Cara y Cruz de La Literatura Infantil

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Cara y cruz de la literatura infantil

por Mara Adelia Daz Rnner


Nota introductoria: Propuestas, por Susana Itzcovich
Prlogo: Distintas intensidades de la relectura, por Gustavo Bombini
De qu se trata esta literatura ! por qu conviene saberlo, por "ar#a $delia
D#az %&nner
Nota de Imaginaria: Recibimos con entusiasmo la reedicin de
un libro fundamental para el estudio crtico de la Literatura
Infantil en la Argentina: 'ara ! cruz de la literatura in(antil, de
la investigadora Mara Adelia Daz Rnner !or gentileza de
Lugar "ditorial # de la profesora $usana Itzcovic%, directora
de la coleccin Relecturas, reproducimos el capitulo &De 'u(
se trata esta literatura # por 'u( conviene saberlo& de la
primera parte del libro ) a modo de complemento, tambi(n nos
pareci importante ofrecer a los lectores la nota introductoria
al libro, de $usana Itzcovic%, # el prlogo a esta reedicin,
preparado por *ustavo +ombini "n la seccin &Libros
recibidos& informamos sobre los otros tres ttulos 'ue acompa,an a 'ara ! cruz de
la literatura in(antil en la coleccin &Relecturas&
Propuestas
por Susana Itzcovich
Iniciar esta coleccin de re(le)iones, debates ! per(iles acerca de la *iteratura
in(antil, implica abrir un campo muchas veces subestimado por los investigadores !
cr#ticos de la *iteratura+
*a *iteratura para ni,os es literatura+ -.rata de muchas cosas que nunca est/n
superpuestas: de las palabras ! multi(ormas que cada escrito les otorga+ Porque la
literatura trata del lengua0e ! de sus resplandores en pugna, si se me permite
describir casi poticamente el o(icio de escribir- 1dice "ar#a $delia D#az %&nner,
en las primeras p/ginas de este libro con que abrimos la coleccin+
*a propuesta de publicar ensa!os, recopilaciones de ponencias, investigaciones
acerca de la *iteratura para ni,os, es un modo de revalorizar estos te)tos, tratarlos
con el mismo cuidado ! pro(undidad con el que se analizan los libros para adultos !
colocar en el mercado un espacio de an/lisis ! re(le)in acerca de los productos
destinados a los ni,os, entendiendo que la in(ancia no es un mero invento del
mercado, ni un estado transitorio, sino una etapa de la vida que merece verdaderos !
autnticos libros de literatura+
*a reedicin de -ara # cruz de la literatura infantil, publicado por *ibros del
2uirquincho en 3455, necesita esta nueva publicacin tal como (ue escrita entonces,
agregando slo algunas acotaciones acerca de otras ediciones de libros citados o
comentados, para este nuevo lector+ *a seriedad con el que (ue abordado, las
re(le)iones cr#ticas, los te)tos analizados, permiten el acceso al estudio de la
literatura para ni,os ! el conocimiento de algunos temas candentes en el tratamiento
de esa literatura+
6l doctor en *etras Gustavo Bombini accedi a escribir el prlogo del libro,
-Distintas intensidades de la relectura-, donde e)plicita ! sintetiza las propuestas
que "ar#a $delia D#az %&nner escribi a (ines de la dcada del 758 ! signi(ica ahora
su personal relectura del libro, valorizando los aspectos que la autora detect !
en(atiz entonces+
*os cr#ticos e investigadores, los colegas docentes a cargo de la c/tedra de *iteratura
in(antil, los alumnos de los Pro(esorados ! los docentes en general, ser/n los
destinatarios de esta coleccin, respetuosa de los ni,os ! de las palabras que se dicen
para los ni,os+
Distintas intensidades de la relectura
por Gustavo Bombini
%eleer a doce a,os -ara # cruz de la literatura infantil supone un comple0o e0ercicio
de distintas intensidades+ *a primera, m/s obvia, hace al proceso de relectura de
cualquier te)to, en tanto nuevas condiciones de recepcin ! circulacin: una nueva
editorial, una nueva coleccin, otras condiciones en el campo de la literatura para
ni,os ! de su ense,anza, nuevas perspectivas para vie0os debates, otros debates+
.ambin supone otra intensidad, esta operacin de relectura que es escribir un
prlogo a una reedicin+ 6l prlogo como cristlizacin de la relectura parece
interpelar al propio su0eto que ahora lee+
6ste que so! el que ahora lee es otro que el que era !o, cuando, en 3455, le# por
primera vez ! totalmente entusiasmado -ara # cruz ! lo rese, para el diario La
-apital de "ar del Plata+ 9o no so! el mismo 1! creo que ste es el punto m/s
atractivo de cualquier operacin de relectura1 que le! ese te)to que ven#a a
plantear el cara o cruz, es decir, la puesta en escena m/)imamente e)plicitada del
debate posible en aquellas condiciones: la apertura democr/tica, la innovacin de las
pr/cticas educativas, la originalidad de los pro!ectos editoriales, la potencia de un
nuevo lengua0e, el de una nueva escritura para la literatura para ni,os a partir de los
758+ Poner en el tapete las modulaciones propias de un debate vital, evidenciar el
sentido polmico de estas nuevas condiciones de lectura ! escritura, parec#an
potenciar el valor estratgico de un libro de min:scula apariencia ! a la vez
poderoso por su e(icaz incidencia en el campo+
-ara # cruz propuso en este sentido categor#as cr#tico;descriptivas que permit#an
construir un diagnstico, conocer el estado de las cosas ! compromet#an a su vez al
lector a posicionarse al respecto+ De esta manera, las llamadas -intrusiones- de la
psicolog#a evolutiva, de la pedagog#a, de la tica desciben un estado de las pr/cticas
de la lectura escolar (rente al que D#az %&nner, clara ! en(/tica, reclama la
autonomizacin de la pr/ctica literaria (rrente a estas imposiciones de la cultura
escolar que acabar#an por desdibu0ar el ob0eto en cuestin+
6stra preocupacin por el ob0eto coloca a -ara # cruz en un lugar genrico original:
se trata de un libro de cr#tica literaria en tanto constru!e categor#as de an/lisis para
el ob0eto literatura ! realiza una rica pr/ctica de lectura <! de hecho inclu!e en la
segunda parte -.e)togra(#as-, una rica recopilacin de sus rese,as bibliogr/(icas=> a
su vez, -ara # cruz nos muestra un modo de leer espec#(ico de quien aborda a la
literatura in(antil en su particular modo de posicionarse en el interior de la escuela+
6n este sentido -ara # cruz se contitu!e como el me0or e0emplo de un libro de
pedagog#a literaria+
%eleer es tambin reconocer el e(ecto intenso que supone la renovada imagen de
autor+ *os :ltimos doce a,os rati(icaron en lo tangible, legible ! audible de art#culos,
ponencias, con(erencias ! otro tipo de intervenciones orales la productividad
incesante del pensamiento cr#tico, audaz, revulsivo de "ar#a $delia D#az %&nner+ 6s
en esos soportes donde leo ! releo una sinta)is sinuosa ! cautivante, una creacin
l)ica sorprendente ! constante, de alto impacto para la signi(icacin, una pirueta
sem/ntica inesperada que meta(oriza la pr/ctica cr#tica ! desa(#a 1gracias a todas
estas operaciones1 cualquier modo de adormecimiento de las escrituras
acadmicas, cualquier previsibilidad pro(esionalista, cualquier pedagogismo
burocratizante, cualquier repeticin (uncional a las circunstancias de enunciacin+
'ada nuevo te)to de ella rati(ica su adem/n de estilo, como tomando por las solapas
al lector, nietzscheanamente, para reclamarle perentoriamente su m/s (ina atencin a
la lectura de ideas, met/(oras ! polmicas+ No somos los mismos despus de haber
le#do alguno de los te)tos de "ar#a $delia, esta -ara # cruz ! cualquier otro>
seguramente nuestros conceptos ! concepciones sobre la in(ancia, la escuela !
(undamentalmente sobre la literatura ! la cultura para los ni,os se van a ver
(uertemente modi(icados+ Sus te)tos inciden directamente ! de esta manera e(icaz
sobre nuestros pensamientos, sobre nuestras pr/cticas ! sobre nuestros deseos+
6n torno a lecturas ! escrituras, conversaciones ! recomendaciones, as# en el sentido
amistoso del intercambio intelectutral que preconizaba Gilles Deleuze, vamos
constru!endo una relalcin posible con el arte, con la literatura ! con el
conocimiento+ De la misma manera en el ambiente de la escuela, en las relaciones
con los otros, con nuestros colegas ! con nuestros alumnos vamos constru!endo
redes de intercambio que muestran su productividad+ $puesto, 0unto con Susana
Itzcovich ! con los editores, a poner otra vez en el ruedo este libro (undamental de
los 748 que todav#a tiene que seguir habl/ndonos, como lo hacen :nicamente los
buenos libros+
Cara y cruz de la literatura infantil
por Mara Adelia Daz Rnner
De qu se trata esta literatura y por qu importa
saberlo
'uando se habla de los libros para chicos pareciera que necesariamente se
interpusiesen, imponindose a la consideracin, m:ltiples aspectos a0enos a su
especi(icidad+ ?n criterio equivocado lleva a sobrestimar la importancia del (ormato,
el tama,o, la consistencia o el color+ 'obran relieve cuestiones tales como el hecho
de que en la tapa aparezcan persona0es reconocibles (/cilmente por los chicos 1del
tipo de los de @alt Disne! o Aeidi1 o que (iguren nombres de autores (/cilmente
identi(icables por los grandes, que !a los han le#do de chicos+ 6l bestsellerismo,
asimismo, ha ingresado al circuito industrial en el rubro de la literatura in(antil !
0uvenil: el caso m/s saliente ! su(icientemente actual para ser conocido por todos es
el que ha producido la serie -6lige tu propia aventura- <3=+
.an desproli0o mane0o de los materiales literarios in(antiles 1por desconocimiento,
por pereza, por mercar1 conspira contra la claridad de las ideas, entendidas como
(actores de valoracin ! de e)perimentacin, que se les o(recen a los chicos+
.ambin aportan su cuota de descontrol sobre esta situacin las actitudes de los
mediatizadores m/s pr)imos: libreros ! docentes> padres ! bibliotecarios+ Salvando
las lgicas e)cepciones, la desproteccin del libro in(antil es casi absoluta+
$ esto debemos sumar 1!a que estamos en esta enumeracin de (actores negativos
o contraliterarios o antilibros1 lo que llamar#amos eu(em#sticamente la
-inhospitalidad- de los medios de comunicacin 1diarios, revistas, radio ! .B1,
su resistencia a acoger a la cultura in(antil, incluidos los libros, insert/ndola en un
espacio dedicado con e)clusividad a ella <C=+
Pero, entonces, si no se trata de todo lo que he se,alado anteriormente, cabe la
pregunta Dde qu trata la literatura para chicosE Pues Fvamos al grano !aG
.rata de muchas cosas que nunca est/n superpuestas: de las palabras ! las
multi(ormas que cada escrito les otorga+ Porque la literatura trata del lengua0e de sus
resplandores en pugna, si se me permite describir casi poticamente el o(icio de
escribir+
$unque suene e)travagante, en pocas ocasiones se ubica al lengua0e como el
protagonista espec#(ico de una obra literaria in(antil+ DPor qu e)preso esta hiptesis
de lecturaE Porque, en general, se plurirrami(ica el tratamiento de un producto
literario para los chicos abord/ndolo desde disciplinas que distraen del ob0etivo 1!
la especi(icidad, en suma1 de todo hecho literario: el traba0o con la lengua que cada
escrito (ormaliza+
2uienes ha!an querido internarse, por primera vez, en el campo literario destinado a
los chicos seguramente se han visto en(rentados con los diversos ramales que se
abren para describir o interpretar esta literatura+ ?sualmente dichos ramales ser/n la
psicolog#a ! la psicolog#a evolutiva, la pedagog#a, la esttica ! la moral+
$l hacer estas consideraciones, no quiero ni debo esquivar, de ning:n modo, el
concepto de -poca-, que es el que determina la modernidad o no de ciertas ideas o
conceptos o tendencias culturales que se mane0an+
.ampoco, es obvio, puede e)cluirse de nuestras consideraciones los cambios que
su(re el presunto receptorHlectorHconsumidor, que act:a de manera no pasiva, a (avor
o en contra de lo que se le o(rece+
$ esta altura de la e)posicin, quiero en(atizar que, seg:n mi convicccin, la
literatura para chicos debe ser abordada desde la literatura, a partir del acento puesto
sobre el lengua0e que la institucionaliza, interrogando a cada uno de los elementos
que la organizan, en tanto producto de una tarea escrituraria que contiene sus propias
regulaciones internas+
La superposicin disciplinaria traviesa
DPor qu he destacado la perturbacin que otras disciplinas provocan en el
tratamiento de lo literario in(antilE
*o he hecho porque estimo que el aborda0e de los libros para chicos est/ entorpecido
1me arriesgar#a a decir (rustrado de antemano1 por una lectura arquet#pica por la
que se les prohibe a los chicos insertarse en el mundo social ! cultural+ .al
arquetipismo se delinea en base a arti(iciosas concepciones que los grandes alzan
como hegennicas, escud/ndose ma!ormente en la ambigIedad que el estadio de la
propia in(ancia conlleva <J=+
a. !rimera intrusin: la psicologa # la psicologa evolutiva+
$l mirar la literatura in(antil desde la psicolog#a evolutiva, abreviamos toda la
escritura que la legitima ! constru!e porque, en un adem/n interpretativo de car/cter
peligrosamente abstracto, desconectamos al su0eto in(antil de la realidad o entorno
en el que est/ inserto+ ?na realidad que, en rigor, tironea m/s (uertemente quiz/ que
la logiqu#sima esquematizacin seg:n los ritmos psicoevolutivos+
Si leo, por e0emplo, un te)to de *aura Devetach 1! los convido a acompa,arme en
esta e)periencia1 llamado Monigote en la arena, no pienso, en primer lugar, a qu
edad debo contarlo o leerlo+
"u! simplemente, al leerlo me de0o arrollar ! desenrollar por las m:ltiples
im/genes que el te)to me aviva ! por el placer o displacer que me causa+ 6n ese
momento, !o so! una lectora ! mi actividad como tal se pone en marcha a leer ese
te)to+ 'ompradoraHlectoraHselectora, debo poner en marcha gradualmente mis
(unciones, ! respetar, en consecuencia, sus respectivas modalidades+
2ue un monigote trazado en la arena est deseoso de vivir ! compartir su tiempo de
vidaH0uego con otros elementos 1viento, nubes, aves1 no con(igura una historia
inusual en un te)to literario, ! menos en uno que est destinado a los chicos+ Pero lo
realmente (ascinante ! di(erenciador con respecto a otras historias similares u
homologables, es el modo en que Devetach desenvuelve la vida del "onigote hasta
hacerla sentir dentro de nosotros como algo vibrante, esplndido, :nico+ *o m/s
trivial que puede e)presarse al cabo de la lectura es un Fqu buen e0emplo de vidaG, !
luego, m/s re(le)ivamente acaso, Fqu suerte que no evit que se borrase de la
arenaG <K=
9a he olvidado las veces que he le#do o escuchado aquel cuento de Devetach, !
siempre me produce un goce (ormidable, ! regreso a ese candoroso pedigIe,ismo de
querer o#rlo nuevamente+ .oda esta sencilla historia de una historia plena de
palabras ! algo m/s vale para rati(icar ! poner en escena el placer+
"e atrever#a a decir 1en verdad siempre lo lanzo en mis clases1 que el placer que
provoca lo bien hecho literariamente no tiene edad: aquello que es bueno de verdad
resiste al tiempo+
Por lo cual retomo la postura de no medir un te)to literario tomando como :nico
dato para evaluar sus bondades o sus conveniencias la consideracin de si responde
o no a los intereses in(antiles comprendidos psicolgicamente+ 6ntindase que la
perspectiva psicoevolutiva para seleccionar lecturas o armar repertorios tiene su
importancia, en tanto marco general !, asimismo, es :til para determinar un -desde-
que edad se sugiere tal o cual te)to+
*a cuestin no es sosla!ar, minusvalorar o ignorar la importancia de los (actores
e)traliterarios a nuestro alcance, sino ponerlos en 0uego al servicio de la literatura !
no al revs+ Nuestro conocimiento sobre psicolog#a evolutiva a!udar/ siempre a
enca0ar en las necesidades e intereses probables de los chicos en lo que hace a
tem/tica, persona0es ! desempe,o lingI#stico+ Nos permitir/ ser m/s h/biles,
tambin, para o(recerHrecomendar un libro ! para reconocer las potencialidades que
dicho producto presenta ! cmo activarlo en las manos de los chicos+
Por :ltimo, pido que, en (avor de una adecuada interrogacin acerca de un libro,
modi(iquemos la pregunta inicial -Dpara qu edad esE- por una m/s a0ustada a la
totalidad que impone su lectura+
b. $egunda intrusin: la pedagoga # sus e/cesos
*a pedagog#a 1Do tal vez deber#amos decir sus usuariosE1 aporta una cuestin
que, aunque no parezca, est/ a un tris de llevar al (racaso la eleccin ! el dis(rute de
cualquier producto literario in(antil: las utilidades que se pueden obtener del libro
para educar me0or+
"e pronuncio contraria a esta malinterpretacin de lo pedaggico seg:n la cual toda
mani(estacin e)presiva ! comunicacional e0ercida por el individuo debe
necesariamente cumplir un servicio+
Si no se entiende que todo actoHgestoHse,alHarti(icio inventado por un individuo
maniobra sobre alguna zona interior de alguienHotro, trans(orm/ndolo de uno u otro
modo, no hablamos con certeza de lo mismo+ 6n ocasiones, un errneo mane0o de la
pedagog#a se torna en un -pedagogismo- in(ecundo, en una suerte de patolog#a de la
educacin+ Pocos se habr/n sustra#do a esas generosas de(ormaciones
pedagogizadoras en la escuela, en la universidad o a travs de los medios masivos de
in(ormacin ! entretenimiento+
6se vicio reduccionista reprime, a mi criterio, la pluralidad de signi(icados que todo
libro posee+ 6l empecinamiento por educar de cualquier manera ! a cualquier costo
se encadena a una servidumbre que hace imposible el placer por lo que se o!e o por
lo que se lee+ 9 as# el e)quisito armazn de una obra literaria se hace cenizas ! el
lector languidece a su lado, en grado de irrecuperable+
Por lo e)puesto es (/cil deducir que la vecindad entre esta (alsa pedagog#a ! el
didactismo literario e)iste <L=+ 6l didactismo ! su discurso espec#(ico han causado
pro(undas distorsiones en la lectura del corpus literario in(antil+ .ender#a, en este
momento, a mostrar algunas nociones m/s habituales, que parten de la incmoda
posicin, enteramente ine)acta e in0usta, en que nos coloca la imposicin did/ctica+
Aablar de una literatura did/ctica es un sinsentido+ DPor qu, entonces, se ha
inisistido sobre su predominio en los libros in(antilesE Pues 1! aqu# retornamos a
nuestro centro clave, la literatura1, porque se ha desplazado el e0e por e)celencia
de lo literario, surgido del te)to desplegado ! puntual que se considera, para
instalarlo en los ob0etivos ense,antes elegidos por el operadorHenunciadorHdocente+
%eitero que la literatura es el te)to verbal establecido en un estatuto autnomo, la
escritura, por lo que amo0onarlo tras una leccin o una l#nea did/ctica, con un sin par
tu(illo autoritario, es comprometer la polisemia o pluralidad de signi(icaciones que
el mismo te)to literario provee al problable lector ! o!ente del mismo+
6ste criterio nos apro)ima a lo disperso, lo inventado ! lo transgresor que todo
hecho literario acarrea <M=+ Si obturamos este 0uego literario, lisa ! llanamente
estamos poniendo dique al r#o #ntegro que todo libro hace circular generosamente+
6n consecuencia, hablar del -mensa0e- 1Fah, palabra tan estimada por los docentesG
1 de un te)to literario implica as(i)iar la multivariedad que el mismo o(rece, !
conduce al receptorHmultiplicador a manipular una :nica l#nea de sentido,
enca0onando el producto en (orma unidireccional ! otorg/ndole, por ello, una
monovalencia absoluta ! comprendida como e)clu!ente+
%eitero que, si no se acepta la variedad impuesta desde el te)to literario, recrudece
una lectura de tipo est/tico, donde no se produce la e)perimentacin viva entre la
lengua del autor ! la competencia lingI#stica del lector u o!ente+
Suspendo aqu# estos planteos pues los mismos ser/n re(ormulados cuando
realicemos algunas lecturas+
c. 0tras intrusiones no menos importantes: 1atendemos a la (tica # a la moral2
$ndando al escenario que me propone la literatura in(antil, no puedo de0ar de lado
unas palabras del cubano Nos "art# <35LJH354L= para que las consideremos+ Dicen
as#: -No decirles a los ni,os m/s que la verdad para que no les salga la vida
equivocada-+ DPedanter#aE DOmnipotenciaE D6l ne(asto autoritarismo de un adulto
sobre los chicos, otra vezE "art#, acaso, Des un predicador para salvarnos de los
errores de la vida o, en verdad, es un leg#timo preocupado socialE 'on(ieso que, si
no se tratara de "art#, podr#amos opinar sencillamente que el mercado in(antil es
mu! tentador para los predicadores ! embusteros+
?na buena e)plicacin de la actitud ponti(icante de "art# la arro0a Pr!da Schultz de
"antovani al 0usti(icarlo como -hi0o de su siglo, que cree en la ciencia ! en el
progreso, piensa que el verbo ha sido dado al hombre para instrumento ! e0ercicio
del esp#ritu: la palabra debe ser, # es, en (l, acto moral- <Q=+
*os cuatro n:meros de La "dad de 0ro 1revista mensual que dur desde 0ulio
hasta octubre de 3554 ! era editada en Nueva 9orR1 e)plicitan con claridad la
propuesta tica de Nos "art#, vigoroso de(ensor ! protagonista de la liberacin de
su pa#s !, tambin, de las libertades individuales ! sociales de e)presin+ 2uien
recorra contempor/neamente los contenidos de cada una de las revistas publicadas
observar/ el rigor de su conducta para con sus coet/neos ! la (irme conviccin de
desempe,ar un papel como educador o vehiculizador de ideas sobre un sector social,
el de los chicos, con impecable responsabilidad ! coherencia+ 6sta :ltima, basada en
la (uerza de la libertad, en el conocimiento del entorno real ! en la necesidad de
en(rentar honradamente, sin torceduras, a la vida+
6l e0ercicio de vida martiano no es cuento, en tanto l mismo puso el cuerpo para
llevar adelante su programa tico+ 6l hacer ! el ser que (or0aba nos parecen
veros#miles todav#a en los tiempos actuales+ De ninguna manera este tramo del
escrito pretende ser una ponderacin e)agerada o tendenciosa de la obra de "art#
dedicada a los chicos+ Sencillamente me parece que es uno de los e0emplos m/s
transparentes de un traba0o sustentado en una tica convicente ! humanizante+
Nosotros, ustedes ! !o, en car/cter de lectores modernos, podemos observar, en
nuestra actualizada lectura un enve0ecimiento de su propuesta literaria+ Por e0emplo,
la interpretacin se)ista de la in(ancia en cuando marca desde el Prlogo a La "dad
de 0ro qu conviene a las ni,as ! qu a los ni,os, predot/ndolos de de(inidas
actitudes para una de(inida sociedad del siglo SIS> pero, desde otro punto de vista,
lo que "art# propone es la bella aventura de hablarles a los chicos desde cdigos
ticos convalidados por modelos que resultan heroicos por su misma pr/ctica+
6ntoces Dla tica que muestra ! desarrolla "art# est/ !a muertaE No, no es eso+ *os
di(erentes tiempos permiten estrenar otras escalas de valores ! cada creador
establece, al elaborar su producto, su propio programa a)iolgico, el con0unto de
valores que me0or lo e)presan ante los dem/s+ S#, en cambio, est/ languideciente su
particular modo de hablarles a los chicos de determinada manera, con determinadas
(ormas de discurso+ O sea, en de(initiva, que los chicos para quienes aquella revista
martiana (ue inventada !a no son sus lectores, porque no se sienten protagonizados
en esos sentimientos ni en esos modelos, procer#sticos o no, e)puestos en ella+
'ada una de las elecciones ticas que elabore un creador ser/ v/lida en tanto ! en
cuanto est legitimada por sus consumidores probables+ 6sta legitimacin, se
entiende, no contradice los entrecruzamientos que se produzcan entre el creador !
sus consumidores, ! que son altamente necesarios para hacer estallar me0or las
m:ltiples signi(icaciones de las que hablamos anteriormente+ *os libros 1! todos
los te)tos literarios1 as# lo e)igen+
d. "l 3ltimo codo de las intrusiones: la moralizacin de las moralidades
?n rumbo oblicuo toma nuestra peculiar literatura in(antil cuando se la mira desde
sus utilidades o servicios morales o moralizadores+ 'uesta mucho descartar el
criterio de las lecturas -edi(icantes- que, en e(ecto, est/ encadenado con la
concepcin de literatura para chicos a la que se nos ha acostumbrado+
6l discurso did/ctico que apunta hacia la moral o la morale0a engendra verdaderos
desconsuelos, !a que desbarata el placer por el te)to literario 1en su grado de
gratuidad ! transgresin permamentes1 para los incipientes lectores+ *os
educadores, padres o docentes, tergiversan a menudo la direccin plural de los te)tos
para consumarlos en una zona unitaria de moralizacin+ Nuevamente, en(atizo, lo
literario se subordina a la e0empli(icacin de pautas consagradas que tienden
peligrosamente a homogeneizar las conductas sociales desde la in(ancia+ O,
sencillamente, sugieren que se las acate sin ninguna cr#tica+
Desde hace mucho, el didactismo 1moral ! religioso1 recorre los libros destinados
a los chicos, a tal grado que muchos 1escritores ! educadores1 cre!eron que era
un ingrediente indispensable en la literatura in(antil+ Dada la secularizacin de este
criterio, se ha ido olvidando que son las instituciones 1ll/mense escuela, iglesia,
sociedades literarias, universidades1 las que generan sus propios discursos morales>
que no ha! una :nica direccin did/ctico;moral sino que cada institucin emite su
propio aparato+ 9 esta circunstancia, que no podemos de0ar de considerar, nos remite
al campo del poder+ De una u otra (orma, retornaremos a estos concetpos que dan
vuelta en torno de las instituciones de diversa #ndole ! del poder que las mismas
e0ercen+
D'mo detectar el peso moralizador en un te)to literario para chicosE 6n la literatura
de los grandes siempre sospechamos que ha! moralizadores detr/s del escrito+ 'laro
que los grandes, escritores ! lectores, se hacen cargo de ello, tanto de aceptarlos
como de rechazarlos+ Por eso mismo es que los grandes presumen de grandes+
*os te)tos de la literatura in(antil, en cambio, asaltan a lectores ! o!entes m/s
vulnerables, con menos posibilidades de entrar o salir de la propuesta o(recida+
Graciosamente, podr#amos decir que los chicos no pueden usar mucho las puertas
del mundo pero que son (uertemente ventilados por las corrientes de aire que los
grandes producen con sus portazos+ 'rase o no, poco tiene que ver esto con una
meta(orizacin de las relaciones entre chicos ! grandes+
*a deteccin de lo moralizante para los chicos se mani(iesta en el empleo de cierta
lengua ! ciertos s#mbolos arti(iciosos, que repiten los modismos o actitudes que los
grandes quieren mantener 1utilizando a los chicos especularmente, como aportar#an
Dor(man ! "attelart <5=1, en una clara maniobra para seguir vinculados con el
tiempo por venir ! e0ercer poder sobre l+
6dulcorado, sin con(licto, ese lengua0e arti(icioso (abrica una zona de la no culpa, de
la inocencia+ *a historia, que la literatura in(antil de tono moralizador dasarrolla !
progresa, culmina con una -abuenizacin-, donde se levantan los deberes ! los
principios ticos provenientes del sector hegemnico, el de los adultos, que quieren
as# pro!ectarse ahistricamente+ De esta manera la literatura in(antil consagrada
(or0a sus propias trampas, su propia rutina, sus propios clichs+ 'omo toda la
literatura, al (in, pero con ma!or violencia ! con un enorme e0ercicio del poder+ *a
literatura para los chicos se convierte as# en un de(inido !as de los Ar'uetipos <4=+
Momento !inal de esta parte" casi una disculpa
6ntiendo que es engorroso deshilvanar los hilvanes que a0ustan las consideraciones
e)puestas, m/s todav#a cuando no han sido apuntaladas por muestras literarias que
despe0en ambigIedades+
Nada m/s a0eno a mi intencin que eludir demostrar, con lectura de te)tos, lo que
argumento o lanzo como hiptesis, para que as# podamos re(ormular algunos
conceptos que todos conocemos, o advertimos, ! que generalmente se utilizan pero
que muchas veces es necesrio sacudir o contrastar para luego reinsertarlos en el
mundo de ho!: el de la cultura ! el de los chicos+
.ampoco he querido que en este libro de0aran de moverse las tensiones !
distensiones que se negocian en una clase viva+
Sin embargo, el libro me obliga a e)poner un compacto marco de traba0o, donde
(iguren las problem/ticas m/s recurrentes para el tratamiento sistem/tico de la
literatura in(antil+
Por eso he cre#do que el primer paso consist#a en abordar los m:ltiples discursos
disciplinarios que se entremezclan en nuestro espec#(ico espacio literario, a (in de
privilegiar la materia esencial que nos ha reunido: la literatura ! sus escritos+
Ae omitido a propsito, para ganar en vivacidad, sostenes bibliogr/(icos elaborando
de este modo un e0ercicio activo de lectura como si todo (uera un (le)ible rincn de
re(le)iones ! opiniones nacidas de una autntica pr/ctica singular+
#otas
3+ *as maniobras editoriales de esta serie de origen norteamericano ! sus
de(ectos ser/n tratadas m/s adelante+ $c/ me interesa, simplemente, enunciar
los aspectos que impiden una adecuada apro)imacin al universo literario
in(antil m/s genuino+
C+ Pese a la e)istencia de algunos art#culos tendientes a comentar libros o
lecturas in(antiles en algunos diarios ! revistas del pa#s, no de0o de notar tan
mani(iesta ausencia en el privilegiado espacio de la cultura de los grandes, de
su!o acotada ! controlada con regularidad, ! asistida por una cr#tica que
marca ! delimita su quehacer+
J+ Ae tomado prestada la nocin de -ambigIedad- de la (rancesa Denise
6scarpit, tal como la inclu!e en su libro La Literatura Infantil # 4uvenil en
"uropa !anorama %istrico, ")ico, Pondo de 'ultura 6conmica, 345M T
Breviarios+
K+ Aa! una tendencia predominante a alterar los (inales tristes ba0o prete)to de
aliviar la tensin dram/tica del receptor del relato <intrusin psicolgica=+
2uien as# lo hace no es 0usto con la tensin propia del te)to ! con la lgica
que dentro su!o se corporiza, ine)orable+ 'onsidero que se produce, al
modi(icar (orzadamente los (inales, una distraccin 1en su acepcin de
desviar1 peligrosa de la realidad tal como se plantea en la (iccin+
-aperucita Ro5a, cuento tradicional del siglo SBII, es uno de los casos m/s
claros al respecto, si tomamos en cuenta las posteriores resurrecciones de que
(ue ob0eto+
L+ 6s lgico que debamos entender por ello que los dos discursos o (ormas de
leer e interpretar que poseen la pedagog#a ! la did/ctica, claramente
de(inidos, deben siempre preservar su autonom#a disciplinaria !, m/s todav#a,
no se debe olvidar que la segunda se subordina a la problem/tica atendida por
la primera+ ?n modelo palpable de resolucin reduccionista lo contitu!e el
-an/lisis ! comentario de te)tos- escolar, que mani(iesta crudamente la
(ormacin del no lector ! la retrica del discurso del poder en el territorio de
lo literario+
M+ .odo te)to literario produce ! germina un espacio multiplicante de la
realidad, de la sociedad en la que se vive ! de la suerte de di/spora pasional
que el autor ! lector inauguran a partir del mismo+ ?n libro, sin rodeos, es
una zona de resonancia estrictamente ecoidal, a veces de los di(erentes
discursos sociales que se (ormalizan en una escritura literaria+
Q+ 6l subra!ado es m#o+
5+ Dor(man, $riel ! "attelart, $rmando, !ara leer al !ato Donald+ Buenos
$ires, Siglo SSI, 34QCH345J+
4+ Nicol/s %osa, en su art#culo -Se)o ! creacin: Sartre ! Genet- 1incluido en
-rtica # significacin+ Buenos $ires, Galerna, 34Q81 don estas re(le)iones
para que !o me apo!ara largamente+
6e/tos e/trados, con autorizacin de los editores, del libro Cara y cruz de la
literatura infantil +uenos Aires, Lugar "ditorial, 7889 -oleccin Relecturas
Mara Adelia Daz Rnner es Pro(esora en *etras de la ?niversidad Nacional de
*a Plata+ 6s docente e investigadora acadmica en la Pacultad de Aumanidades de la
?niversidad Nacional de "ar del Plata ! especialista en *iteratura In(antil+ Aa
disertado sobre la tem/tica en numerosos congresos nacionales e internacionales+
%ecibi el Premio -$l(onsina 345C-, otorgado por la "unicipalidad de General
Pue!rredn, por su destacada actividad sociocultural+ Pue miembro (undador de
$*IN$ <$sociacin de *iteratura In(antil ! Nuvenil de la $rgentina=+ Dirigi la
coleccin -$puntes- de la editorial *ibros del 2uirquincho ! ha redactado el
cap#tulo -*iteratura in(antil: de menor a ma!or- en la :istoria crtica de la
literatura argentina <6mec 6ditores=, dirigida por No NitriR+

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