El Trio Los Panchos - Su Historia
El Trio Los Panchos - Su Historia
El Trio Los Panchos - Su Historia
Mi padre, Felipe Julián Bojalil, tenía sólo 12 años cuando decidió salirse
de Líbano. Se embarcó hacia Cartagena, pero en lugar de bajarse ahí, se siguió
hasta Yucatán. Cuando llegó a la ciudad de México conoció a mi madre y se
casó. Fuimos seis hermanos: Felipe, Chucho, Elena, Rosa, Matilde y Alfredo. Yo
siempre digo que soy de Veracruz, porque es la tierra de mi madre, y ahí me
crié y empecé a ser hombre. A la muerte de mi mamá, papá se fue a Mizantla,
Puebla, a hacer su fortuna: tiempo después, nos pidió a Felipe y a mí que nos
fuéramos con él. Primero comenzamos a ayudarle, pero después trabajamos
de arrieros; hacíamos viajes; a mí me tocaba llevar las mulas cargadas y el
dinero que cobraba. Mi padre nunca pudo reponerse de la muerte de mi
madre, ni de la traición monetaria de uno de sus hermanos, por eso tuvo
varios intentos de suicidio. Finalmente, en un cafetal, se dio un tiro en la sien.
Recuerdo que un día me mandó a la peluquería porque quería que
aprendiera un oficio, pues en ese entonces no podía ir a la escuela, ni
tampoco podía seguir de arriero.
Sí, pero después quisimos formar el cuarteto Martínez Gil con Carlos,
Pablo, Chucho y yo. Pasó el tiempo y el charro hizo su trío llamado El Charro y
sus caporales, y nosotros quedamos fuera. Don Emilio Azcárraga Vidaurreta nos
conectó con la radio argentina y fuimos de gira para allá. Cuando regresamos,
dí clases de guitarra; cobraba 10 pesos por clase, y continué como guitarrista
en la XEW y XEB, donde acompañé a Garrido, Curiel y varias orquestas, pero
ya había pensado en hacer una carrera solo.
EL PRIMER REQUINTO
¿De dónde te vino la idea de hacer el requinto?
Sí, pero canto de todo. Tengo poco menos de 1,000 letras, porque de
repente me vienen ideas optimistas y pesimistas. Y por supuesto, una que otra
canción tiene dedicatoria.