35 Revista Dialogos Radio Popular en Bolivia PDF
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de la democratizacin de la comunicacin social en Amrica Latina se remonta a finales de los aos cuarenta. La radio comenz a ser usada entonces en dos pases de la regin, para aliviar las necesidades del estrato ms bajo de la sociedad, los campesinos y los obreros. En Colombia la iglesia Catlica cre las escuelas radiofnicas para pequeos campesinos, una combinacin de radiodifusin especial con pequeos grupos de audiencia guiados a nivel comunal.A partir del establecimiento de una estacin elemental de corto alcance en Sutatenza creci en poco ms de una dcada lo que vino a ser el ms grande y sofisticado sistema de educacin no-formal del mundo para el desarrollo rural: Accin Cultural Popular (ACPO)1. Esta destacada experiencia colombiana inspir el establecimiento de instituciones de radiodifusin similares en la mayora de pases de la regin y formaron, hacia 1972, la Asociacin Latinoamericana de Educacin Radiofnica (ALER) cuya sede funciona actualmente en Quito, Ecuador2. EI modelo de la ACPO fue amplia y decididamente reproducido en Bolivia con varias adaptaciones. La Iglesia Catlica promovi el establecimiento de ms de una docena de estaciones educativas a principios de los 50. Esto llev a constituir; en 1967, Educacin Radiofnica Boliviana (ERBOL), la ms grande y ms activa red de este tipo de estaciones, que operan ahora a lo largo de todo el pas en espaol, as como en las principales lenguas nativas del pas. Tambin a principios de los 50 otros dos esfuerzos surgieron en Bolivia como iniciativas populares: el establecimiento de la red de estaciones fundadas y dirigidas por los sindicatos mineros y la introduccin de programas para campesinos en lengua aimara en algunas estaciones comerciales de La Paz. El presente texto se refiere esencialmente a estas experiencias pioneras de comunicacin popular as como a los ms recientes logros campesinos en radios sindicales y comunitarias en Bolivia. BOLIVIA: TIERRA, PUEBLO Y PROBLEMAS3 Bolivia es uno de los pases de Amrica Latina de origen ms remoto y de cultura autctona ms fuerte. Nacida como repblica luego de su independencia de Espaa en 1825, se form con gente de ascendencia nativa pre-colonial. An hoy ellos constituyen el 60% del total de la poblacin, el resto es una mayora de poblacin mestiza y una pequea minora de blancos. Localizada en la parte media de Amrica del Sur, Bolivia se extiende a lo largo de 425,000 millas cuadradas, de muy altas mesetas andinas, valles de nivel medio y vastas selvas y zonas bajas en la cuenca del Amazonas. Este amplio territorio est muy poco poblado: slo tiene 6350,000 habitantes, 52% de los cuales viven en ciudades y 42% en reas rurales. Estos ltimos son en su mayor parte campesinos quechuas o aimaras cuyos antepasados vivieron en este territorio miles de aos antes de que los conquistadores espaoles llegaran. Hoy en el pas apenas un poco ms de la mitad de la poblacin es monolinge: 44% habla slo espaol, 5% habla slo quechua y 2% habla slo aimara; otro 2% corresponde a numerosos lenguajes de las tribus tupi-guaran de la selva. El resto, 49%, es bilinge, con mayor porcentaje de quechuas que de aimaras en la combinacin con el lenguaje impuesto por la ley colonial.
La economa del pas se ha sustentado tradicionalmente en la exportacin de minerales, principalmente plata en el siglo pasado y estao en este siglo. La produccin de estao colaps en 1985, pero otros minerales an representan un tercio de todas las exportaciones, y el gas natural se ha convertido en la principal fuente de ingreso externo. Cierto alivio proviene recientemente de exportaciones no tradicionales como la lana, ganado, soya y azcar, junto con la artesana: Exportando poco a bajos precios e importando mucho a precios altos, con escasa industrializacin, privado del acceso a la costa marina como consecuencia de una guerra con Chile, y frecuentemente afligida por leyes autoritarias e incompetentes, Bolivia es uno de los pases con menor desarrollo y ms dependientes de la regin de Amrica Latina. Extrema pobreza aflige por lo menos al 40% de la poblacin. El ingreso per capita apenas alcanza al equivalente de US$ 820. Ms all de las cifras, sin embargo, la distribucin del ingreso est sesgado, como es tradicional en Latinoamrica, con la poblacin rural nativa india recibiendo lo peor de todo. El sueldo mnimo mensual es equivalente a 30 US$ y el desempleo es del 15%. Rescatada del desastre de 1985 por medio de severas medidas correctivas, la economa boliviana est actualmente recuperada y estable. La inflacin ha bajado despus de ser la ms alta, a ser la ms baja de Amrica Latina. Esto ocurre, sin embargo, a costa del sufrimiento de las mayoras estranguladas por los bajos salarios y los precios altos. Agobiados por una enorme deuda externa, los gobiernos no han sido capaces de mejorar sustancialmente la situacin social, la cual -por el contrario- se est deteriorando en algunos aspectos. Cerca del 90% de los hogares urbanos tiene agua, mientras que en la zona rural menos de una tercera parte de las casas la tienen. La diferencia es mucho ms aguda en el caso del alcantarillado y servicios de recojo de basura: un poco ms del 40% de los hogares urbanos pueden disfrutar de ellos. Pero slo alrededor del 2% de los hogares rurales tiene acceso a ellos. Lo mismo en cuanto a servicios mdicos: hay un doctor para cada 760 habitantes de la ciudad pero slo uno disponible por cada 20,000 habitantes de la zona rural. Slo el 22% de la gente est protegida por la seguridad social. La malnutricin crnica afecta aproximadamente al 30% de la poblacin urbana y a cerca del 40% de la rural. Un tercio del total de la poblacin consume menos del mnimo de las 2,400 caloras indispensables para adultos, segn la FAO. La mortalidad infantil y mortalidad materna se encuentran entre las ms altas de la regin y la peor situacin corresponde, una vez ms, a madres y nios de las poblaciones rurales indgenas. El promedio nacional de expectativa de vida es de 53 aos para las mujeres y 51 para los hombres. Los indicadores de educacin son, por decir lo menos, dramticos. El promedio nacional en analfabetismo es del 37% pero alcanza al 53% en reas rurales y es an ms alto entre mujeres indias. Slo un tercio de los nios en edad escolar primaria y slo dos tercios de ellos en edad de estudiar la secundaria tienen acceso a la escolaridad. Y, entre aquellos que lo tienen, la desercin es frecuente y grave por un nmero de causas difciles de superar. LA LUCHA POR LA DEMOCRACIA Liberados de la dominacin espaola despus de una guerra de 15 aos, los bolivianos expresaron desde el principio una clara inclinacin por la democracia. Paradjicamente, sin embargo, han sido gobernados con mayor frecuencia por gobiernos militares inmisericordes, o civiles que han optado por la autocracia en inters de las oligarquas. ...la independencia hizo poco por la gente en Bolivia. El control poltico de la nacin pasaba de un grupo insaciable a otro. Los nuevos gobernantes Creole vivan en el despilfarro de las productivas, pero mal usadas, riquezas mineras. Bolivia era una repblica pero no era una nacin. Desde su independencia han habido 77 gobernantes, la mitad de ellos elegidos democrticamente y los dems impuestos por golpes de Estado. Gobiernos dbiles hicieron a Bolivia vulnerable a los designios
agresivos de sus vecinos. Muchas disputas fronterizas han dominado la historia de la nacin, sustrayendo la cuarta parte de su territorio, y la volvieron un pas mediterrneo (McFarren, 1992, p. 25). Una de las ms trgicas disputas fue la Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia en 1932-35, con desastrosos resultados para ambos y con una prdida para Bolivia de 50,000 vidas y 240,000 kilmetros cuadrados. Los bolivianos de todas las clases -blancos, indios y mestizos- se encontraron cara a cara en sus trincheras con la realidad. De ese encuentro naci la conciencia acerca de la naturaleza arcaica e injusta de su sociedad y la decisin popular de unirse para cambiarla. Despus del fin de la guerra emergieron sobre impulsos nacionalistas nuevos partidos polticos y capturaron la solidaridad popular para reorganizar radicalmente el pas y convertirlo en una verdadera nacin y una autntica democracia. Esto llev a las masas a configurar, hacia 1952, la Revolucin Nacional, un proceso de transformacin profunda de la estructura de poder en trminos polticos, econmicos y culturales. El Movimiento Nacionalista Revolucionario tom el poder destituyendo a la junta militar conservadora que haba ignorado su clamoroso triunfo en las elecciones. Rpidamente nacionaliz las grandes minas de estao que eran el eje de la economa del pas, impuso la reforma agraria para redistribuir los latifundios construidos a partir del despojo a los campesinos de sus tierras, y decret el voto universal que incluy a los indios y a las mujeres en las decisiones electorales. Desde esos das, la gente de Bolivia ha tenido todava que pelear batallas para asegurar una genuina democracia y justicia social. Desde 1982, sin embargo, el sistema democrtico parece firmemente restablecido y prevalece hasta ahora un gobierno democrtico despus de otro. El pas ha logrado una saludable estabilidad y recuperado el respeto. La paz y el orden, deseados por la gran mayora de los bolivianos, no han vuelto a ser desafiados por el Ejrcito ni afectados por la guerrilla o el terrorismo. Ms an, desde hace dos aos, contando con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos, el gobierno boliviano ha logrado notables avances en la erradicacin de la delincuencia internacional de la cocana de su territorio, en donde las hojas de coca son producidas por siglos. Es a la luz de todos los elementos contextuales anteriores que puede ser aquilatada la experiencia boliviana con la radio popular como una herramienta de democratizacin de la comunicacin. LA SITUACIN DE LA COMUNICACIN El vaco y la dislocacin caracterizan la mayor parte del territorio boliviano. Una marcada insuficiencia poblacional y una geografa difcil determinan la fragmentacin y el aislamiento de la gente. La mayor parte vive en o alrededor de slo tres ciudades: La Paz, en el oeste, Cochabamba en el centro, y Santa Cruz en el este. El resto est disperso a lo largo del territorio en muy pequeas formaciones poblacionales aisladas unas de otras as como de los grandes conglomerados urbanos. Amplios segmentos del territorio especialmente en el norte tropical y este, permanecen prcticamente vacos y todas las fronteras estn tambin escasamente pobladas. Como informa Rivadeneira (1991), el pas tiene slo 1,538 Km de caminos asfaltados, 9,268 de caminos de piedra y 30,168 de caminos de tierra, algunos de ellos difciles de transitar por razn de las lluvias. La misma fuente indica que el total de las lneas frreas escasamente exceden de 4,000 kilmetros y que, de los 38 aeropuertos operativos, slo dos -los de La Paz y Santa Cruz- cumplen con los standards internacionales de navegacin area. Por otro lado, casi dos tercios del total de hogares en Bolivia todava carecen de electricidad. El dficit urbano es de 37% y en las reas rurales el dficit es de 91%. Hay apenas dos telfonos por cada 100 habitantes en el pas. En las ciudades hay un telfono
por cada 22 habitantes pero en las reas rurales hay uno por cada 1,281 habitantes, otra vez una diferencia abismal en perjuicio de la poblacin campesina. Los servicios postales y cablegrficos en reas rurales, especialmente en las ms remotas, son limitados y frecuentemente inadecuados. Se excluye a la poblacin que no habla espaol, en parte debido a su dispersin y en parte por el hecho de que los campesinos nativos rara vez tienen direcciones accesibles. Circunstancias como las descritas hacen muy difcil la comunicacin social en Bolivia, y favorecen en gran parte la falta de integracin nacional. Pero otros factores se suman para agravar la situacin. Uno es las limitaciones econmicas que afectan a la mayor parte de la poblacin: excepto por la minora urbana de los ms altos niveles de la sociedad, la mayor parte de la gente no puede en la actualidad invertir mucho dinero en comunicaciones. Muchos habitantes urbanos no tienen dinero para comprar peridicos o revistas y menos an son los que pueden comprar discos o cintas de video. Y dada la extrema pobreza, para los aldeanos comprar receptores de radio o aun las bateras es algo costoso. Aqu opera otro factor: las distancias culturales y las diferencias de lenguaje. Con pocas excepciones, especialmente en el mbito de la prensa, los mensajes de los medios masivos son transmitidos slo en espaol aunque sta no es la lengua nativa de 6 de cada 10 bolivianos. Ms an, estos mensajes casi nunca reflejan las condiciones de vida de los aldeanos o la de numerosos mestizos que habitan los suburbios, o responden a sus necesidades, problemas o intereses. Como consecuencia de todos los factores mencionados, los medios masivos en Bolivia no llegan realmente a las masas, sino strictu sensu, a algunas fracciones de los estratos superiores urbanos. De hecho el pas tiene actualmente 19 diarios, un nmero elevado para una pequea poblacin, pero en total el tiraje llega apenas a los 80,000. An suponiendo que tres de cada cuatro personas adquieren un ejemplar, el total de la audiencia alcanzada nos permite afirmar que la prensa es el medio ms elitista. La televisin ciertamente llega a un nmero mucho mayor de gente pero no deja de ser una minora; de hecho, Alfonzo (1990) estimaba slo en 400,000 el nmero de receptores de televisin. En 1984 fue abolido de facto el monopolio estatal, y rpidamente se produjo la proliferacin irracional e ilegal de estaciones que lleg a niveles impensables. Segn ltimos datos, (Contreras, 1992) hay 72 canales de televisin en el pas, pero analistas como Rivadeneira (1991) estiman que en su conjunto slo llegan a una tercera parte de la poblacin. Esto se debe a su baja potencia -la mayora opera en un rango de 100 a 1,000 watts y su alcance es estrictamente local- y a la naturaleza precaria del equipo que pueden usar. La televisin estatal, gracias a las unidades repetidoras y al satlite, tiene la ms amplia audiencia nacional, pero aun as no es muy grande. Respecto a las pelculas, a pesar de que Bolivia es un pas ganador de premios internacionales en el rea de los documentales, la produccin hoy es mnima, en parte debido al muy pequeo nmero de espectadores consecuencia de la invasin de la televisin y a que las salas cinematogrficas son cada da menos. La radio es la nica excepcin a la regla, no slo porque es el medio de comunicacin ms persuasivo, sino porque alcanza especialmente a los estratos ms bajos de la poblacin, mucho ms que todos los otros medios, incluyendo a los campesinos nativos, ya que se adecua a su tradicin oral. Habiendo comenzado en 1929, la radio se expandi rpidamente y mejor su calidad a principios de los cincuenta. Ahora cuenta con 1200,000 receptores y cerca de 300 estaciones transmisoras. En contraste con los otros medios que estn concentrados en las ciudades, cerca de la mitad de las estaciones de radio estn localizadas en reas rurales. Tres cuartas partes de ellas estn en las alturas porque la poblacin se concentra ah, prcticamente en la misma proporcin. Esto representa para los campesinos quechua y aimara virtualmente su nica oportunidad de estar en contacto con el resto del pas y el
mundo, a travs de un medio masivo. Recientes informes de fuentes gubernamentales indican que hay registradas un total de 132 estaciones de FM (de reciente irrupcin masiva) y 130 estaciones en AM. A estas hay que agregar como 20 estaciones de onda corta y unas muy pocas en AM y FM (incluyendo algunas que operan ilegalmente). Un reciente estudio establece que el total nacional es de 289 (Contreras, 1992). Es un nmero bastante alto para una pequea poblacin pero hay que anotar el hecho que la mayor parte de estas estaciones tienen muy poca potencia -70% tienen entre 200 y 1,000 watts- y an menos. Segn Contreras (1992) slo el 15% de las estaciones tiene alcance nacional; el 22% opera dentro de las fronteras estatales; y el resto slo tienen alcance local, algunas limitadas a muy pequeas jurisdicciones. Slo una estacin tiene ms de 10 kilowatts. La mayora de las estaciones de radio son privadas y comerciales pero no son componentes de grandes corporaciones ni pertenecen a redes; son ms bien independientes, administradas por pequeos empresarios, algunas mal equipadas y con escaso personal. El segundo nivel, en trminos de nmero de estaciones, est ocupado por cuatro agrupaciones, cada una con cerca de 20: educativas (mantenidas por la Iglesia Catlica), confesionales (ms catlicas que protestantes), estaciones de sindicatos, y radios de organizaciones campesinas. La ms baja categora es la de las radiodifusoras oficiales con una estacin gubernamental central, 4 estaciones militares, una estacin municipal y una ltima a cargo de una escuela de maestros estatal. Slo alrededor de 35 del total de 300 estaciones que hay en el pas transmite alguna programacin en aimara y son menos las que incluyen el quechua. En resumen, la mayor parte de los bolivianos estn limitados a patrones de comunicacin interpersonal, sobre todo aquellos que no tienen al espaol como lengua materna y viven en el campo. Para la mayora de los medios masivos, financiados esencialmente por la publicidad, aquellos que no estn en el mercado no estn en la audiencia, tal como sus contenidos lo reflejan claramente. La comunicacin masiva es todava un privilegio ms de las minoras dominantes. El nacimiento de la radio popular en Bolivia fue como una reaccin de los grupos populares contra tal injusta situacin. Esto sucedi desde fuera del sistema de radio establecido y parcialmente desde dentro de l. LA RADIO POPULAR Un investigador canadiense que ha dirigido una investigacin en profundidad sobre estaciones de radio campesinas y obreras en Amrica Latina, especialmente en Bolivia y Ecuador, sostiene que ...la prctica emergente de una genuina radio popular en Amrica Latina envuelve principalmente elementos de autonoma de clase, de poder y cultural (OConnor, 1989a. p. 507). Esta percepcin permite entender la radio popular como el uso de este medio para la emancipacin de los estratos ms bajos de la poblacin frente a la dominacin de los estratos superiores. Como puede probar con exactitud esta definicin general, no siempre implica la presencia de elementos de conflicto poltico o de confrontacin violenta. Las experiencias de Bolivia con radio popular corresponden a cuatro formatos pulidos a lo largo de un periodo de cuarenta aos que designa a este pas como el precursor de la regin en esta prctica que, desde los 70 es denominada popular, alternativa, participatoria, dialgica y otras formas de comunicacin democrtica. As, la prctica precedi a la teora en 25 aos.
Desde las ms antiguas hasta las ms modernas, son: 1) radios de los obreros mineros, 2) radio educativa catlica, 3) radiodifusin campesina a travs de estaciones comerciales, y 4) radios de las organizaciones campesinas y comunitarias. Las cuatro coexisten hoy en da. Es importante anotar que el punto de partida para todas estas experiencias parece ser el contexto creado por la Revolucin Nacional de 1952 que concit la participacin activa de obreros y campesinos adems de mestizos y blancos. Esto no se debe a que el gobierno revolucionario se propusiera promover la comunicacin popular o porque el partido en el poder demostrara voluntad de corregir la injusta situacin de la comunicacin. Fue ms bien porque el movimiento por una total y radical transformacin social y econmica fue tal que abri las puertas a los ms bajos estratos a probar su fuerza y acceder al poder en diversas formas. Los campesinos indios fueron redimidos a principios de los 50 de una servidumbre medieval a travs de la reforma agraria y el voto universal y pronto fueron reconocidos como un fuerte grupo de presin en el logro de sus intereses particulares. Los obreros consolidaron una federacin nacional de sindicatos en la Central Obrera Boliviana, que creci en una magnitud que ni el gobierno revolucionario mismo esperaba ni quera. Los campesinos demandaron mejores oportunidades de educacin y participacin poltica y los obreros vinieron a controlar las bases econmicas de entonces: la industria minera de estao nacionalizada. Fue un despertar generalizado de las masas dentro del cual, como anot apropiadamente OConnor, los intereses de las clases ms bajas y sojuzgadas y los valores ancestrales de las culturas nativas fueron recuperados con energa. Claramente instrumental para ambas, la comunicacin no poda estar ausente de este proceso. Y la radio -el menos costoso y menos difcil de operar de todos los medios, y el nico no dependiente del conocimiento del espaol- fue naturalmente elegida por las masas para, por fin, expresarse libremente. As, la audaz insurgencia de los oprimidos sent, sin ninguna gua terica, las bases prcticas de un intento de democratizar la comunicacin. Las radios son usadas -anota OConnor (1989a. p.507)- para dirigir la organizacin poltica (para llamar a un mitin, para organizar una campaa) pero el uso de la radio tambin dio a la gente una importante experiencia en la actividad democrtica y en la toma de decisiones. Las radios estn comprometidas en la toma de decisiones. Las radios estn comprometidas en la revaloracin de las lenguas y las culturas indgenas. LAS RADIOS MINERAS A principios de los 50, cuando comenz la Revolucin Nacional, el estao era el producto de exportacin ms importante para Bolivia y la minera en general constitua la base de la economa nacional. Fue debido a esta centralizacin que el movimiento revolucionario tena como uno de sus postulados claves la nacionalizacin de las minas que hasta entonces pertenecan, mayormente, a tres magnates: Patio, Hoschild y Aramayo. El gobierno estableci una corporacin estatal para administrar las minas nacionalizadas y la central nacional de los trabajadores mineros pronto gan un inusual control de esta operacin. Se convirti as en plataforma para consolidar y expandir la federacin de sindicatos obreros, la Central Obrera Boliviana, a tal punto que pronto volvi a esta ltima en un super estado, como una organizacin que comparta el poder poltico con el partido en el gobierno y hasta actuando como una especie de controlador del mismo.
Fue en contra de este pasado que nacieron las radios mineras. Fueron creadas, operadas y pagadas por los miembros de los sindicatos ms militantes afiliados a esas grandes organizaciones pero no estaban sujetas a ellos en lo que se refiere a su voluntad de comunicar. Dado que cada estacin perteneca a un determinado sindicato minero, cada una de estas organizaciones conduca sus servicios de radiodifusin con completa autonoma en una forma de autoadministracin desconocida hasta entonces en el pas. Cada miembro del sindicato contribua a establecer y mantener el funcionamiento de su estacin entregando para ello una fraccin de su sueldo. Dado el hecho de que los sueldos eran extremadamente bajos, este apoyo se explica por el alto nivel de conciencia de los trabajadores acerca de la importancia crucial que tienen los medios de comunicacin propios para la consecucin de sus ideales, teniendo en cuenta que los medios comerciales los ignoraban. Los primeros intentos de establecer radios mineras se produjeron al parecer entre 1915 y 1949 pero fueron efmeras y, segn algunos, eran clandestinas. Sin embargo, fue recin a partir del segundo semestre de 1952 que las primeras estaciones fueron abierta y efectivamente establecidas en los principales poblados de la ms importante rea minera de extraccin de estao, en el sureo estado de Potos. Esas estaciones pioneras fueron la Radio La Voz del Minero, de Siglo XX, Radio 21 de Diciembre, de Catavi, y Radio Nacional, de Huanuni. Fueron seguidas por estaciones en Llallagua y en muchos otros distritos a tal punto que en 1963 su nmero total era de 23 y unas pocas ms se agregaron ms tarde4 Las estaciones eran simples y pequeas, provedas con equipo elemental cuya potencia de transmisin oscilaba entre 150 watts y 1.5 kilowatts pero, a pesar de lodo, rpidamente se convirtieron en las ms influyentes instituciones sociales. Para su administracin los sindicatos trajeron al principio productores y locutores de las ciudades pero en cuanto los voluntarios locales aprendieron el negocio, el staff externo result innecesario. Los propios mineros se volvieron radiodifusoras y su manera de trabajo fue en s misma democrtica. Preguntaban a la gente acerca de sus preferencias para estructurar la programacin y exigan sinceras opiniones sobre ellos tambin. Cubrieron mtines sindicales y debates pblicos organizados. Llevaron los micrfonos por lo ms profundo de las minas y se movieron por los lugares de encuentro de la gente como mercados, iglesias y campos deportivos, imitando a todos a hablar lo que quisieran. Cualquiera se senta libre para visitar el estudio y acceder al micrfono aun por motivaciones personales o domsticas, como una mujer denunciando los golpes que le daba el marido.A veces la gente colocaba a los locutores en el increble rol de rbitros en disputas privadas o conflictos comunitarios. A travs de esta prctica de micrfonos abiertos las radios mineras permitieron a la gente ventilar sus deseos y sentimientos y ejercan presin sobre la administracin de la corporacin y las autoridades de gobierno de su jurisdiccin. En contraste con las radiodifusoras urbanas que la desdeaban, la msica folclrica era tocada permanentemente en las estaciones mineras en combinacin con las noticias y entrevistas. Pero el uso principal del medio, especialmente en pocas de luchas intensas, era informar a los mineros de la situacin de sus intereses, consolidar su conciencia, solidaridad y unidad y ayudarlos a organizarse para luchar por sus derechos. As, junto con las huelgas, la radioemisin fue el arma ms efectiva de los trabajadores. Y por eso ellas fueron, a lo largo de los aos, duramente reprimidas por los gobiernos. Los ms dictatoriales frecuentemente tomaron las estaciones y algunos inclusive ordenaron a las fuerzas militares su destruccin y el encarcelamiento de sus operadores. Inquieto por la irradiacin de los movimientos radicales en Bolivia, el Vaticano estableci en 1959 la estacin de radio Pio XII en el pueblo Siglo XX, encargando su funcionamiento a un equipo de sacerdotes oblatos de Canad. Localizada en instalaciones especialmente construidas, dotada de equipo de primera clase -2,000 watts de potencia- y operada por un grupo especialmente entrenado, adoctrinado y pagado, la estacin signific una seria competencia para las modestas emisoras sindicales pero, por
otro lado, las estimul a mejorar ellas mismas. Los gobiernos estaban satisfechos con esta conservadora intervencin pero los mineros se pusieron furiosos. Sin embargo, despus de algunos aos de estrecha coexistencia entre los sacerdotes y los trabajadores, los primeros quedaron tan convencidos de la prdica de los segundos que experimentaron una total conversin. Para 1965 Radio Pio XII estaba tan militantemente identificada con la causa de los trabajadores que ahora es aplaudida por ellos y detestada por las autoridades5. Con el colapso de la economa del estao en 1985, el gobierno cerr las minas nacionalizadas y despidi a 14,000 trabajadores de las minas. Esto signific un golpe mortal para el sindicalismo y determin la desaparicin de la mayora de las estaciones, que en sus mejores das haban llegado a un total de 27 y que frecuentemente actuaban coordinadamente para resistir inflexiblemente a los gobiernos autoritarios. Actualmente slo media docena de estas estaciones luchan por sobrevivir, con equipos obsoletos y escasez de dinero para pagar sus costos de operacin o renovacin de licencias. Sin embargo, la validez de esta inusual experiencia no slo es innegable sino que adems ha merecido la atencin y el respeto de muchos ms all de las fronteras bolivianas. LA RADIO EDUCATIVA CATLICA A poco tiempo del nacimiento de la primera radio minera, la primera estacin destinada a los campesinos aimara fue establecida en las orillas del lago Titicaca, a cerca de 2 horas de camino de la ciudad de La Paz. Era Radio Peas, perteneciente a la misin de los padres de Maryknoll, la cual en 1955 -al tercer ao de reforma agraria en la nacin- copiaba el patrn clsico de las escuelas radiofnicas colombianas de la ACPO. Enfatizaba la alfabetizacin en espaol junto con la adoctrinacin catlica, recurriendo tanto al espaol como al aimara. No acogi otro tipo de necesidades de su audiencia nativa ni promovi sus valores culturales. No apoy las organizaciones campesinas ni les dio mucha participacin en el manejo de la estacin. En 1972 la planta de transmisin fue mudada a la Paz y en 1976 los padres Maryknoll donaron su estacin al Arzobispado de esa ciudad. Ellos transfirieron su manejo a los Hermanos de las Escuelas Cristianas (La Salle). La estacin cambi al nombre de San Gabriel, pero la transformacin abarcara mucho ms que slo un nuevo nombre. De hecho, Radio San Gabriel pronto se convirti en el nico medio de comunicacin masivo totalmente identificado con el pueblo aimara y totalmente dedicado a servirlo de da y de noche6. Lo hizo de tal manera que permiti amplia participacin a los campesinos en la conduccin de la estacin, desde la planificacin hasta la programacin, el financiamiento y la evaluacin. Esto cambi la convencional alfabetizacin por un nuevo programa de alfabetizacin que se expandi a una educacin integral adecuada a la cultura campesina aimara y a las necesidades prcticas de la vida campesina. Esta fue llamada comunicacin educativa promocional y se caracterizaba porque envolva activamente a la comunidad en el esfuerzo. De hecho la estacin acoge, en consulta con la comunidad, a representantes permanentes de ella. Esta los entrena en la labor educacional a travs de una red de centros de capacitacin propia -los IRAS- todos ellos ofrecen a miles de campesinos talleres en las diversas habilidades que se requieren para el desarrollo rural, incluyendo agricultura, educacin y salud. En 1980, una rgida dictadura, consider que todas esas actividades eran agitacin subversiva, asalt la estacin y destruy parte de su equipo pero no se atrevi a cancelar su funcionamiento por temor a la reaccin de la influyente iglesia Catlica. Sin tener a la evangelizacin como uno de sus objetivos principales, Radio San Gabriel constituye en estos momentos una demostracin viva sin paralelo, de la habilidad del pueblo para organizar, conducir y mantener una influyente institucin de base para la democratizacin de la comunicacin. De tres
personas que tena al principio a cargo de la produccin ahora tiene un staff de ms de 100 miembros, el 95% de los cuales son campesinos aimaras. Disfruta desde 1982 de un confortable local donado por el obispo de Saint Louis en Estados Unidos, tiene buenos estudios, una planta de transmisin de 10 kilowatts adems de una gran antena, un auditorio y muchas oficinas para mltiples actividades. Departamentos de investigacin, programacin, guiones, agricultura, salud y educacin, unidades de entretenimiento, secciones de radionovela y concursos, y similares. Hasta tiene un amplio departamento de servicios postales y ha firmado contrato con muchas oficinas del gobierno para efectuar trabajo educativo para ellos. Se dice que el tempranero noticiario a cargo del periodista e investigador aimara Donato Ayma llega y tiene influencia sobre medio milln de personas, incluyendo campesinos aimaras del sur del Per. Una audiencia que no tiene ningn otro radioinformativo en la nacin. Dos rasgos notables tiene el estilo de trabajo de San Gabriel. Uno es que su produccin est organizada en la manera colectiva caracterstica del espritu comunal aimara: cada miembro del staff tiene que desempear rotativamente cada cargo en la emisora. De esta manera todos son capaces de hacer todo y la produccin es participatoria pero en modo compartido, porque se evita la super especializacin. La otra caracterstica es que prcticamente todos los miembros del staff que son campesinos, tienen que dejar la estacin por un tiempo cada ao para retornar al trabajo en sus comunidades rurales y as tambin renovar el contacto con su propia gente. As se evita la alienacin y los radiodifusores pueden seguir familiarizados con su realidad original y leales a su pueblo. En ningn otro lugar, por lo menos en Amrica Latina, existe una estacin de radio de la naturaleza y dimensiones de Radio San Gabriel. Es por ello que no sorprende saber que le fue otorgado en Espaa, en 1991, el premio Fray Bartolom de las Casas en reconocimiento a sus 35 aos de infatigable y fructfera dedicacin ayudando a los campesinos aimaras a superar su subdesarrollo y lograr justicia. Evidentemente San Gabriel es algo excepcional, pero no es la nica estacin de esta clase en Bolivia. De acuerdo a una reciente revisin, (Reyes, 1990) hay una docena ms dispersas en el territorio boliviano que comunican en espaol, aimara, quechua y hasta en las lenguas tupi-guaran de la selva del Amazonas. Los recursos de estas son menos impresionantes que los de San Gabriel, pero sus mritos e impacto son comparables. Y ellas responden a la misma filosofa: su misin es estimular a los campesinos a desempear roles de liderazgo como comunicadores en sus propias lenguas, para preservar su identidad y cultura y esforzarse en el progreso y la liberacin. Un ejemplo destacado de estacin educativa, que sirve a los campesinos en los distritos amaznicos de Bolivia, es Radio San Miguel, localizada en la ciudad de Riberalta en la selva del estado del Beni, uno de los ms olvidados. Riberalta es el centro de mercado del caucho, castaa y lanas finas. Distante, cerca de la frontera con Brasil, y en aguda carencia de caminos, debido en parte a las lluvias constantes que con frecuencia inundan el territorio, el rea est comunicada a travs de los ros y por aire. Su poblacin es dispersa y sufre la carencia de servicios de todo tipo, incluyendo salud y educacin. Estos campesinos pertenecen a diferentes culturas selvticas tupi-guaran, cuyas lenguas no son tan conocidas como el quechua o el aimara. Se comunican con mucha dificultad entre ellos mismos y con el resto del pas, y estn muy lejos de tener organizaciones de sindicatos como las que existen ya hace aos en las zonas altas. Los padres Maryknoll fundaron en 1968 una estacin precisamente con la intencin de romper esta situacin de incomunicacin que facilita el subdesarrollo y la opresin. Desde entonces San Miguel ha luchado denodadamente para ayudar a que la organizacin campesina se fortalezca, a mejorar las oportunidades educativas y las condiciones de salud y a incrementar la produccin agrcola as como a perfec-
cionar los sistemas de comercializacin. Sus programas son informativos, educativos y de entretenimiento, y prestan especial atencin a las mujeres y nios. Ellos tambin son participatorios y utilizan cualquier oportunidad para involucrar a la comunidad en la produccin de programas y recurren al valioso apoyo de una red de reporteros voluntarios populares. Dado que su audiencia no puede acercarse fcilmente a la estacin central, San Miguel va a visitar por lo menos a los vecinos de Riberalta. Lleva sus micrfonos hacia ellos improvisando escenarios en patios o parques y dirigiendo la transmisin a la manera de un auditorio abierto a travs del programa Hola vecino. Algunas veces manda equipos de reporteros en travesas por el ro para entrevistar a segmentos de audiencia en pequeas aldeas7. En sntesis. Radio San Miguel usa una serie de estrategias de comunicacin diferentes para ajustarse a la naturaleza de su audiencia y a las circunstancias ambientales en las cuales opera. Pero su misin no es diferente a la de San Gabriel y todas las afiliadas a ERBOL: ayudar a lograr la emancipacin econmica, cultural y poltica de los campesinos. Ya en 1967 estas estaciones de radio -catlicas pero no confesionales- se agruparon en una organizacin que hoy se llama Educacin Radiofnica Boliviana (ERBOL), de la cual la propia San Gabriel es miembro. Juntando todos los kilowatts de potencia sumaran el 40% del total de Bolivia. Han desarrollado vnculos con 800 organizaciones de base y 2,500 grupos comunitarios en la nacin. En su primera dcada de accin cooperativa combinando tcnicas a distancia con clases en el aula, ERBOL tiene ms de 100,000 estudiantes registrados. Sin embargo esto es mucho ms que alfabetizacin. Orientada por una declaracin de principios, ERBOL est claramente comprometida en alentar la educacin no formal como herramienta para ayudar a los bolivianos olvidados a lograr su liberacin de la injusticia y que participen en la construccin de una nueva sociedad8. Desde 1980 -habiendo logrado un alto nivel de eficiencia al dirigir la educacin y alentar la organizacin de los campesinos y los pobres del campo- ERBOL cambi, dando un mayor nfasis a la participacin activa de la gente en la comunicacin masiva. Su herramienta bsica para ello es un sistema de telefax de alta frecuencia que enlaza a todas y cada una de las estaciones afiliadas a lo largo de la nacin. Esto propicia las condiciones para que las organizaciones de base estn al tanto -veloz y permanentemente- de la realidad local, nacional e internacional a travs del noticiero de la red que se emite dos veces al da. Por primera vez en la historia un medio masivo cubre eventos en remotas y pequeas aldeas que nunca aparecen en las pantallas de televisin o en las columnas de los grandes diarios. En resumen, despus de un cuarto de siglo de destacada y exitosa experiencia y contando con 17 afiliadas, ERBOL es hoy en da la ms grande, ms compleja y ms productiva red de radiodifusin educativa de toda Amrica Latina. RADIODIFUSIN CAMPESINA A TRAVS DE LAS ESTACIONES COMERCIALES A pesar de que en la prctica es tan antigua como los dos modelos antes descritos -las radios mineras y la radio educativa catlica- este tercer formato es poco conocido y difcil de conocer. Es un formato comercial en el cual los comunicadores campesinos no poseen ni dirigen la emisora -urbanas y comerciales en su mayora- pero han logrado acceso a las primeras horas de la maana, cuando los pobladores aimaras escuchan la radio y los ciudadanos urbanos todava duermen. La manera de acceder es alquilando el tiempo muerto a los dueos de las emisoras, partiendo de la base de que se comparten las ganancias o pagndoles a ellos para que hagan programas dirigidos a la
poblacin de lengua aimara de los suburbios de La Paz y de las reas rurales relativamente cercanas. En ambos casos las emisiones se financian por medio de la publicidad y en menor proporcin por las contribuciones de la audiencia indgena. Esta audiencia no es nada pequea: por lo menos un milln de personas, en un pas con una poblacin de siete millones. La mitad de ellos localizados en la Paz y su ciudad satlite El Alto, y la otra mitad en las zonas rurales del estado noreste de La Paz, que incluye el inmenso Lago Titicaca a 12,000 pies de altura, en la frontera con el Per. La Paz tiene alrededor de 800,000 habitantes de los cuales por lo menos la tercera parle son migrantes indios aimaras, y la vecina El Alto cuenta con alrededor de 400,000 personas de las cuales fcilmente las dos terceras partes son tambin este tipo de migrantes. Juntos constituyen una fuerte y creciente presencia de la cultura autctona en el principal centro urbano del pas y sede del gobierno. Aunque la comunidad est golpeada por la pobreza, salvo mnimas excepciones, y adems de ello no tiene mayor significancia en la economa, tiene en cambio gran importancia poltica, dado que desde la Revolucin Nacional de 1952 los indios ganaron el derecho al voto aun cuando no dominaran el espaol y estn organizados para defender sus intereses. Consecuentemente, ellos tienen actualmente un poder poltico considerable. Esto se hace ms evidente en tiempo de elecciones. Carlos Palenque, un radiodifusor no indio pero que sin embargo domina el aimara, entendi esta realidad hace mucho tiempo y estableci en la dcada pasada primero una estacin de radio, y luego un canal de televisin especial y claramente dirigido a los aimaras. Combinando aimara y espaol, difundiendo msica nativa -que tiene bastante popularidad desde mediados de los aos 50 ms o menos- y dando mucha atencin as como activa participacin a la poblacin aimara de La Paz, se hizo rpidamente popular y figura pblica. Pronto form un nuevo partido poltico de lineamientos populistas, que creci a una velocidad sorprendente. Su candidato a Alcalde en la ciudad de La Paz gan las elecciones locales en 1991 y l preside el Concejo Municipal. Palenque -conocido por todos como El Compadre- es ahora candidato a la Presidencia de la Repblica en las elecciones nacionales de junio de 1993. Aunque parece poco probable que l gane, su rpido ascenso -de haber sido totalmente desconocido en poltica hasta llegar a dirigir un partido que tiene representacin en el Congreso y candidato presidencial- habla en forma elocuente de la importancia de la poblacin india en las tendencias de la democracia actualmente en Bolivia. Y esto demuestra tambin que la comunicacin masiva al servicio de los problemas de los sectores populares ha concitado en el pas un nivel de influencia probablemente nico en la regin9. Al parecer la primera vez que el aimara apareci en la radiodifusin en Bolivia fue cuando la radio norteamericana, auspiciada por los protestantes, Radio Cruz del Sur, llev a cabo un intento de hacer adoctrinacin religiosa en esa lengua. No hay registros sobre quin hizo la locucin en esa poca, pero en 1955 uno de los ms claros precursores fue Guillermo Vargas Hidalgo, que tena como seudnimo Mallku -cndor en aimara- y transmita por esa misma estacin un programa diario Los sembradores de la luz divina de 5:00 a 6:00 a.m. Ms tarde l hizo un programa diferente en Radio Altiplano, cuyo director, Ral Salmn, fue algunos aos Alcalde de la Paz, en parte gracias al voto indgena. Eventualmente, Vargas se convirti en el primer escritor, productor y director de programas en aimara, difundiendo leyendas o dramatizando problemas de la comunidad aimara. Otro precursor de la radiodifusin campesina fue PedroTapia, conocido por la audiencia como Amuyiri (el pensador) y tambin comprometido en la produccin de guiones. Un tercero fue Elias Ticona, y otra emisora que dio
acceso temprano a los aimaras fue Radio Agustin Aspiazu, seguida por Radio Mendez y Radio Continental. La inslita insurgencia de estos radiodifusores no estuvo carente de problemas ya que el prejuicio social (los indgenas eran menospreciados a pesar de la revolucin) y la competencia profesional hicieron difciles los primeros pasos. Ellos perseveraron, sin embargo, y persistieron en el trabajo hasta los ltimos das de sus vidas. Gradualmente fueron seguidos en la tarea por otros que tambin tuvieron que aprender el trabajo por s mismos. Algunos de ellos todava siguen en actividad, por ejemplo Fidel Huanca y Genaro Quino y una mujer: Cleof Vargas, conocida como Mara Kantuta. Varios factores contribuyeron a impulsar la radiodifusin aimara a travs de estaciones comerciales. El gobierno revolucionario ocasion a mediados de los 50 una grave depresin a la economa boliviana y para sobrevivir a la crisis ms estaciones de radio se interesaron en recibir algn ingreso por el uso de sus horas matinales, usualmente muertas. Por otro lado, este gobierno despleg una campaa masiva de alfabetizacin que encontr muy conveniente recurrir a las radioemisoras. A principios de los 60 la difusin de los transistores ampli en grandes proporciones la audiencia radial e hizo posible alcanzar las reas rurales ms all de las ciudades. Esta fue tambin la poca en que se produjeron y vendieron los primeros discos de msica aimara y quechua. Los movimientos sindicales campesinos y el activismo poltico en las reas rurales, especialmente en poca de elecciones, tambin motiv a muchos a tratar de llegar al campesinado. Y el impacto de Radio San Gabriel en las alturas se diriga a una nueva audiencia que quiz evolucionara hasta convertirse en mercado, por lo menos para algunos productos de las fbricas de la ciudad o artculos importados. Pero, paralelamente estaba el histrico convencimiento del pueblo nativo de que haba llegado el momento de superar el estado de no-comunicacin al cual haban estado sometidos desde la poca de la colonia. Los estudios sobre radio campesina en Bolivia eran muy escasos hasta 20 aos despus de su aparicin. Los ms valiosos fueron las contribuciones pioneras de Xavier Alb (1970, 1973 a, 1973 b, 1974, 1977 a, 1977 b, 1977 c, 1981 y 1989) y de Quiroga y Alb (1974 a,1974 b), destacando la importancia de la radio en relacin con la escolaridad y en el uso de las lenguas nativas en el pas como un medio de preservar las identidades indgenas. Y, como ya se seal en este texto, tambin se realizaron varios estudios en los aos 70 sobre la radio educativa catlica y unos pocos sobre las radios mineras, incluyendo algunos publicados en el exterior. Pero hasta 1983 no hubo estudios, a parte de ciertas menciones breves, sobre la radiodifusin comercial aimara que comenz en 1955. En ese ao investigadores de la Escuela de Comunicacin de la Universidad Catlica de Bolivia -Tirado, Czaplicki y Morello (1983)- incluyeron una significativa mencin sobre los productores independientes aunque la utilidad de su investigacin estaba enfocada hacia el estudio de las horas extraordinarias en las emisoras y no sobre los formatos. Inclua detalladas entrevistas con productores y programadores -sobre todo de las emisoras catlicas de educacin rural- as como muestras de audiencia, y recogieron datos sobre orientacin y organizacin as como preferencias de horarios, contenidos y formatos. El estudio fue, en sntesis, el primer inventario comprehensivo de la radiodifusin campesina en Bolivia y, al mismo tiempo, una somera pero sugestiva evaluacin de las experiencias conducidas y comparaba por momentos las emisoras comerciales y las no comerciales. Desde entonces son pocos los textos que se han publicado que provean informacin sobre operaciones especficas. (Por ejemplo Educacin Comunitaria por Radio -ECORA (1980), Gwyn, 1983), Congreso Nacional de Comunicadores y Radialistas nativos de Bolivia (1984), OConnor (1988), Vega y Aliaga (1989). Todava no hay, sin embargo estudios que profundicen acerca de las experiencias de los desco-
nocidos radiodifusores del amanecer que comunican en el lenguaje ancestral de la tierra para ayudar a forjar una nueva sociedad. Para aliviar en parte esta lamentable carencia los autores de este texto realizaron algunas entrevistas semi-estructuradas con una muestra de los campesinos productores radiales independientes y sostuvieron conversaciones informales con unos pocos propietarios y directores de emisoras en las cuales ellos trabajan10. Trece de esos productores -11 hombres y 2 mujeres- fueron seleccionados entre aquellos que trabajan para emisoras de La Paz y El Alto y que no tienen sus propio; productores sino que alquilan el tiempo de transmisin a independientes. La Paz tiene 37 estaciones de radiodifusin de las cuales 13 tienen actualmente programa: en aimara; ms an, 4 de estas 13 operan slo en aimara: la San Gabriel, sin fines de lucro, y las comerciales Spendid, Nacional de Bolivia y Emisoras Unidas, y estas dos ltimas encargan por lo menos dos tercios de su tiempo a productores independientes. Y las emisoras de El Alto incluyen porciones sustantivas de tiempo de transmisin en aimara, a cargo de su staff, o reclutando productores independientes. Quines son estos productores independientes? Qu los motiv a hacer lo que hacen? Cmo son sus costos y ganancias? Cmo es su programacin y cul es la reaccin de la audiencia? Las respuestas a preguntas bsicas como stas las sintetizamos en seguida. La edad de los radiodifusores aimara entrevistados oscila entre 28 y 64 aos con unos pocos que han estado en el trabajo por 30 aos. La mayora son hombres aunque tambin se encuentran parejas de esposos. El ao en que comenzaron a trabajar vara entre 1955 y 1988 y muy pocos han recibido capacitacin. Dos motivaciones parecen ser centrales en su decisin de trabajar en la radio. Por un lado, la percepcin de una nica oportunidad de servir a su pueblo y contribuir a que prevalezca su cultura. Por otro lado, el placer de comunicar masivamente y en su propia lengua adems de la popularidad y el status que gana al convertirse en personalidad de los medios entre las audiencias aimaras de las ciudades y de las zonas rurales. En menos proporcin otras dos motivaciones se registraron: la voluntad de continuar un deber de comunicacin anteriormente desarrollado por padres o parientes cercanos, y la esperanza de obtener mejores ingresos que los que se logran en la agricultura, expectativa que difcilmente se materializa. Por cierto que la radiodifusin comercial aimara puede difcilmente considerarse rentable. Los propietarios de las emisoras cobran a los productores el equivalente de 50 a 200 dlares por una hora de transmisin en la maana temprano (generalmente de 5 a.m. a 6 a.m.) a lo largo de todo el mes, de lunes a sbado. (Tambin hay programas de fin de semana). Esto incluye el uso del estudio y la planta as como el trabajo del operador de cabina. El productor independiente es libre de hacer el programa a su voluntad en precio tantas veces superior como le convenga. Sin embargo, dado que la mayor parte de las fuentes de publicidad estn tambin en la misma pobre comunidad nativa, no puede cobrar sino precios muy modestos especialmente para el caso de mensajes personales. Estos son por ejemplo, informacin sobre viajes, enfermedades, nacimientos, o muerte de personas de la audiencia, as como saludos de cumpleaos, dedicatorias musicales, o pedidos para que alguien enve cierto tipo de mercadera a alguien en el campo. Por cada vez que se pase el anuncio la tarifa es en promedio de 0.30 US$. Otras noticias pueden costar un poco ms (50 o 60 centavos), como por ejemplo las convocatorias a reuniones, que deben ser repetidas varias veces. Aunque las tarifas ms altas (1- 3 US$) son para las tiendas de deportes o artesanales (carpintera, mecnica, bordados), y pequeos negocios como peluquera, tiendas de costura, panadera, reparto a domicilio de pasteles, empleados por horas, tejedores y otras por el estilo. La categora ms cara
de avisos es la constituida por grandes firmas que venden cerveza y licores, detergentes, herramientas agrcolas, productos veterinarios, llantas de automviles, muebles y artculos electrodomsticos. Tambin los avisos polticos, especialmente en poca de elecciones. Aunque el pequeo avisaje publicitario es dejado para que lo disfruten los productores, este ltimo bloque es generalmente comercializado y negociado por los dueos de las emisoras. Y en este caso la parte del len no es precisamente la del productor independiente. Por el contrario, en realidad algunas veces hasta corren el riesgo de no obtener ninguna ganancia y aun ni siquiera lo suficiente para pagar la renta mensual. Por qu permanecer entonces en el negocio? Como se dijo antes, es un asunto de amor al trabajo que aunque no genere un ingreso atractivo y estable, aparentemente da diversin, prestigio y la satisfaccin de ser til a su pueblo. Como esto no asegura dinero para sobrevivir, la mitad de los productores independientes entrevistados tiene otro tipo de ocupaciones adems de la radiodifusin; son profesores o artesanos o pequeos comerciantes. Ni uno solo de los productores independientes parece considerar la opcin de renunciar a su puesto detrs del micrfono. Esto a pesar del hecho de que adems de recibir un ingreso muy modesto, por lo general se ven obligados a trabajar en condiciones muy precarias. Algunos dueos de estaciones, por ejemplo, no les permiten utilizar sus colecciones de discos y ellos tienen que conseguir los suyos. Igualmente, no tienen acceso a equipos profesionales de grabacin para trabajo de campo, por eso se contentan con grabadoras amateurs que no ofrecen una buena calidad a sus programas. Y cualquier gasto que se pueda generar al cubrir eventos tiene que ser absorbido tambin por ellos. Su modo de produccin es artesanal. Posiblemente con la excepcin de los programas dramatizados, no usan guiones y difcilmente pre-graban un programa porque no tienen tiempo y facilidades. Con poco ms que un ejemplar de un diario y tal vez pocas notas de secuencias, ellos saltan al micrfono cada maana para improvisar mensajes intercalados con msica folclrica, en perodos que abarcan de 30 a 90 minutos. Tienen que investigar, planear, producir, evaluar y financiar su actividad por s mismos y con sus propias manos. Hasta aproximadamente seis aos atrs toda la radiodifusin campesina independiente era hecha por individuos como los de la muestra. Desde entonces, sin embargo, la produccin grupal se ha sumado a la escena. Hay en estos momentos diez grupos en La Paz. Ellos incluyen radiodifusores, intrpretes musicales que recurren a la gran variedad de instrumentos autctonos y actores de teatro. Y, aunque cada uno est identificado con una lnea poltica, parece que todos son aceptados por la administracin de la emisora. El contenido de la publicidad ya ha sido descrito, y se identifican dos grandes categoras: mensajes personales de servicio pblico y avisos comerciales o propaganda poltica. El resto del programa son noticias v entretenimientos de diferente tipo. Dos son los formatos ms frecuentes: el noticiero simple, relativamente breve, y el magazine, generalmente largo, porque rene noticias con msica, cuentos y humor y recurre a entrevistas en el campo y en el estudio, y presentaciones en vivo de grupos musicales. Los magazines predominan sobre los noticieros. Los programas de noticias no se limitan a tpicos rurales o intereses exclusivamente aimaras; son lo suficientemente abiertos en su enfoque como para incluir menciones a eventos nacionales y hasta internacionales en tanto que los productores consideran que su audiencia debe estar enterada de mucho ms que de sus festividades comunales y de las prcticas agrcolas.
Las noticias diarias en espaol son una fuente de informacin para los radiodifusores quienes leen algunas selectivamente o condensan varias en una sola, adaptndolas para el inters de su audiencia y las comentan libremente si es necesario. Su fuente de primera mano es el vecindario, las autoridades locales y los lderes informales as como los dirigentes de las organizaciones de base como sindicatos, clubes de madres, asociaciones de pobladores, clubes deportivos y similares. Mantener el contacto con estas fuentes quita tiempo pero da a los radiodifusores una penetracin directa en las necesidades de la gente y su reaccin frente a los asuntos pblicos. El seguimiento de ciertos eventos es algo que ellos hacen con frecuencia, dado que, ms all de las noticias del da, ellos consideran que deben ir hacia la gente por el feedback y ajustes. Algunas veces hacen una especie de informes en profundidad sobre asuntos que han sido largamente olvidados en los medios masivos de la ciudad. Y ellos suelen ser muy espontneos en sus crticas a las autoridades, instituciones o ciudadanos particulares. En pocas de autocracia muchos de ellos se aventuran a condenar la conducta del gobierno y esto a veces conlleva la represin: los programas son cancelados por medio de presiones a los dueos de las emisoras y algunos de los productores independientes tienen como parte de sus experiencias el maltrato policial e inclusive largos das en la crcel. Los programas de entretenimiento corresponden a tres categoras principales: melodas autctonas de las alturas, interpretadas con instrumentos indios, otro tipo de msica de las alturas (no toda rural) interpretada por brass-bands y msica tropical interpretada por grupos de cuerdas u orquestas. La ltima subcategora es la predominante. Abarca festivales y presentaciones pblicas de msicos y bailarines folclricos indios, especialmente organizados para la audiencia de la radio; Frecuentemente estos festivales se llevan a cabo en los escenarios o auditorios de las estaciones y suelen prolongarse muchas horas. Y funciones referidas a radionovelas o leyendas o episodios histricos o sobre eventos actuales de la vida aimara. El drama potico est muy enraizado entre las costumbres ancestrales de los aimaras, este formato basado en el dilogo y la ficcin es muy apreciado por las audiencias radiales y prueba ser muy efectivo para presentar algunos mensajes en una manera mucho ms atractiva que a travs del monlogo simple (ver Philco, 1989). Algunos programas tienen ttulos en aimara (por ejemplo, Quipa, Yanapuri) mientras que otros son en espaol (por ejemplo, Pueblo Aimara, Amanecer Musical) y pocos escogen combinar las dos lenguas como Buenos Das Chuquiago Marka (Buenos das La Paz). A simple vista, para personas poco familiarizadas con el aimara, los programas campesinos parecen muy similares de una estacin a la siguiente. Pero en realidad esto no es as para los radioescuchas indios. Ellos son capaces de distinguir entre estilos de comunicacin personal y celebran los usos elegantes de su lengua y condenan lo opuesto. La lengua aimara, siendo muy rica y compleja, tiene muchos trminos, lo que se presta a variaciones de expresividad que los miembros ms sofisticados de la audiencia parecen disfrutar. En contraste con estaciones muy organizadas como San Gabriel o con otras estaciones comerciales grandes, aquellas que albergan a los radiodifusores campesinos no hacen ningn tipo de investigacin sobre su audiencia y no demuestran ninguna inclinacin por evaluar sistemticamente el impacto de los programas aimaras. Para la mayor parte de los propietarios estos programas parecen ser slo una forma de expandir un poquito su audiencia y confan en percibir un ingreso adicional sin tener ms gastos o trabajo. De vez en cuando algunas instituciones incluyen estos programas en investigaciones ms amplias sobre audiencias rurales, para averiguar sobre preferencias de horarios, contenidos y formatos por sexo, edad, ocupacin y ubicacin. Esta informacin, sin embargo, rara vez llega a las emisoras o a los radiodifusores.
Los productores independientes parecen satisfechos con el informal y ocasional feedback que ellos reciben yendo al campo o cuando son visitados en el estudio, as como cuando reciben cartas de los miembros de la audiencia. En algunos casos las cartas son numerosas y en ocasiones los productores tienen que inhibir las visitas para evitar que las estaciones se llenen de informantes voluntarios, admiradores de los locutores o gente con protestas o reclamos que piden ayuda y justicia. A este nivel llega la confianza y el aprecio de los campesinos por sus radiodifusores. A pesar de no tener disponibles datos cientficos seguros sobre las reacciones de la audiencia, saben con certeza que -all afuera, en los lejanos poblados de la ciudad y en las cabaas solitarias de las aldeas- miles de sus semejantes estn cada maana escuchando atentamente lo que ellos tienen que decirles acerca de la nacin, de ellos mismos y del mundo. SINDICATO DE CAMPESINOS Y RADIO COMUNITARIA Este ltimo formato en ser revisado es el ms nuevo y tambin el menos desarrollado de los cuatro que existen en el pas. A diferencia de los sindicatos de trabajadores mineros, las ligas campesinas organizadas bajo el impulso de la Revolucin Nacional de 1952 no recurrieron por s mismas a la propiedad de la radio para lograr sus intereses. Aunque una estacin en la ciudad de Oruro, a 130 millas al sureste de La Paz se convirti en propiedad de la Federacin de Sindicatos Campesinos. Llamada Radioemisoras Bolivia, fue establecida en 1964 por el mismo grupo de Padres Canadienses Oblatos que construyeron la Radio Pio XII en las minas. Estaba dirigida bsicamente a la poblacin quechua y aimara de los distritos perifricos de la ciudad, entonces an el corazn de la actividad minera del pas y como tal un fuerte soporte de las actividades del sindicato. Cerca a la estacin los curas establecieron un instituto cultural para la investigacin y la educacin popular, INDICEP, a travs del cual ellos dieron una fuerte orientacin educativa a su radiodifusin. Para 1971, ansiosos de dar a los campesinos organizados la oportunidad de poseer y administrar por s mismos una emisora como la de los mineros, los Oblatos hicieron la transferencia a la federacin antes mencionada. Desafortunadamente los lderes fracasaron y no supieron aprovechar esta conveniente opcin. Cambiando muchos directores hasta 1978, la emisora fue operada sin orden ni eficacia y se someti con frecuencia a los intereses de los partidos polticos que dominaban los sindicatos campesinos. Eventualmente la estacin se convirti en comercial pero retuvo su disposicin de transmitir en quechua, aimara y espaol junto con una cadena de apartados postales en localidades rurales cercanas a la ciudad a travs de las cuales tena constante feedback de su audiencia. Otra, y ms afortunada creacin del sindicato de campesinos en el campo de la radiodifusin en Bolivia es Radio Yuraq Molino, establecida en 1985 en la provincia de Carrasco del estado de Cochabamba en el centro del territorio del pas. Creada por el Sindicato Sub-Central de Campesinos de Yuraq Molino en cooperacin con el instituto privado de educacin para el desarrollo INEDER, la estacin fue comprada con las contribuciones de todos los miembros de los 27 sindicatos afiliados a la sub-central, sea a travs de dinero en efectivo o su equivalente en productos agropecuarios que la sub-central vendi. En cuanto a su formato, las operaciones de la estacin estn presididas por un cuerpo de 20 representantes de los co-propietarios y 3 del INEDER. Dirigido por un grupo de 6 miembros de los cuales slo uno -el director representante del INEDER- no es campesino, la pequea estacin opera con un generador diesel de electricidad y tiene muy poca potencia de transmisin. Aun as llega a una audiencia de alrededor de 40,000 habitantes, mayormente campesinos quechuas, en cuya lengua, en consecuencia opera. Entre los principales propsitos de la estacin estn lograr la integracin de diminutas comunidades
aisladas debido a la ausencia de caminos y estimular la participacin campesina organizada para incrementar la produccin agrcola y mejorar la vida de la comunidad. Su programacin da mucha importancia a problemas de salud, educacin y selvicultura y los formatos radiofnicos incluyen un radiodrama con contenidos sociales. En cadena con un programa diario de una estacin vecina afiliada al sistema ERBOL, Yurak Molino ha sido capaz de crear su propio sistema informativo. Y ahora est planeando establecer cabinas rudimentarias de grabacin en localidades clave de su jurisdiccin para lograr las mayores contribuciones de corresponsales locales. Espera convertirse para fines de 1993 en una estacin autosostenida totalmente financiada por los sindicatos campesinos. Miles de aos ms antigua que la cultura quechua, la civilizacin aimara estuvo primero sometida a los incas que hablaban quechua, y ms tarde a los espaoles. La clula bsica de su organizacin social es el ayllu, notable ente comunal que todava prevalece en algunas partes de Bolivia. Una de ellas es una remota provincia en el sureste estado de Potos en una de cuyas dispersas jurisdicciones un ayllu ha permanecido intacto. Llamado Chayantaka est compuesto por 10,000 campesinos que actualmente pertenecen a la cultura quechua pero con muchas reminiscencias de los originales aimaras. Decididos a poner fin a su aislamiento y subdesarrollo los lderes del ayllu con alguna ayuda externa a travs de un proyecto de desarrollo rural, establecieron a mediados de 1900 una estacin de radio por medio del aporte de los campesinos en productos agrcolas. la llamaron Mallku Kiriya en honor a su dios, la ms alta montaa de su rea, cuya denominacin significa La Voz del Seor. La humilde pero adecuada instalacin de la emisora fue construida a la manera tradicional cooperativa, caracterstica de las comunidades aimaras. Y las contribuciones colectivas hicieron posible tambin la compra del generador de electricidad diesel para operar la planta transmisora. Todos los miembros de la estacin son campesinos y, en tanto que no pueden dejar sus granjas sin atencin, slo pueden transmitir los fines de semana hasta que puedan capacitar a jvenes voluntarios que operen la estacin diariamente. La transmisin se inicia el domingo a las 4 a.m. con una interrupcin a media maana para ahorrar la escasa energa disponible. Esto sin embargo, ha devenido en una modalidad de trabajo por la cual la estacin se ha convertido fsicamente en el centro principal de reunin del ayllu. Muchos campesinos caminan considerables distancias para llegar y estar presentes cuando se transmiten los programas, para ver a los msicos nativos, cantantes y bailarines y para encontrarse y conversar con compaeros campesinos, amigos y autoridades. Esta es, por ello, una autntica radio de los campesinos, por los campesinos y para los campesinos. El director de la estacin es un campesino aimara que ha recibido capacitacin en radiodifusin en La Paz y conoce el quechua y el espaol. Dado que todo el trabajo es voluntario y l no tiene granja ah, l gana su sustento practicando la medicina tradicional a base de hierbas, de lunes a viernes. Gracias a l y sus co-productores, estos nativos largamente olvidados pueden ahora sentirse parte de un ayllu mucho ms grande: la repblica de Bolivia. OTRAS CARACTERSTICAS NOVEDOSAS Hay otras caractersticas singulares en las experiencias de radio popular en Bolivia. la insurgencia de reporteros populares, la creacin de asociaciones profesionales de radiodifusores indios y el establecimiento de capacitacin profesional para ellos.
LOS REPORTEROS POPULARES Los Reporteros Populares son periodistas aficionados que actan como colaboradores voluntarios de los servicios de informacin de las radios campesinas que operan entre dos de los cuatro formatos revisados aqu: las estaciones educativas catlicas y las sindicales y comunitarias. Ellos aparentemente emergieron en el trabajo en la radio campesina al norte de La Paz, en la regin sub-tropical de los yungas, pero ahora se les encuentra en muchas otras partes del pas. Son sobre todo hombres y mujeres jvenes que operan como recolectores de informacin en sus respectivas comunidades y proveen de sta a las estaciones para las cuales trabajan sin remuneracin. Ellos informan por carta, por telfono si es posible, y enviando cassettes grabados. Adems de trabajar como corresponsales de campo tambin ayudan a veces a interpretar las reacciones y preferencias de la audiencia. Virtualmente todos estos reporteros comienzan operando sin haber tenido ninguna capacitacin para ello, compensando esta desventaja con entusiasmo y diligencia. A algunos les ofrecen prcticas guiadas sus emisoras, pero slo algunos pocos han tenido oportunidad de mayor entrenamiento formal. Y an as sus servicios son muy apreciados por los radiodifusores estables y comienzan a ser reconocidos por organizaciones profesionales de periodistas. Usualmente bilinges, en muchos casos son elegidos para desempearse como reporteros por sus propias comunidades que ven en ellos a potenciales buenos comunicadores. Un buen nmero de ellos pronto demuestra serlo tambin en la produccin local de cartillas, difundiendo programas a travs de megfonos o desplegando peridicos murales en sus pueblos natales. Un destacado caso de participacin femenina en el reportaje popular es el del Centro Gregoria Apaza, una organizacin no-gubernamental para el desarrollo de las mujeres. Con su sede en El Alto, esta institucin hace uso ptimo de las posibilidades de comunicacin desde 1985. Nias entrenadas en asentamientos suburbanos de migrantes campesinos activan la insercin de noticias en otros programas sobre la vida de las mujeres de estratos bajos en varias emisoras y, por otro lado, tienen en una de ellas un programa semanal sobre la salud de las mujeres. (V er Alzerreca y Ruiz, 1987; y Roca y Sandoval, 1989). Este ao sus esfuerzos culminaron con el establecimiento de una pequea estacin radiodifusora propia y sus planes son ahora capacitar mujeres como reporteras populares tambin en televisin. ASOCIACIONES NACIONALES DE RADIODIFUSORES INDIOS Ya en 1978 un grupo de pioneros de la radio campesina aimara organiz en La Paz la Asociacin de Radiodifusores Nativos. A lo largo de los siguientes cinco aos, sin embargo, los continuos cambios de gobierno, que incluyeron el brutal periodo dictatorial, hicieron imposible el normal funcionamiento y desarrollo de la asociacin. En 1983, con el retorno a la democracia, la asociacin revive y un ao ms tarde, despus de un congreso nacional, evolucion al nivel de Asociacin Nacional de Comunicadores y Radialistas en Idiomas Nativos, congregando miembros aimaras, quechuas y tupi-guaranies. Impulsa la formacin de diversos grupos de produccin especializados y empieza a explorar las oportunidades de capacitacin formal en la profesin para sus miembros. En 1985 la asociacin formula su principal objetivo como sigue: Para estrechar y expandir el sistema alternativo de comunicacin, abogando permanentemente por los campesinos, por las culturas nativas y por los obreros en trminos de sus propios intereses y los de la nacin. Sin negar las realidades de la lucha de clases, de la cual son parte los campesinos, la asociacin destaca la gran importancia de reconocer la existencia distintiva de la cultura aimara y la necesidad de poner la comunicacin masiva a su servicio.
Ningn otro pas latinoamericano, incluyendo aquellos que tambin tienen porcentajes significativos de poblacin india nativa como Per, Ecuador, Guatemala o Mxico parecen tener una organizacin profesional comparable a sta. El hecho de que Bolivia la tenga indica el grado al que ha llegado la radio popular pas debido en parte a la apertura derivada de la revolucin de 1952 pero sobre todo a la extraordinaria lucidez, talento y direccin de la poblacin india. Cancio Mamani, el presidente de la asociacin boliviana fue elegido en setiembre de 1992 vice-presidente de la World Association of Community Radios (AMARC). CAPACITACIN PROFESIONAL La mencionada asociacin de radiodifusores busc activamente obtener facilidades para mejorar las habilidades de sus miembros. En 1983 logr asegurar la colaboracin del Ministerio de Informacin, la Universidad Catlica y la UNESCO para conducir un pequeo taller de produccin para radiodifusores campesinos. An ms, la Asociacin firm un acuerdo con la Universidad Catlica de Bolivia comprometindose a participar activamente en los esfuerzos nacionales de integracin en condiciones de igualdad con otros grupos sociales y manejar competentemente la comunicacin al servicio del desarrollo social de las mayoras nacionales. Como parte de este acuerdo la Universidad organiz un curso profesional de tres aos para cerca de 50 radiodifusores campesinos aimaras de La Paz, y para 1986 hizo lo mismo con cerca 80 de ellos en el estado quechua hablante de Cochabamba. As, por primera vez en Latinoamrica, una regin con ms de 200 escuelas de comunicacin, se permiti el acceso de los indios nativos a la capacitacin universitaria. Comentando estos logros, el presidente de la Asociacin, Cancio Mamani, dijo: Nosotros creemos que, contando con una fuerte organizacin, y al mismo tiempo, con recursos humanos entrenados precisamente en las ciencias de la comunicacin social, podemos encarar el reto de proponer para nosotros mismos un proyecto de comunicacin que satisfaga los intereses y expectativas de las culturas nativas, al principio, pero a largo plazo, los de un proceso de desarrollo nacional. Dentro de poco la Universidad Catlica va a conferir en La Paz, por primera vez en la historia, el grado de Bachiller en Comunicacin a un estudiante indio nativo: Donato Ayma, el multilinge radiodifusor de radio y televisin que puede ser considerado el Walter Cronkite de las audiencias aimaras. NOTAS.1. Unos pocos de los numerosos escritos sobre ACPO/Sutatenza son los de: Ferrer (1951), Bernal (1967 y 1989), Beltrn (1968 y 1975), Musto (1971 y 1972), Brumberg (1972), Braun (1975) y Pareja (1982). 2. Para ms detalles sobre esta organizacin ver White (1983 y 1984). 3. La mayor parte de los datos de esta seccin provienen de UNICEF (1991) y otros de McFarren (1992) y Grebe et.al.(1988). 4. Los siguientes autores han escrito sobre estas estaciones: Lozada y Kunkar (1982), Schmucler y Encinas (1982), Gumucio (1982 y 1983), Kunkar (1983), Arce (1983), Berros (1984), Kunkar y Lozada (19841), Gonzlez Quintanilla (1984), Encinas (1986), Kunkar (1987), Miranda (1987), Flores (1987 y 1989), Tirado (1988), Salinas (988), OConnor (1988x.) y Gumucio y Cajas, eds. (1989). 5. Para un conjunto de testimonios de esta singular experiencia ver Lpez Vigil (1985). Tambin leer Preiswerk (1988). 6. Para ms detalles ver, entre otros autores, a Guzmn y Guzmn (1973), Quiroga (1975), Proyecto ALER (1980), Claverie (1981), Maryknoll Fathers (1983), Surez (1985), Torrico (1985),Centro de Apoyo Tcnico a la Educacin Popular (1988), Ayma (1989) y Reyes et.al. (1990). 7. Para datos especficos sobre estas estaciones ver: Avejera (1979), Aguirre (1990 y 1992) y Aguirre y Abbot (1991).
8. Para mayor informacin sobre ERBOL y algunas de sus afiliadas ver inter alia: Guarnizo (1966), Pruss (1966), Radio Santa Clara (1972), Chain (1974), Mozo (1974), Retamoso (1975), Tras (1975), ERBOL-ACLO (1977), tirado y Retamoso (1977), Tirado (1978), Centro latinoamericano de Educacin de Adultos (1978), Volker (1978), Accin Cultural Loyola (1979), Steinbach (1982), Educacin Comunitaria por Radio (1982), Educacin Radiofnica Boliviana (1985), Grebe (1988, 1989a, 1989b, 1991a y 1991b) y reyes (1991 a y 1991b). 9. Estos son dos de los pocos estudios publicados sobre el fenmeno del Palenque: Sandoval y Saravia (1991) y Contacto (1987). 10. Fueron gentilmente apoyados en esta tarea por los siguientes alumnos de comunicaciones de la Universidad Catlica: Ninoska Torres, Ximena Aguirre, Jenny Escobar y Marco Antonio Cusicanqui. BIBLIOGRAFA Accin Cultural Loyola, Sucre, Bolivia. Evaluacin 78, Programacin 79. Tarija, Bolivia, ACLO, 1979. (mimeo). Aguirre Alvis, Jos Luis. River-Radio: a case study of participatory radioeducation in Bolivia. Thesis. Ames, lowa State University-Graduate Faculty, 1990. Aguirre Alvis, Jos Luis and Abbot, Eric, A. Radio participativa en Bolivia. Missagium (Revista de Comunicacin) (Bolivia), N 2: 36-40. Noviembre 1991. Aguirre Alvis, Jos Luis. Informe Radio San Miguel de abril 1990 a febrero 1992. Riberalta, Bolivia, Vicariato Apostlico de Pando, 1992. Alb, Xavier. Social constraints en Cochabamba Quechua. Latin American Studies Program, Dissertation Series, N 9. Ithaca, New York, Cornell University, 1970. Alb, Xavier. Idiomas, escuelas y radios en Bolivia. Publicaciones Especiales en Educacin Popular, Instituto de Investigacin Cultural para Educacin Popular - INDICEP (Oruro, Bolivia) v. 4, N 7, julio-agosto 1973a. p. 1-29. (Doc. N 7-8 serie D). Alb, Xavier. El futuro de los idiomas oprimidos en los Andes. Boletn N 4 del Primer Congreso de Lenguas Nacionales. Cochabamba, Bolivia, Centro Pedaggico y Cultural de Portales, 1973b. Alb, Xavier. Idiomas, escuelas y radios en Bolivia. Chasqui, Revista latinoamericana de Comunicacin (Ecuador) N 6: 92-133. Agosto 1974. Alb, Xavier. Idiomas, escuelas y radios en Bolivia. 2 ed. La Paz, Centro de Investigacin y Promocin del CampesinadoCIPCA. Cuadernos de Investigacin N 3,1977a. Alb, Xavier. Idiomas, escuelas y radios en Bolivia. Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, centro de investigacin de Lingstica Aplicada,1977b. Albo, Xavier. El futuro de los idiomas oprimidos. La Paz, CIPCA, 1977c. Alb, Xavier. The future of oppressed languages in the Andes. In: D.L. Browman and R.A. Schwartz, eds. Peasants, primitives an proletarians. The Hague, Mouton, 1979. Alb, Xavier. Idiomas, escuelas y radios en Bolivia. La Paz, ACLO-UNITAS, 1981. Albo, Xavier et.al. Para comprender las culturas rurales de Bolivia. La Paz, Ministerio de Educacin y Cultura, CIPCA, UNICEF, 1989. Alfonzo, Alejandro. Diseo de una estrategia de comunicacin. La Paz, ministerio de Informaciones, 1990. Aliaga, Sandra. Medios de comunicacin e informacin en el mundo sindical. In: El movimiento sindical hacia el ao 2000. La Paz, ILDIS, 1990. pp. 229-252. Alzerreca, E. y Ruz, Beatrz. Palabra de mujer: dos experiencias de comunicacin. La Paz, CIMCA, 1987. Araya Arce, Luis. La radio y la educacin del campesino. Boletn del S.L.0. (Organo del Sindicato de Locutores y Operadores) (La Paz, Bolivia) N 6:7. Junio 1957. Arce P., Gabriela. Acerca de la radiodifusin minera y su posible influencia en el desarrollo de la conciencia. Tesis (Licenciatura en Psicologa Social). La Paz, Departamento de Psicologa, Universidad Catlica Boliviana, 1983. Avejera, Pedro A. Diagnstico de estructura y rendimiento de Radio San Miguel. Riberalta, Bolivia, 1979. Ayma, Donato. Apuntes para Tesis sobre el Informativo de Radio San Gabriel. La Paz, 1989. (mimeo). Beltrn, Luis Ramiro. Radio Forums and Radio Schools in rural mass education for national development. East Lansing, Michigan State University, 1968. Beltrn, Luis Ramiro. Social structure and rural development, communication in Latin America: the Radiophonic Schools of Colombia. Paper presentado en la Summer Conference en Communication and Group Transformation for Development, 29 de junio - 11 de julio, 1975, East - West Communication Institute. Honolulu, Hawaii, 1975. Bernal Alarcn, Hernando. Effectiveness of the radio schools of Accin Cultural Popular, in promoting the adoption of innovations. Ph.D. Thesis. Madison, University of Wisconsin, 1967. Bernal Alarcn, Hernando. Requiem para Sutatenza. Chasqui, Revista Latinoamericana de Comunicacin (Ecuador) N
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