Apocalipsis y Cristologia
Apocalipsis y Cristologia
Apocalipsis y Cristologia
Theologica Xaveriana
ISSN (Versin impresa): 0120-3649
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Pontificia Universidad Javeriana
Colombia
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Proyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Otras colaboraciones
R ESUMEN
**
JAIME
ALFONSO 155
MORA
RIVERA
, P.S.S.
THEOLOGICA
XAVERIANA
(2005)
477-506
477
Abstract
The critical times of the beginnings of the first millennium (1st
century) gave birth to extraordinary oral and written
testimonies of a deep existential character that in different
ways proclaimed Jesus Christ as the key to face, live and
overcome the difficulties and, in this way, to open up to the
future. This rich and varied christological treasure concentrates
itself in christological formulas or titles that can well be
considered as short credos or confessions of faith of
kerygmatic character. The present article deals with some
aspects of that richness, in the light of the epilogue of the
Apocalypse (22,6-21). In the course of the article we have as
backgound the question: Is it possible that in our own worried
times of the beginnig of the third millennium we also can find
in the person, the work and the action of Jesus Christ the
hermeneutical criterion for our own history and of Scripture,
and the gate wich opens us to the future and to hope?
478
INTRODUCCIN
De modo escandaloso numerosos brotes de guerra y violencia se han
desencadenado por doquier, apenas iniciado el nuevo milenio, incluso en
las mismas tierras de los pases bblicos. El terrorismo se ha ido extendiendo
por todas partes y, en el colmo del mismo, los sucesos del 11 de septiembre
en Estados Unidos y los del 11 de marzo en Espaa, para citar slo dos, se
han convertido en aterrador signo del poder destructor de los seres humanos
contra los seres humanos, semejante a las bombas de la segunda Guerra
de Ccuta. Actualmente presta sus servicios como consejero general de la Compaa
de San Sulpicio y como asistente del secretario de la Provincia canadiense; es miembro
del Comit de Redaccin de la Revista Internacional Bulletin de Saint-Sulpice. Ha
publicado diversos artculos sobre exgesis, teologa y pastoral bblicas. Se ha dedicado,
de modo particular, al estudio del Apocalipsis, sobre el cual ha publicado, entre otros
artculos y libros: Introduccin a la Lectura del Apocalipsis en (ed.) Cristo, nuestra
esperanza. El mensaje del Apocalipsis (1995); Apocalipsis: Vida, futuro y esperanza!
Una alternativa para tiempos difciles (1995); Cristo, nossa esperana. Introduao e
guia leitura do Apocalipse (1996). [Province du Canada, 116 ouest, Rue Notre-Dame,
Montral, Quebec, Canad - H2Y 1T2. Correo electrnico: [email protected]
Versin en castellano del original Pour en finir avec la peur, Paulines, Montral, 1983.
El autor, en la introduccin y en el captulo primero plantea una serie de interrogantes
que ilustran algunos aspectos de inters.
479
480
UN
Captulo III: El Apocalipsis, un libro sobre el fin del mundo o acerca de Cristo?. Habla
all de la actualidad del libro al final del primer siglo y de su posible actualidad para
final y comienzos de siglo y de milenio.
3.
Cfr. Allo, (1933: 359), quien no explica formalmente el versculo, si bien dice que los
versculos 13-16 son paralelos a 21,6-8, con la diferencia de que aqu es Cristo quien
habla. Estos versculos, segn l, se unen estrechamente con la primera y la tercera
parte de la obra, segn la estructura que l propone.
4.
En relacin con 22,13 se debe anotar que la palabra pantokra,tor, que aparece nueve
veces en el Apocalipsis (1,8; 4,8; 11,17[=15,3;=16,7]; 16,14; 19,6 [=21,22]; 19,15), segn
comentario de Brtsch citando otros autores, perecera reservada slo a Dios; y lo
mismo sucedera con la frmula o` w;n o` h=n kai. o` evrco,menoj = el que es, el que era y el
que viene/el que siendo, el que era, el que viniendo. Cfr. Brtsch, (1966: 388).
5.
Seguimos a Malina (1995: 248). Es una curiosa obra que hace un acercamiento al texto
desde la sociologa y la antropologa cultural.
481
482
6.
Estos elementos provenientes del contexto cultural son apenas una aproximacin.
Seguramente que los trminos tomaron una carga significativa, unas connotaciones
teolgicas a la luz del ambiente bblico y del acontecimiento Cristo, ya bastante
reflexionado, profundizado y elaborado al momento de la escritura final de esta
visin.
to. :Alfa kai. to. +W( le,gei ku,rioj o` Qeo,j( o` w;n kai. o` h=n kai. o` erco,menoj(
o` pantokra,twr (Yo soy el Alpha y la Omega, dice el Seor Dios, el que es
el que era y el que viene, el Todopoderoso.) (1,8). De este modo se establece
una profunda conexin teolgica y literaria, que se sintetiza en esta inclusin.
La frmula en el contexto del Apocalipsis
Este versculo, ubicado estratgicamente, incorpora tres de las cuatro ms
importantes denominaciones de Dios en el Apocalipsis: el Alpha y la
7.
8.
1 Co 8, 6 avllV h`mi/n ei-j qeo.j o` path,r evx ou- ta. pa,nta kai. h`mei/j eivj auvto,n( kai. ei-j
ku,rioj VIhsou/j Cristo,j diV ou- ta. pa,nta kai. h`mei/j diV auvtou/
483
484
9.
Para apreciar una sencilla discusin de tipo textual, al principio del siglo XX, es
interesante ver a Nestle (185) y a Clemens (285). Para una interesante reflexin teolgica,
en perspectiva de actualizacin, ver a Bishop (1989: 77-78).
10.
` Qe,oj o` pantokra,twr cfr. 1,8; 4,8; 11,17; 15,3; 16,7; 19,6; 21,22 para un total de siete
Para O
veces; adems dos veces la expresin tou/ Qeou/ tou/ pantokra,toroj: 16,14; 19,15. Tambin
se puede aludir a una expresin singular para designar a Dios: tw/| kaqhme,nw| evpi. tou/
Qro,nou...: 4,9; o bien tou/ kaqhme,nou evpi. tou/ Qro,nou: 5,1.7.13; 6,16; 7,15; o bien o` kaqh,menoj
evpi. tw/| Qro,nw|: 21,5; evpi. to.n Qro,non kaqh,menoj, kai. o` kaqh,menoj: 4,2-3; o bien tw|/;| Qew|;
tw|/ kaqhme,nw| evpi. tw|/ Qro,nw|: 7,10; 19,4; Qro,non me,gan leuko.n kai. to.n kaqh,menon evp
vauvto,n: 20,11. Algunas veces en estas expresiones se encuentra asociado El Cordero,
v.gr. 5,13; 6,16; 7,9-10; 15,3; 19,7; 21,22; en 22,1.3 es interesante la expresin o` qro,noj
tou/ Qeou/ kai. tou/ avrni,ou: el trono de Dios y del Cordero.
equivalencia de las tres locuciones, el Apocalipsis contendra siete recurrencias de las mismas en auto-declaraciones de Dios y de Cristo (dejando
aparte la mencin aadida de el primero y el ltimo en 2,8, donde se hace
eco a 1,17), dado que los esquemas numricos desempean una funcin
teolgica, que siete es frecuente en el Apocalipsis11, y que es el nmero de
la plenitud. Esta sptuple recurrencia de un ttulo divino significativo expresa
la plenitud del ser divino que aquel ttulo pone en evidencia. El significado
teolgico est, por tanto, adscrito a los detalles particulares de la meticulosa
composicin literaria de Juan.
Creemos, sin embargo, que cada una de esas designaciones debe
manifestar algunos aspectos y matices particulares que enriquecen la
descripcin de la identidad de Dios/Cristo. Tanto ms, si se tiene en cuenta
que se trata de un lenguaje simblico-cifrado, y de una manera antropolgica
de hablar de Dios. Cada una de esas designaciones, si bien puede conducir
a afirmar la primariedad, la absolutez, la unicidad, la globalidad de
Dios (nociones abstractas que tampoco nos permiten expresar el ser-actuar
de Dios), al mismo tiempo comportan matices en sus connotaciones filolgicas
y semnticas, tambin morfolgicas y sintcticas y ciertamente teolgicas y
pragmticas.
Anlogas reflexiones se podrn hacer al explicar la (auto)atribucinasignacin de estos ttulos a Cristo. Estas expresiones no pueden ser puros y
simples sinnimos y merecen un examen cuidadoso que permita agrupar
brevemente, y de manera sinttica, las implicaciones que hay en y entre
ellas (Fenasse, 1963: 50).
11.
Por ejemplo, las siete bienaventuranzas dispersas en el libro (1,3; 14,13; 16,15; 19,9; 20,6;
22,7.14) que indican la plenitud de la bendicin, derramada sobre el lector y sobre el
oyente que obedece fielmente el mensaje del Apocalipsis. Recordar la mencin de los
siete espritus, los siete sellos, las siete trompetas, etc.
485
486
12.
Se debe recordar que helenismo y rabinismo son elementos decisivos en relacin con
apocalptica-apocalipsis, pero sobrepasan los objetivos de nuestro trabajo y, por lo
mismo, debemos contentarnos con estas simples afirmaciones.
:Alfa kai. to. +W, le,gei ku,rioj o` Qeo,j, o` w;n kai. o` h=n kai. o` evrco,menoj, o`
pantokra,twr . La expresin est reforzada por ttulos que manifiestan
claramente la divinidad de aqul que habla. La frmula compleja el que
siendo y el que era y el que viniendo (o` w;n: 1,8; 4,8; 11,17; 16,5; o` w;n...
evrco,menoj: Is 41,4; Ap 1,8; 4,8) resume lo que la teologa escriturstica descubre
en las otras expresiones.
Conviene notar que estas tres expresiones son formas nominales y
que en la primera parte puede descubrirse una referencia abreviada al antiguo
nombre propio de Dios (Ex 3,14); que la segunda y tercera afirmaciones son
explicaciones en el tiempo de este ser plenario, de esta existencia total.
Sin embargo, no se trata de una simple redundancia potica, pues el que
siendo (el que es es propiamente el nombre de Dios en el Antiguo Testamento, el existente, aqul cuya esencia misma es existir; por su parte, las
precisiones siguientes constituyen como el aporte y la tonalidad propiamente
cristianos de esta realidad insondable que es el ser mismo de Dios.
De este modo, estas dos ltimas proposiciones incluyen interactivamente la encarnacin de esta divinidad, su insercin en una historia, en
JAIME ALFONSO MORA RIVERA, P.S.S.
487
la cual son dominantes el tiempo y la sucesin discontinua de los acontecimientos que se entrechocan y se cruzan, dejando unos despus de
otros el lugar a los siguientes. Adems, el que viniendo (viene) recuerda
la espera escatolgica (Fenasse, 1963: 46).
488
13.
Ver la sugestiva obra de Nusca (1998). El autor muestra que la experiencia cristiana,
especialmente en su culminante experiencia litrgica y eucarstica, con todo lo que
ella implica en relacin con seguimiento, persecucin, liturgia juda, experiencia de
muerte espiritual, experiencia y expectativa mesinica, experiencia y encuentro con el
Seor resucitado todo ello tiene su centro en Cristo.
14.
V.gr., Lc 24, 27.32.44s. Considerar el verbo VExhge,omai con sus diversos matices en el
ambiente bblico y extrabblico, por ejemplo, en Jn 1,18; Lc 24,35; Hch 21,19 (ver tambin
Hch 10,8;15,12.14). Es tan polifactico que connota matices como: conducir, guiar;
narrar, referir, contar; revelar, presentar, explicar; cfr. Rusconi (1996: 118, con sus
referencias).
15.
Por ejemplo, los discursos de Pedro: 2,14-36; 3,11-26; 4,8-12; 5,29-32; 10,36-43.
16.
Por ejemplo, algunos de sus himnos, casi todos ellos reflejo de una conciencia
comunitaria profundamente marcada por el progresivo descubrimiento de la
centralidad de Cristo en la revelacin, en la Escritura y en todo el plan de Dios; v.gr., Ef
1,3-14 (o 1,3-12); Flp 2,6-11; Col 2,15-20; 2Tm 2,8-13.
Muchas veces y de muchos modos habl Dios en el pasado a nuestros padres por
medio de los profetas; en estos ltimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo,
a quien instituy heredero de todo, por quien tambin hizo los mundos; el cual,
siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con
su palabra poderosa, despus de llevar a cabo la purificacin de los pecados, se sent
a la diestra de la majestad en las alturas, con una superioridad sobre los ngeles tanto
mayor cuanto ms les supera en el nombre que ha heredado. (Hb 1,1-3). Segn la
Biblia de Jerusaln, versin 1976.
18.
Cfr. Nusca, (1998), que comporta un cuidadoso y profundo estudio de los himnos y
aclamaciones hmnicas presentes en el Apocalipsis, en una perspectiva singularmente
novedosa y muy til para la comprensin, interpretacin y actualizacin del libro en su
estructura, su contenido-mensaje y su finalidad. El autor comenta: Far from being a
Book concerned exclusively with conveying dreadful eschatological visions of Gods
approaching judgment, the quantity and quality of the liturgical materials in the Book
represent a significant interest on the part of Seer with the worship of God and Christ,
in both its heavenly and earthly dimensions. (469)
Y concluye: Finally, the hymns serve to prepare the communities to whom the
Book is addressed for the encounter with the risen Lord in the Eucharist. The Apocalypse
of John as liturgy of the Word is thus fittingly celebrated before the Eucharist. Moreover,
the Books status as a work of early Christian prophecy appears to demand such a
liturgical setting as the most appropriate one for presenting the words of prophecy to
the churches of Asia Minor. (486). [El subrayado es nuestro].
19.
489
490
21.
Is 41,4: !AvarI hwhy> ynIa] varome tArDoh; areqo hf[w> l[;p- ymi
aWh-ynIa] ~ynIrox]a;-ta,w>
LXX: ti,j evnh,rghsen kai. evpoi,hsen tau/ta evka,lesen auvth.n o` kalw/n auvth.n avpo. genew/
n avrch/j evgw. qeo.j prw/toj kai. eivj ta. evperco,mena evgw, eivmi
Quin {lo} ha hecho y {lo} ha realizado, llamando a las generaciones desde el principio?
Yo, el Seor, soy el primero, y con los postreros soy.
491
492
2.
Isaas 44,6ss: ...Yo soy el primero y el ltimo, fuera de m no hay
ningn dios. Quin como yo? (...) Hay otro dios fuera de m? (...)22 Discurso
que sirve de apoyo para afirmar la unicidad de la divinidad de Yahvh. Se
trata de una afirmacin del ms puro monotesmo, alrededor del cual gravitan
temas retomados por el Nuevo Testamento como el mesianismo real, el
dominio absoluto de Dios y la idea de testimonio (con algn eco en Ap 3,14).
3.
Is 48,1216: ...Yo soy, yo soy el primero y tambin soy el ltimo...
Desde el principio no he hablado en oculto, desde que sucedi estoy yo
all...23 Se trata de un contexto mesinico y escatolgico. Aqu el ttulo divino,
que fundamenta el llamado divino, se halla ligado explcitamente a la potencia
creadora de Dios, manifestada en el acto creador del (desde el) principio.
La frmula en el Apocalipsis
Se debe recordar, por una parte, que la autodeclaracin yo soy el primero
y el ltimo puede corresponder o al menos est en corelacin de
paralelismo a la declaracin divina yo soy el Alpha y la Omega (1,8); y,
22.
Is 48,12.16
ynIa] @a; !AvarI ynIa] aWh-ynIa] yairq om. laerf .yIw> bqo[]y: yl;ae [m;v. 12
!Arx]a;
HtAyh/ t[eme yTir>B;DI rt,SeB; varome al{ tazO-W[m.vi yl;ae Wbr>qi 16
@ AxWrw> ynIx;lv. hwIhy> yndoa] hT[;w> ynIa ~v
LXX: 12 a;koue, mou Iakwb kai. Israhl o]n evgw. kalw/ evgw, eivmi prw/toj kai. evgw, eivmi eivj
to.n aivw/na 16 prosaga,gete pro,j me kai. avkou,sate tau/ta ouvk avpV avrch/j evn krufh/|
evla,lhsa ouvde. evn to,pw| gh/j skoteinw/| h`ni,ka evge,neto evkei/ h;mhn kai. nu/n ku,rioj
avpe,stalke,n me kai. to. pneu/ma auvtou/)
Mh. fobou/\ evgw, eivmi o` prw/toj kai. o` e;scatoj kai. o` zw/n( kai. evgeno,mhn
nekro.j kai. ivdou. zw/n eivmi eivj tou.j aivw/naj tw/n aivw,nwn kai. e;cw ta.j klei/j
tou/ qana,tou kai. tou/ a[|dou = No temas. Yo soy el primero y el ltimo, el
viviente. Estuve muerto, y he aqu que ahora estoy vivo por los siglos de los
siglos; y tengo las llaves de la muerte y del hades. (1,1718)
493
494
495
496
Sobre la misma hay muchas discusiones. Sin embargo, en general se acepta que hay
un Prlogo y un Eplogo. Nosotros seguimos sustancialmente la estructura propuesta
por Vanni (1980). La misma consiste esencialmente en dos partes: 1,4-3,21 (septenario
de las cartas) y 4,1-22,5 (trama del libro), con un prlogo (1,1-3) y un eplogo (22,6-21).
A su vez, la segunda parte, comprende cinco secciones: 4,1-5,14: visin inaugural; 6,18,1: seccin de los siete sellos; 8,2-11,13: seccin de las trompetas; 11,14-16,16: seccin de
los tres signos; 16,17-22,5: seccin conclusiva.
25.
26.
497
498
B
1,17
Comienzo
de la visin
B
21,6
Fin
de la visin
A
22,13
Comienzo
del Eplogo
Dios
Alpha
y Omega
Cristo
Dios
Alpha
y Omega
Cristo
Alpha
y Omega
Principio y fin
Primero y ltimo
Principio y fin
Relacin con
nueva vida
Relacin con
parusa
Primero y ltimo
Relacin con
parusa
Relacin con
nueva vida
27.
499
La frmula en el Apocalipsis
En el Apocalipsis esta expresin se encuentra varias veces:
3,14: Ta,de le,gei o` VAmh,n, o` ma,rtuj o` pisto.j kai. avlhqino,j, h` avrch. th/j
kti,sewj tou/ Qeou/. = As habla el Amn, el testigo fiel y veraz, el principio de
la creacin de Dios.
500
Este versculo, en efecto, reclama para Cristo un rol ms fundamentalmente inicial: ... h`` avrch. th/j kti,sewj tou/ Qeou/. Esta afirmacin de la
primaca absoluta de Cristo se une de manera perfectamente coherente con
el Prlogo del IV Evangelio: En el principio el Verbo era y el Verbo estaba
con Dios y el Verbo era Dios. El estaba al principio con Dios. Todo fue hecho
por l y sin l no lleg a la existencia nada de lo que existe. (Jn 1,13).
Puede ser que este principio-comienzo sea una evocacin explcita y
querida del beresit (in principio) del Gnesis.
Mediante esta sntesis, Juan ubica de este modo a Jess en el nacimientoorigen de la historia humana y de la revelacin vetero-testamentaria. Este
Cristo, este Jess estaba-era ya al comienzo-al principio con Dios, era Dios y
precisamente l es el principio de todo. En consecuencia, si Cristo es el
comienzo-principio de la nueva alianza, l es, igualmente, el principio de
todo desde el comienzo del mundo y en la antigua revelacin (Fenasse,
1963: 44).
Esto que Juan afirma aqu de Cristo como principio de todo, debe ser
dicho tambin de Cristo, fin de todo. Pero el fin jonico (te,loj) es una nocin
compleja, ligada a expresiones como tiempos escatolgicos, ltimos das,
ltimo da, ltima hora y se debe, por tanto, hacer su anlisis para precisar
el sentido exacto que reviste en este versculo.
21,56: ...VIdou. kaina. poiw/ pa,nta... evgw. [eivmi] to. :Alfa kai. to. +W,
h`arv ch. kai. to. te,loj = He aqu que hago todo nuevo...Yo soy el Alpha y la
Omega, el principio y el fin.
En este contexto, ser el principio y el fin es esencialmente ser el lmite
ms all y fuera del cual nada puede ser medido. Se trata de la creacin.
Todo debe estar contenido entre estos dos lmites constituidos por una sola y
misma persona, el CristoJessSeor (o, en sentido literal estricto: Dios).
Dado el comienzo de la frase: He aqu que yo hago todas las cosas nuevas,
la frase precisa, igualmente, que fuera de este principio y de este fin, fuera
28.
29.
Hay quienes hablan del Apocalipsis como el comienzo del fin, entendido ste como
la plenitud, la consumacin, la recapitulacin, la plena realizacin: por ejemplo, J.-P.
Prvost. Otros hablan de el fin del comienzo: por ejemplo, W.J. Dumbrell, en su obra
The End of the Beginning. Revelation 21-22 and the Old Testament. El autor en cada
uno de sus cinco temas Nueva Jerusaln, Nuevo Templo, Nueva Alianza, Nuevo Israel,
Nueva Creacin estudia pginas selectas del Antiguo Testamento y del Nuevo
Testamento. Aqu sugerimos fin y comienzo, sntesis de 22,13.
501
502
1.
Cristo es el principio y el fin, es decir, la razn de todo, en el ser y en
la vida, tanto en la revelacin del Nuevo Testamento como al comienzo del
mundo. Por el solo hecho que l es, l renueva todo: la presencia benfica
de Cristo es, entonces, una creacin perpetua.
2.
Cristo es principio y fin, entre otras razones, porque es adems y
simultneamente primero y ltimo. l lleva el ttulo divino y participa de la
realidad divina. Si l es Dios eternamente presente, l es para nosotros en
su persona el ltimo acontecimiento, el e;scaton. Este ltimo acontecimiento, este fin, no es algo que se deba esperar para un futuro ms o
menos lejano: el objeto de la espera escatolgica es Jess mismo, y la
resurreccin lo ha constituido eternamente presente.
3.
Cristo, principio y fin, primero y ltimo, es tambin el Alpha y la Omega:
de esta manera se expresa la persona de Cristo, insertndose humanamente
en las contingencias de la historia del mundo. El marca cada trmino con su
sello, el sello de aqul que es, que era y que viene.
CONCLUSIN
1.
Una mirada panormica nos da, desde este primer momento, una idea
de la amplitud del horizonte que se podra abarcar en este estudio. El siguiente
cuadro nos sirve como conclusin. Los principales rasgos del perfil de
Jesucristo, a partir de Ap 22,621, se pueden formular de la siguiente manera:
(a)
(b)
(c)
(d)
(e)
(f)
(g)
(h)
(i)
(j)
(k)
(l)
(m)
(n)
(o)
(p)
2.
Hay, adems, otros elementos, menos relevantes en la lectura normal,
elementos que, trasformados en afirmaciones en tercera persona, nos
permiten formular otros rasgos del perfil de Jess. Por ejemplo:
(a)
(b)
(c)
(d)
(e)
(f)
3.
Esta cristologa de comienzos del primer milenio se manifiesta particularmente rica e iluminadora en el contexto del comienzo del tercer milenio.
Frente a un ambiente cultural pluralista y, a la vez escptico, invadido por un
radical inmanentismo, abundante en propuestas filosficas y en alternativas
religiosas sectarias y a corto plazo, nuestro libro proclama, de una manera
muy rica y variada, una amplia gama de aspectos para descubrir a Cristo en
lo concreto de las diversas comunidades y situaciones, ayudndonos a
503
504
Cfr. Lepple (1966): para el Eplogo, pp. 237-240; su sntesis sobre el perfil de Jess, pp.
243-251; y su teologa de la historia, pp. 252-258. Nuestro autor se expresa as: La
critique litteraire atteste que dans l actuelle rdaction de lApocalypse de Jean ont t
labors des lments et des traditions On peut desceler aussi la prsence de plusieurs
niveaux du texte et mme plusieurs niveaux dnoncs thologiques. En ce qui
concerne le Christ, lApocalypse tonne par lextraordinaire diversit de ses affirmations
LApocalypse johannique professe une christologie pluraliste dont les differentes
dclarations bien tranches sont complmentaires. Cette thologie reflete
simultanment la vision judeo-chrtiens de Palestine et celle des pagano-chrtiens du
monde grec. Cette complexit nous empche de considerer la christologie de
lApocalypse comme un portrait en reccourci du Christ selon le Nouveau Testament:
elle nous montre aussi quel est le sens et quel est le terme du mouvement de
lintelligence notestamentaire de la foi. (243). Ms adelante escribe: Quand les
hommes croient ne pas percevoir le Christ, et que cette absence et la prsence des
dmons risquent de les dcourager, mme alors le Seigneur es l. Le Christ est dautant
plus proche de lEglise quelle se voit plus rudement conduite sur le chemin de la
croix. (251)
31.
Cfr. Vanni (2000). El autor afirma, a modo de conclusin: Nella prospettiva dellApocalisse
non si pu comprendere la chiesa senza Cristo, n Cristo separato dalla chiesa. Questa
non un concetto, n unentit astratta: costituita da unassemblea di ascolto,
attenta a se stessa, alla realt che la circonda, e che si sente aperta e in communione
con tutte le altre chiese. Riceve ci que ha, riceve il suo presente e il suo futuro,
addiritura la sua identit, come dono da parte di Cristo. Analogamente, la figura di
Cristo non evapora in unintellettualizzazione distaccata e remota: egli creduto e
sentito in tutta la sua realt trascendente, ma un Cristo tutto per la chiesa. (97).
32.
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maintenant et pour lternit... Loin dtre un recueil de menacantes prophties sur la
fin du monde, lApocalypse est un message de vie qui appelle une constante vigilance
pour mieux servir le Seigneur de lunivers. (Cfr. sntesis de presentacin)
33.
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