Recurso de Procedncia Ilicita Tesis Doctoral PDF
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procedencia ilcita
Director de la investigacin:
Dr. Rafael Rebollo Vargas,
Profesor Titular de Derecho Penal.
Universidad Autnoma de Barcelona.
A t pap,
Por haberme enseado que, en la vida,
todo con exceso nada con medida y
mucho ms el amor.
Yo, tu tortolita
ndice
Abreviaturas
10
Introduccin
11
Captulo 1
La historia legislativa
16
16
20
27
31
32
36
38
40
41
41
43
45
a) El mbito penal
45
45
47
b) El mbito administrativo
49
50
55
61
62
Captulo 2
La delincuencia organizada
63
2.1. El origen
65
65
70
El crtel de Jurez
72
74
El crtel de Tijuana
76
82
Antecedentes
82
Situacin actual
87
102
Captulo 3
El bien jurdico
112
112
130
a) La administracin de justicia
131
Toma de posicin
140
150
Toma de posicin
152
c) El orden socioeconmico
153
Toma de posicin
157
166
Toma de posicin
1 68
1 69
Toma de posicin
172
172
Toma de posicin
176
Captulo 4
El delito previo
183
187
187
187
1 89
Toma de posicin
192
194
194
195
197
198
Toma de posicin
198
4.4 La prueba
200
202
203
2 07
210
213
216
216
b2) Certeza
223
4.5 Los principios probatorios como criterio del ordenamiento jurdico penal
mexicano y los indicios fundados o certeza como tesis del legislador
224
2 27
245
245
246
250
254
2 57
2 66
2 68
Captulo 5
La conducta tpica
273
274
2 76
292
295
Captulo 6
Los sujetos
307
3 07
a) El autor del delito previo est excluido como autor del tipo de operaciones
3 08
b) El autor del delito previo tambin puede serlo del tipo de operaciones
310
311
312
Toma de posicin
314
324
El autor directo
3 28
El autor mediato
3 29
El coautor
332
El inductor
335
3 37
342
3 49
352
3 56
3 57
Toma de posicin
3 59
3 60
Captulo 7
El objeto material
362
364
3 68
3 70
7.4 La discutible decisin del legislador mexicano respecto del objeto material
372
3 79
3 82
392
7.8 Las formas en que el objeto material puede adquirir su procedencia delictiva
392
394
Captulo 8
Los elementos subjetivos
399
8.1 El dolo
400
402
402
4 07
4 08
411
413
a) El dolo directo
414
b) El dolo eventual
4 15
4 17
4 17
4 18
4 19
421
8.3 El error
422
4 26
4 30
Captulo 9
El concurso
431
431
432
a) Elementos comunes
433
433
434
Toma de posicin
4 36
4 41
Bibliografa citada
4 42
Abreviaturas
AFI
CCF
CPF
CFPP
Cpe
CDOT/La Convencin
DEA
DOF
FBI
INACIPE
LA
Ley de Amparo
LFCDO
LIC
Operaciones
PFP
PGR
SCJN/Mximo Tribunal
SHCP
TCC
de
10
I ntroduccin
no
fue
sino
hasta
hace
muy
pocos
aos
que
las
11
12
13
BLANCO
CORDERO,
FABIN
CAPARRS
otros)
que
15
Captulo 1
La historia legislativa
1.1 Los orgenes
El primer antecedente legislativo de la tipificacin del delito conocido
como lavado de dinero (operaciones/ blanqueo de capitales/ riciclaggio
di denaro/ blanchiment de largent/ branqueamento de capitais) es el
Acta de Secreto Bancario (The Bank Secrecy Act)1 de Estados Unidos de
Amrica de 1970, que impuso a las instituciones financieras la obligacin
de mantener constancia de determinadas operaciones y de reportarlas a
las
autoridades.
Considerada2
la
pieza
central
de
la
legislacin
bancos
otras
clases
de
instituciones
financieras
son,
16
Las disposiciones de la Ley de Control de Lavado de Dinero quedaron codificadas en las secciones 1956 y
1957 del Ttulo 18 del Cdigo Penal.
La Seccin 1956 (Ley Penal de Lavado de Dinero) incluye tres tipos de delitos de lavado de dinero:
(1) Esta sub seccin tipifica como delito realizar o intentar realizar dolosamente una transaccin financiera
con recursos provenientes de una determinada actividad ilcita (el concepto determinada actividad ilcita
incluy un amplio grupo de delitos entre ellos el trfico de drogas, el fraude, el terrorismo y otros atribuidos al
crimen organizado) si se tiene alguno de los siguientes propsitos:
a) Con el intento de promover una determinada actividad ilcita. Incluy el caso de que se pretenda reinvertir
ingresos provenientes de delito en las actividades de la organizacin criminal;
b) Violar ciertas leyes fiscales;
17
18
interactuar
con
sus
homlogos
estadounidenses.
El
travs de las instituciones financieras que operan dentro y fuera de los EEUU, y g) si un incremento
significativo de recursos federales eran necesarios para otorgar una ofensiva adecuada a nivel estatal y local
en respuesta a crmenes financieros.
6
Que en opinin de Muoz Conde permite muchos excesos y violaciones a derechos fundamentales
individuales en aras de una seguridad extrema frente a otros posibles ataques terroristas. Cfr. Muoz Conde,
Francisco, Es el Derecho Penal Internacional un Derecho Penal del Enemigo? en Sistema Penal Revista
de Ciencias Penales de la Procuradura General de Justicia del Distrito Federal, Nmero 1, UBIJUS, 2008, p.
51.
19
se
niegue
proporcionar
informacin
las
autoridades
Cfr. vila de la Torre, Alberto Manuel, Lavado de Dinero: conceptos bsicos sobre un sistema econmico
delictivo, Editorial Porra, Mxico, 2003, p. 10. Asimismo, Carballido, Manuel Jess, Prevencin del
blanqueo de capitales, Editlica, Unin Europea, 2006, p. 1.
20
obtenidos
partir
de
la
realizacin
de
determinadas
clandestino
fenmeno, NICHOLAS
espurio11.
Asimismo,
para
describir
el
piedra que es lanzada a una alberca en la que las ondas se van creando
conforme la piedra entra al agua, y se disipan gradualmente dejando
atrs una superficie lisa, y nada puede indicar lo que ocurri12.
En Mxico ZAMORA SNCHEZ propone que se le defina como: el
proceso mediante el cual se realiza cualquier acto u operacin con
divisas o activos que provengan de una actividad tipificada como delito
8
Dez Ripolls, Jos Luis, El blanqueo de capitales procedentes del trfico de drogas: la recepcin de la
legislacin internacional en el ordenamiento penal espaol en El encubrimiento, la receptacin y el blanqueo
de dinero. Normativa Comunitaria, Cuadernos de Derecho Judicial, Consejo General del Poder Judicial,
Madrid, Nmero 1, Febrero, 1994, p. 186.
9
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo de capitales, Aranzadi, Pamplona, 1997, p. 101.
10
Crdenas, Jorge Hernn, The anti-money laundering effort: some elements for analysis, Banco Mundial,
Mimeo, Washington, 1995, p. 1 (del acceso electrnico).
11
Tovar Escobar, Ral, El crimen de la Droga. Depresores, Estimulantes, Drogadicciones, Narcotrfico,
Lavado de Dinero, SIAD, Mafias, Geostrategia, Editorial Universidad, Buenos Aires, 1992, p. 381.
12
Nicholas, Clark, El impacto de la reciente legislacin contra el lavado de dinero en Control de Lavado de
Dinero, Barry Rider/Michael Ash, Dubln, 1996, p. 119.
21
puede
observarse,
casi
todas
las
definiciones
expuestas
13
Zamora Snchez, Pedro, Marco Jurdico del Lavado de Dinero, Oxford, Mxico, 1999, p. 6.
Garca Gibson, Ramn, Prevencin de lavado de dinero y financiamiento al terrorismo, Instituto Nacional
de Ciencias Penales de la Procuradura General de la Repblica (INACIPE), Mxico, 2009, p. 24.
15
Castaeda Jimnez, Hctor F. Aspectos Socioeconmicos del Lavado de Dinero, Instituto Nacional de
Ciencias Penales de la Procuradura General de la Repblica (INACIPE), Mxico, 1991, p. 61.
14
22
16
Esta idea es compartida por Tondini quien afirma que los primeros en cumplir con las obligaciones
tributarias, ya que de ese modo tambin se introducen al sistema formal los dineros obtenidos ilegalmente.
Cfr. Tondini, Bruno, Lavado de dinero. Sistematizacin de las normas locales e internacionales en la
materia en Centro Argentino de Estudios Internacionales, Buenos Aires, 2006, p. 8 (del acceso electrnico).
17
Oficina de las Naciones Unidas de Fiscalizacin de Drogas y de Prevencin del Delito, Refugios
financieros, secreto bancario y blanqueo de dinero, Nueva York, 1999, p. IV.
23
18
Bernasconi, Paolo, Geldwscherei und organisierte Kriminalitt en Finanzunterwelt, 1989, pp. 25ss,
citado por Arnguez Snchez Carlos, El delito de blanqueo de capitales, Marcial Pons, Madrid, 2000, pp. 3940.
19
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de, pp. 70 y ss.
20
Los autores denominan a las fases como: a) colocacin; b) acumulacin o transformacin, y c) integracin.
Como se puede observar, lo que para GAFI es estratificacin los Molina Mansilla lo bautizan como
acumulacin y transformacin. Sin embargo, la descripcin de las acciones que se llevan a cabo durante esta
etapa (estratificacin/acumulacin) bsicamente coincide. Cfr. Molina Mansilla, Ma. del Carmen/Molina
Mansilla, Luis, El blanqueo de dinero, Bosch, Barcelona, 2008, pp. 9 y ss.
21
Zaragoza Aguado, Javier Alberto, El blanqueo de dinero. Aspectos sustantivos. Su investigacin, en El
encubrimiento, la receptacin y el blanqueo de dinero. Normativa Comunitaria, Cuadernos de Derecho
Judicial, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, Nmero 1, Febrero, 1994, p. 136.
24
tpicamente
en
parasos
offshore
transferencias
22
25
continuacin
se
realiza
un
breve
anlisis
de
los
principales
de
Ope r a cione s
Ba nca r ia s
sobr e
Pr e ve ncin
de
la
27
a) Identificacin de clientes.
registrada.
procedimientos
La
declaracin
eficaces
seala
razonables
que es
para
necesario
obtener
la
28
Cfr. lvarez Pastor, Daniel/Eguidazu Palacios, Fernando, La prevencin del blanqueo de capitales,
Aranzadi, Pamplona, 1997, pp. 57 y ss.
25
Cfr. Palma Herrera, Jos Manuel, Los delitos de blanqueo de capitales, Edersa, Madrid, 1999, p. 34.
29
d) Adhesin a la Declaracin.
Seala
que
los
bancos
debern
adoptar
expresamente
polticas
30
Sust a ncia s
Psicot r pica s
( Conve ncin
de
Viena) 1988
La llamada Convencin de Viena signific el lanzamiento internacional de
la tipificacin del delito conocido como lavado de dinero. Aunque el
nombre de la misma indica la lucha contra el trfico ilcito de
estupefacientes, en realidad, es aqu donde por primera vez los estados
firmantes
se
comprometen
sancionar
penalmente
diferentes
26
31
ste
otros
ocho
pases
(Suecia,
Holanda,
Blgica,
32
El GAFI se organiz en un Grupo Plenario con tres tareas que cumplir, encabezadas por sendos pases: a)
estadsticas y mtodos (Reino Unido), b) cooperacin administrativa y financiera (Italia); y c) asuntos legales
(Estados Unidos de Amrica).
28
En 2000 a 31 (se incorporaron Mxico, Brasil y Argentina) en 2003 pas a 33 (con la incorporacin de
Sudfrica y Rusia) y en 2007 se increment a 34 con la inclusin de China. Adicionalmente, a la fecha India y
Corea tienen el status de observadores.
Los miembros de pleno derecho de GAFI son: Alemania, Argentina, Australia, Austria, Blgica, Brasil,
Canad, China, Comisin Europea, Consejo de Cooperacin del Golfo, Dinamarca, Espaa, Estados Unidos
de Amrica, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hong Kong-China, Irlanda, Islandia, Italia, Japn,
Luxemburgo, Mxico, Noruega, Nueva Zelanda, Portugal, Reino Unido, Rusia, Singapur, Sudfrica, Suecia,
Suiza y Turqua.
29
Entre los principales organismos con los que el GAFI colabora se encuentran el Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial, la Organizacin Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO), el Grupo
Egmont, el Banco Europeo para la Reconstruccin y el Desarrollo, la Organizacin para la Cooperacin y
Desarrollo Econmicos, la Interpol, entre otros.
30
Las recomendaciones del GAFI se encuentran divididas en los siguientes temas:
a) Sistemas Jurdicos.
De las recomendaciones 1 a 3. Se establece la necesidad de tipificar la conducta de lavado de dinero y de
tomar medidas para realizar decomisos.
33
de
Naciones
Unidas
contra
el
Trfico
Ilcito
de
34
31
El artculo 133 de la Constitucin Federal prev que los tratados internacionales son Ley Suprema de toda
la Unin. En este sentido, la Ley sobre la celebracin de Tratados dispone lo que es un convenio (tratado).
Asimismo, la Suprema Corte de Justicia de la Nacin ha llevado a cabo una interpretacin (en tesis aislada) de
la forma en como debe entenderse el artculo 133 constitucional.
Artculo 133 Constitucional.- Esta Constitucin, las leyes del Congreso de la Unin que emanen de ella y
todos los Tratados que estn de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la
Repblica, con la aprobacin del Senado, sern Ley Suprema de toda la Unin. Los jueces de cada Estado se
arreglarn a dicha Constitucin, leyes y tratados a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en
las Constituciones o leyes de los Estados.
Artculo 2 de la Ley sobre la celebracin de Tratados.- El convenio regido por el derecho internacional
pblico, celebrado por escrito entre el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos y uno o varios sujetos de
Derecho Internacional Pblico, ya sea que para su aplicacin requiera o no la celebracin de acuerdos en
materias especficas, cualquiera que sea su denominacin, mediante las cuales los Estados Unidos Mexicanos
asumen compromisos.
En tesis aislada del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nacin se ha establecido que el orden jurdico
mexicano esta integrado por la Constitucin Federal, los tratados internacionales y las leyes general.
Asimismo, a partir de dicha interpretacin, armonizada con los principios de derecho internacional dispersos
en el texto constitucional, as como con las normas y premisas fundamentales de esa rama del derecho, se
concluye que los tratados internacionales se ubican jerrquicamente debajo de la Constitucin Federal y por
encima de las leyes generales, federales y locales.
Novena poca. Instancia: Pleno. Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta, abril de 2007, Tesis
Aislada P. IX/2007.
En este sentido, Ambos interpreta que las convenciones son tratados internacionales con la particularidad de
que se firman por varios sujetos. Cfr. Ambos, Kai, Nuevo Derecho Penal Internacional, Instituto Nacional de
Ciencias Penales, Mxico, 2002, pp. 39 y ss. Asimismo, Seara Vzquez considera que un tratado es todo
acuerdo entre dos o ms sujetos de Derecho internacional se habla de sujetos y no de Estados, con el fin de
incluir a las organizaciones internacionales. Cfr. Seara Vzquez, Modesto, Derecho Internacional Pblico,
Editorial Porra, Mxico, 1991, p. 63.
32
El 80% de los 500 principales bancos del mundo est representado en los pases que, en un primer
momento, conformaron el GAFI. Cfr. Barral, Jorge E., Legitimacin de Bienes Provenientes de la Comisin
de Delitos, AD-HOC, Buenos Aires, 2003, p. 53.
35
pueden sealarse:
Supervisar
el
progreso
en
la
adopcin
de
medidas
para
Conve nio
de l
Conse j o
de
Eur opa
sobr e
el
Bla nque o,
Por lo que se refiere a la supervisin del progreso en la implementacin de las recomendaciones, el GAFI
ha establecido un mecanismo de evaluacin para promover y verificar que sus miembros cumplan con stas.
Para ello, realiza rondas de valoracin mutua que se conforman por un grupo de expertos provenientes de los
pases que integran al grupo y el Secretariado del GAFI.
34
Las dos principales diferencias entre la Convencin de Viena y el Convenio de Estrasburgo consisten en: la
ampliacin del catlogo de delitos previos (el Convenio no se circunscribe a que provengan, exclusivamente,
de un delito en materia de trfico ilcito de estupefacientes) y la previsin de medidas procesales de
cooperacin internacional (aportacin de pruebas, medidas de confiscacin)34. Cfr. lvarez Pastor,
36
Daniel/Eguidazu Palacios, Fernando, Manual de Prevencin del Blanqueo de Capitales, Marcial Pons,
Madrid, 2007, pp. 69-70.
37
35
38
39
37
40
38
Asimismo, a travs del Consejo de Seguridad integra las listas de personas relacionadas con el terrorismo
las cuales son distribuidas a los intermediarios financieros por las autoridades competentes de cada pas.
41
La
Organizacin
de
Estados
Americanos
(OEA)
Comisin
Parte de los trabajos de la ONU en esta materia se da a travs de la Oficina de las Naciones Unidas sobre
Drogas y Delitos (UNODC), establecida en 1997 y con oficinas centrales en Viena y oficinas en Nueva York
y Bruselas. El objetivo principal de la UNODC es apoyar a sus miembros en la lucha contra las drogas, los
delitos como el lavado de dinero y el terrorismo. Principalmente, a travs de programas de capacitacin y
asistencia tcnica.
39
Estas regulaciones fueron creadas con el objetivo de ser consistentes con las normas de lavado de dinero y
confiscacin de activos de la Convencin de las Naciones Unidas contra el Trfico Ilcito de Drogas, y de que
las naciones que lo ratifiquen, estn obligadas a implementar su contenido mediante reformas legales y
administrativas. El trabajo se dio a travs de la Comisin Interamericana para el Control del Abuso de Drogas,
que es un rgano de la OEA.
40
Adicionalmente, estos dos organismos han venido desarrollando programas de capacitacin enfocados en
apoyar a los pases en implementar polticas y sistemas preventivos relacionados con lavado de dinero y
financiamiento al terrorismo.
42
estudios sobre algunos de los mtodos que pueden ser utilizados para
lavar dinero41.
organismos
regionales
tipo
GAFI
han
tenido
un
importante
Uno de los estudios ms interesantes elaborados por el organismo internacional es el que versa sobre el
cambio de transferencias informales a formales en las remesas Estados Unidos-Mxico; en ste se seala que
el corredor de remesas Estados Unidos de Amrica-Mxico se ha transformado radicalmente en los ltimos
ocho aos, pasando de ser uno donde prevalecan los sistemas informales de envo de fondos a ser dominado
por mecanismos formales de transferencias de remesas. Sin embargo, se reconoce que si bien los clientes
estn eligiendo cambiar a los sistemas formales de remesas, los canales informales siguen funcionando y es
posible que los criminales continen ideando mtodos para transferir ganancias ilcitas a travs de algunos de
stos. Cfr. Hernndez Coss, Ral, Lecciones sobre el cambio de sistemas de transferencias informales a
formales en el corredor de remesas Estados Unidos-Mxico, The World Bank. Anti-Money Laundering and
Combating the Financing of Terrorism, Mxico, 2004, p. 47.
42
Los grupos regionales son los siguientes:
Grupo Asia Pacfico de Lavado de Dinero (APG).
Agrupa, principalmente, pases de Asia.
Grupo de Accin Financiera de Sudamrica (GAFISUD).
Agrupa a los pases de Sudamrica. Tiene como objetivo promover la lucha regional contra el lavado de
dinero y el financiamiento al terrorismo, y sus polticas sirven de gua para definir las acciones
gubernamentales de sus miembros.
43
En junio de 2006, y debido a los acuerdos adoptados por la Plenaria celebrada en Pars, Francia y del
procedimiento establecido para modificar y fortalecer la participacin de los organismos regionales tipo
GAFI, GAFISUD fue aceptado como miembro asociado del GAFI.
En mayo de 2002, y como parte de una estrategia de fortalecimiento regional y de una recomendacin
informal del GAFI, Mxico se uni al GAFISUD como observador.
En septiembre de 2006, el Presidente de GAFISUD, invit a Mxico a incorporarse como miembro de pleno
derecho del Grupo, invitacin que fue aceptada por nuestro pas. Durante la reunin del pleno de
representantes del GAFISUD celebrada en diciembre de 2006, se formaliz el cambio de status de Mxico de
pas de apoyo y cooperacin a miembro de pleno derecho.
Grupo de Accin Financiera del Caribe (GAFIC).
Se integra por estados y territorios del Caribe y Centroamrica. Su objetivo principal es la implementacin y
el cumplimiento de los estndares internacionales anti lavado de dinero y financiamiento al terrorismo. Fue
establecido como resultado de una serie de reuniones convocadas en Aruba en mayo de 1990 y en Jamaica en
noviembre de 1992.
Comit de Expertos en Evaluacin de medidas anti lavado de dinero y financiamiento al terrorismo
(MONEYVAL).
Est
compuesto
por:
Albania,
Andorra,
Armenia
Azerbaiyn, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Chipre, Repblica Checa, Estonia, Francia, Georgia,
Hungra, Latvia, Liechtenstein, Lituania, Malta, Moldava, Mnaco, Holanda, Polonia, Rumania, Rusia, San
Marino, Serbia, Eslovaquia, Eslovenia, Macedonia y Ucrania.
Grupo de Accin Financiera de Medio Oriente y Norte de frica (MENAFATF).
Se integra por: Bahrain, Egipto, Jordania, Kuwait, Lbano, Marruecos, Omn, Qatar, Arabia Saudita, Siria,
Tnez, Emiratos rabes Unidos y Yemen.
Los tres organismos regionales que no han sido aceptados por el GAFI como miembros asociados.
Grupo Euroasitico de Combate al Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo (EAG).
Integrado por: Bielorrusia, China, Kazajistn, Kirguistn, Rusia, Tayikistn y Uzbekistn.
Grupo Anti Lavado del Este y Sur de frica (ESAAMLG).
Compuesto por: Botswana, Kenia, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, Seychelles, Sudfrica,
Suazilandia, Tanzania, Uganda, Zambia y Zimbabwe.
Grupo de Accin Intergubernamental contra el Lavado de Dinero en frica (GIABA).
Integrado por: Benin, Burkina-Faso, Cabo Verde, Costa de Marfil, Gambia, Ghana, Guinea Bissau, Guinea
Ecuatorial, Liberia, Mali, Niger, Nigeria, Senegal, Sierra Leona y Togo.
44
a) El mbito penal
Entre las medidas preventivas que los pases han tomado para combatir el lavado de dinero, est la creacin
de una agencia central nacional encargada de recibir, analizar y diseminar a las autoridades competentes la
informacin que proporcionan las instituciones financieras y que pueda estar relacionada con la comisin del
delito de lavado de dinero. Hay varios tipos de unidades de inteligencia financiera: a) el modelo de organismo
administrativo, que est vinculado a una autoridad reglamentaria/supervisora, tal como el banco central o el
ministerio de finanzas, o como una autoridad administrativa independiente; b) el modelo de aplicacin de la
ley, por el cual el organismo est vinculado a la fuerza de una poltica, ya sea general o especializada, o c) el
modelo fiscalizador, donde el organismo est afiliado a la oficina del fiscal, en tanto que autoridad judicial.
En Mxico la Unidad de Inteligencia Financiera sigue el modelo administrativo pues forma parte de la
Secretara de Hacienda y Crdito Pblico (Ministerio de Finanzas). Para mayor informacin acerca de las
funciones y facultades de las unidades de inteligencia financiera puede consultarse Schott, Paul Allan, Gua
de referencia para la lucha contra el lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo, Banco Mundial/
Fondo Monetario Internacional, Estados Unidos de Amrica, 2003.
44
La Convencin fue firmada el 16 de febrero de 1989 y ratificada el 27 de febrero de 1990.
45
45
ARTICULO 115-BIS.- Se sancionar con pena de tres a nueve aos de prisin, a quien a sabiendas de que
una suma de dinero o bienes de cualquier naturaleza provienen o representan el producto de alguna actividad
ilcita:
I.- Realice una operacin financiera, compra, venta, garanta, depsito, transferencia, cambio de moneda o, en
general, cualquier enajenacin o adquisicin que tenga por objeto el dinero o los bienes antes citados, con el
propsito de:
a).- Evadir de cualquier manera el pago de crditos fiscales;
b).- Ocultar o disfrazar el origen, naturaleza, propiedad, destino o localizacin del dinero o de los bienes de
que se trate;
c).- Alentar alguna actividad ilcita, u
d).- Omitir proporcionar el informe requerido por la operacin; o
II. Transporte, transmita o transfiera la suma de dinero o bienes mencionados, desde algn lugar a otro pas,
desde Mxico al extranjero o del extranjero a Mxico, con el propsito de:
a).- Evadir de cualquier manera el pago de crditos fiscales;
b).- Ocultar o disfrazar el origen, naturaleza, propiedad, destino o localizacin del dinero o de los bienes de
que se trate;
c).- Alentar alguna actividad ilcita; u
d).- Omitir proporcionar el informe requerido por la operacin.
Las mismas penas se impondrn a quien realice cualquiera de los actos a que se refieren las dos fracciones
anteriores que tengan por objeto la suma de dinero o los bienes sealados por las mismas con conocimiento
de su origen ilcito, cuando stos hayan sido identificados como producto de actividades ilegales por las
autoridades o tribunales competentes y dichos actos tengan el propsito de:
a).- Ocultar o disfrazar el origen, naturaleza, propiedad, destino o localizacin del dinero o de los bienes de
que se trate; o
b).- Alentar alguna actividad ilcita.
46
ARTICULO 115-BIS.-
I.-
Igual sancin se impondr a los empleados y funcionarios de las instituciones que integran el sistema
financiero, que con el propsito de prestar auxilio o cooperacin para evitar la identificacin o localizacin de
las sumas de dinero o bienes a que se refiere este artculo, no cumplan con la obligacin de recabar o falseen
la informacin sobre la identificacin del cliente y la correspondiente operacin, conforme a lo previsto en las
disposiciones que regulan el sistema financiero.
Para los efectos de este artculo, se entiende por sistema financiero el comprendido por las instituciones de
crdito, de seguros y de fianzas, almacenes generales de depsito, arrendadoras financieras, sociedades de
46
ahorro y prstamo, uniones de crdito, empresas de factoraje financiero, intermediarios burstiles, casas de
cambio y cualquier otro intermediario financiero o cambiario.
47
Exposicin de Motivos de la Iniciativa de Decreto que Reforma, Adiciona y Deroga diversos artculos del
Cdigo Penal para el Distrito Federal en Materia de Fuero Comn y para toda la Repblica en Materia de
Fuero Federal, el Cdigo Federal de Procedimientos Penales y el Cdigo Fiscal de la Federacin.
47
48
No se aclara en el debate si los legisladores que se opusieron a la reforma lo hicieron porque entendan que
no era correcto que se exigiera al autor del delito de operaciones conocer la procedencia exacta (el delito
concreto) del que provienen los bienes o, bien, si lo que se estaba pidiendo es que el activo ignorara,
absolutamente, la procedencia delictiva de los recursos, bienes o derechos. Para no considerar que el debate
fue absolutamente descabellado, debe entenderse que los legisladores se referan a la primera de las hiptesis
planteadas.
49
Diario de Debates de la Cmara de Diputados, Ao II, nmero 18, Sesin del 29 de abril de 1996.
50
ARTCULO 400-BIS.- Se impondr de cinco a quince aos de prisin y de mil a cinco mil das multa al
que por s o por interpsita persona realice cualquiera de las siguientes conductas: adquiera, enajene,
administre, custodie, cambie, deposite, d en garanta, invierta, transporte o transfiera dentro del territorio
nacional, de ste hacia el extranjero o a la inversa, recursos, derechos o bienes de cualquier naturaleza, con
conocimiento de que proceden o representan el producto de una actividad ilcita, con alguno de los siguientes
propsitos: ocultar o pretender ocultar, encubrir o impedir conocer el origen, localizacin, destino o
propiedad de dichos recursos, derechos o bienes, o alentar alguna actividad ilcita.
La misma pena se aplicar a empleados y funcionarios de las instituciones que integran el sistema financiero,
que dolosamente presten ayuda o auxilien a otro para la comisin de conductas previstas en el prrafo
48
b) El mbito administrativo
La primera accin administrativa de prevencin contra el lavado de
dinero en Mxico la realiz la Comisin Nacional Bancaria y de Valores
(dependiente de la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico SHCP) al
emitir, en 1993, la Gua para prevenir el lavado de dinero en los bancos;
que fue creada, bsicamente, tomando como eje los principios emitidos
por el Comit de Basilea, las 40 recomendaciones del GAFI y el
anterior, sin perjuicio de los procedimientos y sanciones que correspondan conforme a la legislacin
financiera vigente.
La pena prevista en el primer prrafo ser aumentada en una mitad, cuando la conducta ilcita se cometa por
servidores pblicos encargados de prevenir, denunciar, investigar o juzgar la comisin de delitos. En este
caso, se impondr a dichos servidores pblicos, adems, inhabilitacin para desempear empleo, cargo o
comisin pblicos hasta por un tiempo igual al de la pena de prisin impuesta.
En caso de conductas previstas en este artculo, en las que se utilicen servicios de instituciones que integran el
sistema financiero, para proceder penalmente, se requerir la denuncia previa de la Secretara de Hacienda y
Crdito Pblico.
Cuando dicha Secretara, en ejercicio de sus facultades de fiscalizacin, encuentre elementos que permitan
presumir la comisin de los delitos referidos en el prrafo anterior, deber ejercer respecto de los mismos las
facultades de comprobacin que le confieren las leyes y, en su caso, denunciar hechos que probablemente
puedan constituir dicho ilcito.
Para los efectos de este artculo se entiende que son producto de una actividad ilcita, los recursos, derechos o
bienes de cualquier naturaleza, cuando existan indicios fundados o certeza de que provienen directa o
indirectamente, o representan las ganancias derivadas de la comisin de algn delito y no pueda acreditarse su
legtima procedencia.
Para los mismos efectos, el sistema financiero se encuentra integrado por las instituciones de crdito, de
seguros y de fianzas, almacenes generales de depsito, arrendadoras financieras, sociedades de ahorro y
prstamo, sociedades financieras de objeto limitado, uniones de crdito, empresas de factoraje financiero,
casas de bolsa y otros intermediarios burstiles, casas de cambio, administradoras de fondos de retiro y
cualquier otro intermediario financiero o cambiario.
49
51
Comisin Nacional Bancaria y de Valores, Gua para prevenir el lavado de dinero en los bancos, Revista
Bimestral, Nmero 18, Noviembre-Diciembre, 1993, Mxico, p. 56.
50
52
Entre los aspectos ms relevantes contenidos en dichas Disposiciones, las instituciones de crdito quedaron
obligadas a observar criterios relativos a:
- La identificacin de sus clientes, personas fsicas y morales, nacionales o extranjeras, cuando realizaran
operaciones por montos iguales o superiores al equivalente a $10,000.00 dlares de los Estados Unidos de
Amrica, en moneda nacional o en cualquier otra de curso legal;
- La inclusin de un expediente de identificacin del cliente, tanto del titular como de los cotitulares de las
cuentas o contratos;
- La remisin a la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, por conducto de la Comisin Nacional Bancaria
y de Valores, de reportes de operaciones sospechosas, preocupantes y relevantes;
- La elaboracin de manuales de operacin que contuvieran las bases, los criterios y los procedimientos a los
cuales deban ajustarse para detectar operaciones sospechosas;
51
con
recursos,
derechos
bienes
que
procedan
52
de
adecuar
el
marco
jurdico
aplicable
las
40
de
la
Financiacin
del
Terrorismo
atender
las
- El envo de reportes no constitua violacin de las restricciones sobre revelacin de informacin impuestas
por cualquier disposicin legal, y no se consideraran, como indicios fundados de la comisin de delito, los
reportes e informacin generados por los sujetos obligados, a efecto de dar cumplimiento a las disposiciones y
a los manuales respectivos.
55
En trminos generales, los aspectos ms relevantes comprendidos en las reformas a las leyes financieras,
consistieron en lo siguiente:
- La facultad de la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico para emitir lineamientos, a efecto de que los
sujetos obligados establezcan medidas y procedimientos para prevenir y detectar la comisin de los delitos de
terrorismo y lavado de dinero;
- Los lineamientos sobre el procedimiento y los criterios que los sujetos obligados debern observar respecto
de:
- El adecuado conocimiento de sus clientes y usuarios;
- La informacin y documentacin que los sujetos obligados debern recabar para abrir cuentas o celebrar
contratos;
- La forma en que las instituciones financieras deben resguardar y garantizar la seguridad de la informacin y
documentacin relativa a la identificacin de sus clientes y usuarios, y
- Los trminos para proporcionar capacitacin en la materia.
- La obligacin de conservar, por al menos diez aos, la informacin y documentacin de clientes y usuarios,
y
- La facultad de la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, para requerir por conducto de los rganos
supervisores, informacin y documentacin relacionada con los reportes de operaciones.
56
Las incorporaciones ms relevantes comprendidas en estas disposiciones son:
- La clasificacin de clientes en funcin del grado de riesgo;
- La aprobacin, a nivel directivo, del inicio de cuentas o contratos, cuyas caractersticas puedan generar un
alto grado de riesgo;
- La determinacin de perfiles transaccionales;
- La actualizacin peridica de datos y documentos de identificacin atendiendo al grado de riesgo del cliente;
- La incorporacin de la figura de Personas Polticamente Expuestas (PEPs);
- La reduccin de los plazos para presentar los reportes de operaciones;
- La obligacin de capacitar al personal, as como la de difundir la normatividad aplicable en la materia, y
- La obligacin de contar con sistemas automatizados que desarrollen, entre otras, las funciones de: generar,
codificar, encriptar y transmitir, de forma segura, la informacin relativa a los reportes de operaciones.
- Se elev a rango normativo la figura del rgano colegiado denominado comit de comunicacin y control,
cuya existencia se encontraba prevista nicamente en los manuales de operacin internos de las instituciones
53
objeto
de analizar,
revisar y
actualizar el
contenido de las
de
tener
mejores
herramientas
en
la
lucha
contra
la
54
- Se bajan los montos de las operaciones que se pueden llevar a cabo sin identificacin, y
- El reforzamiento de las estructuras internas encargadas de llevar a cabo las medidas de prevencin,
deteccin y reporte de las operaciones inusuales, relevantes y preocupantes.
59
Acosta Romero, Miguel, Nuevo Derecho Bancario, Editorial Porra, Mxico, 1997, p. 335.
60
Cfr. Ruiz Torres, Humberto Enrique, Derecho bancario, Oxford, Mxico, 2003, p. 110.
55
Por esa razn hay quien asevera que Suiza es el principal centro de lavado de dinero. Esa es la opinin de
Ziegler, quien seala que el secreto bancario constituye para Suiza la ley suprema del pas. Cfr. Ziegler, Jean,
Suiza lava ms blanco, Diana, Mxico, 1990, p. 25.
62
Cfr. Faith, Nicholas, Cuentas cifradas. El misterioso mundo de la banca Suiza. Editorial Planeta,
Barcelona, 1983, p. 9.
63
Ruiz Torres, Humberto Enrique, Ob. cit., p. 110. El secreto bancario se estableci, en forma sucesiva, en los
diversos ordenamientos bancarios: Ley General de Instituciones de Crdito y Establecimientos Bancarios de
1925 (art. 71); Ley General de Instituciones de Crdito y Establecimientos Bancarios de 1926 (arts. 152 y
260); Ley General de Instituciones de Crdito de 1932 (art. 43); Ley General de Instituciones de Crdito y
Organizaciones Auxiliares de 1941 (art. 105); Ley Reglamentaria del Servicio Pblico de Banca y Crdito de
1985 (art. 93 y 94), etctera.
56
el
deber
de
secreto
est
siendo
exceptuado
para
el
Abel Souto, Miguel, El blanqueo de dinero en la normativa internacional. Especial referencia a los
aspectos penales, Universidad de Santiago de Compostela, Santiago de Compostela, 2002, p. 110.
65
En caso de fideicomisos se poda dar informacin slo en los casos de que sta fuera solicitada por la
Comisin Nacional Bancaria y de Valores, pues incluso constitua responsabilidad civil por daos y perjuicios
dar informacin a las autoridades o tribunales en juicios o reclamaciones que no fueran aquellos entablados
por el fideicomitente o fideicomisario, comitente o mandante, contra la institucin o viceversa (anterior
artculo 118 de la LIC).
66
Las instituciones de crdito no estaban obligadas a guardar el secreto bancario en los casos siguientes:
- Cuando se trataba de representantes legales o de quienes tuvieran el poder otorgado para disponer de la
cuenta o para intervenir en la operacin o servicio;
- Cuando lo solicitara la autoridad judicial, en providencia dictada en juicio, en el que el titular fuera parte o
acusado;
- Cuando lo solicitara la autoridad hacendaria, por medio de la Comisin Nacional Bancaria y de Valores,
para fines fiscales;
- Cuando la informacin o los documentos fueran requeridos por la citada Comisin, en ejercicio de sus
funciones de inspeccin y vigilancia, y
- Cuando la Comisin Nacional Bancaria y de Valores tuviera que proporcionar informacin a entidades
financieras del exterior, siempre que existieran convenios de reciprocidad y con las restricciones que impona
la propia LIC.
Analiza Ruiz Torres las interpretaciones que deben darse a los supuestos que estableca la ley. Cfr. Ruiz
Torres, Humberto Enrique, Ob. cit., pp. 112-113.
67
Rosado Domnguez, Fernando, El blanqueo de dinero. Deficiencias en zonas internacionales de riesgo en
Prevencin y Represin del blanqueo de capitales, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 2000, p. 163.
57
evaluacin
de
Mxico
en
materia
de
cumplimiento
de
las
40
fideicomisario,
fiduciario,
comitente,
comisionista,
59
68
I. El Procurador General de la Repblica o el servidor pblico en quien delegue facultades para requerir
informacin, para la comprobacin del cuerpo del delito y de la probable responsabilidad del indiciado;
II. Los procuradores generales de justicia de los Estados de la Federacin y del Distrito Federal o
subprocuradores, para la comprobacin del cuerpo del delito y de la probable responsabilidad del indiciado;
III. El Procurador General de Justicia Militar, para la comprobacin del cuerpo del delito y de la probable
responsabilidad del indiciado;
IV. Las autoridades hacendarias federales, para fines fiscales;
V. La Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, para efectos de lo dispuesto por el artculo 115 de la Ley de
Instituciones de Crdito;
VI. El Tesorero de la Federacin, cuando el acto de vigilancia lo amerite, para solicitar los estados de cuenta y
cualquier otra informacin relativa a las cuentas personales de los servidores pblicos, auxiliares y, en su caso,
particulares relacionados con la investigacin de que se trate;
VII. La Auditora Superior de la Federacin, en ejercicio de sus facultades de revisin y fiscalizacin de la
cuenta pblica federal y respecto a cuentas o contratos a travs de los cules se administren o ejerzan recursos
pblicos federales;
VIII. El titular y los subsecretarios de la Secretara de la Funcin Pblica, en ejercicio de sus facultades de
investigacin o auditora para verificar la evolucin del patrimonio de los servidores pblicos federales, y
IX. El Instituto Federal Electoral.
Algunas de las autoridades exceptuadas de los secretos bancario y fiduciario firmaron, el 30 de abril de 2009,
un convenio de colaboracin institucional para la entrega de la informacin que es requerida a las instituciones
financieras. La razn del convenio es, segn se seala en los antecedentes del mismo, agilizar la entrega de la
informacin para que se pueda prevenir y combatir mejor a la delincuencia organizada especialmente a
aquella relacionada con el delito de narcotrfico y generar un diagnstico que permita establecer las bases para
un protocolo de colaboracin en el combate al lavado de dinero. Suscribieron el Convenio, por una parte, la
Procuradura General de la Repblica, la Procuradura General de Justicia Militar, la Procuradura General de
Justicia del Distrito Federal y las procuraduras generales de justicia de los 31 estados integrantes de la
federacin y, por la otra, la Comisin Nacional Bancaria y de Valores que es el organismo supervisor de las
instituciones financieras. Cfr. Diario Oficial de la Federacin de 30 de abril de 2009.
60
69
Legislacin aplicable al Delito de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilcita (Lavado de Dinero),
Procuradura General de la Repblica, Mxico, 2006.
61
internacional
ha
comprometido
recursos
(humanos,
cabida
en
el
asunto.
saber:
el
sistema
financiero
cooperacin internacional
Captulo 2
La delincuencia organizada
Un problema relativamente nuevo (como se le conoce hoy data de
aproximadamente tres dcadas) ha aparecido en el horizonte penal. Lo
hemos bautizado, indistintamente, con los nombres de: delincuencia
organizada, crimen organizado y, en los casos en que involucra a varios
pases, se le ha denominado criminalidad transnacional. Se impone
entonces, en primer lugar, tratar de definir qu es la delincuencia
organizada? y qu es el crimen transnacional? La tarea de proporcionar
conceptos de estos fenmenos ha trado aparejada una amplia discusin
en diferentes sectores del conocimiento. As, dependiendo del rea
desde la que se le estudie (sociologa, derecho, psicologa, etc.) es la
definicin que se proporciona. Sin embargo, aunque con diferencias,
buena parte de los estudiosos del tema aceptan que, en ambos
fenmenos, se engloban, cuando menos, los siguientes aspectos:
jerarqua, estabilidad y continuidad.
Para ORSI la criminalidad organizada puede definirse como: una
organizacin amplia, con estructura jerrquica, divisin de roles,
permanencia temporal y que persigue la comisin de delitos que
impliquen ganancias econmicas70. PEA ECHEVERRA asevera que por
delincuencia organizada se entiende la agrupacin de varios individuos
para la comisin de hechos delictivos, dentro de una estructura de
funcionamiento basada en la asociacin o escalonamiento, jerarquizada
y con capacidad operativa en varios pases71. Por su parte BLANCO
CORDERO entiende que la criminalidad organizada no es algo esttico,
70
Orsi, Omar Gabriel, Sistema penal y crimen organizado, Editores del Puerto, Buenos Aires, 2007, p. 6.
Pea Echeverra, Manuel Javier, La delincuencia organizada y su problemtica desde la ptica de la
investigacin policial en Criminalia Revista de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, ao LXVI,
Nmero 1, Enero-Abril, 2000, pp. 104 y ss.
71
63
72
64
2.1 El origen
sobre
adscripciones
voluntarias
(que
deban
pasar
por
la
(ubicados
conformaban
la
cada
ciudad).
uno
en
igual
Concentr
nmero
sus
de
barrios
actividades
que
delictivas,
75
76
Cfr. Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana, Tomo X, Espasa-Calpe, Madrid, 1991, p. 1182.
Orsi, Omar Gabriel, Ob. cit., p. 22.
65
66
entre
las
organizaciones
criminales
emblemticas,
se
la
cultura
antecedentes
oriental
tambin
de organizaciones
se
han
criminales.
encontrado
As,
por
interesantes
ejemplo,
se
67
actividades
son
invertidas,
principalmente,
en
el
mercado
inmobiliario88.
84
Anthony, Serge/Ripio, Daniel, El combate contra el crimen organizado en Francia y la Unin Europea,
Procuradura General de la Repblica-Servicio de Cooperacin Tcnica Internacional de la Polica Francesa,
Mxico, 1996, pp. 30-31.
85
Sobre el opio existe una interesante historia que seala que lo usaron abiertamente personajes como: Pedro
el Grande, Catalina de Rusia, Federico II de Prusia, Mara Teresa de Austria, Luis XV y XVI, Guillermo III
de Inglaterra, Goethe, Shelley, Byron, Goya y Walter Scott, entre otros. Adems, se dice que la edad de oro
del opio tiene interesantes correspondencias con el comercio europeo. Cfr. Escohotado, Antonio, Las drogas.
De los orgenes a la prohibicin, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Mxico, 1994, pp. 67-68.
86
Cfr. Money Laundering Alert, Volumen 1, Nmero 12, Miami, Florida, 1992, pp. 1-2.
87
Hay quien sostiene que, actualmente, en China se lava dinero, bsicamente, por medio de tres mtodos: a)
compaas afincadas en China pero con negocios en Hong Kong; b) incremento de bancos clandestinos, y c)
personas que explotan sus relaciones con empleados pblicos. Cfr. Yang, Song, Money Laundering in China.
A Policy Analysis en Journal of Contemporary Criminal Justice, Vol. 18, No. 4, November, 2002, p. 371.
88
Montoya, Mario, Informantes y tcnicas de investigacin encubiertas. Anlisis constitucional y
procedimiento penal, Ad-Hoc, Buenos Aires, 2001, p. 31.
68
de
la
ventanilla
siniestra
que
operaba
en
el
pas
89
69
70
Borjn Nieto, Jos Jess, Cooperacin internacional contra la delincuencia organizada transnacional,
Instituto Nacional de Ciencias Penales de la Procuradura General de la Repblica, Mxico, 2005, pp. 85 y ss.
97
En 1920 se prohibi en Mxico el cultivo y la comercializacin de la mariguana. En 1926 se llev a cabo la
misma prohibicin respecto de la adormidera. Cfr. Astorga, Luis A. El siglo de las drogas, usos, percepciones
y personajes, Espasa Calpe, Mxico, 1996, pp. 43 y ss.
98
Pgina oficial de la Procuradura General de la Repblica www.pgr.gob.mx.
99
El entonces Subprocurador de Investigacin Especializada en Delincuencia Organizada de Mxico explic
que, a ltimas fechas, haba operado un cambio en las organizaciones criminales mexicanas dedicadas al
trfico de estupefacientes: hace algunos aos, 20 o 30 aos a lo mximo, exista un respeto por los territorios
de estas organizaciones dedicadas al narcotrfico, comparativamente con el estado actual que priva ahora hay
una invasin de territorios. Todos recordamos especficamente donde estaba el crtel de los Arrellano Flix,
el crtel del Golfo, el crtel de Jurez, el crtel de Sinaloa, y no haba una invasin de territorios. Podemos
decir que en aquel entonces trabajaban sin problemas y en tranquilidad, y no haba agresin de ningn crtel a
otro, salvo por cuestiones entre lderes, pero no haba una agresin a ms bajo nivel.
Ahora, estamos viviendo un alto nivel de violencia, porque las ganancias no son suficientes para mantener a la
organizacin.
Las organizaciones delictivas mexicanas dedicadas tradicionalmente el narcotrfico, de acuerdo con el ex
Subprocurador, han diversificado sus actividades criminales (ahora se dedican tambin a secuestro, robo de
vehculos, trfico de inmigrantes) porque ya no est siendo tan redituable el negocio de la droga. Ello, explica
el ex funcionario pblico, porque las propias organizaciones criminales estn cobrando impuestos por
71
ocupar, operar o pasar por ciertos territorios y porque se ha logrado reducir la red de proteccin
gubernamental con la que antes contaban. Entrevista a Ramrez Mandujano, No, ex Subprocurador de
Investigacin Especializada en Delincuencia Organizada en el programa radiofnico En la mira,
Organizacin Editorial Mexicana, 22 de mayo de 2008.
100
Todos los datos sobre el crtel de Jurez y Amado Carrillo Fuentes se obtuvieron de la investigacin
periodstica que fue publicada bajo el nombre Con la muerte en el bolsillo del libro del mismo ttulo. Crf.
Gmez, Mara Idalia/Fritz, Daro, Con la muerte en el bolsillo. Seis desaforadas historias del narcotrfico en
Mxico (Premio Planeta de Periodismo 2005), Planeta, Mxico, 2005, pp. 11 y ss.
72
Para finales de los aos ochenta Carrillo fue detenido por el Ejrcito
mexicano y el 7 de julio de 1989 ingres a la PGR con el nmero 2915.
Pas nueve meses en el reclusorio sur del Distrito Federal.
73
Toda la informacin contenida en este apartado fue obtenida de Cuando la prisin era una fiesta en Con
la muerte en el bolsillo. Cfr. Gmez, Mara Idalia/Fritz, Daro, Ob. cit., pp. 125 y ss.
74
El
jefe
del
crtel
del
Golfo
proporcion
tareas
sus
de
Tijuana.
De
posicin
desahogada
cuando
pequeos
parecan
no
tener
motivos
para
delinquir.
Sin
embargo,
102
Toda la historia y los datos contenidos en este apartado fueron obtenidos del libro El Crtel. Cfr.
Blancornelas, Jess, El Crtel, Plaza y Jans, Mxico, 2004, pp. 8 y ss., y 314 y ss.
76
Con base en las fechas en que se dio el auge de los tres crteles que he
puesto como ejemplo, todo indica que el problema del narcotrfico a
gran escala se empez a gestar hace ms de veinte aos103. De acuerdo
con algunas cifras los crteles mexicanos generaban, en la dcada de
los noventa, 30 mil millones de dlares. Es decir el 10% del Producto
Interno Bruto Nacional104. WOODS considera que por su proximidad con
Estados Unidos de Amrica, as como a las reas de produccin de
narcticos del hemisferio, Mxico tiene una importante participacin en
las actividades de lavado de dinero y, por ello, es de considerable
inters para su vecino del norte105. Asimismo, NAM afirma que, por la
difusin que representan los negocios de la droga en el entramado local
y global, el combate de los crteles resulta muy difcil de realizar106.
103
En relacin con esto resulta de gran inters la declaracin transmitida en mayo de 2009, que realiz a un
medio informativo, del ex Presidente de Mxico Miguel de la Madrid Hurtado quien acus a otro ex
Presidente (Carlos Salinas de Gortari) de haber permitido que su hermano Ral Salinas tuviera vnculos con
la delincuencia organizada, en concreto con Juan Garca brego, jefe del crtel del Golfo en la poca de la
presidencia del primero. La polmica imputacin motiv un recuento periodstico de las acusaciones de
relaciones con el narcotrfico de que fueron objeto funcionarios pblicos de las administraciones de De la
Madrid Hurtado (1982-1988) y Salinas de Gortari (1988-1994), respectivamente. Una de las notas fue
publicada en el Diario Reforma y se titul: Ronda el narco dos sexenios. En ella, se recuerda que en mayo de
1984 fue asesinado el periodista Manuel Buenda y que el mvil de la ejecucin habra sido porque ste
descubri las relaciones entre narcotraficantes y el poder poltico. Se acus y se sentenci a Jos Antonio
Zorrilla, Director de la Direccin Federal de Seguridad, como autor intelectual de homicidio. Un caso ms
ocurrido en el sexenio de De la Madrid fue el del agente de la DEA Enrique Camarena Salazar quien
investigaba el cultivo de drogas en Mxico y su trasiego hacia Estados Unidos de Amrica. En 1985 fue
secuestrado y en mes despus su cadver apareci en un rancho del estado de Michoacn. Durante las
investigaciones sobre el crimen de Camarena, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos involucr a
Manuel Bartlett Daz, Secretario de Gobernacin, Juan Arvalo Gardoqui, Secretario de la Defensa Nacional
y Enrique lvarez del Castillo, Titular de la PGR.
Con respecto al sexenio de Carlos Salinas de Gortari se seala que hubo diversas investigaciones tanto en
Mxico como en otros pases que involucraron a integrantes de su gabinete y a miembros de su familia con la
delincuencia organizada. De acuerdo con reportes el crtel del Golfo logr integrar a su red de relaciones a
Ral Salinas hermano del ex Presidente y a Emilio Gamboa Patrn, Secretario de Comunicaciones y
Transportes. El capo habra financiado la campaa electoral de Salinas y las estrategias de espionaje
telefnico a cambio de proteccin de cargamentos de cocana, indic un informe de la Procuradura Suiza.
Cfr. Reforma 14 de mayo de 2009, p. 4. Es importante sealar que el ex Presidente Miguel de la Madrid
Hurtado emiti una carta pblica en la que descalific su propia palabra argumentando que su estado de salud
no le permiti procesar adecuadamente dilogos o cuestionamientos.
104
David, Pedro, Globalizacin, prevencin del delito y justicia penal, Zavala, Buenos Aires, 1999, p. 41.
105
Woods, Brett F., The Art & Science of Money Laundering , Paladin Press, United States of America, 1998,
p. 123.
106
Nam, Moiss, Ilcito, Debate, Mxico, 2006, p. 91.
78
No cabe duda que la etapa que vive actualmente Mxico con respecto a
las drogas tiene sus propias caractersticas. El gobierno ha tomado la
decisin de que el combate a la delincuencia organizada (que,
principalmente, implica la lucha contra las organizaciones criminales
dedicadas al trfico de estupefacientes) sea un asunto de seguridad
nacional. A partir de esto, se ha instrumentado un plan anticrimen que,
en lo que puede valorarse pblicamente, ha consistido sobre todo en el
despliegue de fuerzas de seguridad tanto civiles como militares que
han sido colocadas, bsicamente, en los lugares o territorios en que
tradicionalmente se han asentado las organizaciones de narcotrfico. La
estrategia107 seguida por el gobierno ha logrado, de acuerdo con cifras
oficiales, un gran nmero de detenciones que implican que las
organizaciones criminales estn siendo mermadas. Sin embargo, hay
quien opina que la guerra contra los crteles de la droga no ha podido
desarticular a ninguno y, por el contrario, estas empresas del crimen
sortean los embates del Estado con base en alianzas entre ellos no
107
La estrategia gubernamental para combatir la delincuencia organizada ha sido criticada por varios analistas
polticos que consideran que se est tomando el camino equivocado y que no se est escuchando la voz de los
expertos. La opinin puede ser consultada en los diversos diarios de circulacin nacional. Por ejemplo, Cfr.
Aristegui, Carmen, Quo vadis, Felipe? en Reforma 23 de mayo de 2008. Asevera que En este momento
todo indica que estamos ante una estrategia incompleta, por lo tanto ineficaz y, peor an, contraproducente.
Que quede constancia nadie est diciendo aqu que el estado claudique de sus obligaciones Yo, como
millones, deseo que el Estado se imponga al narcotrfico. Que los criminales sean vencidos y que se recupere
la tranquilidad y el Estado de derecho Para no equivocarnos. Para preguntarle al Presidente si realmente
sabe, hacia dnde lleva al pas?
En una encuesta publicada en la pgina principal del mismo diario (Reforma el 1 de junio del 2008), se
destac que, en la percepcin de los mexicanos, el crimen organizado est ganando la batalla al gobierno.
53% de los encuestados opinan que el crimen va ganando, contra 24% que consideran que el gobierno lleva la
delantera.
Al da siguiente, apareci, en la pgina principal del mismo diario, una declaracin del Presidente Felipe
Caldern en la que seala que la estrategia (anticrimen) es la estrategia correcta. Nos queda claro que si
queremos aspirar a que Mxico sea un pas seguro para nuestras familias, tendremos que hacerle frente a los
costos de tiempo, de recursos econmicos y, por desgracia, de vidas humanas que, desde un principio advert
que tendramos.
Diez meses despus, en el mismo sentido que Aristegui, el analista Sergio Sarmiento cuestion la
comparacin que el Presidente de los Estados Unidos de Amrica Barack Obama hizo respecto a la lucha
librada en los aos 30s por el famoso investigador Eliot Ness, contra la prohibicin de alcohol, con la lucha
del Presidente mexicano Felipe Caldern Hinojosa contra los crteles de la droga. La comparacin, seala
Sarmiento, no es favorable porque si bien es cierto que Ness tena fama de honesto tambin lo es que no pudo
ganar la batalla a la que le dedic buena parte de su vida. Cfr. Sarmiento, Sergio, El Ness Mexicano en
Reforma 31 de marzo de 2009.
79
imposible que el Estado gane esta guerra110 y ello, entre otros factores,
puede explicarse porque las imbricaciones entre los crteles y las
autoridades se encuentran a todos los niveles gracias a la capacidad
para corromper y el volumen de dinero que se maneja111.
A finales de 2009 miembros de la marina mexicana abatieron a tiros a
Arturo Beltrn Leyva a quien se consideraba lder del crtel de la droga
del mismo nombre que mayor capacidad de violencia tiene. En una de
las primeras respuestas por la detencin, el crtel asesin en Paraso,
Tabasco, a la familia de uno de los marinos que haban participado en el
operativo y que result muerto en ste. Ante estos hechos HUCHIM
escribi La matanza de Paraso y el consecuente estremecimiento social
108
Ravelo, Ricardo, La consolidacin en El Mxico del Narco. Primera Parte, PROCESO, CISA, Mxico,
2009, p. 7.
109
Cfr. Pide el Congreso ajuste del plan anticrimen en Reforma, 22 de mayo de 2008, Pgina Principal.
110
Snchez Susarrey, Jaime, El declogo en Reforma 23 de mayo de 2009.
111
Romo Cedano, Pablo, Conflictos Sociales y movilizaciones ciudadanas en torno a la violencia,
consecuencia del narcotrfico y la falta de seguridad en Observatorio de la Conflictividad Social en Mxico,
Mxico, 2006, p. 44.
80
112
113
114
81
2.1.2
Re gula cin
j ur dica
de
la
or ga niza da :
115
82
Artculo 951. El solo hecho de asociarse tres o ms individuos, con el objeto de atentar contra las personas o
contra la propiedad, cuantas veces se les presente la oportunidad de hacerlo, es punible en el momento en que
los asociados organizan una banda de tres o ms personas.
Artculo 952. Los que hayan provocado la asociacin, sean jefes de alguna de sus bandas, tengan
cualquier mando en ellas; sern castigados con las penas siguientes:
I. Con seis aos de prisin, cuando la asociacin se forme para cometer delitos cuya pena no baje de diez aos
de prisin;
II. Con cuatro aos de prisin, cuando la asociacin se forme para cometer delitos cuya pena no baje de seis
aos de prisin, ni llegue a diez;
III. Con un ao de prisin, fuera de los casos indicados en las dos fracciones anteriores.
Artculo 953. Todos los dems individuos de la asociacin, que no se hallen comprendidos en el artculo
anterior; sern castigados, en los casos de que hablan las tres fracciones de dicho artculo, con dos tercios de
las penas que en ellos se sealan.
Artculo 954. Cuando la asociacin ejecute alguno de los delitos para cuya perpetracin se forme, se
observarn las reglas de la acumulacin117.
118
Dato obtenido de Garca-Pablos de Molina, A. Ob. cit., p. 17.
119
Artculo 338. Toda reunin o asociacin de cuatro o ms personas mancomunadas para cometer, juntas o
separadamente, pero de comn acuerdo, algn delito o delitos contra las personas o contra las propiedades,
sean pblicas o particulares.
120
En Chile parte de la doctrina ha sealado que la razn fundamental para prever la punibilidad de la
conspiracin reside, ms bien, en consideraciones de cooperacin internacional con aquellos pases como
acontece, en especial, donde est vigente un sistema jurdico de inspiracin anglosajona en que la
conspiracin est sancionada respecto de cualquier delito. Con ello, se permite la extradicin de los
responsables en materia de trfico ilcito de estupefacientes. Vid, por todos, Politoff, Sergio, La conspiracin
para cometer delitos previstos en la Ley sobre Trfico de Estupefacientes en Revista Chilena de Derecho,
Vol. 24, No. 3, 1997, p. 448.
121
Vid, entre otros, Rebollo Vargas, Rafael, De los delitos relativos al ejercicio de los derechos
fundamentales y libertades pblicas en Comentarios al Cdigo Penal. Tomo II (Crdoba Roda, J. /Garca
Arn, M. Directores), Madrid, 2004, pp. 2424 y ss. Asimismo, en Oleadas informativas y respuesta Poltico-
83
Criminal (A propsito de los robos en residencias) en Malas Noticias. Medios de Comunicacin, Poltica
Criminal y Garantas Penales en Espaa, Tirant monografas, Valencia, 2008, p. 92.
122
En Mxico no es necesario acudir a este criterio porque el propio Cdigo Penal Federal seala (artculo
164. Asociaciones delictuosas) que la asociacin o banda ser de tres o ms personas. En Espaa el Cpe.
guarda silencio con respecto al nmero de personas que habrn de integrar la asociacin.
123
Novena poca. Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta XII,
diciembre de 2000, Jurisprudencia VI.1. P. J/7.
124
Octava poca. Tribunales Colegiados de Circuito, Gaceta del Semanario Judicial de la Federacin 68,
agosto de 1993, Jurisprudencia I. 3. P.J/1.
125
Octava poca. Tribunales Colegiados de Circuito. Gaceta del Semanario Judicial de la Federacin 56,
agosto de 1992. Jurisprudencia I. 2. P. J/39.
84
un
concurso
entre
la
asociacin
ilcita
los
delitos
perpetrados.
Por lo que respecta al bien jurdico que se protege con el delito de
asociacin ilcita. La discusin doctrinaria sobre este particular ha sido
amplia se ha sealado, principalmente, al orden pblico, a los bienes
jurdicos amenazados por el programa criminal de la asociacin, y al
Estado como guardin del orden social. Desde mi punto de vista, la
teora correcta es aquella que ubica como titular del bien jurdicamente
protegido a la institucin estatal, en su hegemona y poder, frente a
cualquiera otra que persiga fines contrarios128. La seguridad de la
organizacin democrtica del Estado129.
126
Sptima poca. Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nacin, Semanario Judicial de la
Federacin, Jurisprudencia.
127
Novena poca. Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta II,
octubre de 1995, Jurisprudencia VII.P. J/39.
128
Garca-Pablos de Molina, A., Ob. cit., p. 144.
129
Rebollo Vargas, Rafael, De los delitos relativos al ejercicio de los derechos fundamentales, pp. 2424 y
ss.
85
Muoz Conde, Francisco, Derecho Penal. Parte Especial, Tirant lo Blanch, Valencia, 1992, p. 637.
Garca-Pablos de Molina, A., Ob. cit., p. 141.
132
Fontn Balestra, Carlos, Tratado de Derecho Penal. Tomo IV. Parte Especial, Abeledo-Perrot, Buenos
Aires, 1969, p. 469.
131
86
Situacin actual
Para abordar el tema de la situacin actual de la regulacin jurdica de la
delincuencia
organizada
comenzar
la
exposicin
por
el
mbito
control
internacional,
de
la
operaciones)
Convencin
se
suscribi,
contra
la
en
una
Conferencia
Delincuencia
Organizada
133
Rodrguez Devesa, Jos Mara, Derecho Penal Espaol. Parte Especial, Dykinson, Madrid, 1991, pp. 752753.
134
Un Tribunal Colegiado lo ha expresado as: El delito de delincuencia organizada (antes asociacin
delictuosa). Novena poca. Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federacin y su
Gaceta XVII, marzo de 2003, Jurisprudencia II. 1.P.J/7.
87
para
prevenir
combatir
ms
eficazmente
la
de
delincuencia,
frecuentemente
traspasan
fronteras
y,
de
reparto
funcional
de
roles,
asumen
por
igual
la
135
Real Academia Espaola, Diccionario de la Lengua Espaola, voz estructura, Espasa, Espaa, 2001, p.
681.
88
136
Muoz Conde, Francisco/Garca Arn, Mercedes, Derecho Penal. Parte General. Valencia. Tirant lo
Blanch, 1993, p. 389.
137
Garca Ramrez, Sergio, Delincuencia Organizada. Antecedentes y regulacin penal en Mxico. Editorial
Porra-Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2005, p. 313.
138
Moliner, Mara, Diccionario de uso del espaol, la voz concertar tiene, entre sus acepciones, decidir
varias personas juntas algo que satisface a todas, Gredos, Madrid, 2007, p. 741.
89
90
la
delincuencia
organizada
a partir
de
compromisos
ha
servido
de
justificacin
para
muchas
reformas
motivo) su proyecto delictivo. As, concluye el tratadista que se llega a la desmesurada consecuencia de
incriminar el mero acuerdo. Cfr. Garca Ramrez, Sergio, Ob. cit, pp. 108-109. Debe recordarse que, para el
caso de Espaa, el acuerdo delictivo actualiza el tipo de conspiracin.
142
Orea Ochoa, Sara Patricia, Estudio dogmtico del tipo de delincuencia organizada, en Apuntes de
Delincuencia Organizada, Procuradura General de la Repblica, Mxico, 2006, p. 27.
143
Vargas Casillas, Leticia A., Reformas en materia de delincuencia organizada y seguridad pblica en los
ltimos cinco aos en Las reformas penales en los ltimos aos en Mxico, Universidad Nacional Autnoma
de Mxico, Mxico, 2001, p. 146.
91
En
cambio,
al
constitucionales).
ao
En
siguiente,
1993
se
hubo
modific
en
reformas
diversos
(esta
temas
vez
la
144
93
Zamora Pierce ha calificado a la reforma como la modificacin ms profunda a nuestro Derecho Procesal
Penal en toda su historia. A pesar de tal afirmacin, asevera que varios de los principios que se sealan como
novedosos en la reforma ya formaban parte de nuestro derecho positivo e incluso se encontraban
consagrados en nuestra Constitucin. Cfr. Zamora Pierce, Jess, Justicia Alternativa en Materia Penal,
Themis, 2009, p. 1 y ss. En opinin contraria, Mndez Longoria sostiene que Mxico se ha mantenido
cercano al modelo inquisitorio y que el movimiento hacia la adopcin de un sistema acusatorio comenz en
algunos estados de la repblica y se extendi rpidamente al gobierno federal y, en consecuencia, el Congreso
aprob una reforma constitucional que incorpor algunos elementos del modelo acusatorio al procedimiento
penal mexicano. Cfr. Mndez Longoria, Miguel ngel, La prueba de referencia y el derecho del acusado a
preguntar a testigos adversos en los Estados Unidos de Amrica en Iter Criminis Revista de Ciencias
Penales, Instituto Nacional de Ciencias Penales, No. 8, Cuarta poca, Mxico, 2009, p. 11. Me encuentro en
desacuerdo con la postura de Mndez Longoria porque me parece que el autor desconoce el derecho procesal
mexicano. Como lo afirma Zamora Pierce los principios acusatorio que, en resumen, significa que las
funciones de acusar, defender y juzgar se encuentren en rganos distintos y separados (artculo 21), de
publicidad consagrado desde 1917 en el artculo 20, fraccin VI, conforme al cual Ser juzgado en
audiencia pblica, contradiccin el derecho a la defensa es parte del principio acusatorio e inmediacin
aunque se encontraba reconocido en el artculo 16 del Cdigo Federal de Procedimientos Penales, en la
prctica, los jueces slo presidan aquellas audiencias que consideraban de la mayor importancia se prevean
antes de la reforma.
146
Es muy importante precisar que los artculos transitorios de la reforma determinan, de manera paulatina, la
entrada en vigor de las diversas disposiciones que conforman la misma. As, por ejemplo, todo el tema
expresamente conectado con el sistema procesal acusatorio tiene una vacatio legis hasta de ocho aos y
aquellas que aluden al sistema penitenciario una de hasta tres. En lo que respecta al rgimen especial para la
delincuencia organizada se encuentran en vigor las siguientes:
En el artculo 16.
a)El concepto de la delincuencia organizada, y
b) El arraigo en casos de delincuencia organizada.
En el artculo 22 la llamada extincin de dominio.
147
Artculo 16.
Prrafo sptimo que contiene una disposicin de carcter procesal:
La autoridad judicial, a peticin del Ministerio Pblico y tratndose de delitos de delincuencia
organizada, podr decretar el arraigo de una persona, con las modalidades de lugar y tiempo que la ley
seale, sin que pueda exceder de cuarenta das, siempre que sea necesario para el xito de la investigacin, la
proteccin de las personas o bienes jurdicos, o cuando exista riesgo fundado de que el inculpado se sustraiga
a la accin de la justicia. Este plazo podr prorrogarse siempre y cuando el Ministerio Pblico acredite que
subsisten las causas que le dieron origen. En todo caso, la duracin total del arraigo no podr exceder de los
ochenta das.
En el prrafo octavo se ha establecido un concepto de delincuencia organizada:
94
Por delincuencia organizada se entiende una organizacin de hecho de tres o ms personas, para cometer
delitos en forma permanente o reiterada, en trminos de la ley en la materia.
Artculo 18.
Prrafos octavo y noveno que contienen disposiciones sobre ejecucin de penas, prisin preventiva y
restriccin de comunicaciones:
Prrafo octavo.
Los sentenciados en los casos y condiciones que establezca la ley, podrn compurgar sus penas en los
centros penitenciarios ms cercanos a su domicilio, a fin de propiciar su reintegracin a la comunidad como
forma de reinsercin social. Esta disposicin no aplicar en casos de delincuencia organizada y respecto
de otros internos que requieran medidas especiales de seguridad.
Prrafo noveno.
Para la reclusin preventiva y la ejecucin de sentencias en materia de delincuencia organizada se
destinarn centros especiales. Las autoridades competentes podrn restringir las comunicaciones de los
inculpados y sentenciados por delincuencia organizada con terceros, salvo el acceso a su defensor, e
imponer medidas de vigilancia especial a quienes se encuentren internos en los establecimientos. Lo anterior
Artculo 19.
Prrafo segundo
El Ministerio Pblico slo podr solicitar la prisin preventiva cuando otras medidas cautelares sean
insuficientes El juez ordenar la prisin preventiva, oficiosamente, en casos de delincuencia organizada,
homicidio doloso, violacin, secuestro.
Prrafo sexto
Si con posterioridad a la emisin del auto de vinculacin a proceso por delincuencia organizada el
inculpado evade la accin de la justicia o es puesto a disposicin de otro juez que lo reclame en el extranjero,
se suspender el proceso junto con los plazos para la prescripcin de la accin penal.
Artculo 20 (Apartado B. De los derechos de toda persona imputada).
Prrafo III
A que se le informe (al imputado) tanto en el momento de su detencin como en su comparecencia ante el
Ministerio Pblico o el juez, los hechos que se le imputan y los derechos que se asisten. Tratndose de
delincuencia organizada, la autoridad judicial podr autorizar que se mantenga en reserva el nombre y los
datos del acusador.
La ley establecer beneficios a favor del inculpado, procesado o sentenciado que preste ayuda eficaz para la
investigacin y persecucin de delitos en materia de delincuencia organizada.
Prrafo V
En delincuencia organizada, las actuaciones realizadas en la fase de investigacin podrn tener valor
probatorio cuando no puedan ser reproducidas en el juicio o exista riesgo para los testigos o las vctimas. Lo
anterior, sin perjuicio del derecho del inculpado de objetarlas o impugnarlas y aportar pruebas en contra.
Artculo 22
Prrafo segundo
No se considerar confiscacin la aplicacin de bienes de una persona En el caso de la extincin de
dominio se establecer un procedimiento que se regir por las siguientes reglas.
I. Ser jurisdiccional y autnomo del de materia penal.
II. Proceder en casos de delincuencia organizada, delitos contra la salud, secuestro, robo de vehculos y
trata de personas respecto de los bienes siguientes:
a) Aquellos que sean instrumento, objeto o producto del delito, an cuando no se haya dictado sentencia que
determine la responsabilidad penal, pero existan elementos suficientes para determinar que el hecho ilcito
sucedi.
b) Aquellos que no sean instrumento, objeto o producto del delito, pero que hayan sido utilizados o
destinados a ocultar o mezclar bienes producto del delito, siempre y cuando se renan los extremos del inciso
anterior.
c) Aquellos que estn siendo utilizados para la comisin de delitos por un tercero, si su dueo tuvo
conocimiento de ello y no lo notific a la autoridad o hizo algo para impedirlo.
d) Aquellos que estn intitulados a nombre de terceros, pero existan suficientes elementos para determinar
que son producto de delitos patrimoniales o de delincuencia organizada, y el acusado por estos delitos se
comporte como dueo.
95
acusadora,
extincin
del
dominio
sobre
bienes
en
un
I. Toda persona que se considere afectada podr interponer los recursos respectivos para demostrar la
procedencia lcita de los bienes y su actuacin de buena fe, as como que estaba impedida para conocer la
procedencia ilcita de sus bienes.
96
Las posturas son muy variadas. Hay quienes, como JAKOBS, justifican la
existencia de dos tipos de regmenes penales uno para los ciudadanos
que, por cualquier razn, han cometido un delito y, otro, para quienes
han abandonado el derecho y cometen delitos en forma habitual. Por
esta posicin doctrinaria se ha atribuido, en forma errnea, al penalista
alemn la autora de la idea del derecho penal del enemigo148. Sin
embargo, aunque el tratadista no acu el trmino, lo que s ha hecho
es definir qu es para el derecho penal un enemigo: el enemigo es un
individuo que no slo de manera incidental, en su comportamiento
(delitos sexuales; ya el antiguo delincuente habitual peligroso), o en su
ocupacin profesional (delincuencia econmica, delincuencia organizada
y, tambin especialmente, trfico de drogas) o principalmente a travs
de una organizacin (terrorismo, delincuencia organizada), es decir, en
cualquier caso, de una forma presuntamente duradera, ha abandonado
el derecho y, por tanto, no garantiza el mnimo cognitivo de seguridad
del comportamiento personal y demuestra este dficit a travs de su
comportamiento149. As, de acuerdo con el penalista, quien en principio
se
conduce
de
comportamiento
un
modo
personal;
desviado
por
ello
no
no
ofrece
puede
garanta
ser
tratado
de
un
como
148
En realidad, fue Mezger quien colabor, junto con otros juristas, en la redaccin del proyecto nazi de
derecho penal el primero en hablar de dos tipos de derecho penal: a) un derecho penal para la generalidad, y
b) un derecho penal para grupos especiales de determinadas personas (enemigos). Cfr. Muoz Conde,
Francisco, Las reformas de la parte especial del Derecho Penal Espaol en el 2003: De la tolerancia cero al
derecho penal del enemigo, acceso electrnico. Asimismo, en un primer momento Jakobs, durante una
ponencia en Frankfurt en 1985, sostuvo la postura de que era ilegtimo que el derecho penal adelantara tanto
su lnea de defensa. Sin embargo, para 1999 el tratadista alemn haba cambiado totalmente su pensamiento y
defenda el adelantamiento de la cortina penal. Cfr. Mancera Espinosa, Miguel ngel, Consideraciones
tericas del derecho penal del enemigo y su vinculacin con la delincuencia organizada en Sistema Penal
Revista de la Procuradura General de Justicia del Distrito Federal, Edicin Especial, Agosto, Mxico, 2007,
p. 493.
149
Citado por Muoz Conde, Francisco, en Las reformas de la parte especial del, p. 17.
150
Jakobs, Gnter, Derecho penal del ciudadano y derecho penal del enemigo en Derecho penal del
enemigo (Jakobs, Gnter/Cancio Meli, Manuel, Trad. Manuel Cancio Meli), Aranzadi, Navarra, 2006, p.
55.
97
un
tratamiento
penal
distinto
para
los
miembros
de
la
151
El penalista seala que Persona es el destino de expectativas normativas, la titular de deberes y en cuanto
a titular de derechos dirige tales expectativas a otras personas, la persona como puede observarse no es algo
dado por la naturaleza sino una construccin social. Los detalles de este punto de destino, que est construido
con derechos y deberes difieren de modo considerable dependiendo del contexto o en conclusin persona es
algo distinto del ser humano, un individuo humano; este es el resultado de procesos naturales, aquella una
produccin social en Jakobs, Gnter, Idea de la normativizacin en la dogmtica jurdico-penal (Trad.
Manuel Cancio Meli), en Barra Nacional de Abogados, Mxico, 2003, p. 21.
152
Muoz Conde, Francisco, Las reformas, p. 33.
153
Velsquez V., Fernando, El funcionalismo Jakobsiano: Una perspectiva latinoamericana, en Revista de
Derecho Penal y Criminologa, Nmero 14, julio, 2004, Bogot, p. 21.
98
154
Franco Guzmn, Ricardo, Comentarios al Proyecto de Ley Federal Contra la Delincuencia Organizada,
en Criminalia, Revista de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, Ao LXI, Nmero 3, SeptiembreDiciembre, 1995, p. 218. Asimismo, en Comentarios al proyecto de Decreto que reforma y adiciona
diversos artculos del Cdigo Penal para el Distrito Federal en materia de Fuero Comn, y para toda la
Repblica en materia de Fuero Federal, y del Cdigo Federal de Procedimientos Penales en Criminalia,
Revista de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, Ao LXI, Nmero 3, Septiembre-Diciembre, 1995, p.
191 y ss.
155
Ferrajoli ha sealado que el ordenamiento punitivo involuciona hacia formas premodernas mediante la
recepcin de tcnicas inquisitoriales de enjuiciamiento y de mtodos de intervencin procesal tpicos de la
actividad policial que responden al diseo de primaca de la razn de estado frente a la razn de derecho. Cfr.
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razn. Teora del garantismo penal, Trotta, Madrid, 1995, p. 604.
156
El tratadista ha sostenido que los regmenes especiales traen ecos del pasado, de la legislacin nazi contra
los extraos a la comunidad, los asociales o antisociales Cfr. Muoz Conde, Francisco, El proyecto
nacionalista sobre el tratamiento de los extraos a la comunidad en Revista Penal, Nmero 9, 2002, p. 54.
157
Garca Ramrez, Sergio, Delincuencia Organizada. pp. XII-XIII.
158
Moreno Hernndez, Moiss, Medidas democrticas frente a la delincuencia organizada en Sistema Penal
Revista de la Procuradura General de Justicia del Distrito Federal, Edicin Especial, Agosto, Mxico, 2007,
p. 539.
99
ni
detalla)
de
los
que
el
procurador
puede
disponer
MANDUJANO
piensa
que
es
indebido
comparar
la
que no hay que tratar a sta ni con las reglas del derecho
una
importante
polmica
sobre
la
reforma
constitucional
159
Gonzlez de la Vega, Ren, Delincuencia organizada y seguridad pblica, en Las reformas penales de
los ltimos aos en Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2001, pp. 169 y ss.
160
Ramrez Mandujano, No, La Ley Federal contra la Delincuencia Organizada a la luz del derecho penal
del enemigo en Sistema Penal Revista de la Procuradura General de Justicia del Distrito Federal, Edicin
Especial, Agosto, 2007, p. 550.
161
Garca Ramrez, Sergio, La reforma penal constitucional (2007-2008), Editorial Porra, Mxico, 2008, p.
XI.
100
de
organizaciones
delictivas.
As,
parece
que
ha
quedado
esfuerzo
preparar
adecuadamente a
nuestros
agentes
de
162
Sales Heredia, Renato, La excepcin hecha regla en Sistema Penal Revista de la Procuradura General
de Justicia del Distrito Federal, Agosto, Mxico, 2007, pp. 553-554.
101
de
actividades
delictivas
entre
las
que
destacan,
Hassemer, Winfried, Crtica al derecho penal de hoy (Trad. Patricia S. Ziffer), Universidad Externado de
Colombia, Colombia, 2002, p. 60.
164
Foffani, Luigi, Criminalidad organizada y criminalidad econmica (Trad. Mara Jos Pifarr de Moner),
en Revista Penal, Nmero 7, 2001, p. 56 y ss.
102
165
En este sentido, entre otros, Bottke, Wilfried, Mercado, criminalidad organizada y blanqueo de dinero en
Alemania (Trad. Soledad Arroyo Alfonso/Teresa Aguado Correa) en Revista Penal, Nmero 2, Barcelona,
1998, p. 2, y Cliz Vallecillo, Carlos David, Las actuaciones del agente encubierto en el mbito del blanqueo
de capitales. Conductas tpicas y su posible justificacin en Letras Jurdicas Revista Electrnica de Derecho,
Nmero 1, p. 3.
166
Pgina electrnica del Fondo Monetario Internacional. Los datos corresponden a un clculo realizado en
1996. Esta estimacin ha sido criticada por diversos economistas porque sealan que carece de rigor debido a
que no se seala el mtodo para arribar a dicha conclusin. Adems, hay quienes como Peter Reuter y Edwin
M. Truman piensan que el porcentaje de lavado de dinero en el mundo corresponde a cerca del 10% del
Producto Interno Bruto Global. Cfr. Reuter, Peter & Truman M., Edwin, Chasing Dirty Money: The Fight
Against Money Laundering, Institute for International Economics, Washington, 2004, p. 13.
167
Nam, Moiss, Ob. cit., p. 176.
168
Foffani, Luigi, Ob. cit., p. 60.
169
Cfr. Diario Reforma, 2 de junio de 2009, Seccin Negocios.
170
Snchez Susarrey, Jaime, El declogo en Diario Reforma, 23 de mayo de 2009. El columnista asevera
que la cifra fue calculada por el Fondo Monetario Internacional.
171
Cfr. Diario Reforma, 11 de Septiembre de 2007, Seccin Internacional.
103
Albrecht, Hans-Jrg, Criminalidad transnacional, comercio de narcticos y lavado de dinero (Trad. Oscar
Julin Guerrero Peralta), Universidad Externado de Colombia, Bogot, 2004, pp. 11-12.
173
Gonzlez de la Vega, Ren, La lucha contra el delito. Reflexiones y Propuestas. Editorial Porra, Mxico,
2000, p. 79.
174
Blanco Cordero, Isidoro, La lucha contra el blanqueo de capitales procedentes de las actividades
delictivas en el marco de la Unin Europea en Eguzkilore cuaderno del Instituto Vasco de Criminologa, San
Sebastin, nmero 15, 2001, pp. 8-9.
175
Moreno Hernndez, Moiss, Poltica criminal frente a la delincuencia organizada en Mxico en Las
reformas penales en los ltimos aos en Mxico, Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2001,
p. 148.
104
considera
que
lo
que
quiere
la
delincuencia
Zaragoza Aguado, Javier Alberto, El blanqueo de bienes de origen criminal en Combate del lavado de
activos desde el sistema judicial, Organizacin de Estados Americanos (OEA)-Comisin Interamericana para
el Control del Abuso de Drogas (CICAD)-Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Washington, D.C.,
2006, p. 198.
177
Ferrajoli, Luigi, Criminalidad y globalizacin en Iter Criminis, Revista de Ciencias Penales, Tercera
poca, Nmero 1, Mxico, INACIPE, agosto-septiembre, 2005, p. 74.
178
Directiva del Consejo 91/308/CEE sobre Prevencin de la utilizacin del sistema financiero para el
blanqueo de capitales, de 10 de junio de 1991, publicada en el D.O.C.E. No. L 166 de 28 de junio de 1991.
179
Cfr. Gonzlez-Salas Campos, Ral, Delincuencia Organizada en Sistema Penal Revista de la
Procuradura General de Justicia del Distrito Federal, Edicin Especial, Agosto, Mxico, 2007, p. 525. El
economista (Gluyas Milln) lo expresa como la ganancia. Cfr. Gluyas Milln, Ricardo, Ganancia ilcita
prevencin contra el lavado de dinero, INACIPE, Mxico, 2005, p. 89.
105
considerables
sumas
en
efectivo.
Por
ello,
todas
las
organismos
internacionales
promotores
de
cambios
106
182
Cancio Meli, Manuel, De Nuevo: Derecho Penal del enemigo? en Derecho Penal del enemigo,
Aranzadi, Navarra, 2006, p. 91.
183
Albrecht, Hans-Jrg, Ob. cit, pp. 47-48.
107
cmo
se
pueden
separar
dos
procedimientos
que
van
184
Cfr. Zamora Pierce, Jess, Garantas y proceso penal, Editorial Porra, Mxico, 2001, p. 385.
108
haba
venido
discutiendo,
desde
haca
varios
aos,
la
Granados Pea, Jaime Enrique, Singularidades de la reforma acusatoria colombiana: un balance desde la
academia en El sistema de justicia penal en Mxico: Retos y Perspectivas, Suprema Corte de Justicia de la
Nacin, Mxico, 2008. Ni la pregunta ni la respuesta forman parte del libro porque ambas se dieron en el
marco de la participacin de los asistentes y no fueron recogidas en la obra.
109
de
confiscar
bienes
legtimamente
adquiridos
por
el
condenado para suplir los efectos y las ganancias que ste haya
transmitido es una medida que ha de ser administrada con un sinfn de
cautelas
por
respeto
los
principios
inspiradores
bsicos
del
Cfr. Vizueta Fernndez, Jorge, El comiso de los efectos e instrumentos del delito y el de otros bienes por
un valor equivalente a stos en Revista General de Derecho Penal, Nmero 6, Noviembre, 2006, p. 26.
187
Corts Bechiarelli, Emilio, Valoracin crtica de la reforma al comiso. LO 15/2003, de 25 de Noviembre
en Revista General de Derecho Penal, Nmero 8, Noviembre, 2007, p. 16.
110
HERNNDEZ
QUINTERO
tratndose
de
delincuencia
188
Cfr. Sobre este tema Blanco Cordero propone la creacin de organismos nacionales destinados al comiso
(en Mxico decomiso) de activos pues, seala el autor, la estrategia poltico-criminal en la lucha contra la
delincuencia organizada se asienta sobre tres pilares: a) el comiso de bienes de origen delictivo; b) la sancin
del blanqueo de dinero como delito, y c) la consideracin de gravar impositivamente los bienes de origen
delictivo. Blanco Cordero, Isidoro, La aplicacin del comiso y la necesidad de crear organismos de
recuperacin de activos en Revista Electrnica de la Asociacin Internacional de Derecho Penal, 2007, p. 1.
189
Hernndez Quintero, Hernando A., Los delitos econmicos en la actividad financiera, Grupo Editorial
Ibez, Bogot, Colombia, 2008, p. 479.
111
Captulo 3
El bien jurdico
3.1 Evolucin histrica
Desde hace casi doscientos aos la dogmtica penal ha discutido
ampliamente sobre el contenido, las funciones, la clasificacin y los
lmites del concepto de bien jurdico. Por ello, me parece fundamental
llevar a cabo una exposicin que no podr ser detallada porque eso
desbordara las fronteras del estudio que me he planteado sobre esta
categora.
Como punto de partida, me resulta imprescindible avanzar que coincido
plenamente con los autores que mantienen que el derecho penal es un
protector de bienes jurdicos que una sociedad necesita para una
convivencia adecuada190. En este sentido, me parece que la teora
personalista algunos la llaman monista/personalista191 desarrollada,
principalmente, por HASSEMER y asumida abiertamente por ROXIN,
STERBERG-LIEBEN, MUOZ-CONDE y LUZN PEA, entre muchos
otros192 es la que mejor fundamenta este concepto; pues, la valoracin
190
Mrquez Piero, Rafael, Derecho Penal y Globalizacin, Porra, Mxico, 2001, p. 235.
Cfr. Del Carpio Delgado, Juana, El delito de blanqueo de bienes en el nuevo Cdigo Penal, Valencia,
Tirant lo Blanch, 1997, p. 54.
192
La teora personalista del bien jurdico que ha sido desarrollada, principalmente, por Hassemer seala que
todos los bienes jurdicos incluso los universales deben funcionalizarse partiendo de la persona. Estoy de
acuerdo con el autor porque el orden social (incluido, por supuesto, el ordenamiento penal) ha de servir a los
legtimos intereses del individuo. En tanto que Rebollo Vargas se asume partidario de la teora que
funcionaliza los intereses generales a partir de reverenciarlos en los intereses de la persona. Cfr. Rebollo
Vargas, Rafael, La revelacin de secretos e informaciones por funcionario pblico, Cedecs, Barcelona, 1996,
p. 34. Con esto no se quiere decir, como equivocadamente lo han asumido algunos autores como Von Hirsch,
que esta teora no sirva para justificar bienes jurdicos colectivos que, sin lugar a dudas existen, porque los
bienes jurdicos deben estar en funcin de la persona tanto en su esfera ntima como en sus relaciones con la
sociedad. Cfr. Von Hirsch, Andrew, El concepto de bien jurdico y el principio de dao en La teora del Bien
Jurdico (Trad. Rafael Alcocer Guiaro) en Fundamento de legitimacin del derecho penal o juego de
abalorios dogmtico?, Madrid, Marcial Pons, 2007, Asimismo, Fiandaca y Musco reconocen mritos en la
teora desarrollada por Hassemer pero la critican porque afirman que muestra un sincretismo metodolgico
excesivo. No comparto esta idea porque el planteamiento de Hassemer, si bien ha integrado la teora del bien
191
112
que presupone todo bien jurdico debe ser efectuada partiendo del
sistema social personalista al que aspira a llegar la Constitucin193.
Aunque en toda la teora general del derecho se utiliza el concepto de
bien jurdico, en el derecho penal se ha atribuido a BIRNBAUM el inicio
de su desarrollo. En 1834 este autor escribi el artculo Uber das
Erfordernis einer
zum
Begriff
des
Verbrechens
aparecido en la revista Archiv des Crim inalrecht s194. Para ser exactos
BIRNBAUM jams habl de bien jurdico, l desarroll su posicin a
partir del concepto de bien. Sin embargo, los trminos eran sinnimos.
El gran aporte del tratadista fue haberse preguntado qu se lesiona con
una accin delictiva y su respuesta, de acuerdo con el uso natural del
idioma, fue que se lesionan bienes y no derechos195. La utilizacin de la
palabra bien se debe a que se pretenda que los valores morales y
religiosos quedaran protegidos por medio de la norma penal.
Desde la aparicin de este estudio, algunos doctrinarios realizaron duras
crticas a la definicin de bien jurdico. As, por ejemplo, HEGEL
destac que el delito es una sublevacin contra la voluntad general y, en
consecuencia, no estaba de acuerdo con que ste protegiera bienes
jurdicos. Sin embargo, en 1870 con la aparicin de la escuela del
positivismo jurdico se retom la idea de BIRBAUM y, desde entonces, la
discusin no se ha detenido.
jurdico con una aproximacin sociolgica, lo ha hecho en forma ordenada, lgica y coherente. Cfr. Fiandaca,
Giovanni/Musco, Enzo, Derecho Penal. Parte General, Colombia, Temis, 2006, p. 55.
193
Al respecto, Berdugo Gmez de la Torre, Ignacio, Reflexiones sobre la problemtica del bien jurdico en
Hacia el derecho penal del nuevo milenio, Mxico, INACIPE, 1991, p. 139.
194
Cfr. Gonzlez-Salas Campos, Ral, La teora del bien jurdico en el derecho penal, Mxico, Oxford, 2001,
p. 6.
195
Cfr. Gonzlez-Salas Campos, Ral, Ob. cit., p. 6-7.
113
114
199
Welzel, Hans, Derecho Penal. Parte General (Trad. Carlos Fontn Balestra), Depalma, Buenos Aires,
1956, pp. 3 y ss; asimismo, en Derecho Penal Alemn (Trad. Juan Bustos Ramrez/Sergio Ynez P.), Editorial
Jurdica de Chile, Santiago de Chile, 1970. Esta posicin ha sido criticada por Hassemer y Muoz Conde
pues, de acuerdo con estos autores, Welzel otorga al derecho penal un componente excesivamente tico y se
olvida de que su misin es proteger bienes jurdicos. Cfr. Hassemer, Winfried/Muoz Conde, Francisco,
Introduccin a la criminologa y al derecho penal, Valencia, Tirant lo Blanch, 1989, pp. 101 y ss.
200
Lo reflexiona de esa manera Gonzlez-Salas Campos en las conclusiones de La teora del bien jurdico en
el derecho penal. Asimismo, Muoz Conde y Garca Arn, sealan que, a pesar de que se encuentran a favor
de la teora del bien jurdico, con razn, que el concepto es vago y puede ser manipulado por instancias
oficiales. Ello es as porque la idea de bien jurdico es una creacin artificial producto de un consenso o de un
proceso constitutivo, que necesariamente es reelaborado y a veces manipulado. Muoz Conde,
Francisco/Garca Arn, Mercedes, Derecho Penal, Parte General, Valencia, Tirant lo Blanch, 1993, p. 73. En
el mismo sentido, Gnter Stratenwerth en La criminalizacin de los delitos contra bienes jurdicos
colectivos (Trad. Iigo Ortiz de Urbina Gimeno/Margarita Valle Mariscal de Gante) en La teora del bien
jurdico Fundamento de legitimacin del Derecho penal o juego de abalorios dogmtico?, Madrid, Marcial
Pons, 2007, p. 371, asevera que el concepto de bien jurdico colectivo es totalmente prescindible.
115
201
Roxin, Claus, Es la proteccin de bienes jurdicos una finalidad del Derecho penal? (Trad. igo Ortiz
de Urbina Gimeno) en La teora del bien jurdico Fundamento de legitimacin del derecho penal o juego de
abalorios dogmtico?, Madrid, Marcial Pons, 2007, 448. Como es fcil de observar con su concepto de bien
jurdico parece que el tratadista alemn asume la teora personalista.
202
Luzn Pea, Diego Manuel, Curso de Derecho Penal. Parte General I, Madrid, Editorial Universitas,
2002, p. 327. La reflexin del autor sigue para sealar que esas condiciones pueden consistir en objetos
materiales o inmateriales, relaciones, intereses o derechos que siempre han de ser socialmente valiosos y, por
lo mismo, dignos de proteccin jurdica.
203
Hormazbal Malare, Hernn, Bien jurdico y Estado Social y Democrtico de Derecho (El objeto
protegido por la norma penal), Barcelona, PPU, 1991, p. 139.
116
sus
necesidades
antes
que
la
conservacin
Zaffaroni, Eugenio Ral, Tratado de Derecho Penal, Parte General III, Argentina, EDIAR, 1999, p. 240.
El autor lleva a cabo algunas aclaraciones con respecto al uso de la palabra disponer. l entiende la
disposicin no como la posibilidad de destruir sino como el uso que de ciertos objetos hacen los ciudadanos
para autorealizarse. Es decir, que se dispone usando y, entonces, la disponibilidad es la capacidad de uso,
empleo, utilizacin. Sin embargo, recientemente este autor se ha pronunciado por la idea de que el derecho
penal no protege bienes jurdicos (para abundar sobre este tema puede consultarse la pgina electrnica
www.derechopena.online.com).
205
Plascencia Villanueva, Ral, Los delitos contra el orden econmico. La responsabilidad penal de la
persona jurdica, Porra, Mxico, 1999, p. 63.
206
Hassemer, Winfried/Muoz Conde, Francisco, Ob. cit, p. 102.
207
Bustos Ramrez, Juan J. /Hormazbal Malare, Hernn, Lecciones de Derecho Penal, Volumen II, Madrid,
Editorial Trotta, 1999, p. 27. En esa misma obra, los autores aseveran que, junto al principio nullum crimen
sine lege, ha de regir el nullum crimen sine iniuria, esto es que no hay delito sin una afectacin al bien
jurdico.
208
Hormazbal Malare, Hernn, Bien jurdico y, p. 143.
117
concreto
consiste
en
reconocer
que
la
nica
restriccin
118
Cfr. Bustos Ramrez, Juan J. /Hormazbal Malare, Hernn, Ob. cit, pp. 58-59. Ambos autores desarrollan,
cada uno por su lado, con mayor profundidad esta idea. Cfr. Bustos Ramrez, Juan, Manual de Derecho
Penal, Parte Especial, Barcelona, Ariel, 1986, pp. 2 y ss. y Hormazbal Malare, Hernn, Bien Jurdico,
pp. 155 y ss. La idea general de estos autores puede ser esquematizada: a) Bienes jurdicos referidos a las
bases de la existencia del sistema: aqu se encuentran los que tradicionalmente han sido llamados bienes
jurdicos individuales, como por ejemplo, la vida humana, la salud individual, la libertad, ya que sin ellos no
es posible la existencia de ningn sistema social; b) Bienes jurdicos referidos al funcionamiento del sistema:
aqu se encuentran los que inciden en las relaciones macrosociales, por ejemplo, la seguridad del trfico, la fe
pblica, el medio ambiente, etc., porque sin ellos el sistema puede existir pero no funciona o, bien, lo hace
defectuosamente; c) Bienes jurdicos institucionales son aquellos que estn en referencia con un conjunto de
procesos o vas que aparecen como necesarias dentro del sistema para que los sujetos puedan
interrelacionarse, por ejemplo, la fe pblica, la administracin de justicia, las garantas constitucionales, etc.;
y d) Bienes jurdicos de control que hacen referencia a un conjunto de vas para asegurar el poder del Estado
como, por ejemplo, la seguridad interior y exterior del Estado.
214
Gmez Iniesta, Diego J. La parte general del derecho penal econmico en Publicaciones del Portal
Iberoamericano de las Ciencias Penales, www.cienciaspenales.net, 2002, p. 6 (del acceso electrnico).
215
En la lnea de pensamiento de que el bien jurdico es dinmico se encuentra Jescheck quien ha afirmado
que la existencia de bienes jurdicos protegidos es variable; en el derecho actual hay tanto manifestaciones
del proceso incriminador (por ejemplo el blanqueo de capitales) como del fenmeno descriminalizador a
travs de derogaciones. Cfr. Jescheck Heinrich, Hans, en Tratado de Derecho Penal. Parte General (Trad.
Miguel Olmedo Cardenote), Granada, Comares, 2002, p. 8. En tanto Gimbernat seala que la reforma a los
cdigos penales alemn y espaol en materia de delitos sexuales se debi, bsicamente, a que se reconoci,
por medio de la idea de bien jurdico, que la incriminacin de la homosexualidad no tutelaba nada de
119
120
217
121
220
Para el desarrollo de este tema me he basado, principalmente, en la obra Derecho Penal, Parte General de
Muoz Conde, y Garca Arn. No ignoro que otros autores, como por ejemplo, Luzn Pea seala que los
lmites al ius puniendi encuentran su fundamento en los principios de legalidad, exclusiva proteccin de
bienes jurdicos, subsidiariedad, intervencin mnima o ltima ratio, efectividad, eficacia o idoneidad,
proporcionalidad, culpabilidad, responsabilidad subjetiva, responsabilidad personal y humanidad,
humanizacin y de resocializacin. Asimismo, que Fiandaca y Musco sostienen que el delito se conforma de
122
jurdicos
(ambiente,
administracin
de
justicia,
seguridad
123
224
225
124
226
Jakobs, Gnter, Cmo protege el derecho penal y qu es lo que protege? Contradiccin y prevencin;
proteccin de bienes jurdicos y proteccin de la vigencia de la norma (Trad. Manuel Cancio Meli), acceso
electrnico.
227
Wohlers, Wolfgang, Las jornadas desde la perspectiva de un escptico del bien jurdico (Trad. Margarita
Valle Mariscal de Gante) en La teora del bien jurdico Fundamento de legitimacin del derecho penal o
juego de abalorios dogmtico?, Madrid, Marcial Pons, 2007, pp. 403 y ss.
228
Gimbernat Ordeig, Enrique, Ob. cit. p. 15.
125
229
126
fue
que
se
tipificara,
como
delito
autnomo,
el
231
El tema de las prestaciones del bien jurdico est desarrollado con base en el trabajo de Roxin Es la
proteccin de bienes jurdicos una finalidad del derecho penal? en La teora del bien jurdico pp. 443 y ss.
En la lnea de que el bien jurdico cumple con una serie de prestaciones tambin se ha pronunciado Amelung
quien asevera que sin el genial descubrimiento de Binding hoy apenas se podra argumentar dogmticamente.
Cfr. Amelung, Knut, El concepto de Bien Jurdico en la teora de proteccin penal de Bienes Jurdicos
(Trad. Iigo Ortiz de Urbina Gimeno) en La teora de bien jurdico Fundamento de legitimacin del
Derecho penal o juego de abalorios dogmtico?, Madrid, 2007, p. 232.
127
legtima
la
intervencin
estatal
exclusivamente
para
que
estas
publicaciones
pueden
atentar
contra
los
la
tutela
estatal.
Por
el
contrario,
sobre
los
ataques
As, lo seala Cevasco, Luis Jorge, Encubrimiento y Lavado de Activos, Argentina, Fabin J. Di Plcido,
2002, p. 53.
129
233
Schnemann, Bernd, El principio de proteccin de bienes jurdicos como punto de fuga de los lmites
constitucionales de los tipos penales y de su interpretacin (Trad. Mara Martn Lorenzo/Mirja Feldmann) en
La teora del bien jurdico Fundamento de legitimacin del Derecho penal o juego de abalorios dogmtico?,
Madrid, Marcial Pons, 2007, p. 197.
234
Bajo Fernndez, Miguel/Bacigalupo, Silvina, en Derecho Penal Econmico, Madrid, Centro de Estudios
Ramn Areces, 2001, p. 678. La tesis de los autores es que el blanqueo no debe ser obstaculizado ni
impedido, lo que ha de procurarse es conducirlo porque se trata de una actividad que, en s misma, carece de
valoracin negativa. Asimismo, Bajo Fernndez asevera que el lavado de dinero es una actividad que debe
ser promocionada desde todos los puntos de vista por los poderes pblicos, ya que coincide exactamente con
el objetivo de la labor inspectora de todos los mecanismos de inspeccin econmica de un pas: la inspeccin
de la Agencia Tributaria, la inspeccin de Trabajo, etc. La nica relevancia que podra tener el blanqueo de
capitales estriba en lo que representa como participacin en el delito base, es decir, en su significacin como
receptacin o encubrimiento. Cfr. Bajo Fernndez, Miguel, El desatinado delito de blanqueo de capitales
en Poltica Criminal y Blanqueo de Capitales, Marcial Pons, Barcelona, 2009, p. 13.
235
Cobo del Rosal, Manuel/Lpez-Gmez Zabala, Carlos, Blanqueo de Capitales. Abogados, procuradores y
notarios, inversores, bancarios y empresarios, Madrid, CESEJ, 2005, pp. 93-94. Los autores sealan: el
llamado delito de blanqueo de capitales, sencillamente, no debera ser delito, en su caso infraccin
administrativa nos negamos a admitir un delito que no tiene un concreto bien jurdico protegido.
130
PALMA HERRERA, entre otros, que sostienen que estamos ante un delito
pluriofensivo.
Por lo que respecta a la sistemtica a seguir en un apartado tan
complejo, he decidido dar a conocer mi investigacin de la siguiente
manera: en orden estrictamente alfabtico indicar los bienes jurdicos
ms importantes que la doctrina ha sealado que se protegen;
enseguida, har un recuento de los autores que consult y que
argumentan a favor de ese especfico bien jurdico y las principales
razones que esgrimieron para tomar esa determinacin. Una vez hecho
esto, el segundo recuento de autores se centrar en aquellos que
impugnan ese determinado bien jurdico y en sus razonamientos. Como
ya lo he adelantado, algunos doctrinarios consideran que este delito es
pluriofensivo; en tal caso, cada vez que un autor asuma esta postura lo
dir al exponer los argumentos de ste en los diferentes bienes jurdicos
que encuentra. Por ltimo, dar a conocer mi posicin y, como es
exigible, los fundamentos de la misma.
a) La administracin de justicia
Uno de los primeros bienes jurdicos que la doctrina encontr que se
protega con la criminalizacin del lavado fue el de la administracin de
justicia. Lo anterior, tiene asidero, principalmente, en que en la
Convencin
de
Viena
se
describi
las
operaciones/blanqueo,
236
Vid, por todos, los recuentos que realizan Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo de capitales,
Pamplona, Aranzadi, 1997, pp. 162-166; Arnguez Snchez, Carlos, El delito de blanqueo de capitales,
131
CAMACHO
comulga
con
la
perspectiva
internacional
que
Madrid, Marcial Pons, 2000, pp. 78-81, y Tondoni, Bruno M., Lavado de dinero. Sistematizacin de las
normas locales e internacionales en la materia en Centro Argentino de Estudios Internacionales, Argentina,
2006, pp. 4 y ss. (del acceso electrnico).
237
Figueroa Velzquez, Rogelio, El delito de lavado de dinero en el derecho penal mexicano, Mxico,
Porra, 2001, p. 172. En Mxico casi no existe doctrina sobre este delito. Se han publicado diversos artculos
o libros pero la mayora de stos van encaminados a dar a conocer las polticas gubernamentales para
enfrentar este asunto o, bien, son simples recopilaciones de las normativas nacional e internacional sobre
lavado de dinero y, en ellas, no se realiza ningn anlisis dogmtico. Un ejemplo de este tipo de publicaciones
lo encontramos en Garca Ramrez, Efran, Lavado de Dinero, Mxico, Sixta, 1994, en el que, bsicamente, se
recopilan tesis jurisprudenciales y, as, por ejemplo, cuando habla del bien jurdico que protege el delito
seala: administracin de justicia, la vida, la integridad fsica o el patrimonio. El autor no se molesta en
analizar la forma en que las acciones de lavado de dinero pueden dar lugar a que se afecte la vida o la
integridad fsica.
238
Figueroa Velzquez, Rogelio, Ob. cit., p. 172.
239
Nez Camacho, Mara de la Luz, El fenmeno de lavado de dinero en Mxico, causas, efectos y
perspectivas, Mxico, Tesis con la que se obtuvo el grado de Maestro en Ciencias Penales en el Instituto
Nacional de Ciencias Penales (INACIPE), 2007, p. 98.
240
Prez Lpez, Amauri, Problemtica existente para integrar el tipo penal de operaciones con recursos de
procedencia ilcita previsto en el artculo 400Bis del Cdigo Penal Federal, Mxico, Tesis con la que se
obtuvo el grado de doctor en derecho por la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, 2003, p. 211.
241
En el estudio realizado por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretara de Hacienda y Crdito
Pblico se seala lo siguiente: a) En forma expresa tres de las resoluciones aluden a la administracin de
justicia como el bien jurdico que se protege, y b) En siete resoluciones se invoca la atribucin del Estado de
132
SOUTO
considera
que
el
delito
tutela
directamente
la
socioeconmico.
CALDERN
CEREZO
argumenta
que
nos
133
de
justicia248.
pesar
de
que,
como
veremos
134
La
autora
razona
que
cualquier
conducta
tendiente
251
Gmez Pavn, Pilar, El bien jurdico protegido en la receptacin, blanqueo de dinero y encubrimiento,
en Cuadernos de Poltica Criminal, Nmero 53, 1994, p. 459.
252
Jimnez Villarejo, Carlos, La delincuencia econmica: blanqueo de capitales en Revista del Ministerio
Fiscal, Madrid, 2001, Nmero 9, pp. 313 y ss.
253
Molina Mansilla, Ma. del Carmen, El delito bsico de blanqueo de capitales del artculo 301 del Cdigo
Penal, en La Ley Penal, Nmero 42, octubre, 2007, pp. 4-5.
254
Molina Fernndez, Fernando, Qu se protege en el delito de blanqueo de capitales?: Reflexiones sobre
un bien jurdico problemtico y a la vez aproximacin a la participacin en el delito en Poltica criminal y
blanqueo de capitales, Marcial Pons, Barcelona, 2009, pp. 116 y ss.
135
255
Muoz Conde, Francisco, Derecho Penal, Parte Especial, Valencia, Tirant lo Blanch, p. 521.
Palma Herrera, Jos Manuel, Los delitos de blanqueo de capitales, Madrid, Edersa, 1999, pp. 288 y ss.
257
Vidales Rodrguez, Caty, Los delitos de receptacin y legitimacin de capitales en el Cdigo Penal de
1995, Valencia, 1997, p. 92.
256
136
Laje Ros, Cristbal, Lavado de dinero: delito que rebasa fronteras en Iter Criminis, Nmero 12, Segunda
poca, Mxico, 2004-2005, p. 232, se manifiesta contra la idea de que sea la administracin de justicia el bien
jurdico tutelado por este delito. Para l lo que se lesiona es la seguridad comn y la tranquilidad pblica.
259
Barral, Jorge E., Legitimacin de bienes provenientes de la comisin de delitos, Buenos Aires, Ad-Hoc,
2003, pp. 169 y ss. Es importante apuntar que aunque el autor encuentra un bien jurdico en este delito,
tambin seala que como se trata, sustancialmente, de actividades encubridoras stas pudieron haber quedado
comprendidas dentro de los supuestos de encubrimiento sin que hubiera necesidad de crear una nueva figura
jurdica. As, opina que la inclusin de un tipo especfico de blanqueo en el Cdigo argentino es fruto de la
tendencia internacional y de las presiones ejercidas por algunas potencias y organismos internacionales.
260
Cevasco, Luis Jorge, Op. cit., p. 51.
261
Durrieu, Roberto, El lavado de dinero en la Argentina, Argentina, Lexis-Nexis, 2006, p. 103.
137
Morales Deganut, Carolina y Fiszer, Fernando I., Lavado de activos. Ley 25.246. La problemtica en el
derecho penal Argentino y en el derecho comparado en Temas de Derecho Penal y Econmico y
Responsabilidad de las personas jurdicas, Tomo II, Argentina, Grn Editora, 2004, p. 24. Aunque estos
autores asumen la posicin de que se trata de un delito pluriofensivo no mencionan, a lo largo de su estudio,
ningn otro bien jurdico adems de la administracin de justicia.
263
Prado Saldarriaga, Vctor Roberto, Lavado de activos y financiacin del terrorismo, Grijley, Lima, 2007,
p. 139. El autor sostiene que se trata de un delito pluriofensivo.
264
Renart Garca, Felipe, El blanqueo de capitales en el derecho Suizo, en Revista del Poder Judicial,
Nmero 50, 1998, pp. 125 y ss.
138
265
Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit, pp. 94-95. El autor tambin lleva sus cuestionamientos a la lnea de por
qu todos los ordenamientos sancionan con mayor severidad el blanqueo que el encubrimiento y el hecho de
que no se limite la pena que corresponde al delito previo.
266
Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit, p. 64.
267
Fabin Caparrs, Eduardo A., El delito de blanqueo p. 262.
139
Toma de posicin
Buena parte de la doctrina que ha opinado que con el delito de
operaciones/blanqueo de capitales se afecta la administracin de justicia
lo ha hecho porque seala que las conductas del activo constituyen una
especie (una manera suis generis) de encubrimiento para el caso de
Espaa, la figura ha sido analizada, tambin, en relacin con el delito de
receptacin de capitales en sus hiptesis de favorecimiento real o
personal268. As, es menester traer aqu los tipos penales que han
servido de base a los doctrinarios para realizar su argumentacin.
En primer lugar, transcribo269, en la parte que me interesa analizar, las
figuras tpicas generalmente identificadas como lavado de dinero
268
As, los mexicanos Figueroa Velzquez y Prez Lpez; los espaoles Abel Souto, Bacigalupo Zapater,
Blanco Cordero, Caldern Cerezo, Fabin Caparrs, Gmez Iniesta, Gmez Pavn, y Vidales Rodrguez; los
argentinos Barral, Cevasco, Durrieu, Morales Daganut y Fiszer y, en esta misma lnea Renart Garca en las
obras ya citadas. Tambin Del Carpio Delgado piensa que, con este delito, de alguna manera, se afecta la
administracin de justicia en la investigacin y descubrimiento de los delitos. Sin embargo, para la autora,
este bien jurdico slo alcanza la calidad de mediato. Por su parte, Muoz Conde, sin expresar razones, seala
que se afecta la administracin de justicia. Palma Herrera piensa que se vulnera la administracin de justicia
pero en el sentido de que se impide el comiso de bienes de procedencia ilcita. Todas estas opiniones han sido
expuestas.
269
En el caso del Cdigo Penal Federal mexicano, el tipo se encuentra previsto en el Ttulo Vigsimo Tercero
Encubrimiento y Operaciones con Recursos de Procedencia Ilcita, cuyo artculo 400 Bis, establece:
Se impondr de cinco a quince aos de prisin y de mil a cinco mil das multa al que por s o por interpsita
persona realice cualquiera de las siguientes conductas: adquiera, enajene, administre, custodie, cambie,
deposite, d en garanta, invierta, transporte o transfiera, dentro del territorio nacional, de ste hacia el
extranjero o a la inversa, recursos, derechos o bienes de cualquier naturaleza, con conocimiento de que
proceden o representan el producto de una actividad ilcita, con alguno de los siguientes propsitos: ocultar o
pretender ocultar, encubrir o impedir conocer el origen, localizacin, destino o propiedad de dichos
recursos, derechos o bienes, o alentar alguna actividad ilcita.
El delito de encubrimiento se ubica en el mismo Ttulo, cuyo artculo 400 dispone:
Se aplicar prisin de tres meses a tres aos y de quince a sesenta das multa, al que:
I. Con nimo de lucro, despus de la ejecucin del delito y sin haber participado en ste, adquiera, reciba u
oculte el producto de aqul a sabiendas de esta circunstancia.
Si el que recibi la cosa en venta ;
II. Preste auxilio o cooperacin de cualquier especie al autor de un delito, con conocimiento de esa
circunstancia, por acuerdo posterior a la ejecucin del citado delito;
III. Oculte o favorezca el ocultamiento del responsable de un delito, los efectos, objetos o instrumentos del
mismo o impida que se averige;
IV. Requerido por ;
140
(operaciones
con
recursos
de
procedencia
ilcita/blanqueo
de
Con respecto al Cdigo penal espaol, el Ttulo XIII que comprende el tipo de legitimacin de capitales
Delitos contra el patrimonio y el orden socioeconmico previsto en el Captulo XIV De la receptacin y
otras conductas afines prev los tipos de receptacin y de legitimacin de capitales:
Artculo 298 (receptacin)
El que, con nimo de lucro y con conocimiento de la comisin de un delito contra el patrimonio o el orden
socioeconmico, en el que no haya intervenido ni como autor ni como cmplice, ayude a los responsables a
aprovecharse de los efectos del mismo, o reciba, adquiera u oculte tales efectos ser castigado.
Artculo 301 (legitimacin)
El que adquiera, convierta o transmita bienes, sabiendo que stos tienen su origen en un delito, o realice
cualquier otro acto para ocultar o encubrir su origen ilcito, o para ayudar a la persona que haya participado en
la infraccin o infracciones a eludir las consecuencias legales de sus actos, ser castigado con
Con las mismas penas se sancionar, segn los casos, la ocultacin o encubrimiento de la verdadera
naturaleza, origen, ubicacin, destino, movimiento o derechos sobre los bienes o propiedad de los mismos a
sabiendas de que proceden de alguno de los delitos
Por su parte, el Ttulo XX Delitos contra la administracin de justicia, establece la figura del
encubrimiento:
Artculo 451 (encubrimiento)
Ser castigado con pena de prisin el que, con conocimiento de la comisin de un delito y sin haber
intervenido en el mismo como autor o cmplice, interviniere con posterioridad a su ejecucin de alguno de los
modos siguientes:
1. Auxiliando a los autores o cmplices para que se beneficien del provecho, producto o precio del delito, sin
nimo de lucro propio.
2. Ocultando, alterando o inutilizando el cuerpo, los efectos o los instrumentos de un delito, para impedir su
descubrimiento.
3. Ayudando a los presuntos responsables de un delito a eludir la investigacin de la autoridad o de sus
agentes
...
Para el Cdigo penal argentino la figura est ubicada en el Libro Segundo, Ttulo XI, Captulo XIII
Encubrimiento y lavado de activos de origen delictivo, cuyo artculo 278 prev:
Ser reprimido con prisin de dos a diez aos y multa de dos a diez veces del monto de la operacin el que
convirtiere, transfiriere, administrare, vendiere, gravare o aplicare de cualquier otro modo dinero u otra clase
de bienes provenientes de un delito en el que no hubiera participado, con la consecuencia posible de que los
bienes originarios o subrogantes adquieran la apariencia de un origen lcito
El encubrimiento se encuentra en el mismo Captulo, cuyo artculo 277 establece:
1) Ser reprimido con prisin de seis (6) meses a tres (3) aos el que, tras la comisin de un delito ejecutado
por otro, en el que no hubiere participado:
a) Ayudare a alguien a eludir las investigaciones de la autoridad o a sustraerse de la accin de sta.
b) Ocultare, alterare o hiciere desaparecer los rastros pruebas o instrumentos del delito, ayudare al autor o
partcipe a ocultarlos, alterarlos o hacerlos desaparecer.
c) Adquiriere, recibiere u ocultare dinero, cosas o efectos provenientes de un delito.
d) No denunciare
e) Asegurare o ayudare al autor o partcipe a asegurar el producto o provecho del delito.
141
De
la
lectura
de
los
tipos
se
puede
arribar
las
siguientes
consideraciones:
Mxico:
a) El legislador agrup en un solo Ttulo las figuras delictivas de
encubrimiento y operaciones; dichos delitos son los nicos que
componen el Ttulo que lleva el nombre de los mismos; y
b) Los propsitos del delito de operaciones (ocultar o pretender
ocultar en realidad, como infra se analiza ste no es un propsito sino
una forma de imperfecta realizacin, encubrir o im pe dir conoce r )
tienen gran similitud (en ocasiones son exactamente iguales) con
algunas de las conductas previstas en el tipo de encubrimiento (oculte,
preste auxilio o cooperacin, favorezca el ocultamiento).
Espaa:
a) Los tipos penales de receptacin y blanqueo de capitales se
encuentran en un Ttulo diferente que la figura del encubrimiento.
b) A pesar de su diferente ubicacin las similitudes de las figuras no son
pocas:
(en
la
receptacin
legitimacin):
adquirir
bienes
con
142
Argentina
a) Como en el caso del legislador mexicano, el argentino decidi
agrupar, en un solo Ttulo, los delitos de encubrimiento y lavado de
activos de origen delictivo, y
b) El lavado de activos de origen delictivo tiene como finalidad que los
bienes adquieran la apariencia de origen lcito; mientras que, en el
caso de la figura del encubrimiento, una de las conductas tpicas es
ocultar. De acuerdo con el Diccionario de uso del espaol270 ambas
voces tienen, como una de sus acepciones, la simulacin. As, se
aparenta o se oculta cuando se quiere simular.
Elementos comunes a las tres legislaciones:
a) Tanto en las figuras de encubrimiento como en las conocidas como
lavado de dinero (operaciones/blanqueo de bienes/lavado de activos) el
sujeto activo despliega su actividad una vez que se ha cometido un
delito que, necesariamente, debe ser previo a la conducta del encubridor
o lavador, y
b) Varias de las conductas o finalidades de los tipos estn amparadas
bajo las hiptesis de favorecimiento personal o real.
Como se ha anotado, parte de la doctrina argumenta contra la idea de
que el lavado protege el bien jurdico de la administracin de justicia.
As, puede encontrarse desde quienes como COBO DEL ROSAL y ZAVALA
LPEZ-GMEZ piensan que la administracin de justicia no es ningn
270
Moliner, Mara, Diccionario de uso del espaol, Gredos, Madrid, 2007, pp. 216 y 2093, respectivamente.
143
bien jurdico protegido; pues, sostienen que sta puede ser la encargada
de protegerlo y tutelarlo, pero no representa, en s misma, un bien
jurdico271 hasta los que, como PALMA HERRERA, sealan que la
administracin de justicia no puede servir, en s misma, como bien
jurdico porque se trata de un concepto vago y abstracto que debe
llenarse de contenido.
Me encuentro en desacuerdo con la posicin de COBO DEL ROSAL. Es
cierto que en un Estado democrtico de derecho se asignan las
funciones de administrar y procurar justicia a ciertas instituciones que,
en trminos generales, son conocidas como autoridades de justicia. Sin
embargo, esta organizacin social no impide que la administracin de
justicia sea un bien jurdico que merece (porque cumple con las
cualidades que para ello se exigen) la tutela del derecho penal272. La
administracin de justicia no debe confundirse con la organizacin de la
justicia. En cuanto al aserto de PALMA HERRERA estoy con l y,
precisamente, intentar argumentar la forma exacta en que las acciones
de lavado lesionan este bien jurdico.
Los razonamientos contra la administracin de justicia como bien
jurdico tutelado en el delito en estudio se han centrado, bsicamente,
en las siguientes consideraciones:
271
144
considero
vlido
el
argumento
de
que
con
el
delito
de
En similar sentido opina Jorge Barral en Legitimacin de bienes provenientes p. 169. Sin embargo, a
diferencia de la postura aqu defendida, el autor admite que en algunos casos pueda no interesar impedir el
descubrimiento del delito previo, pero lo que s importa es desvincular los bienes de este delito. En mi
opinin, las acciones encaminadas a desvincular los bienes de su origen delictivo pasan, sin lugar a dudas, por
obstaculizar el descubrimiento del delito que los origin.
274
Que se encuentran en el Ttulo Delitos cometidos contra la administracin de justicia.
145
de
auxiliar,
encubrir
ocultar
dificultan
la
labor
de
hay
duda:
todo
el
proceso
averiguacin
previa,
juicio
atendible.
No
deben
confundirse
dos
temas
tan
distintos:
bien
jurdico/competencia judicial.
El anterior argumento bastara para tener por zanjado este asunto. Sin
embargo, parte de la doctrina ha encontrado otras buenas razones para
combatir este pensamiento. De esta manera, se seala, con toda razn,
que la administracin de justicia no es, en manera alguna, un inters
pblico local. El alcance de ste traspasa las fronteras y abarca el
conjunto de pases que, con sentido de unidad, pueden resultar
afectados con las acciones de lavado275. Asimismo, es un hecho que
muchos estados miembros de la comunidad internacional han tomado la
decisin de perseguir el blanqueo (obviamente respetando el principio
de doble incriminacin) sin importar el lugar de comisin del delito
previo. Para corroborar esta idea baste revisar las convenciones (sobre
cooperacin internacional en materia de persecucin de presuntos
responsables y decomiso de fondo provenientes de delitos) que han
suscrito decenas de pases, entre ellos, Espaa y Mxico.
Como es sabido por todos, en el mundo no hay un orden jurdico
unitario. Por ello, la comunidad internacional ha establecido mecanismos
como, por ejemplo, la cooperacin internacional276 que se materializa,
275
En otro caso una persona transfiri sin tener derecho a ello dinero de una cuenta bancaria radicada en
Mxico a Suiza. A partir de esa transferencia realiz diversas compras: un avin, acciones de una compaa,
147
etc. Las autoridades mexicanas iniciaron una investigacin y, como consecuencia de ello, solicitaron la ayuda
a sus homlogas suizas. A pesar de que el delito previo y lavado de dinero se haban cometido en distintos
pases, ambas autoridades trabajaron, cada una desde el mbito de su competencia, en la investigacin del
caso.
277
Cfr. Corts Domnguez, Valentn/Gimeno Sendra, Vicente/Moreno Catena, Vctor, Derecho procesal
penal, Colex, Madrid, 1996, p. 551.
278
Para mayor detalle sobre los razonamientos del principio de extraterritorialidad ver infra captulo 4.
279
Esta postura es defendida por Del Carpio Delgado, Juana, El delito de pp. 64-65.
148
los
razonamientos
expresados
considero
que
el
delito
de
280
149
284
150
151
Toma de posicin
A mi parecer con la tipificacin de operaciones/blanqueo no se est
protegiendo el mismo bien jurdico del delito antecedente. Sobre este
tema, ya la doctrina ha pensado los mejores argumentos. As, GMEZ
INIESTA ha acertado totalmente al sealar que la conducta del que
obtiene un beneficio econmico de los bienes procedentes de un delito
grave no prolonga la previa situacin antijurdica; la obtencin de ese
beneficio por otros sujetos o por el propio activo en nada puede
aumentar o mantener la lesin. En este mismo sentido, PALMA
HERRERA completa adecuadamente este aserto sealando que el error
de los autores que han tratado de identificar el bien jurdico protegido
en el delito de blanqueo con el del delito previo ha estado en considerar,
equivocadamente, que el hecho de que con las acciones de blanqueo
pueda estimularse la comisin de nuevos delitos implica ya, cuando
menos, que ese bien jurdico se ver lesionado en el futuro292.
290
152
c) El orden socioeconmico
La afectacin al orden socioeconmico en trminos generales o, bien, en
diversas modalidades circulacin de bienes en el mercado, estabilidad y
solidez del sistema financiero, o libre competencia es uno de los bienes
jurdicos por el que la doctrina, particularmente la espaola, ms ha
optado293. Asimismo, la mayora de los tribunales mexicanos, al emitir
sus resoluciones, han invocado a ste como lo que tutela la norma
penal294.
Esta decisin doctrinal y judicial obliga, en primer lugar, a encontrar una
idea suficientemente clara de lo que se entiende por delito econmico y
derecho penal econmico. El primero de ellos, ataca las normas jurdicopenales que protegen el orden pblico econmico, sin perjuicio de los
intereses patrimoniales que pueda afectar. As, el inters estatal en la
integridad y mantenimiento del orden econmico constituye el bien
293
La idea de que el orden econmico global merece la proteccin del derecho penal tiene, entre sus
detractores ms destacados, a los integrantes de la llamada escuela de Frankfurt (Albrecht, Hassemer, Herzog)
quienes consideran que el recurso al derecho penal por este tipo de infracciones no est justificado y que, en
todo caso, estas infracciones deben permanecer en la rbita del ilcito extrapenal, administrativo o civil. Cfr.
Martnez-Bujn Prez, Derecho Penal Econmico, Parte General, Valencia, Tirant lo Blanch, 1998, p. 101.
Hassemer asevera que la economa es un bien jurdico universal slo vagamente descriptible y que desdibuja
el bien jurdico que el objeto tutelado no sean mbitos concretos de la economa. Cfr. Abel Souto, Miguel, El
delito de blanqueo, p. 60. En contraposicin con esto, Romero Soto seala que es Estado ha abandonado su
papel de mero espectador para asumir un rol de actor y an de director de los cambios econmicos. Las
formas en que esto se manifiesta son, bsicamente, dos: a) la de intervencin; es decir, la de dirigir diversas
polticas de crdito, de control de precios, etctera, y b) la de proteccin que tiene como objeto amparar la
parte ms dbil de la sociedad, consumidores, contratantes. Cfr. Romero Soto, Luis Enrique, Los delitos
Contra el Orden Econmico Social desde el punto de vista del derecho comparado en Revista Cambio
Jurdico, Universidad de los Andes, CIJUS, Bogot, 1988, p. 42.
294
En 15 de las resoluciones judiciales que integran el estudio realizado por la SHCP se seala que es la
economa nacional el bien jurdico que tutela el tipo de operaciones. Secretara de Hacienda y Crdito
Pblico, Criterios judiciales p. 18.
153
econmico
entendido
como
regulacin
jurdica
del
Martos Nez, Juan Antonio, Derecho penal econmico, Editorial Montecorvo S.A., Madrid, 1987, p. 377.
Bajo Fernndez, Miguel y Bacigalupo, Silvina, Ob. cit. pp. 10 y ss. Es de llamar la atencin que estos
autores sealan, como uno de los delitos econmicos en sentido estricto, al blanqueo de capitales. Sin
embargo, como ya apuntamos, en la misma obra los tratadistas aseveran que el blanqueo de capitales carece,
en s mismo, de una valoracin negativa y que ste debe ser promocionado, desde todos los puntos de vista,
por los poderes pblicos p. 678. Asimismo, Bajo Fernndez, Miguel, en Derecho penal econmico:
desarrollo econmico, proteccin penal y cuestiones poltico-criminales en Hacia un derecho penal
econmico europeo, Jornadas en honor del Profesor Klaus Tiedemann, Madrid, Boletn Oficial del Estado,
1995, p. 76, considera que el blanqueo de capitales no constituye un acto delictivo y que simplemente est
ligado con la poltica de represin de fraude fiscal. Las mismas ideas, bsicamente, acerca de lo que es el
derecho penal econmico ya haban sido expuestas por Bajo Fernndez, Miguel, en Derecho penal econmico
aplicado a la actividad empresarial, Madrid, Civitas, 1978, p. 40.
296
154
Tiedemann, Klaus, Poder econmico y delito, Ariel, Barcelona, 1985, pp. 18-19.
Tiedemann, Klaus, El concepto de Derecho econmico, de Derecho penal econmico y de delito
econmico en Cuadernos de Poltica Criminal, Nmero 28, Madrid, 1986, pp. 73-74.
299
Martnez-Bujn Prez, Carlos, Derecho penal econmico Parte General, Valencia, Tirant lo Blanch, 1998,
p. 20.
300
Bajo Fernndez, Miguel/Bacigalupo, Silvina, Ob. cit, p. 16.
301
Callegari, Andr Luis, El delito de blanqueo de capitales y la ley brasilea, en Derecho Penal
Contemporneo, Bogot, LEGIS, Octubre-Diciembre, 2003, p. 107.
302
Cesano, Jos Daniel, Error de tipo, criminalidad econmica y delito de lavado de activos de origen
delictivo en Derecho Penal del siglo XXI. Homenaje al Dr. Manuel Rivacoba y Rivacoba (Eugenio Ral
Zaffaroni. Director), Hammurabi, Buenos Aires, 2004, p. 3.
298
155
303
156
Toma de posicin
Seala con razn HORMAZBAL MALARE que el orden socioeconmico
no es un bien jurdico, sino un concepto complejo que cumple una
funcin sistemtica307. Por mi parte considero que lo mismo sucede con
el
trmino
economa
nacional
que
es
tan
amplio
que
requiere
debo
aclarar
que,
cuando
entend
que
deba,
307
Hormazbal Malare, Hernn, Los delitos socioeconmicos, el bien jurdico, el autor, su hecho y la
necesaria reforma del sistema penal espaol en Hacia un derecho penal econmico europeo. Jornadas en
honor del Profesor Klaus Tiedemann, Madrid, Ministerio de Justicia, 1995, p. 196.
157
realizados
tambin
por
profesionales
en
economa,
308
Masciandaro, Donato/Takts, Eld/Unger, Brigitte, Black Finance, The economics of Money Laundering,
Edward Elgar Publishing Limited, USA, 2007.
309
Masciandaro, et. al, Ob. cit, p. XVI.
310
Masciandaro, Donato, Economa: la parte de la demanda en Black Finance p. 4.
311
Con esta conclusin coincide tambin Kopp profesor de ciencias econmicas de la Universidad de
Reims, que seala que el narcolavado no es, como lo supone la opinin pblica en general, propiedad
exclusiva de los parasos fiscales tropicales, sino ms bien negocio de las naciones desarrolladas y de Europa.
158
El profesor seala que las actividades mundiales de lavado se concentran esencialmente en las zonas
siguientes. a) El territorio de EEUU, debido a una concentracin importante de las actividades que producen
ingresos ilcitos; b) Canad, donde no se prev ninguna restriccin para la importacin de divisas y bienes
desde EEUU, lo que hace prcticamente imposible ejercer un control aduanero en relacin con su origen; c)
los centros financieros de importancia internacional (Londres, Zurich, Berna, Ginebra, Hong Kong,
Singapur). Es evidente que en estos lugares, donde el mercado de divisas es libre y alrededor de los cuales se
concentra una parte considerable de los movimientos de capitales, es ms fcil esconder, transformar y
reinvertir bienes de origen ilcito; d) los pases organizados para ser refugios fiscales. En Europa, las islas
anglonormandas (Jersey y Guernesey), la isla de Malta y la isla de Man (ambas con pabelln britnico),
Luxemburgo, Suiza, Liechtenstein, Mnaco, Andorra y la isla de Saint Martin (Antillas franco-holandesas).
Cfr. Kopp, Pierre, Dinero de la droga y lavado financiero en Nueva Sociedad, No. 145, Venezuela, 1996,
pp. 80 y ss.
En esta misma lnea de pensamiento, Petras, James (citado por Rubn Alejandro Santander en El Blanqueo de
Capitales, Universidad Autnoma de Barcelona Campus Virtual-, Barcelona, 2002), Dinero negro:
fundamento del crecimiento y del imperio de los Estados Unidos, El Chileno, Rebelin, 2001, seala que en
la ltima dcada, los bancos estadounidenses blanquearon entre dos y medio y cinco billones de dlares de
dinero negro, que pas a formar parte del circuito financiero de los EEUU. En contraste, el artculo (sin autor)
El lavado de dinero en Amrica Latina Qu sabemos de l?, en Captulo Diecisiete, publicacin de la
pgina electrnica del GAFISUD, seala que el lavado de dinero est especialmente difundido en Amrica
Latina. Si bien no est tan difundido como en Asia o frica, es considerablemente superior que en los pases
desarrollados. Para llegar a esta conclusin ellos se basaron en un cuestionario simple en el que se solicit a
un gran nmero de expertos en todo el mundo que clasificaran de 1 a 7 la situacin del lavado de dinero en
sus respectivos pases, siendo 1 la clasificacin ms baja (sumamente raro) y 7 la ms alta (difundido). Para
mayor claridad, los datos han sido ajustados a una escala de 0 a 10. Afortunadamente, quienes redactaron
este artculo son honestos intelectualmente hablando y nos advierten de que dada la subjetividad (del mtodo
utilizado) los datos podran contener debilidades e imprecisiones. Me parece que no es que el estudio
contenga debilidades e imprecisiones sino que no aporta dato alguno que pueda ser tomado con seriedad.
De hecho, ni siquiera merece el nombre de estudio porque no tiene el menor rigor cientfico.
312
De acuerdo con el reporte anual del Departamento de Estado de EEUU., sobre el estado del lavado de
dinero alrededor del mundo en el sistema financiero de ese pas se lavan, aproximadamente, US$320 mil
millones de dlares cada ao. El dato fue obtenido de Alert Global Media, Editores de Money Laundering
Alert Manual de Referencias Legales y Anlisis sobre el Lavado de Dinero en Estados Unidos de Amrica,
1999, p. 24. Los lugares en que ms se concentra el lavado de dinero no slo son conocidos por medio de las
investigaciones de diversos especialistas entre ellos los ya citados Walker y Kopp sino que, tambin,
forman parte de la mejor literatura. As, el novelista Alejo Carpentier hace decir a uno de sus personajes:
- En Las Vegas, al menos, no se conoce ese clima de espanto (se refiere al que se vive en La Habana de
Batista). Y como las ruletas seguan produciendo dinero y el dinero mal habido fomenta negocios, se segua
edificando mucho aunque las grandes obras en proyecto como la que haba visto yo eran ya del dominio
159
del Dictador y de sus amigos. Haba varios hoteles en construccin que, desde luego, naceran con sus
correspondientes ruletas.
Cfr. Carpentier, Alejo, La consagracin de la primavera, Siglo Veintiuno Editores, Mxico, 1998, p. 514.
313
La conclusin de la doctora UNGER me hace recordar la agradable novela A Most Wanted Man en la que
un banquero suizo recibe instrucciones para abrir una cuenta a nombre del seor Lipizzaner.
- El banquero se pregunta asombrado Lipizzaner?
- S, Lipizzaner
- Como los caballos?
- S, yo creo que su banco conoce a los Lipizzaner muy bien.
La cuenta estaba integrada con dinero proveniente de un delito. La raza de caballos Lipizzaner posee una
cualidad muy especial: son negros cuando nacen y se vuelven blancos con el tiempo.
Cfr. Le Carr, John, A Most Wanted Man, Scribiner, New York, 2008, pp. 24 y ss.
160
314
Unger, Brigitte, Economa Internacional, en Black pp. 78 y ss. La economista pone como ejemplo
(para diferenciar los problemas econmicos del delito previo con los del lavado) que el problema de la droga
se queda en Marruecos, mientras que el dinero que de all procede se va hacia los Pases Bajos (lugar donde
naci y vive la autora) en donde es lavado de manera elegante y puede ser reinvertido en bienes races o
negocios legales.
315
Esto lo ha reconocido recientemente la Unin Europea que, a partir de 2011, pretende conocer las
ganancias de los empresarios del narcotrfico, la prostitucin y el contrabando pues, segn el bloque,
mantener la ficcin estadstica de que su actividad productiva es igual a cero distorsiona el resto de los
indicadores econmicos. Como parte de la revisin de sus sistemas de contabilidad la UE se ha planteado
investigar as las riquezas generadas por los negocios ilcitos de un pas aun cuando esto sea embarazoso,
reconoce el bloque que asegura que sus oficinas de estadstica son muy independientes. Cfr. Seccin
Internacional del Diario Reforma, 21 de abril de 2009 (de acuerdo con la noticia la informacin fue tomada
del Diario espaol El Pas).
316
El uso del aforismo en el contexto de que el dinero que tiene una proveniencia sucia es igual, en trminos
econmicos, al que no la tiene es atribuido al emperador romano Vespasiano quien, para aumentar los
ingresos del Estado, invent aquellas pequeas construcciones pblicas que todava llevan precisamente el
nombre de vespasianas, estableciendo un impuesto a los que las usaban y una multa a los que no las usaban.
No haba eleccin. Quien lo haca fuera pagaba ms que quien lo hacia dentro. Por esta medida Tito (su hijo)
elev sus protestas. Su padre le puso debajo de la nariz un sestercio y le pregunt: huele a algo?. Tito
contest que no, Vespasiano le dijo: y sin embargo es producto de la orina. Cfr. Suetonio, Vidas de los doce
Csares, CONACULTA Ocano, Espaa, p. 344. Asimismo, en Montanelli, Indro, Historia de los Griegos.
Historia de Roma. Plaza & Jans, S.A., Editores, Barcelona, 1976, p. 538.
161
Cfr.http://www.elcolombiano.com.co/BancoConocimiento/E/entrada_y_salida_de_dolares/entrada_y_salid
a_de_dolares.asp.
318
Cfr. Rocha Garca, Ricardo, La economa colombiana tras 25 aos de narcotrfico, Siglo del Hombre
Editores y Programa de Naciones Unidas para la Fiscalizacin Internacional de las Drogas, Bogot, 2000, pp.
25 y ss.
319
Bartlett, Brent L, Los efectos negativos del lavado de dinero en el desarrollo econmico, Platypus
Magazine, 2002. Se trata del resumen de un reporte que comprende el Banco de Desarrollo de Asia, el
Proyecto nmero 5967 para la asistencia tcnica regional, titulado contra el lavado de dinero en la regin de
Asia y del Pacfico. Lamentablemente, a pesar de haberlo intentado, fue imposible acceder al reporte
completo. En el texto consultado el autor no explica el mtodo que utiliz al realizar su estudio y, en
consecuencia, arribar a sus conclusiones. As, la opinin aqu manifestada considera, necesariamente, slo
aquello a lo que tuve acceso.
162
Las
organizaciones
criminales
pueden
transformar
empresas
cabeza de esta actividad ilegal, resulta muy difcil sostener que el lavado
de dinero deteriore la economa, y
Segunda. En lo que coinciden los economistas consultados es en que el
crimen empantana el crecimiento sostenido. Sin embargo, ellos se estn
refiriendo al crimen previo al lavado. Al realizar cualquier anlisis
intelectual es necesario siempre separar los temas. As, aunque algunos
autores320 sostengan (sin ninguna duda con toda razn) que la actividad
de lavado de dinero es parte de un ciclo de las organizaciones criminales
dato de suma importancia a la hora de delimitar el tipo en estudio con
el de encubrimiento; lo cierto es que, jurdicamente hablando, se trata
de conductas llevadas a cabo, necesariamente, por personas distintas y
en momentos diferentes. Una cosa es la venta de la droga y otra el
proceso de lavar las ganancias de origen criminal. Los economistas
tambin han entendido que el delito previo y el lavado de dinero son
fenmenos separados y, por esa razn, realizan sus anlisis tomando en
cuenta tal situacin.
Al llevar a cabo la necesaria separacin de los temas podemos darnos
cuenta de que los pases que tienen alto ndice de delitos previos
violentos (como por ejemplo Mxico y Colombia) tienen, a su vez,
problemas de crecimiento econmico. Por el contrario, Estados en los
que prcticamente no se han generado
320
Zaragoza Aguado lo expres de esta manera en el curso sobre Lavado de Activos organizado por la
Procuradura General de la Repblica y la Oficina para el Control de las Drogas de las Naciones Unidas
llevado a cabo en la Ciudad de Mxico del 11 al 15 de febrero de 2007.
165
Ahora
bien,
buena
parte
de
la
doctrina
seala
que
el
orden
protegido
uno
de
naturaleza
supraindividual
que
321
322
Real Academia Espaola, Diccionario de la Lengua Espaola, Espaa, Espasa, 2001, p. 378.
Abel Souto, Miguel, El delito de blanqueo, pp. 82-83.
166
Daz-Maroto y Villarejo, Julio, El blanqueo de capitales en el derecho Espaol, Madrid, Dykinson, 1999,
p. 14.
324
Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit, pp. 82-83.
325
Gonzlez Cussac, Jos Luis/Vivs Antn, Toms, Comentarios al Cdigo penal de 1995, Valencia, Tirant
lo Blanch, 1996, p. 1463.
326
Gonzlez Rus, Juan Jos, Ob. cit, pp. 843-844.
327
Martnez-Bujn Prez, Carlos, Derecho penal econmico. Parte Especial, Valencia, Tirant lo Blanch,
1999, p. 296.
328
Muoz Conde, Francisco, Derecho Penal. Parte Especial p. 521.
167
Toma de posicin
Los autores que sostienen esta idea de que la circulacin de bienes en
el mercado es el bien jurdico del delito de operaciones lo hacen,
bsicamente, con dos argumentos: a) Que la comunidad tiene inters en
preservar la licitud de los bienes que integran el trfico financiero y
econmico legal que merece tutela jurdico-penal, y b) Que las
actividades de compra, venta e inversin tienen sentido cuando se
garantiza que son llevadas en igualdad de condiciones, con bienes que
se encuentran amparados por la ley.
329
168
menos
gravosos,
que
por
ser
menos
severos
no
333
169
336
170
En
Mxico
algunos
juzgadores
han
sostenido,
al
elaborar
sus
340
En diez de las resoluciones que integran el estudio elaborado por la SCHP se refieren a este bien jurdico.
Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, Criterios judiciales p. 18.
341
Abel Souto, Miguel, El delito de blanqueo, p. 74.
342
Cfr. Favorece la crisis el lavado de dinero en Diario Reforma, 2 de junio de 2009, Pgina Principal.
Humberto Aguilar, el analista internacional que realiz esta declaracin sabe de lo que habla pues trabaj,
como lavador de dinero, para organizaciones de narcotrfico y, por ese motivo, estuvo preso durante ocho
aos. Ahora se desempea como analista para Money Laundering una organizacin respaldada por Naciones
Unidas que lucha contra el blanqueo.
171
Toma de posicin
No estoy de acuerdo con la idea de considerar la estabilidad y solidez del
sistema financiero como un bien jurdico penal. Ello, porque esta
categora
presenta
los
mismos
problemas
que
la
de
orden
343
Diccionarios citados (en el mismo orden), pp. 408 y 930, y 729 y 1774, respectivamente.
172
posiciones
monopolsticas
travs
de
la
supresin
de
173
348
Quintero Olivares, Gonzalo, Comentarios al Nuevo Cdigo Penal, Pamplona, Arazandi, 1996, p. 707.
Foffani, Luigi, Ob. cit., pp. 64-65.
350
Rocha Garca, Ricardo, El lavado de activos. Determinantes, modalidades, estimaciones y opciones de
poltica en Coloquio Revista de la Direccin Nacional de Estupefacientes, Ao 6, Nmero 6, 1998, p. 29.
351
Gluyas Milln, Ricardo, Inteligencia Financiera, Mxico, INACIPE, 2007, p. 10.
349
174
352
175
Toma de posicin
176
El
resultado
es
muy
interesante:
9%
fue
de
acumulacin
355
Meloen, J., R Landman, Miranda, H. de J van Eekelen and S. van Soest (2003), citado por Unger, Brigitte,
El impacto del lavado de dinero en Black Fin pp. 150 y ss.
356
Gluyas Milln, Ricardo, Ob. cit, p. 10.
177
No solo parte de la doctrina jurdica ha sostenido esta idea. Para John McDowell, asesor principal de
polticas, y Gary Novis, analista de programas de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcticos y
Aplicacin del Ley del Departamento de Estado de Estados Unidos de Amrica, en Las consecuencias del
lavado de dinero y el delito financiero en Perspectivas Econmicas, Publicacin Electrnica del
Departamento de Estado de Estados Unidos de Amrica, Nmero 2, vol. 6, 2001, p. 7, la delincuencia
organizada ha utilizado (en Estados Unidos) pizzeras para encubrir ganancias procedentes del trfico de
herona. Estas compaas de fachada tienen acceso a fondos ilcitos considerables, lo que les permite
subvencionar sus artculos y servicios a niveles por debajo de los precios del mercado. Ello hace difcil, si no
imposible para los negocios legtimos competir con las compaas fachada. Los autores del artculo no
proporcionan dato alguno que permita identificar un caso concreto en que se haya llevado a cabo la prctica
que describen.
358
Fullerton, D. and M. Karayannis (1993), Tax Evasin and the Allocation of Capital NBER Working
Paper (4581), National Bureau of Economic Research, Cambridge y McDowell, J., (2001) The
Consequences of Money Laundering and Financial Crime, Economic Perspectives, Electronical Journal of
the US Department of State. Ambos citados por Unger, Brigitte, El impacto del lavado de dinero, en
Black p. 155.
178
359
179
BLANCO
CORDERO
sostiene
que
las
actividades
econmicas
Algunas legislaciones como la alemana han introducido delitos contra la libre competencia.
180
181
- Y el resto?
- Kelesidis sonre con expresin de maestro que ilumina a un alumno.
- Por eso necesito los libros de los clubes y sus cuentas bancarias. Le dir que espero encontrar all: los
equipos siempre han de tener unos beneficios legales. En algunas ocasiones, sin embargo, figurarn unos
ingresos en caja tres o cuatro veces superiores a lo habitual, que correspondern a los das en que Kustas
emita recibos falsos, hinchando artificialmente unas ganancias que en realidad correspondan a la entrada de
dinero negro. As blanqueaba el resto.
- Pero tena que pagar impuestos por l.
- Nadie ha dicho que el blanqueo de dinero tenga que salir gratis dice Kelesidis rindose. Los titulares del
dinero negro blanqueado por Kustas pagaban los impuestos correspondientes ms un porcentaje por sus
servicios
Cfr. Mrkaris, Petros, Defensa cerrada, Tusquets Editores, Espaa, 2008, pp. 282-283.
182
Captulo 4
El delito previo
4.1 El presupuesto de la conducta
El artculo 400 Bis del CPF afirma que el delito de operaciones lo comete
la persona que realice cualquiera de las siguientes conductas: adquiera,
enajene, administre, custodie, cambie, deposite, d en garanta,
invierta, transporte o transfiera, dentro del territorio nacional, de ste
hacia el extranjero a la inversa, recursos, derechos o bienes de
cualquier naturaleza, con conocimiento de que proceden o representan
el producto de una actividad ilcita.
Lo anterior quiere decir que no cualesquiera recursos, derechos o bienes
pueden ser objeto material de este delito. nicamente podrn constituir
ste aquellos que procedan o representen el producto de una actividad
ilcita. Este ilcito origen es de tal manera importante que se refleja
incluso
en
el
nombre
del
delito:
operaciones
con
recursos
de
procedencia ilcita.
El artculo 1830 del Cdigo Civil (CC) establece que Es ilcito el hecho
que es contrario a las leyes de orden pblico o a las buenas
costumbres. El concepto de ilicitud implica una contradiccin entre la
conducta del activo y la norma jurdica o las buenas costumbres. Como
puede verse claramente este concepto es extremadamente amplio ya
que existe ilicitud civil, mercantil, laboral, administrativa y, desde luego,
penal. Adems, la descripcin que hace el CC es, en mi opinin,
equvoca pues la calificacin de buenas costumbres queda al arbitrio
de la interpretacin del juzgador363.
363
Gonzlez Ruiz, Samuel Antonio, Enciclopedia Jurdica Mexicana voz licitud, Editorial PorraUniversidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2002, p. 1038.
183
en
razonamiento
contrario,
KELSEN
considera
que
es
Enciclopedia Jurdica Omeba, Tomo XIV, Editores Libreros, Buenos Aires, pp. 962 y ss.
Garca Mynez, Eduardo, Introduccin al estudio del derecho, Editorial Porra, Mxico, 2001, p. 169.
366
As, Kelsen, Hans, tanto en La teora pura del derecho, Gernika, Mxico, 1993, p. 26 como en Teora
General del Derecho y del Estado (Trad. Eduardo Garca Mynez), UNAM, Mxico, 1979, p. 35.
365
184
delictivas
solamente
pueden
realizarse
dolosa
culposamente.
Por su parte, la doctrina penal considera, mayoritariamente, que el
delito es una accin u omisin tpica, antijurdica y culpable367. Para una
minora, tambin es elemento del delito la punibilidad368.
367
Cfr., entre otros, Bustos Ramrez, Juan J. /Hormazbal Malare, Hernn, Lecciones de Derecho Penal,
Volumen II, Editorial Trotta, Madrid, 1999, p. 15; Fiandaca, Giovanni/Musco, Enzo, Derecho Penal. Parte
General, (Trad. Luis Fernando Nio), Temis, Bogot, 2006, p. 185, estos autores parten de la definicin como
un hecho humano; Von Liszt lo describe como un acto humano, culpable y contrario a derecho. Von Liszt,
Franz, Tratado de Derecho Penal, Tomo II. (Trad. Quintiliano Saldaa), Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, Mxico, 2003, p. 252; Roxn seala que toda conducta punible supone una accin tpica,
antijurdica, culpable y que cumple con otros eventuales presupuestos de punibilidad. Roxn, Claus, Derecho
Penal. Parte General (Trad. Diego Manuel Luzn Pea) Civitas, Madrid, 1997, pp. 193-195; Jescheck define
al delito como un comportamiento antijurdico amenazado con pena y determinado en sus caracteres por el
tipo de una ley penal, que el autor ha realizado de modo culpable, Jescheck, Hans Heinrich, Tratado de
Derecho Penal. Parte General (Trad. Miguel Olmedo Cardenete), Editorial Comares, Granada, 2002, p. 14.
185
de
receptacin,
el
de
blanqueo
necesita
como
368
As, Muoz Conde, Francisco, Teora General del Delito, Temis, Bogot, 2004, p. 4 y Roxn, Claus,
Derecho Penal. Parte General, p. 193.
369
Zamora Pierce, Jess, Delitos patrimoniales, Editorial Porra, Mxico, 2007, p. 3. El tratadista mexicano
denomina presupuesto de la conducta a la transmisin que, de la cosa, realiza el pasivo al activo en el delito
de abuso de confianza.
370
Abel Souto, Miguel, El delito de blanqueo, p. 213.
371
Callegari, Andr Luis, El delito de blanqueo de capitales y la ley brasilea, en Derecho penal
contemporneo, LEGIS, Bogot, octubre-diciembre 2003, p. 95.
372
Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit., p. 117.
186
4 .2 La naturaleza jurdica
Ahora bien, me parece que existe una pregunta obligada qu
naturaleza jurdica tiene este delito previo, predicado, antecedente o
base? Es decir, a qu categora dogmtica pertenece este presupuesto.
Las dos principales posturas que sostiene la doctrina sobre este tema
son: a) es un elemento normativo del tipo, y b) constituye una condicin
objetiva de punibilidad. Me ocupo a continuacin de este tema:
373
Vid, por todos, Righi, Esteban, Derecho Penal. Parte General, p. 168.
Cfr. Mir Puig, Santiago, Derecho Penal. Parte General, p. 235.
375
Reyes Echanda, Alfonso, Tipicidad, Temis, Bogot, 1989, p. 37.
374
187
376
Caldern Cerezo, ngel, Anlisis sustantivo del delito en Prevencin y represin del blanqueo de
capitales, Consejo General del Poder Judicial, Estudios de Derecho Judicial, Madrid, 2000, p. 276.
377
DAvilla, Fabio Roberto, A certeza do crime antecedente como elementar do tipo nos crimes de lavagem
de capitais, Boletim do Instituto Brasileiro de Ciencias Criminais, Ano 7, No. 79, Junho 1999, p. 4.
378
Vid, por todos, Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., p. 321.
379
Hernndez Basualto, Hctor, El delito de lavado de dinero en AA.VV. Informes en Derecho, Ministerio
Pblico, Santiago, 2005, pp. 321 y ss.
380
En el amparo en revisin 42/2000 el cuerpo colegiado sostuvo el siguiente criterio: OPERACIONES
CON RECURSOS DE PROCEDENCIA ILCITA. DELITO DE. PARA SU CONFIGURACIN SE
REQUIERE LA COMPROBACIN, ENTRE OTROS, DE UN ELEMENTO NORMATIVO. El delito de
operaciones con recursos de procedencia ilcita, previsto y sancionado por el artculo 400 Bis del Cdigo
Penal Federal, requiere para su integracin que se demuestre en autos, entre otras cuestiones que los recursos,
derechos o bienes de cualquier naturaleza, provienen efectivamente de actividades ilcitas, si se toma en
cuenta que dicha circunstancia es un elemento normativo de dicho injusto, de conformidad con lo previsto en
el penltimo prrafo del citado artculo 400 bis, el cual dispone: Para los efectos de este artculo se entiende
que son producto de una actividad ilcita, los recursos, derechos o bienes de cualquier naturaleza, cuando
existan indicios fundados o certeza de que provienen directa o indirectamente, o representan las ganancias
derivadas de la comisin de algn delito y no pueda acreditarse su legtima procedencia. Lo anterior es as si
se considera que el elemento normativo se define como aquellas situaciones o conceptos complementarios
impuestos en los tipos que requieren de una valoracin cognoscitiva, jurdica, cultural o social. De ah que en
el caso se estime el concepto aludido como un elemento normativo por definirlo as el propio tipo penal.
Novena poca. Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta,
septiembre 2000. Tesis V. 2. 35P.
188
objetiva,
por
lo
que
lesionaran
el
principio
de
adems,
RIGHI
sostiene
que
la
condicin
objetiva
de
381
189
doctrina
reconoce
dos
clases
de
condiciones
objetivas
de
punibilidad389:
a)
Propias.
Cuando
el
tipo
de
injusto
describa
una
forma
de
por
medio
de
la
condicin
objetiva,
aunque
el
388
190
390
Para todo el tema de la clasificacin de las condiciones objetivas de punibilidad Cfr. Jeschek, Hans-H.,
Tratado, pp. 601 y ss.
391
Roxn, Claus, Derecho Penal. Parte General, p. 977.
191
Toma de posicin
Una vez que he analizado brevemente (que es para los efectos que aqu
interesa) las dos categoras dogmticas elemento normativo del tipo y
condicin objetiva de punibilidad a mi juicio, el delito previo pertenece
a la primera de stas393.
Como se ha expuesto, el injusto antecedente es un presupuesto sin el
cual el delito de operaciones no puede, en forma alguna, existir. Afirmo,
con parte de la doctrina espaola citada supra, que es un elemento
objetivo del tipo y que su prueba condiciona la tipicidad se estudiar
infra la forma en que este elemento habr de probarse. No tengo duda
de
que
el
llamado
presupuesto
de
la
conducta
debe
valorarse
392
Bokelmann, Uber das Verhltnis der Bergnstigung zur Vortat en NJK, 1951, pp. 620 y sig., y
Ackermann, Geldwscherei-Money Laundering. Eine vergleichende Dartellung des Rechts und der
Erscheinungsformen in den USA und der Schweiz, Zrich, 1992, p. 239, 241 y 310, citados por Blanco
Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo de capitales, Aranzadi, Pamplona, 1997, pp. 222 y ss.
393
En el mismo sentido, Blanco Cordero afirma que, en su opinin, queda descartada la calificacin del delito
previo como condicin objetiva de punibilidad. Cfr. Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo, p. 341.
192
por
el
hecho
cierto
de
que
en
el
delito
de
394
Righi, Esteban, Derecho Penal. Parte General. Lexis-Nexis, Buenos Aires, 2008, p. 105.
193
194
lista conductas que, en comparacin con las que integran sta, sean de
igual o mayor gravedad396. Parte de los autores ha sealado que, como
la delincuencia organizada ampla cada vez ms su mbito de accin,
ser necesario hacer reformas a la legislacin para ir adecuando la lista
a la realidad criminal397. En Alemania se ha puesto en tela de juicio el
desconcertante y asistemtico catlogo de hechos previos que ha
tenido innumerables ampliaciones398.
A favor del sistema num erus clausus o modelo del catlogo como
tambin se le conoce se pronunci, en su momento, cuando se discuta
el proyecto de Cdigo Penal espaol (Cpe) de 1992, GMEZ INIESTA
quien lo estimaba adecuado porque la remisin a delito grave le
resultaba
amplia e
imprecisa399.
Asimismo,
ABEL
SOUTO
quien
396
Esta es la consideracin, por ejemplo, de Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 186.
En este sentido es la opinin de Dez Ripolls, Jos Luis, El blanqueo de capitales procedentes del trfico
de drogas. La recepcin de la legislacin internacional en el Ordenamiento penal espaol, en Actualidad
Penal, Nmero 32, 1994, p. 611 y Fabin Caparrs, Eduardo, Consideraciones de urgencia sobre la ley
orgnica 8/1992, de 23 de diciembre, de modificacin del Cdigo Penal y de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal en materia de Trfico de Drogas (especial referencia al tratamiento de actividades econmicas
ligadas al narcotrfico), en ADPCP, tomo XLVI, mayo-agosto, 1993, p. 614, quienes, ya desde entonces,
consideraban que era necesaria una delimitacin ms amplia del delito previo.
398
Abel Souto, Miguel, El delito de blanqueo, p. 228.
399
Gmez Iniesta, Diego J. Medidas internacionales contra el blanqueo de dinero y su reflejo en el Derecho
penal espaol, en Estudios de Derecho Penal Econmico (Arroyo Zapatero, Luis/Tiedemann, Klaus.
Coordinadores), Universidad Castilla-La Mancha, Cuenca, 1994, p. 156. El autor matiza su postura (aunque
sigue su lnea de pensamiento ya expuesta) cuando seala que la descripcin (de delito grave) no es
absolutamente perfecta, como sera lo deseable, por lo que junto a la misma, y con el fin de dar debido
cumplimiento al principio de determinacin, deberan haberse introducido, adems de la categora genrica de
delitos graves, determinadas clases de hechos, un catlogo no meramente ejemplificativo, suficientemente
indicativos de la gravedad, perfectamente perfilados y que particularmente presentan peligrosidad y
frecuencia, que sirvan al intrprete-aplicador de la norma de parmetros de valor y que orienten su labor
investigadora, en Gmez Iniesta, Diego, El delito de blanqueo de capitales en el Derecho ... , p. 46-47.
400
Abel Souto, Miguel, El delito de blanqueo..., p. 226.
397
196
Coincido con quienes piensan que el listado puede ser arbitrario porque
no existe un parmetro establecido para hacerlo y, entonces, puede
traer como consecuencia que queden excluidos de ste delitos que
debieron ser considerados.
401
Esta es la opinin que sostiene Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit. p. 187.
197
Toma de posicin
Aunque buena parte de la doctrina est de acuerdo con que no exista
lmite para determinar el delito previo al de operaciones: ni numerus
clausus ni determinada categora para el delito previo,403 considero que
no debe olvidarse que el tipo en estudio naci, precisamente, como una
forma
de
combatir
las
ganancias
que
genera
la
actividad
del
402
Como se puede observar, Espaa ha ido modificando su legislacin en esta materia pues, en un principio,
slo admita como crimen previo al blanqueo el narcotrfico. Posteriormente, el legislador consider, para el
tipo bsico, los delitos graves y, para el tipo agravado, el relacionado con narcotrfico. Sin embargo, la actual
legislacin prev para el tipo bsico cualquier delito como previo. En este sentido, parece que el legislador
espaol ha atendido la propuesta hecha, desde 1992, por Ruiz Vadillo en el sentido de ampliar la lista de
delitos previos. Cfr. Ruiz Vadillo, Enrique, El blanqueo de capitales en el ordenamiento jurdico espaol.
Perspectiva actual y futura en Boletn de Informacin del Ministerio de Justicia, Nmero 1641, 1992, pp.
4283 y ss.
403
En este sentido, por ejemplo, seala Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 187, que la ampliacin del
mbito del delito previo hace ms operativo el delito de blanqueo; Figueroa Velzquez, Rogelio, aunque con
poca claridad parece estar de acuerdo con no tener lmite alguno en la lista de delitos previos en Anlisis del
grado de accesoriedad en el delito de lavado de dinero cometido por miembros de la delincuencia organizada
en Revista Mexicana de Justicia, nm. 11, 2000, p. 33. Asimismo, Durrieu piensa que pueden existir delitos
que sin ser considerados graves son igual de susceptibles de generar importantes ganancias econmicas y, por
ello, considera que no debe existir lmite a los delitos precedentes. Durrieu H., Roberto, Ob. cit., p. 124.
198
importancia
vinculado
con
las
actividades
de
la
delincuencia
404
En Espaa a casi quince aos de haber entrado en vigor el artculo 301 del Cpe no como se encuentra
redactado ahora pero s en lo fundamental hay quien asevera que El trfico de drogas es la actividad
delictiva generadora principal del blanqueo. Cfr. Garca Prez, Juan Antonio, La prueba en el delito de
blanqueo de capitales. Aspectos prcticos en La Ley, No. 7177, Seccin Doctrina, mayo, 2009, p. 5 (del
acceso electrnico).
405
Garca Prieto se muestra de acuerdo conmigo cuando seala que el lavado de dinero tiene como finalidad
especfica combatir el financiamiento de las organizaciones criminales y no la evasin tributaria. As, en
Garca Prieto, Horacio, Represin del lavado de dinero y tributacin, trabajo presentado en las II jornadas
nacionales de Derecho Tributario. Ilcitos Tributarios, Universidad Austral, 2002, acceso electrnico.
406
Zaragoza Aguado, Javier, Receptacin y blanqueo de capitales, en Serrano Butragueo, Ignacio; Fontn,
Mayt y Rodrguez Ramos, Jos Luis, El nuevo Cdigo penal y su aplicacin a empresas profesionales,
Recoletos, Madrid, 1996, p. 1420. Sin embargo, el autor ha cambiado de postura pues en un curso sobre
lavado de activos llevado a cabo por la Procuradura General de la Repblica de Mxico en febrero de 2008,
se pronunci a favor de la criminalizacin del blanqueo proveniente de cualquier delito.
199
trfico
de
rganos,
corrupcin
de
menores
4 .4 La prueba
El prrafo sexto del artculo 400 Bis establece que se entender que son
producto de una actividad ilcita como ya se expuso, el legislador
identifica el concepto de actividad ilcita con el de delito, los recursos,
derechos o bienes de cualquier naturaleza cuando existan indicios
fundados o certeza de que provienen directa o indirectamente, o
representan las ganancias derivadas de la comisin de algn delito y no
pueda acreditarse su legtima procedencia. De esta manera, en el tipo
407
Lo reflexiona de esta manera Soto Nieto, Francisco, El delito de blanqueo de dinero. Esquema de las
disposiciones legales afectantes al blanqueo, en La Ley, Nmero 4015, 1996, p. 16.
200
Procedimientos
Penales.
As,
el
contenido
del
Derecho
de
realizando
una
labor
intil,
pues
stas
ya
se
encuentran
Garca Ramrez, Sergio/Adato de Ibarra, Victoria, Prontuario del Proceso Penal Mexicano, Editorial
Porra, Mxico, 1984, p. 1.
409
Coln Snchez, Guillermo, Derecho mexicano de procedimientos penales, Editorial Porra, Mxico, 1995,
p. 6.
201
Sin embargo, todo parece indicar que la opcin del legislador mexicano
no se detuvo en realizar una labor innecesaria que esto no tendra
mayor relevancia que la de haber generado una norma inelegante; sino
que, adems, puede ser que su trabajo haya sido indebido y, en mi
opinin, ha ocasionado interpretaciones judiciales violatorias de la
legislacin mexicana. Para demostrar mi aserto, empezar por llevar a
cabo una explicacin de los principios probatorios en que se sustenta el
derecho mexicano; posteriormente, analizar parte de la jurisprudencia
constitucional sobre la prueba. Asimismo, estudiar las expresiones
indicio fundado y certeza (como las maneras en que el legislador
considera que debe probarse el delito previo). Por ltimo, llevar a cabo
un ejercicio de comparacin entre las reglas probatorias establecidas en
la CPEUM, el CFPP, la jurisprudencia y la doctrina, y las que se imponen
por el CPF para el delito de operaciones.
202
of
Right s)
410
Para todo el tema de historia de la presuncin de inocencia Cfr. Zamora Pierce, Jess, Garantas y Proceso
Penal, Editorial Porra, Mxico, 2001, pp. 419 y ss.
203
internacionales
GNZALEZ
GUERRERO
que
debe
la
contienen411.
estimarse
As,
que
como
los
indica
principios
204
proceso;
entonces,
al
incluirse
ste
en
el
artculo
14
constituyente
decidi
reconocerlo
expresamente.
Aunque
es
205
B,
fraccin I, impone:
I. A que se presuma su inocencia mientras no se declare su
responsabilidad mediante sentencia emitida por el juez de la causa.
decir,
por
prueba
de
presunciones416.
Asimismo,
el
Tribunal
416
417
206
418
Garca Ramrez, Sergio, La reforma penal constitucional (2007-2008). Editorial Porra, Mxico, 2008, p.
131.
419
Zamora Pierce, Jess, Garantas y Proceso p. 431.
207
208
420
Crdoba Roda, Juan, Abogaca, secreto profesional y blanqueo de capitales, Marcial Pons, MadridBarcelona, 2006, p. 85.
421
Cfr. Zamora Pierce, Jess, Garantas y Proceso, pp. 432 y ss.
209
Aguilar Lpez, Miguel ngel, El delito de operaciones con recursos de procedencia ilcita, previsto y
sancionado por el artculo 400 Bis del Cdigo Penal Federal, no viola el principio de presuncin de
inocencia en Tepantlato, poca 7, Nmero 29, marzo de 2006, p. 53.
423
Beccaria, Tratado de los delitos y de las penas, Editorial Porra, Mxico, 2006, p. 10.
210
El primer requisito para que una ley pueda considerarse vlida es que
sta sea previa a los hechos que pretende sancionar. De esta manera,
queda prohibido que las leyes que castigan nuevos delitos o agravan su
punicin se apliquen a hechos ocurridos con anterioridad. Eso es el
principio de irretroactividad.
El segundo requisito es que la ley sea escrita. As, el derecho penal es
exclusivamente positivo. Con ello, se excluye la posibilidad de que
mediante la costumbre o los principios generales no escritos se
establezcan los delitos y las penas.
El tercer requisito es que la ley sea estricta. Con ste se impone un
cierto grado de precisin de la ley penal para que realmente cumpla con
su funcin de establecer cules son las conductas punibles424.
Ahora bien, los penalistas modernos se han esforzado por construir un
equivalente armnico del antiguo apotegma nullum crim en, nulla poena
sine lege al que han decidido designar con el nombre de: tipicidad y que
hace referencia al modo o la forma que la fundamentacin poltica y
tcnica del derecho punitivo ha creado para poner de relieve que es
imprescindible que la antijuricidad est determinada y sistematizada de
una manera previa e inequvoca425. As, la tipicidad es el fundamento del
hecho punible.
424
Cfr. Para todo el tema del principio de legalidad consultar: Muoz Conde, Francisco/Garca Arn,
Mercedes, Derecho Penal. Parte General, Tirant lo Blanch, Valencia, 2004, pp. 99 y ss., y Mir Puig,
Santiago, Derecho Penal. Parte General, Reppertor, Barcelona, 1998, pp. 74 y ss.
425
Jimnez Huerta, Mariano, Derecho Penal Mexicano, Editorial Porra, Mxico, 2003, Tomo I, pp. 17 y ss.
211
426
Jimnez de Asa, Luis, Teora del Delito, Iure editores, Mxico, 2006, pp. 141 y ss.
Mir Puig, Santiago, Funcin de la pena y teora del delito en el Estado social y democrtico del derecho,
Bosch, Barcelona, 1982, p. 58.
427
212
a4 )
La
const it uciona l
sobr e
los
pr incipios
428
Novena poca. Instancia: Primera Sala, Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta, octubre de 2005,
Jurisprudencia 1a. /J. 117/2005.
213
en
la
ley430.
Asimismo,
en
el
tema
del
derecho
214
debe
acudirse
al
aducido
principio
de
tipicidad,
Novena poca, Pleno, de la Suprema Corte de Justicia de la Nacin, Semanario Judicial de la Federacin y
su Gaceta, agosto de 2006, Jurisprudencia P. /J. 100/2006.
215
432
216
concreta
determinada
la
cual
est
vinculado
437
Pabn Gmez, Germn, Lgica del indicio en materia criminal, Temis, Bogot, 1995, pp. 162-163.
Delgado Garca, Joaqun, Prueba de indicios en La prueba en el proceso penal II (Joaqun Delgado
Garca, Coordinador) Cuadernos de Derecho Judicial, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 1996, p.
378.
439
Seala Florian que los criterios de la experiencia pueden aplicarse al caso concreto pero son
independientes de ste. Cfr. Florian, Eugenio, De las pruebas penales. Tomo I, Temis, Bogot, 2002, p. 21.
438
217
Zaragoza Aguado, Javier Alberto, Aspectos probatorios y tcnicas de investigacin en los procesos por
lavado de dinero. Medidas preventivas y cautelares. Recomendaciones Internacionales en Combate del
lavado de activos desde el sistema judicial, Organizacin de los Estados Americanos-Comisin
Interamericana para el Control del Abuso de Drogas-Banco Interamericano de Desarrollo, Washington, D.C.,
2006, p. 222 y, tambin, en Anlisis sustantivo del delito. Cuestiones de inters sobre el delito de blanqueo
de bienes de origen criminal: La prueba indiciaria. La comisin culposa. Nuevas orientaciones en el derecho
comparado en Prevencin y represin del blanqueo de capitales, Consejo General del Poder Judicial,
Madrid, 2000, p. 293. En similar sentido a Zaragoza Aguado opina Montaez Pardo cuando seala que es
posible aceptar la prueba indiciaria siempre que sta cumpla con los siguientes requisitos: a) Los indicios
deben estar plenamente seguros. As, no valen las meras conjeturas o sospechas; b) Debe haber concurrencia
de indicios. Es necesario que exista una pluralidad de indicios, pues un hecho nico o aislado impide
fundamentar la conviccin judicial con base en la prueba indiciaria, y c) Deben existir razones deductivas.
Entre los indicios probados y los hechos que se interfieren de estos debe existir un enlace, preciso, directo,
coherente, lgico y racional segn las reglas del criterio humano. As, en Montaez Pardo, Miguel, La
presuncin de inocencia, Aranzadi, Pamplona, 1999, p. 106.
441
Zaragoza Aguado, Javier, Aspectos, p. 222.
218
442
Del Olmo Glvez, Juan, El blanqueo desde la perspectiva del juez instructor en Prevencin y represin
del blanqueo de capitales, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 2000, p. 229.
443
En varias resoluciones: 15 de abril de 1998, 28 de diciembre de 1999, 10 de enero de 2000, 18 de
diciembre de 2001, 10 de febrero de 2003, 24 de febrero, 29 de junio y 18 de octubre de 2005, 6 de abril de
2006, 26 de enero de 2007 y 25 de enero de 2008, entre otras.
219
444
Cfr. Garca Prez, Juan Antonio, Ob. cit., p. 15 (del acceso electrnico).
220
todo aquello que se ofrezca como tal, siempre que pueda ser
conducente, y no vaya contra el derecho, a juicio del juez o tribunal.
Cuando la
221
en
las
que
los
involucrados,
normalmente,
dejan
Hernndez Basualto, Hctor, El delito de lavado de dinero en AA.VV. Informes en Derecho, Ministerio
Pblico, Santiago, 2005, pp. 321 y ss.
446
Seala Castaeda Iturbide, en el campo de la ficcin, que Sherlock Holmes se ajustaba perfectamente a la
metodologa de la investigacin cientfica, cuya secuencia describe paso a paso mediante la gradual
concatenacin de los indicios observados, las hiptesis formuladas a partir de stos y la realidad concreta de
los hechos. La utilizacin tan adecuada de la prueba indiciaria en la resolucin de los casos del famoso
detective del 221-b de Old Baker Street, no es producto de la casualidad; pues, el personaje est inspirado en
el doctor Joseph Bell (un mdico con una asombrosa capacidad para el diagnstico). Arthur Conan Doyle
(tambin mdico de profesin y discpulo del doctor Bell) agradeci a su maestro la inspiracin del personaje
en una carta fechada en mayo de 1892, con las siguientes palabras: Soy totalmente conciente de que le debo
Sherlock Holmes a usted algunos efectos que le he visto producir en la seccin de pacientes no ingresados.
Efectos que giran alrededor de la deduccin, la inferencia y la observacin tal como le he visto practicarlas.
Moreno Gonzlez, Rafael, Sherlock Holmes y la investigacin criminalstica, Instituto Nacional de Ciencias
Penales, Mxico, 2008, pp. 13 y ss.
222
b2) Certeza
La Real Academia Espaola da a la voz certeza la acepcin de firme
adhesin de la mente a algo conocible448. En tanto que entre las
definiciones que otorga Mara Moliner a la palabra estn: (1) el
conocimiento cierto de una cosa; (2) Manera de saber o de afirmar una
cosa cuando no se tiene ninguna duda sobre ella449.
447
223
450
Rubianes, Carlos J., Manual de Derecho Procesal Penal, Tomo I, Depalma, Buenos Aires, 1981, p. 80.
As lo considera Daz de Len, Marco Antonio, Tratado sobre la pruebas penales, Editorial Porra,
Mxico, 1982, p. 117.
451
224
225
Al tema de la interpretacin judicial se dedicar, con gran amplitud, el siguiente epgrafe de este captulo.
En cuanto a la interpretacin doctrinaria debe sealarse que hay quien sostiene (desde mi punto de vista de
manera equivocada) que basta con que se presuma que los recursos proceden de la actividad ilcita para que
pueda configurarse el delito de operaciones. Cfr. Nader Kuri, Jorge, Ob. cit., p. 3 (del acceso electrnico).
226
453
Como es sabido, el trmino jurisprudencia proviene del latn iuris prudentia que significa prudencia del
derecho o de lo justo. La mayora de los estudiosos del tema, ubican el origen de sta en su sentido de
ciencia o teora del derecho como una institucin jurdica que tuvo antecedentes en la tradicin romanogermnica (en la poca posterior a las XII Tablas) por el control de la disciplina e interpretacin jurdicas que
asumi el Colegio Sacerdotal; para, posteriormente, elaborar formularios que servan a la realizacin de
negocios y litigios. Sin embargo, debe sealarse que, a pesar de la influencia que ha ejercido el derecho
romano en nuestras instituciones jurdicas, el derecho jurisprudencial mexicano (que tiene un sentido
procesal, como conjunto de sentencias uniformes de los tribunales) est basado en el derecho ingls. Vid,
entre otros, Ruiz Torres, Humberto, Curso General de Amparo, Oxford University Press, Mxico, 2007, p.
823; Von Ihering, Rudolf, El espritu del derecho romano, Oxford University Press, Mxico, 2001, p. 92 y
Magalln Ibarra, Jorge Mario, La senda de la jurisprudencia romana, UNAM, Mxico, 2000, p. 98.
En efecto, la jurisprudencia nacional ha tomado elementos muy importantes de los modelos jurdicos ingls y
norteamericano. Se atribuye a Enrique II la fundacin del sistema jurdico ingls. Entre los pilares ms
importantes de ste destac el hecho de que los magistrados podan fundar sus resoluciones en las costumbres
que la sociedad aceptaba. As, se fue positivizando la costumbre y adquiri el nombre legal de precedents
(precedentes), stos fueron considerados referencia para juzgar futuros casos anlogos. En el siglo XVIII
adquirieron fuerza obligatoria de acuerdo con la doctrine of binding precedent (doctrina de los precedentes
obligatorios) o del stare decisis (mantn las decisiones y no las modifiques). Esta nueva manera de concebir
el derecho fue instaurada en las 13 colonias inglesas (hoy los Estados Unidos de Amrica).
Tradicionalmente el derecho mexicano haba dado gran importancia al derecho escrito, codificado. En
cambio, para el derecho norteamericano siempre han sido de la mayor importancia las sentencias. Sin
embargo, durante la segunda mitad del siglo XIX oper un cambio en Mxico pues nuestro pas sigui el
principio de jurisprudencia obligatoria. Cfr. Cabrera Acevedo, Lucio, La jurisprudencia en la Suprema Corte
de Justicia y el Pensamiento Jurdico, Suprema Corte de Justicia de la Nacin, Mxico, 1985, p. 225.
227
FONSECA
que
el
surgimiento
del
juicio
de
amparo
fue
454
De acuerdo con el estudio realizado por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretara de Hacienda
y Crdito Pblico, que analiza 50 resoluciones judiciales que incluyen sentencias, autos de sujecin a
proceso y autos de libertad por falta de elementos para procesar por el delito de operaciones- en 25
determinaciones judiciales, los juzgadores adoptaron el criterio de esta tesis. As, razonaron que si existen
indicios fundados sobre el origen ilcito de los recursos si no se comprueba la legtima procedencia de los
mismos por el inculpado, ello basta para tener por satisfecho el requisito necesario para condenar al acusado
por este injusto. Adems, siempre invocando la tesis, sealan que el delito en estudio es un tipo autnomo no
subordinado a otro delito que pueda considerarse como requisito para su integracin. Cfr. Unidad de
Inteligencia Financiera Criterios judiciales en materia de operaciones con recursos de procedencia ilcita,
Secretaria de Hacienda y Crdito Pblico, Mxico, 2006, pp. 45-46.
455
Acosta Romero, Miguel/Prez Fonseca, Alfonso, Derecho jurisprudencial mexicano, Editorial Porra,
Mxico, 2002, pp. 19 y ss.
456
Ruiz Torres, Humberto Enrique, Curso General de Amparo, p. 831.
228
aunque
formalmente
no
es
una
norma
jurdica,
lo
es
457
De acuerdo con los siguientes preceptos legales, la jurisprudencia tiene el carcter de obligatoria:
Artculo 94, sptimo prrafo, de la Constitucin Federal.
La ley fijar los trminos en que sea obligatoria la jurisprudencia de los Tribunales del Poder Judicial de la
Federacin sobre interpretacin de la Constitucin, leyes y reglamentos federales y locales y tratados
internacionales celebrados por el Estado Mexicano, as como los requisitos para su interrupcin y
modificacin.
Artculo 192, primer prrafo, de la Ley de Amparo.
La jurisprudencia que establezca la Suprema Corte de Justicia de la Nacin, funcionando en Pleno o en
Salas, es obligatoria para stas en tratndose de la que decrete el Pleno, y adems para los Tribunales
Unitarios y Colegiados de Circuito, los juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del orden
comn de los Estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo locales y federales.
Artculo 193 de la Ley de Amparo.
La jurisprudencia que establezca cada uno de los Tribunales Colegiados de Circuito es obligatoria para los
tribunales unitarios, los juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del fuero comn de los
Estados y del Distrito Federal y los tribunales administrativos y del trabajo locales y federales.
Las resoluciones de los Tribunales Colegiados de Circuito constituyen jurisprudencia siempre que lo resuelto
en ellas se sustente en cinco sentencias no interrumpidas por otra en contrario, y que hayan sido aprobadas por
unanimidad de votos de los magistrados que integran cada tribunal colegiado.
458
Suprema Corte de Justicia de la Nacin, Manual del Juicio de Amparo, Editorial Themis, Mxico, 2003, p.
175.
229
mismo
sentido
no
interrumpidas
por
otra
en
contrario
(el
459
Buena parte de los estudiosos del tema sealan que no es posible este tipo de jurisprudencia porque sera
tanto como que los juzgadores asumieran el papel de legisladores.
460
Cfr. Acosta Romero, Miguel y Prez Fonseca, Alfonso, Ob. cit., pp. 71 y ss.
230
192, segundo prrafo, y (2) para los TCC artculo 193, segundo prrafo,
ambos de la Ley de Amparo).
b) El sistema de contradiccin. Se establece cuando las Salas de la
Suprema Corte o los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis
contradictorias en los juicios de amparo de su competencia (el
procedimiento se encuentra previsto (1) para las Salas de la SCJN en el
artculo 197, y (2) para los Tribunales Colegiados de Circuito en el
artculo 197-A, ambos de la Ley de Amparo).
El artculo 94, prrafo octavo de la CPEUM prev que corresponder a la
ley fijar los trminos en que sea obligatoria la jurisprudencia461.
Asimismo, el artculo 192 de la Ley de Amparo (LA) seala a los rganos
obligados a acatar la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia,
funcionando en Pleno o en Salas462 y el artculo 193 de la propia LA
determina a los responsables de acatar la jurisprudencia emitida por los
Tribunales Colegiados de Circuito463.
Como puede observarse, la facultad de establecer jurisprudencia
corresponde, exclusivamente, a los rganos colegiados del Poder Judicial
de la Federacin. Adems, sta no puede ser obligatoria ni para los
rganos superiores ni para los que tengan la misma jerarqua.
461
Artculo 94, prrafo octavo de la CPEUM. La ley fijar los trminos en que sea obligatoria la
jurisprudencia que establezcan los Tribunales del Poder Judicial de la Federacin sobre la interpretacin de la
Constitucin, leyes y reglamentos federales o locales y tratados internacionales celebrados por el Estado
Mexicano, as como los requisitos para su interrupcin y modificacin.
462
Artculo 192 LA. La jurisprudencia que establezca la Suprema Corte de Justicia, funcionando en Pleno o
en Salas, es obligatoria para stas en tratndose de que la decrete el Pleno y adems para los Tribunales
Unitarios y Colegiados de Circuito, los juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del orden
comn de los Estados y del Distrito Federal, y tribunales administrativos y del trabajo locales y federales.
.
463
Artculo 193 LA. La jurisprudencia que establezcan cada uno de los Tribunales Colegiados de Circuito es
obligatoria para los tribunales unitarios, los juzgados de Distrito, los tribunales militares y judiciales del fuero
comn y de los Estados y del Distrito Federal, y los tribunales administrativos y del trabajo, locales o
federales.
231
gran
relevancia
pues
es
utilizada
constantemente
por
los
CON
RECURSOS
DE
PROCEDENCIA
ILCITA.
232
que, en el hotel donde se hospedaba, tena una maleta con casi doscientos mil dlares que pretenda sacar del
pas por medio de dos personas que se encontraban hospedadas en otro hotel y a quienes el declarante haba
llevado un televisor para que acomodaran parte del dinero. Por ltimo seal el declarante que l presuma
que el numerario provena de actos ilcitos.
El quejoso (otro coacusado) seal que conoci a una persona porque se la present, pues viaj a Colombia
para revisar el proyecto de una clnica. Acept trasladar dlares estadounidenses de Mxico a Colombia
dentro de un televisor. Repiti la operacin de traslado de dinero en efectivo oculto en un televisor en tres
ocasiones, mismas por las que recibi el pago de una cantidad. Fue detenido, con dlares ocultos en su
maleta, el 8 de julio de 1998, mientras se trasladaba al aeropuerto internacional de la Ciudad de Mxico.
Otra coacusada seal que en febrero de 1998 lleg a la Ciudad de Mxico con su compaero sentimental. Se
hospedaron en un hotel y, en junio de ese ao, ste lleg a la habitacin con una maleta que contena dlares
americanos y le solicit que los envolvieran en papel carbn para esconderlos en un televisor que l mismo
haba comprado. Como en el televisor no cupo todo el dinero que haba en la maleta, l sali del hotel rumbo
al aeropuerto y ella se fue a ver a sus amigas que se encontraban en otro hotel quienes la acompaaron a
comprar otro televisor. Cuando regres al hotel en que se encontraba se dio cuenta de que algo andaba mal
porque haba muchos policas. As, tom la decisin de abandonar el sitio. Sin embargo, fue detenida por
agentes judiciales. Agreg que en varias ocasiones transport dinero oculto (tanto en maletines como en
televisores) de Mxico a Colombia, y que reciba un uno punto cinco por ciento del dinero que lograba
transportar. Por ltimo seal que supone que esos dlares provienen de actividades relacionadas con el
narcotrfico.
Otra coacusada declar que, en junio de 1998, en una discoteca de Cali, Colombia, se encontr con una amiga
quien le propuso ganarse un dinero viajando a Mxico para transportar dinero oculto en un televisor. Su
amiga le ofreci el uno por ciento del dinero que lograra transportar. La declarante, a su vez, invit a una
amiga para que realizaran el transporte. Llegaron a Mxico en julio y fueron recibidas por un hombre quien
las llev a hospedarse a un hotel. En la habitacin del mismo apareci una televisin que, la declarante
supone, fue llevada all por el individuo que las recibi. Llenaron el aparato con dlares en efectivo. Salieron
del hotel con la finalidad de dejar las maletas que haban vaciado de dlares debajo de un rbol. Fueron
detenidas al regresar. Agreg que supone que los dlares provienen de actividades relacionadas con el
narcotrfico. Antes de su detencin haba transportado una vez dlares en efectivo ocultos en un televisor.
Otra coacusada expuso que viaj procedente de Cali, Colombia, a la Ciudad de Mxico en compaa de una
amiga porque quera pasear y llevarle a su hijo un televisor de regalo. La declarante haba acordado con su
amiga que sta le pagara el hospedaje. Su amiga tena una maleta de color azul que contena dlares
estadounidenses, mismos que colocaron en un maletn de color negro que sta le pidi transportar. Agreg
que fueron detenidas.
233
noventa
nueve
mil
ciento
nueve
dlares
estadounidenses.
Entre las conclusiones del Segundo Tribunal Colegiado en Materia Penal
del Primer Circuito destacan:
1. ... unas personas dolosa y conjuntamente, custodiaron casi medio milln de dlares
americanos, los que en razn de las circunstancias en que se encontraron
(cuidadosamente confeccionados en fajillas envueltos en papel carbn, unos adheridos
a los cinescopios de dos televisores y otros en el forro de dos maletines) se colige
fu nda da m e n t e que pr oce da n de a ct ivida de s ilcit a s y qu e e llo e r a de l
con ocim ie n t o de los a ct ivos pu e s, sin h a be r de m ost r a do la lcit a pr oce de n cia
de
los
m ism os,
lo
cu st odia r on
pr ocu r a r on
su
ocu lt a m ie n t o
conducta
234
2. Debe hacerse notar que en criterio de este cuerpo colegiado, de conformidad con
lo establecido en los prrafos primero y sexto del artculo 400 Bis del cdigo represivo
federal, pa r a qu e se a cr e dit e la cor por e ida d de l de lit o de ope r a cione s con
r e cu r sos de pr oce de n cia ilcit a , n o e s im pr e scindible qu e se com pr u e be ot r o
diverso; ello, en razn de que conforme a lo establecido en el prrafo sexto del
mencionado precepto legal, si como en el caso no se demuestra la lcita procedencia de
los recursos y a ello se concatena con indicios fundados de su dudosa procedencia, la
cantidad de dlares americanos encontrados y la forma de cmo se haban
confeccionado para su transportacin, entonces, de ah se infiere fundadamente la
ilicitud de su origen.
3. El prrafo sexto del transcrito precepto 400 Bis del catlogo federal de delitos,
r e vie r t e la ca r ga de la pr u e ba a l a cusa do quien deber demostrar la legtima
procedencia de los recursos cuando existen indicios fundados de que los mismos
provienen de la comisin de algn delito, lo que en la especie acontece pues, como ya
se ha precisado, a otra conclusin no puede arribarse si la cantidad de dlares
americanos que se les encontr es cuantiosa.
4. As, debe subrayarse que el precepto 400 Bis, primer y sexto prrafos del
catlogo federal de delitos, no exige para el acreditamiento del cuerpo del delito de
que se trata, la comprobacin de uno diverso pues, de ser as, la intencin del
legislador de reprimir tales conductas se anulara ante la necesidad de demostrar plena
y fehacientemente el ilcito que dio origen a los recursos.
466
Al realizar su razonamiento el Segundo Tribunal concluye que es aplicable la jurisprudencia emitida por la
actual primera sala de nuestro Mximo Tribunal PRUEBA INDICIARIA CMO OPERA LA, EN
MATERIA PENAL.- En materia penal, el indicio atae al mundo de lo fctico, porque es un hecho acreditado
que sirve de prueba, ya no para probar, sino para presumir la existencia de otro hecho desconocido; es decir,
existen sucesos que no se pueden demostrar de manera directa por conducto de los medios de prueba
regulares como la , sino slo a travs del esfuerzo de razonar silogsticamente, que parte de datos aislados,
que se enlazan entre s, con la mente para llegar a una conclusin.
Novena poca, Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nacin, Semanario Judicial de la
Federacin y su Gaceta, Jurisprudencia 1 /J. 23/97.
235
General
de
la
Repblica;
los
propios
tribunales;
los
467
En trminos generales el asunto resuelto fue el siguiente: Un hombre (originario de Colombia) que viajaba
de la Ciudad de Mxico a Medelln, Colombia, fue detenido en el aeropuerto porque, al pasar su maleta por la
revisin ordinaria de la mquina de rayos X, se encontr que llevaba en sta varios paquetes; al abrirlos, en
una caja que contena una parrilla elctrica, haba escondidos casi doscientos mil dlares estadounidenses.
236
econmicos.
4. Dicho en otras palabras, para que la tenencia injustificada del numerario sea
penada en trminos del referido artculo 400 bis, prrafo primero y sexto del Cdigo
Penal Federal, se r e qu ie r e a cr e dit a r for zosa m e n t e su vin cu la cin con la
com isin de u n de lit o, cu a lqu ie r a que se a la na t u r a le za de st e ; y, conforme a
la redaccin del prrafo sexto en comento, no puede caerse en suposiciones o
En la primera declaracin que rindi el dueo de la maleta dijo que su padrastro le pidi que llevara una serie
de regalos a unos amigos y familiares de Colombia. As, el declarante seal que desconoca que, en su
maleta, estaba el dinero. En una segunda declaracin, el inculpado agreg que ni l ni su padrastro tenan nada
que ver con los dlares encontrados.
237
r e cu r sos de
pr oce de n cia
ilcit a
con st it uye
un
de lit o de
na t u r a le za
468
238
239
anlisis especfico de cada uno de los asuntos, y no de las interpretaciones que de las
disposiciones legales realizaran ambos tribunales.
469
240
la
legislacin
mexicana,
puede
ser
considerada,
en
demostrar
la
legtima
procedencia.
Me
encuentro
en
470
241
471
Del Olmo Glvez, Juan, El blanqueo desde la perspectiva del juez instructor en Prevencin y represin
del blanqueo de capitales, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 2000, p. 229.
242
fueron
hechas
para
sobrevivir
los
tiempos
extraordinarios.
b) La mxima autoridad judicial seal en su resolucin que: el artculo
que se comenta (400 Bis del Cdigo Penal Federal), nicamente alude a
que los recursos provengan de actividad ilcita, concepto ms amplio
que el de actividad delictuosa. La aseveracin es errnea. Es cierto en
que el primer prrafo de la disposicin legal se alude a actividad ilcita.
Sin embargo, en el sexto prrafo del propio ordenamiento circunscribe
sta a delito. Esta interpretacin demuestra que la tcnica legislativa
empleada sealar en el primer prrafo actividad ilcita no parece la
ms adecuada.
472
El juez Anthony M. Kennedy hizo esta aseveracin cuando emiti su voto en el caso en que la resolucin
de la Suprema Corte de Estados Unidos de Amrica decidi que los acusados de sospecha de terrorismo que
se encuentran detenidos en la prisin de Guantnamo pueden presentar una apelacin en la Corte Civil. En
The New York Times, junio 13 de 2008.
244
473
245
474
DAvilla, Fabio Roberto, A Certeza do crime Antecedente como Elementar do Tipo nos Crimes de
Lavagem de Capitais, Boletim do Instituto Brasileiro de Ciencias Criminais, ao 7, No. 79, junho, 1999, p.
4.
475
DAlbora, Francisco, La Ley de Lavado de Dinero encogida por mal uso, en Suplemento de
Jurisprudencia Penal, Buenos Aires, 2000, p. 38.
476
Callegari, Andr Luis, El delito de blanqueo de capitales y la ley brasilea en Derecho Penal
Contemporneo, Legis, Octubre-Diciembre, Bogot, 2003, p. 96.
477
Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 200.
246
478
Caldern Cerezo, ngel, Anlisis sustantivo del delito: Prevencin y represin del blanqueo de capitales
en Prevencin y represin del blanqueo de capitales, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 2000, p.
278.
479
Zaragoza Aguado, Javier, Anlisis sustantivo del delito. Cuestiones de inters pp. 296-297.
480
Barral, Jorge E., Ob. cit., pp. 183-184.
247
para
este
autor
no
es
indispensable
una
sentencia
481
Durrieu, Roberto, El Lavado de Dinero en la Argentina, Lexis-Nexis, Buenos Aires, 2006, pp. 133-134.
Politoff, Sergio, El lavado de dinero en Lavado de dinero y trfico ilcito de estupefacientes (Sergio
Politoff/Jean Pierre Matus. Coordinadores), ConoSur, Santiago, 1999, pp. 71 y ss.
483
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo, p. 253.
484
Souto, Miguel Abel, Ob. cit., p. 254.
485
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., p. 324.
482
248
directa
indirectamente
representan
las
ganancias
486
249
487
De la Serna Perdomo, Juan Pablo y Sotomayor Romano, Karla (Coordinadores), Criterios y anlisis en
materia de lavado de dinero. Compendio Legislativo, Procuradura General de la Repblica, Mxico, 2000, p.
48.
488
Idem, p. 48.
489
Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 197.
250
Caldern Cerezo, ngel, Ob. cit., p. 278. En opinin contraria a este autor, Arnguez Snchez considera
que el legislador espaol dej fuera los actos preparatorios de un delito previo como objeto material del
blanqueo. El autor basa su argumento en que de acuerdo con el artculo 301.1 (que agrava la pena para los
actos de blanqueo sobre bienes procedentes del narcotrfico y del trfico de precursores) del Cdigo Penal
espaol, remite a los artculos 368 a 372 y, entonces, deja fuera al artculo que castiga, precisamente, los actos
preparatorios que es el 372. Cfr. Arnguez Snchez, Ob. cit., p. 197.
491
Vid, entre otros, Figueroa Velzquez, Rogelio, tanto en El delito de lavado de dinero en el derecho penal
mexicano, Editorial Porra, Mxico, 2001, p. 209 como en el artculo Anlisis del grado de accesoriedad en
el delito de lavado de dinero cometido por miembros de la delincuencia organizada, en Revista Mexicana de
Justicia, Nmero 11, Mxico, 2000, y Hernndez de la Guardia, Diana, Delito de lavado de dinero y derecho
comparado, Centro de Investigaciones Jurdicas de Cuba, p. 10.
492
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., pp. 338-339.
493
Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit., pp. 132 y ss.
494
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo, pp. 243-244.
251
495
252
de
los
delitos
previstos
en
esa
especial
legislacin
sea
253
4 .9 La relacin de accesoriedad
La doctrina tambin se ha cuestionado cul debe ser la relacin de
accesoriedad del delito previo con el delito de operaciones/blanqueo.
Una parte importante de los estudiosos espaoles (a continuacin se
vern las ideas de MUOZ CONDE, ABEL SOUTO, DEL CARPIO
DELGADO, entre otros)502 sostiene que esta relacin es limitada. Para
defender su aserto, se acude a la interpretacin del artculo 300 del Cpe
que seala: Las disposiciones de este artculo se aplicarn aun cuando
el autor o el cmplice del hecho de que provengan los efectos
aprovechados fuera irresponsable o estuviera personalmente exento de
pena. As, se seala que el delito previo al artculo 301 debe ser
interpretado como un hecho tpicamente antijurdico, pero no es
necesario que sea culpable503. En este sentido, MUOZ CONDE
501
Alvarado Martnez, Israel, Anlisis de la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, Editorial
Porra-Instituto Nacional de Ciencias Penales, Mxico, 2004, p. 66.
502
Esta opinin es compartida por buena parte de la doctrina chilena. As, la mayora considera que para
sancionar a los partcipes de un delito no es necesario que el autor del mismo haya obrado culpablemente sino
slo que haya incurrido en una conducta tpica y antijurdica, es evidente que el castigo del partcipe no
requiere la condena del autor. As, la doctrina se adhiere al criterio de la accesoriedad limitada o media. Vid,
entre otros, Garrido Montt, Mario, Etapas en la ejecucin del delito. Autora y Participacin, Editorial
Jurdica de Chile, Santiago, 1984, p. 401; Curry, Enrique, Derecho Penal. Tomo II, Editorial Jurdica de
Chile, Santiago, 1985, pp. 238 y ss., y Politoff, Sergio/Matus, Jean Pierre/Ramrez, Mara Cecilia, Lecciones
de Derecho Penal Chileno, Parte General, Editorial Jurdica de Chile, Santiago, 2004, pp. 418 y ss.
503
Arnguez Snchez, Carlos, El delito de..., p. 198. El autor se manifiesta contra la idea de que se hable de
principio de accesoriedad limitada porque con el artculo 300 el legislador ha querido regular la relacin
existente entre delito previo y blanqueo; pero no, los principios que rigen la participacin del delito.
254
previo.
Basta
con
que
la
conducta
previa
sea
tpica
504
255
256
como
lo
hace
FIGUEROA
VELZQUEZ513,
realizar
un
512
He expresado ampliamente mi opinin acerca de la obligacin constitucional de probar todos y cada uno
de los elementos del tipo. As, me parece absolutamente infundada la posicin de Figueroa Velzquez.
513
En todo el trabajo realizado por Figueroa Velzquez se encuentran mltiples anlisis de la situacin del
delito en Mxico con base en normas que no existen en nuestro pas. Cfr. Figueroa Velzquez, Rogelio, El
delito de lavado de dinero en el derecho penal mexicano, Editorial Porra, Mxico, 2001.
257
258
del
delincuente,
las
consecuencias
indirectas,
la
518
Sanz Hermida, gata Ma., Extraterritorialidad de la ley penal y jurisdiccin en Derecho penal:
Implicaciones internacionales (Daz-Santos/Snchez Lpez. Coordinadores), Colex, Madrid, 1999, pp. 125
yss.
519
Luzn Pea, Diego-Manuel, Curso de Derecho Penal. Parte General, pp. 202 y ss.
520
Jescheck, Hans-Heinrich, Tratado de Derecho Penal, p. 177.
521
Bueno Ars, Francisco/De Miguel Zaragoza, Juan, Manual de Derecho Penal Internacional, Publicaciones
de la Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2003, p. 40.
259
con
los
bienes
jurdicos
atacados
existe
prcticamente
En
segundo
lugar,
este
principio
se
encuentra
establecer
Seguimiento,
Provenientes
de
la
Embargo
Comisin
de
Decomiso
Delitos
de
establece
las
Ganancias
principios
de
522
Cfr. Jan Vallejo, Manuel, Aplicacin extraterritorial del derecho penal: jurisdiccin universal?, Fabin
J. Di Plcido Editor, Argentina, 2007, pp. 19-20. El principio universal es muy discutido. Sin embargo, no es
tarea de esta investigacin abordar, con la profundidad que se requiere, este tema; baste decir que, dada su
excepcionalidad, ha de ser interpretado en forma particularmente restrictiva.
523
Rebollo Vargas, Rafael, El delito de trfico ilegal de personas y la (in) competencia de la jurisdiccin
espaola en aguas territoriales en Revista electrnica de ciencias penales, (Internet 11-09), p. 18.
260
524
Artculos 7, 8 y 9.
Recomendaciones 35 a 40.
526
Artculo 2. Se aplicar (el CPF), asimismo:
I. Por los delitos que se inicien, preparen o cometan en el extranjero, cuando produzcan o se pretenda que
tengan efectos en el territorio de la Repblica, y
II. Por los delitos cometidos en los consulados mexicanos o en contra de su personal, cuando no hubieren sido
juzgados en el pas en que se cometieron.
Artculo 3. Los delitos continuos cometidos en el extranjero, que se sigan cometiendo en la Repblica, se
perseguirn con arreglo a las leyes de sta, sean mexicanos o extranjeros los delincuentes.
La misma regla se aplicar en el caso de los delitos continuados.
Artculo 4. Los delitos cometidos en territorio extranjero por un mexicano contra mexicanos o contra
extranjeros, o por un extranjero contra mexicanos, sern penados en la Repblica, con arreglo a las leyes
federales, si concurren los requisitos siguientes (En este precepto se consagra el denominado principio
personal o de personalidad):
I. Que el acusado se encuentre en la Repblica;
II. Que el reo no haya sido definitivamente juzgados en el pas en que delinqui, y
III. Que la infraccin de que se le acuse tenga el carcter de delito en el pas en que se ejecut y en la
Repblica;
Artculo 5. Se consideran como ejecutados en el territorio de la Repblica:
I. Los delitos cometidos por mexicanos o por extranjeros en alta mar, a bordo de buques nacionales;
II.
Artculo 6. Cuando se cometa un delito no previsto en este Cdigo, pero s en una ley especial o en un tratado
internacional de observancia obligatoria en Mxico, se aplicarn stos tomando en cuenta las disposiciones
del Libro Primero del presente Cdigo y, en su caso, las conducentes del Libro Segundo.
Cuando una misma materia aparezca regulada por diversas disposiciones, la especial prevalecer sobre la
general.
525
261
527
262
528
Schmid, Geldwascherei, p. 112. Citado por Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo p. 246.
263
adems,
para
efectos
de
conceder
la
extradicin
es
Novena poca. Instancia: Primera Sala, Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta, agosto de 2006,
Tesis CXI/2006.
530
Novena poca. Instancia: Pleno, Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta, febrero de 2008. Tesis
XXVIII/2008.
264
algunos
la
supresin
total
del
principio
de
doble
Novena poca. Instancia: Pleno. Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta, febrero de 2008. Tesis
XXIX/2008.
532
Esa es la opinin de Blanco Cordero/Snchez Garca de Paz. Cfr. Blanco Cordero, Isidoro/Snchez Garca
de Paz, Isabel, Principales instrumentos internacionales (de Naciones Unidas y la Unin Europea) relativos
al crimen organizado: la definicin de la participacin en una organizacin criminal y los problemas de
aplicacin de la ley penal en el espacio en Revista Penal, Nmero. 6, 2000, pp. 9 y ss.
265
habitual
que
ste
se
realice
sobre
bienes
ya
de un anterior delito de
pudiendo
llegar
contaminar
buena
parte
del
267
originario
proveniente
de
una
cadena.
Por
supuesto,
la
Es conocido el hecho de que la prescripcin penal puede definirse como el fenmeno jurdico por el que,
en razn del paso del tiempo, se limita la facultad represiva del Estado al impedrsele el ejercicio de la accin
persecutoria o la ejecucin de las sanciones impuestas. Aunque no debe perderse de vista que el hecho de que
desaparezca la potestad punitiva del Estado no extingue el delito; lo que se extingue no es el hecho, ni
siquiera su cualidad jurdica, sino el efecto que deriva de l. Es decir, el vinculum juris. Cfr. Carnelutti,
Francesco, Teora General del Delito, Editorial Revista de Derecho Privado, Madrid, 1944. Esta figura se
encuentra referida tanto a la accin opera antes de que haya llegado a concretarse una sentencia como a la
pena el ius puniendi se extingue cuando ya puede ser ejecutada la sancin impuesta en la sentencia de la
condena. Cuando la institucin se cre nicamente rega para la accin aunque ambas tengan carcter
personal. La prescripcin de la accin penal es sobre la pretensin punitiva y la de la pena se da sobre una
sentencia. Vid, por todos, Bster, lvaro, voz Prescripcin Penal en Diccionario Jurdico Mexicano,
Editorial Porra-Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2007, p. 2972.
El transcurso del tiempo como fundamento para no perseguir la accin de una determinada persona ha sido
utilizado desde la Roma de Augusto en la Lex Iulia de adulteriis que fijaba un plazo de cinco aos para la
prescripcin de los delitos de estupro, adulterio y lenocinio. Cfr. Ver, entre otros, Cuello Caln, Eugenio,
Derecho Penal. Parte Generl. Tomo I., Bosch, Barcelona, 1968, p. 726; Morillas Cuevas, Lorenzo, voz
Prescripcin del delito y de la Pena en Nueva Enciclopedia Jurdica. Tomo XX. Francisco Seix, Barcelona,
1993, p. 270 y Vela Trevio, Sergio, La prescripcin en materia penal, Trillas, Mxico, 2000, p. 3. Todos los
autores coinciden en sealar que ya desde la Grecia antigua se conoca la figura de la prescripcin. En Mxico
el primer Cdigo que la estableci fue el de 1871.
538
En este sentido se han pronunciado no nicamente juristas sino, tambin, escritores. As, por ejemplo,
Javier Maras reflexiona He sostenido en novelas que tal cosa como la justicia es imposible y que en realidad
llamamos as a algo que en puridad no existe. Pero lo que as llamamos para entendernos, es adems un
disparate, porque, si bien castiga a quienes caen en sus manos, premia a quienes logran burlarla. O acaso no
268
de
prolongarse
de
forma
indefinida
pues
esto
implica,
nos enva el siguiente mensaje? Si usted comete un delito y es lo bastante hbil o listo para escapar de m
durante suficiente tiempo, se ver recompensado y se encontrar con la maravilla de que su crimen ya no lo
es, o quiz con algo ms loco y milagroso: con que s lo ser, pero saldr usted absuelto. Cfr. Maras, Javier,
Cunto dura cada crimen en El Pas Semanal, Nmero 1719, Septiembre, 2009, p. 98.
539
Pessina, Enrique, Elementos de Derecho Penal (Trad. Hilarin Gonzlez del Castillo), Reus, Madrid,
1936, p. 694.
540
Ragus I. Valls, Ramn, La prescripcin penal: Fundamento y aplicacin, Atelier, Barcelona, 2004, p.
47.
541
Cfr. Quintano Ripolls, Antonio, Curso de Derecho Penal. Tomo I., Madrid, 1963, p. 591.
542
Cfr. Vela Trevio, Segio, Ob. cit., p. 49.
269
criminal,
resulta
acertado
pensar
que
el
bien
543
Cfr. Daz de Len, Marco Antonio, Teora de la Accin Penal, Textos Universitarios, Mxico, 1974, pp.
347-348.
544
Sotomayor, Gonzalo Yuseff, La prescripcin penal, Editorial Jurdica de Chile, 1987, p. 33.
545
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de, p. 288.
546
Laje Ros, Cristbal, Aspectos del encubrimiento y del lavado de dinero, Alveroni Ediciones, Repblica
Argentina, 2004, p. 37.
270
Por su parte, BARRAL opina que la potencialidad del bien para ser objeto
material del lavado caduca cuando haya operado la prescripcin del
delito previo o su despenalizacin, pues en tales casos no existe
posibilidad de atentar contra el bien jurdico protegido. Lo anterior es as
siempre que no se hubiera producido alguna actividad tpica de blanqueo
antes de ese momento pues, entonces, empezara a correr el trmino de
prescripcin de este nuevo delito que reemplaza al anterior como acto
de procedencia del bien y as sucesivamente547.
El Cdigo Penal Federal reconoce como una de las causas de extincin
de la responsabilidad penal la prescripcin artculo 100548. Las reglas
de operacin de sta que se encuentran previstas en los artculos 101 al
115. Entre las hiptesis ms comunes podemos mencionar que la accin
penal prescribe:
a) En un ao si el delito slo merece multa;
b) En un plazo igual al trmino medio aritmtico de la pena privativa de
libertad que seala la ley para el delito de que se trate (sin que pueda
ser menor a tres aos);
c) En dos aos si el delito merece destitucin, suspensin, privacin de
derechos o inhabilitacin;
547
271
549
272
Captulo 5
La conducta tpica
Cuando supra realic el anlisis del origen histrico del tipo llegu a la
conclusin de que ste encuentra su nacimiento en la legislacin de los
Estados Unidos de Amrica; es decir tambin como ya se apunt, las
races del delito de operaciones estn en el sistema jurdico del Common
Law. De esta manera, tanto el origen en un sistema tan diferente al
nuestro550 como la influencia que las convenciones internacionales
(sobre todo la de Viena) han ejercido en la tipificacin de esta conducta,
pueden servir como explicacin (que no justificacin) de la actitud que
el legislador nacional asumi a la hora de llevar a cabo la tipificacin:
realizar una muy extensa lista de conductas551 que integran este injusto.
El primer prrafo del artculo 400 Bis establece:
Se impondr cualquiera de las siguientes conductas: adquiera,
e n a j e n e , a dm in ist r e , cu st odie , ca m bie , de posit e , d e n ga r a n t a ,
in vie r t a , t r a n spor t e o t r a n sfie r a , dentro del territorio nacional, de
ste hacia el extranjero o a la inversa, recursos derechos o bienes de
cualquier naturaleza.
550
En este sentido, reflexiona Garca Belaunde que la recepcin de figuras jurdicas provenientes del common
law en los sistemas romanistas es un acto complejo y en cierto sentido plstico. Cfr. Garca Belaunde,
Domingo, De la jurisdiccin constitucional al derecho procesal constitucional en Derecho Procesal
Constitucional (Eduardo Ferrer Mac-Gregor, Coordinador), Editorial Porra, Mxico, 2006, p. 312.
551
Como se sabe, Roxn ha cuestionado la utilidad del concepto jurdico-penal de accin. As, ha sealado
que, en el fondo, ste slo tiene un valor esttico-arquitectnico y que, teniendo en cuenta esa esterilidad
prctica, se explica que el concepto de accin no haya constituido un problema central del derecho penal. Cfr.
Roxn, Claus, Contribucin a la crtica de la teora final de la accin (Trad. Diego Manuel Luzn Pea) en
Problemas bsicos del derecho penal, Editorial REUS, Madrid, 1976, pp. 85-86. Contra la idea de Roxn se
ha pronunciado Herzberg en Herzberg, Rolf Dietrich, Reflexiones acerca del concepto jurdico penal de
accin y de la negacin del delito pretpica (Trad. Teresa Rodrguez Montas) en Cuestiones actuales de la
teora del delito (Diego Manuel Luzn Pea/Santiago Mir Puig, Directores), Mc Graw Hill, Madrid, 1999, pp.
26 y ss. En mi consideracin, con respecto al concepto de accin parecen atendibles las palabras de Silva en el
sentido de que si interesa estudiar el concepto de accin es debido a que, de modo previo, se ha acogido el
criterio de que slo pueden imponerse sanciones penales a los sujetos que cometen acciones. Cfr. Silva
Snchez, Jess Mara, Qu queda de la discusin tradicional sobre el concepto de accin? en Derecho Penal
Contemporneo, Bogot, Legis, Octubre-Diciembre, 2003, p. 145. Para Gimbernat se puede hablar de un
supraconcepto de comportamiento que puede ser activo o pasivo. Cfr. Gimbernat Ordeig, Enrique, Sobre los
conceptos de omisin y de comportamiento en ADPCP, 1987, pp. 579 y ss.
273
Al analizar el tipo bsico del artculo 301 en el Cdigo Penal Espaol Quintero Olivares seala, con toda
razn, que la tipificacin no constituye un ejemplo de concisin y precisin, sino antes un exceso de palabras
que da lugar a reiteraciones y superposiciones. El tipo penal de blanqueo de capitales presenta menos
conductas que el de operaciones; as, ser necesario reflexionar si nos encontramos ante una lista reiterada de
acciones. Cfr. Quintero Olivares, Gonzalo (Director)/Morales Prats Fermn (Coordinador), Comentarios al
Nuevo Cdigo penal, Pamplona, Aranzadi, 1996, p. 1374.
553
Abel Souto, Miguel, El delito de blanqueo en el Cdigo penal p. 93.
554
En este sentido, Cfr., entre otros, Arnguez Snchez, Carlos, El delito de blanqueo p. 221; Abel Souto,
Miguel, El delito de blanqueo p. 102, y Moreno Cnoves, Antonio/Ruiz Marco, Francisco, Delitos
socioeconmicos. Comentarios a los artculos. 262, 270 a 310 del nuevo Cdigo penal, Edijus, Zaragoza,
1996, p. 387.
555
Cfr. Zamora Pierce, Jess, Transferencia ilcita de recursos depositados en bancos, Editorial Porra,
Mxico, 2006, p. 58.
274
Como reflexionan Cobo del Rosal/Vivs Antn la realizacin de un par de conductas o de todas ellas, no
entraa multiplicidad de infracciones. As, en Cobo del Rosal, Manuel/Vivs Antn, Toms, Derecho penal.
Parte general, Valencia, Tirant lo Blanch, 1996, p. 437.
557
Con todo acierto la autora seala que el ncleo de la conducta tpica no recae en exclusividad en la
realizacin de actos de adquirir, convertir o trasmitir sino que lo importante es que la realizacin de estos
actos sea para llevar a cabo cualquiera de las finalidades que el tipo seala. As, en Del Carpio Delgado,
Juana, Ob. cit., p. 167.
558
En desacuerdo con esta postura, entre otros, Vidales Rodrguez, Caty para quien la adquisicin, conversin
o transmisin de bienes procedentes de la comisin de un delito grave ha de castigarse en todo caso; es decir,
con independencia de cul sea el fin que persiga el autor, pues basta con que el sujeto conozca la ilcita
procedencia del bien y Arnguez Snchez, Carlos, quien considera que el sujeto que adquiere, convierte o
trasmite bienes a sabiendas de su origen ilcito, cumple ya con todos los requisitos tpicos, aunque su nimo
principal sea cualquier otro distinto a la intencin encubridora. Cfr. Vidales Rodrguez, Caty, Los delitos
dep. 97 y Arnguez Snchez, Carlos, El delito de p. 224. El razonamiento de los autores tiene sentido
tomando en cuenta que stos consideran que el delito afecta el orden socioeconmico.
275
Adquirir
De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Espaola560 la voz adquirir
tiene diferentes acepciones: (1) Ganar, conseguir con el propio trabajo o
industria; (2) Comprar; (3) Coger, lograr o conseguir, y (4) Hacer
propio un derecho o cosa que a nadie le pertenece, o se trasmite a ttulo
lucrativo u oneroso, o por prescripcin. Asimismo, el Diccionario de uso
del espaol seala, entre sus acepciones, que adquirir se entiende por
compra561.
En trminos jurdicos, ROJINA VILLEGAS equipara la adquisicin a
realizar una compra o, mejor expresado, a celebrar un contrato de
compraventa. Esta clase de contrato, dice el autor, constituye la
559
276
seala
que
la
adquisicin
debe
entenderse
como
la
562
Rojina Villegas, Rafael, Compendio de Derecho Civil. Contratos, Libros de Mxico, Mxico, 1968, p. 44.
En este mismo sentido, opinan De Pina y De Pina Vara cuando sealan que adquirir es acrecentar el
patrimonio. Cfr. De Pina, Rafael/De Pina Vara, Rafael, Diccionario de Derecho, Porra, Mxico, 1984, p. 63.
563
Cabanellas, Guillermo, Diccionario Enciclopdico de Derecho Usual, Heliasta, Argentina, 1981, p. 177.
564
Instituto de Investigaciones Jurdicas, Diccionario Jurdico Mexicano, Editorial Porra-Universidad
Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2007, p. 133.
565
Cfr. Novena poca, Tribunales Colegiados de Circuito, Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta,
Amparo Directo 509/2007.
566
Riera Aisa, Luis, voz Adquisicin en Nueva Enciclopedia Jurdica. Tomo II, Francisco Seix, Barcelona,
1983, p. 408.
567
Ojeda Bohrquez, Ricardo, Anlisis dogmtico del delito de operaciones con recursos de procedencia
ilcita en Homenaje a Ricardo Franco Guzmn. 50 aos de vida acadmica, Instituto Nacional de Ciencias
Penales, Mxico, 2008, p. 476.
277
c)
contra
la
voluntad
del
adquirente.
Aunque
el
Entre quienes sostienen esta idea destacan: lvarez Pastor, Daniel y Eguidazu Palacios, Fernando, La
prevencin del Blanqueo p. 275; Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit.,p. 225; Del Carpio Delgado, Juana,
Ob. cit., pp. 171 y ss., y Sequeros Sazatornil, Fernando, El trfico de drogas ante el ordenamiento jurdico
(Evolucin normativa, doctrinal y jurisprudencial) en La Ley, No. 4, Madrid, 2000, p. 1597 y ss.
569
Rojina Villegas, Rafael, Ob. cit., p. 54-55.
570
Seala el autor que es posible adquirir la condicin de hijo legtimo sin que juegue ningn papel la
voluntad del adquirente. Asimismo, para ejemplificar el caso de una adquisicin contra la voluntad de un
adquirente acude al ejemplo cierto de que las consecuencias que se derivan de una sentencia de condena
pueden dar lugar a la adquisicin de una obligacin de dar, hacer o tolerar, en cuyo nacimiento, derivado del
fallo judicial, se mostr voluntad en contra. As, en Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo p. 308.
278
Enajenar
El Diccionario de la Lengua Espaola seala, entre las acepciones de la
voz enajenar, la de accin de pasar o trasmitir a alguien el dominio de
algo o algn otro derecho sobre ello571. Por su parte, el Diccionario de
uso del espaol le concede, entre otros significados, los de (1) vender o
transmitir por otro medio (donacin, permuta, etc.) una propiedad; (2)
desprenderse de cierta cosa: ajenar, ceder, dar, dejar, desapropiarse,
deshacerse, despojarse, desprenderse, transmisin de dominio. El
sentido jurdico es el mismo. Tanto el
que
los
recursos,
derechos
bienes
proceden
571
279
Administrar
La acepcin de la voz que se aplica con mayor sentido es la de ordenar,
disponer u organizar en especial la agenda y los bienes575. El Diccionario
de uso del espaol establece, entre los significados de la palabra, el de
dirigir la economa de una persona o de una entidad cualquiera576. En
tanto que la Enciclopedia Jurdica Omeba define a la administracin
como un mandato conferido a una persona para que ejerza la direccin,
el gobierno y el cuidado de bienes ajenos577.
La justicia mexicana tambin se ha pronunciado en el sentido de que la
administracin corresponde a una persona que no es la propietaria de lo
administrado. As, por ejemplo, seala, al hablar del caso especfico de
la herencia, que el albacea debe fijar, de acuerdo con los herederos, la
cantidad que ha de emplearse para los gastos de administracin. La
administracin tiene como objetivo mejorar, conservar o hacer que
rindan los bienes578. En el mismo camino, se encuentra PINT RUIZ
para quien en el contrato de administracin intervienen dos personas: el
administrador y el titular del objeto administrado. Si ambas cualidades
573
280
bien jurdico es la
579
Pint Ruiz, Jos J., voz Administracin en Nueva Enciclopedia Jurdica. Tomo II, Francisco Seix,
Barcelona, 1983, p. 374.
580
Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, Ob. cit., p. 20.
281
Custodiar
Se deriva del latn custos que significa guardar o guardin. Ese origen, a
su vez, tiene sus races en curtos forma del verbo curare que quiere
decir cuidar581. El Diccionario de uso del espaol da a la palabra el
significado de que alguien lleve a cabo los cuidados necesarios para que
una cosa determinada no sea robada o cierta persona no se escape582.
En trminos civiles se puede ejercer la custodia de un menor de edad o
de un incapaz. Asimismo, el derecho penitenciario denomina custodios a
quienes estn encargados de vigilar que los reos no se evadan de la
prisin. Sin embargo, como es lgico, no son esta clase de custodias las
que interesan al tipo sino aquellas que se lleven a cabo sobre recursos,
derechos o bienes.
Aunque la figura de custodia o guarda integra algn contrato como el de
depsito, no puede considerrsela como exclusiva de l, ya que en
lneas generales esta obligacin lo mismo que la de conservacin de las
cosas, con la que tiene grandes contactos, aparece en diversas
relaciones jurdicas tanto de ndole real como contractual, constituyendo
una de las ideas fundamentales aplicables a mltiples situaciones583.
Con base en el estudio Criterios judiciales en materia de operaciones
con recursos de procedencia ilcita584 una de las tres conductas por las
que ms se ha ejercido accin penal en el delito de operaciones es,
precisamente, la de custodiar dinero en efectivo.
581
Instituto de Investigaciones Jurdicas, Ob. cit., p. 965. Asimismo, en Enciclopedia Jurdica Omeba, Tomo
V, Editorial Bibliogrfica Argentina, Buenos Aires, 1986, p. 380.
582
Moliner, Mara, Ob. cit., p. 891.
583
Riera Aisa, Luis, voz Custodia en Nueva Enciclopedia Jurdica. Tomo VI, Francisco Seix, Barcelona,
1985, p. 176.
584
Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, Criterios Judiciales en, Mxico, 2006, p. 20.
282
Cambiar
En trminos semnticos la voz cambiar, en la acepcin que interesa a
este anlisis, significa dar o tomar algo por otra cosa que se considera
del mismo o anlogo valor585. Es decir, nos encontramos ante un
contrato de permuta por medio del cual cada una de las partes
transmite a la otra la propiedad de una cosa a cambio de la que a su vez
recibe tambin en propiedad586.
El cambio es un fenmeno econmico y una institucin jurdica. Estos
aspectos resultan inseparables, pues el derecho cambiario que en
sentido amplio es la rama del derecho que se ocupa del estudio y la
regulacin de los ttulos de crdito o ttulos de valor y, en sentido
restringido, comprende nicamente los ttulos que tienen incorporado un
derecho de crdito a cargo del emisor587 es el conjunto de normas
(obligaciones y derechos) que regulan el fenmeno econmico. Las
clases de cambio que podemos imaginar son mltiples. Sin embargo, el
cambio que se hace en funcin de los objetos tiene la siguiente divisin
primaria:
a) De cosa por cosa;
b) De cosa por dinero, y
c) De dinero por dinero588.
Los cambios de a) cosa por cosa, y b) cosa por dinero son, en realidad,
contratos de permuta y de compraventa, respectivamente. As, queda
585
283
Depositar
Del latn depositum que, a su vez, se deriva de deponere y tiene como
significado poner en seguridad, poner en prenda590. La accin depositar
significa poner bienes o cosas que tienen un valor (estimable en dinero)
bajo la custodia de una persona llamada depositario. El depsito se
divide en:
1. Depsito regular: Es aquel en el que el depositario no puede disponer
ni usar la cosa depositada, no se seala el tiempo de duracin del
contrato y se debe restituir la cosa individualmente591. En este tipo de
depsito no hay transferencia de propiedad.
2. Depsito irregular: Se autoriza a la persona disponer de la cosa en
virtud de que se trata de bienes fungibles y se tiene la obligacin de
devolver otra de la misma especie y calidad. Este tipo de depsito
transfiere la propiedad al depositario y lo obliga a restituir la suma
depositada en la misma especie. De esta manera el depositante pierde
la propiedad de la cosa, el dinero, y adquiere a cambio un mero derecho
de crdito (artculo 267 de la Ley General de Ttulos y Operaciones de
Crdito).
589
Aparicio, Julin A., voz Cambio en Nueva Enciclopedia Jurdica, Tomo III, Francisco Seix, Barcelona,
1989, p. 611.
590
Mondragn Pedrero, Fabin A., voz Depsito de valores en Diccionario de Derecho Mercantil, Editorial
Porra-Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2001, p. 172. As, tambin, en Instituto de
Investigaciones Jurdicas, Ob. cit., p. 1083, y Villa-Real Molina, Ricardo y Del Arco Torres, Miguel ngel,
Ob. cit., p. 141.
591
Para todo el tema de los tipos de depsitos Cfr. Mondragn Pedrero, Fabin A., Ob. cit., pp. 172 y ss.; De
Pina, Rafael/De Pina Vara, Rafael, Ob. cit., pp. 214 y ss., Instituto de Investigaciones Jurdicas, Ob. cit., pp.
1084 y ss. y Rojina Villegas, Rafael, Ob. cit., pp. 254 y ss.
284
592
285
las
instituciones
financieras
es,
precisamente,
la
de
Zamora Pierce, Jess, Derecho procesal mercantil, Crdenas Editor, Mxico, 1977, p. 181.
Medina Lima, Ignacio, voz Depsito judicial en Diccionario Jurdico Mexicano, Editorial PorraUniversidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2007, p. 1091.
595
Novena poca, Semanario Judicial de la Federacin y su Gaceta, Amparo en Revisin 28/95.
594
286
D ar en garanta
La conducta de dar en garanta (garantizar) que analizamos se
encuentra referida a la accin de que una persona asegure a otra el
cumplimiento de algo a lo que se ha obligado. De acuerdo con el
derecho civil las garantas pueden ser reales o personales. Las primeras
surgen de los bienes y, como su nombre lo indica, las segundas de las
personas (a su vez, este tipo de garantas se pueden clasificar en
solidarias y subsidiarias y pueden derivarse de la ley o de un convenio
entre los interesados596). Lo ms comn es que las garantas se den a
travs de la fianza, la hipoteca o la prenda.
En el mbito mercantil las garantas tienen caractersticas especiales por
su vnculo con los actos de comercio597. As, por ejemplo, para esta
materia se prev el aval y la fianza mercantil. Asimismo, en materia
fiscal, se encuentran previstas en el artculo 141 del Cdigo Fiscal de la
Federacin (CFF) las garantas que pueden constituirse a favor de
crditos de esta ndole. Las de esta ltima clase se otorgan a favor de la
Tesorera de la Federacin o del organismo descentralizado que sea
competente para cobrar coactivamente crditos fiscales598.
En lo que respecta al sentido gramatical de la palabra, de acuerdo con el
Diccionario de la Lengua Espaola la voz garantizar se refiere a quien
afianza lo estipulado y el Diccionario de uso del espaol tiene, entre las
596
Cfr. De la Garza, Sergio Francisco, Derecho Financiero Mexicano, Editorial Porra, Mxico, 2005, pp.
585-586.
597
Prez Duarte y Noroa, Alicia Elena, voz Garanta contractual en Diccionario Jurdico Mexicano,
Editorial Porra-Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2007, p. 1786.
598
Cfr. De la Garza, Sergio Francisco, Ob. cit., p. 584.
287
Invertir
Si bien es cierto que, en trminos jurdicos para ser ms precisos en
derecho mercantil, se encuentra prevista la inversin recproca que se
presenta cuando las sociedades realizan aportaciones en pecuniario,
valores, bienes o derechos que integran el capital social601 tambin lo es
que no es esta clase de inversin la que el legislador tipific como
conducta. Invertir tiene entre sus acepciones: emplear, gastar o colocar
un caudal602. Existen diversas maneras de llevar a cabo una inversin,
entre las ms comunes podemos sealar: compra de bienes (tanto
inmuebles como muebles), cuentas en el sistema financiero, entrada a
sociedades, negocios.
599
Real Academia Espaola, Ob. cit., p. 757 y Moliner, Mara, Ob. cit., p. 1434, respectivamente.
Unidad de Inteligencia Financiera, Ob. cit., p. 20.
601
Barrera Graf, Jorge/Mondragn Pedrero Fabin, voz Inversiones recprocas en Diccionario de Derecho
Mercantil, Editorial Porra-Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2007, p. 284.
602
Moliner, Mara, Ob. cit., p. 879.
600
288
Transportar
De acuerdo con los tribunales mexicanos el transporte es una institucin
del derecho mercantil (denominada contrato de porte). En dicho
contrato, intervienen las siguientes personas: a) El remitente que es una
persona fsica o moral que realiza la expedicin o entrega de la carga a
transportar; b) El porteador quien acepta la obligacin de llevar a cabo
el transporte y se encarga de cumplir lo pactado con sus propios
medios, y c) El destinatario que es la persona a quien se deber
entregar la carga transportada603.
La conducta de llevar algo de un lugar a otro604 (en este caso concreto
se trata del objeto material del tipo) es, sin lugar a dudas, la que
cometen con mayor frecuencia los activos del delito de operaciones. De
acuerdo con el estudio que analiza resoluciones judiciales realizado por
la Secretara de Hacienda y Crdito Pblico en diez de stas se
determin que se transport dinero en efectivo y, en otras siete, que tal
accin qued en grado de tentativa. As, esta conducta implica ms de
un 30% de los 50 casos estudiados. Lo anterior, tiene explicacin en el
hecho de que la mayora de las causas penales que se inician por este
delito son asuntos en los que se detuvo al activo en flagrante delito de
transporte oculto de dinero en efectivo605.
603
289
Transferir
La transmisin (que, sin ser exactamente lo mismo, es sinnimo de
transferencia) es el aspecto negativo de la adquisicin606 o su accin
contraria. De acuerdo con la Real Academia Espaola la voz transferir
tiene, entre otras acepciones: (1) pasar o llevar algo desde un lugar a
otro; (2) Ceder a otra persona el derecho, dominio o atribucin que se
tiene sobre algo, y (3) Remitir fondos bancarios de una cuenta a otra.
Por su parte, la acepcin que aqu interesa de la transmisin es
trasladar, transferir, enajenar, ceder o dejar a otro un derecho u otra
cosa607.
La transferencia de recursos, derechos o bienes, no es una conducta que
los tribunales mexicanos hayan tenido que juzgar pues, de los 50 casos
analizados en el estudio Criterios judiciales en materia de operaciones
con recursos de procedencia ilcita, ninguno present esta modalidad de
accin608.
La transmisin es un concepto que ha sido desarrollado por el derecho
civil y, en trminos generales, tiene como significado el traspaso o
transferencia (aunque ya se aclar que la transmisin y la transferencia
no son trminos exactamente iguales pues ste ltimo es ms amplio)
de un derecho de una persona a otra, siempre que el derecho conserve
su identidad. Considera DEL CARPIO DELGADO que este concepto es
muy restringido y, en aras de poder castigar bajo esta modalidad de
conducta una gran cantidad de supuestos en los que se produce una
transmisin de bienes sin que ello suponga que el titular de los mismos
606
290
ceda los derechos que posee sobre stos a una tercera persona,
propone que se le otorgue un concepto penal al trmino609. As, la
autora sostiene que la accin de transmitir puede ser entendida en dos
contextos:
a) La transmisin que ocurre con el desplazamiento o traslado de bienes
de un lugar a otro. A la que se llamara transmisin material o fctica, y
b) La transmisin jurdica que tiene lugar con el cambio de titularidad o
legitimacin en el ejercicio de un derecho o simplemente la transmisin
de derechos que se tienen sobre los bienes.
No es esta la primera vez que surge la discusin sobre extrapolar los
conceptos civiles al derecho penal. As, por ejemplo, se ha rechazado la
elaboracin conceptual de bien mueble realizada por el derecho civil con
el argumento de que el derecho penal no acepta ficciones. De esta
manera, algunos autores han sealado que bien mueble es aquel que se
puede mover, sin que importe si el derecho civil lo clasifica como
inmueble por incorporacin o destino610. Sin embargo, la jurisprudencia
mexicana ha afirmado que el concepto (elaborado por el derecho civil)
es ntegramente aplicable al derecho penal, pues ste es omiso en ese
aspecto611.
Entiendo la loable intencin de DEL CARPIO DELGADO, pues su
propuesta se encuentra motivada en el afn de que no queden
conductas impunes. Sin embargo, no puedo compartir su criterio. Toda
609
291
ciencia
est
universales,
obligada,
vlidas
entre
para
otras
cualquier
cosas,
estudio
a
y
formular
que,
categoras
cuando
sean
3. Invertir
La conducta de invertir que, como he apuntado supra, se lleva a cabo,
regularmente, a travs de la compra de bienes (inmuebles o muebles),
el ingreso a sociedades, la tenencia de cuentas en el sistema financiero,
etctera, resulta, sin lugar a dudas, una manera de enajenar pues, una
vez realizada la operacin de que se trate, se hace ajeno el derecho que
se ocupe en sta.
4. Transferir
La persona que transfiere la propiedad de un derecho est, en realidad,
realizando una enajenacin o un depsito. Hay que decirlo una vez ms:
hace ajeno lo que transfiere. Asimismo, si lo que se transfiere es la
posesin entonces estaremos frente a un depsito.
SEGUNDO. Una vez realizado el anlisis del sentido gramatical y jurdico
de las conductas incluidas en el injusto, me parece que es razonable
considerar lo siguiente:
a) Existen varias conductas tpicas que resultan innecesarias pues se
subsumen en otras, y
b) Como resultado de este anlisis, si se suprimen mentalmente las
conductas innecesarias (por reiterativas) se tiene como resultado que en
lugar de diez posibles acciones slo existen siete (debe escogerse entre
depositar o transferir. En mi opinin, es ms adecuado incluir en la
descripcin tpica el verbo transferir en razn de las inquietudes
expresadas supra por DEL CARPIO DELGADO).
294
omisin612.
Permtaseme
antes
de
entrar
analizar
este
612
Hay quien sostiene que frente a la accin como conducta positiva se erige la omisin, que es la forma
negativa de la conducta. Cfr. Pavn Vasconcelos, Francisco, Diccionario de Derecho Penal (AnalticoSistemtico), Editorial Porra, Mxico, 1997, p. 730. A la accin y a la omisin les es comn, como elemento
positivo, la capacidad de accin. Vid, Kaufmann, Armin, Dogmtica de los delitos de omisin (Trad. Joaqun
Cuello Contreras/Jos Luis Serrano Gonzlez de Murrillo), Marcial Pons, Madrid, 2006, p. 320.
Como se sabe, la discusin sobre el concepto de omisin en el mbito jurdicopenal se inici en el siglo XIX
(en lo que se denomin el causalismo naturalista) en la dogmtica penal alemana. Cfr. Silva Snchez, Jess
Mara, El delito de omisin. Concepto y Sistema, Editorial B de f, Montevideo-Buenos Aires, 2006, p. 3. En
ese momento, se pretenda, por parte de las doctrinas cientfico-naturalistas, la equiparacin entre accin y
omisin, mediante la constatacin de la causalidad en la omisin respecto del resultado producido. Vid,
Rebollo Vargas, Rafael, Algunas reflexiones sobre los delitos de comisin por omisin en el Cdigo Penal
295
296
garante
han
de
basarse
en
una
perspectiva
material
con
positiva.
Este
ltimo
criterio
de
responsabilidad
(actuar
614
Cfr. Rebollo Vargas, Rafael, Algunas reflexiones sobre los delitos de comisin por omisin, pp. 658 y
ss.
615
Artculo 7 (CPF)
En estos casos se considerar que el resultado es consecuencia de una conducta omisiva, cuando se
determine que el que omite impedirlo tena el deber de actuar para ello, derivado de una ley, de un contrato o
de su propio actuar precedente.
616
Cfr. Rebollo Vargas, Rafael, Algunas reflexiones, p. 665. El autor sostiene que este criterio provoca
incertidumbre si se aplicara sin ningn tipo de mecanismo corrector, pues no es posible sostener la comisin
297
por omisin a travs de un actuar precedente que es fortuito o imprudente. De esta manera, la posicin de
garante, derivada de la injerencia, se circunscribira a casos de actuacin inicial dolosa.
617
Slo se transcribirn aqu, en la parte que interesa, el artculo de la Ley de Instituciones de Crdito y las
Disposiciones de Carcter General que regulan sta porque, como es natural, las otras leyes y disposiciones
son muy similares y se quiere evitar reiteraciones.
298
Esta previsin legal se complementa con las Disposiciones de Carcter General a que se refiere el artculo
115 de la misma ley que prev:
Captulo I
OBJETO Y DEFINICIONES
XIII. Operacin Inusual, la Operacin, actividad, conducta o comportamiento que no concuerde con los
antecedentes o actividad conocida o declarada por el Cliente, o con su patrn habitual de comportamiento
transaccional, en funcin al monto, frecuencia, tipo o naturaleza de la Operacin de que se trate, sin que exista
justificacin razonable para dicho comportamiento, o bien, aquella que por cualquier causa las Entidades
consideren que los recursos pueden estar destinados a favorecer, prestar ayuda, auxilio o cooperacin de
cualquier especie para la comisin del delito previsto en el artculo 139 del Cdigo Penal Federal o que
pudiese ubicarse en alguno de los supuestos del artculo 400 Bis del mismo ordenamiento legal.
Tambin se entender como Operacin Inusual, aquella Operacin que realice el Usuario, cuando se
considere que los recursos pueden estar destinados a favorecer la comisin de los delitos sealados en el
prrafo anterior, y se cuente con elementos suficientes para llevar a cabo el reporte;
XIV. Operacin Preocupante, la Operacin, actividad, conducta o comportamiento de los directivos,
funcionarios, empleados y apoderados de las Entidades que por sus caractersticas, pudiera contravenir o
vulnerar la aplicacin de lo dispuesto en la Ley y las presentes disposiciones, o aquella que por cualquier otra
causa resulte dubitativa para las Entidades;
XV. Operacin Relevante, la operacin que se realice con Instrumentos Monetarios, por un monto igual o
superior al equivalente en moneda nacional de diez mil dlares de los Estados Unidos de Amrica.
Para efectos del importe del clculo de la Operaciones en moneda nacional, se considerar el tipo de cambio
para solventar operaciones denominadas en moneda extranjera pagaderas en la Repblica Mexicana, que
publique el Banco de Mxico en el Diario Oficial de la Federacin, el da hbil bancario inmediato anterior a
la fecha en que se realice la operacin;
Captulo IV
REPORTES DE OPERACIONES RELEVANTES
Trigsima Cuarta. Las Entidades debern remitir trimestralmente a la Secretara, por conducto de la
Comisin, sus reportes de Operaciones Relevantes, a ms tardar diez das hbiles despus del cierre de
operaciones del ltimo mes del trimestre correspondiente
Captulo V
REPORTES DE OPERACIONES INUSUALES
Trigsima Quinta. Las Entidades debern remitir a la Secretara, por conducto de la Comisin, los Reportes de
Operaciones Inusuales, a ms tardar dentro de los treinta das naturales contados a partir de que se detecte la
Operacin por sistema,
Captulo VI
REPORTES DE OPERACIONES PREOCUPANTES
Trigsima Octava. Las Entidades debern remitir a la Secretara, por conducto de la Comisin, los reportes de
Operaciones Preocupantes, a ms tardar dentro de los treinta das naturales contados a partir de que se detecte
la Operacin, por sistema,
299
300
brevemente,
existen
bsicamente
dos
teoras
para
301
621
Cfr. Secretara de Hacienda y Crdito Pblico, Operaciones con recursos de procedencia ilcita, Secretara
de Hacienda y Crdito Pblico, Mxico, 2006, p. 21.
622
Artculo 8
Trabajador es la persona fsica que presta a otra, fsica o moral, un trabajo personal subordinado.
Para los efectos de esta disposicin, se entiende por trabajo toda actividad humana, intelectual o material,
independientemente del grado de preparacin tcnica requerido por cada profesin u oficio.
623
La lista se encuentra integrada por:
Las instituciones de crdito, de seguros y de fianzas;
Los almacenes generales de depsito;
Las arrendadoras financieras;
Las sociedades de ahorro y prstamo;
Las sociedades financieras de objeto limitado;
Las uniones de crdito;
Las empresas de factoraje financiero;
Las casas de bolsa y otros intermediarios burstiles;
Las casas de cambio;
Las administradoras de fondos de retiro, y
Cualquier otro intermediario financiero o cambiario.
302
De acuerdo con Muoz Conde y Garca Arn el Tribunal Constitucional Espaol exige estos requisitos
para respetar la reserva de la ley en materia penal. Cfr. Muoz Conde, Francisco/Garca Arn, Mercedes, Ob.
cit., p. 112.
625
La clasificacin del sistema financiero mexicano, de acuerdo con la Universidad Veracruzana, es la
siguiente:
I. Instituciones de crdito: a) Banca mltiple; b) Banca de desarrollo, y c) Sofoles.
II. Organizaciones y actividades auxiliares de crdito: a) Almacenes generales de depsito; b) Arrendadoras
financieras; c) Empresas de factoraje financiero; d) Uniones de crdito; e) Sociedades de ahorro y prstamo, y
f) Casas de cambio.
III. Organizaciones burstiles: a) Bolsa mexicana de valores; b) Casas de bolsa; c) Sociedades de inversin; d)
Sociedades operadoras de sociedades de inversin; e) INDEVAL; f) RNVI; g) Calificadoras de valores; h)
AMIB; i) Seguros y fianzas; j) Aseguradoras; k) Afianzadoras; l) Afores, y m) Siefores.
Cfr.
Trabajo
realizado
por
la
Universidad
Veracruzana,
acceso
electrnico.
www.universidadveracruzana.com
626
Cfr. Blanco Cordero, Isidoro, Responsabilidad Penal de los empleados de la banca por el blanqueo de
capitales, Comares, Granada, 1999, p. 132.
303
627
Blanco Cordero, Isidoro, Negocios socialmente adecuados y delito de blanqueo de capitales en ADPCP,
Vol. L, 1997, p. 268.
628
Cfr. Rebollo Vargas, Rafael, Algunas reflexiones sobre los delitos de omisin, p. 656.
629
Que la omisin tenga que ser dolosa es muy importante porque, en caso de descuido o negligencia, no se
podr imputar al empleado o funcionario el delito de comisin por omisin. La norma me parece adecuada.
Existen pases (por ejemplo, Espaa) que permiten la comisin por imprudencia que desde mi punto de vista
es excesiva y que puede llegar a ser contraproducente porque, ante el temor de ser encausado por el delito, el
empleado o funcionario puede tomar la actitud de reportar todo y, en consecuencia, llenar con informacin
intil las bases de datos de la Unidad de Inteligencia Financiera. No debe olvidarse que hay dos cosas que
hacen inoperante a la agencia central nacional de informacin: la ausencia de informacin y el exceso de sta.
En opinin contraria a esta posicin, se ha expresado Nez Camacho para quien, atendiendo la
recomendacin del GAFI en el reporte de la primera evaluacin que realiz a Mxico, se debera tipificar
un delito (con penalidad menor) de operaciones imprudente. La autora hace de lege ferenda una propuesta
que, en mi consideracin, es equivocada por lo siguiente:
Primero. A la larga lista de conductas que ya forman parte de la descripcin tpica para conductas de accin
actual, agrega otras que son intiles por reiterativas;
Segundo. Propone que el empleado del sistema financiero deber tomar medidas indispensables para
cerciorarse de la procedencia lcita de los bienes. As, esta expresin tan abierta es violatoria del principio de
tipicidad en la vertiente que impone un cierto grado de precisin de la ley penal para que realmente cumpla
con su funcin de establecer cules son las conductas punibles. De esta manera, parecen cobrar sentido las
palabras utilizadas por Blanco Lozano, al analizar el delito de blanqueo imprudente en el Cpe, acerca de que
la amplitud desmesurada del planteamiento imprudente roza en extremo lo inconstitucional Cfr. Blanco
Lozano, Carlos, El blanqueo de capitales procedentes del trfico de drogas en el ordenamiento penal
Espaol en Comentarios a la legislacin penal (Cobo del Rosal, Manuel. Director/Bajo Fernndez, Miguel.
Coordinador), Edersa, Madrid, 1996, p. 89. Aunque, a decir verdad, la ya muchas veces citada propuesta de
Nez Camacho no slo lo roza sino que parece violatoria de la Constitucin, y
Tercero. Como con todo acierto ha analizado Palma Herrera no deben encomendarse, a los empleados del
sistema financiero, funciones para-policiales en torno a la investigacin sobre la procedencia lcita de los
bienes. Cfr. Palma Herrera, Jos Manuel, Los delitos de, p. 596.
De tomarse en cuenta los razonamientos aqu expuestos me parece que el legislador penal no debera atender
la propuesta de tipificacin que ha formulado Nez Camacho. Cfr. Nez Camacho, Mara de la Luz, El
fenmeno de lavado de dinero en Mxico. Causas, efectos y propuestas para reforzar su combate. Editorial
Porra-Facultad del Derecho de la Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Mxico, 2008, pp. 137 y ss.
304
630
Rebollo Vargas, Rafael, Algunas reflexiones sobre los delitos de comisin por omisin, p. 650.
Silva Snchez, Jess Mara, Aspectos de la comisin por omisin: fundamento y formas de intervencin
en CPC, 1989, p. 1082.
631
305
632
En este sentido Del Carpio Delgado seala que el grado de certeza debe ser absoluto y que cualquier
indicio que lleve a dudar de que la no realizacin de la accin mandada hubiera posibilitado el resultado, debe
ser favorable al sujeto de la omisin. As, en Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit., p. 218.
633
Cfr. Snchez-Vera Gmez Trelles, Javier, Intervencin omisiva, posicin de garante y prohibicin de
sobrevaloracin del aporte, Universidad Externado de Colombia, Bogot, 1997, p. 123.
634
Al respecto, por todos, Luzn Pea, Diego Manuel, Curso de Derecho Penal. Parte General I, p. 282.
306
Captulo 6
Los sujetos
Una vez realizado el anlisis de la conducta se impone ahora entender
quin puede llevar a cabo el comportamiento humano descrito en la
norma penal y quin es el titular del bien jurdico protegido por el tipo.
Es decir, a quines corresponder, respectivamente, ser el sujeto activo
y el sujeto pasivo en este delito.
307
las
conductas
de
legitimacin
de
capitales
estaran
Cfr. Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo de, p. 502. El autor considera, de lege ferenda, que
debe sancionarse a los autores o partcipes en el delito previo como posteriores blanqueadores, pero, con
limitaciones, atendiendo a la entidad econmica del objeto material. Asimismo, Zaragoza Aguado asevera que
el blanqueo que realiza el autor del delito previo es un acto posterior impune por consuncin. Sin embargo,
matiza su postura cuando reflexiona que, cuando las acciones vayan ms all del autoencubrimiento debern
ser objeto de punicin separada. Cfr. Zaragoza Aguado, Javier Alberto, La respuesta econmica al trfico
ilegal de drogas: el delito de blanqueo, el comiso y la inversin de la carga de la prueba en Estudios del
Ministerio Fiscal. Cursos de Formacin, Nmero 1, 1994, p. 801.
636
Palma Herrera, Jos Manuel, Los delitos de blanqueo de capitales, p. 389. En el sentido de que la
materializacin de la ventaja econmica no debe castigarse como un nuevo delito cuando se realiza por el
autor del primero se han pronunciado, entre otros, Queralt Jimnez, Joan Josep, La reforma penal y procesal
en materia de trfico de drogas. Notas a la LO 8/1992, de 23 de diciembre en Actualidad Jurdica Aranzadi,
Nmero 96, 1993, p. 3; Soto Nieto, Francisco, El delito de blanqueo de dinero. Esquema de las
disposiciones legales afectantes al blanqueo en La Ley, Nmero 4015, 1996, p. 18.
637
Caldern Cerezo, ngel, Anlisis sustantivo del delito: Prevencin y Represin del Blanqueo de
Capitales en Prevencin, p. 275. En este mismo sentido, se ha manifestado Conde-Pumpido al analizar el
308
delito de receptacin. El argumento del autor es que la consumacin subjetiva del delito queda absorbida por
la responsabilidad del principal. Cfr. Conde-Pumpido Ferreiro, Cndido, Encubrimiento y Receptacin. Ley
de 9 de mayo de 1950, Bosch, Barcelona, 1955, pp. 121 y ss.
638
Gonzlez Rus, Juan Jos, Delitos contra la propiedad en Curso de Derecho penal espaol. Parte
Especial I (Cobo del Rosal, Manuel, Director), Edersa, Madrid, 1992, p. 852. Algn autor ha manifestado su
desacuerdo en que puedan equipararse los trminos. De esta manera, seala que acto posterior impune es
aquel que debiendo serlo no resulta penado, mientras que acto copenado es el que no est penado en forma
autnoma. Cfr. Palma Herrera, Jos Manuel, Op. cit., p. 390.
639
Cobo del Rosal, Manuel/Zabala Lpez-Gmez, Blanqueo de Capitales, p. 97.
640
Esa es la opinin de Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., p. 386.
641
Entre quienes han sostenido esta idea se puede encontrar a Zaragoza Aguado para quien la conducta se
puede asimilar a favorecimiento personal. Cfr. Zaragoza Aguado, Javier Alberto, Receptacin y blanqueo de
capitales en El nuevo Cdigo Penal y su aplicacin a empresas y profesionales, Vol. 4, Madrid, 1996, p,
468. Quien ha sido ms especfico de que no se puede exigir al inculpado a que declare contra s mismo es
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit.,, p. 387.
642
Entre otros ver: Barral, Jorge E. Ob. cit., p. 205 y Cobo del Rosal Manuel/Zabala Lpez-Gmez, Carlos,
Ob. cit., p. 97.
643
Vidales Rodrguez, Caty, Los delitos de receptacin y legitimacin p. 112. En este mismo sentido,
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo de capitales, p. 501. A pesar de ello, el autor seala que el
autor de delito previo s puede serlo de blanqueo.
309
644
Cfr. Del Carpio Delgado, Juana, El delito de blanqueo de bienes, pp. 232-233. Con un argumento similar
(tambin partidario de que el autor del delito previo lo sea del posterior lavado) se ha manifestado Fabin
Caparrs quien seala que nada encuentra en la literalidad de este precepto que impida su aplicacin al autor
del delito previo. Cfr. Fabin Caparrs, Eduardo A., El delito de blanqueo de capitalesp. 483.
645
Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 174. Argumentos similares han sostenido, entre otros, Muoz
Conde, Francisco, Derecho Penal. Parte Especial, p. 474 y Martnez-Bujn Prez, Carlos, Derecho Penal
Econmico. Parte Especial, Tirant lo Blanch, Valencia, 1999, p. 304.
646
Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit., p. 239.
310
647
311
as
lo
requieran
los
principios
fundamentales
de
sus
legislaciones nacionales648.
patrio
ste
ha
elaborado
la
siguiente
redaccin
para
648
649
312
de
lavado
lgicamente
sabra
el
origen
del
dinero
bienes652.
Por mi parte, considero que la interpretacin correcta es la que ha
realizado GONZLES-SALAS. En efecto, en mi opinin, la redaccin que
se ha dado a este prrafo del artculo es desafortunada; pues el tipo
establece, de manera absolutamente innecesaria, una autora mediata.
Ya se sabe aunque infra se analiza con detenimiento que el autor
mediato es el que se vale de otro para realizar el delito. En este
supuesto se estara ante tres sujetos: uno, el que realiza un delito por
medio del cual obtiene los bienes ilcitos; otro, el segundo el autor
mediato, el que recibe dichos recursos, derechos o bienes y se los da a
un tercero, y el tercero, la persona el instrumento que no debe saber
650
313
que los recursos tienen origen ilcito y a quien el autor mediato le pide
que los oculte653.
La interpretacin que ha hecho LAJE ROS acerca de que la redaccin del
400 Bis permite que el autor del delito previo sea el mismo que el del
tipo de operaciones no es aislada. Varios ponentes mexicanos han
sostenido, en diversas conferencias sobre el tema, esta postura. Me
parece que esta interpretacin tiene su base en que quienes as han
razonado estn pensando, al momento de realizar su anlisis, en el
ilcito previo y no en el de operaciones y, como consecuencia de esta
confusin, formulan el sealamiento.
Toma de posicin
Me encuentro entre los partidarios de la idea de que el autor del delito
previo no puede serlo, a su vez, del posterior de operaciones. A pesar
de ello, no suscribo o lo hago con matices algunos de los argumentos
que se han elaborado por parte de la doctrina a la que me adhiero.
Se ha sostenido que sancionar al autor del delito previo tambin como
autor de lavado llevara, necesariamente, a una violacin al non bis in
idem. No es ocioso recordar aqu que este principio tiene una vertiente
material y otra procesal. La primera de ellas, impide la plural imposicin
de consecuencias jurdicas sobre una misma infraccin. Corresponde a la
segunda, determinar la imposibilidad de reiterar un nuevo proceso y
enjuiciamiento de un hecho sobre el que se tiene sentencia firme o auto
de sobreseimiento libre654. As, en su aspecto material, el non bis in
653
314
de
operaciones.
PALMA
HERRERA
reconoce
que
Este principio es de una justicia tan elemental que no slo los juristas lo han asumido. El grandioso
Cervantes hace sostener a sus personajes el siguiente dialogo:
315
657
316
dira
que
resulta
ser
un
derecho
mnimo)
de
no
662
317
666
667
Idem, p. 390.
Gmez Iniesta, Diego Manuel, consulta directa.
318
en
la
averiguacin
previa,
toda
vez
que
el
precepto
668
669
319
320
es
tan
importante
el
derecho
que
tienen
los
inculpados
de
hay
razonamientos
contra
esa
postura.
continuacin
671
Si se acepta que, por razones de amor, amistad, agradecimiento, respeto, etctera; es decir, por motivos que
en palabras del filsofo francs Blaise Pascal: el corazn tiene razones que la razn no entiende se pueda
encubrir al padre, amigo, esposo o maestro.
672
Esa es la opinin, por ejemplo, de Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 176. Por su parte, Del Carpio
Delgado seala que la doctrina suiza mantiene una posicin congruente (pues considera que el autor del delito
previo no puede responder por lavado) atendiendo al bien jurdico que protege: administracin de justicia.
Cfr. Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit., p. 238.
321
673
En este sentido, Bacigalupo Zapater, Enrique, Notas sobre el fundamento de la coautora en el derecho
penal en Consejo General del Poder Judicial Revista del Poder Judicial Nmero 31, 1993, p. 40.
322
se
ha
dicho
que
la
aplicacin
del
privilegio
del
Acaso
que
un
sujeto
tiene
derecho
autoencubrirse
el
privilegio
del
autoencubrimiento?
Me
parece
que
el
tipo legal sea utilizado como medio de prevencin general. Los delitos
tienen su razn de ser porque protegen uno o varios bienes jurdicos.
Nuestro objeto de estudio cumple cabalmente con esta funcin. Sin
embargo, no puede ser el fin de un tipo en concreto desmotivar la
comisin de otros delitos. Como ha sealado acertadamente ARNGUEZ
SNCHEZ este argumento otorga un carcter instrumental al blanqueo
del que hay que rehuir674.
674
324
675
A diferencia de lo que hace el Cdigo penal espaol que, en su artculo 28 prev nicamente supuestos de
autora, en tanto que el 29 establece la complicidad.
676
Este es el caso del artculo 28 del Cdigo Penal Espaol.
325
677
La expresin es utilizada por el tratadista al realizar el anlisis de la forma en que explica la teora del
acuerdo previo la distincin entre autor y cmplice. Cfr. Gimbernat Ordeig, Enrique, Autor y cmplice en
derecho penal, Editorial B de f, Montevideo-Buenos Aires, 2006, p. 46.
678
En derecho penal fue Hegler el primero que us la expresin dominio del hecho (en 1915) en la
monografa Los elementos del delito. Sin embargo, en su estudio el dogmtico no empleaba este criterio para
delimitar el tema de la autora, induccin y complicidad. Despus de la idea de Hegler varios estudiosos del
derecho penal emplearon el concepto; pero no fue sino hasta 1939 cuando Welzel enlaz el dominio del hecho
con la teora de la accin. A partir de entonces, muchas han sido las discusiones y las aportaciones que se han
hecho al tema. Corresponde a Roxn haber proporcionado un concepto abierto del dominio del hecho y
establecido las categoras: dominio de la accin, dominio de la voluntad y dominio del hecho funcional. Para
una explicacin exhaustiva del tema ver Roxn, Claus, Autora y dominio, pp. 81 y ss.
679
Cfr. Bacigalupo, Enrique, Manual del derecho penal. Parte general, Temis, Bogot, 1984, p. 495.
680
No es necesario exponer aqu con detalle los razonamientos que ha elaborado Roxn para explicar el
problema de la autora mediata en las estructuras de poder organizadas. Baste tener en cuenta que lo central en
este tema es la fungibilidad del ejecutor pues ste es un engranaje sustituible en cualquier momento en
la maquinaria del poder. Cfr. Roxn, Claus, Autora y dominio del hecho en derecho penal (Trad. Joaqun
Cuello Contreras/Jos Luis Serrano Gonzlez de Murillo), Marcial Pons, Madrid, 2000, pp. 269 y ss. A las
tesis de Roxn se han opuesto, entre otros, Gimbernat y Cerezo Mir. El primero ha sealado: Concretizando
la tesis rechazada con un ejemplo: Segn ella, es autor de la muerte de miles de personas el que, en su
despacho, recibe la orden, descuelga el telfono y ordena al comandante del campo de concentracin que se
asesine en las cmaras de gas a tales y tales judos. Es realmente autor este miembro intermedio? l que no
ha creado ni propagado la ideologa que ha hecho posible la matanza; l al que no se le ha ocurrido la idea del
exterminio, sino que la ha encontrada ya ah, dada; l que tampoco ha creado el aparato; l que no ha sido la
fuente de la orden sino slo su conducto; l que no lleva a cabo personalmente el hecho material de causar la
muerte. Es ste realmente su hecho, tiene dominio sobre l? No es, ms bien, un mero colaborador de un
hecho que no es suyo, sino de otros, en un hecho sobre el que no tiene ninguna clase de dominio? As,
Gimbernat Ordeig, Enrique, Autor y cmplice pp. 161. Mientras que Cerezo Mir (que en trminos generales
suscribe la teora del dominio del hecho pues argumenta que el concepto restrictivo de autor debe ser
completado con un criterio material) sostiene: Esta construccin no me parece convincente, pues la
fungibilidad del autor no es suficiente para fundamentar el dominio del hecho. Cfr. Cerezo Mir, Jos, Curso
de Derecho penal espaol. Parte General, Tomo III, Teora jurdica del delito, Madrid, 1994, p. 217.
326
681
Esta es la opinin de Rebollo Vargas con la que me encuentro de acuerdo. Cfr. Rebollo Vargas, Rafael,
Algunas consideraciones sobre autora y participacin en los delitos especiales. Particular referencia al delito
de tortura en ADPCP, 2000, pp. 133 y ss.
682
De esta manera lo afirma Roxn, Claus, Las formas de intervencin en el delito: estado de la cuestin en
Sobre el estado de la teora del delito Seminario en la Universitat Pompeu Fabra, (Trad. Mara Teresa
Castieira Palou), Cuadernos Civitas, 2000, p. 165.
683
Para un conocimiento amplio del las objeciones que se formulan a la delimitacin entre autor y cmplice
desde la teora del dominio del hecho puede consultarse Gimbernat Ordeig, Enrique, Autor y cmplice, pp.
95 y ss.
684
Donna, Edgardo Alberto, La autora y la participacin criminal, Editorial Comares, Granada, 2008, p. 9.
327
El autor directo
Al autor debe considerrsele como la figura central del sujeto de la
accin685. La fraccin II del artculo 13 seala como autores a Los que lo
realicen por s. La expresin lo realicen por s alude a una forma de
En este sentido lo ha expresado con gran contundencia Roxn. Cfr. Roxn, Claus, Autora y Dominio del
Hecho en Materia Penal, Marcial Pons, Madrid, 2000, p. 367.
686
Roxn, Claus, Sobre la autora y la participacin en el derecho penal, p. 62.
687
Roxn, Claus, Autora y dominio, p. 151.
688
Hay quien afirma que existe una equivalencia normativa entre la autora inmediata y la mediata y que, con
fundamento en sta, cualquier intento de tratar en forma diversa para una u otra forma de autora el momento
de la consumacin o tentativa del delito queda ensombrecido. Cfr. Snchez-Vera Gmez-Trelles, Javier,
Sobre la figura de la autora mediata y su tan slo fenomenolgica trascendencia en ADPCP, Volumen LI,
1998, pp. 342-343.
328
transferir, que son las que abarca la descripcin tpica. Adems, debe
actuar con conocimiento de que los recursos, derechos o bienes
proceden de un delito y con alguno de los propsitos que se establecen
en el delito.
El autor mediato
La fraccin IV del artculo 13 seala como autores a Los que lo lleven a
cabo sirvindose de otro. Es una realidad que los hombres pueden llevar a
cabo
ciertos
hechos
travs
de
personas
que
emplean
como
Rodrguez Mourullo, Gonzalo, El autor mediato en el derecho penal espaol en ADPCP, Tomo XXII,
Septiembre-Diciembre, 1969, p. 465.
690
Bailone, Matas, El dominio de la organizacin como autora mediata en III Seminario Internacional de
Actualizacin en el Derecho Penal, Mayo, 2007, p. 5 (del acceso electrnico).
691
Gimbernat Ordeig, Enrique, Autor y cmplice p. 193. Sin embargo, Roxn realiza una clasificacin
diferente en la que incluye la autora mediata en virtud de estructuras de poder organizadas y atendiendo a que
el sujeto de detrs, con auxilio del poder superior de un aparato organizativo que tiene a su disposicin,
domina el curso del suceso. Cfr. Roxn, Claus, Autora y dominio del hecho, p. 166.
329
692
330
Es
perfectamente
posible
que
el
delito
de
operaciones
pueda
Cfr. En este mismo sentido, Vidales Rodrguez, Caty, Los delitos de receptacin y, p. 138 y Del Carpio
Delgado, Juana, El delito de blanqueo, p. 256.
331
El coautor
La doctrina suele sealar que se denomina coautor a quien ha tomado
parte en la ejecucin del hecho codominndolo701. En tanto que la
fraccin III del artculo 13 prev como autores a Los que lo realicen
conjuntamente. De esta manera, puede decirse que la coautora tendr
700
332
703
333
708
334
El inductor
La fraccin V del artculo 13 equipara como autor, en trminos de
punibilidad, a
709
Fierro, Guillermo Julio, Teora de la participacin criminal, Astrea, Buenos Aires, 2001, p. 419.
Mir Puig, Santiago, Derecho Penal. Parte General. , p. 403.
711
Esa es la opinin, por ejemplo, de Cerezo Mir, Ob. cit., p. 241 y Bacigalupo, Enrique, Derecho Penal.
Parte general., p. 526.
712
Kindhuser, Urs, Cuestiones fundamentales de la coautora (Trad. Manuel Cancio Meli) en Revista
Penal, Nmero 11, Enero, 2003, p. 69.
713
Donna, Edgardo Alberto, Ob. cit., p. 125.
714
Esa es la opinin de una parte de la doctrina que, en este tema, sigue las ideas de Maurach, Gsel y Zipf,
citados por Donna, Edgardo Alberto, Ob. Cit., p. 127. Sin embargo, para Herzerb la exigencia de que el dolo
del inductor tenga que referirse a un hecho determinado o concretado no se encuentra acorde con el
conjunto de la dogmtica y, por lo tanto, no es vlida. Cfr. Herzerb, Rolf Dietrich, La induccin a un hecho
principal indeterminado (Trad. Ma. Del Carmen Gmez Rivero) en ADPCP, Tomo IXLVIII, Mayo-Agosto,
1995, pp. 564-565.
710
335
cuenta
en
el
extranjero
un
dinero
ilegal
que
le
ha
sido
PALMA
HERRERA,
VIDALES
RODRGUEZ
ARNGUEZ
715
Rebollo Vargas, Rafael, Algunas consideraciones sobre la autora y participacin, pp. 133 y ss.
De esta misma opinin son Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., p. 638; Vidales Rodrguez, Caty, Ob.
cit., p. 139-140; Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo de, pp. 528 y ss. y Arnguez Snchez,
Carlos, El delito de blanqueo, p. 356 aunque ste ltimo manifiesta que esto opera slo para aquellos casos
en que tal induccin tenga como finalidad autoencubrirse.
716
336
717
337
puede consistir en
consejos la
llamada
721
Real Academia Espaola, Ob. cit., p. 171 y 176 respectivamente, en el orden alfabtico respectivo de las
voces.
722
Jescheck , Hans-Heinrich, Tratado de Derecho Penal. Parte General, , p. 962.
338
por
su
alta
especialidad
tcnica
porque
fue
Para determinar cundo un comportamiento es importante para el resultado delictivo y cundo no,
Gimbernat propone como solucin la teora de los bienes escasos. Cfr. Gimbernat Ordeig, Enrique, Autora
, pp. 127 y ss. que, como se sabe, ha sido criticada, entre otros, por Cerezo Mir quien, adems, sostiene que
la distincin del cooperador necesario y el cmplice constituye una tarea insoluble porque no es posible medir
la eficacia causal de las diversas condiciones. Cfr. Cerezo Mir, Jos, Autora y participacin en el Cdigo
Penal vigente y el futuro Cdigo Penal en ADPCP, Tomo XXXII, Septiembre-Diciembre, 1979, p. 577.
Asimismo, en Problemas Fundamentales del Derecho Penal, Madrid, 1992, pp. 342 y ss.
724
Rebollo Vargas, Rafael, Algunas consideraciones sobre autora y participacin , pp. 133 y ss. En tanto
que para Daz y Garca Conlledo el cooperador necesario nunca es autor porque lo que posee es un mero
dominio negativo del hecho, frente al positivo que caracteriza al autntico (co)autor. Cfr. Daz y Garca
Conlledo, Miguel, Autora y Participacin en La Ley Tomo II, 1996, p. 1285.
339
725
340
727
341
El Tribunal Constitucional espaol se ha pronunciado en el sentido de que los inculpados no slo tienen el
derecho de defensa sino, tambin, el de elegir libremente a su defensor. Entre otras resoluciones puede citarse
R.T.C. 1988/106 de 15 de noviembre de 1990 y R.T.C. 1990/180 12 de 12 junio de 1996.
729
Ttulo Noveno
Revelacin de secretos y acceso ilcito a sistemas y equipos de informtica
Artculo 210. Se impondrn de treinta a doscientas jornadas de trabajo en favor de la comunidad, al que sin
causa justa, con perjuicio de alguien y sin consentimiento del que pueda resultar perjudicado, revele algn
secreto o comunicacin reservada que conoce o ha recibido con motivo de su empleo, cargo o puesto.
Artculo 211. La sancin ser de uno a cinco aos, multa de cincuenta a quinientos pesos y suspensin de
profesin en su caso, de dos meses a un ao, cuando la revelacin punible sea hecha por persona que presta
sus servicios profesionales o tcnicos o por funcionario o empleado pblico o cuando el secreto revelado o
publicado sea de carcter industrial.
342
esta
manera
debe
entenderse
que
el
binomio
derecho
de
730
343
733
Idem, p. 63
Snchez Vera Gmez-Trelles, Javier, Blanqueo de capitales y abogaca. Un necesario anlisis crtico
desde la teora de la imputacin objetiva en InDret Revista para el Anlisis del Derecho. Barcelona, Enero,
2008, p. 6 (del acceso electrnico).
735
Ragus I. Valls, Ramn, Abogados penalistas y lavado de activos en Las ciencias penales en el siglo
XXI. Congreso Internacional. Academia Mexicana de Ciencias Penales-Instituto Nacional de Ciencias
Penales, Mxico, 2004, pp. 118-119.
734
344
habituales
legales
no
puede
dar
lugar
nunca
736
345
y el de los abogados al
739
Cfr. La sentencia es citada y analizada por Vaquero Pinto, Mara Jos, Secreto profesional del abogado y
prevencin de la utilizacin del sistema financiero para el blanqueo de capitales en Revista General de
Derecho Europeo, nmero 14, octubre 2007, p. 15 (del acceso electrnico).
740
La resolucin es citada por Ragus I. Valls, Ramn, Ob. cit., p. 94. El texto completo de la misma puede
encontrarse en NJW, 2000, p. 673.
346
741
347
Ahora bien, diferente es el caso del abogado que asesora sobre cules
pueden ser las inversiones que ofrezcan mayor rentabilidad a los bienes
provenientes de un delito, si efecta esa actividad con conocimiento del
origen ilcito de los bienes742. Asimismo, si simula que ha cobrado una
cierta cantidad de honorarios a un cliente cuando, en realidad, regresar
por ejemplo, por medio de una transferencia bancaria a la cuenta en el
extranjero de una tercera persona parte del dinero al cliente con la
finalidad de que ste lo oculte o si finge contratos743.
La primera de las hiptesis puede ser reconducida al mbito de la
participacin y, en el caso de las segundas, se podra estar ante el delito
de operaciones en calidad de autor. Estas acciones no quedan
amparadas por el ejercicio de la profesin de abogado en defensa de los
intereses legtimos derecho a la defensa y secreto profesional de su
cliente. Argumentar aqu el secreto profesional sera sacar a esta figura
legal de contexto y hacerla incompatible con su propio contenido
legal744.
As, el abogado slo responde si existe un unvoco sentido delictivo
manifiesto, si supera de forma ajena a su rol los lmites del papel
profesional, si, en fin, se adapta al plan delictivo745; pues, como el
742
348
746
349
Requiere ante todo que los autores hayan actuado dentro de una estructura
caracterizada por un centro de decisiones y diversos niveles jerrquicos, con la
posibilidad de sustitucin de unos a otros mediante una red de reemplazos que
asegura la supervivencia del proyecto criminal con cierta independencia de las
personas integrantes de la organizacin y que dificulten de manera extraordinaria la
persecucin de los delitos cometidos, aumentando, al mismo tiempo el dao posible
causado. La existencia de una organizacin no depende del nmero de personas que la
integren aunque ello estar condicionado naturalmente, por las caractersticas del plan
delictivo. Lo decisivo es, precisamente, esa posibilidad de desarrollo del plan delictivo
de manera independiente de las personas individuales, pues ello es lo que permite
hablar de una empresa criminal.
350
Las anteriores posiciones del Tribunal espaol han dado lugar a que se
seale, con razn, que existen diversos conceptos de organizacin que
se manejan en la jurisprudencia. El primero denominado concept o de
organizacin im propio que es muy extenso (sentencia del 1 de
diciembre de 1992); el segundo, concept o de organizacin propio muy
restringido (sentencia de 12 de enero de 1995), y el tercero, el
concept o
de
organizacin
orient ado
las
consecuencia
polt ico-
mientras
que
en
el
segundo
se
plantean
problemas
que
la
delincuencia
organizada
en
su
definicin
749
Cfr. Mir Puig, Santiago, Sobre el concepto de organizacin en el delito de trfico de drogas en la
jurisprudencia del Tribunal Supremo en Anuario de Derecho Penal y Ciencias Penales, 1995, pp. 662 y ss.
750
Bonet Esteva, Margarita, Las dificultades del derecho penal ante las organizaciones criminales en La
LLei, Nmero 370, 2001, p. 1.
351
751
La cualidad que se atribuye al vocablo no slo es incompatible con la condicin de persona sino que nada
tiene que ver con la posibilidad de sustituir a los ejecutores del hecho antijurdico en el seno de un aparato
organizado de poder. Por eso resulta preferible emplear el trmino intercambiable o sustituible. Cfr. Meini
Mndez, Ivn, Problemas de autora y participacin en la criminalidad organizada en Revista Peruana de
Ciencias Penales, Nmero 14, Ao 2004, Idemsa, Lima, p. 246.
752
Roxin, Claus, Autora y dominio, pp. 269 y ss. Siguiendo a Roxn, se afirma que el hecho de que los
sujetos receptores sean fcilmente sustituibles y annimos hace que los mismos deban ser considerados como
instrumentos. Cfr. Panta Cueva, David Fernando, Breves cuestiones relativas a la autora mediata en
352
referencia a los aparatos de poder organizados en Portal Iberoamericano de Ciencias Penales, p. 5 (del
acceso electrnico).
753
Ambos, Kai, Dominio del hecho por dominio de voluntad en virtud de aparatos organizados de poder.
Una valoracin crtica y ulteriores aportaciones (Trad. Manuel Cancio Mela) en Revista de Derecho Penal y
Criminologa, Nmero 3, 1999, p. 134.
754
Roxn, Claus, Problemas de autora y participacin en la criminalidad organizada (Trad. Enrique Anarte
Borrallo) en Revista Penal, 1998, p. 61.
755
Ambos, Kai, Dominio del hecho por dominio de voluntad, p. 154.
756
Idem, p. 142.
757
Cerezo Mir, Jos, Derecho Penal. Parte General, Ara, Lima, 2006, p. 1088.
758
Hernndez Plascencia, Jos Ulises, La autora mediata en el derecho penal, Granada, 1996, p. 275. Ante
esta crtica, Roxn sostiene que el hecho de que el ejecutor se niegue a cumplir la orden lo nico que prueba
es que la autora mediata tambin puede fracasar y, en tal caso, habra una autora mediata intentada; pues,
tambin quien se sirve de instrumento coaccionado, que est loco o que obra sin dolo, puede ver mal logradas
sus pretensiones por acciones imprevistas del ejecutor, sin que por ello nadie ponga en duda la existencia de
una autora mediata que qued en grado de tentativa. Tampoco en la autora mediata hay una garanta
absoluta de xito. Cfr. Roxn, Claus, Problemas de autora, pp. 64-65.
353
del
dominio
por
voluntad,
es
decir,
la
existencia
quienes
pueda
servirse
para
que
el
agente
individual
sea
reemplazable759.
Son varias las voces que han hecho eco de esta idea: no puede
afirmarse en forma genrica que con la concurrencia de criminalidad
organizada exista en automtico dominio por organizacin; entonces, ha
de comprobarse en cada caso que tal circunstancia concurre760. MUOZ
CONDE ha sido muy claro a este respecto y seala que no todas las
organizaciones mafiosas tienen la estructura rgida que fundamenta el
dominio de la organizacin y tampoco es amplia la intercambiabilidad de
sus miembros que es propia de los aparatos de poder estatal. Por ello,
no es admisible la aplicacin automtica de la tcnica de ROXN a tales
organizaciones sin una comprobacin estricta de sus presupuestos pues
759
Stratenwerth, Gnter, Derecho Penal. Parte General (Trad. Gladys Romero), Edersa, Madrid, 1982, p.
293.
760
Vid, por todos, Hernndez Plascencia, Ob. cit., p. 158 y ss.
354
761
355
763
356
768
357
necesario
aporta
al
hecho
punible
un
conjunto
de
puede
entenderse
como
colaboracin
imprescindible.
769
Gmez Bentez, Jos Manuel, El dominio del hecho en la autora. (Validez y Lmites) en ADPCP, 1989,
p. 113.
770
Cerezo Mir, Jos, La polmica en torno al concepto finalista de autor en la ciencia del derecho penal
espaola en ADPCP, Tomo XXVIII, Enero-Abril, 1975, p. 55.
771
Hernndez Plascencia, Jos Ulises, Ob. cit., p. 276.
358
Toma de posicin
Ante esta situacin de interpretacin dogmtica parecen cobrar sentido
las palabras de BONET ESTEVA sobre que ninguna de las tesis expuestas
convence completamente a aquel que las estudia. Todas y cada una
tienen algn inconveniente772. Sin embargo, para fijar una posicin
sustentada, ha de partirse de la premisa de que de lo que se trata es
saber si se puede establecer una equivalencia entre organizacin
criminal y aparato de poder organizado y, entonces, cuando se habla de
criminalidad organizada que utiliza un aparato de poder es preciso estar
frente
una
organizacin
piramidal,
de
estructura
claramente
no
existe
un
concepto
de
criminalidad
organizada
359
bienes jurdicos776.
De esta manera, VIDALES RODRGUEZ afirma que, como se trata de un
delito pluriofensivo cuya tipificacin obedece al intento de proteger el
orden socioeconmico y la administracin de justicia, el Estado es sujeto
pasivo pues es el titular de ambos valores777. Sin embargo, FABIN
CAPARRS seala que para quien ha sostenido la idea de que con el
lavado de dinero se lesionan diversos bienes la administracin de
justicia, el valor o valores tutelados por el delito previo, la credibilidad
frente al pblico de los agentes econmicos, la estabilidad de los
mercados y el rgimen de libre competencia, la posicin del consumidor
ante el riesgo de monopolizacin, etctera habr de aceptar la
existencia de una pluralidad de sujetos pasivos, encarnados en todos y
774
360
Esta es la opinin de Fabin Caparrs, Eduardo A., El delito de blanqueo de capitales, p. 320. El autor
seala que aunque el blanqueo atente de manera indirecta contra la salud pblica, la libertad ambulatoria o la
propia investigacin de los delitos, el dao que debe considerarse prioritariamente es el ejercido sobre la
ordenacin del mercado de acuerdo con el sistema econmico establecido en la Ley Fundamental. Nos
hallamos, pues, ante un sujeto pasivo prioritariamente colectivo.
779
Serra Rojas, Andrs, Teora del Estado, Editorial Porra, Mxico, 2006, p. 6. Segn Kelsen la Teora del
Estado dista mucho de ser satisfactoria, entre otras cosas, debido a la multiplicidad de significaciones que
ofrece dicho sustantivo. As, no resulta un concepto nico de Estado, sino varios, los cuales, sin embargo, se
hallan ntimamente enlazados unos con otros. El Estado, considerado como una asociacin de hombres, cae
bajo la categora de la sociedad. Cfr. Kelsen, Hans, Teora General del Estado, Ediciones Coyoacn, Mxico,
2005, pp. 3-7.
780
Cfr. Fabin Caparrs, Eduardo, El delito de blanqueo de, p. 491 y Arnguez Snchez, Carlos, El delito
de blanqueo de capitales, p. 181. El primero de los autores citados seala que estamos ante un delito sin
vctimas. Sin embargo, como lo ha expresado el segundo, es ms preciso decir sin vctima concreta.
361
Captulo 7
El objeto material
Con respecto al objeto material (tambin llamado objeto de la accin),
existe acuerdo unnime en que ste es aquel elemento del mundo
exterior sobre el que o en relacin con el cual se realiza la accin
delictiva. Dentro del mismo se engloba a las personas, las cosas y
tambin a los objetos incorpreos781. El objeto material del delito es un
elemento perteneciente al tipo de injusto, distinto al efecto y tambin a
la ganancia, si bien es cierto que puede llegar a coincidir con stas782.
A pesar de la anterior aseveracin respecto a que existe acuerdo
unnime para definir esta categora dogmtica, es importante destacar
que ha habido desacuerdo con respecto a la relacin entre el objeto
material y el bien jurdico. De esta manera, la doctrina seala que el
objeto de la accin debe distinguirse del bien jurdico. Reflexiona ROXN
que en la falsedad documental el bien jurdico protegido es la pureza del
trfico probatorio, pero el objeto de la accin es el documento falsificado
en el caso concreto. Algunas veces parece que el objeto de la accin y el
bien jurdico coinciden, como en los delitos de homicidio en que la vida
humana es tanto el objeto de la agresin como el bien jurdico tutelado.
Sin embargo, un anlisis ms detallado hace ver que no existe tal
coincidencia; de lo que se trata, es que el objeto de la accin se encarna
en la persona concreta cuya vida individual es agredida, en tanto que el
bien jurdico protegido es la vida humana como tal783. En esta misma
lnea, MIR PUIG sostiene que debe distinguirse entre objeto material (u
objeto de la accin) y objeto jurdico. El primero se halla constituido por
la persona o cosa sobre la que ha de recaer fsicamente la accin, por lo
781
362
784
363
787
Gracia Martn, Luis, La infraccin de deberes contables y registrales tributarios en el derecho penal,
Madrid, 1990, p. 250.
788
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo, p. 207.
364
Recursos
La palabra recursos tiene su origen en el latn recursus que significa
camino de vuelta, de regreso o retorno. En trminos gramaticales
recursos tiene, entre otras, las siguientes acepciones: (1) medio que se
encuentra alguien o que se le ocurre para conseguir algo o (2) conjunto
de bienes de que se dispone para cubrir una necesidad o emprender
algo789. Por su parte, la Real Academia Espaola le otorga los
significados, entre muchos otros, de (1) medio de cualquier clase que,
en caso de necesidad, sirve para conseguir lo que se pretende y (2)
bienes, medios de subsistencia790.
En su aspecto jurdico recurso tiene una connotacin en el derecho
procesal791. Sin embargo, no es ste el que interes al legislador patrio
para imponerlo como objeto material del delito de operaciones. En
efecto, todo indica que esta vez el Congreso acudi, para auxiliarse a la
hora de redactar el tipo, a la terminologa utilizada en la administracin.
As, por ejemplo, en La Ley de Presupuesto, Contabilidad y Gasto
Pblico Federal792 se tena previsto que al Gobierno Federal corresponda
la facultad de asignar los recursos que se obtengan en exceso a los
previstos en el presupuesto federal. No cabe duda de que, en este
789
365
quera
comprender
era
dinero.
En
este
contexto
es
absolutamente entendible que, dado que buena parte de los asuntos que
han llegado a tribunales por el delito en estudio han sido casos de
transporte y custodia de dinero en efectivo como se ha sealado supra
al citar el estudio elaborado por la Secretara de Hacienda y Crdito
Pblico, se haya utilizado este trmino. Sin embargo, el anlisis apenas
comienza y, en consecuencia, todava se deber estudiar si la decisin
de mencionar recursos como objeto material fue o no adecuada.
Derechos
Entre las acepciones gramaticales de la voz derechos, que en el
contexto del tema que se analiza interesan, se encuentran: (1) facultad
de hacer o exigir todo aquello que la ley o autoridad establece a nuestro
favor o que el dueo de una cosa nos permite de ella793 y (2) derechos
sobre bienes tales como el de propiedad o hipoteca794.
Ahora bien, en el sentido jurdico, de la amplia gama de derechos que
existen (slo por citar algunos ejemplos: derechos de garanta, derechos
del ciudadano, derechos individuales, etc.) me parece que el legislador,
al
utilizar
este
vocablo,
ha
querido
referirse
los
derechos
793
366
que pertenecen a una persona jurdica, pues son la forma en que sta
se manifiesta797 como gnero y, en particular, a los derechos reales
(del latn res rei cosa) como especie. Esta clase de derechos es la que se
ejerce en forma inmediata sobre una cosa. Es una facultad en virtud de
la cual aqulla nos pertenece, ya en su totalidad, ya en ciertos aspectos,
segn que tengamos sobre la misma un derecho de propiedad o alguno
de sus desmembramientos, como las servidumbres o el usufructo798.
Bienes799
Es un vocablo que proviene del latn bene que tiene, entre otras, las
acepciones de: utilidad, beneficio, hacienda, caudal. La palabra bien se
reserv en un principio a las cosas corporales pero hoy se extiende a
derecho subjetivo le corresponde un deber jurdico y supone una norma que lo delimite y garantice. Cfr.
Castn Tobeas, Jos, Ob. cit., pp. 104-105.
Dentro del campo de los derechos subjetivos se encuentran los derechos reales que son denominados as
porque recaen sobre una cosa determinada seala DE PINA que aunque se ha intentado reunir todos los
derechos reales en un solo que es el del dominio, porque es el representativo del derecho de propiedad, el
derecho real por excelencia, no se puede negar que existen otros derechos reales, que se conciben como una
figura jurdica propia y determinada. Cfr. De Pina, Rafael, Elementos de Derecho Civil Mexicano. BienesSucesiones, Editorial Porra, Mxico, 2008, p. 20.
En el derecho real no existe una relacin entre dos partes determinadas. As, a primera vista, se nos aparece
como un poder inmediato y directo sobre una cosa (jus in re) que da derecho a sacar provecho de la cosa, en
grados diferentes segn la naturaleza del derecho de que se trate. Su titular puede aprovecharse de la cosa sin
necesidad de mediacin de nadie. El derecho real puede definirse como aquella relacin de su titular frente a
todas las personas que tienen el deber de no perturbar ese derecho, o sea un deber de simple abstencin. Cfr.
Arce y Cervantes, Jos, De los bienes, Editorial Porra, Mxico, 2008, p. 14.
Esta especie de derechos se encuentran especficamente precisados en la legislacin y, por esta razn, se dice
que son de nmero limitado en este sentido, Mxico sigue la tradicin romana de numerus clausus y limita el
nmero de los derechos reales a aquellos que se encuentran expresamente regulados: posesin, propiedad,
usufructo, servidumbre, uso y habitacin y los que sirven de garanta para un derecho de crdito: prenda,
hipoteca y derecho hereditario. Cfr. Lpez Monroy, Jos de Jess, voz Derechos reales y derechos
personales en Diccionario Jurdico Mexicano, Instituto de Investigaciones Jurdicas de la Universidad
Nacional Autnoma de Mxico-Editorial Porra, Mxico, 2007, p. 1272, y De Pina, Rafael, Elementos, pp.
20-21.
796
Castn Tobeas, Jos, voz Derechos subjetivos en Nueva Enciclopedia Jurdica. Tomo VII., Francisco
Seix, Barcelona, 1974, p. 103.
797
Villoro Toranzo, Miguel, Introduccin al estudio del derecho, Editorial Porra, Mxico, 2000, p. 415.
798
Garca Mynez, Eduardo, Introduccin el estudio del derecho, Editorial Porra, Mxico, 2001, p. 206.
799
El verbo beo-as-are fue empleado por Plauto en el sentido de hacer feliz; por Horacio, en el de enriquecer;
por Terencio en el de causar placer y por Ulpiano en el de aprovechar poniendo de relieve su cualidad de
til. Cfr. Marn Prez, Pascual, Voz Bienes en Nueva Enciclopedia Jurdica. Tomo III, Francisco Seix,
Barcelona, 1989, p. 348.
367
368
Artculo 1. Definiciones.
muebles
races,
tangibles
intangibles,
los
Artculo 1. Definiciones.
muebles
races,
tangibles
intangibles,
los
369
Argentina
El artculo 278 del Cdigo Penal establece:
1) a) Ser reprimido con prisin de dos a diez aos y multa de dos a
diez veces del monto de la operacin el que convirtiere, transfiriere,
administrare, vendiere, gravare o aplicare de cualquier otro modo
dinero u otra clase de bienes provenientes de un delito
Chile
El artculo 19 de la Ley 19913 sobre el lavado de activos dispone:
370
Colombia
El artculo 323 del Cdigo Penal prev:
El que adquiera, resguarde, invierta, transporte, transforme, custodie o
administre bienes que tengan su origen mediato o inmediato en
actividades de
Costa Rica
El artculo 69 de la Ley sobre Estupefacientes, Sustancias Psicotrpicas,
Drogas de Uso no Autorizado, Legitimacin de Capitales y Actividades
Conexas establece:
Ser sancionado de ocho a veinte aos de prisin:
a) Quien adquiera, convierta, trasmita bienes de inters econmico,
sabiendo que estos se originan en un delito grave
Espaa
El artculo 301.1 del Cdigo Penal seala:
El que adquiera, convierta o transmita bienes, sabiendo que stos
tienen su origen en un delito
Como
puede
observarse,
las
legislaciones
hasta
aqu
referidas
807
La legislacin de Argentina es reiterativa pues seala dinero que es, como el propio artculo lo aclara, una
clase de bienes.
371
808
372
809
373
374
812
375
tpicas
constitutivas
del
delito
en
anlisis
han
de
ser
816
376
las
obligaciones,
etctera821.
Asimismo,
en
diversos
821
De Pava Iturralde, Agustn, Anlisis del trmino bienes como objeto material del delito de operaciones
con recursos de procedencia ilcita, Mxico, 2009, Indito.
822
Abel Souto, Miguel, Ob. cit., pp. 189-192.
377
cambios,
una
formulacin
adaptada
al
peculiar
mecanismo
del
blanqueo823.
La mayora de la doctrina penal se pronuncia a favor de la utilizacin de
un concepto amplio de bienes824 pues se argumenta que esta es la
manera en que se puede abarcar la multiplicidad de formas que pueden
adoptar los capitales o beneficios econmicos de la riqueza ilcita825. La
ventaja de asumir un concepto amplio de bienes que es el que le ha
otorgado la doctrina civilista es que permite abarcar la punicin de
todas las conductas que recaigan sobre cualquier modalidad que puedan
revestir los beneficios, ganancias, productos, etc.826.
En relacin con las normas penales que utilizan exclusivamente el
trmino bienes como objeto material del delito, algunos autores han
sealado que no cabe duda de que, mediante su empleo, el legislador ha
tratado de no dejar fuera ningn resquicio legal que provoque que se
eludan las disposiciones penales a travs de nuevos bienes que puedan
ser objeto de la maniobra del blanqueo827. Asimismo, la doctrina penal
ha dicho que ningn sentido tiene tipificar como delito las actividades de
blanqueo de capitales si el contenido del trmino legal bienes ofrece
dudas y lagunas que permiten eludir con mayor o menor facilidad la
aplicacin del tipo penal828.
823
378
829
En el mismo caso estn, por ejemplo, Per cuyo tipo penal comprende como objeto material el dinero o
los bienes Glvez Villegas ha sealado que hubiera sido suficiente que el legislador peruano se refiriera
genricamente a bienes. Cfr. Glvez Villegas, Tomas Aladino, El delito de lavado de activos, Grijley, Lima,
2004, p. 51. Asimismo, Durrieu H. seala que el trmino dinero incluido por el legislador argentino resulta
innecesario si se tiene en cuenta que tal concepto se encuentra incluido dentro del trmino bienes que
tambin est indicado en la norma. Cfr. Durrieu H., Roberto, El lavado de Dinero en la Argentina, p. 108.
830
Para desarrollar esta investigacin decid dedicar el captulo 4 al tema del delito previo. Por ello, algunos
de los subtemas que aparecen en este apartado ya han sido abordados, con mayor amplitud, en dicho captulo
pues el objeto material del tipo de operaciones surge del delito previo. En tal razn, hago aqu solamente una
breve mencin de ellos que incluye autores que no han sido citados con anterioridad exclusivamente con el
objetivo de que el lector pueda tener una visin general de los temas que ataen a la categora del objeto de la
accin.
831
Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 201.
379
de operaciones837.
Adems,
ser
necesario
que
el
objeto
con
el
razonamiento
de
que
en
puridad
380
841
Gonzlez Rus, Juan Jos, Curso de derecho penal espaol. Parte Especial I, p. 852.
Gmez Iniesta, Diego J., El delito de blanqueo de capitales, p. 47.
843
Abel Souto, Miguel, El delito de blanqueo, p. 166. El autor seala y parece tener razn que, en los
delitos contra el patrimonio, la identidad es ms fcil.
844
Del Carpio Delgado, Juana, El delito de blanqueo de bienes, pp. 102-103.
842
381
se
remunera,
total
parcialmente,
al
narcotraficante
845
382
de
tambin
actividades
siguen
delictivas.
esta
Asimismo,
tendencia.
varias
Como
leyes
ejemplos
848
383
autores
de
ciertos
pases
han
discutido
acerca
de
la
En
otra
interpretacin
que
comparto
BARRAL
ha
El planteamiento de este problema es tratado con amplitud en Blanco Cordero, Isidoro, El delito de
blanqueo de, pp. 261-262.
850
Barral, Jorge E., Ob. cit., p. 185.
851
Cfr. Moliner, Mara, Ob. cit., p. 2558 y Real Academia Espaola, Ob. cit. p. 1324.
384
852
385
854
386
387
864
388
Como
los
bienes
las
ganancias
pueden
proceder
directa
El
bien
sustituido
conserva
su
carcter
ilcito
y,
en
867
868
Molina Mansilla, Ma. del Carmen, El delito bsico de blanqueo, p. 8 (del acceso electrnico).
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., pp. 357-366.
389
869
Silva Snchez, Jess Mara, La receptacin especfica en Comentarios a la legislacin penal. Tomo XII.
Madrid, 1990, p. 487.
870
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de, p. 279.
871
Cfr. Dirrieu, Roberto H., Ob. cit., p. 116, y Sierra, Hugo Mario, El lavado de activos en nuestro Cdigo
Penal (Ley 25.246), en LL de 11/06/2003.
390
391
877
Idem, p. 191,
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. Cit., p. 366.
879
Para todo el tema de la adquisicin de procedencia delictiva de un bien Cfr. Ampliamente, por todos,
Arnguez Snchez, Carlos, El delito de blanqueo, pp. 204-205.
878
392
880
881
393
delito
de
blanqueo
cuando:
a)
al
poder
ser
valorado
882
394
883
Idem., p. 109.
Postura sostenida por Fabin Caparrs, Eduardo A., El delito de blanqueo, p. 300.
885
La propuesta es hecha por Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 209. Debe tenerse presente que, para este
autor, lo que el blanqueo persigue es el aislamiento de los beneficios procedentes de un delito en el trfico
econmico legal.
886
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de, p. 265.
887
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., p. 362.
888
Real Academia Espaola, Ob. cit., p. 1017.
884
395
889
Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 211. El autor sigue aqu, con algunas precisiones, la idea de
BARTON en el sentido de la significacin jurdica de la parte sucia en relacin con la limpia del bien.
890
Barral, Jorge E., Legitimacin de bienes, p. 189.
396
decir,
proporcin
mayor
de
procedencia
delictiva
mnima
de
resultado
que
la
totalidad
de
stos
se
contamine
se
891
892
397
893
398
Captulo 8
Los elementos subjetivos
Como se sabe, el injusto no puede concebirse como algo puramente
objetivo; de esta manera, el tipo subjetivo no se encuentra al margen
del objetivo, sino en una relacin de dependencia lgica con ste894. Por
eso, en la determinacin de la tipicidad, el juicio de atribucin no lo es
slo respecto de los elementos objetivos, sino que, necesariamente,
tambin habr de imputarse el comportamiento conforme al sentido que
una persona le otorg895.
Ahora bien, debe tenerse presente que los elementos subjetivos son
inaccesibles de modo directo a una plena constatacin emprica896,
porque stos no son un hecho fcilmente observable como cualquier
otro dato perceptible por los sentidos. As, como seala MUOZ CONDE,
la peculiaridad de esta clase de elementos est precisamente en que
nadie, salvo la propia persona de cuya subjetividad se trata, puede
saber con certeza cul es su exacto contenido897; pues las cuestiones
psicolgicas son indemostrables cientficamente898. Por eso, tiene razn
RAGUS I. VALLS cuando afirma que una aplicacin estricta de la idea
segn la cual slo resulta legtimo condenar a un sujeto por delito
doloso cuando consigan averiguarse determinados datos psquicos que
concurrieron en el momento de la realizacin del comportamiento
objetivamente
tpico
hace
imposible
cualquier
condena
por
esta
894
Struensee, Eberhard, Dolo, tentativa y delito putativo (Trad. Marcelo A. Sancinetti), Hammurabi, Buenos
Aires, 1992, p. 63.
895
Bustos Ramrez, Juan J. /Hormazbal Malare, Hernn, Lecciones de Derecho Penal. Vol. II, Editorial
Trotta, Madrid, 1999, p. 59.
896
Diez Ripolls, Jos Luis, Los elementos subjetivos del delito, Editorial B de f, Montevideo-Buenos Aires,
2007, p. 285.
897
Muoz Conde, Francisco, Prlogo al libro Los elementos subjetivos del delito, pp. IX-X.
898
Daz-Aranda, Enrique, Dolo (causalismo-finalismo-funcionalismo y la reforma penal en Mxico), Editorial
Porra, Mxico, 2001, p. 141.
399
8.1 El dolo
Es en la doctrina penal de la Europa continental donde se afianza, hasta
llegar al siglo XX, la distincin frente a la culpa o negligencia del
concepto de dolo que consiste en la voluntad conciente de cometer el
hecho delictivo901 como forma ms grave de culpabilidad902.
899
Ragus I. Valls, Ramn, El dolo y su prueba en el proceso penal, Bosch, Barcelona, 1999, p. 520.
Luzn Pea, Diego Manuel, Curso, pp. 389-390.
901
Idem., p. 401.
902
Al ser una conducta de ms grave culpabilidad en palabras de Fiandaca y Musco el dolo consiste en
caracterizar la forma ms grave de culpabilidad. Cfr. Fiandaca, Giovanni/Musco, Enzo, Derecho Penal. Parte
General, p. 350, la doctrina se ha ocupado de dar una explicacin del porqu debe agravarse la pena en los
delitos dolosos respecto de los imprudentes. De esta manera, se ha sostenido, por ejemplo: a) que el autor
900
400
doloso merece ms pena que el imprudente porque es ms responsable del hecho delictivo; b) que al autor
doloso le es ms fcil evitar la realizacin del tipo; c) que los hechos dolosos expresan una decisin del autor
contra los bienes jurdicos que no concurre en las realizaciones imprudentes, y d) que el sujeto que acta
dolosamente realiza una conducta ms necesitada de rplica por parte del ordenamiento jurdico, pues, desde
un punto de vista de significado social, dicho sujeto ha negado con su comportamiento la vigencia de la
norma. Seala con razn Ragus I. Valls que a todas estas teoras no les falta una parte de razn. Sin
embargo, considera que la que mejor explica la diferente punibilidad que merecen una y otra forma de
actuacin es aquella explicacin que se mueve en la lnea de la prevencin general acuada por Jakobs en la
que el sujeto que acta con dolo ha negado con su conducta la vigencia de la norma. Cfr. Ragus I. Valls,
Ramn, El dolo y su, pp. 32 y ss.
903
Bustos Ramrez Juan J. /Hormazbal Malare, Hernn, Lecciones de DerechoVol. II, p. 60.
904
Hassermer, Winfried, Los elementos caractersticos del dolo en ADPCP Tomo XLV, Madrid, 1990, p.
931.
905
Vid, por todos, Bacigalupo, Enrique, Tipo y error, Hammurabi, Buenos Aires, 2002, p. 45.
906
Luzn Pea, Diego Manuel, Curso, p. 404-405.
907
Crdoba Roda, Juan, Una nueva concepcin del delito (la doctrina finalista), Ariel, Barcelona, 1963, p.
99.
908
Bustos Ramrez, Juan J. /Hormazbal Malare, Hernn, Lecciones Vol. II., p. 68.
401
909
402
pues
deber
distinguirse
entre
subjetiva
objetiva.
La
403
autores
acuden
los
parmetros
del
conocimiento
dar
lugar
ciertas
habilidades
han
de
tomarse
en
consideracin917.
916
Silva Snchez, Jess Mara/Corcoy Bidasolo, Mirentxu/Bald Lavilla, Francisco Sistema de casos
prcticos de Derecho Penal (con soluciones), Bosch, Barcelona, 1993, p. 73.
917
Daz-Aranda, Enrique, Ob. cit., p. 131.
404
918
Vid, por todos, Bustos Ramrez Juan J. /Hormazbal Malare, Hernn, Lecciones Vol. II., p.66. El
criterio de la valoracin paralela en la esfera del profano fue iniciado por Binding quien consideraba que no se
poda exigir al dolo del autor una total subsuncin respecto de los elementos normativos aunque sin
llamarlos con ese nombre puesto que todava no haban sido elaborados en el sentido en que hoy se
entienden. As, para determinar la concurrencia del dolo era suficiente con que el autor hubiese considerado
su accin ilcita. Cfr. Blanco Cordero, Isidoro, El delito de, p. 347. Sin embargo, la elaboracin de esta
frmula corresponde Mezger quien la utiliz para explicar el error de derecho, sobre la antijuridicidad o
sobre la significacin de los elementos normativos Cfr. Luzn Pea, Diego Manuel, Curso, p. 448.
919
Daz Aranda, Enrique, Dolo, pp. 117 y ss.
920
Blanco Cordero, Isidoro, El delito de, p. 330.
405
921
922
El parntesis es mo.
Mir Puig, Santiago, Derecho penal. Parte General, p. 263.
406
Prez Manzano, Mercedes, El tipo subjetivo en los delitos de receptacin y blanqueo de dinero en
Cuadernos de Derecho Judicial, 1994, p. 248.
924
Luzn Pea, Diego Manuel, Curso, p. 405. En el mismo sentido, Ragus I. Valles, Ramn, El dolo, p.
32.
925
Ragus I. Valls, Ramn, El dolo y su, p. 31.
926
Muoz Conde, Francisco/Garca Arn, Mercedes, Ob. cit., p. 269.
407
927
928
408
es
preciso
entonces
que
el
sujeto
tenga
un
conocimiento
929
409
que pueden
conocimientos
para
razonar
concluir
acerca
de
la
esa
actuacin.
Luego
entonces,
me
encuentro
en
933
410
938
Vid, por todos, Muoz Conde, Francisco/Garca Arn, Mercedes, Derecho Penal. Parte General, p. 268.
Fiandaca, Giovanni/Musco, Enzo, Derecho Penal. Parte General, pp. 355-356.
940
Vid, entre otros, Fabin Caparrs, Eduardo A., El delito de blanqueo, p. 327; Del Carpio Delgado,
Juana, Ob. cit., p. 307; Arnguez Snchez, Carlos, Ob. cit., p. 273 (el autor pone de relieve que esto opera
salvo en los supuestos de actio libera in causa).
939
411
tipificados
en
sta
deber
hacerse
en
el
momento
de
412
dolo
directo;
b)
dolo
directo
de
segundo
grado
Ragus I. Valls seala que la triparticin es obra nicamente de la elaboracin doctrinal y no goza de
ningn fundamento legal explcito. Por ello, considera que es perfectamente legtimo cuestionar de lege lata
el por qu de una clasificacin tripartita: atendiendo a todas las variaciones posibles entre los grados e
intensidades imaginables de conocimiento y voluntad podra construirse una participacin cudruple o
quntuple sin demasiadas dificultades. Cfr. Ragus I. Valls, Ramn, El dolo y su prueba, p. 51.
947
Daz Aranda, Enrique, Dolo (causalismo, finalismo, p. 143.
413
a) El dolo directo
En lo que respecta al dolo directo de primer grado no existe discusin
alguna. Toda la doctrina coincide en sealar que en el delito de
operaciones/blanqueo esta clase de dolo es la que, con total seguridad,
admite la figura tpica en estudio951. Comparto esta posicin. Como ya
se ha analizado, el dolo exige conocer en este caso la procedencia
948
414
b) El dolo eventual
La admisin o no del dolo eventual ha resultado ser la ms polmica de
las categoras dogmticas aplicables al tipo en estudio. Como se sabe,
en ste el sujeto no persigue o pretende directamente realizar el hecho
tpico y, adems, sabe que no es seguro sino slo posible una
eventualidad que su conducta realice tal hecho952.
El anlisis de este tema en el delito en estudio suele partir de la
interpretacin que debe darse a la expresin con conocim iento prevista
en el artculo 400 Bis del Cdigo Penal Federal o sabiendo que es la
que se utiliza en el artculo 301.1 del Cpe ha generado diversas
interpretaciones. En este sentido, es importante la cuestin de que las
diferencias entre el dolo directo y el dolo eventual no se encuentran
nica y exclusivamente en el marco del elemento volitivo, sino tambin
en
el
elemento
intelectivo,
atendiendo
al
diferente
grado
de
Como hace notar Luzn Pea el acuerdo doctrinal llega hasta la determinacin de que estos son los
requisitos del dolo eventual. Sin embargo, como tambin existe una modalidad de la imprudencia la
imprudencia consciente, con representacin o previsin en que se da la misma situacin inicial, o sea, que el
autor sabe, prev o es consciente de que se da la posibilidad de realizar el hecho tpico, entonces la doctrina se
divide sobre qu requisito adicional hay que exigir al dolo eventual. De las diferentes teoras que se han
elaborado para explicar esta categora dogmtica la que, siguiendo a Luzn, me parece que presenta la mejor
solucin es la teora restringida del consentimiento o la aceptacin. De acuerdo con ella, la restriccin ms
usual o importante consiste en considerar que la aceptacin o consentimiento no se excluye por la confianza
irracional o infundada en la no produccin del hecho porque esa confianza meramente subjetiva no es una
autntica confianza, sino una esperanza o deseo jurdicamente irrelevante, sino que la aceptacin o
consentimiento slo se excluye por una confianza mnimamente fundada objetivamente (para el hombre
medio ideal), aunque errnea, en que no se produzca el resultado. Cfr. Luzn Pea, Diego Manuel, Ob. cit.,
pp. 418 y ss.
415
sujeto, y ese algo puede ser la falta de certeza sobre si los bienes
proceden o no de un delito; entonces, debe hablarse del conocimiento
eventual de la procedencia delictiva de los bienes y, esa eventualidad,
es la que conduce a que un sujeto (que no tenga seguridad en cuanto a
la realizacin del tipo) obre de acuerdo con esa incertidumbre, y pueda
decirse que hay dolo eventual si, finalmente, realiza ste953.
De esta manera, entre quienes admiten la comisin del delito por dolo
eventual se encuentran, por ejemplo, GMEZ INIESTA quien sostiene
que, en principio, parece que se exige dolo directo, excluyndose el dolo
de segundo grado y el eventual. Sin embargo, ms adelante en su
estudio, el mismo tratadista razona que debido a que no es necesaria la
absoluta certeza de que se ha cometido un delito en concreto es dable la
admisin del dolo eventual954. Asimismo, COBO DEL ROSAL y ZABALA
LPEZ-GMEZ consideran que cuando el activo cree que los bienes
proceden de un delito, y pese a ello acta asumindolo se verificar en
dolo eventual955. Por su parte, BLANCO CORDERO ha elaborado el
argumento de que basta con la concurrencia de dolo eventual aunque,
como consecuencia de ello, haya que asumir que el requisito del
conocimiento
de
la
procedencia
delictiva
de
los
bienes
queda
953
416
958
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., p. 584. A pesar de este razonamiento, el autor no admite que la
figura en estudio (el tipo bsico en el Cpe) pueda cometerse por dolo eventual.
959
Esta es la aseveracin que hace Blanco Cordero, Isidoro, El delito de blanqueo, p. 359.
960
De Faria Acosta, Jos, El blanqueo de capitales. Algunas reflexiones a la luz del derecho penal y de la
poltica criminal (Trad. Paz Arenas Rodrigez) en Hacia un derecho penal econmico europeo. Jornadas
en honor del profesor Klaus Tiedemann, BOE, Madrid, 1995, p. 679.
961
Barral, Jorge E., Legitimacin, p. 221.
417
418
subjetivos
es
necesario,
en
primer
lugar,
conocer
el
964
419
970
420
recursos,
derechos
bienes
de
cualquier
naturaleza
con
VI. Los que dolosamente presten ayuda o auxilien a otro para su comisin.
975
421
8.3 El error
En trminos generales el error es la ignorancia o falsa apreciacin de la
realidad977. As, un principio bsico de la moderna doctrina penal es el
977
Bustos Ramrez, Juan J. /Hormazbal Malare, Hernn, Lecciones Vol. II, p. 243. Como ya se sabe, estos
autores al igual, entre otros, que Luzn Pea defienden la idea del error sobre un elemento esencial y sobre
un elemento accidental. Por su parte, Righi destaca el hecho de que es posible distinguir entre ignorancia que
se traduce en ausencia total de conocimiento y falsa apreciacin de la realidad que implica error. De cualquier
422
clase de error es, por tanto, similar al caso fortuito y no permite siquiera
traspasar el primer estadio de la teora del delito: la tipicidad. No afecta
al conocimiento o desconocimiento de la antijuridicidad, sino tan slo al
de las circunstancias del hecho982. En caso de error en el elemento
cognitivo del dolo por ejemplo, sobre los presupuestos objetivos de una
causa de justificacin habr error de tipo983. Como es sabido, a esta
manera, para ambas situaciones en el Cdigo Penal Argentino se aplica la misma regla. Cfr. Righi, Esteban,
Derecho Penal. Parte General, p. 216.
978
Muoz Conde, Francisco, El error en derecho penal, Tirant lo Blanch, Valencia, 1989, p. 22.
979
Bacigalupo, Enrique, Tipo y, p. 123. Luzn seala que si el error de tipo se basa en una creencia
objetivamente fundada o, de forma general, es objetivamente inevitable para un hombre medio ideal desde el
punto de vista del derecho y para cada posicin jurdica colocado en la situacin de autor, con los
conocimientos de ste y empleando toda la diligencia objetivamente debida, no hay ni dolo ni imprudencia
alguna, por lo que se est ante un supuesto especial de caso fortuito. Cfr. Luzn Pea, Diego Manuel, Curso
de Derecho Penal. Parte General, p. 445.
980
Londoo Berro, Hernando, El error en la moderna teora del delito, Temis, Bogot, 1982, p. 24.
Asimismo, Bacigalupo sostiene que slo los elementos del tipo objetivo pueden ser materia del error de tipo.
De esta manera, tal clase de error importa una representacin falsa en el autor sobre los elementos del tipo
objetivo. A esta representacin falsa es totalmente equiparable la ignorancia de elementos del tipo objetivo; es
decir, la falta de toda representacin. Cfr. Bacigalupo, Enrique, Tipo y, p. 155.
981
Jescheck seala que esta clase de error existe cuando el autor no conoce uno de los elementos a los que el
dolo debe extenderse segn el tipo que corresponda. Cfr. Jescheck, Tratado, (Trad. Miguel Olmedo
Cardenete), p. 328.
982
Roxn, Claus, Derecho Penal. Parte General, p. 459.
983
Bustos Ramrez, Juan J. /Hernn, Lecciones Vol. II, p. 68.
423
984
La idea de que el error de prohibicin inevitable excluye la culpabilidad es sostenida, entre otros, por
Crdoba Roda, Juan, El conocimiento de la antijuridicidad en la teora del delito, Barcelona, 1962, pp. 137 y
ss; Muoz Conde, Francisco, El error, pp. 52-53, y Mir Puig, Santiago, Lecciones de derecho penal, 1983,
p. 336. Adems, seala este ltimo autor que el error de prohibicin excluye el tercer y ltimo nivel necesario
para que el dolo sea un dolus malus. Cfr. Mir Puig, Santiago, Derecho Penal. Parte General, p. 549. En
este sentido, Luzn sostiene que el error de prohibicin no afecta al injusto tpico ni al dolo ni a la
imprudencia, sino que disminuye o excluye la culpabilidad. Por eso el criterio de evitabilidad o
inevitabilidad es puramente subjetivo-individual. Cfr. Luzn Pea, Diego Manuel, Curso de, p. 467. Por su
parte, Muoz Conde/Garca Arn son de la idea de que el error de prohibicin tanto si es directo sobre la
existencia de la norma prohibitiva como si es indirecto sobre la existencia, lmites o presupuestos objetivos
de una causa de justificacin, no incide en la configuracin tpica dolosa o imprudente, del delito sino en la
culpabilidad del autor del concreto tipo delictivo que haya realizado. Cfr. Muoz Conde, Francisco/Garca
Arn, Mercedes, Derecho Penal. Parte General, p. 390. Como se sabe, Luzn Pea entiende que la
existencia, lmites o presupuestos de una causa de justificacin dan lugar a error de tipo. Ello, porque este
autor defiende la teora de los elementos negativos del tipo.
985
Luzn Pea, Diego Manuel, Curso, p. 467.
986
Zaffaroni, Eugenio Ral, Tratado Tomo IV, p. 184.
424
nico
cuyo
conocimiento
viene
expresamente
exigido
por
el
987
Cfr. entre otros, Barral, Jorge E., Legitimacin, p. 222; Del Carpio Delgado, Juana, El delito de, p.
321.
988
La calificacin la ha dado Palma Herrera. Cfr. Palma Herrera, Jos Manuel, Los delitos de, p. 601.
989
Ver Cap. 4.
990
Palma Herrera, Jos Manuel, Los delitos, p. 603. Como se sabe, este autor es partidario de la concepcin
objetiva del injusto en la que el dolo forma parte de la culpabilidad y no de la tipicidad. En cambio, yo
suscribo la teora de los elementos negativos del tipo. Sin embargo, por diversos caminos y con distintos
argumentos se llega a la misma conclusin. A saber, que el error sobre la procedencia delictiva de los
recursos, derechos o bienes habr de ser tratado como error de tipo.
991
Del Carpio Delgado, Juana, El delito, p. 322.
425
426
994
Cfr. por todos, Luzn Pea, Diego Manuel, Curso, pp. 441 y ss.
427
995
428
996
Luzn Pea, Diego Manuel, Curso, pp. 477 y ss. Como se sabe, Luzn sigue la teora de los elementos
negativos del tipo; en consecuencia, los elementos del tipo positivo por s solos no fundamentan injusto
alguno, sino nicamente un indicio del injusto y solamente unidos a la ausencia de las causas de justificacin
pueden dar lugar al injusto penal.
429
997
Como se sabe, tradicionalmente se denomin error de derecho a lo que hoy se llama error de
prohibicin. Aunque la gran mayora de la doctrina moderna acepta la nueva denominacin, hay quien
sostiene que sta no es adecuada porque est basada en una concepcin imperativista del derecho y una
prevaloracin de los efectos del sistema sobre las soluciones relativas a los problemas del error. Cfr.
Fernndez C., Juan, Delito y error. Perspectiva poltico criminal, Temis, Bogot, 1990, p. 30.
998
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. Cit., pp. 615-616. Para este autor existe otra clase de error de prohibicin
que es el que se refiere a alguna causa de justificacin error de prohibicin indirecto. Sin embargo, como
yo sigo la teora de los elementos negativos del tipo en particular con los matices que ha sealado Luzn
Pea no acepto que las causas de justificacin pertenezcan al error de prohibicin sino que me parece que
stas se encuentran en el de tipo.
430
Captulo 9
El concurso
9.1 El problema concursal
Como se ha visto, buena parte de la doctrina considera que el delito de
operaciones/blanqueo protege el bien jurdico administracin de justicia.
As, incluso autores que defienden la idea de que estamos ante un delito
pluriofensivo coinciden en sealar que, de alguna u otra manera, las
acciones llevadas a cabo para actualizar el tipo objeto de este estudio
afectan la investigacin, el procesamiento y las consecuencias jurdicas
el decomiso, por ejemplo del delito previo. En esta misma lnea de
pensamiento, los autores (con quienes me encuentro de acuerdo)
consideran que el delito de operaciones es un familiar muy cercano del
encubrimiento999. Por ello, a continuacin me ocupo de estudiar ambas
999
El delito de encubrimiento se encuentra previsto en el artculo 400 del Cdigo Penal Federal.
Artculo 400.- Se aplicar prisin de tres meses a tres aos y de quince a sesenta das multa, al que:
I.- Con nimo de lucro, despus de la ejecucin del delito y sin haber participado en ste, adquiera, reciba u
oculte el producto de aqul a sabiendas de esta circunstancia.
Si el que recibi la cosa en venta, prenda o bajo cualquier concepto, no tuvo conocimiento de la procedencia
ilcita de aqulla, por no haber tomado las precauciones indispensables para asegurarse de que la persona de
quien la recibi tena derecho para disponer de ella, la pena se disminuir hasta en una mitad;
II.- Preste auxilio o cooperacin de cualquier especie al autor del delito, con conocimiento de esta
circunstancia, por acuerdo posterior a la ejecucin del citado delito;
III.- Oculte o favorezca el ocultamiento del responsable de un delito, los efectos, objetos o instrumentos del
mismo o impida que se averige;
IV.- Requerido por las autoridades, no d auxilio para la investigacin de los delitos o para la persecucin de
los delincuentes;
V.- No procure, por los medios lcitos que tenga a su alcance y sin riesgo para su persona, impedir la
consumacin de los delitos que sabe van a cometerse o se estn cometiendo, salvo que tenga obligacin de
afrontar el riesgo, en cuyo caso se estar a lo previsto en este artculo o en otras normas aplicables;
VI. Altere, modifique o perturbe ilcitamente el lugar, huellas o vestigios de un hecho delictivo, y
VII. Desve u obstaculice la investigacin del hecho delictivo de que se trate o favorezca que el inculpado se
sustraiga a la accin de la justicia.
No se aplicarn las penas prevista en este artculo en los casos de las fracciones III, en lo referente al
ocultamiento del infractor, y IV, cuando se trate de:
a) Los ascendientes y descendientes consanguneos o afines;
b) El cnyuge, la concubina, el concubinario y parientes colaterales por consanguinidad hasta el cuarto
grado, y por afinidad hasta el segundo;
c) Los que estn ligados con el delincuente por amor, respeto, gratitud o estrecha amistad derivados de
motivos nobles.
El juez teniendo en cuenta la naturaleza de la accin, las circunstancias personales del acusado y las dems
que seala el artculo 52, podr imponer en los casos de encubrimiento a que se refieren las fracciones I,
431
en
la
prctica
se
pueden
presentar
supuestos
cuya
prrafo primero y II a IV de este artculo, en lugar de las sanciones sealadas, hasta las dos terceras partes de
las que correspondiera al autor del delito; debiendo hacer constar en la sentencia las razones en que se funda
para aplicar la sancin que autoriza en este prrafo.
1000
Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit., p. 340.
1001
Vid, por todos, Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit., p. 340.
1002
Esta es la frase que utiliza Gili Pascual al estudiar los delitos de blanqueo y encubrimiento. Cfr. Gili
Pascual, Antonio, El encubrimiento en el Cdigo Penal de 1995, Tirant lo Blanch, Valencia, 1999, p. 394.
1003
Del Carpio Delgado, Juana, Ob. cit., p. 352.
1004
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., p. 692.
432
anlisis debe comenzar por identificar los elementos que son comunes a
ambas figuras; a continuacin, los que, aunque similares, tienen
caractersticas propias y, por ltimo, los absolutamente diferentes.
a) Elementos comunes
En
primer
lugar,
tanto
el
delito
de
operaciones
como
el
de
en
el
Ttulo
Vigsimo
Tercero
del
CPF
denominado
433
recae,
en
todo
caso,
sobre
bienes
con
un
contenido
de
encubrimiento.
As,
cuando
se
presente
un
caso
de
434
1005
435
Toma de posicin
En mi opinin no estamos ante un concurso de delitos, sino ante un
concurso aparente de normas penales. En este sentido, como lo razon
JIMNEZ HUERTA, es preciso dilucidar, a travs de la interpretacin, si
la plural adecuacin tpica que aparentemente reviste la conducta tiene
realidad, o si, por el contrario, es tan slo un fenmeno de espejismo
que se desvanece tan pronto como se interpreta correctamente el
ordenamiento penalstico1007. Como se sabe, la solucin que debe darse
a estos aparentes concursos depende de las relaciones lgicas y
valorativas implcitamente existentes en los diversos tipos penales
manifestados tanto en los puntos de vista teleolgicos que le norman
como en la dinmica tpica que crea el desarrollo y progresin de las
conductas penalmente relevantes1008.
As, a primera vista todo parece indicar que las fracciones primera (en
su primer prrafo), segunda y tercera del artculo 400 del CPF se
sobreponen o traslapan con el delito de operaciones. A saber, las
fracciones son:
1006
436
1009
437
1010
Vid, por todos, Puig Pea, Federico, Colisin de normas penales. Concurso aparente de leyes punitivas,
Bosch, Barcelona, 1955, p. 99. En este sentido, reflexiona Pearanda Ramos que, en el principio de
especialidad, se podra ver una complicacin innecesaria que atenta contra el principio de economa
conceptual que debe presidir la elaboracin de todo sistema cientfico, puesto que no parece, en principio,
razonable admitir la realizacin conjunta de los tipos de varios delitos, para rechazar a continuacin la
conjunta aplicacin de todas sus consecuencias. Ms adecuado podra ser, por tanto, excluir ya de ante mano
que se hayan verificado todos los requisitos tpicos de los preceptos penales en conflicto y admitir la sola
realizacin de uno de ellos. Cfr. Pearanda Ramos, Enrique, Concurso de leyes, error y participacin en el
delito, Cuadernos Civitas, Madrid, 1991, p. 52-53.
1011
A la conclusin de que es el principio de especialidad el que impera llega Arnguez Snchez cuando
analiza las figuras de blanqueo y encubrimiento en el Cpe. Sin embargo, para l el encubrimiento es especial
frente al blanqueo la solucin pasa por el principio de especialidad, que nos lleva a la aplicacin del
encubrimiento, pues ste es el precepto ms especfico, ya que, y a pesar del delito que sirve de base al
blanqueo es ms concreto que el del encubrimiento, el objeto material del encubrimiento no puede haber sido
sustituido, la conducta tpica es menos amplia, no admite ni imprudencia ni el dolo eventual. Cfr. Arnguez
Snchez, Carlos, El delito de, pp. 367-368.
438
pues,
en
ambas
posturas,
prevalece
el
delito
de
operaciones/blanqueo.
Ahora bien, en cuanto a la diferencia punitiva, PALMA HERRERA la ha
sustentado en
1012
Aunque algunos de ellos consideran, con base en el principio de especialidad, la aplicacin preferente del
blanqueo sobre el encubrimiento. Cfr. Zaragoza Aguado, Javier Alberto, Receptacin y blanqueo de
capitales, p. 450 y Snchez-Ostiz Gutirrez, Pablo El encubrimiento como delito, Tirant lo Blanch,
Valencia, 1998, p. 164.
1013
Palma Herrera, Jos Manuel, Ob. cit., p. 690.
439
reiterar
continuadamente.
Sin
embargo,
la
situacin
1014
440
441
Quinta.
En
mi
opinin,
operaciones/blanqueo
se
con
tutela
la
incriminacin
exclusivamente
del
el
delito
bien
de
jurdico
443
uno
slo
siempre
que
revista
una
singular
potencia
Octava.
En
mi
consideracin,
el
legislador
mexicano
utiliz,
al
valoracin de
445
Por ello, de lege ferenda propongo que el Cdigo Penal Federal incluya
en el Ttulo Vigsimo Tercero Encubrimiento y Operaciones con
Recursos de Procedimiento Ilcita una norma similar a la que contiene
el artculo 300 del Cpe que prev: Las disposiciones de este captulo se
aplicarn aun cuando el autor o el cmplice del hecho del que provengan
los efectos aprovechados fuera irresponsable o estuviera personalmente
exento de pena.
Dcima.
Tradicionalmente el
derecho
penal
mexicano
suele
dar
Es
decir,
cuatro
conductas
no
son
adecuadas
en
la
descripcin legal.
446
tendientes
llevarlo
cabo
lesionan
destruyen
la
Dcima
Tercera.
Para
estar
en
posibilidad
de
establecer
una
clase
de
intervencin
las
caractersticas
especficas
de
la
organizacin criminal.
D cima Cuarta. El legislador nacional ha adoptado una decisin de
poltica criminal francamente discutible al imponer, como objeto material
del tipo de operaciones, los vocablos recursos, derechos o bienes. Tanto
el vocablo recursos como la voz derechos son reiterativos del concepto
448
Por ello, de lege ferenda propongo que se supriman del tipo las seis
finalidades que se ha valorado son inadecuadas en la descripcin. Esto
se suma a la propuesta de eliminar las conductas no aptas para el
delito. As, en lugar de tener un delito configurado en 80 tipos (que es lo
que hoy existe) solamente se tendran 12.
451
los pr e vist os e n
la
Le y
Fe de r a l cont r a
la
D e lincue ncia
La misma pena
La pena prevista en
Deben
suprimirse
los
prrafos
sexto
s pt im o.
452
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