Danto
Danto
Danto
Tesis doctoral
Dirigida por Francisca Prez Carreo
Departmento de Filosofa
Universidad de Murcia
2006
AGRADECIMIENTOS
Muchas son las personas e instituciones que han hecho posible la
realizacin de esta tesis doctoral. Empezando por stas ltimas he de mencionar el
respaldo de las dos becas doctorales de las que he disfrutado: la beca concedida por
la Fundacin ICO durante el perodo 2000-2002, que me permiti realizar los
cursos de doctorado y el trabajo de investigacin para la obtencin de la suficiencia
investigadora, y la beca del FPI del Ministerio de Educacin y Ciencia, 2002-2006,
gracias a la cual he podido realizar esta tesis doctoral. Asimismo, dentro del marco
de ayudas para estancias en otros centros universitarios, he disfrutado de tres
estancias: dos en el departamento de Filosofa de la Universidad de Columbia
(Nueva York, EEUU) y una en el Departamento de Filosofa de la Universidad de
Sheffield (UK). He de destacar la inestimable colaboracin de la profesora Lydia
Goerh, de la Universidad de Columbia, y del profesor Robert Hopkins, del
departamento de Sheffield, durante mis estancias en sus respetivos departamentos.
Por supuesto, quisiera tambin agradecer al Departamento de Filosofa de la
Universidad de Murcia -y en especial, a su secretario, Pedro Guirao- su ayuda y
apoyo en todo momento.
Sin duda el apartado de agradecimientos personales es para mi mucho ms
difcil de acotar. Me gustara, en primer lugar, agradecer al profesor Arthur C.
Danto sus generosos y amistosos comentarios, especialmente teniendo en cuenta
que su teora del arte es el objeto central de esta tesis doctoral.
Quiero dar las gracias asimismo a mi directora de tesis doctoral, Francisca
Prez Carreo, por su apoyo y paciencia, pero, sobre todo, por su tenacidad
intelectual.
Tambin a los amigos y colegas que se han prestado a discutir y reflexionar
sobre algunos temas que aqu se tratan. Entre ellos, muchas gracias a Lilian,
Juanma, Diego, Gabri, Esa y Paul.
Finalmente, a mis hermanos, Javi, Inma y Jose Luis, y a mis padres, Pepe y
Fina, por su apoyo siempre incondicional.
NDICE
I. LOS INDISCERNIBLES
25
26
28
28
32
40
45
48
49
50
50
57
62
69
71
72
77
77
82
84
87
88
90
93
111
114
119
126
129
131
135
144
5. Conclusiones
148
III.
151
151
152
155
159
161
163
179
183
183
195
207
213
3. Resumen
218
221
227
230
237
1.3. Expresin
244
250
1.5. Retrica
258
260
262
267
278
281
282
286
5. Resumen
290
V. CONCLUSIONES
293
VI. BIBLIOGRAFA
305
VII. SUMMARY/RESUMEN
319
Danto, A. C., Narration and Knowledge (Including the Integral Text of Analytical Philosophy of History),
New York, Columbia University Press, 1985.
2 Danto, A. C., Analytical Philosophy of Action, London, Cambridge University Press, 1973.
3 Danto, A. C., Analytical Philosophy of Knowledge, London, Cambridge University Press, 1968.
4 Danto, A. C., Jean-Paul Sartre, edited by Frank Kermode, New York, The Viking Press, 1975.
5 Danto, A. C., Nietzsche as Philosopher, New York, Columbia University Press, 1980.
Danto, A. C., Connections to the World: The Basic Concepts of Philosophy, San Francisco, Harper and Row,
1989.
7 Danto, A. C., What Philosophy is: a Guide to Elements, London, Harper and Row, 1968.
8 (T)he world as we experience it remains exactly the same Danto (1989), p. xxv (Las traducciones de
aqu en adelante son mas).
por ejemplo, mostr que era compatible con la totalidad de nuestra experiencia
que no estuviera causada por un mundo externo en absoluto; el conjunto de
nuestra experiencia podra, si en efecto estaba causada por el mundo,
proporcionarnos una representacin del mismo; pero, si estamos inmersos en
un sueo del que nunca despertamos, no podemos afirmar que nuestra
experiencia nos proporcione conocimiento en absoluto. La cuestin es que no
hay nada en la experiencia misma que sea un indicio del tipo de relacin causal
con el mundo que necesitaramos para asegurar que la experiencia nos
proporciona de hecho- conocimiento acerca del mundo exterior. Tanto si
nuestra experiencia esta causada por un mundo externo como si no, sta
permanece igual; de ah que la cuestin filosfica sobre si nuestra experiencia
nos proporciona o no un acceso al mundo y, por tanto, si nuestra experiencia
es una fuente de conocimiento- no puede resolverse simplemente mirando esa
experiencia.
Lo dicho pone tambin de manifiesto que el objeto del discurso
filosfico no es el mundo como tal cuyo conocimiento sera dominio de la
ciencia- sino la naturaleza de las relaciones de representacin del mundo; es
decir, la filosofa aspirara a poner de manifiesto justamente lo que, de acuerdo
con el primer Wittgenstein, no era representable, sino slo mostrable9.
As pues, la filosofa, deja el mundo como est. Y este carcter
independiente de la filosofa es tambin el responsable de que se la haya
considerado, a menudo, lejana a los intereses mundanos particulares. Como
dice Danto, [s]implemente porque toda postura filosfica definida en estos
10
Just because every philosophical position defined in those narrow terms leaves the world as it finds
it since each makes not a single internal difference to the world we are obliged to live in philosophy,
for all its simplicity, is necessarily abstract and remote., Danto, A. C., Connections to the World, p. xxvi.
11 Es curioso que, aunque no haya habido ninguna cultura sin alguna forma de ciencia, la filosofa solo
haya surgido en dos ocasiones; una vez en la India y otra en Grecia, ambas civilizaciones obsesionadas
con la oposicin entre apariencia y realidad. [It is a curious fact that though there has been no culture
without some kind of science, philosophy has arisen only twice in the world, once in India and once in
Greece, civilizations both obsessed with a contrast between appearance and reality.], Danto, A. C., The
Transfiguration of the Commonplace, 1981, p. 79.
12 El escepticismo moderno debe distinguirse del clsico en el siguiente aspecto al menos. Las razones
de un escepticismo clsico para dudar de la validez de nuestro conocimiento explotan la posibilidad de
equivocarnos en nuestros juicios de conocimiento y el tipo de circunstancias que dotan de fuerza a esa
posibilidad. El escepticismo moderno, sin embargo, reposa en una determinada concepcin de la
experiencia modelada sobre las caractersticas de la primera persona- que era completamente ajena al
imaginario escptico clsico. Para la distincin entre escepticismo clsico y moderno vase, Fogelin, R.
J., Pyrrhonian reflections on knowledge and justification, New York, Oxford University Press, 1994; Popkin, R.
H., (1979) La historia del escepticismo. Desde Erasmo hasta Spinoza, Mxico, Fondo de cultura Econmica,
1983 y Stroud, B., The Significance of Philosophical Scepticism, Oxford, Clarendon Press, 1984.
13
Al inicio de Connections to the World, Danto proporciona algunos ejemplos de la aplicacin del mtodo
de los indiscernibles a los problemas filosficos. Ya hemos visto, por ejemplo, que la tesis cartesiana
sobre la imposibilidad de determinar por el mero contenido de una idea si sta est causada por el
mundo o no es expresable en estos trminos. El problema de Hume de la causalidad es otro conocido
ejemplo; tal y como Hume lo plantea, la descripcin de los hechos del mundo es compatible con un
mundo gobernado por la relacin de causalidad y con uno en el que todo sucediera azarosamente. De
nuevo, nada interno a los hechos mismos puede ayudarnos a elucidar la estructura causal o azarosa del
mundo. Kant proporciona un tercer ejemplo de problema filosfico expresable en trminos de
indiscernibles. Kant acepta que no podemos saber si alguien ha actuado bien porque ha actuado de
acuerdo los principios morales o si ha hecho lo correcto por casualidad; esto es, sin que le guiara el
imperativo categrico. Una vez ms, lo que determina el carcter de la accin no es nada interno a la
accin misma, sino su relacin con la voluntad del sujeto y con su contemplacin de ciertos principios
morales como gua de su accin. Danto proporciona ms ejemplos pero quiz estos sean suficientes
para mostrar la pertinencia del experimento para formular los problemas filosficos.
14 Duchamp, Marcel, (1915) In Advance of the Broken Arm, Readymade: pala quitanieves, hierro
galvanizado y madera. 121.3 cm. Yale Center for British Art, New Haven, CT, USA.
a las propiedades perceptivas de los objetos cuyo status est en cuestin. Los
primeros apelaran al criterio esttico un objeto intencional sera artstico si
produjera cierta experiencia esttica- y los segundos a la percepcin de aires de
familia entre las nuevas obras y las que constituyen la tradicin artstica.
La respuesta ofrecida por Danto en este primer artculo era que lo que
haca que un objeto fuera una obra de arte era que estuviera producida y
presentada en un mundo del arte:
Ver algo como arte requiere algo que el ojo no puede captar
una atmsfera de teora artstica, un conocimiento del mundo
del arte: un mundo del arte.18
As, la nocin de mundo del arte permita distinguir el arte del no
arte, aunque no estaba del todo claro en qu consista tal mundo y de qu
manera determinaba el status artstico de un objeto hasta un poco ms tarde.
De hecho, las primeras interpretaciones de la propuesta de Danto eran de corte
institucionalista como, por ejemplo, la de George Dickie19. Sin embargo, la
intencin de Danto pareca ir en otro sentido. Su idea era que algo no puede ser
arte sin que una determinada concepcin de lo que sea el arte est en juego en
la gnesis del objeto. Esa atmsfera de teora artstica es, pues, el elemento
central de la propuesta de Danto; la naturaleza terica del arte, la idea de que no
puede haber arte sin una teora del arte, era el rasgo principal de su propuesta.
18
To see something as art requires something the eye cannot decry an atmosphere of artistic theory, a
knowledge of the history of art: an artworld., Danto (1964), p. 580.
19 Durante mucho tiempo consider la teora institucional como un tipo de desarrollo directo de la
concepcin del Danto de mundo del arte. Con la publicacin de su Artworks and Real Things y
Transfiguration of the Commonplace, me di cuenta de que las dos concepciones no estaban tan
ntimamente ligadas como yo haba pensado () Lo que comparte la teora de Danto con la teora
institucional es la tesis de que las obras de arte estn engastadas en un marco o contexto de cierto
grosor. Ambas teoras especifican contextos muy ricos pero difieren claramente en la naturaleza de
stos. () Lo que es sin duda verdad es que The Artworld de Danto inspir la creacin de la teora
institucional del arte.. [For a long time I regarded the institutional theory as a kind of straightforward
development of Dantos conception of the artworld. With the publication of his Artworks and Real
things and Transfiguration of the Commonplace, I came to realize that the two views are not as
closely related as I had thought () What is common to Dantos view and the institutional theory is the
contention that works of art are enmeshed in an essential framework or context of some considerable
thickness. Both specify rich contexts, but they differ widely as to the nature of the context. () What
is certainly true is that Arthur Dantos The Artworld inspired the creation of the institutional theory
of art.] Dickie, G., The Art Circle. A Theory of Art,, New York, Haven, 1984, pp. 10-11.
Art is the kind of things that depends for its existence upon theories Danto (1981), p. 135.
Mandelbaum, M., Family resemblances and generalization concerning the arts, American Philosophical
Quaterly, 2, (1965), pp. 219-28.
22 Danto, (1981).
21
Si observamos el arte de nuestro pasado reciente lo que vemos es algo que depende cada vez ms
de una teora para su existencia como arte, de manera que la teora no es algo externo al mundo que
trata de comprender.. [Now if we look at the art of our recent past what we see is something
which depend more and more upon theory for its existence as art, so that theory is not something
external to a world it seeks to understand.], Danto, A. C., The Philosophical Disenfranchisement of Art, New
York, Columbia University Press, 1986, p. 111.
10
del arte. La historia del arte sera, de hecho, la historia de las teoras filosficas
del arte.
En The Philosophical Disenfranchisement of Art24, Danto desarrolla esta idea
que, entendida de cierta manera, puede parecer contraria al espritu esencialista
de la definicin ofrecida en The Transfiguration of the Commonplace. Ya que, si
aceptamos que arte es aquello que satisface las dos condiciones sealadas por
Danto, cmo hemos de entender el papel de las teoras filosficas acerca del
arte que histricamente han determinado la esencia de lo artstico? Parece
haber, pues, un conflicto entre las pretensiones esencialistas e historicistas que
caracterizan The Transfiguration of the Commonplace, por un lado, y The Philosophical
Disenfranchisement of Art, por otro25.
Danto ha tratado de responder a esta crtica y, en parte, su solucin
pasa por minimizar el papel ontolgico de las teoras que histricamente lo han
definido. No obstante, como veremos, en el captulo dedicado a la nocin de
mundo de arte, algunas propuestas contemporneas han recogido la idea de
la historicidad de la definicin del arte, siendo un buen exponente la definicin
de J. Levinson26.
De momento, tanto si la tesis de Danto en The Philosophical
Disenfranchisement of Art entra en conflicto con su propuesta esencialista como si
no, lo que debemos ver es en qu consiste esta ltima relacin entre y arte y
filosofa que constituye el motor de la historia del arte. Danto sostiene que
desde el comienzo del arte en la Grecia Antigua para la tradicin occidental-,
24
Danto, A. C., The Philosophical Disenfranchisement of Art, New York, Columbia University Press, 1986.
Parece haber cierta contradiccin en sostener, por un lado, que el arte ha sido lo que las respectivas
teoras del arte han sostenido histricamente y, por otro, defender la necesidad filosfica de una
definicin universal del arte, vlida para todo arte de toda poca. Esta crtica ha sido expresada por
Nol Carroll en su artculo, Essence, Expression, and History, Danto and his Critics, Rollins, M., (ed.)
Cambridge, Blackwell, 1993, p. 79-106.
26 Levinson, J., Refining Art Historically, The Journal of Aesthetics and Art Criticism, 47, 1, 1989, pp. 2133. Extending Art Historically, The Journal of Aesthetics and Art Criticism, 51, 3, Philosophy and the Histories
of the Arts, 1993, pp. 411-423; Defining Art Historically Aesthetics and the Philosophy of Art. The Analytic
Tradition. An Anthology, Lamarque, P. y Olsen, S. H., (eds.), Oxford, Blackwell Publishing, 2004, pp. 3546 y The irreducible historicality of the concept of art, British Journal of Aesthetics, 42, 4, 2002, pp. 367379.
25
11
27
28
12
29
Basta recordar los usos propagandsticos del arte para corroborar esta virtud del mismo. Cfr.
Murdoch, I., El fuego y el sol. Por qu Platn expuls a los poetas. Mexico, FCE, 1982.
30 warfare between philosophy and art, Danto (1986), p. 5. Cfr. Platn, La Repblica, Libro X.
31 Kant, I., (1790) La crtica del Juicio, Madrid, Espasa, 1990.
13
filosofa. Como dice Danto, la historia del arte es la historia de la supresin del
arte32.
Danto no nos deja, sin embargo, sin un final feliz para esta historia. El
arte recupera su autonoma cuando, en algn sentido, asume la tarea definitoria
que la filosofa haba monopolizado. Cuando el arte se vuelve reflexivo y desde
l mismo se plantea la cuestin de su propia naturaleza, comienza tambin su
liberacin de la filosofa. Una vez que la tarea de autodefinicin es asumida por
y desde el arte, ste no tiene necesidad de la filosofa y, en algn sentido, la
historia del arte que, como hemos visto, es la historia de la des-emancipacin
filosfica del arte, termina.
El momento que marca el fin de la historia del arte y el comienzo del
arte post-histrico es, para Danto, la Brillo Box de Warhol. Segn el filsofo
americano esta obra ejemplifica de manera artstica el problema de la definicin
del arte. As, solo cuando el arte es capaz de formular desde dentro la pregunta
por su naturaleza, puede liberarse de la filosofa; pues sta ya no es necesaria
para resolver la cuestin acerca de su naturaleza.
En qu sentido plantea esta obra la cuestin sobre la naturaleza del
arte? Hemos visto anteriormente que, en tanto que problema filosfico, la
pregunta por el arte era expresable en los trminos propios del experimento de
los indiscernibles. Y no est justamente la Brillo Box poniendo de manifiesto
que cualesquiera que sean las condiciones que un objeto ha de satisfacer para
ser arte, stas no son de carcter perceptivo? La Brillo Box, al poner de
manifiesto artsticamente el problema filosfico del arte, inaugura el fin del
dominio del arte por la filosofa. La cuestin que se nos presenta ahora es si,
entonces, el arte para des-emanciparse no ha tenido que convertirse, despus de
32
The history of art is the history of the suppression of art., Danto (1986), p. 4.
14
todo, en filosofa33. Esto es, tal vez la libertad del arte ha sido finalmente ganada
a costa de que ste se transforme en filosofa34.
A nadie escapa que este desenlace tiene un parecido notable con la
concepcin hegeliana y marxista de la historia. Para ambos, la historia es la de
las sucesivas alienaciones que, como tales, son los resultados de las relaciones
de esclavitud en las que la identidad de uno de los miembros es secuestrada. El
final de la historia, para Marx, coincide con el final de las relaciones alienantes y
con la autodeterminacin ejercida libremente35; sta, a su vez, solo puede venir
de la mano de la autoconciencia. De manera que la libertad solo es concebible
como resultado del auto-conocimiento.36
Danto ha incorporado este modelo a su concepcin de la historia del
arte y, al hacerlo, ha introducido algunos compromisos filosficos fuertes
acerca de la naturaleza de la historia del arte cuya necesidad no es en absoluto
evidente. En primer lugar, y si la historia del arte se ajusta a este patrn, qu
sucede con la filosofa una vez que el arte asume el papel que sta se haba
atribuido histricamente y que le daba su razn de ser? Como el amo que ya no
33 Cuando el arte interioriza su propia historia, cuando llega a ser consciente de su propia historia
como sucede en nuestro tiempo, de tal manera que la conciencia de su historia forma parte de su
naturaleza, entonces parece inevitable que se transforme finalmente en filosofa.. [When art
internalises its own history, when it becomes self-conscious of its history as it has come to be in our
time, so that its consciousness of its history forms part of its nature, it is perhaps unavoidable that is
should turn into philosophy at last. And when it does so, well, in an important sense, art comes to an
end.] Danto (1986), p. 16.
34 As que, virtualmente, todo lo que hay al final es teora; el arte se ha vaporizado finalmente en un
deslumbramiento de pensamiento puro sobre s mismo y se ha convertido, por as decirlo, nicamente
en el objeto de su propia conciencia terica.. [So virtually all there is at the end is theory, art having
finally become vaporized in a dazzle of pure thought about itself, and remaining, as it were, solely as the
object of its own theoretical consciousness.] Danto (1986), p. 111.
35 Danto ha citado justamente a Marx a este respecto: Cada cual puede llegar a realizarse en la rama
que desee, pudiendo hacer una cosa hoy y otra maana, cazar por la maana, pescar a medioda,
pastorear por la tarde, y hacer crtica de arte tras la cena, sin llegar a ser cazador, pescador, pastor o
crtico. [(E)ach can become accomplished in any branch he wishes, society (making) it possible for
me to do one thing today and another tomorrow, to hunt in the morning, fish in the afternoon, rear
cattle in the evening, criticize after dinner, just as I have in mind, without ever becoming hunter,
fisherman, shepherd or critic. ] de La Ideologa Alemana, citado por Danto en Beyond the Brillo Box. The
Visual Arts in Post-Historical Perspective, Berkeley, University of California Press, 1992, pp. 221-222.
36 Esta forma de percibir las cosas sugiere otro modelo para la historia del arte completamente distinto,
un modelo que est narrativamente ejemplificado por la Bildungsroman, la novela de educacin que
culmina en el reconocimiento del sujeto.. [It is this way of looking at things which suggests another
model of art history altogether, a model narratively exemplified by the Bildungsroman, the novel of selfeducation which climaxes in the selfs recognition of the self.], Danto (1986), p. 110.
15
Danto, A. C., Narration and Knowledge (Including the Integral Text of Analytical Philosophy of
History), New York, Columbia University Press, 1985.
16
de esos hechos dentro de una narracin histrica global. As, las filosofas
substantivas de la historia se caracterizaran por tratar el futuro como si, en
cierto modo, ya fuera pasado.
Como dice Danto, es un error suponer que podemos escribir la
historia de los eventos antes de que los eventos mismos hayan ocurrido 38. La
profeca, pues, no es solo prediccin; es prediccin ms significado. Pero el
significado de un hecho no es algo que podamos conocer con anterioridad a los
hechos que le siguen y le dan un sentido u otro. El sentido de un hecho solo
emerge, por as decirlo, cuando el hecho ya pertenece al pasado. El presente,
como el futuro, carecen lgicamente de significado. Como Milan Kundera nos
recuerda: El hombre atraviesa el presente con los ojos vendados. Slo puede
intuir y adivinar lo que de verdad est viviendo. Y despus, cuando le quitan la
venda de los ojos, puede mirar al pasado y comprobar qu es lo que ha vivido y
cul era su sentido39. Los hechos presentes adquieren su significado una vez
que otros hechos posteriores lo determinan. Por ejemplo, la ltima broma de
Groucho Marx solo poda llamarse tal una vez que su muerte fue inminente y,
an as, quiz burlndose de la historia y el tiempo mismos, Groucho busc la
forma de burlar la ignorancia caracterstica del futuro al dejar su ltima broma
decidida de antemano40.
Los hechos solo adquieren significado cuando ya han pasado as que,
por definicin, los hechos futuros, incluso aquellos que podemos predecir,
carecen de significado. Esta es, segn Danto, la lgica propia del discurso y el
conocimiento histricos; una lgica que despoja de coherencia a las filosofas
substantivas de la historia.
Si existe una filosofa de la historia que satisface este modelo
teleolgico, esa es la concepcin hegeliana que, como hemos visto, penetra en
38
[(I)t is a mistake to suppose that we can write the history of the events before the events
themselves have happened.], Danto (1985), p. 14.
39 Kundera, Milan, Nadie se va a rer, El libro de los amores ridculos, Barcelona, RBA, 1994, p. 9.
40 Es conocido que en su lpida reza Perdone, seora, que no me levante.
17
18
marcada por la necesidad del discurso filosfico, el arte es libre para hacer y ser
lo que quiera42.
La marca de la era post-histrica es el pluralismo de estilos. Cualquier
estilo es igualmente vlido ya que ninguna concepcin filosfica del arte puede
ya excluir de ste aquello que no satisface las demandas tericas del momento.
Habitamos un momento en el que cualquier obra, sea cual sea su estilo o la
concepcin que la respalde, puede ser arte. De hecho, este pluralismo, que es
tambin la marca de la libertad humana para Marx, se ha convertido en el
slogan preferido por Danto, aunque su formulacin como tal se debe al artista
que tanto lo ha inspirado y que simboliza, para Danto, la emancipacin de la
filosofa, Warhol:
Como puedes decir que un estilo es mejor que otro? Debes de
ser capaz de ser un Expresionista Abstracto la prxima semana
o un artista Pop, sin sentir que has de renunciar a algo.43
El arte en la era del pluralismo requiere asimismo un tipo de crtica que
no imponga, como otras prcticas crticas sealas por Danto, una determinada
concepcin de qu sea el arte. La crtica artstica debe desembarazarse de los
constreimientos de una determinada concepcin del arte y dar la bienvenida a
la pluralidad de estilos y de las razones que hay tras ellos. Dicho, claramente,
una obra no puede considerarse mal arte porque no satisfaga una
determinada potica. Una obra puede ser mala si, por ejemplo, dada la potica
en la que se inserta, no es un buen ejemplo de sta, pero lo que no es posible
no si el pluralismo es la marca del presente artstico- es imponer una
determinada potica como verdadera.
42
Cuando una direccin es tan buena como otra, no hay ningn concepto regulador que pueda
aplicarse.. [When one direction is as good as another direction, there is no concept of direction any
longer to apply.], Danto (1986), 115.
43 How can you say any style is better than another? You ought to be able to be and Abstract
Expressionist next week, or a Pop artist, or a realist, without feeling that you have given up something.
G. R. Swenson, What Is Pop Art?: Answers from 8 Painters, Part I Art News 64 (November 1963), 26
citado en Danto, A. C., After the End of Art. Contemporary Art and the Pale of History, Princeton, Princeton
University Press, 1997, p. 37.
19
Quedara por examinar si la propia propuesta de Danto puede considerarse tan desemancipadora
como las teoras del arte que critica. Jane Forsey ha mostrado que la propia teora del arte de Danto
puede considerarse como un ejemplo de teora desemancipadora. Si, como Danto sostiene, la filosofa
ha desemancipado histricamente al arte a travs de teoras filosficas, proporcionndole una identidad
que no es producida autnomamente, su propia teora filosfica, estara, una vez ms, usurpando al arte
su autonoma e imponindole una identidad. As Forsey afirma: (S)ea lo que sea lo que Danto se
proponga hacer, los argumentos de The End of Art proporcionan la estrategia desemancipadora ms
comprehensiva jams ejercida contra el arte.. [Whatever Danto set out to do, the arguments of The
End of Art amount to the most comprehensive disenfranchising strategy ever launched against art.]
Forsey, J., Philosophical disenfranchisement in Dantos The End of Art, The Journal of Aesthetics and
Art Criticism, 59, 4, 2001, pp. 403-409, en p. 403.
45 De hecho, esta manera de entender la tarea crtica la debe Danto a Hegel de quien toma la idea de que
interpretar las obras de arte exige identificar su significado y el modo en el que ese significado se
presenta en una obra completa. Tal y como entiendo mi tarea de crtico de arte, sta es doble:
identificar lo que la obra significa y mostrar cmo ese significado se encarna en la obra.. [What I take
my task as a critic to be. The task is twofold: to identify what the work means and then to show how
that meaning is embodied in the work.], Embodied Meanings, Critical Essays and Aesthetic Meditations, New
20
21
46
Baxandall, M., Patterns of Intentions, On the Historical Explanation of Pictures, New Haven and London,
Yale University Press, 1985.
22
47 I had the strange idea that philosophy, of all the disciplines I considered, would give me the most
time to paint., Danto, A. C., Embodied Meanings, Critical Essays and Aesthetic Meditations, Nueva York,
Farrar Straus Giroux, 1994, p. 5.
23
I. LOS INDISCERNIBLES
25
1.
Danto, A. C., The Transfiguration of the Commonplace, Cambridge, Harvard University Press, 1981.
Finalmente, pondr una superficie pintada, aunque no como fondo, de rojo de plomo: un mero
artefacto expuesto como algo cuyo inters filosfico consiste nicamente en el hecho de que no es una
obra de arte, es simplemente una cosa con pintura encima.. [Finally, I shall place a surface painted,
though not grounded, in red lead: a mere artifact I exhibit as something whose philosophical interest
consists solely in the fact that it is not a work of art, it is just a thing with paint upon it.] Danto
(1981), pp. 1-2.
2
26
Cmo afecta este hecho a la cuestin sobre la esencia del arte? Cul
es el papel del experimento, segn Danto, en la reflexin acerca de la naturaleza
de lo artstico? La principal conclusin de Danto es que, cualquiera que sea la
diferencia entre una obra de arte y un mero objeto, sta no es de naturaleza
perceptiva. Si queremos definir el arte en trminos que resistan la formulacin
del experimento, hemos de buscar propiedades que no sean de carcter
perceptivo. De esto se sigue que, una vez aceptado el experimento, tenemos
razones para rechazar la adecuacin de todas aquellas teoras que reposan sobre
una caracterizacin perceptiva del objeto artstico. En particular, la teora
esttica del arte y las propuestas neo-wittgensteinianas que reviven la nocin de
aire de familia seran vulnerables a las conclusiones del experimento. Para
Danto, ambas teoras asumen implcitamente que la naturaleza artstica de un
objeto puede establecerse simplemente observando el objeto en cuestin, pero
esto es lo que justamente niega el experimento.
De esta manera, vemos como una parte importante de la
argumentacin de Danto acerca del carcter no perceptivo de la naturaleza
artstica depende de la aceptacin del experimento y de sus resultados; de ah
que consideremos oportuno examinar la validez del experimento frente a las
posibles crticas que puedan daarlo.
27
2.
Su inters en este tema puede estar motivado, como se ha dicho anteriormente, por la necesidad de
proteger el diseo del experimento de los indiscernibles contra posibles crticas que se relacionan de
manera especial con la cuestin de la percepcin.
4 Danto, A. C., Depiction and the Phenomenology of Perception en Bryson, N., Holly, M. A., &
Moxey, K., (eds.), Visual Theory, Cambridge, Polity Press, 1991, pp. 201-215.
5 Danto, A. C., Animals as Art Historians, Beyond the Brillo Box. The visual Arts in Post-Historical
Perspective, Berkeley, University of California Press, 1992, pp. 15-31.
6 Fodor, J., The Modularity of Mind, Cambridge, MIT Press, 1983.
28
Siguiendo a Fodor, para que un proceso sea modular ha de satisfacer estas ocho condiciones: (1)
dominio especfico; (2) obligatoriedad; (3) encapsulacin de la informacin; (4) velocidad; (5) output
superficial; (6) falta de accesibilidad a las representaciones intermedias de otros procesos; (7)
localizacin neuronal; (8) susceptibilidad de avera caracterstica.. [Following Fodor, for a process to
be modular is for it to satisfy these eight conditions: (1) domain specific; (2) mandatoriness; (3)
informational encapsulation; (4) speed; (5) shallow output; (6) lack of access of other processes to
intermediate representations; (7) neural localization; (8) susceptibility to characteristic breakdown.] Del
artculo Modularity en A companion to Philosophy of Mind, Guttenplan, S. (ed.), Londres, Blackwell,
1994, p. 442.
8 (A) module is a relatively autonomous component of the mind one which, while interacts with,
receives input from and sends output to, other cognitive processes or structures, performs its own
internal information processing unperturbed by external systems. Del artculo Modularity en A
Companion to Philosophy of Mind, Guttenplan, S. (ed.), Londres, Blackwell, 1994, p. 442.
29
perceptivos; en estos casos, a pesar de que nuestro cocimiento acerca del hecho
percibido contradice lo que percibimos, el contenido de nuestra percepcin no
se altera en absoluto. As, aunque sabemos que el palo no se quiebra al
introducirlo en un vaso de agua, seguimos vindolo como si as fuera9 o,
aunque podamos comprobar que los dos segmentos de la ilusin de MllerLyer miden lo mismo, vemos uno mayor que otro. Por tanto, estos fenmenos
pareceran corroborar la idea de que los procesos cognitivo y perceptivo son
mdulos y, como tales, funcionan de manera independiente.
El segundo argumento a favor de la independencia de la percepcin
respecto al conocimiento suele apelar al hecho de que algunos animales parecen
exhibir ciertas habilidades recognicionales10. Sin embargo, al menos para el caso
animal, no decimos que estas habilidades estn relacionadas con la adquisicin
de capacidades conceptuales; por tanto, si el comportamiento recognicional
humano y animal convergen hasta cierto punto, entonces parece arbitrario que
en el caso humano -pero no en el animal- este comportamiento se explique por
9 Este argumento aparece en la defensa de Fodor de su concepcin modular de la mente. Como l
mismo sostiene: Modularidad ofrece numerosos argumentos para lo que, realmente, es la tesis del libro:
aunque la percepcin es inteligente como la cognicin en tanto que es tpicamente inferencial, es, sin
embargo, muda como los reflejos, en tanto que est encapsulada. Quizs el argumento ms persuasivo
y ciertamente el ms breve- sea el que advierte la persistencia de las ilusiones perceptivas. La diferencia
de longitud aparente en las figuras Mller Lyer, por ejemplo, no desaparecen cuando uno sabe que las
flechas tienen, de hecho, la misma longitud. Parece seguirse de estos casos que al menos algunos de
nuestros procesos perceptivos son insensibles a al menos algunas de nuestras creencias. Por ms que
queramos que la ilusin Mller Lyer se desvanezca, sta no desaparecer;. [Modularity offers several
kinds of arguments for what is, really, a main thesis of the book: Although perception is smart like
cognition in that it is typically inferential, it is nevertheless dumb like reflexes in that it is typically
encapsulated. Perhaps the most persuasive of these arguments certainly the shortest- is one that
adverts to the persistence of perceptual illusions. The apparent difference in length of the Mller-Lyer
figures, for example, doesnt disappear when one learns that the arrows are in fact the same size. It
seems to follow that at least some of ones perceptual processes are insensitive to at least some of ones
beliefs. Very much wanting the Mller-Lyer illusion to go away doesnt make it disappear either;] En
Prcis of Modularity of Mind en Fodor, J. A., A theory of Content and Other Essays, Cambridge, MIT Press,
1990, pp. 195-206, en p. 198.
10 Este argumento se ha convertido en un lugar comn de la discusin sobre el carcter conceptual o no
conceptual de la experiencia perceptiva. Aquellos que sostienen el carcter no conceptual de la
experiencia perceptiva, como Christopher Peacocke en su Does Perception Have a Nonconceptual
Content? (2001) y Gareth Evans, The Varieties of Reference (1982), apelan normalmente a este
argumento. Otro argumento clsico de los defensores del carcter no conceptual de ciertos contenidos
perceptivos apela a la riqueza de la informacin perceptiva y a la imposibilidad de expresar esa variedad
dentro del rango limitado de nuestros conceptos. Sin embargo, no hallamos en los textos de Danto
ninguna referencia a este argumento, quiz porque su inters se centra en combatir el internismo ms
que en caracterizar la no-conceptualidad de la experiencia perceptiva.
30
11 Este argumento reaparece en Animals as Art Historians donde Danto intenta mostrar las
diferencias y similitudes entre la percepcin animal y la percepcin humana.
31
2.2.
Danto, A., Description and the Phenomenology of Perception en Bryson, N., Holly, M. A., &
Moxey, K., (eds.), Visual Theory, Cambridge, Polity Press, 1991, pp. 201-215.
13 As, Danto afirma que, segn esta concepcin, (N)o podemos separar fcilmente la percepcin y la
descripcin. [(W)e cannot as easily separate perception and description., Danto (1991), pp. 204.
14 (L)anguage in some way shaped reality, or at least our experience of the world.], Danto, (1991), p.
204.
15 Lafont, C., La Razn como Lenguaje. Una revisin del "giro lingustico" en la filosofa del lenguaje alemana.
Madrid, Visor, 1993.
32
implica que nuestra identificacin de los hechos del mundo no puede separarse
del lenguaje en el que expresamos tales identificaciones. Puesto que el lenguaje
al determinar nuestros contenidos perceptivos estara tambin determinando los
contenidos de nuestro conocimiento acerca del mundo, la conclusin del
argumento, por lo que se refiere al asunto que ahora nos preocupa, sera la
siguiente: dos sujetos estaran en estados perceptivos y, por ende, cognitivos
distintos a pesar de hallarse ante el mismo estado de cosas y poseer los mismos
rganos perceptivos. Sus experiencias seran inconmensurables pues no existe
una evidencia comn. Entre otras cosas, dentro de un modelo internista no
podramos explicar, por ejemplo, el papel central que solemos atribuir a la
percepcin en la adquisicin de conocimiento acerca del mundo, pues solo
percibiramos aquello que nuestros conceptos podran subsumir.
Esta concepcin de la percepcin ha tenido un notable desarrollo
dentro de mbitos como la historia de la ciencia y la filosofa de la ciencia.
Thomas Kuhn16, por un lado, y N. H. Hanson17, por otro, seran dos de los ms
notables representantes de la aplicacin de esta idea en el terreno del
conocimiento cientfico; la idea de que la observacin est cargada de teora18,
de que no hay hechos sin teora sera el ncleo central de esta concepcin de la
percepcin aplicada al mbito cientfico. As, ambos autores exploran el modo
en el que nuestros conceptos determinan nuestra experiencia del mundo y
coinciden en el corolario recin mencionado: el mismo mundo percibido bajo
conjuntos de conceptos y de teoras diferentes producira experiencias
distintas19. Para el internismo, nuestra experiencia del mundo estara ya de
16
Kuhn, T., The Structure of Scientific Revolutions, Second Edition, Enlarged, Chicago, University of
Chicago Press, 1970.
17 Hanson, N. H., (1958) Patrones de Descubrimiento, Madrid, Alianza Universidad, 1977; en lenguaje cuasiwittgensteiniano, Hanson sostiene: Dado el mismo mundo poda haber sido concebido de una forma
diferente. Podramos haber hablado de l de forma diferente, haberlo pensado y percibido de forma
diferente. Quizs los hechos estn moldeados de alguna forma por las formas lgicas del lenguaje de
enunciacin de hechos. Quizs stas proporcionan un molde segn el cual el mundo se configura
para nosotros de determinadas maneras., p. 119.
18 la observacin cientfica es, por tanto, una actividad cargada de teora., Hanson (1977), p. 13.
19 En momentos de revolucin, cuando la tradicin de ciencia normal cambia, la percepcin del
cientfico de su entorno debe reeducarse en algunas situaciones familiares debe aprender a ver una
33
nueva Gestalt. Una vez que lo ha logrado el mundo que investigar aparecer, aqu y all,
incommensurable con el que haba habitado anteriormente.. [At times of revolution, when the
normal-scientific tradition changes, the scientists perception of his environment must be re-educated
in some familiar situations he must learn to see a new gestalt. After he has done so the world of his
research will seem, here and there, incommensurable with the one he had inhabited before.] Kuhn, T.
S., The Structure of Scientific Revolutions, p. 112, y tambin En un sentido que no puedo explicar
ulteriormente, los que proponen paradigmas en competencia practican sus investigaciones en mundos
distintos () Trabajando en mundos distintos, los dos grupos de cientficos ven cosas diferentes
cuando miran al mismo punto y en la misma direccin.. [In a sense that I am unable to explicate
further, the proponents of competing paradigms practice their trades in different worlds () Practicing
in different worlds, the two groups of scientists see different things when they look from the same
point in the same direction.], ibid., p. 150. Hanson ha recogido esta idea al comparar a Kepler y Tycho:
(L)os elementos de sus experiencias son los mismos; pero su organizacin intelectual es muy diferente.
Pueden tener sus campos visuales una organizacin diferente? Entonces ellos pueden ver cosas
diferentes en el Este al amanecer. Es precisamente el sentido en el que Tycho y Kepler no observan la
misma cosa el que debe tenerse en cuenta cuando se trata de entender los desacuerdos que existen
dentro de la microfsica., Hanson (1977), p. 98.
20 <<El fsico y el profano ven la misma cosa se objeta- pero no infieren la misma cosa a partir de lo
que ven>>. El profano no puede inferir nada. Esto no es solamente una figura del lenguaje. Yo no
puedo inferir nada de la palabra rabe que designa al gato, aunque mi impresin puramente visual puede
ser indistinguible de la del rabe que s puede. Debo aprender rabe para poder ver lo que l ve. El
profano debe aprender fsica para poder ver lo que ve el fsico. Hanson, (1977), p. 95. Ms adelante:
(L)a observacin de x est moldeada por un conocimiento previo de x. el lenguaje o las notaciones
usados para expresar lo que conocemos, y sin los cuales habra muy poco que podra reconocerse como
conocimiento, ejercen tambin influencias sobre las observaciones. Hanson (1977), p. 99.
34
21
Do we see different things, or the same thing under different descriptions, but the descriptions
themselves are as it were external to what I see? The internalist wants to say we see different things, the
externalists that we see the same thing but against the background of different set of beliefs, so that we
may have different expectations, but the phenomenology of perception is otherwise neutral to the
beliefs., Danto (1991), pp. 206-207.
22 En particular, Danto seala el papel que juega la percepcin en tanto que fuente putativa del
conocimiento del mundo externo. Pero este papel, entonces, no podra ejercerse con xito si la
percepcin estuviera ya determinada por nuestros conceptos; ya que, entonces, nuestras experiencias
nos diran ms acerca de nuestros aparatos conceptuales que acerca del mundo. Volveremos a este
punto ms adelante a lo largo de este captulo.
35
23
(N)o knowledge of an object can make it look different, that an object retains its sensory qualities
unchanged however it is classed and whatever it may be called. To put it in a more contemporary idiom,
ones sensory experience would not be expected to undergo alteration which changes in the description
of the object; that remains invariant under changes in description. Danto (1981), p. 98.
24 Excepto, quiz, cuando somos recin nacidos y an no hemos adquirido habilidades conceptuales.
36
25 El nio y el profano pueden ver; no son ciegos. Pero no pueden ver lo que el fsico ve; son ciegos
para lo que l ve. Nosotros puede que no apreciemos que un oboe est desafinado, aunque esto ser
penosamente obvio para un msico experto., Hanson, (1977), p. 96.
26 De hecho, el propio Danto toma prestadas las consideraciones kuhneanas sobre el caso de la
percepcin cientfica y su permeabilidad al contenido de los paradigmas cientficos como metfora para
explicar la percepcin artstica. Al igual que los hechos cientficos no son hecho brutos, sino hechos
interpretados dentro de este o aquel paradigma, nuestra experiencia del objeto artstico no es la
experiencia del objeto perceptivo sin ms, sino tal y como este se nos presenta bajo una determinada
interpretacin artstica. Para la comparacin entre percepcin artstica y cientfica en Danto, vase,
Danto (1981), p. 113 y 124. Para un anlisis de la concepcin de Danto de la naturaleza de la
interpretacin artstica vase el siguiente captulo del presente trabajo.
27 Otro argumento, apenas insinuado anteriormente, que muestra cmo el internismo representa
incorrectamente la relacin entre percepcin y lenguaje es que los nios que an no han adquirido el
lenguaje exhiben, sin embargo, comportamiento recognicional.
37
38
29
39
2.3.
Son
los
argumentos
favor
del
externismo
concluyentes?
30
40
Una vez que hemos visto que el caso de las ilusiones pticas no nos
permite descartar el internismo, examinaremos el argumento a favor del
externismo basado en las capacidades recognicionales de los animales. Danto
apela a un experimento realizado con palomas en el que, al parecer, se muestra
que stas son capaces de identificar el contenido de cierto tipo de
representaciones visuales. As, afirma Danto: los animales reconocen el
contenido pictrico sin la posibilidad de haber perdido la inocencia ocular, as la
competencia pictrica como la perceptiva es algo que el ojo cultural y
tericamente inocente posee.31
Por descontado, cuando una persona informada mira un cuadro
percibe aspectos artsticos y estticos para los que la paloma ms brillante
carece de ojos; al igual que los nios y el profano no hacen observaciones
cientficas, las palomas son insensibles a propiedades como el estilo o la
originalidad de una representacin32. Pero esto no es parte de la cuestin que
trata de establecer Danto; ms bien, Danto insiste en la idea de que dadas las
similitudes entre la percepcin pictrica y la ordinaria, el hecho de que las
palomas parezcan reconocer lo representado en las imgenes implica que, al
menos por lo que refiere a estas capacidades recognicionales, no podemos decir
que stas estn determinadas conceptualmente. Hay que aclarar, sin embargo,
que el argumento depende de la similitud entre percibir un objeto cara a cara y
percibirlo en una representacin visual. Muchos han defendido esta idea33 y,
por lo que respecta a este argumento, no voy a cuestionarla.
31
Animals are responsive to pictorial content without the possibility of having lost ocular innocence,
then pictorial competence like perceptual competence is something of which the theoretically and
culturally innocent eye is capable., Danto, Animals as Art Historians, p. 20.
32 Cfr. Hanson, nota 25.
33 Esta idea que nos lleva de las cuestiones ms generales sobre la percepcin al terreno de la
percepcin pictrica- ha sido defendida y argumentada por numerosos tericos y cientficos interesados
por el modo en el que reconocemos normalmente el contenido de las representaciones pictricas. Por
ejemplo, el psiclogo de la percepcin Julian Hochberg ha tratado de confirmar esta idea a travs de
diversos experimentos que muestran, precisamente, el suelo comn de ambos tipos de procesos
perceptivos. Como l mismo afirma: As pues, si la capacidad para comprender un contorno dibujado
es completamente adquirida (y puede no serlo: puede ser innata), el aprendizaje debe suceder no como
un proceso separado, sino integrado en el curso habitual de cualquier otro aprendizaje que este
involucrado en la percepcin de los contornos de los objetos. En los dibujos que representan los
41
la
percepcin.
Pueden
penetrar
nuestras
42
34
And given the parities that must be supposed between perception and pictorial perception if we are
to explain the fact that animals categorize and respond cognitively to pictures, neither do cultural and
historical differences penetrate perception. They may penetrate our interpretations of what we perceive.
But a great many of our pictorial responses then must take place beneath the threshold of
interpretation. Danto (1992), p. 25.
43
35 It seems to me that visual perception is too vital to animal survival for the visual system to be deeply
penetrable, or penetrable at all to theory. Danto (1992), p. 20.
36 McDowell, J., Mind and World, Harvard University Press, 1994.
44
2.4.
37
Por lo que s, la etiqueta de esta concepcin se debe a Sellars, W., en su Empiricism and the
Philosophy of Mind, en Feigl H. y Scriven, M. (eds.), Minnesota Studies in the Philosophy of Science, vol. 1,
Minneapolis, University of Minnesota Press, 1956, pp. 253-329; Donald Davidson ha ofrecido tambin
una crtica a esta idea en su artculo On the Very Idea of Conceptual Scheme en Inquiries into Truth and
Interpretation, Oxford, Clarendon Press, 1984, pp. 183-198. Finalmente, McDowell ha sealado que esta
concepcin de la relacin entre experiencia y conocimiento dejara sin resolver la cuestin de la
justificacin racional de nuestras creencias.
45
que
conceptualizaciones
distintas
produciran
formas
distintas,
inconmensurables -si los sistemas conceptuales que dan lugar a ellas as lo sonde ver el mundo. El problema es, nos dice Davidson, que no podemos dar
sentido realmente a la idea de visiones inconmensurables del mundo. Su crtica
al mito de los dado viene entonces motivada por el rechazo al tipo de tesis
que se derivan de su aceptacin. Si admitir la hiptesis de una experiencia bruta
conceptualizada a posteriori genera ciertos sinsentidos, ha de haber algo en la
forma misma de plantear la cuestin que debemos abandonar; para Davidson
38
In the conception I am recommending, the need for external constraint is met by the fact that
experiences are receptivity in operation. But that does not disqualify experiences from playing a role in
justification because the claim is that experiences themselves are already equipped with conceptual
content. McDowell, J., Mind and World, p. 25.
39 Davidson, D., On the Very Idea of Conceptual Scheme, Inquiries into Truth and Interpretation, Oxford,
Clarendon Press, 1984, pp. 183-198.
46
40 Por ejemplo, Kuhn y Hanson mantendran, como se ha sealado, la idea de que el caos de
impresiones es organizado por el molde conceptual.
47
2.5.
Hemos visto que el internismo fuerte resultaba poco atractivo una vez
que se pona de manifiesto su carcter idealista. El externismo de Danto, sin
embargo, tampoco ha quedado mejor parado despus de las crticas examinadas
al mito de lo dado mito que atribuimos a Danto por su defensa de la
naturaleza no conceptual de la experiencia-. As que parece que los trminos en
los que Danto presentaba el debate acerca de la percepcin no son muy
prometedores; sin embargo, se han perfilado otras concepciones que podran
aportar nuevas perspectivas al problema de la percepcin. Podemos formular
el experimento de los indiscernibles dentro de ellas? Creo que s.
Empecemos con McDowell. Su tesis de la naturaleza conceptual de la
experiencia no parece que, en principio, obstaculice la formulacin del
experimento. La experiencia de un sujeto ante los cuadrados rojos puede
perfectamente describirse como conceptual y preservar la indiscernibilidad. De
hecho, nuestro sujeto aplicara los conceptos cuadrado y rojo
correctamente a los objetos que componen el experimento. Por tanto, en este
nivel de los juicios producidos de acuerdo con la experiencia del sujeto, los
cuadros seran perceptivamente indiscernibles. Por descontado, una vez que
tenemos ms informacin acerca de la identidad de cada uno de los cuadrados
como, por ejemplo, su ttulo, acabamos viendo los cuadrados bajo conceptos
distintos. No creo que esto contradiga en principio nada de lo que el propio
Danto no haya reconocido41.
As pues, nos restara examinar si un internismo moderado podra
proporcionar razones para rechazar la formulacin del experimento. Para ver
cmo esa crtica se ha formulado de manera especfica, tenemos que mirar a
Richard Wollheim.
41
De hecho, ya hemos sealado anteriormente que Danto reconoce los cambios que se producen en la
experiencia que tenemos de un objeto cuando lo consideramos como arte y no como un mero objeto.
48
3.
42 Whatever the difference, it could not consists in what the artwork and the indistinguishable real
thing had in common which could be everything that was material and open to immediate
comparative observations., Danto (1981), p. vii.
49
3.1.1.
50
44
(T)here are two things Danto might mean. Has he has in mind objects that we initially, or after no
more than a cursory examination, find ourselves unable to tell apart, or, does he have in mind objects
that we cannot tell apart, no matter how much we learn about, and look at, them? Is it, or is it not, a
requirement of indiscernibility that two objects should continue to look the same even after we have
found out that, say, one is a work of art and the other isnt, or both are works of art but they were made
by very different artists, at very different times, with very intentions?, Wollheim (1993), pp. 34-35.
51
espectador estara
convenientemente
impregnada
por la informacin
lo
que
es
inicialmente
indiscernible
permanece
indiscernible.45 Las razones para atribuir a Danto esta postura tienen que ver
con el externismo perceptivo que caracteriza a su postura y que no permite que
la percepcin sea penetrada por el conocimiento.
El externismo perceptivo, en cuanto a las obras de arte, como
Wollheim nos recuerda, se caracteriza por negar la tesis de que fragmentos
especficos de teora, tales como si un cierto objeto es o no una obra de arte, o
con qu intenciones fue hecho el objeto, puedan infiltrarse en la percepcin46
y por la conviccin no argumentada de que la interpretacin, que est
involucrada en pensar el objeto como obra de arte y en asignar a la obra de arte
un significado, es completamente independiente, y radicalmente distinto de, la
percepcin.47 Estos rasgos estaban, como vimos vinculados a la concepcin
modular de la mente que defenda la tesis de que la percepcin estaba
encapsulada con respecto al conocimiento.48
Ciertamente, si Danto se compromete con la indiscernibilidad en el
segundo caso, la crtica de Wollheim sera suficiente para rechazar el
experimento. Sin embargo, aunque es cierto que el externismo perceptivo
presentaba algunas dificultades, creo que tenemos evidencia en los propios
textos de Danto para mostrar lo contrario. As, no slo no sera reticente a
45
52
49 A chapter back I cited the slogan in the philosophy of science, which holds that there is no
observation without interpretation and that the observation terms in science are, in consequence,
theory-laden to such a degree that to seek after a neutral description in favour of some account of
science as ideally unprejudiced is exactly to forswear the possibility of doing science at all. My analysis
of the works of J and K -- suggests that something of the same order is true in art. To seek a neutral
description is to see the work as a thing and hence not as an artwork: it is analytical to the concept of an
artwork that there has to be an interpretation. To see an artwork without knowing it is an artwork is
53
comparable in a way to what one experience of print is, before one learns to read. . In art, every new
interpretation is a Copernican revolution, in the sense that each interpretation constitutes a new work,
even if the object differently interpreted remains, as the skies, invariant under transformation. Danto
(1981), pp. 124-5.
50 (I)t is one thing to think that whether an object is a work of art, or what specific meaning a work of
art has, may not be perceptual matters in that such things may very well require a great deal more than
perception in order to establish them: but it is quite another thing to think, having once been
established, these are matters that do not, let lone cannot, affect how we see the objects in question.,
Wollheim (1993), p. 36.
51 (O)nly what we see, as opposed to how we see it, is truly perceptual., Wollheim (1993), p. 36.
52 Como veremos en el siguiente captulo, las interpretaciones constituyen a las obras de arte como tales.
54
55
53
First, the hypothesis applies best to comparatively rudimentary cases of perception: the illusions, or
the constancies, being cases in point. Secondly, it has not been suggested that the hypothesis holds the
full length of the perceptual processes: on the contrary it is solely in connection with the analysis of
input that it has been found convincing, which leaves room for the penetration of perception by belief
to occur at a later stage in the process., Wollheim (1993), p. 36.
56
3.1.2.
57
54
Sibley, F., (1949) Aesthetic Concepts, en Aesthetics and the Philosophy of Art. The Analytic Tradition. An
Antology. Lamarque, P. Stein H. O., Oxford, Blackwell, 2004, pp. 127-141.
58
55 (F)irst, that it is generally the case that objects that have been made with the broad intention of
being works of art will, as a result, stand out from objects that have not been made with such an
intention; and, secondly, that it is generally the case that works of art that have been made with
different specific intentions will stand out from one another., Wollheim (1993), p. 33.
59
60
seran,
dentro
de
esta
concepcin,
objetos
esencialmente
expresables58.
En particular, cuando nos preguntamos por los estados mentales que
hacen al artista realizar la obra como la realiza, decimos que stos se expresan
en la obra porque causan que tenga la apariencia que tiene. As, su carcter
expresable est relacionado con el papel causal que tienen en la apariencia de la
obra y, por ende, en el tipo de experiencia que sta produce en el espectador59.
Si aplicamos ahora este marco general al caso particular de las
intenciones artsticas, obtenemos una explicacin bastante prometedora de
cmo las intenciones del artista se expresan en su obra y cmo estas mismas
intenciones pueden ser reconocidas por espectadores adecuados esto es,
sensibles e informados.
Ahora debemos preguntarnos cmo afecta todo lo dicho al
experimento de Danto. La preocupacin de Wollheim era que, si aceptbamos
el experimento, entonces sacrificbamos la intuicin recogida en esta
concepcin de las intenciones del artista y de su papel en la determinacin del
contenido perceptivo de la obra. Si, adems, seguimos a Danto en su paso de la
posibilidad a la generalidad del experimento, sucede que estaramos
58
Ntese que lo nico que descarta esta formulacin es que pueda haber un tipo de estado mental que
sea esencialmente inexpresable. Para un desarrollo y crtica a esta idea, vase, Cavell, S., The Claim of
Reason. Wittgenstein, Skepticism, Morality, and Tragedy, Oxford, Oxford University Press, 1979.
59 Wollheim sostiene que las intenciones del artista tiene un papel causal en la apariencia de la pintura y,
por ello, la experiencia pictrica que la obra produce ha de tenerlas en cuenta. Vase Wollheim (1987)
Chapter I: What the Artist Does.
61
62
63
64
percata de las diferencias entre la propuesta de Danto y las teoras que caen bajo
su crtica al dualismo, no por ello lo libera de sospecha. Para l, a pesar de las
diferencias, la teora de Danto compartira los presupuestos dualistas que
generan los problemas tpicos asociados a aquellas. Para ver cmo se concreta
la crtica de Tilghman a Danto hemos de prestar atencin, sin embargo, a
algunas de sus consideraciones sobre el tema de la percepcin.
Tilghman recupera el anlisis de Wittgenstein sobre la percepcin en
las Investigaciones Filosficas63 para negar que la cuestin de la indiscernibilidad
juegue algn papel en nuestra apreciacin del arte. Antes de examinar la crtica
de Tilghman al supuesto cartesianismo de Danto, veremos brevemente qu
aspectos de la concepcin wittgensteiniana de la percepcin le interesan.
Tilghman parte de la distincin wittgensteiniana entre percepcin
ordinaria y percepcin de aspectos. Una descripcin de un episodio perceptivo
del primer tipo tiene la forma yo veo x, mientras que la de un caso de
percepcin aspectual tendra la forma yo veo x de esta manera o yo veo x
as. La percepcin de aspectos est relacionada con otra importante nocin
wittgensteiniana: el ver-como. Esta nocin se presenta en las Investigaciones
Filosficas justamente para caracterizar las relaciones entre percepcin e
interpretacin. As, ver algo como significa verlo bajo una determinada
interpretacin o aspecto. Por tanto, en algn sentido, el ver-como presupone la
percepcin ordinaria.
Un rasgo, por ejemplo, que nos permite distinguir la percepcin
ordinaria de la percepcin de aspectos es que la segunda est parcialmente
sujeta a la voluntad mientras que esto no parece posible en la percepcin
ordinaria. Por ejemplo, si veo a alguien que levanta las cejas, puedo verlo como
65
66
66 The titles of Dantos pair of imaginary paintings, Newtons first Law and Newtons Third Law, provide
interpretations of the paintings that enable us to see them differently. Actually it doesnt make any
difference whether there are two canvases or only one. We can see it now as a point tracing a path
across space or again as two masses impinging upon one another. Under the different interpretations
the canvas(es) looks quite different; we have quite a different visual experience of it, and the contention
that they are visually indiscernible can only appear to be the result of a philosophical prejudice that fails
to take account of the complexity of the concept of seeing., Tilghman (1984), p. 135.
67
cuestin insisto, slo a un nivel bsico que pronto sera superado una vez que
contramos con cierta informacin relevante, por ejemplo, acerca de los ttulos
de las obras.
Sin embargo, Tilghman insiste en que Danto no es capaz de incorporar
las ventajas del ver aspectual a su experimento y de ah su insistencia en la
cuestin de la indiscernibilidad. As, Tilghman sostiene:
La cuestin ontolgica sobre qu distingue las dos obras de
arte perceptivamente indiscernibles puede verse ahora como
surgiendo de la falsa creencia en su indiscernibilidad
perceptiva. La cuestin, por tanto, no es lo que las distingue,
sino cmo es posible que la misma cosa pueda verse de
maneras diferentes y esta cuestin se contesta mediante un
examen de nuestro lenguaje y no a travs de una teora. Por
ello, no hay ninguna ventaja en hablar de los dos lienzos como
dos obras de arte distintas. Vendra a ser lo mismo si dijramos
que hay una obra con dos aspectos; esta es la razn por la que
no hay ninguna diferencia si asumimos que hay un lienzo o
dos. La ontologa no es de ninguna ayuda para explicar la
percepcin de aspectos.67
Es decir, como la experiencia producida por cada uno de los lienzos
puede explicarse en trminos de ver-como, no tenemos por qu trasladar el
problema derivado del experimento al terreno ontolgico. No tendramos que
concluir que los objetos artsticos son una clase diferente de las cosas normales
y corrientes, sino cosas percibidas correctamente como arte.
67 The ontological question about what distinguishes the two perceptually indiscernible works of art is
now seen to rest on the false assumption that they are perceptually indiscernible. The question,
therefore, is not what distinguishes them, but how it is possible that the same thing can be seen in
different ways and this question is answered by an examination of our language and not by any theory.
Consequently nothing is served by speaking of the two canvases as distinct works of art. It comes to the
same thing to say that there is one work with two aspects; that is why it doesnt make any difference
whether there is one canvas or two. Ontology is of no help in the explanation of aspect perception.
Tilghman (1984), pp. 135-136.
68
3.2.1.
69
68
70
3.2.2.
71
3.2.3.
69 Ha llegado a ser evidente que el arte ha dejado de ser evidente; ni su vida interior, ni su relacin con
el mundo, ni si quiera su derecho a existir.. [It is self-evident that nothing concerning art is selfevident anymore, not its inner life, not its relation to the world, not even its right to exist.] Adorno, T.
W., (1970), Aesthetic Theory, Londres, Continuum, 2002, p, 1.
72
70
Wittgenstein, L., (1953) Philosophical Investigations, Oxford, Basil Blackwell, 1978, pp. 68-75.
Vase Fry, Roger, The Grafton Gallery I, The Nation (London, Nov. 19, 1910) pp. 31 y siguientes.
Citado en Tilghman (1984), p. 74.
72 Es interesante, por ejemplo, el anlisis de Tilghman del arte conceptual.
71
73
(The viewer) He knows and appreciates a wide range of periods and styles from Lascaux to abstract
expressionism. He enters the gallery and thinks that some construction work is going on. When he is
told that it is art instead, he is puzzled. That piece of information is not enough; he wonders how this
can be art. His puzzlement arises out of his previous understanding of art. He is not put off by any lack
of representation because he knows and enjoys abstract art, but this doesnt seem to have any of the
characteristic virtues even of abstract art. There is no formal arrangement worthy of being called a
design, there are no interesting colour relationships, there is not texture worthy of attention, nor is it
apparently symbolic of anything and no doubt the artist or critic tout would deny the relevance of all
those things. () His situation can profitably be compared to that of someone with a good sense of
humour who does not see the point of some particular joke., Tilghman (1984), p. 54.
74
74
Vase, Bodenmann-Ritter, C., Cada hombre, un artista, Madrid, Antonio Machado, 2005.
Humpty-Dumpty, recurdese, es el personaje del cuento Alicia en el pas de las maravillas de Lewis
Carroll que se caracteriza por dar el significado que l quiere a las palabras. Tilghman estara diciendo,
entonces, que el arte conceptual sera simplemente arte porque los artistas conceptuales as lo deciden y
no porque compartan algn aire de familia con lo que llamamos arte normalmente.
76 Con la Brillo Box, sin embargo, nos tambaleamos. Nuestra comprensin del arte se deriva de cierta
educacin y experiencia. Gracias a esta educacin y experiencia nos hemos familiarizado con un
conjunto de caractersticas artsticas. () Contra este trasfondo de educacin y experiencia resulta
evidente que la Brillo Box presenta un problema. Nuestra situacin es la del hombre comn que se
encuentra el objeto en la galera y del que le dice que es arte. Nos sorprende porque no tiene ninguna de
las propiedades caractersticas del arte. Sus cualidades estticas de forma y color son mnimas y no se
diferencia de las de una mera cosa. No encontramos inters alguno en ese sentido y, como los readymades de Duchamp, su dimensin esttica ser descartada como irrelevante para el artista y los crticos
que promueven este tipo de obras. () no es expresiva ni simblica, y as podemos seguir eliminando
items de nuestra lista de cualidades artsticas.
Se supone que parte de nuestro desconcierto se ha de disipar una vez que sabemos que la obra
ha de entenderse como una metfora: la-Caja-Brillo-como-obra-de-arte. Sin embargo, sostengo que esto
no alivia ninguna perplejidad. sta surgi precisamente porque la cosa era presentada como arte a pesar
de que no encontrbamos nada caracterstico del arte en ella.. [With Brillo Box, however, we stumble.
We have an understanding of art derived from a certain amount of education and experience. This
education and experience has acquainted us with a range of artistic characteristic. () Against this
background of education and experience it is clear why Brillo Box presents a problem. Our situation is
now precisely that of our plain gentleman. We encounter the thing in the gallery and are told it is
supposed to be a work of art. We are puzzled because it doesnt have any of the properties
75
75
characteristic of art. Its aesthetic qualities of shape and colour are minimal and are no different from
those of the real thing. There is nothing of interest in that direction and, like Duchamps ready mades,
the aesthetics of the thing would doubtless be discounted as irrelevant by the artist and the critics that
promote this works. () it is neither expressive nor symbolic, and we can continue eliminating items
on anyones list of typical artistic properties.
We are supposed to be relieved of our puzzlement by learning that it is to be understood as a
metaphor: the Brillo-Box-as-work-of-art. This, I submit, does not relieve the puzzlement. The
puzzlement arose because the thing was represented as art and yet we could find nothing in it
characteristic of art.] Tilghman, (1984), pp. 101-102.
76
4.
Goodman
sobre
falsificaciones
Danto
sobre
indiscernibles.
Aunque parece que el problema tratado por Goodman tuviera que ver
con el valor artstico y esttico de las falsificaciones, en realidad, se trata de un
problema ms general: la naturaleza de las propiedades estticas. Que Goodman
lo plantee dentro de este contexto se explica si estoy en lo cierto- porque la
naturaleza del problema se ejemplifica de manera ms evidente dentro de estos
contextos.
77 Goodman, N., Languages of Art, Indianapolis/Cambridge, Hackett Publishing Company, INC., 1976,
Chapter III, pp.99-123.
77
78
(I)s there any aesthetic difference between the two pictures for x at t, where t is a suitable period f
time, if x cannot tell them apart by merely looking at them at t?., Goodman (1976), p. 102.
78
(N)otice now that no one can ever ascertain by merely looking at the pictures that no one ever has
been or will be able to tell them apart by merely looking at them., Goodman (1976), pp. 101-102.
80 (T)he better information now at hand makes the discrimination easier., Goodman (1976), p. 109.
81 (W)hat one can distinguish at any given moment by merely looking depends not only upon native
visual acuity but upon practice and training., Goodman (1976), p. 103.
79
original y la otra una copia puede hacer que sea capaz de discernirlas en el
futuro. El hecho de saber que son distintas me har buscar las diferencias que,
aunque me han pasado desapercibidas hasta ahora, podra llegar a identificar82.
El anlisis goodmaniano del problema de las falsificaciones desemboca,
pues, en una reformulacin del modo en el que se han caracterizado las
propiedades estticas. Para Goodman, primero, aunque las propiedades
estticas son de naturaleza perceptiva, nuestra identificacin de las mismas
parece requerir algo ms que abrir los ojos. En segundo lugar, y si esto es as,
hemos de admitir que, en ocasiones, el valor esttico de una obra est
constreido por algo que estara, como si dijramos, fuera de la percepcin.
Como Goodman afirma: Ya que si simplemente mirndolas no podemos
nunca establecer que dos pinturas son estticamente idnticas, algo que est
82
Aunque no veo ninguna diferencia ahora entre las dos pinturas en cuestin, puedo aprender a ver
una diferencia entre ellas. No puedo determinar en el presente simplemente mirando a las pinturas, o de
alguna otra manera, que ser capaz de aprender a ver esa diferencia. Pero la informacin de que son
diferentes, que una es un original y la otra una falsificacin, nos permite bloquear cualquier inferencia
hacia la conclusin de que no ser capaz de aprender a verlas como tales. Y el hecho de que podr ser
capaz de percibir diferencias entre las pinturas que no puedo percibir ahora puede constituir una
diferencia esttica entre ellas importante para m en el presente.
Adems, mirar a las pinturas en el presente con el conocimiento de que la de la izquierda es la
original y la otra la falsificacin puede ayudarme a desarrollar la habilidad para distinguirlas
posteriormente simplemente observndolas. As, debido a informacin que no se deriva de ninguna
observacin presenta o pasada de las pinturas, la percepcin actual de las pinturas puede tener una
relevancia para futuras observaciones que no tendra de otro modo. El modo en el que las pinturas
difieren de hecho constituye una diferencia esttica para m ahora porque mi conocimiento de que
difieren afecta al papel que la observacin presente ejerce sobre el entrenamiento de mi percepcin para
discriminar esas pinturas, y discriminarlas de otras.. [Although I see no difference now between the
two pictures in question, I may learn to see a difference between them. I cannot determine now by
merely looking at them, or in any other way, that I shall be able to learn. But the information that they
are very different, that one is original and the other the forgery, argues against any inference to the
conclusion that I shall not be able to learn. And the fact that I may later be able to make a perceptual
distinction between the pictures that I cannot make now constitutes an aesthetic difference between
them that is important to me now.
Furthermore, to look at the pictures now with the knowledge that the left one is the original
and the other the forgery may help develop the ability to tell which is which later by merely looking at
them. Thus with information not derived from the present or any past looking at the pictures, the
present looking may have a quite different bearing upon future lookings from what it would otherwise
have. The way the pictures in fact differ constitutes an aesthetic difference for me now because my
knowledge of the way they differ bears upon the role of the present looking in training my perception
to discriminate between these pictures, and between others.], Goodman, (1976), pp. 103-104.
80
83
For if merely looking can never establish that two pictures are aesthetically the same, something that
is beyond the reach of any given looking is admitted as constituting an aesthetic difference., Ibid. p.
102.
84 Para una exposicin completa de esta crtica vase el siguiente captulo del presente trabajo.
85 Hopkins, R., Aesthetics, Experience, and Discrimination, The Journal of Aesthetics and Art Criticism,
63, 2, 2005, pp. 119-133.
81
4.2.
La
(mal)interpretacin
de
Danto
del
argumento
goodmaniano.
Como tratar de mostrar, Danto comete un error categorial al
considerar que las consideraciones de Goodman sobre la cuestin de las
falsificaciones y el problema de su valor esttico afectan a su formulacin del
experimento.
Comencemos recordando los comentarios de Danto:
Goodman rechaza de forma curiosa una de las condiciones de
la cuestin, esto es, la condicin de indiscernibilidad, Y parece
que sostuviera que la indiscernibilidad es solo momentnea,
que antes o despus surgirn las diferencias Goodman
contina argumentando que no podemos ofrecer ninguna
prueba de que no pueda hallarse ninguna diferencia perceptiva,
de manera que cosas que ahora son idnticas pueden
parecernos tan distintas maana que nos asombraremos de que
la confusin entre ambas se haya dado alguna vez. Aporta
como evidencia para esto la extrema afinacin del ojo y el odo
al registrar los cambios ms minsculos. As que es casi una
cuestin de psicofsica ms que de ontologa.86
86 Goodman in a curious way rejects one of the conditions of the question, namely the condition of
indiscernibility. And it appears to be his view that indiscernibility is only momentary, that sooner or
later differences will emerge. Goodman then goes on to argue that no proof can be given that a
perceptual difference may not be found, so things that look alike today may look so different tomorrow
that it will seem retrospectively amazing that confusion ever could have arisen. And he enlists as
evidence the extreme acuity of the eye and ear in registering astonishing differences on the basis of the
minutest changes. So it is almost a problem in psychophysics rather than one in ontology. Danto
(1981), p. 42.
82
87
Goodman, Nelson, When is art? Ways of Worldmaking, Indianapolis, Hackett Publishing Company,
1978, pp. 57-70.
83
84
85
Danto, A. C., The Artworld, The Journal of Philosophy, 61 (1964), pp. 571-584.
Dickie, G., Defining Art, The American Philosophical Quaterly, 61, 1969, pp. 253-6; Art and the Aesthetics:
An Institutional Analysis, Ithaca, New York, Cornell University Press, 1974; The Art Circle: A Theory of Art,
New York, Haven, 1984.
87
Por otro lado, la nocin de mundo del arte permita no solo dar cuenta
de las diferencias ontolgicas que preocupaban a Danto, sino tambin explicar
cmo identificamos algo como arte y qu tipo de constreimientos hemos de
tener en cuenta a la hora de elaborar una interpretacin de la obra. As,
identificamos como arte La Fuente de Duchamp porque podemos relacionarla
con una determinada atmsfera terica y artstica que hizo posible que los readymades se consideraran arte. Adems, solo teniendo en cuenta esa atmsfera
terica podemos interpretar correctamente la obra. As, la nocin de mundo
del arte cumplira dos funciones simultneamente. De un lado, sera un
requisito ontolgico para la existencia del arte y del otro tendra un papel
epistemolgico en la identificacin e interpretacin de las obras de arte.
Examinaremos ambos aspectos de la nocin de mundo del arte as
como su relacin con otros trminos, como el de identificacin artstica,
predicado artstico y matriz estilstica style matrix-, con los que Danto trat
de perfilar su concepcin. Finalmente, veremos la evolucin de las nociones de
mundo del arte y teora artstica dentro de la filosofa de la historia del arte
avanzada por Danto as como algunas posibles crticas a estas nociones.
1.
artstica.
88
de su conocido artculo The Artworld. Una definicin del arte tena que
proporcionarnos un modo de distinguir entre arte y no arte teniendo en cuenta
la naturaleza no perceptiva de esta distincin. Pues bien, segn Danto, lo que
permita distinguir las Brillo Boxes de Warhol de las cajas de estropajos de la
marca Brillo era una atmsfera de teora artstica, un conocimiento de la
historia del arte: un mundo del arte.3.
La relacin con esta atmsfera terica que es constitutiva de un
mundo del arte permita a Danto trazar la distincin ontolgica entre unas
cajas y otras. Pero, en qu consiste exactamente esa atmsfera terica? Un
mundo del arte puede entenderse como un conjunto de teoras, prcticas,
creencias, reglas y roles que determinan qu se considera como arte en un
determinado momento, as como el tipo de consideraciones valorativas que son
pertinentes para juzgar una obra. Por ejemplo, durante siglos la atmsfera de
teora artstica en Occidente ha estado dominada por una concepcin mimtica
del arte. As, para que un objeto o representacin pudiera ser presentado como
artstico haba de satisfacer la condicin mimtica. A su vez, el criterio de
excelencia artstica vena dado por esta condicin, de manera que el valor
artstico de una obra dependa del grado de verosimilitud de la misma.
La teora mimtica es solo una concepcin o teora del arte entre
muchas que histricamente han delimitado el campo de lo posible en arte; su
papel, como el de las otras, es el de hacer posible el arte. Es el papel de las
teoras artsticas, en nuestros das como siempre, hacer que el mundo del arte, y
el arte, sean posibles. Nunca se les habra ocurrido a los pintores de Lascaux
que estaban haciendo arte en aquellos muros. A menos que hubiera habido
estetas neolticos.4 Se sigue de esta afirmacin que la naturaleza del arte es
esencialmente terica, es decir, que no podemos hablar de arte a no ser que
3
(A)n atmosphere of artistic theory, a knowledge of the history of art: an artworld Danto (1964), p.
580.
4 It is the role of artistic theories, these days as always, to make the artworld, and art, possible. It
would, I should think, never have occurred to the painters of Lascaux that they were producing art on
those walls. Not unless there were Neolithic aestheticians Danto (1964), p. 581.
89
2.
La tesis de que el mundo del arte es necesario para que haya arte puede
entenderse de dos formas: una fuerte y una dbil. Comenzaremos por sta
ltima ya que parece ser la manera en la que el propio Danto la ha entendido.
Decir que slo hay arte si hay un mundo del arte es decir que el arte
tiene una naturaleza terica. Esto es lo que diferencia a un fresco de Giotto de
una pintura en el interior de la caverna. El primero habra sido concebido y
producido bajo una determinada concepcin del arte en este caso, la
dominante durante el Renacimiento- mientras que el segundo no parece tener
tras su produccin ninguna reflexin particular acerca del arte. Parece que,
Para una propuesta contraria vase, Aumont, J., La esttica hoy, Madrid, Ctedra, 2001.
Alternativamente, el antroplogo cultural C. Geertz defiende, en Juego profundo. Notas sobre la ria
de gallos en Bali en La interpretacin de las culturas, Barcelona, Gedisa, 1997, pp. 339-372, que la prctica
de la ria de gallos tal y como se lleva a cabo en Bali puede considerarse como una prctica artstica. La
razn por la que Geertz caracteriza esta prctica como artstica es fundamentalmente su funcin
simblica. Segn Geertz, el lugar central de esta prctica en la vida y sociedad balinesas hace de ella una
actividad que va ms all del mero juego; la ria de gallos en Bali involucra toda una serie de valores,
procesos de proyeccin, vocabulario que se extrapola del mundo del gallo a otros mbitos de la vida
emocional, social, etc. Adems, la ria de gallos a pesar de que incorpora una forma de violencia literal
para con los gallos, obviamente- permite representar simblicamente la violencia que, a su vez, se
reprime en la vida real.
90
91
exigencia demasiado fuerte? Despus de todo, no parece que todo lo que los
libros de historia del arte incluyen en sus pginas haya sido creado satisfaciendo
esta condicin. Basta recordar los murales de las cavernas o las pirmides
egipcias cul es la teora del arte que hay tras ellas? Si no hay ninguna,
deberamos
considerarlas
como
no-arte?
No
estara
Danto
sobre-
92
2.1.
El
argumento
neo-wittgensteiniano
contra
la
93
mecanismos seran los que se aglutinan bajo la nocin de aire de familia. Esta
nocin haba sido introducida por Wittgenstein en las Investigaciones Filosficas14
justamente para dar cuenta de los criterios de identidad de trminos para los
que no podemos dar una definicin precisa, como, por ejemplo, el concepto de
juego.
Adems, no solo crean innecesario apelar a una definicin de arte para
identificar obras de arte, sino que, como argument Weitz15, una definicin del
arte sera contraria al carcter abierto de nuestro concepto de arte. Como seala
Weitz, la propia historia del arte nos muestra que lo que llamamos arte ha
evolucionado y ha mostrado cierta flexibilidad con respecto al tipo de objetos
que se han incluido bajo esa categora. Esto es, el concepto de arte es un
concepto abierto16 y esto no solo por la flexibilidad que ha mostrado en el
pasado, sino tambin porque no podemos excluir la posibilidad de que objetos
que hoy da no consideramos artsticos lleguen a formar parte de esa categora.
No podemos porque la novedad pertenece a nuestra cognicin de lo artstico,
de modo que pertenece a su propia esencia el carecer de definicin. No es
que la extensin de arte cambie, sino que est as previsto en su intensin. Esta
naturaleza abierta del concepto de arte impide, pues, que podamos determinar
de una vez y para siempre qu sea el arte. Si lo hiciramos, estaramos de alguna
manera bloqueando su naturaleza abierta caracterstica.
14
94
Por esto, primero, no necesitamos de una teora del arte para identificar
el arte porque podemos perfectamente llevar a cabo esta tarea apelando a los
parecidos de familia que nuevas obras exhiben con respecto a obras anteriores
y, segundo, no deberamos asumir ninguna teora particular ya que, al hacerlo,
estaramos sacrificando la esencial apertura y flexibilidad del concepto de arte.
Danto ha mostrado cmo una posible crtica a la necesidad de una
teora del arte para identificar el arte en trminos de la nocin de aire de
familia o parecido de familia no podra, de hecho, alcanzar su objetivo. La
razn por la que la nocin de parecido de familia no es suficiente para
identificar obras de arte o para distinguir el arte del no-arte es que reposa en
una asuncin que, como hemos visto, hemos de abandonar una vez que
aceptamos la posibilidad de los indiscernibles. sta sera que podemos dar
cuenta de la distincin entre arte y no-arte simplemente prestando atencin a las
propiedades perceptivas de los objetos. Kennick supona que un conocedor
medio del arte sera perfectamente capaz de distinguir de un conjunto de
objetos guardados en un almacn lo que era arte de lo que no. Sin embargo,
como muestra el contraejemplo de Danto a este experimento de Kennick17,
podemos concebir una situacin parecida en la que el sujeto en cuestin sera
incapaz de identificar las obras de arte si dispone para ello simplemente de su
conocimiento de la tradicin y de su capacidad para reconocer parecidos de
familia. Podemos, siguiendo el ejemplo de Danto, imaginar dos almacenes que
contienen exactamente los mismos objetos perceptivamente hablando, pero
donde uno de los almacenes solo contiene obras de arte y el otro solo objetos
comunes. En esta situacin, un espectador que tratara de aislar las obras de arte
y desechar los meros objetos a travs de la identificacin de parecidos entre
obras de arte reconocidas y los objetos contenidos en estos almacenes fracasara
necesariamente. Puesto que todos los objetos de uno de los almacenes son arte
mientras que todos los del almacn inverso no lo son, aplicar las habilidades
17
Para ver una exposicin completa del contraejemplo, vase Danto (1981), p. 60.
95
18
Carroll, N., Philosophy of Art. A contemporary Introduction, London, Routledge, 1999, pp. 218-221.
Aunque no se ha mencionado hasta ahora, creo que debera atribuirse este rasgo del arte a Wlfflin y
su conocida frase no todo es posible en todo momento. Incluso el talento ms original no puede
avanzar ms all de ciertos lmites que son fijados por el momento en el que vive. No todo es posible en
todo momento, y ciertos pensamientos solo son posibles en ciertos estadios de desarrollo. [Even the
most original talent cannot proceed beyond certain limits which are fixed for it by the date of its birth.
Not everything is possible at every time, and certain thoughts can only be thought at certain stages of
the development] Wlfflin, H., Principles of Art History: the problem of the development of style in late art, trans.
M. D., Hottinger, Dover Publications, New York, ix citado en Danto, A. C., After the End of Art,
Contemporary Art and the Pale of History, Princenton, Princeton University Press, 1997, p. 44.
19
96
97
98
los muchos y variados aspectos que, para cada ocasin, entran a formar parte
del juego evaluativo e interpretativo del arte. Como historiador del arte,
Gombrich presta atencin, en primer lugar, a las artes tradicionales: la pintura,
la escultura, la msica, la literatura, la arquitectura o la danza; pero tambin
encuentra arte en otras prcticas menores siempre y cuando nos ofrezcan la
posibilidad de ejercer el gusto y de mostrarnos grados de excelencia. En su
artculo La historia del arte y las ciencias sociales21 llega incluso a considerar
la fabricacin de la sidra como un arte. As entendido, el arte no requiere de una
determinada teora acerca del mismo para ser producido o identificado.
Tampoco ha de satisfacer los criterios estipulados en una definicin; adems ni
siquiera tiene que estar enmarcado dentro de una de las artes nobles. Una buena
cermica o una sidra bien elaborada podran ser tan dignas de ser consideradas
arte como una escultura griega o un Picasso.
La de Gombrich se parece bastante a una concepcin esttica del arte
aunque, como hemos visto, el rechazara la idea misma de unificar todo aquello
que llamamos arte bajo una sola definicin-, ya que, despus de todo, el arte
para l tiene que ver con la excelencia de una obra dada su gnero y con la
capacidad del gusto o de la apreciacin para discernir dicha excelencia.
As pues, parece que, sin necesidad de apelar a una concepcin terica
detrs del objeto artstico, podemos dar cuenta de la identificacin de obras de
arte, apelando a nuestra capacidad de juzgar la excelencia dentro de un gnero.
Pero, no sera esta forma de entender el arte tambin vulnerable al
experimento de los indiscernibles? No estamos, a fin de cuentas, sustentando
la identificacin del arte en la facultad del gusto, en la capacidad para
discriminar la excelencia de una obra, respondiendo a ella? Y no es posible que
dos objetos generen una experiencia o respuesta similar pero que uno de ellos
no sea arte?
21
Gombrich, E. H., (1973) La historia del arte y las ciencias sociales en Ideales e dolos. Ensayos sobre los
valores en la historia y el arte, Madrid, Debate, 1999, pp. 131-166.
99
22
Si el conocimiento de que algo es una obra de arte involucra una diferencia en el tipo de respuesta
esttica al objeto -- entonces habra un problema de circularidad en cualquier definicin del arte en la
que se hiciera referencia a la respuesta esttica como rasgo definitorio. [(I)f knowledge that something
is an artwork makes a difference in the mode of aesthetic response to an object -- then there would
be a threat of circularity in any definition of art in which some reference to aesthetic response was
intended to play a defining role.] Danto (1981), p. 91.
100
se trate23. Por ejemplo, el dinamismo de una pintura depende en parte del tipo
de pintura que sea, del estilo al que pertenece, de la obra completa del artista
que la ha producido, etc. As, dos pinturas perceptivamente indiscernibles
pueden poseer propiedades estticas diferentes o producir experiencias estticas
distintas en funcin de las categoras bajo las que las percibamos.
Aunque esto parece evitar el problema anterior, solo lo hace a costa de
introducir circularidad en la argumentacin. Pues, para que la experiencia
esttica adecuada de un objeto tenga lugar, primero hemos de saber que ese
objeto es una obra de arte; por ello, no podemos apelar a la experiencia esttica
como criterio de identificacin, pues sta solo se da correctamente una vez que
ya sabemos qu objetos son arte y qu objetos no lo son.
As, la teora esttica del arte parece atrapada en un dilema de difcil
solucin: o bien el criterio es insuficiente para distinguir el arte del no arte, o
bien hemos de presuponer que ya sabemos qu objetos son arte para mostrar
que, en efecto, la experiencia esttica que producen es distinta de la que
producen sus contrapartidas perceptivas. Afirmar que las propiedades estticas
de un objeto dependen de su status artstico y que dos objetos perceptivamente
indiscernibles tendrn valores estticos diferentes si uno de ellos as arte y el
otro no implica, por tanto, renunciar al criterio esttico como criterio para
distinguir el arte del no arte.
Danto comparte la idea de que las propiedades estticas de un objeto
no pueden identificarse correctamente si no disponemos de cierta informacin
histrica acerca del objeto. As, afirma: las cualidades estticas de la obra son
una funcin de su propia identidad histrica.24 Una obra puede ser innovadora
dentro de una determinada categora y montona dentro de otro. Por tanto, la
23 Kendall Walton ha mostrado, creo que convincentemente, este rasgo de las propiedades estticas en
su artculo (1970) Categories of Art en Aesthetics. A Critical Anthology, Dickie, G., Sclafani, R. &
Roblin, R., Nueva York, St Martin Press, 1989, pp. 394-414. La identificacin de las propiedades
estticas en un objeto artstico no puede hacerse nunca in vacuum, sino que stas sern una funcin de la
categora artstica a la que pertenezca la obra en cuestin.
24 (A)esthetic qualities of the work are a function of their own historical identity, Danto (1981), p.
111.
101
25 Mi teora es que una obra de arte tiene una gran variedad de cualidades, de hecho posee cualidades
de tipos completamente distintos a los que posee su contrapartida perceptivamente indiscernible pero
que no es una obra de arte. Y algunas de esas cualidades pueden muy bien ser propiedades estticas o
propiedades que uno puede experimentar estticamente o hallar excelentes y valiosas. Pero entonces
para responder estticamente a stas, uno debe primero saber que el objeto es una obra de arte, y de
hecho se presupone que la distincin entre lo que es arte y lo que no ha de estar disponible antes de
que una diferencia en la respuesta a esa diferencia de identidad sea posible. [My own view is that a
work of art has a great many qualities, indeed a great many qualities of a different sort altogether, than
the qualities belonging to objects materially indiscernible from them but not themselves artworks. And
some of these qualities may very well be aesthetic ones, or qualities one can experience aesthetically or
find worthy and valuable. But then in order to respond aesthetically to these, one must first know
that the object is an artwork, and hence the distinction between what is art and what is not is presumed
available before the difference in response to that difference in identity is possible] Danto (1981), p.
94.
26
Eaton, M. M., Aesthetics and the good life, Rutherford, Fairleigh Dickinson University Press, 1989.
27 (T)he particular features pointed to may vary. However, what we do when our experience is
aesthetic retains a common element Eaton (1989), p. 33.
28 What remains constant is that the stories we choose are tied to the features in the work we find
delightful. Eaton (1989), p. 36.
102
103
debemos excluir esta forma artstica del reino del arte? Es posible que haya
arte an cuando no tenga valor esttico? Parece que la respuesta natural dentro
de un marco como el visto es: no.
El arte puede ser muchas cosas, puede exhibir cierta flexibilidad con
respecto al tipo de valores estticos que en un momento u otro determinan su
valor artstico general, pero llegados a cierto punto que el arte Pop y el
Conceptual parecen ejemplificar- donde las razones que normalmente cuentan a
favor del valor de una obra se ponen entre parntesis, nuestra capacidad para
reconocer algo como arte se pone igualmente entre parntesis.
De hecho, esta es la postura defendida por dos autores
contemporneos, B. R. Tilghman30 y Stanley Cavell31, para los que la ausencia
de unos criterios especficos tradicionalmente ligados al arte nos deslegitima
para aceptar una obra en cuestin como artstica. Para ambos, la artisticidad de
una obra est ligada a su valor artstico y ste solo se identifica cuando somos
capaces de sealar en las obras aquello que comparten con una tradicin.
As, Tilghman ha cuestionado explcitamente la tesis de Danto de la
necesidad terica del arte diciendo que, incluso en aquellos casos en los que esta
nocin parece tener una funcin aclaratoria -como, por ejemplo, la famosa
Brillo Box de Warhol-, resulta totalmente irrelevante para dar cuenta de nuestra
forma de entender y apreciar el arte. Segn Tilghman no basta con tener una
teora para que algo adquiera el status de arte, hace falta una reaccin32. Por
decirlo brevemente: identificar algo como arte no es algo distinto al hecho de
que la obra produzca un determinado tipo de experiencia33.
30
104
Identificar y apreciar una obra son una y la misma cosa. En esto, nos
dice Tilghman, el arte es como los chistes34 de los que no tiene sentido que
primero los identifiquemos y despus captemos su significado. Ambas cosas se
hacen a la vez. De ah que ninguna teora pueda suplir la carencia de esa
reaccin que toda obra, como un buen chiste, ha de generar.
Por tanto, para Tilghman, el papel de una teora artstica en la
identificacin del arte es, o bien redundante si la obra ya ha producido cierto
efecto- o insuficiente pues, por ms que una teora nos indique que algo es
arte o nos explique el quid de la obra, no tendremos razones para identificarla
como tal sin que sta nos ofrezca algo ms por s misma. En definitiva, atribuir
artisticidad a un objeto implica el reconocimiento en el objeto de algn valor
considerado como artstico y no simplemente que nos digan que el objeto en
cuestin es arte mediante alguna sofisticada teora o concepcin del arte. Si no
somos capaces de identificar al menos uno de los rasgos que normalmente
reconocemos en nuestra relacin con la obras de arte, entonces, tampoco
estaremos legitimados para atribuirle artisticidad. Ver arte no ser independiente
de reconocer su valor artstico. Son una y la misma cosa35.
Creo que esta ntima relacin entre ser una obra de arte y poseer
cierto valor artstico36 puede entenderse mejor trayendo a colacin la
caracterizacin de Marcia Eaton de la identificacin de las propiedades
estticas. Para ella,
No aprendemos, primero, que algo es un caso de emisin
engaosa y, a continuacin, aprendemos que es mala.;
aprendemos a ver las emisiones falsas como malas. Algo
similar parece cierto de nuestro aprendizaje esttico. No
34
105
37
(W)e do not learn first to see that something is a case of uttering deceptive statements, and then
learn second that it is bad; we learn to see uttering deceptive statements as bad. Something like this
seems to be true also of aesthetics upbringing. We do not learn to see the white water and then to see
the river as beautiful; we learn to see and delight in the beauty of the white water at the same time.,
Eaton (1989), p. 163.
38 Bajo la etiqueta de propiedades estticas podemos incluir cosas tales como el diseo y la
composicin, el espacio, la lnea, la masa, el color y el tema en las artes visuales; la estructura
argumentativa, el desarrollo de los caracteres, el esquema rtmico, la imaginera y la metfora en
literatura; la meloda, la armona y la tonalidad en msica, y as para el resto. Todas estas caractersticas
son las que Mandelbaum sin duda habra incluido entre las propiedades perceptibles del arte. Hay
tambin otras propiedades que uno puede llamar estticas pero de las que podramos tener dudas a la
hora de calificarlas de directamente perceptibles; pienso en propiedades que son el resultado de
ciertas relaciones entre las obras de arte tales como el estilo, la alusin, el pastiche o la parodia. Dnde
exactamente se site la lnea entre las propiedades estticas y las no-estticas no es una cuestin de gran
relevancia para la cuestin que nos preocupa ahora.. [Under the heading of aesthetic qualities we can
include such things as design and composition, space, line, mass, colour, and subject matter in the visual
arts; plot structure, character development, rhyme scheme, imagery, and metaphor in literature; melody,
harmony, and tonality in music, and so on. These are all the things that Mandelbaum would doubtless
include among the exhibited properties of art. There are also other properties that can be called
aesthetic that one may hesitate to describe as directly exhibited; I am thinking of properties that are the
result of certain relations between works of art such as style, allusion, pastiche, and parody. Exactly
where the line is drawn between the aesthetic and the non-aesthetic properties of art is of no great
matter for the present issue.] Tilghman, (1984), p. 81.
39 Al caracterizar el arte conceptual, Tilghman sostiene que se identifica con el slogan de que una obra
de arte es cualquier cosa que el artista diga que es. Es difcil evitar la conclusin de que no es otra cosa
que puro Humpty-Dumptismo, esto es, otro ejemplo de la idea de que las palabras pueden significar
106
cualquier cosa que uno quiera que signifiquen. [(I)t is also one with the slogan that a work of art is
whatever an artist says it is. It is difficult to escape the conclusion that this is nothing but pure HumptyDumptism, another instance of the view that words can mean anything that one wants them to mean]
Tilghman, (1984), pp. 91-92.
40 Cavell, S., Must we mean what we say? Cambridge, Cambridge University Press, 1976.
41 This is not painting; and it is not painting not because painting couldnt look like that, but because
serious painting doesnt; and it doesnt, not because serious painting is not forced to change, to explore
its own foundations, even its own look; but because the way it changes what would count as a relevant
107
108
identificacin del valor artstico de una obra que en los autores que hemos
examinado aqu es entendido como valor esttico fundamentalmente.
(iii)
que habitualmente caracterizan nuestra relacin con el arte sera una obra que
violara (ii) y, por tanto, o bien no es arte o bien es arte malo.
Con estas ltimas consideraciones podemos cerrar el crculo de crticas
que se iniciaban con los tericos neo-wittgensteinianos y que ha pretendido
ofrecer un conjunto de razones contra la idea del carcter terico del arte o de
la necesidad de una teora del arte para identificar el arte. Desde la nocin de
aire de familia, que pretenda proporcionarnos una forma de vincular nuevas
obras a la tradicin artstica, hasta la idea de tradicin como background sobre el
que dar solidez a nuestras prcticas interpretativas y apreciativas, hemos visto
que no son pocos los que se resisten a aceptar que lo que otorga la etiqueta de
arte a un objeto sea una teora.
44
If I am right that we can tell an experience is aesthetic by seeing whether art historical and critical
terminology is used to describe it, then there is an important sense in which the aesthetic depend upon
art and not vice versa., Eaton (1989), pp. 121-122.
109
110
111
(ii)
(iii)
del arte no es estable porque ste est determinado por las teoras mismas,
cmo sabemos cuando una teora es, efectivamente, del arte?
Parece que, para que no surja este problema, hemos de acotar los
elementos de la relacin entre teoras y obras de arte por uno de sus lados. O
bien asumimos un conjunto de objetos determinado que constituye la extensin
del trmino arte el conjunto de las obras de arte- sobre el que las distintas
teoras ofrecen una caracterizacin de su naturaleza; o bien asumimos que lo
que hace a una teora del arte ser tal es que tiene como objeto algo para lo que
ya tenemos una cierta definicin. Si aceptamos la primera parte de esta
disyuncin, entonces, las teoras del arte dejaran de tener la capacidad de
determinar lo que es el arte en el sentido de determinar la extensin del trmino
a travs de una determinada intensin; ya que la extensin del trmino estara
fijada de antemano por ejemplo, seran todas aquellas cosas que la historia del
arte incluye en su discurso. Si aceptamos la segunda parte, entonces las teoras
del arte, para ser del arte y no de cualquier otra cosa, han de asumir
implcitamente un determinado concepto de arte que sirva como nocin puente
entre ellas, pero entonces, de nuevo, su papel como determinante de la
intensin del concepto de arte se desvanecera.
Parece, entonces, que el mero intento de dar sentido a la idea de la
determinacin del arte por las teoras del arte que podemos identificar
112
113
3.
Si hemos visto que una teora o una determinada concepcin del arte
eran necesarias para que hubiera arte, parece que este elemento de la
produccin artstica tendr tambin alguna repercusin en el modo en el que
interpretamos las obras. Por tanto, la nocin de mundo del arte tambin ser
relevante para determinar la interpretacin correcta de una obra. La
interpretacin correcta ser aquella que tenga en cuenta con el tipo de
consideraciones tericas bajo las que una obra fue producida. Danto ha dicho
que su forma de entender los constreimientos de la interpretacin artstica es
similar al modo en el que Baxandall caracteriz la explicacin histrica de las
obras de arte:
El tipo de interpretacin al que me refiero aqu est
constreida por la verdad y la falsedad: interpretar una obra es
estar comprometido con una explicacin histrica de la obra.
La teora de los mundos del arte que suscribo recoge la idea de
una comunidad de individuos ms o menos abierta que
conocen lo suficiente de la historia del arte y de teora artstica
114
115
54 My view is that interpretations constitute works of art, so that you do not, as it were, have the
artwork on one side and the interpretation on the other., Danto (1986), p. 24.
55 Ser una obra de arte es ser algo cuyo esse es interpretari.. [whose esse is interpretari.], Danto (1981),
p. 125.
116
56 Two painters are asked to decorate the east and west walls of a science library with frescoes to be
respectively called Newtons First Law and Newtons Third Law. These paintings, when finally unveiled,
look, scale apart, as follows: As objects I shall suppose the works to be indiscernible: a black, horizontal
line on a white ground, equally large in each dimension and element. But then, when we pay attention
to the artistic identifications proper to each of them we find very different things to consider: B
explains his works as follows: a mass, pressing downward, is met by a mass pressing upward: the lower
mass reacts equally and oppositely to the upper one. A explains his works as follows: the line through
the space is the path of an isolated particle. The path goes from edge to edge, to give the sense of its
going beyond. Danto (1964), p. 577.
117
Siguiendo a Danto, una vez que, en parte guiados por los ttulos de las
obras, comienza la tarea interpretativa del objeto, nos encontramos con dos
obras totalmente diferentes. Sin embargo, lo que nos interesa aqu no es tanto
que un mismo objeto puede constituir obras diferentes como que las
interpretaciones artsticas que constituyen la obra de arte han de respetar un
criterio de coherencia interna. Los distintos rasgos del objeto que son
considerados en la interpretacin han de ser vistos como un todo. Es decir,
interpretar un rasgo de cierta manera, nos compromete con interpretar los
dems rasgos en consonancia con esa interpretacin.
(C)mo una identificacin artstica genera otra identificacin
artstica, y cmo consistentemente con una identificacin dada,
estamos forzados a dar otras y a excluir otras: de hecho, una
identificacin artstica dada determina cuntos elementos
tendr la obra. Estas identificaciones artsticas diferentes son
incompatibles entre s, o lo son en general, y cada una puede
decirse que constituye una obra de arte diferente, aunque cada
obra de arte contiene el mismo objeto real como parte de s
misma. () Finalmente, ntese cmo la aceptacin de una
identificacin artstica en lugar de otra implica, de hecho,
cambiar un mundo por otro.57
Al aplicar una identificacin artstica estamos avanzando una
determinada manera de ver el objeto. Por ejemplo, siguiendo el caso propuesto
por Danto, interpretar la lnea como el encuentro de las dos masas que avanzan
en direcciones opuestas excluye una interpretacin de sta como un punto cuyo
recorrido pudiera proyectarse ms all del lienzo, avanzando indefinidamente;
57
(H)ow one artistic identification engenders another artistic identification, and how, consistently with
a given identification, we are required to give others and precluded from still others: indeed, a given
identification determines how many elements the work is to contain. These different identifications are
incompatible with one another, or generally so, and each might be said to make a different artwork,
even though each artwork contains the identical real object as part of itself. () Finally, notice how
acceptance of one artistic identification rather than another is in effect to exchange one world for
another. Danto (1964), p. 578.
118
as, el resto del lienzo es visto de acuerdo con una u otra interpretacin. Como
dice Danto: simplemente identificar un elemento impone todo un conjunto de
otras identificaciones pertinentes o que encajan con ella. Todo el conjunto se mueve
a la vez.58
As, un conjunto coherente de identificaciones artsticas constituye una
interpretacin que transforma a un objeto en una obra de arte. Por tanto, no
hay obra de arte sin interpretacin.59
Una interpretacin artstica, adems, se constituye mediante el
mecanismo de la identificacin artstica, que examinaremos a continuacin, y ha
de contener, al menos, un predicado artstico, cuya naturaleza examinaremos un
poco despus. Comencemos por la nocin de identificacin artstica.
simply to identify one element imposes a whole set of other identifications which stand or fall with
it. The whole thing moves at once. Danto (1981), p. 119.
59 Es analtico al concepto de obra de arte que ha de haber una interpretacin.. [It is analytical to the
concept of an artwork that there has to be an interpretation.] Danto (1981), p. 124.
60 Moussorgsky, Pictures at an exhibition orchestrated by Ravel (1929), Boosey & Hawkes, The Masterpieces
Library.
61 Mozart, Wolfgang Amadeus, The Magic Flute (Die Zauberflte), Dover Publications, Inc., New York,
1985.
119
arma, una ristra de sonidos con un lugar y a una persona con un carcter
ficticio. Es decir, hemos identificado cosas que literalmente no son idnticas.
Parece que la relacin que tenemos aqu podra describirse como una relacin
de substitucin o de representacin. La fotografa est, en algn sentido, por el
hijo; la mano est por la pistola, los sonidos por las puertas de Kiev y el actor
por uno de los personajes de la Flauta Mgica.
Segn Danto, un objeto se convierte en una obra de arte si se le puede
aplicar al menos una oracin que contenga el es de la identificacin artstica.
Una identificacin artstica asigna a una parte del objeto un significado62; como
cuando decimos que una pincelada es la pierna de caro en el cuadro de
Brueghel63 o que el final de la obra de Mussorgsky son las puertas de Kiev.
Obviamente la pierna de caro no est hecha de pintura ni las puertas de Kiev
de sonidos. Por ello, este tipo de identificacin es compatible con la falsedad
literal de la misma.
El fulcrum lgico sobre el que una mera cosa es elevada al
Reino del Arte es lo que he introducido como el acto de la
identificacin artstica; su representacin lingstica es un
determinado uso identificatorio de es que he designar
simplemente como el es de la identificacin artstica: como
cuando uno dice que una pincelada es caro, o que una
mancha de pintura azul es el cielo, o sealando a cierto actor
arrodillado- que es Hamlet, o cuando aislamos cierto pasaje
musical y decimos que es el ruido de las hojas. Es un uso
dominado por el nio que seala a una pintura de un gato y
dice que es un gato, quizs tambin por el chimpanc que en
62 (E)n cada caso en el que una (identificacin artstica) se usa, la a est por alguna propiedad fsica o
una parte fsica, de un objeto; y, finalmente, es una condicin necesaria para que algo sea una obra de
arte que alguna parte o propiedad del objeto sea designable por el sujeto de una oracin que emplee este
es especial.. [(I)n each case in which (artistic identification) is used, the a stands for some specific
physical property of, or physical part of, an object; and, finally, it is a necessary condition for something
to be an artwork that some part or property of it be designable by the subject of a sentence that
employs this especial is.] Danto, The Artworld, p. 577.
63 Brueghel el Viejo, Pieter, Paisaje con la cada de caro, 1558, Muses Royaux des Beaux Arts, Brussels.
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121
122
with a life of its own. Propagandists and advertisers have exploited this reaction to reinforce our natural
tendency to endow an image with a presence.] Gombrich (1959) Art and Illusion. A study in the
psychology of pictorial representation, Londres, Phaidon, 1996, p. 96.
70 Gombrich, E. H., Meditations on a hobby horse en (1963) Meditations on a Hobby Horse and other
essays on the theory of art, London, Phaidon, 1994, pp. 1-11. Traduccin al castellano por Jos Mara
Valverde en Meditaciones sobre un caballo de juguete y otros ensayos sobre la teora del arte, Madrid, Debate, 1998,
pp. 1-11.
71 En Art and Illusion, Gombrich desarrolla una teora mimtica la imagen, es decir, el criterio que
determina el contenido visual de una imagen es el parecido entre la representacin y lo representado. El
arte nos ilusiona, es decir, nos hace estar en el estado visual en el que estaramos si estuviramos frente
a la escena representada. Por supuesto, la teora de Gombrich es ms sofisticada y contiene, entre otras
cosas, una crtica al ojo inocente as como una explicacin de los cambios en los modos de
representacin histrica; esto es, una explicacin de por qu la pintura tiene una historia. Lo que me
interesa sealar aqu es que, precisamente por asumir una explicacin de las representaciones pictricas
en trminos de la relacin de parecido, ha de introducir la variante de arte como substituto para dar
cuenta de todas aquellas representaciones que no lo son en funcin de una relacin de parecido.
123
72
(C)onsistent with its literal falsehood, but there is a pragmatic difference between some of them I
except metaphorical identification- and artistic identification, consisting in the fact that the identifier
had better not believe in the literal falsehood in the nonartistic cases.() The moment one believes it
false that wafer and wine are flesh and blood, communion becomes a ritual enactment rather than a
mystical participation. () But nothing like this is the case with artistic identifications, where if a and b
are artistically identified, this is all alone believed consistent with the failure of literal identity. Literal
identity need not fail. Danto, (1981), p. 126.
124
toda interpretacin sera vlida, sino solo aquella que el artista, dado el mundo
del arte en el que trabajaba, poda tener.
Me gustara detenerme un poco en la nocin de identificacin artstica
y en su papel constitutivo de las obras de arte as como en su supuesta
dependencia de un mundo del arte. Creo que es posible distinguir tres tipos
distintos de identificacin artstica y, en ninguno de ellos parece necesaria la
presencia de un mundo del arte que condicione su aplicacin para que sta sea
correcta. Danto ha ofrecido numerosos ejemplos de identificaciones artsticas,
en mi opinin, de tipos diferentes; lo que tratar de mostrar es que no todas
ellas implican el mismo tipo de relacin con un mundo del arte. As distinguir
entre la identificacin artstica como percepcin del contenido de imgenes
pictricas, como la relacin de estar por y como ficcin y tratar de mostrar
que es posible hallar casos de identificaciones de estos tipos sin que sea
necesario apelar a la nocin de mundo del arte.
125
sin embargo, y como dijo el propio Danto, en principio, aquello son pinturas,
no arte. Por tanto, podemos considerar que este tipo de identificacin artstica
no est constreida por un mundo del arte, sino que, ms bien, tiene reglas
internas de funcionamiento que veremos en breve y que, solo cuando la obra
pictrica es producida dentro de un mundo del arte, son explotadas
artsticamente.
De todos modos, esto simplemente conlleva que la identificacin
artstica al menos este tipo de identificacin artstica- no es suficiente para que
haya arte, aunque parece por lo que se ha dicho anteriormente que es necesaria
para que un objeto se convierta en obra de arte. An as veamos con un poco
de detenimiento por qu este tipo de identificacin artstica la identificacin
pictrica como prefiero llamarla en adelante- parece ser relativamente
autnoma de la existencia de un mundo del arte.
En primer lugar, la identificacin del contenido de imgenes se aplica a
todos los casos de representaciones visuales en los que, por definicin, vemos
algo en una superficie marcada73. Sin embargo, parece obvio que no todas las
representaciones visuales son arte aunque algunas lo son; por tanto, los casos
de identificacin pictrica no estn constreidos por un mundo del arte en
general.
El propio Danto ha sealado, adems, que algunas especies animales
como los monos y las palomas- parece ser capaces de identificar el contenido
visual de algunas representaciones pictricas. En realidad, este hecho nos dice
ms acerca de la naturaleza de las representaciones visuales que de la pericia de
algunas especies. Ya que no parece seguirse de estos experimentos al menos,
no hasta que otro tipo de pruebas as lo muestren- que estas especies son
73
Adopto aqu la nocin de ver-en propuesta por R. Wollheim en Art and its Objects, Essay V, Seeing-as,
Seeing-in, and pictorial representation, Cambridge, Cambridge University Press, 1989, pp. 205-226,
para caracterizar la experiencia perceptiva de las representaciones visuales, frente a la experiencia
perceptiva comn denominada ver cara a cara. Aunque no nos detendremos aqu en exponer su
teora de la percepcin pictrica, para Wollheim, las experiencias perceptivas de ver un caballo cara a
cara y ver un caballo en una pintura poseen lgicas y fenomenologas distintas.
126
74 Quiz algo as era lo que Gombrich tena en mente cuando caracteriz la experiencia pictrica en
trminos de ilusin.
75 Richard Wollheim, por ejemplo, ha denominado a este aspecto de la experiencia pictrica la
condicin de la duplicidad, segn la que el espectador es consciente del aspecto configuracional las
marcas sobre la superficie- y el aspecto recognicional el contenido representado. El rasgo de la
duplicidad permite explicar por qu cuando percibimos una pintura y vemos lo representado en ella no
estamos simplemente ilusionados, sino que sabemos que estamos ante una representacin visual. Vase,
Wollheim, R., Art and its Objects, (1989), y Painting as an Art, (1987).
127
76
Of course it is not clear that on the basis of this sort of recognitional skill, the child or chimpanzee
that learns to identify pictures as of something learns that they stand for what they are of, since that is a
logically distinct matter. But for just that reason it should be clear that learning when pictures stand for
something has little to do with learning what they are of. Danto (1981), p. 75.
128
129
130
Hasta ahora, los dos tipos de identificacin artstica de los que dan
cuentan los ejemplos de Danto no parecen ofrecernos ningn mecanismo
especficamente artstico; esto es, no nos permiten producir obras de arte a
partir de objetos. Como mucho, obtenemos representaciones pero no todas las
representaciones son arte, obviamente.
Podramos decir que lo que transforma a un objeto en una obra de arte
es que se le apliquen este tipo de identificaciones dentro de un marco artstico.
As, dos representaciones diferirn en su status artstico no porque se
constituyan por mecanismos distintos sino porque en un caso las
identificaciones pertinentes tendrn como marco de referencia un mundo del
arte.
Por ejemplo, el retrato de Velzquez de Inocencio X satisface tanto el
criterio de la identificacin pictrica como el de la representacional. La
fotografa que hay sobre mi mesa tambin, as que lo que hace arte al retrato de
Velzquez es que ste fue producido de acuerdo con las intenciones artsticas
del pintor sevillano. Las intenciones eran artsticas y no meramente pictricas
y representacionales- porque beban directamente de la concepcin de la
pintura como un arte vigente en la poca de Velzquez. Probablemente, el
131
132
77
The difference between factual and fictive description is not that the former is true and the latter
false for something may be after all be meant as factual and be false without thereby being elevated to
the status of fiction, and fictional prose may in literal fact be true- but in the fact that the latter is
artistically identified as description and the former literally identified as that. Danto (1981), p. 127.
133
78
Por ejemplo, parece que el conjunto de obras que componen Las Sagas no tenan una intencin
ficcional y, sin embargo, numerosos estudios coinciden en su valor artstico.
79 Danto (1964), p. 582.
134
135
la
interpretacin
de
las
obras
de
arte
se
enriquece
(T)he entire community of paintings is enriched, together with a doubling of the available style
opportunities. Danto (1964), p. 583.
83 (M)akes it possible to discuss Raphael and De Kooning together, or Lichtenstein and Michelangelo.
The greater the variety of artistically relevant predicates, the more complex the individual members of
the artworld become; and the more one knows of the entire population of the artworld, the richer ones
experience with any of its members. Danto (1964), pp. 583-584.
136
No podemos aplicar los predicados de imaginatividad a las obras o sus autores a menos que
sepamos qu aspecto tena el mundo para ellos.. [(W)e cannot apply the predicates of imaginativeness
to works or their authors unless we know what they believed unless we know what the world looked
like to them.], Danto (1981), p. 129.
85 retroactive enrichment of the entities in the artworld; Danto (1964), p. 58.
137
86 (T)hen, in fact, both H and non-H become artistically relevant for all painting, and if this is the first
and only painting that is H, every other painting in existence becomes non-H. Danto (1964), p. 583.
87 Estas crticas se encuentran en Carroll, Nol, Danto, Style, and Intention The Journal of Aesthetics and
Art Criticism, 53, 3, 1995, pp. 251-257.
138
139
88
Danto, A., African Art and Artifacts Encounters and Reflections: Art in the Historical Present, Farra Straus
Giroux, New York, 1990, pp. 164-170.
89 Con esto no nos estamos comprometiendo con un sentido ms controvertido analizado en el
apartado 2 de este captulo- de la expresin naturaleza histrica del arte.
90 Vase Fry, Roger, The Grafton Gallery I, The Nation (London, Nov. 19, 1910) pp. 31 y siguientes.
Citado en Tilghman, B. R., But is it Art? p. 74.
140
de un rasgo estilstico (que, en general, solo podemos determinar como tal una
vez que disponemos de un corpus relativamente denso de obras) implica
describir la obra inicial de un artista en trminos que el artista mismo no pudo
emplear. Por tanto, la naturaleza misma de las adscripciones estilsticas
involucrara la descripcin de las obras en trminos que no podan formar parte
de las intenciones del artista cuando las realiza.
Nol Carroll ha desarrollado, en particular, este problema y ha puesto
de manifiesto la incompatibilidad entre sostener, por un lado, que las
intenciones del artista son relevantes para determinar la interpretacin correcta
de la obra y, por otro, que la aplicacin retrospectiva de predicados estilsticos
es posible. As, afirma: aunque Danto parece comprometerse con la
ineliminabilidad de la intencin al identificar un candidato como obra de arte,
sin embargo parece igualmente comprometido con la idea de que las
intenciones artsticas son irrelevantes en ciertas discusiones sobre las
propiedades estilsticas de las obras de arte..91
Pero, entonces, qu debemos hacer en estos casos? Debemos
renunciar a este tipo de caracterizaciones y ceirnos a exclusivamente al rango
de posibilidades que el artista baraja? Sin duda, la riqueza de nuestras
descripciones y, por ende, de nuestra experiencia de las obras de arte sera
considerablemente ms parca de lo que de hecho es si renunciramos a ambos
tipos de caracterizaciones. En particular, nos llevara a abandonar la nocin
misma de estilo tal y como normalmente lo identificamos en la obra de un
artista.
Creo que podemos disolver este dilema mostrando que la nocin de
estilo es esencialmente histrica y que, por tanto, implica necesariamente el uso
de trminos y de descripciones que, en la mayora de los casos no estn
91
141
disponibles para el artista. La razn por la que el artista parece estar condenado
a cierto tipo de ignorancia sobre su obra es simple: parte de los hechos que
harn que una determinada descripcin sea vlida para describir una obra no
son hechos contemporneos al momento de produccin de esa obra, sino
posteriores. La identificacin de un rasgo estilstico particular de la obra de
Picasso en uno de sus trabajos tempranos solo puede tener lugar una vez que
disponemos de un hbeas en el que ese rasgo particular muestre cierta
presencia.
En general, que las descripciones de un hecho en t y en t+n sean
incongruentes es, como vimos en la introduccin a la filosofa de la historia de
Danto, un rasgo tpico de las narraciones histricas. stas se caracterizan
porque las oraciones que las constituyen no podan haber sido las mismas con
las que un protagonista del hecho narrado hubiera podido describir lo que le
aconteca. As, que un determinado rasgo llegue a ser parte relevante de lo que
llamamos el estilo de un artista no es algo que el propio artista pueda
determinar con anterioridad a que su obra est ms o menos formada. La
propia lgica de la atribucin estilstica parece exigirnos que entendamos los
constreimientos sobre la interpretacin de una forma ms moderada o,
cuando menos, compatible con el carcter histrico de la nocin de estilo.
An as, y para contener la posibilidad de una proliferacin de
interpretaciones es necesario que se delimiten los criterios pertinentes. La
naturaleza de las adscripciones estilsticas, an cuando implica el uso de
caracterizaciones que no estaban disponibles para el artista, no abre la puerta a
toda interpretacin posible de la obra, solo a aquella que est justificada por el
conjunto de la obra.
En este apartado hemos examinado la naturaleza y funcin de los
predicados artsticos en la interpretacin de las obras de arte, la nocin de
matriz estilstica y los posibles conflictos que pueden derivarse de esta nocin.
La aplicacin retrospectiva de los predicados artsticos parece, por un lado,
142
Vase, Danto, A. C., The Philosophical Disenfrachisement of Art, Columbia University Press, New York,
1986.
143
93
The first is the effort to ephemeralize art by treating it as fit only for pleasure, and the second is the
view that art is just philosophy in an alienated form. Danto (1986), pp. xiv-xv.
94 It leads us to wonder whether, rather than art being something the philosopher finally deals with in
the name of and for the sake of systematic completeness a finishing touch to an edifice- art is the
reason philosophy was invented, and philosophical systems are finally penitentiary architectures it is
difficult not to see as labyrinths for keeping monsters in and so protecting us against some deep
metaphysical danger. Danto, (1986), p. 12.
144
(T)he history of art is the history of the suppression of art. Danto (1986), p. 4.
145
146
6. Conclusiones
147
148
149
150
151
Gombrich, E. H., (1951) Meditations on a hobby horse in (1963) Meditations on a Hobby Horse and
other essays on the theory of art, Londres, Phaidon, 1994, pp. 1-11.
6 Gombrich, E. H., (1959), Art and Illusion. A study in the psychology of pictorial representation, Londres,
Phaidon, 1996.
7 The test of the image is not its lifeliness but its efficacy within a context of action. Gombrich,
(1996), p. 94.
8 Once there was a man whose grandmother was a powerful magician. The man often had trouble
with his kayak, which kept capsizing, and so when his grandmother died, he had the idea of using the
powers that were in her to stabilize his kayak. He flayed her corpse and fixed the skin with outspread
arms and legs under the boat and lo, it never capsized again. Unfortunately, however, the skin decayed
and wore off, and so the pious grandson replaced it by an image that turned out to have the same
effect. And to this very day, kayaks in these regions are adorned with schematic images that keep them
in balance. Gombrich, (1996), p. 94.
152
9 El propio Gombrich ha mencionado el poder atribuido a algunas palabras en ciertos contextos y que
explican su prohibicin tajante. Como l mismo reconoce Sabemos de tensiones similares causadas
por la fe en la potencia de los smbolos en el dominio del lenguaje y de la escritura. No se deben
pronunciar ciertas palabras porque pudieran arrojar un conjuro, y no hay que escribir los nombres
santos en los textos porque son demasiado sagrados y poderosos para confiarlos al papel.. [We know
of similar tensions caused by belief in the potency of symbols in the realms of language and writing.
Certain words must not be uttered because they would cast a spell, and holy names must not be spelled
out in written texts because they are too sacred and potent to be entrusted to paper.], (1996), pp. 9495.
153
por
ejemplo,
concebir
el
lenguaje
en
trminos
Por ejemplo tal y como se formula la teora representacional del lenguaje en el Tractatus de L.
Wittgenstein.
11 (W)orks of art are logically of the right sort to be bracketed with words, even though they have
counterparts that are mere real things, in the respect that the former are about something (or the
question of what they are about may legitimately arise). Danto (1981), p. 82.
154
para que algo sea una representacin no tiene por qu tener una determinada
apariencia y viceversa: algo puede tener la apariencia de lo que normalmente
ejerce una funcin simblica pero no serlo en absoluto12. Como bien seal
Goodman13, cualquier cosa puede estar en lugar de otra en el contexto
adecuado. De hecho, Danto comparte con Goodman la idea de que lo que hace
de algo un smbolo no es una caracterstica intrnseca al vehculo simblico sino
un determinado uso en un contexto comunicativo. Incluso podemos afirmar
que, por lo que respecta al status artstico de un objeto, la teora de Goodman
es ms radical que la Danto; para Goodman un objeto es artstico solo cuando
es usado o funciona como tal, de manera que lo que ahora es una obra de arte
puede dejar de serlo una vez que su funcin como obra cese. Incluso un lienzo
de Rembrandt puede no ser arte si, por ejemplo, en lugar de ubicarlo en el
museo para contemplarlo estticamente, lo empleamos como una manta14.
As, un signo solo es tal cuando se usa en el contexto adecuado; una
obra, como un tipo de signo entre otros, solo adquiere su status cuando
funciona como arte15. Despus de todo, de acuerdo con el ttulo de su libro, el
arte es un conjunto de lenguajes. Es decir, Goodman, es un funcionalista, que
no cree en una categora especial de las representaciones, ni, por tanto, del arte.
Bajo esta interpretacin, el lenguaje y el arte se consideran
fundamentalmente desde un punto de vista representacional o simblico. Sin
embargo, existen algunas concepciones del lenguaje, inspiradas en la idea
wittgensteiniana de que el significado es el uso, que reconocen y tematizan otras
funciones del lenguaje ms all de su carcter representacional. De hecho, esta
visin ms amplia de los fenmenos lingsticos permite dar cuenta de una
12
De hecho, algo que posea la apariencia de una oracin pero que haya sido producida azarosamente
por ejemplo, por las marcas de un cangrejo al caminar sobre la arena de la playa- no sera una oracin.
13 (C)asi cualquier cosa puede denotar o incluso representar cualquier otra.. [(A)lmost anything can
denote or even represent anything else.] Goodman, (1976), p. 89.
14 Por otro lado, una pintura de Rembrandt puede dejar de funcionar como una obra de arte cuando se
usa para sustituir a una ventana rota o como una manta.. [On the other hand, a Rembrandt painting
may cease to function as a work of art when used to replace a broken window or as a blanket.]
Goodman, (1978), p. 67.
15 Goodman, N., When is Art? Ways of Worldmaking, USA, Hackett Publishing Company, 1978, pp.
57-70.
155
Austin, L., How to do things with words, Oxford, Clarendon Press, 1962.
Delacroix, E., Libertad dirigiendo al pueblo (28 de Julio de 1830), 1830, Muse du Louvre, Paris.
18 Lin, Maya, Vietnam Veterans Memorial, Washington D.C., 1982.
19 Bregovic, Goran, Tales and songs from Weddings and Funerals, Universal Music Publishing, 2002.
17
156
20
Vase, Eco, U., La estructura ausente. Introduccin a la semitica, Barcelona, Lumen, 1981.
157
de una
21
(A)rt differs from reality in much the same way that language does when language is used
descriptively () This is not at all to say that art is a language, but only that its ontology is of a piece
with that of language, and that the contrast exists between reality and it which exists between reality and
discourse. Danto (1981), p. 83.
22 Velzquez, Diego Rodrguez de Silva y, Papa Inocencio X, National Gallery of Art, Washington, 1650.
158
159
160
23 So Picassos tie and Cezannes tie have no subject, but the force of saying this is different in the two
cases. In the one case, the work lacks a subject because Picasso willed that it had none. In the other
case, it lacks one because it is logically of the wrong sort to have one, being only a thing (if also an
artefact). Danto (1981), p. 47.
161
Si, como decimos, la nocin de ser sobre algo adelgaza hasta coincidir
con la posibilidad de interpretabilidad es necesario examinar qu entiende
Danto por interpretacin y qu tipo de factores la condicionan.
En primer lugar vimos que, para Danto, la obra de arte se constituye a
travs de una interpretacin artstica que, a su vez, ha de contener al menos un
predicado artstico y una identificacin artstica. De hecho, Danto ha
caracterizado las interpretaciones como funciones24 bajo las que un objeto se
transforma o transfigura- en una obra de arte. Adems, y como vimos en el
captulo II, la interpretacin correcta de la obra ha de recoger las intenciones
del artista25 y stas estn parcialmente determinadas por el mundo del arte en el
que produce su obra. Siguiendo este criterio, debemos evitar interpretaciones de
la obra que atribuyan significados que difcilmente poda pretender el artista,
por ejemplo, porque no pertenecan a su constelacin terico-artstica.
Dado el marco terico de Danto, el artista ha de tener, en principio, la
intencin de hacer un objeto que sea sobre algo; es decir, ha de tener la intencin
de hacer un objeto para ser interpretado y, en este sentido, la intencin no slo
abarca la produccin del objeto-como-representacin, sino tambin intenciones
con respecto a cmo ha de ser interpretado el objeto. El artista que pinta un
cuadro no solo est marcando una superficie, est tomando decisiones acerca
de cmo produce la imagen pictrica y qu tipo de experiencia visual producir
en el espectador. Todos estos aspectos forman parte de la actividad artstica y
constituyen la intencin del artista con respecto al significado de su obra. De
ah, que podamos resistirnos a considerar como arte las pinturas, o como
pinturas las marcas sobre un papel, por ejemplo, de un mono; ya que
difcilmente podemos decir del modo en que han sido producidas que hay
24 Concebir las interpretaciones como funciones que transforman los objetos materiales en obras de
arte.. [I shall think of interpretations as functions which transform material objects into works of
art.] Danto (1986), p 39.
25 Creo que no podemos estar completamente equivocados si suponemos que la interpretacin
correcta de un objeto-como-obra-de-arte es una que coincide con lo ms posible con la propia
interpretacin del artista.. [I believe we cannot be deeply wrong if we suppose that the correct
interpretation of object-as-artwork is the one which coincides most closely with the artists own
interpretation.] Danto (1986), p. 44.
162
una
cosa
que
hemos
clasificado
adecuadamente.27
Es decir, podemos interpretar errneamente un objeto en dos sentidos
diferentes; en primer lugar, podemos interpretarlo como perteneciendo a un
26
163
164
165
166
167
No obstante, Dickie ha defendido recientemente que la nocin de intencin que Carroll apunta no es
correcta y que, incluso dentro de su defensa del intencionalismo, sera incoherente con el papel
determinante del significado que Carroll le atribuye. Vase, Dickie (2006), p. 74.
31 Prez Carreo, F., <<Institucin-arte>> e intencionalidad artstica, Enrahonar, 32/33, 2001, 151167.
168
intencin en la fijacin del status artstico de un objeto que tenemos que aceptar
la postura intencionalista con respecto al significado? Parece que no. Incluso si
es cierto que la concepcin de Dickie de la intencin artstica es errnea -por
vacua- no se sigue del reconocimiento de este error que el anti-intencionalismo
con respecto al significado sea falso. As, aunque es cierto que la intencin
artstica ha de entenderse no como pura intencin de hacer arte, sino como
una que determina una accin concreta de produccin de un objeto, no se sigue
directamente de esta forma de entender la intencin artstica que tengamos que
comprometernos con una postura intencionalista con respecto al significado.
Despus de todo, es posible defender, con Beardsley, que la intencin artstica
es la de producir un objeto que provoque una experiencia esttica32 y mantener
un anti-intencionalismo con respecto al significado de la obra. As, a menos que
tengamos razones independientes para sostener el intencionalismo con respecto
al significado, no basta con mostrar que la nocin de intencin artstica ha de
ser ms rica de lo que sostiene Dickie.
En principio, no es intrnseco a la idea de que la intencin artstica
conlleva una intencin significante, como en Danto, que el significado de la
obra est determinado intencionalmente. Tambin emitir una oracin es una
actividad intencional y no se sigue necesariamente de esta tesis que el
significado de un enunciado est determinado por las intenciones del hablante.
Otra cosa es que tengamos razones para pensar que as es pero, en principio, no
es incoherente sostener a la vez que un artista produce arte cuando lo hace bajo
una determinada intencin artstica pero que el significado de su obra es el que
es y no lo que el artista pretendi que fuera. Dickie puede estar errado en su
concepcin de la intencin artstica pero no es incoherente en lo que respecta a
su defensa del anti-intencionalismo significante.
32
(U)na obra de arte puede definirse como una disposicin intencional de condiciones para producir
experiencias de un carcter manifiestamente esttico.. [(A)n artwork can be usefully defined as an
intentional arrangement of conditions for affording experiences with marked aesthetics character]
Beardsley, M., In Defense of Aesthetic Value Proceedings and Addresses of the American Philosophical
Association, Newark, 1979, p. 729. citado en Dickie (2001), p. 34.
169
170
caracterizacin del
personaje
como racista.
Identificar
correctamente las intenciones con las que ha sido producida una obra o ha sido
hecha una accin no implica que toda la descripcin de la accin o de la obra se
agote en las intenciones. A veces, el resultado de una accin va ms all de lo
previsto en las intenciones que la causan. Por ejemplo, puedo querer alimentar a
mi galpago con lechuga y zanahoria por mi creencia de que es una especie
herbvora- y estar matndolo de hambre dada su dieta rica en protenas; de tal
manera que es justamente mi intencin de conseguir x alimentar a mi
galpago- lo que explica que mi accin sea en realidad y matarlo de hambre.
En este sentido, el supuesto problema para el intencionalismo que surge del
hecho de que ciertas descripciones verdaderas de una obra no solo no estn
previstas por el autor sino que, incluso, contradigan sus intenciones se
desvanece al mostrar que justamente son verdaderas porque tenemos en cuenta
la intencin del autor. As, la obra de Julio Verne es racista porque tuvo la
intencin de retratar al hombre negro como dcil, infantil y nave.
En cierto sentido este es un caso similar al de la aplicacin retrospectiva
de predicados estilsticos, como cuando decimos que Jacobo Pontormo es un
pintor manierista aunque la nocin de manierismo no pudiera formar parte de
su intencin porque an no haba sido acuada dentro del discurso histrico
crtico del momento en el que produjo su obra. Sin embargo, podemos atribuir
este predicado artstico a su obra en parte porque identificamos la intencin del
pintor de pintar de cierta manera que con el tiempo ha sido identificada como
manierista. Es decir, precisamente desde un punto de vista intencionalista,
171
podemos
dar
cuenta
de
la
aplicacin
de
predicados
estilsticos
34
Al parecer, esta interpretacin fue propuesta por J. Hoberman redactor del Village Voice quien,
extrapolando los recursos flmicos del cine vanguardista postmoderno a las pelculas de serie B como las
de Ed Wood, considera que en tanto que stas satisfacen los rasgos caractersticos de la produccin
flmica postmoderna, podemos considerar las pelculas de Wood como trasgresoras y, por ello,
vanguardistas.
172
35
Puede, sin embargo, admitirse que la pelcula de Wood es trasgresora porque viola los cdigos
cinematogrficos de Hollywood. No lo hace intencionalmente. Contrariamente a lo que sostiene
Carroll, la trasgresin como tal es neutral con respecto a la intencin. Puede haber trasgresiones
intencionales, como presumiblemente sucede en el caso de las violaciones del cdigo cinematogrfico
de los productores contemporneos, y puede haber trasgresiones inintencionadas, como supuestamente
eran las de Wood.. [It can, however, be granted that Woods film is transgressive because it does
violate Hollywood film-making codes. It does not do so intentionally. Contrary to what Carroll says,
transgression as such is intention-neutral. There may be intentional transgressions, as presumably the
violations of the present-day film-makers are, and there may by unintentional transgressions, as
presumably Woods were.] Dickie, (2006), p. 79.
36 Segn Carroll, (T)rasgresin es un concepto intencional, y toda la evidencia indica que Edward
Wood no tena las mismas intenciones de subvertir el estilo de produccin hollywoodienses que poseen
los vanguardistas contemporneos. [(T)ransgression is an intencional concept, and all the evidence
indicates that Edward Wood did not have the same intentions to subvert the Hollywood style of filmmaking that contemporary avant-gardists have.] Carroll, N., Art, Intention, and Conversation en
Carroll (2001) p. 176.
173
174
175
176
177
178
43
Deep interpretation supposes surface interpretation to have done its work, so that we know what
has been done and why. Now we look for the deep determinates of da Vincian action. Appeal to his
intentions only individuates the interpretandum for a deep interpretation, but the interpretatia refer us
to Leonardos kinky unconscious, his economic locus, and to the semiotic of embellishment in
Florentine culture -- and on and on and on. Danto (1986), p. 66.
179
ciencias humanas del futuro44 que, como hemos visto, permiten forjar las
interpretaciones profundas de la obra de Leonardo.
Finalmente, vemos cmo la postura de Danto con respecto a la
interpretacin adecuada de la obra y con respecto a la identidad del objeto
artstico acaban por entrelazarse por ms que sean cuestiones lgicamente
distintas; ya que no podemos identificar la obra, no digamos ya dejarla hablar,
salvo sobre la asuncin de una interpretacin lograda. Sin la interpretacin
superficial, el mundo del arte se queda en un mundo de demasiados lienzos en
ruinas y muros manchados.45
As, podemos situar a Danto entre los defensores del intencionalismo
con respecto a la intencin artstica y significante y recoger estos aspectos de su
concepcin para determinar el carcter interpretable esencial a la obra de arte.
Decamos que la condicin de ser sobre algo pareca acabar identificndose
con la mera condicin de interpretabilidad y hemos visto que, al menos en
algunos lugares centrales de la obra de Danto, esta condicin estara
determinada intencionalmente. Por tanto, para que un objeto sea arte ha de
haber sido producido con una intencin artstica que, en Danto, se concreta
como intencin de producir un objeto que ha de ser interpretado. As, la nocin
de interpretacin ha llegado a ser central para la caracterizacin del arte de
Danto y sta, a su vez, ha sido definida en trminos intencionalistas. Para ello,
hemos examinado las implicaciones del debate entre el intencionalismo y antiintencionalismo con respecto al significado de una obra de arte, as como la
postura de Danto dentro de este debate.
44
Surface interpretation must be scrupulously historical, and refer only to possibilities Leonardo could
have acknowledged without attributing to him knowledge of the humansciences of the future. Danto
(1986), p. 66.
45 (W)e cannot so much as identify the work, let alone allow it to speak, save against an assumption of
achieved interpretation. Without surface interpretation, the artworld lapses into so much ruined canvas,
and so many stained walls. Danto (1986), p. 67.
180
La planitud hacia la que la pintura moderna se orienta no puede ser nunca una planitud completa. La
creciente sensibilidad al plano pictrico ya no permite ilusin escultural, o trompe-loeil, pero puede y
permite ilusin ptica. La primera marca sobre una superficie destruye su planitud virtual y las
configuraciones de un Mondrian an sugieren un tipo de ilusin de una tercera dimensin. Solo que
ahora es una tercera dimensin estrictamente pictrica, estrictamente ptica. Donde los antiguos
Maestros crearon una ilusin del espacio en el que uno poda imaginarse a s mismo caminando, la
ilusin creada por un modernista es una en la que solo se puede mirar, solo se puede recorrer con el
ojo.. [The flatness towards which Modernist painting orients itself can never be an utter flatness. The
181
182
183
(L)os artistas olfativos, como los despachara Duchamp, refirindose a aquellos que estaban
enamorados del olor de la pintura. [(O)lfactory artists, as Duchamp disparaged them, meaning
those who were in love with the smell of paint] Danto (1981), p. 132. Aunque en The transfiguration of
the Commonplace el trmino que aparece es olefactory, parece que el trmino usado por Duchamp fue
olfactory, olfativo; el propio Danto usa este trmino, de nuevo apelando a Duchamp, en The
Bride & the Bottle Rack, artculo publicado en The Nation, 23 de Agosto 1999.
53 (B)lack and white paint. Danto (1981), p. 133. Este formalista (o purista, como lo llama Goodman)
no ejemplifica, sin embargo, lo que Greenberg consideraba arte genuino, que era forma, pero siempre
forma sentida; sino que, ms bien, est cercano al minimalista.
184
establecer
diferencias
entre
objetos
185
54 When the olfactory artist says of his work that it is black and white paint, and nothing more, that the
painting is the painting, or that it is not about anything, it may seem to the superficial observer that he is
saying what the plain man is saying. But if we have learned to establish differences between optically
indiscernible objects, differences so deep that pairs of these may lie on opposing sides of an ontological
boundary, we ought not to hesitate to apply the same strategies to sentences which as such seem
indiscernible but which may be used to make quite different statements, and to have accordingly very
different forces. That is black and white paint can itself be an interpretation, and so in the mouth of
the plain man. Danto (1981), p. 133.
55 E. H. Gombrich nos recuerda esta ancdota de Matisse: Jai rpondu quelquun qui disait que je ne
voyais pas less femmes comme je les reprsentais: Si jen rencontrais de pareilles dans la rue, je me
sauverais epouvant. Avant tout, je ne cre pas une femme, je fais un tableau. Notes dun peintre sur
son dessin Le Point IV, XXI (1939), 14; Citado en Gombrich, Art and Illusion, p. 345.
56 What you see is what you see. Glaser, B., Questions to Stella and Judd en Minimal Art. A Critical
Anthology, Battcock, G., (ed.), Berkeley, University of California Press, 1995, p. 158.
186
Aunque quiz la interpretacin ms conocida sobre la naturaleza literalidad del objeto minimal se
debe a Michael Fried, as como su crtica a la teatralidad que lo acompaa, existen interpretaciones que a
pesar de reconocer el carcter objetual del arte minimal no es literal. Vase, por ejemplo, Prez Carreo,
F., Arte minimal. Objeto y sentido, Madrid, La Balsa de la Medusa, 2003; as sostiene: As pues, los objetos
minimal son objetos, pero subrayan su objetualidad, y se refieren a ella bajo diferentes concepciones;
por eso son algo ms y no solo, literalmente, objetos., p. 191.
187
arte y el no-arte, algo que ni para Fried ni para Danto parece posible. Y por el
mismo tipo de razones.
Como he apuntado, Danto introduce ya al comienzo de The Transfiguration
of the Commonplace una figura, J, que supuestamente ejemplificara la aspiracin
de producir una obra de arte sin significado, sin tema, esto es, la aspiracin a
producir un tipo de arte que no sea nada ms que en objeto fsico del que est
hecho. De hecho, la obra de J, Sin ttulo, es un cuadrado rojo
perceptivamente indiscernible de los cuadrados rojos que componan su
exposicin inicial. J sostiene que su cuadrado rojo es una obra de arte58 aunque
no representa nada, ni expresa nada ni tiene tema y, si se preguntara por su
significado, se dira que no tiene significado alguno; de hecho, segn J su
cuadrado rojo no es ms que un cuadrado rojo. Por tanto, la obra de J, si es
arte, sera un ejemplo de obra de arte sin significado.
Danto analiza la aportacin de J y trata de evaluar hasta qu punto supone
esta obra un contraejemplo a su teora. Un primer rasgo que Danto seala -y
que parece reforzar su idea de que incluso obras de estas caractersticas
satisfaran la condicin de ser sobre algo- es que Sin ttulo es, por
paradjico que resulte, un ttulo y no tendra sentido decir de un objeto comn
que es sin ttulo. As, el hecho de que digamos que esta obra se titula Sin
Ttulo es un indicio de que su naturaleza no es sin ms la de un mero objeto
sino que, cuando menos, la consideramos como perteneciendo al tipo de cosas
que poseen ttulo.
58
(E)s de una injusticia manifiesta que concedamos el ttulo de obra de arte a la mayora de los items
expuestos en mi exposicin, pero que se lo neguemos a un objeto que es como ellos en cada uno de sus
aspectos visibles; esto exaspera a un visitante, un joven y hosco artista de compromisos igualitarios, a
quien llamar J. Enfurecido y con cierta rabia poltica, J. pinta una obra semejante a mi mero rectngulo
pintado de rojo e, insistiendo en que es una obra de arte, exige que la incluya en mi exposicin, a lo que
consiento con agrado. No es una de las obras ms esforzadas de J, pero la incluyo de todos modos.
[It is what he terms the rank injustice in according the classy term work of art to most of the
displayed items in my exhibit, while with-holding it from an object that resembles them in every visible
particular, which outrages a visitor, a sullen young artist with egalitarian attitudes, whom I shall call J.
Seething with a kind of political rage, J. paints up a work that resembles my mere rectangle of red paint
and , insisting that his is a work of art, demands that I include it in my show, which I am happy enough
to do. It is not one of Js major efforts, but I hang it nevertheless.] Danto (1981), p. 2.
188
Sin embargo, parece que esta es una razn muy pobre para reconocer que
la obra es sobre algo. Ms bien parece que si podemos llamar a una obra de
este tipo sin ttulo es porque tradicionalmente las obras realizadas dentro de
este medio han tenido ttulo y porque el ttulo indicaba algo sobre el contenido.
Es decir, sera ms bien la ausencia de un rasgo lo que sin ttulo estara
indicando. De hecho, obras que pertenecen a otros medios artsticos no solo no
suelen tener ttulo, sino que si alguien preguntara, por ejemplo, por el ttulo de
un edificio nos parecera una pregunta sin sentido.
Por otro lado, si entendemos un ttulo como un nombre propio para la
obra, entonces tampoco parece que por el mero hecho de poseer un ttulo la
obra adquiera carcter representacional. Despus de todo, los nombres propios
no tienen la capacidad de transformar meros objetos en representaciones.
As, para establecer que la obra de J satisface la condicin de ser sobre
algo no basta con mostrar que la obra pertenece al tipo de cosas que tienen
ttulo sino al tipo de cosas que son sobre algo, que tienen contenido
intencional. Pero J insiste en que su obra no es sobre nada59. En este sentido, J
podra muy bien considerarse un artista minimal que, como hemos dicho, se
caracteriza por sostener la postura de que los objetos artsticos han de
experimentarse como los objetos que son y no como vehculos de significado o
productores de una experiencia ilusoria.
Cmo podemos entender la obra de J? Satisface la condicin ser sobre
algo o es un mero objeto infiltrado en el mundo del arte? Vemoslo como uno
y como otro para ver qu sucede.
Si, por ejemplo, entendemos ser sobre algo en su sentido ms laxo, esto
es, como satisfaciendo la mera condicin de interpretabilidad, parece que
podramos decir que el objeto de J, en tanto que tendemos a considerarlo como
perteneciendo al tipo de cosas que se interpretan, que son sobre algo sera
59
Danto advierte que hemos de distinguir entre que una obra no sea sobre nada o que sea sobre la
nada. Por ejemplo, El Ser y la Nada de Jean Paul Sartre es sobre la nada, mientras que J reclamara para
su obra que no es sobre nada.
189
una obra de arte. En cierto sentido, sera como la Cravat de Picasso que, aunque
no pareca ser sobre nada en concreto, perteneca al tipo de objetos que
interpretamos dada la intencin significante con la que ha sido producida. As,
el hecho de que la pregunta por su contenido sea pertinente es suficiente para
mostrar que pertenece a la clase de cosas interpretables. La Cravat de Picasso y
el cuadrado rojo de J pueden tener contenidos mnimos pero no son meros
objetos.
Pero y si las intenciones de J son ms radicales y lo que pretende hacer es
introducir un mero objeto como obra de arte sin que en esta operacin
renuncie al status objetual del cuadrado? De hecho, esta interpretacin parece
ser la que Danto favorece. En cierto modo, el propio Danto introduce a J como
una figura que trata de parodiar los resultados del experimento de los
indiscernibles. Su razonamiento parece ser el siguiente: si la mayor parte de los
cuadrados rojos del ejemplo de Danto son arte y no hay ningn rasgo
perceptivo que los diferencie qu impide que mi cuadrado rojo sea arte?
As, parece que J estara probando los lmites de una teora del arte que no
parece conceder demasiado a las apariencias de las cosas. Pero consigue J su
objetivo? Es su cuadrado rojo, en tanto que mero objeto, una obra de arte? La
respuesta de Danto es no: las fronteras que separan los meros objetos de las
obras de arte son ntidas. Es posible que tengamos dudas a la hora de
determinar cuando un objeto es arte, pero una vez que lo determinamos no es
posible que un mismo objeto pertenezca plenamente a los dos mundos. Un
mero objeto que se introduce en el mundo del arte recurdese la Fuente60 de
Duchamp- deja de ser un mero objeto.
As, el propsito de J, esto es, hacer una obra de arte que sea a la vez un
mero objeto, sera como producir un objeto imposible o una contradiccin,
algo as como encontrar un soltero casado. O bien J ha producido una obra de
arte y entonces es perfectamente pertinente la pregunta por su contenido
60
190
61 (U)nbreached the boundaries between them (artworks) and the world of just things. Danto (1981),
p. 3.
191
(N)o era que las palabras y las frases que aparecan en esas
obras y que levantaban las sospechas del censor no merecieran,
por s mismas, la censura: realmente eran escatolgicas y
ofensivas; los autores no las habran usado si no lo fueran;
pero puesto que aparecan en lo que los expertos consideraban
obras de arte obras que de hecho eran grandes ejemplos de la
literatura- no podan permitirse como si, al ser entendidas
dentro de conjuntos artsticos, las palabras o frases no
pudieran afectar al lector que estaba, solo por este hecho,
inmunizado contra lo que podra ser su toxina si hubieran sido
escritas o enunciadas en un contexto no artstico. Era como si
su ser arte neutralizara el contenido tanto como ser
oficialmente aceptable en otra parte del mundo neutralizara el
arte. Y esto es lo que hace libre al arte. 62
De hecho, Danto ha dedicado al menos un par de artculos63 a analizar los
poderes del arte justamente en relacin al carcter de parntesis que se parece
otorgar a aquello que se presenta como arte. Ser una representacin no significa
ser una sombra o una ilusin, puede ser tan dolorosa como una mutilacin y tan
ofensiva como un insulto. Sin embargo, en cuanto que puestos entre parntesis,
una performance o una caricatura, en algn sentido no merecen las respuestas de
las cosas reales64.
62
(W)as not that the words and phrases that occurred in these works and which raised the question of
censorship did not, in themselves as such, merit censorship: they really were scatological or offensive;
the authors would not have used them if they were not; but since they occurred integrally in what
experts agreed were works of art works in fact of high literary art- they could be allowed as if,
understood as forming parts of artistic wholes, the words or phrases could not affect the reader, who
was, by this fact alone, immunized against what would have been their toxin if written or uttered in a
non-artistic context. It was as if its being art neutralized content much as being officially acceptable in
another part of the world neutralizes art. And it is this that enables art to be free. Danto (1992), pp.
182-183.
63 Danto, A. C., Art and Disturbation, The Philosophical Disenfranchisement of Art, Columbia University
Press, New York, 1986, pp. 117-133 y Dangerous Art in Beyond the Brillo Box. The Visual Arts in PostHistorical Perspective, University of California Press, 1992, pp. 179-196.
64 Aqu Danto parece acercarse a la nocin de Bearsdley para quien los actos lingsticos estn
representados, no literalmente ejecutados en la literatura. Vase Beardsley, M., Fiction as
representation, Synthese, 46 (1981), 291-313.
192
As, si estos argumentos sirven para mostrar que la distincin entre arte y
no arte es ntida y que un objeto no puede a la vez pertenecer a los dos
mundos, entonces el cuadrado de J es arte.
La conclusin a la que podemos llegar despus de examinar los posibles
contraejemplos al carcter representacional es que parece que no podemos
encontrar un ejemplo de objeto artstico para el que est completamente fuera
de lugar la cuestin sobre su significado, incluso cuando ste sea ambiguo o
posea un carcter marcadamente experiencial frente a uno conceptual-, no
parece que podamos afirmar coherentemente que una obra de arte es un mero
objeto. Por ello, la cuestin sobre su significado es siempre pertinente. De
hecho, el propio Danto parece dispuesto a lidiar con cada nuevo contraejemplo
que pueda surgir cuando, en respuesta a la crtica de Dickie65 a la nocin de ser
sobre algo, dice: dame un ejemplo y me har cargo de l.66.
Dickie, G., A Tale of Two Artworlds, en Arthur Danto and his Critics, Rollins, M., (ed.), Oxford
Blackwell, 1993, 73-78. Brevemente, Dickie sostiene que la pintura no objetiva supondra un
contraejemplo a la condicin de ser sobre algo de Danto.
66 (G)ive me an example, and I will deal with it. Danto, A. C., The Madonna of the Future, Essays in a
Pluralistic Art World, Berkeley, University of California Press, 2001, p. xx.
67
(M)usic does not only speak by means of sound, it speaks nothing but sound. Hanslick, (1974), p.
163.
193
Hanslick, E., The Beautiful in Music. A contribution to the revisal of musical aesthetics, Translated from the
seventh edition, enlarged and revised (Leipzig, 1885) New York, Da Capo Press, 1974.
69
Scruton, R., Art and Imagination, A Study in the Philosophy of Mind, Methenen & Co LTD, London, 1974.
70
Kivy, P., Sound Sentiment. An Essay on the Musical Emotions, Temple University Press, Philadelphia,
1989; Kivy, P., The Fine Art of Repetition, Cambridge University Press, 1993; Kivy, P., Philosophies of Arts.
An Essay in Differences, Cambridge University Press, 1997.
71 Algunos autores que defienden el carcter representacional de la msica son, por ejemplo, Robinson,
J., Representation in Music and Painting, Philosophy, 56, 1981, pp. 408-413, y Kuhns, R., Music as a
Repesentational Art British Journal of Aesthetics 18 (1978), 120-125. Del otro lado del debate, tenemos,
por ejemplo, a Scruton, R., Representation in Music, Philosophy, 51, (1976), 273-287, y Kivy, P., The
Fine Art of Repetition, Cambridge University Press, 1993.
194
195
75 (I)n music, substance and form, the subject and its working out, the image and the realised
conception are mysteriously blended in one undecomposable whole. Hanslick (1885), p. 166.
76 We cannot acquaint anybody with the subject of a theme, except by playing it., Hanslick (1885), p.
169.
77 An inquiry into the contents of musical compositions raises in such peoples minds the
conception of an object (subject-matter, topic) which latter, being the ideal element, they represent to
themselves as almost antithetical to the material part the musical notes. Music has, indeed, no
196
contents as thus understood, no subject in the sense that the subject to be treated is something
extraneous to musical notes. Hanslick (1885), p. 162.
78 (F)or music does not only speak by means of sounds, it speaks nothing but sound., Hanslick (1885), p.
163.
79 Ha llegado a ser usual apelar al acto III de la obra Orfeo y Eurdice de Gluck como un ejemplo de este
fenmeno. E. Hanslick, por ejemplo, seal: Boy, un contemporneo de Gluck, observ que
precisamente la misma meloda podra encajar perfectamente bien, si no menor, con palabras que
significaran justamente lo contrario. [Boy, a contemporary of Gluck, observed that precisely the
same melody would accord equally well, if not better, with words conveying exactly the reverse ]
Hanslick, The Beautiful in Music, p. 32, citado en Kivy, P., Sound Sentiment. An Essay on the Musical Emotions
(Including the complete text of The Corded Shell), Philadelphia, Temple University Press, 1989, p. 75.
80 The natural model for the composer would have to be an audible something, as it is visible
something for the painter and a tangible something for the sculptor. Hanslick, (1885), p. 156.
197
198
84
The case of hearing notes as a melody is unlike the case of seeing a group of coloured patches as a
man, in that we do not have independent access to the concept of a melody. All we know of melodies is
derived from our capacity to have this kind of experience () Hearing a sequence as a melody is more
like seeing a group of lines as a pattern or figure than it is like seeing a pattern of lines as a face. Here
the organization of experience cannot be described in terms of some independently specifiable
concept. Scruton (1974), p. 176.
199
200
88
Raramente se encuentra uno con un ejemplo musical que pueda ser escuchado como algn sonido
sin que lo reproduzca.. [Rarely does one have an example of music that can be heard as some sound
while not reproducing it.], Scruton (1974), p. 210 y ms adelante, Creo que deberamos considerar la
representacin genuina en msica como un fenmeno escaso y perifrico.. [I think that we should
regard genuine representation in music as a rare and peripheral phenomenon.] (1974), p. 211
201
(A)s the representational character of music has been much disputed, while the expressivity of music
has been widely accepted, it would be agreeable to demonstrate the inconsistency of these attitudes.,
Danto (1981), p. 192.
90 Puedo evitar tomar una postura con respecto a si la msica puede, a veces, ser o no un arte
representacional, tal y como ha sido negado ltimamente Obviamente esto no ha de confundirse con
la cuestin de si la msica es principalmente un arte representacional, que, claramente, no es.. [I can
thus avoid taking a stand whether or not music can at times be a representational art, as this has been
denied of late. This is obviously not to be confused with the question whether music is primarily a
representational art, which, pretty clearly, it is not.] Kivy, P., Sound Sentiment. An Essay on the Musical
Emotions, Philadelphia, Temple University Press, 1989, p. 64.
202
91 Propiedades que pueden tener un importante papel en nuestra experiencia musical pero cuya
naturaleza no puede ser otra que una oda.
92 (I)t begs an important question to go from the fact, which I do not deny, indeed assert, that many
works of music have expressive properties as part of their structure to the conclusion that these
properties, therefore, make up some emotive, semantical content. My own view is that, like other
phenomenological properties of musical works, turbulence or tranquillity or the like, they are
part of absolutes music syntactic fabric and require no further musical explanation than that. Kivy,
P., Philosophies of Arts. An Essay in Differences, Cambridge University Press, 1997, p. 165.
93 Absolute music has no content at all., Kivy (1997), p. 86.
203
94
(A)ll the aboutness criterion requires is that it make sense to ask what the work of art is about, not
that it actually be about something, as it wouldnt, for example, to ask what a bicycle or a fish is about.
Kivy (1997), p.40.
95 If we are going to decide the question merely by intuition -- then many, like myself, will find it as
odd to ask what most pieces of absolute music means as to ask what any piece of decoration or pure
design means or, for that matter, what a bicycle or a fish means. Kivy (1997), p. 40.
204
96
Schopenhauer, A., (1819) El mundo como voluntad y representacin, Madrid, Trotta, 2004.
Ha identificado al menos tres modelos que han sido propuestos para explicar el fenmeno de la
repeticin musical: el modelo literario, el modelo orgnico y el modelo decorativo o del papel
pintado. Vase su The Fine Art of Repetition, Cambridge University Press, 1993.
97
205
colores
continuamente
cambiantes
de
un
98
When young, we have probably all been delighted with the ever-changing tints and forms of a
kaleidoscope. Now music is a kind of kaleidoscope, though its forms can be appreciated only by an
infinitely higher ideation. Hanslick (1885), p. 68.
99 (T)he fine art of repetition. Kivy, P., The Fine Art of Repetition, Cambridge University Press, 1993.
100 Gombrich, E. H., The Sense of Order. A study in the Psychology of Decorative Art, Londres, Phaidon Press,
1979.
206
101 Gombrich no especifica, sin embargo, si se refiere a todo tipo de composicin musical o si el tema
es, propiamente hablando, lo que hasta ahora hemos llamado msica absoluta.
102 (T)he first enables us to locate a stimulus in space and time, the second to respond to it in the
interest of our survival. Gombrich (1979), p. 142.
207
208
209
210
211
109
212
Podemos permitir que cualquier cosa denote las cosas rojas, pero no puedo
permitir que algo que no sea rojo ejemplifique la rojez.111
Adems, no toda propiedad poseda por un smbolo es ipso facto una
propiedad ejemplificada por l; debe referirse a ella de algn modo o llamar la
atencin sobre ella. Por ejemplo, el tipo de azul que Yves Klein ha utilizado en
numerosas obras no es simplemente una propiedad poseda por stas sino
tambin una propiedad referida. Es difcil determinar, especialmente en las
obras de arte, qu propiedades, de todas las propiedades posedas por la obra,
son ejemplificadas, esto es, a cuales de ellas se hace referencia y, por el
contrario, qu propiedades son irrelevantes para la interpretacin simblica de
la obra112. La ejemplificacin es un recurso importante de los smbolos
artsticos por dos razones: se encuentra a la base de nuestra apreciacin de
propiedades formales y es un elemento necesario de lo que Goodman
caracterizar como expresin.
La expresin es el tercer modo de simbolizacin y es definida por
Goodman como ejemplificacin metafrica. Cuando una propiedad es
expresada por una obra est metafricamente ejemplificada por ella. Algo
metafricamente ejemplificado no lo est literalmente, pero est ejemplificado
de todos modos.
En Goodman, el reino de la adscripcin metafrica implica la aplicacin
de un trmino a algo que no pertenece a su extensin literal113. As, la metfora
se caracteriza por permitir que apliquemos un trmino ms all de su rango
habitual de aplicacin. Como sostiene Goodman: El uso metafrico de un
trmino lleva a cabo una asimilacin de los objetos en sus extensiones literales y
111 (The former) seems to be free in a way that sampling is not. I can let anything denote red things,
but I cannot let anything that is not red be a sample of redness. Goodman (1976), pp. 58-59.
112 (P)ero puede a menudo ser difcil de especificar exactamente qu propiedades de entre las de un
objeto son ejemplificadas.. [(B)ut just which among its properties a thing exemplifies can often be
hard to tell.] Goodman (1976), p. 66.
113 Tpicamente, los objetos a los que un trmino metafrico se aplica no son los de la extensin literal
del trmino.. [Typically the objects a term applies to metaphorically are not in the terms literal
extension.] Reconceptions in Philosophy and Other Arts and Sciences, Goodman, N., y Elgin, C. Z.,
Indianapolis/Cambridge, Hackett Publishing Company, 1988, p. 108.
213
The metaphorical use of a term effects a likening of the objects in its literal and metaphorical
extensions, enabling us to recognize affinities across realms. Goodman, N. & Elgin, C. Z., Reconceptions
in Philosophy and Other Arts and Sciences, Indianapolis, Cambridge, Hackett Publishing Company, 1988, p.
16.
115 La posesin metafrica no es por tanto posesin literal; pero la posesin es real tanto si metafrica
como si es literal. Lo metafrico y lo literal han de ser distinguidos dentro de lo real. Decir que una
pintura es triste o gris son simplemente dos formas de clasificarla.. [Metaphorical possession is indeed
not literal possession; but possession is actual whether metaphorical or literal. The metaphorical and the
literal have to be distinguished within the actual. Calling a picture sad and calling it grey are simply
different ways of classifying it.] Goodman (1976), p. 68.
116 Esto es, aunque un predicado que se aplica metafricamente a un objeto no se aplica literalmente,
se aplica de todos modos. Si la aplicacin es literal o metafrica depende de algn rasgo tal como su
novedad.. [That is, although a predicate that applies to an object metaphorically does not apply
literally, it nevertheless applies. Whether the application is metaphorical or literal depends upon some
such feature as its novelty.] Goodman (1976), pp. 68-69.
117 (M)etaphors, like new styles of representation, become more literal as their novelty wanes.,
Goodman (1976), p. 68.
214
estara
justamente
satisfaciendo
las
demandas
de
ambos
contendientes.
Incluso si aceptamos esto como una solucin, parece pertinente extraer
alguna leccin de la crtica de Kivy a las teoras tradicionales. Despus de todo,
parece que su explicacin de la errnea atribucin del carcter representacional
a la msica absoluta parece convincente y pone de manifiesto la creencia
errnea en opinin de Kivy-, tambin asumida por Danto, de que ha de haber
un rasgo o conjunto de rasgos que toda obra de arte, pertenezca al medio
artstico al que pertenezca, ha de poseer si ha de ser considerada como arte.
La atencin de Kivy a la particularidad de la msica absoluta y a las
diferencias entre las artes y a sus correspondientes valores asociados parece
hacer justicia a la especificidad de cada medio y a las posibilidades de cada uno
118
(W)e need an additional argument to conclude that something exemplifies that merely that it is
literally or metaphorically . Kivy, P., Sound Sentiment. An Essay on the Musical Emotions, Philadelphia,
Temple University Press, 1989, p. 61.
215
3. Resumen
Hemos examinado los sentidos en los que la condicin ser sobre algo
puede ser entendida as como valorado las posibles crticas que pueden
plantearse contra esta condicin.
De lo primero, parece seguirse que la nocin de ser sobre algo cubre
un espectro de condiciones que se va ampliando conforme nos alejamos de las
artes que no son claramente representacionales. En cuanto a las crticas, parece
que la propia flexibilidad de la nocin de ser sobre algo hace prcticamente
imposible encontrar un ejemplo que, siendo arte, no la satisfaga.
De un lado, al artista olfativo y el artista representado por J parecan
desafiar la universalidad de la condicin produciendo obras que ni
representaban nada ni pretendan tener significado alguno. Sin embargo, ya
hemos visto que en ambos casos se puede mantener que eran objetos sobre
algo. Despus de todo, uno y otro no podan satisfacer a la vez las demandas de
la produccin de arte y de meros objetos, y producir arte presuma hacer
objetos para la interpretacin o la identificacin artstica.
119
(W)e value and enjoy absolute music not in spite of its lack of content but because of it; its lack of
content is a value to us, not a disvalue. Kivy (1997), p 206.
216
El caso planteado por la msica y las artes decorativas es, sin embargo,
ms difcil de resolver, en principio. Parece claro que una vez que introducimos
la batera conceptual de Goodman podemos dar cuenta simultneamente de la
intuicin de Danto acerca de la necesidad de la condicin de ser sobre algo y
de la irreductibilidad del fenmeno expresivo al representacional defendida por
Kivy. Podemos quedar satisfechos con esto y admitir que, en tanto que la
expresin es una forma de simbolizacin, la msica pura tiene contenido.
Despus de todo, no es puro sonido; los intrpretes, por ejemplo, no solo han
de reproducir las notas, sino el carcter de la obra. Percibir la expresividad de la
msica, por otro lado, tambin exige or algo ms que una sucesin de sonidos.
El propio lenguaje con el que normalmente describimos las piezas musicales:
trminos que asignamos al carcter de una pieza, la atencin al fraseo, a la
coordinacin de las voces, etc. apuntan una y otra vez a algo que no es mera
sucesin de sonidos. Creo, con Kivy, que tratar de asimilar el caso de la msica
pura al modelo representacional proporcionado por otras artes es ilegtimo,
pero es posible que esta postura no sea incompatible con el hecho de que la
msica absoluta posea cierto contenido, aunque ste no sea contenido
representacional.
La msica contempornea ha producido, de manera anloga a como
vimos en el caso de la pintura, compositores olfativos. Como sus homlogos
pintores, stos han concebido la msica como puro sonido renegando incluso
de la cualidad expresiva. Sin embargo, es difcil que una obra, por austera que
pretenda ser, no satisfaga al menos alguno de los modos de simbolizacin
sealados por Goodman. En definitiva, no parece una tarea fcil alcanzar el
grado cero de significado cuando nos las vemos con el arte; ms bien, el efecto
obtenido es el inverso del buscado: cuanto ms huye el artista del significado
ms se le impone.
217
221
222
223
224
4 Independientemente de que Danto consiga mostrar que esto es verdadero de todas las
representaciones artsticas, parece que este tipo de explicacin nos permitira explicar de manera
bastante convincente el rechazo que sentimos ante obras de arte que explotando ese componente
afectivo parecen presentar un contenido hacia el que experimentamos cierto rechazo. Precisamente
porque en la obra ambos componentes el cognitivo y el afectivo- no son separables, nos sentimos
manipulados cuando, a travs de la explotacin de un recurso afectivo, se nos presenta un contenido
que tendemos a rechazar.
5 To understand the artwork is to grasp the metaphor that is, I think, always, there. Danto (1981), p.
172.
225
226
cosas
que
son
sobre
algo-
debe
poseer
ciertas
propiedades
una
representacin;
sta
tambin
posee
propiedades
no-
227
Goodman, N., The status of style Ways of Worldmaking, USA, Hackett Publishing Company, 1978,
pp. 23-40. Publicado originalmente en Critical Inquiry, Volume I, 1975.
8 Danto no est interesado en la naturaleza de las propiedades representacionales y norepresentacionales de las obras de arte como tales. Su teora presupone la presencia de ambos tipos de
propiedades y se centra en el problema de distinguir entre las representaciones artsticas y las noartsticas. En general, una teora que explique la capacidad representacional, por ejemplo, de una pintura
ha de responder a la cuestin sobre cmo efectivamente puede una pintura ser una representacin
visual de aquello que representa. Por otro lado, una teora que explique la naturaleza de las propiedades
expresivas ha de explicar cmo ciertos rasgos proporcionan contenido expresivo. Sin embargo, ninguna
de estas tareas est directamente requerida por la tarea definitoria del arte que Danto se propone.
228
la obra. Como dice Danto, una obra de arte expresa algo sobre su contenido.9
Esto es, una obra de arte expresa una actitud explotando los aspectos no
representacionales de la representacin, tales como rasgos expresivos o
estilsticos.
Danto cree que las propiedades no-representacionales tales como la
expresivas y las estilsticas- son el resultado de un cierto trabajo sobre el medio
de la obra de arte. Una representacin encarna la actitud de un sujeto hacia
cierto tema a travs de sus propiedades no-representacionales. Por ejemplo, la
actitud de Goya hacia la invasin francesa en Mayo de 1808 se expresa a travs
del modo en el que presenta los fusilamientos de la madrugada del 3 de Mayo.
El lienzo no solo representa aquellos trgicos eventos, sino que los representa
violenta y directamente, en toda su crudeza, sin permitir que la violencia y
muerte representadas pueda experimentarse de una manera sublimada10.
Podemos imaginar otras representaciones sobre el mismo hecho con otras
propiedades no-representacionales que proporcionaran una perspectiva
diferente sobre el asunto representado. De hecho, la actitud expresada sobre el
tema representado sera diferente y, as, las dos representaciones seran
diferentes, aunque ambas seran sobre la misma cosa, esto es, el contenido
representado sera el mismo.
Danto cree que estas diferencias, esto es, las diferencias en el estilo o en
la actitud expresada hacia el tema representado, no solo sirven para distinguir
dos representaciones diferentes, sino que proporcionan justamente el tipo de
diferencia que puede ayudarnos a distinguir entre meras representaciones y
obras de arte11. Sin embargo, parece problemtico asumir que solo las obras de
arte tienen esta cualidad expresiva, ya que la mayora de las representaciones, si
no todas, no solo representan algo sino que lo hacen de cierta manera, esto es,
9
(A)n artwork expresses something about its content. Danto (1981), p. 148.
Sigo en esta caracterizacin de la obra de Goya a Valeriano Bozal en su Categoras estticas de la
modernidad: Sublime y pattico La Balsa de la Medusa, 3, 1987, 67-86.
11 Danto ha argumentado en The Transfiguration of the Commonplace que la diferencia entre arte y no arte
no puede establecerse en trminos del tipo de contenido de unos y otros tipos de representaciones. Para
ver este argumento vase, Danto (1981), pp. 148-9.
10
229
12
230
13
Incluso si este ejemplo no es convincente por razones relacionadas con la interpretacin adecuada a
la obra de Lichtenstein que pueda ofrecerse, es posible encontrar otros ejemplos en los que el contenido
de una obra de arte puede ser el mismo que el de una mera representacin. As, otro ejemplo ofrecido
por Danto es el de la novela A sangre fra de Truman Capote. Es posible, argumenta Danto, imaginar un
informe policial que encaje palabra por palabra con la novela de Capote y que, en consecuencia, no sea
una obra de arte. Para la elaboracin de Danto de este ejemplo, vase Danto (1981), pp. 144-5.
231
14
The Lichtenstein self-consciously exploits the format of the diagram to make a point, and of course
it itself is not a diagram. To the degree that we can speak at all of diagrammatic styles, Lichtensteins
Portrait of Madame Czzane has none of these: its style consists in the fact that it uses a diagram.
Here, Lichtenstein uses the diagrammatic idiom rhetorically. Danto (1981), p. 147.
15 (L)os lgicos proporcionaron una distincin crucial entre uso y mencin de una expresin la
misma distincin est disponible para la pintura. Usamos una pintura para afirmar algo acerca de lo que
representa la pintura. Pero mencionamos una pintura cuando la usamos para hacer otra pintura que en
de hecho dice Esa pintura tiene tal aspecto!. Las expresiones mencionadas aparecen de manera
habitual como pinturas dentro de pinturas. El principal uso de la mencin pictrica es en pinturas
sobre pintores, pero tambin, desde luego, en pinturas de interiores que representan otras pinturas
como objetos de decoracin. [Logicians draw a crucial distinction between the use and the mention
of an expression The same distinction is available with pictures. We use a picture to make a
statement about whatever the picture shows. But we mention a picture when we use it to make a
picture of it which in effects says, That picture looks thus!. Mentioned expressions typically occur
within quotation marks Mentioned pictures typically occur as pictures within pictures. The main
use of pictorial mention is in paintings about painters, but of course also in paintings of interiors in
which paintings hang as objects of interior decoration.] After the End of Art. Contemporary art and the pale
of history, Princeton, New Jersey, Princeton University Press, 1997, p. 205.
232
que est sobre la alfombra. Sin embargo, si digo la palabra gato tiene cuatro
letras, estoy mencionando la palabra para decir algo de ella.
De acuerdo con Danto, esta distincin es especialmente til para analizar
algunas corrientes de arte contemporneas que se caracterizan por apropiar
estilos pasados y llamar la atencin sobre ciertos rasgos de esos estilos. De
hecho, parece claro que el caso de Lichtenstein encaja a la perfeccin en este
esquema. Su obra ms conocida apropia y explota formas de representacin
popular como los comics- y publicitaria para producir obras de arte. En el
ejemplo que estamos considerando, usa la representacin diagramtica de Loran
para referirse a ciertas propiedades del estilo de Czanne y a la aparente
idoneidad del empleo del diagrama para referirse a su estilo.
Parece, pues, que la distincin entre uso y mencin es til en este
contexto; mientras la representacin de Loran usa el lenguaje del diagrama para
mostrarnos la estructura compositiva de una determinada obra de Czanne,
Lichtenstein, al apropiarse del diagrama de Loran, lo menciona y a travs de esa
accin expresa algo acerca del estilo czanniano. Parece estar implicando que la
representacin diagramtica encaja con la obra de Czanne o que podemos ver
la obra de ste bajo este aspecto rgido y geomtrico; de hecho, el diagrama que
usa Lichtenstein llega a ser una metfora del estilo de Czanne. Al presentar la
obra del pintor francs bajo este aspecto diagramtico, Lichtenstein est
produciendo una metfora visual sobre la obra y estilo de Czanne.
Sin embargo, y a pesar de que en este contexto parece especialmente
apropiada, la distincin entre uso y mencin no puede en general ayudarnos a
delimitar el rango de las representaciones artsticas. Por ejemplo, el ejemplo
anteriormente citado de la obra de Goya parece resistirse a un anlisis en estos
trminos. El pintor espaol est usando, ms bien que mencionando, el estilo
que caracteriza a su representacin. As pues, hemos de buscar una
caracterstica cuya presencia sea ms amplia. Puede muy bien ser cierto que
233
(W)orks of art, in categorical contrast with mere representations use the means of representation in
a way that is not exhaustively specified when one has exhaustively specified what it is being represented.
This is a use that transcends semantic considerations (considerations of Sinn and Bedeutung) Whatever
Lichtenstein work finally represents it expresses something about that content. Danto (1981), pp. 1478.
234
(H)ow do I know that what I have called expression is not after all part of the content of the work,
so that in the end Lichtensteins work has a somewhat different content than the Loran diagram?
Danto (1981), p. 148.
235
236
237
18
238
Recurdese, por ejemplo, la teora de la representacin pictrica del historiador del arte E. H.
Gombrich en Art & Illusion. Para l, el tipo de experiencia que proporciona una representacin visual
depende en parte de que no seamos conscientes de la superficie marcada cuando prestamos atencin al
contenido representado. Si nos fijamos en las pinceladas, la ilusin producida por el cuadro se destruye.
22 I take the logical invisibility of the medium to be the chief feature of the imitation theory. Danto
(1981), p. 151.
23 As, la obra de arte es el mensaje y el medio es la nada, al modo en que la conciencia es caracterizada,
por ejemplo en Sartre, como una suerte de nada. No es parte del mundo sino aquello a travs de lo que
el mundo se presenta y, por ello, no puede ella misma aparecer.. [So the artwork is the message and
the medium is nothingness, much in the way in which consciousness is held, by Sartre for instance, to
be a kind of nothingness. It is not part of the world but that through which the world is given, not
being given itself.] Danto (1981), p. 152.
24 Hay tambin, como mencion, un analoga filosfica para la nocin de medio. Es el concepto de
conciencia que, a veces, es descrita como una pura diafanidad, nunca lo suficientemente opaca como
para ser ella misma un objeto. As el medio es una suerte de efigie metafsica para la conciencia, en el
sentido de que nunca es parte de la imagen, sino que se sacrifica a s misma, como si dijramos, en un
acto de total abnegacin y auto-eliminacin, dejando slo el contenido. [There is also as I mentioned
a philosophical analogue to the concept of medium. It is the concept of consciousness, which is at
times described as a pure diaphanousness, never opaque enough to be an object for itself. Thus the
medium is a kind of metaphysical effigy for consciousness, in that it is never part of he picture but
sacrifices itself as it were, in an act of total withdrawal and self-effacement, leaving only content.]
Danto (1981), p. 152.
25 Las creencias en cuestin son transparentes para el que las posee; ste lee el mundo a travs de ellas
sin leerlas a ellas mismas () Mis creencias en este respecto son invisibles para mi hasta que algo las
hace visibles y las veo desde fuera.. [The beliefs in question are transparent to the believer; he reads
the world through them without reading them () My beliefs in this respect are invisible to me until
something makes them visible and I can see them from the outside.] Danto (1981), p. 206.
239
(C)an no more be identified with matter than with content. Danto (1981), p. 159.
The medium is of course never really eliminable. There is always going to be a residuum of matter
that cannot be vaporized into pure content. Yet, even so, a distinction must be made between medium
and matter. Danto (1981), p. 159.
27
240
It is the theory that the artwork is only the material it is made from; it is canvas and paper, ink and
paint, words and noise, sounds and movement. Danto (1981), p. 159.
29 It is because medium cannot be identified with matter that the question of content cannot be
logically rejected of an artwork, even if it has none. Danto (1981), p. 159.
30 Deberamos sealar, sin embargo, que la crtica de Danto a lo que el llama la Teora Opaca solo
puede sostenerse si sta es entendida de una forma estrecha a la vez que incorrecta. De hecho, solo si
identificamos el medio con la material, la tesis de que la esencia del arte reside en el medio puede caer
bajo la objecin de Danto. Aunque es cierto que la Teora Opaca identifica la naturaleza con el medio
artstico, no se sigue de esto que material y medio sean una sola cosa para los defensores de la
concepcin moderna del arte.
241
31
It is as if a work of art were like an externalization of the artists consciousness, as if we could see his
way of seeing and not merely what he saw. Danto (1981), p. 164.
32 Nussbaum, M. C., por ejemplo, sostiene en Luck and the Tragic Emotions en Aesthetics. Oxford
Readers. Feagin, S. & Maynard, P., (eds.), Oxford University Press, 1997, pp. 300-305, que la literatura
posee una cualidad moral en tanto que nos abre otras formas de ver el mundo de manera imaginativa.
El lector, explorando esos mundos ejercita de manera implcita ciertas virtudes relacionadas con la
tolerancia o la comprensin del otro.
242
que adoptamos ante la obra; es decir, es necesaria cierta distancia con respecto a
nosotros mismos y nuestras creencias o valores para dar cuenta de cmo
somos. Los sujetos, tanto particulares como colectivos, solo pueden
autoconocerse desde fuera, como si dijramos33. De hecho, normalmente no
somos conscientes de nuestra forma de vida como tal forma de vida. Como nos
recuerda Danto:
Aunque vemos el mundo de cierta manera, no podemos ver el
modo en el que lo vemos como una forma de ver el mundo:
simplemente vemos el mundo. Nuestra conciencia del mundo
no es parte de aquello de lo que somos conciencia. Ms tarde,
quizs, cuando hayamos cambiado, lleguemos a ver el modo
en el que vimos el mundo como teniendo una identidad propia
distinta del aquello que veamos y que proporcionaba una
coloracin global a los contenidos de la conciencia.34
Puede resultar un tanto extrao que las analogas estructurales entre
periodos y personas35 puedan aportar claridad a la cuestin del medio, pero,
como sucede a menudo en las discusiones filosficas, ciertas analogas pueden
revelar aspectos que pasan desapercibidos normalmente; en particular, hemos
visto que la capacidad expresiva de la obra de arte est ntimamente ligada a los
aspectos estilsticos de la misma y que estos, a su vez, estn vinculados al medio
de la obra. Igualmente, y siguiendo las analogas de Danto, hemos examinado el
33
Esto no implica que el auto-conocimiento sea imposible o que solo los que estn fuera de una cultura
puedan tener acceso a los rasgos que la caracterizan. Podemos adquirir conocimiento acerca de nuestro
propio perodo adoptando, en la medida de lo posible, la perspectiva del observador; esto es, haciendo
explcito lo que es implcito para nosotros en tanto que inmersos en un periodo. De hecho, este es uno
de las funciones del artista que Danto subraya y que contribuyen al valor del arte. Es por la capacidad
del arte para devolvernos una imagen de nosotros mismos por lo que lo consideramos una forma
especialmente til de auto-conocimiento.
34 While we see the world as we do, we do not see it as a way of seeing the world: we simply see the
world. Our consciousness of the world is not part of what we are conscious of. Later perhaps, when we
have changed, we come to see the way we saw the world as having an identity separate from what we
saw, giving a kind of global coloration to the contents of consciousness. Danto (1981), p. 163.
35 (S)tructural analogies between periods and persons. Danto (1981), p. 163.
243
status particular de la nocin de medio y las caractersticas que permiten que sea
el vehculo de la expresin artstica.
1.3. Expresin
244
37
38
245
Wollheim, R., (1987), La pintura como un arte, Madrid, La balsa de la Medusa, 1997, p. 310.
(U)n tercer argumento, y quizs el mejor que podamos ofrecer, contra la asimilacin de lo expresivo
al vocabulario artstico... es que los predicados artsticos mismos forman parte de la explicacin de la
expresin. [(A) third argument, and perhaps the best argument we can get, against assimilation of the
expressive to the artistic vocabulary is that the artistic predicates themselves enter in as part of the
explanation of expression.] Danto (1981), p. 193.
40
246
247
248
lado, Danto hace referencia a la actitud del artista y a cmo el trabajo de este
sobre el medio de la obra repercute en lo que llamamos el contenido expresivo;
y, por otro, al asumir la nocin goodmaniana de expresin estara renunciando
a explicar la expresin en trminos psicolgicos.
En cualquier caso, Poussin hace una imagen a travs de la cual expresa
su actitud hacia la relacin entre el hombre y la naturaleza y hemos dicho que
esa imagen es una metfora para esa actitud. Puesto que las actitudes no pueden
ser representadas como tales, solo podemos sealarlas metafricamente, es
decir, usando otras representaciones. De hecho, esto entra en relacin con la
idea de Danto de que las obras de arte son metforas. Y una metfora es una
relacin entre representaciones, no entre una mente y una representacin. As
que, finalmente, parece que Danto se inclina por una caracterizacin nopsicologista de la expresin.
En general una metfora funciona identificando algo a travs de una
representacin que no le es propia como cuando Romeo dice que Julieta es el
sol- que nos presenta lo identificado bajo una nueva luz o bajo unas
propiedades distintas. Sin embargo, y aunque acabamos de ver que Danto
tiende a la despsicologizazin de la nocin de expresin, a menudo considera
que la estructura metafrica propia de las obras de arte es justamente lo que
hace posible que el artista exprese su actitud hacia lo representado. Como
Danto mismo sostiene: el concepto de expresin puede reducirse al concepto
de metfora, cuando el modo en el que algo es representado se toma en conexin
con el tema representado..44 Es decir, el modo en el que un punto de vista se
expresa es a travs de una metfora. Aunque la expresin sea un fenmeno
psicolgico, la metfora lo es lingstico.
Danto se ha percatado de que tanto la nocin de expresin como la de
metfora son nociones complejas que an animan intensos debates. En
44 (T)he concept of expression can be reduced to the concept of metaphor, when the way in which
something is represented is taken in connection with the subject represented., Danto (1981), p. 197.
249
Como hemos visto, Danto desarrolla la intuicin de que las obras de arte
tienen una estructura metafrica; as, comprender una obra de arte es captar la
metfora que hay, creo, siempre en ella.45 El artista expresa su actitud creando
una metfora que el espectador ha de captar y que, al hacerlo, le lleva a
experimentar el mundo tal y como el artista lo presenta en su obra. Si entender
la obra es como entender una metfora, necesitamos saber en qu consiste
entender una metfora. Para Danto, si proporcionamos una visin correcta de
la metfora, seremos capaces de dar cuenta de la estructura de la obra de arte.
Adems, como veremos ms adelante, esta estructura puede dar cuenta de las
cualidades retricas que Danto atribuye a las obras de arte, as como de su
poder expresivo.
Segn Danto, cualquier teora de la metfora ha de poder explicar todo
tipo de metforas pero, en particular ha de dar cuenta de las metforas verbales
y visuales. Algunas teoras han tratado -al parecer sin xito- de explicar el
fenmeno de la metfora apelando a un criterio de desviacin del significado
literal del trmino metafrico. Otras, que han caracterizado la metfora en
trminos de ambigedad del significado, han corrido la misma suerte ya que
parece que no puede explicar el caso de las metforas visuales. Necesitamos,
pues, una teora suficientemente comprehensiva que, adems, sea capaz de
acomodar tres aspectos o rasgos universalmente admitidos con respecto al
45
To understand the artwork is to grasp the metaphor that is, I think, always there. Danto (1981), p.
172.
250
251
especial que todos, y solo, los contextos intencionales compartan. Y hasta que
esta condicin de verdad sea hallada, cualquier explicacin de los contextos
intencionales que no pueda generalizarse ser considerada como una
explicacin ad hoc..49
No obstante, Danto parece proponer una teora propia acerca de la
peculiaridad de los contextos intensionales:
La explicacin de la peculiaridad de los contextos intensionales
es que las palabras que se usan en esas oraciones no refieren a
lo que refieren normalmente en el discurso no intensional.
Refieren, ms bien, a la forma en la que son representadas las
cosas normalmente referidas por esas palabras: incluyen entre
sus condiciones de
verdad alguna
referencia a
una
representacin.50
As, cuando S cree que p, S cree en lo que p representa tal y como lo
representa p; de esta manera, podemos dar sentido a que S crea p pero no q,
aunque p y q sean coextensivos, expresen el mismo contenido o tengan la
misma referencia. Por ejemplo, Edipo cree que est casado con Yocasta, pero
no cree que est casado con su madre, aunque Yocasta y su madre son una y la
misma persona. Para determinar si una proferencia intensional es verdadera o
falsa necesitamos, pues, referirnos a como la proposicin involucrada en la
proferencia es representada por el sujeto de la proferencia. Danto intenta
mostrar que esto es cierto en general de los contextos intensionales a travs de
algunos ejemplos de citas, enunciados modales, adscripciones psicolgicas y
textos literarios. Finalmente aplica esta teora a las metforas.
49
(S)ome general explanation of why these various contexts are intensional: some sort of special truth
condition that all and only intensional contexts share. And until this truth condition has been isolated,
explanations of intensionality which cannot be generalized must be regarded as ad hoc., Danto (1981),
p. 180.
50 The explanation of the logical peculiarity of intensional contexts is that the words these sentences
make use of do not refer to what they ordinarily refer to in routine nonintensional discourse. They
refer, rather, to the form in which things ordinarily referred to by these words are represented: they
include among their truth conditions some reference to a representation. Danto (1981), p. 181.
252
253
254
pretenda aseverar, el o ella elige las palabras con las que se aseveran.51 Y lo
mismo puede decirse en otros casos de representacin artstica.
La artisticidad parece, pues, ntimamente ligada a la forma y, de hecho, la
sutilidad del autor y el arte estn contenidos justamente en los materiales
verbales con los que se construye el texto..52 Esta puede ser una de las razones
por las que preferimos leer los textos en la lengua original, ms bien que en
traducciones. En la traduccin parte de las elecciones formales y materiales se
pierden y, aunque el contenido es el mismo, la traduccin sacrifica ciertos
aspectos del significado global de la obra que no dependen exclusivamente del
significado de las palabras usadas.
Sin embargo, ntese que el tipo de prohibicin contra la sustituibilidad en
los casos de la metfora, o de las obras literarias, es diferente al que opera en los
contextos opacos. No es una cuestin de referencia, sino una cuestin de matices,
connotaciones y coloracin, de efecto, en definitiva, lo que est en juego. De
hecho, el caso de la traduccin literaria ofrece un escenario excelente para
reflexionar sobre el caso de la metfora. La cuestin no es que el significado se
pierda completamente al traducir un texto literario, sino que todos aquellos
rasgos que tienen que ver con los aspectos fonticos, el orden de las palabras, el
uso de las palabras -que por razones estilsticas, expresivas, sociales, culturales,
histricas, etc.- tienen ciertas connotaciones, a veces han de ser sacrificados en
la traduccin.53 Desde luego, alguien podra argumentar que es precisamente
por la pertinencia de estos matices para el significado de una obra que sta es, en
general, intraducible, en el sentido de que no hay una forma equivalente o
sinnima capaz de expresar lo que esa forma concreta expresa.
51
(I)n literary texts , in addition to stating whatever facts the author means to state, he or she chooses
the words with which they are stated. Danto (1981), p.188.
52 (A)uthorial subtly and art are contained in just the verbal materials from which the text is built.
Danto (1981), p. 188.
53 Desde luego, un buen traductor es alguien que puede preservar lo ms posible en la traduccin,
alguien que sabe lo que sera el equivalente, si es que hay alguno, de las palabras y expresiones
empleadas.
255
Danto acierta en sealar que al evaluar las metforas, como al valorar las
obras de arte, necesitamos prestar atencin a su objeto y al modo en el que
ste se presenta54, pero si esto es lo que se est afirmando cuando se defiende
la concepcin del arte como metfora, parece que la condicin requerida por el
anlisis de los contextos intensionales es inadecuada para el caso de la metfora.
Incluso si las obras de arte no solo representan temas, sino que las
propiedades del modo de representacin mismo deben ser constituyentes de su
comprensin,55 esto no implica que -como s parece suceder en otros
contextos intensionales- el significado de la metfora sea completamente opaco
cuando el trmino metafrico es sustituido por un sinnimo. En el amor es
ciego, podemos sustituir ciego por invidente y, aunque, obviamente, parte
de las connotaciones desaparecen, el significado no se ha perdido
completamente. Que la fuerza de la metfora resida en las palabras precisas o
en los elementos empleados no implica que el significado metafrico est
opacamente ligado a estos elementos. Cuando considero algo, A, a la luz de otra
cosa, B, percibo A bajo algunos rasgos de B. Ahora bien, si sustituyo B por un
sinnimo, C, obviamente las propiedades de la forma-B se pierden, pero dado
que B y C son sinnimos, la identificacin entre A y C preservar, al menos, el
mismo significado. El problema es que las metforas se consideran como algo
ms que puro significado y que, como hemos visto anteriormente, las
propiedades de las representaciones mismas son relevantes para la evaluacin
de la metfora como un todo. Esta es la verdadera razn por la que la condicin
de no-sustitucin se aplica al caso metafrico y no, como en el caso de los
contextos opacos, una cuestin de referencia. Aunque podemos decir que el
significado de una metfora cambia al sustituir el trmino metafrico por un
sinnimo, la razn de este cambio no es una cuestin relacionada con la
54
(I)ts subject and the way in which it does present it. Danto (1981), p. 189.
(D)o not merely represent subjects, but properties of the mode of representation itself must be a
constituent in understanding them. Danto (1981), p. 189.
55
256
vez
hechas
estas
aclaraciones
debemos
preguntarnos
si,
257
1.5. Retrica
Hemos visto que al caracterizar la obra de arte como una metfora, Danto
apuntaba a su carcter retrico. Comprender la obra es, en cierto modo, captar
el contenido a la luz de la actitud expresada por el artista. Danto compara el
proceso involucrado en captar una metfora con una figura retrica: el
entimema. Un entimema es un tipo especial de argumento que carece o bien de
una premisa o bien de una conclusin, de manera que el oyente debe rellenar el
hueco que deliberadamente se ha dejado en la presentacin del argumento. A
menudo, el hueco se cubre con una verdad obvia, de manera que el oyente no
encuentra dificultades en encontrar aquello que satisfara adecuadamente el
hueco dejado por el hablante.
La cuestin que nos interesa, sin embargo, es que, al colaborar en la
complecin del argumento, el oyente asiente con mayor firmeza al movimiento
que va desde las premisas a la conclusin precisamente por haber aportado algo
a su complecin. Puesto que parte del trabajo para que el argumento resulte
convincente es realizado por el oyente, su aceptacin de las conclusiones se
seguir casi inmediatamente. De hecho, esta estructura es similar a la de algunos
chistes57, en los que se juega con ciertos juicios implcitos que el oyente ha de
aportar para que el resultado sea el esperado.
Danto cree que algo del mismo dinamismo se encuentra igualmente en la
metfora.58 Por tanto, las obras de arte, en tanto que satisfacen esta estructura
metafrica, desencadenan en el espectador un movimiento similar tal que, al
57 Cohen, T., Jokes, Pleasure, Preference, and Value. Studies in Philosophical Aesthetics, Schaper, E., (Ed.),
Cambridge University Press, 1983, pp. 120-136.
58 (S)omething of the same dynamism is to be found in metaphor as well. Danto (1981), p. 171.
258
El poder de la obra es el que est implicado en la obra, y el poder es algo que debe ser sentido.
[(I)t is rather the power of the work which is implicated in the metaphor, and power is something that
must be felt.] Danto (1981), p. 174.
60 (P)ay attention to the work itself. Danto (1981), p. 174.
259
Danto, A. C., The Abuse of Beauty, Aesthetics and the concept of Art, Open Court Publishing, Illinois, 2003
260
62 (T)he question I merely raise at this point is whether it belongs to the definition of art that
something is an artwork if it is inflected to cause an attitude to its content. Danto (2003), p. 121.
63 De hecho, Danto reconoce que al asumir la tesis hegeliana del fin del arte conlleva aceptar (E)l final
de un cierto tipo de humanidad.. [(T)he end of a certain sort of humanity.] Danto (2003), p. 122.
261
1.6. Estilo
262
65
263
69
With those qualities referred to as style, the artist, in addition to representing the world, expresses
himself, himself in relation to the content of the representation. Danto (1981), p. 198.
70 Danto (1981), p. 189.
71 Schapiro, M., (1953) Style en Theory and Philosophy of Art: Style, Artist, and Society, New York, George
Braziller, 1994, pp. 51-102.
72 Style is, above all, a system of forms with a quality and a meaningful expression through which the
personality of the artist and the broad outlook of a group are visible. It is also a vehicle of expression
within the group, communicating and fixing certain values of religious, social, and moral life through
the emotional suggestiveness of forms. Schapiro, M., (1994), p. 51.
264
Esta distincin puede verse tambin a travs de una analoga con el caso
moral. Aristteles distingui entre ser prudente y hacer cosas prudentes. Lo
primero es el verdadero rasgo del sujeto moral, mientras que lo segundo
simplemente conlleva una serie de actos apenas conectados con el carcter
moral del sujeto ya que alguien puede hacer una accin prudente sin ser
prudente. La persona verdaderamente prudente es aquella que sabe discernir la
accin correcta en las situaciones novedosas sin seguir unas reglas de
comportamiento explcitas. As, siguiendo la analoga que estamos estableciendo
entre el carcter moral y la cualidad artstica, lo que distingue al verdadero estilo
de la manera es que el primero comparte con el carcter verdaderamente moral
la ausencia de reglas73.
As, los rasgos estilsticos de Van Goghs expresan el carcter del artista y
no los de aquellos que pintan a la manera de Van Gogh, ya que lo que es fruto
de una actividad no reglada e intuitiva en el pintor holands, es el resultado de
el dominio de una tcnica en el caso del pintor que imita su estilo74.
As pues, Danto regresa a la idea de que el estilo es el hombre y sostiene:
(M)ientras que puede haber diversas propiedades externas y
transitorias de una persona, el estilo comprende al menos
aquellas cualidades que son l mismo de manera esencial.75
Como vemos, la caracterizacin del estilo que Danto trata de
proporcionar es principalmente expresiva. El estilo permite exteriorizar una
73 Podemos expandir esta analoga y decir que una de las ideas de Aristteles era que, puesto que la
prudencia no poda ser aprendida o adquirida siguiendo un conjunto de reglas, una de las formas en las
que puede ser adquirida es observando e imitando a los grandes caracteres morales. Esta es la razn por
la que los modelos ticos son tan importantes a la hora de determinar qu es la prudencia. Si pensamos
ahora en el caso de los artistas, podemos advertir una semejanza: muchos artistas han llegado a ser
grandes artistas imitando a los grandes maestros. Pintores como Ingres o Picasso han mostrado una
ansiedad obsesiva con respecto a los maestros de la tradicin pictrica y han incorporado los rasgos de
stos a su propio estilo o, al menos, han asimilado las preocupaciones que haban motivado a los
maestros.
74 Desde luego, podramos elaborar un caso, altamente improbable, en el que dos artistas desarrollaran
de manera genuina el mismo estilo y no solo superficialmente, sino, siguiendo la visin del estilo de
Wollheim, psicolgicamente.
75 (W)hile there may be various external and transient properties of a person, style at least comprises
those of his qualities which are essentially his. Danto (1981), p. 204.
265
266
76
(T)he concept of symbol I am advancing is almost entirely Hegelian, in that it consists of giving
sensuous material embodiment to what Hegel would certainly have called Idea. Danto (1992), p. 62.
77 En particular, Danto ha adoptado la tesis del fin de la historia del arte, aunque el sentido que ese fin
tiene en Hegel y Danto difiere notablemente. Danto no afirma, con Hegel, que el arte ya no pueda
cumplir una funcin en el mundo contemporneo. Ms bien, lo que niega es que esa funcin deba venir
dictada por la filosofa que es, en realidad, la causa de que el arte tenga una historia.
78 Hegel, G. W. F., (1842) Lecciones sobre la esttica, Madrid, Akal, 1989, p. 78.
267
268
269
Con la diferencia de que para Hegel se trata del Sujeto Absoluto, no hay una metfora, sino verdad.
Danto (1992), pp. 55-71.
270
271
otra, la persona que elige un determinado look est, de algn modo, sealando a
los dems el tipo de persona que quiere ser o mostrar. Al elegir una moda en
cierto sentido estamos eligiendo el aspecto que queremos tener ante los otros y
ante nosotros mismos. As, el look despeinado puede dar a entender que soy una
persona ms bien informal, a la que no le importa excesivamente su aspecto y
que parece vestirse con lo primero que encuentra en el ropero aunque de
todos es sabido que el look de despreocupacin conlleva un enorme esfuerzo de
eleccin y de combinacin aleatoria. As, en este caso, mi look despeinado no es
una mera manifestacin de mi estado de nimo o de un evento mental por
ejemplo, el estrs- sino que he de apelar a mis intenciones estticas para
explicarlo adecuadamente.
Uso un cierto look para expresar alguna creencia o actitud acerca de m
misma y de cmo quiero ser vista por los dems. En realidad, la supuesta falta
de inters en mi vestuario que quiero transmitir muestra, paradjicamente, una
preocupacin considerable por mi aspecto y una conciencia acerca del poder de
las apariencias para configurar la identidad personal y colectiva.
Danto afirma que un rasgo importante de la expresin simblica es que lo
que en el mundo real es una expresin, sera una manifestacin si el mundo
fuera diferente:
Una expresin simblica implica un mundo en el que sera una
manifestacin. La expresin simboliza la realidad en la que
habra sido una manifestacin, o un mero signo, si ese mundo
fuera el real en lugar de este.84
Es decir, lo que en el mundo real est realizado intencionalmente en el
mundo posible representado es natural. Lo que se expresa es sntoma o
manifestacin de una causa. La expresin simblica, en tanto que apunta a un
mundo distinto, perdido o anhelado, al real, nunca puede ser una manifestacin.
84 A symbolic expression implies a world in which it instead is a manifestation. The expression
symbolizes the reality in which it would have been a manifestation, or a mere sign, if that world instead
of this one were real. Danto (1992), pp. 58-59.
272
273
274
lmites de nuestro mundo. Para Danto, los sujetos viven a travs de y, por
tanto, son sistemas de representaciones. Una comunidad o un periodo se
delimita por el conjunto de creencias que sostiene de tal manera que la obra de
arte explota justamente esas creencias y valores para resquebrajar su solidez.
El sujeto, como el autor de las expresiones simblicas, se
define recprocamente por la comunidad de la que puede
esperarse que capte la expresin simblica que la cultura pone
a disposicin del sujeto. El sujeto es la comunidad
interiorizada.86
Que haya un mundo compartido de significados y valores, explica en
parte que la comprensin de ciertas obras, la captacin de la metfora que hay
siempre en otra obra de arte se lleve a cabo con mayor facilidad cuando la
audiencia comparte una buena parte de las representaciones que estn en juego
en la produccin de la propia obra. Sin embargo, esto no quiere decir que una
audiencia distinta no pueda comprender la obra o captar la metfora que la
constituye.
Michael Baxandall ha recordado una distincin que puede ser de gran
utilidad para valorar hasta qu punto es necesario que la audiencia pertenezca al
mundo que proporciona el suelo de representaciones a la obra. Hemos de ser
un temeroso egipcio para experimentar las pirmides o un noble italiano para
valorar la Gioconda? Podemos escuchar las misas de Bach desde un rotundo
ateismo y los cuadros de Pollock sin conocer la fiebre americana de los aos
50? Baxandall distingue entre el participante y el observador como dos figuras
de la interpretacin de la obra de arte que, si bien se excluyen mutuamente por
el tipo de condiciones que una y otra requieren, se complementan en el sentido
de que conjuntamente pueden proporcionarnos una visin global de la obra y
de lo que pretenda. No obstante, Baxandall no cree que podamos acceder del
86
The self, as the author of symbolic expressions, is defined reciprocally by the community that may
be expected to grasp the symbolic expressions the culture makes available to the self. The self is that
community, internalized. Danto (1992), p. 68.
275
276
88
(I)t does what works of art have always done externalizing a way of viewing the world, expressing
the interior of a cultural period, offering itself as a mirror to catch the conscience of our kings. Danto
(1981), p. 208.
277
Finalmente, hay una tercera matizacin que debemos hacer con respecto a
la nocin de encarnar un significado. Danto ha apelado a la nocin fregeana
de Farbung (color o coloracin) para referirse al aspecto expresivo que, en su
opinin, distingue a las obras de arte de las meras representaciones.
Frege introduce este concepto para hacer referencia a un aspecto del
significado de una expresin que no puede ser explicado en trminos del
sentido Sinn- y la referencia -Bedeutung- de la expresin. La Farbung est
relacionada con el uso del smbolo pertenece a lo que llamamos dimensin
pragmtica del lenguaje- y a los aspectos significativos derivados del uso
particular de un signo en un determinado contexto lingstico.
De hecho, ya en The Transfiguration of the Commonplace Danto hace
referencia a este trmino que, contrariamente a la Sinn y la Bedeutung de la
expresin, no apunta al contenido del smbolo, sino al tono que posee dado su
uso en una comunidad. El color de un smbolo no es parte de su contenido
sino de su uso.
El color de una representacin tiene que ver con cmo dicha
representacin es usada dentro de una comunidad o, en particular, dentro de la
obra ms o menos establecida de un artista. Por ejemplo, el uso de ciertas
palabras frente a otras de significado prximo o sinnimo para expresar un
pensamiento o idea nos proporciona cierta informacin acerca del artista, de
sus preferencias formales y tal vez del mundo de representaciones en el que se
desenvuelve su obra. La Farbung se relaciona, pues, con lo que hemos llamado
estilo, es decir, con aquellos rasgos de la obra que expresan el talante es decir,
el modo en el que la subjetividad del artista colorea su experiencia- del artista a
lo largo de su obra. De hecho, la Farbung de la representacin nos dice ms
acerca del artista y del color particular con el que este tie su experiencia que
278
89
279
La proyeccin es concebida como un mecanismo para liberar al sujeto de una cierta ansiedad causada
por una emocin. Al proyectar la emocin sobre un objeto fuera del sujeto, el sujeto se siente liberado
de la emocin y, por ende, de la ansiedad que la emocin causa.
93 La ansiedad acompaa solo a las emociones negativas, por supuesto. Sin embargo, pese a lo que
pueda parecer en un principio esto no implica que la teora de Wollheim no sea suficientemente
comprehensiva. Su concepcin de la proyeccin puede acomodar igualmente emociones positivas.
Vase, Wollheim (1987), pp. 80-89.
94 Las principales diferencias entre la proyeccin simple y compleja es que, en la primera, la emocin se
proyecta sobre un objeto del entorno. La proyeccin no resulta en una determinada experiencia del
mundo como en el caso de la proyeccin compleja, sino que resulta en una determinada creencia
acerca del objeto sobre el que la emocin se ha proyectado.
280
95
Dantos New Definition of Art and the Problem of Art Theories, British Journal of Aesthetics 37
(1997), 386-92.
96
Intencin e Interpretacin: Aporas en la crtica de Danto a la teora esttica en Prez Carreo, F.,
(ed.) Esttica despus del fin del arte. Ensayos sobre Arthur Danto, Madrid, Antonio Machado, 2005, pp. 233256.
281
282
The cartons were certainly about something; and since I was using aboutness to distinguish art from
reality, the cartons would make the first cut. And it seems to me no less clear that they would make the
second cut as well, that of embodiment. () It then became a problem to determinate what paradigm
to use for a real object (). It would require finding something which does not derive some part of its
identity from a network of meanings, and it is not clear that any can be found it is like seeking for
something that is not in the mind in an effort to rebut the claims of Bishop Berkeley: the moment you
find it, it is no longer outside the mind. Danto (2001), pp. xxiii-xiv.
98 Tres Cajas de Brillo: cuestiones de estilo, Despus del fin del arte. Ensayos sobre Arthur Danto, PrezCarreo, F., (ed.), Madrid, Antonio Machado, 2005, pp. 19-40, p. 33.
99 Danto introduce tambin la Caja Brillo de Bidlo expuesta en Not Andy Warhol para mostrar las
diferencias que de significado artstico que estas tres obras manifiestan a pesar de que son
perceptivamente indiscernibles.
283
cada uno de ellos. As, Danto desplaza la cuestin desde el plano de la ontologa
al de la interpretacin que corresponde a cada una de las Cajas, aunque, de
pasada, reconoce que la nocin de mero objeto crucial para la distincin entre
obras de arte y meros objetos- parece requerir una revisin:
As que tratar de afrontar la objecin tratando el arte
comercial como arte. Lo cual se consigue a un cierto precio. El
precio es que ya no puedo proponer como ejemplo de mera
cosa los paquetes de embalaje. El problema que surge es el de
qu paradigma de meros objetos usar, aunque no tratar ahora
de encontrar un sustituto. Simplemente dir que algo es un
objeto real cuando carece de una o de ambas condiciones para
ser una obra de arte.100.
Sin embargo, creo que la frontera que, tras este ejemplo, queda ms
diluida es la que supuestamente separa a las obras de arte de las meras
representaciones. Especialmente, si -como vimos al analizar las posibles
interpretaciones que la nocin de encarnar un significado poda tenerentendemos esta nocin en un sentido amplio. De hecho, muchas
representaciones satisfaran la definicin de arte propuesta por Danto a pesar
de no haber sido producidas bajo ninguna concepcin explicita del arte: por
ejemplo, las pinturas rupestres de Lascaux que el propio Danto situaba fuera del
reino del arte en The Artworld. Una vez que el diseo de Harvey se considera
arte y ste, de manera evidente, no ha sido producido teniendo como trasfondo
una intencin artstica -aunque s significante-, parece que la lnea que separa el
arte del no-arte se ha derrumbado completamente. En cierto modo, la
continuidad que Danto vi en Symbolic Expressions and the Self entre obras
de arte y otros smbolos de la vida cotidiana ha acabado por imponerse101.
100
284
resida
en
su
capacidad
para
proyectar
subjetividades,
para,
285
Quiero sugerir que prestar la suficiente atencin al hecho de que las obras de arte se realizan
generalmente con, e inherentemente en, un material investido de significado artstico, como un tipo
especial de actividad, tiene implicaciones para cmo nos aproximamos a las cuestiones de la intencin y
la interpretacin que Danto mismo puede haber tratado insuficientemente. Costello, (2005), p. 241.
104 Costello (2005), p. 244.
286
287
no puede entenderse como algo que gua a priori la tarea del artista y que por
ello es condicin de posibilidad para determinar el contenido esttico de la
obra. Ms bien el significado de la obra, al construirse en el proceso de
creacin, es el resultado de una amalgama de aspectos cognitivos y afectivos
que no podemos separar y distinguir sucesivamente. Lo esttico al contrario de
lo que sostiene Danto- no puede estar supeditado al significado de la obra
porque ste se ha formado en parte a travs de una respuesta esttica al material
por parte del artista. Como sostiene Costello: La relacin de un artista con sus
materiales, cualquiera que esta sea, no es simplemente instrumental u orientada a
un fin, incluso si est gobernada, en un alto grado, por consideraciones
intencionales y, de hecho, necesariamente cognitivas. () Ahora bien, ponerse
a hacer una obra que satisfaga tal objetivo, por ms complejo que sea, deja
abiertas numerosas formas de hacerlo que permite que las respuestas
sensoriales, afectivas o intuitivas del artista al proceso de realizacin mismo
respuestas a cmo la obra resultante se presenta al ojo, al odo o la lectura
conforme est siendo realizada- repercuten sobre y, como resultado, llegan a
sedimentarse en, el objeto realizado.106.
Adems, parece seguirse de la crtica de Danto a la teora esttica que toda
propiedad esttica de la obra ha de estar justificada, en cierto sentido, por su
contribucin al significado. Dada su dependencia con respecto al significado de
la obra, las propiedades estticas parecen contribuir al significado global de la
obra solo una vez que el significado bsico ya ha sido establecido.
Como puede verse, de esta concepcin se derivan dos conclusiones
indeseables si lo que hemos dicho acerca de la naturaleza de la produccin
artstica es cierto. En primer lugar, la crtica de Danto a la teora esttica no
parece dejar lugar al hecho de que el artista, en su relacin con el material que
manipula, alcance a poner de manifiesto propiedades que resultan, no de una
intencin significativa o comunicativa previa, sino de una relacin afectiva con
106
288
5. Resumen
107
289
290
de arte. A pesar de que esta forma de entender el objeto artstico puede parecer
excesivamente comunitarista despus de todo, los sujetos son conjuntos de
representaciones, para Danto- no creo que deba enfatizarse en exceso este
aspecto a nivel de la interpretacin de la obra de arte. Las obras de arte no son
objetos inteligibles solo para la comunidad en la que han sido realizados. Es
posible, que el tipo de comprensin que participantes y observadores por
retomar la terminologa del historiador del arte M. Baxandall ha proporcionadoobtienen sea distinta, pero la dimensin cognitiva del observador es tan
importante como la del participante y la comprensin de la obra las requiere
tanto como cualquier otro objeto cultural.
En cualquier caso, la obra de arte se convierte, como hemos visto, en el
modo de acceder a un mundo posible que recuerda a la concepcin
gadameriana del arte como smbolo, fragmento, de un mundo originario.
Finalmente, hemos visto que Danto retoma la idea de Farbung
coloracin- en The abuse of Beauty donde, por otro lado, recupera la cuestin de
la dimensin esttica de la obra de arte. Sin embargo, Danto no parece,
finalmente, dar cuenta del aspecto sensible que su nocin de obra de arte como
significado encarnado pareca conllevar. Como ha mostrado Costello, la crtica
de Danto a la teora esttica del arte conlleva, dentro de su propia concepcin
del arte, una infravaloracin del trabajo de produccin de la obra, de la relacin
cognitivo-afectiva del artista con el material que emplea como medio y de las
repercusiones de ese trabajo en el resultado final y en la interpretacin
correspondiente que la obra merece. En definitiva, de los dos componentes que
parecen constituir la obra de arte, el aspecto cognitivo del significado y el
afectivo ligado al aspecto sensible de la obra, Danto parece pivotar su
concepcin sobre el primero.
As, pues, no solo parece que la nocin de encarnar un significado no es
suficiente para dar cuenta de la especificad del arte sino que, tal y como esta ha
sido caracterizada por Danto, parecera distorsionar algunos aspectos centrales
291
292
CONCLUSIONES
293
294
295
apropiado. El ejemplo tpico era las pinturas rupestres de Lascaux, de las que
Danto deca que no podan ser arte dada la carencia de atmsfera terica que
reclama como condicin necesaria para el arte.
Aunque, como se ha dicho en este trabajo, la nocin de mundo del arte
es desplazada en cierto sentido por la definicin que Danto propone en The
Transfiguration of the Commonplace, su repercusin en el panorama terico
contemporneo da cuenta de su capacidad para recoger, cuando menos, una
condicin ineludible del arte contemporneo, si no del arte en general. Por otro
lado, puede sentirse la influencia de la propuesta de Danto en otras definiciones
contemporneas del arte como la de G. Dickie, J. Levinson o Nol Carroll que,
o bien acentan el componente institucional o bien sealan su carcter
esencialmente histrico.
As pues, la nocin de mundo del arte con la que Danto trataba de
distinguir entre el arte y el no-arte ha resultado ser el desencadenante de toda
una serie de propuestas tericas sobre la naturaleza de lo artstico. Incluso
aquellos que consideran que es una condicin demasiado estricta y que
podemos habrnoslas con las tareas de identificacin e interpretacin del arte
sin necesidad de apelar a un mundo del arte (Tilghman, Kennick) han
reconocido la necesidad de un conocimiento del trasfondo terico y prctico de
una determinada obra para identificarla correctamente y para interpretarla
adecuadamente.
Despus de todo, la nocin de mundo de arte recoge una idea que, en
otros mbitos como la historia del arte, ya ha cristalizado; es la idea de que la
obra de arte en tanto que producto cultural no puede interpretarse
correctamente sin tener en cuenta el trasfondo terico-prctico en el que es
producida. La obra de Picasso, Les demoiselles dAvignon (1907), solo puede
interpretarse correctamente si tenemos en cuenta el impacto que tuvieron en
Picasso las exposiciones del llamado arte primitivo que tenan lugar en Pars
durante el periodo en el que el artista trabaj en esta obra para la que realiz
ms de 100 bocetos y dibujos preparatorios-, as como el contexto terico y
296
297
298
299
300
forma conlleva un cambio en el efecto que produce. Esta es la razn por la que
en la obra no podemos separar fcilmente la forma del contenido y por la que
no es posible captar el significado si no es a travs de la experiencia que
provoca. Una parfrasis de la obra, por ms completa que sea, no puede
reproducir el efecto de la obra misma.
Por otro lado, la estructura metafrica explica parte del poder retrico
atribuido tradicionalmente al arte y que el propio Danto trae a colacin. Al
igual que en la metfora, en el arte el espectador ha de asentir al juego de
identificaciones que se le propone y descubrir el significado que sta trata de
proporcionar. Al colaborar en este juego, el espectador no es un mero receptor
pasivo de un mensaje sino que, en cierto modo, su trabajo imaginativo
contribuye a la terminacin de la obra y de su sentido y, al hacerlo, su
experiencia se enriquece activamente.
Como hemos visto, Danto ha mantenido esta concepcin de la obra de
arte como significado encarnado a lo largo de toda su obra. Sin embargo, las
nociones de ser sobre algo y encarnarlo no han bastado para determinar lo
especficamente artstico.
Como N. Carroll ha sealado, muchas representaciones satisfacen la
definicin del arte de Danto, esto es, encarnan un significado o expresan una
actitud: las cajas Brillo en las que se inspir Warhol, la gran mayora de las
representaciones propagandsticas, la msica popular e, incluso, algunos objetos
de diseo, pueden perfectamente satisfacer esta definicin. Si la msica pura
tiene
contenido
pesar
de
que
su
naturaleza
parece
rehuir
la
301
302
303
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SUMMARY
Dantos first attempt to provide an answer to the question of arts definition was in his The
Artworld The Journal of Philosophy, 61 (1964), 571-584; nevertheless, he remodelled it in his The
Transfiguration of the Commonplace, Harvard University Press, 1981.
2 Mandelbaum, M., Family resemblances and generalization concerning the arts American Philosophical
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319
320
In the second place, his notion of artworld which I explore in chapter Ihas captured an important feature of art that, I believe, cannot be denied
without embracing an over-inclusive view of art. This feature is that arts
production seems to have a reflexive component; that is, that artists seem to
require a certain awareness of what is art in order to properly produce art.
Therefore, I assume Dantos view is right at least in these two things: (i)
that certain assumptions about the perceptual nature of arts specificity has
wrongly lead the development of traditional arts theory and (ii) that art
involves certain awareness about itself as a practice in order to distinguish it
from other activities.
Finally, his account, though incomplete, has a further virtue. Arts essence
as it is defined within his theory- may be useful to explain artworks value for
us. It is due to its power to represent something through embodying it that we
relate to artworks not only cognitively but also affectively and, hence, we learn
something about the world represented and about ourselves in a way that
overcomes the mere cognitive aspect.
The project
In Chapter 1 I examine the experiment of indiscernibles, its role and
pertinence for arts theory, as well as the philosophical assumptions about
perception that its acceptance involves. In Chapter 2, I look at the notion of
artworld, its role in fixing arts identity and correct interpretation. I look
mainly at The Artworld6, and its latter development in The Transfiguration of the
Commonplace7, where Danto gives up the ontological connotations of the notion
of artworld. Chapter 3 and 4 are devoted respectively to the conditions offered
by Danto as definitional of art: aboutness and embodiment conditions. These
chapters have a similar structure for they start by trying to clarify the sense in
which these notions must be understood and are followed by some possible
6
7
321
worries that might be arisen against them. Danto has claimed that these two
conditions provide a full definition of art but, as it has turned out, they cannot
neatly leave out some representations that we intuitively regard as non-artistic.
Indiscernibility
If something has become a characteristic feature of Dantos way of facing
the problem of arts definition, this is the experiment of indiscernible
counterparts. Though it might be used for different purposes, it always presents
us with the case of two or more perceptually indiscernible objects that,
however, belong to different ontological categories. For example, in The
Transfiguration of the Common Place, Danto presents a set of red squares where
some of them are artworks while others are mere objects. According to Danto,
the possibility of these cases involves that art cannot be simply identified by
perceptual inspection; we need a theory about art, a set of conditions that
artworks satisfy, in order to tell apart art from non-art. Therefore, arts nature
must be accounted for in philosophical terms8. That the question of art needs
to be answered philosophically might not be at odds with common sense; after
all, arts practice has been accompanied all along its history by theoretical
reflections about its nature, role, and value. However, that art cannot, in
principle, be identified by sheer perceptual inspection has become a more
controversial claim and has been subject of criticism by those who also
opposed the experiment of indiscernible as an adequate method to deal with
arts definitional problem.
Dantos point is that if the conditions of the experiment are accepted,
then art cannot be defined merely in perceptual terms; for it is conceivable to
find objects that are perceptually indiscernible from artworks but that lack
artistic status. To this strategy we can find at least two different criticisms. The
8 Danto thinks that it is a mark of the philosophical character of a problem that it can be framed in
terms of indiscernibility. This claim has been defended in Connections to the world: The Basic Concepts of
Philosophy, San Francisco, Harper and Row, 1989 y en What Philosophy is: a Guide to Elements, London,
Harper and Row, 1968.
322
first one is rather general and it does not really question the conditions of the
experiment, but its relevance for the question of art. In this line, Richard
Wollheim9 and Benjamin Tilghman10 have rejected the experiment of
indiscernible counterparts because they think that the situation pictured in it
cannot be generalized to all art. If it were true that each time we encounter
artworks we have to solve something like the puzzle proposed by the
experiment, then we should abandon an important amount of assumptions we
usually hold about art. Moreover, it is precisely because the experiment portraits
limit-cases such as the ready-made- that it cannot be taken as a guide to solve
the problem of arts definition.
The second criticism11, however, seems to challenge Dantos theory of
perception. Thus, insofar as this criticism rejects the perceptual theory that
grounds the very formulation of the experiment, it would threaten the
experiment itself. The idea that seems to provide the core of the criticism is the
well-known claim about the permeability of perception by thought or language.
If this claim is true, then the perceptual indiscernibility hold by Danto seems to
vanish. Two different questions must be faced in this case. First, whether the
perceptual view hold by Danto is adequate and, second, whether in order to
preserve the point of the experiment we need to embrace it for it could be
that Dantos perceptual view is wrong, but that we need not to embrace it in
order to ground the experiment.
Dantos discussion about perception is framed by the conflict between
perceptual internalism and externalism, as he calls it. After Dantos
characterization, perceptual internalism is the view according to which the
content of our perceptions are permeable to our conceptual schemata, so that
9 Wollheim, R., Dantos Gallery of Indiscernible in Danto and his Critics, Rollins, M., (ed.), Blackwell
Publishers, 1993, pp. 28-38.
10 Tilghman, B., But is it Art? Oxford, Blackwell, 1984.
11 The criticism, as I present it, has not been developed by any particular author; however, some have
tried to show that the experiment could be undermined if we bring into focus this claim about
perception. For example, Garry Hagberg in his The aesthetics of Indiscernibles in Visual Theory,
Bryson, N., Holly, M. A., & Moxey, K., (eds.), Polity Press, 1991, pp. 221-230, and Richard Wollheim,
in the article mentioned in note 4, have tried to ground a possible criticism to the experiment by
appealing to this claim.
323
different descriptions of the same sensory input will bring about two different
perceptions. Danto places the origin of this view in Wittgensteins reflections
about the notion of seeing-as and aspect perception. I have tried to show that
it is within philosophy of science where its presence has become more frequent
through authors such as Thomas Kuhn12 and N. H. Hanson13. Normally,
internalism appeals to the changing in our way of perceiving things once new
pieces of information are provided; in short, they hold the plasticity of
perception. Externalism, by contrast, fit a modular conception of the mind,
such as Fodors14, which claims the relative independency of each mental
module. Hence, the perceptual module will be autonomous with respect to the
cognitive one. Normally the kind of evidence the externalist relies upon is of
cases of perceptual illusions, where in spite of the perceivers knowledge about
the facts observed, the perceptual experience remains intact. A second
argument for the externalist view is grounded on the comparison between
animal and human perception. Both species seem to share certain recognitional
abilities, but animals, contrary to humans, are not usually attributed conceptual
capacities. Therefore, at least those perceptual abilities shared with animals
cannot be permeable to thought or concepts; for it seems uncontroversial that
animals lack conceptual abilities. Of course, Danto is not assuming that all
perceptual content in human experience parallels the animal case, but he thinks
that at least at a certain level of recognition, we satisfy what Danto calls the
pigeon within us all.15
I hold that arguments based upon perceptual illusions cannot be sufficient
to prove the truth of the externalist view; since these cases can also be
12
Kuhn, T., The Structure of Scientific Revolutions, Second Edition, Enlarged, University of Chicago Press,
1970.
13 Hanson, N. H., Patterns of Discovery: an Inquiry into the conceptual foundations of science, Cambridge
University Press, 1958.
14 Fodor, J., The Modularity of Mind (1983) and Prcis of Modularity of Mind in Fodor, Jerry A., A theory
of Content and Other Essays, Cambridge, MIT Press, 1990, pp. 195-206.
15 Danto, A. C., The pigeon within us all. A Reply to three critics The Journal of Aesthetics and Art
Criticism, Winter 2001; 59 (1), pp. 39-44. See also Danto, A., Depiction and the Phenomenology of
Perception in Bryson, N., Visual Theory, Bryson, N., Holly, M. A., & Moxey, K. (eds.), Polity Press,
1991, pp. 201-215; Danto, A., Animals as Art Historians in Beyond the Brillo Box. The visual Arts in PostHistorical Perspective, Berkeley, University of California Press, 1992, pp. 15-31.
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Danto, A. C., Description and the Phenomenology of Perception in Visual Theory, Bryson, N.,
Holly, M. A., & Moxey, K. (eds.), Polity Press, 1991, pp. 201-215.
18 A chapter back I cited the slogan in the philosophy of science, which holds that there is no
observation without interpretation and that the observation terms in science are, inconsequence,
theory-laden to such a degree that to seek after a neutral description in favor of some account of
science as ideally unprejudiced is exactly to forswear the possibility of doing science at all. My analysis
of the works of J and K -- suggests that something of the same order is true in art. To seek a neutral
description is to see the work as a thing and hence not as an artwork: it is analytical to the concept of an
artwork that there has to be an interpretation. To see an artwork without knowing it is an artwork is
comparable in a way to what one experience of print is, before one learns to read. . In art, every new
interpretation is a Copernican revolution, in the sense that each interpretation constitutes a new work,
even if the object differently interpreted remains, as the skies, invariant under transformation Danto
(1981), pp. 124-125.
19 In a sense, Danto is presenting a straw man so that his criticisms against it would be difficult to
reject.
17
325
consequences that Danto attributes to it, would press Dantos perceptual view,
and would be more resistant to Dantos criticisms. Nevertheless, Danto does
not take into consideration such an opponent and his arguments are directed
against the internalist claim as it has been characterized.
I think that though the strong version of the internalist claim can be
correctly rejected after Dantos criticism about its idealist character, the soft
version can still play a critical role. An acceptable formulation of the internalist
claim would hold that perception is permeable to knowledge but it would not
commit itself with the ontological consequences pointed out above. That is, we
would have the plasticity of perception without embracing the claim of distinct
perceived worlds which, in turn result from having different conceptual nets
through which our perception reaches the world. In fact, Richard Wollheims20
criticism can be considered under this light. His thought about the experiment
and its relationship with perceptions theory is that, though perceptual
indiscernibility could be accepted at a very basic level, it seems implausible that
the experiment plays any crucial role in our relationship to art once the
pertinent information is in place. Thus, the experiment of indiscernibles is
either irrelevant or it wrongly portrays arts experience. Therefore, Wollheim
holds a form of internalism that does not involve the idealist aspects of the
strong version, but he still questions the validity of the experiment for the
question of art.
As I see it, the output of these debates leaves untouched the core of the
indiscernibility thesis, which is that two objects may be perceptually
indiscernible and belong to different ontological categories. Moreover, even if
we do not accept Dantos view about perception, the conditions of the
experiment can be met, for example, by an internalist such as Wollheim.21
Therefore, the experiment itself cannot be rejected without embracing the
strongest and most implausible form of perceptual internalism. It remains,
20 Wollheim, R., Dantos Gallery of Indiscernibles in Danto and his Critics, Rollins, M. (ed.), Blackwell
Publishers, 1993, pp. 28-38.
21 In any case, after Dantos classification.
326
however, the question whether it is a useful tool to deal with the question of art
definition. To this problem I have no straightforward answer. On one hand, it
seems that insofar as it portrays a possible situation indeed, the case of the
ready-made will provide some historical examples of the condition presented by
the experiment- it touches an important aspect of art that, until recently, had
remained unnoticed: that arts status is significantly linked to its genetic
conditions rather than to an specific appearance. On the other, it seems an
assumed view that artworks value and status is intimately related to its aspect,
for our appreciation and interpretation of artworks starts and ends in it. I tend
to think that the experiment shows at least an important fact abut arts
identification: that merely looking at the object may be insufficient to decide
whether we are in front of an artwork or in front of something that could be an
artwork but that it is not.
The Artworld
Together with the introduction of the experiment as the putative method
to deal with the arts definitional problem, Danto introduced the notion of
artworld. In his seminal article The Artworld22 Danto tried to account for
the differences between two indiscernible objects -Warhols Brillo Boxes and the
brillo boxes that occupied the shelves of the supermarkets- by relating the
former to the existence of an artworld. After him, an artworld is mainly
constituted by artistic theories that, in turn, provide distinct criteria to tell apart
art from non-art. Thus, the Sistine Chapel is art because Raphael lived and
worked within an artworld where the work in question could be regarded as a
putative example of art due to the specific arts theory that characterized the
artworld at that time.
According to Dantos characterization in The Artworld, the concept of
artworld plays an ontological role, since artworks cannot exist out of an
22
327
24
328
contrary, we already have accurate means to identify and interpret art. On one
hand, holders of aesthetic theories of art claim that arts identification cannot be
detached from the works capability to produce an aesthetic experience in the
beholder. For this reason, works that do not provide a distinct kind of
experience within which we appreciate their artistic value cannot be regarded as
art simply because they have been created within an artworld. On the other
hand, within wittgensteinian approaches it is assumed that the notion of family
resemblances suffices to discern art from non-art, so that we do not need any
theory of art or other sophisticated notion, such as an artworld, at all in order
to identify art.
Danto has explicitly answered these two possible worries and has rejected
the pictures of art that back them25. To the aesthetic view, he says that unless
we already know that an object is an artwork, we must admit that a perceptually
indiscernible object from it will grant the same aesthetic experience. Hence, the
aesthetic view cannot offer the mechanism to distinguish between art and nonart. Moreover, the aesthetic character of a work partly depends upon the
category, period, style, etc., under which the work in question has been done,
therefore, only when we have already identified an artwork as such it is possible
to determine the character of the aesthetic experience it will provide. The
criticism does not imply that artworks do not provide aesthetic experiences
they do and this is an important feature in their nature-, but that they cannot
play the identificatory role the aesthetic view attributes to them.
On the other hand, Danto has replied to the wittgensteinian approaches
that challenge the necessity of an artworld and art theory in order to identify art
by appealing to the notion of family resemblance. He reproduces the very
experiment upon which the criticism is based in order to show that the notion
of family resemblance will be useless in identifying art from non-art. In an
25 Danto has argued against the aesthetic theory of art in The Transfiguration of the Commonplace, pp. 91-95
and against the wittgenstinian claim about the dispensability of an art theory for art identification in pp.
60-64.
329
26
Kennick, W., Does Traditional Aesthetic Rest on a Mistake? Mind, 67 (1958), 317-34.
In particular, this notion has become central for the Institutional Theory of art developed by George
Dickie in Art and the Aesthetics: An Institutional Analysis, Ithaca, New York, Cornell University Press, 1974
and in The Art Circle: A Theory of Art, New York, Haven, 1984.
28 For the notion of artistic identification, see Danto (1964), pp 577-580. Also Danto (1981) pp. 125127.
29 This is an is which is of transfigurative kin to magical identification, as when one say a wooden doll is
ones enemy, (). To mythic identification, as when one says that the sun is Phoebuss chariot (); to
religious identification, as when one says that wafer and wine are flesh and blood; and to metaphorical
identification, as when one says that Juliet is the sun. () Each of these identifications is, of course,
consistent with its literal falsehood, but there is a pragmatic difference between some of them I except
27
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331
It can be noticed that a similar argument is put forward by Kendall Walton in his article Categories
of Art in Aesthetics. A Critical Anthology. Dickie, G., Sclafani, R. & Roblin, R., New York, St Martin
Press, 1989, pp. 394-414.
33 Fry, R., The Grafton Gallery I, The Nation (London, Nov. 19, 1910) pp. 31-following, Quoted in
Tilghman, B. R., But is it Art? p. 74.
332
retrospective attributions that are valid. Hence, there are typical cases of
attributions that are essential to our common description and classification of
artworks, such as stylistic predicates. Style predicates are not normally available
when an artist is working on her work; a style usually takes time to form itself.
When we talk about a periods style, we normally do so when some time has
gone by and we can look back at that period in such a way as to being able to
point out what features are characteristic of it; when, on the other hand, what is
at stake is an artists style, we might surely not be able to identify a feature as
belonging to her style until her work is enough developed. Stylistic categories,
then, are such that cannot be normally applied contemporarily. At the same
time, we cannot make sense of our normal characterization of artworks without
using stylistic predicates, so at least this case of retrospective attribution of an
artistic predicate cannot be dropped out.
Style is, in Dantos view, a special category because its nature is intimately
related to the logic of historical discourse. That means that a stylistic predicate
cannot be wholly ascribed to a work in the very moment it is done; rather, for a
stylistic attribution to be accurately applied, it is usually necessary that some
time has gone by.
The notion of artworld, arts theory, artistic identification, and artistic
predicate provide, then, the elements of Dantos first answer to the problem of
arts definition. Though some of them are dropped out in latter works, together
they give a sense of his view about art, its historical and theoretical character,
and its representational nature.
Aboutness
Dantos definitional project undergoes a shift in The Transfiguration of the
Commonplace and, where he put forward his arts definition in terms of the
notions of aboutness and embodiment.
The notion of aboutness is, however, ambiguously used and sometimes it
seems to point to the representational character of works such as figurative
333
35
334
identical with giving up the modernist project of arts autonomy. Are these
works counterexamples to Dantos definition? I claim they are not. In an
extremely modern vein, these works meaning is arts nature and its relationship
to the spectator. In the very experience they aim at provoking they are
exemplifying a certain view about arts place in modern life.
Danto had answered the challenge by minimal works and other similar in
the sense that all the attempts to create works of arts without a subject consist
of creating works with this as content. So they are works meaning nothing, and
not works without meaning. After the second sense of aboutness, these works
are the result of a practice of creating meaningful objects paintings, sculptures,
ready-made objects-, even when these particular works want to be referring to
nothing.
The second set of works that present a problem to the applicability of the
aboutness condition comes from absolute music and decorative arts. Works of
absolute music as well as pieces of abstract decoration seem to be about
nothing. Both of them were pointed out by Gombrich as the result of a search
for order, as opposed to the search for meaning that is prominent in other
arts36. Different ways to achieve order as well as different orders are felt as
differences among information and chaos, tension and termination of it. Works
of pure music and decorative arts are usually ascribed expressive properties, and
Danto has pointed out this feature as sufficient to guarantee the applicability of
the aboutness condition.
Nevertheless, there have been some attempts to account for the
expressive ascriptions of absolute music that resist the assimilation of the
expressive phenomenon to the representational one. I analyze Peter Kivys
criticism in his Philosophies of Arts. An Essay in Differences37, where he has
reiteratively defended the view that it is a mistake to reduce all the arts to the
representational model. In his view, we should pay attention to the specificity of
36
37
Gombrich, E. H., The sense of Order. A study in the psychology of decorative art, London, Phaidon, 1979.
Kivy, P., Philosophies of Arts. An Essay in Differences, Cambridge University Press, 1997.
335
each artistic medium and try to explain their particular features and possibilities.
According to him, it does not imply that some artistic forms are less valuable
than others. Absolute music, as he says, is meaningful precisely because of its
lack of meaning. Nevertheless, there might be a final way to rescue the notion
of aboutness for these cases. Here I try to preserve Kivys intuitions about the
expressive aspect of absolute music as well as maintaining a certain sense of the
aboutness condition. The solution comes from an author that shares with
Danto the belief in the symbolic nature of art. Goodmans theory of art38
provides, I think, a useful set of categories that allow explaining the different
ways in which an artwork can symbolize without reducing them to the notion
of representation. Thus, the notions of denotation, exemplification and
expression may qualify as a useful set of categories that cover all the cases of
symbolization an artwork can satisfy. Finally, the notion of aboutness, although
not free of the concerns we have presented here, seems to hold for all art after
all.
Embodiment
Dantos second condition for art, the notion of embodiment, is meant to
provide the specific feature that distinguishes artworks from other
representations. However, I find the notion lacks a precise definition within
Dantos work, so I suggest examining some of the contexts in which this
condition has been developed as well as the analogies Danto has provided in
order to provide an approximate understanding of it.
First of all, I propose to examine what we have in mind when we say, for
example, that a person embodies beauty or courageousness, or that a building
embodies somebodys power, or that a painting embodies a certain attitude
towards the historical fact it depicts. In these cases, I take that we mean that the
person in question is an outstanding example of beauty, that the building has
38 Goodman, N., Languages of Art. An Approach to a Theory of Symbols, Indianapolis/Cambridge, Hackett
Publishing Company, INC. 1976.
336
become a symbol for that persons power, and that the painting express a certain
attitude under which the historical fact is represented. So, at least within the
range offered by these examples, embodiment is related to exemplification,
symbolization and expression. In fact, Danto calls upon these terms in his
attempt to characterize the embodiment condition.
Embodiment literally means to provide flesh to something that lacks it, or
to give sensory appearance to something that is immaterial such as an idea or
thought. Symbols, for example, paradigmatically provide an image to something
that is abstract or immaterial. Thus, in principle, the notion of embodiment
means providing a sensory access to those things that normally do not have a
material reality. Through embodying a concept, for example, we provide a
perceptual way to grasp it, an appearance to apprehend it as when we
represent the concept of infinite with a loop. Similarly, artworks, through
embodying their contents not only provide a representation but a special way to
grasp the content represented. In this sense, grasping an artworks content does
not merely require acknowledging the represented content, but also responding to
it as the body it is, that is, to the way the content appears. We are affected for
his presence. Embodiment is, then, related to providing an appearance, a
particular flesh, to an idea, thought, etc.; therefore, in experiencing the artwork
we grasp the content through that appearance. But we do not merely
understand the meaning intended by the artist but also respond to the way this
meaning is presented to us.
Moreover, in Dantos view, as it is presented in The Transfiguration of the
Commonplace, what is embodied in the artistic representation is a certain point of
view or attitude upon the represented content. The thing represented is shown
under a certain light or perspective: that of the artist. How can an artist express
her attitude towards a subject? Though Danto does not say much about
expression itself, he assumes that an artist expresses herself through her style.
337
40
338
339
42
Gadamer, H. G., La actualidad de lo bello. El arte como juego, smbolo y fiesta, Introduccin de Rafael
Argullol, Barcelona, Paids, I.C.E. de la UAB, 1991.
340
43
341
German philosopher45 and he completely assumes the thought that, given the
representational character of art, the critics role consists in assessing the
relationship between the content of the work and the way this content is
presented. Artworks embody their content and, hence, the beholders work
must be examining how a given content is presented, how it is embodied in a
specific work. The task (of the critic) is twofold: to identify what the work
means and then to show how that meaning is embodied in the work46
Finally, the notion of embodiment seems to undergo a pragmatic shift in
Dantos The Abuse of Beauty47, a work that, among other issues, undertakes the
problem of the aesthetic answer to art and its relationship with the question of
the content represented. Danto claimed in The Transfiguration of the Commonplace
that what makes something an artwork are considerations that go over and
above questions about Sinn and Bedeutung48. The relevant notion is, nevertheless,
another Fregean concept: the notion of Farbung (coloration). The colour of a
representation adds nothing to its meaning or content, rather it is a matter of
nuances and evocated connotations; it has to do with the use of a given symbol,
with the associations that it triggers within a community. Indeed, this aspect of
representations is closely linked to the rhetorical aspect of artworks pointed out
above. The beholder who is acquainted with the referents employed by the
artist is able to get the point of the work easily; she follows the path set up by
the artist without much interpretative effort, as if the work speaks to her in her
own language. This fact, which explains the rhetoric effect that successful
artworks possess, does not imply, however, that a viewer, who is not familiar
with the system implicit in the representation, cannot be properly addressed by
the work. The process of understanding might be less direct and the resultant
experience less immediate, but this does not preclude that it can be understood.
45
the concept of symbol I am advancing is almost entirely Hegelian, in that it consists of giving
sensuous material embodiment to what Hegel would certainly have called Idea 45 Danto (1992), p. 62
46 Danto (1994), p. 13
47 Danto, A. C., The Abuse of Beauty. Aesthetics and the concept of Art, Open Court Publishing, Illinois, 2003.
48 See quotation Danto (1981) pp. 147-8, in pages18-19 of this summary.
342
Also in The Abuse of Beauty there seems to be a certain shift towards the
aesthetic aspects of artworks and their inflecting role in the embodiment of a
meaning. Though he claimed, I am not in the least interested in formal
features of the work unless these connect with the meaning49 it seems that
artworks, at least insofar as they are embodied, not only appeal to our
understanding, but also to our affectivity. Since artworks are not bare meanings,
but embodied meanings, their material aspect must have some effect upon our
sensibility50. Nevertheless, Dantos interest in what he calls inflectors barely
touches the core of his view51; though he considers their role in arts experience
they do not seem to be central for his arts characterization.
Finally, it seems that though the notion of embodiment is meant to
capture the material aspect that every artwork has, Dantos view of art falls on
the side of meaning. That is why some has regarded his proposal as excessively
cognitive and as undermining arts affective impact upon our sensibilities.
Conclusion
I have tried to examine Dantos art definition, its modifications and the
view about arts nature and essence implied by it. I think that it must be
acknowledged that, after the experiment of indiscernible, arts definition cannot
be merely understood in terms that have traditionally constituted it. Art needs
not have a particular appearance, though its appearance has a full importance
when it comes to the experience it provides.
49
343
Moreover, I think that Danto has also provided the necessary elements
for arts interpretation. In particular, in his taking into consideration the
historical constraints upon interpretation, he has avoided embracing a too
restricted view about artworks value. Each artwork demands a particular
evaluation and only by paying attention to the kind of intentions and regards
relevant in its production can we aspire to properly capture its core. In this
sense, arts definitions, which excessively rely upon aesthetic value as a criterion
for art, might overlook other non-aesthetic regards under which art has been
also produced.
Nevertheless, as it has been pointed out, Danto apparent balance between
matter and meaning -that the notion of embodied meaning seems to provideis usually destabilized on the side of meaning. For him, arts value is mainly
cognitive and, though artworks teach us through embodiments, Dantos attention
to our affective response to the flesh of artwork seems relative to the artworks
capacity to provide meaning. What he seems to overlook is that bodies also
transmit meaning in their own way, through affecting our eyes, ears and skin.
344