Kelsen La Transformación Del Concepto de Soberanía
Kelsen La Transformación Del Concepto de Soberanía
Kelsen La Transformación Del Concepto de Soberanía
Hans Kelsen
Traducido del alemn por Miguel Azpitarte Snchez
Resumen: Este estudio plantea las tensiones que sobre el concepto de soberana
provoca el surgimiento del derecho internacional, hasta el punto de que denuncia
el uso ideolgico (no cientfico) del citado concepto de soberana. Para alcanzar
esa conclusin repasa la formacin del concepto, las contradicciones indisolubles
que surgen cuando se confronta con la idea de una comunidad jurdicainternacional, y los esfuerzos intiles de salvar esa contradiccin recurriendo a la
tesis de la soberana del Estado, la comprensin del derecho internacional como
un derecho de contratos, a la doctrina dualista o a la materializacin del concepto
de soberana.
Palabras clave: Soberana, Estado, derecho internacional.
Abstract: This paper studies the intellectual clash between the concept of
sovereignty and the building of an international community, to the point of
denouncing the ideological and non scientific use of the concept of sovereignty. To
reach this conclusion, the author goes briefly over the concept of sovereignty, the
superb contradictions that this concept encounters if confront with the idea of an
international law community and the empty tries to circumvent that contradictions
through the thesis of States sovereignty, international law as contract law, the
dualist doctrine or the materialization of the concept of sovereignty.
Key words: Sovereignty, State, international law.
[1] La traduccin se ha realizado a partir del texto alemn recopilado en Hanns Kurz,
Volkssouvernitt und Staatssouvernitt, 1970, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, Darmstadt.
Esta recopilacin remite a su vez a una primera publicacin en Studi Filosofico-Giuridici, Bd. II.
Modena 1931, pp. 1-11.
validez de todo ordenamiento que quiera ser considerado como jurdico y ese
Estado se muestra no solo como el de ms alto rango, sino incluso como el nico
ordenamiento jurdico completo -pues determina, siquiera en un sentido formal, la
validez de los restantes, aunque no su contenido o eficacia. Desde el punto de
partida del Estado, cuyo reconocimiento se exige tanto para la validez del derecho
internacional como para la existencia jurdica de los restantes Estados, pues su
soberana requiere tal reconocimiento, no hay otra comunidad jurdica que junto a
l sea soberana, esto es, del rango ms alto y que como tal pueda ser un
ordenamiento completo. La soberana del Estado es incompatible con la soberana
del derecho internacional o con la de otro Estado. Ciertamente, esta construccin
jurdica se puede levantar desde cualquier ordenamiento estatal, desde cualquier
Estado puede producirse el sistema en su conjunto, cualquier Estado particular
puede ser su cima. Pero tal empresa es en todo caso posible solo a partir de un
punto de partida, que excluye todos los dems. Tal punto de partida es el del
primado del ordenamiento jurdico propio.
Quien considere esta pretensin terica del Estado y del Derecho asimismo como
una teora del conocimiento, entonces tendr que intentar presentar la
reconduccin a la voluntad de un nico Estado como ltima razn de validez del
conjunto del orbe jurdico, tanto del derecho internacional como del ordenamiento
de un Estado, como simtrica a aquella posicin de principio en la que toda la
realidad es solo representacin del cognoscente, todo valor resultado de la
voluntad del sujeto. Si esto es individualismo subjetivista, el dogma de la
soberana, con su primado de ordenamiento de un Estado, es subjetivismo estatal.
todava muy apreciada, cree salvar as la soberana del Estado, de suerte que se
argumenta del siguiente modo: para que el Estado quede obligado en el mbito
del derecho internacional, su poder jurdico dentro de sus propias fronteras no ha
de ser limitado. Si el derecho del Estado entra en contradiccin con el derecho
internacional, este conflicto es jurdicamente irresoluble. Sin embargo, esta
doctrina se ha demostrado insostenible. En ella, pese a negar la unidad del
derecho internacional y el derecho estatal, se da por supuesta que la ilicitud
jurdico-internacional de un acto estatal (una ley o un acto administrativo) admite
un juicio jurdico y no moral, pues el derecho internacional es un orden jurdico y
no moral. De este modo, confunde el hecho de que contra el Estado vulnerador
del derecho internacional solo es posible la sancin penal del derecho
internacional, esto es, la guerra, con la comprensin de que el derecho
internacional y el derecho del Estado sean dos sistemas normativos
independientes. Pero en general, la relacin que existe dentro del ordenamiento
estatal entre la Constitucin y la ley no es diferente. La ley inconstitucional
permanece vigente mientras que no exista una instancia estatal que la enjuicie
(por ejemplo, un tribunal constitucional). Solo se puede sancionar al rgano
responsable de su constitucionalidad, un Ministro o un Jefe del Estado. Y, sin
embargo, nadie ha dudado de que la Constitucin, junto a la ley y el acto que la
ejecuta, forman un sistema jurdico nico, el del Estado, pese a que su
constitucionalidad nicamente puede garantizarse mediante la sancin penal. La
idea de la soberana del Estado se habr perdido irremediablemente con que se
d una sola vez la posibilidad de que un acto del Estado se tenga por ilcito desde
un punto de partida jurdico, pues esto es posible cuando contradice una norma
superior al ordenamiento del Estado, es decir, cuando se reconoce que existe un
ordenamiento superior que dispone la guerra como acto jurdico internacional.
absoluta. El Estado soberano lo es ahora solo hacia adentro, solo frente a los
entes jurdicos que no son Estados, esto es, que no son sujetos en posicin igual
al Estado soberano; esta postura, sin embargo, como ya se ha dicho, se consuma
bajo la condicin de que se conciba una comunidad de Estados sobre Estados
iguales, comunidad que sera soberana en todas direcciones. La soberana del
Estado ha pasado de ser una cualidad absoluta a relativa. El Estado que es
concebido y debe ser concebido con los otros Estados en una comunidad jurdica
superior de derecho internacional no es ya en sentido estricto soberano, lo es en
el trmino, pero no en el fondo, pues la autoridad jurdica ms alta se posee en
todas direcciones o simplemente no se posee. Afirmar que el principio de
soberana en el concepto de la soberana de derecho internacional significa la
independencia de un Estado respecto a los otros, es una atenuacin que tiene
como fin exclusivo asegurar la idea de la coordinacin de una pluralidad de
entidades reconocidas como Estados y, por tanto, la existencia de un
ordenamiento internacional y de una comunidad internacional superior a estas
entidades. Con este presupuesto, se ha desprendido, sin embargo, al Estado de
su existencia absoluta y excluyente. Cuando se reconoce sobre la comunidad
jurdica estatal una comunidad jurdica plena y superior, entonces no se puede
reconocer al Estado como una comunidad jurdica plena y superior frente a los
entes jurdicos que lo componen las provincias autnomas, los entes locales, las
asociaciones, etc.-. Se ha relativizado al Estado como autoridad jurdica. Es
obvio que esta relativizacin del Estado deificado a toda costa, muestra un
poderoso cambio de la ideologa social. Por ello se comprende que este cambio
primero se intente ocultar bajo una terminologa que parece buscar la
conservacin de la soberana del Estado.
riqueza natural y en especial un cierto poder militar. De otro lado tal y como se
deduce del concepto de soberana- el poder fctico del Estado no debe ser
excesivo. En definitiva, no concuerda con la esencia de la soberana ni la
impotencia de una estructura minscula o una comunidad plenamente desarmada,
ni la superioridad de un imperio mundial. No se trata, evidentemente, de la
exposicin del contenido comprobable de un principio positivo de derecho
internacional, que determina las condiciones mnimas o mximas para la
existencia de un Estado. Ms bien se defiende con ello un postulado de derecho
natural. Bajo el principio del dogma de la soberana se encierra el principio de
equilibrio, tal y como es expuesto en la forma de la teora del equilibrio europeo.
Por otro lado, como concepto jurdico supone una determinada dimensin de
competencias estatales. La distincin entre interior y exterior, soberana de
derecho del Estado y de derecho internacional, se cultiva como flujo del primero: el
Estado posee el derecho a organizarse polticamente, esto es, a darse una
Constitucin, una ley constitucional; y asimismo el el Estado puede darse leyes. El
derecho del Estado a ejecutar estas leyes nunca se precisar plenamente como
derecho a la autoregulacin y autoadministracin, a la direccin de la
administracin del Estado, a la jurisdiccin y derecho judicial. En tales
enumeraciones de los derechos soberanos cobra claramente una importancia
especial la descripcin de las ms significativas e importantes funciones del
Estado en el trfico internacional. Ocasionalmente se subrayan como derechos
especiales de soberana: el derecho a la provisin de cargos o, entre otros, el
derecho a regular libremente la situacin religiosa de los sbditos. La enumeracin
del catlogo de los derechos internos de soberana es un intento de exponer como
derechos subjetivos las competencias materiales que el Estado ve garantizadas
mediante el derecho internacional dentro de su espacio territorial. Este intento no
tiene sentido, pues el Estado, dentro de este espacio, posee por principio toda
competencia que afecta a las relaciones humanas. Termina exponiendo de
manera exhaustiva todo el posible contenido del ordenamiento jurdico particular.
Como derechos de la soberana externa o de la independencia se incluyen: el
derecho a relacionarse libremente con otros Estados y autorizar representantes
con este fin (el derecho de legacin), el derecho a declarar la guerra y celebrar
tratados bajo determinadas condiciones, el derecho a la igualdad, el derecho al
respeto a los sujetos jurdicos, etc. En especial se cuidan de subrayar el derecho a
excluir en su propio territorio la eficacia de los actos de otro Estado, no ser
juzgado por la jurisdiccin de otro Estado, el derecho de todo Estado a excluir a
sus enviados del sometimiento al poder pblico del Estado de recepcin, el
derecho de cada Estado de proteger a sus nacionales frente a los extranjeros. Es
obvio que este catlogo tampoco puede ser completado plenamente. En cualquier
caso, todo principio jurdico de derecho internacional, todo contenido de una
norma objetiva de derecho internacional, se deja presentar de algn modo como
derecho subjetivo del Estado, cuando existe el inters de que tal derecho est
protegido por una norma. La soberana como encarnacin de los derechos de
soberana no es nada distinto del derecho internacional objetivo, en tanto que con
l se protegen los intereses del Estado particular (el conjunto de los derechos de
soberana quedaran garantizados por el derecho internacional cuando protege el
ordenamiento del Estado concreto). El intento de disolver la soberana en un
conjunto de competencias particulares del Estado y de este modo transformar en
forma jurdica un concepto jurdico, termina convirtiendo a la soberana que ha de
caracterizar al poder pblico, en el mismo poder pblico.
Este desplazamiento de los interrogantes, que est ligado a una represin del
problema de la soberana, se une de la manera ms ntima con la construccin de
la esencia de un Estado, que evidentemente no se corresponda con el tipo normal
de Estado centralista, tomado en consideracin durante todo un siglo. Me refiero a
los llamados Estados federales. Los Estados Unidos de Amrica, Suiza, el
Imperio alemn, son Estados que surgen de la unin de Estados, sin que estos
Estados miembros pierdan su rango de Estado. En este contexto, la soberana
como rasgo esencial del Estado debe desaparecer en la misma medida que la
teora del estado intenta responder al reto de la unin de Estados y de que los
Estados miembros de la Federacin, antes Estados autnomos, se continen
considerando Estados y no meramente provincias autnomas. El entendimiento de
la esencia del Estado federal empuja hacia un paso decisivo en el proceso
intelectual que hemos calificado como relativizacin de la soberana. Sin duda,
primero se intent conservar el dogma de la soberana frente al Estado federal.
Para ello surgi la doctrina de la soberana compartida, la doctrina de los Estados
con soberana compartida. Y fruto de esta doctrina, la antes mencionada
materializacin o substancializacin del concepto de soberana ha realizado su
identificacin con el concepto de poder estatal. Pues aunque la particularidad del
ser supremo no se puede dividir, s, en cambio, cuando se piensa como sustancia
del poder estatal, como la suma de los poderes estatales, de sus competencias. Y
la esencia del Estado federal reside precisamente ah, en el reparto por lo dems
reunidas por una autoridad central- de las competencias entre una instancia
central y otras locales, en la distribucin de las competencias estatales entre la
Federacin y los Estados. Pero la doctrina de la soberana repartida o compartida
no se puede sostener a largo plazo. Su persuasin quiebra con los miembros del
Estado federal, que obviamente no son comunidades jurdicas soberanas, pero s
Estados. As se realiza plenamente la separacin del concepto de Estado y del
concepto de soberana.
Ha de aceptarse, que entre los Estados miembros y la comunidad total del Estado
federal, esto ltimo identificado en todo caso como soberano, con sus
comunidades parciales intraordenadas, solo existe una diferencia cuantitativa,
pues los dos responden al genus del Estado, perspectiva que recobrara vigor a
largo plazo, pues entre la unin de Estado preexistentes el Estado federal- y
otras reuniones de Estados por ejemplo, la Confederacin- existe una diferencia
de grado pero no de esencia. Pero ocurre que los vnculos de derecho
internacional la comunidad jurdica internacional- no son otra cosa que una unin
de Estados. Y debe sealarse que todas las comunidades jurdicas, desde la
Confederacin hasta la ltima asociacin de derecho civil, pasando por el Estado
federal, el Estado unitario, el Estado federado, la provincia autnoma o la entidad
local, son ordenadas por la universal comunidad jurdica internacional en una
cadena continua de formas jurdicas. Cuando alguien considere que una de las
configuraciones jurdicas integradas en esta cadena pueda ser soberana, esto
significar, como mucho, que tal comunidad jurdica tiene sobre s nicamente a la
comunidad jurdica internacional, que su posicin jurdica deviene directamente del
ordenamiento internacional, como ocurre en la mayora de los Estados, pero no,