Semmelweis Historia
Semmelweis Historia
Semmelweis Historia
1818-1865
Médico húngaro de nacionalidad alemana, inicia sus estudios en su natal Budapest y los culmina
en Viena en 1845. Al año siguiente entra a prestar servicios como Médico Auxiliar en el Hospital
General de Viena, que contaba con dos pabellones de Maternidad, el primero dirigido por el
Doctor Klein y atendido por los Estudiantes de Medicina y el segundo atendido por comadronas
bajo la dirección del Doctor Bartsch.
En el Pabellón II, los casos de mortalidad materna por Fiebre Puerperal eran 100 al año y en el
terrible Pabellón I, la mortalidad era 5 veces mayor. A este pabellón entró a trabajar Semmelweis.
Ante el aumento de la mortalidad materna y la súplica llorosa y de rodillas de las parturientas para
que no las internasen en el Pabellón I, se reunió una comisión académica para estudiar la alta
mortalidad registrada y determinó que las condiciones cósmico - telúricas e higrométricas, junto
con el exceso de enfermos eran la causa del aumento de la mortalidad y recomendaron el empleo
intensivo de purgas y sangrías.
Las usuarias de los pabellones de maternidad del Hospital General de Viena, eran
proletarias: sirvientas, obreras, madres solteras, prostitutas y mendigas, lo que hace notar a
Semmelweis, que en los círculos elevados donde los partos son atendidos también por médicos:
"las parturientas del alto grado no mueren a causa de sentirse heridas en sus sentimientos de
pudor en la misma medida que lo hacen las desvergonzadas rameras del arroyo". La causa
defenderá Semmelweis: "reside en determinadas particularidades de nuestra sala y en ninguna
otra cosa".
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Por sus incómodas opiniones que atentaban contra su prestigio, Semmelweis, cae en
desgracia ante su jefe Klein. Los estudiantes de Medicina acudían en la mañana primero al
Anfiteatro donde, utilizando el método anatomoclínico, practicaban necropsias en los cadáveres
de las parturientas fallecidas por la Fiebre Puerperal, cuyos cuerpos mostraban signos de
septicemia en todos los órganos del cuerpo. Del anfiteatro, los estudiantes pasaban a la sala de
partos, sin cambiarse de ropa ni lavarse las manos, a atender a las recién ingresadas al temido
pabellón de maternidad vienés.
Semmelweis piensa que la respuesta está en los cadáveres y obliga a los estudiantes de
Medicina a lavarse las manos antes de acudir a la sala de partos. Los estudiantes se indignan,
protestan airados por la medida, se niegan a lavarse las manos como las Comadronas. Esta medida
se inicia a mediados de mayo de 1847. Minuciosamente anota durante temporadas el
comportamiento de las muertes y descubre que, con la medida del lavado de manos, éstas
disminuyen extraordinariamente. Consulta los archivos y registros del hospital de maternidad de
Viena desde su apertura en 1784 hasta 1848. Elabora tablas con los datos de partos, defunciones,
y tasas de mortalidad para esos años. Registra enormes diferencias en las tasas de mortalidad, por
ejemplo, del 12.11% en 1842 contra el 1.28% en 1848. Verifica el efecto fatal de la atención
obstétrica por parte de los estudiantes de medicina, en comparación con las tasas menores entre
las pacientes asignadas a las parteras, quienes no tenían contacto con los estudios anatómicos en
cadáveres.
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Viena, gracias a los oficios de Skoda, pero esta vez en el Pabellón de Bartsch, a donde hace
trasladar a los estudiantes de Medicina, enviándole a Klein las comadronas.
Semmelweis coloca una jofaina con su solución de Cloruro de Calcio y obliga a todos los
médicos y estudiantes que provengan del anfiteatro a lavarse las manos antes de atender a las
pacientes de la sala de partos. Semmelweis se convirtió en un tirano que perseguía a todo el
mundo para obligarlo a lavarse las manos a las buenas o a las malas. A raíz de la medida, la
mortalidad en la sala de obstetricia disminuyó del 27 al 12%. Posteriormente al comprobar que la
infección también se propaga de una materna infectada viva a otra, obliga a todo el mundo a
lavarse las manos aunque no asistieran previamente al anfiteatro, con esta nueva medida la
mortalidad desciende al 0.2%, quedando demostradas las teorías de Semmelweis.
Pero la oposición contra Semmelweis es grande de parte del personal y de los estudiantes,
que se sienten indignados con la medida del lavado, sumados a un grupo de profesores liderados
por Klein, quienes se oponen radicalmente al lavado. Semmelweis no lo tolera y cada vez que una
materna muere de Fiebre Puerperal en su pabellón, los acusa de asesinos a gritos y vuelve a
perder su puesto en 1849.
Su salud mental se agrava, es enviado a Viena en 1865 donde muere de Septicemia, como
sus pacientes y como su amigo, a causa de una minúscula herida en un dedo, causada en la
autopsia que le hacía a un Recién Nacido días antes. El día anterior a su muerte el cirujano inglés
Joseph Lister emplea por primera vez el tratamiento antiséptico en las heridas con excelentes
resultados.
Sólo cuando las "sustancias pútridas" de Semmelweis “se convierten” en los microbios
patógenos de Pasteur y Koch, se reconocería póstumamente la obra del médico húngaro, hoy
considerado como Protector de la Maternidad, Benefactor de la Humanidad y Precursor de la
Mentalidad Etiopatológica por su descubrimiento. Veinte años después de la muerte de
Semmelweis, sus alumnos le levantan una estatua en reconocimiento a su labor, a su tenacidad y a
su contribución a la Humanidad, en su natal Budapest.
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“Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”
Simón Bolivar