Seamos Amistosos

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Seamos amistosos con


nuestros amigos
Nuestros amigos en el frente del alcoholismo
Por Bill W.

SE DICE que hay 4,500,0001 alcohólicos en América


Hasta la fecha, A.A. ha ayudado a que casi 250,0002
de ellos logren su sobriedad; o sea, uno de cada vein-
te, o un 5% del total. Este es un comienzo valeroso,
lleno de significación y esperanza para aquellos que
aún sufren. Pero estas cifras, nos muestran que sólo
hemos hecho un módico progreso en este gran pro-
blema de salud mundial. Hay millones que están
todavía enfermos y otros millones pronto lo estarán.
Estos datos sobre el alcoholismo deben damos un
buen motivo para pensar, y para ser humildes. Sin
duda podemos sentimos agradecidos por toda agen-
cia o método que intenta resolver el problema del
alcoholismo—ya se trate de la medicina, la religión,
la educación o la investigatión. Debemos tener
amplitud de mente ante todos esos esfuerzos y ser
comprensivos cuando fracasan los malaconsejados.
Debemos tener presente que durante años A.A. fun-
cionaba según un método de "pruebas y tanteos."
Nosotros como miembros individuates de A. A. pode-
mos y debemos trabajar con aquellos que prometen
tener éxito—aunque sólo sea un éxito limitado.
Y no debemos permitir que nuestras particulares
convicciones o prejuicios triunfen sobre nuestro buen
sentido y buena voluntad. Por ejemplo, muchos de
nosotros creemos que el alcoholismo es principalmen-

Notas en la última página


Copyright© 1958 por el A.A. Grapevine
(Número de marzo de 1958)
Traducción copyright © 1995 por el A A. Grapevine
Reimpreso con permiso
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te un problema espiritual. For lo tanto, tene- fuerzos que hacen los hombres y mujeres
mos poca paciencia con los bioquímicos que de la religión para tratar con nosotros los
quieren convencemos de que los borrachos borrachos. Creemos que una sólida educa-
beben porque se ven afligidos por un mal tión sobre el alcohol es una buena cosa.
metabolismo. Igualmente, somos propensos Pero al mismo tiempo somos propensos a
a enfurecemos al oír a los siquiatras descar- creer que en este campo A.A.—aunque
tar toda cuestión del bien y del mal e insistir sea de forma indirecta—está haciendo la
que el verdadero problema del alcohólico mayor parte del trabajo.
siempie tiene sus raíces en las obsesiones Puede que esto parezca ser una confe-
neuróticas que adquirió inocentemente sión de los pecados de A. A. y, hasta cierto
cuando era niño debido a la inadaptación punto, lo es. Es también una confesión de
causada por los errores de sus padres. O al que, en alguna u otra ocasión, yo he soste-
oír a los asistentes sociales decir que las ver- nido algunas de estas miopes opiniones y
daderas causas del alcoholismo residen en prejuicios. Pero me apresuro a afiadir que
defectuosas situaciones sociales, solemos todo lo que acabo de decir se aplica mucho
ponemos inquietos y responder "¿A quién más al pasado de A. A. que a la Comunidad
le importa cuátes puedan ser las causas? de hoy día.
A.A. puede ayudar a reponerse a los borra- Hoy en día, la gran mayoría de nosotros
chos, sin meterse en todos esos detalles." recibimos de buen grado cualquier nueva
De forma parecida, algunos A.A. cen- luz que se pueda arrojar sobre la aflicción
suramos todas las tentativas terapéuticas, misteriosa y desconcertante del alcohólico.
salvo la nuestra. Señalamos ciertas clínicas No nos importa mucho la procedencia de
o comités que han logrado hacer muy estos nuevos y valiosos conocimientos, ya
sea que provengan de un tubo de ensayo,
del sofá de un siquiatra o de estudios socio-
lógicos reveladores. Nos agrada cualquier
tipo de educación que facilite información
precisa al público y cambie su acostum-
brada actitud para con el borracho. Cada
vez más consideramos a todos los que tra-
bajan en el campo del alcoholismo como
nuestros compañeros en la marcha desde
la oscuridad hacia la luz. Nos damos cuen-
ta de que podemos realizar juntos lo que
nunca podríamos lograr separados y en
rivalidad.
poco; nos quejamos de las inmensas Preocupado por A.A. y todos sus asun-
sumas de dinero malgastadas por agencias tos, debo confesar que he dedicado poco
privadas y agencias del estado. Nos vale- tiempo a pensar en el problema global del
mos del caso de toda droga experimental alcoholismo. Pero sí lo puedo vislumbrar,
que no da buenos resultados para hacer crí- y me gustaría compartir con ustedes lo que
ticas virulentas. Menospreciamos los es- vislumbro.
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Consideremos los 4,500,000 borrachos lable; lo que la sociedad paga, únicamente


que hay en América. ¿En qué situación en dinero, es enorme. Multitudes de estas
están ahora? ¿Qué se está haciendo y qué personas, que todavía no son consideradas
se puede hacer por ellos? ¿Y por la locas por la ley, se ven condenadas a vagar
siguiente generation—otros 4,000,000 de un lado a otro sin esperanza. ¿Hay algo
que aún son niños y adolescentes? Excepto que se puede hacer? Es muy probable que
por lo que A.A. pueda hacer, ¿han de ser sí. Tal vez se les puede trasladar a unas
víctimas también? granjas donde en una especie de "cuarente-
Empecemos por el punto más bajo. na" pueden hacer suficiente trabajo para
Nuestras instituciones siquiátricas están mantenerse a sí mismos, mejorar de salud,
inundadas de gente con lesiones cerebrales y ahorrar a sus respectivas ciudades gran-
y gravemente sicopática Alguno que otro des sumas de dinero y grandes molestias.
consigue volver a integrarse en la socie- Este y otros experimentos paretidos han
dad, pero no muchos. La mayoría ya han empezado a ofrecer mucha más esperanza
llegado a un punto del que no pueden vol- a los habitantes de los barrios bajos. Los
ver atrás. Su mejor esperanza es pasar al miembros de A.A. están ayudando, pero la
otro mundo. Sin embargo, futuras investi- mayor parte del trabajo y del dinero tendrá
gaciones sobre su condición pueden am- que venir de otros sitios.
pliar nuestros conocimientos acerca de la Consideremos ahora los millones de
prevención para el beneficio de los que se alcohólicos que aún no han llegado a las
están aproximando al borde del abismo. prisiones, los manicomios o los barrios
También se puede encontrar una gran canti- bajos. Se dice que ellos constituyen la gran
dad de alcohólicos en las prisiones. Puede mayoría. En este momento, A.A. parece
que el alcohol les metiera directamente en ser su mejor esperanza de recuperation.
los líos por los que están allí, o puede que Entonces, ¿por qué no han acudido a nos-
tuvieran que beber a fin de poder entregarse otros todos esos millones? O, ¿por qué no
a sus obsesivas inclinaciones para cometer han tratado de recuperarse por cualquier
los crímenes. Aquí se ve una clara necesi- otro método?
dad de investigaciones cientfficas—médi- Cualquier miembro de A.A. puede darte
cas, siquiátricas y sociales. A.A. no puede una respuesta rápida y precisa "No están
hacer esta tarea, pero hay otros que ya nan listos. No se dan cuenta de lo enfermos que
hecho un buen comienzo. están. Si lo supieran, vendrían en tropel bus-
Todas las grandes ciudades tienen sus cando tratamiento, como si tuvieran diabe-
barrios bajos. Sin duda tiene que haber tes o cáncer." Por lo tanto, el problema es
varios cientos de miles de los llamados cómo exponerles los hechos que les con-
borrachos perdidos. Algunos están tan si- venzan que están gravemente enfermos.
cóticos y tan trastomados que su único des- Más que nada, la solución parece estar
tino es el manicomio. El resto de estos en la educación—educación en las escue-
incontables hombres y mujeres suele en- las, en las facultades de medicina, entre los
contrarse en los cuarteles de la policía, los clérigos y los patrones, en las familias y del
juzgados, las cárceles y los hospitales. Lo público en general. Desde la cuna hasta la
que ellos pagan en sufrimiento es incalcu- tumba el borracho y el posible alcohólico

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tendrán que encontrarse en un ambiente de presentada apropiadamente a los niños y


comprensión profunda y auténtica y a los adolescentes, en el hogar y en la
expuestos a un continuo bombardeo de escuela. Anteriormente, una gran parte
información: los hechos acerca de su en- de la educación consistía en atacar la
fermedad, sus síntomas, y su fatídica gra- inmoralidad de beber en lugar de la enfer-
vedad. ¿Por qué debe esperar un alcohó- medad del alcoholismo.
lico hasta cumplir los 55 años y estar Los A. A. podemos hablar acerca de este
horriblemente destrozado para enterarse asunto con gran convicción. La mayoría
de que es una persona muy enferma si, con de nuestros hijos se han visto trastornados
la apropiada educación, se le podría haber emocionalmente por nuestro comporta-
convencido a los 30 o 35 años? miento alcohólico, y se encuentran clara-
La historia nos ha enseñado que ni el mente "inadaptados." Muchos de ellos ya
sermonear ni el moralizar ni otros intentos deberían de haberse convertido en bebedo-
parecidos para reformarlos, sean cuales res problemas. Pero no han hecho tal cosa.
sean sus diversos méritos, han causado El alcoholismo, o el posible alcoholismo,
mucha impresión en los alcohólicos en rara vez se ve entre los hijos de padres que
general. Pero en años recientes, la educa- son miembros de A. A.. Pero nunca les pro-
ción objetiva sobre las realidades de la hibimos beber, ni les sermoneamos si lo
enfermedad ha dado resultados muy pro- hacen. Simplemente aprenden por lo que
metedores. Ahora vemos llegar a A. A. una ven y por lo que oyen que el alcoholismo
gran cantidad de gente joven como conse- es un asunto espantoso y que si beben, tie-
cuencia directa de la más generalizada difu- nen una probabilidad entre quince de con-
sion de información sobre la enfermedad. traer la enfermedad del alcoholismo. La
Los A. A. nemos hecho bastante trabajo mayoría de ellos no beben nada en absolu-
en este aspecto educativo, y algunos ami- to. Otros beben con moderación. Los
gos fuera de A.A. han hecho aun más. demás, después de meterse en algunos líos
Como consecuencia, en este mismo mo- funestos, son capaces de dejar de beber y
mento casi medio millón de borrachos en lo hacen rápidamente. Esto parece ser la
los Estados Unidos están intentando recu- forma más eficaz de educación preventiva.
perarse—o al menos pensando seriamente Por lo tanto, es totalmente posible que
en hacerlo—por su propia cuenta, o por muchos de estos métodos y actitudes de
medio de algún tratamiento. Tal vez este A.A. se pueden aplicar a todos los niños.
¿Quién se va a encargar de hacer todo
cálculo es un poco elevado, pero no es ni
este trabajo educativo? Obviamente, es
mucho menos una fantasía. Una buena
tanto una tarea para la comunidad como
educación acerca del alcoholismo—y cada
para los especialistas. Individualmente, los
vez mas amplia y generalizada—tendra A.A. podemos ayudar, pero A.A. como tal
sin duda un gran impacto. no puede, y no debe, intervenir directa-
El impacto de la educación no solo se mente en este campo. Por lo tanto, tene-
verá reflejado en la cantidad de personas mos que contar con otras agencias, con
bajo tratamiento, sino aun más en el nuestros amigos de afuera y con su buena
aspecto preventivo. Esto quiere decir disposición de dedicar grandes cantidades
educación objetiva acerca de los hechos, de dinero y esfuerzo—los cuales, con

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mayor eficacia que nunca, encaminarán al como un hombre con una misión.
alcohólico al tratamiento y evitarán el des- Contribuyó a financiar el proyecto con
arrollo de la enfermedad en millones de dinero de su propio bolsillo, y pidió a sus
niños predispuestos, quienes, de otra amigos que hicieran aportaciones. Logré
forma, seguirían el camino tan bien cono- lanzar la investigación y él y un asociado
cido por nosotros. suyo, el Dr. Henderson, se pusieron a tra-
Como el siguiente fragmento de la his- bajar.
toria de A.A. demuestra, se ban hecho Más tarde, en 1937, el Dr. Anton
grandes y muy prometedores progresos Carlson, renombrado fisiólogo, y un grupo
fuera de A.A., en el campo de la investiga- de científicos interesados formaron un
ción, del tratamiento, de la rehabilitación y organismo subsidiario llamado el Consejo
de Investigaciones Sobre los Problemas
del Alcohol. Algunos de los primeros A.A.
neoyorquinos asistimos a sus reuniones—
a veces para darles ánimo y a veces, con-
fieso, para abuchear. (Los A.A. de esa
época creían que tenían un monopolio en
el tratamiento de los borrachos.)
En esos días, se integró en el Consejo de
Investigationes una persona muy enérgi-
ca, el Dr. EM. Jellinek. No era doctor en
medicina; pero era "doctor" en casi todo lo
demás. Aprender todo acerca de los borra-
chos no era sino un asunto de ponerse al
día en sus lecturas atrasadas. Por prodigio
la educación. Dio la casualidad de que yo
de erudición que fuera, no obstante, era un
era testigo de los inicios de los métodos
hombre muy popular con nosotros los
modemos en estas esferas. A continuación
alcohólicos. Le llamábamos un "alcohóli-
les contaré lo que vi:
co seco," porque se podía identificar tan
Tengo vivos recuerdos del Dr. H.W.
fácilmente con nosotros. Incluso su apodo
Haggard del cuerpo docente de la
era muy simpático—su padre húngaro le
Universidad de Yale. En 1930, cuatro años
antes de que yo lograra mi sobriedad, este llamaba "Bunky," que en ese idioma signi-
excelente médico se estaba preguntando fica "rabanillo." El "rabanillo" se puso a
de qué sufrían los borrachos. Quería trabajar en seguida.
emprender una investigación-—al princi- Con el tiempo, Bunky y el Dr. Haggard
pio un proyecto experimental de laborato- aunaron sus esfuerzos y en 1940 empeza-
rio para determinar si acaso tuvieran una ron a publicar el Quarterly Journal of
bioquimica peculiar. A algunos de sus Studies on Alcohol [Revista Trimestral de
colegas, este proyecto les parecía tan risi- Estudios sobre el Alcohol], dedicada a
ble que el buen doctor no podía conseguir publicar articulos que abarcaban todo el
ninguna subvención de la tesorería de campo de estudios e investigaciones acer-
Yale. No obstante, el Dr. Haggard se sentía ca del alcohol. Esta empresa resulto en una
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estrecha asociacion y colaboración entre el global del alcohol y encarar el hecho de


Dr. Jellinek y el Dr. Haggard. que probablemente no íbamos a hacer que
En 1943, el Dr. Haggard y Bunky orga- todo el mundo dejara de beber de la noche
nizaron la Escuela de Yale para Estudios a la mañana. La escuela contribuyó con los
sobre el Alcohol3. Se dieron cuenta de que
resultados de sus investigaciones, y los
un laboratorio y una revista técnica no
podían llegar muy lejos a no ser que se demás contribuyeron con lo que tenían, o
encontrara una audiencia más amplia Se creían tener, y finalmente Bunky nos hizo
propuso la idea de que cualquier persona ver que teníamos que enfrentamos juntos a
que tuviera algo que ver con los borrachos los hechos reales y además hacerlo de una
o con el problema del alcohol debería estar manera amistosa. Fue un toque maestro de
representada en la escuela. diplomacia; fue quizás la primera vez que
Un grupo curiosamente variado se reu-
nió en las primeras sesiones. Me acuerdo
muy bien del venerable Sr. Colvin, el que
solía presentarse como candidato para pre-
sidente por el Partido Prohibicionista. Al
otro extreme de opinión violenta se encon-
traban algunos representantes de la indus-
tria del licor. Entremedias había unos
cuantos clérigos, asistentes sociales, jue-
ces, policías, oficiales de libertad condicio-
nal, educadores, y una cierta cantidad de
nosotros los borrachos. Cada cual tenía su
propio interés personal y sus propias con-
vicciones rígidas. Los dos campos opues-
se logró abordar, con amplias miras y gran
tos casi no se hablaban. Cada facción
tacto y sensibilidad el problema de alco-
quería que nosotros los alcohólicos estu-
viéramos de acuerdo con ellos. Esto era hol en los Estados Unidos.
muy halagador, pero naturalmente nos- En el año siguiente, 1944, hubo dos
otros seguimos el rumbo independiente, y acontecimientos de la más alta significa-
no estábamos de acuerdo con casi nadie. ción. El grupo de Yale abrió una clínica
De esta mezcla tan poco prometedora, que tendría un gran número de borrachos
los Dres. Haggard y Jellinek tuvieron que vivos para servir como sujetos de sus tra-
llegar a conseguir un concierto. Hubo que tamientos experimentales y en quienes
convencer a los anti-prohibicionistas de basar sus investigaciones. Ray McCarthy,
que no se podía esconder el problema el primer administrador de la clínica, pasó
debajo de la cama; ni tampoco podían los sudores probando el método clínico con el
prohibicionistas seguir atemorizando, primer grupo de alcohólicos.
mostrando un hígado podrido a cada uno Luego se presentó Marty Mann. Como
de los bebedores. Y nosotros los A.A. te- pionera de A. A., se daba cuenta de la nece-
níamos que ver la enormidad del problema sidad de cambiar las actitudes del público,

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que habría que hacer saber a la gente que Selden ha contribuido con su inmensa
el alcoholismo era una enfermedad, y que energía y su más aguda perspicacia al
se podría ayudar a los alcohólicos. Ella for- beneficio de nosotros los alcohólicos.
muló un plan para crear una organización No cabe duda de que él es una de las
que realizara un programa vigoroso de mayores autoridades que conocemos en
el campo de la sociologia.
educación pública y que estableciera
Me gustaría muchísimo poder mencio-
comités compuestos por ciudadanos en nar a otros muchos amigos dedicados de
todas panes del país. Me sometió su plan. esa época pionera y dilatarme sobre sus
Me sentía entusiasmado, pero creía que aportaciones. Otros nuevos amigos les han
sería necesario tener el respaldo de la seguido desde entonces y hoy día son una
comunidad científica, así que remitimos el legión. A todos ellos les expreso la gratitud
plan a la atención de Buriky, y él vino a etema de Alcohólicos Anónimos.
reunirse con nosotros. Nos dijo que, a su Sus esfuerzos conjuntos, a menudo sus-
parecer, el plan era acertado y bien razona- citados por los A. A., han dado multitud de
do y que había llegado ya la hora propicia, frutos: Cuatro universidades ahora tienen
y estaba de acuerdo conmigo en que Marty programas basados en el modelo de Yale.
era la persona más apropiada para hacer el Tres mil hospitales, privados y públicos,
trabajo. han abierto sus puertas a los alcohólicos.
Originalmente financiada por el incan- Hemos visto un cambio revolucionario en
sable Dr. Haggard y sus amigos, Marty la actitud de la industria hacia sus emplea-
emprendió su gran labor. Aunque el espa- dos. Las instituciones carcelarias, la policía
cio no me permite hablar en detalle acerca y los jueces han cobrado un nuevo ánimo.
de los magníficos logros de Marty y sus Numerosos comités de ciudadanos se han
asociados, miembros del actual Consejo puesto a atacar el problema global en sus
Nacional Sobre el Alcoholismo4, puedo varias comunidades. Más de treinta esta-
manifestar mi convicción de que no existe dos de los EE.UU. y la mayoría de las pro-
otra agencia que haya hecho más para edu- vincias de Canadá tienen programas de
car al público, ampliar las posibilidades de rehabilitación y tratamiento. Muchos gru-
hospitalización, o poner en marcha tantos pos de clérigos se han puesto a educar a
y tan diversos proyectos constructivos. sus colegas. Se están haciendo importantes
Claro está que el consejo ha pasado por progresos en la investigación y el trata-
muchos dolores de crecimiento, pero hoy miento siquiátricos. Los experimentadores
día los resultados del CNA atestiguan su trabajan en sus laboratories con gran opti-
eficacia de forma elocuente. mismo. La Asociación Médica Norte-
En 1945, el Dr. Selden Bacon, eminen-
americana ha reconocido oficialmente el
te sociólogo, fue nombrado coordinador
de la Comisión Sobre el Alcoholismo de alcoholismo como una enfermedad cróni-
Connecticut, el primer programa sostenido ca, y ha establecido un subcomité sobre el
con fondos estatales. Esta primera colabo- alcoholismo. Las facultades de medicina
ración se realize como consecuencia direc- han empezado a incluir cursos sobre el
ta del trabajo del Dr. Bacon y el grupo de alcoholismo en su plan de estudios. Con el
Yale. Desde entonces, nuestro amigo acicate de Bunky, la Organización Mun-

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dial de la Salud está llevando todas estas con todos estos proyectos prometedores
buenas noticias a todas partes del mundo. para acelerar la recuperación de aquellos
Se están modemizando los libros de textos millones de personas que aúm no han encon-
de las escuelas. La prensa, la radio y la tele- trado una solution. Estas diversas obras no
visión estan emitiendo diariamente tonela- tienen necesidad de nuestro aval; sólo nece-
sitan que les echemos una mano cuando,
das de información con el fin de educar al
como individuos, podamos hacerlo.
público en general. Todo esto ha venido
ocurriendo durante los veintiocho años que
han pasado desde que el Dr. Haggard deci- 1
Datos de 1958.
dió ponerse a determinar el porqué del 2
Cálculo aproximado (2006) de miembros de
carácter alcohólico. A.A. en todo el mundo: más de dos millones.
Cada uno de estos pioneros en el campo 3
La Escuela para Estiidios sobre el Alcohol ahora
general dirían generosamente que si no está en la Universidad Rutgers, New Brunswick,
hubiera sido por la prueba concreta de la N.J. Edita la anterior Revista Trimestral ahora una
recuperación en A.A., no podrían haber publicación mensual titulada Revista de Estudios
seguido con sus trabajos. A. A. era la estre- Sobre el Alcohol.
lla polar de esperanza y ayuda que les 4
Después de jubilarse de su puesto como directo-
mantuvo en ello. ra ejecutiva, Marty Mann sirvió en el N.C.A.
Por lo tanto, trabajemos en cooperación como fundadora-asesora hasta su muerte en 1980.

Hoy día se está poniendo en práctica la sugerencia de Bill. La


Junta de Servicios Generales de A.A. tiene un Comité de
Cooperación con la Comunidad Profesional; también lo tiene la
Conferencia de Senicios Generales. Estos comités le hacen posi-
ble a la Comunidad poner en acción la amistad recomendada en
todo el continente. El comité de la junta se ofrece para cooperar
con agencias gubernamentales y privadas y con gente y organi-
zaciones profesionales en el amplio campo del alcoholismo.

Distribuido por
A.A. WORLD SERVICES, INC.
P.O. Box 459, Grand Central Station
New York, NY 10163
www.aa.org

3M 11/06 (PS) SP- 34

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