IV Jornadas AARP/SASM. Lluis Brasó
IV Jornadas AARP/SASM. Lluis Brasó
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La soledad y yo.
Lluís Brasó Ricart
Por supuesto, que para una persona poco acostumbrada a estos problemas
no le es fácil introducirse en estos temas. Yo tuve la gran suerte de
encontrar la ayuda de las personas que en aquellos momentos se
encargaban de los enfermos mentales del psiquiátrico de Zaragoza.
(Carmen, Reyes, Isabel…), que con sus ayudas, y más bien diría, con sus
delicadas insinuaciones, consiguieron el concurso de algunas personas
con enfermedad mental y sus propios familiares.
Por otro lado, nos encontramos con la resistencia familiar. Lo primero que
hace un progenitor, prácticamente como acto reflejo, es negar la evidencia
de que su hijo está enfermo. Lo niega y lo esconde. Por supuesto que es un
grave error, pero si alguno de nosotros estuviera en su situación
seguramente haríamos lo mismo. Se encierra el hijo y el progenitor con él.
El afectado/a no sale de casa y el padre o la madre, lo cubre y lo disculpa.
No se lo cuenta ni a sus más alegados. Incluso si alguno de sus amigos
conoce algo de esta terrible enfermedad. Esta primera etapa puede durar
bastante tiempo, perdiendo unos meses preciosos para iniciar su
recuperación.
Por supuesto, convencer a una madre o a un padre, para que su hijo salga
en un medio de comunicación, y así ayudar a otras personas en su misma
situación, y así superar el profundo estigma que esta enfermedad conlleva,
no es tarea fácil. Por lo pronto se necesitan profesionales de la imagen que
entiendan lo que pasa, sean sensibles a esta discapacidad y se muevan con
soltura entre estas personas. Por otro lado, el profesional debe de estar
rodeado de personas que traten diariamente con el enfermo y le den
confianza. Finalmente, los padres deben de estar convencidos que esta
actividad servirá para mejorar la vida de muchas otras personas.