Esto No Es Un Prólogo para Un Poemario
Esto No Es Un Prólogo para Un Poemario
Esto No Es Un Prólogo para Un Poemario
Fue incluso antes de aquella publicacin colectiva intitulada Camila Iscariote (2003); en que la Sociedad Potica NN se dio cuenta de que la poesa o bien no tiene precio o a lo mejor no vale nada. En cierta ocasin, recuerdo haber recibido ms de cien ejemplares para que o bien los venda a un precio mdico o bien los regale a cualquier transente desprevenido en medio de alguna calle (como ellos a veces lo hacan); y aunque la financiacin de aquel libro haya sido cubierta casi ntegramente por el gobierno regional de Pasco (de aquel entonces), uno no deja de sentir frustracin por el destino de unos textos que en el mejor de los casos fueron a parar a la biblioteca de alguna familia disfuncional o al remate de libros de a sol que hacen los cachineros. Recuerdo tambin que para venderlos, recurra a esa estrategia marketera de leer los poemas de corte amoroso, ingresando furtivamente a los colegios femeninos donde en el mejor de los casos lograba vender hasta quince ejemplares al precio de un nuevo sol. Por aquel entonces la Sociedad Potica NN estaba conformada por Giancarlo Morales, Ivn Alanya, Bruno Colqui, Flix Hermitao y Lus Puris. Cabe destacar que por motivos de tiempo en la entrega de los textos este ltimo no fue considerado para dicha publicacin. Han pasado casi ocho aos de silencio editorial ms no tanto del potico, en el que por motivos sobre todo econmicos los integrantes de este grupo se han desempeado en las labores que exigen sus profesiones, algunos en lugares apartados como en el caso de Bruno e Ivn, trabajando en empresas mineras, a la redaccin de notas econmicas como es el caso de Giancarlo en la ciudad de Lima, a la auscultacin y reparacin de equipos de cmputo en el caso de Luis y en el caso de Flix que parece haber abandonado definitivamente el quehacer potico dedicado a titularse como odontlogo Han pasado casi ocho aos, y aunque ninguno de ellos pase de los treinta aos; sienten que ya es un hartazgo seguir continuando con un proyecto que desde hace tiempo se viene rumiando pero que nunca termina en un hecho concreto por las discrepancias internas y sobre todo por la desidia. Hace algunos das sostuve una conversacin con Bruno Colqui en inmediaciones de un pseudoparque en conmemoracin de la madre en San Juan Pampa (noten lo irnico de la situacin, porque no hay mejor sitio para que uno se sienta hurfano de una tradicin que apenas existe); comentamos de la posibilidad de que si cierta crtica regional considera como de notable a la tradicin literaria Cerrea donde hay nombres que brillan con luz propia nosotros debamos ser como los agujeros negros de los que hablaba Bolao en su manifiesto infrarealista; pero lo real es que aqu nadie brilla con luz propia, a penas son chispazos que momentneamente nos guan en esta oscuridad abisal pero haca un destino equivocado, donde todo esfuerzo por llegar a la meta es un desperdicio de energas, de la buena voluntad y de las buenas intenciones que tenemos muchos de los que estamos involucrados en este quehacer, en este vano oficio parafraseando a Thays y que es la literatura. A lo mejor somos mecheros de kerosene y en todos estos aos de silencio editorial hemos estado juntando combustible o bien para arder e iluminar las conciencias de nuestros prjimos o bien para arder y arrojarnos nosotros mismos como bombas molotov sobre esos mismos prjimos que nos dan la espalda. Al decir que nos vamos a arrojar como bombas molotov sobre nuestros prjimos, no quiero decir que literalmente tomaremos las calles y atentaremos contra nuestros
semejantes sino que tomaremos las calles abandonadas y en silencio de los textos y trataremos de que estos evidencien la decadencia del sistema capitalista y de la sociedad de consumo, inmersos en las ideas y conceptos de la postmodernidad de Lyotard y Focault; muy a pesar de que la modernidad no hay sido del todo asumida en nuestra precaria vecindad. Sartre dijo alguna vez que el poeta est seguro del fracaso total de la empresa humana y se dispone a fracasar en su vida a fin de testimoniar, con su aporte particular, la derrota humana en general; Enrique Lihn en su ensayo (definicin de un poeta) afirma El artista negativo es un sntoma, no una causa de enfermedad, como en el caso de un Franz Kafka que prefigur el tiempo de los asesinos, la orga nazi Su negatividad es la desesperacin del exorcista. Esta tica, esa forma de ver y conducirse por la vida se evidencia sino en la mayora, en casi todos los textos de la presente edicin conformada por cuatro poemarios independientes y casi interdependientes: Fosa comn de Giancarlo Elio Morales Perez, Lisrgicos de Lus David Puris Anco, Por hbito ms que por hlito de Bruno Joel Colqui Santos y Ro de piedras lajas de Manuel Ivn Alanya Meza; deudores a su vez de la generacin Beat (Sobre todo en lus Puris), de la poesa francesa(Mallarme y Michaux en el caso de Giancarlo Morales), de Vallejo y Varela (en Ivn Alanya), de Vallejo y del coloquialismo latinoamericano (en Bruno Colqui). Con esta breve mencin a ciertos autores de reconocible influjo en los textos de marras, no quiero encasillar, ni tampoco afirmar que dichos textos son simples imitaciones o traducciones. No, lo que quiero decir es que conocedores de las tradiciones ms importantes de la poesa universal, estos poetas jvenes logran a pesar de la irregularidad de muchos poemas que desencajan con el tono y la secuencia de ritmos, logran lo que Gonzalo rojas afirmaba en uno de sus ms famosos poemas: los poetas son de repente/ nacen y desnacen en cuatro lneas y nada de obras completas Logran ser los mdicos de si mismos y de sus prjimos, porque la escritura en s no es un proceso de enfermedad, es un proceso de curacin como afirma Deleuze: La salud como literatura, como escritura, consiste en inventar un pueblo que falta. Es propio de la funcin fabuladora inventar un pueblo. No escribimos con los recuerdos propios, salvo que pretendamos convertirlos en el origen o el destino colectivos de un pueblo venidero todava sepultado bajo sus traiciones y renuncias. Y en Cerro de Pasco, todos nos hemos traicionado por un puado de plata, todos hemos renunciado a nuestros espacios comunes, el pueblo venidero es un hoyo en medio del Per y la mejor forma de conservarnos cuerdos es inventndonos el pueblo que nos falta. Los viejos inventan ese pueblo desde los recuerdos desde ese pasado pseudo opulento y los jvenes herederos del futuro miserable, nos inventamos un no pueblo un no lugar; porque literalmente no tenemos tierra a donde asir nuestras races y luego nos llaman los alienados, por escribir desde la muerte y la desesperacin que existe incluso en el pueblo ms alejado del caucazo irreal como deca un poeta de Chillan de Chile. te siento M.U.E.R.T.E/ mientras mi lengua se atasca/ y no puedo pronunciar/ ni siquiera el HELP! /te siento/ ahora que estoy de bruces/ a metros de m mismo,/ te siento M.U.E.R.T.E/ cada vez que dejo de tildar/ esta soledad. Con estas palabras (ya no digo versos, porque los versos se nos han cado al water y nosotros de tanto oler su olor nauseabundo hemos jalado la cadena) Lus Puris, nos habla de la impotencia que
siente el escritor cuando siente que las palabras ya no salen con facilidad, ni siquiera para pedir auxilio y porque tildar la palabra solo en una hoja en blanco es ya no estar solo, es estar solamente. Esa fe/ de las rocas/que/ creen que/ pueden parar al ro, esa fe de los poemas creerse eternos/ y se pierden en cada ojo en cada lengua en cada sueoal final slo insectos bajo las piedras. Esa certidumbre de Giancarlo Morales de que al final la vida es como un poema, que se pierde en cada sueo, en cada ojo en cada lengua, donde nosotros los humanos somos los insectos bajo las piedras para un Dios que juega a ser nio. O como dira Bruno Colqui que es el que parece ms normal en esta Sociedad Potica NN en el texto titulado Inmadurez: En realidad se est muriendo el verso y este verso entrecomillas, nos anuncia la muerte de la poesa en general; pero a su vez, nos anuncia, la muerte propia del poeta porque talvez Bruno es el que con ms fortuna se ha insertado en el devenir de un padre de familia; responsable, no slo de su vida, sino tambin la de su familia. Y en estos versos: Se est muriendo en m el vegetal/ exuberante de hace varios aos,/ y aunque tenga un par de descosidos versos/ no consigo llenar el molde como hacen varios Donde el vegetal exuberante es como aquel vegetal del que nos habla Lihn en el poema Mester de juglara, el que germina a pierna suelta en la casa de los padres. Sintiendo a su vez la impotencia de no ser tan poeta como los dems, aunque en realidad talvez tenga ms motivos de alegra. Est tambin la brevedad de Ivn Alanya en textos que no llevan ttulo sino que inician con el mismo poema en maysculas separados a veces hasta el monoslabo: AUNQUE/El/Sol/ Te/ Espere/ En/Su/Escaparate/ Yo/S/Que/Los/Das/No/Son/Ms/Que/Simples/Agujeros/Que/A veces/ Tenemos/Que/Llenar. Y en Cerro de Pasco; hay un agujero inmenso que rellenar con nuestras vidas, incluso hay otros ms que no vemos y que estn dentro de la tierra como si al contarlos tambin contramos los agujeros que tiene nuestra alma y aqu viene la pregunta cmo rellenar un agujero cuando el posible relleno (que es el Ser Humano) tambin est vaco? Estos textos (poemas) conforman un corpus, por y para la libertad, estos textos son testigos de la inconformidad y el desaliento a veces (sobre todo a los inicios)que nos brindan nuestras familias. Que en muchas ocasiones nos ven (sino pregntenle a todo aquel que le haya dicho a su madre o a su padre, voy a ser poeta) como si tuviramos defectos congnitos o nos faltara una tuerca y no se pudiera hacer nada ms que tolerarnos para que despus se den cuenta, cuando pasa el tiempo; que, al igual que cualquier hijo de vecino somos tan normales y buscamos un empleo, nos tratamos de insertar en la sociedad pero somos como los chimpancs hurfanos de Animal Planet, no nos aceptan en su manada hasta que alguien se da cuenta que somos inofensivos, nos comprende y ya estamos nosotros sonriendo para que nos den un pltano Albert Estrella Cerro de Pasco Junio 2011