Los Ninos y El Derechos A La Verdad
Los Ninos y El Derechos A La Verdad
Los Ninos y El Derechos A La Verdad
Todo ser humano tiene la misma capacidad de comprensin desde el da de su concepcin hasta el da de su muerte dijo hace muchos aos la pediatra y psicoanalista francesa Francoise Dolto. La comprensin no tiene que ser demostrada con una respuesta verbal. Que los nios pequeos no puedan utilizar el lenguaje verbal, no significa que no lo comprendan. Verdad externa Por qu es necesario hablarles? Porque la verdad concreta dicha con palabras organiza el entendimiento de los nios y construye la estructura emocional sostenida por la lgica. Las palabras con sentido lgico son mediadoras entre los nios y el mundo. A diferencia de las personas grandes, ellos no cuentan con el concepto abstracto de tiempo y espacio, por lo tanto las situaciones ms banales tienen que ser anunciadas una y otra vez antes de que sucedan. Incluso a los nios un poco ms grandes los podemos ayudar con referencias puntuales, por ejemplo antes de comer va a suceder tal cosa, cuando vuelva pap de trabajar haremos tal otra. Tomemos como ejemplo la comunicacin entre adultos: Si mi pareja me anuncia: esta noche regreso a las tres de la maana, me est informando sobre algo puntual, pero no es suficiente explicacin lgica para m, entonces no acepto que regrese tan tarde a casa porque no es costumbre dentro de nuestros acuerdos matrimoniales. En cambio si me especifica: esta noche volver a las tres de la maana porque participar en una cena de empresarios prevista para comenzar a medianoche, cuento con suficiente informacin para organizar mi entendimiento, aunque no sea agradable para m. Fundamentalmente comprendo de qu se trata. Es vital comunicar a los nios la verdad exterior con lujo de detalles, tratando de percibir el mundo desde los ojos de ese nio, porque cada momento es infinito, cada sensacin es eterna. La magia de las palabras logra acercar el mundo sutil del nio pequeo y el mundo concreto de los adultos. Usemos las palabras, ya que traducen lo que pasa.
Las madres permanecemos muchas horas a solas con los bebs. Es el perodo ideal para hablar previniendo a los bebs sobre todo lo que va a acontecer, por ejemplo: ahora te voy a cambiar los paales, tal vez sientas fro, vamos a salir a pasear y tengo que abrigarte, o vamos a ir juntos al supermercado, all hay ruido, luces fuertes y demasiada gente. Cada suceso por ms banal que parezca, al ser anunciado, lo predispone y le otorga confianza hacia lo que va a acontecer. De esta manera las palabras con sentido lgico del adulto se convierten en mediadores entre el mundo externo y el interno. Hablar con los nios es sencillo, es igual que hablar con otro adulto. Verdad interna. El amor es el centro de nuestra vida. Y la verdad es el eje de la comunicacin. De hecho hablar con el corazn es contar la verdad interior. La verdad interior transmite lo que me pasa, lo que siento, lo que deseo, lo que temo. Si somos capaces de mirarnos dentro sin prejuicios, si nos conectamos sencillamente con lo que nos sucede y si no lo valoramos como bueno o malo, entonces estaremos relacionndonos con nuestra verdad interior, que es la expresin del alma. Los adultos necesitamos comprender nuestros sentimientos para amigamos con lo que nos pasa y atravesar cada situacin con mayor entendimiento. Del mismo modo, los bebs y nios pequeos fusionados en la emocin de la madre, podrn comprender, organizar sus sensaciones y acompaar los sentimientos de su madre si saben de qu se trata. Esto es posible cuando la madre nombra lo que le pasa. Decir la verdad, toda la verdad del corazn, es hacerse cargo de lo propio para liberar al beb de su angustia y su permanente obligacin de manifestar lo que la madre siente pero todava no ha expresado. Por ejemplo: Termina la baja maternal de una mujer quien debe regresar al trabajo. Organiza correctamente el cuidado de su beb de tres meses. La noche previa al comienzo de su jornada laboral, el beb sufre un espasmo respiratorio... Acaso ha sido un acontecimiento imprevisible? No, es tan frecuente como la falta de reconocimiento de la angustia que provoca en una madre el hecho de dejar a su beb tan pequeo durante tantas horas. El beb siente la misma angustia y se hace cargo de manifestarla.
En este caso qu significara decir la verdad?: Decir la verdad al beb es reconocer antes que nada esta situacin ambivalente: necesito o deseo trabajar, pero tambin me angustia y me atemoriza dejarte al cuidado de otra persona . O bien, Quiero irme pero tambin sufro por dejarte. Reconocer lo que nos pasa y comunicar lo que nos pasa, le permite al beb comprender y organizar lo que nos sucede a ambos. De lo contrario el beb se hace cargo de comunicarlo, l realiza la angustia a travs de la manifestacin del sntoma. En otras palabras, el beb nos obliga a conectarnos con la verdad, porque de lo contrario la materializa, la expresa en el plano fsico, o en otras palabras: somatiza. Facilitar los vnculos Puede resultarnos una pesada tarea estar dando explicaciones a los nios permanentemente, sin embargo resulta facilitador para los vnculos. Poco a poco convierte a los nios en seres que acompaan con fluidez las decisiones y necesidades de los padres porque le encuentran sentido. Con el correr del tiempo las explicaciones sern ms cortas y precisas ya que el nio incorpora conceptos de tiempo y espacio. El beb necesita cada da la palabra de la madre que medie en la ausencia o ante cada situacin nueva. En cambio un nio de tres aos y medio que maneja con soltura el lenguaje verbal, ya sabe que cuando la madre dice me voy a trabajar tiene todo el sentido que le ha venido dando con muchas palabras llenas de significado durante esos tres aos. En busca de la propia verdad La verdad siempre va precedida de la palabra yo. Porque la verdad es personal, responde a lo que me pasa, lo que siento, lo que deseo. No es una opinin, ni est supeditada a lo correcto o incorrecto. Los nios estn tan cerca de nuestro corazn, tan unidos a la verdad ntima, que se convierten en traductores exactos. Vale la pena prestarles atencin, o al menos hacernos las preguntas pertinentes. Slo sabiendo qu es lo que nos pasa, estaremos en condiciones de narrar nuestra verdad a nuestros hijos. La verdad y la intimidad
La verdad siempre hace referencia a nuestra intimidad, es decir al interior de nuestro mundo emocional. Es la instancia que desnuda las emociones: el amor, el rechazo, el miedo, la alegra, la nobleza, la pasin, la rabia, la angustia, el dolor, la esperanza. La intimidad no se refiere a las prcticas sexuales, ni a la vida cotidiana como el hecho de trabajar, estudiar, comer, dormir, pasear o relacionarse con otros. Pero qu tienen que ver los nios con nuestras ntimas verdades? Comprenderemos la profunda relacin entre los pequeos y los adultos, si tomamos en cuenta que los nios pequeos son seres fusionales, es decir que viven dentro del mundo emocional de las personas que los cran. Cuando son muy pequeos, viven fusionados a la emocionalidad de la madre o de la persona maternante, y en la medida que van creciendo y van entrando en relacin con otras personas (padre, hermanos, abuelos, maestras, amigos) se fusionan tambin con los mundos emocionales de los dems. Es decir, que indefectiblemente hacen parte del territorio afectivo de quienes los rodean. La verdad es liberadora y aporta confianza Por eso, aquello que nos sucede, les pertenece. Tambin les pertenece lo que nos ha sucedido en el pasado, porque para nuestra organizacin emocional, el tiempo no existe. Si hemos experimentado situaciones dolorosas incluso durante nuestra infancia, hoy en da vibran an en nuestro interior. Y es eso, justamente eso, lo que el nio vive como propio. As las cosas, el nio merece comprender eso que siente como una evidencia. Nuestras palabras no van a traerle ninguna noticia reveladora, simplemente van a confirmar lo que el nio ya saba. Y eso es increblemente liberador, adems de aportarle mucha confianza; porque el nio constata que lo que siente y lo que los adultos nombran, coincide. Comprendamos que el nio est completamente involucrado en nuestra vida personal, por lo tanto, no podemos tratarlo cono si fuera un extrao. El nio tiene derecho a saber al menos, lo que nosotros mismos hemos logrado comprender.
Laura Gutman