Arte y Narco Corrido
Arte y Narco Corrido
Arte y Narco Corrido
ARENAS
Revista Sinaloense de Ciencias Sociales
DIRECTORIO
M.C. Hctor Melesio Cun Ojeda, Rector de la Universidad Autnoma de
Sinaloa.
Dr. Jess Maduea Molina, Secretario General.
Dra. Silvia Paz Camacho, Secretaria Acadmica de Rectora.
Mtro. Vctor Morales Parra, Director de la Facultad de Ciencias Sociales.
Dr. Segundo Galicia S., Coordinador de la Maestra en Ciencias Sociales.
Consejo Acadmico de la Maestra:
M.C. Pedro Brito; Dr. Arturo Lizrraga; Dr. Arturo Santamara (Arbitraje
y Dictamen).
Consejo Editorial:
Dr. Luis Astorga Almanza; Dr. Jos Luis Beraud Lozano; M.C. Pedro
Brito Osuna; Dr. Nery Crdova Sols; Dr. Segundo Galicia Snchez; Dr.
Ernesto Hernndez Norzagaray; C. a Dr. Ren Jimnez Ayala; Dr. Arturo
Lizrraga Hernndez; M.C. Roxana Loubet Orozco; Dr. Carlos Maciel;
Dr. Rigoberto Ocampo Alcntar; Dr. Arturo Santamara Gmez; Dra.
Lorena Schobert.
Direccin Editorial:
Nery Crdova Sols
Subdireccin:
Jos Luis Franco
Revisin, Edicin y Diseo:
Pedro Humberto Rioseco Gallegos
Fotografas:
Gabriela Polit. Investigadora. University State of New York. Coleccin:
El taller de Lenin Mrquez.
Arenas, nmero 12, publicacin trimestral de la Maestra en Ciencias
Sociales. Facultad de Ciencias Sociales. UAS. Verano del 2007. Tels:
(669) 9810762 y 9812100. [email protected]
Prxima temtica (Arenas 13, Otoo 2007): Posmodernidad, nihilismo
y movimientos underground. Coordinador: Ren Jimnez Ayala.
CONTENIDO
Presentacin.....4
ARTE Y VIOLENCIA: en torno a la fenomenologa del mito
Gabriela POLIT...8
PINTURA Y LITERATURA: los otros rostros
de la transgresin
Nery CORDOVA....35
EL NARCOCORRIDO como mini-relato de vida
Catherine HEAU LAMBERT.....54
PRESENTACION
Abordamos de nuevo un tema ampliamente conocido y divulgado, a
travs sobre todo de los mismos artculos de la industria cultural, pero que en
realidad ha sido poco estudiado, con las metodologas de las ciencias
sociales, para intentar ver los trasfondos, los telones del espectculo
publicitario y los talones formales del discurso, as como los alcances
sociales, la trascendencia cultural y las limitaciones artsticas de los propios
productos culturales generados en la parafernalia del narcotrfico. Como
puede deducirse del ttulo de esta entrega de Arenas, Revista sinaloense de
ciencias sociales, el narcocorrido es el asunto central. Aunque en Mxico,
y especialmente en Sinaloa, con presuncin de perdonavidas casi todo
mundo dice saber y conocer, estar informado y hasta ser un experto en torno
a las vicisitudes de la problemtica, en estricto sentido son muy pocos los
acadmicos, analistas e investigadores que se han inmiscuido en el estudio y
la interpretacin de fondo de ste que es un aspecto cultural significativo, y
que en especial tiene que ver, con claridad, con un producto cultural gestado
desde las entraas subalternas de la sociedad, desde las telricas honduras de
la cultura popular. O quiz algo influya, en la escasez analtica, la precaucin
y la adrenalina implcitos que como fantasmas reales caminan de los brazos
de la violenta industria de las drogas ilegales del pas.
En Cultura, Arte y Narcocorrido: los otros rostros de la
transgresin (nmero 12, Verano del 2007), investigadoras de diferentes
naciones, con nexos varios con nuestro pas, aceptaron gustosas la invitacin
para disertar sobre el tema, desde sus particulares perspectivas tericas.
Salvo por los muy frecuentes trabajos sensacionalistas de ndole periodstico
(en general anecdotarios policiacos), que abundan, no deja de ser curioso y
paradjico que las pesquisas y las reflexiones exhaustivas sobre las drogas
ilcitas en Mxico las estn realizando estudiosos de otros pases. Por lo
pronto las colegas universitarias (de Ecuador, Colombia, Francia y Suiza),
acaso en los ngulos de los mtodos con alguna cierta ventaja en materia de
objetividad por su relativo distanciamiento con el objeto de estudio, nos
muestran varias facetas prismticas sobre los artculos de la cultura de
masas, en especial el narcocorrido, uno de los gneros surgidos de las
veneras de la cultura popular. Desde la perspectiva general de los estudios
culturales han abordado varios aspectos de la conflictiva temtica en
distintos momentos y mucho tienen que decir.
El corrido sobre drogas y traficantes es slo un producto o
engendro perverso, tanto de los autores como de los cantores y de la
industria mercantil de los medios masivos de comunicacin? Hay algo ms
que el vil comercio del morbo? En tanto que obra cultural, habr en la
msica sobre el narco rasgos o elementos sustantivos de arte y realizacin
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Sigo aqu una distincin establecida por Levinas, entre el conocimiento que parte
de los conceptos como instrumentos del saber y el arte que apela y afecta a nuestros
sentidos. Si en primera instancia la divisin de Levinas sugiere una posible jerarqua
entre el mundo del conocimiento y el del arte, es necesario fortalecer la nocin de la
percepcin fenomenolgica, como se explica en la nota 1.
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particular en estas muertes y cul es la apuesta tica y esttica del artista que
confronta, crea y produce arte en esa realidad?3
Cuando llegu a Culiacn en enero 15 del 2007, se anunciaba en los
medios de comunicacin la llegada de un importante contingente del
ejrcito. Era parte de la flamante poltica del Presidente Felipe Caldern
contra los grupos dedicados al trfico de drogas ilegales. En conversaciones
casuales, sin embargo, algunos culichis me explicaban que los ataques no
seran contra los capos. Aseguraban que sera una puesta en escena con la
que el nuevo gobierno quera complacer a los vecinos del norte. As,
Caldern seguira la poltica de Fox, que fortaleci al grupo de Sinaloa
mientras debilitaba a los grupos rivales en el negocio ilcito. Aseguraban que
los nicos que resultaran afectados por la presencia del ejrcito, seran los
campesinos dueos de sembrados pequeos. No era la veracidad en todos
estos comentarios lo que llamaba la atencin, sino el nivel de incredulidad
con que la gente daba cuenta de la accin del gobierno. Este escepticismo
mostraba tambin cierta apata, simplemente porque la poblacin no tiene en
qu creer. La sorpresa fue an mayor cuando en el noticiero de la noche, el
gobernador del estado apareci frente a un grupo de soldados allanando
casas en una poblacin rural, y afirmaba que el ejrcito estaba actuando con
firmeza pero que contemplaba el respeto a los derechos humanos.4
La incredulidad ante la accin del gobierno no es lo nico que da
forma a la concepcin que se tiene del negocio de las drogas. Muchas
personas con quienes habl, coincidan en que el problema de la violencia
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tiene que ver, entre otras cosas, con la idiosincrasia del serrano, y lo definen
como un hombre festivo, alegre y muy macho. Esta afirmacin que se
elabora como explicacin evidente desde un sentido compartido, encierra un
gran peligro. Sin querer, mis interlocutores sugeran que la cultura de
violencia del narcotrfico aparece como el destino inevitable al que condujo
la naturaleza del hombre. Esta concepcin desde la doxa, al decir de Pierre
Bourdieu, necesariamente implica y reproduce una concepcin de la
violencia como parte de la naturaleza local, --que ya es una construccin
social naturalizada-- y elimina la posibilidad de relacionarse con esa
violencia como un producto de tensiones sociales histricamente
establecidas. La explicacin se convierte entonces en una presin
metonmica, en la que se refuerzan los estereotipos y se fortalecen las
jerarquas sociales.5 De alguna manera, con ella se exhorta la comprensin
causal del problema como un asunto de los serranos (moradores de la Sierra
Madre).6 Por eso resulta indispensable reconocer las particularidades
histricas de esta construccin acerca del serrano; explorar cul es su origen
en el imaginario nacional y determinar sus transformaciones con y a travs
del fortalecimiento del trfico de drogas ilcitas.
Tradicionalmente un estado pobre, el principal recurso en Sinaloa a
finales del siglo XIX y principios del XX fue la minera. Las minas estaban
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A Bernal, cuya fama est en los libros, lo sucede Jess Jurez Mazo,
conocido como Jess Malverde.11 El bandido bueno a quien rinden homenaje
en una capilla construida ex profeso para l. Su culto entre los narcos lo ha
hecho ganar fama hasta en las comunas que rodean las ciudades colombianas
como Medelln y Bogot.12 Malverde no es un personaje de libros, a l lo
consideran un santo y sus seguidores le pagan tributos. Su capilla y las
pomposas celebraciones musicales con las que en dcadas anteriores se
festejaba haber coronado un envo, lo han transformado en un personaje
pintoresco.13 Su parecido -cada vez ms pronunciado- al galn sinaloense de
los aos dorados del cine mexicano, Pedro Infante, no es casual. El rostro de
Malverde es adorno en llaveros, escapularios, camisas, cinturones y cuelga
de cadenas de oro cotizadas en Los Angeles desde los 10 mil dlares.14
Malverde no slo es un santo, sino un icono de toda una nueva cultura que
gira en torno al trfico de drogas ilegales.
La tierra
La marihuana y la amapola son plantas antiguas en Sinaloa, y los
registros de su historia se intensifican en la medida que todas las actividades
relacionadas con su cultivo, procesamiento y transporte hacia el otro lado de
la frontera, se codifican en el discurso legal. La consolidacin de una cultura
de lo que hoy conocemos como narcotrfico es ms reciente.15
Algunos de los momentos histricos ms importantes en el
fortalecimiento del negocio de la produccin y trfico de herona y
marihuana, se remontan a pocas tempranas del siglo pasado. En los 40,
durante la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos fomentan la
produccin de adormidera; durante los 60 con el sbito crecimiento del
mercado de la marihuana, tambin se promovi su produccin. Fueron estos
los aos de la Guerra de Vietnam, cuando en Estados Unidos convirtieron a
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Este es uno de los primeros narcocorridos popularizados por Los Tigres del Norte.
La hibridez de lo religioso y lo criminal, comn entre ciertas culturas delictivas,
est exacerbado, como sugiere el ttulo, en la novela de Fernando Vallejo La virgen
de los sicarios (Ver Gabriela Polit, 2006).
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Los estudios sobre narcocorridos han proliferado en los ltimos aos. Entre los
primeros estn los de Mara Herrera-Sobek (1990), y Luis Astorga (1994). En aos
ms recientes estn los de Elijah Wald (2002), Sam Quines (2001) y Jos Manuel
Valenzuela (2002). La prohibicin por parte del gobierno estatal de difundir los
narcocorridos por las radios locales, ha sido analizada en los trabajos de Juan Carlos
Ramrez-Pimienta (2004) y Klaas Wellinga (2002). No se puede hablar de los
narcocorridos como un grupo homogneo de canciones; hay narcocorridos hechos
por encargo y otros que no lo son. Hay compositores que se niegan a narrar lo que
no ha sucedido y otros que afirman haberse inventado todo. Hay canciones que
critican a los criminales y otras que exaltan sus valores; en todas se exalta la
masculinidad como un valor vinculado al honor y, por supuesto, ninguno muestra
miedo ante la muerte. Esta actitud desafiante es positiva. En muchas canciones se
describe el uso de drogas como maneras de ganar energa y valor. La polmica en
torno a los narcocorridos, implica tambin a sus intrpretes. Los Tigres del Norte,
el grupo sinaloense con mayor audiencia en los dos lados de la frontera, ha sido
tambin objeto de mltiples anlisis.
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est parado el pequeo es muy similar al fondo donde yacen algunos de los
muertos pintados. Los colores son los mismos y son similares los trazos de
hierbas silvestres. La expresin del nio es casi de insolencia; no se registra
miedo en su mirada ni en el gesto facial. Ms bien se puede decir que su
actitud corporal es casi de desafo, con los brazos cruzados con cierta
impaciencia. En la foto no est el muerto frente al nio, sino el pintor.
El pintor, a su vez, est agachado frente al lienzo, como suele estar
ante los muertos que pinta. La escena de la foto reproduce el efecto del
cuadro de Velsquez, en la que el pintor se ha retratado dentro del cuadro
que pinta. Recordemos las reflexiones de Foucault en ese primer captulo de
La arqueologa del saber, cuando hace un anlisis del cuadro. En su
interpretacin de Las Meninas, Foucault describe el espiral completo de la
representacin barroca, contenida en el orden divino. Por supuesto en el
cuadro de Velsquez el cruce de miradas entre el pintor y sus modelos,
coinciden en el tiempo. En la foto que yo tom, la mirada del nio
contemplando al muerto, no coincide con el tiempo en el que el artista ve al
nio como parte de su obra. Sin embargo, para nosotros, ese cruce de
miradas tiene el mismo efecto: Lenin muestra al nio mirando un muerto y
frente a esa mirada, el muerto es el pintor. Los espectadores podemos
preguntar de qu lado est la muerte, o el muerto. Y para nosotros, est de
ambos lados. El juego de correspondencias, similitudes, analogas que
componan el mundo barroco, aqu ya no obedece al orden divino, sino al
orden profano del que habla Virilio: el orden de la violencia.
En los meses que lleva el gobierno de Caldern, su guerra abierta
contra el narcotrfico ya ha generado mucho ms de 600 muertes.25 Esta
ofensiva acaso desestabilice temporalmente al crimen organizado, con un
costo que ya muestra ser muy alto en vidas humanas. Esta accin, sin
embargo, difcilmente lograr poner fin al negocio del trfico ilegal de
drogas. Ms adelante, los cientficos sociales harn una evaluacin de la ya
criticada poltica de Caldern contra los narcos. Se hablar de los efectos de
esta guerra, tanto para el lado del gobierno: la Polica Judicial y el ejrcito;
como para el lado del crimen organizado, la reorganizacin de lderes y
redistribucin de territorios. Se decodificarn los cambios en la tica de los
ataques, en los que, a diferencia de dcadas pasadas --como ya advierten
varios analistas-- no se respeta ni a las esposas, ni a los hijos de los
implicados. Se discutir incluso de los derechos humanos. Se hablar de todo
esto, sin reparar que mientras tanto, la gente tiene que seguir con naturalidad
la tarea diaria, en la que la violencia se va instaurando como una cuestin
cotidiana. Tanto la violencia que legtimamente ejerce el gobierno, como la
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que ilegalmente ejercen los narcos. El arte quiz sea uno de los pocos
espacios que posibilitan procesar tantos estragos y elabore un duelo para
tantos muertos. Pero a pintores como Lenin Mrquez se les seguir
cuestionando por ser, su obra, demasiado explcita.
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norte de Africa. Y su inicio en el negocio, con una lesbiana, adicta, de clase alta que
se enamora de ella en la crcel, donde fueron compaeras de celda. Los recursos de
Prez Reverte no slo son poco originales, sino que lindan en el clich. Su narrativa
convence porque el escritor maneja herramientas del periodismo profesional. La
novela vende porque el pblico al leerla, confirma las nociones de su sentido comn
en una historia que tiene la dosis necesaria de suspenso. Hay algunas novelas con el
tema del narcotrfico que se producen con la exclusiva intencin comercial y son
menos logradas, estilsticamente, que la de Prez-Reverte.
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recientes, son fruto de eso que Foucault describi como la biopoltica. En las
comunas el pueblo dej de existir para convertirse en poblacin: no hay
reportes de participacin poltica en las comunas. Lo que se sabe de ellas es
por una serie de indicadores que dan cuenta de su taza de nacimiento,
crecimiento y mortalidad. Los sicarios habitan ese lugar que el estado ha
privado de presencia poltica y donde la muerte se ha convertido en un
epifenmeno, lo que explica la relacin de los muchachos con la muerte.
Tanto en los medios de comunicacin como en las versiones
literarias, el nio de mirada cndida y cuya corta vida est ms llena de
muerte que de infancia, el sicario resulta el mejor chivo expiatorio para
explicar el origen moral de todas las desgracias de la sociedad colombiana.
El habitante de la comuna es el extrao al que fcilmente se lo demoniza
para purificar al resto de la tribu. Esto, en el imaginario colectivo, puede dar
algn sentido tanto a la muerte de Lara Bonilla en 1984, como a la del
candidato a la presidencia Luis Carlos Galn en 1989, muertes atribuidas a
los narcotraficantes y que, por tanto, entran en ese registro maniqueo que se
ha generado alrededor de su existencia.
Pero cmo encontrar una interpretacin a la muerte de Lara Bonilla
que pueda servir en un contexto ms amplioLa pregunta que cabe hacerse
es cmo traducir al plano de la tica la preocupacin de la elite poltica en
mostrarse libre del peso del dinero generado por el narcotrfico? Ms all de
la gestin poltica que obedece a las grandes presiones por parte de Estados
Unidos y la necesidad de llevar a cabo la implementacin de la ley de
extradicin, haba que dar legitimidad al proceso de acusar al narcotrfico
como la causa de los males de Colombia. Al estar pblicamente vinculada
con el dinero de los narcos, la lite iba en contra la filosofa misma que
legitimaba su riqueza y una posicin hegemnica en la sociedad. Porque el
dinero caliente no tena el valor moral que se le atribua a la riqueza del
esfuerzo, del esmero y hasta del linaje. El dinero caliente era, en ese sentido
mucho ms democrtico. Esa es una de las aporas del narcotrfico, y que
como bien afirma Carlos Monsivis, no es la causa, sino el producto ms
grave de la tica neoliberal. La consecuencia de este razonamiento tiene una
verdad transparente que la articulan los sicarios cuando explican sus
crmenes: yo slo hago el trabajo, culpables son los que me pagan. Su
tica es amoral y eso hace del sicario el personaje protagonista de crnicas,
pelculas y novelas, porque su verdad nos deja perplejos.
La sicaresca
En 1990, despus de leer el reportaje escrito por una joven periodista
sobre un joven de las comunas que quiso tirarse del piso alto de un edificio y
a quien lo rescata la seora encargada de la limpieza, Csar Gaviria escribe
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--Appadurai, Arjun. Putting Hierarchy in Its Place en Cultural Anthropology,
No. 1, 1988.
--Astorga, Luis. Mitologa del narcotraficante en Mxico. Mxico: Plaza y Jans,
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ARTE Y LITERATURA:
transgresin
Los
otros
rostros
de
la
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luego que esos sujetos son los que negocian cara a cara con los
representantes del gobierno, pues resulta increble y precisamente
extraordinario. Te cuento que cuando publiqu uno de mis primeros textos
sobre las drogas, se me acerc en la calle un tipo y me dijo que saba que yo
haba escrito un texto sobre el tema: Cada respiro que tomas. Entonces me
propuso, muy amable: Si quiere que le cuente ms cosas, bsqueme. En
realidad, son detalles que te prenden. Al tipo alguien le haba platicado
que el libro era muy vivaz y que estaba escrito con el lenguaje y con la
visin propia que ellos tienen del trasiego de las drogas. De ah su inters.
Un personaje del libro de relatos, un tal Chuy Salcido, en realidad nunca
existi. Ms bien es el ensamble de muchos personajes. Y como dicen los
narradores, si la historia est bien contada, puede dar la impresin de que es
real. Es la cuestin de la credibilidad y la veracidad. El del narco es un tema
que me apasiona, en primer lugar porque sus personajes son rebeldes y
transgresores. Viven al filo de la navaja. No confan en las instituciones.
Slo tienen confianza en s mismos. De algn modo han perdido el amor a la
vida, lo cual significa el sentido de la convivencia, la familia, la
planificacin de la vida, arriesgarse por el futuro de los hijos y todas esas
cosas. Ellos son diferentes. Me interesan, por ejemplo, los capos, los
grandotes, que estn muy bien establecidos y que no tienen conflictos
visibles, pero que estn esperando siempre los enfrentamientos a balazos con
sus enemigos. Me interesan esos sujetos que pueden estar al filo del abismo.
Esos tipos que, por ejemplo, ya no se pueden coger a sus mujeres porque ya
no tienen erecciones despus de tanta cocana, y lo cual los hace sufrir,
personal y socialmente. Me llama la atencin la vida martirizada de esos
hombres y que se levantan y desayunan con la idea de que ese da puede ser
el ltimo de sus vidas, y de que ese da van a irse a dar en la madre con el
que sea. Y si van a jalar la bola pues la jalan. Y si van a cerrar el restaurante
ms caro de la ciudad pues lo cierran. Y como dijo el genio de Jos Alfredo,
para ellos realmente la vida no vale nada.
Elmer Mendoza, autor del texto de relatos aludido, hace una pausa, da
un leve sorbo a su taza de te y toma justamente un respiro. Luego, otea
silente la cntrica y bulliciosa plaza Obregn de Culiacn, y mira, casi
con un oblicuo gesto de pesadumbre, un buclico escenario en la que
nunca faltan los paseantes sin destino --de camisas cuadradas,
huaraches rechinadores, pero tambin botudos y ensombrerados--, y
murmura casi para s, desconsolado ante los rumbos de la vida y
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(Temible cuerno de chivo- Los Incomparables de Tijuana)
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leal con los suyos, pero a su vez les exige lealtad y reconocimiento de su
liderazgo, y no admite traicin:
Se le calienta la sangre / cuando alguien le juega chueco,
da la orden de inmediato / que le corten el pescuezo:
no me gustan los traidores / y quiero que entiendan eso.
(El Jefe X Los Tucanes de Tijuana)
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y al pas traigo divisas/ y empleos estoy generando,
si hay otros peores que yo/ y hasta los andan cuidando.
(El Agricultor-Los Pumas del Norte)
Me gusta andar por la sierra,/ me cri entre los matorrales,
y aprend a hacer las cuentas,/ noms contando costales,
Me gusta burlas las redes/ que tienden los federales.
Muy pegadito a la sierra/ tengo un rancho ganadero,
ganado sin garrapatas/ que llevo pal extranjero,
que chulas se ven mis vacas/ con colitas de borrego.
(Pacas de a kilo-Los Tigres del Norte)
Yo soy nacido en la sierra/ y criado en los sembrados,
La madre naturaleza/ a cuntos nos ha hecho ricos,
ao con ao la sierra/ se viste de verde perico.
(El Manos verdes-Los Tucanes de Tijuana)
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Resulta muy ilustrativo a este respecto una entrevista a Rafael Caro Quintero
realizada por el periodista Julio Scherer en el penal de La Palma (hoy penal del
Altiplano): -(Yo) era rebelde. Se me haca muy difcil acatar rdenes hasta de mis
padres. Me cuereaban mucho de chiquito. Yo soy de una sierra. No entraban los
carros, era un barranco donde vivamos. Cuando oamos el ruido de las bestias o de
los perros era que iba a llegar gente. Mis hermanos y yo corramos al monte.
- Por qu?
- Le tenamos miedo a la gente. Es mala comparacin pero ramos como animales
salvajes (Citado por Nery Crdova, 2006:206).
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Sin embargo, por otra parte, afirmamos tambin que esta vasta
recepcin de los narcocorridos no implica aceptar o justificar la realidad
delictiva del narcotrfico. Hay que distinguir entre la realidad criminal del
narcotrfico y su reflejo --ms o menos atenuado-- en el contenido,
evidentemente transgresivo, de los narcocorridos, y el empleo que hace de
ellos el pblico receptor, y particularmente los jvenes que son a la postre
los grandes consumidores de casetes que contienen grabaciones de este
gnero de canciones. Segn nuestra interpretacin, escuchar o cantar
narcocorridos es para la mayor parte de los receptores una forma simblica
de protesta contra las exacciones del poder poltico vigente y las injusticias
de un sistema que cancela oportunidades para las mayoras, pero
especialmente para los jvenes. En resumen, es una forma de resistencia
cotidiana o arma de los dbiles (James C. Scott). Por eso carecen de razn
tanto los acadmicos que se empean en descalificar a los narcocorridos
como ajenos a la genuina cultura popular, como las autoridades polticas que
se empean en prohibir su difusin invocando razones de salud social.
BIBLIOGRAFA
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HOBSBAWN, Eric, 1976, Bandidos, Madrid: Ariel.
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SCOTT, James C., 1990, Domination and the Art of Resistance, Yale: University
Press.
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A lo largo del presente texto se constata que aquellas reglas que han
sido referidas por actores directamente vinculados con el narco, son tambin
referidas y sealadas en los narcocorridos. Se respalda el postulado de que el
narcocorrido aparece en la escena social como una especial mezcla de
ficcin y realidad. Los siguientes apartados constituyen una sntesis y una
disertacin sobre las peculiares reglas del narcotrfico: Silencio, anonimato,
cumplimiento de pactos, respeto a jerarquas, instrumentalizacin de la
muerte y finalmente la opulencia y teatralidad del triunfo o del xito.
El narcocorrido: ficcin y realidad
El corrido es un gnero tpico de Mxico --especficamente del
norte-- que ha sido identificado, desde la tradicin, como una expresin de la
cultura popular. Y ha sido sealado el importante papel del gnero en la
construccin y disputa social entre los grupos populares mexicanos o de
origen mexicano; en especial en la demarcacin de sus lmites de pertenencia
y diferenciacin frente a las culturas oficiales (Jos Manuel Valenzuela,
2002). El investigador recuerda que el corrido como elemento de expresin
de los grupos populares refiere a mltiples historias orales que, cantadas o
recitadas, propician la magnificacin de los actos y les confiere una
limitacin geogrfica y temporal. A travs del corrido las masas populares
han visto retratados sus anhelos, pasiones, frustraciones y simpatas, y ha
servido como creador de hroes, antihroes, mitos y leyendas.
A partir de la dcada de 1970 el corrido que tradicionalmente
evocaba historias del pueblo e inclua temas de revolucin, de lucha social,
de amores, traiciones y bandoleros, empieza a incorporar las historias de
inclusin de importantes sectores sociales gracias a la rentable actividad del
trfico de drogas. Si bien desde sus inicios el gnero se abander como un
medio de expresin de hechos basados en una realidad que permaneca
velada e ignorada por las lites y las culturas oficiales, no debe sorprender
que justamente en la dcada de 1970 --marcada por la ebullicin de las
primeras redes del narcotrfico latinoamericano-- el corrido diera un giro a
sus contenidos, empezando a evocar con recurrencia historias de inclusin,
violencia y traiciones, propias del mundo del narcotrfico.
Incluso hoy, las fuentes y discursos oficiales, en contadas ocasiones
incluyen los aspectos socioculturales del narcotrfico y las formas en que la
sociedad interacta y se relaciona con este fenmeno. Arriagada (2000, p.
23-27) seala que en estos discursos los narcotraficantes y sus redes de
influencia son considerados como los principales desestabilizadores del
sistema institucional vigente; y que stos no incluyen, o lo hace
marginalmente, el debate y las diferencias de enfoque respecto de cmo
enfrentar el problema de la droga. Los discursos oficiales generalmente no
ofrecen informacin equilibrada sobre el control de la oferta y la reduccin
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Muestra para Anlisis del Discurso de narcocorridos
El padre de todos, Primera plana, Entre
perico y perico, Las dos monjas, Los zetas,
El diablo de sonora, Con los huevos en la
Narcocorridos analizados
mano, Los dragones de oriente, La bruja, El
toro mas grande, El tres yemas, El chivo, La
ley fuga, El toro pesado, De parranda con el
diablo, La leona, El alcoholicodrilo, El verde,
El Garan de Michoacn, El tiro de la
muerte, El baje, La fiesta de los perrones, El
burro, El dedo, El muchacho y el teniente, La
jefa, El curita, Los dos morros, Pollitas de a
cuenta, Reunin de Perrones
Grupo musical seleccionado
Exterminador
31
Descripcin
y
Utilizacin
de
la
fuerza y la violencia
Nmero
de citas
Ejemplo
La vida vivo arriesgando,
de la muerte no me
escondo,
traigo
cuatro
Teatralidad
del xito
Diferencias
y
desigualdades
de
poder
entre
los
miembros de la red.
Perrones,
pesados,
capos.
Referencias
al
consumo demostrativo
y a la opulencia.
Mujeres, troca, ropa,
lujos, Autos
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24
22
Silencio
La importancia de no
hablar ni sealar las
transacciones ni sobre
la dinmica de las
redes. Dedo, chivo,
traicin
Placer
Hedonismo
Drogas
Espacios de diversin
y ocio. Fiesta, noche,
drogas, mujeres, sexo
Cumplimiento
de los pactos
Necesidad de respetar
y acatar al pie de la
letra los pactos en las
transacciones
Anonimato
Importancia que se da
a la capacidad de
encubrir su identidad
como narcotraficante,
de
mantener
el
anonimato y respetar
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16
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pistoleros bien dispuestos
para todo, noms me cuidan
la espalda, de frente yo les
respondo. El padre de
todos
Queran controlar la sierra,
eso es lo que iban buscando,
pensaron que con dinero
obtenan poder y mando,
con dinero no se compran
esas cosas en Durango.
Los dragones de oriente
Yo soy ese toro grande que
atrae todas las miradas,
noms al entrar al baile dej
un troconn parqueado, s
que soy el mero padre y jefe
de la manada. El toro mas
grande
Encerrado
hoy
me
encuentro
prisionero,
porque alguien de mi
confianza con la ley me
puso el dedo, que se cuide
ese marica por que lo hallan
mis pistoleros El dedo
Entre lujos, mujeres y
droga haciendo negocios
prohibidos, he vivido por
muchos aos gozando de lo
ms
prohibidos
El
Alcolicodrilo
El que siendo traficante y
empez por mal camino,
por ambicin o tal vez fue
su destino, todo aquel que
ensucia el agua se castiga
por cochino. La ley fuga
14
El diablo no se despide,
noms se desaparece,
vivo en la sierra en Sonora
como los gatos monteses.
El diablo de sonora
75
No
interponerse
el de los dems
miembros.
Mensajes
explcitos
para
autoridades,
policas, jueces y
periodistas
que
denuncien
sus
actividades poniendo
en riesgo al negocio.
11
En el lado americano
abundan muchos coyotes,
que en conexin con las
leyes me quieren meter al
bote, pero yo los he dejado
como pariendo chayotes El
tres yemas
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Mi condena va a ser larga pues con mucho me torcieron
diez aos de sentencia en esta celda de sentencia a mi me dieron
mi gente sigue mandando mi producto al extranjero
Colegas de estos negocios cuiden muy bien sus espaldas
porque donde quiera hay dedos listos para una jugada
se hacen pasar por amigos y te dan la pualada
En Almoloya no soy el nico prisionero
aqu se encuentran Salinas, Don neto y Caro Quintero
y para no aburrirme con ellos me la cotorreo
Ya me dieron el pitazo que ya mataron al dedo
pero antes de ajusticiarlo le achicharraron los dedos
eso que sirva de ejemplo para aquellos traicioneros
El orgullo que me queda es que aqu en Almoloya
no a cualquier chango encierran puros gallos de pelea
este gallo es mexicano que pronto cantar afuera
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Conscientes k en cada accin podemos perder la vida
Bonito mi Tamaulipas donde no hay gente de miedo
Para subirme a la sierra aqu en Victoria me quedo
Para servirle al patrn de Tampico hasta Laredo
Soy del mero matamoros Tamaulipas es mi tierra
Mi capital es Victoria k est al pie de la sierra
Un saludo a x-r k es de la misma madera
Somos 20 grupos zetas unidos como familia
Los 20 somos la fuerza con diplomas de suicida
Conscientes k en cada accin podemos perder la vida
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me veo como el semental en medio de los becerros
A qu bonito me brilla mi pecho pueden mirarlo
cadenas y pedrerias tres o cuatro centenarios
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Nac en esta tierra que quiero con toda mi alma y canto con la banda.
Los cantantes casi nunca dejan de mencionar a su acompaamiento musical.
En algunas letras de las canciones se reconoce explcitamente el importante
rol mediador de la banda. Por ejemplo, en Los Altos de Sinaloa Cruz
Lizrraga bendice la belleza natural de Sinaloa sus riquezas minerales,
sus ros, sus paisajes, sus mujeres atractivas y, representando a todas las
bandas sinaloenses, la Banda El Recodo:4
El folclor de nuestro estado son las bandas sinaloenses
con la Banda de El Recodo yo les canto esta cancin
el orgullo de mi tierra est en mujeres bellas
que se entregan con cario y te dan su corazn.
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Interpretado por Carmina (vase pie de pgina anterior). Vale la pena observar que
cuando las vocalistas femeninas interpretan estas canciones casi nunca modifican los
trminos masculinos a su propio gnero. Un ajuste as interferira, de manera obvia,
con la rima correcta (ej., colorado / enamorada). El problema podra resolverse con
pequeas modificaciones, sin embargo, se requeriran cambios ms importantes para
lograr alterar todas las expresiones chouvinistas y machistas, que con frecuencia
abundan en estrofas completas (ej., verso 4 de Que retumbe la tambora). Estas
canciones son evidentemente escritas por hombres --y para hombres-- y perpetan la
ideologa patriarcal.
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Mara Celia Toro, Mexicos war on drugs: Causes and consequences (Boulder:
L. Rienner Publisher, 1995), p. 42.
11
El kilo de marihuana equivale al precio de una tonelada de maz. Los campesinos
que cultivan semillas de opio en parcelas de su propiedad pueden llegar a ganar
entre 2 y 4 mil dlares en comparacin con un ingreso de $400.00 de cultivar
cosechas legtimas. Los que trabajan en terrenos ajenos cultivando narcticos ganan
el doble del salario mnimo. Cifras proporcionadas por The U.S. State Departments
Bureau of International Narcotics Matters, 1987; vase Tom Barry, Harry Browne y
Beth Sims, Crossing the line: Immigrants, economic integration, and drug
enforcement on the U.S.-Mexico border (Albuquerque: Resource Center Press,
1994), p. 59.
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No vienen en plan de guerra / son humildes parroquianos
vienen en busca de aquellos / que una vez los traicionaron
que les pusieron el dedo / y a la crcel los mandaron.
Las calles de Tierra Blanca / ya estn muy bien transitadas
ya se ven carros del ao / y se oyen rugir metrallas
y bonitas mansiones / ya no estn abandonadas.
Se oye tocar una banda / por ah con rumbo a Las Quintas
tambin un grupo norteo / corridos est tocando
a todos esos valientes / que han venido regresando.
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De muy chico comprend / lo duro que es esta vida
por eso me le he rifado / al fin es lo que yo quiero
Las letras sugieren que el trfico de drogas tiene una elevada co-relacin
con la pobreza. De hecho los modelos sociolgicos para explicar la conducta
criminal confirman este vnculo. La teora de la tensin, por ejemplo,
argumenta que el crimen es una va alterna por la que optan aquellos a los
que se les ha negado la oportunidad de obtenerlo por medios legtimos.15 Los
hombres jvenes de las zonas rurales o de los barrios urbanos de mala fama
son los ms proclives a experimentar la tensin que existe entre las
aspiraciones inducidas social y culturalmente y su propia incapacidad para
llegar a cristalizarlas por la va legtima. Una sociedad cuyo progreso
econmico est directamente relacionado al progreso social, y en el que la
riqueza es relativamente fcil de adquirir si los hombres optan por el camino
fcil, pero criminal, de ganar dinero para poder escalar socialmente.
Si asumimos que estos textos representan a los narcos con exactitud y
veracidad, veremos que los traficantes no slo han ganado status social sino,
adems, una posicin cultural importante dentro de estratos ms amplios de
la sociedad sinaloense.
La narcocultura y la cultura popular
La cambiante realidad social de Sinaloa de la dcada de los setenta acus
algunos efectos sobre la msica popular, sobre todo en el corrido
contemporneo. Aunque las composiciones ms recientes no rompieron en
14
Versos del corrido Salvador Lpez Beltrn, compuesto por Chalino Snchez, en
A pura banda, vol. 2, EMI-Latin, Capitol Records 28547; y Wence Carrillo, por
Ignacio Nacho Hernndez, en Eulogio Hernndez El Potro de Sinaloa con La
Banda Sinaloense Los Guamuchileos, Maya Records MR-004 (casete).
15
Robert Merton, Social theory and social structure (Nueva York: Free Press, 1968).
96
Hacia fines de los setenta Sinaloa lleg a conocerse como tierra de los
narcotraficantes. El vocabulario de las nuevas canciones incluye con
frecuencias palabras como cocana, marihuana, trfico y violencia. Y
Chalino Snchez canta en defensa de un pueblo infame que posee la
terquedad propia de los sinaloenses en el Corrido de Badiraguato:17
Este pueblo tiene fama / por todo mi Sinaloa
porque nos echan la culpa / que aqu sembramos la goma.
Solo les quiero aclarar / que aqu sembramos de todo
y si se enojan por eso / pues, qu se enojen ni modo!
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A fines de los 60s del siglo XX, un grupo de msicos del poblado de
Mocorito, del norte de Sinaloa, decidi emprender el camino al norte.
Aquellos jvenes migrantes, emparentados, contaban apenas con estudios
secundarios. Ofertaban servicios poco usuales: msica nortea. Ese puado
de jvenes conquist un mercado, estableci una empresa y a la postre
recibi reconocimientos en Mxico, Estados Unidos y el mundo. Eran Los
Tigres del Norte. Su mensaje, diverso, crtico, a veces duro y sin
mojigateras y eufemismos, a travs de sus rtmicos sones y acordes, ha
contribuido de forma sustantiva a poblar el imaginario, sobre todo, de los
hispanoparlantes. Desde hace dcadas hacen rer y llorar, pero tambin
reflexionan, artsticamente, sobre aspectos polticos, econmicos, sociales y
culturales. Amor, inmigrantes y narcotrfico, pero tambin lo festivo, se
anudan en sus grabaciones y contribuyen a la formacin de la sensibilidad o
por lo menos al entretenimiento de sus millones de oyentes.
De inmigrantes, nacionalismo y latinoamericanismo
Los Tigres participan de la bsqueda de la identidad de los latinos en
los Estados Unidos y contribuyen a dar forma al nacionalismo de los
mexicanos y al latinoamericanismo, desde los originarios del norte del Ro
Bravo hasta la Patagonia sudamericana. En el caso de las familias
mexicoamericanas, los msicos sinaloenses promueven el cultivo de las
costumbres y tradiciones de las comunidades de origen, como ratificacin
cotidiana de su mexicanidad. Tambin se valen de la historia para contribuir
a la construccin y fortalecimiento de la identidad de origen de viejos y
nuevos inmigrantes. Su msica expresa solidaridad con los mojados y
manifiesta tambin un acendrado nacionalismo, adems de abordar temas
sensibles de la sociedad y de la cultura mexicana. Ms recientemente sus
temas musicales alientan la construccin de un mundo pacfico sin fronteras,
en estos tiempos de globalizacin.
Si bien las econmicas y demogrficas son razones de la emigracin,
la movilizacin intelectual y poltica en Mxico y Estados Unidos explican
la actitud crtica de la poca. Otras razones favorecieron la aparicin del
fenmeno Tigres y su peculiar orientacin ideolgica. La formacin, la
experiencia escolar y la migracin se unieron a sus atributos como
ejecutantes e interpretes norteos y a las habilidades empresariales de Arthur
Walter (Rodrguez Nava, 2003). La historia y la composicin de la poblacin
aseguraban en el suroeste americano un mercado para su produccin musical
(Santamara, 2001). La convergencia de este complejo de factores result en
el nacimiento del grupo musical que, aparte de su variado repertorio, hace
una severa crtica de la pobreza y la marginacin.
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Al final sabemos que el dicho de Jacinto es cierto. La parte final del corrido
dice: ah murieron los tres y hasta el que no haba nacido.
En varias canciones, la accin de la ingrata se equipara con un
crimen perpetrado con premeditacin, alevosa y ventaja. En un caso ms el
adolorido galn la sentencia a ser siempre un plato de segunda mesa, ya que
con quien ella viva tendr las sobras que l ha dejado. El odio puede
expresarse con emociones encontradas o en un viaje sin retorno, indicativo
de la muerte definitiva del amor.
Narcotrfico
No obstante que la mayor parte de la produccin musical de Los
Tigres aborda temas relacionados con el amor, los inmigrantes, la pobreza, el
drama de la marginacin, la corrupcin poltica, y sobre mltiples aspectos
de la vida cotidiana, a veces tratados con formalidad y otras con el humor
que les caracteriza desde los inicios de su carrera, a los msicos de Rosa
Morada, Mocorito, se les identifica en especial por los temas del
narcotrfico. A estos genuinos trovadores de la solidaridad y del amor,
paradjicamente, se les acusa como exponentes connotados de la
narcocultura. Al describir y analizar su produccin discogrfica sobre el
narcotrfico mostramos que sus referencias a la produccin y trfico de
estupefacientes, a la violencia que les acompaan y a las consecuencias
individuales y sociales de su consumo, de ninguna manera hacen apologa
del narcotrfico, sino que contribuyen, desde la perspectiva potico-musical,
a la reconstruccin colectiva de este azote global. En realidad han recogido
el sentir popular, recrendolo literaria y musicalmente, con el apoyo de sus
compositores. De hecho, Los Tigres suman su granito de arena a las
preocupaciones de cientficos sociales, polticos, novelistas y otros
especialistas sobre la produccin, trfico y consumo de drogas.
El tema del narcotrfico tuvo un inicio temprano en la carrera de Los
Tigres. En Carga blanca, de 1972, y Contrabando y traicin, dos aos
ms tarde, se aprecian la violencia involucrada. En la continuacin de la saga
de Camelia la tejana, como tambin se conoce el segundo tema, se
mantiene alto el clima de violencia. En esta produccin discogrfica hay un
mensaje que poco se ha destacado: una crtica temprana al narcotrfico.
En Carga blanca Jos, Ramn y Simn llegan a la frontera
norteamericana por el rumbo del Ro Grande, ya casi al anochecer, con una
cantidad considerable de carga blanca que llevaban a vender. Cuando Jos y
Ramn entran a una casa de piedra a entregar la mercanca los recibe
Nicanor con 2800 pesos. No pudieron disfrutar de ese dinero porque
inmediatamente fueron atacados y asesinados a balazos. Antes de caer
repelieron la agresin, hiriendo a dos rivales. En la trifulca el dinero se
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de los reyes de la mafia, ocho aos despus, en Jefe de jefes, se hace una
caracterizacin de los atributos del individuo que se coloca por encima de
los pequeos jefes de las bandas regionales de la droga y comanda un gran
imperio. Refirindose a la emigracin de los capos de Culiacn a otras
altitudes, debido a la operacin cndor de los 70 y las compaas posteriores
de los 80, el compositor nos relata que las mansiones que fueron de reyes,
hoy se encuentran muy abandonadas. La lucha por la jefatura y por el
control del trfico es despiadada. La suerte del Don de California, el chino
Chang, es esclarecedora: cinco asesinos de Chicago lo acribillaron en la calle
Trece. El gran jefe oriental de la mafia y cosa nostra tenia de rivales a los
narcos de Jalisco, Sinaloa y Sonora. Pretenda formar su imperio en el oeste
americano y en el intento encontr la muerte. Su desaparicin fue llorada en
el oriente asitico. Los jefes de los crteles regionales y sus vnculos
criminales con polticos y banqueros tambin ocupan espacio en los corridos.
En una grabacin de 1989 se menciona a Rafael Caro Quintero y en otra de
1997 sale a relucir el Gero Palma; en la produccin del 2002 se repiten esos
nombres y se incorporan otros como Flix Gallardo, Don Neto, el Chapo
Guzmn, Amado Carrillo y los Arellano Flix.
La labor de los capos se favorece gracias a sus vnculos con
autoridades mexicanas y norteamericanas, incluidos militares y banqueros.
Esto es lo que lleva al Tarasco a lanzar la amenaza: el da que caiga/
caern muchos de all arriba. Son tales nexos los que facilitan el trfico y
garantizan la impunidad. Ante este cuadro, Teodoro Bello compone y Los
Tigres cantan que el narco slo acabar hasta que se acabe el mundo.
La larga cadena de crmenes, traiciones y venganzas, con su mar de
sangre regada, que nos narran los cantores del trfico de drogas, no ha estado
exenta de la actitud crtica de los creadores literarios y de sus intrpretes.
Los compositores que han nutrido a Los Tigres y el conjunto norteo mismo
han criticado las devastadoras consecuencias de la actividad del narcotrfico
desde que sali al mercado Carga blanca y en temas posteriores. Ya se dijo
que desde los 70 Los Tigres invitaban a travs de sus canciones a dejar los
negocios chuecos para evitar consecuencias lamentables, a la vez que
advertan que la traicin y el contrabando terminaban con muchas vidas. A
finales de los noventas mantuvieron esa misma actitud.
En un mismo lbum de la dcada final del siglo XX, Los Tigres
advirten de los riesgos del trfico para los mismos traficantes y de la
importancia de la demanda de drogas para la sobrevivencia y crecimiento de
la actividad. En El general de Teodoro Bello, a la vez que se denuncia la
corrupcin que toca hasta los militares del ms alto rango y responsabilidad,
se critica al gobierno y a la sociedad norteamericana. La crtica al gobierno
va enderezada a cuestionar el monopolio del poder de certificacin de los
pases que combaten el narcotrfico. La crtica a la sociedad del pas vecino
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___, (1999) Herencia de familia (cd). Mxico, Fonovisa.
___, (1998) Siguen ms zarpazos (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1998(1991)) Los incansables (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1998(1986)) El otro Mxico (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1998(1983)) Jaula de oro (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1998(1977)) Vivan los mojados (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1997) Jefe de jefes (cd). Mxico, Fonovisa.
___, (1996) Unidos por siempre. Mxico. Fonovisa.
___, (1995) El ejemplo (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1993) La garra de los Tigres del Norte. Mxico. Fonovisa.
___, (1990) Para adoloridos. Mxico. Fonovisa.
___, (1989a) Triunfo slido. Mxico. Fonovisa.
___, (1989b) Corridos prohibidos. Mxico. Fonovisa.
___, (1988) dolos del pueblo (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1986) Amrica sin fronteras (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1985) A ti, madrecita (cd). Mxico. Fonovisa.
___, (1983) Carrera contra la muerte (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1981) Un da a la vez (cassette). Mxico, Fonovisa.
___, (1980) Plaza Garibaldi. Mxico. Fonovisa.
___, (1979) El tahr. Mxico. Fonovisa.
___, (1976) Pueblo querido (cd). Mxico. Fonovisa.
___, (1975) La banda del carro rojo (cd). Mxico. Fonovisa.
___, (1972) El cheque (cd). Mxico. Fonovisa.
___, (1971) Cuquita (cd). Mxico. Fonovisa.
--Rodrguez Nava, L., Jorge Hernndez: lder por naturaleza, Somos. Nmero
228, 1-II-2003.
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Introduccin
Es comn encontrarse con la idea que considera a los corridos
mexicanos como una evolucin de los cantares de gesta y del romance
espaol. Este punto de vista tiene tal consideracin debido al parecido de
estas formas narrativas en su mtrica, el estilo, la tcnica o en los temas de
los que habla. Vistos como discurso, tanto las canciones de gesta como los
romances y los corridos tienen un proceso productivo propio; son
acontecimientos o gneros discursivos que emergen en distintos momentos
de la historia universal. Las primeras tienen su inicio en el siglo XI, a partir
del momento en que las cruzadas se consolidaron en la vida de las
sociedades, durante la Alta Edad Media. Se asentaron en distintos pases
aunque florecieron sobre todo en Francia y Espaa. El romance, en cambio,
emergi algn tiempo despus, en medio de la crisis provocada por la
dinmica de cambio ya entrada la Baja Edad Media, durante los siglos XIV y
XV. Finalmente, aunque hayan nacido a principios del siglo XIX, los
corridos se arraigaron en Mxico hacia finales de ese siglo y principios del
siguiente, periodo coincidente con la existencia del porfirismo y la
Revolucin Mexicana. Cada uno de ellos se produjo bajo condiciones
distintas, con diferentes antecedentes y afluentes discursivos y con
instituciones y correlaciones de fuerzas que tuvieron una influencia
significativa en su construccin.
Si se analizan estos gneros literarios desde la ptica del discurso, el
panorama ser muy distinto al planteado por la perspectiva evolucionista,
como se mostrar en el presente ensayo. As, se explorarn estas formas
literarias tomando en consideracin los siguientes elementos: el rol de quien
habla, los objetos de los que se dice algo, las instituciones o espacios
sociales desde donde se emite el discurso, los acontecimientos sociales y la
correlacin de fuerzas polticas, las estrategias de la parafernalia del discurso
y la funcin social que cumple. Es decir, se estudiarn las condiciones de
produccin tanto de la cancin de gesta como del romance y los corridos.
Los cantares de gesta y la caballera
Las sociedades medievales se definen como sistemas de carcter
feudal, en las cuales el feudo fue la unidad de organizacin social bsica que
predomin durante los varios siglos de toda esa poca. La estratificacin en
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espaol del siglo XIX, describi a estos pueblos como espritus abiertos a
las grandezas de la accin. No hay tiempo para soar. Se pelea (como
nosotros en la Reconquista) y se escribe lo peleado, que primero el pueblo ha
cantado de diversos modos; y la imaginacin lo borda, y hasta, si llega el
caso, lo inventa, como sucede en la gesta de Roldn y en la nuestra de
Bernardo del Carpio.
Francia fue uno de los principales productores de canciones de gesta,
incentivado tal vez por la imponente presencia de su ejrcito y de su dominio
en otros territorios desde la poca de Carlomagno. Sin embargo, la gesta no
es una simple narracin o una copia al carbn de los hechos externos, como
se puede comprobar en la cancin de Roldn.
Estos cantares fueron interpretados por trovadores, quienes surgieron
en Provenza en el siglo XII y no escriban en latn, sino en lengua oc, o en
francs antiguo: la lengua oil. Aunque eran gente culta, los trovadores se
esforzaron por diferenciarse de los intelectuales que escriban en latn,
hablando el idioma popular, comportndose con alegra y mostrando un
espritu satrico. La mayora de los trovadores fueron nobles, aristcratas y
hasta reyes y componan canciones como una manifestacin del ideal
caballeresco. Cuando comenzaron los trovadores cantaban sus poemas en la
corte, pero despus contrataron a los juglares para que fueran ellos los
intrpretes. Los temas fueron variados: caballera, guerra y amor, aunque
tambin la religin, la poltica y los funerales. Para tener una idea de la
produccin musical de entonces, se pueden mostrar dos datos: se conservan
cerca de 1.400 melodas y 4.000 poemas escritos por los troveros.
Uno de los cantares de gesta ms bello de los que se tiene noticia es
la cancin de Roldn. De modo resumido, este poema annimo, escrito en el
ao 1100, narra las peripecias o hazaas de Roldn, un conde considerado en
el texto como sobrino del rey Carlos I el Grande o Carlomagno.
En el poema, escrito unos tres siglos despus de que ocurrieron los
hechos relatados, se recomponen los sucesos histricos, y a travs de algunos
versos se relata cmo Roldn fue escogido para ocupar un puesto de peligro,
el de ser jefe de la retaguardia del ejrcito franco, que se encuentra en
retirada a travs de los Pirineos despus de su campaa en Espaa. La
eleccin tiene lugar a propuesta del padrastro de Roldn, Ganeln
(Auerbach, 1988: 96), quien tena un reto aejo con Roldn por la disputa de
bienes. La misin en Marsilio era peligrosa y pudo haber costado la vida a
Ganeln, de no haber hecho ste una propuesta al rey de los sarracenos, que
satisfaran tanto su odio como su sed de venganza: prometi al rey entregarle
la retaguardia del ejrcito francs, con Roldn y sus ntimos amigos, los doce
pares (Auerbach, 1988). Los versos en la estrofa XLIV lo expresan:
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-Buen caballero Ganeln, de qu medio puedo valerme para que Roldn
perezca?
-Os lo voy a decir -responde Ganeln-. Partir el rey hacia los mejores
puertos de Cize; dejar su retaguardia a sus espaldas. Con ella quedar el
poderoso conde Roldn y Oliveros, en quien tanto confa ste, al mando de
veinte mil franceses. Enviadle cien mil de los vuestros para darles la
primera batalla. Las huestes de Francia hallarn gran quebranto, aunque
tambin habrn de sufrir los vuestros, no lo niego. Mas entablad luego la
segunda batalla: ya sea en la una o en la otra, no habr de salvarse
Roldn. Habris llevado a cabo, entonces, una gran proeza y nunca en
vuestra vida volveris a tener guerra.
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espaola conservada casi por completo, y alcanza un gran valor literario por
la maestra de su estilo (Wikipedia).
Este poema discurre alrededor de la honra perdida por el hroe, cuya
restauracin supondr una honra mayor a la de la situacin de partida. El
poema se inicia con el destierro del Cid, despus de haber sido acusado por
sus enemigos malos de haberse quedado con el dinero de ciertos parias
que haba recaudado, por lo cual fue expulsado por decreto del rey.
Los ojos de Mo Cid mucho llanto van llorando;
hacia atrs vuelve la vista y se quedaba mirndolos.
Vio cmo estaban las puertas abiertas y sin candados,
vacas quedan las perchas ni con pieles ni con mantos,
sin halcones de cazar y sin azores mudados.
Y habl, como siempre habla, tan justo tan mesurado:
"Bendito seas, Dios mo, Padre que ests en lo alto!
Contra m tramaron esto mis enemigos malvados".
[]
"nimo, lvar Fez, nimo, de nuestra tierra nos echan,
pero cargados de honra hemos de volver a ella. "
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cancin de gesta o con el romance, por el slo hecho de que estos gneros
sean contadores de hazaas o adopten la tcnica o que tengan tal o cual
mtrica. En efecto, si se tratara slo de contar hazaas de hroes o de
batallas con una cierta medida, entonces s se podra pensar que los corridos
son un resultado de la evolucin de aqullas formas literarias.
Slo que las cosas no paran aqu, no slo porque los gneros
musicales mencionados tienen historias muy distintas o divergentes, sino por
la articulacin que hacen tanto de elementos extradiscursivos como de la
propia estructura del discurso. El corrido nace bajo condiciones
socioculturales y polticas muy distintas a las de las canciones de gesta y los
romances. Si se ve como evolucin, se corre adems el riesgo elemental de
afirmar que es la misma identidad persistente y que el narcocorrido
representa la etapa superior de este gnero. Y se puede pensar que la
vestimenta, los temas, los intrpretes y las letras no son ms --siguiendo a
Darwin (s/a) y al darwinismo social-- que diferencias producto de una
evolucin social a travs del espacio y el tiempo (Bock, 1963: 230), de la
lucha por la existencia, de una herencia y de una seleccin natural, y que
cada etapa superior fue apareciendo para que estos fenmenos se fueran
simplemente adaptando a las circunstancias sociales. Tampoco se pretende
afirmar aqu que los corridos no hayan retomado algunos enunciados del
cantar de gesta o del romance o de otro gnero, porque al final pertenecen al
campo discursivo literario, de donde se nutren para ser reinstalados en otro
discurso; es decir, tienen un a priori (Kant, 1991: 27 y ss.) discursivo.
El problema para esta visin evolucionista es que en los corridos se
articulan elementos diferentes a los de las canciones de gesta o a los
romances, a pesar de que, en apariencia, en algunas ocasiones, algunos
objetos o referentes parezcan coincidir, como en los casos del valor y de la
traicin. Y, del mismo modo que en las canciones de gesta y en los
romances, la traicin, por ejemplo, es un objeto de discurso sobre el que se
trata en un gran nmero de corridos y se puede referir a los aspectos
polticos, como en los corridos de Madero y de Zapata.
Numerosos corridos se escribieron acerca revolucionarios y sobre
bandoleros sociales. Zapata y Villa fueron, al parecer, los personajes ms
idneos para narrar sus hazaas, como lo fueron en su momento Roldn,
Mo Cid o Sancho. Respecto a Zapata, los corridos lo representan como un
hroe que entreg su vida por recuperar la libertad del pueblo y fue acosado
por el gobierno hasta que al final lo aniquilaron, del mismo modo que a
muchos otros hroes: a traicin. Tambin se le describe como un patriota
esforzado, bravo luchador, leal y valiente soldado y gran defensor del
pueblo. En Un recuerdo al general Zapata (Romero, s/a) se puede leer:
126
Ahora hablar de Zapata
que en Chinameca cay,
muerto por Jess Guajardo
bajo una infame traicin.
[]
Herido por la metralla
envuelto en sangre expir,
por cobrar la libertad
que el pobre pueblo perdi.
127
Desgraciado fue Crispn
cuando lo vino a entregar,
pidiendo los diez mil pesos
por la vida de Bernal.
128
129
130
Unidos (La tumba del mojado, El otro Mxico) y de las hazaas de pequeas
mafias de mexicanos que operan en los estados del sur de dicho pas []
Nacen as corridos como Contrabando y traicin, La banda del carro rojo y
La camioneta gris. Sus personajes, siempre mexicanos o chicanos que se
mantenan al margen de la ley, desplazaron a aquellos que, en otras etapas
del corrido, representaban ideales revolucionarios o que eran los bandidos
buenos que merecan la admiracin. Emilio Varela, Camelia La Texana
o Lino Quintana son nombres de contrabandistas popularizados y
mitificados en esta nueva etapa del corrido (Gmez, s/a).
La reaccin popular ante estos hechos delictivos es positiva, de
admiracin y respeto. No es tan difcil para algunos grupos sociales
adherirse a estos personajes, como no lo fue para las clases bajas adherirse
en su momento a Francisco Villa, Emiliano Zapata o Heraclio Bernal, a
quienes consideraban como justicieros capaces de vengar los abusos del
poder poltico. El enfrentamiento con la ley es algo importante para las
clases sociales bajas, porque buscan quin los reivindique, quin les haga
justicia, aunque sea en una representacin simblica. Y si los narcos son
delincuentes perseguidos, entonces sus batallas se popularizarn; sus
comportamientos delictivos se mirarn como virtudes y los enfrentamientos
con las fuerzas policacas se relatarn como hazaas que han logrado.
Los narcocorridos se orientan a detallar las vivencias tpicas en las
que se hallan envueltos sus personajes. Tambin agregan al narcotraficante
virtudes esenciales para el desempeo de sus actividades ilcitas,
proyectndolos como hombres de poder, valientes, justos, astutos, temerarios
y resueltos (Wikipedia), creando en estas composiciones incluso un lenguaje
especial con nuevos vocablos y smbolos para designar sus actividades.
En Contrabando y traicin se cuenta la historia de Camelia la
Texana y Emilio Varela, quienes traficaban con hierba mala. Se narra su
paso por San Clemente y por migracin sin sobresalto alguno. En este
corrido tambin se enfatiza la lealtad de Camelia con el enunciado una
hembra de corazn que puede dar la vida por el hombre que ama, pero no
perdona la traicin, regla bsica del contrabando.
Salieron de San Isidro,
procedentes de Tijuana
traan las llantas del carro
repletas de hierba mala
eran Emilio Varela,
y Camelia, la Texana.
[]
Un hembra si quiere un hombre
por l puede dar la vida
pero hay que tener cuidado
131
si esa hembra se siente herida,
la traicin y el contrabando
son cosas incompartidas.
[]
Emilio dice a Camelia
"Hoy te das por despedida,
con la parte que te toca,
t puedes rehacer tu vida
yo me voy para San Francisco
con la duea de mi vida"
Sonaron siete balazos,
Camelia a Emilio mataba,
la polica slo hall
Una pistola tirada.
Del dinero y de Camelia
Nunca ms se supo nada.
132
ya no podrn declarar
y yo lo siento cheriff
porque yo no s cantar
De los siete que murieron
Slo las cruces quedaron
Cuatro eran del carro rojo
Los otros tres del gobierno
Por ellos no se preocupen
Irn con Lino al infierno.
Dicen que eran del Candil
Otros que eran del Altar
Hasta por ah dicen muchos
Que procedan del Parral
La verdad nunca se supo
Nadie los fue a reclamar.
133
grande con que ahora cuenta esta msica. Las compaas disqueras y las
empresas de espectculos promueven, tanto en la radio como en la televisin
y en los escenarios de masas, a los compositores, cantantes y grupos
musicales que interpretan el gnero. Hubo un gran salto en los corridos al
pasar de la distribucin de hojas de mano en mano a los medios electrnicos
y en general a la industria de la cultura del mundo.
Conclusiones
Analizados como discurso, encontramos que los gneros vistos
tienen distintas estrategias, estructuras y funciones. Tambin son producidos
bajo distintos arreglos institucionales y con diferentes relaciones sociales en
cada una de las pocas a la que perteneci cada uno de ellos. La cancin de
gesta se produjo en la Alta Edad Media, bajo condiciones de feudalizacin
profunda y de consolidacin de la caballera. El romance emerge en medio
de la crisis del feudalismo y coincide con la aparicin de una nueva clase
social, la burguesa, lo cual imprime un sello un tanto ms satrico a la
poesa. El corrido irrumpe bajo condiciones de Independencia poltica en
Mxico y se va desarrollando acorde con los movimientos sociales,
alcanzando su clmax con la Revolucin, que contribuye a su arraigo.
En este marco, aunque Roldn, Mo Cid, Don Sancho, Heraclio
Bernal o Camelia la Texana se enfrentaron con la adversidad, cada uno tuvo
sus rasgos propios y todos ellos requirieron de valenta y fueron
traicionados. Sin embargo el corrido mantiene una distancia con respecto a
los otros gneros musicales y no se da una continuidad evolucionada entre
ellos. En su papel de hroes todos realizan hazaas y muestran su valenta y
decisin en los combates y al final caen bajo la impronta de la traicin. Sin
embargo ni sta ni la valenta son las mismas para Roldn, Mo Cid, Bernal
o Camelia la Taxana. Adquieren un sentido distinto y peculiar.
Roldn combate contra los sarracenos; Mo Cid enfrenta el destierro
del rey y tiene que realizar nuevas conquistas para recuperar su posicin
social. Todos son traicionados por distintos personajes. A pesar de ello, la
funcin que cumplen estos gneros es distinta: Roldn y el Mo Cid son
funcionales al sistema medieval; Heraclio Bernal es disfuncional al sistema
oligrquico, pero funcional con respecto a las clases sociales bajas.
Aunque un rasgo distintivo interesante es que las batallas que libran
aqullos hroes y stos son desiguales. Mientras que Roldn o el Mo Cid
van acompaados de sus amigos y sus ejrcitos, los bandoleros iban de
hecho solos a la sierra a combatir a las fuerzas del gobierno, arrostrando el
peligro con muy escasos recursos. Los narcos son ms parecidos a aqullos
al poseer medios de violencia muy poderosos. Dentro de los mismos
corridos se encuentra todo un arsenal: cuernos de chivo, R-15, M1,
134
una super, una 45. Tambin los vehculos y camionetas son clave en los
corridos: la troca, la bronco, la suburban, la cheyene y otras.
La interpretacin de los gneros tambin es diferente: trovadores,
troveros, juglares y gruperos ejecutan sus obras en distintos escenarios. Los
trovadores, troveros y juglares no lo hacan con todo el poder de los media,
ni entre pblicos delirantes, ni vendan cientos de miles de discos. Y menos
estaban precedidos de vastas campaas publicitarias ni eran interpretados en
fastuosos escenarios con alta tecnologa.
Algo ms puede resaltarse: estos gneros han surgido en condiciones
de un rgimen autoritario, de una violencia institucional y de condiciones
sociales o relaciones sociales en tensin o conflicto, que han contribuido a
producir crisis largas y muy conflictivas. A todos estos factores se puede
aadir la ausencia de justicia, otro ingrediente que est contribuyendo con la
produccin de enunciados de oposicin a los gobiernos.
Finalmente se puede agregar que los elementos vistos aqu en el
anlisis del discurso no son, por supuesto, todos los factibles, ni fueron
aplicados con la amplitud y la profundidad que posibilitan. Existen adems
otros aspectos que debern ser tomados en consideracin para una posterior
dilucidacin del problema. Aspectos tales como los correlatos discursivos,
tanto cercanos como opuestos al discurso en estudio, entre otros. Tambin se
deben tomar en cuenta la gran diferencia en la extensin del poema o los
efectos diferenciales que se generan cuando son interpretados con alta
tecnologa o las implicaciones que produce una especfica entonacin, slo
por mencionar algunos de tales aspectos. Pese a los antecedentes, como
fenmeno cultural relativamente novedoso, el del narcocorrido es un filn
hermenutico e interpretativo an en ciernes.
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136
LA IDENTIDADES multinacionales
Segundo GALICIA SANCHEZ
De nuestra identidad hablamos siempre que decimos quines somos y
quines queremos ser. Y en esa razn que damos de nosotros se entretejen
elementos descriptivos y elementos evaluativos. La forma que hemos
cobrado merced a nuestra biografa, a la historia de nuestro medio, de
nuestro pueblo, no puede separarse en la descripcin de nuestra propia
identidad de la imagen que de nosotros nos ofrecemos a nosotros mismos y
137
ofrecemos a los dems y conforme a la que queremos ser enjuiciados,
considerados y reconocidos por los dems. (Jrgen Habermas).
138
139
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Fuente:
http://www.correodelmaestro.com/anteriores/2004/octubre/1anteaula101.htm
153
Total
Acuario
5023
7498
7374
8862
14283
14186
57226
Bosque de la Ciudad
3078
4113
6036
2319
3363
5111
24020
Camarn
3172
8170
10741
7256
4841
No
34180
25942
19235
23001
35091
No
103269
11273
45723
43386
41438
57578
19297
218695
0102
100
0203
465
Total
Estero El Sbalo
Total
Cuadro 2
Comparativo de patos pichichines en 4 cuerpos de agua
9899Laguna
97-98
99
00
00-01
263
195
Acuario
356
130
1509
Bosque de la Ciudad
488
361
668
95
44
200
1856
Camarn
20
462
2183
39
216
No
2920
882
1651
156
4432
658
7779
1968 4697
4792
864
420
Fuente: Sauceda Cardoza (2004: 2)
1323
14064
Estero El Sbalo
Total
154
155
156