Declaración de Derechos Del Hombre y Del Ciudadano
Declaración de Derechos Del Hombre y Del Ciudadano
Declaración de Derechos Del Hombre y Del Ciudadano
(1789)
Historia
La Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano es, junto con los
decretos del 4 y el 11 de agosto de 1789 sobre la supresión de los derechos
feudales, uno de los textos fundamentales de la Revolución Francesa,
votados por la Asamblea nacional constituyente formada tras la reunión de
los Estados Generales.
Artículo 5.- La ley sólo tiene derecho a prohibir los actos perjudiciales para
la sociedad. Nada que no esté prohibido por la ley puede ser impedido, y
nadie puede ser constreñido a hacer algo que ésta no ordene.
Artículo 6.- La ley es la expresión de la voluntad general. Todos los
ciudadanos tienen derecho a contribuir a su elaboración, personalmente o
por medio de sus representantes. Debe ser la misma para todos, ya sea que
proteja o que sancione. Como todos los ciudadanos son iguales ante ella,
todos son igualmente admisibles en toda dignidad, cargo o empleo públicos,
según sus capacidades y sin otra distinción que la de sus virtudes y sus
talentos.
Artículo 7.- Ningún hombre puede ser acusado, arrestado o detenido, como
no sea en los casos determinados por la ley y con arreglo a las formas que
ésta ha prescrito. Quienes soliciten, cursen, ejecuten o hagan ejecutar
órdenes arbitrarias deberán ser castigados; pero todo ciudadano convocado
o aprehendido en virtud de la ley debe obedecer de inmediato; es culpable si
opone resistencia.
Artículo 9.- Puesto que todo hombre se presume inocente mientras no sea
declarado culpable, si se juzga indispensable detenerlo, todo rigor que no sea
necesario para apoderarse de su persona debe ser severamente reprimido
por la ley.
Artículo 10.- Nadie debe ser incomodado por sus opiniones, inclusive
religiosas, a condición de que su manifestación no perturbe el orden público
establecido por la ley.