. Freire lig el alfabetismo a la creacin de la conciencia de las personas y la funcin de la lectura, la escritura y la aritmtica al
proceso de liberalizacin del hombre. Mediante la concienciacin, el hombre
puede leer y entender el mundo que lo rodea permitindole comprender mejor las contradicciones de la sociedad. Vista as, la lectura no tiene un n en
s misma; su propsito es fungir como un instrumento de liberalizacin de
los individuos en una sociedad compleja. El enfoque de Freire tuvo un gran
impacto y, durante muchos aos, la lectura y la alfabetizacin se han pensado
como el proceso que ayuda a liberalizar al hombre de las contradicciones sociales que lo encadenan al atraso y la dependencia.
Siguiendo esta escuela se ha dicho que la concepcin que una sociedad
tiene de un analfabeta est asociada a la que tiene de una persona; ser analfabeta implica estar asociado al lado oscuro de la sociedad, por lo tanto, el
analfabetismo es un elemento ms de marginacin social. Los criterios que
66 Rebecca Powell, Literacy as a moral imperative: facing the challenges of a pluralistic society
(Lanhan, MA.: Rowman & Littleeld, c1999), 17.
esa sociedad establece para clasicar quin es alfabeta o lector, son constituidos con el deseo de excluir a una parte de la sociedad.67
Otra forma de entender el alfabetismo y la lectura se reere a lo que las
personas hacen con la lectura; lo verdaderamente importante es saber qu
es lo que ocasiona el hecho de leer y escribir en las personas. En este caso el
nfasis no est puesto en las habilidades sino en los efectos que ser alfabeta
produce en la conducta y en la vida de los individuos y las comunidades.68
Como ya se ha mencionado, en 1995 la OCDE public su Literacy, economy
and society: results of the rst international adult literacy survey. Este estudio
aport informacin relevante sobre la lectura y la alfabetizacin de adultos,
sin embargo en esta ocasin slo nos ocuparemos de la distincin que se establece, por primera vez, sobre las caractersticas que debe reunir una persona para ser clasicada como alfabeta. El estudio rompe con la concepcin de
que el alfabetismo es algo que los adultos tienen o no tienen, tampoco dene
al adulto alfabeta en funcin del nivel de estudios alcanzado o mediante exmenes basados en el grado de escolaridad y su supuesta relacin con la mayor
o menor complejidad de los textos aplicables a cada grado. En lugar de eso,
el estudio construy una denicin fundada en la conducta; as un adulto
alfabeta es aquel que usando informacin impresa o escrita, para una sociedad funcional, logra alcanzar las metas propias y desarrollar el conocimiento
propio y el potencial. Para arribar al concepto anterior los expertos que participaron en el estudio decidieron segmentar la lectura o el alfabetismo, en
funcin de cada una de las tareas que apoya, en tres grupos de herramientas
relevantes y diversas.
Esos tres segmentos son: 1) lectura de prosa, que no es otra cosa que poseer los instrumentos para entender y usar la informacin que se encuentra
en textos como editoriales, noticias, relatos, poemas y novelas; 2) lectura documental, que implica poseer el conocimiento y las herramientas que se requieren para localizar y usar la informacin contenida en varios formatos, incluyendo solicitudes de trabajo, nminas, horarios de transportacin, mapas,
tablas y grcas; y 3) lectura aritmtica, la que supone contar con los conocimientos y herramientas requeridas para hacer operaciones aritmticas solas o
en forma secuencial como las necesarias para mantener al da una chequera,
calcular una propina, completar una forma de pedido o determinar el monto
de los intereses de un prstamo.
67 Brian V. Street, Cross-cultural perspectives on literacy, en Functional literacy: theoretical
issues and educational implications, edited by Ludo Verhoeven (Amsterdam: John Benjamins,
c1994), 141, tambin en Language and literacy in social practice: a reader, edited by Janet Maybin (Clavendon: The Open University, 1994).
68 Semali, 306-307.
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Nivel 5
(ms de 625 puntos)
Nivel 4
(de 553 a 625 puntos)
Nivel 3
(de 481 a 552 puntos)
Nivel 2
(de 408 a 480 puntos)
Nivel 1
(de 335 a 407 puntos)
Los estudiantes cuyo desempeo se sita por debajo de los 335 puntos son incapaces de realizar el tipo
de lectura bsico que PISA busca medir. Esto no signica que no tengan aptitudes para la lectura. De
hecho, la mayora de estos estudiantes puede probablemente leer en el sentido tcnico de la palabra.
Sin embargo, los alumnos tienen serias dicultades para emplear la lectura como una herramienta ecaz
para ampliar y aumentar sus conocimientos y destrezas en otras reas; podran entonces, estar corriendo
el riesgo no slo de enfrentar dicultades en su transicin inicial de la educacin hacia el trabajo, sino
tambin de fracasar en beneciarse con una educacin ms amplia y de las oportunidades para aprender
durante toda su vida.
Tomado de INEE, Cmo estn en lectura nuestros estudiantes de 15 aos? (Mxico: INEE,
[2004?]), 3.
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71 Marco de accin de Dakar: educacin para todos: cumplir con nuestros compromisos comunes,
adoptado en el Foro Mundial sobre la Educacin Dakar (Senegal), 26-28 de abril de 2000 (Pars:
UNESCO, 2000), 16.
72 Ibd., 17.
sin ella; en la medida que se lee con mayor facilidad los grados de comprensin de lo que se lee aumentan. Otros pases denen el alfabetismo como la
habilidad para leer y escribir oraciones simples en esta denicin se ha agregado el aspecto relacionado con la escritura que en la anterior estaba ausente;
sin embargo no establece qu tipo de material debe poder leer la persona, si
se trata de un peridico, una carta, o un cuento, entre otros. En algunas naciones plurilinges o con ms de una lengua ocial no siempre se determina
el idioma en el cual deber leerse o escribirse.
Otros pases denen al alfabeta y la capacidad lectora por el nmero de
ciclos escolares que ste ha cursado, lo cual tambin vara de un pas a otro.
Para algunos un alfabeta es aquel que sabe leer y escribir aunque nunca haya
ido a la escuela, como es el caso de Mal; otros, como Estonia, requieren que
se haya concluido la escuela primaria; en Santa Luca se ha jado como parmetro siete aos de escolaridad, para otros muchos como los Estados Unidos
este nivel se ha jado en nueve aos de escolaridad. 73
Chall sostiene que una adecuada alfabetizacin es aquella que se obtiene con doce aos de escolaridad.74 Hisch tambin sostiene que la evaluacin
de la lectura y de la escritura no se puede hacer en abstracto, sino que debe
hacerse en el contexto de una educacin formal y conocimientos especcos,
pues ser alfabeto no es slo saber leer y escribir, sino poseer un mnimo de
conocimientos sobre diversas reas del conocimiento que permitan que los
individuos sean considerados cultos.75 Para Kozol76 quien no lee a un nivel
de 9.5 aos de escolaridad tendr serios problemas de integrarse plenamente
a la sociedad.
El criterio de escolaridad no ha sido siempre el mismo, los niveles educativos vinculados con la lectura han cambiado. En los ltimos 60 aos los criterios se han transformado y se han vuelto cada vez ms exigentes, por lo que
han pasado del tercero de educacin elemental a ocho aos de educacin.77
Incluso algunos autores han planteado la necesidad de que las personas
cuenten con 12 aos de escolaridad (lo que corresponde a haber terminado
73 Everett M. Rogers y William Herzog, Functional literacy among Colombian peasants, Economic development and cultural change 14 (1966): 192.
74 Jeanne S. Chall, Policy implications of literacy denitions, en Toward dening literacy, Richard L. Venezky, Daniel A. Wagner, Barrie S. Ciliberti, editors (Newark, DE : International
Reading Association, 1990), 63.
75 E. D. Hirsch, Cultural literacy: what every American needs to know (Boston: Houghton Mifin, 1987).
76 Citado por Colin Lankshear, Illiteracy, improper literacy and the development of the underclass, en Towards successful schooling, Edited by Hugh Lauder and Cathy Wylie (London:
Falmer Press, 1990), 180.
77 Stedman y Kaestle citados por Irwing S. Kisch, Measuring adult literacy, en Toward dening literacy, Richard L. Venezky, Daniel A. Wagner, Barrie S. Ciliberti, editors (Newark, DE :
International Reading Association, 1990), 41.
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78 Irwin S. Kirsch, Measuring adult literacy, en Toward dening literacy, Richard L. Venezky, Daniel A. Wagner, Barrie S. Ciliberti (Newark, DE : International Reading Association, 1990), 41.
79 Reynaldo F. Macas, Denitions of literacy: a response, en Toward dening literacy, Richard
L. Venezky, Daniel A. Wagner, Barrie S. Ciliberti (Newark, DE: International Reading Association, 1990), 11.
80 Chall, 56-57.
que es preferible que las personas tengan un nivel superior de lectura, pues
en la medida en que tengan un mayor grado de educacin, tendrn mejores
posibilidades de funcionar adecuadamente en la sociedad y de lograr mejores
condiciones personales y sociales.
Conclusiones
A lo largo de este trabajo se ha demostrado lo complicado que es denir
qu es leer, y quin es alfabeta, tareas ms arduas de lo que parecen a primera vista debido a los muchos factores que interviene en su denicin y a que
el medio ambiente juega un papel importante y es diferente en cada caso. Si
se toman en cuenta las variables anteriores resulta que realizar una comparacin entre dos o ms culturas es muy complejo y problemtico, sin embargo es necesario reconocer que, sin importar la naturaleza de la sociedad, un
analfabeta difcilmente puede funcionar efectivamente en ella.81
Existen cuando menos cuatro formas de percibir la lectura o el alfabetismo y cada una de ellas incluye un matiz que en ocasiones llega a ser de
gran importancia. No es posible sintetizar todas las variantes de estas cuatro
formas de denir la lectura, pero sintetizaremos brevemente cules son y por
qu es tan difcil tener una sola denicin de lectura y alfabetismo.
La primera forma dene a las personas que saben leer mediante la tcnica
censal; esto es, se hace una pregunta que puede ser contestada armativa o
negativamente y de la respuesta se deducen los ndices de alfabetas y analfabetas, en este caso el resultado no se compara con ninguna otra variable.
La segunda es la que relaciona la capacidad lectora con cierto nivel de
escolaridad; en este caso se emplean varios indicadores que, dependiendo de
la sociedad de que se trate, van desde los cuatro aos de escolaridad hasta los
doce, como lo establecen los acadmicos ms exigentes. En este caso existe
una relacin directa entre los indicadores educativos y el nivel de los lectores
sin importar si stos se consideran lectores o no y si aplican la lectura a sus
actividades cotidianas.
La tercera forma de denir la lectura y la alfabetizacin es evaluar la forma en que cada persona utiliza la lectura en su vida diaria y cmo el uso
de sta le permite mejorar su nivel de vida personal y social. As, resulta extremadamente complicado efectuar una evaluacin de este tipo, pues hasta
el momento no existen parmetros adecuados para medir el impacto de la
lectura en este medio ambiente. El uso de la lectura puede ser diferente para
81 Power, 22.
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