El documento analiza las similitudes entre el antiguo Imperio romano y los Estados Unidos actuales. Ambos han sido superpotencias dominantes gracias a su gran poder militar y presencia global. Asimismo, ambos han utilizado tanto la fuerza como la influencia cultural para mantener su hegemonía, adoptando estrategias imperialistas tanto "duras" como "suaves". Finalmente, tanto Roma como EE.UU. han justificado su misión imperial apelando a conceptos religiosos y creando mitos fundacionales heroicios.
El documento analiza las similitudes entre el antiguo Imperio romano y los Estados Unidos actuales. Ambos han sido superpotencias dominantes gracias a su gran poder militar y presencia global. Asimismo, ambos han utilizado tanto la fuerza como la influencia cultural para mantener su hegemonía, adoptando estrategias imperialistas tanto "duras" como "suaves". Finalmente, tanto Roma como EE.UU. han justificado su misión imperial apelando a conceptos religiosos y creando mitos fundacionales heroicios.
El documento analiza las similitudes entre el antiguo Imperio romano y los Estados Unidos actuales. Ambos han sido superpotencias dominantes gracias a su gran poder militar y presencia global. Asimismo, ambos han utilizado tanto la fuerza como la influencia cultural para mantener su hegemonía, adoptando estrategias imperialistas tanto "duras" como "suaves". Finalmente, tanto Roma como EE.UU. han justificado su misión imperial apelando a conceptos religiosos y creando mitos fundacionales heroicios.
El documento analiza las similitudes entre el antiguo Imperio romano y los Estados Unidos actuales. Ambos han sido superpotencias dominantes gracias a su gran poder militar y presencia global. Asimismo, ambos han utilizado tanto la fuerza como la influencia cultural para mantener su hegemonía, adoptando estrategias imperialistas tanto "duras" como "suaves". Finalmente, tanto Roma como EE.UU. han justificado su misión imperial apelando a conceptos religiosos y creando mitos fundacionales heroicios.
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1.
- Basndose en lo ocurrido al Imperio romano analice la situacin en el mundo actual, prestando
especial atencin al caso de EE.UU.
Una de las ms grandes similitudes estriba en su sobrecogedora fuerza militar. Roma era la superpotencia de su tiempo y se enorgulleca de tener un ejrcito con el mejor entrenamiento, dotado del mayor presupuesto y con el mejor equipamiento militar que el mundo hubiera visto jams. Ningn otro ejrcito se le acercaba ni de lejos. EEUU es ahora una potencia dominante igual que lo era Roma entonces: su presupuesto de Defensa pronto ser mayor que la suma del gasto militar de los nueve pases que le siguen, algo que permite al Pentgono desplegar sus fuerzas a la velocidad de la luz casi por todos los rincones del planeta.
Existe una notable diferencia entre ambos imperios. Y es que, aparte de los casos peculiares de Puerto Rico y la isla de Guam, EEUU no tiene colonias, en el sentido formal del trmino, tal y como los romanos siempre tuvieron. No existen cnsules o virreyes norteamericanos que gobiernen directamente en pases lejanos.
EEUU tiene bases militares, o derechos sobre bases, en unos 40 pases de todo el mundo, un fenmeno que les da la misma potencia global que tendran si gobernaran directamente en todos esos pases. No existe prcticamente ningn lugar en el mundo fuera del alcance de Norteamrica. Las cifras del Pentgono demuestran que EEUU tiene presencia militar en 132 de los 190 estados miembros de las Naciones Unidas.
La omnipresencia militar es slo uno de los rasgos comunes entre la Roma imperial y EEUU. El enfoque que da EEUU al concepto de lo que supone ser un imperio es esencialmente romano. Es algo as como si los romanos de entonces les hubieran legado directamente su impronta y las debidas instrucciones sobre cmo se debe llegar a tener un imperio, unas directrices que, hoy da, los norteamericanos se dedican a seguir con absoluta religiosidad.
La leccin primera del manual romano para el xito imperial consiste en poner de relieve que no es suficiente con disponer de una gran fuerza militar: el resto del mundo debe conocer la existencia de dicha fuerza y tambin temerla. A estos efectos, los romanos utilizaron la tcnica propagandstica ms caracterstica de su tiempo los combates de gladiadores en el Coliseo para demostrar al mundo lo duros que eran. En la actualidad, la cobertura de 24 horas al da que ofrecen los telediarios sobre operaciones militares de EEUU incluyendo vdeos de seguimiento de bombas inteligentes hasta alcanzar sus objetivos o las pelculas de Hollywood se utilizan para idntica funcin.
Como los romanos, los norteamericanos son muy conscientes de la enorme trascendencia que tiene la tecnologa. Para los romanos, la tecnologa se centraba, fundamentalmente, en la construccin de sus famosas calzadas, unas vas que permitan el desplazamiento de sus tropas por todo el imperio y el abastecimiento de stas a unas velocidades jams imaginadas hasta entonces y que no seran superadas hasta ms de un milenio despus. ste es el ejemplo perfecto de cmo uno de los puntos fuertes de un imperio tiende a incentivar otro: una innovacin en la ingeniera, originalmente concebida para fines militares, fue fundamental para propiciar la posterior expansin comercial de Roma.
En nuestro mundo de hoy en da, a aquellas calzadas las han venido a sustituir las superautopistas de la informacin. Internet tambin comenz siendo una herramienta para uso militar concebido por el Departamento de Defensa y en la actualidad se ha convertido en el mismsimo corazn del comercio norteamericano. Por otra parte, y a lo largo de todo este proceso imperial, el ingls se est convirtiendo en el latn de estos tiempos: la lengua que se habla en todo el mundo. Adems, EEUU est demostrando tambin algo que los romanos saban perfectamente: que cuando un imperio es el lder mundial en un mbito concreto, pronto dominar los dems campos.
No obstante todo lo anterior, no parece que EEUU se haya limitado a adoptar meras tcnicas puntuales y especficas de sus antiguos antecesores. Lo que ms vivamente llama la atencin a los historiadores es que los norteamericanos han asumido los conceptos fundamentales sobre los que los romanos sustentaban su propio Imperio. Roma haba llegado a la conclusin de que una potencia mundial, si quera que su poder se prolongara a lo largo del tiempo, tena que poner en prctica dos tipos de imperialismo simultneamente: un imperialismo duro, fundamentado en ganar guerras e invadir territorios, y otro de caractersticas ms suaves, consistente en poner en juego determinados trucos de naturaleza cultural y poltica que le servan, no para alcanzar ms poder, sino para mantener el que ya tena.
En efecto, las mayores conquistas de Roma no fueron a punta de lanza, sino que para ellas utilizaron todo el poder de seduccin que ejerca sobre los pueblos que ya haba conquistado. Tal y como observaba Tcito a propsito de Gran Bretaa, a los pueblos nativos parecan gustarles mucho las togas, los baos y la calefaccin central, sin darse cuenta de que todas esas cosas no eran sino los smbolos de su esclavitud.
Hoy en da, EEUU ofrece a los pueblos del mundo un paquete cultural de similar coherencia, un conjunto de productos y servicios que son siempre lo mismo donde quiera que uno los pueda consumir. Si bien en nuestros das ya no hay togas ni luchas de gladiadores, s que existen Starbucks, Coca-Cola, McDonald's y Disney, bienes que se pagan con el equivalente contemporneo de los talentos romanos, es decir, con la divisa fuerte del siglo XXI, el dlar.
Cuando un procedimiento de esta naturaleza funciona, no es preciso, ni siquiera, recurrir al uso de la fuerza, dado que este sistema posibilita gobernar globalmente por control remoto, utilizando para ello estados-clientes que alberguen sentimientos amistosos. Y sta es la tcnica favorita de EEUU: ellos no necesitan colonias teniendo, como tienen, gente de las caractersticas de un Sha en Irn o un Pinochet en Chile para hacer el trabajo en su lugar, algo que ya haban hecho los romanos con anterioridad. Es decir, gobiernan, siempre que pueden, por medio de apoderados.
Roma tena por costumbre atraerse a los herederos de las familias ms importantes de las naciones que conquistaba, a los que preparaba concienzudamente para que, ms adelante, gobernaran en sus pases de origen a favor, naturalmente, de los intereses romanos. Exactamente de la misma manera que, en los tiempos actuales, las escuelas privadas de elite de Washington estn repletas de hijos de reyes rabes, presidentes suramericanos o futuros lderes africanos, todos ellos pro-occidentales.
El sistema no funcion siempre bien. Las rebeliones en contra del Imperio eran acontecimientos permanentes, con las hordas brbaras constantemente presionando contra las fronteras del Imperio romano. Existen documentos que sugieren con claridad que los rebeldes no eran fundamentalmente antirromanos. Lo que pretendan era, simplemente, compartir los privilegios y la abundancia que haba en Roma.
Muchos de los enemigos de Roma que se levantaron en armas eran hombres que, previamente, haban sido educados por el propio Imperio con la intencin de utilizarlos, ms adelante, como aliados serviles. As como ocurri en EEUU, Sadam Husein y Osama bin Laden, que fueron entrenados por la CIA.
Tambin a nivel interno, EEUU sigue pasos que eran habituales entre los romanos. La idealizacin mitolgica norteamericana de su pasado la presentacin de los padres fundadores de la patria, Washington y Jefferson, como titanes heroicos; la representacin, a modo de historieta folclrica, de los patriotas norteamericanos y la interpretacin de la Guerra de la Independencia era algo muy tpicamente romano. Tambin aquel Imperio sinti la necesidad de crear un pasado mtico protagonizado por grandes hroes, que para los romanos fueron Eneas y la fundacin de Roma. En ambos casos el propsito es el mismo: demostrar que una gran nacin no lo es por un simple accidente, sino que es fruto de un destino claro y manifiesto.
Adems, Norteamrica comparte con Roma la firme conviccin de que est llevando a cabo una sagrada misin encomendada desde lo alto. Augusto se declar a s mismo hijo de un dios y coloc una estatua en memoria de su padre de adopcin, Julio Csar, sobre un podio al lado de las estatuas de Marte y Venus. En nuestros das, se puede observar idntico fenmeno en los billetes norteamericanos, con su leyenda de Confiamos en Dios, y en la forma que tienen los polticos estadounidenses de acabar sus discursos: Dios bendiga a Amrica.
Incluso con uno de los rasgos ms distintivos de la sociedad norteamericana actual, el de su diversidad tnica, los romanos se sentan sumamente cmodos. Su sociedad no slo era notablemente diversa, con gente procedente de todo el mundo, sino que, adems, prometan a los nuevos inmigrantes la posibilidad de llegar a lo ms alto.
Como resulta lgico pensar, existen tambin grandes diferencias entre ambos imperios, comenzando por la de su propia imagen. Los romanos se sentan muy satisfechos con su propio status de dueos de todo el mundo conocido, pero muy pocos norteamericanos estaran dispuestos a jactarse de su propio imperialismo. El simple hecho de admitirlo supondra echar por tierra todos los mitos existentes sobre su fundacin como pas porque EEUU se constituy como nacin a partir de una revolucin contra el imperio britnico y en nombre de la libertad y la autodeterminacin. Educados en la creencia de ser una nacin rebelde, integrada entonces por gentes desvalidas pero valerosas, los norteamericanos no podran aceptar, de ningn modo, su actual papel imperialista.
2.- Qu cree que pasar una vez se agoten las reservas de combustibles fsiles? Ser posible mantener la estructura actual de las sociedades nicamente utilizando energas renovables?
Si, ya que son fuentes inagotable de energa pero que todava presentan grandes dificultades de almacenamiento y son menos eficientes ya que las instalaciones tienen poca potencia y el coste de produccin es bastante elevado.