Cuentos Del Cuervo de Arabel

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Cuentos del

cuervo de Arabel
Joan Aiken
Ilustraciones de Quentin Blake
os del
o de Arabel
ISBN 956-239-265-1
~ ..~
9 '789562"392655"
A L ~ R A
Cuando la seora Jones entra una
maana en su cocina se encuentra
con que hay un "espantoso
pajarraco" en la nevera,
que adems se ha comido
~
todo el queso, una tarta de
moras, ci neo botellas de
leche, un cuenco de salsa
y medio ki lo de salchichas.
Sin embargo, a la hija de la seora
Jones, Arabel, le gusta ese cuervo
negro y grande. Y decide llamarlo
Mortimer.

Ttulo original: 'IAf.!:"S OF TUf:' AI.lHH S N/l\/:"\'
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C;rupo tle Ecl.icol1e' S.A.
Joan Aiken
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1
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lIus.tracionesd Quentin Blake
'f\1urus,Alf.aguarJ.S.A.deC.V
Avda 1'lllVf'r""lad. 7(,7. C"lon;n del V;llc,
Mxico D.E (lj100
Agllilar,Alu::a,Tauruo.Alfaguar.l,S
.;8(,0, 1437 IlIenos Aires, AIg;:nnl1:
S:mliUana.S.A.
Avda. San Felipe y, .k,'("; Lirna, I'en',
Edi<:IOl1CS S.A.
IP:H)!) Montevideo. Iiru.way
SantiJl:U,l;l S.A.
A,.ua. \'l'[lI;'Zlldll ;-''''' :F(, c' :\-Jet! r.pc''l, y
,"une l'ara'lu.l)'
Samillanade S.A.
Aveb. Arc" 2.r;,1. ' mr," Jkl.<cnr,lo ULIil'rrcl y
Bcli.,;:n,., Salmas, I,, p;z. 1'l.olivia
9'i6-2j')2Cl'i-
l'rimr.r;1 cd,,:;or en Out,' ,eplll":II"'I'C de 20<ri
11lIpreso Chile.'1',lnled inf hile
DiscflO de cokn:,n:
Manuel Fstr,lda
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E.... la pllhJcaClon 110 "",cI, ._0 r",producida n! l'" (ud!, ni
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pCrnllM) [lrCYlo por,'senIl! rle. i:I edil"";:!!

INDIC
El cuervode Arabel ... ... 9-
a coora negra escapaaa 85
a panera ... '" ....., ... 15
1

ntosa noche del mes
mucho tiempo,
ado Ebenezer J0-
tarde, atrave-
sando el un tanto perigroso y sinies
distrito londinense de Rumbury Town.
El seor Jones pasaba junto a un sola
ancho y desolado, namado Rumbury
Waste, cuando no muy lejos observ un
objeto grande, oscuro y en posicin ver-
tical. Era tm poco ms pequeo que un
cubo de carbn y algo mayor que una
botella de sidra y avanzaba lentamente
por la calle.
El seor Jones estaba a unos quin-
ce metros del objeto cuando un motorista
con un side-car le pas como una flecha
y se fue a poner justo delante de l. El
seor Jones fren en seco y mir por
el espejo retrovisor. Cuando volvi a mi-
r hacia adelanLe vio que el motorista
deba de habergolpeado al objeto alpa-
sar porque ste ahora estaba tumbado
junto a sus ruedas delanteras.
Par el taxi. "A lo mejor
aciendeel tonto"', pens. "Haymuell0S
en esta parte de la ciudad que 10 mejor
es dejarles en paz. Pero no puedes ver
na cosaassinparartea verquhaocu-
rido. "
j dd coche.
lit
Lo que encontr en la carretera
era un enorme pjaro negro. de ms de
mediometro,conunaorla depelusaalre-
edor del pico. Al principio crey que
estaba muerto. Pero 'cuando se acer
el pjaroabriun pocoun ojoyluego 10
volvi acerrar.
"Pobrecito, seguramente est
conmocionado", pens el seor Jones.
Su horscopo en Hackney Dri-
ver's Herald haba dicho aquella maa-
na: "Graciasa supericiasalvarhoyuna
vida." El seor Jones iba preocupadode
uelta a casaporquehasta aquelmomen-
to, por lo que poda saber, no le haba
.,111
salvado la vida a nadie, a menos que s
tuviera en cuentaa los imprudentes pea-
L
tones quecruzaban (a calzada sin mirar.
" Estadebedeser la vida queme
ha tocado salvar", pens. Ij Debe de ser
porque ya han pasado cinco minutos de
la medianoche"I Y volvial taxi en busc'a
de una botella de coac y una cucharita
quesiempre llevaba en la caja de herra-
mientas por si a alguna pasajera ledaba
por desmayars....
No tiene nada de fcil darle co-
ac a un pjaro grande que yace incons-
ciente en medio de la calzada. Al cabo
de cinco minutos haba una buena can-
tidad decoac en el suelo, un pocoenla
..
manga Gel seor Jones y otro poco en sus
zapatos, pero no estaba seguro de que el
pjaro hubiera tragado algo. La dificu
tad estrihaba en que necesitaba por lo
menos tres manos: una para sostener 1
botella,,,otra para la cuchara y una ter-
cera para abrir el pico del pjaro. Si usa-
el mango de la cuchara para abrir el
pico, se cerraba antes de que tuviera tiem-
I
po de darle la vuelta a la cuchara y verter
un poco de coac.
e repente una mano cay sobre
el nombro del seor Tones.
-Qu est usted haciendo?
-pregunt uno de los dos policas gu
haban dejado su furgoneta y estaban de
pie a su lado.
El otro se puso a olisquear de
1'1
orma desaprobadora
-Le estaba dando coac a este
grajo -explic. Se senta un poco inc-
modo porque haba vertido mucho coac.
-Grajo? Este no es ningn
'ajo-dijo el polica que olisqueaba-o
Es un cuervo. Mire pelusa de su pie...,.
11.1
[111:
I
-Sea lo que sea est conmocio
Itlllll
nado -dijo el seor Tones-. Le ha gol-
peado una motocicleta.
15
---Ah -dijo el segundo poli-
ca-, habr sido la pareja que acaba de
robar treinta mil libras del banco en High
Street. Los muchachos de Dinero y Qui-
lates, que han cometido un montn de
atracos por aqu recientemente. Vio ha-
cia dnde fueron?
-No -dijo el seor Jones, le
vantando la cabeza del cuervo-, pero
tendrn una abolladura en la moto. Pue-
de sostener uno de ustedes la botella.
-No debe darle coac. Lo que
le debe dar es un t caliente y dulce.
--Eso es -dijo el otro polica-o,
y un trozo de hielo en la cabeza.
-yquemar plumas delante de
su pICO.
rle golpecitos en las manos.
esatar los cordones de sus za-
patos.
-Meterle en la nevera.
-na tiene cordones de zapatos
-dijo el seor Jones, que no estaba nada
contento por todos aquellos consejos-o
Si no van a sostener la botella, por qu
no van detrs de los tipos que lo atrope-
llaron?
-Oh, es que ya estarn muy le
6
jos. Adems van armados. Vamos a vol-
I
I
,,11
1
~
;11
1111/
,11
ver a la comisara -dijoel primer poU-
ca-oYusted no debequedarseaquia-
toxicando con licores a un pjaro. o si
nolevamosatenerquedetenerporandar
por ahhaciendo cosas sospechosas.
-Nopuedo dejar al pjaro ti-
radoenlacarretera-dijoelseorJanes.
1
-Uvelocon usted, entonces.
-Nole pueden llevar a [a co-
misara?
-Desde luego que no -dijo
segundo policia-. No tenemos instala-
ciones para cuervos.
111
I1
17
emiraron con los brazos cruza-
dos mienlras el seor Jones recoga Jen-
tamenteal pjaro y lo meta en su taxi.
y le siguieron mirando cuando arranc
y se march.
As fue como el seor Tones se
llev el p.laro a su casa del nmero 6
de Rainwater Crescent, N,W'
j
a las 3112
de una ventosa noche de mar
Cuando lleg a casa todos dor-
man, lo cual no tena nada de sorpren-
dente a esas horas. Le hubieru gustado
despertar a su hija Arabel, a la que le
encantaban los pjaros y toda clase de
animales. Pero como era muy pequea
-todava no haba empezado el coJe-
gio- pens que sera mejor no hacerlo.
y saba que no deba despertar a su es-
posa, Martha, porque tena queestafO en
Round and Round, la tienda de gram-
fonos de High Street, a las nueve de la
maana.
Pos el cuervo en el suelo de ]a
cocina, abrilaventanaparaquelediera
el aire, pusolateteraal fuego parahacer
t calienteydulcey, ya quehabaencen-
dido unacerilla, quem un plumero bajo
el pico del cuervo. Nada ocurri como
~
"'- _._-.. ~ ~
no fuera que el seor rones se puso a to-
ser. No haba forma de dar go'pecitos e
s manos del cuervo ni de deshacerle los
cordones de los zapatos, as que sac hie-
lo y una jarra de leche de la nevera. L
dej abierta porque tena las manos oc--
padas, y porque adems sola cerrarse
s misma. Con mucho cuidado desliz
unos cuantos cubos de hielo sobre el co-
gote del cuervo.
La tetera hirvi e hizo el t: tres
cucharadas, una para cada uno y otra de
sobra. Tambin se unt una rebanada de
pan con pasta de pescado, ya que no vea
por qu no iba a tener que tomar l algo
a la vez que el pjaro. Se sirvi una ta
de t y llen una huevera para el cuerv", ..
echando en los dos un montn de azcar.
Pero cuando dio la vuelta, la huevera en
la mano, el cuervo haba desaparecido.
19
s mio! -dijo el seor Jo-
nes-. vaya ingratitud! Despus de
todo lo que he hecho por l! Supongo qu
se habr ido volando por la ventana; se-
guramente gracias al hielo. No sera bue-
na idea llevar unos cubos de hielo ca'--
migo en el taxi? Podra meterlos en un
termo; quiz sea mejor que el coac si
las pasajeras se nrrare
!v1ientras pensaba en todo eso ter-
min su t (y el del cuervo; para qu iba
a dejar que se enfriara), apag la luz y se
fue a la cama.
En medio de la noche pens;
" Met otra vez la leche en la nevera?"
Y pens: "No."
y volvi a pensar: "Debera le-
vantarme y guardarla."
y luego otra vez: "Hace fro esta
noche, la leche no se va a estropear. Ade-
ms maana es jueves, mi dl9 de leva..-
tarme temprano.'
As que se dio la vuelta V se aue-
ddormido.
Todos los jueves el seor rones
llevaba al pescadero, el seor Finney, a
Colchester para comprar ostras a las cin-
co de la maana. As que a la maana
dnr uU
2
siguiente se levant y se fue. Se hizo una
taza de t, termin la leche que haba e
jatTa y no mir en la nevera.
Una hora despus de que se hub
marchado, la seora Tones se levan t par
calentat el t. Como la jarra de leche s ~
taba vaCa se dirigi bostezando a la Uf'-
vera y la abri, sin darse cuenta de que
no estaba cerrada del todo porque el ma",-
go de un plumero quemado se haba en-
ganchado en una bisagra. Pero desde lue-
go que s se dio cuenta de lo que haba en
la nevera. Peg un chillido que hizo que
Arabe] bajara precipitadamente las eSCa-
leras.
bia y tenia
'sn blan-
co que le daba el aspecto de una pantalla
de lmpara con dos pies que sobresala
or debajo. En uno de los pies haba un
calcetn de color azul.
'0 / M? d"
- ue pasa, . a. - lJO.
!y un pajarraco espantoso en
la nevera -solloz la seora Tones-. y
se ha comido todo el queso, una tarta de
moras, cinco botellas de leche. un cuenco
de saisa y medIo quijo de salchichas. Sio
jiu
queda la lechuga.
'1
21
-Entonces desayunaremos le-
chuga -dijo Arabel.
Pero la seora Jones dijo que no
le apeteca una lechuga que haba pasad
la noche en la nevera con aquel espantoso
pajarraco.
-y cmo le vamos a sacar de
ah?
-lA la lechuga?
-jAl pjaro! ~ j o la seora
Jones apagando la tetera y vertiendo agua
en un recipiente sin t.
Arabel abri la puerta de la ne-
vera, que se haba cerrado. All sentado
I
11 I
~
22
estaba el pjaro entre botellas
leche, pero era bastante mayo
Haba bastante estropicio a su aLreCle.uo
-papel de aluminio roto, envolturas del
queso, manchas de leche, trozos de hoja--
dre, gr-umos de grasa, y las desdeadas
hojas de lechuga. Pareca Rumbury Was-
te despus de las meriendas dominJlue-
ras.
rabel mir al cuervo y ste la
mir a ella.
-Se llama Martimer -dijo.
-No
t
ni hablar, ni hablar -gri-
t la seora Jones, sacando una barra de
pan de la panera y metindola distra.... -
mente debajo del grifo--. Te dijimos que
podras tener un hmster cuando cu
m

plieras los cinco aos, o un cachorro o
n gatito cuando cumplieras los seis, y
desde luego ponerle el nombre que qui-
sieras, j pero cielos, mira las uas que
tiene ese bicho!, si es que se le pueden
llamar uas, pero no un pjaro como se,
esa horrible cosa llena de pelusa que se
10 come todo, tan grande como un extin-
or de incendios y todo negro.
Pero ATabe} miraba al cuervo y
IIIIlU
I
ste la miraba a ella.
111U1 J
,
23
-Se llama Mortimer -dijo.
rode con sus brazos al cuervo, lo cual
no tena nada de fcil ya que estaba me-
tido entre las botellas de leche, y lo sac
de all.
-Pesa mucho -dijo, y lo depo-
sit en el suelo de la cocina.
-No me extraa, teniendo en
cuenta que se ha tragado medio quilo de
salchichas, cinco botellas de leche, u
cuarto de quilo de queso de Nueva Ze-
landa y una tarta de moras -dijo la se-
ora Jones--. Vaya abrir la ventana.
ver si sale volando.
bri la ventana. Pero Mortimer
no se movi. Estaba muy ocupado mirn-
dolo todo detalladamente en la cocina.
I
11
24
Dio unos golpecitos con su pico en las
patas de la mesa, que era de metal y tin-
tinearon, Luego 10 sac todo del cubo de
la basura: medio quilo de cscal'as d
cacahuete, dos latas vacas y dos cajas de
tarta de...mermelada, Le gustaban mucho
las cajas de las tartas porque las poda
meter bajo el linleo. Luego se fue an-
dando hasta el fogn (era una cocina all-
tigua) y comenz a sacar la argamasa que
habia entre los ladrillos,
J
"

La seora Jones miraba al cuervo
como si estuviera hechizada, pero cuando
comenz con el fogn dijo:
--No le dej.es hacer esol
-Mortimer -dijo Arabel-o,
por favor, nos gustara que no hicieras
eso,
25
Mortimer volvi la cabeza todo
lo que pudo sobre su cuello negro y elU-
plumado Y lanz a Arabel una mirada
pensativa. Luego hizo su primer comen-
tario, que fue un graznido profundo, ron-o
co Y chirriante.
--Crac.
Lo dijo con tanta claridad como
si fueran palabras: CI Pues muy bien, n
10 har esta vez, pero no prometo qu
no10 volver a haceralguna vez. Y creo
que te comportas de un modo irracio-
nal.ti
-No tegustaraconocere'l res-
to de la casa, Mortimer? --dijoATabe1.
y abrila puertadela cocina. Mortimer
anduvo(nunca daba sa1titos) muy lenta-
menteporel vestbulo, yechun vistazo
a la escalera. Pareci interesarle mucho
ycomenz a subirla paso a paso.
Cuando lleg a la mitad sonel
telfono. Estaba colocado en el alfizar
de la ventana y Mortimer mir cuan"
do la seora Jones se acerc Dara con-
testar.
ElseorJonesllamabadesdeCO
27
chesterparapreguntarsisuesposaquera
ostras.
-Ostras! -dijo-. El pjaro
que dejaste en la nevera se ha comido
salchichas,queso, salsa, unatartade ~
ras, bebicincobotellasdelecheyahora
picotea las escaleras, y anme pregun-
tassiquieroostras?Porqunodarleun
poco de caviar?
-Elpjaro que yo dej en
nevera?-Elseor Jones estaba descon-
certado-.Qupjaro, Martha?
-Eseenorme pajarraco negro o
lo quesea. ArabellehapuestoMortimer
y lo est llevando portodala casa, y ro
hacogido las bobinas de algodn del ca-
jndecosturaylasestmetiendobajoel
felpudo.
-No es ese, Ma, es Mortimer
-dijoArabe!, mientras iba a la puerta
principal a coger las cartas del cartero.
Pero Mortimer lleg antes y recibi las
cartasenelpico.
El cartero se qued tan sorpren-
didoquedejcaertodalasacadel correo
en un charco y jade:
-Novolver a quedarmehasta
despus de las diez y media en el Baile
28
29
del Club de la Gente Extraa, ni beber
nada ms fuerte que limonada dcl Cari-
be, nunca ms.
-Nunca ms -dijo Mortimer
metiendo dos cuentas y una tarjeta postal
bajo el.felpudo. Luego volvi a coger la
tarjeta y le abri un agujero en medio. La
seora Jones lanz un aullido.
-Arabel, no puedes cstar en ca-
misn en la calle! Mira lo que ha hecho
el pjaro, se ha comido la cuenta del gas.
Desde fuego que nunca ms! Es el m o ~
mento de decir se acab. No quiero ~
tras, Ebenezer Jones, y quieres cerrar la
puerta de casa y no dejar que ese pjaro
meta todas las flores de plstico bajo 1
alfombra de la escalera?
J seor Jones no entendia nada.
as que colg. Cinco minutos ms tarde
volvi a sonar el telfono. Esta vez era
la hermana de la seora fones, Brenda
para preguntar a i\1artha si quera jugar
al bingo esa tarde. Pero esa vez Mortimer
lleg antes al telfono; cogi el aUrlcula
con su pata, exactamente como haba vis-
to hacer a la seora Jones, emitiendo
un ruidoso chasquido y dijo: "Nunca
ms!"
Luego volvi a colocar el ,apa-
rato.
-iPor Dios! -dijo Brenda a su
marido--. Vaya pelea que han dehido de
tener Ben y Martha; j contest al telfono
pero no pareca l en absoluto!
Entre tanto Mortimer habfa subi-
do la escalera y estaba en el cuarto de
bao probando los grifos; le cost menos
de cinco minutos aprender a abrirlos. Le
gustaba mirar cmo corria el agua fra,
pero la caliente, con sus nubes de vapOl
por alguna razn le resultaba molesta, as
que empez a meter cosas en el grifo: tro-
zos de jabn, esponjas, cepillos de uas,
paos para la cara.
Todo aqueHo obtur el desage y
al poco tiempo el agua salia por todo el
cuarto de bao.
-Mortimer, creo que no debes
quedarte en el cuarto de bao -dijo
Arabel.
Mortimer era un especialista en
lanzar miradas siniestras; le lanz una
de esas miradas a Arabel. Pero ella se
hizo la desentendida.
, Atabel tena un carrito rojo que
habla estado lleno de cubitos de madera
30
para nacer constrocciones. Los cubitos
se haban perdido, pero el carro estaba
en buen us...,.
-Mortimer, quieres dar un pa
seo en tni carro rojo?
"Mortimer se mostr de acuerdo.
Subi al carro Yse qued esperando. Ara

bel tom el asa y comenz a llevarle.
Cuando la seora Janes mir a Arabel
casi le da un alaqu",.
-No es suficiente con que hayas
adoptado a este pjaro gTandc, feo y mai
humorado, sino que hasta tienes que lle-
varle en un carro. Es que no le funcio-
,!
nan las patas? Te puedo preguntar por
qu no anda?
-Es que ahora no tiene ganas
1,
de andar -dijo Arabel.
-iPor supuesto! Y supongo
que se habr olvidado de volar?
-Me gusta Jlevarle en el carro
_dijo Arabel Y le llev hasta el jar-
dn.
Al poco tiempo la seora Jones
se fue a trabajar a Round and Round, la
tienda de gramfonos, y la abuela vine
a cuidar a Arabel. La abuela no haca
ms que sentarse y hacer calceta. Tam-
bin le gustaba contestar al telfono, pero
ahora cada vez que sonaba Mortimer lle-
gaba antes, coga el auricular v deca:
"Nunca ms."
La gente que llamaba para pedir
un taxi se quedaba desconcertada y se
decan unos a otros: "El seor Jones se
debe de haber retirado."
~
~
Tomaron judas guisadas a la
hora del almuerzo. A Mortimer le gusta-
ban mucho las judias, pero sus modales
en la mesa eran un tanto despreocupa-
dos. Le gustaba tirar al suelo cucharas y
tenedores, meterlos bajo la estera y sac<:ll'.
los de nuevo con gran revuelo, A l:! abue-
'a no le haca demasiada gracia.
Mientras In abuela dorma la .,ies
ta, Arabel miraba sus tebeos y Mortimer
miraba la escalera, Haba algo en la cs-
calera que le atraa mucho.
Cuando el seor Jones volvi a
casn a la hora del t, la primera cosa q ~
dijo fue:
33
-Qu ha pasado con los tres
primeros peldaos?
-Pues qu ha pasado? -pre-
gunt la abuehl, que era corta de vista .
estaba muy ocupada untando su pan de
mermelada,
-No estn.
-Pues Mortimer no tiene la cul-
pa -dijo Arabel-. No tiene por qu
saber que necesitamos escaleras.
-Mortimer? Quin es Mor-
timer?
En aquel momento Heg la seo-
ra Jones.
-Ese pjaro no puede quedarse
aqu -dijo el seor Jones, en tono acu-
sador, cuando ella dej la cesta de la com-
pra y se quit el abrigo.
-Quin fue a hablar? Fuiste
t quien 10 dej en la nevera.
Mortimer estaba de lo ms adus-
to, malhumorado y encapotado ante las
palabras de la seora Jones. Hundi la
cabeza entre los hombros y eriz la pelu-
sa en tomo a su pico e hizo girar ha-
cia dentro los dedos de sus patas, como
si no le importara quedarse o marchar-
se. Pero Arabel se puso tan plida Que
1111
35
34
su padre pens que iba a desmayarse.
-Si Mortimer se marcha -di
'o- llorar sin parar. Muy probable-
mente me morir!
-Oh, de acuerdo ... -dijo el
seor ~ o n e s Pero, cuidado, si se aue-
da no puede comer ms peldaos!
io lo mismo. Ms o menos du-
rame la semana siguiente. Mortimer s
comi otros seis peldaos. La familia te-
nia que ir a la cama subiendo por UOH
escalera de mano. Afortunadamente era
una escalera de aluminio para recoger
fruta, porque si no Mortimer proba1
mente se la hubiera comido tambin: le
encantaba la madera.
Hubo un poco de jaleo porque se
empe en dormir todas las noches en 1
nevera. pero la seora Jones termin con
aquello: por fin acept dormir en un al"
nario ropero. y hubo tambin otros pro-
blemas porque meti el jabn y todos los
cepillos de dientes debajo del linleo de
cuarto de bata y no se poda abrir la
puerta. Los bomberos tuvieron que entror
por la ventana para abrir la puerta,
~ N o se le puede dejar solo en la
casa -dijo el seor Tones-. los das en
que Arabel vaya al jardn de infancia,
tendr que ir al trabajo contigo. Martha.
-Por qu no puede ir al jar-
dn de infancia conmigo? -pregunt
Arabel.
El seor Jones se limit a rer
ante la pregunta.
La sefiora Jones no tena el me-
nor deseo de llevar a Mortimer al trabajo
con ella.
-De manera que vaya llevarle
por todo High Street en ese carrito rojo?
T ests de broma,
I -Puedes llevarle en el carrito de
,a compra -dijo Arabel-, Le gustar.
Al principio los dueos de la tien-
36
da de gramfonos, el seor ROlmd y el
seorToby Round, estaban muy conlen-
tos deteneraMortimeralJsentadosobre
el mostrador.Lagentequevivaen
bury Town oy hablar del cuervo de la
tiendade discos y sinti curiosidad e,,-
traban a ver yluegopona.n discos y mu-
chas veceshastalos compraban.Al prin-
cipioMortimerestabatanasombradocon
la msica que se sentaba muy quieto en
elmostradordurantehoras como si fuera
unpjarodisecado.Alahoradelt,
do Arabe1 volva del jardn de infancL.
ella le contaba lo que haba hecho y le
llevabaenelcarrorojo.
PeroprontoMortimercomenz
aburrirse de estar all sentado sjn hacer
otracosa queescucharmsica. Comenz
a contestar al telfono diciendo: "Nun-
cams!" Luegocomenzadarmordiscos
triangulares en los bordes de los discos,
despus de10 cual no era muy fciJ ven-
derlos. Luego se fij que h,aba unaese
SI

lera de caracol que bajaba a los depalh!-


mentos de msica clsica y foIkIrica.
Una maana el seor Round y el seor
Toby Round y la seora Jones estaban
muyocupadosponiendonuevosdiscosen
37
S
caparate. Cuandoterminaron descu-
l
e e . 1 b' 'd
brieron que MortImer se la la COilll o
1 escalera de caracol.
a -Seora Jones, usted y su p-
. rovanatenerquemarcharse,Tenemos
naturalezabondadosaysufrida,pero
Mortimerhaocasionadoprdidasporva-
lor de ochocientas diecisiete libras yse-
senta y siete peniques. Le daremos un
ao para devolver esa cantidad. Por fa-
vor. no se moleste en volver nunca ms.
-Mealegro de no teneruna na-
turaleza bondadosa y sufrida -dijo ]41
seora Jones muy enfadada; luego tir a
Mortimerencimade su carrodecompras
yle llev acasa.
-jEscaleras! -ledijo a
bel-. Para qu sirve un pjaro que
come escaleras? Dios sabe que hay bas-
tante basura en el mundo; por qu no
puede comerbotellas de tnica, cartones
de helado, coches usados o mareas ne-
gras, quieres decirme? j Pero no! Tiene
quecomerprecisamentelanicacosaque
une el piso de arriba con el de abajo.
-Comoque me lo vayacreer!
. Arabel y Mortimer se sentaron
Juntosen el ltimopeldaode laescalera
r
38
de mano, apoyndose el uno conlra el.
otro, muy quietos.
_'Cuando sea mayor -le diJo
Atabel a Mortimer- vamos a vivir en
4na casa que tenga cien peldaos y te po-
drs comer todos.
desde el asalto al
banco la noche en que el seor fones
ba encontrado a Morthner, haban sido
saqueados varios lugares en Rumbury
Town. La ferretera de Browll, la pesca-
l
dera del seor Finney y la dulcera Tutti-
Frutd.
1 da despus de que hubiera
dejado Round and Round, la seora To-
nes encontr otro trabajo, en la joyer'
de Peter Stone, en High Street. Tena que
llevar tanto a Arabel como a Mortimer
su trabajo. porque el jardn de infanci
estaba cerrado hasta despus de Pase
y la abuela se haba ido de visita a South-
end. Arabelllevaba a Mortimer a la tien-
da todos los das en el carrito rojo. Peter
Stone no puso ningn reparo a que v
i
-
mera.
n la
-Cuanta ms gente h'
e atraCO
tienda hay menos posibilidades
19 clem
a
-
-dijo-o Me parece que se ha
3
siado de la banda de Dinero y Quilates.
Ayer robaron el supermercado; se lleva-
ron mil latas dcl mejor caf mezclado de
Jamaica, porquc la caja estaba atrancada.
Caf! Qu van a hacer con mil latas'?
-A lo mejor tenan sed -dijo
Arabe!. Ella y Mortimer vean sus imge-
nes en una vitrina llena de pulseras. Mo-
timer dio golpeeitos en d cristal con su
pico a modo de experimen."".
-Ese pjaro -dijo Peter Stone,
mirando de modo pensativo a Morti-
mer- se portar bien. no? No se ir'
a tragar ningn diamante? Ese broche
que mira en este momento vale cuarenta
mil libras.
La seora Jones se irgui, muy
digna.
-Comportarse bien? Na
mente que se comporlar bien. Le garan-
tizo que devolver cualquier diamante
que trague!
Un sargento de polica entr en
la tienda.
-Tengo un recado para su ma-
rido -dijo a la seora Jones-. Hemos
e?contrado una motocicleta y nos gusta-
na qUe viniera a la comisara para ver si
denado, pero
que no
el sargento.
40
puedeidentificarlacomolaqueleadelan
t la noche en que atracaron el banco.
-Luego vio a Mortimer-. No es s
el pjaro atropellado? Ser mejor que
venga tambin; a versi se ajustaala ubo
lladura del depsito de gasolina.
-Nunca ms -dijoMortimer
quetena losojosfijos enun reloj grande
bajo una campana de cristal.
--Ser mejor que no hable asf
conel Super-dijoelsargento-,le acu-
sarn de obstruccin a la p o l i ~
-,Tiemm ustedes alguna teora
acerca
la identidad de la banda?
-No,siempre llevan mscaras.
Pero estamos seguros de que es gente de
aquvtienenunesconditeenalgn lugar
4J
de la zona, porque siempre les perdemos
rpidamente la pista.,Otra cosa rara_es
que tienen un compllce muy- pequeno,
ms o menos del tamao de ese pjaro
-dijoel sargentoechando unadura mi
rada a Mortimer.
-Cmo lo sabe?
-Cuando robaron el supermer
cado, alguien entr porla gatera y abri
una ventana desde dentro. Si los pjaros
tuvieran huellas dactilares no me moJes-
tara entintar las patas de ese pajarraco
. de mirada astuta. Desde luego que a l
no le costara nada pasarpor una gatera.
-Sus opiniones son de lo ms
impertinente -dijo la seora Jones--.
Nuestro Mortimer puede ser un atolon
drado, a veces incluso es un tanto desor-
es ms bueno que el pan,
spalo. y la noche en que robaron el su-
permercadoestabaennuestroarmarioro-
peroconlacabezabajoel ala.
-Heconocido a algunos panes
tienen nada de buenos -dijo
-Craac- dijo Mortimer.
3
1""
Cinco minutos despus de que se
hiera marchado el sargento, PeLer Sto-
ne se fue a almorzar.
y cinco minutos despus de eso.
os hombres enmascarados entraron en
la tienda.
Uno de ellos apunt a la seora
Jones y a Arabel con una pistola, mie.,,-
tras que el otro rompa la vitrina ysacaba
el broche de diamantes que Peter Stone
haba dicho que vala cuarenta mi! libras.
:1 bolsillo del pistolero sali
na arailla gris con una expresin terri
femente malvada. Mir con aire satis-
fecho a toda la tienda.
-Vaya bicoca este trabajito
-dijo el hombre enmascarado que haba
cogido el broche de diamantes-o Le da-
remos el broche a Sam y l utilizar al
pajarraco para llevrnoslo a casa. Luego
43
si los polis nos paran no nos podrn col-
gar el muerto.
Mortimer, que coma uno de los
bocadillos de queso que la seora Jones
haba trado para su propio almuerzo, se
encontr de repente con una pistola me-
ti4a en las costillas.
--Ser mejor para ti que coope-
res, cara de carbn -dijo el pistolero-.
Esto es un secuestro. Ser mejor que vue-
44
les adonde diga Sam o te hago pedazos.
Sam lleva una bomba colgada al cuell
con un cordn de los zapatos; no ieo
ms que quitarla anilla con los dientes.
, por favor, no vuelen
-dijoArabel al pistolero-.
Creo que se ha olvidado de volar.
--Puesser mejor que se acuer-
de enseguida.
-Oh,querido Mortimer t q .
sea mejorque te acuerdes enseguida.
-Oh, queridoMortimer.m
rece que 10 mejor ser que hagas lo que
ellos te dicen.
Con un crujido que se oy en
toda la joyera, Mortlmer despleg sus
alas y, parasusorpresa tantocomo para
ladelosdems,volatravesandolapuer-
ta abierta. Los dos ladrones le sigtJieron
caminando tranquilamente.
Tan pronto como se fueron. la
seora Jones se puso histrica y Arabel
hizo sonar el timbre de alarma.
En un segundo, un coche de la
policafren bruscamenteenla callecon
la sirena sonandoy las luces parpadean'
tes. PeterStonevolvia todaprisadesde
el Bar del Pez.
45
Laseora Jones estaba histrica,
ero Arabel dijo:
P -Doshombres robaron un bro-
'h dediamantes.selodierona unaardilla
e e , h'd .
para que 10 llevara y esta se a 1 o vo-
landoen nuestrocuervo. Porfavor, qu
nos 10 devuelvan!
_Hacia dnde fueron los dos
hombres?
-SubieronandandoHighStrect.
-A m todoestomehueleacha-
musquina -dijoel sargento de polica,
queerael mismoqueestuvoallantes-o
Ests segura de que no le diste el bro-
che al pjaro y le dijiste que se largara
con l donde el vendedor de cosas roba-
das ms cercano?
-Oh, cmo puede decir una
cosa as -llorique la seora Jones-
cuandonuestroMortimeres el cuervo d
mejor corazn de todo Rumbury Town,
devezencuandoparezcaunpoco
S101estro?
, -Hayalguna pista?-pregun-
to el sargento a sus hombres.
-Hayunapistademigasdeque-
so aqu' d"
J- lJO el agente-o Vamos a ver
hast d' d .
a on e la podemos seguir.
47
46
Los policas se marcnaron si-
gUlenao el rastro de queso por Rumbur
High Street, pasando el banco, la peSCH-
dera, el supermercado, la ferretera, la
tienda de discos, el monumento
morativa de la guerra Yse detuvieron ante
la estacin de ro-
s han fastidiado -dilO el
sargento-, Se fueron en metro. Ha
comprado un pajarraco negro un billete
a algn sitio hac-e diez. minutos? --le pre-
gunt al seor GumbreJl, el cobrador.
-No.
-Pudo comprar el bHlcte en una
mquina -indic uno de los agentes.
--Todas dicen fuera de sel'viciv.
-De todas maneras, pOI' qu
va a comprar un pjaro un billete? Pudo
entrar en el tren voiando -dijo el otro
agente-o A lo mejor la nia dice la
verdad.
A todos los pasajeros que hab'a
n
viajado en la lnea Rumberloo les pregun-
taron si aquella maana haban visto a
un pajarraco negro que llevaba un bro
che de diamantes. Ninguna haba vist
'
nada.
Jon
-No se ofenda, se
_dijo Peter Stone-, per.o a la ,vist .
tas dudosas circunstancIas serta mejor
e:e no volviera despus. del almuerzo.
el momento no hablaremos de las
uarenta mil libras que cuesta el broche.
a esperar a que cojan al pjaro
con l.
-No lo rob -dijo ArabeI-,
ya 10 ver usted.
Arabel y la seora Iones volvie-
ron andando hasta el nmero 6 de Rain-
water Crescent. Arabel estaba plida y
silenciosa, pero la seora Tones le fue ri-
endo durante todo el camino.
-Cualquier pjaro con un poco
de valor le hubiera quitado el broche a
esa maldita rata de ardilla. Debera dar-
le vergenza! Mortimer no nos ha dado
ms que problemas y dolores de cabeza
desde que est en la familia; esperemos
no volver a verle.
Arabel dijo que no quera t y se
fue a la cama y llor hasta que se qued
dormida.
Aquella tarde el seor Jones fue
a la comisara e identific la motocicleta
cobmo la que le haba pasado la noche que
ro aran el banco.
8
-Muy bien --dijo eJ sargelJ-
to-o Hemos encontrado un par de plu.
mas negras pegadas a un poco de grasa
ue habaen el depsito. Si quiere sabe
mi opinin, ese pjaroesl metido hasta
las cejas en todo este oscuro negocio.
-Cmo va a estar nletido en
so?--dijoelseorJones-,E:;taba
cruzando la calzada cuando pas la mo-
tocicleta.
vez ellos le entregaroH la
pasaban.
ese casolohubiramosvis-
o nosotros, no? Sabe de quin es la
motocicleta?
-La encontramos abandonada
a1lado de la lnea de metro. de Rumber-
loo,a la salidadeuntnel. Tenemos una
teora.pero no se la voy a decit'a Liste'/'
su familia es sospechosa. No se ausente
del barrio sin informarnos.
J seor Tones no tena ningun.a
intencin de salirdel barrio.
--Queremos que encuentren a
Mortimer. Mi hija estmuy trastornada.
Arabelestabams que trastorna-
da, estaba desesperada. Se paseaba po"
lacasa todoelda,mirandolascosa'"f1UC
49
da
ban a Mortimer-losladriuos
le recor 11: b d.'
1f
O
'n sin argamasa,la a J..om ra es.-
de og . d 1
'1 h da los platos con roturas e ta-
hl ac a , 'd d'
mao desupico,los tapIza osme 10
'dos todas las cosas que se enCOll-
mI , b 1 J' "1
b
an bajo las alfom ras y e lno eo,
tra 'd T d .
la escalera desaparecI a, o aVta n
y .
haba venido el carpIntero para po-
ner los peldaos y el seor Jones es-
taba demasiado deprimido corno para
recordarlo.
-Nunca hubiera pensado que
podacogercario tan rpidamentea U
pjaro-dijo-.Echode menossu car
enfurruaday negra,su aspectotanserio
yel ruido que haca cuando andaba co-
miendo porla casa. Toma tu t, Arabel.
querida, s buena. Supongo que Mor
mer encontrar pronto el camino de
vuelta,
PeroArabelnopodacomer. Las
lgrimascorranporsunarizcayendoSu-
breelpany lamermeladahasta-quetodo
se empap, Eso le record lainundacin
provocada por Mortimer atrancando el
de la baera y las lgrimas co-
rrIeron conms fuerza an.
-Mortimer no conoce nuestras
seas -dijo-. Ni siquiera salJe como
nos llamamos!
-Ofreceremos una recompensa
de cinco libras por su devolucin -dijo
el seor Jones,
-Cinco libras! --dijo la senora
Jones que acababa de volver a casa des-
de el supermercado donde ahora traba-
jaba--, Vamos a ofrecer cinco libras
por la devolucin de esa fiera negra cuan
do debemos ochocientas diecisiete libras
y sesenta y siete peniques a Round nnd
Round, y otras cuarenta mil a Petcl'
Stone?
De todos modos el seor Jones
puso un anuncio ofreciendo esa recom-
pensa en la oficina de correos local, jun
t
?
con otro de Peter Stone que ofreca mIl
51
'b s por cualquier informacin que pu-
d
l
'
l ra 1 dI" d b
a conducir a a evo UClOn e su ro-
ter "'1 d ~ b
Y
otros anunclOS snm ares el: anco,
h
c e, , 1 d'
de la ferreterla Y a p s ~ ena: .
Entretanto, que habla pasado
con Mortimer Yla ardilla?
Haban volado hasta la estacin
del metro, All, Sam, mediante patadas
a Mortimer en las costillas y un puetaz
en la cabeza, le hizo entrar volando en la
estacin,
La estacin de Rumbury Town
era muy vieja, Las dos entradas tienen
grandes arcos con puertas corredizas de
ierro forjado, y la estacin tena las pa-
redes cubiertas de baldosines brillantes
de color de carne cruda. Un cartel esmal-
tado de color azul oscuro deca:
Compaa General Londinense
de Omnibus y Ferrocarril Subterrneo
Por nombramiento de
Su Majestad el Rey Eduardo VI
Durante casi cincuenta aos slo
haba habido un ascensor lento y traque-
teante que llevaba a la gente hasta donde
se detenan los trenes, Haba un cartel
1"
.,2
que deca: Prohibido el transporte de
ms de 12pasajeros. La gentequese im-
pacientaba esperndolo tena que bajar
mil peldaos de una escalera de caracol
Pero recientemente se haba moderniza-
do la estacin con un par de hermosas
escaleras mecnicas, una para arriba,
otraparaabajo, que sustituyeron a laes-
calerade caracol. Lo dems era todo an-
tiguo: las mquinas para sacar biUetes
erantanviejasquelagentedecaqueslo
funcionabanconpeniquesdela poca de
la Reina Victoria; ]a libreraestabasielll-
precerrada; la mquinadeventadecho-
colatesllevabavacavariasgeneraciones;
all abajo, al igual que en los andenes
de los metros, haba Lada clase de viejas
galeras misteriosas. En ios das en que
haba tranvas en Londres, Rumbury ha-
ba sido tambin una estacin subterr-
neadetranvas,queconectabaconKings-
way, Aldwych y la lnea Spurgeon's Ta-
bernacle.
Noparanmuchostrenes,en RUI11-
buryTown; lamayoravandirectamente
desdeNutmegHill hasta Canon'sGreen.
ElviejoseorGumbrell,el cobra-
dor, era el to del seor Jones. Adems
.,3
de vender billetes, tambin accionaba el
ascensor. Era demasiado corto de vista
como para poder ver desde el despacho
debiJJeteshastael ascensor,asquecuan-
do haba vendido doce billetes cerraba
su despacho y bajaba el ascensor. Eso
significaba que a menudo la gente tena
queesperarmuchotiempo,perorealmen-
te daba igual porque a veces no pasaba
un tren durante horas. Sin embargo, al
final huboquejas, yporeso se instalaron
lasescalerasrodantes. Al seorGumbrell
legustaba viaJarporlas escaleras rodan-
tes, a las que llamaba escalantes; sola
dejarel ascensor abajo y suba porellas.
54 55
so es lo que hizo el da en qUe
ortimer y la ardilla llegaron. Bajaba
lentamenteenel sindarsecuen
ta de que Mortimel', con La ardilla Sam
agarrndole torvamente, estaba posad
ll arr.jba, cerca del techo, en el marco
un carte..
El seor Gumbrell dej aba,io e
ascensor ysubi volando porla escalera
mecnica,. mascullando para sus aden-
tros: "Arr j estasescalerasquesemueven
sonunamaravilladelaciencia..Qu...
ventarn ahora1"
Cuando el seor Gumbre11 lleg
otra vez arriba se encontr a la polica
que examinaba la pista de las migas
queso que se detena junto a la entrada
delaestacin.Losagentespermaneciera
all mucho tiempo, pero el seor Gum-
breUnopudodarlesningunainformacin
que valiera lapena.
-Pjaros y ardillas! --mascu-
ll cuando se hubieron marchadv-
Cmo se van a ver pjaros y ardillas
conbrochesdediamantesenunaestacin
de metro?
Son el telfono. Slo ha bin un
telfono en la estacin, una cabina p-
. laquelefaltaba la puerta,asque
bltea a , 1 - G
. 1 ien quena llamar a senor Uttl-
SI a gu ,
brell -10cual no ocurna muy menu-
do-- tenia que hacerlopor_esa lmea,
Esta vez era el senor Jones.
-Eres t, to Arthur.
-iClaroquesoyyo! QuiniDa
asersi no?
-Queramos saber si has visto
al cuervo de Arabel. Dice la polica que
la pistade las migasdequeso llevahasta
donde t ests.
-Nohe visto a ningn cuervo
-dijoirritado el seorGumhre]]-. La
bofia ha estado aqu toda la tarde dn-
dome la lata, pero no he visto nada. No
he visto ni cacatas, nifaisanes, ni aves
del Paraso. Esta es una estacin de me-
tro, no un jardn zoolgico.
-Detodasmaneras, quieresf.i.
jarte? -dijoel seor Jones.
El seor Gumbrell colg de un
golpe el auricular. Estaba harto de ton-
"Siesperoms tiempoaqu",dijo,
SOn capacesdeaparecertambinlossol-
dIlados, los guardas de la Torre la caba-
er' l '
lay apolicadetrfico. Voy a cerrar
todo." ,
56
La estacin de Rurnbury Town
se deba cerrar entre la 1 y las 5 de la
madrugada. pero en realidad el seor
GumbreH sola cerrarlaantessi le moles-
taba eldedo de un pie. Todavanadie se
haba quejado.
"Aunquetodava no me duelael
pie va a empezarencualquiermomento,
con tantas sandeces como ocurren". se
dijo el seor Gumbrell. As que desco-
nect las escaleras mecnicas, cerr las
puertas del ascensor y el despacho de bi-
etes, apag las luces, Ham a NULmeg
my aCanon'sGreen para avisarlesde
ue no parara aH ningn tren, cerrel
candadodelagranpuertaenrejaday sefue
a casa a cenar.
4
Alamaanasiguientehabamu-
cha gente esperando al primer tren par'"
ir a sus trabajos cuando el seor Gum-
brellllegparaabrir.Todosentraroncon
rapidez cuandocorrilas puertasyno se
detuvieronen eldespachodebiHetcspor-
que llevaban abonos. Perocuando llega-
ron al comienzo de ]a escalera rodan-
te se detuvieron consternados y asom-
brados.
Porque las escaleras no estaban
all: nohabamsqueun agujerogrande
y negro.
-Alguienha robado la escalera
-dijo un cargador de Covent Carden.
-Noseas tonto. Cmo van a
rabar unaescalera mecnica? -dijoun
1
echero.
.. -Pues ha desaparecido, no?
-dIJo unconductordeautobs-oCul
58
5
es tu teora? Terremoto? Que se na
hundido en la tierra?
-v-cupantcs de casas Hegales
-dijo un maquinista de trenes-o Segu.
ramente, se la han llevado esos.
". -- y cmo [a pasaron por la
puerta cerrada? Y adems, para qu la
ieren?
-Para instalarse en eJla, por su
puesto.
El seor Gumbrell estaba all ras-
cndose la cabeza.
-.Se han llevado mls escalant
--dijo con aire apenado-o Por qu lO
habrn hecho? Si se hubieran llevado el
ascensor no me molestara tanto. Bueno.
ais a tener que bajar en el ascemQl;
como no llegis a doce no pasa nJda.
Pero s pasaba algo. Cuando tir
de la palanca que dcba subir el ascen
sor, no se movi nada.
-yte voy ,a decir por qu -djj
el maquinista, mirando a travs de las
puertas cerradas--; alguien ha roto el
cable del ascensor masticndolo.
-Quieres decir que lo han se-
rrado?
lIbieran
o es como si lo
mordido o mascado de algn modo: lo
han dejado hecho una pena. Menos ma
que la corriente estaba apagada, de lo
contrario el que lo hizo hubiera quedado
frito.
-Alguien ha estado saboteando
la estacin -dijo el con?uctor de auto-
bs-. Los hinchas de futbol, supongo.
-Ms bien hippies.
-Alguien debe llamar a la bofia.
-jA la bofia! -gru el sea"
Gumbrel1-. Ni pensarlo! Bastante lat
me dieron ayer buscando cuervos y ar-
dillas.
Otra razn por la que no quera
que apareciera por all la polica era que
no quera reconocer que haba dejado
sola la estacin durante tanto tiempo.
Pero aquellos primeros viajeros, ya que
no podan coger el tren all. camin.aron
hasta la siguiente parada de la lnea, Nut-
m ~ g Hill. Contaron all lo que haba ocu-
mdo y la historia se fue difundiendo.
Pronto Un reportero del Rumbury Boro-
ugh News llam a la estacin de metro
para confirmar la historia.
b -Es sa la estacin de Rum-
ury Town? Puede decirme, por favor,
61
60
51 lOS trenes funcionan con normaIdad?
-Nunca ms! -grazn una
voz spera, y luego alguien colg estre.
pitosamente el aparato.
-Ser mejor que vayas il ver lo
ue pasa el director cuando su
parlero le cont tan con.
versacin.
As que el reportel'o -que se
llamaba Dick Otter- tom un autobs
hasta la estacin de metr...."
Era un da oscuro, l1uvioso y ne'
blinoso, y cuando mir hacia denLro, en
la entrada de la estacin, le pareCI como
una cueva con sus arcos, las mquinali de
billetes. con sus opacas que pa-
recian estalagmitas, el suelo cle
blancas similar a una capa de hielo, las
mquinas verdes de venla de ch(/colate
parecan manchas de moho en las pare-
des y el viejo serlOr GumbreU, con sus
bigotes blancos, sentado dentro del des'
pacho de billetes, era como un duende
enjuto con sus pilas de tarjetas que indi-
caban a la gente a dnde poda ir.
--Est abierta la csLocin?
-pregunt Dick.
-Ha entrado, no? PerO na
puede ir a ningn sitio -dijo el seor
Gumbrell.
Dick se acerc y mir6 el enorme
agujero antes la es-
calera mecmca. El senor Gumbrell ha-
ba puesto un par de cadenas para que
la gente no se cayera.
Luego Dick mir por el hueco del
ascensor.
Luego volvi al seor GumbrelL
que lea los resultados de los partidos de
ftbol del da anterior a la luz de una
vela. La entrada de la estacin estab
muy oscura porque casi todos los conuJU-
tadores de luz estaban en ]a planta de
abajo y el seor GumbreIl no poda bajar
hasta all.
-Quin cree usted que se ha
llevado la escalera mecnica '1 -pregun-
t Dick sacando su cuaderno de notas.
El seor GumbreIl haba estado
pensando mucho en ello a lo largo dp toda
la maana.
f -Los fdntasmas --dijcr-. L05
antasmas, que no gustan de los inventos
que la estacin est em-
lada. MIentras estaba aqu, toda -la
nana sentado, me ha llegado de vez
I
conductores de tranvas. Que por qu
lo pienso? Mire usted estos billetes.
El seorGumbrell le ense una
pila de billetes verdes de metro. A cada
uno le faltaba un pedazo triangular.
-iVe! Obra de un
dijocon aire triunfal--. Quin pue-
haberentradosi noenmidespachode
dIetes? El nico sitiopordonde podra
nt
rares por la ventanilla, ve?, que es
Porel lugarpordondelos viajerospagan
1)
62
en cuando una voz fantasmal que me
graznaba en el odo:. "Nunca ms, nUn-
cams". Poreso no he llamadoa la bo-
fia. Qu puede hacer? Lo que quiere
decir esa voz es que nunca ms se va a
utilizaresta estacin.
-Yaentiendo -dijoDick con
aire pensativo. Escribi en su cuaderno:
Est embrujada la estacin de metro o
el cobrador est chiflado?
QuotrascosaslehacenDen
est embruja
Bueno --dij,o el seor Grum-
bell-,nopodahabernadieabajo.no?
Cerr anoche despus de quese ruera el
tren de las nueve hacia el sur y tlam a
63
N
trnegHill y Canon's Grcenparadecir-
u
q
ue no
d'
eJaran que pararan trenes
I
es l' d N
uhastaque es aVisara e nuevo...
aq . 'd "d
die pudo bajaraqUl espues ee,so, pero
de vez en cuando me parece Olr voces
que vienen desde el hueco del ascensor
como gritando socorro, socorro! Lo que
es una contradiccin de la naturaleza,
puesto que nadie podra estar aH abajo.
-y si hubieran bajado anoche
antes de que usted cerrara?
-Hubierancogidoel tren delas
nueve al sur, no? No, desde luego 10
que hay ah son fantasmas.
-Dequin son los fantasmas,
segn usted?
-Los fantasmas de los vieJos
64
susbilletes. Unchiconopodrtapasarpor
ah, pero si un fantasma. Y fUe un fan.
ta6ma del de uno de esos vle
jos tranvas, que aoraba picar billett:;s
como en los viejos tiempos, .ve'! y el
mismo fantasma me comi el bocad1l10
de jamn que guardaba parami desayu.
no y todo 10 que ha dejado son m19as.
Por eso no he llamado tampoco a h.. ofi
cina porque, paraqu va a ser-
vir? Porque si instalaran un par de. nue
s escaleras mecnicas y arregle",m el
ascensor, los nuevos desaparecerm al
da siguiente. Eso es lo que dcdr
la voz cuando dice "Nunca ms".
-y usted, cree que puede or
1"1
voces gritando"socorro, sacar w" pot el
hueco del ascensor? -Dickse e
intent escuchar I pero en f..se momento
allno se oa nada.
---Probablemente soy el nico
ue puede orlas -dijo seor Guro-
bren.
-,Mepareceque puedoofer algo
-dijoDick:olisqueando.
Del hueco del ascensor !'ulJa el
olor habitual de una estacin de metrO,
unolorextrao,clido,. mct-
65
lico como el jengibre en po,lvo. Pero al
mismo tiempo que ese habla otro olor,
romtico Y tentador.
a -Huele a caf -dijo Dick.
_jPuesya est! -grittriunfal-
menteel seor Gumbrell-. Los conduc-
tores de los viejos tranvas solan prepa-
rarunaenormecafetera mientrasespera-
ban al ltimo tranva para Brixton por
la noche.
-Megustara sacar algunas fo-
tos de la estacin -dijoDick, y se diri-
gial telfonopblicoymarcel nmero
de su oficina para pedir un fotgrafo,
Peromientrasesperabaconla moneda en
lamano, apuntodemeterla en la ranura
cuando empezara a sonarla seal, de re
pente algo grande y negro le roz la ca-
beza en la sombra, le arranc el aparato
y Susurrsperamenteensuodo: Nun- H
ca ms!"
Al da siguiente los titulares del
Rumbury Borough News eran: EST EM-
BRUJADA NUESTRA ESTACIN DE METRO?
ydebajo: "ElseorGumbrell,cobrador
en ella desde hace cuarenta aos, afircTl8
quelo est." "Los fantasmas de los con-
66
ductores de los viejos tranvas", dice
"'jueganal dominybebenaguade
lizJj (Dick Otterhabatelefoneado su re.
lato desde el telfono pblico de la ofi.
ina de f,;orreos y la muchacha de la re.
daccin en vez de entender"utilizan la
cnfetera" crey or" se atizan la re.
gadera)J.lo que pens que no ten ia sen-
tido y locambi por"beben agua de re-
galiz") .
--Me da vergenza lllirar a la
genteporlacaBe-dijoel seurJones .
Tu tio Arthurest ms loco (Tue una ca-
bra, sin duda. Una estac!.n de metro
embrujada! Nocreesque lo mejor &era
llevarlo al mdico?
El carterollam. Traa unacarta
certificadadeunafirmadeabogados: los
seores Gumme, Hardbot1
f
.e. IokDen Y
Rule. Deca:
Querida senara:
Como representant es de los seo'
's Round y Tob)' Raund quere-
mos saber cun, ser conve-
niente paTa usteCit pagar {as Qt:ho-
dentas veintisiet e libras vsesenta
-
siete peniqw:"s por las dan

o
.

67
producidos /nuestrc:s client
por DestrucClOn de Bienes.
La seora Jones se puso nervio-
ssima. "Que ten,ga que vivir yo el da
en que nos echaran de nuestra casa por
culpa de esa fiera siniestra
encontradoen lacalle porml proplO ma-
ridoyllevadoa todaspartesenuncarri to
de madera roja pormi propia hiJa!"
-Bueno, no lo has vivido toda-
va -dijoel seor Jones-. A los cuer-
vos se les considera criaturas salvajes,
que segn la ley no nos pueden res-
ponsabilizar porlas acciones del pjaro.
Voy a pasar a decrselo a los tipos esos
y t lo mejor que puedes hacer es hacer
algoparaanimaraArabel. Nuncahe vis-
to a la nia tan delgada y tris tona.
Fue con su taxi a la tienda de
discosdelos Round andRound peroex-
no se veani al Round
I al seor Toby Round; el lugarestaba
cerrado, silencioso y polvoriento.
b Despus de intentar convencera
hrb el para que desayu,nara -pero no
forma, porque ArabeI no estaba
uesta a comer--,la seora Jones se.
68
to Arthur para de.
cirle que deba ir a ver a un mdico
porlo de los nervios. Llamulaestacin
de metro, pero el telfono son y nadie
contest. (La razn era que haba llna
gran cantidad de curiosos que al Jeer la
noticia en el peridico fueron a mira
a estacin y el seorGumbrdlse lo es-
taba pasandola marde bien (onlndoles
las costumbres de los conducLores de los
viejos tranvas.)Mientrasla sf.:oora Iones
estaba con el telfono escucllamlo la se-
aldellamada,hubootraUamada, dcsd
la puerta principal.
--Problemas, problemas. nada
ms que problemas -grurj ID seora
Jones--. Aqu, Arabel. bonita. coge el
telfono y di "Hola, to Ar'tbur. Mam
quierehablarte",siesquecl..mtesta.mien-
tras yo voy a verquin esW en 1a puerta.
Arabel cogi el audculary la se
ora Jones fue hasta la puerta.en la qU,e
haba dos policas. Ella -emiti un chI"
llido.
-Nvalelapenaqueese parde
les enven a detenerme para
cC)brar sus ochocientas i,'Hecisiete libras.
N .
i o las tengo aunque TI 1e cojan por
69

".
pies,medenlavueltay mesacudanhasta
el mes deseptiembre!
Los policas parecan desconce,-
tados y uno dijo:
-Meparece que ha habido al-
gn error. No queremos darle la vuelta,
lo que queremos es preguntarle si reco-
nOCe esto.
Llevaba un pequeoobjetoenla
PaJilla de lamano.
La seora Jones lo mir
d
amente.
o
-CLaroques---dijo-.csel al.
'iler decorbatadel seol' Round, El qUe
d que le hicieran con una de s u ~
mudas que se te cay cuando coma un
lato de guisado irlands
Entretanto Arabel segua senta- I
daenlas escaleras a medio terminarcon
elauricularenelodo.cuandodereptmte
escuch tm spero susurro:
-Nunca ms
Arabel se qued tan asombraoa
asi dej c.aer el telfono. Mir a su
dor pero DO habia nadie por nin-
gn lado. Luego mir al telfono pt:r
ya estaba en silencio. Al cabo de un mi-
nuto una voz diferente ladr:
--Quin es?
--Hola. to Arthut', soy Arabel,
am quiere hablarcontigo.
-Puesyo no quiero hablar con
ella -dioel seor GumbreJI. v colg.
Arabel se sent en la s ~ l r Y
sedijo: "EraMottimer.Debedeestaren
laestacindemetro,porauea11i esdende
esteltoArthur."
5
Arabel viajaba enmetro confre-
cuenciaysabacmollegaralaestacin.
Sac su carro rojo y se puso su gabn
grueso, clido y lanudo, saliendo por la
puerta trasera porque su madre segu'
hablandoenla puertaprincipaly Arabe}
no quera que la detuvieran. Fue por
High Street y pas por delante del ban-
co. El apoderado mir hacia fuera y se
dijo: "Esa nia es demasiado peque'
para estar fuera de casa sola, debo se-
guirla para averiguar quin es."
Comenz a seguirla.
DespusArabelpaspordelante
del supennercado. El encargado la mir
y se dijo: "Es la pequea de la seora
Iones. Voy a ir detrs de ella v pregun-
tarl d d' " . ,
e n e esta hoy su madre." ASl que
se fue detrs de Arabel.
Luego pasantela tienda de dis-
72
73
cas de Round and Round, pero no ha.
ba nadie dentro, pues el seor}ones se
habacansadodeesperarysehaba mar.
chadoconsutaxi.
Luego pas por la joyera de Pe-
ter Stone. Peter Stonela vio a lravs del
escaparate y pens: "Esachiquilla pare
ce como si supiera adndequiere ir. Fue
lanicaquedemostrunpocodesentido
comndespusdelrobo.QuizfUera ver
dad lahistoria de la ardilla y el cuervo.
De todas formas, no pierdo nada en se
guirla a ver hacia dnde va." Cerr la
tiendayla sigui.....
Arabelpas por cielante del par-
quedebomberos.Generalmentelos bom
beros la saludaban (eran amigos desde
quehabantenido que ir a entrarporla
ventanadel cuartodebaodelos fOlles),
pero hoy estaban ponindose'Los casCOS
para salir a toda velocidad. Y nada ms
pasar ella el camin sali a toda m ~
cha y la adelant haciendo sonar su SI'
rena.
Porfin Arabelnega laestacit1
de metro. La primera persona a la que:
vio fue a sutia abuela Annie GurnbreU.
-Arabellones! Ques lo que
haces t andando sola por High Street,
donde te pueden atropellar, raptar, ase-
sinar Ysecuestrar y algo peor? Vaya
idear Dnde est tu madre y adnde
vas?
-Estoy buscando a Mortimer
-dijoArabelysiguicaminando--.He
ido porlamisma acera todo el r t ~ y n?
tengo porqucruzar la calle -dIJOmI-
rndolaporencimadel hombromientras
entraba en la estacin de metro.
La ta Annie fue a la estacin
para decirle al to Arthur que se estaba
comportandocomoun tonto yque deba
volver a casa, pero no pudo acercarse a
lporlacantidaddegentequehaba.En
realidad Arabe1 fue la nicapersonaque
pudo entrar en la estacin, debido a
queeramuypequea; habasloespacio
paraellaydespuselsi tosepusodebote
enbote. Lata Annie no pudo entrar en
absoluto. Cuando Arabel estuvo dentro
alguien tuvo la amabilidad de cogerla y
pOnerla sobre las mquinas de billetes
para que mirara.
-Qupasa? -pregunt,
-Creenquealguienest atrapa-
enelascensorallenel fondo. Van a
enviara unbombero,quetendr!1uepa
sar por la trampilla del techo del ascen-
sor parasacarle---dijosutia Ar-
thur, que estaba a su lado--. Les dije
nay otravez que son los fantasmasde
los conductores de los viejos tranvasl
pero no me hicieron el menor Cai"iO.
qu no envan ,Jn tren
desde Nutmeg HUI para aue oundaneo-
trar a ver lo que pasa. . .
-Elsindicato de ]os TI laqm
nIS
-
tas de tren noles deja. Dicen qtle si son
los fantasmas de los conductoL'es de loS
viejos tranvaslos queestnenel aseen-
75
esacorresponde a otro sindicato y a
sor, .
ellos no les conCIerne.
Los bomberos,quehabanestado
observando cuidadosamente el ascensor,
pidieron a todo el mundo que saliera a
lacalleoquese apartara para disponer
de sitio. Haban puesto una luz, porque
laestacinestabacompletamentea oscu-
ras, Y trajeron una polea como las que
suelenemplearse pararescatara lagente
atrapadaen las torres de una iglesia o e
los tejados delos edificios en llamas. Ba
jaron a un bombero por una cuerda y
toda la poblacin de Rumbury Town,
reunida en la calle, dijo"jOooh!" v se
qued sin aliento.
Al rato se oy ungritoquevenia
de abajo.
-Han encontrado a alguien
-dijeronlos bomberosytodosexc1ama-
f?n ".iOooh!" y se quedaron de nuevo
sm ahento.
En ese mismo momento Al-ael
segua sentadasobre mquina de
illetes, porque all no molestaba a na-
dIe) sinti un golpe seco en su hombro
erecho. Menormal que llevaba su abri-
go espeso, clido y lanudo, porque dos
'6
Tras se engancharon en suhombro su-
jetndola comolosdientesdeunbull-dog.
Un carios'o graz.nido dijo en su odo:
"Nunca ms!lJ
-iMortimeT! -dijo Arabel yse
smnotahencantadaquesehubieracado
deLa mquinade billetes si Mortl1l1er [lO
hubieraextendidosusalascomoel para-
sol de un funambuiista y los dos se hu-
bieran equilibrado.
Mortimer estaba tan encamado
de ver a Arabel como ella a l Cuando
se hubieron equilibradola abraz con su
a izquierda y dijo"Nunca ms" cinco
77
o seis veces, o ~ un tono de gran satis-
faccin y en!USlasmo.. ' .
_Mua,Mortlmer. estansublen-
do a alguien.
Pocoapocofuesubiendolacuet'-
da y quien sali de all no fue otro sino
I seor Toby Round, con aspecto ham-
briento y derrotado. En el momento e
que lesacaron, toda clase de gente ama-
ble, los de la ambulancia ~ e St. John y
los camilleros y los clrigos y la matro-
na delhospital Rumbury Central,corrie-
ron hacia l con vendas y tazas de ~
diciendo:
78
_Est usted bien?
Se lo hubieranlle,'!ado, perodijo
que tenia que esperar asu hermano
acuerdavolvi abajar.Al cabo
de unosminutos subi con el otro seor
Round. Tan pronto.con10 lleg se fij
Atabel y Mortimer posados sobre la
maquinade billetesy nadams verlosse
uso histrico.
-Cojanaesepi.j1aro! -gJ'itu-.
slacausadetodoslos))roblemas.Rov
Icabledel ascensor y se comi la esca
lera mecnica y nos df:.j6 a mi hermano
amatrapadosdurantecuarentay ocho
horas!
--YquhadanustedesahBOa
um Gum'brell con rece
que bubiera pasado el tren
ueve?
Enese momt;ntoneg una[tIIgO-
neta nena de policas, con la seora Jo
nes, queparecamedio enloquedd...
---Ah -griten cuanto
vioaArabeJ---.Yyo queestabacasi des-
esperada,ohDiosI'l1o, yah. estese ho
rriblepajarraco,comosi no hubierabas-
antes'cosr.'lS delas queprcocuparnoil,
ero la polica ro de coD1l\ un
79
. robre alos hermanosRound y el sar-
enJa
gento dijo: .
-Tengo una orden de arresto
ontra ustedes dos como sospechosos de
robado el dinero del bancoel mes
pasado y si saber por qU, ,cree-
mos que10 hlCleron ustedes, les dneque
es porque encontramos el alfiler de
batahechodeunamuelaenla caja fuerte
y una de las huellas dactilai'es de Toby
en la motocicleta abandonada, Y no me
sorprendera nada que ustedes sean los
de los trabajitos en el supermcrcadol la
joyera ytodo lo dems.
-Noesverdad!-gritel seor
TobyRound-.Nosotrosnolohicimos!
Nohemos hechonada. Estuvimosconmi
cuada en Romford en todas esas oca-
siones. Su nombrees seoraFlossieWil-
kes yvive en Dos-cero-cero-uno Station
Approach. Si quiere mi opinin le dir
queesecuervoes el ladrn.
Pero el sargento le quitaba ya la
mano del bolsillo al seor Toby Round
y al hacerlo lo que sali
ueat1 teSam la ardilla, y quera 10
dienaensus patitas?, pues el broche
amantes del seor Peter Stone.
81
80
jaro, si es l quien comi mis escalantes
ha averiado mi ascensor. Cmo pode-
mos saber que no es un cmplice de esos
tos y de sus atracos? Fue l quien ayud
a la ardilla a largarse con el broche de
diamantes.
-Le secuestraron, no pudo ha-
cer otra COsa -dijo Arabe!.
-De detenerle nada -dijo el
apoderado del banco--; recibir una re-
-Nunca msl -dijo Mortim
er
.
-Un mornento! -dijo to Ar-
thUT, que llevaba mucho tiempo silenciO-
so dndole vueltas a las cosas en su
beza-, tambin deberan detener al pa-
82
compensadelbancoporayudaraatrapa
a los delincuentes. r
. -Yotambinledaruna--dijo
,
Peter Stone.
-yyo -dijoel director del
pennercado.
-Vamos, Atabel, por favor
-dijolaseoraTones-.Diosmo,mira
la hora; tu padreestar'en casa esperan-
do su t y preguntndose dnde 'lOS ha.
remos metido.
Arabelcogisucarrito rojo, que
haba clejadc fuera, y Mortimer subi
a bordo.
--Cielos! -.grit la seora lo-
nes-.No pensars llevar ese pajarraco
negroymalhumoradoenuncarritocuan-
do sabemosperfectamentequepuedevo-
lar,eimuyzngano.Nuncaheodonada
tan uHraiante; nunca!
-.Le gusta que le Ucven
Arabe!,y as se fueron a casa. Elapode-
'radadelballeo,el directordel s'upermer-
cado, el seor Peter Stone y Ull montn
de personas ies acompaaron hasta la
puerta del jardL.
El seor Jones estaba dentro.Y
acababa de hacer d t. les VIO
83
entrarporel jardn verti t en una hue-
vera para Mortimer.
Todos se sentaron a la mesa de
lacocinaYtomaronel te. Mortimertomo
variashueverasllenasy, en cuantoaAra-
be!, se recuperdetodaslascomidas per-
didasduranteel tiempoenque Mortimer
estuvo fuera.
I
I
1
Fue poco despus de que
mer, el cuervo, fijara su residencia en
casade la familia Jones en el nmero 6
de RainwaterCrescent, Rumbury Town,
Londres, N.W. 3 112, cuando el seor y
laseoraJones recibieronuna invitacin
para asistir al Baile Despreocupado d
los Peleteros en los Salones de Reunin,
Rumbury Town.
-Ques un Baile Despreocu-
pado?-preguntArabel.Arabeler
quea y rubia y an demasiado joven
para ir al colegio.
Estaba desayunando. Mortimer,
estaba sentado en su hombro,
en su huevo cocido para ver si
dentro algn diamante. Mortimer
ba pasando por una fase en la que
encontrar diamantes por todos
Os SItIos.
88
Enel huevonohabadiamante
-UnBaile Despreocupado
joelseorJonesconairesombroponin.
ose su abrigo de conductor de taxi_
son seis horas de pie despus de un da
de trabajo duro, contu traje asfi.
xindote y slo patatas fritas para co.
mero
-Craaac --dijo MortiJner. Le
gustaban todava ms las patatas fritas
que los diamantes.
Arabel imagin a todos con sus
mej,Ol"eS ropas y bailando despreocupa-
damenteporlos deReunin,que
eranmajestuosos,con paredesrojas y ra-
cimosdeuvasdoradafi colgandodeellas.
-Vaisa iral 'baile, no?-pre-
gunt con ansiedad--. Enwnces Chris
ross podrvenir d cuidanne.
-Nocreoquenosquedemsre-
.edio-diJoelse'::lr Jones mirandolos
rostros llenos de es peranza de su
desuhija-o. Pr.;ro ojo! Si vieneChrls
o debe tocar su guitarra despus de las
e. La ltiJna vez tuvimos quejas te
los vecinos de los dos lados de la cale.
hasta el sem u
io un beso de despedida a s
familia y salud con la cabeza a Morti
mery se march a su taxi. .,
CuandocerrlapuertaprmcIpal,
Mortimer se cay de cabeza en el huevo
cocido de Arabel.
--Oh, Dios mo, Arabel -dijo
la seoraJones-;porqu,enelnombre
de todos los santos, no puedes ensear
aesemaldito pjaro a conservar el equ-
Lo normal sera esperar qUC una
natura COn alas tuviera el sentido co-
o "'n suficiente de no inclinar.se tanto ha-
adelantecornoparacaerse! Mira toda
porquera! Si viviera hasta los no-
90
venta aos erm.inara mis das en l'e.l.-
nambuco no e' que pudiera ver nada
igual.
-Nmv.;a ms --dijo Mortimer.
Comotodavatenala me-
tida en el hll'evo las palabrasle salieron
apagadas.
--1. Tienen huevos cocidos en
ernambnco?-dijo Arabe..
o-Cmo voy a saberlo? -dijo
la seora Tones muy irritada, m:ientras
uitaba los platos del desayuno-o Ca-
ramba, ATabe!, lleva ese pjaro al bao
y mtele la cabeza bajo el grif.J, no s
ni cmo voy a llegar a tiempo a \a ofi-
.
e
;a seora Jones trabaj,aba ahora
en Nuggett and Cake, la car"oonera. A
Arabel y Mortimer les encantaba ir all
a visitarla; a Arabe! le gustaba el her-
moso fuego que arda siempt'e en la res-
plandeciente estufa y a Motijme,le gus
taban los trozos de muestras de coque,
carbny antracitaen1m; cuencosdepls-
tico rosado que haba en el mostrador.
PeroArabe!ne,metift Morrim
er
enel bao. Le puso eon el ht:mvo cocido
encima en su cano r ojo y se lo llev al
91
'ardn. Mortimer nunca caminaba si po-
ir sobre Y slo volaba unas
dos veces al ano.
-Esepjaro tiene un huevo so-
bre la cabeza -dijoel lechero, dejando
dos botellas de leche, dos de zumo de
naranja,una tarta, una docena dehuevos
consabora jamn ytres yogures (unode
ron,otrodecoacyotrodesalsadewor-
cestershire).
-y porquno vaallevarhue-
vos si quiere? -dijoArabe!.
El lechero no supo responderle,
as que se fue en su vehculo elctrico
calle arriba .
Al cabo de un rato, el huevo se
cay6 y la abucla vino a cuidar a ArabeI
y Mortimer y la seora fones se fue al
trabajo.
La abuelahizo tortitasparael al-
muerzo y 1\tIortimer le ayud a darles la
vuelta. La abuela no estaba totalmente
de acuerdo, pero ArabeI dijoque
blemente no habra tortitas en el .o:iL!D
de donde vena Mortimer y deba
darle la oportunid::ld de aprender cmo
eran,
DetoddS manerashabanfregado
)
el suelo de lacocina much
nlfS dt:: que
la seora 'ones volviera.
La noche del Baile
espl'COCu Pa.
do de los Peleteros, Chris
v1110 a
cuidarles.
le gustaba Chris. Era
bastante joven, todava no estlba en la
Universidad sino estudiando e:'=.l el Cole-
gio de Rumbury ytena ideast sLupendas
sobre la manera de pasar 1,1 velada en
casa de los Tones. Cada vez se le ocmra
algo diferente y nuevo. La lfirna ha-
banhechoun PasteldeVeranoemplean
do.todo lo que haba en la c<)cina. TClm-
bin cantaba y tocaba hermosas baladas
con su guitarra.
-Arabel tiene que ir l la cama
a las ocho ymedia--dijof.:! seor )anes.
-y Mortimer( ? -pregunt
Chris. l y Mortime!' rlC'J se haban co-
nocido antes', se obserl1aban con cui'
dado.
ede ir a "la cama cuando
quiera. Pero no debe el armir en la neve-
ra ni en el armario ro.pero -dijola se
orafonesponindose:el abrigo. Llevaba
un vestido de satn rosadocon ahalaros.
-No hagasdemasiadoruidocon
laguitarra -dijoel seor Iones.
-Hetrado tambin mi trompe-
ta; si prefiere la tocar-dijoChris.
El seor Jones dijo que serame-
jor la guitarra.
-y no toques la trompeta des-
pus delasocho,en absoluto -dijo.
-Lacenaestenlacocina--di-
jo la seora fones-. Empanadillas de
carne,pastelitosdequeso, tomatey pata-
tasfritas.
-Craaac-dijoMortimer.
f . -Dequsabor son las patatas
ntas?-preguntArabe!.
-Desardina.
94
El seory laseoraTanessemal-
charon en su taxi y Chris comenz en
seguida a cantar una nana:
ni h
en lo Dr
del
u
- J.
A Arabel le encantaba escuchar
cantar a Chris. Se meti el dedo en la
bocay sequedsentadamuyquieta.Mor-
hn
timer, sentado en el cubo del car ,
95
ehaba tambin. Nunca antes haba
escU . e ' b
Id tocarla gUItarra. omenzo a so re
01 o . . 1 1 b
excitarse; diounosCIen sa tos ene 0,
desplegando ycerrandosus alas y gntan-
, "
do ..Nunca mas .
-No le gusta la cancin?
_pregunt Chris.
-Oh,claroques-replicAra-
beJ-, slo que no est acostumbrado.
-y si nos disfrazamos de ro-
manosY jugamos al escondite';
-y cmo nos vestimos de ro-
manos?
-Contoallas y cascos.
Arabelse pusouncazocomocas-
co yChris la olla a presin.
-Unatoalla va a serdemasiado
grande para Mortimer -dijo.
-Puede llevar una toallita.
una lata de sardinas como casco.
Arabel pens que con una lata
de ,zumo de naranja congelado tendra
mejor aspecto,
Mortimerestabamuyasombrado
con d' f
1 su, IS Taz de romano. Le sujetaron
con imperdibles. Cuando Ir ,?-
a esconderse se meta en el rl'mano
ropero (tuvieron que para sacar
las toallas). Mientras CSlu\.' o en el arma-
rio se dedic a buscar diar.nantes con en
tusiasmo, rompiendo alg y
undas de almohada y dr.;.jando huellas de
carbn en los camison es de terylene de
la seora Iones. No tP.contr ningn dia-
mante. Se le cay el casco.
-En el a';ma do hace mucho t!-
101' -diJo Atabe!'. cuando encontr a Mor-
timer. (Saba E',nseguida dnde buscarle.
ya que le mucho el armario ro-
pero.)
-,.,-Dios mo, mam ha dejado en-
cendidC' J el calentador de inmersin Yel
deps;,to del agua caliente est casi hi"-
97
viendo. Ser mejor que 10 apague. _ .. y
lo hizo- Ma se alegrar mucho de Que
haya pensado en eso --dijo.
Cuando le toc a Chris esconder-
se les cost mucho encontrarle, ya que se
haba metido muy encogido en la cest'
de la ropa sucia y haba puetlto la tapa
encima. Tena un libro en el bolsillo por-
que pensaba ponerse a leer, pero en lugar
de ello se qued6 dormido.
Arabel busc a Chris por toda la
casa.
Entretanto Mortimer tuvo otr
idea. Se pregunt si tal vez habra dia-
mantes en el hueco de la guitarra de
Chris. Se fue a investigar, dejando que
ArabeI buscara sola. Ella encontr6 su
bota de goma del pie derecho, que haba
perdido haca una semana, encontr un
huevo de chocolate que faltaba desde las
Pascuas, encontr tres tortitas olvidadas
dentro del gramfono, pero no encont.r
a Chris.
Sin embargo, Mortimer estaba
uy molesto cuando descubri que Chris,
que euidaba mucho de su gui-
arra, la haba puesto, junto con la trom-
Peta, sobre el armario de las escobas.
98
Como Mortimer nunca volaba salvu qUe
o pudiera hacer otra cosa, la guitarro
estaba fuera de su alcance. Mir6 tdtado
or la con sus ojillos negros tan
brillantes como moras.
a tabla dela plancha no estaba
lejos.
Mortimer era muy fuertt:. Co-
enz6 a empujar Ul tabla de la plancha
por el suelo de la cocina. Al cabo de cin.
:0 minutos la tena arrimada contra el
armario.
Mientras tanto Arabel segua bus-
cando a Chris. Busc en el armario de
los sombreros y los abrigos. bajo la esca
lera. All se encontr con una pala de
plstico que haba usado en Littkhamp
ton el ao pasado y dos botellas de charo
n que et seor Iones esconcl i como
regalo de Na.vidad para la seora Jones.
Pero Chds no estab....
Morlimer, entre tanto, miraba.H:
jamente la tabla de la plancha. Luego tu'O
el cubo de la basura, esparcindola; su'
i :,1 una silla con el cubo ngarrado Y
)as de la silla a la tabla de la
Cohocel cubo sobre la tabla _al reyes.
S.U b encima.
99
Todava no poda alcanzar la par-
te de arriba del armario de las escobas.
Arabel busc a Chris debajo de todas fas
camas. No 10 encontr pero s uno de sus
calcetines azules de ir a la cama, una pas-
ta de jengibre, el suplemento en color del
ltimo domingo y un diente perdido ha-
ca tres semanas.
Mortimer baj del cubo de ba-
a
10(
sura y se enconlr un rallador. Volvi a
la tabla de la planc.ha, subi y puso el ra.
llador sobre el cubo vueho del revs'
luego trep con cuidado yse PUScl de ~
rras encima del borde del raHudor. El
cubo se bamboleaba; no estaba muy fir-
e sobre la tabla de la plancha.
Todava segua sin poder alcan-
zar la parle de arriba del annado de las
escobas.
Arabe! busc l Chris debajo de
la baera. No le encontr per D s encon-
tr todos los cuchillos y tenedores con
mangos de perlas de imitadl" cubertera
para fruta:, que habian sido rilO regalo de
boda para la seora 1ones. desapal'ecidos
al poco tiempo de vivir {\11 o rtirncr en la
casa. Se crea que los haha robad'J un
ladrn.
---Ma estar feliz --se dijo Af'"
bel. Llev todos los cuchill..Js y tenedore
a la cocina envuel tos en una esqui na de
su toalla de romana. .
Cuando neg a la :.:odna lo pTl-
mero que vio fue aiVlortirner.
aba metido una bole)la de le-
che dentro del rallador de queso. que er
taba encima del cubo del revl) sobre
10]
tabla de la plancha Yahora suba con todo
cuidado para ponerse sobre la botella.
El cubo se balance mucho ms,
porque Mortimer lo haba echado a un
lado en sus subidas y bajadas.
-Oh,l\.1ortimer! -dijo ArabeI.
Al or su voz, Mortimer volvi
la cabeza y ocurrieron muchas cosas a la
vez. El cubo se cay de la tabla de plan-
char, que a su vez se vino abajo, el ralla-
dor se cay del cubo, la botella de leche
(llena de la leche ms rica) se solt del
rallador con Mortimer agarrado. El rui-
do que hicieron todas esas cosas al des"
plomarse a la vez fue considerabL.
Fue igual que el ruido del camin
de basura cuando sube su parte trasera
y aplasta todas las cajas vacas, botellas y
l t ~ ~ juntas con un estruendo poderoso,
crujiente y estrujador.

'"1,-
...
ruido que ruzo Mortl oel yto-
das aqueUaf, cosas que se caan una tras
otfa despertaron a Chds Cross, que es-
taba acurrucado y dormido den lro de la
cesta de la ropa sucia.
a ver lo que pasa ba en la
cocina.
Arabel con un cepillo V un reco-
gedor barra los cristales rot( )s. Morti-
mer, sentado en el guardarUf''gos de 1
chimenea, pareca untanto
Haba algunos charcos bastanl e grandes
de leche y por el suelo haba bastantes
ot ras cosas.
---Menos mal que ha) Ja dos bo-
tellas de leche --dijo Arabel,
que a Chris le gustaba much'J.
_.-Qu ha pasado? --.-dijo Crys
tal bostezando.
. er
---Creo que tal Mortl
n1
quera ver tu guitarra.
103
-Nunca ms --dijo Mortimer,
pero su voz no sonaba como si lo dijera
de verdad.. ...
-Ser mejor que la guitarra Slg
ah arriba, encima del armario -dijo
chris, echando una severa mirada a !\10r-
timer.
-Ya que estamos en la cocine
por qu no cenamos? -pregunt Ara-
be!.
No le gustaban mucho los paste-
litos de queso que haba hecho la seora
Jones, as que Arabe1 sac carne adobada
congelada de la nevera (que le gustaba
muchsimo). Mientras la deshelaba bajo
el grifo de agua caliente, !vfortimer se
sent sobre el grifo del agua fda, dando
saltos de impaciencia y murmurando por
Jo bajo "Nunca ms". Como estaba de-
masiado excitado para esperar ms Uem-
po, cogi el paquete, abri un agujero
e.n el aluminio con su pico grande, pun-
tIagudo y peludo y se comi la carne
adobada de manera muy peco educada.
Arabel extendi el peridico de la tarde
por el suelo y ech un poco de salsa de
carne por encima. Luego Mortimer, al
Percibir unos crujidos, se da cuenta de
w .-
105
"
.,
II'lo.
\ \1\

ue los otros dos estaban Domiendo pata-
tas fritas.
e subi al brazo la silla de
be!.
-Quieres unas patatas frilas,
Mortirner'?
Mortimer se puso a dar saltitos,
Sus ojos negros bri1l.aban c( )mo pasas en
J1 bollo.
Arabel le puso unas, cuantas pa-
tatas tritas en la mesa.
Mortimer comenz a comerlas
como hiciera con las tortit as; las tirab
al aire y luego intent.aba at con
el pico antes de que cayeran al suel..
J
",
Realmente lo hf'c1a n-.uy bien.
ucno mejor que y Ar.nbel. qUe
:lO te-
comenzaron a imitarlt;.
con 1
nan pico cogan las pa"
boca.
Mortimer atravesaba su patata
frita nmero cuarenta y nueve cuando
choc contra la botella de leche que es-
taba junto a Chris. Se cav al suelo y se
rompi.
_Menos mal que ya habianlOs
bebido la mitad --dijo Arabel.
Desgraciadamente Cl1l'is se cort
la mano mientras recoga los trozos de
cristal.
--Ma dice que se debe recoge.
el cristal roto con un cepillo --cl.iio Ara-
bel-. Qu te pasa, Chris?
Chris se haba quedado plido y
en silencio. Luego se puso verde. Dijo:
"Siempre me mareo al ver sangre." Des-
pus se desmay, chocando contra el
mario de las escobas al caer. Su trompe-
ta, con el golpe, se cay al suelo.
-Oh, Mortimer, querido -dijo
Arabel-. Es una lstima que hayas teni-
do que tirar esa botella. Qu vamos a
hacer ahora?
Mortimer no hizo el menor caso
a la pregunta de ArabeL Estudiaba co",
ran atencin la trompeta de Chris pri-
mero metiel picodentrodecadaaguje-
ro; luego meti la cabeza dentro del pa-
belln; despussefue a la parte de atrs
y mir inquisitivamente la embocadur....
Arabel moj una toani ta en la
!eche vertida y frot la frente de Chris
con ella. Luego encendi el t;alelltador
para calentarle los pies desc8
1
(zOS. Des
puspusounacucharaditadernermelada
e jengibreensuboca. Eso le hizopesta-
ear ..Morlimer grit a su odo"Nunca
.s!". Luego volvia pestafJearyse in-
corpor.
-Quha. pasado? _pregunt.
-Tehasdesmayado-.-dijoAra-
be..
--Siempre me desmayo al ver
sangre -dijo Chris. mlrrmdo su dedo
cortado.
-Puesno vuelvas <1, desmayarte
otra vez -dijo ArabeI-, Vndate el
dedo con eso. -Atranc un trozo de la
toallita y vend el dedo de Chris.
Este se puso de pie, tambalen-
dose un poco.
-Debestomarunpocodecoac
para sentirte mejor -dijo Arabel-.
Pero Pa guarda el coac en su taxi por
si alguna pasajera se marea.
-Prefiero leche -dijoChris.
Sin embargo, las dos botellas se
hablan roto,
-Hayuna mquina que e x p e n ~
e ~ ~ h e juntoalalecheraen HighStreet
-dIJO Chris-. Voy a salir y comprar
ms.
d . -Ma dijo que no debes salir y
e ~ e sola -dijo ArabeI-. Me ir
COntigo.
108
---Es hora de que le acuestes.
-Todava me quedan cinco
minutos por el reloj de la cocma. Vm
nos enseguida.
Arabel decidi que no necesitaba
un abrigo, ya que segua llevando su dis-
fraz de romana, consistente en una toalla
muy gruesa de color naranja y 1.ln cazo
amo casco. Cogi la llave de la puerta
principal de un c1avn que haba sobre la
cmoda.
amanos ntonees --_o-dijo
ehrL.
-- No seria mejor que
mas tambin a Mortimer? A Ma no 1
gusta g\le se quede solo en cas. -
Cuando comenzaron a buscar a
Mortimer, que haba estado muy quie
urante los ltimos minutos, se dieron
cuenta que se haba metido denlro de I
ompeta de Chris con toalla y todo. Tira'
ron de sus patas, que sobresaHan, pcro
no le pudieron soltar.
-Habr estado buscando di'"
mantes dentro -dijo Arabel-. Ser
jor que no esperemos. Le podremos sacar
al volver; supongo que si vertemos un p".
co de aceite de cocina le ['adremos soltar.
109
-iMuchas gracias! --dijo
Chris-. Cmo vaya tocar mi trompeta
llena de aceite de girasol
-Bueno, sera mejor aceite para
mquinas -dijo Arabel-. Y no la po-
drs tocar mientras Mortimer est dentro.
Afortunadamente la trompeta de
Chris tena un agujero (la haba compra-
do por cincuenta peniques en la tienda de
Oxfam y le pona una tirita sobre el agu-
jero cuando tocaba), as que Mortimer
no se sofocara. Arabe! la plISO en su ca-
rrito rojo y subieron caminando hasta e
final de Rainwater Crescent, donde se
une con Rumbury High Street en el se-
mforo.
Era una noche oscura y ventosa.
No haba nadie por las calles aunque se
podan or msica y voces que salan de
club juvenil al final de la caneo
Cuando llegaron a la mquina
que estaba junto a la lechera Chris des-
e b ., '
u no que no tena ms que una moneda
de . .
Clncuenta penIques y unas cuantas
ms de uno. En la mquina no se podian
poner '
mas que monedas de cinco.
ju . -Podemos cambiar en el club
ventl -dijo Arabel-. Sera una ton-
11
tera volver sin leche ya que hemos He.
gado hasta aqu.
Caminaron hacia el club .iuvenil.
Haba que pasar por una arcada para lle.
gar hasta l, con mquinas de juego en
cada lado. Arabel tena un penique y 10
meti en una de las mquinas. Se ..
dieron unas bolas de 1Ul, corrieron, eno.
e,aran ypasaron a travs de agujeros sal
tmdo sobre palancas- y de repente hubo
un montn de monedas de uno. cinco y
cincuenta que cayeron en un recipiente
metlico, al tiempo que se encendla un
cartel que dedo: "Es us,ted el ganador!
'Casi es roiHanaro! Por CJu noorucba
e nuevo?"
Mortimer estaba asombrado. Ca-
sualmente estaba mirando a travs del
agujero de la trompeta.
-Ya no tenemos que cambiar tu
oneda de cincuenta, menos mal -diju
Arabel-. Podemos volver a 'a mquina
de la leche.
As que dieron la vuelta.
personas se fijaron en el dinero que gano
Arabel, porque la mquina haba hecho
mucho ruido.
Un palO de pos de aspecto SI-
J ] 1
iestro miraban a Mortimer. No se vea
que su estmago, las puntas de sus
alas Yel rabo y sus dos patas con pelusu,
que de la
-MIra! -dIJO uno de los hom-
bres dndole un codazo al otro-. Te
apuesto que es l!
-iCreo que tienes razn! Es un
tipo de disfraz muy extravagante -dijo
el otro--. Vamos a seguirles.
Subieron a un coche deportivo,
que estaba ilegalmente aparcado en las
dobles lneas amarillas junto a la arcada
ysiguieron por la calle a Arabel yChris
..-

C::'.
c.:'-' ...:::-

::::,-)...... -".
-:.:; 7 l::::-,
.,
--- J
3
!
\.
Chtis y Al'abel anduvieron por
moury High SUleet, con Mortimer ~
trs en el carritorojodeArabe!. Cuand
legaron a ]a mquina ex.pendedora ~
leche. Cmis meti unamoneda de cinco
en la ranura. Dieron vueltas las ruedas
y las palancaschirriaronde arribaa aba-
jo; de repente un cartn de leche sali
dando vueltas.
Esta vez Mortimer miraba con
gran atencina travs del agujero de 1
trompeta de Chris. Cuando sali el car-
tn de leche dijo fI Craac!" varias veces
y comenzadarsaltitosen elcarritotojo,
con trompeta y todo.
reoquequierequemetasotra
.l:oneda-dijoArabel.
Esta vez, cuando Chris meti la
moneda de cinco, salieron seis cartone
e leche.
113
-Cspita -dijo Arabel--. NO
hemospagadoportantoscartoncs.Debes
mcter cinco monedas ms.
-Porqu --dijoChris--. Nos-
otros no tenemos la culpa si la mquina
est loca.
---Tenemosdinerosuficiente.Te-
nemos diez libras, ochenta y cinco peni-
ques y nueve monedas de dos peniques.
Las he contado.
De manera que Chris meti cin-
co monedas m.is. No ocurri nada. La
mquina deleche estaba vaciu.
Mientras Chris y Arabe' amon-
tonaban los siete cartones de leche en el
carrito rojo juntoa Mortimer, unode los
hombres de aspecto siniestro del coche
deportivo (que estaba aparcado cerca)
susurr al otro:
-Debede ser l.no te parece,
Bill?
_.._--------------
r.;::::- ... ~ ~
114
EI.otrodijoquesiconla cabeza.
jefesevaaquedarmuy con-
Ilto con esto, no te parece. Sid? Po-
demos cogerle ms adelante en la calle,
'onde no haya genL.
-Supongoque lehan metidoen
la trompeta paradisfrazarle.
-Esun disfrazde lo ulsextra-
te--murmurBiU, soltandoel fre-
oocmanoydejandoqueelcocherodar
lentamente por la cane.
Arabe!, Chris y Mortimer iban
ia casa. Pero Mortimer anno te
na muchas ganas de volve'c. Nunca ha-
bia visto una mquinaautomtica antes.
Creaqueeralacosamsinteresanteque
habavistoensuvidayc,ueraconocerla
me,or.
Cuando el can'ito fOjO pas por
delante de Gaskett and Dent. el garaje
ande de la esquh;a
t
1Vtortimer mir a
travs del agujer(.) de la trompeta y djjo
"Craac!".A vecescuandohablabaden
trodelatrompe\asoplabaaccidentalmen-
te una Dota P:IUY alta. Esta vez lo hizo
y elcochede;portivodiounbl'llsCOviraje.
-' Ququiel'eMortimer?_pre-
gunt Ch'ds.
1J5
reo queaUlere auemetamos
monedas en es
Parafina? Para qu quere
mos paraflna'?
-Podemosusarlaenvezdeacei-
te parasacara MOl'timerdela trompeta.
-Oh, muy bien -dijo Chris.
Meti una moneda de diez peniques y
sac W1a lata de parafina. A Mortimer
le hubiera gustado que lo hiciera otra
vez, pero Chris pens que con esa r ~
fina era suficiente.
--Hay unamquinadepanjunto
a la panadert8--dijoArabel.
-Deberas haberte ido ya a la
cama. Ya es hora.
-No10 sabemos-observAra-
bel- porquenotenemos reloj. A Mor
tL
mer le gUSk1.rla mucho tener una barra
de pan de la mquina.
Pero una vez al ladode la p
dera se llevaron una desilusin. La m-
quina no funcionaba. Lo deca un car-
tel.
-Nunca ms -dUo Mortimer
desde el interior de la trompeta.
-Pobrecito,parececadavezms
tristeporestarah.dentro-dijoChris-.
I
-1
11

116
ira. ya que hemos llegado hasta aqu,
os hasta la estacin de metro. A11 r
hay muchas mquinas.
--Oh,s! --dijo Ara.-
La Estacin de Rmnhury TowTl.
haba sido recientemente modernizada
or dentro, despus del H accidente" aue
le ocurri al ascensor yalas escaleras
cnicas. Haban instalado un montn de
nuevas mquinas automticas en la en-
rada de la estacin.
Una venda leche, sopa. chocola-
-e caliente. t Ycaf, con o s010, con
sin azcar.
Otra tenia manzanas peras y pla-
anos.
Otra tena bocadill os Y
-ladas.
Otra. tenja libros de bolsillo.
OtTa te limpiaba 1os;tapalos.
Olra te hacia una fot,)grafa con
expresIn de haber visto un ...
Otra te daba masajes enlas olan-
tas de los pies.
Otra te deca un poem,) reconfor-
tante al tiempo que te coga una manu.
Otra imprima tu nOtnbre Y lUb
seas en un disquito de
J17
Otra te deca tu Des tu hors-
copo
Otra te sonaba las narices con un
pauelo limpio de papel si metas lu
riz en uua ranura
t
a la vez que te daba
una tableta de vitamina e ydos carclffi
P
-
los de menta para la garganta. todo Dor
dos peniques y medio.
aba tambin una mquina muy
til que te proporc.ionaba el cambio oara
utilizar las otras.
1 to abuelo de Arabel, Arthur,
era el cobrador. "Aar, sola decir, "hay
muchas clases de mquinas en la estacin
de RUlTIbury: con todas eUas un hombre
no necesita ni amigos. ni parientes, ni
una esposa ni una familia; podra estarse
toda la vida ,en la estacin y esas mqu
L
nas maravillosas le haran todo lo que
necesta. Hasta podra llevar su ropa a
limpiar a la lavanderia; 10 nico que no
hacen por ti es dormir" .
ro el tia Arlhur nunca necesi-
taba que nadie durmiera por l. Estaba
dormido en ese momento, utilizando co-
mo almohada un mont6n de billetes d
velnte peniques y roncando como u..
brontosaurio.
__
118
mir todas las mqui-
nas automticas con f)US ventanillas )' las
clivers,!\s cosas que tenan que relucan
tras los cristales; sus ojos brillaron .'1 tra
-s del agujero de la trompeta como
tones en unas botas de charol.
-Dnde empezamos? --diio
abeL
Sid y Hin h
ilegalmente aparcado fuera
sobre la doble lnea amarilla y
ron a la entrada. Se quedaron a! conlra
la pared; mirando hacia adentro.
--Es demasiado expuesto aqu
o .ijo Bnl. Sid diio eme s.
[l m--
s Pe
119
teteros, la seora Jones dej de pronto
a su pareja (el seor Finney, el pescade-
ro), corri hacia el seor Jones, que coma
sin ganas patatas fritas en el bufet, re
agarr por las solapas y le dijo:
-jBen! jAcabo de recordarlo!
He dejado encendido el calentador de
agua! Cielos!, no crees que el depsito
podra estallar, destrozar nuestras sba-
nas y toallas? Y qu pasar Con Arabel
y Mortimer y ese chico, Chris, aunque
sepa cuidarse de s mismo? .":
se escaldarn? Dios mo, Qu tonta
Qu vamos a hacer?
-No va a estallar -dijo el seor
Jones--, pero nos estar costando un di-
neral. Llamar a casa y le dir a Chris
que lo apague.
-Ir al telfono contigo -dijo
la seora Jones-- para asegurarme de que
Arabel est en la cama y todo marcha
bien.
Haba un telfono de pared en el
vestbulo de los Salones de Reunin. fl
seor Jones marc el nmero de su ('.:Isa,
pero nadie respondi. La son
una y otra vez.
-Qu extrao --di.iO-. A lo
__.. /J
... I

o
barotu
elorhemarcadomal.Voy
vez.
Prob de nuevo. Peronadie res
pondJa.
-Oh,Ben! -dijola seora lv-
nes con miedo-o Quhabrocurrido'?
Habr ardido la casa?
-Noseastonta,Martha.Cmo
va a sonar el telfono s hubiera ardido
la casa? Quiz sea .una lnea cruzada.
Vayallamara: la.telefnicaparaquevean
qu ocur.. ,....
/ Llam a la telefnica. Pe,'o todo
10quelepudierondeciresquenadiecon-
testabaenel nmeroRumbu
rv
cerouno-
o-cero.
-iOh,Ben! Quhabrocurri-
do? Creesquehabrestallado el calen-
tador?O a10peorq\lesehayaproducido
un escape de gas y estn todos incons-
cientes olesatraquenunospistolerosen-
mascarados y no les dejan acercarse
telfono, o quehubieraalgoe,l1vcnenaC10
en los pastelitos de queso Y ~ t agoni-
zando arrastrndose por las escalera
v
,
tal vez haya una cobra negra escapada
del zoo enroscndose en el pasamanoS y
no pueden'pasar. Siempre he dicho que
121
es idiota tenerel telfono enmedio deJ
escalera. Oh, Dios mo, debemos de it
a casa enseguida!
-j No seas tonta, no tenemos
gas, .Martha,asquecmosevaa escapar!
-Delzoo! -gritlaseoraJo-
nes frenticamente blandiendo el res-
guardo del guardarropa ante la seora
que tricotabaenel mostrador.
-Porfavor, querida, bsqueme
mi abrigo rpidamente, porque hay una
mortfera cobra enmascarada que se ha
escapadodela fbrica de gasyse ha me-
tido en los pastelilJos de queso y si no
llegamos a casa enseguida no quedar
nadie para contarlo.
-Para contar qu? -dijo la
seoradelguardarropa, untantodescon-
122
certada, Y ms an cuando 1ey el res
guardo que deca Limpieza YArreglo d
un Vestido de Satn rosa
-Es ste, es ste -dijo la se-
ora Jones, que distradamente sac otro
de sli bolso que deca Biblioteca del Ba-
rrio de Rumbury Seccin de No-Ficci...
Es se, ese abrigo negro con el
broche brillante en forma de
oh, por favor. dese prisa o vov a desma-
yarme de ansied
_Por qu se han marchado
el seor y la seora Jones.
-pregunt la prima de la seora del
la senora Finney,
le trajo unas oatatas fritas V una copa de
si.dra.
-,Oh, Grace, es terrible! Una
esas mortferas cobras de queso se ha
escapado de la telefnica Yhay unoS pis-
toleros buscndola porque tiene un alien-
to que es como gas envenenado y est e
la casa del seor Jones enroscada en la
caldera del calentador Ytodos han muer-
to y alguien acaba de Bamar des
A
!" f'l ZOD
para decirles que se fueran a casa.
_j Cielos1 Se 10 voy a contar a
mi marido; es un gran amigo del p
3
seor Jones. Perce, Perce, escucha: una
cobra mortfera se ha escapado de la casa
del seor Jones y est en la telefnica con
una pistola y estn intentando gasearla
con queso mortfero y toda la familia del
seor Tones est inconsciente dentro de la
caldera y su casa ha quedado destruida
por el fuego.
aram ba -dijo el seor Fin-
ney, que era miembro de la Btigada de
Bomberos Auxiliares-. Me voy ensegui-
da, seguramente nos van a necesitar.
Se fue hacia la entrada murmu-
rando:
--Y por qu se habrn metido
en la caldv....
-jLleva tu mscara antigs!
-le chill su esposa.
La mayora de los hombres que
estaban en el Baile de los Peleteros se
quedaron la mar de contentos por tener
una justificacin para seguir al seor Fin-
ney y todas sus esposas fueron detrs de
ellos, llenas de curiosidad por ver lo que
pasaba en el nmero seis de Rainwater
Crescent. Una procesin de automviles
sigui desde los Salones de Reunin al
taxi del seor Jones. .
l
124
y la seor'
Tones haban llegado al nmero seis.
--Al menos la casa sigue ah.
-gritlaseora J()nes--. Abrela
a, Ben; yo no podra hacerlo por nad
del mundo, mis manos tieroblan Ymi
maldito pncreas da vuehas como una
segadora.
El seor Jones abri la puerta y
entraron a toda prisa.
-Atabel __-grit seno
nes-, ArabeL cario, dnde
Mam y pap han venido a salvar!.....
No hubo respuesta.
,
/-
1
t
1
4
aseoraTonescorrialacae
dondeestaba la luz encendida y grit.
-Por todos los santos, mira!
Ben! Quha ocurrido aqu? Haycris-
tales rotos por todas
toallas, quhacelaguitarrasobreel ar-
mario? El rallador de queso en el suelo,
patatasfrilas portodaspartes,la tapa
la olla a presin en la cesta de la rop
sucia. jAquhaestadotodauna bandade
cobras! Han saqueado la casa!
Hastael seorfones tuvoquead,
mitirque parecacomosi hubierahabido
una
-Sermejor que llame a .la po-
lica -dijo sombramente, despus de
haber buscado portoda la casa para ase-
gurarsede que no estaban ni Arabe!'ni
Mortimer, ni Chris.
_J...l a pasado algo raro en el ar-
26
marioropero; perounacosa,losintrusos
par,ecenhabertenidoelsentidocomnde
apagar el calentador de agua. Y a tiern
po.Elaguaesthirviendo.
-Oh,cmopuedeshablardeca-
lentadoresdeaguacuandomi hijahasido
amordazaday atadaconsbanasytoallas
--selamentlaseora Jones-.Secues-
trados, eso es lo que les han hecho? po
unabandadeesosespantososgorilasque
viven enel ro Jordn. Oh,Ben! Nunca
volveremos a verles. Mi pequea Ara-
bel! Y Mortimer! Cmohe podido cri-
ticarlealgunavez! Pensarquenunc.avol-
ver a verle buscando diamantes en el
cubodel carbn!
-Oh,venga, Martha; quiz las
cosas no sean tan horrbles -dijoel se-
or Iones dubitativamente-. De todos
modosvamosa verloquedicelapolica.
Fue al telfono y marc el 999.
-!viandarn un rizo de su pelo
enunacajade cerillas, eso es 10 queba-
tn-gimotela seora Tones-. O tal
vez una garra! Enel fondo esepjarote-
na un corazn de oro; era un diamante
en brutoconplumas.Muchas veceslehe
vistomirarme.comosi le hubieragustado
127
mostrarse amable SI su naturaleza se 10
hubiera permiti .
-Quiero hablar con la polica
-dijoel seor Jones por telfono.
Pero en aquel momento la poli-
ca, tres agentes, entraron por la puerta
principal, que estaba abierta.
Era el sargento Pike, que haba
conocidonol1acamuchotiempoalseor
Tones, cuando Mortimer haba ayudado
a detener a los chicos del Dinero y e
Quilate.Con el sargentovenanotrosdos
agentes.
-Buenas tardes, seor Jones
-dijoel sal'gento-. Tiene algn pro-
blema, no? Alguien ha dicho que tiene
una serpieote venenosa en la casa, es
cierto?
-Serpiente?Quin ha habla-
do de serpientes?
El seorJonesestabaconfuso,
-No,es mi hija, nuestro cuervo
Mortimery el chicoque les cuidaba,que
parecen habersido secuestrados, sargen-
to. Noestnen lacasa. Comopuedever,
aqu ha habido una pelea. Mire esa san-
gre en el suelo.
-Loshan llevado a Araba sua-
vita una banda de esas de gorilas --dijo
sollozando la seora 'ones--. Van a sal-
tar por el aire en ese avin secuestrado
en cualquier momento sobre ese s p n ~
toso desie
-Laque hay en e\ suelo es sa..w
I
gre humana, desde luego ---dijo uno d
1
los agentes como si nadie la hbiera vista
antes.
\
-Se nota que ha habido una pe-
lea. Alguien ha arrancado un tl'OZO dt: esa
1
toalla.
I
-Para hacer una mordaz8- me
l
imagino.
-Durante la pel ea tiraron la
11
guitarra sobre el armario,
I
I
-Tiraron el cubo de la baSUl'fl
I durante la gresca.
L..
-Tiraron la tabla de la plancha
durante el folln.
m metido una botella de le-
che en la cabeza de alguie...
-y luego el otro tipo cogi otra
botella de leche y te devoJvi el golpe.
y mientras le tena en el suelo
le ras p con el rallador.
--Un rallador de queso -dijo el
sargento pensavamente-. No nos di-
jeron algo en la ciudad de pastelillos de
queso envenenados?
En ese mismo momento hube un
tremendo estruendo de campanillazos y
el camin de los bomberos se detuvo
fuera.
-Podemos ayudar? -grit el
seor Finney que, al igual que sus com-
paeros, llevaba su uniforme de bombero
auxiliar.
ntraron corriendo en la casa,
tragndose todava 10 que quedaba de los
bocadillos que haban cogido en el bufet
de los Salones de Reunin, blandiendo
sus hachas y buscando ansiosamente a las
cobras.
-No lo s --.dijo el sargento-o
Por qu llevan mscaras antigs?
I
I
'1
11 I
I
l.]
I I
\ l
\!
130
-,Alguien dijo que explot una
caldera llena de cobras mortferas y oue
aba mucho gas.
Ahora las seoras del Baile de
los .Peleteros asomaron, todas con el as-
pecto de formar parte de un coro de una
obra sobre el Antiguo Egipto.
-Unde est el t caliente Y
las mantas? --grit la ~ ;eora Fnney
Dnde estn los heric\os?
-Vaya lo -dijo el sargento--.
Cmo vaya hacer algo con tanto albo-
roto?
La gente corr::! por toda la casa,
mirando los restos de 1Ia pelea. Todas t
31
habitaciones esta1ban llenas de seoras,
mantas, bomberos y hachas.
--De verdad crees que puedes
lavar tu [regadero ron Dizz, cario?
-dijo la seora Finney a la seora Jo-
nes--. Meparece que Swoosh limpia mu-
cho mejOl'.
-Cmoes .
ticuadas cortinas de plstico en la coci-
na? Le dan un aspecto de lo ms antiguo,
no te parece? Mmaridito me hizo que
pusiera persianas, que son mucho ms
modernas j dan menos trabajo y son de
estilo Continental. de lo ms sofisticado.
-No has pensado alguna vez
instalar una mquina para tdturar la ba-
sura, querida?
-He perdido a mi amada hija y
a mi muy estimado cuervo -dijo la se-
ora rones con dignidad-o As que t ~
gan la bondad de dejarme a solas con mi
dolor.
-S, por qu no se van todas us-
tedes, seoras, a la calle a ver si encuen-
tran a la nia -dijo el sargento- o una
de esas cobras que dicen que llevan pis-
tola. Mrchense, lrguense, fuera, lo que
necesitamos es un poco de paz, vale.
13'
--....--Si nosencontramosconlasco-
ras, qu debemos hacer.
--No son son gorilas
-aullla seora Iones.
-Nointenten pelear con ehas,
smoavisenalapolica-dijoelsargent
,
Pike-.Si patrullan la calleprincipal e
upos deseis estarnseguraE:.
h a las maldispuestas damas
de la casa.
--Ynosot
Finney con inters" buscando algo que
romper con su hacha de bombero. Con
su mscara antigs pareca unG'. criatura
salida de la5 profundidades del mar.
--Ustedespuedendedicarseapa
searensucamin debomberosioorHig
Street y ayudar a las damas en pes-
uisas--lesdijoel sargentoPike).v ech
tambinal seorFinney-.AJlora sea I
y seora Jones, si quieren acompa.'lflT1e
hasta la comisara parahacer una dt.:c1a-
racin,talvezpodamosponerenmarcha
estecasodemaneracorrectayordennda.
1"
-Por qu vamos a ir hasta
ese sitio? Oh, delos, por qu no
mas hacer aqu nuestra dcclaradn Y
que mi Arabel en estos momentos
133
atada y amordazada en una va de tren
en mediodeldesiertocon todos losCaba-
lleros de la Tabla Redonda rabe dis-
puestos a hacerla pedazos si mueve un
dedo?
Los agentes Brown ySmith, que
haban estado investigando por la casa,
vinieron a informar.
19uien ha estado encerrado
en el armario ropero -dijo el agente
Smith----. Hay Una lata vacia de jugo de
naranja, pastas de jengibre. un huevode
chocolate y tres tortitas agujereadas.
-Ah -dijoel sargento Pike-,
esodemuestraqueha sidoun trabajocui-
dadosamenteplaneadoypremeditado. El
intrusodebide esconderseenel armario
ropero antes de que ustedes se fueran al
baile, seor Tones, esperando hasta que
estuvieron fuera de casa. A Jo mejor has-
ta llevabadas ahdentro.
-Entonces tena que ser muy
pequeo -gimote la seora Jones-,
porque no le vi cuandoencendel calen-
tador para el bao de Arabel. Oh Dios
mo, habr sido uno deesos enanosma.-
vados ydiablicos que tienen una fuerza
sobrehumana,comoelseorQuilpde La
134
Tienda ele Antigedades (\ el jorobado de
la Presa de Asun Pem,ar que ha
do en casa todo este tiem'po, oh mis po-
bres nervios!
-Por todos los santos, vmonos
a la Comisara -dijo el sargento Pike,
tIe empez a sentir que perda Id control
caso-o ,Ouicren acompaar
nos en el coche de la polica () vendrn
detrs en el taxi? .
-Le::; seguiremos -dijo el seor
Jones.
espus que se h ub o marcha-
do la polica. el seor J cerr con
cuidado la casa y l Y la sefiora Jortes se
fueron en el taxi.
Pero no pudieron i r detrs ud
coche de la polica, porque cada vez que
ia seora Jones vea un gru po de seonlS
buscando por las calles hai que su ma
rido se deuviera y asorJllaba ]a cabeza
por la ventanilla. gritand o:
-Despus de to do no son gorj
as, son diablicos Ca) baHeros .rabes
enanos con espadas cur' vadas que van a
* La seora Jones sr, est refiriendo a pcr-
sonujes de programas de la rJBC. (N. del r,)
35
las tiendas de antigedades para destt"'-
par COjmes.
El seor HaUweJl, el apoderado
del banco, un hombre al que le gustaban
mucho los trabajos de casa, se vio ata-
cado por un grupo de seoras muy deci-
didas que crean que los veinte metros
de cinta aislante patentada que llevaba
a casa colgada en torno al cuello eran una
feroz cobra negra que le arrastraba a su
guarida.
Afortunadamente el seor y la
seora Jones llegaron en el taxi en ese
momento; el seor Janes condujo lcntp
mente entre el grupo tocando la be>t:
1113
y las seoras se vieron obligadas a
paso. El seor Halliwell consip-ti
parse por una calle lateral de que
le atraparan de nuevo.
Entre tanto en \00:; Salones de
36
Reunin se' haba iniciado un Fondo
Desastres f4 favol" delafamilia)ones. La
colecta haba negado a las nueve libras,
cincuenta y tres peniques y medlio, y un
ardefl)emelos dediamantesy me'diobo-
cadillo de Dalla.
ora, seora Jones --dijoel
superintendente, cuando los Tones
TCJO alacomisara-,diceusted queLie-
'jeindiciosparapensar-quesuhijaPu-abel
hasidosecuestrada?
nuestro cuervo Mortilner y
1chicoquelescuidaba,Chris Cross.
--Vamospocoapoco,porf aVOl'.
Seora Jones, qu haca su hija AI'abel
hima vez quelavio?
a seora Jones se ruboriz"
-Oh,no lo puedo deci..
-Venga, venga, "ones
ste
es momento de reticencias. Con
tal
que su hija no estuviera come-
tiendo
algn delito; o hasta si lo
vier(l.
-Noes nada de- eso -leintl;-
lmpi el seor Tones, muyirritado---,
La ltimavez que vi a mi hija Arabel
ena un de polvos de talcu
esodorantesy estabarociandocon
137
mis, calcetines. Era idea de su madre.
-y despus se puso ustedesos
calcetines.
-No,10s dej en el cuarto de
bao.
Uno de Jos agentes movi la ca-
beza.
-Habaun parde calcetines en
elcuartodebaoempapadosdeunpolvo
blanco de fuerte olor. Cre que los ha-
bran usado para drogar a alguien, as
que los he trado.
-y qu haca Mortimcr, e
cuervo, la ltima vez que le vio?
-Sehaba metido entre el pul-
verizador ylos calcetinesy se quedem-
papado de polvo desodorante. Estaba
bastante fastidiado. Antes de eso haba
estado tirando porla ventana bolitas de
papel.
-Estaraenviando mensajes a
sus cmplices?
El seorTones dijo quenoconla
cabeza:
-Mortimer, no.
-Porqu no?
. -Nohay cmplice que se pu-
dIera entender con Mortimer.
138
_Y el chico que les cuidaba?
Qu haca?
-Toca a su gnitarra y cantaba
a cancinde pistlerotramposouc
ansas.
-Muy sosper.:h,oso
perintendente-. Indicios claros de se-
cuestro. Hgame Ci.tSO, el chico estaba
mezcladoenel corrl.plot!
,1
I
5
Entretanto,enlaestacindeme-
tro, Arabel, Mortimer y Chris estaban
pasndolo muy bien. Mortmer daba sal-
titosdelocaexcitacindentrodesutrom-
peta,mirndolesmetermonedasen todas
las mquinas, una por una. Encima del
carrito rojo, adems de varios cartones
de lechey parafina, tenan un paquetede
caramelos,dos tabletasdechocolate,una
de nueces y pasas, unos cuantos cigarri-
llos, un bocadillo de jamn, cuatro tazas
vacas (una de chocolate, otra de leche,
otradecafy otradesopa),unamanzana,
unapera,unpltano, un librodebolsillo
titulado Muerte en el desierto, un disco
autograbado por Chris cantandosu can-
cin sobre la luna, una empanada, una
chapadeidentidadconel nombredeMor-
timery lasseasimpresas,una fotografa
deArabel con Mortimersobreel hombro
p---------
140
metidoensu unalarjetaquede-
caqueChrispesahasesentay tresquilo
y quesei.ba acasaI' conunachi.ca moren
y tendra seis hi'Jos, una tableta de vita
y
mina e y dos caramelos de menta pa,la
la garganta. Tumbin una de las mqUl-
nas haba son::1do las narices de Ara
l
".
yotra haba cwdo un masaje a las
de Mortimer. 10 cual le dej muy asom-
brado.
-Se :acab -dijo Arabel con
pesar. despus de meterloscaramelosde
mentol para 1a garganta en una laza va-
ca que antefi contuviera sopa de toma-
te- . Podennos volver a empezar? .
--NrJ, debemosdeir acasa_dI'
.;0 hora de acostarte.,
14
-Podemos despertar al to Ar':'
thur y preguntarle a l la hora por si.
acaso.
-No,novamos a hacerlo, pare-
cede10 ms tranquilo. Vamos,podemos
hacer chocolate caliente en casa, porque
tenemos mucha leche.
Sacaron a Mortimer de la esta-
cindemetroensucarritoycomenzaron
a bajarla cuesta.
Los dos hombres que haban es-
tado esperando, subieron al coche y les
siguieronlentamente.
Cuando Mortimer descubri que
se haba terminado su entretenimiento
de la tarde, se sinti muy abatido. Co-
menz a quejarse dentro de la trom-
peta y a murmurar y a aletear o al me-
nos intentarlo y dio una patada a la lata
de parafina, gritando i( Nunca ms!"
con una voz fuerte y colrica.
-Esttrastornadoporquenoha
podido meter dinero en una mquina
-dijoArabel.
-y entonces, porqusemeti
en mi trompeta?
-Sile pudiramos sacar de ah
-dijoArabel- podramos coger Ly.kc-
142
wake Lane yvolver a casa por ese cami-
no. Hay unamercera que tiene una m-
uina fuera que cuando metes dos peni-
ques te cose un botn mientras esperas.
-Quin necesi ta oue le cosan
m botn?
-Alo mejora Mortimerle RUS-
tara tener uno en su toallita.
-Muybie...
AsquetomamllLykewakeLane
(por poco se encuentran con los grupos
deseorasylamquinadebomberosque
patrullaba por High Street) y los dos
hombresles siguieron en su coche.
Cuando negaron a la mercera,
quese llamaba Algodny Botn, Arabel
ijo:
-Mortimer, quieres dejar de
ritar"Nuncams!"yescucharme? Va-
mos a intentar sacarte de la trompeta si
podemosyluego tpodrsmeterdos pe-
iques en esa mquina y te coser un
botn.
Silencioenelinteriordela trom-
petamientrasMortimerpensaba.
-Realmentecrees quele debe-
mos de echar parafina encima? - --djj
Chris-. Qu pasara si le hace dao?
143
y adems mi trompeta va a oler arayos.
-Bueno--dijo Arabel-, si
creesquenodebemoshacerlo,Pamedijo
que hay una tienda de comestibles ita-
liana en Highateyallhay unamquina
de aceitedeoliva.
-No voy a ir andando hasta
Highate.
-Enese casO tenemos que em-
plear parafina -dijo Arabel-. Morti-
mer, vamos a darte la vuelta yverter un
poco de parafina en la trompetaparaver
si te aflojasy te podemos sacar. Lo hace-
mos. por tu bien. Por favor, intenta no
moverte, quieres?
Silencio.
Arabe! recogi la trompeta y le
diolavuelta. Chriscogi el recipientede
parafina.
Enesemomentolos dos hombres
que haban estado siguindoles en su co-
chesepusieronsilenciosamenteasulado.
Los dos llevaban pistolas.
-Unmomento, nene --dijo el
llamadoSid-.Es unpjaromuyvalioso
ese que est ah en la trompeta. No le
eches parafinaencimaoseestropear.
~ sabemos que es valioso
L _
-dijo Arabel-. tos
timer.
or-
-Cmo le vamos a sacar f)i nO
le echamos paraflna por endma? --pre-
gunt Chris.
-Por qu llevan pistolas.
-dijo Arabel-. Estn ustedes bastant
ridculos.
-Ese pjaro no es ningn cuer-
vo. Es un mainato, un pjaro muy valio-
so, propiedad de Symigton el Listo, el mi-
llonario que tiene propiedades en Soho.
Este pjaro ha sido capturado por un
145
banda rival la semana pasada y tenemos
el propsito de apoderarnos de l de
nuevo. As que ddnoslo.
-Darles a Mortimer? -dijo
Arabel-. Ni pensarlo! Es mi cuervo,
me quiere, y desde luego' no es un men-
tecato o como se diga.
-Ya veremos -dijo HilI. Posan-
do su pistola en el carrito rojo y agarr
trompeta con las manos, a la vez que Sid,
que pos tambin su pistola, coga las
patas de Mortimer.
Hubo una lucha breve e intensa,
durante la cual fue difcil ,averiguar lo que
estaba pasando. Luego la escena se clari-
fic, mostrando a Mortimer sentado so-
bre el hombro de Arabel. Se le haba SOi-
tado la toalla. La trompeta estaba en el
suelo. Los dos hombres estaban sangran-
do y tenan val*ias heridas.
-Nunca ms -dijo Mortimer.
-Desde luego que nunca .t1laS
-dijo Bill-. Este no es n1.ngn mainato.
-Vaya fiera _-dijo Sid-. Me-
nos mal que no me pk en la yugular. Tie-
ne razn, seorita. es un cuervo y todo lo
que puedo decirle es que lo pase bien con
ese bruto negro.
146
o siento si la hemos molesta-
o --aijo Bill--. Vmonos, Sido vamos
rpido al Hm,pital Central de Rumbury
para que nOf) pongan inyecciones anti-
tetnicas ant es de que nos estemos revol-
cando como en un espectculo cintico
En Lraron a toda prisa en su co-
che y se marcharon, entrando en Hlgh
Street cuando acababa de irse el camin
e los bomberos.
--Oigan -grit Arabel-, han
dejado sus pistolas a'qu.
Pero era deInasiado tarde, se ha-
ban nlarchado.
:Bueno --dijo Arabel-. tal
vez vengan a bw:;carlas maana. De to-
as maneras, Nlortimer, ahora pueden
coserte unos curmtos botones. Nos que-
dan dieciocho monedas de diez pcnj-
ues.
si que Mortimcr, saltando con
c'ntusiasmo 'j satisfaccin, meti i e i ~
ocho nibneas de diez peniques en ]a ra-
nura de 181 mquina que cosi dieciocho
botones f;n la toallita. (Una de las mone-
das de Ijos peniques era un vicjo medio
peniqu. e con un agujero.) Volvieron a
casa y abrieron la puerta con la llave de
147
Arabel. Limpiaron laCQe
ropero. Chris freg el suelo. Luego hizo
un cazo lleno de chocolate caliente mien-
tras Arabel se baaba, yle ]lev una taza
caliente a la cama, que la nia se be-
bi. Tuvo que levantarse de nuevo para
limpiarse los dientes. Despus se fue a
dormir.
Mortimer ya estaba donnido en
el cubo del carbn. Estaba muy cansado.
Chris meti todos los cartones de leche,
salvo el cartn que haba usado para ha-
cer el chocolate, en la nevera, junto al
bocadillo de jamn, la empanada, los ca-
ramelos, las tabletas de chocolate y las
48
149
pastillas para la garganta; puso los ciga-
rrillos, la manzana, la pera y el Ubro de
bolsillo en la cmoda, y la parafina
en el cobertizo. Cogi las nueces, las
sas y el pltano..
No saba qu hacer con pis-
tolas, as que las dej en el carrJto rojo
de Arabel.
Luego puso el disco que hab
grabado en el gramfono y se sent' para
escucharlo.

1/
Luna de la maana, que /lenas mis hom-
bros de luz celeste.
. Quin te pidi6 que te metieras en lo
profundo de mi sueo.
En aquel IDmento se abri es-
trepitosamente Ja puerta principal y
entraron a toda prisa el seor y la se-
ora Tones, la polica, los bomberos y
muchas seoras con mantas y termos
de t.
-Arabel? Oh, dnde est mi
hija? -grit la seora Jones cuando vio
a Chris.
---Dnde estn los gorHas?
-dijo la seora Finney.
-y las cobras? -dijo el seor
Finney.
I
151
150
-y esa pandilla de enanos jo
robados rabes? -pregunt el sargento
Pike.
--Arabe!? Est en la cama. j o r ~
mida -,-dijo Chris, desconcertad
Dnde i'ba a estar? Han vuelto t m ~
prano, 1.'lO?'
La se.ora Jones subi corriend
las escaleras.
. Desde luego all estaba A rabel
durmiendo en la cama.
-Dnde. est Mortimer?
Est dormido en el cubo de
carbn.
lbo un largusimo silencio
mientras todo el mundo observaba la co-
cina limpi...
Por fin el seor Jones dijo:
-.-Qu hace la guitarra sobre el
armario de las escobas?
-La puse ah para que Mor-
timer no pudiera alcanzarla -dijo
Chris-. Quera buscar diamantes den-
tro.
-Eso hace a veces --dijo el se-
or Jones, afinnando CDn la cabeza.
Despus de otro largo silencio, e
sargento Pike dijo:
_.Si quieren saber mi opinin
150
I
III
--Arabel? Est en la cama, Ijor-
ida --dijo Chris, desconcertado-.
Dnde iba a estar? Han vuelto tem-
prano, no?
La seora Jones subi corricn
~ escaleras.
Desde luego all estaba
abel
durmkndo en la camu.
-Dnde est Mortimer?
-Es't donnido en el cubo de
carbn.
-(, y esa pandilla de enanos jo
robados rabes? -pregunt el sargento
Pike.
151
uno un largusimo silencio
mientras todo el Inundo observaba la co-
cina limpia.
Por fin el seor Jones dijo:
-Qu hace la guitarra sobre el
armario de las escobas?
-La puse ah para que Mor-
timer no pudiera alcanzarla -dijo
chris-. Quera buscar diamantes den.
tro.
-Eso ace a veces -dijo el se-
or Jones, afr
"0:
nando con la cabeza.
Despu e otro largo silencio, e
sargento Pike
-Si meren saber mi opinin,
152
todo el mundo en esta habitacin na su-
frido alucinaciones en masa. Si quieten
sabern opinin. lo mejorsera quenos
olvidramos de todo lo que ha ocurri-
o esta tarde y que nos furamos a la
cama.
Todosestaban deacuerdo.Salie-
ron ensilenciode la cocina de la seora
nes y de la casa.
seor Finney mu
-Tal vez haya sid
de gas y nos haya afectado
una intoxicacinconla comlaa. t.saspa-
tatas fritas de lOS Salonesde Re;unin no
.parecan muy frescas.
El seor y la seora Jemes
ron a Chris el dinero que le ("leban por
idar a Arabel y el chico se march 8
sao Luego sefueron alaC3Ina. Estaban
casi tan cansados como Mf)l'timer.
Al da siguiente, despus de que
el seor Tones se hubiera marchado con
su taxi, la seora Jones le elijo 8 Ara-
beI:
_JPorquhay tantalecheen la
y una empanadiHay unbocadill
n?
- .. abamos tf toda la
153
leche! as que fuimos a sacal' ms de la
mquina automtica.
-Salisteis despus de la hor
de acostarse?
-No
j
eran las ocho y veinticin-
co. Sacamos otras cosas tambin de las
mquinas automticas. Hay unos ciu;.o.
rrillos que son un regalo para P.e y ese
libro es para ti
La seora Jones mir6el Iibrode
bolsillo titulado Muerte en el desierto.
Tena un dibujo de una oersona ata
la va del tren.
-Gracias,carmo.Loleer cu
do tenga tiempo --dijo, y lo puso en el
estante de arriba de la cmoda. Luego
dijo-: De quin son esas pistolas de
juguete?
-Nocreo que sean de juguete
-dijoArabel-. Me parece que son de
dos mineros, que crefan que Mortimer
era un pjaro escapado de las minas.
Pero en seguida se dieron cuenta de
quena.
--Es extrao -dijo la F,,'io-
n
Jones-. Pero creo que usan rJfaros e:
las minasparaolersi hay,C.;;capes degas.
Aunque no saba qu"" lOS mineros lleva-

7t\'
(,
. \,\
\"
1
r
J
en pistolas. Bueno, seguramente volve-
rn a buscadas.
uso las pistolas encima de otro
estante alto.
Mucho tiempo despus la gente
de Rumbury Town segua hablando de la
tarde en la que la mortfera cQb"a se es-
cap de la lbrica de gas.
" seora Janes estaba tan con-
tenta de tener de nuevo sus c-uchiHos y
tenedores de mangos de perlas que per-
55
don a ArabeJ los diecisiete botones cosi-
dos en la toaUita y el trozo arrancado de
ella.
Mortimer durmi en el cubo del
caron durante diecisiete horas. Luego
se despert y comenz a buscar diaman-
tes. Tir todo el carbn sobre la alfombra
de la cocina hasta vaciar el cu
Pero no encontr ningn dia-
mante dentro.
6".
l.
l'
Todo esto ocurd durante una
semana terrible, alocada y hmeda del
mes de febrero, cuando Mortimer, el
cuervo. llevaba varios meses viviendo
con la famHia Iones en Rumbury Town.
Londres N. W. 3 1J2. El tiempo haba sido
tan espantoso en la ltima temporada que
toda la familia, si no estaba de mal genio,
s al menos estaba menos alegre de 1
normal.
La seora Jones se quejaba de que
hasta el pan pareca hmedo, a menos
que lo tostara. Arabel tena los comien-
zos de un constipado, el seor Jones esta
ba harto de conducir su taxi baJo las fuer-
tes lluvias por carreteras resbaladizas y
Mortimer, el cuervo, se senta fastidiado
porque quera hacer dos cosas, y no le
dejaban hacer ninguna de ellas. Quera
que le llevaran por el jardn en el carrito
160
rojo de Atabel (la seora Jones no lo per-
o al mal tielupo); y quera
la panera y dorm;r en ella.
Le pareca muy irracional que no le deja-
an hacerlo.
-Podernos guardar el pan en
otro sitio -diJo Atabel.
-_Yo he comprado una pancra
que me cost.6 ochenta y siete peniques .Y
I
I
/1

, I
1,
)
1
I
I!
16
medio para que ese pajarraco negro, en-
furruado Y vago duerma ah, no? Ya
no le gusta el cubo del carbn? Lleva tres
semanas durmiendo ah. Y ahora por
qu no lo encuentra cmodo?
La seora Jones acababa de vol-
ver de hacer la compra completamente
calada; comenz a sacar la comida y las
verduras de su carrito de compras y las
puso en el suelo de la cocina. Colg su
empapado paraguas junto a los paos de
cocina.
-Necesita un cambio -dijo
Arabel, mirando por la ventana las lneas
grises de lluvia que cruzaban el jardn
como cables telefnicos.
-jOh, naturalmente! Mermela-
da de jengibre con buuelos que este p-
jaro toma de desayuno, con a]-
bndigas de almuerzo, pastas de coac
para la cena, se le permite sentarse enci-
ma del reloj de pndulo cuando le da la
gana, y baja las escaleras encima de mi
mejor bande.ia de regalo de bodas pntada
de gladolos rosas y verdes y encima ne-
cesita un cambio? Ese pjaro recibe ms
atenciones que el Lord Mayor de Hyde-
rabad.
1
I
1
1,/
1
1
1
1
1
.1
I
162
-lnolosabe--.dijoArabel-.
No ha ,estado nunca en
-- todos nos vendra bien un
cambio -.-di.io la seora Jones-. Por
qu va a tener l un cambio y nosotros
no?
rabel y Mortimerse fueronlen-
tamente hacia la entrada prindpal. Al
cabo de un momento Arabd recogi
Mortirnery losentsobre unodesus pa
tines,atado cc,n una cuerda. y le dio un
.ta porla plantabajade 'la casa, PeTO
ninguno d'e os dos se senti.a muy [diLo
garganta de Arabel le dolia y le cos-
quilleaba. Mortimerconocaf3sa parte
la casademasiado bien como para senlir
inters por el viaje. Se dej llevar con
la cabeza hundidaentre los so
pico entre las plumas del pecho y las
plmnas de su espalda y sus alas lodas
163
revueltas, como si nole importara haCla
dndeapuntas
Son el telfono.
Mortimerquiso llegarel primero
-legustaba mucho contestar al telfo-
no--,perounade las uasdesus garras
se haba enganchado en el patn. Dando
patadasymoviendolasalas paralibrarse
del patn comenz a rodar, pasando por
la puerta del pasillo, atravesando la co-
cina, tirando el recipiente de las verdu-
ras, quetena dos quilasdecoles deBru-
selas enla parte de arribay desde alls
lanz sobre una bolsa de granos de caf
y un recipiente alto de lquido para lim-
piar el horno, que comenz a disparar
una espuma espesa. El paraguas de la
seora Jones se cay de la estantera de
los paos y atraves un meln maduro
que haba rodado debajo. Un espantoso
humo blanco sali del lquido limpia-
hornos haciendo toser a todo el mundo;
la seora Jones se fue corriendo a abrir
unaventana. Entrunagrancantidadde
ll.uvia y viento, tirandounjarrndenar-
ClSOS atrompetados que estaba en el al-
fizar delaventana; Mortimer, al quele
gustaba meter cosas speras y rugosas
164
ajo el suelo plano, comenz rpidamente
a meterlos narcisos atrompetados (qu
estaban h.echos de plstico) bajo la a-
fombra de la cocina.
--No toquis la espuma! -dijo
la seora Jones, y cogi un puado
servilletas de papel para limpiad
lfono sigui sonando.
Mortimer se dio cuenta de repente
de que la ventana estaba abierla; de,i
los narcisos, comenz a trepar r p i f ~
mente de por los tiradores de los cajones
ajo la pila de la cocina, e5currindme
por el borde de sta ~ deslizndose por
el escurridor de platos. se puso en el
alfizar y mir el jardn hmedo, ventoso
e nhspito.
-j,Maldito telfono! -dijo la
seora Jones, que 1impi lo que quedab
de la espuma Jse fue corriendo alpasillo.
Al llegar all el telfono dej de sonar.
Mortimer, que se asomaba por
la ventana, vio que el carrito rojo de Ara-
bel estaba a11 abajo en el csped, con
unos cuatro centmetros de lluvia dentro.
Sali de un salto.
--- Mortimer! --dijo Arabel-.
Vuelve adentro! Te. vas a mojar.
165
Pero Mortimer ya estaba mojad",.
Le encantaba. No hizo el menor caso d
Arabel.
Haba media docena de castaas
flotando en el carrito. El gato de la veci-
na, Ginger, estaba debajo de un seto de
acebo, tratando de no mojarse. Mortimer
se qued en el carrito (el agua le llegaba
hasta las plumas de las rodillas) y co-
menz a tirarJe castaas a Ginger.
-iMortimer! --dijo Arabe1, que
se asom a la ventana-o No le debes
tirar castaas a Ginger. Nunca te ha he-
cho nada.
Mortimer no le hizo el meno
caso. Tir otra castaa.

R
'"
p

--


",'
yrJ

\66
Arabe} baj del escurridor oe
l".latos. abri la puerta trasera, sali
rriendo al empapado jardn, cogj6 la
uerda del carrito y 10 arrastr demro,
con lVlortimer a bordo.
Sali una gran cantidad de agua
que cay al suelo de la cocina; pnreca
una marejada que llevaba granos caf
y coles de Bruselas hacia la puert a del
pasillo.
-Arabel-dijo la seora Jones,
que volvi a la cocina--. Hag csuldo
r ,/
fuera en zapatHlas? Oh. cielos" si no tu
coges un catarro horrible uno de estos
das yo soy la Gitana Petulengl:o.
---Tuve que ir a busca.r a Morti-
mer, se estaba mojando--diJe) Arabel
Pero no sal del camino.
-Mojndose? -cjo la seora
Jones-. Por qu no se va rl mojar? T
crees que debemos secarle con el secador
. ,del peto? Los pjaros de ben mojarse,
para eso' tieriei<plumas.
-Craac -'dijO. Me )ttimer. Sac"
di sus plumas. Por la cbcj na volaronQo-
tas de lluvia; . '
seora J.ones llev el carrito
fuera y empuj la puer ta trasera y ca


c::::::-=::
J
(

menz a fregar el suelo entre las coles de
Bruselas y los granos de caf.
1 telfono volvi a sonar.
A Arabel le par.eci que la idea
del secador de pelo era buena. Mientras
la seora Jones iba corriendo a contestar
al telfono, Arabe1 sac el secador del
pelo de su caja, 10 enchuf y comenz a
secar con l a Mortimer, Lo puso entre
sus pies (que se le fueron quedando fros)
para sujetarle, y lo fue secando al mismo
tiempo.
Las plumas de Mortill1er se pu-
sieron de punta hasta tomar el aspecto
de un pavo. Se quecl..-J tan asombrado que
dijo" Nunca rnJs!" y dio un paso atrs
168
J6'
/'"....--..
hasta un recip.iente Heno de panecJl.los
que la seora
e
haba colocado frente al
fuego de la cocina. Sehundien lamasa
hasta los tobillos y dej el rastro de sus
huellas a1 cruzar el recipiente. Pero le
encanto le secaran y dio varias vuel-
tas para que Arabel pudiera selluir ha-
cindolo.
---Erala ta Brcnda---dijo la se
ora Iones, al volver despus de tener
una larga charla.Se apresur a terminar
defregarynose diocuentadeqtle Arabe!
estaba guardando el secador de pelo-
o ceque allevaralasprimasalapista
de patinajey vendr a recogernos.
--Oh-dijo Arabe!.
-No quieres ir a patinar?
_pregunt la senara Jones.
-Bueno. supongo que a
mer le gustar -dijoArabe!.
-Slo espero que no nos haga
quedar mal --dijo la seora Jones, mi-
randoa MortimerconcarademalaspuI-
gas-o Pero novoy a salir y dejarle solo
en casa. Nunca olvidar; ni siquiera si
vivo hasta los ochenta aos y me eligen
Reina deBeUeza de los CondadosCerca-
nos, la vez que fuimos a verBebs en el
Bosque y cuando volvimos se habia co-
mido los pasamanos de las escaleras, la
pila enteradel cuarto de bao y dos pa-
quetes y medio de Aceite de Bao Espu-
mosoArcoIris.
-Nunca ms -dijo Mortimer.
--Promesas, promesas -dijola
seora Jones.
-Lacasa estaba preciosa hena
de pompas de jabn-dijoArabel-.
Martimer tambin le gust.
-Puesnolevamosadarlaopor-
tunidad de que vuelva a hacerlo. Ponte
el abrigo, que la ta Brenda estar aqu
en diez minutos.
Arabe! se puso muy lentamente
170
su abrigo. La garganta le dolia ms que
nunca; no tena el menor deseo de salir,
Tampoco
J
aunque eran sus primas"
caan muy bien las hijas de la ta Brenda.
Eran tres: se llamaban. IJndy, Min
Cindy. Eran nias horripilantes. Eran
muy antipticas yles gustaba deci'r Cosas
aposta para herir los sentimientos ajenos.
Siempre estaban comiendo, no porqu
tuvieran hambre sino por gula; pensa.ba
ue eran muy lis.tas porque le daban I
lata a su madre hasta que les compraba
caramelos, botenas de coca-cola, bolsas
de patatas fritc,is y helados de chocolate
siempre que salan. Tenan tantos
tes que no saban qu hacer con ellos. Y
tenan un montn de manchas.
Todava no conocan a Mortlmel'.
La ta Brenda se detuvo enfrente
de la casa en su coche nuevo y resplan-
deciente"
Cindy, Lindy y Mindy asomar
su rostro por la ventanilla y dejaron de co-
mer sus palitos de chocolate para gritar:
--Hola, Arabe!! Tenemos abri-
gas, botas, capuchas y guan.tes forrado.
y faldas y patines, todo
_.Nias -munnuro
171
la seora Jones, metiendo los viejos pati-
nes en su carrito de compra de tela esco-
cesa-o Me gustara saber por qu no
usan los de antes. Cualquiera pensara
que su padre es el presidente del banco
de Montecarlo.
En realidad su padre viajaba co-
mo representante de armarios que se pue-
den montar en casa: viajaba tanto que
casi nunca estaba en casa.
Arabel fue al coche con su viejo
abrigo, su vieja capucha, sus viejos guan-
tes y sus viejas botas. Llevaba a Morti-
mer muy apretado contra ella. Mortimer
se mostr muy interesado por el coche,
sus ojos brillaron como botones de satn
negro.
-Vamos a ir en ese coche, Mor-
timer -le dijo Arabe!.
..
, I
17 '
-Craac -dijo Mortimer.
Lindy y Cindy aparec.ieron por la
ventanilla trasera gritando: Arabel, Ara-
be!, horrible Arabel, horrible, horribL.
horrible Arabe!.
Cuando vieron a l\/Iortimer sus
ojos se pusieron como plat'Os.
-jOooh! -dijo Lindy-. qu
es eso?
-Qu es lo que, tienes ah, ho-
rrible Atabel? -dijo Cjndy.
-Es nuestro cuervo. Se llama
f'Viortimet -dijo Arabd.
as tres nias estallaron en car-
cajadas.
--Un cuervo? Para Qu aUle-

173
res un cuervo7 De todas maneras no es
un cuervo, es un grajo viejo y oxidado.
Es una estpida corneja. Para qu sir-
ve? Puede hablar?
-Si quiere, s -dijo Arabel.
Cindy, Lindy y Mindy se rieron
todava con ms fuerza.
-Supongo que todo lo que pue-
de decir es C! Corneja estpida, todo
lo aue sabe hacer es graznar y decir c!
-Dejad de meteros con Arabe!,
nias, y hacedle sitio ah detrs -di'
la ta
Arabel y Mortimer se metieron
en el asiento trasero y se quedaron sin
decir nada. Cindy iba a pellizcar las plu-
mas de la cola de Mortimer, pero l voL
vi su cabeza sobre su deslustrado cueIlo
negro y le lanz una mirada tan feroz que
la nia lo
La seora Jones se puso delante,
alIado de su hermana Brenda, y se mar-
charon.
Mortimer nunca habia estado an-
tes en un coche, al menos en estado cons-
ciente. Le gust. Tan pronto como se
dio cuenta de que la primas de Arabe!
no iban a atacarle en seguida, comenz
174
a aar saltitos suavemente sobre el hom-
bro de ArabeI mientras miraba pasar ca
apidez las tiendas de la High Strcct de
Rumbury, los autobuses rojos, las r o l ~
de la calle qu.e parecan una cuerda de
margaritas de color salnln y los buzones
olor carmes y las verduleras. todas
rojas, verdes, naranjas y amarillas.
-Nunca ms --mascull Morti-
ler--. Nunca ms.
-Veis --dijo Arabel--, puede
habla...
-Pero qu es lo que dice? --se
ri tontamente Mindy.
-Lo que quiere decir es que de
donde viene no hay autobuses, ni verdu-
eras, ni farolas, ni buzones.
-No creo que sepas en absoJu
lo Que quiere decir.
espus de eso, Arabel se quedo
callada.
2
Cuando llegaron a la Pista de
Patinaje del Municipio de Rumbury,
Mortimer se qued an ms asombrado
al ver el letrero que haba sobre la entra-
da, formado por luces de color rosado.
El principio de la pista era de baldosas
amarillas.
-Compra t las entradas, Mar-
tha, mientras yo meto el coche en el apar-
camiento -dijo la ta Brenda.
Las tres primas de Arabel eran
patinadoras expertas. Iban a la pista dos
o tres veces a la semana. Se pusieron sus
nuevos patines y salieron como flechas
hacia el centro de la pista, tirando al sue-
lo a varias personas.
Arabe!, una vez que se puso los
patines, fue lenta y cuidadosamente por
el borde de la pista. No quera arries-
garse a darse un golpe porque tena
Mortimer sentado sobre. su hombro.
Se senta, adems, muy cansada.
La garganta ya no le cosquilleaba, sino
que le dola mucho. Y tena los oies fros.
y te dola la cabeza.
La ta Brenda volvi de aparcar el
coche y se sent junto a la seora Jones
y las dos hermanas comenzaron a hablar
como cotorras.
ndremos que quedarnos aqUl
oras, pens Arabel.
-Ven hasta el centro, cobardi-
cal Co, ca, ca, cobardica -le gritar,
Lindy y Cindy.
'177
-S, cariito, no te va a pasar
nada. no tienes por qu tener miedo -le
dijo la ta Brenda. Pero Atabel dijo que
no con la cabeza y se peg al borde de la
pista.
Mortimer se lo estaba pasando
muy bien. No le molestaba que Arabel
avanzara lentamente porque se senta s ~
cinado mirando a los otros patinadores.
Le gustaba ver cmo pasaban a toda ve-
locidad por aqu y por all, dando vuel-
tas y ms vueltas, y pasando y repasando
una y otra vez. Hundi con mucho cario
sus garras en el hombro de Arabel.
-Si tuviera tres patines, Mo
mer -dijo Arabel-, podras sentarte
sobre el tercero y yo te llevara. Cmo me
gustara.
Tambin a Mortimer.
-Sabes lo que vamos a hacer
-dijo Arabel-. Me vaya quitar los pa-
tines. No tengo ganas de patinar.
Se sent en el borde, se quit los
patines y con uno en la mano puso a Mor-
timer sobre el otro, que arrastr por los
cordones.
-jVaya! -chill Cindy que pa-
saba casi volando-. Mira la miedica de
178
Arabel arrastrando a su estpido grajo.
-Porla elegante pista corre el
harapiento grajo -grit Mindy.
-Tienemiedo de patinar, tlene
miedo de patinar-canturreLindJ'
Realmente eran unas nias ho
rribles.
Arabe! se fue lentamente hacia
dondeestabansentadassu madreysuta
Brenda.
-Puedo ir a casa, por favor.
Me duelen las piernas.
[
, vamos, cario, intntaio
,1
\
otra vez --dijola ta Brenda-.No tie
es porqutenermiedo,de verdad.Ten
drs quecaerteun par de veces antes de
que aprendas. No te hars dao.
Pero la seora Jones mir det...
nidamente a su hija y dijo:
-No te sientes bien. bonita?
-No-dijoArabe! y dos lgri-
mas rodaron por sus mejillas. La seor'
Jones puso una mano en la frente d
Arabel.
-Est caliente -dijo--. Creo
que nos debemos de ir a casa, Bre"
'11
,
da.
ta
_.Oh, caramba -dijo ,
179
Brendaconcierta irritacin-oNo pUro
de quedarse otra media hora?
La seora Janes sacudi la ca-
beza.
-Nocreo que deba hacerlo.
-Oh, querida.Lasniasestarn
muy disgustadas. -Brenda levant la
voz dando un terrible bufido-o Cindy!
Lindy! M-i-nd-y! Venid, vuestra prima
no se siente bien.
Las tresprimasdeArabelse acer-
caron lentamente, arrastrando los pies
porla pista con caras enfurruadas.
-Ahoraqupasa?-pregunt
Mindy.
-Acabamos de negar -.dijo
Cindy.
-SloporquelahorribleArabel
no sabe patinar-dijoLindy.
-Ma?Nopodemos irt yyo
acasa en autobs? -dijoArabel.
La ta Brendaylas tres nias pu-
sieron una cara alegre al oreso, pero la
seora Jones neg de nuevo con la ca-
beza.
---Creo que debemos llevarte a
casa tan pronto como sea posible. Ade-
ms creoquehe dejadomicarrode com-
11/
I
1
I
I
180
en el maletero de tu coche. Brenda.
-Oh, muy bien --di.jo Brend
con impaciencia-o Vmonos, nias
Se quitaron los patines muy len-
tamente y fueron caminando hacia el
aparcamiento, que tena varias planlas.
El coche de la ta Brenda estaba en
cuarta.
Mortimer lament mucho tener
que abandonar la pista de patinaje. Si-
gui mirando hacia atrs tristcmt"nle
mientras pudo ver a los patinadores. Pero
cuando vio el aparcamiento se alegr de
...uevo.
-No vale la pena esperar al as-
censor -dijo la ta Brenda. As que su-
bieron a pie.
Las piernas de Arabd Le dolan
cada vez ms; Mortimer y los patines que
llevaba r,esultaban cada vez ms pesados.
Pero Mortimer estaba todava ms inte-
resado en el aparcamiento que en la pista
de patinaje. Mir los grandes
hormign y los enormes trechos llanos Y
los coches como manchas aqu y all,
amarillos, rojos, azules, verdes, negroS,
naranjas y plateados, como fruta
de un gran rbol de hormign.
181
Los ojos de Mortimer resplan
cieron como moras.
Mientras la ta Brenda buscaba
la llave del coche en el fondo de su ates-
tado bolso, los brazos de Arabel
zaron a dolerle tanto que puso sus pat
i
.
nes en el suelo.
Con un movimiento limpio, Mor-
timer se solt de la mano de Arabel y
subi a uno de sus patines. Luego abrj'
un poco las alas y se dio un fuerte im-
pulso. El patn, con Mortimer sentado
encima, comenz a rodar con la veloci-
dad de un reactor por la pista de hormi-
gn entre dos filas de coches aparcados.
-Oh, rpido, cogedle, cogedle!
-dijo Arabel-. Va a bajar por la
rampa.
Quiso gritar, pero no le sali ms
que un susurro.
Lindy, Mindy y Cindy se echaron
a correr detrs de Mortimer. Pero choca-
ron entre s y llegaron demasiado tarde
para atraparle. As que sali como una
flecha por la rampa hasta la tercera
planta.
-Nunca ms, nunca ms, nun-
ca ms, nunca ms! -gritaba alegremen-
te, y se dio otro impulso con las alas, ha-
ciendo palanca en un Citroen y subiendo
la rampa del otro lado hasta la cuart
plant....
--All va, all val -grit tIa
Brenda-. Cogedle en seguida, nias I
-Pero Cind.y, Mindy y Lindy ya estaban
n la tercera planta y no la o
--Oh, cielos, has visto algo ms
terriblemente provocador en tu vida.
-dijo La seora Jones-. No lo he vist
nunca, ni siquiera cuando trabajaba en
a repostera Hgalo usted mismo; no
empieces t ahora a correr detrs de es
monstruo de plumas negras, ArabeL aup-
date donde ests.
Pero Arabel haba subido con
gran esfuerzo hasta la quinta planta de-
trs de Mortimer.
-Mortimer! Por favor, vuelve!
183
-le implor con una voz que apenas po-
da escucharse--. Por favor, vuelve. No
me siento muy bien. Te traer aqu otro
da cuando el viento no sea tan fro,
Mortimer no la oy.
All en la quinta planta el vient
era helado y silbaba como una sierra.
Arabe! comenz a tiritar sin parar.
10 estaba pasando es-
plndidamente. subiendo y bajando las
rampas, entre los coches, remando con
sus alas a una formidable velocidad.
Otra gente, los dueos de los
coches, comenzaron a correr detrs
l.
-Detengan a ese pjaro! -gri-
t la ta Brenda y aadi con irritaciu,
dirigindose a su hermana-o No puedo
ni imaginarme por qu lo has trado
aqu. -
Muchas personas corran detras
de Mortimer, pero iba con tanta rapidez
que le resultaba muy fcil esquivarlos;
haba descubierto la manera de dirigir el
patn con su cola; tomaba las curvas y
corra entre las piernas' de la gente, los
p,araguas y las cestas de la compra como
SI estuviera participando en el Campeo-
184
opa de Bobslcigh para Cuer-
nato de
vos.
1 cabo de diez minutos habla
01' 10 menoscincuentapersonascorrien-
do de una rampa a otra, arriba y abajo
en el aparcamiento.
Alfinal,unavigorosamujer pudo
oger a Mortimer por casualidad; habia
entrado por la escalera exterior y estaba
quitando la llUVla de su r ~ u s antes
(
5
de cerrarlo. Mortimer f que estaba CIan-
do la vuelta a unFord Capri sobre una
rueda, se dio de frente contra el para-
guas Yse encontr enredado entre las
varillas. Cuando pudieron sacarle la ta'
Brenda estaba furiosa y le cogi por el
cogote.
-Ahora a 10 mejor podemos
marcharnos -dijoirritada y se lo llev
pataleandohastaelcoche.
_.Mtelo en tu carrito de com-
pra, Martha-dijosombramente-;ah
no dar ms la lata. Deverdad que no
comprendo por qu has querido veniT a
una pista de patinaje con un cuervo.
La seora Jones estaba demasia..
dopreocupadaporArabelcomoparadis-
cutir.Alcabodeunoscincominutos,Ljn-
dy, Cindy yMindy volvieron jadeandoy
demalhumorde la cuarta planta,y Ara--
bel lleg tiritando de la quinta planta.
Todas subieron al coche.
3
'1.
Cuando la ta Brenda sali del
aparcamiento, Arabel se senta muy rar
Dnde est Mortimer? -S'l.

-Est en el maletero y all se
uedar hasta que lleguis a casa -dijo
la ta Brenda-. Ese pjaro es una de.::-
gracIa.
Arabel comenz a decir:
-l no saba que estaba hacien-
o algo malo. Crea que el aparcamienL
era una pista de patinaje para cuervOS
-pero las palabras se le pegaron a la gar-
ganta como si la tuviera llena de pkdra
s
,
ara cuando llegaron a casa de
los Jones, nmero sels de Rainwatel' Cl'''''c-
cent, Arabel lloraba y tiritaba. Pareca
que no poda dejar de hacer nin2:una de
las dos cosas.
La seora Jones sali en seguid
,,
.187
del coche y llev a Atabel casi en volan-
das hasta la casa.
-Tu carrito de compra! -le
grit Brenda detrs de ella, sacando el
carrito del maletero. .
en el vestbulo, Brenda.
Brenda lo hizo. Pero ella y Mar-
tha tenan carritos de compra de tela es-
cocesa que eran casi iguales. comprados
juntos en una gran rebaja en el Bazar de
Descuentos de Rumbury. Btenda coloc
por equivocacin su propio carrito en el
vestbulo. Dej el otro con Mortimer den-
tro en su maletero. Adems de Mortimer
tena dentro un quilo de pltanos. Morti
mer, al que le encantaban los pltanos y
nunca se hartaba de comerlos, estaba en
ese momento demasiado ocupado para
quejarse por su encierro.
-Vmonos rpido a casa -dijo
la ta Brenda-. No vamos a quedarnos
aqu, no sea que Arabel tenga algo
tagioso.
De todas maneras tuvo que pa-
rarse tres veces en el camino hacia casa.
porque Cindy quera un helado, Lindy
un refresco y Mindy un bolso de cara-
tnelos blandos; todas esas cosas les fue-

188
ron compradas en diferentes tiendas.
Paracuandollegaronacasadela
taBrenda,Mortimerya haba terminado
los pltanos y estaba dispuesto a que le
s'o1taran del carrito de tela escocesa.
'" Cuandola ta Brendabajla cre-
mallera esperandover bloques dehelado
de saborde frambuesa, media docenade
bombillas de cien vatios y una cabeza
deapio,Mortimersalidisparado,dejan-
do detrs de sunamescolanza de csca-
ras vacas y pltanos espachurrados.
-jOh, diablos! -dijo la ta
Brenda.
Mortimer estaba tan cubierto de
pltano espachurrado que al principio
ni siquiera lo reconoci, pero cuando al
fin se dio cuenta de quin era grit:
-Nias! Es ese espantoso p-
jaro de ArabeL Rpido! Coged a este
horrible animaL Hay que darle una lec-
cin.
~
Lindy cogi un bastn, Cindy
unaraquetadetenis.Mindyencontruna
red de pescar gambas que utilizaron el
verano pasado en Pritlewell-on-Sea. Co-
menzaron a perseguir a Mortimer por
toda la casa.
]89
Mortimervolabacuandonotena
ms remedio; prefera caminar con paso
digno omejor an, que le llevaran en el
carrito; pero en ese momento le pareci
mejorvolar.Tuvodificultadesparaabrir
las alas debido a todo el pltano espa-
churrado,peroporfin lo consigui.Vol
hastala repisade lasalade estar. Mindy
intentgolpearlecon lared yloquehizo
fUe tirarel reloj dorado con su campana
de cristal.
Mortimer dej la repisa y vol
hasta la lmpara que haba en el centro
190
de la habitacin; se colg de ella del re-
vs, como un murcilago, sacudindose
,1 paraquitarseel pltano.Cindylediocon
su raqueta de tenis y envi la lmpara,
la bombilla, la pantalla y dems a volar
por l ~ ventana. Mortimer acababa de
abandonarla Yse haba posado sobre la
estantera.Lindyintentengancharlecon
su bastn,perotodolo queconsiguifue
romperun cristaldela puertadelaestan-
tera.
-Usad vuestras manos, idiotas
--grit la ta Brenda-. Estis destro-
zando toda la casa.
As que dejaron sus bastones, ra-
quetas yredes y fueron detrs de Morti-
mer. Mortimer nunca jams picoteaba a
Arabel.Peroellanuncale habatiradode
la cola. ni le haba cogido por una pata,
ni casi arrancado un ala; pronto Cindy,
Lindy y Mindy estuvieron cubiertas de
picotazos ysangrabanen abundancia.
La ta Brenda intent echar un
mantel sobre Mortimer. Pero no pudo
atraparle; tir una lmparademesa yun
jarrndecrisantemos.Porfin,despusde
una larga persecucin consigui arrinco-
narle en la chimenea.
]91
No haba fuego.
Mortimersubiporlachimenea.
-Ahoraest atrapado-dijola
ta Brenda.
-Saldrvolando por ah arriba
-dijoLindy.
-Nopuede, hay un sombrerete
encima -dijoCindy.
Se poda or a Mortimer escar-
bando all arriba y murmurando "Nun
, "
ca mas.
La ta Brenda llam al desholli-
nador, que se llamaba Ephreim Suckett;
le dijo que viniera enseguida.
Llegdiezminutosdespus,lleno
decuriosidad,consuslargas barritasfle-
xibles, sus cepillos y su enorme aspira-
dora que pareca un barril de alquitrn
del cualsala un tubo.
-Hahabidounafiestaencasa?
-dijo el seor Suckett mirando el sa-
ln-.Los jvenes son muy aficionados
a las juergas.
-Tenemos un pjaro en la chi-
menea -dijo la ta Brenda-. Quiero
quelo saquetanprontocomopueda.
-Un pjaro, eh? -dijo pru-
dentemente el seor Suckett. observan-
L
19
do los estropicios-o No ser tilla de
esas anacondores que pueden extender
las alas hasta siete metros? S es as pri
mero necesito un seguro aparte de mi P-
liza de Accidentes Laborales.
\., --Es un cuervo corriente y mo-
liente -dijo irritada la ta Brenda-. S-
quelo enseguida, por favor. Quiero en-
cender la chimenea. Mmarido va a yol-
ver enseguid.....
De manera que el seor Suckett
meti una de sus barras por la chimenea
hasta donde pudo negar, luego e n r o ~
otra barra al extremo de esa y hurg con
las dos, luego tuvo que enroscar una ter-
cera. Las barras se doblaban como rega-
1
liz. Cay un montn de holln.
"
1
_Cundo fue la ltima vez qu
limpiaron esta chimenea? -pregunt
I
el seor Suckett-. lEl ao de la Coro
acin?
Mortimer se subi an ms por
dentro de la chimenea.
Entretanto, qu haba
con Arabel?
La haban llevado al hospital.
La seora Jones llam al mdico
193
nada ms llegar a casa. El mdico neg
inmediatamente y dijo que Arabel tena
una bronquitis muy fuerte y que estara
mejor en el Hospital Central de Rumbu-
ry. as! que el seor Jones, que acababa
de llegar a casa, la llev en seguida en
su taxi, envuelta en tres mantas color de
rOsa y con sus pies sobre una botella d
agua caliente.
-Dnde est Mortimer, est
bien? ---susurr Arabel en el taxi-.,
Quin le dar su t?
-Pap le dar su t cuando lle-
gue a casa despus de dejarnos -dijola
seora Jones. A la seora Jones le haban
permitido quedarse con Arabe!. Se haba
olvidado totalmente de que Mortimer es-
taba metido en el carrito de tela escocesa.
El seor Jones dej a su esposa
y a su hija en el hospital y volvi a su
casa en el taxi lenta y tristemente. Guar-
d su taxi en el cobertizo y en el vestbulo
se encontr con un carrito de compra de
tela escocesa que contena dos bloques de
helados d
y
frambuesa, bombillas y una
cabeza de apio. Comi el apio y guard
las otras cosas. Para qu habr com-
prado tantas bombillas?", se dijo. "De-
195
194
bera saber que hay una docena en el
armario de las herramientas. JI
Como segua con hambre despus
del apio, se hizo t y un gran plato de
espagueti con salsa de queso, que era lo
nico Giue saba preparar.
Luego,de repente, sedio cuenta
que la casa estaba inusitadamente tran-
quila. Normalmente, cuando Mortimer
andaba por all, haba chasquidos. nb-
pados, golpecitos, tintineos mientras el
cuervo cuidadosamente haca pedazos al-
guna cosa o la tiraba l ver si se rompa.
la masticaba para ver si era masticable o
meta una cosa debajo de otra.
_Mortimer? -llam el sea
Jones-. Dnde ests? Qu ests ha-
f
ciendo? Deja de hacer lo que sea y ven
11,
aqu.
Nadie le respondi. Nadie dijo
"Nunca ms". La casa segua silenciosa.
El seor Jones comenz a inquietarse.
Aunque no haca muchos alardes, le te-
na mucho cario a Mortmer. Tambin
quera estar seguro de que el cuervo no
se estaba comiendo la parte trasera de la
casa, cavando debajo de la caldera o des-
hilachando toallas de bao (Mortimer
poda deshilachar una toal1a de bao en-
tera en exactamente tres minutos y medio
dejando quince kilmetros de tela nudo-
sa por el suelo) o comiendo la Enciclo-
pedia del Hombre Hbil en el Hogar en
diez volmenes. O cualquier otra cosa.
El seor rones busc a Mortimer
por toda la casa, de arriba abajo y no lo
encontr.
-Oh, cielos, ese pjaro f1abr
salido -pens- sin que nos diramos
cuenta cuando I1evbamos a Ara bel al
taxi con las mantas rosadas. Ella se in-
quietar muchsimo cuando se entere de
que se ha marchado.Cmo vamos a decr-
selo? Adora a ese pjaro.
En ese momento son el telfono.
Cuando el seor Jones levant el
aparato, se escuch un largo alarido.
96
197
_Qu es eso? -dijo el seor
nes escuchando--. Quin es? Este es
et Servicio de Taxis de Jones. en Rum-
bury Town. lBrenda? .Eres t? Pasa
algo?
El alarido continu. Todo 10 que
poda distinguir el seflor Tones era algo
referente a crisantemos, holln y un reloj.
en el reloj -pens I
Qu raro. Tal vez tenga un reloj que an
con petrleo, supongo que existen cosas
as, y Brenda presume de estar sie- ,,-
pre a la ltitna moda. No te puedo u-yu-
dar, Brenda. lo siento -dijo por tetfo
no-. No s gran cosa de refojes que an-
dan con petrleo; en realida.d no s nad
en absoluto; tendrs que esperar hasta
que vuelva Arthur. Aqu est todo patas
arriba porque Arabel est en el hospital.
y colg; crey que t.ena Gosas
ms importantes de que ocuparse que ho-
lln en el reloj de su cuada.
Entretanto qu pasana con Mor-
timer?
El seor Suckett, el deshollin<l-
dor, haba enroscado todas :sus barra
juntas y las haba metido por "fa
de la ta Brenda. Mortimer se haba ido a
la parte ms alta; pero no poda salir.
A travs de las ranuras del sombrerete
poda ver y la vista era muy interesante,
porque la casa estaba en lo alto de la"
colina de Rumbury. Mortimer poda ver
desde all una gran panormica ms all
de Rumbury, e incluso Londres, hasta
el edificio del Parlamento.
Las barras del seor Suckett no
eran lo bastante largas como para desalo-
jar a Mortimer; la chimenea de la ta
Brenda era ms alta de lo normal.
Al descubrirlo, el se.or Suckett
comenz a bajar sus barras y desenros-
carlas una por una.
-Qu va a hacer ahora? --pre-
gunt Lindy.
-Tendr que quitar la part
de arriba de la chimenea? -pregunt
Mindy.
-Vamos a encender el fuego y
tostarle? -dijo Cindy.
-Hga10 de una manera u otra,
pero hgalo rpido -dijo la ta Brenda.
. -Tendremos que sacarle con la
aspIradora -dijo el deshoIlinador.
Sac la ltima de sus barras y co-
/,
'l
~
-l
I
"'
198
loc su aspiradora ju.nto a La chimenea.
Era igual a una aspiradora casera, saivo
que ocho veces mayor, con una fuerza
deaspiracinochovecesmayortanlbin.
Tena un enorme tambor de lona sobre
sus ruedas donde iba todo el holln que
aspiraba el tubo. Cuando terminaba el
trabajo de deshollinar una chimenea I el
seor Suckett llevaba su tambor Hen
dehollnylo vendaalagenteacincueu-
ta peniques el medio quilo para ponerlo
sobrelas babosas. Iba mejor que las cs-
carasdenaranja.
Pero ahorael tambor de lonaes-
taba a punto de estallar de tanto holln
como habia en la chimenea de ta Bren-
da, acumulado desde el Ao delaCoro-
nacin.
El seor Suckett metilaboqui-
lla en \a chimenea Yencendi el motO.
"ena muchsima fuerza. Poda atrapar
a unperrodeSanBernardoYsubirlopo
una rampa de tres metros y un ngU:
de treinta grados contra un viento de
fuerza seis. Hizo bajar a Morlimer de
la chimenea como si fuera una de sus
plumas.
Entralrevs,comounabala,en
199
el tambordelona, entreunatoneladade
holln.
Mortimer se haba sentido muy
contentoenla chimenea, porque aunque
oscura, era interesante; adems, tena
una vista agradable all arriba.
Pero no le gu.staba en absoluto
quele hubieran chupado con tanta rapi-
dez-alrevs ypatas arriba- ymucho
menos estar dentro de un bolso lleno de
sofocante polvo negro.
Comenz a darpatadas, alevan-
tar las alas y a dar con el pico gritando
"Nuncams".Enmenosde10 quesetar-
da en contarlo, haba abierto un enorme
agujeroenel costadodel tambordelona;
saliporel agujero comouna bomba ~
gra, yla tonelada de holln le sigui.
La ta Brenda haba abierto las
ventanascuaridoelseorSuckettcomen-
z a meter sus barras por la chimenea;
dijo que el olor de holln la mareaba;
Mortimer sali por una ventana con la
velocidaddeunBoeing707;estabaharto
de la casa de ta Brenda.
Dej detrs suyo una escena de
tanta negrura y confusin que creo que
no vale la pena ni describirlo.
lIJ1
"
Mortimer no vol muy lejos; real-
mente no estaba muy de acuerdo con eso
de volar. 'tan pronto como estuvo en ta
caUe baj planeando a tierra y comen-
z a andar. No tena ni idea de dnde
staba la casa de la ta Brenda, ni dnde la
casa de Arabet pero eso no le preocup.
Como la casa de la ta Brenda estaba al
final de una cuesta la baj andando
mir ,cada puerta principal al pasar. a
ver si era alguna de ellas fa gue quera.
No fue as. Caminaba muy Lentamente.
El seor Jones estaba apunto de
comer sus espaguetis y pensaba en q
debera llamar al hospital a preguntar
por Arabe! cuando son el telfono. Era
la seora Jones.
-Eres t, Ben? --dHo-.
en, Arabel est muy enferma, dando
vueltas y delirando, sigue preguntando
por Mortimer y el mdico dice que lo
puedes traer aqu a ver si eso le hace al-
gn bien.
El corazn del seor Jones se le
cay hasta sus zapatillas de piel de oveja.
-Pero Mortimer no est aqu
-dijo.
-No est ah? Qu quieres
decir, Ben? Tiene que estar ah.
Luego por primera vez la seora
Jones hizo memoria y le vino un sofoco
de culpabilidad.
-Cielos, cmo pude olvidarlo?
Me he olvidado de ese pobre pjaro, aun-
que Dios sabe las molestias que ha cau-
sado Con los granos de caf, en el apar-
camiento y tirndole castaas a Ginger
que en su vida ha tocado una DIurna de
su cola (pero lo hara si lo s de
02
203
sobra). De todas formas, un par de horas
encerrado en un bolso de compras le ven-
dr bien como castigo por todos los Hos
que ha provocado, pero de todas formas
scale en seguida, pobrecit......
,,-Sacarle de dnde?
-De mi carrito de comora d
tela escocesa. Est dentro.
-No est, Martha --diio el se-
or Jones-. Hay una cabeza de apio,
dos bloques familiares de helado y media
docena de bombillas de den viltios. Par
qu las quedas?' Hay un monln en el
armario de herramientas.
La seora Jones solt otro chi-
llido.
entonces es que est en
casa de Brenda! Se habr equivocado de
bolso, espero que esas chiquillas suyas
no le estn haciendo perreras. Lo mejor
ser que vayas all 'j le cojas, Ben, y tre1e
al hospital, y trae tambin dos camsones
de ArabeL puedes?, un paquete de bol-
sas de t y mis caramelos digestivos de
menta.
-En casa de Brenda, eh? .--di-
jo el seor Jones lentamente. Comenz a
comprender muchas cosas, el holln. los
crisantemos y el reloj-o Vale, Martna
ir a recogerle y te llevar cuanto antes.
No le dijo nada a Martha sobre
el reloj y los crisantemos; ya tena sufi-
ciente con que preocuparse. Colg y
c el nmero de Brenda.
Nadie respondi. Pareca como
si la lnea no funcionara; el seor Jones
oy una especie de sonido apagado al
otro lado, pero nada ms.
No era muy difcil adivinar que
si haba habido problemas en casa de
Brenda, de un modo u otro Mortimer es-
tara relacionado con ellos.
El seor Jones se rasc la cabeza.
Luego se quit las zapatillas y se puso
los zapatos y el abrigo. Suspirando, sac
el taxi del garaje, gir a la derecha y si-
gui hasta donde Rainwater Cl'escent se
junta con Rumbury High StreeL Es un
cruce bastante transitado y hay cuatro
semforos, o debera haberlos; esa noche
pareca que no funcionaban.
Haba un horrible atasco de tr-
fico. Dos policas intentaban dirigirlo y
un tercero inspeccionaba, con la ayuda de
una linterna grande, unos restos masti-
cados, que parecan como esprragos tri-
111111
d
e
205
204
turadas : eso era todo lo que quedab
los semforos en el cruce con Rainw:t
_ -Buenas tardes, Sid -dijo
senor Jones, asomando la cabeza por I
ventanilla del taxi-o Qu ha
--Eres t, Ben? Pues vas a
sar que estoy loco. pero parece que al-
guien se ha comido los semforos.
-Oh -dijo el seor Tones.
Reflexion. Dio media vuelta
-por suerte no haba nadie detrs de
l- y volvi a bajar de nuevo. Unos diez
metros ms abajo se ape del taxi.
-Mortimer? -llam-o Dn-
de ests.
-Nunca ms -dijo una voz que
estaba a la altura de su tobillo, en la som-
bra. Aunque haha esperado algo pareci-
do, el seor Tones peg un salto. Luego
se dio la vuelta y vio a Mortimer, cuyos
ojos brillaban a la luz de las farolas, ca-
minando lentamente junto al seto, mi-
rando las puertas principales de las casas
por las que iba pasando. Estaba en el
lado contrario de la calle, as. que ,proi
bablemente hubiera pasado SIn mas e
nmero seis y seguido vaya usted a saber
adnde.
1m
El seor Jones le recogi. Morti-
mer nunca haba sido un pjaro ligero,
pero con un kilo de pltanos dentro pe-
saba tanto como las guas telefnicas de
Londres, con las pginas amarillas in-
cluidas.
-Supongo que debo entregarte
a la polica por haberte comido los sem-
'oros y provocado una obstruccin de
trfico -dijo severamente el seor Jo-
es- pero Arabel est enferma en el
:pita}, as que te llevar primero a vi-
'la; maana nos Ocuparemos de las
'as COsas. y ser mejor que te portes
206
bienen el hospital; ah no te van a per-
.tir hacer tonteras.
-Craac-dijoMorHmer. Else-
or Jones no se qued demasiado
tento por la forma en que Mortimer lo
dijo.Peroesenoerael momentoparaen-
trar en muchas explicaciones sobre hos
pitales; adelns, muy ... ,
Mortimer no te escuchara.
El seor Jones volvi6 apresu
damente a casa para recogerlos cami50-
nes, bolsas de t y carame\o6 digest
L
os. Mientras lo baca,Morlimerse (ue
a la cocina y vio un plato grande Heno
de espaguetis que el seor lones habi
preparado para su cena.
-Nunca ms --dijo Icon
za. uiola vuelta al platocaminando.es
tudindolodesdetodos los lados.
AMortimerleencantabanloses-
207
pag
ueti
con salsa dequeso-eraunode
sus aperitivos preferidos antes de las co-
midas-,pero en aquel momento estaba
tanllenodepltanos'lue nofuecapazde
comer ni un solo espagueti.
Aunque no poda comerlos no
iba a dejar que se estropearan. Busc
una caja, un bote o cualquier recipiente
para ponerlos; cuando le dejaban, Mor-
timer se senta feliz y ocupado duran
mucho tiempo metiendo espagueti du-
rante mucho tato en tarros de yogur o
hueveraso lo quetuviera amano.
Acababade meterelltimoespa-
gueti cuando el seor Jones volvi con
las mantas y los camisones, cogi una
cajadebolsas de tdel armariodela co-
cina,meti todasesascosasenel carrito,
se pusoel abrigoy cogia Mortimer.
No se habafijado en que el pla-
to de espagueti estaba vaCo.
Era ya bastante tarde, pero el
seor Jones pens que aunquefuera des-
pusdelas horasde visita,estarabienir
a! hospital, ya que el mdico le haba
dIcho que trajera a Mortimer.
Fue en el taxi hasta Rumbury
Central,estacionenel enormepatiode-
208
lantero yentren el hospitaJ con Morti-
mer sobre el hombro.
Mortimer se qued asombrado
por el hospital. Le pareci mucho ms
interesante que el aparcamiento. Haba
sido cor:rstruidohaca unos cien aos po
FlorenceNightingale,deladrillosdecolor
'JI
morcilla. Era tan grande como una pri.
sin; tena kilmetros de pasillos. Los
techos eran tan altos que los ecos delos
sonidosmspequeos,inclusoloslejanos
ruidosquevenandelacalle,retumbaban
como ef trueno. Muchos de los enfermos
crean que los mdicos y las enfermera",
podan conducir coches porlos pasillos,
pero eso no era del todo cierto.
1seor Jones subi a la cuart
planta en un ascensor grandioso y eru
jiente tan amplio como una oficina de
rreos. Mortimer dijo u eraac" porqu
el ascensor le record la estacin de me
I
tro de Rumbury Town. Anduvieron kI
,!
lmetros depasillos desuelo verdehasta
que encontraron la Sala Balaclava.
Cuando llegaron a la puerw na
haba nadie porallparadecirle al seor
Jones que poda entrar. Pero haba dos
portaolasenlaspuertas,asqueel seor
209
Jnes se puso de puntillas y con Morti-
;erensu hombro mirhacia dentro.
Pudoverunadoblefila decamas
blancas. seis por cada lado ~ en medio
asuesposa,Martha,sentadaJunto a una
de ellas. Le hizo signos para llamar su
atencin; ellale indicqueesperara has-
ta que la enfermera, que llevaba un go-
rritorizadoyquese sentabaenuna mesa
cerca de la puerta, le viera y le dejara
pasar.
El seor Jones dijo que scon la
cabezaparademostrarquela habacom-
prendido.
Meti las manos en los bolsillos
ysepreparparaesperartranquilamente.
Peronoespertranquilamente. En lugar
de elloemiti una serie de gritos tan pe-
netrantesquetodoslosenfermosdeaque-
lla zona del hospital se incorporaron
automticamente en sus camas, los en-
fenneros chocaron con sus camillas en
las puertas, las enfermeras dejaron caer
~ n d e j s llenasdeinstrumentaly los m-
dICOS se tragaron sus estetoscopios.
t Mortimer, que haba estado sen-
t=omuyquietoeinteresado,observando
o lo que haba a su alrededor. subi
I
2lJ
210
volando y. revolote moviendo las alas y
chillando" Nunca ms, nunca ms!".
El seor Jones cay6 desmaya
al suet....
La enfermera jefe Bridget t1ager-
ty sali corriendo de la sala. Era peque
a, de cabellos negros y pecas; tena los
ojos tan azules como un detergente azul.
cuando daba rdenes para que se hiciese
algo, se haca enseguida. Pero todo el
mundo la quera.
-Qu demonios ocurre aqu?
sado! -dijo--. Ese pajarraco negro na
atacado a este pobre seor. iPalgrave!
Dnde ests? Ven aqU. rpido!
Palgrave era el de la
sala. Haba ido a coger una taza de caf
instantneo para el mdico. Vena co-
rriendo por el pasillo.
-j Palgrave, saca ese pjaro de
aqu inmediatamente!
-S, seor; en seguida, seor
-dijo Palgrave y abri la ventana del
rellano. echando la taza de caf caliente
-<lijo irritada.
leg el doctor Anlonio. Estaba
a cargo de aquella zona del hospital es
noche; acababa de empezar su servici.....
No era el mdico que le haba dicho l 1
seora Jones que trajera a Mortimer;
la verdad era que el doctor AnLono odia-
ba a los pjaros. Una amable cacat
l1aba asustado yendo en su Gochecito
cuando tena tres aos; y desde entonces
la vista de cualquier ave mayor un
pjaro carbonero le provocaba erupci"o
nes cutneas.
l ver a Mortimer le
chas de color carmes.
--j Est bien claro lo que ha pa-
212
sobre Mortinler que segua dando vuei
tas all arriba Y preguntndose qu le
haba pasado al seor Jones.
A Mortimer no le gustaba el caf
a menos que fuera muY dulce, y sus sen
timientos se sintieron heridos; sali po
la ventana.
_Doctor t hay algo extrao en
cuantO a este seor -dijo la enfenllera
Bridget, que estaba arrodillada junto al
seor Jones-. Por qu cree que tiene
las manos cubiertas de espagueti con salsa
de queso?
___Quiz sea un asunto de que-
maduras, una urgencia _sugiri el m-
<licG-. Quiz no pudiera utilizar otra
cosa, as que emple espagueti contra la
quemadura. Sera mejor que le llevra-
mas a Accidentes. Palg
rave
, una camilla.
-Pero sus bolsillos tambin es-
tn llenos de espagueti -dijo \a enfer-
mera Bridget.
_Quiz fuera a visitar a unOS
amigos italianos -dijo el dodor- Tal
vez sea italiano. Parla italiano? _le
\
grit esperanzadamente en un odo al
seor Jones.
El seol' Jones gru.
213
--Parla italiano? -volvi a re-
petir el mdico.
El seor Jones, que haba volado
como piloto sobre ItaHa en la 1I Guer
l
Mundial, dijo dbilmente:
-Nos hemos estrellado? Dn-
de est mi artillero de cola? Dnde est
mi navegante?
-Un perturbado mental -dijo
el doctor Antonio--. Habla ingls, tiene
las manos cubiertas de espagueti, pre-
gunta por su navegante; sin duda, un
perturbado mental. Palgrave, coja una
camisa de f u e r ~ ...
Palgrave baj la camisa que ~
baba de traer y se march de nuevo.
Afortunadamente en ese mo-
mento la seora Jones sali de la sala
Balaclava, preguntndose qu habra
ocurrido y dnde estaba Ben. Cuan-
do le vio en el suelo, con las manos
cubiertas de espagueti, lanz un grito
sofocado:
-Oh, querido Ben! Qu ha
pasado?
-Conoce usted a este hombre,
seora Jones? -pregunt la enfermera
Bridget.
I
214
-jEs marido! i.Quha ocu-
rrido?
-Parece que se ha desmayad
-dijola enfermera.
El seor Jones volvio un poco
en s. '-o
-Erest, Martha1 --dijod-
bilmente-.Lombrices.Lombricesenmi
bolsillo. Fue el SUSUJ.
-Oh,Dios mo, ya lo creo.
qumas?-gritsu mujer-oLombrices
en tu bolsillo, i.v cmo Ue)l;aton has
-No son lombrices, son esp'"-
guetis -dijola enfermera Bridget. ay..-
dando aJ seor Jones a incorporarse
abanicndoleconlacamisadefuerzaQue
haba trado Palgrav
-Podra traer una taza de t....
orI avor, Palgrave? Cmoes qlle ten
los bolsillos llenos de espagueti, seor
anes?
-Cafinstantneo, camilla ins-
tantnea, camisa de fuerza instantnea
t instantneo-sequej Palgrave, (me
semarchmuyenfurruado.
-Espagueti? Oh, habr sido
ortimer, es muy de su estilo --dijola
215
seora Jones-. La ltima vez le dej
solo debote de un plato de espague-
ti durante cinco minutos y meti
plato entero entre mi lana Shetla
hacer punto. Las amigas de ArabeI le
seguan preguntando dnde haba con-
seguido su jersey a lo espagueti muchas
semanas despus. iBen.' Dnde est'
Mortmer?
El seor Jones se pusoen pie pe.
nosamente y bebi el t que acababa d
traer Palgrave.
-Mortimer? No est aqu':
Estaba haceun momento. Havistoa ti
cuervo?-lepregunt a Palgrave.
-Un cuervo? Un pajarraco
peludo y negro? Acabo de echarle por
la ,:,entana tirndole una taza de caf
por las plumas de la cola -dijo Pal-
grave-o El mdico me dijo que lo hi-
ciera.
-Oh,no! -aullla seora Jo-
nes-.El doctor Plantagenet dijo que la
medicina no pareCa surtirningn efecto
Yque tal vezal veraMortimer,Arabelse
sentira mejor.
Mircon aireimplorante ala en-
fermera. La enfermera Bridget mir a
19rave. Palgrave mir al mdico, qu
mir a sus pies.
--Sera mejor que saliera ahora
mismo, comenzara a buscarle y rpido
-. ,ijo la enferrnvu..
"' -Cafinstantneo, camilla ins-
antnea,camisadefuerzainstantnea,t
instantneo,cuervo instantneo--gru
algravey siguial mdicoporlapuerta
ue dabaalaescalerade incendios. Llo-
va mucho y estaba muy oscuro.
5
y duranteese tiempodndees-
tabaMortimer?
Por el exterior de la Sala Bala-
clavahaba un balcnquedabala vuelta
al edificio. Mortimer, cuando le echaron
con tan poca educacin de la ventan
no haba ido ms all del parapeto del
balcn. All estaba sentado en fas tinie-
blas, pensando en cosas lbregas.
Estaba cansado. Haba sido un
da largo y agitado; primero la pista de
patinaje, luego los pltanos, despus la
chimeneayel hollnyfinalmenteeJ paseo
deunoscuatrokilmetrosentrelacasade
la taBrenday la de RainwaterCrescent.
Para colmo, los semforos.
A Mortimerle dolan las patas y
tena las plumas de su cola en mal es-
tado despus de recibir encima el caf,
estaballenodehollny ledolan tambi
218
lasalaspordondeLindy, Mindy yCindy
le dieron tirones. Tena ganasdedormir.
Aoraba su hermosa y cmoda panera
pintada de brillante esmalte blanco.
Pero tambin tena la sensacin
de que Arabel no estaba lejos y quera
verla.
No estaba tranquilocon respecto
a ella.
Cojeando un poco, mascullando
y graznando por 10 bajo comenz a mo-
versecuidadosamenteporelparapetodel
balcn,mirandoatravsde lasventanas.
Detrs de la tercera ventana ha-
baunacamaqueaprimeravistapareca
no tener ningn enfermo en ella; la en-
ferma era muy pequea y yaca comple-
tamente echada, sin moverse.
Mortimer saltdesdeel parapeto
hasta el alfizar de la ventana y mir a
travs del cristal,consus ojos negros tan
agudos como la punta de un lpiz.
-jCraac! -dijo.
La persona de la cama no se
movi.
Mortimer dio golpecitos con su
picoenlaventanacerrada.
Nadiele abri. La hermanaBrid-
219
get hablaba tranquilamentecon los seo-
res Jones en el otro extremo de la habi-
tacin. Los demsenfermosestaban dor-
midos. Nadie oy a Mortimer.
Allabajo,enlalluviaincesant,
el doctor Antonioy Palgrave, pertrecha-
dos con linternas y redes de mariposas,
buscaban a Mortimeren los jardinesdel
hospital. Pero no le encontraban.
Mortimer suspir. Luego exten-
di las alas yse levant en el aire. Vol
a lo largo de la fila de ventanas dando
golpecitos en cada una. Todas estaban
cerradas. Haba pequeos ventiladores
quedejaban entrarairefresco en la sala;
pero no le servan a Mortimer.
Cuando hubo recorrido un lado
de la sala y volva para recorrer el otro,
Mortimer subi pesadamente al tejado.
Encontr una chimenea. Se pos sobre
ella.
La chimenea tena un olor fami-
liar a holln. Mortimer meti la cabeza
dentro y escuch. Luego olisque. Des-
pusvolvi aescuchardenuevo. Picote
el sombrerete de la chimenea. Despus
tom una rpida decisin yse lanz ca-
beza abajo porla chimenea.
I
:
ortunadameotc para Mortimer
ya no se usaban las estufas para calentar
Rumbury Central. En lugar de ello. usa-
ban radiadores elctricos. Pero las eslU
fas seguan aH. porque nadie se hab
reocupado de quitarlas Y adems ha
cerlo provocara un folln,
En medio de la Sala Balac1a
v
haba una estufa grande de carbn. de
color azul brillante, con un tubo negl'
que conectaba con la chimenea Ycon dos
puertas delante. Estas tenan ventanillas
de mica, as que cuando estaban cerradas
221
se vea si el fuego estaba encendido.
Mortimer baj de cabeza con
gran estruendo por la chimenea y aterriz
dentro de la estufa (10 que le sorprendi
mucho, porque no lo esperaba.) con mi
kilo de escoria y un puado de holln,
aunque mucho menos que en la chime-
nea de la ta Brenda, porque esta chi-
menea s la limpiaban regularmente.
Hizo un ruido espantoso dentro
de la estufa. Muchos enfermos se desper-
taron, pensando que era Santa Claus.
La enfermera Bt'idget lleg ca
rriendo.
Mortimer estaba intentando abrir
las puertas pero no poda. Meti la cabe-
za por una de las ventanillas de mica y
mir furiosamente a la enfermera Bridget
cuando se le acerc.
-Es ste su cuervo( -pregun-
t la enfermera Bridget a la seora Tones.
-Oh. cielo santo, claro que es;
pero cmo se habr metido ah dentro ese
sinvergenza, desde luego que no lo en-
tiendo. Pero, por favor, enfermera Brid-
get, squelo rpido! Estoy tan preocupa-
da por Arabel, no parece interesarse por
nada.
~
: I
'V
.
. .
& ---
La enfermeraBridgetdesenrosc
la tuerca que cerraba las puertas de la
estufa. Cuandolasabri, Mortlmersali
colgandoconla cabeza anmetidaen la
ventanillademica. LaenfemleraBridgeL
e cogi. No le hizo dao pero le sujet
confuerza mientras poco a poco sacaba
su cabeza a travs del agujeroQue habi'
hecho.
Luego le levant y le mir con
etenimient....
-jEn mi vida he visto a un p-
Jaro ms sucio! Este pjaro necesita un
bao antes de que pueda acercarse a su
hija, seora Iones, o no me Hamo o i ~ r
Bridget Hagerty.
-Porfavor, hgalorpido s o ~
223
Hoz laseora Jones-,porquecreo que
es de verdad su nica esperanza; cunto
lamento haber dicho algo contra sus pi-
cotazOS en las escaleras, o los agujeros
que hizo en el televisor ... ; y si mejor
Arabel le dejar deshilachar todas las
toallas de baoquehay en la casa yms
siquiere!
LaenfermeraBridgetnevaMor-
timer hasta una salade baldosas blancas
que llamaban la esclusa yallde repente
le meti debajo de un chorrode agua ca-
liente yle cubri de jabn lquido. Mor-
timer lanz un grito. Le grit como si
estuvieraasndoseenunabarbacoa.Pero
la enfermera Bridget nole hizo el menor
caso. Le sostuvo debajo del agua hasta
que le hubo quitado todo el holln. Lue-
go le meti debajo de un secadorde pelo
tan potentequeantesdequeuno pudiera
silbar Dios Salve a la Reina,Mortim
se qued totalmente seco y sus plumas
se erizaron como un diente de len.
Segua tan negro como siempre.
y ahora estaba de muy mal humor.
Cuando la enfermera Bridget le
quit el secador se le empez a acercar
Como si quisiera picotearla.
-
225
i
I
I r
J L' .
I ' \
tI
J ~ \\
tt
"
.' --'o "-
. ~ ~ \ . ~
r .....
I /_ ,
, / I qs -
).1: ~
1/
Perolaenfermera Bridgetnoad-
mita tonteras de nadie) nj de las o1ras
enfermeras. ni de los mdicos ni de Jos
cuervos.
I
I
I
-j Prtate bien! --teelijo ener-
gicamentea l\.forrimery levolvil: coger,
onindojosobrela mesitaquehabaJun-
to alacama de Arabel.
--ArabeI, cario-dijo la se
ra Jones-..Mortimer ha venido a ver
cmo ests.
Arabel no respondi, Yaca muy
plida y quieta, con Jos ojos cerrados.
e vez en cuando tosa un poco. N'
ms.
ElseorIonestragaireyseson
la nariz.
MortirnermiraArabel. Lamir
duranteun largo rato.Seguasentado so-
brela mesitade madera encerada mirn- .
dola fijamente. Arabelnose mova. Mo-
timer tampoco. Perodos lgrimas corrie-
ron a cada lado de su pico.
Luego salt a la almohada ae
Arabel.
Saltjuntoa su cabezayse puso
a escuchar su odo izq.uierdo. Escuch
durante un largorato. Luegohizo ro mis-
mo en el otro lad......
Despus dio un graznioo muy
suave, comoparasmismo,ehzo un rui-
dito araando con sus garras la almoha-
da.Luegoesper.
Hubo unapausa. l\1uy Ientamen-
226
te, Arabel dio la vuelta y se puso boca
abajo. Gir un poco su cara y abri u
ojo para ver justo a Mortim""..
-Hola, Mortimet -susurr.
Todos contuvieron el aliento.
\- Luego Arabel volvi la cabez
hacia el otro lado para poder ver a la se-
ora Tones.
-Mortimer est cansado. Quie-
re su panera -susurr--. Est muy can
sado.
-Oh, Ben, rpido -dijo la se-
ora Jones.
El seor Jones sali rpida y si-
lenciosamente de la sala. No se atrevi
a echatse a correr hasta que hubo atra
vesado )a puerta. Luego se lanz como
un loco escaleras abajo y pas por la en.
trada principal hasta su coche
io a Palgrave y al doctor Anto
nio en el patio rascndose la cabeza.
-Hemos ,encontrado al pjaro,
voy a buscar la panera --dijo el seor
Tones jadeando al pasarles corriendo.
Condujo hasta casa lo ms rpido que
pudo y entr corriendo en la codrJa del
nmero seis de Rainwater Crescent. Va-
ci el pan negro, el de centeno, malla con
... 27
pasas Y una bolsa. ,de bOllOS, que c y ~
ron al suelo, recogm la panera y la llevo
al taxi. Ni siquiera haba apagado el
motor.
Cuando volvi al hospital todos
parecan estar exactamente en la misma
postura que al marcharse l. salvo que
all estaba tambin Palgrave, con Una ca
fetera llena de cacao y el doctor Antonio
cubierto de ronchas rojas.
Arabel haba cerrado el ojo de
nuevo, pero cuando su padre dijo:
-Aqu est la panera. cario
-volvi a abrirlo.
-Ponla sobre la cama -susu-
rr, doblando las piernas.
La seora Jones puso la panera
sobre su barriga. Tena dos agarraderas
de esmalte a cada lado. Mortimer baj d
la almohada de Arabel y trep 'con cui-
dado, cogindose a una de las agarrade-
ras y luego se puso sobre el borde de la
panera. Permaneci all un momento po-
sado y luego se meti dentro. Meti la
cabeza bajo el ala y se durmi.
Arabel sac una mano de debajo
de la ropa de cama y cogi la agarradera
de esmalte. Luego, sujetndola, ella tam-
bin se durmi tranquila pacfica-
mente.
-Es increble, no? -dijo la
nfermera
El seor lones se sent junto a
la seora Jones y all pasaron la noch
junto a Arabe!.
La enfemlera Bridget se llev al
clor Antonio para ponerle algo que
"Hviara sus ronchas.
Palgrave se bebi la cafetera en-
tera de cacao, ya que nadie la quera.
or la maana el doctor Plant-
genet vino a visitar a Arabel. Tt:aa las
lejmaS con un poco de color y sus
brillaban ya un poco. Mortimer se
ml1a
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tan negro como sIempre y dorma con la
cabeza bajo el ala.
----ya est fuera de peligro -dijo
el doctor Plantagenet-. Pero 110 la
salir a la lluvia durante mucho tiempo.
-Tendr que pasarse la vida en-
cerrada -dijo la seora lones--. Porque
no creo que vaya a dejar de llover nunca.
Pero en ese mismo momento la
lluvia ces y luego un sol acuoso, dbil,
asom a travs de la ventana.del hospital.
Arabel todava se senta demasiado
sada para hablar, pero lo seal con el
dedo y sonri.
El seor Jones se inclin sobre su
hija y le dio un beso, luego se fue con su
taxi a comprar un nuevo cubo de carbn.
La seora Jones se puso a calce-
tar junto a la cama de
Mortimer sigui durmiendo en la
panera con la cabeza metida bajo el ala.
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: JOANAlKEN

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aci6 en 1924 en Inglaterra. Es una de las
des autoras de literatura infantil y juve-
ii. Autora muy prolfica en djversos g-
IS: fantasa, suspense, humor. Pero quiz
ms conocida como la inventora de un
.ero llamado unovela no-histrica", en el
ue combina el humor y la accin con mitos
dicionales y elementos de los cuentos
hadas. Ha reci bido varios premios en
aterra y Estados Unidos.
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