Breve Historia de La Ciencia - Patricia Fara
Breve Historia de La Ciencia - Patricia Fara
Breve Historia de La Ciencia - Patricia Fara
Traduccin castellana de
Francesc Pedrosa
Ariel
Captulo 1
Sietes
Te amaba, de modo que tom en mis manos la marea de
los hombres y escrib mi testamento en el cielo con estrellas
para obtener tu Libertad, digna casa de los siete pilares, y
que tus ojos brillasen para m al llegar.
T. E. Lawrence, Los siete pilares de la sabidura (1935)
deidades de la buena suerte en japn y una cura juda tradicional para la fiebre supona tomar siete espinas de siete palmeras y siete clavos de siete puertas.
Ciencia o supersticin? A veces no es fcil diferenciar la
una de la otra. Cuando los astrnomos de la Antigedad observaban los cielos, vean siete planetas circundando a la Tierra. El Sol y la Luna eran los ms obvios, pero descubrieron
otros cinco: Mercurio, Venus, Marte, Jpiter y Saturno (el
siguiente planeta, Urano, no se identificara hasta finales del
siglo XVIII). Las habilidades necesarias para buscar planetas y
calcular cmo se mueven en el cielo son importantes en la
ciencia moderna. Por otro lado, el objetivo de los primeros
observadores de los cielos no era comprender el funcionamiento del Universo, sino intentar hallar una relacin entre
los patrones de movimiento de las estrellas y los acontecimientos importantes en la tierra, como hambrunas, inundaciones o la muerte de un rey.
De modo que el nombre cientficos no parece correcto.
Pero es razonable llamarlos magos o astrlogos? Algunos de
sus dictmenes suenan tan vagos como los de los modernos
horscopos de los peridicos. Veamos estos dos ejemplos de
Asiria: Si Venus sale temprano, el rey tendr una larga vida;
si se alza tarde, el rey de nuestra tierra morir pronto. O este
otro: Si la Luna est rodeada por un halo y las Plyades (una
constelacin de siete estrellas visible a simple vista) se encuentran sobre l, indica que en ese ao las mujeres darn a luz
hijos varones .1
Es fcil rerse de esto, pero no estamos hablando de intrpretes de las hojas de t ni de msticos observando bolas de
cristal: se trataba de astrnomos expertos que efectuaban detallados clculos basados en la observacin meticulosa del
firmamento. Actualmente, la astrologa es ridcula, pero para
numerosas civilizaciones -incluida Europa occidental, hasta
el siglo xvn- las personas formaban parte integral del Universo, de forma que los acontecimientos singulares en los cielos se relacionaban con sucesos inusuales en la superficie de la
Tierra. De igual modo que una de las metas de la ciencia es
r8
I9
cin de los huecos y las rocas, incluso a aquellas que han sido
movidas y alteradas durante los ltimos cinco milenios. Pero,
si se pasa el tiempo suficiente estudiando patrones aleatorios,
siempre es posible encontrar algn tipo de orden; en la actualidad, casi todos los expertos estn de acuerdo en que, aunque
Stonehenge y otros monumentos similares hacan una referencia simblica al cielo, se trataba de una simbologa ritual y
no una bsqueda de conocimientos astronmicos precisos.
Descifrar misterios de la Antigedad puede ser una tarea fascinante, pero no tiene por qu ayudar a explicar los orgenes
de la ciencia.
Otro de los problemas es la supervivencia del saber. Por
ejemplo, varias de las antiguas civilizaciones de Latinoamrica posean un conocimiento sofisticado de las estrellas, pero
no se transmiti a las generaciones posteriores. Para trazar
una historia de la ciencia continua desde el pasado hasta el
presente, la bsqueda del origen debe centrarse en el norte de
frica y en el Mediterrneo oriental. Hace aproximadamente
cinco mil aos, cerca de un milenio antes de que el monumento de Stonehenge se convirtiese en un centro de culto, los faraones egipcios ordenaban la construccin de otras proezas
de la ingeniera igualmente impresionantes: las pirmides. Estos antiguos egipcios solan orientar sus pirmides hacia el
Sol, aunque, igual que los constructores de Stonehenge, no
tenan un inters especial en efectuar observaciones precisas
del firmamento. Para ellos, lo que realmente importaba era
comprender el comportamiento del Nilo, que era esencial
para la irrigacin de sus cosechas. En su calendario, el ao se
meda por las fases de la Luna o el paso del Sol, pero estaba
dividido en tres estaciones segn la pauta de inundaciones del
Nilo.
Este libro da comienzo en una poca similar, pero ms al
este, en Mesopotamia, que en aquella poca era una frtil regin situada entre dos ros en lo que actualmente es Irak. Los
babilonios transmitieron a sus sucesores un legado indeleble
para la cultura cientfica moderna. Y digo indeleble en un
sentido literal: en lugar de escribir sobre el frgil papiro, los
22
Los calendarios eurocntricos poseen otra notable caracterstica irracional: los aos dan comienzo con el nacimiento de
Cristo, a pesar de que la historia de la humanidad se e~tiende
mucho ms all de ese convencional ao cero. lmagmemos
un viaje hacia atrs en el tiempo, atravesando esa ~ivisin
artificial hasta una poca simtrica a la nuestra, en el stglo XXI
antes de Cristo. se es el punto en el que se inicia este libro. Se
trata de una eleccin personal, est claro; pero es el nico tipo
de eleccin posible, porque -a pesar de lo que le dijese el Rey
a Alicia-la ciencia no tiene un principio definido.
Captulo 2
Babilonia
La estupidez del mundo es tan superlativa que, cuando
nos aquejan las desgracias, normalmente producto de nuestros excesos, echamos la culpa al sol, la Ina y las estrellas ...
Mi padre se entendi con mi madre bajo la cola del Dragn
Y la Osa Mayor presidi mi nacimiento, de donde resulta
que soy duro y lascivo. Bah! Habra salido el mismo si me
bastardean mientras luce la estrella ms virgen de todo d
firmamento.
William Shakespeare, El rey Lear (1605-1606)
cmo est intentando -s_in xito- paliar una hamhbruna me. te la importacin de grano. Las sumas sospec osamente
d tan
1
sencillas evidencian que se trata de un texto para a ensenanza, no de un caso real:
Con una tasa de intercambio de grano de un shekel de plata
por gur [unos trescientos litros], se h~n inve~t-ido 20 talentos de
plata para la compra de grano. He otdo nottc1as de que los hostiles Martu han invadido tus territorios. He entrado con 72.000
gur de grano [el autor ha sido tan amable de ofrecernos la solucin de la suma de la primera frase] ... A causa de los Martu, me
es imposible entregar este grano para su trilla. Son ms fuertes
que yo, y me han condenado a quedarme sentado a la espera.
uniforme. En sus clases ~oldeaban pegote~ de arcilla en fora de valos aplanados y practicaban presiOnando en ella la
munta afilada de su estilo para representar distintos nmeros
~ediante marcas verticales y horizontales. Del mismo modo
que la escritura con bolgrafo, estas habilidades tienen que
aprenderse: la impresin definitiva es muy sensible al ngulo
en el que se sostiene el estilo, y la fabricacin de t~blillas suaves y simtricas es ms difcil de lo que parece. Mientra~ grababan smbolos en la arcilla blanda, los alumnos roc1aban
constantemente la superficie con agua para evitar que se secase con demasiada rapidez en el clido sol; de vez en cuando
tiraban las tablillas viejas en un recipiente para reciclarlas y
empezaban de nuevo a fabricar una nueva tablilla.
Las materias primas utilizadas en Mesopotamia -la arcilla, los juncos- condicionaron los sistemas numricos que
desarrollaron: contaban en bloques de sesenta, algo extrao
para las personas que hemos crecido con decenas y centenas.
Sin embargo, al intentar escribir con un estilo (tambin vale
una pajita de beber refrescos cortada en diagonal), enseguida
se da uno cuenta de que la eleccin del sesenta es ms sensata
de lo que podra parecer. Los babilonios utilizaban dos smbolos bsicos: vertical para unidades y diagonal para decenas.
Agrupaban los primeros nueve dgitos en grupos detres, en
filas superpuestas, porque el ojo humano puede distinguir de
forma inmediata una, dos o tres marcas verticales adyacentes ... pero no cuatro. La lectura de las marcas cuneiformes
.horizontales es algo ms peliagudo, y los escribas desarrollaron un mtodo que les permita reconocer de forma instantnea grupos de hasta cinco marcas. As, despus de 59 (cinco
horizontales y tres grupos de tres verticales), los escribas pasaban todo un lugar hacia la izquierda y empezaban de nuevo de forma similar a corno nosotros distinguirnos 1O de
'
100.
El equivalente moderno ms parecido es un reloj digital, en
el que el nmero de horas -grupos de sesenta minutosaparece en el lado izquierdo de la pantalla. El funcionamiento
de los dispositivos microelectrnicos es muy distinto del de
29
las tablillas de arcilla, pero han heredado una forma de contar que se desarroll hace miles de aos en funcin de los
materiales disponibles. Adems, las convenciones numricas
de la geometra moderna, que hablan de 360 en una circunferencia, no tienen su origen en Euclides y los griegos, sino en
los prospectores de Mesopotamia y en sus administradores,
que escriban en tablillas de arcilla.
~1 concepto de paso del tiempo adquiere una nueva dimensin al tomar conciencia de que algunas de estas antiguas tablillas slo pueden datarse con una precisin de quinientos
aos. Para un futuro historiador de la cultura europea, ser[a
equivalente a preguntarse si Coprnico vivi en la actualidad.
Aunque los babilonios pueden percibirse ahora como una
nica civilizacin, todo un milenio separa a los nios aprendiendo a contar en la Casa F del comienzo de las observaciones astronmicas en Babilonia, en el siglo VIII a. C. Durante
ese olvidado millar de aos, los observadores del firmamento
han venido registrando sucesos en el cielo. La informacin
almacenada en las tablillas nos ha legado un inmenso depsito de conocimientos astronmicos. Al tomar nota de sus trabajos sobre arcilla, los eruditos babilonios dejaron pruebas
palpables de su obra y de sus ideas, lo que supuso una influencia no slo en sus sucesores inmediatos, sino tambin en
personas como usted y yo, que viven miles de aos despus.
Mediante el descifrado de estos restos, los arquelogos han
podido reconstruir gran parte de las creencias de los habitantes de Babilonia. Por desgracia, las tablillas de arcilla no lo
revelan todo. Los expertos an lo ignoran prcticamente todo
acerca de la vida cotidiana de la mayora de laspersonas que
no formaba parte de las lites educadas. Lo que es peor, a
pesar de que los descifradores de las tablillas pueden interpretar los catlogos de estrellas recopilados por los astrnomos
babilonios, no pueden ms que suponer qu instrumentos utilizaban para medir las posiciones de las estrellas. No se ha
descubierto an ningn dispositivo, pero parece probable que
utilizaban algn tipo de varilla para calcular alineaciones, parecida al gnomon de un reloj de sol.
30
31
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para averiguar de qu forma afectaban los cielos a los individuos; la motivacin de sus investigaciones era poltica, encaminada a la prediccin de los acontecimientos importantes,
como la invasin de Babilonia por parte de Alejandro Magno. Otro ejemplo: la opinin de los babilonios acerca de dnde acaba la Tierra y empieza el cielo era distinta de la actual;
para ellos, la atmsfera formaba parte de las estrellas, no del
globo. Las nubes, que actualmente se consideran fenmenos
meteorolgicos;solan meterse en el mismo saco que los eclipses, los planetas y los meteoros (de ah el nombre deJa moderna ciencia del tiempo atmosfrico). Esta clasificacin de los
fenmenos naturales fue legada a los griegos, y form parte
importante del pensamiento europeo hasta finales del siglo XVII.
Sin embargo, los griegos no vean el Universo desde el punto de vista matemtico de los babilonios. Los filsofos y astrnomos de Grecia pensaban de forma geomtrica, y representaban el Universo con visiones tridimensionales de estrellas
que orbitaban alrededor de la Tierra como si se desplazasen
por la superficie de una imaginaria esfera celeste. En cambio,
los matemticos de Babilonia pensaban de forma aritmtica y
algebraica, haciendo gala de su virtuosismo para llegar a nuevos resultados en lugar de desarrollar tcnicas para la resolucin de problemas. Los babilonios recopilaron extensas tablas de observaciones y de posiciones de estrellas; no obstante,
en lugar de trazar diagramas geomtricos tridimensionales,
utilizaban complicadas y repetitivas multiplicaciones y divisiones. Los astrnomos de Babilonia aplicaban a los cielos las
mismas tcnicas de clculo que haban aprendido los nios de
la Casa F para averiguar las reas de los campos, los perfiles
de las acequias de riego y las estructuras de los embalses.
Aunque estaban muy alejados de los cientficos modernos,
estos observadores del firmamento nos dejaron importantes
legados. El volumen colosal de sus observaciones y clculos
fue extremadamente valioso para los astrnomos geomtricos griegos, que conocieron sus trabajos en Egipto: los datos
de los babilonios son los cimientos sobre los que se han cons32
FIG.
33
truido los modernos catlogos de estrellas. Otro de los legados importantes que ha llegado hasta nuestros das es el sistema zodiacal, con sus doce signos. El doce es un nmero ms
verstil que el diez, porque es fcil de dividir por cuatro y por
tres. Tambin se ajusta con facilidad a la base numrica 60 de
los babilonios, de forma que los crculos se pueden dividir
cmodamente en 360, como en la actualidad. Los babilonios
dividieron el cielo en doce secciones iguales, una por cada
mes lunar, y asignaron a cada una el nombre de una constelacin destacada. Estas constelaciones, traducidas al latn, son
los actuales signos del zodaco que conocemos por los horscopos de los peridicos, como Aries el carnero o Tauro el
toro. Sin embargo, aunque la eleccin del doce es racional,
otros aspectos de este sistema no tienen lugar en la ciencia
moderna.
Los eruditos de Babilonia establecieron tambin algunos
de los aspectos de la forma moderna de contar el tiempo.
Aparte de dividir el tiempo en conjuntos de sesenta (e influir
as sobre nuestros segundos, minutos y horas) y siete (das de
la semana) instauraron un sofisticado calendario basado en
los movimientos del Sol y de la Luna. Como muchos de los
astrnomos que les sucedieron, los babilonios intentaron con
tesn reconciliar el ao solar, que dura algo ms de 365 das,
con el mes lunar, que dura unos 29 das. En nuestros das, esta dificultad se ha resuelto mediante meses de distintas duraciones y con la introduccin de los aos bisiestos, pero los
babilonios desarrollaron una tcnica en la que agregaban un
decimotercer mes cada tres aos.
El enfoque babilonio de relacionar el tiemp9 de las personas con la Luna se convirti en la base de los calendarios religiosos judo y cristiano. En la Figura 2 se puede ver la pgina
correspondiente al mes de septiembre de un deslumbrante Libro de horas encargado por un acaudalado noble en el siglo xv,
cuyo propsito era mostrar el texto litrgico apropiado para
cada hora del da. Pintada en papel de vitela en intensos azules, rojos y dorados, en esta asombrosa escena de otoo aparecen campesinos inclinados, desperezndose y probando il34
35
tual, de modo que con'{irtieron a los filsofos reales en figuras legendarias cuyas eruditas proezas superaban a las de los
simples mortales. Aunque los miembros de este panten intelectual variaban, su nmero era siempre de siete, una cifra
especialmente significativa. Una de las versiones modernas
ms habituales es sta:
Captulo 3
Hroes
Los siete cientficos griegos ms importantes fueron Arqumedes, Aristteles, Demcrito, Platn, Ptolomeo, Pitgoras y Tales.
En ciencia, el mrito se lo lleva el que convence al mundo, no el primero que ha tenido la idea.
Francis Darwin, Eugenics Review (1914)
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~-
grupo homogneo en el que sobresalen diversos nombres famosos. Lo ms habitual es subdividir la historia de Grecia en
tres perodos histricos: el primero es la era presocrtica, que
abarca aproximadamente del600 al400 a. C.; el segundo es el
siglo posterior, que marca el punto lgido del poder ateniense,
cuando Platn, el alumn9 de Scrates, fund su Academia y
tuvo como discpulo a Aristteles. Finalmente tenemos el medio milenio entre el 300 a. e y el200 d. c., el perodo helenstico. En esa poca, el pupilo ms famoso de Aristteles, Alejandro Magno, haba construido un colosal imperio y la
civilizacin griega se extenda por la costa norte de frica, el
Mediterrneo oriental y, por tierra, hast India y China. Los
hroes de la filosofa griega aparecen en los tres perodos.
Platn visualiz la bsqueda de la verdad como si fuese
una carrera olmpica del intelecto ejecutada por doctos atletas que se pasaban la antorcha del genio unos a otros. Generaciones posteriores adoptaron este atractivo modelo. Aristteles, alumno de Platn, se promocionaba a s mismo
afirmando que haba heredado la llama del conocimiento de
Tales, que dos siglos antes haba inaugurado una nueva forma de concebir el Universo. Dos milenios ms tarde, el propio
Aristteles era venerado por los eruditos europeos como fundador de la ciencia griega.
La popularidad de esta romntica imagen de una carrera
de relevos acadmica lleg hasta la poca victoriana, y tiene
diversas ventajas. Por encima de todo, estimula a los historiadores para que reflejen la ciencia como una serie de emocionantes aventuras protagonizadas por intrpidos descubridores, intercaladas con perodos de descanso en los que no
sucede nada significativo. De hecho, en el caso de los griegos,
es difcil contar otro tipo de relato, a causa de los grandes
huecos en el registro histrico. Slo han sobrevivido documentos originales de unos pocos pensadores griegos, y las
pruebas que han llegado hasta nuestros das suelen proceder
de interpretaciones muy posteriores. Pero, durante los siglos
transcurridos, las ideas se haban distorsionado y la informacin acerca de las vidas de los antiguos griegos, incluso los
ms notables -y, desde luego, todo el resto- haba desaparecido. Con frecuencia resulta difcil separar los mitos de los
hechos en estas narraciones sesgadas e incompletas.
El estilo heroico de Platn al relatar el pasado convierte en
genios a unos cuantos hombres brillantes (y, ocasionalmente,
a alguna mujer), pero relega a muchos otros al olvido. Platn
convierte a personas en los equivalentes intelectuales de los
dioses de la mitologa: dotados de cerebros sobrehumanos,
sobrevuelan los asuntos terrenales mientras cavilan sus grandes ideas. Y sin embargo, la ciencia y la filosofa no estaban
separadas de la realidad, y las preocupaciones cotidianas -la
poltica, las finanzas, las relaciones personales- afectaban al
desarrollo de las teoras en la antigua Grecia en la misma medida en que ejercen su influencia en las actividades acadmicas modernas. Platn afirmaba que Tales estaba tan absorto
en la observacin de las estrellas y en la prediccin de su comportamiento que se cay en un pozo, mientras que, segn
Aristteles, Tales era un astuto hombre de negocios que hizo
una fortuna pronosticando una cosecha extraordinaria y
comprando luego todos los molinos de aceite. Puede que la
ancdota de Aristteles sobre su emblemtico antepasado sea
una exageracin, una caricatura de una conducta humana,
pero es ms creble que el genio despistado de Platn.
Durante sus vidas, los hroes cientficos aparecan como
personas menos importantes de lo que se las considera en retrospectiva, admirados por iniciar profticos caminos hacia
un futuro del que sus contemporneos nada conocan. Por
ejemplo, algunos historiadores sealan a Aristarco como precursor de Coprnico porque, en el siglo m a. C., sostena que
la Tierra giraba alrededor del Sol. Pero conmemorar a Aristarco por haber tenido esta idea moderna no parece tener demasiado sentido, ya que su teora fue rechazada en su poca y
no tuvo apenas impacto posterior: los astrnomos siguieron
creyendo durante casi dos mil aos que el Sol giraba alrededor de la Tierra.
El asunto de la prioridad hace su aparicin una y otra vez
en la historia de la ciencia. Leonardo da Vinci dibuj un obje39
to parecido a un helicptero, pero existe una enorme diferencia entre trazar un boceto y poner en el aire una mq1.na tpulada. Por brillante que fuese, Leonardo no fue el primer
ingeniero aeronutico del mundo. De forma parecida, algunos especialistas explican que, en el siglo I a. C., Hern de
Alejandra construy una pequea esfera giratoria impulsada
por vapor. Pero, a pesar de estas afirmaciones, no se puede
decir que Hern sea el responsable de la revolucin tndustrial, que se inici en Gran Bretaa en el siglo XVIII.
Las historias heroicas de ciencia cojean porque, a diferencia de Aquiles y Eneas, los Siete Sabios de Grecia eran personas reales que vivieron sus vidas en lugares y pocas concretas. Su pensamiento, su comportamiento y su escritura no
slo dependa de las opiniones de sus mentores y de sus amigos, sino tambin de sus propias necesidades materiales y
emocionales, como ganar dinero, tener cuidado de no ofender a sus mecenas, aplacar la ira de los dioses, intentar obtener ventajas polticas e incluso combatir el aburrimiento o
recuperarse de un desengao amoroso. Tambin es importante tener presente que sus ideas no viajaron por el tiempo y el
espacio en una especie de vaco intelectual, sino que sufrieron
constantes adaptaciones y modificaciones. En distintos lugares y siglos diferentes, algunos aspectos de su pensamiento
recibieron ms atencin que otros; una gran parte se rechaz,
o incluso se combin con el de otros. Al examinar a los pensadores heroicos dentro de su contexto cultural, resulta obvio
que los genios no nacen, sino que se hacen.
Entonces, por qu incluir a los griegos en una breve historia acerca del pasado de la ciencia? Aunque su visin del mundo era muy distinta de la que tienen los investigadores modernos, sus ideas filosficas, cosmolgicas y teolgicas afectaron
en gran medida a la ciencia posterior, tanto por su lectura
directa como mediante su transformacin y transmisin por
parte de estudiosos cristianos y del islam. Segn los estndares modernos, las teoras que ejercieron su dominio durante
siglos son errneas, mientras que otras que ahora parecen correctas fueron rechazadas: la ruta del cambio cientfico no
Captulo 4
Cosmos
Desde el lugar donde yace puede ver la salida de Venus.
Adelante. Desde el lugar donde yace, cuando el cielo est despejado, ve la salida de Venus seguido por el sol. Entonces clama contra la fuente de toda vida. Adelante. Por la noche, cuando el cielo est despejado, saborea su venganza de estrella.
Samuel Beckett, Ill Seen Ill Said (1981)
,.l,.
Los cientficos llevan a cabo experimentos para comprobar sus teoras -o al menos, sa es la versin ideal de lo que
realmente sucede-. En la prctica, con frecuencia las ideas
preconcebidas sobre cmo deba funcionar el Universo han
anulado las pruebas que ha .proporcionado la observacin.
En Grecia hay numerosos casos -Platn, por ejemplo- de personas que insistan en que el Universo estaba caracterizado
por el orden csmico y la armona matemtica, a pesar de que
se conocan siete obstculos para este modelo ideal: los siete
planetas, cuyos movimientos irregulares a travs del firmamento contravenan tanto el sentido comn como la filosofa.
Hasta la poca de Newton, este problema domin la cosmologa; los astrnomos intentaban salvar las apariencias
conciliando el movimiento aparentemente errtico de los planetas con las visiones tericas de perfeccin celestial.
Platn comparta este punto de vista cuantitativo heredado de los pitagricos, que vivieron en Italia unos dos siglos
antes de su tiempo. Aunque en nuestros das se recuerda a
Pitgoras por su teorema acerca de los tringulos rectngu-
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cin tenan para l una importancia superior a la de la realj dad cotidiana, y parece improbable que Pitgoras obtuviese
muchos de los resultados experimentales que se atribua. Con
su bsqueda de relaciones numricas msticas, los pitagricos
~xtendieron al Universo la terrenal matemtica de la msica,
mtentando establecer relaciones armnicas para las distancias entre planetas. Esta asociacin griega entre astronomfa y
aritmtica, entre msica y magia, segua siendo la dominante
en Europa en el siglo xvn.
En lo que se refiere a modelos cosmolgicos, los dos autores griegos ms importantes fueron Aristteles, discpulo de
Platn, que vivi durante la cumbre del poder de Atenas, y
Ptolomeo, que trabaj en la Alejandra helenstica (bajo soberana griega) casi medio milenio ms tarde. A diferencia de
otros muchos filsofos griegos, Aristteles y Ptolomeo dejaron una cantidad significativa de textos escritos con los que
los estudiosos medievales de toda Europa estaban perfectamente familiarizados. Se conoce muy poco sobre las vidas de
estos dos hombres, pero la influencia de sus visiones cosmo- lgicas fue tremenda.
Aristteles careca de paciencia para los nmeros especial_es y la matemtica csmica de sus predecesores pitagricos;
el .era un astrnomo terico que crea en el poder del pensamiento, no en la precisin de las observaciones. En todo caso
Aristteles no tena acceso a las medidas exhaustivas de lo~
babilonios. Rechazando los puntos de vista de unificacin
matemtica de Pitgoras y Platn, Aristteles dividi el Universo en dos zonas delimitadas, con propiedades notablemente distintas: la regin celestial y la esfera terrestre (tambin
llamada sublunar, del griego debajo de la Luna). El reino
de los cielos de Aristteles es estable y ordenado, y se compone de una misteriosa sustancia etrea a travs de la cual los
cuerpos celestes giran eternamente en crculos perfectos, que
(de algn modo) se mantienen en movimiento continuo por
obra de un agente inmvil externo. En contraste, el globo terrqueo se caracteriza por la corrupcin y la mortalidad los
objetos se mueven de forma natural hacia abajo o hacia ~rri44
FIG.
ba (como el humo que asciende o las piedras que caen) a menos que se las fuerce a cambiar de direccin de forma no natural.
La cosmologa aristotlica estaba esparcida en ss libros,
no presentada de forma unitaria y coherente; sin embargo, su
distincin entre los reinos terrestre y celeste domin las ideas
cientficas hasta bien entrado el siglo xvn, mucho despus de
que Coprnico situase el Sol en el centro del Universo. La
prolongada supervivencia del modelo de Aristteles sugiere
que era razonable y til. Parece obvio que nuestro mundo
permanece estacionario: si se dispara una flecha hacia arriba,
'sta baja y te atraviesa, porque tu cuerpo ha permanecido en
el mismo lugar, no ha girado. Adems, el cosmos de Aristteles era atractivo para los cristianos europeos, porque era muy
sencillo visualizar el agente inmvil como Dios. En la Figura 3
se muestra una modificacin del siglo XVI, en la que la zona
central de la Tierra est rodeada por las rbitas circulares de
los siete planetas, cada uno de ellos identificado por su nom45
br~ Y su smbolo. Ms aU de las estrellas fijas y el cielo cristah~w ~una posterior adicin teolgica), el ani11o ms exterior
i .
ciones de los babilonios, y no tuvieron ms remedio que reconocer que, por muy sugerente que fuese la idea de las esferas
de Aristteles, era necesario modificarla. Esta influencia mesopotmica transform la cosmologa griega, ya que, por primera vez, la elegante geometra pudo sacar provecho de datos
meticulosos para ofrecer esquemas cuantitativos de notable
exactitud.
Sin embargo, el concepto del movimiento circular estaba
demasiado arraigado como para que se pensase en renunciar
a l. Lo que hicieron los matemticos de la poca helenstica
fue retocar sus esquemas. El siguiente de los textos clave que
sobrevivieron haba sido escrito por Ptolomeo, una enigmtica figura de biografa exigua e incierta. Lo ms probable es
que pasase casi toda su vida en Alejandra, la ciudad egipcia
fundada por Alejandro Magno, donde mu~i aproximadamente en 170 d. C. Los artistas medievales suelen representar
a Ptolomeo con una corona, porque lo confundan con los
Ptolomeos, que haban goberndo en Egipto varios siglos antes. Ptolomeo fue un experto propagandista de s mismo y,
aunque se apoy sobre sus predecesores, los present como
superados y logr forjar su propia identidad como el hroe
que transform el torpe y pesado modelo de Aristteles.
Ptolomeo estableci su domino de la astronoma-posterior
a causa de que su enorme compendio de conocimientos se
transmiti en primer lugar al imperio islmico, para luego
llegar a Europa. El texto, que se suele conocer por su nombre
rabe de Almagesto (La gran coleccin), contiene un detallado catlogo de ms de un millar de estrellas, as como tablas
numricas y diagramas geomtricos para el clculo de los movimientos futuros de los siete planetas. Apoyndose en los siglos de teora de Grecia y de observaciones de Babilonia, Ptolomeo construy modelos geomtricos para predecir el
comportamiento de los planetas. Para ello tuvo que sacrificar
uno de los principios ms preciados de Aristteles, el movimiento uniforme: aunque los planetas de Ptolomeo se movan
en crculos, sus velocidades eran variables.
47
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.!.-
FIG .
4. Una esfera armilar, probablemente del siglo XIV; el soporte de madera es posterior.
FIG.
f. .
r:
positivo para medirlo (este ejemplo en particular era demasiado pequeo y tosco para obtener medidas precisas). Segn
Ptolomeo, su principal ventaja consista en que poda medir
directamente las coordenadas celestes de una estrella (es decir, su latitud y longitud celestes) sin necesidad de efectuar los
pesados clculos. Mucho tiempo despus de que todos creyesen ya que el Sol se hallaba en el centro del sistema planetario,
los navegantes seguan utilizando la astronoma de Ptolomeo,
ya que, diga lo que diga la ciencia, para efectuar clculos en
mitad del ocano, es ms simple imaginar que el Sol gira alrededor de la Tierra.
Ptolomeo estaba decidido a ofrecer predicciones fiables
que se correspondiesen con sus mediciones y explicasen por
qu algunos planetas parecen moverse hacia atrs. Aunque
logr conservar los crculos, tuvo que renunciar a la simplicidad, y los diagramas de su modelo estn repletos de complejidades geomtricas. Su principal innovacin fue la de sugerir
que cada planeta se mueve en un pequeo crculo cuyo centro
49
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i
' 1
!
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tico, que integraba a lo$ seres humanos con los cielos. Para
los astrnomos, el trazado de los movimientos de los planetas
no era un simple ejercicio intelectual; su intencin era descubrir cmo influan en las personas. Despus de todo, es obvio
que el cambio de posi<:in del Sol afecta a la vida en la Tierra;
entonces por qu no haba de suceder lo mismo con los otros
seis planetas? En la astrologa ptolemaica, las distintas partes
del cuerpo estn relacionadas con planetas y signos del zodaco especficos, y el estudio de las estrellas sigui siendo importante para los mdicos islmicos y europeos. En esta medicina
cosmolgica, las siete edades del hombre se cwrresponden con
los siete planetas -o, como explicaba William Shakespeare
en Como gustis-, la Luna representa la criatura hipando y
vomitando>>, mientras que Saturno es la segunda niez y el
olvido total.
Captulo 5
Vida
Vasta cadena del ser!, de donde Dios empez, naturalezas etreas, humanas, ngel, hombre, bestia, pjaro, pez,.
insecto, lo que el ojo no ve, ningn cristal puede alcanzar,
del infinito a ti, de ti a la nada.
Alexander Pope, Essay on Man (1733-.1734)
53
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un refrigerante que aumenta durante las fiebres, y la biJis negra oscurece la sangre y otras secreciones. Aparte de afectar a
la naturaleza fsica de las personas, los humores influyen sobre el comportamiento psicolgico, de modo que cada perso~a s_e caracteriza por un temperamento que depende del equihbno de sus humores internos. Por ejemplo, una persona
delga~a y cetrina posee un exceso de bilis amarilla y una personalidad hosca y mezquina. Por el contrario, las personas
gr_uesas, plidas y vagas estn afectadas de exceso de flema,
mtentras que el melanclico Malvolio de Shakespeare responde a un estereotipo de bilis negra.
Segn Galeno, para comprender la anatoma era necesario
estudiar cuerpos, no libros. Su razonamiento era que los mdicos necesitan conocimientos anatmicos precisos para tratar las heridas y amputaciones de guerra, de modo que (a pesar de las protestas morales y los problemas prcticos) Galeno
insista en realizar experimentos para refutar las ideas obsoletas. A veces lograba sortear los tabes sociales contra la diseccin de cadveres humanos mediante el examen de los
muertos en batalla picoteados por las aves, pero sobre todo
sola trabajar con cerdos y monos. En la actualidad, las investigaciones de Galeno estaran prohibidas, ya que no tena reparo alguno en trabajar con animales vivos atados con cuerdas. Galeno sonde corazones palpitantes, lig urteres para
demostrar el funcionamiento de vejigas y riones y cort mdulas espi~ales para investigar qu partes del cuerpo quedaban paralizadas. La hemorragia es el principal estorbo en
una operacin , 4 observ antes de ofrecer inestimables consejos sobre la forma de enfrentarse a los chorros de sangre.
Durante casi cuatrocientos aos, los filsofos haban sostenido
que las arterias contienen aire; Galeno demostr que estaban
equivocados, ligando una arteria en dos puntos y haciendo
un corte entre ellos. Algo obvio, pero slo si te enfrentas con la
sangre a diario y ests decidido a salvar vidas, no a reflexionar
sobre su sentido.
Es irnico que este cirujano, que hizo hincapi en la importancia de la observacin personal, ayudase a perpetuar erro-
57
Captulo 6
Materia
Ojal los hombres recobrasen su equilibrio entre Jos
elementos
Y fuesen ms ardientes, e incapaces de mentir
como lo es el fuego.
: :1 .
,,.'
Aristteles crea que el mundo se poda caracterizar mediante cuatro cualidades imaginarias ideales (en cursiva): caliente, fro, seco y hmedo, que todas las entidades poseen en
distintas proporciones. En ciertas sustancias, las cualidades
aristotlicas estn claramente ligadas a sus propiedades fsicas. La leche, por ejemplo, es sobre todo fra y hmeda, mientras que la llama de una vela es seca y caliente. Otras descripciones son mucho menos intuitivas. Segn el sistema aristotlico,
el cuerpo fro y hmedo de la mujer hace que sea temperamental e incapaz de llevar a cabo los procesos de pensamiento
racionales del cerebro masculino, seco y clido. En consecuencia, en el cosmos holstico de correspondencias desarrollado por los sucesores de Aristteles, los planetas masculinos
(como Marte y el Sol) son calientes y ridos, mientras que
Venus y la Luna, astros femeninos, son fros y hmedos.
Para satisfacer su afn de orden, Aristteles complementaba estas cuatro cualidades con cuatro elementos terrestres
idealizados -tierra, agua, aire y fuego- que, combinados
entre s, formaban la totalidad de los materiales que se hallan
en la Tierra. Estas cualidades y elementos se ajustan entre s en
un ordenado esquema que se ilustra de modo esquemtico
en la Figura 6. La simetra domina: los elementos contrarios
ocupan posiciones opuestas, y cada elemento comprende dos
cualidades contrastadas. As, en la parte superior, el fuego est
flanqueado por caliente y seco, y est situado frente al agua,
con sus cualidades de fra y hmeda. A su vez, la tierra es fra
y seca, mientras que el aire es clido y hmedo.
Aunque los elementos ideales de Aristteles no existen en
forma pura, s ofrecan tiles hiptesis para concebir la materia del mundo real. Unos elementos aristotlicos se pueden
transformar en otros modificando sus cualidades. Si se calienta el agua, fra y hmeda, se ahuyenta el fro para producir
aire, caliente y hmedo; esto parece un modelo razonable de
lo que sucede cuando se calienta agua para producir vapor.
De forma parecida, parece bastante sensato e intuitivo pensar
que los metales son bastante terrenales, o que la madera que
se quema est llena de fuego. La constitucin elemental de
6o
FUEGO
AIRE
TIERRA
AGUA
6I
l l
:~- i
.
1: .
dos para formar trozos 9e materia con caractersticas distintas, como calor o color.
.
,
.
Igual que otros filsofos griegos, Ep~curo t~ato de ech~sar
a sus predecesores negando su relevancta. L,:ts t~e.as de Ep~cuse basan en las de Demcrito, que habta vtvtdo un stglo
:~tes y al que ahora se conoce como padre del atomis~?;
Apenas ha llegado a nuestros das nada. de lo que es~nbw
Demcrito, de forma que debemos deduc1r sus pen.samtentos
sobre los tomos a partir de interpretaciones postenores (Karl
Marx eligi este desafo para su tesis doctoral). Puesto que
los .comentaristas griegos estaban influenciados por sus ~ro
pas prioridades, sus informes no ~~an en modo alguno ~~
parciales. Entre ellos se hallaban cnttcos sesgad_os co~o Anstteles y sus sucesores que, como Epicuro, quenan de}ar clara
su originalidad. Sin embargo, alguno~ fragm~nt?s SI han sobrevivido; estas son palabras del prop1o Democnto:
Por convencin hay color, hay lo dulce y hay lo amargo,
5
pero, en realidad, slo hay tomos y espacio.
Demcrito quera decir aqu que el Unive:so est~ c~n.s~itui
do de un nmero infinito de pequeas parnculas md1v1S1bles
que se mueven constantemente a _travs de un es~ac~o vac?
igualmente infinito. Cuando los atamos de Democnto colisionan, algunos de ellos rebotan, mientra,s que otros se unen
entre s para formar compuestos. Estos ato~os nun~a .cambian, aunque tienen formas, tamaos y prop1edades dtstmtas:
por ejemplo, los tomos delgados y angulosos producen un
sabor cido, mientras que los redondeados producen el sabor
dulce.
Es una bonita teora ... hasta que llega el momento de probarla. Aun en el caso de ser capaz de aislar un tomo, cmo
se puede estar seguro de que es indivisible? Pueden ser ~~s
tomos individuales lo suficientemente grandes para ser VISIbles? Y no es arbitrario pensar que los tomos agudos generan u~ sabor spero? Epicuro modific las antiguas teoras de
Demcrito para enfrentarse a los problemas ms obvios, pero
pas por alto otras dificultades porque estaba ms interesado en la tica que en la fsica. Su credo principal era que los
individuos deban liberarse de la preocupacin; al fin y al
cabo, todo depende del azar, as que no tiene mucho sentido
esforzarse por alcanzar la perfeccin. Con esta perspectiva
vital, no es sorprendente que Epicuro no dedicase demasiado
tiempo a refinar una teora indemostrable.
Los modelos fsicos basados en el atomismo y en la continuidad estaban ntimamente relacionados con posturas morales, as que la eleccin de uno u otro no se fundamentaba
nicamente en la razn o en las pruebas. Muchos griegos se
sentan intimidados por la cosmologa de Epicuro, ya que carece de la visin tranquilizadora de un mundo diseado con
un propsito subyacente, como el de albergar a los seres humanos. El epicuresmo socavaba tambin las reflexiones de
Platn y Aristteles acerca de que el principal objetivo del
hombre deba ser llevar una vida virtuosa. Estas dos objeciones ticas seguan pareciendo de vital importancia dos mil
aos ms tarde, cuando los protestantes del siglo XVJI decidieron que, aunque el atomismo de Epicuro era razonable,
sus implicaciones suponan un verdadero laberinto moral.
Aunque, en la actualidad, el atomismo pueda parecer obvio,
la continuidad de Aristteles fue la idea dominante durante
siglos, protegida por un envoltorio filosfico que casaba bien
con las creencias cristianas.
Captulo 7
Tecnologa
Quin construy Tebas, la de las siete puertas?
En los libros se mencionan los nombn\s de los reyes.
Acaso los reyes acarrearon las piedras? ...
Adnde fueron sus constructores la noche que terminaron
la Muralla China?
Bertolt Bre~ht, Preguntas de un obrero que lee (1935)
r ....-.
;..-
techne al asociar la dest~eza manual con la necesidad de ganarse la vida. Escultores, artistas y artesanos reciban un pago
por sus habilidades ~sicas y ?o disfrutaban del estatus que
adquirieron mucho uempo mas tarde, en la Europa del Renacimiento.
Arqumedes no era ni cientfico ni tecnlogo, ya que ninguno de ellos exista durante sus das, en la Sicilia del siglo m
a. C. Arqumedes era ms bien algo parecido a un estereotipo
moderno: el filsofo de sof. El entorno social y acadmico
de la antigua Grecia era enormemente distinto del que disfrutamos en la actualidad. En un sentido amplio, dos fueron los
sectores de la sociedad griega que influyeron en lo que ms
adelante se llamara ciencia. Slo se han hecho clebres las
personas que pertenecan al ms reducido de los grupos, esto
es, el de los filsofos adinerados que reflexionaban con profundidad acerca del Universo y sus ocupantes, pero que pensaban que la investigacin experimental era irrelevante, aparte de estar por debajo de su categora.
En contraste, las numerossimas personas de rdenes sociales inferiores han sido, en general, olvidadas, aunque fue. ron tambin esenciales para el desarrollo de la futura ciencia.
La ciencia es un asunto prctico tanto como terico: ~mnque
los modelos abstractos son importantes, necesitan comprobarse experimentalmente con observaciones del mundo real.
Aunque muchos conceptos tericos se derivan de los filsofos
griegos, otros aspectos de la ciencia tienen su origen en los
menos privilegiados que utilizan su pericia para mantenerse
con vida: mineros que desarrollaron tcnicas de refinamiento
de petrleo, granjeros que se familiarizaron con los patrones
climticos o trabajadores textiles que empleaban reacciones
qumicas en su trabajo.
Muchos hombres prcticos fueron hbiles matemticos.
Lo que ms adelante se convertira en la ciencia de la mecnica surgi de la resolucin de problemas que tenan que ver
con que las cosas funcionasen: tender puentes, construir sistemas de irrigacin, idear sistemas eficientes de elevacin con
poleas, disear armas eficaces, etc. Mientras los filsofos con-
~~:,.
1 .
'.
sideraban la mejor forma de triangular el Universo, los constructores desarrollaron la trigonometra bsica necesaria para
que sus muros fuesen verticales. Estos expertos mecnicos
procedan de un cimiento social distinto del de los ociosos
tericos, pero tambin sus objetivos diferan. La intencin de
los filsofos era explicar el mundo, mientras que los matemticos prcticos tenan ms inters en describirlo. S ests construyendo una casa, lo que necesitas es medir los tablones, no
preguntarte por qu creci el rbol.
Cuando Arqumedes holgazaneaba en su baera o en su
sof, lo que ocupaba su mente no eran los asuntos mundanos
de cmo elevar pesos o prensar olivas, sino queestaba ideando ingeniosos dispositivos para demosrrar principios matemticos. Sus libros versaban sobre sus innovaciones matemticas,
no sobre sus inventos tcnicos. Para sus elitistas compaeros,
provocar asombro era una actividad con valor propio, que hablaba sobre el virtuosismo de su creador. Estos hombres impresionaban a sus contemporneos con recipientes mgicos
que se llenaban constantemente desde un depsito oculto,
puertas de templo que se abran y se cerraban automticamente o teatros con marionetas que parecan serrar madera o
clavar clavos con un martillo. Estos dispositivos, aunque extremadamente ingeniosos, no estaban hechos para tener aplicacin prctica alguna.
Quiz el ms famoso de ellos sea el llamado motor de vapor de Hern, en el que el vapor procedente de una caldera se
conduca mediante tuberas a una pequea bola hueca para
hacerla girar. Probablemente, Hern y sus compaeros no
pensaron nunca en convertir este modelo en una mquina
funcional pero, aunque lo hubiesen intentado, les hubiera resultado imposible lograrlo. Los cambios tecnolgicos dependen tanto de la viabilidad prctica, la voluntad poltica y el
estmulo comercial como del conocimiento cientfico. Aunque los griegos heredaron las artes de la orfebreria de los babilonios y los egipcios, utilizaban principalmente la madera, y
poco era lo que saban acerca de la produccin de hierro.
Convertir la esfera de vapor de Hern en un aparato de pro-
.;
68
porciones industriales np slo hubiese exigido numerosas capacidades tcnicas -como fundir cilindros de g~an tama~?'
sellar los pistones contra los escapes devapor- smo tamb1en
la infraestructura organizativa fundamental: establecer sistemas de fabricacin complejos y conservarlos.
Los elitistas filsofos griegos afirmaban ser los fundadores
de la civilizacin. Encaramados en lo alto de una especie de
iceberg histrico, ocultaban sus cimientos sumergidos, que
contenan su herencia del pasado y su dependencia de los trabajadores que los superaban en nmero. Aunque Ptolomeo
alardeaba de que su esfera armilar haba supuesto la introduccin de la exactitud en la astronoma, no citaba en absoluto a los artesanos que construyeron fsicamente los instrumentos que l manejaba. Del mismo modo que releg al
olvido a sus predecesores tericos, Ptolomeo dej tambin en
el tintero, no slo la destreza de los artesanos griegos, sino
tambin su dependencia de las tcnicas ms antiguas que tenan su origen en Mesopotamia y Egipto.
En la sombra de cada hroe griego hay una penumbra de
informantes y asociados apenas visibles cuya contribucin al
origen de la ciencia fue igualmente vital. De forma singular,
Aristteles llevaba a cabo sus propias disecciones, per9 buena
parte de su detallada investigacin dependa de apicultores,
granjeros y adiestradores de caballos, personas que necesitan
una informacin biolgica precisa para sobrevivir, y que le
proporcionaron lo que ahora denominaramos datos cientficos. Ocasionalmente, Aristteles mencionaba explcitamente
a estas personas, aunque no por su nombre; por ejemplo, explicaba que los pescadores expertos conocan tan en profundidad las costumbres de apareamiento del mjol que saban
dnde deban colocar como reclamos a los peces macho para
atrapar a las hembras, y viceversa. Lo ms habitual es que
Aristteles hiciese aparecer que las observaciones eran suyas
propias, aunque lo ms probable fuese que los expertos locales le hubiesen proporcionado los detalles.
Los hroes filosficos no deben su celebridad nicamente
a su fulgurante inteligencia; y, del mismo modo, los logros
Interacciones
. N o existe una nica forma de ciencia; lo que se denomina
ciencia depende del lugar y del momento considerados. La
informacin, las habilidades y los objetos se mueven constantemente de un lugar a otro, pasan de una generacin a la siguiente y se modifican para adaptarse a los gustos y a las necesidades locales. Aunque los eruditos del Renacimiento
afirmaban que estaban resucitando la cultura griega, sus conocimientos cientficos eran el resultado de muchos siglos de
comunicacin e interacciones entre distintos pueblos y lugares. Mirando hacia atrs desde la posicin estratgica de la
Gran Bretaa del siglo xxr, el futuro de la ciencia se ase~t
principalmente sobre la interconexin de tres regiones: China, el mundo islmico y la Europa medieval. Muchos de los
inventos ms cruciales aparecieron por primera vez en China,
que tecnolgicamente fue superior a Europa hasta finales del
siglo xvm. Por otro lado, los estudiosos islmicos desempearon
un papel vital en la interpretacin, modificacin y desarrollo
de los conocimientos griegos que llegaron a Europa en el siglo XII. Los lderes musulmanes no fueron transmisores neutrales de conceptos abstractos, sino que fomentaron la ciencia
mediante la construccin de colosales bibliotecas, hospitales
y observatorios astronmicos. En Europa, fueron las instituciones religiosas como monasterios y, ms adelante, universi-
Notas
l.
RGENES
1. Citado en David Brown, Mesopotamian Planetary Astronomy-Astrology, Groningen, Styx, 2000, pp. 151, 135 (con ligeros
cambios).
2. Citado en Eleanor Robson, More than Metrology: Mathematics Education in an Old Babylonian Scribal School, en John
M. Steele y Annette Imhausen (eds.), Under One Sky: Astronomy
and Mathematics in the Ancient Near East, Mnster, Ugarit-Verlag, 2002, pp. 325-365, esp. pp. 349-352.
3. John Locke, An Essay concerning Human Understanding,
Oxford, Clarendon Press, 1975, pp. 446-447 (libro 111, cap. 6, seccin 12).
4. Charles Singer, Calen: On Anatomical Procedures, Londres,
Oxford University Press, 1956, p. 190.
5. Demcrito, Fragmento 125.
6. Samuel Johnson, Prefacio, A Dictionaryof the English Language, 1755, no paginado.
II.
INTERACCIONES
l. Sir Robert Gorden Menzies, citado en Sydney Morning Heraid, 27 de abril de 1939.
2. Citado en Nathan Sivin, Science in China's Past, en Leo
A. Orleans (ed.), Science in Contemporary China, Stanford, Stanford University Press, 1980, pp. 1-29, esp. p. 6.
541
III.
ExPERIMENTOS
542
IV. INSTITUCIONES
544
T
.:
15. James Boswell, citado en Jenny Uglow, The Lunar Men: The .
Friends Who Made the Future, 1730-181 O, Londres, Faber and
Faber, 2002, p. xi.
16. Citado en Jan Golinski, Science as Public Culture: Chemis- .
try and Enlightenment in Britain, 1760-1820, Cambridge, Carri.,
bridge University Press, 1992, p. 147.
17. Erasmus Darwin, Laves of the Plants, Londres, J. Johnson,
1794, canto II, 11., pp. 99-104.
18. Friedrich Engels, citado en Francis Wheen, Karl Marx, Lo
dres, Fourth Estate, 1999, p. 81.
.
19. Le Turc, 1794, citado en Margaret Jacob, Scientific
and the Making of the Industrial West, Nueva York-Oxford;.
Oxford University Press, 1997, p. 165.
20. Davy, Collected Works, viii, p. 282 (conferencia de 1808
sobre ciencia electroqumica).
21. Citado de Max Planck, A Scientific Autobiography (1949), en
Gerard Holton, Thematic Origins of Scientific Thought: Kepier
Einstein, Cambridge, MA, Harvard University Press, 1973, p. 394 .....
22. Probablemente Augustus de Margan, citado en Charles Cous-
ton Gillispie, Pierre-Simon Laplace, 1749-1827: ALife in L.-\.u'-'~'P'
Science, Princeton, Princeton University Press, 1997, p. 272.
23. Jane Austen, Pride and Prejudice (1813, Ware), Word
worth, 1992, p. 22.
24. Adam Sedgwick, citado en James A. Secord, Victorian
sation: The Extraordinary Publication, Reception, and Secret
thorship of Vestiges of the Natural History of Creation, ~u ...<~.~:;.r
Londres, University of Chicago Press, 2000, p. 405.
V.
LEYES
'.'
VI.
INVISIBLES
7. William Crookes, _Spiritualism Viewed by the Light of Modern Science>>, Quarterly ]ourna/ ofScience, n. 0 7 (1870), pp. 316321, reimpreso en Noel G. Coley y Vanee M. D. Hall (eds.), Darwin
to Einstein: Primary Sources on Science and Belief, Harlow, Longman-Open University, 1980, pp. 60-63, esp. p. 61.
8. Citado en lwan Rhys Morus, When Physics Became King,
Chicago, Chicago University Press, 2005, p. 186.
9. Citado en John Waller, Fabulous Science: Fact and Fiction
in the History of Scientific Discovery, Oxford, Oxford University
Press, 2002, p. 43.
10. Citado en Abraham Pas, Inward Bound: Of Matter and
Forces in the Physical World, Oxford-Nueva York, Oxford University Press, 1986, p. 189.
11. Ernest Rutherford, The Newer Alchemy, Cambridge, Cambridge University Press, 1937, p. 65.
12. Diario de Stanford y Berkeley de 1974, citado en Peter Galison, How Experiments End, Chicago-Londres, University of Chicago Press, 1987, p. 1
13. Charles Darwin, The Descent of Man, citado en Tim Lewens,
Darwin, Londres-New York, Roudedge, 2007, p. 216.
14. James Barr, <<Sorne Eugenic Ideals>>, en King Albert's Book: A
Tribute to the Be/gian King and People from Representative Men
and Women throughouth the World, citado en Nicholas H~mphrey,
<<History and Human Nature>>, Prospect (septiembre de 2006),
p.126.
15. A. N. Studitskii, <<Fly-Lovers-Man-Haters, Ogonek (13 de
marzo de 1949), pp. 14-16. Quisiera dar las gracias a Simon
Pranklin por traducir este artculo para m.
16. Karl Vogt, citado en Roy Porter, The Greatest Benefit to
Mankind: A Medica/ History of Humanity from Antiquity to the
Present, Londres, HarperCollins, 1997, p. 329.
17. Afirmacin annima de 1933, citado en Nelly Oudshoorn,
Beyond the Natural Body: An Archaeology of SexHormones, Londres-Nueva York, Routledge, 1994, p. 93.
18. Citado de Why war? en Ronald Clark, Einstein: The Life
and Times, Londres, Hodder and Stoughton, 1973, p. 348.
549
VII.
DECISIONES
550
Fuentes
Breue historia de la ciencia tiene la finalidad de ofrecer una presentacin introductoria del pasado de la ciencia, as que no he incluido las
numerosas notas a pie de pgina habituales en los textos acadmicos,
aunque s he especificado el origen de todas las citas directas. Estoy en
deuda con el trabajo de numerosos intelectuales, y una lista completa
de lecturas sera excesivamente larga. Sin embargo, quisiera expresar
mi gratitud de forma especial a los autores de los siguientes libros y
artculos, en los que me he basado especialmente.
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11
1
lit:l
i
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INTRODUCCIN
l.
RGENES
1. Sietes
Tom varios ejemplos de conjuntos de siete especiales de Annemarie Schimmel, The Mystery of Numbers, Nueva York-Oxford,
Oxford University Press, 1993, pp. 127-155.
2. Babilonia
Estoy en deuda con Eleanor Robson por su asesoramiento sobre
la antigua Babilonia, as como por su pionero artculo <<More than
551
.,
. . '
"l
215
Yosemite, 518
Zeus, dios, 73
Zeuxis, 154
..
ndice
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . ............ .
Introduccin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. .
- -
l.
11
RGENES
Captulo l. Sietes .. : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 2. Babilonia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 3. Hroes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 4. Cosmos .................. ,. . . . . . . . .
Captulo 5. Vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 6. Materia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 7. Tecnologa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
17
24
36
42
52
58
65
11. INTERACCIONES
Captulo l. Eurocenrrismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 2. China . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 3. Islam ......... -. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 4. Intelecto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 5. Europa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 6. Aristteles.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 7. Alquimia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
73
80
91
100
110
123
133
III. ExPERIMENTos
Captulo l. Exploracin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 2. Magia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 3. Astronoma........................
Captulo 4. Cuerpos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 5. Mquinas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 6. Instrumentos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 7. Gravedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
145
157
167
180
190
200
209
IV. INSTITUCIONES
Captulo l. Sociedades . .
Captulo 2. Sistemas . . . .
Captulo 3. Carreras . . . .
Captulo 4. Industrias . . .
Captulo 5. Revoluciones.
Captulo 6. Racionalidad.
Captulo 7. Disciplinas . .
.
.
.
.
.
.
.
......
......
......
......
......
......
......
..............
..............
..............
..............
..............
..............
..............
.
.
.
.
.
.
.
221
231
242
254
264
276
285
......
......
......
......
......
......
......
297
309
320
331
342
355
366
V. LEYES
Captulo l. Progreso . . . .
Captulo 2. Globalizacin
Captulo 3. Objetividad. .
Captulo 4. Dios . . . . . . .
Captulo 5. Evolucin . . .
Captulo 6. Poder . . . . . .
Captulo 7. Tiempo. . . . .
............
............
............
............
............
............
............
....
....
....
....
....
....
....
401
413
423
434
446
VII. DECISIONES
Captulo l. Guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 2. Herencia. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 3. Cosmologa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 4. Informacin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 5. Rivalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 6. Medio ambiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Captulo 7. Futuros. : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
459
469
481
493
503
514
526
Eplogo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Notas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Fuentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Crditos de las imgenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
ndice alfabtico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
537
541
5 51
574
575
VI. INVISIBLES
Captulo l. Vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3 79
Captulo 2. Grmenes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 389
590
................
................
................
................
................
591