Boletin 05
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Boletin 05
05 | Agosto 2013
El Programa Venezolano de Educacin Accin en Derechos Humanos Provea presenta a sus lectores el quinto boletn internacional sobre la situacin de los derechos humanos en el pas. En esta ocasin abordaremos la situacin del derecho a la salud en nuestra seccin sobre tpicos globales. Como tpico especfico celebraremos la adopcin reciente de la Ley contra la tortura y sealaremos algunos desafos. En la seccin sobre coyuntura, analizaremos la utilizacin cada vez ms frecuente de la justicia como instrumento para acallar la protesta social, la oposicin poltica y las reivindicaciones sociales. Nuestro boletn est disponible en Espaol, Portugus, Ingls y Francs en nuestro sitio web http://www.derechos.org.ve. Agradecemos sus sugerencias y comentarios al e-mail [email protected].
Quieres conocer el panorama de 20 derechos humanos en los ltimos 15 aos en Venezuela? Consulta nuestro informe especial 15 aos sobre derechos humanos: inclusin en lo social, exclusin en lo poltico
Foto: Provea
hacia el ejercicio independiente de las profesiones o hacia el extranjero. Tradicionalmente, en el gasto total de salud ha sido mayor la participacin del gasto privado con respecto al gasto pblico. Segn datos de la OMS en 1997 el gasto pblico era el 35,9% y el privado era 64,1%. Entre 1997 y 2007 el gasto fluctu a la alza tocando su tope mximo en 2007 con el 46,5%, pero en 2010 volvi a niveles similares a los de 1997, con tan solo 34,9%. El gasto privado sigue siendo el ms representativo. No deja de resultar paradjico que el Estado, que es el mayor empleador del pas, ofrezca dentro de los beneficios a los em-
pleados pblicos, plizas de salud para ser atendidos en clnicas y centros de salud privados (HCM: hospitalizacin, ciruga y maternidad). Los recursos pblicos van de esa manera al sector privado mientras la infraestructura del sector pblico se deteriora junto con las condiciones laborales de sus trabajadores. La OMS tambin destaca el aumento ms o menos sostenido del porcentaje del PIB destinado a la salud desde 1997. Este porcentaje se ha mantenido por encima del 5% desde 1999 con un ligero descenso en 2010. Pero la participacin del sector pblico en ese porcentaje del PIB, salvo algunos picos mximos en 2006 y 2007, se ha mantenido cercano o por debajo del 3%. Las polticas pblicas de salud han tenido resultados positivos en el aumento de las esperanzas de vida al nacer, pero no han revertido la cantidad de muertes maternas anuales ni la mortalidad infantil. El nmero de mdicos por cada 10.000 habitantes era de 24,2 en 1997 y pas a ser de 13 en 2007. La misma tendencia regresiva se presenta en el nmero de camas hospitalarias por cada 10.000 habitantes que era de 15 en 1996 y pas a 10,83 en 2010. Provea ha venido constatando una prdida cada vez mayor de la disponibilidad de servicios de salud financiados por el Estado y un aumento de las denuncias de la poblacin por la escasez de insumos mdico quirrgicos y por la falta de equipos mdicos. Es particularmente sensible la situacin de las ms de 40.000 personas con VIH quienes requieren el Tratamiento Antirretroviral de Alta Eficacia (TAR). Durante los ltimos cuatro aos han
fallado los inventarios y los procesos de compra, distribucin y entrega de los TAR a cargo del Ministerio del Poder Popular para la Salud. Inclusive han llegado a faltar los reactivos para el diagnstico, control y seguimiento al VIH. Para Provea, es indispensable que se aumente el porcentaje del PIB destinado al sector salud y que se garantice un presupuesto adecuado para fortalecer el sistema pblico de salud. Se deben mejorar las condiciones laborales y de profesionalizacin de los trabajadores y las trabajadoras de la salud a travs de la discusin de las contrataciones colectivas vencidas y el cumplimiento de las que ya estn vigentes. Urge adems impulsar un plan de expansin, recuperacin y mantenimiento de la infraestructura hospitalaria nacional. En particular es importante ampliar la cobertura y prestacin de servicios de la Misin Barrio Adentro, que cuenta con la cooperacin de Cuba, y del sistema hospitalario nacional, para fortalecer el enfoque integral de atencin pblica en salud. Para responder a la conflictividad social y laboral que existe en el sector salud, es indispensable convocar a un amplio dilogo nacional con todos sus actores para concertar un proceso de integracin democrtica y descentralizada del Sistema Pblico Nacional de Salud.
Foto:El Universal
Hasta hace muy poco, Venezuela no contaba con un marco normativo especial que estableciera una tipificacin clara de los delitos de tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes as como de las penas y sanciones que deben ser aplicadas a los responsables de ellos. El pasado 22 de julio, fue publicada en Gaceta Oficial No. 40.212 de la Repblica Bolivariana de Venezuela la Ley Especial para Prevenir y Sancionar la Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes. La Asamblea Nacional tena una mora de ms de 13 aos irrespetando el mandato constitucional, ya que la ley deba ser aprobada en el ao 2.000; pero ahora, esta ley se convierte en una herramienta muy valiosa para erradicar esta prctica que fue implementada
por casi todas las instituciones policiales y militares vulnerando violentamente los derechos humanos. La ley establece penas de 15 a 25 aos de prisin para quienes apliquen torturas, tanto fsicas como mentales. Tambin prev sanciones para los tratos crueles, inhumanos y degradantes y reconoce los derechos de las personas vctimas a la justicia, la rehabilitacin, la indemnizacin y la reparacin por los daos causados. Tambin establece la obligacin del Estado de educar, investigar y prevenir para que estos hechos no se repitan. Esta ley contiene una mejor definicin y sancin del delito de tortura y de trato cruel, inhumano y degradante y establece un mecanismo nacional de prevencin que permitira hacer supervisin a los centros de detencin. Sin embargo presenta como debilidades, por un lado, la escasa participacin ciudadana en dicho mecanismo y, por otro lado, no contempla la posibilidad de que representantes de organismos internacionales de derechos humanos (especialmente del Subcomit para la Prevencin de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes del Comit Contra la Tortura de la ONU) puedan realizar visitas regulares a lugares de detencin. Estos ltimos aspectos son necesarios para implementar el Protocolo Facultativo a la Convencin de las Naciones Unidas contra la Tortura y otros
Amnista Internacional ha iniciado una campaa invitando al ciberactivismo contra la denuncia del gobierno venezolano a la Convencin Interamericana sobre Derechos Humanos. Te invitamos a sumarte conociendo los detalles de la campaa.
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes suscrito por Venezuela en junio de 2011, an pendiente por su ratificacin. La aprobacin y publicacin de una ley contra la tortura en Venezuela es el resultado de la lucha, no solo de las propias vctimas y sus familiares, sino tambin de organizaciones de derechos humanos como la Red de Apoyo por la Justicia y la Paz que se mantuvo ms de 23 aos impulsando la propuesta de ley. Las vctimas de tortura y sus familiares esperan que efectivamente esta norma sea implementada y que los funcionarios que tengan responsabilidad en actos de tortura sean severamente sancionados. Toda la sociedad debe jugar un rol fundamental en el ejercicio de la contralora social para monitorear que la ley contra la tortura sea aplicada y el Estado cumpla con sus obligaciones de prevenir y sancionar la prctica de la tortura en Venezuela.
> COYUNTURA
rios, indgenas y sindicales e incluso, en algunos casos, mediante la aplicacin de la justicia militar. El caso ms emblemtico los constituye el juicio que se sigue al sindicalista Rubn Gonzlez luego que la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia anulara la sentencia de una juez, deliberadamente parcializada a favor del gobierno, quien lo conden a siete aos de crcel. La Sala penal anul dicha sentencia luego que las organizaciones sindicales anunciaran la convocatoria a una huelga como respuesta a la decisin condenatoria. En su sentencia la Sala Penal expres: se lesion los derechos constitucionales a la defensa, al debido
proceso y por consiguiente a la tutela judicial efectiva, previstos en los artculo 26 y 49.1 de la Constitucin de la Repblica Bolivariana de Venezuela; lo que en definitiva niega el ejercicio de los medios de defensa procesales que otorga nuestro ordenamiento jurdico en la tramitacin del proceso penal Esa conducta parcializada e inconstitucional de un tribunal penal de primera instancia en funciones de juicio, se ha repetido en juicios a otros dirigentes sociales, algunos de los cuales tienen ms de seis aos en libertad restringida bajo rgimen de presentacin peridica. Pero hay dos vertientes ms en la instrumentalizacin del Sistema de Justicia. Una de ellas es la defensa a priori de altos funcionarios del Estado por parte de los altos tribunales ante las demandas iniciadas por personas naturales por violaciones de sus derechos. Incluso se llega a excluir a altos funcionarios de obligaciones constitucionales a travs de sentencias que al ser dictadas por la Sala Constitucional imponen criterios al resto de tribunales del pas. A pesar que la Constitucin establece que todo funcionario pblico debe dar respuesta oportuna y adecuada a la peticiones que realice cualquier persona, en el caso del Presidente de la Repblica la Sala Constitucional indic que: En este sentido, se observa que las mltiples atribuciones asignadas al ciudadano Presidente de la Repblica y la envergadura de stas, impide que a dicho funcionario pblico se le de un tratamiento igual al de cualquier otro funcionario que no de respuesta dentro de los lapsos establecidos- a las peticiones que se le realicen.
Un estudio realizado por Provea sobre el comportamiento del Tribunal Supremo de Justicia ante las demandas presentadas contra altos funcionarios del Estado, determin que solo el 7,14% de las decisiones fue declarada con lugar, pero ninguna de las acciones contra la Asamblea Nacional, la Fiscal General o contra el Presidente de la Repblica fue declarada con lugar. La otra vertiente es el uso de la justicia para juzgar a disidentes polticos. Un caso emblemtico es el juicio abierto contra el General Francisco Vicente Usn Ramrez quien emiti opiniones en un programa de televisin sobre un hecho donde presuntamente hubo violaciones a los derechos humanos. Las innumerables irregularidades en el proceso judicial llevaron a que su caso fuera presentado ante el Sistema Interamericano de proteccin de los Derechos Humanos el cual concluy en sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 20 de noviembre de 2009. Est totalmente vigente la Conclusin a la cual lleg la CIDH en su Informe Democracia y Derechos Humanos en Venezuela: La falta de independencia y autonoma del poder judicial frente al poder poltico constituye uno de los puntos ms dbiles de la democracia venezolana, situacin que conspira gravemente contra el libre ejercicio de los derechos humanos en Venezuela. A juicio de la Comisin, es esa falta de independencia la que ha permitido que en Venezuela se utilice el poder punitivo del Estado para criminalizar a los defensores de derechos humanos, judicializar la protesta social pacfica y perseguir penalmente a los disidentes polticos.
Tips
Los siguientes son algunos de los principales hallazgos del informe sobre la gestin de la Defensora del Pueblo entre 2007 y 2012, realizado por organizaciones venezolanas de derechos humanos: La manera como se elige al titular de la Defensora del Pueblo restringe la participacin de la sociedad civil. Hay una clara identificacin poltica de la Defensora del Pueblo con el llamado proyecto bolivariano. La Defensora del Pueblo se ocupa ms de las fallas de los servicios pblicos que de las violaciones a los derechos humanos. La Defensora del Pueblo no ha estimulado la ratificacin de tratados internacionales de derechos humanos. Su informe anual se ha instrumentalizado como mecanismo de propaganda del gobierno.
Ya disponible en nuestro sitio web www.derechos.org. ve el Informe Anual 2012 sobre la situacin de los Derechos Humanos en Venezuela, realizado por Provea
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