Marguerat, Daniel - Como Leer Los Relatos Biblicos
Marguerat, Daniel - Como Leer Los Relatos Biblicos
Marguerat, Daniel - Como Leer Los Relatos Biblicos
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Comprueba tus conocimientos .
* Determina 9u uso hace de la Simo. oloi.a el uatr. ador en .el relato. del
rapto 'de Ellas (2R 2,1-18). . .. '.. .. . .. . .
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222 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
UNA APLICACIN: MARCOS O LA DESESTABILIZACIN DEL LECTOR
La retrica narrativa del evangelio de Marcos pretende un efecto que
se puede compendiar en esta frmula: la desconstruccin de la posi-
cin de iniciado. En marcado contraste con Mateo, el narrador del
segundo evangelio es maestro consumado en el arte de desbaratar en
su lector los guiones previsibles.
Sigamos al personaje colectivo de los discpulos. La llamada de
los cuatro pescadores (1,16-20) y de Lev (2,14), y luego su convi-
vencia con Jess como compaeros, ocasionan una identificacin
positiva del lector con el grupo. En 4,10-12, Jess los separa de los
que estn fuera, que no comprenden, declarndoles: A vosotros
se os ha dado el misterio del Reino de Dios. As se traza una lnea
entre el grupo de los discpulos, beneficiario de la enseanza de
Jess, y las muchedumbres para las que la enseanza sigue siendo
oscura. Todo parece claro en lo sucesivo ... y, con todo, resulta que la
narracin marcana despliega lo contrario del guin esperado.
Pues inmediatamente despus, en 4,13, el lector se encuentra con
la sorpresa de leer: y les dice: "No entendis esta parbola? C-
mo, entonces, comprenderis todas las parbolas?". Se produce
aqu una inversin completa. El narratario, primeramente excluido
por el velo de la opacidad en 4,11, se entera de repente de que los
discpulos no comprenden, de suerte que l mismo forma ahora parte
de los insiders (vanse pp. 182-184). En cuanto a los insiders del
versculo 11, se han vuelto parecidos, en el versCulo 13, a los que
estn fuera. El velo de la opacidad acaba de excluir a nuevas vcti-
mas. Pero si el relato da a los lectores una ventaja sobre los inicia-
dos-discpulos, el mecanismo narrativo de la veladura, como se ver,
se va a reproducir para ellos.
Sigamos atentos a los discpulos. Inmediatamente despus del
discurso en parbolas, la historia de la tempestad dramatiza el fra-
caso de su confianza (4,35-41). De regreso de su misin, son inca-
paces de alimentar a la muchedumbre hambrienta (6,37); despus, la
travesa del mar les hace tomar al Seor por un fantasma (6,45-51).
Por dos veces se pone de manifiesto la incomprensin en que les
deja el milagro de los panes (6,52; 8,14-21); la segunda vez, su mala
comprensin sigue a la de los fariseos con los mismos trminos de
Isaas, que constataba el endurecimiento de los que estn fuera
(8,18). En el momento en que Jess revela abiertamente su Pasin
PAPEL DEL TEXTO Y PAPEL DEL LECTOR 223
5
interpelaciones
2 llamadas
a la memoria
Me 8,14-21
Se haban olvidado (los
discpulos) de tomar panes,
y no llevaban consigo en 19-
barca ms que un pan. El
les haca esta advertencia:
Abrid los ojos y guardaos
de la levadura de los fari-
seos y de la levadura de
Herodes. Ellos hablaban
entre s que no tenan
panes. Dndose cuenta, les
dice:
, Por qu estis hablando
de que no tenis panes?
'An no comprendis ni
entendis?
' Es que tenis la mente
embotada?
'Teniendo ojos no veis
'Y teniendo odos no os?
'No os acordis de cuan-
do part los cinco panes pa-
ra los cinco mil? Cuntos
canastos llenos de trozos
recogisteis?.
Doce, le dicen.
' y cuando part los siete
entre los cuatro mil, cun-
tas espuertas llenas de tro-
zos recogisteis ?.
Le dicen: Siete.
interpelacin {,y continu: An no
abrupta entendis?.
Mt 16,5-12
Los discpulos, al pasar a
la otra orilla, se haban
olvidado de tomar panes.
Jess les dijo: Abrid los
ojos Y guardaos de la leva-
dura de los fariseos Y sadu-
ceos. Ellos hablaban
entre s diciendo: Es que
no hemos trado panes.
Mas Jess, dndose cuenta
dijo:
por qu estis hablando 2
entre vosotros de que no. .
'Hombres de poca fe, J
tenis panes? mterpelaclOnes
'An no comprendis?
'No os acordis de los
cinco panes de los cinco
mil hombres, Y cuntos
canastos recogisteis?
'Ni de los siete panes de
los cuatro mil, Y cuntas
espuertas recogisteis?
2 llamadas
ala memoria
' Cmo no comprendiS}
que no me refera a los interpelacin
panes? Guardaos, s, de la atenuada por
levadura de los fariseos Y una explicacin
saduceos.
Entonces entendieron que }
no haba querido decir que
se guardasen de la levadu- apaciguamiento
ra de los panes, sino de la final
doctrina de los fariseos Y
saduceos.
224 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
(8,31), Pedro manifiesta con su rechazo que no est dentro, sino
fuera. En cuanto a la transfiguracin, tomada por la epifana del Hijo
pero ocultando su cruz, desemboca en una consigna de silencio
observada sin comprender (9,10). La huida de los discpulos lejos de
la cruz y su ausencia en la tumba vaca harn el resto.
Como se ve, el relato desconstruye sistemticamente la posicin
de iniciado enunciada en el captulo 4 del evangelio. Al transformar
al grupo de iniciados en no iniciados, a los insiders en outsiders,
aniquila la nocin de privilegio ligada a una informacin confiden-
cial. El evangelio de Marcos no protege un secreto; narrativiza su
disolucin.
La avalancha de preguntas sin respuesta
El nmero de preguntas que aparecen en el segundo evangelio es
realmente asombroso. R.M. Fowler menciona 114, de las que 77
carecen de respuesta (Let the Reader Understand, p. 132, nota 8). La
mayor parte de ellas quedan sin respuesta directa en el plano de la
historia, pero reclaman implcitamente una respuesta del lector en el
eje de la comunicacin. Representan un poco el sistema nervioso del
relato. Procedentes de los personajes, entran en la estrategia narrati-
va sin que el lector perciba de primeras en ellas preguntas que le
dirige el narrador.
La tcnica narrativa del evangelio de Marcos se trasluce clara-
mente cuando se pone en paralelo el pasaje relativo a la levadura de
los fariseos tal como fue refundido por Mateo basndose en el rela-
to de Marcos.
En Marcos, debido al hecho de que los discpulos muestran una
vez ms su total incomprensin, Jess les dirige una severa repren-
sin en forma de terrible serie de preguntas sin respuesta (ocho, de
ellas dos seguidas por una respuesta con una sola palabra). Mateo
dulcifica la escena, al no conservar ms que cinco preguntas, y sobre
todo al terminar el episodio con una nota apaciguadora: Entonces
entendieron ... . Este ambiente est en los antpodas de Marcos.
Como es frecuente en Mateo, los discpulos asienten a la enseanza
y comprenden el sentido de las palabras de Jess, mientras que en
Marcos no muestran reaccin alguna y parecen encerrarse en la
Incomprensin.
PAPEL DEL TEXTO Y PAPEL DEL LECTOR 225
En el segundo evangelio, sigue a ese relato la curacin de un
ciego. El lector no puede dejar de ver que se opera un doble movi-
miento: los de fuera son curados, mientras que los de dentro tienen
el espritu cerrado. En el plano del relato, el lector desde luego no
comprende todo lo que los discpulos tienen dificultad en entender.
Al menos toma conciencia de que stos dan pruebas de falta de inte-
ligencia. Mediante la serie de preguntas sin respuesta, el lector llega
a situarse ms cerca de Jess de lo que sus amigos parecan estar.
En el plano de la historia contada, los insiders se convierten en
outsiders. En el plano del comentario implcito, los lectores que eran
outsiders se convierten en insiders. Eso significa que los insiders,
beneficiarios al principio de un privilegio considerable (<<A vosotros
se os ha dado el misterio del Reino de Dios, 4,11), corren el riesgo
de no ver el sentido de los acontecimientos; no tienen en absoluto la
seguridad de mantener su posicin: al contrario, la amenaza de
la ceguera pesa sin cesar sobre ellos, especialmente si se creen en lo
sucesivo llegados a una visin correcta. En cambio, los outsiders, en
la medida en que permanecen abiertos y receptivos en su bsqueda,
puede beneficiarse a su vez de una iluminacin que les introduce en
el misterio; sin embargo, en cuanto sacan de ello una seguridad cual-
quiera, se ven inmediatamente rechazados al exterior. No existe
garanta alguna de seguir siendo lo que se ha llegado a ser.
Al contrario de lo que sucede en este guin, el lector de Mateo
se encuentra progresivamente estructurado por el despliegue en el
evangelio de los misterios del Reino de los cielos que le es dado
conocer: se exponen en los cinco grandes discursos del Cristo ma-
teano (Mt 5-7; 10; 13; 18; 23-25). El relato de Marcos, por su parte,
desorienta y reorienta sucesivamente al lector, informndole de la
vulnerabilidad de todo conocimiento mediante la dramatizacin
narrativa del fracaso de los discpulos.
Sin embargo, no es sa la ltima palabra teolgica del evange-
lio de Marcos. Pues, aunque planifica la desconstruccin de la posi-
cin de iniciado, el relato cuenta cmo se opera, pese a todo, la ex-
pansin del misterio; remite al lector en busca de ejemplaridad a fi-
guras voluntariamente marginales: una mujer sirofenicia (7,24-30),
una muchedumbre hambrienta de palabra (6,34; 8,2), un padre que
confiesa la increencia en la fe (9,24). Junto a la cruz, le tocar al cen-
turin romano reconocer al Hijo de Dios (15,39). Ms an: el Resu-
citado va a Galilea por delante de los mismos discpulos que falla-
226 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
ron. A lo largo del argumento de fracaso discurre el hilo de la gra-
cia. Pero, adnde conduce ese juego de desconstruccin de los
modelos? Qu conciencia quiere suscitar Marcos en el lector? Qu
comprensin de la existencia creyente se genera en el lector con tal
secuencia de cadas y nuevos comienzos?
Para avanzar una respuesta, es preciso recordar que el saber del
lector no se identifica con el de una figura del relato, sino que resul-
ta de un cmulo de saberes diseminados en el transcurso de ste.
Llegado el caso, el lector asiste a lo largo del relato al hundimiento
de los iniciados-discpulos. Pero asiste simultneamente a la incom-
prensible fidelidad de Jess respecto a ellos; la ltima cena en
Jerusaln constituye el colmo de dicha fidelidad (Mc 14,17-25). El
lector no se queda, sin embargo, en esta crisis provocada del cono-
cimiento, pues, a diferencia de los discpulos, i no est ausente de la
Pasin! Se convierte en testigo del espectculo del que los discpu-
los han huido: el prendimiento del maestro, su proceso injusto, los
ultrajes que le son infligidos, su muerte. Como dice Werner H.
Kelber: Al observar as, no slo lo que los discpulos podan obser-
var, sino tambin lo que estaba fuera de su alcance, los lectores van
asumiendo progresivamente el papel reservado a los discpulos. Eso
hace pasar a los lectores ( ... ) al rango de nuevos iniciados (Rcit et
rvlation, pp. 408-409).
Se debe concluir que los lectores, que disponen de un saber
jerrquicamente superior a los discpulos (> 5.8), son invitados a
asistir a la dbac1e de los iniciados-discpulos con la nica finali-
dad de ver confirmado su propio saber? Se debe pensar que el lec-
tor de Marcos es convertido en testigo del fracaso de los discpulos
para quedar mejor establecido en una posicin de certidumbre teo-
lgica? De ningn modo. Pues el relato no ha preparado al lector
para aquello a lo que le es dado asistir. Una cosa es que Jess muera
de muerte violenta, entregado en manos de los romanos, conforme a
lo que se haba predicho (Mc 8,31), y otra es que experimente en esa
muerte la ausencia de Dios (Mc 15,34): el acontecimiento desborda
la prediccin. Se haba predicho que el Hijo del hombre sera arran-
cado de la muerte tres das despus (Mc 8,31; 9,9), pero no que la
epifana del Hijo sera reconocida por un militar romano, en las pro-
fundidades mismas de la ausencia de Dios (Mc 15,39). La resurrec-
cin haba sido anunciada; pero no la nueva de un Nazareno en mar-
PAPEL DEL TEXTO Y PAPEL DEL LECTOR
227
cha ya hacia Galilea, que ahuyenta a las mujeres amedrentadas lejos
de la tumba (Mc 16,8).
Se constata, pues, que, si el relato da a los lectores una ventaja
sobre los iniciados-discpulos, el mecanismo narrativo de la veladu-
ra se reproduce para ellos. En el momento en que, tras haberse
ausentado los discpulos, el relato se hace cargo de los lectores, les
hace experimentar el mismo oscurecimiento del saber. Toda postura
de saber teolgico queda as puesta entre interrogantes, cuestionada
por el relato. Los lectores se han convertido, en virtud del relato, en
testigos privilegiados de la epifana del Hijo de Dios; pero, la com-
prenden? O habr que repetir a propsito de ellos aquello de: Pero
ellos no entendan lo que les deca y teman preguntarle (9,32)?
Para leer:
J.-N. ALETII, Quand Luc raconte. Le rcit comme thologie, Lire la Bible 115, d.
du Cerf, Paris 1998, pp. 69-112 (la sincrisis en el libro de los Hechos).
e. COMBET-GALLAND, Qui roulera la peur?: tudes Thologiques et Religieuses
65 (1990), pp. 171-189 (retrica narrativa en Marcos).
U. Eco, Lector infabula, Grasset, Paris 1985 (trad. cast.: Lector infabula, Lumen,
Barcelona 1993
3
) (cooperacin interpretativa del lector).
G. GENETIE, Seuils, d. du Seuil, Pars 1987, pp. 7-315 (peritexto).
W. ISER, Interaction between Text and Reader, en (S.R. Suleiman e 1. Crosman
[eds.]) The Reader in the Text, Princeton University Press, Princeton 1980, pp.
106-119 (interaccin texto / lector).
V. JOUVE, La Lecture, Hachette, Paris 1993, pp. 43-63 (el texto como programa-
cin de la lectura).
D. MARGUERAT, D., La construction du lecteur par le texte, en (e. Focant [ed.])
The Synoptic Gospels. Source Criticism and the New Literary Criticism,
BETHL 110, Peeters, Louvain 1993, pp. 239-262 (construccin del lector en
Marcos y Mateo).
D. MARGUERAT, L'vangile de Jean et son lecteur, en (CADIR) Le Temps de la
lecture: exgese biblique et smiotique, Lectio Divina 155, Ed. du Cerf, Pars
1993, pp. 305-324 (programacin de la lectura en Juan).
Captulo 10
El acto de lectura
El captulo precedente nos ha familiarizado con la idea de que, en la
lectura, el texto llega a su perfeccin (> 9.1). Leer es ese gesto por
el cual la obra literaria llega a su destino, o ms bien a sus destina-
tarios: el crculo de los lectores. El anlisis narrativo concentra toda
su atencin en ese movimiento por el cual el texto, escapando a su
autor y a su colectivo lector original, acaba su recorrido fuera de l
mismo en el acto de lectura. Sucede as que el texto hurfano de su
padre, el autor, se convierte en hijo adoptivo de la comunidad de lec-
tores (P. Ricoeur, loge de la lecture, p. 403).
Pero, atencin, el encuentro de texto y lector no es un abrazo
tranquilo. Entre la solidez del texto y la aparente infinidad de sus
lecturas se produce una dialctica que hace de la lectura el lugar de
una irreductible tensin.
Por el lado del lector, leer es una experiencia en la que se emplea
la entera subjetividad de la persona. Experiencia variable: lectura-
placer, lectura-descubrimiento, lectura-emocin, lectura instructiva.
No hay un lector cuyo recorrido del texto coincida exactamente con
el de su vecino.
Por el lado de la escritura, el texto no permanece inerte. Una vez
ledo, el texto obra sobre el lector como sobre alguien que yace y al
que la lectura despierta. Efectivamente, la escritura de un texto res-
ponde, en 10 que concierne al autor, a cuestiones performativas
importantes y distinguibles: distraer, convencer, conmover, infor-
mar. Un efecto puede, adems, esconder otro: bajo apariencias de
entretenimiento (contar es tambin divertir), el relato trabaja con
mucha frecuencia para persuadir al lector, para cuestionar los valo-
res que organizan su vida. Lo contrario es particularmente verdad de
la narracin bblica: al decidir contar, los autores bblicos despliegan
una retrica narrativa que pretende convencer sin descuidar el placer
230 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
del relato. El poeta latino Horacio deca: Se gana toda aprobacin
quien mezcla lo agradable con lo til, y encanta al lector al tiempo
que lo instruye (Ars poetica 343).
Cmo se produce el conflicto entre el efecto buscado por
el texto y la regia libertad del lector? Se puede explicar el obrar
del texto ms all de l mismo? Cmo, ocupado en descifrar el sen-
tido del texto, el lector se expone a su vez a este efecto que es el tra-
bajo del texto sobre l? Para saberlo, vamos a examinar el acto de
lectura. Paul Ricoeur nos proporcionar el instrumental necesario
para pensar el juego del texto y el lector (10.1). A continuacin nos
ocupar la diferencia entre efecto y recepcin, sentido y significa-
cin; se ser el momento de plantear la cuestin de los lmites de la
interpretacin (10.2). La reflexin acabar centrndose en la finali-
dad ltima de la lectura (10.3).
10.1. Mundo del relato y mundo del lector
A qu se debe el xito del relato?, se pregunta Ricoeur. Si contar es
un acto de comunicacin tan generalizado, es que el relato permite
configurar el tiempo. Contar es un medio a disposicin del ser
humano para comprender(se), para asir el tiempo que se le escapa.
Mientras que Aristteles defina el relato como la disposicin de
unos hechos dentro de una trama, Ricoeur aade este otro factor
constitutivo de la narracin: El tiempo se convierte en tiempo
humano en la medida en que es articulado de manera narrativa; a su
vez, el relato es significativo en la medida en que perfila los rasgos
de la experiencia temporal (Temps et rcit 1, p. 17).
Pero si contar consiste en edificar una trama en la existencia tem-
poral, cmo se desarrolla la relacin entre lo que cuenta el relato y
lo que vive el lector? Para teorizar dicha relacin, Ricoeur toma de
Aristteles otra nocin: la mmesis. Contar es (siempre segn Aris-
tteles) dar muestras de mmesis, es decir, representar la accin por
el discurso. La mmesis es el gesto de imitacin creadora y de repre-
sentacin del que nace el discurso narrativo; por imitacin y re-
presentacin se debe entender el proceso dinmico por el cual quien
cuenta transpone y configura en su relato una experiencia del mun-
do. As, un relato evanglico de milagro resulta de la actividad de
quien cuenta, que selecciona unos hechos, los dispone en un sistema
EL ACTO DE LECTURA 231
y les atribuye causas (la curacin sucede a una oracin, que a su vez
es provocada generalmente por una splica).
Se percibe, entonces, que el relato se encuentra en la interseccin
de dos mundos: antes del texto, el mundo experimentado por el
autor; despus, el mundo donde vive el lector. Comprender el acto
de lectura exige reconstruir el arco entero de las operaciones por las
cuales una obra, suscitada por una experiencia, provoca a su vez un
efecto en el lector. Se trata de reconstruir el conjunto de las opera-
ciones por las que una obra se levanta sobre el fondo opaco del vivir,
del obrar y del sufrir, para ser dada por un autor a un lector que la
recibe y as cambia su modo de actuar (Temps et rcit 1, p. 86).
Ricoeur esquematiza ese recorrido en tres etapas: mmesis I
(antes del relato), mmesis 11 (relato), mmesis In (despus del rela-
to). Esta triloga retoma las etapas clsicas del recorrido textual: pro-
duccin / texto / interpretacin, definindolas de manera original.
Mmesis I mundo al que prefiguracin
se refiere el relato
Mmesis n mundo del relato configuracin
Mmesis In mundo del lector refiguracin
Las tres mmesis
La mmesis 1 designa la precomprensin del mundo y del obrar
humano comn a autor y lector. Es el anclaje que la composicin
narrativa encuentra en la comprensin prctica del lector: la activi-
MMESIS 1
'7
0'
232
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
dad de contar supone que autor y lector comparten la misma per-
cepcin del obrar humano y de su simbolismo (saber lo que signifi-
ca comer o levantar la mano en una asamblea). Fundndose en esta
gramtica comn, mmesis I es la prefiguracin del mundo narrativo
que va a desplegar el narrador; ella permitir al lector reconstruir la
historia contada a partir de la enunciacin (que es mmesis 11).
MMESIS 11
La mmesis II es la etapa de la configuracin narrativa o fabula-
cin. Es, propiamente hablando, el momento del relato en que el
pensamiento se arranca de la experiencia inmediata y se convierte en
texto: de un caos de acontecimientos saca una trama que tiene
en cuenta la temporalidad y establece una red de personajes. Este
acto configurador consiste en "tomar juntas" las acciones individua-
les o lo que hemos llamado los incidentes de la historia: de esa diver-
sidad de acontecimientos saca la unidad (Temps et rcit 1, p. 103).
MMESIS III
Despus del relato, la mmesis III corresponde a lo que se llama
aplicacin o apropiacin: el lector se apropia el mundo de la obra y
lo importa a su propio mundo. Es el momento en que el lector regis-
EL ACTO DE LECTURA 233
tra el impacto del mundo del relato (con su sistema de valores, su
aparato de convicciones, su programa de vida) sobre su propia
visin del mundo, y en que decide adoptar (o no) esa visin de las
cosas. Esta etapa es la de la interpretacin propiamente dicha: Lo
que, en efecto, se ha de interpretar en un texto es una propuesta de
mundo, de un mundo tal que yo pueda habitarlo para proyectar en l
uno de mis mundos posibles ms propios (Du texte al' action,
p. 115).
Se encuentra aqu el carcter de operacin mimtica de la narra-
cin. Como representa el obrar humano, el relato establece modelos
de la experiencia del hombre y le propone una visin de la realidad
para que la adopte; aplicar dicha visin de la realidad al mundo del
lector es una operacin que Ricoeur propone denominar refigura-
cin. Seguir una historia es actualizarla en la lectura (Temps et
rcit 1, p. 116). Se ve, pues, que el momento de mmesis 111, por el
cual el lector se apropia el mundo de la obra, no pertenece exclusi-
vamente a la psicologa del lector, sino todava a la obra misma.
Dicho brevemente: la mmesis I es la etapa de la prefiguracin
del mundo humano; la mmesis 11 resulta de la con-figuracin narra-
tiva de una experiencia del mundo, construida por medio de la
trama; la mmesis 111 organiza la re-figuracin de la experiencia del
lector mediante la apropiacin de la cosmovisin del relato. El acto
de leer acompaa la configuracin del relato y actualiza su capaci-
dad de ser entendida.
La necesaria distancia
Si se acepta el paradigma ricoeuriano de las tres mmesis, se impo-
ne una conclusin: para que la lectura sea verdaderamente una expe-
riencia, es preciso que el texto (mmesis 11) no coincida en todos sus
puntos con el mundo del lector (mmesis 111). Si mundo del relato y
mundo del lector son superponibles, la lectura no produce ms que
un efecto de espejo. El lector se encuentra a s mismo. En cambio,
cuanto mayor sea la distancia entre relato y lector, ms fecundo en
interrogantes ser el regreso al mundo del lector. Cuando se enfren-
ta a la diferencia, y no a la semejanza, el sujeto tiene la posibilidad,
gracias a la lectura, de redescubrirse, dice Vincent Jouve (La
Lecture, p. 97), quien califica la lectura como regresiva o progresiva
segn que el texto haga intervenir la semejanza o la diferencia.
234 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Contra toda apropiacin inmediata del texto, es preciso insistir
con Ricoeur en la alteridad como dimensin fundamental de la rela-
cin con el texto. Dicho con otras palabras: la alteridad del texto es
una condicin ineludible de la experiencia de lectura.
Esta observacin es de gran importancia para la lectura bblica.
Hace tomar conciencia, en .efecto, de que el alejamiento (histrico,
cultural) de los textos bblicos, si bien es una desventaja para la
actualizacin inmediata, funciona en realidad como condicin de
posibilidad de una autntica bsqueda de significacin. Es preciso
poner como postulado la extraeza del texto frente al mundo del lec-
tor, extraeza que hace de la lectura una operacin de descontextua-
lizacin (la trama es arrancada al mundo histrico al cual remite) y
de recontextualizacin (en el mundo actual del lector).
10.2. Las dos caras del acto de leer
Se pueden poner objeciones a la teora de Ricoeur, y reanudar el
sobre la libertad del lector. No se ha pasado por alto la capa-
CIdad del lector para prestarse o sustraerse a la accin del texto sobre
l? Objecin correcta: el lector es soberano. Si no 10 fuera, no se
comprendera la historia abigarrada de las lecturas del texto bblico.
LA LECTURA: COACCIN Y LIBERTAD
La paradoja de la lectura: por una parte, est prisionera del texto tal como
es, y para comprenderlo debe plegarse a l sin la posibilidad de obtener
sobre la marcha precisiones o suplementos de informacin. Pero, por otra,
puede gozar dentro de esos lmites de una gran libertad: aun cuando el
texto est fijado, el lector puede efectuar entre los elementos que lo com-
ponen cotejos y conexiones que el autor no haba previsto necesariamente.
El lector puede, pues, aprovechar esa paradoja para descubrir en el texto
significaciones inesperadas. En la prctica corriente de la lectura, ese juego
entre la coaccin y la libertad se desarrolla sin que el lector tenga siempre
conciencia de ello y sin que obre de manera deliberada. No obstante, toda
interpretacin de un texto pone en movimiento esos dos aspectos del pro-
ceso: el sentido primero (o literal, segn la expresin corriente,
pero ambIgua) del texto, y descubrir en l significaciones latentes que pue-
den ser la proyeccin de los gustos y opiniones del lector (M.P. SCHMITT
y A. VIALA, Savoir-lire, Didier, Paris 1982, p. 14).
EL ACTO DE LECTURA
235
En este punto de la reflexin es importante tener en mente la distin-
cin establecida por Hans Robert Jauss (Pour une esthtique de la
rception) entre el efecto del texto (determinado por la obra) y la
recepcin del texto (que depende de la libertad del destinatario).
Esta dualidad restituye al acto de lectura su dimensin paradjica:
por un lado, toda lectura debe plegarse al texto hasta en sus menores
particularidades; por otro, el receptor puede <<jugar con los ele-
mentos del texto. Pero, hasta qu punto?
Afinemos ms. El acto de leer comprende un aspecto perceptivo
y un aspecto receptivo. Percibir la propuesta de mundo que desplie-
ga el relato corresponde al primer aspecto; recibirla para modificar
la propia visin del mundo corresponde al segundo. El efecto del
texto es una virtualidad cuyo poder se ve actualizado mediante la
recepcin por parte del lector.
Las cosas se pueden decir an de otro modo, adoptando la pola-
ridad objetivo / subjetivo. La recepcin subjetiva del lector est con-
dicionada por el efecto objetivo del texto. Porque el libro del
Gnesis me cuenta la historia de la creacin del mundo (aspecto
objetivo), puedo yo adoptar una postura sobre el origen de la vida
(subjetivo).
Sentido y significacin
Ricoeur, una vez ms, ha propuesto distinguir las dos caras del acto
de lectura mediante la dualidad existente entre sentido y significa-
cin. El sentido es el saber adquirido de la lectura al trmino de la
etapa de desciframiento de la obra; se sita en el plano de la mme-
sis 11. La significacin es el momento en que el lector retoma el
sentido y 10 aplica a su existencia (Le Conflit des interprtations,
p. 389); es la mmesis 111. As, el acto de leer mezcla y articula esos
dos momentos que son, por una parte, la captacin del sentido del
texto y, por otra, la reaccin del lector ante 10 que ha percibido
del texto. Se dir, en el primer caso, que el texto ha sido explicado;
en el segundo, que ha sido comprendido.
La captacin del sentido es una operacin analtica que requiere
la atencin del lector a las seales de comprensin emitidas por el
texto. Esta operacin requiere ser controlada; el cometido de verifi-
car la captacin del sentido incumbe a la exgesis (sean cuales sean
sus instrumentos de lectura: histrico-crticos, narrativos, retricos,
236 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
simblicos ... ). En ese estadio, los criterios del bien leer son de or-
den objetivo; verifican la exactitud y pertinencia de la interpretacin
del texto.
En el momento en que el mundo del texto se desplaza hacia el
mundo del lector, se requiere de ste otra postura: su evaluacin
sobre el valor del mundo que se le propone; dicho de otro modo, su
juicio sobre la verdad del texto. La significacin que reconozca a la
obra depender de dicho juicio, que decidir si reconoce (o no) en l
una verdad que se ha de integrar en su vida. La bsqueda de signifi-
cacin es tpica de una lectura creyente de las Escrituras.
El lector situado ante el Sermn de la montaa (Mt 5-7) centra
su lectura en la busca de sentido; se interesar por la estructura de la
secuencia, por las exhortaciones hechas al lector, por la postura de
Jess ante la Ley, por las referencias a la piedad juda, etc. Sus con-
clusiones podrn ser discutidas, rebatidas, llegado el caso, por otra
lectura. En el plano de la significacin, el lector se preguntar si, en
la palabra que dice bienaventurados los pobres y llama a no preo-
cuparse del maana, reconoce l una verdad que orienta su vida.
No confundamos
As pues, no confundamos sentido y significacin. Normalmente, el
primero precede a la segunda, aun cuando lo ms frecuente es que la
lectura experimente un vaivn: el inters puesto en el sentido des-
pierta la curiosidad por una significacin posible, y el deseo del lec-
tor de una integracin en su vida da nuevo impulso a la bsqueda de
sentido. De todas formas, el deseo de comprender debe aceptar obli-
gatoriamente el rodeo por la explicacin.
Resumamos. Para que se realice el acto de leer, es preciso que se
efecte una cadena de operaciones tendentes a establecer el sentido
de la obra literaria, y luego a edificar su significacin. La bsqueda
del sentido, determinada por los indicadores de que hace gala el
texto, registra el efecto buscado por el narrador; su resultado puede
ser discutido o rebatido sobre la base del texto. En cambio, edificar
la significacin del texto requiere la subjetividad del lector, de suer-
te que en este punto los resultados variarn considerablemente. A la
estabilidad del sentido se puede oponer la variabilidad de la recep-
cin del texto, es decir, la fluctuacin en el establecimiento de su
significaci n.
EL ACTO DE LECTURA
237
Lecturas ilegtimas?
Es legtima toda lectura? Aun cuando no. existe. el sen-
tido de un texto (Valry), se puede decIr de la mterpretacIOn que
puede variar hasta el infinito?
U. Eco ha afrontado esta cuestin en Los lmites de la interpre-
tacin. Segn l, la lectura oscila en equilibrio la li-
bertad del intrprete y la fidelidad al texto. La la
lectura no debe desplegarse en detrimento de lo que el semIOtIco Ita-
liano llama los derechos del texto: stos son las obligaciones de
lectura significadas por el texto, sus restricciones a la interpretacin,
que hacen que tal lectura sea deseable y tal otra no. co-
rriente desconstruccionista, Eco llama a respetar la reSIstencIa del
texto al despliegue incontrolado de lecturas.
Basta recordar el procedimiento del comentario explcito (> 8.1)
para verificar lo bien fundado de esta postura. Cuando el narrador de
Jn 12,6 comenta: Pero no deca esto porque le preocuparan los
pobres, sino porque era ladrn, y como tena la bolsa, se llevaba lo
que echaban en ella (a propsito de la protesta de Judas la un-
cin de Jess), es evidente que descarta una lectura del dIscurso de
Judas para privilegiar otra. Encontramos un ejemplo opuesto en Jn
13 donde el mismo narrador introduce una tras otra dos lecturas del
del lavatorio de los pies: una en con la
(13,8: Si no te lavo, no tienes parte connugo), la otra de tipo etIco
(13,14: Vosotros tambin debis lavaros .l?s pies a otros). En
ambos casos aparece la misma preocupacIOn de dmgIr al lector: res-
trictiva en Jn 12, polismica en Jn 13.
El procedimiento es muy hbil en el. de Jons, .dond.e el
narrador hace planear una gran indeternunacIOn sobre la
precisa del gran pez que engulle al profeta. No obstante,
su relato de seales suficientes para canalizar las representaCIOnes
imaginarias del lector.
El proceso del anlisis narrativo se dedica precisamente a descu-
brir las huellas de los esfuerzos desplegados por el narrador para
canalizar la interpretacin. La bsqueda de sentido procurar acer-
carse lo ms posible a la intencin del texto (o, si se prefiere, a la
intencin del autor implcito). Las interpretaciones legtimas son,
pues, las que el texto sustenta, que sus presiones y tie-
nen en cuenta el mximo de sus mdIcacIOnes. Pero lo plural se debe
238
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
conservar: las potencialidades de sentido que encierra el texto son
demasiado imprevisibles para imponer un sentido nico; la resisten-
cia del texto limita la pluralidad de sentido, sin reducirla jams a un
sentido cannico.
EL MUNDO DEL RELATO
(MMESIS 11)
10.3. Leer para comprender(se)
La lectura est en constante oscilacin entre la observacin y la
implicacin. Cul es, en definitiva, la trascendencia de ese vaivn,
del texto a s y de s al texto?
Lo que finalmente me apropio es una propuesta de mundo; sta
no est detrs del texto, como lo estara una intencin oculta, sino
delante de l, como lo que la obra despliega, descubre, revela. Desde
ese momento, comprender es comprenderse delante del texto. No
imponer al texto la propia capacidad finita de comprender, sino ex-
ponerse al texto y recibir de l un yo ms vasto, que sera la pro-
puesta de existir respondiendo de la manera ms apropiada a esa
propuesta de mundo. Seguimos una vez ms a Paul Ricoeur (Du
texte al' action, pp. 116-117) en esta descripcin de la trascenden-
cia de leer. Este filsofo ha desarrollado el hermoso tema de la
identidad narrativa que, en el acto de leer, se le sugiere al lector
cuando examina detenidamente la propuesta de mundo que desplie-
ga el relato.
Situados ante el texto que les interpela, el lector o la lectora ven
desplegarse por medio del relato yoes posibles. De ese modo, el
texto los sita ante s mismos como ante una tarea que han de asu-
mir y de la que nadie se encargar por ellos. El deber que se ha de
hacer eres t. No un discpulo de alrededor (Kafka).
EL ACTO DE LECTURA
239
Interpretar es actuar
El paradigma ms notorio de estos interrogantes sobre uno mismo,
que plantea el texto al proponer el modelo de una posibilidad de11ec-
tor, se encuentra en 2 Samuel12. Ante el rey David, que para apro-
piarse de Betsab ha enviado a Dras a morir en el combate, el pro-
feta Natn cuenta la historia del pobre; el rico se ha apoderado de su
nica cordera para ofrecerla a su husped. La clera del rey ante esta
injusticia exige la vuelta brusca, del mundo del relato, al mundo del
lector: T eres ese hombre.
La parbola de Natn y su efecto en David son una bella
fora de la lectura. Lejos del discurso que poda sermonear a DavId
por su crimen, Natn usa de la indirecta del relato
para exponer ante el rey el modelo de un de mora!:
cin de los derechos del dbil. Al juzgar ese cnmen con mdIgnaclOn,
David se ve devuelto a su propio mundo, para constatar que la trama
del relato corresponde desgraciadamente a la de su vida. El
que permite el relato ofrece al narrador los recursos de la y
cuando el texto ofrece al lector posibilidades de s mismo, se dmge
ciertamente a la imaginacin del lector.
Por esa razn "interpretar" no es slo "comprender" en el sen-
tido de una investigacin realizada metdicamente, sino tambin
"actuar", 10 mismo que del msico que ut.Ia o del
actor que interpreta un papel, un personaje, se dIce que
"acta" (P. Bh1er, L'interprete interprt, p. 253). SI mterpretar
significa para el lector refigurar su mundo a partir del mundo del
texto, se puede comprender aqu el sentido de la palabra .la
narracin le propone actuar la trama del texto en la de su propIa eXIS-
tencia a la manera del msico que acta tocando una partItura. En
este entre la trama del relato y la trama de su vida, el texto
ofrece a11ector la posibilidad de modificar su trama personal; en una
palabra, le ofrece convertirse en otro. El evangelio tiene una palabra
para describir este movimiento: conversin.
La Biblia se cuenta
Si los autores bblicos decidieron prioritariamente contar a Dios, en
vez de disertar sobre l, se debe fundamentalmente a que Dios se da
a conocer en la historia. Pero si, para decir la historia entablada entre
240 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
!
.1\ 7
EL EFECTO DEL RELATO EN EL MUNDO DEL LECTOR
(MMESIS m)
Dios y los suyos, los autores bblicos contaron historias, es en vir-
tud de los poderes del relato.
Cules son dichos poderes?
* El relato, con su trama, da sentido y orden al desorden de lo
real. La legibilidad de la trama implica una legibilidad del mundo.
El relato bblico presupone que la vida tiene un sentido, y afirma que
la gestin de ese sentido se ha de buscar en Dios.
* El relato no diserta sobre la esencia de Dios. No expone un
Dios definible, contenido en un nombre, en un concepto. El Dios del
relato acontece en la historia y por la historia. Es histrico y, por
tanto, contable. Leer es ser guiado a decir a Dios contndolo, a hacer
historia a su vez.
* El paso del mundo del relato al mundo del lector es una labor
de interpretacin. En su estadio ltimo, la lectura lleva a los lectores
y las lectoras a un mundo por modelar, a tramas por construir en
tomo a ellos, a personas por descubrir, a la huella de Dios por per-
cibir. La lectura, cuerpo a cuerpo del lector con el texto, se convier-
te en el lugar donde del texto se eleva una Palabra.
Como dice J.-P. Duplantier, pasa con la lectura como con la
pesca con caa. El pescador con caa se instala al borde del ro o a
la orilla del lago; sabe mirar la corriente que fluye y las ondas del
estanque, sabe interpretar las hierbas que se mueven y el color de las
EL ACTO DE LECTURA 241
aguas; pero, sobre todo, cree que all dentro hay peces, y lanza
pacientemente su caa y sabe esperar ... Nosotros estamos al borde
de los textos para descifrar la abundancia de las figuras, para seguir
los lineamentos del sentido, para reconocer el discurso que fluye,
porque sabemos que all dentro hay Palabra y que, si no habita ah,
al menos por ah pasa a menudo ... (Smiotique et Rible 87 [1997],
p.55).
Para leer:
S. BONZON, Paul Ricoeur, Temps et reit: une intrigue philosophique: Revue de
Thologie et de Philosophie 119 (1987), pp. 341-367 (buena presentacin sin-
ttica del pensamiento de Ricoeur).
P. BHLER, L'interprete interprt, en (P. Bhler y C. Karakash [eds.]) Quand
interprter e' est ehanger, Labor et Fides, Geneve 1995, pp. 237-262 (leer para
comprenderse).
U. Eco, Les Limites de l'interprtation, Grasset, Paris 1992, pp. 19-47 (trad. cast.:
Los lmites de la interpretacin, Lumen, Barcelona 1992) (legitimidad e ile-
gitimidad de las lecturas).
V. JOUVE, La Leeture, Hachette, Paris 1993, pp. 79-104 (vivencia y repercusin de
la lectura).
P. RICOEUR, Temps et rcit 1, d. du Seuil, Paris 1983-1985, pp. 85-129 (trad. cast.:
Tiempo y narracin, vol. 1, Cristiandad, Madrid 1987) (las tres mmesis).
P. RrcoEuR, Du Texte a l'aetion. Essais d'hermneutique Il, d. du Seuil, Paris
1986, pp. 101-117 (la distancia necesaria para interpretar).
P. RICOEUR, Soi-meme eomme un autre, d. du Seuil, Paris 1990, pp. 137-198
(trad. cast.: S mismo como otro, Siglo XXI, Madrid 1996) (la identidad
narrativa).
Captulo 11
Cmo preguntar al texto?
Modo de empleo
Este captulo propone una batera de preguntas adecuadas para
orientar al lector en el anlisis narrativo de los relatos bblicos. El
esquema de lectura es aplicable a todo relato, ya se trate de un epi-
sodio breve o de una secuencia de varios captulos de extensin.
Consiste en una serie de grandes preguntas, comentadas por medio
de sub-cuestiones que tratan de hacerlas ms concretas.
Sugerimos que el lector o la lectora comience aplicando por
orden las ocho series de preguntas; progresivamente; y con la- ayuda
de la experiencia y la adquisicin de competencia narratolgica, se
liberar de ese molde para crear sus propias preguntas. El valor de
este esquema reside en su exhaustividad: le pregunta sistemtica-
mente al texto desde el punto de vista de su efecto pragmtico,
pasando revista a todos los interrogantes abiertos por la narratologa.
No hay que emprender esta tarea sin tener en mente estas tres im-
genes: el manojo de llaves, el modelo que falla y la encrucijada.
El manojo de llaves. Las preguntas que siguen son como un
manojo de llaves: todas estn a disposicin del lector, pero no todas
son tiles en cada texto. No todas permiten tampoco abrir las cerra-
duras del sentido de cada texto. Lo importante es encontrar en cada
caso la seleccin de llaves correcta para el texto que se est leyendo.
Escoger las llaves correctas (las que dan acceso a un efecto de sen-
tido inesperado) requiere pericia e intuicin; as es como, con la
ayuda del aprendizaje, se llegar a presentir que tal texto es intere-
sante desde el punto de vista de su trama, mientras que tal otro des-
pierta la curiosidad por su construcci6n de los personajes. La pala-
bra clave: desconfiar de las autopistas del sentido. Aceptar dejarse
244 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
des-viar de la lectura habitual por un interrogante sobre la construc-
cin narrativa del relato es darle al texto una oportunidad de hablar
de otro modo.
El modelo que falla. Los modelos propuestos por el anlisis
narrativo (la estructura quinaria, el esquema actancial) no imponen
un estereotipo al que todo relato deba necesariamente ajustarse. Son
como el metro del carpintero, que no sirve nicamente para fabricar
muebles de iguales dimensiones. La ausencia de accin transforma-
dora en una trama o la imposibilidad de imponer lmites claros al re-
lato constituyen precisamente la originalidad del texto. Dicho de
otro modo: la dificultad de identificar en el relato elementos de un
modelo estructural tal vez no se deba, ni a la deficiencia del mode-
lo, ni a la incompetencia del lector, sino al relato mismo, que en
tal punto se sustrae, dejando de ese modo al descubierto un perfil
especfico.
La encrucijada. El anlisis narrativo se encuentra en la encruci-
jada de otros mtodos de lectura del texto: anlisis histrico-crtico,
semitico, retrico, feminista, etc. Los datos de esas diferentes lec-
turas se pueden articular con los del anlisis narrativo, aun mante-
niendo el principio fundamental del anlisis narrativo, a saber, el eje
de la comunicacin. Si se descubre, por ejemplo, una estructura con-
cntrica o un quiasmo en un texto (anlisis retrico), se preguntar
qu efecto de sentido se intenta producir de ese modo en el lector. Si
en la lectura se integra informacin histrica sobre la realeza en
Israel, no se deber confundir con la manera en que el texto cons-
truye la imagen del rey para el lector.
1. Primera aproximacin
Observar cmo est construido el relato. Cmo se las arregla el
narrador para contar?
Examinar el plano formal: composicin, estilo, lenguaje, tipo de
narracin. Cul es el efecto de su manera de contar?
Recordar el principio cardinal del anlisis narrativo: la lineali-
dad. Los elementos se consideran siguiendo el orden en que apare-
cen en el relato.
CMO PREGUNTAR AL TEXTO?
245
Incluye el relato uno o varios narradores secundarios que cuent?n
a su vez una historia? Si es as, determinar los efectos de esta tec-
nica narrativa.
Est presente el narrador en la historia que cuenta?
2. Lmites del texto
Dnde comienza el relato? Dnde termina? .
Proponer unos lmites y qu criterios tu
eleccin (tiempo, lugar, personajes, tema, modelo o genero htera-
rio). Los relatos heredan a menudo una delimitacin tradicional; es
preciso poner en tela de juicio dicha delimitacin?
Dividir el relato en cuadros.
Cmo se articulan los cuadros entre s? Cul es la progresin
narrativa?
Una vez fijados los lmites, qu indicios narrativos remiten a lo
anterior ya lo posterior?
Cmo prepara 10 anterior el relato? De qu situacin el
relato el punto de vista de la historia contada? Cmo se prosIgue en
10 posterior?
Forma parte el relato de una secuencia narrativa?
Est dominada la secuenciayor un .hroe o por un
Cmo est construida? Que coneXIOnes unen los ffilcro-relatos
de la secuencia?
3. La trama
Qu hilo conductor asegura la coherencia del argumento
narrativo?
Desglosar el relato segn la estructura quinaria (1.
cia!' 2. Nudo. 3. Accin transformadora. 4. Desenlace. 5. SltuacIOn
final). ., .
Determinar 10 que constituye el nudo de la aCCIOn (<<complica-
cin). Coincide la accin transformadora con el quicio del relato
246 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
(turning point)? Si hay desfase, cul es el efecto producido? Se
observa relacin entre las etapas 1 y 5, 2 Y 4?
Se puede advertir la presencia de las modalidades de la accin
(deber-hacer, querer-hacer, saber-hacer, poder-hacer)?
Observar la eventual presin de un deber-hacer o de un querer-
hacer. Cmo influyen sobre el sujeto de la accin transformadora?
Quin posee el saber-hacer, el poder-hacer o ambos? Cmo los
adquiere el sujeto? Los tena al principio?
Hay combinacin de tramas?
La combinacin funciona por encadenamiento, superposicin,
engaste o entrelazamiento. Qu relaciones se tejen entre trama epi-
sdica (micro-relato) y trama unificadora (macro-relato)?
La trama es de resolucin o de revelacin?
Distinguir entre micro-relato y macro-relato.
4. Los personajes
Hacer el inventario de los personajes (individuales y colectivos) del
relato.
Qu jerarqua establece el relato entre los personajes? Cules
son los protagonistas? Quin desempea el papel de cordel
(ficelle) o de simple figurante?
Diferenciar los personajes redondos (varios rasgos) de los perso-
najes planos (reducidos a un solo trazo).
Cmo estn los personajes al servicio de la trama?
Utilizar el esquema actancial: emisor / destinatario; sujeto / obje-
to; oponente / ayudante.
Aparece ese esquema claramente o est oculto a los ojos del
lector?
Qu personajes manejan la accin? Quin va hacia quin?
Cmo construye el narrador los personajes?
Qu es lo que el relato dice del personaje (telling: denomina-
cin, informaciones proporcionadas sobre su posicin o estilo de
vida)? Qu muestra de l (showing: el obrar del personaje)?
CMO PREGUNTAR AL TEXTO? 247
Seguir las transformaciones de los personajes: cmo se constru-
yen y modifican a travs del relato sus identidades, sus relaciones.
Quin o qu provoca esas transformaciones? Cmo y por qu?
Cul es la relacin del personaje con su pasado?
Qu sentimientos (empata, simpata, antipata) despierta el
relato respecto a los personajes?
Observar el juego de las focalizaciones a lo largo del texto.
Da acceso el relato a la interioridad de un personaje (focaliza-
cin interna)? Deja ver lo que sucede tal como podra observarlo el
lector (focalizacin externa)? Permite tener acceso a un suplemen-
to de informacin que domina el tiempo y el espacio (focalizacin
cero)?
Desde el punto de vista del saber, la posicin del lector es supe-
rior, igualo inferior a la de los personajes?
5. El marco
Observar las indicaciones temporales. Tiene la cronologa un
valor puramente fctico, o simblico?
Informan los datos temporales sobre el tipo de tiempo dentro
del cual tiene lugar una accin (de noche, en invierno)? Encama el
relato una visin del tiempo monumental (que engloba los orge-
nes y el fin de los tiempos)?
Cules son los movimientos en el espacio, el acercamiento y el ale-
jamiento.de los personajes?
Se inscriben los datos geogrficos en un esquema poltico
(Judea / Galilea), topogrfico (mar / tierra? Ciudad / campo), arqui-
tectnico (interior / exterior)? Qu plano domina: vertical, horizon-
tal, circular?
Qu es lo que el relato ensea al lector sobre el marco social de la
historia contada?
Cmo valorar el papel de esas menciones en la accin
narrativa?
248 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
6. La temporalidad
Cules son las variaciones en la velocidad del relato? Determinar
las pausas, las escenas, los sumarios, las elipsis. Hay alternancia
en la velocidad del relato?
Qu claves de lectura dan los momentos de pausa? Cules son
los perodos que el relato pasa en silencio? Qu pretende el narra-
dor al intercalar sumarios?
Qu sentido permite percibir el ritmo del relato?
Comparar el orden del relato con el orden de sucesin de los acon-
tecimientos de la historia tal como se puede reconstruir (historia
contada). Localizar analepsis y prolepsis; cules son su alcance y
su amplitud?
Cul es el sentido de las analepsis bblicas (continuidad, ruptu-
ra, coherencia entre el pasado y el presente)? Son hechas por los
personajes o por el narrador? Desembocan las prolepsis en una
concepcin del fin de los tiempos?
Qu sentido es generado por el orden del relato?
Es el relato singulativo, iterativo o repetitivo?
Qu aporta al lector la condensacin narrativa del relato iterati-
vo? En caso de segmentos repetitivos, comparar atentamente las
diferentes versiones del acontecimiento. Qu tendencia se muestra
activa en la narracin (simplificacin, focalizacin sobre un elemen-
to particular, etc.)?
En caso de repeticin de un tema (bajo una forma u otra), qu
efecto de acoplamiento se produce con ello?
7. La voz narrativa
Quin habla? Cmo se traslucen el marco de referencia del
narrador, su ideologa, su jerarqua de valores, su visin del
mundo?
Si el narrador procede a intromisiones importantes en el relato,
qu busca comunicar al lector con ese procedimiento de apostrofar
al lector, informarle y reflexionar sobre la recepcin de una palabra?
Localizar los comentarios explcitos del narrador.
Cul es el sentido de las glosas explicativas? Recurre el narra-
dor a argumentos bblicos? Da muchas explicaciones? Traduce
CMO PREGUNTAR AL TEXTO? 249
trminos oscuros para el lector? Emite juicios sobre determinado
personaje o accin?
Hace sus comentarios directamente o a travs de un personaje?
Qu es lo que el narrador comunica al lector de manera indirecta
u oblicua? Identificar los comentarios implcitos del narrador.
Se sirve el narrador de alguna intertextualidad? Sorprende al
lector con paradojas? Da una clave de interpretacin mediante un
abismado? Provoca su participacin describiendo un malenten-
dido? Busca su adhesin mediante la irona, el humor? Emplea la
fuerza evocadora del registro simblico? Deja una parte del relato
en la sombra, recurriendo a la polivalencia o a la opacidad (los blan-
cos del texto)?
8. El texto y su lector
De qu manera programa el texto la lectura? Qu balizas propo-
ne al recorrido del lector?
Localizar las frmulas repetitivas, los conectores. Pone en para-
lelo el relato la actividad de diversos personajes (sincrisis)? De ser
as, con qu intencin?
Cmo juega el narrador con la capacidad de previsin del lector ?
Confirma o desbarata el texto las expectativas del lector? Qu
pretende construir (o desconstruir) en la posicin del lector?
Qu es lo que el texto decide no decir? Qu deja al cuidado del
lector para que ste lo complete en relacin con la verosimilitud, la
lgica de las acciones, el lenguaje simblico, la significacin gene-
ral (sentido del episodio dentro de la trama portadora)?
Qu es lo que el relato no explica? Qu trabajo interpretativo
invita a realizar?
Se puede descubrir en el macro-relato un pacto de lectura sellado
entre narrador y narratario?
Cmo orienta el peritexto (proemio, prlogo, frase introducto-
ria) la lectura?
A qu lector va implcitamente destinado el relato?
Identificar las competencias presupuestas, la relacin con el
acontecimiento narrado, la eventual connivencia entre autor y lector
implcitos.
r
Apndice 1 ~
Comprueba tus conocimientk"-
las respuestas I
P. 33, cap. 1, pto. 1.4:
Qu imagen del lector implcito se deduce de Jc 1,1-21 en cuan-
to a su saber, su cultura, su experiencia?
Al leer el comienzo del libro de los Jueces, resulta bastante fcil
determinar los grandes rasgos del perfil del lector implcito. El texto
construye un lector que conoce a Josu y al Dios de Israel. Conoce
tambin la situacin del pueblo hebreo en su conquista contra los
enemigos, los cananeos. El lector implcito acepta el hecho de que
Dios puede ser consultado (l debe saber cmo; en principio, en un
santuario), que habla y por tanto interviene en esa guerra al escoger
a la tribu de Jud (v. 2). El lector conoce las reglas de la guerra: la
suerte reservada al vencido (a Adoni Bzec se le cortan los pulgares
de las manos y los pies para que ya no pueda tirar con arco, vv. 6-7;
la prctica del anatema en las ciudades conquistadas: todo es des-
truido, v. 17); conoce tambin las costumbres de la cultura patriar-
cal: Caleb da a su hija Acs por mujer al conquistador de una ciu-
dad; sin embargo, Acs toma la iniciativa de pedir fuentes de agua a
su padre. El narrador -en contraste con el resto del libro de los
Jueces y con los datos histricos- piensa que el lector va a admitir
de entrada el papel preponderante de la tribu de Jud en la toma del
pas, incluida Jerusaln. En cuanto a la teologa y al sistema de valo-
res, se pueden proponer al menos dos reconstrucciones del lector
implcito. Primera hiptesis: el lector implcito relee la historia a tra-
vs del prisma del gnero literario, un relato histrico con rasgos
picos. Segunda hiptesis: el relato se dirige a un lector que vive en
el exilio o despus del exilio, en el momento en que ya ha perdido
la Tierra prometida y conquistada. En este caso, su interpretacin va
252
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
a una sobre los peligros del imperialismo y el
colomahsmo, vengan estos de donde vengan. Es llevado a reconsi-
derar el lugar de Dios y el del pueblo en la historia.
('/
L ,P. 33, cap. 1, pto. 1.4:
Cmo calificar la relacin narrador / narratario en Ap 1,4-9?
Primera constatacin: las instancias narrativas estn claramente defi-
nidas. El narrador se llama Juan y se dirige, de parte de Dios, a las
siete Iglesias que estn en Asia. Ocupa, pues, la posicin de un aps-
tol frente a comunidades cristianas bien definidas, aunque desborda
ese marco limitado (el nmero siete simboliza la plenitud, Juan
transmite un mensaje vlido para la Iglesia entera). Segunda consta-
tacin: narrador y narratarios estn estrechamente unidos, por una
parte, a travs de la obra salvfica de Cristo (triple aparicin del pro-
nombre nosotros en los vv. 5b y 6a), por otra, en virtud de que
comparten los diferentes aspectos de la condicin cristiana (<<vues-
hermano y compaero de la tribulacin, del reino y de la pacien-
CIa, en Jess, v. 9). La relacin narrador / narratario es en este caso
de tipo asociativo.
l' "P. 42, cap. 2, ptos. 2.1 a 2.5:
Compara las enunciaciones del episodio "Jess entra en
Jerusaln" en Mc 11,1-10 y Jn 12,12-19
El relato de Marcos sigue los acontecimientos de cerca; se respeta el
orden cronolgico: la comitiva se acerca a Jerusaln, Jess enva a
dos discpulos, stos encuentran el pollino y vuelven con l la mul-
titud ropas y follaje, despus aclama al que' viene.
Marcos InSIste ante todo en la prediccin de Jess relativa al pollino
(vv. lb-3) y en su cumplimiento (vv. 4-7a); esta unidad ocupa 6 de
los. 10 versculos! El final del relato apenas est esbozado (entrada /
sahda del Templo). Juan procede de un modo completamente dife-
rente. Pone claramente el acento en la aclamacin de la multitud
con la precisin el rey de Israel (cf. la importancia de este tema
el cuarto evangelio: 18,33-37). Juan resume (ni rastro de predic-
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 253
cin); interpreta la entrada en Jerusaln a la luz del cumplimiento de
la Escritura (v. 16). En el plano de la trama, este episodio sirve
de continuacin al signo de Lzaro (vv. 17-18) y atiza la rm"",,_
cin de los fariseos (v. 19).
L-[
P. 42, cap. 2, ptos. 2.1 a 2.5:
Compara la enunciacin del Declogo segn Ex 19,10-25; 20,18-
21 Y segn Dt 5,1-5.22
En el xodo se concede un lugar importante a la descripcin del
marco de la proclamacin del Declogo. El relato se entretiene lar-
gamente (16 versculos de introduccin y 4 de conclusin) sobre el
carcter temible de la teofana: voz de trompeta, relmpagos, true-
nos, nube, fuego y humo, as como un retemblor de toda la mon-
taa; el pueblo tiembla de temor y se mantiene a distancia. El
Deuteronomio evoca tambin la teofana, pero de manera indirecta:
es Moiss quien, mucho ms tarde, recuerda los hechos en presen-
cia de todo Israel. Se trata de un relato dentro del relato; tiene como
funcin hacer un llamamiento a la memoria colectiva del pasado,
con el fin de interpelar al lector en su hoy, que es un tiempo de cri-
sis. El xodo pinta el acontecimiento en vivo, mientras que el
Deuteronomio refiere los hechos a distancia -pero la forma escogi-
da permite al redactor ser incisivo en otro plano: VOSOTROS tenais
miedo ... y no subisteis a la montaa (Dt 5,5).
fv:;
P. 50, cap. 2, pto. 2.6:
Cul es la posicin del narrador Natn en 2 S 12,1-15? Cul
es la posicin del narrador Pedro en Hch 10,34-43? Cul es la
posicin del narrador Juan en Ap 1,9-20?
En 2 S 12,1-15, Natn es un narrador secundario (intradiegtico) y
cuenta al rey una historia de la que l est ausente (heterodiegtica).
En Hch 10,34-43, Pedro es tambin un narrador intradiegti-
co (pronuncia un discurso dentro del gran discurso de Lucas,
redactor de los Hechos de los apstoles); sin embargo, a diferen-
cia de Natn, est presente en la historia que cuenta en casa de
254
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Comelio; SU papel de testigo (vv. 39, 41, 42) le sita en el plano '.
homodiegtico.
En Ap 1,9-20, Juan ocupa la posicin de narrador primario (l es
el autor del libro) y se sita, por tanto, en el plano extradiegtico.
Como interviene en la historia (<<Yo me encontraba en la isla llama-
da Patmos), se le denominar homodiegtico.
,-. P. 58, cap. 3, pto. 3.3:
El relato de la conversin de Saulo en Hch 9, encuentra su fi-
nal en 9,19a, en 9,25 o en 9,30? Qu criterios adoptar para la
delimitacin?
El comienzo del relato est marcado en tres planos: designacin
clara del protagonista (Saulo), del tema (persecucin contra los dis-
cpulos del Seor) y de los lugares (Damasco / Jerusaln). En cam-
bio, no hay ninguna precisin temporal. A partir de 9,19b, la accin
se desarrolla siempre en Damasco y pone frente a frente a Saulo y
sus contradictores, que se confabulan para hacerlo perecer (inversin
de la violencia). No hay razn alguna a favor de un lmite en 9,19a
(salvo la asimilacin del cambio total de Saulo a un relato de cura-
cin). Desde 9,26, el relato se concentra en el regreso de Saulo a
Jerusaln, su punto de partida (mismo personaje y mismo lugar); el
tema de la violencia se mitiga en un primer momento (miedo de los
discpulos, despus acogida de Saulo), para reavivarse a continua-
cin (v. 29, los helenistas pretenden acabar con l). Para que cese la
persecucin contra l, los hermanos tienen que hacerle partir para
Tarso. Sigue a continuacin un sumario: La Iglesia ( ... ) gozaba de
paz (v. 31). No se volver a hablar de Saulo hasta 11,25. Los indi-
cios convergen a favor de un lmite en 9,30.
P. 58, cap. 3, pto. 3.3:
Propn lmites para el famoso relato de Can y Abel (Gn 4)>>
Tradicionalmente, el lmite del relato se sita en el v. 16. Can,
errante pero protegido por un signo del Seor, reside en el pas de
Nod, pas desconocido cuyo nombre significa errante. Sin embar-
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 255
go, narrativamente, la seccin comienza con esta indicacin: Co-
noci el hombre a Eva, su mujer, que concibi y dio a luz a Can ...
(v. 1), y termina con la misma indicacin en el v. 25 (Eva da a luz a
Set, porque Dios ha concedido otra descendencia en lugar de Abel).
La aadidura de los vv. 17-24 da un aspecto totalmente diferente al
personaje clave del pasaje: Can es descrito como un hombre que
tiene xito (constructor de ciudades, padre de una descendencia
creadora de la ganadera, la msica y el artesanado). Lo agropecua-
rio, el arte y la tcnica van acompaados por el cntico guerrero de
Lmec -violencia verbal adecuada para mantener a los enemigos a
distancia (cf. la Marsellesa)-. Ledo as, el relato nos lleva a descu-
brir, tras la admiracin que puede provocar el desarrollo necesario
de la civilizacin, el hecho de que sta es construida por un hombre
en bsqueda de races sobre el cadver de su hermano, y de que est
bajo la amenaza constante de la intensificacin de la violencia.
~ \
v P. 66, cap. 3, pto. 3.5:
Divide en cuadros el relato de la aparicin a Abrahn en la enci-
nade Mambr (Gn 18,1-15). En l se hace una promesa alpatriar-
ca. Dnde se encuentra su cumplimiento?
El texto se puede dividir en cuadros con bastante facilidad:
Primer cuadro: el relato indica lo que va a suceder, o sea, la apa-
ricin del Seor a Abrahn (v. 1).
Segundo cuadro: el relato se sita desde el punto de vista de
Abrahn, que ve a los tres hombres, corre a su encuentro y les supli-
ca que se detengan (vv. 2-5).
Tercer cuadro: Abrahn manda preparar la comida y la sirve
(vv. 6-8).
Cuarto cuadro: el anuncio del nacimiento por parte de los hus-
pedes (vv. 9-10).
Quinto cuadro: el relato se sita desde el punto de vista de Sara,
que est a sus espaldas y se re (vv. 11-12).
Sexto cuadro: Yahv (sic!) reafirma su promesa: nacer un hijo
(vv. 13-14).
Sptimo cuadro: Sara niega haberse redo (v. 15).
256
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Como se puede constatar, este relato de promesa reclama un
cumplimiento; ste no se producir hasta 21,1-7. Este relato se hace
eco de los dos temas tratados en Gn 18: el nacimiento de un hijo y --
la risa de Sara. Desde el punto de vista narrativo, tras la promesa tie-
nen lugar tres episodios: el regateo de Abrahn a propsito de
Sodoma, la destruccin de la ciudad y el segundo relato en que
Abrahn hace pasar a Sara por su hermana. La separacin entre el
relato de la promesa (Gn 18) y el de su realizacin (Gn 21,1-7) per-
mite al lector materializar el tiempo de la espera y le hace entrar en
la alegra de Sara, librada de su vergenza. Ese retraso en la realiza-
cin dar an ms peso dramtico a la obediencia de Abrahn cuan-
do reciba la orden de sacrificar a su hijo (Gn 22).
P. 66, cap. 3, pto. 3.5:
Identifica las articulaciones de la secuencia de Gn 18-25 (perso-
naje: Abrahn)>>
En su primera parte, el relato presenta la figura de Abrahn como la
de un jefe nmada de gran porte. Practica la hospitalidad de manera
solcita y generosa. Este rasgo va a reforzarse con lo que Abrahn
acomete por su clan: negociar con el Seor en favor de Lot (Gn
18,16-33); proteger a su mujer, Sara, mediante un subterfugio
(Gn 20,1-18) y disponer sus funerales (23,1-20). El lugar -la encina
de Mambr- se carga igualmente de historia. Escogido por Abrahn,
se convierte en el lugar de la promesa y del anuncio del fin de So-
doma (Gn 18), despus en el de la muerte del patriarca. El conjunto
de la secuencia est marcado por la edad cada vez ms avanzada de
Abrahn y de Sara, y finalmente por su muerte. Pero los dos, gracias
a la intervencin de Dios representado por sus ngeles, dejan des-
cendencia directa al morir.
P. 66, cap. 3, pto. 3.5:
,/) Observa cmo est construida la secuencia "sandwich" de
.' Me 3,20-35
Mc ~ ,20-21: .la multitud se rene, y los parientes de Jess se propo-
nen mtervemr.
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 257
Mc 3,22-30: Jess responde a la acusacin de los escribas veni-
dos de Jerusaln (a propsito del origen demonaco de su poder).
Mc 3,31-35: la madre y los hermanos de Jess le hacen llamar;
l responde con una enseanza sobre su verdadero parentesco.
Existe estrecha relacin entre la cuestin del parentesco y la del
origen: en ambos casos, lo que se discute es la autoridad de Jess.
Su familia dice: Est fuera de s (v. 21). Los escribas van ms all:
Est posedo por Beelzeb (v. 22), Est posedo por un espritu
inmundo (v. 30). A todas estas acusaciones, Jess responde situan-
do correctamente el problema del origen: el testimonio del Espritu
Santo (v. 29), que conduce a la prctica de la voluntad de Dios (v.
35). Los dos cuadros (parientes / escribas) se iluminan mutuamente.
P. 80, cap. 4, pto. 4.2:
Determina la trama de la parbola de las diez vrgenes
(Mt 25,1-13)>>
La situacin inicial se describe claramente en el v. 1: diez vrgenes
toman sus lmparas y salen al encuentro del esposo. La tensin
narrativa se produce por el hecho de que cinco de ellas son necias y
no llevan aceite consigo (vv. 2-3); a ello se aade el retraso del espo-
so (v. 5). As, la situacin se plantea en tomo a la carencia: como
no tienen aceite de reserva, sus lmparas se apagan (v. 8). Una pri-
mera accin transformadora fracasa: la peticin dirigida a sus com-
paeras prudentes (vv. 8-9). La segunda (compra de aceite, v. lOa)
parece tener xito, pero la situacin final muestra que no es as: la
puerta se cierra (v. lOc) y el esposo se niega a dejarse ablandar (v.
12). La accin transformadora no se puede realizar: esta parbola no
tiene desenlace en el sentido propio del trmino ... La carencia se ha
visto colmada, s, pero demasiado tarde! El factor tiempo resulta
aqu determinante; de ah la exhortacin a la vigilancia (v. 13).
~ P . 80, cap. 4, pto. 4.2:
Determina la trama del relato donde se cuenta la demolicin del
altar de Baal (lc 6,25-32)>>
Geden recibe del Seor la orden de demoler el altar de Baal y des-
pus construir un altar al . Seor y ofrecerle un toro en holocausto
258 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
(situacin inicial, vv. 25-26). l ejecuta la orden, pero de noche, por
miedo a la gente de la ciudad (nudo virtual, v. 27); no se equivoca:
la gente de la ciudad pide la muerte del culpable (nudo efectivo, vv.
28-30). La intervencin del padre de Geden constituye la accin
transformadora: Si (Baal) es Dios, que se defienda, ya que se le ha
destruido el altar (v. 31). El desenlace aparece a continuacin: la
gente de la ciudad se adhiere a la propuesta y da a Geden el nom-
bre de Yerubaal (<<Que Baal se defienda!, v. 32). La situacin final
queda as sugerida: Geden podr tomar el mando del pueblo y ven-
cer a Amalee, opresor de Israel.
P. 80, cap. 4, pto. 4.2:
Dnde sitas la tensin dramtica y el quicio en el relato de la
curacin de los diez leprosos (Le 17,11-19)?
Puesto que se trata de un relato de curacin, el nudo est constitui-
do por la enfermedad, en este caso la lepra. Segn eso, el quicio apa-
rece en el v. 14b: mientras iban, quedaron limpios. Esta curacin,
sealada sin ninguna intensidad emoclonal, no suscita apenas reac-
cin en el lector. En cambio, la tensin sube de grado en el momen-
to en que uno de los diez -un samaritano, precisa el texto- vuelve a
Jess y se arroja a sus pies, lleno de reconocimiento. La tensin con-
tina subiendo con la reaccin de Jess: Los otros nueve, dnde
estn? (v. 17). El lector comprende que lo esencial se va a ventilar
en ese momento. Efectivamente, para este extranjero, la curacin
fsica se ve aumentada con una liberacin en profundidad: Tu fe te
ha salvado (v. 19). Las palabras de Jess (vv. 17-19) llevan a su
cima la tensin dramtica. Y entonces es posible releer el relato de
modo totalmente diferente ...
.P. 89, cap. 4, pto. 4.4:
Tramas encadenadas: observa el efecto de encadenamiento en la
secuencia de las diez plagas de Egipto (Ex 7,8-11,10). Cmo es
presentada al lector la actitud del faran?
El endurecimiento del corazn del faran se menciona con mucha
reiteracin: 7,13.22; 8,15; 9,12.35; 10,1.20.27; 11,10. Su obstina-
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 259
cin se seala en 8,11.28; 9,7. Las frmulas del principio (<<el cora-
zn del faran se endureci, el faran se obstin) dejan paso a
una expresin que indica mucho mejor el carcter definitivo de la
actitud del rey de Egipto: Yahv hizo que el faran se obstinase (a
partir de la sexta plaga, en 9,12; luego, a propsito de las plagas
octava y novena). El relato de las plagas, antes de la salida de Egipto,
termina incluso con una conclusin en forma de sumario: Moiss y
Aarn realizaron todos estos prodigios ante el faran; pero Yahv
hizo que el faran se obstinara y no dejara salir de su pas a los isra-
elitas (11,10). La gradacin es impresionante. El lector comprende
que se ha superado ampliamente el punto de no retorno.
P. 89, cap. 4, pto. 4.4:
Tramas entrelazadas: qu posicin particular ocupa la escena
de la Ascensin en la obra lucana (Lc 24 y Hch 1)?
En el tercer evangelio, el relato de la Ascensin, que ocupa dos ver-
sculos (24,50-51), representa el ltimo pasaje donde Cristo es suje-
to de la accin (<<se separ de ellos y fue llevado al cielo). Tras este
cuadro, el evangelista concluye con el regreso de los discpulos a
Jerusaln y con su adoracin gozosa en el Templo. Es interesante
observar que Lucas utiliza de nuevo el motivo de la Ascensin en su
segunda obra, los Hechos de los apstoles, pero esta vez como punto
de partida (1,6-11). Este micro-relato aparece un poco como el esla-
bn que une las dos partes de la obra lucana. Permite, en todo caso,
el encaje de los dos macro-relatos. stos se introducen as en los
temas de la presencia y la ausencia, o, si se prefiere, de la comunin
y la separacin.
\P. 89, cap. 4, pto. 4.4:
Tramas encajadas: el libro del Apocalipsis est construido en
torno a grandes secuencias denominadas "septenarios": las siete
cartas a las Iglesias (caps. 2-3), los siete sellos (6,1-8,1), las siete
trompetas (8,6-11,19), las siete copas (cap. 16). Observa la alter-
nancia que se produce, justo antes de dichos septenarios, entre los
cuadros "celestes" y los cuadros "terrestres"
260 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
En cada caso, el septenario se anuncia antes de su desarrollo; entre
el anuncio y la ejecucin se sita un cuadro que relata 10 que suce-
de en la liturgia celeste. Se obtienen as secuencias entrelazadas:
cielo / tierra / cielo / tierra ...
La construccin global pretende subrayar la estrecha relacin
existente entre ambos mundos: un acontecimiento celeste tiene
repercusiones inmediatas en la tierra. Por otro lado, se da un encaje
de los septenarios uno en otro; el sptimo elemento no se describe
nunca, sino que inicia el ciclo siguiente.
Anuncio del septenario
Orden de escribir
a las siete Iglesias (1,11)
Visin del libro sellado
con siete sellos (5,1)
Visin de los ngeles
con las siete trompetas (8,2)
Visin de los ngeles
con las siete plagas (15,1)
P. 93, cap. 4, pto. 4.6:
Cuadro celeste
Visin del Hijo del hombre
(1,12-20)
Visin del cordero inmolado
(5,2-14)
Visin del ngel con
el incensario de oro (8,3-5)
Visin del mar de cristal
y del templo (15,2-8)
Desarrollo del septenario
(cuadro terrestre)
Mensajes a las siete Iglesias
(caps.2-3)
Apertura de los siete sellos
(6,1-8,1)
Toque de las siete trompetas
(8,6-11,19)
Vertimiento
de las siete copas
(cap. 16)
La trama de Ex 17,1-7 (Mas y Merib), es de resolucin o de
revelacin?
Aparentemente, el relato desarrolla una trama de resolucin. El
Seor, por medio de Moiss, da agua al pueblo sediento. Sin embar-
go, una lectura ms atenta pone de manifiesto una trama de revela-
cin: el pueblo sediento murmura contra Moiss y contra Dios (vv.
2-4); ante el peligro de muerte, vuelve a cuestionar la liberacin de
Egipto (nudo); Dios interviene entonces (accin transformadora, vv.
5-6a) por medio de Moiss (desenlace, v. 6b); la situacin final (v.
7) sella con el nombre de un lugar, Mas y Merib, la actitud de
rebelin del pueblo que puso a prueba a Dios. A travs de este epi-
sodio de la marcha por el desierto, se revela quin es el Seor, quin
es el pueblo y quin es Moiss (trama de revelacin, y no simple
resolucin de una carencia de agua; por 10 dems, el hecho de que
bebieron no se llega a narrar).
/
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 261
P. 93, cap. 4, pto. 4.6:
Determina la trama de Le 10,29-37 (el buen samaritano) y la de
10,38-42 (Marta y Mara): cmo se integran tales tramas epis-
dicas en la trama unificadora de Le 10,25-42?
La secuencia 1 0,25-42 se abre con la pregunta del legista acerca de
la vida eterna. Jess le hace responder con 10 que dice la Ley (10,26-
27), pero la pregunta del legista Quin es mi prjimo? plantea de
nuevo la cuestin. La trama de la parbola del buen samaritano se
construye sobre el interrogante acerca del prjimo: el samaritano
se convierte en el prjimo del hombre herido en la medida en que da
prueba de compasin para con l (ntese la inversin que experi-
menta en el v. 36 la pregunta del v. 29). La trama del episodio de
Marta y Mara se inscribe en el marco de un debate que plantea la
alternativa: diacona I escucha de la Palabra; pero, cul es su tema?
De hecho, la trama unificadora de Lc 10,25-42 se desarrolla a partir
de la pregunta del legista (v. 25), y del doble mandamiento de amor
que ste da como respuesta basada en la Ley (vv. 26-28). En ese con-
texto, la parbola del buen samaritano revela el alcance del amor al
prjimo; el episodio de Marta y Mara clarifica la orientacin prio-
ritaria de quien ama a Dios con todo su corazn. Los dos micro-
relatos son, pues, un comentario del doble mandamiento del amor.
Sealemos tambin que, tras la evocacin del camino en 10,29-35
(cf. 9,51 y el camino de Jerusaln donde Jess va a afrontar la muer-
te), el episodio de Marta y Mara propone un lugar nico para dis-
frutar de la mejor parte: estar sentado a los pies de Jess y escuchar
su palabra, es decir, ser discpulo.
P. 102, cap. 5, pto. 5.2:
Qu jerarqua de personajes propone el relato de la confronta-
cin de David y Natn (2 S 12,1-25)?
Desde el primer versculo, el relato le seala al lector el personaje
principal: el Seor, que enva al profeta Natn al rey David. Si bien
Natn acta en nombre de Dios, con su autoridad, el relato se las
arregla para dejar al personaje David su puesto de rey. Los otros per-
sonajes (Betsab y el nio) son jerrquicamente inferiores -figuran-
262 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
tes-o Los ancianos de la casa de David (v. 17), los servidores (v. 21),
son cordeles (jicelles). La confrontacin entre Natn y David se
realiza por mediacin de una parbola. El relato parablico se toma
tiempo para construir la relacin afectuosa entre el pobre y su cor-
dera. La actuacin del rico, que le desposee para ofrecer la cordera
a un husped de paso, no se muestra con ello sino ms odiosa toda-
va. La indignacin de David es tal que pronuncia un juicio irrevo-
cable: Vive Yahv! que merece la muerte el hombre que tal hizo
(v. 6). Natn no tiene ms que dar la estocada al declarar: T eres
ese hombre (v. 7). As, por medio de la parbola, el relato mantie-
ne a los dos protagonistas en su papel: Natn, el profeta, permanece
en su papel de portavoz de Dios; David, el rey, permanece en su
papel de juez al emitir juicio, en este caso contra s mismo.
P. 102, cap. 5, pto. 5.2:
Cmo clasificar a los personajes (protagonistas, figurantes,
cordeles -ficelles-) del relato de Le 7,11-17, la resurreccin de
unjoven en Nan?
Jess aparece de entrada como protagonista, acompaado por figu-
rantes (los discpulos y una gran multitud, V. 11). Enseguida la
accin se traslada a otra comitiva, un cortejo fnebre compuesto por
un hijo, una viuda, as como los portadores del cadver (cordeles) y
una multitud considerable (figurantes). El relato llama la atencin
de11ector, no sobre el hijo muerto (definido por relacin a su madre
como hijo nico), sino sobre la madre del joven. Apiadado de ella,
Jess se 10 devuelve resucitado. La protagonista frente a Jess es,
pues, la mujer. El relato hace dudar a11ector -ah estn los ttulos de
la percopa en nuestras biblias para atestiguar10- entre el hijo y su
madre. Lo que se pone en tela de juicio en la comunidad de Lucas
es precisamente el puesto de la mujer, viuda por aadidura. El texto
elabora narrativamente esta cuestin en el corazn mismo de11ector.
Mediante la unin de las dos multitudes, al final del relato, el teln
de fondo de los figurantes se ampla. stos ceden el puesto a la pala-
bra que se difunde (baliza que remite al macro-relato de Lucas-
Hechos). Y el lector progresa en su reconocimiento de la identidad
de Jess, profeta de palabra liberadora.
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 263
P. 105, cap. 5, pto. 5.3:
Quines son los actantes en el relato de la curacin de Bartimeo
(Mc 10,46-52)?
Como en el conjunto de los relatos de curacin de los evangelios, se
puede decir de entrada que Jess desempea el papel de sujeto, y
que el objeto de su actividad es la curacin, considerada como signo
de salvacin. A este respecto, el destinatario es evidentemente Bar-
timeo, mientras que el emisor no es mencionado (se trata de Dios).
El relato precisa que la fe perseverante del ciego constituye el ayu-
dante (vv. 48b, 52). En cuanto al oponente, aparece con los rasgos
de todos aquellos que regaan a Bartimeo para que se calle (v. 48a).
Si se considera el texto aisladamente y no ya en su contexto, se
puede atribuir tambin al ciego el papel de sujeto y de destinatario
(el objeto seguira siendo la curacin); en este caso, Jess no es un
simple ayudante, sino ms bien el emisor (quien inspira a Bartimeo;
cf. el ttulo de Rabbun, y sobre todo el seguimiento derivado de
la curacin, V. 52).
\ P. 105, cap. 5, pto. 5.3:
Construye el esquema actancial del episodio del agua de Mas y
Merib (Nm 20,1-13)>>
De primeras, parece que los actantes se pueden identificar con bas-
tante facilidad. El emisor es el Seor; el objeto que falta, el agua (y
por tanto la vida); los destinatarios, los israelitas; el sujeto operador,
Moiss y Aarn; los ayudantes, la palabra y el bastn. El relato ter-
mina con una sancin contra los hijos de Israel que se han rebelado
contra Dios (v. 13). Sin embargo, una segunda lectura muestra que
el relato es ms sutil. La falta de agua est ligada a una nueva acu-
sacin del pueblo contra Moiss y Aarn. La sancin del Seor, el
emisor, es inapelable contra ambos: no han manifestado la santidad
de Dios, no entrarn en la Tierra prometida (v. 12). El esquema se
puede afinar, pues: el pueblo (ayudante) es quien revela la carencia
y mueve a Moiss y Aarn a la accin; el sujeto operador es el Seor,
quien, a travs del bastn, obra y toma partido por el pueblo contra
Moiss y Aarn; estos ltimos obedecen de mala gana a la orden
{
264 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
(oponentes) y son sancionados por el Seor. Estas dos lecturas
optan, la una por una trama de resolucin (la carencia de agua), la
otra por una trama de revelacin (el Seor manifiesta su santidad y
toma postura frente a la carencia de fe de Moiss y Aarn). Esta
doble lectura tal vez permita explicar narrativamente un enigma:
por qu Moiss golpea dos veces la pea?
P. 105, cap. 5, pto. 5.3:
Construye el esquema actancial del encuentro entre Felipe y el
eunuco etope (Hch 8,26-40)>>
El sujeto aparece claramente: es Felipe, enviado por el ngel del
Seor (v. 26), llamado ms adelante el Espritu (vv. 29, 39) -ste
es el emisor-o El destinatario no es otro que el eunuco etope. En
cuanto al objeto, se describe como la buena nueva de Jess (v. 35)
o, ms simplemente, la Buena Nueva (cf. v. 40). Se trata, en rea-
lidad, del conocimiento del plan de Dios, que desemboca en el bau-
tismo (vv. 36-38). En este marco, la referencia a la Escritura (en el
texto que nos ocupa, un pasaje del profeta Isaas y su cumplimiento
en la persona de Jess) desempea el papel de ayudante, mientras
que la ausencia de gua (v. 31) representa el oponente -superado por
el envo de un intrprete en la persona de Felipe-. La frase: qu
impide que yo sea bautizado?, atestigua la desaparicin de todo
oponente.
P. 113, cap. 5, pto. 5.6:
Observa cmo crea el narrador empata respecto al centurin
romano de Le 7,1-10
El relato se toma tiempo para describir al centurin. El narrador
reconstruye su identidad de pagano y de soldado del ejrcito de ocu-
pacin: es un hombre unido por relacin de afecto a uno de sus ser-
vidores que est a punto de morir (v. 2). Como segundo rasgo, mues-
tra el respeto del centurin que, en Lucas, no va personalmente al
encuentro de Jess. Su peticin es transmitida por una delegacin de
notables judos. Esta distancia queda subrayada ms adelante por la
intervencin de los amigos (de nuevo una delegacin) que transmi-
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS
265
ten las palabras del centurin e intentan evitar que Jess franquee el
lmite entre el interior y el exterior de su pueblo. Para el centurin,
la palabra de Jess -tras la cual se perfila una autoridad ms alta
que la del emperador, que legitima la suya- puede franquear eficaz-
mente dicho lmite. El lector, que ha sentido simpata por el centu-
rin, se ve llevado a la empata a travs de la admiracin que ste
causa a Jess (v. 9). La palabra de Jess cambia por completo la rela-
cin entre interioridad y exterioridad (los que estn en el interior -o
creen estarlo- y los que se encuentran en el exterior). El episodio es
un hito en la trayectoria de Lucas-Hechos, obra que cuenta el proce-
so de reunin de un pueblo nuevo que incluye a judos y paganos.
P. 113, cap. 5, pto. 5.6:
Qu actitud respecto al hroe del libro provoca en el lector el
narrador de Job?
El primer versculo del cap. 1 sita de entrada al personaje: ntegro
y recto, teme a Dios y se aparta del mal (prototipo del fiel segn la
teologa del AT). El narrador no se contenta con una declaracin pre-
liminar: muestra a este hombre en accin (1,4-5). La simpata que
siente el lector se hace an ms intensa cuando ste conoce el juicio
emitido por el Seor: No hay nadie como l en la tierra (1,8). El
Adversario se ensaa entonces con Job, lo que alimenta ms an la
simpata respecto a ste. Dicha simpata no llega a ser nunca empa-
ta en los dos primeros captulos, porque en ellos Job es pintado
como un modelo inalcanzable (<<Yahv me 10 ha dado y Yahv me 10
ha quitado. Bendito sea el hombre de Yahv -1,21, que encuentra
eco en 2,10-). La empata se hace posible a partir del dilogo en
verso (desde 3,2), pues ah encuentra el hroe una dimensin total-
mente humana al maldecir el da de su nacimiento -pero la que all
empieza es casi otra historia ...
\/J
" P. 116, cap. 5, pto. 5.7:
Observa cmo el relato de David y Goliat (1 S 17) juega
con lo que se dice (telling) y lo que se muestra (showing) de los
personajes
266
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
El relato se toma tiempo para describir el orden de batalla de los dos
campos (vv. 1-3) y al campen de los filisteos, Goliat (vv. 4-7;
telling). Su aspecto y el peso de su armadura slo se pueden com-
parar con el relato de sus provocaciones incesantes contra el pueblo
hebreo. El desafo del filisteo se describe (vv. 8-11; 23-25: showing)
o se dice. El versculo 16 (telling) es un recordatorio de la amenaza
del filisteo en medio del relato de la llegada de David (vv. 12-22). La
intervencin de David se describe en modo dramtico. Sufre la opo-
sicin de sus hermanos. Es tambin con un relato como David
defiende su causa: ya ha combatido contra los leones y los osos
(vv. 34-37). Sin pertrechos de guerra, David se enfrenta a Goliat. Se
dice de David que tiene la tez clara y una hermosa figura (1 S 17,42,
telling; cf. 1 S 16,12-13). Esta apariencia provoca desprecio en el
gigante, que toma a David por un chiquillo. El relato ana modo
narrativo y modo dramtico para mostrar cmo ese muchacho frgil
y sin armamento adecuado acaba con el campen de los filisteos.
P. 125, cap. 5, pto. 5.9:
Identifica las focalizaciones del relato que hace Jeremas de su
ministerio (Jr 20,7-18). En qu sentido orientan la comprensin
del pasaje?
En la literatura antigua y en la Biblia es raro que el lector pueda
penetrar en la intimidad de los personajes. Este pasaje de Jeremas
-junto con algunos otros (11,8-12,5; 15,10-21)- constituye la
excepcin. Nos introduce en el debate interior del profeta (focaliza-
cin interna). El lector se convierte en el confidente del profeta.
Jeremas se muestra humano, frgil y afectuoso. Los elementos del
relato en focalizacin externa permiten al lector seguir paso a paso
lo que le ocurre al profeta. El recordatorio (en focalizacin cero) de
que el Seor asume la defensa del justo y libra la vida de los pobres
de la mano de los malhechores (vv. 11-13) nicamente provoca un
conflicto aadido. Pues, con un brusco ments, el lector se ve arras-
trado de nuevo al desgarramiento interior del profeta que maldice el
da de su nacimiento (vv. 14-18, donde dos focalizaciones internas
encuadran el v. 15, con focalizacin externa).
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 267
"P. 125, cap. 5, pto. 5.9:
Compara los relatos de la visita de Jess a en Mc 6,1-6
Mt 13,53-58 desde el punto de vista de las focallzaclOnes. En que
es peculiar el relato de Marcos?
Los relatos de estos dos sinpticos son muy semejantes desde el
punto de vista de las focalizacio?es. por co?tar
con focalizacin externa: Jess VIene a su patna, ensena en la sma-
goga. El lector es informado del enseanza los
oyentes: quedan asombrados (focahzaclOn .. debate mte-
rior queda detallado en discurso directo externa). A
continuacin, el lector penetra de nuevo en la mt!mIdad
tes de Nazaret: estn escandalizados a causa de el (focahzaclOn lll-
tema). Jess sanciona su negativa con una sentencia: Un profeta s-
lo en su patria ... carece de prestigio ... (focalizacin externa). El
narrador prosigue indicando que Jess no puede desple?ar su
de curacin (focalizacin cero). El relato de Marcos, a dIferencIa del
de Mateo, nos gratifica con una aclaracin sobre la de Jess
(focalizacin interna): se maravillaba de su de fe. Sm
el misterio del personaje Jess, el descubnmIento de su reaCClOn
-abierto asombro- provoca al lector y le invita a la fe
de manera responsable y autnoma, a tomar un cammo de
(Marcos se haba preocupado de sealar que todo ello sucedIa en
sbado, el da de la liberacin).
'P. 132, cap. 6, pto. 6.2:
Localiza las notaciones de tiempo en Gn 50,1-14. Qu.
sobre el proceso de duelo (tiempo mortal) y sobre la histOria del
pueblo en Egipto (tiempo monumental, cf. Gn 50,25 y Ex 13,19)?
Los funerales del patriarca Jacob, el padre de dan lugar a una
confrontacin cultural. El rito egipcio se descnbe
insistiendo en la duracin: cuarenta das para el
(v. 3); setenta das de llanto; una vez que el imponente cortejo llega
allende el Jordn, Jos celebra siete das de duelo. Los cananeos-y
los lectores- identifican sin esfuerzo un rito egipcio. Sin embargo,
dicho rito termina en la tierra de Canan, la Tierra prometida. En el
268
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
momento de Jos pedir a los hijos de Israel que se lleven sus
huesos de EgIpto (Gn 50,25). Moiss no dejar de hacerlo (Ex
13,19). As, la historia de la liberacin de Israel cuenta tambin la
ruptura consumada respecto a la tierra de servidumbre hasta el
punto de no dejar en ella ni huellas, ni recuerdo. '
P. 134, cap. 6, pto. 6.3:
Observa las oposiciones de lugar y los desplazamientos en el
relato de la torre de Babel (Gn 11,1-11). Qu sentido dan al
episodio?
El.relato jue?a indicaciones de lugar y de espacio. El pueblo
umdo del se transforma en habitantes dispersos por toda
la faz de la tIerra. El hallazgo de la vega va acompaado por un
acuerdo sobre el proyecto: construir ciudad y torre. A lo horizontal
de la vega se aade un elemento vertical, construido por manos
humanas. A ello va unida la voluntad de hacerse un nombre. Por alta
que sea el relato muestra al Seor que -no sin irona- baja
a ver. ASI, prohbe modo preventivo el proyecto del pue-
blo: confundIendo su lenguaje nico y totalitario y dispersando des-
a los hombres. Con el regreso a la horizontalidad quedan insti-
tUIdas y preservadas las diferencias de las lenguas y las culturas.
P. 134, cap. 6, pto. 6.3:
!n 18,28-19,16. Descubre cmo las entradas y salidas marcan el
ntmo del proceso de Jess ante Pilato. Qu sentido genera ese ir
y venir?
La divisin del relato del proceso de Jess ante Pilato en 'escenas
i?teriores y es un dato conocido desde hace mucho (exte-
nor: .18,33-38; exterior: 18,38-40; interior: 19,1-
3; extenor: mtenor: exterior: 19,12b-16). Ms all
la prohIbIclOn cultual que Impide a los judos entrar en el preto-
no, se trata de una escenificacin. Pi lato va y viene entre el exterior
.la multitud grita, incitada por los jefes de los sacerdotes- y
el donde .dialoga con Jess. Pilato es el gobernador. El
movImIento. de salIr y entrar confirma que ciertamente es l quien
manda. SalIr y entrar es una figura de estilo, un merismo, que sig-
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 269
nifica la accin de gobernar (cf. 1 S 18,16; 2 S 5,2). Pero Pilato va a
ceder ante el poder de influencia de la multitud. Convencido de la
inocencia de Jess, va perdiendo progresivamente su autoridad y
entrega al prisionero.
En cambio, por su actitud coherente, Jess, conducido al interior
del pretorio, despus a un lugar indeterminado para una parodia de
coronacin (19,1-3) y por fin al exterior para la sentencia (19,4-8),
posee una autoridad paradjica. Rey disfrazado, dbil y escarnecido,
se engrandece en el cumplimiento de su misin, la glorificacin y la
elevacin hacia el Padre.
-J/
P. 138, cap. 6, pto. 6.4:
Cul es, a grandes rasgos, el marco social que se trasluce en el
relato de la detencin de Pablo y de su posterior traslado a Cesarea
(Hch 21,26-40; 22,22-23,35)?
Hay que sealar numerosos elementos: 1. La escisin existente entre
judos y romanos (potencia ocupante). 2. El tumulto que se produce
entre los judos porque se trata de una profanacin del Templo
(21,27-31). 3. La existencia de movimientos nacionalistas violentos
(21,38). 4. La oposicin inconciliable entre fariseos y saduceos,
incluso dentro del sanedrn (23,6-9). 5. El carcter religioso del
complot urdido contra Pablo (23,12). 6. La preocupacin de los
romanos por mantener el orden (21,31-32). 7. Su sentido de lajerar-
qua (centurin - tribuno - gobernados, 22,24-25 y 23,22-30).8. El
prestigio vinculado al ttulo de ciudadano romano (22,26-29;
23,27).9. El respeto escrupuloso del derecho romano (23,35). Esta
simple enumeracin muestra la estima del narrador por el mundo
romano (Pablo salva la vida en tres ocasiones gracias a la interven-
cin del tribuno: 21,32; 23,10.23.24).
, l
P. 148, cap. 7, pto. 7.1:
Cul es lafuncin del sumario de Mt 8,16-17, situado en medio
de las escenas del captulo 8 de Mateo?
Tras el sermn de la montaa, Mateo agrupa una serie de relatos de
milagros. A continuacin del discurso, Jess proclama la buena
270 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
nueva con hechos; obra tres curaciones: el leproso, el siervo del cen-
turin y la suegra de Pedro. El sumario permite al narrador genera-
lizar la accin de Jess: libera del mal a las personas que le llevan,
sea del mal que enajena (la posesin), sea del mal que alcanza a la
persona desde el exterior (las enfermedades). El evangelista se apro-
vecha de ello para dar un punto de vista teolgico sobre la accin de
Jess citando un texto de Isaas (53,4). Para Mateo, Jess es ms que
un taumaturgo; desempea la funcin del Siervo anunciado. Este
pasaje ilumina la continuacin del relato. Al tiempo que prosigue sus
acciones de liberacin, Jess va a presentarse a veces como el que
llama (8,18-22; 9,9), aquel que afirma su autoridad sobre los ele-
mentos (8,23-27) y sobre la Ley (9,10-17).
P. 148, cap. 7, pto. 7.1:
Localiza las pausas en el relato de la ratificacin de la Alianza en
el Sina (Ex 24). Qu alcance dan al relato?
En el relato de la conclusin de la Alianza se disponen dos pausas.
La primera (en el v. 10) prolonga la escena de la visin de Dios. Ese
momento del relato es un punto culminante: como deben saber el
narrador y el lector, ningn ser humano puede ver a Dios y seguir
con vida (cf. Ex 33,20). La descripcin se detiene un momento sobre
esta visin, aun a riesgo de utilizar imgenes convencionales (cf. Ez
1,26); luego el relato indica que -hecho excepcional- Dios no
extiende su mano contra ellos. La segunda pausa (en el v. 17) subra-
ya la percepcin de la gloria de Dios por parte del pueblo. sta es un
fuego (signo de la teofana). Esa luz, manifestacin de la presencia
divina, permite al pueblo participar en el acontecimiento permane-
ciendo al mismo tiempo al pie de la montaa.
P. 148, cap. 7, pto. 7.1:
Tras hacer contado el nacimiento de Moiss, el libro del xodo
no habla de su adolescencia (Ex 2; vase el versculo 11). Cmo
cabe interpretar esta elipsis?
La historia de Moiss comienza con un relato de nacimiento (Ex
2,10) que permite al lector conocer su identidad y comprender:
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 271
1. Por qu Moiss ignora la situacin de su pueblo oprimido (v. 11).
2. Por qu el liberador de Israel va a tener dificultades para conse-
guir que sus hermanos le admitan (v. 14). El narrador no se toma la
molestia de contar la educacin egipcia de Moiss. Narrativamente,
se puede establecer un paralelo entre esta elipsis y la omisin de la
primera parte del nombre Moiss, que deba incluir el de una divi-
nidad, por ejemplo: Tutmosis, el dios Tot ha nacido. Moiss,
como indica su nombre mismo, est en busca de Dios. El narrador
decide deliberadamente hablar de la misin de Moiss con el Dios
que le revelar su nombre (Ex 3,14). De ese modo muestra su pre-
juicio teolgico favorable al Dios de Israel.
/J
. P. 159, cap. 7, pto. 7.2:
Durante su marcha hacia la Tierra prometida, el pueblo hebreo
se encuentra con la negativa de los edomitas a dejarles pasar.
Cul es el alcance de la analepsis de Nm 20,15-16?
A fin de apoyar la peticin de paso, el relato se toma tiempo para
recordar la estancia en Egipto. El narrador podra haber hecho refe-
rencia al camino recorrido por el desierto (cf. el relato del libro de
los Nmeros). Prefiere evocar el acontecimiento fundacional de
Israel (analepsis externa). Ese acontecimiento capital es presentado
como evocacin de algo que se supone conocido por Edom -ello con
la idea de persuadir a ste a autorizar el paso del pueblo de Israel por
su territorio-o Esa evocacin del pasado permite una comparacin
entre dos pueblos opresores: Egipto y Edom. En efecto, todas las
condiciones propuestas por los mensajeros de Moiss (no pisotear
los campos, no apartarse del camino, pagar el precio del agua) sern
intiles: Edom tomar las armas. Este episodio marcar el recuerdo
negativo ligado a los edomitas en el resto de la Biblia (Am 1,11;
Is 34).
P. 159, cap. 7, pto. 7.2:
En Gn 40,12-15, Jos interpreta el sueo del copero del faran.
Localiza prolepsis y analepsis en esos versculos y precisa su
alcance
272
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
La interpretacin del sueo indica en primer lugar lo que le va a
suceder al copero tres das despus (prolepsis): el faran lo rehabili-
tar. Sin embargo, el relato se interesa por la suerte de Jos. Ese
futuro prximo se convierte en presente, y ese presente deber ser
para el copero momento de recordar. Una primera analepsis de corto
alcance ha de recordarle que comparti la misma condicin de infor-
tunio que Jos, y moverle a pedir su liberacin al faran (v. 14). Se
recuerda al el origen de las desgracias de Jos (v. 15, fue rap-
tado del paIS de los hebreos; cf. Gn 37,28). Esta analepsis es de
mayor alcance. Permite unir la historia de Jos con la de su padre
Jacob y, de ese modo, con toda la historia patriarcal. Para mantener
en vilo al lect?r,. el versculo termina con una tercera analepsis
(<<tampoco aqm hIce nada para que me metieran en el calabozo)
que subraya la inocencia de Jos evocando la segunda traicin de
que fue objeto.
P. 159, cap. 7, pto. 7.2:
En Gn 22,8, Abrahn declara a su hijo Isaac: "Dios proveer el
cordero para el holocausto, hijo mo". Cul es el alcance de esta
prolepsis ?
El de Abrahn es un relato sutil y magnfico en su cons-
truccIOn. El lector sabe desde el principio que el Seor intima a
Abrahn la sac?ficar a su hijo (focalizacin cero). Despus
.relato. descnbe mmUCIOsamente la progresin de Abrahn y de su
?IJO haCIa la .del sacrificio (focalizacin externa). El relato
Jueg.a con la IgnoranCIa de Isaac acerca de la vctima que se hade
sacnficar. Su pregunta constituye la cima dramtica. El v. 8 anticipa
el desenlace del relato (prolepsis interna) manteniendo al mismo
la dramtica. Abrahn -sin saber que el ngel del
va a da una respuesta que, por su ambigedad, per-
mIte el doble sentIdo. El patriarca aparece a los ojos del lector como
el hombre de la fe. Su actitud ejemplar pide ser actualizada por los
lectores de todos los siglos.
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 273
P. 159, cap. 7, pto. 7.2:
Dt 26 cuenta la institucin del rito de las primicias. Localiza las
analepsis y las prolepsis del relato. Cules son su alcance y su
amplitud? Qu sentido dan al rito?
En su conjunto, el relato cuenta la institucin de ese rito en forma de
prolepsis: Cuando entres en la tierra que Yahv tu Dios te da en
herencia (v. 1). Si se admite que el relato est escrito en el momen-
to del exilio, incluso despus del exilio, esta lectura prolptica da un
sentido particular al don de la tierra. El don de la Tierra prometida
no encuentra su sentido ms que cuando se ha perdido. En las pala-
bras que acompaan al rito, una primera analepsis subraya la impor-
tancia de ese don por su alcance (v. 3, referencia a la promesa hecha
a los padres); una segunda, por su amplitud (vv. 5b-8, evocacin de
toda la historia del pueblo de Dios a partir de Jacob). Ms que un
simple recuerdo del pasado, el relato, con su juego de prolepsis y
analepsis, lleva al lector a acordarse de su condicin de emigran-
te oprimido, liberado por Dios; le invita a compartir en la fiesta su
tierra, don de Dios, con aquel que no tiene ninguna: el levita y el
emigrante.
c(j
P. 165, cap. 7, pto. 7.3:
El paso del mar Rojo se cuenta en Ex 13,17-14,31; luego se
canta en el cntico de Mara y Moiss (Ex 15). Qu efecto de aco-
plamiento se produce as?
La yuxtaposicin de un relato y dos cnticos produce efectos de sen-
tido que no deben escapar al anlisis. Notemos la sucesin: el rela-
to de lo que pas, despus el canto litrgico. Los cnticos de Mara
y Moiss no aportan apenas matices; magnifican la intervencin de
Dios y su potencia guerrera. En cambio, si leemos el relato de la sali-
da de Egipto (Ex 13,17-14,31), es preciso confesar que el cmo de
la liberacin no est muy claro: proteccin simbolizada por la nube
(14,19)?, accin divina a travs de la mano de Moiss?, fenme-
no natural (viento del este que hace retroceder el mar en el v. 21)?,
desorden sembrado en el campo del faran (v. 24)?, dificultad cre-
ciente en la conduccin de los carros (v. 25)? Si la conclusin es nti-
274 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
da -Dios ha intervenido en la historia-, el relato deja en la relectura
del acontecimiento una parte de ambigedad. Situados uno al lado
del otro, estos dos cuadros de la salida de Egipto se completan: uno,
ms prximo a la experiencia y a su relectura, intenta desvelar las
huellas de Dios en la historia; el otro, ms festivo y litrgico, hace
estallar en forma de celebracin la alegra que se siente por Dios,
que revela su presencia poderosa en esta misma historia.
P. 165, cap. 7, pto. 7.3:
Compara atentamente el triple relato del encuentro entre Pedro y
Cornelio en Hch 10,9-48, Hch 11,5-18 y Hch 15,7-11. Cules son
los elementos ocultados, resumidos, transformados o subrayados
de una versin a otra?
El relato de Hch 10 es el ms denso; mantiene cierto equilibrio entre
los diferentes cuadros. En relacin con los datos que all se encuen-
tran, Hch 11 procede a una doble modificacin. Primeramente, en su
informe a los hermanos de Jerusaln, Pedro manifiesta una pruden-
cia evidente: oculta sus primeras palabras al llegar a casa de Cor-
nelio (10,28b) y no dice nada de su estancia en Cesarea (10,48b);
adems, precisa que se hizo acompaar por seis testigos (1l,12b) y
se escuda ms tras la iniciativa divina (<<quin era yo para poner
obstculos a Dios?, 11,17). En segundo lugar, Pedro realiza un rea-
juste acerca de la accin del Espritu, pasando muy rpidamente por
encima de su propio discurso: Haba empezado yo a hablar cuando
cay sobre ellos el Espritu Santo ... (11,15); despus conecta este
acontecimiento con una declaracin del Seor (11,16). La relectura
a distancia que hace en Hch 15 de su encuentro con el mundo paga-
no no menciona prcticamente ms que el don del Espritu Santo,
insistiendo en sus consecuencias ltimas para los creyentes proce-
dentes del paganismo; cf. las precisiones que jalonan el texto:
como a nosotros, no hizo distincin alguna entre ellos y noso-
tros, del mismo modo que ellos.
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 275
P. 174, cap. 8, pto. 8.1:
Cmo orienta la cita de Isaas en Mc 1,2-3 el relato del evange-
lio de Marcos?
A menudo, el comienzo de un relato proporciona al lector claves
de interpretacin. En este caso, la cita es de primera importancia.
Narrativamente hablando, el hecho de situar una cita al comienzo del
relato permite un interesante juego de espejos. Jess, el protagonis-
ta del evangelio, es precedido por Juan el Bautista, el precursor,
quien a su vez es precedido por la palabra de un profeta, portador de
una palabra de Dios que le precede. La historia de Jess comienza
en un camino ya jalonado por la voluntad de aquel que enva. De
entrada, el relato pone a Jess en una relacin particular con Dios, y
da una clave que permitir comprender, a modo de eco, la ltima
palabra del evangelio: Ir delante de vosotros a Galilea; all le
veris, como os dijo (16,7).
i \
P ~ 174, cap. 8, pto. 8.1:
Qu punto de vista da el Cronista sobre la historia de Sal en
1 ero 10,13-14?
Los vv. 13-14 son claramente una glosa explicativa del narrador del
libro de las Crnicas. Su juicio es perentorio y definitivo. No se fija
ms que en los aspectos negativos de Sal: infidelidad (1 S 15),
incumplimiento de la palabra, nigromancia (1 S 28). Estos pecados
de Sal hacen comprender al lector por qu Dios lo hizo morir y por
qu transmiti su realeza a David. Notemos que, desde un punto de
vista histrico, la realidad debi de ser ms matizada (1 S 28,6 da a
entender que Sal consulta a los muertos porque Dios no le ha res-
p<;mdido).
t"S, 1'\
P. 174, cap. 8, pto. 8.1:
En el episodio de la mujer en casa de Simn el fariseo (Le 7,36-
50), el relato ofrece dos visiones del interior, en los vv. 39 y 49.
Qu sentido dan al relato?
Por dos veces, el narrador usa de su poder de penetracin para dar a
conocer lo que piensan los personajes. En el v. 39, el lector es infor-
276 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
mado del juicio del fariseo: esta mujer es una pecadora. Pero al
mismo tiempo, Jess es designado como profeta. A la vez que criti-
ca la concepcin de Simn, el relato revela cmo Jess se muestra a
la altura de esta identidad de profeta (lee los pensamientos de
Simn, le propone dialogar a travs de una parbola, le explica los
gestos de la mujer y finalmente declara el perdn haciendo referen-
cia a una palabra de Dios ya pronunciada fuera del relato). Una
segunda visin del interior la propone el relato a propsito de los
comensales (v. 49). Este personaje colectivo, ausente del relato hasta
ese momento, permite al lector tomar parte en el debate sobre el per-
dn y situarse con relacin a la persona de Jess. La identidad del
protagonista se precisa, y cada uno es invitado a creer en ese profe-
ta de tipo nuevo que declara: Tu fe te ha salvado. Vete en paz.
P. 174, cap. 8, pto. 8.1:
Qu sentido da el narrador al relato de las bodas de Can con
el comentario de Jn 2,11?
Este versculo propone un comentario explcito por parte del narra-
dor. Describe el camino de la fe de los discpulos. stos no han
tomado parte en la accin en modo alguno: mediante un signo, Jess
ha manifestado la presencia de Dios (gloria) que ha conducido a los
discpulos a la fe. Este versculo propone una lectura ordinaria del
signo (indicador de la presencia de Dios que conduce a la fe), pero
invita tambin al lector a una relectura del signo a travs del punto
de vista de los dems personajes: los sirvientes no llegan a la fe, ni
tampoco el seor de la casa; la madre de Jess tiene confianza antes
del signo, su actitud anticipa la bienaventuranza que Jess dirigir a
Toms: Porque me has visto has credo. Dichosos los que no han
visto y han credo (Jn 20,29). As, desde el comienzo, el lector
posee las claves de interpretacin de lo que va a constituir una gran
parte del evangelio, los siete signos (Jn 2,1-11; 4,43-54; 5,1-18; 6,1-
15; 6,16-20; 9,1-11; 11,1-44); est igualmente preparado para entrar
en el debate entre Jess y otros personajes a propsito de los signos
(2,18; 4,48; 6,14.30; 9,16; etc.).
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 277
P. 182, cap. 8, pto. 8.2:
En qu y cmo el episodio de Jess en Nazaret (Le 4,16-30)
puede ser considerado como un abismado del conjunto de la
obra de Lucas?
Este relato inaugural no deja de sorprender. La cita solemne de un
pasaje de Isaas (Is 61,1-2) se detiene en el v. 2a (<<proclamar un ao
de gracia del Seor). El final del versculo de Isaas (<<da de ven-
ganza de nuestro Dios) se omite. La cita recibe un breve comenta-
rio por parte de Jess: Esta Escritura que acabis de or se ha cum-
plido hoy. El programa del ministerio de Jess queda, pues, bien
precisado: reunir un pueblo nuevo compuesto de judos y paganos.
No obstante, el cariz favorable del episodio se esfuma bruscamente:
tras la admiracin inicial, sale a la luz una oposicin homicida -poco
clara en cuanto a su origen-o Al final del relato, como tras la escu-
cha de la obertura de una pera, el lector queda puesto al corriente
de las cuestiones decisivas: la buena nueva de la liberacin propues-
ta a todos no es recibida. Al captar la importancia decisiva del hoy
de Jess, el lector comprende que su misin pasar por el fracaso y
la muerte. Esta perspectiva le prepara para seguir la progresin de la
palabra a travs de los fracasos sucesivos en el libro de los Hechos.
'-Vi;
P. 182, cap. 8, pto. 8.2:
Al plantear la cuestin al legista que le ha preguntado (Le 10,36),
Jess hace del samaritano el prjimo del herido, y no al revs;
cmo comprender esa paradoja?
La parbola describe, con abundancia de verbos, la accin del sama-
ritano que pasa, del estado de espectador, al de actor. El relato tien-
de, pues, a mostrar que el prjimo es el herido al que es preciso amar
como a s mismo. La pregunta de Jess obliga al legista a responder
que, en realidad, el prjimo para el herido es el samaritano. Se da
una paradoja porque el herido medio muerto no puede expresar su
reconocimiento ni su amor. Sin embargo, al invertir los valores, el
evangelio se interesa por la actitud del herido. Le pide que deje al
otro acercrsele y cuidar de l. Esta actitud de pobreza propone una
definicin del amor que consiste en recibir del otro. El vete y haz
278 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
t 10 mismo de Jess es una invitacin a un doble movimiento: pri-
mero, ayudar al otro; segundo, dejar que el otro se nos acerque, aun
cuando no se le pueda dar nada a cambio.
P. 191, cap. 8, pto. 8.2:
Cul es el papel del malentendido en el relato de la curacin del
paraltico de Cafarnan segn Mt 9,3?
El relato cuenta una controversia entre Jess y unos escribas a pro-
psito del perdn. Al afirmar su legitimidad mediante la curacin, el
Hijo del hombre muestra su autoridad, fuerza de liberacin. Sin
embargo, el lector atento no dejar de constatar que la, controversia
estalla sobre la base de un malentendido. Al decir: Animo!, hijo,
tus pecados te son perdonados (v. 2), Jess no hace ms que pro-
clamar el perdn de Dios -no toma de entrada su puesto, como pre-
tenden los escribas (v. 3)-. Este malentendido orienta inmediata-
mente al lector, que toma postura a favor de Jess y en contra de los
escribas. Las multitudes no dejan de atribuir a Dios la intervencin
milagrosa. El relato tiene la ventaja de presentar el perdn, no como
una actitud de debilidad o facilidad, sino, en un contexto de conflic-
to, como una andadura que exige decisin y responsabilidad. Al
extender esta autoridad a los hombres (v. 9), el narrador no se ha
equivocado sobre el alcance de la historia que cuenta.
P. 191, cap. 8, pto. 8.2:
Cmo hace uso de la irona, e incluso del humor, el relato de la
persecucin de Jacob por parte de Labn (Gn 31,17-42)?
Jacob, cansado de sus contratos continuamente puestos en tela de
juicio, aprovecha la ausencia de Labn para escaparse con la apro-
bacin de Raquel y de La. Labn persigue a J acob y 10 encuentra.
Se queja de no haber sido advertido, de no haber podido organizar
una fiesta ni abrazar a sus hijas. El relato hace uso de la irona, por-
que el lector conoce perfectamente la mala fe de Labn. A continua-
cin, la trama se reaviva, porque Labn reclama los dolos domsti-
cos que le han sido robados. Los busca con frenes. Raquel, que los
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 279
ha escondido en la albarda, le pide permiso para no levantarse a
causa de la regla. Irona suprema, Raquel es salvada de la muerte por
ese subterfugio que coloca a los dolos en un lugar impuro (el humor
se toma feroz respecto a los falsos dioses). La astucia de Raquel pro-
voca una inversin de situacin: ahora es Jacob quien tiene toda la
razn para quejarse de la actitud hostil de Labn. Puede reivindicar
sus derechos y negociar en posicin de fuerza un tratado con Labn
(vv. 44ss).
P. 198, cap. 8, pto. 8.2:
Descubre el humor en el modo en que es liberado el endemonia-
do de Gerasa (Mc 5,1-20)>>
El relato de la liberacin del endemoniado de Gerasa se hace con el
estilo de un relato popular. Se sealan muchos detalles, 10 cual da a
esta historia un aspecto pintoresco. La confrontacin entre Jess y
los demonios Legin, que enajenan al hombre, es objeto de nego-
ciaciones. Los demonios suplican a Jess que no los expulse fuera
del pas. El narrador puntualiza que hay por all una piara de cerdos.
Guio al lector: no estamos en territorio judo! Los demonios, vien-
do la ocasin, piden a Jess que les enve al interior de esos anima-
les impuros. Jess no los echa, como debera hacerlo en caso de
practicar un exorcismo, sino que les permite hacer 10 que piden. Los
demonios salen del hombre por propia voluntad, entran en los cer-
dos, pero -lance imprevisto- la piara se precipita en el mar (otro
lugar de las fuerzas del mal) y se ahoga en l. De manera muy humo-
rstica, Jess acaba de hacerles una doble jugarreta a los demonios.
P. 198, cap. 8, pto. 8.2:
Cul es el sentido de la reivindicacin del pueblo que pide un
rey al profeta Samuel (1 S 8,19-20)?
La instauracin de la monarqua se realiza en un contexto polmico.
Pese a las reticencias de Samuel, el pueblo insiste: Nosotros sere-
mos tambin como los dems pueblos (8,20). Esta ltima expresin
tiene un sentido polivalente. Puede significar simplemente que el
280
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
pueblo hebreo tendr un sistema poltico y militar conforme a lo que
se hace en otras partes. Tambin puede querer decir que, al conver-
tirse en otro pueblo, pierde su carcter particular de pueblo escogi-
do por Dios. El hecho de tener un rey terreno amenaza con hacerle
olvidar que Dios es el nico rey. El final del relato (8,22) abre la
perspectiva de una temtica regia positiva. Los reyes de Israel sern
los lugartenientes de Dios. La tensin entre profetismo y realeza per-
manecer viva en toda la Biblia, hasta el momento en que, en el rela-
to de la Pasin, se oiga: Aqu tenis a vuestro rey, y a los sumos
sacerdotes gritar: No tenemos ms rey que el Csar (Jn 19,14-15).
/ P. 198, cap. 8, pto. 8.2:
El fenmeno de la opacidad (en sentido narratolgico) despliega
sus efectos en el relato de 1 S 28 (Sal y la nigromante). Qu se
deduce de todo ello para el lector?
El rey Sal entra en contradiccin consigo mismo: habiendo aboli-
do la nigromancia en el pas (v. 3), se dispone ahora a recurrir a los
servicios de una nigromante (v. 7). El relato hace uso de esta irona
de situacin y muestra a Sal obligado a disfrazarse cuando va a
casa de esta mujer, en Endor. El disfraz produce un fenmeno de
opacidad narrativa: la informacin dispensada al lector y accesible a
los dems personajes del relato sita a la nigromante en posicin de
inferioridad (jnueva irona!), pues ella es la nica que ignora la ver-
dadera identidad de aquel que llega para consultarle. Se produce una
inversin en el v. 12, cuando la mujer, al ver a Samuel, a quien ella
ha evocado, lanza un grito y dice al rey: Por qu me has engaa-
do? jT eres Sal!. La opacidad despliega aqu sus efectos contra
el lector, incapaz de determinar cmo ha descubierto la nigromante
la identidad de Sal. Qu (o quin) se lo ha revelado? La nota
correspondiente de la TOB (<<La mujer debe de pensar que Sal era
el nico capaz de pedir la evocacin de Samuel) no hace ms que
acentuar la confusin ... De hecho, muy sutilmente, el relato subraya
a los ojos del lector el carcter temible de las fuerzas ocultas.
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS 281
P. 214, cap. 9, pto. 9.2:
De qu manera el incipit del primer evangelio sita la historia
de Jess que sigue a continuacin?
El evangelio de Mateo tiene empeo en situar la historia de Jess en
el marco de la del pueblo de Israel. Ese proyecto se
mente en el incipit. En primer lugar, Jess no.es
tamente hijo de Dios, como en Marcos, mas hIJO de
David, hijo de Abrahn; y la genealoga que SIgue, efec-
tivamente por Abrahn, ancestro de los hebreos. Mas alla. de eso,
presencia de cinco nombres de la ascendencIa.de
en una historia ya abierta a la y a la
Tamar, Rajab la prostituta, Rut la extranjera, Betsabe la .mujer de
Uras, y por ltimo Mara. En segundo la presencIa. de
genealoga al comienzo relato, desde sus
mas palabras (<<Libro del ongen ... ), no de recorda,r procedI-
miento utilizado al principio del Primer lIbro de las preo-
cupado por remontarse hasta el origen -y que lo hace sm formula
introductoria alguna: Adn, Set, Ens ... -. Se puede evocar tam-
bin la primera frase del xodo: stos son los nO?Ibres de los
israelitas que fueron a Egipto (Ex. 1,1). Queda aSI un
vnculo muy fuerte con lo que precede. Al colocar al la
genealoga de Jess, Mateo da a entender que su relato se enraIza en
la Escritura juda.
i 214, cap. 9, pto. 9.2:
Cmo utilizan los libros de los Reyes el procedimiento de la sin-
crisis para mostrar en Eliseo al digno sucesor de Elas (cJ. 1 R 17
Y 2 R 4)?
Durante su estancia en Sarepta, Elas obra un doble milagro en favor
de la viuda que le da albergue: el aceite y la harina no le faltan (cuan-
do de ambas cosas no le quedaba ms que un poco, 1 R
17,12.14.16), Y su hijo le es devuelto vivo (cuando no quedaba
aliento de vida en l, 1 R 17,17.22.23). Eliseo acude Igualmente en
socorro de una viuda mediante una multiplicacin milagrosa de
reservas de aceite (2 R 4,1-7); despus resucita al hijo de la sunaffil-
282
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
ta que le da albergue (2 R 4,8-37). Desde el comienzo del ciclo de
Eliseo, el relato muestra en l al digno sucesor de Elas: los dos han
pasado a pie enjuto el Jordn tras haber golpeado sus aguas con el
de Elas (2 R 2,8.14). Los hijos de los profetas, que han asis-
tIdo a la escena, sacan de ah inmediatamente la conclusin correc-
ta: El espritu de Elas se ha posado sobre Eliseo (v. 15).
P. 214, cap. 9, pto. 9.2:
Los tres de vocacit!n de Lt; 9,57-62 omiten contar alguna
cosa. Localtza esa ausencia. Que efecto de sentido produce ese
"blanco"?
El lector es capaz de reconocer un relato aun cuando no se le cuen-
te el final. En los tres relatos breves de vocacin de Lc 9,57-62, el
narrador se contenta con referir las sentencias de Jess como otras
tantas evaluaciones de la situacin. Sea que el candidato se presente
o que Jess lo llame, cada una de las palabras del
constIt,uye una toma de posicin sobre las condiciones para
segUIr. a abandonar las seguridades, dejar atrs la nocin de
deber, no dejarse detener por las convenciones sociales. A diferencia
de los de vocacin que cuentan la vocacin de personajes
emblemtIcos (Pedro, Andrs, Lev, etc.), nuestro texto, al guardar
de los llamados, propone a todos y cada uno lo que
segUIr a Jess. Cortante como el diamante, obliga al lector a
resItuar .su teologa, su visin del mundo, y a responder a la pregun-
ta: a Jess, es un camino imposible, incluso inhumano? Al
omItIr contar la respuesta dada por las personas llamadas, el relato
provoca la respuesta libre del lector.
P. 218, cap. 9, pto. 9.3:
Cmo juega el narrador, en el relato de la cada (Gn 3) con la
capacidad de previsin del lector? '
El tras haber presentado la situacin paradisaca de Adn y
Eva, un la serpiente. Lo que se dice de
:lla al lector Imagmar de entrada que va a conseguir enga-
nar a Adan y Eva. De manera sutil, la serpiente transforma la prohi-
COMPRUEBA TUS CONOCIMIENTOS: LAS RESPUESTAS
283
bicin establecida por Dios, la limita permitiendo a cada uno existir
en un espacio que vendra a invadir el territorio de Adn y Eva. Tras
la transgresin, el narrador se preocupa de describir la nueva situa-
cin de las relaciones entre Dios y la pareja. La transparencia deja
paso al miedo. El ser humano se esconde. El lector espera,
sancin de parte de Dios. El relato desbarata en
Dios es verdad, toma postura, pero no con un castIgo m una maldI-
cin;' pronuncia una palabra diferenciada para el animal, la m?jer y
el hombre, como otros tantos contratos. El triple contrato de DIOS da
sentido a la existencia del ser humano fuera del jardn: una existen-
cia autnoma (no vivida como fusin ntima) en una historia lineal.
El relato lleva al lector a apreciar su condicin humana liberada de
la fascinacin de la uniformidad y de la ilusin del mito del regreso
a la edad de oro (dos ngeles prohben el regreso al jardn, Gn 3,24).
P. 218, cap. 9, pto. 9.3:
En qu sentido el lector de Jn 3 (la de Jess
con Nicodemo) es llevado a prever la contmuacwn de los
acontecimientos ?
Este relato va precedido por la purificacin del Templo .( con el
malentendido que de ella se sigue, Jn 2,20-22) y por un pasaje breve
que evoca el conocimiento que tiene Jess humano.
Cuando Nicodemo entra en escena, el lector reCIbe una tnple adver-
tencia: es un notable judo, un fariseo y va a encontrarse con Jess
de noche, al abrigo de las miradas. l tambin es un
malentendido (3,4). Ms tarde, Jess le dirige una palabra dIfIcIl de
aceptar: T eres maestro en Israel y no sabes estas cosas?
La ltima frase a propsito de l lo encasilla entre los refractanos:
vosotros no aceptis nuestro testimonio (3,11). El lector podra
deducir de ah que Nicodemo, que acumula todos esos rasgos
tivos, va a apartarse de Jess, o al menos no tendr. nunca el c?raJe
de declararse discpulo a plena luz del da. Ahora bIen, la
cin del relato desbarata ese pronstico, al menos parcIalmente:
Nicodemo interviene en favor de Jess en una situacin muy tirante
(7,50-52), despus participa en su entierro a plena luz del da
(19,39). Efectivamente, el Espritu sopla donde quiere (3,8); su
fuerza es incontenible, y no se pueden prever todos sus efectos.
284
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
P. 221, cap. 9, pto. 9.4:
Determina qu uso hace de la simbologa el narrador en el rela-
to del rapto de Elas (2 R 2,1-18)>>
Es el relato de una desaparicin y de un traspaso de poder entre Elas
y Eliseo. La separacin es significada por diversos elementos sim-
blicos. Primeramente, por el hecho de que Elas divide las aguas
del Jordn con la ayuda de su manto. Este acto de separacin -que
Eliseo podr hacer a su vez tras el rapto de Elas- recuerda el paso
del Jordn por parte del pueblo de Israel y la travesa del mar Rojo.
La separacin est ligada a la salvacin, a la liberacin que propor-
ciona el Seor de la vida. Tras la partida de Elas, Eliseo se rasga las
vestiduras en seal de duelo, pero toma el manto de Elas -otro ele-
mento simblico-o Esa prenda significa la ausencia de Elas, confir-
mada por las bsquedas infructuosas de cincuenta hombres durante
tres das (vv. 16-17). El manto, objeto personal que no se puede
tomar como fianza por la noche, simboliza tambin la personalidad
de quien lo lleva. Ms all de la separacin, queda en Eliseo una
parte de la presencia de Elas, un regalo, el espritu que l le ha trans-
mitido (segn su peticin: Que pasen a m dos tercios de tu espri-
tu). Esta experiencia de duelo est en consonancia con las que el
lector puede experimentar personalmente. La palabra proftica saca
del pasado, abre el presente al futuro, pero tambin ahonda la expe-
riencia del lector.
Apndice 11
,Ir
Glosario
Abismado (mise en abyme, o relato especular): reflexin sobre el
relato portador integrada en la historia contada e.ncla-
ve narrativo que desempea la funcin de repetlcIon Ill1matunzada
del relato portador (> 8.2).
Accin transformadora: resultado de la bsqueda, que cambia la
situacin inicial: la accin transformadora se sita en el plano prag-
mtico (accin) o cognitivo (evaluacin) (> 4.2).
Actante: papel tipo de la trama narrativa por una esfe-
ra de accin. El esquema actancial de A. J. GreImas mcluye tres pa-
rejas: emisor-destinatario, sujeto-objeto, ayudante-oponente (> 5.3).
Anacrona: discordancia entre el orden del relato (discurso narrati-
vo) y el orden de la historia contada, desde el punto de vista de la
disposicin de los o de los .segmentos
Dos tipos de anacrona: analepsIs y prolepsIs. La anacroma puede
ser interna (a la historia contada), externa (al segmento temporal.de
la historia contada) o mixta (externa e interna). Puede ser heterodIe-
gtica (referida a una lnea narrativa diferente .del relato primero) u
homodiegtica (que completa una laguna antenor del relato o colma
de antemano una laguna ulterior de ste) (> 7.2).
Anacrona, alcance: distancia temporal que separa el
relato en que se enuncia la anacrona y el momento que esta desIg-
na (interior o exterior a la historia contada) (> 7.2).
Anacrona, amplitud: distancia histrica recorrida por la anacrona
(> 7.2).
286 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Analepsis: mirada atrs que evoca posteriormente un acontecimien-
to anterior desde el punto de vista de la historia contada. La ana:1ep-
sis puede ser interna, externa o mixta (vase anacrona) (> 7.2).
Anlisis narrativo: lectura de tipo pragmtico que estudia los efec-
tos de sentido producidos por la disposicin del relato; presupone
que dicha disposicin materializa una estrategia narrativa desplega-
da con la vista puesta en el lector (> 1.1).
Antipata: actitud reactiva y hostil del lector ante un personaje de la
historia contada (> 5.7).
Autor implcito: imagen del autor tal como se revela en la obra por
sus opciones de escritura y el despliegue de una estrategia narrativa
(>1.4).
Autor real: personaje histrico, individual o colectivo, responsable
de la escritura del relato; como tal, no entra dentro del campo de la
narratologa (> 1.4).
Blanco del texto: tcnica por la cual el narrador priva al lector de
una informacin importante de la que disfrutan, por ejemplo, los
personajes de la historia contada. El tipo de laguna que consiste en
omitir un elemento constitutivo de la narracin (ocultacin sistem-
tica de un personaje, por ejemplo) se denomina paralipsis (> 9.2).
Comentario explcito: intervencin del narrador, sea con un
c?mentario de la historia contada (interpretacin, explicacin, jui-
CIO), sea con una comunicacin directa al narratario (interpelacin al
lector) (> 8.1).
implcito: efecto de sentido imputable al narrador y no
mscnto en un enunciado explcito, perceptible en el manejo de la
trama o en la descripcin de la accin de los personajes (> 8.2).
(trmino de la semitica): adquisicin por parte del
sUjeto operador de las modalidades de operacin necesarias para
GLOSARIO 287
llevar a cabo la accin transformadora (poder-hacer y saber-hacer)
(> 8.1).
Cordel (Ficelle): personaje simple que desempea un papel menor
(o nico) en el desarrollo de la trama (> 5.2).
Cuadro: unidad inferior de un micro-relato (> 3.4).
Delimitacin: operacin por la cual el narrador marca el comienzo
y el final del texto para establecer sus fronteras (> 3.1).
Desenlace (o resolucin): supresin de la tensin mediante la apli-
cacin de la accin transformadora al sujeto (> 4.2).
Digesis (otra denominacin de historia contada): universo espa-
cio-temporal desplegado por el relato (> 2.6).
Elipsis: velocidad extrema de la narracin, que pasa en silencio un
perodo de la historia contada; ese segmento temporal corresponde a
un segmento nulo en el relato (> 7.1).
Empata: relacin de identificacin intensa entre el lector y un per-
sonaje de la historia contada (> 5.7).
Enciclopedia personal: fondos de conOCImIentos (lingsticos,
lgicos, culturales, ideolgicos) que el trabajo de lectura reclama en
el lector; su empleo permite al lector descifrar el lenguaje (plano
semntico) y, a la vez, captar el alcance del texto (plano referencial)
(> 9.3).
Enunciacin: cmo cuenta el relato (significante) (> 2.3).
Epitexto: enunciados que construyen para el texto un marco de
comunicacin y preparan su lectura, al tiempo que estn separados
de l (comentario, resumen, anuncio publicitario, etc.); el epitexto
puede tener por origen al autor o al editor (> 9.2).
288 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Escena: ritmo llamado normal de la narracin, donde convencio-
nalmente relato e historia contada avanzan con un tiempo igual
(ejemplo: el dilogo) (> 7.1).
Esquema actancial: formacin de los papeles tipo de todo relato en
seis puestos actanciales articulados: sujeto, objeto, emisor, destina-
tario, ayudante y oponente (> 5.3).
Esquema quinario: modelo estructural que descompone la trama
del relato en cinco momentos sucesivos: situacin inicial, nudo,
accin transformadora, desenlace, situacin final (> 4.2).
Extradiegtico: externo a la historia contada (narrador primario)
(> 2.6).
Figurante: personaje simple que desempea un papel pasivo o casi
pasivo (teln de fondo) en el relato (> 5.2).
Focalizacin cero: modo narrativo en el que el narrador dice ms de
lo que saben los personajes de la historia contada, traspasando los
lmites del tiempo y del espacio de la escena (relato llamado no
focalizado) (> 5.9).
Focalizacin externa: modo narrativo que coincide con lo que
el lector podra observar por s mismo, pero generalmente superior
a lo que sabe el personaje de la historia contada (relato llamado
objetivo) (> 5.9).
Focalizacin interna: modo narrativo por el cual el narrador hace
partcipe al lector de la interioridad de un personaje (relato de campo
limitado) (> 5.9).
Glosa explicativa: comentario del narrador explicando o califican-
do un aspecto o accin de la historia contada (> 8.1).
Heterodiegtico: se dice del narrador ausente de la historia que
cuenta (> 2.6).
GLOSARIO 289
Historia contada: lo que cuenta el relato, reconstruido segn el
orden cronolgico que supone (significado) (> 2.3).
Homodiegtico: se dice del narrador presente en la historia que
cuenta (> 2.6).
Incipit: enunciado con el cual comienza un texto, y que funciona
como un protocolo de lectura destinado al lector (> 9.2).
Intertextualidad: fenmeno por el cual un texto remite a otros tex-
tos por medio de cita, alusin o eco (> 8.2).
Intradiegtico: interno a la historia contada (narrador secundario)
(> 2.6).
Intromisin del narrador: intervencin del narrador en el relato,
sea directa (en caso extremo: insercin de su yo), sea indirecta
(mediante el control del relato) (> 8.1).
Irona: modo de discurso por el cual el narrador se aplica a sugerir
un sentido inverso a aquel que atribuye a los personajes de la histo-
ria contada. La irona puede trastornar el sentido de un discurso
(irona verbal) o de una situacin (irona dramtica o de situacin)
(> 8.2).
Lector implcito: receptor del relato construido por el texto y apto
para actualizar sus significaciones en la perspectiva generada por el
autor; esta imagen de lector corresponde al pblico lector imagina-
do por el autor (> 1.4).
Lector real: figura individual o colectiva que representa, sea al
pblico lector al que el autor real destinaba su texto (lector primero),
sea a toda persona empeada en el acto de lectura. Como tal, esta
entidad no compete al campo de la narratologa (> 1.4).
Lmites del texto: conjunto de los indicadores narrativos que fijan
en el relato un comienzo (hacia arriba) y un final (hacia abajo), deli-
mitando as un espacio de produccin de sentido (> 3.1).
290 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Macro-relato: entidad narrativa mxima concebida como un todo
por el narrador. Ejemplo: un evangelio o un libro histrico (Josu)
(> 3.4).
Malentendido: confusin que se da entre los personajes de la histo-
ria contada, pero de la que no es vctima el lector (> 8.2).
Manipulacin (trmino de la semitica): instauracin del sujeto
operador (autor de la accin transformadora) por el destinatario que
hace obrar un deber-hacer, un querer-hacer o ambas cosas (> 4.3).
Marco: conjunto de los datos que constituyen las circunstancias de
la historia contada. Puede revestir un valor factual, un contenido
metafrico o ambas cosas. Tiene por componentes el tiempo, el
lugar y el entorno social (> 6.1).
Micro-relato: entidad narrativa mnima, que presenta un episodio
narrativo cuya unidad se puede determinar mediante los indicadores
de delimitacin (> 3.4).
Mmesis: representacin de la accin por el discurso. Proceso din-
mico por el cual el autor de la narracin transpone y configura en su
relato una experiencia del mundo. Se distinguen la mmesis I (prefi-
guracin), la mmesis II (configuracin) y la mmesis III (refigura-
cin) (> 10.1).
Modalidad de la accin: deber-hacer, querer-hacer, saber-hacer y
poder-hacer (> 4.3).
Narracin: acto o proceso de produccin del relato (> 2.3).
Narrador: voz narrativa de donde emana el relato y que lo
cuenta (> 1.4).
Narratario: figura textual del lector, instancia narrativa a la cual el
narrador dirige su relato (> 1.4).
Narratividad: conjunto de caractersticas por las cuales un texto (o
una obra) se da a conocer como relato (> 1.1).
GLOSARIO 291
Narratologa: ciencia que tiene por objeto el estudio de la narrati-
vidad (textual o artstica) (> 1.1).
Nudo: elemento desencadenante del relato, que introduce la tensin
narrativa (desequilibrio en el estado inicial o complicacin en la
bsqueda) (> 4.2).
Opacidad: retencin de informacin en detrimento del lector o de
un personaje de la historia contada (> 8.2).
Pacto de lectura: conjunto de convenciones por las cuales el narra-
dor programa la recepcin del texto por parte del lector y circuns-
cribe el acto de lectura. El pacto de lectura se establece explcita-
mente a travs del peritexto; implcitamente, por el gnero literario
del relato (> 9.2).
Paradoja: construccin de la trama que manifiesta un encadena-
miento de hechos contrario al sentido comn (> 8.2).
Paratexto: conjunto de enunciados que rodean un texto y condi-
cionan su lectura; el paratexto est compuesto por el peritexto y el
epitexto (> 9.2).
Pausa descriptiva: ralentizacin extrema de la narracin, en la cual
un segmento del relato corresponde a una duracin nula en el plano
de la historia contada (> 7.1).
Performancia: trmino con el cual la semitica define la accin
transformadora (> 4.3).
Peritexto: enunciados que preceden o siguen inmediatamente
al texto y que condicionan su lectura (ttulo, prefacio, prlogo,
conclusin) (> 9.2).
Personaje: figura singular o colectiva del relato que asume un papel
en la trama (> 5.2).
Personaje bloque: personaje que conserva un papel inV!lriable a lo
largo de todo el relato o el macro-relato (> 5.2).
292 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Personaje plano: figura resumida en un solo rasgo (> 5.2).
Personaje redondo: figura construida con la ayuda de varios ras-
gos; este personaje asume frecuentemente un papel de protagonista
en el relato (> 5.2).
Polisemia: pluralidad de significaciones vinculada a un trmino o a
una expresin (> 8.2).
Pragmtica (lectura): mtodo de lectura que interroga el texto a
partir de los efectos que ste produce en el lector; localiza sus indi-
cios pragmticos, que son las instrucciones que sugieren al lector de
qu manera quiere el texto ser recibido. El anlisis narrativo se vin-
cula al relato, el anlisis retrico se aplica al campo del discurso
(>1.11).
Programa narrativo: expresin consagrada de la semitica, que
estructura toda proposicin narrativa (para la narratologa: la trama)
en cuatro etapas enmarcadas por una situacin inicial y una situa-
cin final: la manipulacin, la competencia, la performancia, la
sancin (> 4.3).
Prolepsis: maniobra narrativa que consiste en anticipar o en contar
de antemano un acontecimiento ulterior respecto al punto de vista de
la historia contada. La prolepsis puede ser interna, externa o mixta
(vase anacrona) (> 7.2).
Protagonista: personaje simple o complejo, que desempea un
papel importante en el desarrollo de la trama (> 5.2).
Punto de vista evaluativo: juicio del narrador que imbuye supre-
sentacin de los personajes o de las cosas, en funcin de su sistema
de valores y de su concepcin del mundo (> 5.7).
Quicio: momento central de la trama, que coincide normalmente
con la accin transformadora (> 4.2).
Relato: discurso que enuncia hechos articulados entre s por suce-
sin en el tiempo (orden cronolgico) y por vnculo de causalidad
GLOSARIO
293
(orden de configuracin). El relato es el producto de la actividad
narrativa (> 2.3).
Relato iterativo: relato que menciona una sola vez lo que se ha pro-
ducido varias veces en la historia contada (> 7.3).
Relato repetitivo: relato que vuelve varias veces sobre un aconteci-
miento nico de la historia contada (> 7.3).
Relato singulativo: relato que cuenta una sola vez un aconteci-
miento nico de la historia contada (es el ms corriente) (> 7.3).
Retrica narrativa: conjunto del dispositivo mediante el cual un
narrador enuncia (> 2.3).
Sancin (trmino de la semitica): reconocimiento de la nueva
situacin creada por la accin transformadora; esta validacin se
apoya en el orden y los valores (> 4.3).
Secuencia narrativa: serie de micro-relatos articulados entre s por
un tema unificador o un personaje comn (> 3.4).
Showing (<<mostrando, que muestra): modo de exposicin que
para un narrador consiste en mostrar los acontecimientos, ms bien
que en calificarlos, o en dar una transcripcin directa de las palabras
(> 5.7).
Simbolismo: efecto de sentido por el cual un motivo de la historia
contada es portador de una significacin ms amplia, sin que sta
sea explicitada por el relato (> 8.2).
Simpata: relacin positiva entre el lector y un personaje de la his-
toria contada (> 5.7).
Sincrisis: procedimiento retrico consistente en poner en paralelo
dos personajes o dos situaciones del relato .con el fin de ~ O l ~ p a r a r
los; la sincrisis establece entre ellos un Juego de contInmdad y
sobrepujamiento (> 9.2).
Situacin final: enunciado del nuevo estado adquirido por el sujeto
a raz de la transformacin. Estructuralmente, ese momento corres-
294 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
ponde a la inversin de la situacin inicial por supresin de la caren-
cia (> 4.2).
Situacin inicial (o exposicin): circunstancias de la accin
(marco, personajes); llegado el caso, se seala una carencia (enfer-
medad, dificultad, ignorancia) cuyo intento de supresin mostrar el
relato (> 4.2).
Sumario: aceleracin de la narracin, donde el relato refiere en
pocas palabras un perodo relativamente largo de la historia contada
(> 7.1).
Telling (<<diciendo, que dice): modo de exposicin consistente
para el narrador en decir ms bien que en mostrar, y para las pala-
bras, en usar estilo indirecto (> 5.7).
Tensin dramtica: intensidad emocional o pragmtica del relato,
sin localizacin asignada oficialmente dentro de la trama (> 4.2).
Tensin narrativa: elemento desencadenante del relato (complica-
cin) correspondiente en la trama al momento del nudo (> 4.2).
Trama: sistematizacin de los acontecimientos que constituyen la
historia contada: dichos acontecimientos estn unidos entre s por un
vnculo de causalidad (configuracin) e insertos en un proceso cro-
nolgico (concatenacin de los acontecimientos) (> 4.1).
Trama de resolucin: trama cuya accin transformadora opera en
el plano pragmtico (hazaa, curacin, etc.) (> 4.6).
Trama de revelacin: trama cuya accin transformadora consiste
en una ganancia de conocimiento sobre un personaje de la historia
contada (> 4.6).
Trama episdica: trama cuyos lmites narrativos coinciden con el
micro-relato (> 4.6).
Trama unificadora: trama de una secuencia narrativa o del relato
portador (macro-relato), que domina y engloba las tramas de los epi-
sodios en ella contenidos (> 4.6).
Gnesis
1
1,1
1,2
1-2
1-11
2
2,25
3
3,1
3,6
4
6,19-20
8,20-21
11
11,1
11,1-9
11,1-11
11,2
11,3-4
11,4
11,6
11,7
11,8-9
11,9
12
12,10-20
13,10
18
Apndice III
ndice de textos bblicos
Antiguo Testamento
18,1 196
208
18,1-2 196
208 18,1-15 66,255
208 18,2 196
24 18,3 196
208 18,16-33 85,256
196 18-25 66,256
196 19,2 188
218,282 20 212
122 20,1-18 256
121 21,1-7 256
58,254 22 181, 256
213 22,1 55
213
22,1-19 55
185 22,8 159,272
185 22,19 55
185
22,20-24 55
134,268 26 212
185 26,1-11 212
185 29,1-30 77
185
31,17-42 191,278
185
32,23-33 56
185
32,29 62
185
32,32-33 153
185
37 213
181,208
37,28 272
212
38 137
146
40,12-15 159,271
181,256
41,14-36 49
296 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS NDICE DE TEXTOS BBLICOS 297
45 213 16,31-35 88 5,7 62 16,12-13 266
50,1-14 132,267 16,35 88 6,15 190 17 116,265-266
50,25 132,267,268 17,12-13 89 6,25-32 80,257 28 198,275,280
20,1-13 105,263 11,29-40 77
xodo 20,15-16 159,271 2 Samuel
1,1 281 22,10-12 184 Rut 5,13-15 164
2 148,270 22,19-20 184 1,1 135 7,lss 151
2,10 270 22,21-35 184 1,2 135 7,8 151
2,11 148,270 23,7-10 161 1,6 135 J,JJ-13 151
3,14 194,271 23,13 161 1,8-11 137
jl/ 11
110, 122
4,10 190 23,18-24 161 1,14-18 137 / 12 < "") 239
5,1-11 190 23,25 161 1,20 138
/ /1
50,253
7,8-11,10 62,89,258 24,3-9 161 1,21 138
f , I
102,261
. ,l'::- s
12,1-15,20 62 24,10-11 161 1,22 135, 136
202
12,26-27 153 24,12-13 184 2,2 136 / 24
13,17-14,31 165,273 2,4-9 136 25
13,19 132,267, 268 2,6 136
.
'" I
40 Deuteronomio \ C<o" ,ll
\",., .. ,
' 1
14,19 273 2,6 137 2,11 137
.... , l
14,21 273 2,28 137 2,13 136 """,LReyes
14,24 273 5,1-5 42,253 2,21 136 9,25 164
14,25 273 5,22 42,253 4,1-5 137 14,19 209
15 165,273 6,4 194 4,3 136 14,29 209
17,1-7 93,260 23,4-5 137 4,5 136, 137 15,7 209
19,10-25 42,253 26 159,273 4,7 137 15,23 . 209
20,18-21 42,253 34,5-6 169 4,10 136 16,5 209
24 148,270 4,11 137 16,14 209
33,20 270 Josu 4,12 137 16,20 209
40,36-38 164 1-12 62 4,13 137 16,27 209
4,16 137 17 214,281
Levtico
Jueces 4,17 138 17,12.14.16 281
19,9-10 136 1,1-21 33,251 4,18-22 138 17,17.22.23 281
25,25ss 136 1,2 251 17,17-18 81
25,47ss 136 1,6-7 251 1 Samuel 17,17-24 81,91,177
1,17 251 1,1-3 164 17,18 81
Nmeros 4,1-5,31 62 4,2-7,1 62 17,19 82
11,10-15 190 4,4 62 8,1-3 78 17,20 82
16,1 88 4,9 62 8,19-20 198,279 17,21 82
16,2-5 88 4,17-22 62 8-10 78 17,21-22 82
16,2-34 88 5 62 15 275 17,22-23 82
298 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
NDICE DE TEXTOS BBLICOS 299
17,24 82 5,19 57,58,101
Job Jeremas
18 86 5,19-27 57
1 24 1,4-19 216
18,2 67 5,20 57,102
1,1 24 1,6 190
18,3 67 5,20-27 101, 104
1,4-5 164 11,8-12,5 266
18,5 67 5,22 102 1,6-12 24 15,20-21 266
18,27 187 5,22-23 104 1,8 265 20,7-18 125,190,266
18-19 86 5,23-24 102 1,13-19 85 32,7-8 136
19 86 5,25 113 1,21 265 36 179, 180
19,1-2 86 5,27 57 2,10 265 36,21-28 179
19,4 190 10,34 209 3,2 265
20,42 127 13,8 209 42,12 174 Daniel
21,1-2 127 13,12 209
2,28.29.45 175
22,13-28 190 14,15 209
Salmos
3 56
22,39 209 14,18 209
22,2 177
4,31a 175
22,46 209 14,28 209
22,22 78
6,27b 175
15,9 203
106,16-18 88
7 138,139
2 Reyes 15,28 203
Qohlet
7,9 175, 176
2,1-18 221,284 15,36 209
1,2 210
7,10 176
2,8.14 282 16,19 209
1,14 210
7,13 175, 176
2,15 282 17,2 203
2,1 210
7,14 176
4 281 20 173
2,11 210
7,25 138
4,1-7 74,281 20,12 171
2,15 210
8,18 175
4,8-37 282 20,20 209
2,17 210
10,5 175
5 57, 104, 105, 21,2 203
2,19 210
10,6 175
112 21,17 209
2,23 210
10,15 175
5,1 57,102 21,20 203
2,26 210
5,1-27 57,100 21,25 209
Jons
5,2 102 23,32 203
Isaas 3 190
5,2-3 101 24 214
1-39 173
3,4-5 189
5,5 101 25,27-30 77
6,5 190
3,7-8 191
5,7 101, 102
34 271
4,1 189
5,8 102,104 1 Crnicas
38 49
4,6-11 189, 192
5,11 102 10,13-14 174,275
39 173
5,12 102 21,1 41
39,1 171 Ester griego
5,13 102
39,5-7 171
A,l-11 154
5,15 10 1, 102, 104 2 Crnicas
39,8 173
F,l-lO 155
5,16 106 32 173
44,15-17 190
5,17 102, 104, 113 32,24-25 173
53,4 270
Sircida
5,18 102 32,31 173
61,1-2 277
45,18 88
300 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS NDICE DE TEXTOS BBLICOS 301
Nuevo Testamento 1,22 172 5,25-34 66,86-88,
1,23 131 122-123
Mateo 18 225 1,28 131 5,26 123
1,19 113, 116 19,1 209 1,29 131 5,27 124
1,22-23 170 20,1-16 77 1,29-31 15,53 5,28 124
1,23 172,216 20,4 214 1,30 131 5,29 124
1-2 206,207 20,13-15 214 1,32-34 132 5,30 24, 124
2 216 20,15 77 1,35 132 5,30-33 87
2,13 113 21,33-41 42 2,1 131 5,31 1,;c4
2,14 113,116 21,37 42 2,14 222 5,34 //87,
2,15 170 23,35 152 2,20 131 5,35 / 86 '\"
2,17-18 171 23-25 225 2,23-28 99
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2,19-20 24 24,3 150 3,1-6 99
5,40-43, />:8 ,
2,23 171 24,6 152 3,2 24,99
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5-7 225,236 24,15 168 3,4 99 5 42/ <:t-12 jIl' 8
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7,28 209 25,1-13 80,257 3,6 99
8 148,269 25,14-15 85 3,17 172
,
8,14-15 72 25,14-30 85,92 3,20-35 66,256 6,7-30""-.", 6
8,16-17 148,269 25,16-18 85 3,21 172 614 '..... 172 ,
8,18-22 270 25,21 85 3,22-30 66 6,14-29 66
8,23-27 270 25,28 85 4,1 129 6,20 172
9,3 191,278 25,30 85 4,1-20 66 6,30-44 65
9,9 270 26,1 209 4,3 168 6,30-8,21 64
9,10-17 270 27,33 172 4,9 168 6,32-34 65
10 225 27,46 172, 177 4,10 129 6,34 225
11,1 209 27,47-50 183 4,10-12 222 6,37 222
13 48,225 28,15 169 4,10-13 66, 197 6,45-51 222
13,52 11 28,20 216 4,11 197,222 6,45-53 43-45
13,53 209 4,13 130,222 6,47 132
13,53-58 125,267 Marcos 4,33-34 144, 164 6,48 132
14,1 216 1 53,54 4,35-41 222 6,52 45,65,222
14,22-34 43 1,2-3 174,275 4,36 132 7 188
14,26 45 1,12 131 5 86 7,2 172
14,28 45 1,13 130 5,1-20 98,198,279 7,6 188
14,28-31 45 1,15 131 5,8 172 7,9 188
14,30 45 1,16-20 53,222 5,21-23 86 7,14 168
14,33 45 1,18 131 5,21-43 66,87 7,19 172
16,5-12 223 1,20 131 5,24 86 7,24-30 65,225
16,18 62 1,21 131 5,25 88 7,27 65
302 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
NDICE DE TEXTOS BBLICOS
303
7,28 65 10,46 63 14,36-38 196
4,42 56
7,29 65 10,46-52 63, 103, 105, 14,37 131, 196
4,42-44 56
7,31 65 263 14,41 131
5,1-11 56
8 65 10,47 64 14,53-72 66
5,5 56
8,1-10 65 10,52 63 14,55-56 66
5,15 56
8,2 131,235 11,1 63 14,58 131
5,18-25 211
8,14-20 65 11,1-10 42,252 14,66-72 189 7
91
8,14-21 222-223 11,11 132 14,71 189
7,1-10 83,90,91,
8,18 222 11,12-14 65 15,21-41 60-61
113,264
8,22-26 63 11,12-21 66 15,22 218
7,1-50 90
8,27 63 11,12-25 88 15,25 131
7,11-17 102,177,262
8,27-10,52 63 11,15-19 65,66 15,29 131
7,12 111
8,31 64, 131, 160, 11,17 66 15,33 131
7,16 90
226 11,20 65, 132 15,34 131, 177,226 7,26 90
8,32ss 64 11,21-26 65 15,39 193,225,226 7,28 90
8,34 64, 189 11,22 66 15,40-16,8 66
7,36-37 202
9,2 131 12,1-9 42 15,42 172
7,36-50 78,90, 174,
9,2-29 64 12,6 42 15,42-66 66
275
9,9 226 12,13-17 74 16,1-4 150
7,39
174,275
9,24 225 12,17 192 16,2 132
7,49
174,275
9,31 64, 160 12,35-37 192 16,7 150,275
8,1-3 164
9,32 227 13,7 131 16,8 78,193,227 8,43 124
9,33 63 13,13 131 16,9-20 78
8,43-48 123
9,33-37 64 13,14 30,168
8,44 124
9,33-50 64 13,17 131 Lucas
8,49-56 210
9,34 64 13,19 131 1 48
9,37-43 93
10,1-12 64 13,24 131 1,1-3 23
9,57-62 214,282
10,6 131 14,1 131 1,1-4 48,206,207 10,25-42 93,261
10,13-16 64 14,1-11 66 1,3 23
10,26-27 261
10,17 63-64 14,3-9 66 1,4 23
10,29-37 93,261
10,17-31 147 14,8-9 178 1,5-2,52 206
10,30-35 127
10,22 147 14,17-25 226 1-2 207
10,36 182,277
10,23 147 14,17-31 66 2,49 193
10,38-42 93
10,26 147 14,22-24 132 3,23-38 146
12,42-48 76
10,32 63 14,22-26 66 3,40 164
13,1 152
10,32-34 64 14,27 189 4,1-13 78
15,11-32 78
10,33-34 160 14,32-42 24 4,16 164
16,14 111
10,35-45 64 14,35 131 4,16-30 182,277
16,19-21 122
10,37 64 14,36 196 4,40 69
16,19-31 122
304 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS NDICE DE TEXTOS BBLICOS 305
16,22-31 122 3,2 54,55 11,11 158 18,28-19,16 134,268
17,11-19 80,258 3,3-5 184 11,16 158 18,33-37 252
17,32 154 3,4 220 11,17 156 19,34 221
19,3 111 4 108,182,221 11,19 156 19,35 23
19,11-28 92 4,10-15 184 11,21 108, 109, 156 20 80,108
19,47-48 164 4,l1ss 220 11,22-26 158 20,1 221
20,9-16 42 4,13-15 182 11,24 108, 158 20,2
' 109
20,13 42 4,32-34 220 11,25 108 20,8 109
22,7-13 142 4,43-54 276 11,32 156 20,11-18 79
23,4 193 5 221 11,37 156 20,13 80
23,13 193 5,1-9 92 11,42 157 20,13-15 80
23,22 193 5,1-18 276 11,47-53 158 20,15 80
23,47 193 5,9-47 92 11,48 158 20,16 80
24 48,89,259 6 108 11,49-52 148 20,17 80, 109"".,
24,13-35 117 6,1-15 276 11,51 158 20,29 109,276 "
24,15 117 6,16-20 276 11,54 147 21
2R
24,16 117 6,16-21 43,46,49 11,55 129 21,18 ,
24,27 117 6,32-35 184 11,55-57 147 21,24
,,28 y(,
24,28 118 6,51-53 184 12 147,237
24,30-31 118 7,33-36 184 12,1 129, 148 Hechos
l
7,37-38 182 12,1-11 157 1 219
Juan 8,12 185,221 12,6 237 1,1
'j
23
4
1 207 8,21-22 184 12,12 129 1,1-2 20'6
1,1-18 206,207 8,31-35 184 12,12-19 42, 152 1,19 172
1,9 221 9 185, 188 12,16 170 1-28 145
1,14-16 23 9,1 173 12,32-34 184 2,14-36 118
2 221 9,1-7 92 13 237 2,41 203
2,1-11 276 9,1-11 276 13,1 129 2,42 90
2,1-12 146 9,7 172 13,8 237 2,42-47 89, 144
2,6 146 9,8-41 92 13,14 237 2,42-5,42 89
2,11 174,276 9,24 188 13,30 221 2,47 203,209
2,19-21 184 9,27 187, 188 13,36-38 184 3,1-8 211
2,19-22 169 9,40 122, 188 14,4-6 184 3,1-11 89
2,23 52,55 11 108, 156, 158 14,26 170 3,2 120
2,23-24 54 11,1-44 276 16,16-19 184 3,12 210
2,24-25 144 11,2 157 18,12-27 24 3,12-26 89, 118,210
3 51, 108, 218, 11,4 158 18,22 148 3,14 193
221 11,5 109 18,24 148 3,16 210
3,1 51,52,55 11,6 156 18,25-27 148 4,1-7 89
306 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
307
4,8-12 89 10,9-22 181 16,10-17 23,48
Apocalipsis
4,13-22 89 10,9-48 165,274 17,22 193
4,23-31 89 10,10-16 180 20,5-15 23,48
1,1-3 206
4,32-35 89, 144, 145 10,11 133 20,7-12 210
1,4-9 33,252
4,36 172 lO,21 133
21,1-18 23,48
1,9-20
50,253-254
4,36-37 85,89,144 10,22 180 21,26-40 138,269
1,10-20 175
5,1-11 85,89,144 10,23 120, 133 22 163
2-3
89,259
5,12-16 89, 145 10,24 133 22,1-21 162 4 59
5,14 203 10,25 133 22,14 193
5,13 60
5,17-26 89 10,27 133
22,22-23,35 138,269
6,1-8,1 89,259
5,27-40 89 10,30-33 180 26
162, 163
8,6-11,19 89,259
5,41-42 89 10,32 133 26,1-23 162
13 139
5,42 90 10,34-43 50,253 27,1-28,16 23,48
16
89,259
6,7 203 10,37-38 180 27,20-44 193
18 139
7,1-53 118 10,39 133 28,30-31 78
21,9-22,5 139
7,52 193 10,39.41.42 254
7,57-58 151 10,44 133, 181
8,1 151 10,48 133,274
8,3 151 10-11 133, 134,
8,26-40 105,264 139, 179,
9 58, 151, 162, 180, 181
254 11,2 133,139
9,1-25 162 11,5 133
9,19 58,254 11,5-10 180
9,25 58,254 11,5-12 181
9,30 58,254 11,5-18 165,274
9,31 203,251 11,1 133
9,36 172 11,12-14 180
9,36-43 210 11,13 133
9,43 133 11,16 180,181,274
10,1 133 11,21 203
10,2 181 12,4-5 120
10,3 133 12,9 120
10,3-6 180 12,24 203
10,4 133 13,8 172
10,5 133 13,9 62
10,7 133 13,16-41 118
10,8 133 14,8-11 211
10,9 133 15,7-11 165,274
Apndice IV , "'<<-",
-------:-/
Indice analtico ' """"'\
Abismado (mise en abyme), 178-180, 195
Accin transformadora, 71-72-73-74-75,
Actante, 103",
Acto de lectura, 229-241
Alcance (de la anacrona), 149-150
Amplitud de la anacrona, 151
Anacrona, 148-149, 159
anacrona externa, 149, 159
anacrona funcional, 151
anacrona interna, 149, 159
anacrona mixta, 149, 159
(
, (, I
'-.t.:.f jr
f
/'
:h'':;
Analepsis, 149, 153, 155-156-157, 159, 171,248
analepsis externa, 150, 157, 159
analepsis interna, 157, 159
analepsis mixta, 149, 159
Anlisis estructural, vase Semitica
Antipata, 111, 115
Apstrofe, 168
Argumentos escritursticos, 170
Autonoma de los personajes, 106-107
Autor, vase Emisor
autor implcito, 27-28, 31
autor real, 25-26, 31
Ayudante, 103-104
Balizas de lectura, 209-210, 249
Blancos del texto, 212-213, 249
Cambio, 69
Carcter incompleto del texto, 200-201
Cima, 69, 79
Cita-cultura, 176
310 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Cita-prueba, 176
Cita-reliquia, 176
Clmax, vase Cima
Comentario explcito, 167, 174, 248
Comentario implcito, 167, 174, 195,249
Competencia, 82-83
competencia del lector, 214
Complicacin, 69
Configuracin, 231, 233
Construccin del lector, 219, 249
Cordel (ficelle), 98-99, 101
Criterio de los personajes, 55
Criterio del lugar, 55, 65
Criterio del tiempo, 55
Criterio temtico, 55, 62-63
Cuadro, 58, 245
Delimitacin, 53
Desenlace, 71-72-73-74-75
Destinatario, 17, 103
Diegesis, 114-115-116
Digesis, 39,46,48
Discurso (sjuzet), 39
Discurso narrativo, 141, 159
Duracin, 143, 144
Elipsis, 143-144, 146, 147-148,248
Emisor (autor), 13, 17, 103
Empata, 111, 115
Enciclopedia personal, 218-219
Engaste, vase Tramas engastadas
Entorno social, 129
Enunciacin, 35, 36, 37-39,41-46
Epitexto, 206, 208
Escena, 143-144, 145, 146, 163,248
Esquema actancial, 103-104
Esquema de Jakobson, 13-14
Esquema quinario, 71-72, 75, 77, 81, 83, 245
Estructuracin narrativa, 209
NDICE ANALTICO
Evaluacin, 173-174
Explicacin, 171-172
Exposicin, vase Situacin inicial
Fabula, vase Historia contada
Figurante, 98-99, 102
Focalizacin, 112, 118-119
focalizacin cero, 120-121
focalizacin estable, 120
focalizacin externa, 120-121
focalizacin interna, 120-121
focalizacin variable, 120
Focalizado, 121
Focalizador, 120-121-122
focalizador asimilado, 122
focalizador desfasado, 122
Frecuencia, 160-165
Gaps, 213
Glosa explicativa, 170, 174
311
Historia contada, 35, 37-38-39,41-42,46-47,48,49, 141,
146,247
Histrico-crtico, 14-15
History, vase Enunciacin
Humor, 189-190-191
Identificacin, 107-108
Incipit, 205, 207-208
Insider, 224-225
Instancia extradiegtica, 48-49
Instancia intradiegtica, 48-49
Instancia narrativa, 46
Interaccin, 25, 204
Intertextualidad, 175-176
Intromisin del narrador, 48-49, 174
Irona, 186-189
irona de prueba, 188
irona dramtica, 188-189
irona verbal, 187-188
312 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Lector implcito, 29-30, 249
Lector real, 25, 31
Lector, vase Destinatario
Lectura pragmtica, 17, 18
Lectura-previsin, 215-217
Lmites del texto, 51, 53-54, 245
Lgica de las acciones, 202
Lgica proyectiva, 218
Logos, 39
Lugar contado, 135
Macro-relato, 54, 58
Malentendido, 183-184, 185, 195
Manipulacin, 81, 83
Marco, 127-139
marco fctico, 129
marco geogrfico, 132, 135, 139
marco metafrico, 129
marco narrativo, 138
marco social, 135,247
marco temporal, 130
Micro-relato, 54, 58, 60
Mimesis (en Platn), 114-115-116
Mmesis (en Ricoeur), 230, 231-233
Modalidades de la accin, 84
Modelo (estructural), 76
Modo narrativo, vase Telling
Mundo del lector, 230
Mundo del relato, 230
Mythos, 39
Narracin, 39
narracin anterior, 142
narracin intercalada, 142
narracin simultnea, 142
narracin ulterior, 142
Narrado, 121
Narrador, 22-25, 31
narrador heterodiegtico, 46-49
narrador homodiegtico, 46-49
NDICE ANALTICO
Narratario, 22-25, 31
Narratividad, 18
Nudo, 69, 71-74
Objeto, 103-104
Objeto-valor, 76
Opacidad, 195-196-197
Oponente, 103-104
Orden, 148-149,248
Outsider, 224-225
Pacto de lectura, 204, 205, 208, 249
Papel del lector, 201
Paradoja, 181-182,200,249
Paralipsis, 147,213
Paratexto, 206, 208
Pausa (descriptiva), 143-144-145-146,248
Pausa narrativa, 110-111
Peiformance, 81-82-83
Peritexto, 206-207-208
Personaje, 95-:96-97-98-99
personaje bloque, 99
personaje plano, 99, 101
personaje redondo, 99, 101
Polisemia, 192-193-194-195
Posiciones del lector, 116-117-118
Prefiguracin, 231, 232
Presencia del narrador, 115
Previsin del lector, 249
Programa narrativo, 81, 83-84
programa narrativo actual, 81
programa narrativo realizado, 81
programa narrativo reconocido, 81
programa narrativo virtual, 81
Programacin de la lectura, 204-205, 249
Prolepsis, 149, 153, 157, 158, 159,248
prolepsis externa, 150, 158
prolepsis interna, 149, 157-158
prolepsis mixta, 149
313
314 CMO LEER LOS RELATOS BBLICOS
Protagonistas, 98-99
Punto de vista evaluativo, 111-112, 115
Quicio, 79-80
Redundancia, 209
Refiguracin, 231
Relato, 32, 37-38-39, 114, 248
relato iterativo, 160, 162-163-164
relato repetitivo, 160-161-162-163
relato singulativo, 160, 162
Resolucin, 69
resolucin de tipo "cmico", 76
resolucin de tipo "trgico", 76
Respuesta del lector, 197
Retrica narrativa, 39
Sancin, 81-82-83
"Sandwich", vase Tramas engastadas
Sarcasmo, 187
Secuencia narrativa, 58, 61-62-63
Semitica (o anlisis estructural), 14, 15, 18
Sentido, 235
Showing, 113-114-115
Significacin general, 202-203
Significacin, 235
Significado, 37-38
Significante, 37-38
Simbolismo, 185, 195
Simbologa del lenguaje, 202, 220-221, 249
Simbologa, 138, 220
Simpata, 111, 115
Sincrisis, 210-211-212-213-214, 249
Sincrona, 148
Situacin final, 71-72-73-74, 78,81,82
Situacin inicial (exposicin), 71-72, 74, 78, 81, 83
Sjuzet, vase Discurso
Story world, 37
Story, vase Historia contada
NDICE ANALTICO
Sujeto, 103-104
Sumario, 144, 145, 147, 163,248
Superposicin, 86
Telling (modo narrativo), 113-114-115
Tensin dramtica, 79
Tensin narrativa, 79 ,
Tiempo contado, 130, 135, 142-143, 150, 1(:l
Tiempo de contar, 130, 142-143, 165
Tiempo de la lectura, 143
Tiempo metafrico, 129
Tiempo monumental, 131-132
Tiempo mortal, 130-131
Tiempo narrativo, 141-165
Traduccin, 172
Trama, 67, 69-70, 75, 80, 84-85
trama de resolucin, 91-92
trama de revelacin, 91-92
trama episdica, 89-91
trama unificadora, 89-91
trama en cadena (encadenamientos de tramas), 85
trama engastadas ("sandwich", engaste), 65-66,
86-88
trama entrelazadas, 88-89
Transtextualidad, 176-177
Velocidad del relato, 143-144,248
Verosmil, 201-202
Visin del interior, 172-173
Visin desde atrs, 172-173
Voz narrativa, 28, 46, 167-198,248
Apndice V
Bibliografa
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