William Q. Judge - El Oceano de La Teosofia

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EL OCEANO DE LA TEOSOFIA

WILLIAM Q. JUDGE
The Ocean of Theosophy The United Loged of Theosophist, Los ngeles, 1915 Traduccin al Castellano por Bermdez y Polanco

SUMARIO
CAPITULO LA TEOSOFIA Y LOS MAESTROS I La Teosofa definida generalmente. Existencia de hombres altamente desarrollados en el Universo. Estos hombres son Mahatmas, Iniciados, Hermanos, Adeptos. Cmo ellos trabajan y el porqu permanecen ocultos. Su Logia. Son hombres perfeccionados desde otros perodos de evolucin. Han aparecido bajo varios nombres. Apolonio, Moiss, Salomn y otros fueron miembros de esta fraternidad. Ellos tienen una sola doctrina. Son posibles porque el hombre puede al final llegar a ser como uno de ellos. Ellos guardan la verdadera doctrina y causan su reaparicin a su debido tiempo. CAPITULO PRINCIPIOS GENERALES Una visin de las leyes generales que gobiernan el Cosmos. Subdivisin septenaria del sistema. La verdadera materia es invisible y esto siempre ha sido conocido por la Logia. La Mente, la parte inteligente del Cosmos. En la Mente Universal est contenido el plan septenario del Cosmos. La Evolucin sigue el plan de la Mente Universal. Los Perodos de Evolucin llegan a su final; sta es la Noche de Brahma. La versin Mosaica de la cosmogona ha empequeecido los conceptos modernos. Los judos posean tan slo una porcin de la doctrina tomada de los antiguos egipcios. La doctrina concuerda con el significado interno de El Gnesis. La longitud de los perodos de Evolucin. La misma doctrina de Herbert Spencer. La antigua cronologa hind provee los detalles. La historia del Templo de Salomn es la de la evolucin del hombre. La doctrina es mucho ms antigua que la Cristiana. La verdadera edad del mundo. El hombre tiene ms de 18,000,000 de aos. La Evolucin efectuada slo por los Egos interiores que al fin se convierten en usuarios de las formas humanas. Cada uno de los siete principios del hombre derivado de una de las siete grandes divisiones del Universo. CAPITULO LA CADENA TERRESTRE La doctrina con respecto a la Tierra. Tambin septenaria. Es uno de siete planetas de la cadena que corresponde al hombre. Los siete no estn separados en la cadena, sino que se interpenetran. La cadena terrestre es la reencarnacin de una cadena anterior ya muerta. Esta cadena anterior fue una de la que nuestra luna es el representante visible. La luna ahora muerta y en contraccin. Venus, Marte, etc., son miembros vivos de otras cadenas similares a la nuestra. Una masa de Egos por cada cadena. El nmero de Egos es finito aunque incalculable. El curso de su evolucin a travs de los siete globos. En cada uno se desarrolla una cierta parte de nuestra naturaleza. En el cuarto globo el proceso de condensacin comienza y alcanza su lmite. CAPITULO LA CONSTITUCION SEPTENARIA DEL HOMBRE La constitucin del hombre. Cmo la doctrina difiere de la Cristiana comn. La doctrina real conocida en los primeros siglos de esta era, pero intencionalmente retirada de una nacin incapaz de sostenerla. El peligro si la doctrina no hubiera sido retirada. La divisin septenaria. Los principios clasificados. Las subdivisiones concuerdan con la cadena de siete globos. El hombre inferior es un ser compuesto. Su trinidad superior. Sus cuatro principios inferiores, transitorios y perecederos. La Muerte hace de la trinidad la nica parte imperecedera en nosotros. Lo que el hombre fsico es, y lo que es el resto invisible del hombre mortal. El otro hombre fsico no visible pero mortal. Los sentidos pertenecen al hombre invisible y no al visible. CAPITULO CUERPO FISICO Y CUERPO ASTRAL El cuerpo fsico y el principio vital. El misterio de la vida. El sueo y la muerte debidos al exceso de vida no soportada por el organismo. El cuerpo, una ilusin. Lo que es la clula. La vida es universal. No es el resultado del organismo. El cuerpo astral. De lo que est hecho. Sus poderes y funciones. El modelo del cuerpo fsico. Lo tienen todos los reinos de la Naturaleza. Su capacidad de proyectarse. Los verdaderos centros de los sentidos estn en el cuerpo astral. El papel del cuerpo astral en las sesiones espiritistas. El cuerpo astral explica la telepata, la clarividencia, la clariaudencia y dems fenmenos similares. V IV III II

CAPITULO KAMA - DESEO El cuarto principio. Kama-Rupa. En nuestro idioma, Pasiones y Deseos. Kama-Rupa no es producido por el cuerpo fsico sino que es la causa de ste. Es el principio medio de los siete. Es la base de accin e impulsor de la voluntad. Deseo recto conduce a la accin recta. Este principio tiene un aspecto superior y uno inferior. Reside en el cuerpo astral. Durante la muerte permanece en unin con el cuerpo astral y hace un "cascarn" del hombre. Tiene poderes propios de una naturaleza mecnica. Este cascarn es el llamado "espritu" de las sesiones espiritistas. No hay alma o conciencia all. Suicidas y criminales ejecutados dejan cascarones muy coherentes. El principio de Deseos es comn a todos los reinos organizados. Es la parte bruta del hombre. El hombre es ahora un cuaternario completamente desarrollado, con sus principios superiores en desarrollo parcial. CAPITULO MANAS Manas el quinto principio. El primero del hombre real. El principio pensante y no el producto del cerebro. El cerebro es tan slo su instrumento. Cmo la luz de la mente fue dada a los hombres sin mente: Hombres perfeccionados durante anteriores sistemas nos la dieron como ellos la recibieron de sus predecesores. Manas, el almacn de todos los pensamientos. Manas es el vidente. Si la conexin entre Manas y el cerebro es roto, la persona no puede conocerse. Los rganos del cuerpo no pueden conocer nada. Manas dividido en superior e inferior. Sus cuatro caractersticas. Buda, Jess y otros, tenan a Manas totalmente desarrollado. Atma el Ego Divino. La individualidad permanente. Esta individualidad permanente ha conocido toda clase de experiencias en numerosos cuerpos. Manas y la materia tienen ahora mayor facilidad de accin que en tiempos pasados. Manas atado por el deseo, y esto hace de la reencarnacin una necesidad. CAPITULO SOBRE LA REENCARNACION Por qu es el hombre como es y de dnde vino? Cul es el propsito del Universo. La Evolucin Espiritual y la fsica requieren la reencarnacin. La reencarnacin en el plano fsico es reincorporacin o cambio de formas. La masa total del planeta ser un da hombres de un lejano porvenir. La doctrina conocida desde la antigedad. Sostenida por los primeros Cristianos. Enseada por Jess. Qu es lo que reencarna. Los misterios de la vida surgen de la encarnacin incompleta de los principios superiores. No hay transmigracin a formas inferiores. Explicacin del Man sobre esto. CAPITULO CONTINUACION SOBRE LA REENCARNACION Objeciones. El deseo no puede alterar la ley. Tempranos arribos al cielo. Han de esperar ellos por nosotros? Reconocimiento del alma no depende de objetividad. La herencia no crea una objecin. Lo que la herencia de veras significa. Divergencias no reconocidas sobre la herencia. La historia va contra la herencia. La reencarnacin no es injusta. Cul es la verdadera justicia? No sufrimos por los hechos de otros sino por los nuestros. La memoria. Porqu no recordamos otras vidas. Quin recuerda? Cmo explicar los aumentos de la poblacin mundial. CAPITULO ARGUMENTOS QUE APOYAN LA REENCARNACION Desde el punto de vista de la naturaleza del alma. De las leyes de la mente y del alma. De las diferencias de carcter. De la necesidad de disciplina y evolucin. Diferencias de capacidad y origen en la vida, desde la cuna. La identidad individual la confirman. El probable objeto de la vida la hace necesaria. Una vida es insuficiente para llevar a cabo los propsitos de la Naturaleza. De por s la muerte no confiere ningn progreso. Una escuela despus de la vida es ilgica. La persistencia del salvajismo y la decadencia de las naciones le da apoyo a la reencarnacin. La aparicin de genios debida a ello. Las ideas inherentes comunes al hombre la demuestran. Oposicin a la doctrina basada solamente en prejuicio. CAPITULO KARMA Definicin de la palabra. Un trmino poco familiar. Una ley benfica. La vida presente es afectada por pasadas acciones de otras vidas. Cada accin tiene un pensamiento en su raz. A travs de Manas ellas

VI

VII

VIII

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reaccionan en cada existencia personal. Porqu nace gente deforme o en malas circunstancias. Las tres clases de Karma y sus tres campos de operacin. Karma nacional y racial. Infelicidad individual y felicidad. Las palabras del Maestro sobre el Karma. CAPITULO KAMA-LOKA El primer estado despus de la muerte. Dnde estn y qu son el cielo y el infierno. La muerte del cuerpo, tan slo el primer paso de la muerte. Una segunda muerte. Separacin de los siete principios en tres clases. Qu es el Kama-loca? Origen del purgatorio Cristiano. Es esfera astral con varios niveles. Los skandas. El cascarn astral del hombre en Kama-loca. Este carece de alma, mente, y conciencia. Es el "espritu" de las sesiones espiritistas. Clasificacin de cascarones en el Kama-loca. Magos negros all. Suerte de los suicidas y otros. Conciencia pre-devachnica. CAPITULO DEVACHAN Significado del trmino. Un estado de Atma-Buddhi-Manas. Operacin del Karma en Devachn. La necesidad de Devachn. Es otra forma de pensar sin un cuerpo que la aprisione. Slo dos campos para la operacin de causas subjetiva y objetiva. El Devachn es uno. All no existe el tiempo para el alma. Largo de la estada. Las matemticas de alma. Promedio de estada, unos 1500 aos. Depende de impulsos psquicos generados durante la vida. Su uso y propsito. El Devachn definido por los ltimos pensamientos antes de morir. El Devachn no carece de significado. Veremos a los que dejamos atrs? Traemos sus imgenes con nosotros. Entidades en el Devachn tienen poder de ayudar aqullos a quienes aman. Los mdiums no pueden llegar al Devachn excepto en raros casos de persona muy pura. Slo los adeptos pueden ayudar a aqullos en el Devachn. CAPITULO CICLOS Una de las ms importantes doctrinas. Palabras equivalentes en Snscrito. Pocos ciclos conocidos en Occidente. Causan la reaparicin de antiguos personajes. Afectan la vida y la evolucin. Cundo ocurri el primer instante? La primera medida vibratoria determina las subsiguientes. Cuando el hombre abandona el globo las fuerzas mueren. Convulsiones y cataclismos. La reencarnacin y el Karma entremezclados con la ley cclica. Civilizaciones reaparecen por ciclos. La vida de los Avatares. Krishna, Buda y otros, surgen con los ciclos. Personajes menores y grandes lderes. Interseccin de ciclos causan convulsiones. La luna, el sol, y los ciclos siderales. Ciclos individuales y el de la reencarnacin. El curso a travs de las constelaciones; el significado de la historia de Jons. El Reloj Zodiacal. Cmo las ideas son registradas y preservadas por las naciones. Causas de terremotos. Fuego Csmico, Eras Glaciales y Diluvios. Los Ciclos Brahmnicos. CAPITULO DIFERENCIACION ESLABONES PERDIDOS XV DE LAS ESPECIES XIV XIII XII

El verdadero origen del hombre es imposible de descubrir. El hombre no se deriva de una simple pareja; tampoco de los animales. Siete razas de hombres aparecieron simultneamente sobre el globo. Estn ahora amalgamadas y se diferenciarn. Los Monos Antropoides. Su origen. Provienen del hombre. Son descendientes de criaturas producidas por unin no natural en las tercera y cuarta rondas. Las Razas Retardadas. Los libros secretos sobre esto. Explicacin de rasgos humanos en ciertos monos. Los reinos inferiores llegaron de otros planetas. Su diferenciacin por interferencia inteligente de los Dhyanis. El punto medio de la evolucin. Formas astrales de antiguas rondas solidificaron en rondas fsicas. Eslabones perdidos; lo que son y el porqu la ciencia no puede descubrirlos. El propsito de la Naturaleza en todo su trabajo. CAPITULO LEYES PSIQUICAS, FUERZAS Y FENOMENOS No hay verdadera psicologa en Occidente. Existe en Oriente. El hombre refleja todas fuerzas y poderes. La gravitacin es slo la mitad de una ley. La importancia de la polaridad y la cohesin. Haciendo objetos invisibles. La imaginacin es todopoderosa. Telegrafa mental. Leer otras mentes es un hurto. Aportacin, XVI

clarividencia, clariaudiencia, vista secundaria. Imgenes en la Luz Astral. Sueos y Visiones. Apariciones. Verdadera clarividencia. Estmulo interno crea la impresin externa. La Luz Astral, Registro universal. CAPITULO FENOMENOS PSIQUICOS Y EL ESPIRITISMO XVII

El espiritismo, nombre inapropiado. Debera llamarse necromancia y culto de los muertos. Este culto no se origin en las Amricas. Conocido de viejo en la India. Los hechos registrados merecen su anlisis. Los Tesofos aceptan los hechos pero los interpretan diferente que los espiritistas. La cuestin de si los muertos regresan. Los muertos no regresan as. la mayora de las comunicaciones son con el cascarn astral del hombre. Objeciones a las pretensiones de los mdium. Los anales justifican el ridculo de parte de los cientficos. La materializacin y lo que ello es. Materia electromagntica con una imagen impresa desde la Luz Astral. El brazo astral del mdium extendido desde su cuerpo. Las leyes han de ser conocidas antes de que se comprendan los fenmenos. El timbre de la "voz independiente". La importancia del reino astral. Los peligros de la mediumnidad. Intento de obtener tales poderes por lucro o propsitos egostas es tambin peligroso. La ley cclica ordena la debilitacin de esta fuerza ahora. El propsito de la Logia.

PREFACIO
En este obra se ha hecho el intento de presentar la Teosofa accesible al lector normal. Declaraciones audaces son aqu hechas basadas en el conocimiento del autor, pero al mismo tiempo debe quedar claramente entendido que l es el nico responsable de todo lo que aqu queda expuesto. El contenido de este libro no involucra en sentido alguno a la Sociedad Teosfica, ni son sus miembros menos Tesofos porque no se inclinen a aceptar lo que el autor aqu ha delineado. El tono de profunda conviccin que puede pensarse predomina en estos captulos, no es el resultado de dogmatismo o vanagloria, sino que emana directamente de un conocimiento basado en la evidencia y la experiencia. Los miembros de la Sociedad Teosfica notarn que ciertas teoras o doctrinas no han sido discutidas. Esto acontece, porque las mismas no podran ser tratadas sin extender indebidamente el libro y crear polmicas innecesarias. El tema de la Voluntad o Volicin no ha sido tratado, en vista de que ese poder o facultad es oculto, sutil e ignoto en cuanto a su naturaleza esencial, y visible nicamente en sus efectos. Como la Volicin es absolutamente incolora y vara en calidad moral de acuerdo con el deseo que la impele; como acta frecuentemente sin nuestro conocimiento y como opera en todos los reinos inferiores al hombre, nada se podra ganar con intentar una investigacin sobre esta facultad, separadamente del Espritu y el deseo. Este libro no tiene pretensiones de originalidad. El autor no ha inventado ni descubierto nada de su contenido, sino simplemente ha escrito lo que le han enseado y lo que le ha sido demostrado a l. Por lo tanto, esto es solamente la transmisin de algo que ha sido conocido anteriormente. William Q. Judge

CAPITULO I

LA TEOSOFIA Y LOS MAESTROS


La Teosofa es ese ocano de conocimientos que se extiende desde una orilla de la evolucin de los seres conscientes a la otra; insondable en sus partes ms profundas, ofrece a las mentes ms eminentes la esfera de accin de mayor mbito y alcance, y, sin embargo, poco profunda en sus orillas, no abrumar la comprensin de un nio. La Teosofa es sabidura concerniente a Dios para aqullos que creen que El est en todas las cosas y en todo, y sabidura tocante a la naturaleza, para el hombre que acepta la declaracin de la Biblia Cristiana de que Dios no puede ser medido ni descubierto y que las sombras envuelven su pabelln. Aunque el vocablo Teosofa contiene etimolgicamente el trmino Dios, y a primera vista aparenta abarcar slo la religin, no por ello descuida la ciencia, porque la Teosofa es la ciencia de las ciencias y por lo tanto ha sido llamada la Religin-Sabidura. Puesto que ninguna ciencia es completa si excluye un solo aspecto de la naturaleza, ya sea visible o invisible, asimismo toda religin que dependiendo simplemente de una supuesta revelacin se desva de las cosas y las leyes que las gobiernan, no es sino una ilusin, un enemigo del progreso, un obstculo en la marcha progresiva del hombre hacia la felicidad. Abarcando ambos, lo cientfico y lo religioso, la Teosofa es una religin cientfica y una ciencia religiosa. No es una creencia ni un dogma formulado o inventado por los hombres, sino un conocimiento de las leyes que gobiernan la evolucin de los constituyentes fsicos, astrales, psquicos e intelectuales de la naturaleza y del hombre. La religin de hoy no es sino una serie de dogmas promulgados por los hombres y sin fundamento cientfico hacia los mismos principios ticos que ella ensea; mientras tanto nuestra ciencia hasta ahora ignora lo invisible y rehusando admitir la existencia en el hombre de una completa serie de facultades interiores de percepcin, queda excluida del inmenso y verdadero campo de experiencia que yace dentro de los mundos visibles y tangibles. La Teosofa sabe que el todo est constituido por lo visible y lo invisible; y comprendiendo que las cosas y objetos externos son slo transitorios, sta percibe los hechos reales de la naturaleza, tanto externos como internos. Por tanto, la Teosofa es completa en s misma y no percibe en ninguna parte misterio alguno sin solucin; por ello elimina la palabra coincidencia de su vocabulario y proclama el reino de la ley en todas las cosas y en todas las circunstancias. Que el hombre posee un alma inmortal es una creencia comn de la humanidad; a esto la Teosofa le aade que el hombre es un alma, y an ms, que toda la naturaleza es consciente, que la inmensa variedad de objetos y hombres no son simples agregados de tomos accidentalmente acumulados, y por tanto sin ley que desarrolle ley, sino que hasta el ms nfimo tomo es alma y espritu perpetuamente evolucionando bajo el dominio de una ley inherente en todo. La enseanza Teosfica es idntica a la de la antigedad que dice que la marcha de la evolucin es el drama del alma y que la naturaleza no existe con ningn otro fin que el de servir para la experiencia del alma. El Tesofo est de acuerdo con el Profesor Huxley 1 en su declaracin de que deben existir seres en el universo cuya inteligencia se halla tan avanzada en relacin a la nuestra como la nuestra a la del escarabajo; que tales seres toman parte activa en el gobierno del orden natural de las cosas. Avanzando todava ms a la luz de la confianza que l deposita en sus maestros, el Tesofo aade que tales inteligencias fueron una vez humanas y que al igual que nosotros, ellos tambin vinieron de previos mundos en donde era dable adquirir una experiencia tan diversificada como es posible de ser adquirida en este globo. Por lo tanto, nosotros no estamos apareciendo por primera vez cuando descendemos a este planeta, sino que hemos seguido un largo e inconmensurable curso de actividad y percepcin inteligente en otros sistemas de globos, algunos de los cuales fueron destruidos edades antes de la condensacin del sistema solar. Este alcance inmenso de sistema evolucionista significa, pues, que este planeta en el cual

nos encontramos es el resultado de la actividad y evolucin de algn otro planeta que desapareci hace mucho tiempo, dejando tras s sus energas que habran de ser utilizadas en inducir la formacin de la tierra, y que a su vez los habitantes de la misma vinieron de algn mundo anterior para proceder aqu con su labor asignada en la materia. Los planetas ms brillantes, tales como Venus, son la residencia de entidades an ms avanzadas, una vez tan humildes como nosotros, ahora elevadas a un grado de gloria incomprensible a nuestro intelecto. El ser ms inteligente del universo -el hombre- jams ha estado entonces sin un amigo; ms bien tiene una rama de hermanos mayores que velan continuamente por el progreso de los menos adelantados; que conservan el conocimiento adquirido a travs de eones de ensayo y experiencia, e incesantemente buscan las oportunidades de inducir la inteligencia en desarrollo de la raza, en ste o en otros globos, a considerar las grandes verdades que conciernen al destino del alma. Estos hermanos mayores tambin guardan el conocimiento que ellos mismos han adquirido de las leyes de la naturaleza en todos sus departamentos, y se encuentran siempre dispuestos a usarlo, cuando lo permita la ley cclica, para el provecho de la humanidad. Ellos siempre han existido como un cuerpo o asociacin, todos conocindose unos a otros, sin importar la parte del mundo en que puedan encontrarse, y todos trabajando por la raza humana en diferentes formas. En algunas pocas llegan a ser bien conocidos por la gente y circulan dentro de ncleos de hombres comunes, siempre que la organizacin social, la virtud, y el grado de desarrollo de los pueblos lo permitan. Porque si se dieran a conocer pblicamente en todas partes, seran venerados como dioses por unos y perseguidos como demonios por otros. En esos perodos en que ellos se manifiestan, algunos de sus miembros se convierten en gobernantes de los hombres, otros en instructores y unos cuantos en grandes filsofos, mientras que otros permanecen an desconocidos, excepto para los miembros ms avanzados de su grupo. Sera subversivo a los fines que ellos contemplan, que llegaran a hacerse conocidos en esta civilizacin, la cual est casi totalmente basada en el dinero, la fama, la gloria y la personalidad. Porque esta era, segn ha declarado uno de ellos "es una era de transicin", cuando todo sistema de pensamiento, de ciencia, de religin, de gobierno y de sociedad est en proceso de cambio, y las mentes de los hombres estn solamente preparndose para un cambio hacia aquel estado que permitir a la raza avanzar hasta el grado propicio en que estos hermanos mayores puedan introducir sus actuales presencias en nuestra escena. Ellos pueden de veras ser llamados los portadores de la antorcha de la verdad a travs de las edades; investigan todas las cosas y todos los seres; conocen lo que es el hombre en lo ms recndito e ntimo de su naturaleza, y an lo que son sus poderes y su destino, su estado antes del nacimiento y los estados a travs de los cuales l pasa despus de la muerte del cuerpo; ellos han velado junto a la cuna de las naciones y han visto los grandes logros de los antepasados; han velado con tristeza la decadencia de aqullos que carecieron de fuerza para resistir la ley cclica del ascenso y la cada; y mientras los cataclismos parecan traer una total destruccin del arte, la arquitectura, la religin y la filosofa, ellos han conservado los archivos y registros completos en lugares salvos de ser destruidos por los hombres o por el tiempo. Ellos han efectuado minuciosas observaciones, a travs de miembros de su hermandad psquicamente entrenados en los reinos invisibles de la naturaleza y de la mente. Estas observaciones fueron registradas y los anales conservados. Han llegado al completo dominio de los misterios del sonido y del color, a travs de los cuales nicamente puede llegarse a la comunicacin con los seres elementales que estn tras el velo de la materia, y as pueden estos Hermanos Mayores explicar el porqu cae la lluvia y con qu objeto cae; si la tierra es hueca o no; qu hace soplar al viento y brillar la luz, y la hazaa an ms importante de todas - una que requiere el conocimiento del fundamento mismo de la naturaleza - , saben cules son las subdivisiones ltimas del tiempo y cules el significado y la duracin de los ciclos. Pero, pregunta ahora el hombre de negocios del siglo, que lee los peridicos y que cree en el "progreso moderno", si tales hermanos mayores fuesen realmente todo lo que usted pretende que ellos sean, cmo es que no han dejado traza alguna en la historia ni congregaron otros hombres a su alrededor? A esto, la propia respuesta de ellos, publicada hace tiempo por el seor A. P. Sinnett, es mejor que cualquier otra que yo pudiera ofrecer: "Si le place discutiremos primeramente lo que se refiere al supuesto fracaso de la 'Fraternidad' en dejar indicio alguno en la historia del mundo. Segn ustedes piensan, ellos, con sus ventajas extraordinarias, deberan haber sido capaces de atraer a su escuela un nmero considerable de las mentes ms cultas de cada raza. Cmo sabra usted que no han logrado tal cosa? Est usted enterado de sus esfuerzos, sus xitos y fracasos? Posee usted alguna sumaria contra ellos para procesarlos? Cmo sera posible recopilar pruebas de los hechos de esos hombres que han mantenido asiduamente cerrado todo acceso posible a travs del cual el curioso pudiera espiarlos? La condicin precisa de su xito es que

ellos jams fueran supervisados u obstaculizados; lo que han llevado a cabo, ellos lo saben; lo nico que los que se han encontrado fuera de su crculo podran percibir seran los resultados, cuyas causas quedaran siempre ocultas y fuera de alcance. Para explicar tales resultados, muchos hombres en distintas pocas inventaron teoras de la intervencin de dioses, providencias especiales, destinos e influencias benficas o malficas de los astros. Jams ha existido una poca dentro o fuera del supuesto perodo histrico, dentro de la cual estos predecesores nuestros no estuvieran amoldando los eventos y "haciendo historia", cuya realidad y hechos fueron subsecuente e invariablemente torcidos por los historiadores para ajustarlos a prejuicios contemporneos. Est usted bien seguro de que los heroicos personajes visibles en los sucesivos dramas, no eran a menudo sino sus mscaras o tteres? Nosotros jams pretendimos ser capaces de arrastrar las naciones en masa a una u otra crisis, a despecho de la tendencia general de las relaciones csmicas del mundo. Los ciclos tienen que recorrer sus rondas. Los perodos de claridad y obscuridad mental y moral se suceden unos a otros lo mismo que el da a la noche. Los yugas, o ciclos mayores y menores tienen que llevarse a cabo de acuerdo con el rgimen establecido de las cosas. Y nosotros, nacidos dentro de la corriente majestuosa, apenas podemos modificar y dirigir algunas de sus corrientes secundarias" 2. Es en virtud de la ley cclica y durante un perodo de ignorancia en la historia de la mente, que la filosofa verdadera desaparece por un tiempo; pero es esta misma ley la que causa su reaparicin, tan segura como la salida del sol ante la faz de la inteligencia humana que se encuentra presente para contemplarla. Pero hay algunas tareas que solamente pueden ser cumplidas o ejecutadas por el Maestro, mientras que otros trabajos requieren la ayuda de los compaeros. Es el deber del Maestro el preservar la filosofa verdadera, pero se requiere la ayuda de los compaeros para redescubrirla y promulgarla. Nuevamente los Hermanos Mayores han indicado en dnde puede ser encontrada la verdad - La Teosofa - , y los compaeros por todas partes del mundo se ocupan en ponerla de manifiesto para su mayor circulacin y propagacin. Los Hermanos Mayores de la Humanidad son hombres que fueron perfeccionados en anteriores perodos de evolucin. Estos perodos de manifestacin son desconocidos a los evolucionistas modernos en lo que a su nmero concierne, aunque por largo tiempo s han sido reconocidos no solamente por los hindes antiguos, sino tambin por aquellas grandes inteligencias y hombres eminentes que instituyeron y continuaron la forma originalmente pura e no adulterada de los Misterios de la Grecia Antigua. Los perodos de manifestacin de los universos visibles que surgen del Gran Desconocido son eternos en sus idas y venidas, y se alternan con perodos equivalentes de silencio y reposo, de vuelta a lo Desconocido. El objeto de estas majestuosas oleadas es la produccin del hombre perfecto, la evolucin del alma, y estas olas siempre resultan en el crecimiento del nmero de Hermanos Mayores; la vida del ms insignificante de los hombres los refleja en el da y la noche, la vigilia y el sueo, el nacimiento y la muerte, "porque estos dos, la luz y la obscuridad, el da y la noche, son los senderos eternos del mundo" 3. En toda edad y en la completa historia de las naciones, se les ha dado a estos hombres de gran podero y compasin, distintas designaciones. Ellos han sido llamados Iniciados, Adeptos, Magos, Hierofantes, Reyes del Oriente, Sabios, Hermanos y varios otros nombres. Pero en el idioma Snscrito hay una palabra que cuando se le aplica a ellos, inmediata y completamente los identifica con la humanidad. Ese nombre es el de Mahatma. Esta palabra se compone de "Maha", gran, y "Atma", alma, y por lo tanto significa gran alma; y puesto que todos los hombres poseen almas, lo que distingue al Mahatma es su grandeza. El uso del trmino Mahatma, se ha extendido mayormente a travs de la Sociedad Teosfica por el hecho de que la Sra. H. P. Blavatsky constantemente se refera a los Mahatmas como sus Maestros, quienes la favorecieron con el conocimiento que ella posea. Ellos fueron primeramente conocidos como los Hermanos, pero ms adelante, al acudir muchos hindes al movimiento Teosfico, el nombre de Mahatma fue introducido por razn de que este ttulo tiene tras s una solidez inmensa en la tradicin y literatura de la India. En distintas ocasiones algunos enemigos sin escrpulos de la Sociedad Teosfica llegaron a decir que an el mismo nombre de Mahatma haba sido inventado, y que tales seres eran desconocidos entre los hindes y en su literatura. Pero estas aseveraciones han sido hechas simplemente para desacreditar, si fuese posible, un movimiento filosfico que amenaza trastornar completamente los errneos dogmas teolgicos que prevalecen hoy en da. Porque a travs de la literatura hind se hace referencia a los Mahatmas y en partes del Norte de la India el trmino es de uso comn. En el antiguo poema de Bhagavad-Gita, reverenciado por todas las sectas y aceptado por los crticos occidentales por ser tan noble como hermoso, hay un verso que dice, "Semejante Mahatma es difcil de encontrar". 4 Pero independientemente de toda disputa acerca de trminos especficos, existen amplios argumentos y pruebas para demostrar que una fraternidad de hombres poseedores del maravilloso

conocimiento delineado anteriormente, ha existido siempre y probablemente exista hoy. Los antiguos misterios continuamente hacen referencia a ellos. Egipto antiguo los tuvo en sus grandes Reyes - Iniciados, hijos del sol y amigos de los grandes dioses. Existe una tendencia a menospreciar las ideas de los antiguos, lo cual es en s denigrante a la humanidad actual. An el cristiano que habla con reverencia de Abraham como "el amigo de Dios", considerar desdeosamente las pretensiones de los soberanos egipcios, de gozar de la misma amistad, como tan solo una pretensin pueril de nobleza y rango. Pero la realidad es que estos grandes egipcios eran Iniciados, miembros de una gran logia nica, la cual abarca todas las otras, de cualquier grado que sean sus actividades. Los ms recientes y decadentes egipcios, desde luego, deben haber imitado a sus predecesores, pero esto fue ya cuando la doctrina verdadera estaba comenzando una vez ms a ser obscurecida con motivo de la ascendencia del dogma y del sacerdocio. La historia de Apolonio de Tyana se refiere a un miembro de una de estas mismas fraternidades antiguas, que aparecieron entre los hombres durante un ciclo descendente y con el slo propsito de mantener un testigo en la escena para las generaciones venideras. Abraham y Moiss entre los Judos son otros dos Iniciados, Adeptos, quienes tenan que efectuar su tarea entre cierto pueblo, y es en la historia de Abraham que nos encontramos con Melquisades, quien era an ms grande que Abraham, puesto que tena el derecho de conferirle a ste un rango, un privilegio o una bendicin. El mismo captulo de la historia humana que contiene los nombres de Moiss y de Abraham, est iluminado con el de Salomn. Estos tres componen una gran Trada de Adeptos, los anales de cuyos hechos no pueden echarse a un lado como una fantasa ni como faltos de fundamento. Moiss fue instruido por los egipcios y en el pas de Madin; de ambos adquiri considerables conocimientos ocultos, y todo estudiante avanzado de la gran Masonera Universal puede percibir a travs de todos los textos de Moiss, la mano, el plan y la obra de un maestro. Abraham por otra parte conoca todas las artes y mucho de los poderes psquicos que eran practicados en su poca, o de lo contrario l no se hubiera asociado con reyes ni habra sido "el amigo de Dios"; y tan slo la referencia a sus dilogos con el Todopoderoso en relacin con la destruccin de ciudades, demuestra que l fue un Adepto, quien por muy largo tiempo haba transcendido la necesidad del ceremonial u otras ayudas adventicias. Salomn completa esta trada y se destaca en caracteres de fuego. Alrededor suyo se agrupa tal volumen de leyenda y de historias acerca de sus manipulaciones de los poderes elementales y sus facultades mgicas, que uno tendra que condenar todo el mundo de la antigedad como una camarilla de necios creadores de mentiras por pura diversin, si se niega que l fue un gran personaje, un ejemplar maravilloso de la encarnacin de un poderoso Adepto entre los hombres. Nosotros no estamos obligados a aceptar el nombre de Salomn ni a creer que l gobern a los judos; pero s tenemos que admitir el hecho de que en algn lugar, durante los nebulosos tiempos a los cuales se refieren los anales judaicos, un hombre, que era un Adepto, vivi y luch entre los hombres de la tierra, y a quien tiempo despus se le dio el nombre de Salomn Los crticos peripatticos pueden aparentar no ver en la universal y prevaleciente tradicin, sino tan slo la evidencia de su credulidad humana y de su habilidad de imitar, pero el verdadero estudiante de la naturaleza humana y de la vida, sabe que las universales tradiciones son verdicas y surgen de hechos verdicos en la historia del hombre. Dirigiendo nuestra atencin hacia la India, por largo tiempo olvidada e ignorada por el lascivo, egosta, combatiente y comercializado mundo occidental, la encontramos repleta de una gran erudicin referente a estos hombres maravillosos, entre los cuales No, Abraham, Moiss y Salomn, son tan slo ejemplos. Los habitantes de la India estn preparados, por razn de su temperamento y su clima, para ser los conservadores de las joyas filosficas, ticas y psquicas que hubiramos perdido para siempre, si las mismas hubieran sido abandonadas al saqueo de los Godos y de los Vndalos, como lo fueron las naciones occidentales en los tempranos das de sus luchas en pro de la cultura y de la civilizacin. Si los hombres que desenfrenadamente quemaron inmensos montones de tesoros histricos y etnolgicos, encontrados por los esbirros de los soberanos catlicos de Espaa en la Amrica Central y del Sur, hubieran logrado localizar los libros y los documentos escritos en hojas de palma en la India, antes de que el escudo protector de Inglaterra se levantase contra ellos, los hubieran destruido de la misma manera que arruinaron los anales de los Americanos, tal como sus predecesores intentaron hacer con la Biblioteca de Alejandra. Afortunadamente, los sucesos se desarrollaron de otra manera. A travs de la extensa literatura indostnica encontramos docenas de grandes Adeptos, bien conocidos de la gente, que ensearon la misma doctrina - la epopeya del alma humana. Sus nombres no son familiares al odo occidental, pero los testimonios de sus pensamientos, sus obras y sus poderes an viven. Todava ms, en el apacible e inmutable Oriente existen hoy en da por centenares, personas que

saben por su propio conocimiento que la Gran Logia existe an y tiene sus Mahatmas, Adeptos, Iniciados o Hermanos. Y an ms, en ese pas hay tal nmero de hombres expertos en la aplicacin prctica de un poder menor, pero an maravilloso, sobre la naturaleza y sus fuerzas, que tenemos un volumen innegable de evidencia humana para probar nuestra tesis. Y si la Teosofa - la enseanza de esa Gran Logia - es como se dijo cientfica y religiosa, entonces, desde el punto de vista tico tenemos an ms pruebas. Una poderosa Triada actuando con y por medio de los principios ticos, la forman Buda, Confucio y Jess. El primero, un hind, establece una religin que hoy abarca mucho ms proslitos que el Cristianismo, enseando, centurias antes de Jess, la misma tica que ste ense y que haba sido ya promulgada siglos antes de Buda. Jess, que viene a reformar a su pueblo, repite esta tica antigua, y Confucio hace lo mismo en la antigua y honorable China. El Tesofo afirma que todos estos grandes nombres representan miembros de una misma doctrina. Que tales caracteres extraordinarios que aparecen de cuando en cuando dentro de la civilizacin occidental, como San Germn, Jacob Boehm, Cagliostro, Paracelso, Mesmer, el Conde de San Martn y la seora H. P. Blavatsky, fueron agentes encargados de cumplir en el momento propicio el trabajo de la Gran Logia. Es cierto que ellos son generalmente ultrajados y calificados como impostores, aunque nadie puede decir por qu lo son, ya que generalmente ellos confieren beneficios y trazan proyecciones o hacen descubrimientos que resultan de gran valor para la ciencia despus de su muerte. Pero el mismo Jess sera tildado hoy de impostor, si apareciese en una iglesia de la Quinta Avenida de Nueva York reprochando a los profesos cristianos. Paracelso fue el creador de valiosos mtodos y tratamientos mdicos, ahora universalmente adoptados. Mesmer ense el hipnotismo bajo otro nombre. Madame Blavatsky introdujo una vez ms a la atencin de Occidente el sistema ms importante, por mucho tiempo conocido por la Gran Logia, referente al hombre, su naturaleza y su destino. Pero todos ellos por igual son calificados de impostores por gentes que no tienen ninguna filosofa original propia, y cuyas clases mendicantes y criminales exceden en grado de miseria y en nmero a los de cualquier otra civilizacin de la tierra. No ser raro de parte de casi todos los lectores occidentales el maravillarse de que hay seres humanos que pueden saber tanto y poseer tal podero sobre las operaciones de la ley natural, como he atribuido a los Iniciados, ahora conocidos como Mahatmas. En la India, en China y en otras tierras Orientales este hecho no asombrara a nadie, porque all, a pesar de que todo lo concerniente a la civilizacin materialista est ahora en un estado de atraso, jams han perdido la creencia en la naturaleza interior del hombre, y en el poder que l puede ejercer si tal es su voluntad. Por consiguiente, ejemplares vivientes de esos poderes y capacidades jams han estado ausentes de esos pueblos. Pero en Occidente, una civilizacin materialista que ha surgido a base de la negacin de la vida y naturaleza del alma a consecuencia de una reaccin a un dogmatismo ilgico, no ha habido ninguna investigacin sobre estos asuntos y, hasta hace poco, el pblico en general no ha credo en la posibilidad de que un ser humano, excepto un supuesto Dios, poseyese tal podero. Un Mahatma dotado de poderes sobre espacio, tiempo, mente y materia, es ciertamente una posibilidad, precisamente porque l es un hombre perfeccionado. Cada ser humano posee en germen todos los poderes atribuidos a estos grandes Iniciados; la diferencia yace nicamente en el hecho de que, en general, nosotros no hemos desarrollado aquellos que poseemos en germen, mientras que el Mahatma ha pasado a travs de tales disciplinas y experiencias que han ocasionado el desarrollo de todos los poderes humanos ocultos en l, y ha conferido dones que aparecen como divinos a los ojos de sus hermanos menos avanzados. La Telepata, la facultad de leer el pensamiento, y el hipnotismo, conocidos por la Teosofa por mucho tiempo, demuestran la existencia en el hombre, de planos de conciencia, funciones y facultades hasta la fecha no soadas. La lectura del pensamiento y el influir a distancia sobre la mente del sujeto hipnotizado, prueban la existencia de una mente que no est totalmente subordinada al cerebro, y que existe un medio por el cual el pensamiento influyente puede ser transmitido. Basndose en el dominio de la ley, los Iniciados pueden comunicarse entre s a cualquier distancia. La exposicin razonada de esta facultad, an no admitida por las escuelas de hipnotismo, es que si las dos mentes vibran al unsono o pasan al mismo estado, ambas pensarn de igual manera; o en otras palabras, el que ha de percibir a larga distancia, recibe la onda o impresin transmitida por el otro. En la misma forma ocurren los dems poderes o facultades, no importa cun extraordinarios sean. Esos poderes son naturales aunque ahora raros, al igual que una gran habilidad musical es natural aunque no sea un fenmeno comn. Si un Iniciado puede hacer mover un objeto slido sin tocarlo, es porque tiene comprensin de las dos leyes, de atraccin y repulsin, de las cuales la gravedad es slo una de ellas; si l es capaz de precipitar del aire invisible el

carbn que nosotros sabemos se oculta en el mismo, y de convertir ese carbn en frases redactadas sobre el papel, es por medio de su conocimiento de la qumica oculta superior y el ejercicio de una disciplinada y poderosa facultad de imaginacin creadora que cada ser humano posee. Si el Iniciado lee los pensamientos de uno con facilidad, eso es el resultado del uso de los poderes internos y reales de la visin, que no requieren la ayuda de una retina para ver la finisima malla de la imagen que el vibrante cerebro del hombre teje frente a s mismo. Todo lo que el Mahatma puede hacer es natural al hombre perfeccionado; pero si esos poderes an no nos han sido revelados, es porque la raza es todava del todo egosta y an vive para lo presente y lo transitorio. Repito, pues, que aunque la verdadera doctrina desaparece de en medio por un tiempo, la misma est llamada a reaparecer, porque, primeramente, est grabada en el imperecedero centro de la naturaleza del hombre, y segundo, la Logia por siempre la conserva, no solamente en archivos reales u objetivos, sino tambin dentro de los inteligentes y totalmente autoconscientes hombres que despus de atravesar con xito los muchos perodos de evolucin que antecedieron a ste en el cual nos encontramos, no pueden perder los valiosos conocimientos que han adquirido. Y en razn de que los Hermanos Mayores representan el ms elevado producto de la evolucin, por medio de quienes nicamente y en cooperacin con toda la familia humana, la realizacin regular y perfectamente laboriosa de los planes del Gran Arquitecto del Universo puede ser continuada, he credo muy justo hacer referencia a ellos y su Logia Universal, antes de emprender la exposicin de otros aspectos de la materia.

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Essays on Some Controverted Questions. Londres 1891. El Mundo Oculto. Londres 1881. 3 Bhagavad-Gita, Captulo VIII. 4 Bhagavad-Gita, Captulo VII.

CAPITULO II

PRINCIPIOS GENERALES
Las Enseanzas Teosficas actuales tratan principalmente de nuestro planeta, aunque su alcance se extiende a todos los mundos, puesto que ninguna porcin del Universo manifestado queda fuera del sistema nico de leyes que nos gobiernan. Nuestra tierra, siendo uno de los globos del sistema solar, est sin duda relacionada con Venus, Jpiter y otros planetas; pero como la evolucin de la gran familia humana tiene que permanecer eslabonada a su vehculo - la tierra - hasta que todos los componentes de la Raza que estn preparados alcancen la perfeccin, la evolucin de la familia humana es de la mayor importancia para sus miembros. Algunas particularidades relativas a los otros planetas sern expuestas ms adelante. Comenzaremos por dar una idea general de las leyes que gobiernan al Universo. El Universo se desarrolla de lo Desconocido, dentro de lo cual ningn hombre ni inteligencia alguna, por grande que fuese, puede penetrar; dentro de siete planos o siete modos o mtodos en todos los mundos, y esta diferenciacin septenaria causa a su vez la constitucin septenaria de todos los mundos dentro del Universo, as como de los seres que en ellos residen. Como fue enseado desde la antigedad, los mundos pequeos y grandes son las copias del conjunto o el todo, y el insecto ms minsculo as como el ser ms altamente desarrollado, son ambos rplicas en pequeo o en grande del vasto original, que lo incluye todo. De aqu se deriva el proverbio de los antiguos filsofos, "Como es arriba as es abajo". Las divisiones del Universo septenario se pueden describir aproximadamente como: El Absoluto, el Espritu, la Mente, la Materia, la Volicin, el Akasha o Eter, y la Vida. Podemos usar la palabra Espacio en lugar de "El Absoluto", porque el Espacio es lo que siempre es y dentro de lo cual toda manifestacin debe producirse. El trmino Akasha, tomado del Snscrito, se usa en lugar del Eter porque nuestro idioma no ha generado an una palabra adecuada para designar propiamente ese estado tenue o sutil de la materia, el cual es algunas veces llamado Eter por los cientficos modernos. Con respecto al Absoluto, nosotros solamente podemos decir que Es. Ninguno de los grandes instructores de la Escuela atribuye cualidades al Absoluto, aunque todas las cualidades existen en El. Nuestro conocimiento comienza con la diferenciacin, y todos los objetos, seres o poderes manifestados, no son sino diferenciaciones del Gran Desconocido. Lo ms que puede decirse es que lo Absoluto, peridicamente se diferencia a s mismo, y tambin peridicamente retrae dentro de s mismo lo que ha sido diferenciado. La primera diferenciacin - hablando metafsicamente con respecto a tiempo - es el Espritu, con el que aparecen la Materia y la Mente. Akasha es el producto de la Materia y del Espritu; la Voluntad o fenmeno de la Voluntad es la fuerza del Espritu en accin, y la Vida es el resultante de la accin del Akasha impulsado por el Espritu de la Materia. Pero la Materia aqu aludida no es la misma que vulgarmente se conoce bajo ese nombre; se trata de la materia real, que permanece siempre invisible y a la que a veces se le ha llamado Materia Primordial. En el sistema Brahmnico se le denomina Mulaprakriti. La enseanza antigua mantuvo siempre - y hoy lo admite la ciencia - que nosotros solamente vemos o percibimos el fenmeno pero no la esencial naturaleza, cuerpo, o ser de la materia. La Mente es la parte inteligente del Cosmos y en el conjunto de las siete diferenciaciones superficialmente delineadas anteriormente, la Mente es aquello en lo cual el plan del Cosmos est contenido o fijado. Este plan proviene de un perodo anterior de manifestacin, el cual increment el siempre creciente perfeccionamiento, y ningn lmite puede fijarse a sus posibilidades evolutivas de perfeccionamiento, porque las manifestaciones peridicas del Absoluto jams tuvieron un comienzo y nunca tendrn un fin, sino que eternamente continuarn las apariciones y las reabsorciones dentro del seno de lo Desconocido. Dondequiera que se encuentre un mundo, o que un sistema de mundos en evolucin est en desarrollo, el plan ha sido trazado en la mente universal; la fuerza original viene del espritu; lo que sirve de

base es la materia, la cual es de hecho invisible; la vida sostiene todas las formas que requieran vida y el Akasha es el lazo que conecta la materia de una parte, y el espritu-mente de la otra. Cuando un mundo o un sistema de mundos llega al final de ciertos grandes ciclos, se registra un cataclismo en la historia o en la tradicin. Estas tradiciones abundan entre los judos, con su diluvio; entre los babilonios con el suyo; en los papiros egipcios; en la cosmologa hind; y ninguna de ellas es una mera confirmacin de la tradicin judaica, sino que todas ellas sealan una enseanza antigua, como tambin la tenue reminiscencia de las destrucciones y renovaciones peridicas. La historia hebrea no es sino un pequeo fragmento desprendido del pavimento del Templo de la Verdad. As como peridicamente hay cataclismos menores, o destrucciones parciales, de la misma manera la doctrina mantiene que tambin existen la evolucin y la involucin universales. El Gran Aliento surge y retorna eternamente. Cuando El procede a exteriorizarse, cosas, mundos y hombres aparecen; cuando se retira, todo desaparece dentro de la fuente original. Esta es la vigilia y el sueo del Gran Ser, el Da y la Noche de Brahma; el prototipo o modelo de nuestros das de vigilia y noches de sueo como humanos; de nuestra desaparicin de la escena al final de una corta vida humana, y nuestro retorno para emprender nuevamente el trabajo que qued inconcluso, en una nueva vida y un nuevo da. La verdadera edad del mundo ha estado envuelta en dudas por mucho tiempo para los investigadores occidentales, quienes hasta el presente han mostrado una singular renuencia a seguir indicaciones de los anales del mundo Oriental, que es de mayor edad que el mundo Occidental. Sin embargo, los Orientales saben la verdad sobre el asunto. Est admitido que la civilizacin egipcia floreci hace muchos siglos, y puesto que no hay en existencia escuelas egipcias de enseanza antigua para ofender el orgullo moderno, y quizs porque los Judos "salieron de Egipto" para imponer sobre el progreso moderno una mal comprendida tradicin mosaica, las inscripciones cinceladas en las rocas y escritas sobre papiro obtienen un poco ms de crdito hoy que el pensamiento viviente y los anales de los hindes. Porque estos ltimos an viven entre nosotros y no sera dable admitir que una raza pobre y conquistada poseyera conocimientos con respecto a la edad del hombre y del mundo, que la flor de los hombres cultivados, guerreros y conquistadores de Occidente, ignoran por completo. Desde que los frailes ignorantes y los telogos de Asia Menor y de Europa lograron imponer la narracin mosaica del gnesis de la tierra y del hombre sobre la emergente evolucin occidental, los ms sabios de nuestros hombres de ciencia han permanecido atemorizados frente a los aos que han transcurrido desde Adn, o han sido deformados en su pensamiento y percepcin cada vez que han vuelto sus ojos hacia cualquier otra cronologa diferente a la de unas cuantas tribus de los hijos de Jacob. An la noble, antigua y silenciosa pirmide de Giza, vigilada por la Esfinge y el Memnon de piedra, ha sido degradada por Piazzi-Smyth y otros, al pretender ver en ella la prueba de que la pulgada inglesa debe prevalecer y que el "Domingo Continental" contraviene las leyes del Supremo, y sin embargo, en la narracin mosaica, en donde uno esperara encontrar una referencia a tal prueba como la de la pirmide, no podemos hallar ningn indicio de ella y slo es mencionada la construccin, por el Rey Salomn, de un templo acerca del cual jams ha habido una huella. Pero el Tesofo sabe por qu la tradicin hebraica lleg a ser as un aparente atraso en la mente de Occidente; l conoce la relacin entre el Judo y el Egipcio, lo que es y lo que va a ser la resurreccin de los antiguos constructores de la pirmide del Valle del Nilo, en donde han sido escondidos de los ojos profanos, los planos de esos antiguos maestros constructores, hasta que el retorno del ciclo permita su reaparicin. Los judos simplemente conservaron una parte de la sabidura de Egipto, oculta bajo la letra de los libros de Moiss, y all se encuentra an hoy da en lo que ellos llaman la interpretacin cabalstica u oculta de las Escrituras. Pero las almas egipcias que colaboraron en el planeamiento de la pirmide de Giza, que tomaron parte en el gobierno egipcio, en su teologa, su ciencia y su civilizacin, abandonaron su antigua raza; esa raza se extingui y los antiguos egipcios continuaron su tarea en las emergentes razas de Occidente, especialmente en aqullas que estn ahora repoblando el continente americano. Cuando Egipto y la India eran ms jvenes haba un constante intercambio entre ellos. En la opinin del Tesofo, ambas naciones pensaban similarmente, pero el destino dict que de las dos, slo los hindes deban conservar las antiguas ideas entre los pueblos vivientes. Por lo tanto, tomar de los anales Brahmnicos del Indostn la doctrina acerca de los das, las noches y los aos de la vida de Brahma, quien representa el universo y los mundos. Esta doctrina de inmediato trastorna la interpretacin por tan largo tiempo dada a la tradicin mosaica, pero de pleno coincide con la narracin evidente en el Gnesis de otras y previas "creaciones", as como con la interpretacin cabalstica del versculo en el Viejo Testamento acerca de los Reyes de

Edom, quienes ah representan previos perodos de evolucin, anteriores al que comenz con Adn, y tambin coinciden con la creencia sostenida por algunos de los antiguos Padres Cristianos, quienes informaron a sus hermanos acerca de maravillosos mundos y creaciones anteriores. Se dice que el Da de Brahma dura mil aos y que su Noche es de igual duracin. En la Biblia Cristiana hay un verso que dice que: "un da le es al Seor como mil aos, y mil aos, como un da". Esta afirmacin ha sido usada generalmente para glorificar el podero de Jehov, pero tiene una semejanza sospechosa con la ms antigua doctrina sobre la duracin del da y la noche de Brahma. Ello sera de mayor valor si se le interpretara como una declaracin relativa a la aparicin peridica de los grandes Das y Noches, de igual duracin, del universo de mundos manifestados. Un da de los mortales se calcula por el sol y consta slo de doce horas de duracin. En Mercurio sera diferente, y en Saturno o Urano tardara aun ms. Pero un da de Brahma se compone de lo que ha sido denominado Manvntara - o perodo entre dos humanidades - catorce en nmero. Estos Manvntaras comprenden cuatro billones y trescientos veinte millones de aos solares o terrestres y equivalen a un da de Brahma. Cuando se inaugura este da, la evolucin csmica, en lo que a este sistema solar concierne, comienza, y se toma de uno a dos billones de aos en desarrollar la etrea materia primordial, antes de que los reinos astrales del mineral, el vegetal, el animal y el humano sean posibles. Este segundo intervalo toma unos trescientos millones de aos y, an entonces, procedimientos ms materiales marchan hacia adelante hasta efectuar la produccin de los reinos tangibles de la naturaleza incluyendo al hombre. Esto abarca ms de un billn y medio de aos. El nmero de aos solares incluidos en el presente perodo "humano" es de ms de dieciocho millones. Esto es precisamente lo que Herbert Spencer designa como el gradual advenimiento de lo conocido y heterogneo desde lo desconocido y homogneo. Porque los antiguos filsofos egipcios e hindustas nunca admitieron una creacin salida de la nada, sino que enrgicamente insistieron siempre en el hecho de la evolucin por etapas graduales, de lo heterogneo y lo diferenciado siempre procedente de lo homogneo y lo no diferenciado. Ninguna mente puede comprender qu es lo Desconocido, Infinito y Absoluto; esto es, que no tiene comienzo y que no tendr fin; que es a la vez el ltimo y el primero, porque, ya sea diferenciado o reabsorbido en S mismo, Ello siempre Es. Este es el Dios a que se refiere la Biblia Cristiana, como el Dios alrededor de cuyo pabelln reinan las sombras. Esta cronologa csmica y humana de los Hindes es ridiculizada por los orientalistas occidentales, aunque ellos no pueden proveer nada mejor y continuamente estn en desacuerdo sobre este mismo tema. En la traduccin literaria del Vishnu Purana, de Wilson, ste lo califica de ficcin sin fundamento, y de ostentacin infantil. Pero los Francmasones, aunque inactivos sobre este asunto, deberan saber algo ms sobre eso. Ellos podran encontrar en la narracin de la construccin del templo de Salomn, con materiales heterogneos trados de todas partes, y en su ereccin sin que se oyera el ruido de una herramienta, un acuerdo con esas ideas de sus hermanos egipcios e hindes, pues el Templo de Salomn simboliza al hombre, cuya estructura es construida, perfeccionada y decorada en silencio y sin que se haga el menos ruido, pero los materiales tuvieron que ser encontrados, acumulados y moldeados en lugares diversos y distantes. Estos son los perodos a que nos referimos anteriormente, muy distantes y muy silenciosos. El hombre no poda tener un templo corporal en el cual residir, hasta que toda la materia en su mundo y a su alrededor no hubiera sido encontrada por el Maestro, que es el hombre interno; y cuando esa materia fue encontrada, los planos para construir el templo requirieron ser elaborados, teniendo despus que ser llevados a cabo con minuciosos detalles, hasta que todas las partes estuviesen perfectamente disponibles y ajustadas para incorporarlas a la estructura final. As pues, en el vasto intervalo de tiempo que comenz despus que la primera casi intangible materia haba sido recolectada y amasada, los reinos mineral y vegetal tuvieron sobre la tierra absoluta posesin aqu, con el Maestro - el hombre - quien estaba oculto, invisible en el interior llevando hacia adelante los planes para la fundacin del templo humano. Todo esto requiere muchsimas edades, puesto que sabemos que la naturaleza jams avanza a saltos. Despus que el trabajo rudimentario fue terminado y el templo humano erigido, muchas ms edades seran necesarias para que los servidores, sacerdotes y consejeros aprendiesen perfectamente sus funciones, con el fin de que el hombre, el Maestro, pudiera ser capaz de usar el templo para sus mejores y ms elevados propsitos. La doctrina antigua del origen es mucho ms noble que la doctrina religiosa Cristiana, o la de la escuela puramente cientfica. Los religiosos ofrecen una teora que est en conflicto con la razn y con los hechos, mientras que la ciencia no puede dar a los hechos que observa ninguna razn noble o

enaltecedora. Slo la Teosofa, englobando todos los sistemas y todas las experiencias, da la llave, el plan, la doctrina y la verdad. La Teosofa afirma que la edad verdica del mundo es casi incalculable y que la del hombre en su desarrollo actual es de ms de dieciocho millones de aos. Pero lo que al final ha venido a convertirse en el hombre es de una edad vastamente mayor, porque antes de la aparicin de los dos sexos, tales como existen actualmente, la criatura humana tena algunas veces una forma y otras veces otra, hasta que el plan entero, completamente procesado, produjo nuestra presente forma, funcin y capacidad. Sobre esto se encuentra una referencia en los antiguos libros, escrita para el profano, en donde se dice que el hombre fue en una poca de forma globular. Esto ocurri en una poca en que las condiciones favorecan tal forma y, desde luego, de eso hace ms de dieciocho millones de aos. Cuando esta forma globular era la norma, los sexos (tal como los conocemos) no se haban diferenciado an y por lo tanto no haba sino un solo sexo, o si se prefiere, ningn sexo. Durante todas estas pocas, antes de que el hombre viniera a ser lo que es, la evolucin iba llevando a cabo el trabajo de perfeccionar diversos poderes o facultades que hoy estn en nuestra posesin. Esto fue realizado por el Ego o el hombre verdadero, pasando a travs de diversas condiciones de materia, todas diferentes las unas de las otras, y el mismo plan general era y es seguido segn prevalece con respecto a la evolucin general del Universo, a la cual se hizo alusin anteriormente. Esto quiere decir que los detalles fueron primeramente elaborados en esferas de existencia muy etreas, en realidad metafsicas. El paso siguiente consisti en traer estos mismos detalles a ser procesados en un plano de materia un poco ms denso, hasta que por ltimo se pudo efectuar en nuestro plano actual lo que llamamos impropiamente materia bruta. En estos estados anteriores los sentidos existan ms bien en germen o en idea, hasta que el plano astral, que es el ms prximo a nuestro plano, fue alcanzado, y entonces los sentidos se concentraron hasta convertirse en los sentidos actuales que empleamos ahora por medio de los diferentes rganos externos. Estos rganos exteriores de la vista, el tacto, el odo y el gusto, son muy a menudo errneamente tomados por el ignorante o el insensato por los verdaderos rganos y sentidos; pero aqul que se detenga y piense, tendr que reconocer que los rganos exteriores no son sino los intermediarios entre el universo visible y el verdadero Percibidor interior. Todos estos diversos poderes y potencialidades, al ser finalmente elaborados en este lento pero infalible proceso, al fin introducen en la escena al hombre como un ser septenario, as como tambin el universo y la tierra misma son septenarios. Cada uno de los siete principios del hombre se deriva de una de las siete originales grandes divisiones, y cada uno se relaciona con un planeta o escena de evolucin y con una raza en la cual esa evolucin fue desarrollada. As pues, es importante que la primera diferenciacin septenaria se tenga presente, puesto que sta es la base de todo lo que sigue. As como la evolucin universal es septenaria, la evolucin de la humanidad es septenaria en su constitucin y se lleva a cabo sobre una Tierra tambin septenaria. A esto se le denomina en la literatura teosfica la Cadena Planetaria Sptuple, y est ntimamente conectada con la evolucin particular del Hombre.

CAPITULO III

LA CADENA TERRESTRE
Refirindonos ahora a nuestra Tierra, el panorama presentado por la Teosofa acerca de su gnesis, su evolucin y la evolucin de las Mnadas Humanas, animales, y otras, es bien diferente a las ideas modernas y en ciertas cosas contrario a teoras que prevalecen. Pero las teoras de hoy no son estables. Estas van cambiando don cada siglo, mientras que la doctrina Teosfica nunca es alterada, porque en la opinin de esos Hermanos Mayores, que la han promulgado de nuevo y han sealado su verificacin en los textos antiguos, la Teosofa no es sino una exposicin de hechos en la naturaleza. La teora moderna es, por el contrario, siempre especulativa, cambiante y constantemente modificada. Continuando el plan general trazado en las pginas anteriores, la Tierra es septenaria. La Tierra es una entidad y no una simple masa de materia bruta. Y siendo por consiguiente una entidad de una naturaleza septenaria, deben existir otros seis globos que ruedan con ella en el espacio. Este grupo de siete globos ha sido denominado la "Cadena Terrestre", la "Cadena Planetaria". En la obra "Buddhismo Esotrico" esto est claramente expresado, pero en ese libro se da una interpretacin ms bien materialista, que lleva al lector a pensar que la doctrina habla de siete globos distintos, todos separados aunque conectados los unos a los otros. Uno se ve forzado a sacar en conclusin que el autor quiso decir que el globo Tierra es tan distinto de los otros seis como Venus es de Marte. Esta no es la doctrina. La Tierra es uno de los siete globos con respecto a la conciencia del hombre solamente, porque cuando el hombre funciona en uno de los siete, l lo percibe como un globo distinto sin alcanzar a ver los otros seis. Esto est en perfecta correspondencia con el hombre mismo, quien posee otros seis constituyentes, de los cuales solamente el cuerpo fsico es visible porque se encuentra ahora funcionando sobre la Tierra, o sea, el cuarto globo, y su cuerpo comprende y representa a la Tierra. Los siete "globos" constituyen una sola masa o un gran globo y todos ellos se interpenetran los unos con los otros; y tenemos que decir "globo", porque la forma ltima es globular o esfrica. Si uno confa ciegamente en la interpretacin dada por Mr. Sinnett, entonces se podra suponer que los globos no se interpenetran entre s, sino que estn enlazados por corrientes o lneas de fuerza magntica. Tambin, si se presta demasiada atencin a los diagramas usados en la "Doctrina Secreta" para ilustrar el sistema, sin prestar la debida atencin a las explicaciones y precauciones dadas por H. P. Blavatsky, puede incurrirse en el mismo error. Pero tanto ella como sus instructores Adeptos han dicho que los siete globos de nuestra cadena estn en "co-unin" entre s, pero no en consubstancialidad 1. Esto est adems reiterado por precauciones de no confiar en las estadsticas o en los diagramas de superficie plana, sino ms bien contemplar el aspecto metafsico y espiritual de la doctrina segn ha sido expresada en ingls. As, pues, de la misma fuente de donde proviene el libro del seor Sinnett, nosotros tenemos la aseveracin de que estos globos estn unidos en una sola masa aunque difieran los unos de los otros en substancia, y que esa diferencia de substancia se debe a un cambio del centro de conciencia. La Cadena Terrestre de siete globos, segn se ha explicado, es la reencarnacin directa de una cadena anterior de siete globos, y esa familia anterior de siete globos fue la Cadena Lunar, siendo la Luna misma el representante visible del cuarto globo de la vieja cadena. Cuando esa vasta entidad anterior compuesta de la Luna y de otros seis globos ms, todos unidos en una masa, llegaron al lmite final de su vida, esta cadena lunar muri lo mismo que mueren todos los seres. Cada uno de los siete globos lanz sus energas al espacio, impartiendo al polvo csmico - materia - una vida o vibracin similar, y la fuerza cohesiva del conjunto total mantuvo ligadas las siete energas. Esto dio por resultado el desarrollo de la actual Cadena Terrestre, compuesta de siete centros de energa o de evolucin, consolidados en una sola masa. Como la Luna fue el cuarto globo - fsico - de la serie antigua, se encuentra en el mismo plano de percepcin que la Tierra, y como nosotros estamos ahora confinados en nuestra conciencia mayormente a la Tierra no podemos ver sino nicamente uno de los siete globos anteriores, o sea, nuestra Luna o cuarto globo de la Cadena Lunar. Cuando nosotros funcionamos en cualquiera de nuestros siete globos, veremos en nuestro cielo el correspondiente viejo cadver del globo, el cual ser siempre una Luna, pero no

estaremos viendo ms la Luna actual. Venus, Marte, Mercurio y los otros planetas visibles, son todos globos del cuarto plano de distintas masas planetarias, y por esa razn son visibles a nuestros ojos, mientras que los otros seis centros de energa y de conciencia que los acompaan nos son invisibles. Todos los diagramas sobre superficies planas solamente obscurecern la teora, porque desgraciadamente un diagrama necesita divisiones lineales. La corriente o masa de Egos que evoluciona sobre los siete globos de nuestra cadena es limitada en nmero; sin embargo, la cantidad es enorme, porque aunque el universo es ilimitado e infinito, an as, en cualquier porcin particular del Cosmos, en donde la manifestacin y la evolucin han comenzado, hay un lmite para la extensin de la manifestacin, y para el nmero de Egos comprometidos en la misma, y el nmero total de Mnadas que ahora marchan a travs de la evolucin en nuestra Cadena Terrestre, vino de los siete planetas o globos antiguos que ya he descrito. En el Budismo Esotrico a esta masa de Egos se la denomina una "oleada de vida", que significa la corriente de Mnadas. Esos Egos alcanzaron esta masa planetaria, representada a nuestra percepcin por el foco central: Nuestra Tierra, y comenz su evolucin por el Globo A o No. 1, descendiendo como un ejrcito o un ro. El primer contingente comenz sobre el Globo A y pas all a travs de una larga evolucin, con cuerpos apropiados a tal estado de materia; entonces pas al Globo B, y as sucesivamente, a travs de todos los siete grandes estados de conciencia a los cuales se ha llamado globos. Cuando el primer contingente dej el Globo A, otros prosiguieron en surgimiento al mismo curso, avanzando el ejrcito entero con regularidad a lo largo de la ruta septenaria. Esta jornada prosigui durante cuatro revoluciones alrededor del todo; para entonces, el contingente completo o corriente de Egos haba llegado de la antigua Cadena Lunar, y estando ya completa, ningn Ego ms pudo entrar despus de la mitad de la cuarta ronda. Todas estas clases que arribaron en perodos diferentes, continan el mismo proceso circular hasta que completen siete Rondas a travs de los siete centros planetarios de conciencia; cuando las siete sean terminadas, habr sido adquirida tanta perfeccin como la que es posible en ese inmenso perodo de evolucin, y entonces esta Cadena o masa septenaria de "globos" morir en su oportunidad para dar nacimiento a otras series de Cadenas. Cada uno de estos globos es usado por la ley evolutiva para el desarrollo de Siete Razas y de los sentidos, facultades y poderes propios a ese estado de materia: la experiencia de los siete globos es necesaria para alcanzar un desarrollo perfecto. Esta es la razn por la que tenemos las Rondas y las Razas. La Ronda es un recorrido a travs de los siete centros de conciencia planetaria; la raza es determinada por la aparicin de caracteres permanentes en los grupos de Egos evolucionantes en cada uno de esos siete centros. Hay siete razas para cada globo, pero finalmente el total de cuarentinueve razas slo suman siete Grandes Razas. La particular septena de razas sobre cada globo o centro planetario, no forma en realidad sino una raza de siete constituyentes o peculiaridades especiales en cuanto a facultades y poderes. Y como ninguna raza completa podra evolucionar en un instante sobre ninguno de los globos, los lentos y ordenados procesos de la naturaleza, que no permiten saltos, deben proceder por medios apropiados. Por lo tanto, las sub-razas tienen que ser desarrolladas una despus de otra antes de que la Raza-raz perfecta sea formada, y entonces esa Raza-raz proyecta sus vstagos mientras est en el proceso de declinacin, preparndose para el advenimiento de la futura gran-raza. Para ilustrar esta tesis se ha enseado claramente que en estas Amricas evolucionar la nueva sexta - raza; y aqu todas las razas de la tierra estn actualmente ocupadas en un gran proceso de amalgamacin, de lo cual resultar una sub-raza altamente desarrollada, despus de la cual otras razas sern desarrolladas por procesos similares, hasta que la nueva raza est completa. Entre el fin de una gran raza y el comienzo de otra, hay un perodo de reposo en lo que al globo concierne, porque entonces la corriente de Egos hermanos parte para otro globo de la cadena, con el fin de seguir adelante con la evolucin de otros poderes y de otras facultades. Pero cuando la ltima, la sptima raza ha aparecido y se ha perfeccionado plenamente, una gran disolucin sobreviene, similar a la que se ha descrito brevemente, como la que antecedi al nacimiento de la Cadena Terrestre, y entonces el mundo desaparece como una cosa tangible, y en lo que al odo humano concierne all reina slo el silencio. Se dice que ste es el origen de la creencia tan comn de que el mundo llegar a un final, que tambin habr el da del juicio, o que han habido diluvios o conflagraciones universales. Al considerar la evolucin en la Tierra, se ha dicho que la corriente de Mnadas comienza primeramente a trabajar o laborar la masa total de materia que se encuentra en el llamado estado elemental cuando todo es gaseoso o gneo; porque la antigua y verdadera teora es que ninguna evolucin es posible sin la Mnada como agente vivificador. En esta primera etapa no existe todava lo animal, ni lo

vegetal. Entonces aparece el mineral, cuando la masa completa endurece, siendo las Mnadas aprisionadas dentro de la misma. Luego, las primeras Mnadas emergen dentro de la forma vegetal, que ellas mismas construyen. El reino animal an no ha aparecido. Despus, la primera clase de Mnadas emerge del vegetal y produce el animal, luego el modelo humano, astral e indefinido, y ya entonces tenemos los minerales, los vegetales, los animales y los futuros hombres, pues la segunda y subsecuentes clases estn an desarrollndose en los reinos inferiores. Cuando llega la mitad de la Cuarta Ronda, no entran ms Mnadas en el escenario humano, ni entrarn ms hasta que una nueva masa planetaria, reencarnada de la nuestra, entre en manifestacin. Este es el proceso completo superficialmente expuesto, excluyendo muchos detalles, ya que en una de las Rondas el hombre aparece antes que los animales. Pero este detalle no debe llevarnos a confusin alguna. Expresndolo en otras palabras, el plan aparece primeramente en la mente universal, despus de lo cual el modelo o base astral es formado, y cuando ese modelo astral queda terminado, el proceso entero se repite con el fin de condensar la materia hasta la mitad de la Cuarta Ronda. Subsecuente a eso, lo cual ser nuestro porvenir, la masa entera se espiritualiza, dotada de plena conciencia y todo el grupo de globos es elevado a un plano superior de desarrollo. En el proceso de condensacin anteriormente citado, hay un cambio con respecto al momento de la aparicin del hombre sobre el planeta. Pero con respecto a estos detalles, los Maestros slo han dicho "que en la Segunda Ronda el plan vara, pero que la variacin no se le dar a conocer a esta generacin". Por lo tanto, a m no me es posible darla, pero no hay ambigedad sobre el hecho de que siete grandes razas tienen que desarrollarse aqu sobre este planeta y que la coleccin entera de las razas tiene que cursar siete veces alrededor de la serie completa de los siete globos. Los seres humanos no aparecieron primeramente sobre la tierra separados en dos sexos. Los primeros fueron asexuales, luego fueron transformados en hermafroditas y finalmente se separaron en macho y hembra. Esta separacin de los seres humanos en femenino y masculino tuvo lugar hace ms de dieciocho millones de aos. Por esa razn, en las antiguas escuelas se asign a nuestra humanidad la edad de dieciocho millones de aos, y un poco ms.

Doctrina Secreta, Vol I, Pg. 166. Primera edicin.

CAPITULO IV

LA CONSTITUCION SEPTENARIA DEL HOMBRE


Con respecto a la naturaleza del hombre, en los crculos religiosos Cristianos nos encontramos dos ideas prevalecientes: una es la enseanza y la otra es su comn aceptacin. La primera ciertamente no es ningn secreto dentro de la Iglesia, pero es tan raramente divulgada a los laicos que parece ser casi un arcano para las muchedumbres. La gran mayora de las personas creen tener un alma y un cuerpo y ah terminan sus pesquisas. Lo que en realidad el alma es y si sta es o no la persona verdadera, o si tiene poderes propios, no es algo que se investiga; los predicadores generalmente se limitan a tratar sobre su salvacin o condenacin. Y al hablar as del alma, como si fuera una cosa diferente de uno mismo, la gente ha adquirido una idea subyacente de que ellos no son almas, ya que pueden perder tal alma. De esto ha devenido una tendencia hacia el materialismo, que induce a los hombres a prestar mayor atencin al cuerpo que al alma, siendo esta ltima abandonada a la tierna misericordia de los sacerdotes; y entre los disidentes, el cuidado del alma es muy frecuentemente diferido hasta el da de la muerte. Pero cuando la verdadera doctrina se comprende se podr ver que el cuidado del alma, que es el Yo impersonal o superior, es un asunto vital que requiere atencin de da a da y que no puede ser diferido sin causar un penoso dao al hombre completo: cuerpo y alma. La enseanza Cristiana, sustentada por San Pablo, puesto que en l descansa en efecto el Cristianismo dogmtico, es que el hombre est compuesto de cuerpo, alma y espritu. Esta es la constitucin trina del hombre en la que creen los telogos, pero ocultada en el trasfondo porque su investigacin podra resultar en la readopcin de puntos de vista considerados como ortodoxos en el pasado, pero que ahora son herticos; porque cuando colocamos el alma entre el espritu y el cuerpo, estamos muy prximos a la necesidad de examinar el problema de la responsabilidad de esa alma, ya que el cuerpo mismo no puede tener ninguna responsabilidad. Y con el fin de hacer responsable al alma de los actos cometidos, debemos asumir que el alma posee poderes y facultades. A partir de esto, es fcil tomar la actitud de que el alma puede ser racional o irracional, igual que pensaron los griegos algunas veces, y entonces ya no queda sino un paso para subsecuentes proposiciones teosficas. Esta concepcin trptica de la naturaleza del hombre contiene, en efecto, la enseanza Teosfica de la constitucin septenaria, porque las otras cuatro divisiones que faltan en la clasificacin, se pueden encontrar en los poderes y facultades del cuerpo y del alma, segn procurar demostrar ms adelante. Esta conviccin, de que el hombre es de constitucin septenaria y no simplemente una dualidad, fue sostenida desde hace largo tiempo y claramente inculcada a cada individuo en el pasado con las correspondientes demostraciones; pero lo mismo que otras doctrinas filosficas, esta conviccin se perdi de vista, pues fue gradualmente retirada en la poca en que la moral degeneraba en la Europa Oriental, antes de que el materialismo hubiera adquirido completa preponderancia en unin del escepticismo, su hermano gemelo. A su retiro, qued dentro del Cristianismo la actual doctrina de cuerpo, alma y espritu. La razn de tal encubrimiento y de su rejuvenecimiento en este siglo, est muy bien expresada por la seora H. P. Blavatsky en su Doctrina Secreta. En respuesta a la declaracin "no podemos comprender cmo el ms mnimo peligro pudiera surgir de la revelacin de una doctrina tan puramente filosfica como la de la evolucin de la cadena planetaria", ella dice: El peligro era ste: Tales doctrinas, como la de la cadena planetaria y de las siete razas, de inmediato dan una pauta de la naturaleza septenaria del hombre, porque cada principio est correlacionado con un plano, un planeta y una raza, y los principios humanos estn en cada plano en correlacin con las sptuples fuerzas ocultas; esas fuerzas de los planos superiores poseen un poder oculto formidable, el abuso del cual causara a la humanidad males incalculables. Esta es una pista que quizs no sea tomada como tal por la generacin actual, especialmente los occidentales, protegidos como estn por su misma ceguera y su incredulidad ignorante y materialista, pero una pista que no obstante, sera muy verdica en los primeros siglos de la era cristiana, para pueblos plenamente convencidos de la realidad del ocultismo y entrando en un ciclo de degradacin que los preparaba para el abuso de los poderes ocultos, y una hechicera de la peor descripcin.

El seor A. P. Sinnett, en un tiempo funcionario del gobierno de la India 1, fue el primero en bosquejar en esta poca la verdadera naturaleza y constitucin del hombre en su libro "El Budismo Esotrico", el cual fue recopilado de informaciones transmitidas a l por H. P. Blavatsky directamente desde la Gran Logia de Iniciados a la que ya se ha hecho referencia. Y as, al presentar la antigua doctrina ante la civilizacin occidental, l le confiri un gran beneficio a su generacin y ayud considerablemente a la causa de la Teosofa. Esa clasificacin fue: 1) Cuerpo Fsico, o 2) Vitalidad, o 3) Cuerpo Astral, o 4) Alma Animal, o 5) Alma Humana, o 6) Alma Espiritual, o 7) Espritu, o Rupa Prana-Jiva Linga-Sarira Kama-Rupa Manas Kama-Rupa Atma

Las palabras en letra bastardilla, en el idioma Snscrito, son los equivalentes de los trminos adoptados en ingls por l. Esta clasificacin contina en pie en nuestros das para todos los usos prcticos, pero es susceptible de modificacin y extensin. Por ejemplo, una modificacin ulterior, que coloca el cuerpo astral en segundo lugar en vez del tercero, no altera substancialmente la clasificacin. Esta clasificacin da inmediatamente una idea de lo que es el hombre, que es muy distinta a la vaga descripcin expresada con las palabras "cuerpo y alma", y tambin reta audazmente el concepto materialista de que la mente es el producto del cerebro, o sea, una parte del cuerpo. No se tiene la pretensin de que estos principios fueran desconocidos hasta ahora, porque han sido conocidos de diferentes maneras, no solamente por los hindes sino tambin por muchos europeos; sin embargo, la simple presentacin de la constitucin sptuple del hombre, en combinacin ntima con la constitucin septenaria de una cadena de globos a travs de la cual el ser evoluciona, no haba sido dada. El abate francs Eliphas Levi, escribi sobre el reino astral y el cuerpo astral, pero evidentemente no tena conocimientos del resto de la doctrina, y an cuando los hindes posean los otros trminos en su idioma y filosofa, no usaban una clasificacin septenaria, sino que dependan mayormente de una clasificacin cudruple y sin duda ocultaban (si es que tenan conocimiento de ello) la doctrina acerca de una cadena de siete globos, incluyendo la tierra. Por cierto, un hind erudito, Subba Row, ya fallecido, afirmaba que ellos saban de una clasificacin septenaria, pero que tal clasificacin no haba sido ni sera divulgada. Considerando estos constituyentes del hombre desde otro punto de vista, nosotros diramos que el hombre inferior es un ser compuesto, pero en su naturaleza real es una unidad o un ser inmortal, incluyendo una trinidad compuesta de Espritu, Discernimiento y Mente, la cual requiere cuatro instrumentos inferiores y mortales para poder trabajar en la materia y obtener la experiencia que la naturaleza confiere. A esta Trinidad se le denomina Atma-Buddhi-Manas en el idioma Snscrito, trminos difciles de traducir al castellano. Atma es el Espritu; Buddhi, es la facultad ms elevada del intelecto, aquello que discierne y juzga; Manas, es la mente. Esta triple combinacin es el hombre real, y sin duda alguna esta doctrina es el origen de la enseanza teolgica acerca de la Trinidad del Padre, el Hijo y el Espritu Santo. Los cuatro instrumentos o vehculos inferiores se bosquejan a continuacin: At ma, Buddhi, Manas, Pasiones Deseos, Principio de Cuerpo Cuerpo Fsico y Vida, Astral,

Estos cuatro constituyentes inferiores y materiales son transitorios y por su naturaleza estn sujetos de por s a ser desintegrados, as como tambin a separarse los unos de los otros. Cuando llega la hora de comenzar su separacin, la combinacin de los cuatro no puede mantenerse por ms tiempo, el cuerpo fsico muere, los tomos que componen cada uno de los cuatro comienzan a separarse unos de otros, y la combinacin completa, al ser desarticulada, ya no es capaz de servir de instrumento al hombre verdadero. Esto es lo que entre nosotros los mortales se denomina "muerte"; pero no es muerte para el hombre real,

porque ste es imperecedero, persistente, inmortal. El es, por esta razn, llamado la Triada o la Trinidad indestructible, mientras que los otros instrumentos son conocidos como el Cuaternario, o los Cuatro Mortales. Este cuaternario u hombre inferior es un producto de la substancia y de las leyes csmicas o fsicas, y ha sido desarrollado durante el transcurso de las edades partiendo de la substancia csmica, lo mismo que cualquier otro objeto fsico, y por consiguiente est sujeto a las leyes fsicas, fisiolgicas y psquicas que gobiernan el conjunto de la raza humana. Por lo tanto, su posible perodo de duracin puede ser calculado lo mismo que un ingeniero puede calcular el esfuerzo de tensin de los metales usados en la construccin de puentes. Cualquier agregado en la forma humana, integrada por estos constituyentes, est por lo tanto limitado en duracin por las leyes del perodo evolutivo durante el cual existen. Hoy en da es generalmente de unos setenta a cien aos, pero su posible duracin es ms larga. As, en la historia hay casos de personas ordinarias que han vivido hasta la edad de doscientos aos; y por medio de un conocimiento de las leyes ocultas de la naturaleza, el lmite posible de duracin puede ser extendido a cuatrocientos aos aproximadamente. El hombre fsico visible se compone de: Cerebro, Nervios, Sangre, Huesos, Linfa, Msculos, Organos de Sensacin y Accin, y piel Astral, deseos,

El hombre Cuerpo fsico Pasiones y invisible se El Principio de Vida (llamado prana o jiva) compone de:

Por esto se notar que la parte fsica de nuestra naturaleza se extiende a una segunda divisin, que aunque invisible a los ojos externos, es sin embargo material y est sujeta a la desintegracin. Por razn de que la gente en general ha estado acostumbrada a admitir como real solamente lo que puede ver con los ojos fsicos, la generalidad de los hombres ha llegado por ltimo a suponer que lo invisible no es ni real ni material. Pero ellos se olvidan de que an sobre el plano terrestre hay gases nocivos que son invisibles aunque reales y poderosamente materiales, o de que el agua puede existir en forma invisible suspendida en el aire, hasta que las condiciones atmosfricas la alteran y causan su precipitacin. Recapitulemos, pues, antes de entrar en detalles. El Hombre Real es la Trinidad de Atma-BuddhiManas, o Espritu, Alma y Mente, y emplea ciertos agentes e instrumentos para ponerse en contacto con la naturaleza, a fin de conocerse a s mismo. Estos instrumentos y estos agentes se encuentran en los Cuatro constituyentes inferiores, o Cuaternario. Cada uno de los principios es en s mismo un centro de percepcin para la particular experiencia que corresponde a su propio campo de accin, siendo el cuerpo fsico el ms inferior, el menos importante y el ms transitorio de toda la serie. Porque cuando nosotros llegamos al cuerpo, procediendo de la Mente Superior, puede demostrarse que los rganos de aqul, privados del hombre interior, son en s mismos insensibles e intiles. La vista, el odo, el tacto, el gusto y el olfato no pertenecen al cuerpo, sino al segundo e invisible hombre fsico. Los verdaderos rganos que sirven para el ejercicio de esas facultades se encuentran en el Cuerpo Astral, y esos rganos en el cuerpo fsico no son sino los instrumentos mecnicos exteriores de coordinacin entre la naturaleza y los verdaderos rganos interiores. 1 El seor Sinnet fue el editor del Pioneer de Allahabad, el rgano oficial del Gobierno de la India.

CAPITULO V

CUERPO FISICO Y CUERPO ASTRAL


El cuerpo, considerado como un conjunto de carne, huesos, msculos, nervios, sustancia cerebral, bilis, mucosidades, sangre y piel, es objeto de un cuidado exclusivo para un excesivo nmero de personas, quienes hacen de l un dios porque han llegado a identificarse a s mismos con l, refirindose nicamente al cuerpo cuando dicen "yo". Cuando es abandonado, el cuerpo queda exento de sensacin y en tal caso acta nicamente por accin refleja e impulso automtico. Esto lo observamos durante el sueo, porque entonces el cuerpo asume actitudes y efecta movimientos sin el consentimiento del hombre despierto. El cuerpo se asemeja a nuestra madre tierra, en que est formado por un nmero de "vidas" infinitesimales. Cada una de estas vidas es un punto de sensitividad. No hay all tan slo microbios, bacilos y bacterias, sino que stas estn compuestas de otras vidas y sas de otras an ms diminutas. Estas vidas no son las clulas del cuerpo, sino que forman dichas clulas, mantenindose siempre dentro de los lmites asignados a la clula por la evolucin. Estas vidas estn siempre en rotacin y movindose conjuntamente por todo el cuerpo, encontrndose tanto en espacios aparentemente vacos, como tambin en donde se ve carne, membranas, huesos y sangre. Se extienden igualmente hasta una distancia determinada, ms all de los lmites exteriores actuales del cuerpo. Uno de los misterios de la vida fsica yace oculto entre esas "vidas". Su accin, impelida por la Energa Vital - denominada Prana o Jiva - explicar la existencia activa y la muerte fsica. Esas vidas estn divididas en dos clases: una, los destructores, la otra, los preservadores, y estas dos luchan entre s desde el nacimiento hasta el triunfo de los destructores. En esta lucha la Energa Vital misma pone fin al conflicto, porque la vida es la que mata. Esto puede parecer heterodoxo, pero en la filosofa Teosfica se le considera como un hecho. Porque segn se dice, el infante vive porque la combinacin de sus rganos perfectamente sanos es capaz de absorber la vida en que est sumergido y que le rodea en el espacio, y es llevado al sueo cada noche por la abrumadora fuerza de la corriente de vida, puesto que los preservadores entre las clulas del cuerpo juvenil no estn an dominados por los destructores. Estos procesos del sueo y de la vigilia, son simple y nicamente el restablecimiento del equilibrio durante el sueo y la accin producida por la ruptura de tal equilibrio cuando se est despierto. Esto puede ser comparado con la luz del arco voltaico, en que el arco radiante de luz al punto de resistencia es el smbolo del hombre activo y en vela. As, en el sueo nosotros continuamos absorbiendo y no resistiendo la Energa Vital; cuando estamos despiertos estamos expeliendo esa energa, pero existiendo la Energa Vital a nuestro alrededor como un ocano en el cual nadamos, nuestro poder para expelerla es necesariamente limitado. En el momento en que despertamos estamos en equilibrio en lo que toca a nuestros rganos y a la vida; cuando nos quedamos dormidos estamos an ms llenos de vida de lo que estbamos al despertar en la maana; la Energa Vital nos ha agotado; ella finalmente mata al cuerpo. Tal contienda no podra ser sostenida por siempre, puesto que el peso de la vida de todo el sistema solar est en oposicin directa al poder de resistencia enmarcado en una pequea forma humana. Los Maestros de Sabidura consideran que el cuerpo es el ms transitorio, inestable e ilusorio de toda la serie de constituyentes del hombre. El cuerpo no permanece igual ni por un instante. En perpetua transformacin, en continuo movimiento por todas partes, el cuerpo, aunque tangible, no est nunca en realidad terminado o concluido. Los antiguos percibieron esto perfectamente, porque elaboraron una doctrina denominada Nitya Pralaya, o el continuo cambio de las cosas materiales: la continua destruccin. Esto es conocido ahora por la ciencia en su doctrina del metabolismo y de que el cuerpo sufre una completa alteracin y renovacin cada siete aos. Al concluir los primeros siete aos, el cuerpo no es el mismo que fue al nacer. Al final de nuestros das el cuerpo ha cambiado siete o quizs ms veces y sin embargo presenta la misma apariencia general y fisonmica desde la madurez hasta la muerte, as como tambin permanece en una misma forma humana desde el nacimiento hasta la madurez. Este es un misterio que la ciencia no puede explicar; es un asunto atinente a las clulas y a los medios por los cuales la forma humana en general se conserva.

La "clula" es una ilusin; no es sino una mera palabra y no tiene existencia como una cosa material, porque cada clula se compone de otras partes. Qu es entonces una clula? La clula es la forma ideal dentro de la cual los actuales tomos fsicos - formados de "vidas" - se organizan entre s. Ya que se ha admitido que las molculas fsicas estn constantemente abandonando el cuerpo, las mismas han de estar abandonando las clulas a cada instante. Por lo tanto, no hay tal clula fsica, sino tan slo los lmites privativos de una clula, las paredes ideales y la forma general. Las molculas asumen su posicin dentro de la forma ideal, de acuerdo con las leyes de la naturaleza, y abandonan sta a su vez casi inmediatamente para abrirle campo a otros tomos. Y como ocurre con el cuerpo, lo mismo acontece con la tierra y con el sistema solar. Esto tambin sucede con todos los objetos materiales, aunque en una medida ms lenta. Estos estn todos en constante mocin y cambio. Esta es la sabidura moderna y tambin la sabidura antigua; es la explicacin fsica de la clarividencia, la clariaudiencia, la telepata y la lectura del pensamiento. Esto ayuda a demostrar cun alucinadora e insatisfactoria cosa es nuestro cuerpo. Aunque estrictamente el Cuerpo Astral (Linga Sarira, en Snscrito) es el segundo constituyente del hombre, nosotros examinaremos la Energa Vital (Prana y Jiva, en Snscrito) en conjunto con el Cuerpo Astral, porque a nuestra observacin, el fenmeno de la vida se muestra ms claramente en relacin con el cuerpo. La vida no es el resultado del funcionamiento de los rganos, ni tampoco cesa o se pierde cuando el cuerpo se disuelve. La vida es un principio universalmente interpenetrante; es el ocano dentro del cual flota la tierra, e igualmente interpenetra nuestro globo y todos los seres y objetos que en l se encuentran. La vida labora incesantemente sobre nosotros y a nuestro alrededor, latiendo contra y a travs de nosotros eternamente. Cuando ocupamos el cuerpo, empleamos simplemente un instrumento ms especializado que cualquier otro para tratar con ambos, Prana y Jiva. Estrictamente hablando, Prana es aliento, y puesto que el aliento es necesario para el sostenimiento de la vida en el mecanismo humano, aliento es la palabra ms aceptable. Jiva, significa "vida" y tambin se aplica al alma viviente, porque la vida en general se deriva de la misma Vida Suprema. Jiva, por lo tanto, se presta a una aplicacin general, mientras que Prana es ms especfica. No se puede decir que uno posea una cantidad determinada de esa Energa Vital, ya que sta regresara a su fuente original si el cuerpo fuese incinerado, sino ms bien debera decirse que esa Energa trabaja con cualquiera que sea el volumen de materia en l; nosotros, por decirlo as, secretamos o usamos esta Energa Vital mientras vivimos, porque, estemos vivos o muertos la Energa Vital est siempre all: durante la vida, entre nuestros rganos, sostenindolos; en la muerte, entre las innumerables criaturas que surgen de nuestra destruccin corporal. Nos sera tan imposible deshacernos de esa Energa Vital como lo sera el erradicar el aire en que flota el pjaro, y lo mismo que el aire, ella tambin ocupa todos los espacios del planeta, de modo que en ninguna parte podemos perder su beneficio ni tampoco evadir su aplastante poder final. Pero para obrar sobre el cuerpo fsico, esta vida - Prana necesita un vehculo, un instrumento o un conductor, y este vehculo es el cuerpo astral. Existen muchos nombres para designar al Cuerpo Astral; he aqu unos cuantos: Linga Sarira, trmino Snscrito que significa cuerpo-diseo y el cual es probablemente su mejor definicin; doble etreo, fantasma, espectro, aparicin, doppelganger, hombre personal, alma irracional, alma animal, Bhuta, elementario, aparecido, diablo, demonio. Algunos de estos ttulos solamente se aplican al cuerpo astral cuando carece del cuerpo fsico despus de la muerte. Bhuta, diablo y elemental son casi sinnimos; el primero es Snscrito. Los hindes designan por Bhuta al Cuerpo Astral, cuando con la muerte es liberado del cuerpo y de la mente, y por estar as separado de la conciencia es como un diablo en su estimacin. No estn muy equivocados, siempre que nosotros podamos abolir la nocin tradicional de que el diablo es un ngel cado del cielo, porque este diablo corporal es una cosa que emana de la tierra. Se podra objetar que el trmino Cuerpo Astral no es el apropiado para este propsito. Esta objecin surge en razn de la naturaleza y el gnesis de nuestros idiomas. As es que en la bsqueda de palabras para describir el cuerpo interior en nuestro idioma, nicamente fueron encontradas las de "cuerpo astral". Este trmino se aproxima estrechamente a lo real, puesto que la substancia de esta forma se deriva de la materia csmica o materia estelar. Pero la antigua palabra Snscrita - Linga Sarira, el cuerpo diseo - lo describe con exactitud, porque ste es el diseo o modelo del cuerpo fsico. Ese trmino es preferible al de "cuerpo etreo", porque este ltimo podra sugerir la idea de ser subsecuente al fsico, cuando en realidad el cuerpo astral antecede al material. El cuerpo astral est formado de materia de un tejido muy fino y sutil si se le compara con el del cuerpo visible, y tiene una gran resistencia tensoria, de manera que cambia poco durante el curso de una vida, mientras que el cuerpo fsico cambia a cada instante. El Astral no solamente tiene esta fuerza de

tensin inmensa, sino que tambin posee una elasticidad que le permite extenderse a una distancia considerable. Es flexible, plstico, extensible y fuerte. La materia de que se compone es elctrica y magntica en su esencia, exactamente la misma de que el mundo entero estaba compuesto en el ignoto pasado, cuando el proceso de la evolucin no haba llegado an al momento de producir el cuerpo material para el hombre. Pero sta no es materia bruta ni cruda. Habiendo pasado por un vasto perodo de evolucin, y sufrido incalculables procesos de purificacin, su naturaleza ha sido refinada a un grado mucho ms all de los groseros elementos fsicos que nosotros vemos y palpamos con los ojos y las manos fsicas. El cuerpo astral es el modelo gua del fsico, y todos los otros reinos tienen igualmente un modelo astral. Los vegetales, minerales y animales tienen un doble etreo y sta es la nica teora que responder a la incgnita de por qu la semilla reproduce su misma especie y los seres conscientes procrean otros seres semejantes. Los bilogos nicamente pueden decir que los hechos son tales como se les conoce, pero no pueden dar razn de porqu la bellota nunca podr producir otra cosa sino una encina excepto que jams se ha sabido algo diferente. La doctrina verdadera era conocida en las escuelas de antao, y esa doctrina ha sido promulgada nuevamente en Occidente, gracias a los esfuerzos de H. P. Blavatsky y de aqullos que han sido inspirados por sus obras. Esta doctrina nos dice que en pocas primitivas de la evolucin de este globo, los diferentes reinos de la naturaleza fueron delineados primeramente como plan o en forma ideal, y despus la materia astral comenz a trabajar sobre este plan con la ayuda del principio Vital, hasta que al cabo de largas edades la forma astral humana complet su evolucin y perfeccionamiento. Esta es, pues, la primera forma que la raza humana tuvo, y en cierto sentido corresponde a la alegora de la condicin del hombre en el Jardn del Edn. Despus de otros largos perodos, durante los cuales el ciclo del continuo descenso iba avanzando, la forma astral al fin se cubri con una "vestidura de piel" y la forma fsica actual se introdujo en la escena. Esta es la explicacin del verso en el libro del Gnesis que describe cmo a Adn y a Eva les fueron dadas vestiduras de piel. Esta es la cada final en la materia, porque a partir de ese momento el hombre interior se esfuerza en elevar la masa entera de materia fsica a un nivel superior y animarla con influencias espirituales, con el fin de que sta pueda estar preparada para continuar an ms adelante durante el prximo gran perodo de evolucin, despus que el actual finalice. En la presente poca, el modelo por el cual la criatura se desarrolla en el tero es el cuerpo astral, cuya forma est ya perfecta antes del nacimiento del nio. Es sobre este modelo que las molculas se organizan por s mismas, hasta que el nio queda completamente formado, y la presencia del etreo cuerpo-diseo explicar cmo la forma se desarrolla morfolgicamente, hasta producir los contornos y figura; cmo los globos oculares se impulsan por s mismos del interior hacia la superficie de la cara, y muchas otras cosas misteriosas de la embriologa, que los mdicos pasan por alto con una mera descripcin pero sin poder explicarlas. Esto explicar mejor que toda otra teora, las marcas de nacimiento del feto en el tero, negadas a veces por los mdicos pero bien conocidas por aqullos que se toman el trabajo de observar, como siendo un hecho que ocurre frecuentemente. La forma corporal en desarrollo est sujeta al modelo astral, y conectado con la imaginacin de la madre por rganos fsicos y psquicos. La madre proyecta una fuerte imagen por horror, temor o cualquier otra emocin, y el modelo astral es afectado entonces similarmente. En el caso de un nio que nace naturalmente sin piernas, las ideas y la potente imaginacin de la madre amputan e inhiben la pierna astral, lo que trae por resultado que las molculas, no teniendo el modelo astral morfolgico de la pierna sobre el cual alinearse y trabajar, no estructuran pierna corporal alguna, y as similarmente en otros casos. Por el contrario, dondequiera que nos encontramos a un hombre que an siente la pierna que el cirujano le ha amputado, o percibe dedos que le fueron cortados, ah entonces el miembro astral no ha sido afectado, y por lo tanto, el hombre tiene la sensacin de que los miembros estuvieran an unidos a su ser. Pues ni el bistur ni los cidos jams daarn el modelo astral ya formado, pero en las primeras fases de su desarrollo, las ideas y la imaginacin, s tienen el poder del cido o del acero afilado. En el hombre ordinario, que no ha sido disciplinado en ocultismo prctico o que carece de esta facultad por nacimiento, el cuerpo astral no puede retirarse del cuerpo fsico a una distancia mayor de unos pocos pies, pues es parte de ste, lo sostiene y est incorporado en l como las fibras del mango que penetran la pulpa de la fruta. Pero tambin hay quienes a consecuencia de prcticas seguidas en pasadas encarnaciones sobre la tierra, poseen desde su nacimiento la facultad de proyectar inconscientemente el cuerpo astral. Estos son los mediums, algunos videntes y muchas personas histricas, catalpticas y escrofulosas. Aqullas que se han entrenado a s mismas durante un curso prolongado en una disciplina excesivamente severa, que alcanza la naturaleza moral y mental bastante ms all del poder del hombre

ordinario de esta poca, pueden hacer uso de la forma astral a voluntad, porque han trascendido completamente la ilusin de que el cuerpo fsico es una parte permanente de ellos; adems, han aprendido las leyes qumicas y elctricas que rigen en este asunto. En su caso, ellos actan con conocimiento y a conciencia; en los otros casos, el acto se lleva a cabo sin posibilidad de poder impedirlo o realizarlo a voluntad, o de evitar los riesgos que acompaan el uso incontrolado de fuerzas de la naturaleza de un carcter elevado. El cuerpo astral posee en s los rganos reales de percepcin correspondientes a los rganos exteriores de los sentidos. En l se encuentran la vista, el odo, el gusto, el olfato y el tacto; tiene un sistema completo de nervios y arterias que le son propios para la conduccin del fluido astral, el cual es al cuerpo astral lo que nuestra sangre es al cuerpo fsico. El cuerpo astral es el hombre personal verdadero y en l estn tambin situadas la percepcin subconsciente y la memoria latente, los cuales estn siendo mal usados hoy en da por los hipnotizadores modernos, a quienes a su vez traen muy desconcertados. As, cuando el cuerpo muere el hombre astral queda en libertad, y como en la muerte el hombre inmortal La Triada - se remonta a otro estado, el cuerpo astral se convierte en el cascarn del que fue el hombre viviente y requiere cierto tiempo para disolverse. El cascarn Astral retiene todos los recuerdos de la vida que el hombre ha vivido y as es como puede repetir de una manera refleja y automtica lo que el fallecido saba, deca, pensaba y vea. El permanece cerca del abandonado cuerpo fsico casi todo el tiempo, hasta la completa disgregacin de ste, ya que tiene que pasar a travs de su propio proceso de desintegracin. El cascarn astral puede hacerse visible bajo ciertas condiciones. Este es el fantasma de las sesiones espiritistas, en donde se le induce a enmascararse como el verdadero espritu de tal o cual individuo. Atrado por los pensamientos del mdium y sus acompaantes, vagamente revolotea donde stos se encuentran reunidos, y es entonces galvanizado con vida artificial por una multitud de fuerzas elementales y por el activo cuerpo astral del mdium que dirige la sesin, o de cualquier otro m7eacute;dium que tome parte en la misma. De este espectro astral (tal como si fuese de una fotografa) son entonces reflejadas en el cerebro del mdium todas las pretendidas evidencias que los espiritistas alegan son suficientes para probar la identidad del amigo o pariente fallecido. Estas evidencias son aceptadas como prueba de que el espritu del fallecido est presente, en razn de que ni los mediums ni los participantes estn familiarizados con las leyes que gobiernan su propia naturaleza, ni con la constitucin, poder, y funcionamiento de la materia astral y del hombre astral. La filosofa Teosfica no niega los hechos demostrados en reuniones espiritistas, pero da una explicacin de ellos enteramente opuesta a la de los espiritistas; y ciertamente la ausencia total de explicaciones lgicas y cientficas por parte de estos supuestos espritus sobre los fenmenos que, se dice, ellos mismos producen, confirma la aseveracin de que no tienen luz o conocimiento propio alguno que comunicar. Ellos meramente pueden producir ciertos fenmenos, cuya investigacin y correspondientes deducciones slo pueden ser propiamente llevadas a cabo por un cerebro disciplinado y guiado por la trinidad viviente, de espritu, alma y mente; y aqu, otra clase de fenmenos espiritistas requiere una breve mencin. Tal es la aparicin que es descrita como "espritu materializado". Presentemos pues, tres explicaciones: Primera, que el cuerpo astral del mdium viviente se desprende de su cuerpo y asume la apariencia del supuesto espritu, porque una de las peculiaridades de la materia astral es su capacidad de reflejar una imagen que yace invisible en el ter. Segunda, el cascarn astral del difunto - totalmente carente del espritu y de la conciencia de aqul - se hace visible y tangible cuando la condicin del aire y del ter es tal que permite modificar la vibracin de las molculas del cascarn astral, al punto de hacerlo visible. Los fenmenos de densidad y aparente peso, son explicados bajo otras leyes. Tercera, un volumen invisible de materia elctrica y magntica es acumulado, y sobre ste se refleja, desde la luz astral, la imagen de cualquier persona que se desee, ya est viva o muerta. Esta aparicin se supone que sea el "espritu" de tal o cual persona, pero no lo es, y ello ha sido justamente llamado por H. P. Blavatsky un "fraude psicolgico" porque pretende ser lo que no es; y, as parezca raro, esta misma explicacin de las materializaciones ha sido dada por un "espritu" en una sesin espiritista ordinaria, pero nunca ha sido aceptada por los espiritistas, justamente porque esta teora trastorna su concepto sobre el retorno de los espritus de las personas fallecidas. Finalmente, el cuerpo astral explica casi todos los fenmenos psquicos extraos que acontecen en la vida cotidiana y en las relaciones con mdiums verdaderos; tambin explica la naturaleza de las apariciones, la posibilidad de que las mismas sean vistas, y evita por tanto que el que dude cientficamente infrinja su buen juicio al aseverar que usted no vio lo que usted est seguro de haber visto. La supersticin se elimina si se explica la naturaleza verdica de esos fenmenos y si se destruye el temor irracional a lo desconocido, el cual hace al hombre temeroso de ver un "espectro". De la misma manera tambin

podemos explicar el movimiento de objetos sin contacto fsico, porque la mano astral puede ser proyectada y forzada a asir un objeto y arrastrarlo o traerlo hacia el cuerpo. Cuando se demuestre que esto es posible, entonces los turistas no sern objeto de burlas al aseverar haber visto a los yoguis hindes hacer volar en el aire las tazas de caf y tambin hacer que los objetos distantes, aparentemente se acerquen hasta ellos sin ser tocados por los yoguis o cualquier otra persona. Todos los casos de clarividencia y clariaudiencia son igualmente explicados por mediacin del cuerpo astral y de la luz astral. Los rganos astrales son los que verdaderamente ven y oyen, y como todos los objetos materiales estn constantemente en movimiento dentro de sus propios tomos, la vista y el odo astrales no son obstruidos y pueden funcionar a una distancia tan grande como la expansin de la luz y materia astral, que se extiende por todos los contornos de la tierra. As fue que el gran vidente Swedenborg vio casas quemndose en la ciudad de Estocolmo mientras se encontraba en otra ciudad a muchas millas de distancia, y de esta misma manera cualquier vidente contemporneo ve y oye a larga distancia.

CAPITULO VI

KAMA DESEO
El autor de la obra "Buddhismo Esotrico" - la cual debe ser consultada por todos los estudiantes de Teosofa, puesto que es una compilacin de sugerencias ofrecidas por algunos Adeptos - le dio el nombre de Kama-rupa al cuarto principio de la constitucin del hombre, porque la palabra Kama en el idioma Snscrito significa "deseo", y como la idea que se intentaba comunicar era que el cuarto principio es el "cuerpo o el conjunto de deseos y pasiones", el seor Sinnett aadi la palabra Snscrita Rupa, que significa cuerpo o forma, produciendo as la palabra compuesta Kamarupa. Aqu emplearemos las palabras equivalentes castellanas - pasiones y deseos - , porque esos trminos expresan exactamente su naturaleza. Yo tambin hago esto con el objeto de destacar la diferencia profunda que existe actualmente entre la psicologa y filosofa mental de Occidente y las del Oriente. Occidente divide al hombre en inteligencia, voluntad y sensacin, pero no se comprende si las pasiones y deseos constituyen o no un principio por s mismos, o si son completamente efecto del cuerpo. En realidad, la mayora de la gente los considera como un fenmeno resultante de la carne, porque a menudo se les denomina como "deseos y apetitos carnales". Los antiguos, sin embargo, y los Tesofos modernos, saben que las pasiones y los deseos son un principio en s mismos y no meramente los impulsos del cuerpo. La psicologa occidental no puede ofrecernos el esclarecimiento de este asunto, por encontrarse en su infancia y enteramente carente de conocimiento acerca de la naturaleza interior, que es la naturaleza psquica del hombre, y a partir de este punto, existe la ms grande divergencia entre la psicologa occidental y la Teosofa. Las pasiones y los deseos no son producidos por el cuerpo, sino por el contrario, el cuerpo viene a ser generado por las pasiones y los deseos. Son el deseo y la pasin los causantes de que hayamos nacido y los que nos harn nacer una y otra vez en algn cuerpo, en esta tierra o en algn otro globo 1. La pasin y el deseo nos inducen a evolucionar a travs de las mansiones de la muerte, las que nosotros llamamos vidas sobre la tierra. Fue por el surgimiento del deseo en la irreconocible causa primordial, la existencia una y absoluta, que se manifest el conjunto completo de los mundos; y es a travs del impulso del deseo en el mundo actualmente manifestado, que ste se mantiene en existencia. Este cuarto principio es el principio del equilibrio entre los siete y yace en mitad del conjunto; de l parten las sendas hacia arriba o hacia abajo. Es la base de la accin y la fuerza motriz de la voluntad. Como dijeran los antiguos Hermticos: "Tras de la voluntad, yace el deseo". Porque ya sea que deseemos hacer el bien o el mal, tenemos primero que despertar dentro de nosotros el deseo hacia uno de esos dos cursos de accin. El hombre de bien que llega al fin a convertirse en un sabio, tuvo que despertar, en algn momento y durante una de sus numerosas vidas, el deseo por la compaa de hombres santos y de mantener vivo su ardiente deseo de progreso a fin de continuar su marcha. Hasta un Buda o un Jess tuvo primero que hacer un voto, que significa un deseo, en alguna vida, de que l salvara al mundo o a una parte del mismo, y perseverar con ese deseo vivo en su corazn a travs de encarnaciones innumerables. De igual manera, en el caso contrario, el mal hombre, durante vida tras vida tom para s deseos viles, egostas, perversos, y de esta manera envileci este principio en vez de purificarlo. En lo que atae al lado material y cientfico del ocultismo - el uso de los poderes ocultos internos de nuestra naturaleza - , si este principio del deseo no es suficientemente poderoso, el poder magistral de la imaginacin no puede hacer su labor, porque, as haga un molde o matriz, la voluntad no puede actuar a menos que sea impulsada, dirigida y mantenida en un pinculo por el deseo. Los deseos y pasiones, por lo tanto, tienen dos aspectos, siendo uno inferior y el otro superior. El inferior es aqul mostrado por el constante mantenimiento de la conciencia centrada abajo, en el cuerpo fsico y el cuerpo astral; el aspecto superior proviene de la influencia de una aspiracin hacia la trinidad superior, de Mente, Buddhi y Espritu. Este cuarto principio se asemeja a la constelacin de Libra en el curso del Sol, a travs del Zodaco o faja celeste; cuando el Sol (que es el hombre real) alcanza ese signo o constelacin, tiembla en la balanza. Si retrocediera, los mundos seran destruidos; l prosigue adelante, y la raza humana completa se eleva hacia la perfeccin. Durante la vida, el emplazamiento de deseos y pasiones est, al igual que en el caso del cuerpo astral, por todo el sistema del hombre inferior; y tanto como esa contraparte etrea de nuestra persona fsica, el mismo puede ser acrecentado o disminuido, debilitado o fortificado, envilecido o purificado.

En la muerte, ese principio anima al cuerpo astral, el cual se convierte en un mero cascarn o envoltura, pues cuando un hombre muere, su cuerpo astral y su principio de pasiones y deseos abandonan juntos el cuerpo fsico y se unifican. Es este el momento en que el trmino Kamarupa puede aplicarse, en razn de que Kamarupa realmente se compone del cuerpo astral y de Kama, en conjuncin, y esta unin de los dos produce una figura o forma que an cuando ordinariamente es invisible, es material y puede hacerse visible. Aunque carece de mente y de conciencia, Kamarupa posee poderes propios que pueden ser ejercidos siempre que las condiciones lo permitan. Estas condiciones son proporcionadas por el mdium espiritista, y en todas las salas de sesiones los cascarones astrales de las personas fallecidas estn siempre presentes, para alucinar a los participantes cuyas facultades de discriminacin han sido embotadas por el secreto temor y asombro. Kamarupa es el "diablo" de los hindes, y el infeliz mdium jams podra tener peor enemigo. Porque este espectro astral - o Kamarupa - es el conjunto de los deseos y pasiones abandonado por la persona real, o Ego, en su viaje hacia el "cielo" y que no tiene ya nada que ver con la gente que queda atrs, mucho menos con sesiones y mdiums. Por lo tanto, estando desprovistos de alma ms noble, estos deseos y pasiones afectan nicamente la parte ms baja de la naturaleza del mdium, y no despiertan ningn elemento benfico sino las tendencias ms viles del ser. Por esta razn, an los mismos espiritistas confiesan que dentro de la esfera de los mdiums hay mucho fraude, y los mismos mdiums han confesado a menudo cosas como que: "los espritus me tentaron, y comet fraude de acuerdo con sus deseos". Este fantasma Kamarupa es tambin el enemigo de esta nuestra civilizacin, la cual nos permite ejecutar a hombres por crmenes cometidos, y de este modo lanzar al ocano etreo el conjunto de pasiones y deseos, libres de las limitaciones del cuerpo y expuestos en cualquier momento a ser atrados hacia alguna persona sensitiva. Y siendo as atrados, las imgenes deplorables de crmenes cometidos y tambin la obsesiva visin de ejecucin y muerte con todas las acompaantes maldiciones y sentimientos de venganza, se incorporan en personas vivientes, quienes, ignorando el peligro, son incapaces de repelerlo. As es como los crmenes y nuevas ideas de crmenes son de hecho propagadas diariamente en esos pases en donde la pena capital an prevalece. Los cascarones o envolturas astrales, junto con el viviente cuerpo astral del mdium, ayudados por ciertas fuerzas de la naturaleza que los Tesofos denominan "elementales", producen casi todos los fenmenos del espiritismo que no es fraudulento. El cuerpo astral del mdium, teniendo la facultad de extensin y extorsin, provee el escenario para aquello a lo que se da el nombre de "espritus materializados", para hacer mover objetos sin contacto fsico y para transmitir mensajes que se dicen de parientes fallecidos, todo lo cual no es otra cosa que memorias e imgenes impresas en la luz astral; y para todo esto usando y siendo usados por restos o cascarones astrales de suicidas, asesinos ejecutados, y por toda clase de espectros, que naturalmente gravitan y permanecen cerca de este plano de vida. El nmero de casos en que una comunicacin viene de un verdadero espritu desencarnado es tan reducido que pueden contarse con los dedos de una mano. Pero algunas veces, los espritus de hombres vivientes, mientras sus cuerpos duermen acuden a las sesiones espiritistas y toman parte en ellas, ms ellos no pueden recordarlo, no saben cmo lo hacen y no son distinguidos por los mdiums dentro del conjunto de cadveres astrales. El hecho de que tales cosas puedan ser efectuadas por el hombre interno y no ser recordadas, no prueba nada en contra de estas teoras; porque el nio puede ver, sin saber el funcionamiento de los ojos, y el salvaje, aunque ignora el complicado mecanismo fisiolgico que sin cesar funciona en su cuerpo, efecta perfectamente el complejsimo proceso de la digestin; y el hecho de que l efecta este proceso inconscientemente, est exactamente en armona con nuestra teora, porque estos actos y fenmenos del hombre o ser interno son las acciones inconscientes de la mente subconsciente. Estas palabras, "consciente" y "subconsciente", son desde luego usadas de manera relativa, refirindose la inconsciencia nicamente al cerebro. Experimentos hipnticos han probado concluyentemente todas estas teoras, como ser plenamente admitido algn da no muy lejano. Adems de esto, las envolturas astrales de los suicidas y de los criminales ya ejecutados son las ms coherentes, las de ms larga vida, y las ms cercanas a nosotros entre todos los espectros de los infiernos, y por lo tanto deben ser, por exigencia del caso, los verdaderos "controles" o "guas" en la sala de sesiones espiritistas. La pasin y el deseo, conjuntamente con el cuerpo-modelo astral, existen tanto en los hombres como en los animales as como tambin en el reino vegetal, aunque en este ltimo tenuemente desarrollados. En un cierto perodo de la evolucin ningn otro principio material adicional se haba desarrollado, y los tres principios superiores de Mente, Alma y Espritu, estaban simplemente latentes. Hasta este punto el hombre y el animal se encontraban al mismo nivel, porque lo bruto en nosotros se

compone de las pasiones y del cuerpo astral. El desarrollo del germen de la Mente form al hombre, porque ello es lo que constituye la gran diferencia. El Dios interno comienza con Manas, o la mente, y es ese conflicto entre este Dios y el bruto inferior, acerca del cual la Teosofa nos habla y nos previene. El principio inferior es llamado malo, slo porque en comparacin con el superior lo es; pero, an as, el inferior es la base y medio de toda accin. No podemos elevarnos a menos que ese yo inferior primeramente se afirme en el deseo de mejorar. En este aspecto, al yo inferior se le llama Rajas o cualidad activa y mala, a fin de distinguirla de la de Tamas, o la tenebrosa cualidad de sombras y de indiferencia. La elevacin no es posible a menos que Rajas se encuentre presente para dar el impulso; y por el ejercicio de este principio de pasin, todas las cualidades superiores son movidas finalmente a purificar y elevar nuestros deseos, a tal grado que stos puedan estar continuamente basados en la verdad y el espritu. Por medio de esto, la Teosofa no indica que las pasiones deben ser saciadas, pues una doctrina ms perniciosa que sa jams pudo existir; el precepto es que se haga uso de la actividad generada por el cuarto principio, con el fin de elevarnos constantemente y de no caer bajo el dominio de la cualidad tenebrosa que termina con la aniquilacin, habiendo comenzado con el egosmo y la indiferencia. Habiendo examinado as la esfera de accin de los principios inferiores, y analizado su naturaleza, vemos que la Teosofa ensea que en el estado actual de su evolucin, el hombre es un cuaternario enteramente desarrollado con los principios superiores parcialmente desarrollados, o en desarrollo. Por esta razn se afirma que el hombre de hoy demuestra por s mismo estar impulsado por la pasin y el deseo. Esto se prueba al observar las civilizaciones de la tierra, porque ellas todas han sido impulsadas por este principio; y en los pases como Francia, Inglaterra, y en las Amricas, la glorificacin de ese principio se manifiesta por la atencin a la ostentacin, al arte sensual, a la lucha por el poder y el rango, y en todos los hbitos y estilos de vida donde la plena gratificacin de los sentidos a menudo se estima como el supremo bien. Pero como la Mente contina desarrollndose ms y ms, a medida que proseguimos nuestra marcha por el sendero de la evolucin de la raza, ya puede percibirse por lo bajo en todos los pases el comienzo de la transicin, desde el animal poseedor del germen de la verdadera mente, hasta el hombre de mente completa. Este momento es por lo tanto conocido por los Maestros, quienes han divulgado algunas de las antiguas verdades, como un "perodo de transicin". La orgullosa ciencia, y la an ms orgullosa religin no admiten esto; piensan que nosotros somos lo que siempre seremos. Pero confiando en sus instructores, el Tesofo ve en todo su derredor la evidencia de que la mente de la raza est cambiando en cuanto a amplitud, que los viejos tiempos del dogmatismo han terminado y la "era de la investigacin" ya ha llegado; que las investigaciones aumentarn su clamor ao tras ao, y que las respuestas tendrn que satisfacer ms y ms la mente a medida que sta crece, hasta que al fin, habiendo terminado con todo dogmatismo, la raza se encuentre preparada para afrontar todos los problemas, cada persona por s misma, todos trabajando para beneficio del todo, y que al final redundar en el perfeccionamiento de aquellos que luchan para trascender lo bruto. Por estas razones, las antiguas doctrinas son nuevamente promulgadas y la Teosofa invita a cada uno de nosotros a reflexionar sobre si es mejor ceder a la naturaleza animal inferior, o alzar la vista y ser gobernados por el Dios interno. Un estudio ms amplio del cuarto principio de nuestra constitucin, nos obligara a considerar asuntos tales como aquellos presentados por los que hacen milagros en el Oriente, as como los fenmenos espiritistas, el hipnotismo, las apariciones, la enajenacin mental y otros; pero stos deben reservarse para tratarlos separadamente.

Tal como fue corregido por W.Q.J. en The Theosophical Forum, Junio de 1894.

CAPITULO VII

MANAS
En nuestro anlisis de la naturaleza del hombre, hasta ahora hemos considerado nicamente los elementos perecederos que constituyen el hombre inferior, y hemos arribado al cuarto principio o plano - el del deseo - sin haber hecho alusin alguna a la cuestin de la Mente. Pero an hasta el punto que hemos abordado, debe ser evidente que hay una gran diferencia entre las ideas ordinarias acerca de la Mente y las que se encuentran en la Teosofa. De ordinario se piensa en la Mente como algo inmaterial, o que es meramente el nombre dado a la accin del cerebro al desarrollar el pensamiento, proceso enteramente desconocido, como no sea por inferencia, o sea que si no hay cerebro tampoco puede haber mente. Bastante atencin ha sido invertida en catalogar ciertas funciones y atributos mentales, pero faltan los trminos en el idioma para poder describir los actuales hechos metafsicos y espirituales con respecto al hombre. Esta confusin y carencia de palabras para estos usos, se debe casi enteramente, primero, a la religin dogmtica, la cual ha afirmado y vigorizado por muchos siglos dogmas y doctrinas que son inaceptables a la razn, as como al conflicto natural que surgi entre la ciencia y la religin tan pronto como fueron desechados los grilletes que impuso la religin a la ciencia, y a sta se le permiti tratar con los hechos de la naturaleza. La reaccin contra la religin, naturalmente, impidi que la ciencia adoptara nada ms que un concepto materialista del hombre y de la naturaleza. Por lo tanto, de ninguna de esas dos fuentes hemos podido obtener hasta ahora los trminos necesarios para describir los principios quinto, sexto y sptimo, que componen la Trinidad, el hombre real, el peregrino inmortal. El quinto principio es Manas en la clasificacin adoptada por el seor Sinnett, y usualmente se define como la Mente. Otros nombres le han sido asignados, pero Manas es el conocedor, el percibidor, el pensador. El sexto es Buddhi, o discernimiento espiritual; el sptimo es Atma, o Espritu, el rayo de luz que emana del Ser Absoluto. Nuestro idioma ser suficiente para describir en parte la naturaleza de Manas, pero no as Buddhi o Atma, y an muchas cosas relativas a Manas, pero no as Buddhi o Atma, y an muchas cosas relativas a Manas quedarn por esclarecerse. El curso de la evolucin desarroll los principios inferiores y produjo al fin la forma humana, provista de un cerebro con una capacidad mayor y ms profunda que la de cualquier otro animal. Pero este hombre, humano en la forma, no lo era an en lo mental, y por lo tanto necesitaba el quinto principio, que es el principio del pensamiento y de la percepcin, para diferenciarlo del reino animal y para conferirle el poder de llegar a convertirse en autoconsciente. La mnada qued aprisionada en estas formas, y esa mnada est compuesta de Atma y Buddhi, porque sin la presencia de la mnada la evolucin no podra marchar hacia adelante. Retrocediendo momentneamente a la poca en que las razas carecan de la mente, se abre aqu la siguiente pregunta: "Quin dio la mente, de dnde vino y qu es?". La mente es el eslabn entre el Espritu de Dios en lo alto y lo personal abajo, y les fue concedida a las mnadas sin mente por otras mnadas que haban pasado por este proceso, edades tras edades en otros mundos y sistemas de mundos, viniendo la mente, por lo tanto, de otros perodos evolutivos llevados a cabo y completados mucho tiempo antes de que el sistema solar hubiera comenzado. Esta es la teora, extraa e inaceptable hoy, pero que debe ser enunciada si es que vamos a decir la verdad acerca de la Teosofa; y esto es simplemente repetir lo que otros han dicho anteriormente. La manera en que esta luz de la mente fue dada a los Hombres sin Mente, puede ser comprendida por medio del ejemplo de una vela que va encendiendo a su vez muchas otras. Dada una vela encendida y muchas otras apagadas, se entiende que con una luz las otras pueden ser tambin encendidas. Lo mismo ocurre en el caso de Manas, que es la llama encendida. Los hombres sin mente, teniendo los cuatro principios elementales de Cuerpo Fsico, Cuerpo Astral, Vida y Deseo, son las velas apagadas que no pueden encenderse por s mismas. Los Hijos de la Sabidura, que son los Hermanos Mayores de cada familia humana en cualquier globo, poseen la luz, heredada de otros progenitores de pocas remotas, mucho ms lejanas, en una procesin interminable, sin principio ni fin. Ellos pegan fuego al conjunto de los principios inferiores y a la Mnada, encendiendo as a Manas en los nuevos hombres, preparando otra gran raza para la iniciacin final. El encendido del fuego de Manas est simbolizado en todas las grandes religiones y en la Francmasonera. En Oriente, un sacerdote aparece sosteniendo una vela encendida en el altar y millares de feligreses encienden sus velas de la del sacerdote. Los Parsis tambin tienen su fuego sagrado, el cual es encendido por alguna otra llama sagrada.

Manas o el Pensador es el ser reencarnante, el inmortal que transporta consigo las experiencias y valores de todas las diferentes existencias vividas sobre la tierra o en otro globo. La naturaleza de Manas se vuelve doble o dual tan pronto como se enlaza en un cuerpo. Porque el cerebro humano es un organismo superior y Manas lo usa para razonar de premisa a conclusin. Esto tambin diferencia al hombre del animal, porque el animal acta por medio de impulsos automticos y los llamados instintos, mientras que el hombre puede usar el razonamiento. Este es el aspecto inferior del Pensador o Manas, y bajo ningn concepto, como algunos han supuesto, el supremo y mejor don que es propio del hombre. Su otro aspecto, para la Teosofa el ms elevado, es el intuitivo, que conoce sin depender en absoluto de la razn. El aspecto inferior, puramente intelectual, es el ms prximo al principio del Deseo, y es as como se distingue de otra parte, la cual tiene afinidad con los principios espirituales superiores. Si el Pensador, pues, se vuelve completamente intelectual, la naturaleza toda del ser comienza a dirigirse hacia abajo; porque el intelecto solo es fro, sin corazn, egosta, porque no est iluminado por los otros dos principios superiores de Buddhi y Atma. En Manas estn almacenados los pensamientos de todas nuestras vidas. Es decir, en una encarnacin, la suma total de pensamientos detrs de las acciones de ese perodo de vida, sern en general de un mismo carcter, pero pueden ser clasificados en una o ms categoras. Esto es, el hombre de negocios de hoy en da es un caso especfico; los pensamientos todos de su vida representan un solo hilo de razonamiento. El artista es otro caso. El hombre que se afan en los negocios pero que tambin pens mucho en la fama y en el poder que nunca pudo lograr, es an otro caso. La gran masa de gente pobre, abnegada, intrpida, que tiene poco tiempo para pensar, constituye otra clase distinta. En todos stos, la cantidad total de pensamientos durante la vida forma la corriente o hilo de la meditacin de una vida - "aquello en que el corazn estuvo centrado" - y est ahora almacenado en Manas para ser sacado a la luz otra vez en cualquier poca, en cualquier encarnacin en que el cerebro y el ambiente sean similares a aqullos que se usaron para engendrar esa clase de pensamientos. Es Manas quien ve los objetos que le son presentados por los rganos corporales y los verdaderos rganos internos. Cuando el ojo enfoca una imagen en la retina, el panorama completo se transforma en vibraciones en los nervios pticos, las cuales desaparecen en el interior del cerebro, en donde Manas est capacitado para percibirlas como ideas. Y de la misma manera ocurre con todos los otros rganos de los sentidos. Si la conexin entre Manas y el cerebro se rompe, la inteligencia no se manifestar a menos que Manas haya descubierto, por medio de entrenamiento, la manera de proyectar el cuerpo astral fuera del fsico u orgnico y pueda continuar por ese medio en comunicacin con sus prjimos. El hipnotismo, el mesmerismo y el espiritismo, han probado ya que los rganos y los sentidos no pueden ellos mismos conocer los objetos. Porque segn vemos en los experimentos mesmricos e hipnticos, el objeto visto o sentido, y del cual todas las sensaciones de objeto slido pueden percibirse, es a menudo slo una idea existente en el cerebro del que opera. De la misma forma, Manas usando el cuerpo astral, slo tiene que imprimir una idea sobre la otra persona para inducirla a percibir la idea y a transformarla en un cuerpo visible, al cual parecen seguir los efectos usuales de densidad y peso. En el hipnotismo hay muchos experimentos, todos los cuales demuestran que la llamada materia no es de por s slida o densa; que la vista no siempre depende de los ojos y de los rayos de luz procedentes de un objeto; que lo que es intangible para un cerebro y rganos normales, puede ser perfectamente tangible para otro; y que efectos fsicos en el cuerpo pueden ser producidos tan slo por una idea. Los bien conocidos experimentos de producir una ampolla con un simple pedazo de papel, o impedir que un emplasto produzca una ampolla por medio de la fuerza de sugestin transmitida al sujeto, ya sea que iba o no a formarse una ampolla, prueban concluyentemente el poder de efectuar un impulso sobre la materia por el uso de ese principio llamado Manas. Pero todos estos fenmenos son la manifestacin de los poderes de Manas inferior actuando en el Cuerpo Astral y el cuarto principio, el del Deseo, empleando el cuerpo fsico como escenario para la exhibicin de esos poderes. Es este Manas inferior el que retiene todas las impresiones de una vida y algunas veces las revela de una manera singular, como en trances o sueos, delirio, estados inducidos, aqu y all, en condiciones normales, y muy a menudo en el momento de la muerte fsica. Pero Manas est tan ocupado con el cerebro, con la memoria y la sensacin, que usualmente no despliega sino unas pocas reminiscencias fuera del conjunto de eventos que los aos le han puesto por delante. Manas inferior impide el funcionamiento de Manas Superior, porque justamente al nivel actual de la evolucin, el Deseo y los correspondientes poderes, facultades y sentidos, son los ms altamente desarrollados, obscureciendo, por decirlo as, la luz blanca de la parte espiritual de Manas. Manas inferior queda coloreado or todo objeto que le sea presentado, sea ello un pensamiento o un objeto material. Es decir, Manas inferior operando a

travs del cerebro es de inmediato transformado en la forma y otras caractersticas de un objeto dado, ya sea mental o no. Esto hace que tenga cuatro peculiaridades: Primera, volar natural y sbitamente desde algn punto, objeto o sujeto; Segunda, volar hacia alguna idea agradable; Tercera, volar hacia una idea desagradable; Cuarta, permanecer pasiva, sin considerar nada. La primera se debe a la memoria y a la mocin natural de Manas; la segunda y tercera se deben nicamente a la memoria; la cuarta significa el sueo cuando ste no es anormal, y cuando es anormal y va hacia la demencia. Estas caractersticas mentales que pertenecen todas a Manas Inferior, son las mismas que deben ser combatidas y conquistadas por Manas Superior, con la ayuda de Buddhi y Atma. Si Manas Superior puede actuar, viene a ser lo que algunas veces llamamos un Genio; y si domina por completo, entonces el hombre puede convertirse en un dios. Pero la memoria continuamente presenta imgenes a Manas Inferior, lo que trae por resultado que el Superior sea obscurecido. Algunas veces, sin embargo, vemos aqu y all por el sendero de la vida, hombres que son genios o grandes videntes y profetas. En stos, los poderes Superiores de Manas estn activos y la persona iluminada. Tales fueron los grandes Sabios de la antigedad, seres como Buda, Jess, Confucio, Zoroastro y otros. Tambin poetas, tales como Tennyson, Longfellow, y otros, son hombres en quienes Manas Superior de cuando en cuando proyecta un rayo luminoso sobre el hombre terrenal, pronto, no obstante, a ser obscurecido a consecuencia de la educacin dogmtica religiosa, la cual ha grabado en la memoria ciertas imgenes que siempre impiden a Manas lograr su plena actividad. En esta Trinidad superior tenemos a Dios sobre cada uno de nosotros; este es Atma y puede ser denominado el Yo Superior. Luego est la parte espiritual del alma denominada Buddhi; cuando est completamente unido con Manas, a ste puede llamrsele el Divino Ego. El Ego interno, o entidad que reencarna, ocupando cuerpo tras cuerpo, acumulando impresiones vida tras vida, adquiriendo experiencia y sumndola al divino Ego, sufriendo y gozando a travs de un inmenso perodo de aos, es el quinto principio - Manas - sin unin con Buddhi. Esta es la individualidad permanente que da a cada hombre la sensacin de ser l mismo y no algn otro individuo; aquello que a travs de todos los cambios de los das y de las noches, desde la juventud hasta el final de la vida, nos hace sentir una misma identidad durante todo ese perodo. Manas tambin tiende un puente de continuidad sobre el espacio o brecha que deja el sueo, y, de la misma manera, salva la brecha que deja el sueo, y, de la misma manera, salva la brecha que deja el sueo de la muerte. Es esto y no nuestro cerebro, lo que nos eleva por encima del animal. La profundidad y variedad de las circunvoluciones o repliegues del cerebro humano, son causados por la presencia de Manas y no son las causas de la mente como creen algunos. Y cuando, ya sea total u ocasionalmente, llegamos a la unidad consciente con Buddhi, nuestra alma Espiritual, contemplamos entonces a Dios, por decirlo as. Esta es la visin a que todos los antiguos aspiraban, pero en lo que los derecho a la grandeza natural y seguir adorando un dios imaginario, creado nicamente por sus propias fantasas y no muy carente de las flaquezas de la naturaleza humana. Esta individualidad permanente de la presente raza ha pasado, por lo tanto, a travs de toda clase de experiencias posibles, porque la Teosofa insiste en la permanencia de la individualidad y en la necesidad de continuar tomando parte en la evolucin. Tiene un deber que cumplir, el cual consiste en elevar a un nivel superior toda la materia que le concierne en la cadena de globos a la cual pertenece la Tierra. Nosotros todos hemos vivido y tomado parte en civilizacin tras civilizacin y raza tras raza sobre la Tierra, y as continuaremos a travs de todas las rondas y razas hasta que la sptima sea completada. Al mismo tiempo debe recordarse, que la materia de este globo y todo cuanto a l est relacionado tambin ha pasado a travs de toda clase de formas, con slo algunas posibles excepciones en esferas muy inferiores de formacin mineral. Pero en general, toda la materia visible, o la suspendida en el espacio y an por precipitarse, han sido ya moldeadas en una u otra ocasin en forma de toda variedad, muchas de las cuales no tenemos siquiera una idea de ellas. Los procesos de la evolucin, por lo tanto, en algunos departamentos se adelantan ahora con mayor rapidez que en pocas pasadas, porque ambos, Manas y la materia, han ido adquiriendo ya capacidad y facilidad de accin. Especialmente es esto as con relacin al hombre, quien es el ms avanzado de todas las cosas y de todos los seres en esta evolucin. El est ahora encarnado y proyectado a travs de la vida ms rpidamente que en los perodos anteriores, cuando tomaba tantsimos aos el obtener una "vestidura de piel". Este volver a la vida una y otra vez no puede ser evitado por el hombre ordinario, porque Manas Inferior se encuentra an atado al Deseo, que es en la actualidad el principio dominante y preponderante. Estando as influenciado por el Deseo, Manas es alucinado continuamente durante su encarnacin, y al ser

as engaado es incapaz de impedir la accin sobre s mismo de las fuerzas generadas durante la vida. Estas fuerzas son generadas por Manas, o sea, por los pensamientos generados en el perodo de vida. Cada pensamiento crea un enlace fsico lo mismo que mental, con la clase de deseo en el cual tuvo su raz. La vida entera est repleta de tales pensamientos, y cuando el perodo de reposo despus de la muerte llega a su fin, Manas est enlazado a la tierra por innumerables hilos electro-magnticos, por razn de los pensamientos generados durante la ltima vida y, por tanto, por el deseo, porque fue el deseo lo que le caus tantsimos pensamientos y la ignorancia de la verdadera naturaleza de las cosas. Una comprensin de esta doctrina, de que el hombre es realmente un pensador y hecho de pensamiento, clarificar todo lo dems relacionado con la encarnacin y con la reencarnacin. El cuerpo del hombre interno est hecho de pensamiento, y siendo esto as, claramente se deduce que si los pensamientos tienen ms afinidad con la vida terrenal que con cualquier otra vida, un retorno aqu es inevitable. En nuestros das, Manas no est enteramente activo en la raza, porque el Deseo an permanece supremo. En el prximo ciclo del perodo humano, Manas estar completamente activo y desarrollado en la raza completa. Por esto, los hombres de la tierra no han llegado an al punto de hacer una seleccin consciente acerca del sendero que tomarn; pero cuando se est ya en el ciclo a que se ha hecho referencia, y con Manas activo, todos sern entonces compelidos a hacer una eleccin consciente de partir hacia la derecha o hacia la izquierda, conduciendo uno de estos senderos a la unin completa y consciente con Atma, el otro, a la aniquilacin de esos seres que prefieran tal sendero.

CAPITULO VIII

SOBRE LA REENCARNACION

Como ha llegado el hombre a ser el ente complejo que es y por qu hay cuestiones a las que ni la ciencia ni la religin ofrecen respuesta concluyente? Este pensador inmortal, poseyendo tan vastos poderes y posibilidades todos suyos por razn de su conexin ntima con todo aspecto secreto de la Naturaleza, de la cual l est constituido, se encuentra erguido sobre la cumbre de una inmensa y silenciosa evolucin. El pregunta por qu la Naturaleza existe, lo que el drama de la vida tiene por finalidad, y cmo ese objetivo puede ser logrado. Pero ambos, la Ciencia y la Religin, fallan en dar una respuesta razonable. La Ciencia no pretende estar en condiciones de dar la solucin, declarando que la investigacin de las cosas, tal como son, es tarea suficiente; la religin ofrece una explicacin que es tan ilgica como carente de significado, y solamente aceptable al fantico, ya que requiere que consideremos la Naturaleza toda como un misterio, y pretende buscar el sentido y propsito de la vida, con todas sus amarguras, en el placer de un Dios que no puede ser encontrado en ninguna parte. Una mente cultivada e investigadora, sabe que la religin dogmtica tan slo puede dar una respuesta inventada por el hombre, aunque pretendiendo que proviene de Dios. Para qu entonces existe el universo y para qu ulterior propsito se halla el hombre, el Pensador inmortal, dentro de esta evolucin? El objetivo es la experiencia y la emancipacin del alma, con el propsito de elevar la masa entera de materia manifestada a la estatura, naturaleza y dignidad de Divinidad Consciente. El gran designio es el de lograr la autoconsciencia, no a travs de una raza o una tribu, o de alguna nacin favorita, sino por y a travs del perfeccionamiento - despus de su transformacin - de la masa total de materia, as como tambin de lo que nosotros ahora denominamos alma. Nada es ni ser excluido. La meta para el hombre actual es su iniciacin en el completo saber; y para los otros reinos inferiores a l, el que puedan ser elevados gradualmente, de plano en plano, hasta ser con el tiempo tambin iniciados. Esta es la evolucin elevada hasta su ms alta potencia; ste es un prospecto magnfico, que transforma al hombre en un dios y le da a cada parte de la naturaleza la posibilidad de llegar a convertirse en uno, algn da. Hay fuerza y nobleza en esta teora, porque en ella ningn hombre es empequeecido o rebajado, ya que ningn ser es tan originalmente pecador e impuro que no pueda elevarse por encima de todo pecado. Considerado desde el punto de vista materialista de la Ciencia, la evolucin abarca la mitad de la vida; mientras que el concepto religioso de la evolucin, es una mezcolanza de absurdos y temores. Las religiones de hoy en da retienen siempre el elemento del temor, y al mismo tiempo se imaginan que un ser Todopoderoso no puede pensar acerca de ninguna otra tierra o globo sino ste, al cual gobierna de manera muy imperfecta. Pero la antigua doctrina teosfica hace del universo un conjunto vasto, completo y perfecto. Ahora bien, desde el momento en que nosotros postulamos la existencia de una doble evolucin, fsica y espiritual, tenemos que admitir al mismo tiempo que tal evolucin tan slo puede ser llevada a cabo por medio de la reencarnacin. Esto est, en efecto, demostrado por la ciencia. Se ha demostrado que la materia de la tierra y de todas las cosas fsicas que en ella existen, estuvo en una poca en estado gaseoso o fluido; que la misma se enfri que sufri cambios; que de sus alteraciones y evoluciones se gener al fin la gran variedad de cosas y de seres. Esto, en el plano fsico significa transformacin o cambio de una forma a la otra. La masa total de materia es casi la misma que al comienzo de la formacin de este globo, concedindosele una nfima adicin debida a polvo estelar y aerolitos. En consecuencia, la materia debe haber sido cambiada repetidas veces y, por tanto, haber sido fsicamente reformada y reincorporada. Desde luego, para ser estrictamente exactos, nosotros no deberamos emplear la palabra reencarnacin, porque "encarnar" se refiere a la carne. Digamos pues, "reincorporada", y entonces vemos que para ambos, la materia y el hombre, ha habido un constante cambio de forma y esto es, ampliamente hablando, "reencarnacin". Con relacin a la masa d materia, la doctrina ensea que la materia toda ser elevada hasta la jerarqua del hombre, cuando el hombre haya adelantado ms por s mismo. Ningn residuo se dejar atrs despus de la salvacin final del hombre, residuo del cual haya que disponer de una manera misteriosa en algn remoto depsito polvoriento de la naturaleza. La doctrina verdadera no admite concesin alguna de tal ndole y al mismo tiempo no teme dar la verdadera disposicin de lo que podra parecer un residuo. Todo es elaborado y procesado hacia otros estados superiores, porque segn declara la filosofa, no existe materia alguna inorgnica, sino que cada tomo es una entidad viviente y contiene el germen de la autoconsciencia, y esto debe traer por resultado que algn da todo tendr que haber sido transformado. As que, lo que actualmente conocemos como carne humana, contiene hoy materia que en una poca fue totalmente mineral, ms adelante fue vegetal y hoy est refinada en tomos humanos. En un momento muy distante del actual, la materia vegetal de hoy habr sido elevada al reino animal, y lo que nosotros ahora usamos como nuestra materia orgnica o carnal ser cambiada, por transformacin, a

travs de la evolucin, en pensadores autoconscientes; y as sucesivamente, ascendiendo la escala entera hasta el advenimiento de ese perodo en el cual, lo que se conoce hoy como materia mineral habr pasado al humano, y an ms all, hasta el nivel del Pensador. Entonces, al advenimiento de otro gran perodo de evolucin, la materia mineral de esa poca ser la que en la actualidad est pasando a travs de sus transformaciones inferiores en otros planetas y en otros sistemas de mundos. Esto es quizs un bosquejo "fantstico" para los hombres de hoy en da, tan acostumbrados como estn a ser tratados desde su nacimiento, como malos, pecadores, dbiles y completos necios, que temen hasta admitir la verdad acerca de ellos mismos; pero para los discpulos de los antiguos tesofos, esto no es imposible ni fantstico, sino lgico y vasto. Y sin duda alguna, este esquema ser aceptado algn da por todos, cuando la mente de la raza occidental haya rechazado la cronologa y las ideas mosaicas sobre el hombre y la naturaleza. Por lo tanto, en cuanto a la reencarnacin y a la metempsicosis, nosotros decimos que estas deben ser aplicadas primeramente al Cosmos entero y no simplemente al hombre. Pero como el hombre es el ms interesante objeto para s mismo, consideraremos en detalle la reencarnacin desde el punto de vista que a l atae. Esta es la ms antigua doctrina y es ya aceptada por ms seres humanos que el nmero de aqullos que la repudian. Casi todos los millones de habitantes en Oriente aceptan esta doctrina; la misma fue enseada por los griegos; un gran nmero de chinos cree actualmente en ella, lo mismo que sus antepasados; los judos la consideraban cierta y no ha llegado a desaparecer de su religin; y Jess, a quien se le llama fundador del Cristianismo, tambin crey y ense esta doctrina. En la iglesia Cristiana primitiva tambin era conocida y promulgada, y los ms preeminentes entre los padres de la iglesia la crean y promulgaban. Los Cristianos deberan recordar que Jess era un judo, que consideraba su misin destinada a los judos, porque segn dice el Evangelio de San Mateo: "Yo no soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel". Jess debi haber conocido bien las doctrinas que ellos profesaban. Todos crean en la reencarnacin. Para ellos Moiss, Adn, No, Seth y otros, haban regresado a la tierra; y en la misma poca de Jess se crea comnmente que el antiguo profeta Elas estaba an por regresar. As es que encontramos, ante todo, que Jess jams neg ni abjur la doctrina y en varias ocasiones le dio su asentimiento, como cuando dijo que Juan el Bautista era en realidad una nueva encarnacin del antiguo Elas, a quien las gentes estaban esperando. Todo esto puede ser verificado en el Evangelio de San Mateo, en los captulos XVII, XI y otros. En esos escritos se notar claramente que Jess aprobaba la doctrina de la reencarnacin; y siguiendo el sendero de Jess, San Pablo, en la epstola a los romanos, captulo IX, habla de Esa y de Jacob como habiendo realmente existido antes de su nacimiento; y ms tarde, tan preeminentes padres de la iglesia Cristiana, como Orgenes, Synesios y otros, aceptaron y ensearon la teora. En el libro de Proverbios VIII, 22, Salomn dice haber estado presente durante la formacin de la tierra y que mucho antes de que l pudiera haber nacido como Salomn, sus placeres eran los de vivir en las partes habitables de la tierra en compaa de los hijos de los hombres. En el Apocalipsis, III, 12, San Juan el Evangelista relata que a l le fue revelado en el curso de una visin, la que se refiere a la voz de Dios o a la de alguien hablando en su nombre, que quien quiera que llegase a vencer no tendra la necesidad de "salir" otra vez; es decir, que no necesitara reencarnar ms. Durante quinientos aos despus de Jess, hasta el Concilio de Constantinopla, esta doctrina fue enseada en la iglesia. Entonces se promulg una condenacin sobre un aspecto del asunto, condenacin que ha sido interpretada por muchos como si se hubiese hecho contra la reencarnacin; pero si tal condenacin es dictada contra las palabras de Jess, la misma no tiene ningn efecto. Esta condenacin, por cierto, va contra El, y por tanto la iglesia se encuentra en la posicin de alegar, en efecto, que Jess no conoca lo bastante para maldecir, segn lo hizo la iglesia, una doctrina conocida y enseada en su poca, y la cual fue conspicuamente trada a su conocimiento y nunca condenada sino de hecho aprobada por El. El Cristianismo es una religin Juda y esta doctrina de la reencarnacin le pertenece histricamente por herencia judaica, y tambin por razn de haber sido enseada por Jess y por los primeros padres de la iglesia. Si hubiera alguna forma verdica o lgica para la iglesia Cristiana de librarse de este dilema excluyendo, desde luego, los dogmas de la iglesia -, al Tesofo le agradara que se la diesen a conocer. En realidad el Tesofo sostiene que quien quiera que sea Cristiano profeso y niegue esta teora, l mismo pone con eso su juicio contra el de Jess, quien debi haber sabido ms sobre el asunto que aquellos que lo siguen. Es este anatema lanzado por el Concilio de la iglesia contra la reencarnacin, y la ausencia de esta doctrina en la enseanza actual, lo que ha hecho dao al Cristianismo y ha hecho de todas las naciones Cristianas pueblos que pretenden ser discpulos de Jess y de la ley del amor, pero que

realmente como naciones, son seguidoras de la Ley Mosaica del talin y de la represalia. Porque slo en la reencarnacin se encuentra la respuesta a todos los problemas de la vida; y en ella y en el Karma se encuentra la fuerza que har a los hombres practicar la tica que profesan en teora. Es el objeto de la antigua filosofa el restituir esta doctrina a cualquier religin que la haya perdido, y por lo tanto nosotros le llamamos el "acorde perdido del Cristianismo". Pero quin o qu es lo que reencarna? El cuerpo fsico no es lo que reencarna, porque ese cuerpo muere y se desintegra; y a muy pocos de nosotros nos gustara permanecer encadenados para siempre a tales cuerpos como los que tenemos ahora, que se admite estn infestados de enfermedades, excepto en el caso de los salvajes. El cuerpo astral no es tampoco lo que reencarna, porque como se ha demostrado ya, el astral tambin tiene su lmite y debe desintegrarse despus que el cuerpo fsico se ha disuelto. Tampoco son las pasiones y los deseos. Estas ltimas son sin duda alguna de un largo trmino, porque tienen el poder de reproducirse por s mismas en cada vida mientras nosotros no las vayamos erradicando. La reencarnacin se encarga de eso, puesto que ella nos proporciona numerosas oportunidades para que lentamente, uno por uno, sean erradicados todos los deseos y pasiones que desfiguran la imagen celeste del hombre espiritual. Ya ha sido explicado cmo la parte pasional de nosotros se funde con la astral despus de la muerte y proyecta aparentemente un ser, que tiene una corta existencia que vivir mientras se desintegra. Cuando la separacin se completa entre el cuerpo que ha muerto, el cuerpo astral y las pasiones y deseos habiendo la vida comenzando a ocuparse en otras formas -, la Triada Superior, Manas, Buddhi y Atma, quienes componen el hombre real, inmediatamente pasan a otro estado o ambiente, y cuando termina este estado -el cual es llamado Devachn, o cielo-, la Triada Superior es de nuevo atrada hacia la tierra para su reencarnacin. Esta Triada es la parte inmortal de nuestro ser; en efecto, nosotros somos esta Triada. Esto deber ser firmemente comprendido por la mente, porque de su claro entendimiento depende la comprensin de toda la doctrina. Lo que en realidad obstaculiza esta visin para el hombre occidental moderno, es sencillamente el prolongado entrenamiento que todos nosotros hemos tenido en ciencia materialista y una religin materializante, las cuales han hecho del mero cuerpo fsico algo muy prominente. La primera ha enseado todo lo relativo a la materia solamente, 'y la segunda ha predicado la resurreccin del cuerpo, una doctrina contraria al sentido comn, a los hombres, a los hechos, a la lgica y a todo testimonio. Pero no hay duda alguna de que la teora de la resurreccin corporal proviene de la corrupcin de una ms antigua y verdadera enseanza. La resurreccin est basada en lo que dice Job acerca de haber visto a su redentor en la carne, y sobre la mencin de San Pablo de que el cuerpo fue resucitado incorrupto. Pero Job fue un egipcio que hablaba de ver a su maestro o iniciador, quien era el redentor, y Jess y Pablo se referan al cuerpo espiritual solamente. Aunque la reencarnacin es la ley de la naturaleza, la trinidad completa de Atma-Buddhi-Manas an no encarna enteramente en esta raza. Estos tres principios superiores usan y ocupan el cuerpo por mediacin de la entrada de Manas, que es el ms inferior de los tres principios, y los otros dos brillan sobre l desde arriba, constituyendo as el "Dios en los Cielos". Esto fue simbolizado en las antiguas enseanzas Judaicas por medio del Hombre Celeste, quien se yergue con la cabeza en el cielo, y los pies en el infierno. Esto es, la cabeza, Atma y Buddhi an permanece en el cielo, y los pies, Manas, caminan en el infierno, que es el cuerpo carnal y la vida material. Por esa razn el hombre no es an totalmente consciente, y las reencarnaciones son an necesarias con el fin de lograr la encarnacin de la completa Trinidad Superior en el cuerpo. Cuando ese fin haya sido consumado, la raza llegar a ser una raza de dioses; y al encontrarse entonces la trinidad divina en pleno control y posesin, la masa total de la materia ser perfeccionada y elevada hacia el prximo paso. Este es el verdadero significado de "el verbo hecho carne". En el caso aislado de individuos como Jess o Buda, aquello fue un acontecimiento tan grandioso como para ser considerado por el mundo como el de una encarnacin divina. Y de esto tambin surge la idea de la crucifixin, porque Manas es pues crucificado con el propsito de elevar al ladrn hasta el Paraso. Es en razn de que la trinidad no est encarnada en la raza que la vida abarca tantos misterios, algunos de los cuales estn apareciendo da a da, a travs de los diversos experimentos que se hacen acerca del hombre. El mdico no sabe lo que la vida es, ni la razn por la que el cuerpo funciona como lo hace, porque la parte espiritual est an amortajada entre las nubes del cielo; el hombre cientfico est buscando en la obscuridad, desconcertado y confuso por todo lo que el hipnotismo y otros fenmenos extraos traen ante l, porque el hombre consciente se encuentra fuera del alcance, sobre la cumbre misma de la divina montaa, forzando as al erudito a hablar de la "mente subconsciente", la "personalidad latente", y otros. Por otro lado, el sacerdote no puede darnos ninguna luz porque l niega la naturaleza divina del hombre,

reduce todo al nivel del pecado original y coloca sobre nuestro concepto de Dios el negro estigma de ineptitud para controlar o manejar la creacin sin la invencin de expedientes para reparar errores hipotticos. Esta antigua verdad resuelve el enigma y pinta a Dios y a la Naturaleza en colores armoniosos. La reencarnacin no significa que nosotros transmigramos hacia formas animales despus de la muerte, segn la creencia de algunos pueblos del oriente. "Una vez un hombre, siempre un hombre", dice el adagio de la Gran Logia. Pero el castigo para algunos hombres no sera an excesivo si fuera posible condenarlos a renacer en los cuerpos de animales irracionales; sin embargo, la naturaleza nunca es guiada por sentimientos sino por ley, y nosotros, que no estamos capacitados para verlo todo, no podemos decir que el hombre brutal es todo bruto a travs de su naturaleza. Y la evolucin, habiendo conducido a Manas, el Pensador, la Persona Inmortal, a este plano, no puede volverse atrs hacia el bruto que carece de Manas. Al examinar las dos explicaciones para la aceptacin literal por algunos orientales de esas Leyes de Man, que parecen ensear la transmigracin hacia los seres brutos, insectos, etc., comprendemos porqu el estudiante verdadero de esta doctrina no puede caer en el mismo error. La primera de estas explicaciones es que los diversos libros y versos que ensean tal transmigracin, tratan sobre el verdadero mtodo de la reencarnacin, o sea, con la explicacin de los actuales procesos fsicos que tienen que ser experimentados por el Ego al pasar del estado de desencarnado al encarnado, y tambin con las sendas, los mtodos o los medios de descenso del plano invisible al visible. Esto no ha sido an explicado completamente en los libros Teosficos, porque primeramente es un asunto delicado, y luego los detalles no seran recibidos con credulidad an por los mismos Tesofos, aunque algn da lo sern. Y como estos detalles no son de grandsima importancia, no son expuestos ahora. Pero como sabemos que ningn cuerpo humano se forma sin la unin de los dos sexos, y que los grmenes de tal produccin estn encerrados en los centros sexuales y por tanto deben provenir de los alimentos ingeridos por el cuerpo, evidentemente los alimentos tienen algo que ver con el Ego reencarnante. Ahora bien, si el camino a la reencarnacin conduce a travs de ciertos alimentos y no de otros, es posible que si el Ego se fija o traba en alimentos que no conducirn al germen de la reproduccin fsica, se seala un castigo en donde el Man dice que tales y cuales prcticas conducirn a la transmigracin, lo cual es entonces un "impedimento". Yo emito ahora esta opinin, para el beneficio de aquellos tesofos que leen estos pasajes, y cuyas propias teoras sobre esta materia son actualmente ms bien vagas e indefinidas y en ciertos casos basadas en hiptesis completamente diferentes. La segunda explicacin es que, por cuanto la naturaleza intenta que usemos la materia absorbida por nuestro cuerpo fsico y cuerpo astral, con el propsito, entre otros, de beneficiar la materia con la impresin que ella recibe durante su contacto y asociacin con el Ego humano, si nosotros la usamos para darle nicamente una impresin e impulso brutal, ella debe retornar al reino animal, para ser absorbida all, en vez de ser refinada y retenida en el plano humano. Y como toda la materia con que el Ego humano se rodea retiene la huella o impresin fotogrfica del ser humano, la materia tendra que transmigrar a un nivel inferior, ya que el Ego le da una impresin animalizada. Este hecho, real en el gran laboratorio qumico de la naturaleza, pudiera ser fcilmente mal interpretado por el ignorante. Pero los estudiantes de hoy en da saben que tan pronto como Manas, el Pensador, ha arribado a la escena, nunca ms retorna a las formas inferiores; primero porque no lo desea, y segundo porque no puede. Porque as como la sangre en el cuerpo est impedida, por vlvulas, de retroceder y congestionar el corazn, de la misma manera, en el vasto sistema de circulacin universal, la puerta se cierra detrs del Pensador impidindole su retroceso. La reencarnacin, como doctrina que aplica al hombre real, no ensea en absoluto la transmigracin a reinos de la naturaleza inferiores al humano.

CAPITULO IX

CONTINUACION SOBRE LA REENCARNACION


En Occidente, en donde la meta de la vida consiste en lograr el xito comercial, financiero, social o cientfico, es decir, lucro personal, engrandecimiento y poder, la verdadera vida del hombre recibe muy poca atencin, y nosotros, al contrario de los orientales, damos escasa prominencia a la doctrina de la preexistencia y a la de la reencarnacin. El mero hecho de que la Iglesia la niega, es suficiente razn para un gran nmero de personas, con las cuales ninguna argumentacin tiene caso. Confiando en su iglesia, tales personas no desean perturbar la tranquilidad de su fe en dogmas que podran ser ilgicos; y como han sido disciplinados en la suposicin de que la iglesia los puede condenar al infierno, tan slo el temor ciego a la maldicin lanzada contra la reencarnacin en el Concilio de Constantinopla, por el ao 500 de la Era Cristiana, los excluira a ellos de aceptar la teora maldita. Y la iglesia, al tratar sobre la doctrina,

insina la objecin de que si los hombres se convencieran de que vivirn muchas vidas, la tentacin de aceptar el presente y hacer el mal sin restriccin alguna, sera demasiado fuerte. Absurda como parece, sta es la premisa planteada por los jesuitas eruditos, quienes alegan que los hombres ms bien preferirn tener la oportunidad presente que esperar por otras futuras. Esta objecin sera vlida si no hubiera retribucin alguna, pero como la Naturaleza tiene tambin un Nmesis para cada malhechor, y como cada uno, bajo la ley del Karma - que es la ley de causa y efecto y de la justicia cabal ha de recibir por s mismo las exactas consecuencias, en cada encarnacin, de todos los buenos o malos actos y pensamientos que realiz y tuvo en otras encarnaciones, el principio fundamental para la conducta moral est asegurado. Hay seguridad en este sistema, puesto que ningn hombre puede por ningn medio, favor, edicto, o creencia, eludir las consecuencias y cada uno que se aferre a esta doctrina ser movido por su conciencia y todo el poder de la naturaleza a obrar bien, con el fin de que pueda recibir el bien y llegar a ser feliz. Se ha sostenido que la teora del renacimiento es antiptica y desagradable, porque, por una parte es fra y no permite la interferencia de sentimiento alguno, prohibindonos renunciar a voluntad a una vida que hemos encontrado dolorosa, y por otra parte, que no parece que dentro de esa teora haya ninguna oportunidad de ver a nuestros seres queridos que han fallecido con anterioridad. Pero ya sea esto de nuestro agrado o no, las leyes de la Naturaleza operan infaliblemente y ni el sentimiento ni la emocin pueden, de manera alguna, evitar la consecuencia que debe seguir a una causa. Si tomamos alimentos nocivos, malas consecuencias tienen que sobrevenir. El glotn quisiera permiso de la Naturaleza para hartarse sin ser afectado por la indigestin que ha de resultar, pero las leyes de la Naturaleza no pueden ser tan fcilmente descartadas. Ahora bien, la objecin a la reencarnacin de que no veremos a nuestros seres queridos en el cielo, segn asegura la religin dogmtica, presupone una cesacin completa de la evolucin y del desarrollo de esos seres que abandonan la tierra antes que nosotros, y tambin asume que el reconocimiento depende de la apariencia fsica. Pero as como progresamos en esta vida, de la misma manera debemos progresar al abandonarla y sera injusto obligar a los otros a que esperen nuestro arribo sin cambiar para que nosotros podamos reconocerlos. Y si uno reflexiona en las consecuencias naturales de elevarse hacia el cielo, donde todos los impedimentos son descartados, debe ser evidente que aquellos que han estado residiendo all por veinte aos mortales con anterioridad a nuestro arribo, deben haber efectuado, dentro de la naturaleza de los procesos mentales y espirituales, un progreso equivalente a muchos cientos de aos sobre la tierra. Cmo podramos entonces, arribando ms tarde, y an imperfectos, ser capaces de reconocer a aquellos que han estado perfeccionndose en el cielo con tales ventajas? As como sabemos que el cuerpo fsico ha quedado atrs abandonado para su desintegracin, de igual modo es evidente que en la vida espiritual y mental, el reconocimiento no puede depender de la apariencia corprea. No slo es esto evidente sino que estamos persuadidos de que un cuerpo fsico contrahecho o mal parecido a veces encierra una inteligencia brillante y un alma pura, y que un cuerpo exterior hermosamente formado - tal como es el caso de los Borgias - puede ocultar un demonio encarnado en cuanto al carcter; la forma fsica no ofrece, pues, garanta de reconocimiento en ese mundo, en donde el cuerpo fsico est ausente. Y la madre que ha perdido un nio cuando ste alcanz su madurez, ha de saber que ella amaba a ese nio tanto cuando era un beb como posteriormente, cuando la gran alteracin, al avanzar la vida, hubo barrido completamente la fisonoma y los rasgos de la primera juventud. Los Tesofos saben que esta objecin no puede ser sostenida frente a la vida pura y eterna del alma. Adems, la Teosofa ensea que todos aquellos seres que se asemejan y se aman unos a otros, habrn de reencarnar juntos, siempre que las condiciones y circunstancias lo permitan. Cuando uno de nosotros ha avanzado ms en el sendero de la perfeccin, ser siempre impulsado a ayudar y consolar aquellos que pertenecen a la misma familia. Pero cuando un ser se ha vuelto craso, egosta y perverso, ningn otro ser tendra inters alguno en su compaa en otra vida. La identificacin o reconocimiento depende de la visin interna y no de la apariencia externa; por lo tanto, esta objecin carece de validez. El otro aspecto de esta objecin relacionada con la prdida de padres, hijos y parientes, est basado en la idea errnea de que, como los padres dan al hijo el cuerpo, de la misma manera le dan tambin el alma. Pero el alma es inmortal y carece de padres; por lo tanto esta objecin no tiene fundamento alguno. Hay personas que alegan que la teora de la Herencia invalida la teora de la Reencarnacin. Nosotros alegamos que es prueba de ella. La herencia, al proporcionamos un cuerpo fsico en cualquier familia provee el ambiente apropiado para el Ego. El Ego slo encarna en una familia que, a bien responde completamente a su naturaleza toda, o le ofrece la oportunidad para la realizacin de su evolucin, y que adems est vinculada con el Ego por razn de sus encarnaciones pasadas o por causas mutuamente

creadas. As, pues, el nio malvado puede nacer en una familia actualmente buena, porque los padres y el nio estn indisolublemente vinculados por acciones pasadas. Esa es una oportunidad de redencin para el nio y la ocasin de castigo para los padres. Esto seala la herencia corporal como un rgimen de la naturaleza que gobierna los cuerpos que debemos habitar, al igual que las casas y edificios de una ciudad revelan la mentalidad de sus constructores. Y como nosotros, lo mismo que nuestros padres, fuimos los elaboradores que influenciamos la obra hecha a travs de otros cuerpos, tomamos parte y fuimos responsables de diversos estados de la sociedad en los cuales el desarrollo del cuerpo fsico y del cerebro fue ya retardado o avanzado, envilecido o enaltecido, de igual modo somos responsables en esta vida de la civilizacin dentro de la cual aparecemos ahora. Sin embargo, cuando observamos el carcter en los Egos reencarnados, encontramos grandes diferencias esenciales. Esto se debe al alma interior que es la que est sufriendo o gozando dentro de una familia, nacin y raza, sus propios pensamientos y actos, con los que sus vidas pasadas hicieron inevitable que encarnara. La herencia provee el alojamiento y tambin impone esas limitaciones de capacidad cerebral o corprea, que son a menudo como un castigo y otras veces como una ayuda, pero que jams afectan al Ego. La transmisin de caractersticas es una cuestin material y tan slo la manifestacin de consecuencias, en una nacin, de ecos de vidas anteriores de los Egos destinados a formar parte de esa raza. Las limitaciones impuestas al Ego por cualquier herencia de familia, son las consecuencias exactas de las vidas anteriores de ese mismo Ego. El hecho de que tales rasgos fsicos y peculiaridades mentales sean transmitidos, no contradice la doctrina de la reencarnacin, puesto que sabemos que la mente conductora y el carcter verdadero de cada cual no son el resultado de un cuerpo y un cerebro fsicos, sino que son peculiares al Ego en su vida esencial. La transmisin de caractersticas y tendencias por mediacin de los padres y del cuerpo, es exactamente el mtodo elegido por la naturaleza para proporcionarle al Ego encarnante el alojamiento apropiado en el cual puede proseguir su trabajo. Cualquier otro mtodo sera imposible y subversivo al orden natural. Por otra parte, aqullos que se empean en la objecin de la herencia se olvidan de que estn acentuando las similitudes y pasando por alto las divergencias; pues mientras las investigaciones sobre la lnea de la herencia fsica han registrado la transmisin de numerosos rasgos y tendencias, esas investigaciones no han hecho lo mismo con respecto a las divergencias que provienen de la herencia, que son mayores en nmero. Todas las madres saben que los nios de una familia son tan diferentes en carcter como los dedos de una mano; ellos provienen de los mismos padres, pero todos varan en carcter y en capacidad. La herencia, como la gran regla y como explicacin completa, queda absolutamente derribada y contradicha por la historia, que no muestra ninguna prueba de transmisin continua de erudicin, poder y capacidad. Por ejemplo, en el caso de los antiguos egipcios, por largos siglos extinguidos y su lnea de transmisin truncada, vemos la transmisin hacia sus descendientes. Si la herencia fsica esclarece la cuestin del carcter, cmo puede explicarse la desaparicin del gran carcter Egipcio? La misma cuestin se presenta con respecto a otras naciones antiguas y ahora extinguidas. Y tomando una ilustracin individual, tenemos al gran msico Bach, cuyos descendientes por lnea directa mostraron una marcada disminucin del talento musical, que condujo a su final desaparicin del seno de la familia. Pero la Teosofa ensea que en estos dos casos - como en todos los similares - la capacidad y la habilidad verdaderas nicamente han desaparecido de una familia y de un conjunto nacional, pero son de hecho retenidas por los Egos que antiguamente las exhibieron y quienes estn ahora encarnados en alguna otra nacin y familia de la era presente. El sufrimiento alcanza a casi todos los hombres y un gran nmero de ellos vive una vida de sufrimiento desde la cuna hasta la sepultura; por eso se alega, que la reencarnacin es injusta porque nosotros sufrimos debido a las malas acciones cometidas por otra persona en otra vida. Esta objecin se basa en la nocin errnea de que el ser en la otra vida era otra persona; pero en realidad es el mismo ser e identidad en todas las vidas. Cuando retornamos, nunca ocupamos el cuerpo de ninguna otra persona ni asumimos los actos de otros seres, sino que somos cada uno como un actor que desempea muchos papeles en la escena, el mismo actor interiormente, aunque la indumentaria y los versos recitados difieran en cada nueva obra. Shakespeare tena razn al decir que la vida es un escenario, porque la gran vida del alma es un drama y cada nueva vida y renacimiento es un nuevo acto en el cual asumimos otro papel y nos ponemos nuevo vestuario; pero a travs de todo ello somos exactamente el mismo ser. As pues, en vez de ser injusta la reencarnacin es perfecta justicia, y de ninguna otra forma podra la justicia ser preservada.

Pero si nosotros reencarnamos, se dice, cmo es que no podemos recordar las vidas anteriores?, y ms an, ya que no podemos recordar los actos que ocasionaron nuestro sufrimiento no es sta razn suficiente para considerarlo injusto? Esas personas que as preguntan, ignoran siempre el hecho de que ellos tambin experimentan durante su vida numerosos placeres y recompensas, y se contentan con aceptarlos sin preguntar. Porque si es injusto ser castigados por actos cometidos que no recordamos, entonces tambin es injusto el ser recompensados por otros actos que tambin han sido olvidados. El mero hecho de entrar en la vida terrenal no es fundamento apropiado para ninguna recompensa ni castigo. Recompensa y castigo deben ser el justo merecimiento por una conducta anterior. La ley de justicia de la Naturaleza no es imperfecta, y es slo la imperfeccin de la justicia humana la que requiere que el delincuente sepa y recuerde en esta vida, un hecho al cual va adjunta una pena. En la vida anterior el ser que actu entonces estaba bien consciente de lo que hizo, y es la naturaleza la que determina las consecuencias de sus actos, siendo por tanto justa. Bien sabemos que la naturaleza har que el efecto siga a la causa, cualesquiera que sean nuestros deseos, ya sea que recordemos u olvidemos lo que hicimos. Si un infante es lastimado en sus primeros aos por la nodriza, al extremo de preparar el terreno para una lisiadura en el curso de su vida, como es frecuente el caso, la lisiadura se manifestar aunque no fuera el nio el causante ni recordara nada acerca de ello. Pero la reencarnacin, con su doctrina acompaante del Karma, demuestra debidamente cun justo y perfecto es el esquema completo de la Naturaleza. El recuerdo de una vida anterior no se necesita para probar que nosotros hemos pasado a travs de esa existencia, ni es tampoco el hecho de que no lo recordemos una buena objecin. Nosotros olvidamos la mayor parte de los acontecimientos que suceden durante los das y aos de esta misma vida, pero nadie podra inferir por esa razn que no hemos pasado por ellos. Esos aos fueron vividos y retenemos tan slo unos detalles en el cerebro, pero el efecto integral de ellos sobre el carcter s es retenido y forma parte de nosotros. El conjunto completo y detallado de las circunstancias de una vida es preservado en el hombre interno, para ser algn da plenamente regresado a la memoria consciente, en alguna otra vida en la que seremos perfectos. Y an ahora, imperfectos como somos y con lo poco que conocemos, los experimentos por medio del hipnotismo demuestran que los ms minuciosos detalles estn registrados en lo que al presente se conoce como la mente subconsciente. Segn la doctrina teosfica, ni uno solo de estos acontecimientos es de hecho olvidado, y al final de la vida, cuando los ojos se cierran y aquellos que nos rodean declaran que hemos fallecido, cada pensamiento y cada circunstancia de la vida cruza relampagueante pero vivsimamente dentro y a travs de la mente. Muchas personas, sin embargo, recuerdan que han vivido antes. Los poetas lo han cantado as; los nios lo saben bien, hasta que el constante vivir en un ambiente de incredulidad ahuyenta el recuerdo de sus mentes, por el momento; pero todos estn sujetos a las limitaciones impuestas al Ego por el nuevo cerebro en cada vida terrenal. Esta es la razn por la cual no somos capaces de retener las imgenes y escenas del pasado, bien sean de sta o de vidas anteriores. El cerebro es el instrumento para la memoria del alma, y siendo nuevo en cada vida pero con una cierta capacidad, el Ego puede nicamente usarlo en la nueva vida con arreglo a su capacidad. Esa capacidad ser plenamente utilizada o no, slo de acuerdo con los propios deseos y conducta previa del Ego, porque esas vidas pasadas habrn aumentado o disminuido su poder para vencer las fuerzas de la existencia material. Si se vive de acuerdo con los dictmenes del alma, el cerebro puede finalmente volverse permeable a la memoria de aqulla; pero si la clase de vida que se lleva es opuesta a ese precepto, entonces ms y ms nubes obscurecern esa reminiscencia. Pero como el cerebro no tom parte alguna en la ltima vida pasada, ste es en general incapaz de recordarla. Esta ley es muy sabia, porque seramos muy desdichados si las acciones y escenas de nuestras vidas anteriores no fuesen ocultadas a nuestra contemplacin, hasta que por disciplina pasemos a ser capaces de enfrentarnos al conocimiento de las mismas. Otra de las objeciones presentadas es la de que, bajo la doctrina de la reencarnacin, no es posible dar cuenta del crecimiento de la poblacin del mundo. Esto supone que sabemos con seguridad que ha crecido y que estamos bien informados de sus fluctuaciones. Pero no hay certeza de todo esto y, ms an, un vasto nmero de personas es aniquilado anualmente, acerca de las cuales nada sabemos. En China, ao tras ao, muchos millares de personas han sido arrastradas por inundaciones. Las estadsticas acerca del hombre mundial no han sido hechas an. Ignoramos por cuntos millares las defunciones en Africa exceden a los nacimientos en cualquier ao. La objecin se basa en cuadros estadsticos imperfectos que slo tienen que ver con los pases occidentales. Tal objecin igualmente asume que hay menos Egos fuera de encarnacin y esperando su renacimiento que el nmero de Egos que actualmente se encuentra ahora

habitando cuerpos, y esto es incorrecto. Annie Besant ha explicado bien esto en su libro "Reencarnacin", donde se dice que el globo habitado se asemeja a un auditorio en un pueblo, lleno de gente, donde la mayora siempre permanece afuera, en el pueblo; el nmero de concurrentes en el auditorio puede siempre variar, pero hay una constante fuente suplidora en el pueblo. Es cierto que en lo que concierne a este globo el nmero de Egos que le pertenecen es definido, pero nadie sabe lo que ese nmero es exactamente, ni cul es la capacidad total de la Tierra para sostenerlos. Las estadsticas de hoy se encuentran principalmente en Occidente, y sus cuadros comparativos abarcan nicamente una pequea seccin de la larga historia del hombre. Esas estadsticas no pueden precisar el nmero de seres que estaban encarnados sobre la tierra en cualquier poca remota cuando el globo estuvo densamente habitado; por tanto, el nmero de Egos deseando o esperando su renacimiento es desconocido. Los Maestros del conocimiento teosfico dicen que el nmero total de esos Egos es vasto, y por esa razn el nmero de egos listos para tomar posesin de los cuerpos por nacer que exceden el nmero de los que mueren, es suficiente. Pero tambin se debe tener en mente que cada Ego por s mismo vara la duracin de su permanencia en los estados Post-Mortem. Los Egos no reencarnan con los mismos intervalos, sino que emergen de esos estados de reposo despus de la muerte en proporciones y nmeros diversos, y siempre que ocurre un gran nmero de muertes por motivos de guerra, peste o hambre, hay de inmediato una precipitacin de almas hacia la encarnacin, bien sea en el mismo lugar, o en cualquier otro sitio o raza. La tierra es un globo tan pequeo dentro de la inmensa multitud de planetas habitables, que es suficiente la reserva de Egos listos para encarnar. Pero con el debido respeto hacia aqullos que introdujeron esta objecin, yo no veo que la objecin tenga mayor validez o relacin alguna con la verdad sobre la doctrina de la reencarnacin.

CAPITULO X

ARGUMENTOS QUE APOYAN LA REENCARNACION


Amenos que neguemos la inmortalidad del hombre y la existencia del alma, no hay ningn argumento firme contra la doctrina de la preexistencia y del renacimiento, excepto aqul que se basa en el dictamen de la iglesia, que dice que cada alma es una nueva creacin. Este dictamen puede ser nicamente sostenido por un dogmatismo ciego, ya que una vez conferida el alma tarde o temprano tenemos que arribar a la teora del renacimiento, porque an cuando cada alma es nueva sobre esta tierra, la misma debe continuar viviendo en alguna otra parte despus del fallecimiento; y en vista del reconocido orden de la naturaleza, el alma tendr otros cuerpos o vestiduras en otros planetas o esferas celestes. La Teosofa le aplica al yo personal - el pensador - las mismas leyes que rigen a travs de toda la naturaleza; y esas leyes todas son variaciones de la gran ley de que los efectos siguen siempre a las causas, y de que

ningn efecto existe sin una causa. La inmortalidad del alma - creda por la masa de la humanidad - exige la encarnacin corprea, aqu o en cualquier otra parte, y el estar encarnado significa reencarnacin. Si nosotros venimos a esta tierra tan slo por unos cuantos aos y luego vamos a alguna otra, el alma debe estar encarnada all lo mismo que aqu y si hemos arribado aqu desde cualquier otro mundo, debemos haber usado all tambin una vestidura apropiada. Los poderes de la mente y las leyes que gobiernan su accin, sus apegos y sus desapegos, segn se explica en la filosofa teosfica, demuestran que su reincorporacin debe efectuarse aqu, donde se vivi y labor, hasta que llegue ese momento en que la mente sea capaz de vencer las fuerzas que la encadenan a este globo. Permitir a la entidad aqu comprometida el transferirse a otra escena de accin, antes de que hubiera vencido todas las causas que la atrajeron aqu y sin haber llevado a cabo sus responsabilidades frente a otras entidades en la misma corriente de evolucin, sera injusto y contrario a las poderosas leyes y fuerzas ocultas que continuamente operan sobre ella. Los primeros Padres Cristianos vieron esto, y ensearon que el alma haba cado en la materia y que estaba obligada por la ley de su naturaleza a afanarse asiduamente hacia la misma fuente de donde provino. Cantaban un antiguo himno griego que deca: Mente Eterna, tu retoo destella, A travs de este sutil vaso de arcilla, Entre las olas del sombro caos Emite un tenue rayo. Esta Mente que envuelve el alma est sembrada, Germen encarnado sobre la tierra: Por piedad, Seor de la Misericordia, confiesa entonces Lo que en T reclama su nacimiento. An lejos de T, oh t, fuego central, Destierra la triste esclavitud de la tierra, No permitas que trmula la chispa expire; Absrbela al fin, que es tuya! Cada ser humano posee un carcter determinado que difiere del de todos los otros seres humanos, y muchedumbres de seres congregados dentro de naciones, demuestran en conjunto que el vigor nacional y peculiaridades distintivas se entrelazan para formar un carcter nacional. Estas diferencias, tanto individuales como nacionales, se deben al carcter esencial y no a la educacin. An la doctrina de la supervivencia de los ms fuertes debera demostrar esto, porque la aptitud y la fuerza no pueden emanar de la nada, sino que deben finalmente mostrarse por s mismas, en el parecer del verdadero carcter interior. Y como ambos, los individuos y las naciones, entre aquellos que se encuentran al frente en la lucha con la naturaleza, exhiben una inmensa fuerza de carcter, nosotros tenemos que encontrar ese lugar y esa poca, en donde tal fuerza fue desarrollada. Estos son, dice la Teosofa, esta tierra y todo el perodo durante el cual la raza humana ha existido sobre el planeta. As pues, mientras la herencia tiene algo que ver con la diferencia de carcter en cuanto a la fuerza y la moral, influenciando un poco el alma y la mente, y proveyendo tambin el lugar apropiado para recibir recompensa y castigo, la herencia no es, sin embargo, la causa de la naturaleza esencial que muestra cada cual. Mas todas esas diferencias, tales como aquellas mostradas por los nios desde el nacimiento, por los adultos a medida que el carcter se desarrolla ms y ms, y por las naciones a travs de su historia, se deben a la larga experiencia adquirida durante muchas vidas sobre la tierra, y son el resultado de la evolucin el alma misma. El examen de una corta vida humana no ofrece suficiente base para la formacin de la naturaleza interior del hombre. Es indispensable que cada alma adquiera toda la experiencia posible, y una sola vida no puede proporcionar esto an bajo las condiciones ms favorables. Sera una tontera del Todopoderoso el situarnos aqu por tan corto tiempo, tan slo para erradicarnos cuando hubiramos empezado a ver el propsito de la vida y las posibilidades que la misma ofrece. El simple deseo egosta de una persona, de evadir las pruebas y disciplinas de la vida, no es suficiente para poner de lado las leyes de la naturaleza; por lo tanto, el alma debe renacer hasta que deje de poner en movimiento la causa del renacimiento, despus de haber desarrollado su carcter hasta el lmite posible, segn indican todas las variedades de la naturaleza humana; cuando todas las experiencias hayan pasado y no antes de que toda la verdad accesible haya sido adquirida. La gran disparidad entre los hombres con respecto a capacidad nos obliga, si es que deseamos atribuir justicia a la Naturaleza o a Dios, a admitir la doctrina de la reencarnacin y a rastrear el origen de

esa disparidad en las vidas pasadas del Ego. Pues la gente est tan obstaculizada, obstruida, atropellada y hecha vctima de una aparente injusticia por falta de capacidad, como de veras lo est por razones de circunstancias de nacimiento o de educacin. Vemos al inducado elevndose por encima de las circunstancias de familia y de aprendizaje, y a menudo, otros nacidos en el seno de familias importantes, tienen una capacidad inferior; pero los problemas de las naciones y de las familias surgen ms de la escasez de capacidad mental que de ninguna otra causa. Y si consideramos tan slo las razas salvajes, en ellas la injusticia aparente es enorme; porque muchos salvajes tienen realmente una buena capacidad cerebral, pero an as permanecen en ese estado. Esto se debe a que el Ego en ese cuerpo est an salvaje y subdesarrollado; porque en contraste con el salvaje existen muchos hombres civilizados de insignificante calibre cerebral, que no son salvajes de naturaleza porque el Ego residente en ellos ha tenido una larga experiencia en la civilizacin durante vidas anteriores, y poseyendo un alma ms altamente desarrollada que la del salvaje, tiene el poder de usar el instrumento cerebral hasta su lmite ms elevado. Cada hombre siente y reconoce que l posee una individualidad propia, una identidad personal que salva no slo las lagunas o brechas causadas por el sueo, sino tambin aqullas que a veces sobrevienen como consecuencia de lesiones temporales del cerebro. Esta identidad jams se interrumpe desde el comienzo hasta el final de la vida en las personas normales, y nicamente la persistencia y carcter eterno del alma pueden dar una explicacin de esto. As, desde que comenzamos a recordar, sabemos que nuestra identidad personal no nos ha fallado, no importa cun limitada sea nuestra memoria. Esto descarta el argumento de que la identidad depende del recuerdo, en razn de que, si la identidad dependiera tan slo de ello, nosotros tendramos que comenzar de nuevo cada da ya que no podemos recordar los eventos del anterior en sus detalles, y algunas mentes no recuerdan sino muy poco y an as sienten en s mismas su identidad personal. Y como se observa con frecuencia que las personas que recuerdan el mnimo insisten tan vigorosamente como las otras sobre su identidad personal, esa persistencia de sentimiento debe emanar de la antigua alma inmortal. Contemplando la vida y su probable finalidad, con toda la variada experiencia posible para el hombre, uno est forzado a la conclusin de que una sola vida no es suficiente para llevar a cabo todo lo que intenta la Naturaleza, sin mencionar lo que el hombre mismo desea lograr. La gama de variedad en experiencias es enorme. Hay en el hombre un inmenso campo de poderes latentes, que segn notamos podran ser desarrollados si les fuera dada la oportunidad. Un conocimiento infinito en amplitud y en diversidad se extiende ante nosotros, especialmente en estos tiempos en que la investigacin especializada est a la orden del da. Nosotros percibimos que tenemos aspiraciones muy elevadas, sin tener el tiempo para poder realizarlas en toda su medida, mientras la gran tropa de pasiones y deseos, motivos y ambiciones egostas, guerrean contra nosotros y entre ellos mismos, persiguindonos an hasta la puerta del sepulcro. Todos estos obstculos tienen que ser tratados, conquistados, usados, sojuzgados. Una vida no es suficiente para todo esto. Decir que no tenemos sino una sola vida aqu, con tales posibilidades frente a nosotros imposibles de desarrollar, es hacer del Universo y la vida tan slo una inmensa y cruel broma perpetrada por un Dios poderoso, quien es por tanto acusado por aqullos que creen en la creacin especial de almas, de glorificarse y bromear con el diminuto hombre, simplemente porque ese hombre es pequeo y una mera criatura del Todopoderoso. Una vida humana a lo sumo es de unos setenta aos; las estadsticas reducen esta edad a un promedio de cuarenta; y de este remanente tan reducido, una parte considerable es empleada en el sueo y otra parte en la niez. Siendo esto as, en una sola vida parece ser completamente imposible alcanzar una mera fraccin de lo que la Naturaleza evidentemente tiene en perspectiva. Nosotros vagamente percibimos muchas verdades que una sola vida no nos da tiempo suficiente para asir y comprender, y esto es especialmente as, cuando los hombres tienen que sostener gran lucha para sobrevivir. Nuestras facultades son pequeas, sin desarrollo o dbiles; una sola vida no da la oportunidad para alterar esto; nosotros percibimos otros poderes que tenemos latentes, que no pueden ser desarrollados en tan corto espacio de tiempo, y tenemos mucho ms que una simple sospecha, de que el mbito del campo de la verdad es mucho mayor que el reducido crculo en el cual estamos ahora confinados. No es razonable suponer que, o Dios o la naturaleza, nos encierre dentro de un cuerpo simplemente para llenarnos de rencor porque no podemos tener ms oportunidad aqu, sino que, ms bien, tenemos que llegar a la conclusin de que una serie de encarnaciones nos han conducido a la presente condicin y que el proceso de llegar aqu una y otra vez debe continuar, con el propsito de brindarnos las oportunidades necesarias. El mero hecho de morir no es de por s suficiente para producir el desarrollo de facultades o la eliminacin de las tendencias e inclinaciones errneas. Si damos por sentado que al entrar al cielo de

inmediato adquirimos todo conocimiento y toda pureza, entonces ese estado despus de la muerte queda reducido a un nivel de inaccin y la vida misma, con toda su disciplina, queda privada de todo significado. La enseanza de algunas iglesias asegura que existe una escuela de disciplina accesible despus de la muerte, en donde se dice descaradamente que los mismos Apstoles, bien conocidos como hombres ignorantes, han de ser los instructores. Esto es absurdo y exento de fundamento o razn dentro del orden natural de las cosas. Adems, si tal subsecuente disciplina realmente existe, por qu razn nos trajeron a esta vida entonces? Y por qu razn, despus del sufrimiento y del error cometido somos sacados del lugar en donde nuestros actos fueron llevados a cabo? La nica respuesta y solucin que queda es la de la reencarnacin. Regresamos a la tierra, porque en la tierra y con los seres que existen en ella, fueron ejecutados nuestros hechos; porque es el nico lugar apropiado en donde el castigo y la recompensa pueden ser justamente recibidos; porque aqu est el nico sitio natural para continuar la lucha hacia la perfeccin, hacia el desarrollo de las facultades que poseemos y la destruccin de la maldad que yace en nosotros. La justicia para con nosotros y para con todos los dems seres as lo requiere, porque no podemos vivir para nosotros mismos exclusivamente y sera muy injusto el permitir a algunos de nosotros evadirnos, dejando atrs a los dems que fueron copartcipes en nuestras acciones, para ser precipitados en un infierno de eterna duracin. La persistencia del salvajismo, el ascenso y decadencia de naciones y civilizaciones, la total extincin de naciones, todo ello requiere una explicacin que no puede ser encontrada en ninguna parte, sino en la reencarnacin. El salvajismo an existe, porque todava hay Egos cuya experiencia es tan limitada que an permanecen salvajes; esos Egos emergern dentro de razas superiores cuando se encuentren preparados. Las razas se extinguen porque los Egos han obtenido ya toda la experiencia que esa clase de raza les ofrece. Por eso nos encontramos al Piel Roja, al Hotentote, a los indgenas de la Isla de Pascua y otros, como ejemplos de razas abandonadas por los Egos avanzados; y mientras esas razas estn en el proceso de extincin, otras almas, que no han disfrutado an de una vida ms elevada, encarnan en los cuerpos de esas razas agonizantes, para usarlos con el propsito de adquirir la experiencia que ese cuerpo racial pueda darles. Una raza no podra surgir y repentinamente desaparecer. Nosotros vemos que ese no es el caso, pero la ciencia no puede dar ninguna explicacin; simplemente se limita a decir que es un hecho que las naciones decaen. Pero en esta explicacin no se toma en cuenta la existencia del hombre interno ni las leyes recnditas, sutiles y ocultas que se unifican para formar una raza. La Teosofa explica que la energa acumulada tiene que gastarse gradualmente, y por lo tanto la reproduccin de los cuerpos del carcter de esa raza seguir adelante, aunque los Egos no son ms compelidos a habitar cuerpos de ese tipo, a menos que esos Egos sean de un desarrollo igual al de la raza. Por consiguiente, hay una poca en que el conjunto total de Egos que han fundado la raza, la abandonan para ir a otro ambiente fsico ms semejante a ellos. La economa de la Naturaleza no permitir que la raza fsica repentinamente se desvanezca, y as, en el orden verdadero de la evolucin, otros Egos menos avanzados arriban y usan las formas todava disponibles para prolongar la produccin de los cuerpos aunque en menor y menor nmero cada siglo. Estos Egos menos avanzados no pueden mantenerse al nivel de capacidad del cmulo de energas dejadas por los otros Egos, y as, mientras el nuevo contingente adquiere tanta experiencia como sea posible, la raza se extingue con el tiempo, despus de pasar por su perodo de decadencia. Esta es la explicacin de lo que puede ser calificado como salvajismo descendente, y ninguna otra teora podr explicar esos hechos. Los etnlogos han pensado a veces que las razas ms civilizadas exterminan a las dems; pero la realidad es que, a consecuencia de la gran diferencia que existe entre los Egos que habitan el cuerpo de la vieja raza y la energa del cuerpo en s, las mujeres comienzan a volverse estriles, y de este modo, lentamente pero con toda certeza el nmero de muertes excede al de nacimientos. La misma China est en el proceso de decadencia, y se encuentra ahora en un estado casi estacionario, precisamente antes de su precipitacin hacia la cada. Grandes civilizaciones como las de Egipto y Babilonia, han desaparecido porque las almas o los Egos que las fundaron han reencarnado hace tiempo en las grandes naciones conquistadoras de Europa y los actuales continentes de las Amricas. Como naciones y razas, esas almas han reencarnado totalmente y vuelto a nacer para fines ms elevados que nunca. De todas las razas antiguas, slo la raza Indo-Ariana perdura an como preservadora de las antiguas doctrinas. En das venideros ella se elevar otra vez a sus antiguas cimas de gloria. La aparicin de genios y de grandes mentes en familias carentes de estas cualidades, lo mismo que la extincin dentro de una familia, del genio manifestado por un ancestro, nicamente pueden explicarse por medio de la ley del renacimiento. Napolen Primero vino a una familia totalmente desigual a l en

cuanto a poder y fuerza. No hay nada en su lnea hereditaria que pueda explicar su carcter. De acuerdo con las Memorias del Prncipe Talleyrand, el mismo Napolen deca que l haba sido el emperador Carlomagno. Unicamente asumiendo que l hubiera vivido una larga serie de vidas que proveyeran la apropiada lnea de evolucin, o la causa necesaria para el desarrollo de su mente, naturaleza y energa, slo as nos es posible tener una idea leve de por qu l u otros grandes genios aparecieron. Mozart, mientras era un infante pudo crear partituras orquestales; esto no fue debido a la herencia, porque tal partitura no es natural sino que es forzada, mecnica y enteramente convencional; pero an as Mozart tena el conocimiento sin previa instruccin. Cmo? Porque l era un msico reencarnado, con un cerebro musical proporcionado por su lnea familiar, y por tanto no impedido en sus esfuerzos para exponer su talento musical. Pero ms extraordinario an es el caso del ciego Tom, un negro cuya familia no poda bajo ningn concepto poseer conocimiento alguno del piano, un instrumento moderno, como para poder transmitirle ese conocimiento a los tomos de su cuerpo; sin embargo, l tena un gran talento musical y conoca el mecanismo actual de la escala musical del piano. Existen centenares de ejemplos como estos entre los tantsimos prodigios que han aparecido para asombro del mundo. En la India se encuentran numerosas historias de sabios que nacieron con un completo conocimiento de filosofa y cosas similares, e indudablemente lo mismo ha ocurrido en todas las naciones. Esta reminiscencia del conocimiento adquirido en vidas pasadas explica tambin el instinto, porque ste no es ms que reminiscencia divisible entre memoria fsica y mental. Se ve tanto en el nio como en el animal, y no es ms que el resultado de previas experiencias. Y bien sea que observemos al beb recin nacido extendiendo sus bracitos para asegurar su propia proteccin, o al animal con su gran poder instintivo, o a la abeja construyendo una celda del panal de acuerdo con exactas reglas geomtricas, esto es todo el efecto de la reencarnacin actuando por medio de la mente o de la clula fsica, porque de acuerdo con lo que se ha expuesto anteriormente, ningn tomo est exento de vida, de conciencia y de inteligencia propia. En el caso del gran msico Bach, tenemos la prueba de que la herencia no cuenta para nada si el Ego no es avanzado, pues su genio no fue transmitido por sus descendientes y gradualmente se desvaneci, abandonando finalmente del todo el seno de la familia. As tambin se explica el advenimiento de idiotas o de hijos perversos en familias cuyos padres son honorables, puros o intelectuales en grado sumo. Estos son casos en los cuales la herencia es mantenida a raya por un Ego del todo malvado y deficiente. Y finalmente, el hecho de que ciertas ideas esenciales son comunes a la raza entera, es explicado por los sabios como debido al recuerdo de tales ideas, las cuales fueron sembradas en la mente humana desde el comienzo mismo de su carrera evolutiva sobre el planeta, por esos hermanos y sabios que aprendieron sus lecciones y se perfeccionaron en pasadas edades, largo tiempo antes de que el desarrollo de este globo comenzara. Ninguna explicacin de las ideas inherentes a la raza es ofrecida por la ciencia, que pueda conducir a alguna otra cosa mejor que repetir: "ellos existen". Estas ideas fueron de hecho enseadas a la masa de Egos que estn ahora ocupados en el proceso de la evolucin de la tierra, y tales ideas fueron grabadas con indelebles caracteres de fuego en sus naturalezas, y siempre recordadas. Esas ideas, acompaan al Ego a travs de su larga peregrinacin. A menudo se ha enseado que la oposicin a la idea de reencarnacin ha sido exclusivamente basada en prejuicios, o en un dogma que solamente se puede sostener cuando la mente est encadenada e impedida de ejecutar sus propias facultades. La reencarnacin es la ms noble de las doctrinas, y con la acompaante doctrina del Karma, la cual va a ser considerada a continuacin, es la nica que da las bases para la tica. No hay duda alguna en mi mente de que el fundador del Cristianismo asumi y dio por un hecho la doctrina de la reencarnacin, y que su ausencia actual en la religin Cristiana es el origen de la contradiccin entre la tica que profesan las naciones Cristianas y sus prcticas actuales, las cuales son tan contrarias a la tica proclamada por Jess.

CAPITULO XI

KARMA
Karma es una palabra poco familiar a los odos de los Occidentales. Este es el nombre adoptado por los Tesofos del siglo diecinueve para designar una de las ms importantes leyes de la naturaleza. Incesante en su funcionamiento, esta ley acta continuamente sobre los sistemas planetarios, razas, naciones, familias e individuos. Esta es la doctrina compaera inseparable de la Reencarnacin. Estas dos leyes estn tan intrincadamente entrelazadas, que es casi imposible tratar particularmente de una de las dos. Ningn sitio, ni ningn ser en el universo est exento de la accin de la ley de Karma, sino que todos estn bajo su influencia, castigados por los errores cometidos y sin embargo benficamente dirigidos a travs de la disciplina, del reposo y de la recompensa, hacia las remotas cumbres de perfeccin. Es una ley de tan amplio alcance, abarcando simultneamente nuestro ser material y moral, que solamente con la ayuda de abundantes interpretaciones y explicaciones puede uno transmitir su significado en nuestro propio idioma. Por esa razn el trmino Snscrito Karma fue adoptado para designarla.

Aplicada a la vida moral del hombre, sta es la ley de la causalidad tica, de justicia, de recompensa y de castigo; la causa del nacimiento y del renacimiento; pero al mismo tiempo es el instrumento para librarse de la reencarnacin. Examinada desde otro punto de vista, Karma es meramente el efecto que emana de una causa, la accin y su reaccin, el resultado exacto de cada pensamiento y de cada accin. Es el acto y el resultado del acto, porque el significado literal de la palabra es "accin". La Teosofa contempla el Universo como un todo inteligente; por lo tanto, todo movimiento en el Universo es una accin de ese todo conduciendo a resultados, los cuales de por s se convierten en las causas de resultados ulteriores. Viendo esto ampliamente, los antiguos hindes dijeron que todos los seres, hasta el mismo Brahma, estn bajo el dominio del Karma. Karma no es un ser sino una ley; la ley universal de la armona, que infaliblemente restituye todo disturbio al equilibrio. En esto la teora est en conflicto con la idea ordinaria acerca de Dios, basada en el sistema judaico, la cual concibe que el Todopoderoso, como una entidad pensante, externa al Cosmos, construye, pero juzga su propia construccin como inarmnica, desproporcionada, errtica y desordenada, y entonces se siente compelido a derribar, destruir o castigar a aquellos que El mismo ha creado. Este concepto ha obligado a las muchedumbres a vivir en el temor de Dios, en cumplimiento de sus supuestos mandamientos, y con el propsito egosta de obtener recompensa y lograr escaparse de su ira; a otros los ha arrojado dentro del abismo tenebroso que surge de la negacin de toda vida espiritual. Pero como todo ser humano reconoce palpablemente, o ms bien penosamente, que hay una destruccin constante dentro y alrededor de nosotros, una lucha continua no slo entre los hombres sino en todas partes, a travs de todo el sistema solar, causando pesadumbres en todas direcciones, la razn demanda una solucin a este enigma. Los pobres, quienes no encuentran refugio ni esperanza, imploran a gritos a un Dios que jams responde, y es as que la envidia surge dentro de ellos cuando observan el bienestar y las oportunidades de los ricos. Ellos ven los ricos libertinos, los adinerados sin tino que se divierten y gozan impunemente. Volvindose a los instructores religiosos, en su indagacin concerniente a la justicia que permite tal miseria a seres que nada hicieron para merecer el haber nacido sin recursos, sin oportunidad de educacin, sin capacidad intelectual de trascender los obstculos sociales, raciales o circunstanciales, ellos reciben la respuesta de que "Esa es la voluntad de Dios". Padres que engendran bienamados retoos segados por la muerte en horas prematuras, justo en el mismo momento en que todo iba bien. Ellos tampoco reciben ninguna otra respuesta a la pregunta de por qu me llega a m esta afliccin?, sino la misma referencia ilgica a un Dios inaccesible cuya arbitraria voluntad es la causa de sus sufrimientos. Y as en todas las circunstancias de la vida, la prdida, la herida, la persecucin, la carencia de oportunidades, las fuerzas mismas de la naturaleza destrozando la felicidad del hombre, la muerte, las vicisitudes, las desilusiones, continuamente asedian a los hombres buenos y malos a la vez. Pero en ninguna parte se encuentra una respuesta correcta o un alivio, excepto en la antigua verdad de que cada hombre es el creador y arquitecto de su propio destino; el nico que pone en movimiento las causas de su propia felicidad y miseria. En una vida l siembra y en la siguiente recoge su recompensa. As pues, y por siempre, la ley de Karma conduce y gua al hombre. Karma es una ley benfica enteramente compasiva, implacablemente justa, porque la misericordia verdadera no es favor, sino justicia imparcial. "Hermanos mos! : la vida de cada hombre consecuencia de su anterior vivir es. Los pasados errores traen pesares e infortunios. El pasado bien trae bienaventuranza...! Esta es la doctrina del karma"1 . Pero de qu manera es la vida presente afectada por esa justa y errada accin pasada? y es la vida siempre afectada solamente por castigos o penitencias? Es el Karma simplemente la predestinacin bajo otro nombre, un destino previamente sealado y formulado, del cual no hay escape posible y el que por tanto pudiera hacemos descuidados de accin o pensamiento ya que el destino no puede ser cambiado? El Karma no es fatalismo. Todos los actos cometidos en un cuerpo anterior transmiten consecuencias que en la nueva encarnacin el Ego ha de gozar o de sufrir, porque segn dijo San Pablo: "Hermanos mos, no os engais; Dios jams es burlado, porque sea lo que fuere que el hombre siembre, eso mismo ha de cosechar". Porque el efecto est ya en la causa, y el Karma produce la manifestacin de esto en el cuerpo, el cerebro, y la mente como proporcionados por la reencarnacin; y as como una causa creada por una persona est especialmente relacionada a ella como el origen del cual sta surgi, de igual

manera cada cual experimenta los resultados de sus propias acciones. A veces nos parece recibir los efectos nicamente de las acciones de otros; pero esto es en realidad el resultado de nuestras propias acciones y pensamientos en la presente o en alguna vida previa. Siempre ejecutamos nuestras acciones en asociacin con otros, y esos actos, junto con sus pensamientos subyacentes, estn siempre relacionados con otras personas adems de nosotros mismos. No hay accin alguna ejecutada que originalmente no tenga un pensamiento en su raz, bien sea en el momento mismo de su ejecucin o en el camino hacia ella. Estos pensamientos estn alojados en esa parte del hombre que nosotros hemos denominado Manas - la mente -, y all permanecen como eslabones sutiles pero poderosos, con hilos magnticos que entretejen todo sistema solar, y a travs de cuyos efectos son manifestados. La teora avanzada en las pginas anteriores, de que el sistema completo, al cual este globo pertenece, est viviente y consciente en cada plano celeste, aunque nicamente mostrando autoconsciencia en el hombre, entra en juego aqu para explicar cmo el pensamiento que genera la accin en esta vida puede causar resultados consecuentes en sta o en una prxima encarnacin. Los maravillosos experimentos modernos del hipnotismo, demuestran que la ms ligera impresin, no importa que haya ocurrido en un pasado lejano en la historia de la persona, puede presentarse en su vida actual, comprobando as que las imgenes mentales jams se pierden, sino que permanecen latentes. Tmese por ejemplo el caso de un nio que nace jorobado y muy corto de estatura, la cabeza sumida entre los hombros, los brazos largos y las piernas cortas. Por qu es esto? Es su propio Karma, la consecuencia de sus mismos pensamientos y acciones en una vida anterior. El ultraj, persigui, o en otras formas injuri a alguna persona contrahecha, con tanta persistencia o violencia como para grabar en su propia mente inmortal la imagen deforme de su vctima. Porque en proporcin a la intensidad de su pensamiento ser la intensidad y la profundidad de la imagen. Esto es exactamente similar a la exposicin de la placa fotogrfica sensibilizada, que segn sea la exposicin larga o corta, la impresin sobre la placa ser intensa o dbil. As, este pensador y actor - el Ego -, al regresar al nacimiento trae consigo esta imagen, y si la familia a la cual l es atrado al encarnar tiene tendencias fsicas similares en sus genes, la imagen mental induce al cuerpo astral en va de desarrollo morfolgico, a tomar un aspecto deforme por smosis electro-magntica a travs de la madre. Y como todos los seres sobre la tierra estn indisolublemente enlazados, la criatura contrahecha es al mismo tiempo el karma de sus padres y la consecuencia exacta de las acciones y pensamientos similares de su parte durante otra vida. Aqu tenemos pues una justicia tan precisa como ninguna otra teora puede ofrecernos. Ampliando el caso precitado, simplemente con el propsito de elucidarlo, debemos observar que a menudo vemos a un ser humano contrahecho poseyendo una disposicin feliz y amable, de gran talento, sano juicio, y toda clase de buenas cualidades morales; este mismo incidente nos gua hacia la conclusin de que el karma debe ser de varias clases diferentes en cada caso individual, y tambin opera evidentemente en ms de un aspecto o subdivisin de nuestro ser, con la posibilidad de producir efectos gratos en una parte de nuestra naturaleza y desagradables en otra. Existen tres clases de Karma: Primero - Karma que no ha comenzado a producir ningn efecto en nuestra vida, debido al funcionamiento actual de algunas otras causas krmicas. Esto acontece bajo una ley bien conocida entre los fsicos, en que dos potencias opuestas propenden a neutralizarse y que una de las fuerzas puede ser suficientemente poderosa como para impedir interinamente el funcionamiento de la otra. Esta ley opera en las esferas invisibles, mentales y krmicas del ser, lo mismo que en los planos materiales. La fuerza de un cierto grupo de facultades fsicas, mentales y psquicas, con sus tendencias correspondientes, pueden impedir totalmente la operacin en nosotros de las causas con las cuales estamos conectados, porque la naturaleza entera de cada persona toma parte en la ejecucin de esta ley. As es que los dbiles y los mediocres proveen un foco dbil para el Karma, y en ellos el resultado general del curso de una vida es limitado, aunque ellos pueden considerarlo todo como Karma fuerte y pesado. Pero la persona que tiene un carcter amplio y hondo y mucho vigor, sentir los efectos del funcionamiento de una dosis mayor de karma que la persona de un carcter ms dbil. Segundo - El karma que nosotros estamos haciendo ahora o acumulado con nuestros pensamientos y acciones, y el cual operar en el futuro, cuando el cuerpo, la mente y el ambiente apropiados sean adquiridos por el Ego encarnante en alguna otra vida, o cuando el karma obstaculizante quede eliminado. Esto pesa tanto en la vida presente como en la prxima. Porque uno puede en esta vida llegar a un momento crtico, en que encontrndose las causas anteriores ya cumplidas, el karma nuevo o ese Karma que est pendiente debe comenzar a operar.

Bajo esta categora estn esos casos en que los hombres tropiezan con imprevistos reveses de fortuna, o cambios en el sentido de mejoramiento, bien sea de circunstancias o de carcter. Un factor muy importante con relacin a esto es el de nuestra presente conducta. Mientras el karma del pasado debe agotarse y no puede ser detenido, es sabio y juicioso por parte del hombre el pensar y actuar de tal forma bajo las circunstancias actuales, sin importar lo que fuesen, que l no cree nuevas causas nocivas o perjudiciales para el prximo renacimiento o para aos ms avanzados de la encarnacin en curso. La rebelin es intil, porque la ley se abre camino ya sea que nos lamentemos o nos regocijemos. De Lesseps, el gran ingeniero francs, es un excelente ejemplo de esta clase de karma. Encumbrado en un pinculo de gloria y de proeza durante muchos aos de su vida, cae repentinamente en la ignominia, como consecuencia del escndalo relativo al Canal de Panam. Aunque haya sido inocente o culpable, l experimenta la vergenza de ver su nombre ligado a una empresa nacional totalmente mancillada por el soborno y la corrupcin, implicando a altos funcionarios pblicos. Esto se debi a la aparicin de viejas causas krmicas que actuaron sobre l, en el mismo instante en que esas otras causas que haban gobernado sus aos anteriores fueron agotadas. Napolen I es otro prototipo, porque tambin alcanz un grado muy alto de gloria, pero precipitadamente cay y muri en el destierro y en la desgracia. Muchos otros casos llegarn el conocimiento de todo lector reflexivo. Tercero - El karma que ha comenzado a producir resultados. El karma que est operante en nosotros ahora, en esta vida, habiendo sido establecidas las causas en vidas anteriores en compaa de otros Egos. Y est operante ahora porque, siendo el ms adaptado a la genealoga familiar, al cuerpo individual, cuerpo astral y a las tendencias de la raza de esta encarnacin, esta clase de Karma se manifiesta claramente, mientras que todo otro karma an en reserva aguarda su turno natural. Estas tres clases de karma gobiernan a los hombres, a los animales, a los mundos y a los perodos de evolucin. Cada efecto emana de una causa precedente, y como todos los seres renacen constantemente, ellos estn continuamente experimentando los efectos (los cuales son en s mismos causas) de sus pensamientos y acciones en una anterior encarnacin. As pues, como dice San Mateo, cada cual responde por cada palabra y por cada pensamiento; nadie puede escapar por medio de plegarias, ni de favores, ni de violencia, ni de ningn otro intermediario. Ahora bien, como las causas krmicas se dividen en tres clases, las mismas deben tener campos diversos para su operacin. Esas causas operan sobre el hombre en su naturaleza mental e intelectual, en su naturaleza psquica o almtica, y en su cuerpo y circunstancias. La naturaleza espiritual del hombre jams es afectada o gobernada por el karma. Un tipo de karma puede actuar simultneamente y con la misma intensidad sobre los tres planos mencionados de nuestra naturaleza, o puede que haya una mezcla de causas, algunas sobre uno de los planos, las otras sobre otro. Tomemos el caso de una persona fsicamente deforme que posee una fina mente (plano mental) y una deficiencia en su naturaleza almtica. En este caso un karma punitivo o desagradable est operando sobre su cuerpo, mientras que en su naturaleza mental e intelectual, un karma bueno est siendo experimentado, pero psquicamente, el karma o la causa, siendo de una clase indiferente, desarrolla un resultado indiferente. En otras personas aparecen otras combinaciones. La persona tiene un fino cuerpo y disfruta de circunstancias favorables, pero su carcter es hosco, enojadizo, irritable, vengativo, mrbido, y desagradable tanto para s mismo como para los que le rodean. En este caso, un buen karma corporal est en operacin con un mal karma mental, intelectual y psquico. Casos individuales vendrn a la memoria de los lectores acerca de personas nacidas en una eminente posicin, con todas las oportunidades y poderes que se puedan desear y que no obstante son retardados o de repente pierden sus facultades mentales. Y as, como todos estos aspectos de la ley krmica tienen predominio sobre el hombre individual, de igual modo esos aspectos funcionan sobre las razas, las naciones y las familias. Cada raza tiene su karma en conjunto. Si el karma es bueno, esa raza marcha hacia adelante; pero si el karma es malo, se extingue aniquilada como una raza, aunque las almas que la constituyen recomienzan su karma en otras razas y en otros cuerpos. Las naciones no pueden eludir su Karma nacional, y cualquier nacin que haya actuado inicuamente sufrir consecuencias similares en pocas venideras, ya sea tarde o temprano. El Karma de Occidente del siglo diecinueve es el karma de Israel, porque an el novicio puede discernir que la influencia mosaica es la ms preponderante en las naciones europeas y americanas. Los antiguos Aztecas y otras antiguas razas de las Amricas, se extinguieron porque su propio karma - el resultado de sus propias vidas como naciones en el pasado - se precipit sobre ellos y los aniquil. Con respecto a las naciones, este duro proceso del karma se manifiesta siempre por medio de hambre, guerras, cataclismos de la naturaleza, y la infecundidad de las mujeres de esas naciones. Este ltimo acontecimiento prevalece casi al final de la

jornada y barre todo el remanente de sobrevivientes. El individuo que forma parte de una raza o de una nacin, es prevenido por esta gran doctrina, de que si l cae en la indiferencia de pensamiento y accin, amoldndose de este modo dentro del promedio krmico general de su raza o de su nacin, ese karma nacional y racial lo arrastrar a l finalmente dentro del destino general. Es por esto que los instructores de antao exclamaron: "Salid de en medio de entre ellos y apartaos". Junto con la reencarnacin, la doctrina del karma explica la miseria y el sufrimiento del mundo, y no queda campo para acusar a la Naturaleza de injusticia alguna. El sufrimiento de toda nacin o raza es el resultado inmediato de los pensamientos y de las acciones de los Egos que componen esa raza o nacin. En el sombro antao esos Egos se comportaron inicuamente y ahora sufren; pues sucede que violaron las leyes de armona en la naturaleza. La ley inmutable es que la armona tiene que ser restablecida en caso de haber sido quebrantada. As es que estos Egos sufren durante el proceso de compensacin y de estabilizar el equilibrio del cosmos oculto. El conjunto entero de Egos debe continuar encarnando y reencarnando en esa nacin o en esa raza, hasta que todos hayan agotado completamente las causas krmicas sembradas. Aunque la nacin por un intervalo de tiempo puede desaparecer como una cosa fsica, los Egos que la desarrollaron no abandonan las esferas del mundo, sino que emergen de nuevo como los constructores de una nueva nacin, dentro de la cual, deben continuar su labor y aceptar su castigo o su recompensa, segn concuerde con su karma. Los Egipcios de la antigedad ofrecen un ejemplo de esta ley. Ellos se elevaron ciertamente a un alto nivel de desarrollo, como indudablemente tambin fueron extinguidos como nacin. Pero las almas - los Egos sobreviven y estn ahora realizando su propio y merecido destino, en alguna nacin de nuestra poca. Esa puede ser una nueva nacin Americana, o los Judos, predestinados a rodar por el mundo y a sufrir mucho a manos de otros. Este proceso es perfectamente justo. Tomemos como ejemplo, los Estados Unidos de Amrica y los Indios Pieles Rojas, estos ltimos han sido tratados ignominiosamente por la nacin norteamericana. Los Egos indios sern reincorporados dentro de las familias de estos conquistadores, y como miembros de esa gran familia ellos mismos sern los instrumentos para inducir los efectos apropiados a tales actos como los perpetrados contra ellos cuando sus cuerpos eran indgenas. As pues, esto ha acontecido anteriormente y as mismo acontecer nuevamente. La infelicidad individual durante una vida cualquiera se explica de esta manera: (a) la infelicidad es el castigo merecido por las malas acciones cometidas en vidas precedentes; o (b) es una disciplina que el Ego se ha suministrado con el propsito de eliminar los defectos o de adquirir fortaleza y compasin. Una vez que los defectos quedan eliminados, el resultado es como el de eliminar la obstruccin en un canal de irrigacin, que deja as que el agua circule libremente. La felicidad se explica de la misma manera: como el resultado de acciones virtuosas, sembradas en encarnaciones pasadas. La base cientfica, y que se explica a s misma, de la verdadera tica, se encuentra en estas dos doctrinas precitadas, y en ninguna otra. Pues si la tica verdadera va a ser practicada tan slo por s misma, los hombres no veran su porqu y no podran discernir jams la razn por la que deben durante su vida practicar nicamente el bien. Si los principios ticos van a ser obedecidos solamente por temor a represalias, el hombre se envilecer, y tratar indudablemente de encontrar la manera de eludirlos; si el amparo del Todopoderoso, no basado en la ley o la justicia, fuera la razn, tendremos entonces precisamente lo que prevalece actualmente - un cdigo suministrado al Occidente por Jess, profesado por las naciones pero jams practicado excepto por unos cuantos seres que seran virtuosos de todas maneras. Sobre esto los Adeptos han escrito lo siguiente, que encontramos en la "Doctrina Secreta":2 . "No seran los medios del Karma inescrutables si los hombres trabajasen en unin y en armona, en lugar de en la desunin y la lucha. Porque nuestra ignorancia de esos medios - que una parte de la Humanidad llama los caminos oscuros e intrincados de la Providencia, mientras otra ve en ellos la accin de un ciego fatalismo, y una tercera la simple casualidad, sin Dioses ni Demonios que la guen desaparecera seguramente si la atribuysemos por completo a su causa exacta. Con conocimientos real, o por lo menos con una conviccin firme de que nuestros prjimos no se esforzaran en hacernos ms dao a nosotros de los que nosotros pensemos en hacerles a ellos, las dos terceras partes del mal en el mundo se desvaneceran. Si ningn hombre perjudicara a su hermano, Karma-Nmesis no tendra ni motivo ni armas para obrar... Con nuestras propias manos trazamos diariamente las tortuosidades de nuestro destino, al tiempo que creemos seguir la lnea recta en el camino de la respetabilidad y el deber, y luego nos quejamos porque tales caminos son obscuros e intrincados. Nos desconcertamos ante un misterio elaborado por nosotros mismos y enigmas de la vida que no queremos resolver, y luego acusamos a la gran esfinge de

devorarnos. Pero a la verdad, no hay un slo accidente en nuestras vidas, ni un infortunio, ni una desgracia, cuya causa no pueda ser atribuida a nuestras propias acciones en esta o en otra vida... El conocimiento del Karma de la conviccin de que si "la virtud en la miseria y el vicio triunfante hacen a la Humanidad atea, es solamente porque la Humanidad ha cerrado los ojos a la gran verdad de que el hombre es de por s su propio salvador y su propio destructor; y que l no tiene que acusar al Cielo ni a los Dioses, al Destino ni a la Providencia, de la injusticia aparente que reina en la humanidad; sino ms bien que tenga presente y repita el siguiente fragmento de sabidura griega que previene al hombre de abstenerse de acusar a Aquello que, "Justo, aunque misterioso, nos conduce infaliblemente por caminos desconocidos, de la culpa al castigo", que son hay los caminos por los que avanzan las grandes naciones Europeas. Cada nacin y tribu de los arios occidentales, as como sus hermanos orientales de la Quinta Raza, ha tenido su Edad de Oro y su Edad de Hierro, su perodo de relativa irresponsabilidad, o su Edad de Satya de pureza, y ahora varias de ellas han alcanzado su Edad de Hierro, el Kali Yuga, una edad ennegrecida de horrores. Esta situacin continuar... hasta que nosotros comencemos a actuar de acuerdo con nuestra naturaleza interior, en lugar de someternos a los impulsos que proceden del exterior... Hasta entonces, el nico paliativo es la unin y la armona, una Fraternidad in actu y en altruismo, no simplemente de palabra".
1

La Luz de Asia, por Edwin Arnold. D.S. Vol. I, p. 643. Edicin original en ingls.

CAPITULO XII

KAMA LOKA
Consideremos ahora los estados del hombre despus de la muerte del cuerpo fsico y antes del nacimiento, habiendo ya examinado de una manera general todo el campo de la evolucin de las cosas y de los seres. Esto de inmediato suscita las siguientes preguntas: Existe en realidad un cielo o un infierno, y qu son stos? Son estados de conciencia, o lugares? Puede encontrarse un lugar en el espacio en donde los mismos puedan ser localizados y a los cuales nosotros vamos, as como de donde tambin venimos? Debemos tambin retroceder al tema del cuarto principio de la constitucin del hombre, o sea el de los deseos y de las pasiones, que en el idioma Snscrito se denomina Kama. Tomando en consideracin lo que se dijo acerca de ese principio y tambin la teora relacionada del cuerpo astral y de la Luz Astral, nos ser ms fcil comprender las enseanzas acerca de estos dos estados, el Ante-Mortem y el Post-Mortem. En orden cronolgico, primero nos dirigimos al Kama-Loka - o la esfera del deseo - por la defuncin del cuerpo, y entonces los principios superiores, o sea el verdadero hombre, caen en estado de Devachn. Despus de haber discutido el tema de Kama-Loka, nos ser ms fcil investigar el tema del Devachn. El hlito abandona el cuerpo y decimos que el hombre ha muerto, pero esto es slo el comienzo de la muerte, porque sta prosigue su curso en otros planos. Cuando la forma corporal ya est rgida y los ojos cerrados, todas las fuerzas del cuerpo y de la mente se precipitan a travs del cerebro, y por medio de una serie de impresiones o imgenes la vida entera que acaba de terminar queda indeleblemente grabada en el hombre interno, no solamente en una forma general, sino tambin hasta en los ms mnimos y

fugaces detalles. En este momento, aunque todos los indicios conducen al mdico a pronunciar la muerte y aunque a primera vista y para todo fin la persona est muerta, el hombre verdadero, el Ego, est actuando intensamente en el cerebro y hasta que esta tarea est terminada no debera decirse que la persona ha fallecido en realidad. Cuando esta labor solemne se ha realizado, el cuerpo astral se desprende del cuerpo fsico, y como la energa vital se ha separado, los cinco principios restantes pronto se encuentran dentro del estado llamado Kama-Loka. La separacin natural de los principios, ocasionada por la muerte fsica divide al hombre en tres partes: Primero: El cuerpo visible que con todos sus elementos es abandonado para su completa disgregacin en el plano terrestre, en donde todos los rudimentos de que el mismo se compone, con el tiempo se dispersan entre las diferentes divisiones fsicas de la naturaleza. Segundo: El Kama-Rupa, que se compone del cuerpo astral y de las pasiones y deseos, que de inmediato tambin comienzan a disgregarse sobre el plano astral. Tercero: El hombre verdadero, la suprema Triada Atma-Buddhi-Manas, inmortal, ahora fuera de las condiciones terrestres y carente de cuerpo fsico, comienza su funcin en Devachn slo como una mente cubierta con una vestidura muy etrea, la cual l descartar cuando le llegue la hora del retorno hacia la esfera terrestre. El Kama-Loka, o la sede de los deseos, es la regin astral que penetra y circunda la tierra. Como sitio, Kama-Loka se encuentra en, sobre, y alrededor de la tierra y su extensin alcanza a una distancia definida sobre la tierra, pero las leyes ordinarias que aqu prevalecen no rigen all, y las entidades que all dentro residen, no estn sujetas a las mismas condiciones que nosotros con respecto al espacio y al tiempo. Como un estado o condicin, es metafsico, aunque lo metafsico concierne al plano astral. Se le ha llamado el plano del deseo porque se relaciona con el cuarto principio, y en l, la fuerza predominante es la del deseo exento y separado de la inteligencia. Kama-Loka es una esfera astral intermedia entre la vida terrestre y la celeste. Sin duda alguna, ste es el origen de la doctrina Cristiana del purgatorio, en donde el alma sufre su penitencia por los pecados cometidos y de los cuales puede ser redimida por medio de plegarias y otras ceremonias u ofrendas. El hecho real tras de esta supersticin, es que el alma puede ser retenida en Kama-Loka por la enorme fuerza de algn deseo an no satisfecho y por lo que no puede liberarse de la vestidura astral y krmica, hasta que tal deseo haya sido satisfecho por algn otro ser sobre la tierra o por el alma misma. Pero si la persona era de pensamientos puros y elevados y de nobles aspiraciones, la separacin de los principios sobre ese plano se completa con rapidez, permitiendo de esta manera que la triada superior entre al plano de Devachn. Esta esfera es puramente astral y participa de la naturaleza de la materia astral, la cual es esencialmente terrestre y satnica, y en donde todas las fuerzas funcionan sin ser dirigidas por el alma o la conciencia. Kama-Loka es, por decirlo as, el foso de escorias de la gran caldera de la vida, donde la naturaleza provee los medios para la eliminacin de los elementos que no tienen cabida en Devachn, y por esa razn debe haber diversos niveles o grados en Kama-Loka, cada uno de los cuales era conocido por los antepasados. En el idioma Snscrito, se les ha dado a estos grados el nombre de Lokas, o localidades en el sentido metafsico. La vida humana es muy variada en lo que toca al carcter y a otras potencialidades, y por cada una de estas caractersticas se provee el lugar apropiado despus de la muerte, convirtindose de esta manera Kama-Loka en una esfera infinitamente variada. Durante la vida, algunas de las diferencias que existen entre los hombres son modificadas y otras inhibidas por una semejanza de cuerpo y rasgos hereditarios; pero en Kama-Loka todas las pasiones y deseos escondidos son desencadenados a consecuencia de la ausencia del cuerpo fsico, y por esa razn ese estado es mucho ms diversificado que el plano de la vida fsica. No slo es necesario considerar las variedades y diferencias naturales, sino tambin las ocasionadas por la manera de morir, acerca de lo cual se har referencia ms adelante. Todas estas divisiones no son sino el resultado natural de los pensamientos de la vida, y de los ltimos pensamientos de las personas que mueren sobre la tierra. El proveer una descripcin de todos estos niveles sobrepasa los lmites de esta obra, ya que seran necesarios varios tomos para describirlos y, adems, pocos lo comprenderan. Al tratar sobre el tema de Kama-Loka nos vemos obligados a tratar tambin acerca del cuarto principio en la clasificacin de la constitucin del hombre, y esto crea un conflicto con las ideas y educacin modernas acerca de los deseos y las pasiones. Generalmente se supone que estos deseos y pasiones son tendencias innatas en el individuo y en el estudiante comn, y como tales ofrecen una apariencia enteramente vaga y confusa. Pero en este sistema filosfico, las pasiones y los deseos no son inherentes simplemente al individuo, ni tampoco son causados por el cuerpo mismo. Mientras el hombre reside en la

tierra, los deseos y las pasiones - o sea el principio de Kama - no tienen vida separada del cuerpo astral y del hombre interno, estando, por decirlo as, esparcidos a travs de su ser. Pero al unirse esas tendencias en fusin con el cuerpo astral despus de la muerte y formar una entidad con su propio trmino de vida aunque sin el alma, surgen entonces algunas preguntas. Durante la vida terrenal, los deseos y las pasiones estn guiados por la mente y por el alma, pero despus de la muerte funcionan sin la direccin de su anterior amo y maestro. Mientras vivimos, somos responsables de esas tendencias y de sus efectos, y cuando hemos abandonado esta vida seguimos siendo responsables, an cuando estas pasiones continen funcionando y produciendo efectos sobre otros seres mientras existan como la entidad antes descrita y sin nuestra directa gua y control. En esto se reconoce la continuacin de nuestra responsabilidad. Esas pasiones y deseos forman parte de los Skandas - bien conocidos en la filosofa oriental - , los cuales son los agregados que constituyen al hombre. El cuerpo fsico incluye un grupo de Skandas, el hombre astral otro, el principio de Kama es otro grupo y an otros ms, que pertenecen a otras partes. En Kama se encuentran los Skandas realmente activos e importantes, los que controlan los renacimientos y conducen a todas las variedades de vida y circunstancias de cada renacimiento. Estos estn siendo producidos de da en da, de acuerdo con la ley de que cada pensamiento se combina instantneamente con una de las fuerzas elementales de la naturaleza, convirtindose hasta cierto punto en una entidad que perdurar tanto como haya sido la intensidad del pensamiento al momento de partir del cerebro, y todas estas entidades quedan irremisiblemente conectadas con el ser que las cre. No hay ningn medio de escape; lo nico que podemos hacer es generar pensamientos de buena ndole, porque ni an los ms elevados Maestros estn exentos de esa Ley, slo que ellos "pueblan su corriente en el espacio" con poderosas entidades capaces nicamente del bien. Ahora bien, en Kama-Loka este conjunto de deseos y pensamientos sigue existiendo definitivamente hasta su desintegracin total, y entonces el remanente consiste en la esencia de esos Skandas, conectados desde luego con el ser que los gener. La eliminacin de estos Skandas es tan imposible como borrar el universo. Por lo tanto, stos, se dice, permanecen hasta que el ser o Ego emerge del estado de Devachn y entonces, instantneamente y de acuerdo con la ley de la atraccin, los Skandas son atrados hacia el ser, quien con tales Skandas, como grmenes o base, elabora para la nueva encarnacin una nueva serie de Skandas. Kama-Loka, por lo tanto, se distingue del plano terrestre por la existencia all de masas de pasiones y deseos sin control ni gua; pero al mismo tiempo la vida terrestre es tambin un Kama-Loka, puesto que est gobernada mayormente por el principio de Kama, y continuar sindolo hasta una fecha remota en el curso de la evolucin en que las razas de los hombres habrn desarrollado los principios quinto y sexto de su naturaleza, desplazando el principio de Kama hacia su propia esfera de accin, liberando as la vida terrenal de su influencia. El hombre astral en el plano de Kama-Loka es simplemente un cascarn sin alma y sin mente, sin conciencia as como tambin incapaz de actuar, a no ser que sea vivificado por fuerzas o poderes fuera de ste. Tiene lo que aparenta ser una conciencia animal o automtica debida enteramente a la muy reciente asociacin con el Ego humano. Porque de acuerdo con los principios presentados en otro captulo, cada uno de los tomos que forman parte del hombre posee una memoria capaz de durar por un perodo de tiempo proporcional al mpetu que se le dio. En el caso de una persona muy materialista y crasa o egosta, el mpetu predomina por ms largo tiempo que en cualquier otra, y por consiguiente en ese caso, la conciencia automtica parecer ms definida y desconcertante para quien, sin conocimiento de la materia, especule con la necromancia. La parte puramente astral de ese cascarn contiene y lleva los anales de todo lo que ocurri en presencia de la persona cuando viva, porque una de las propiedades de la substancia astral es la de absorber las escenas e imgenes y las impresiones de todos los pensamientos, y retenerlos y proyectarlos por reflejo cuando las condiciones lo permiten. Este cascarn astral arrojado por todo ser humano a su fallecimiento, sera una amenaza para todos los hombres si no fuera porque en todos los casos, con una sola excepcin que se mencionar ms adelante, carece de todos los principios superiores que son los dirigentes. Pero encontrndose esos principios dirigentes desunidos del cascarn, ste flota de un lugar a otro, sin ninguna voluntad propia sino gobernado enteramente por atracciones en los campos astrales y magnticos. El hombre real, el Ego, a quien algunas personas dan el nombre de espritu, puede comunicarse algunas veces con nosotros inmediatamente despus de la muerte y slo por unos breves instantes, pero, pasados stos, el alma no tiene ms que hacer con la vida terrestre, hasta el momento de su subsiguiente reencarnacin. Lo que puede influir, y en realidad influye a los sensitivos y a los mdiums desde esta esfera astral, son los cascarones anteriormente descritos. Sin alma y conciencia, estos cascarones astrales

no son bajo ningn concepto los espritus de nuestros difuntos. Ellos son ropajes y envolturas desechados por el hombre interno; son la parte crasa y terrestre descarriados por los antiguos como demonios nuestros demonios personales - por ser esencialmente astrales, terrestres y pasionales. En realidad sera sorprendente, si este cascarn, despus de haber sido por tantos aos el vehculo del hombre verdadero, o Ego sobre la tierra, no retuviera una memoria y conciencia automticas. Como podemos observar, el decapitado cuerpo de una rana o gallina, por un cierto tiempo puede actuar y moverse con una vida e inteligencia aparentes; por qu no va a ser posible, para la forma astral, an ms sutil y delicada, actuar y moverse con una mucho mayor apariencia de direccin mental? Existentes en la esfera de Kama-Loka como, por cierto, tambin en todas partes del globo y del sistema solar, estn los elementales o fuerzas de la todas partes del globo y del sistema solar, estn los elementales o fuerzas de la naturaleza. Estas entidades son innumerables y sus subdivisiones son casi infinitas, siendo, en cierto sentido, como los nervios de la naturaleza. Cada clase tiene su propia funcin o trabajo, lo mismo que lo tiene cada elemento o cada cosa en la naturaleza. Lo mismo que el fuego quema y el agua corre cuesta abajo y no hacia arriba de acuerdo con su propia ley natural, de la misma manera los elementales actan y funcionan bajo ley, pero como se encuentran en un grado de evolucin ms elevado que el del fuego y del agua de nuestro ambiente, la accin de esos elementales parece guiada por la mente. Algunos de ellos tienen una especial relacin con las actividades mentales y con el funcionamiento de los rganos astrales, estn estos rganos unidos o no, a un cuerpo fsico. Cuando un mdium forma el canal, y tambin en el caso de otro tipo de coordinaciones naturales, estos elementales establecen una conexin artificial con el cascarn astral de una persona fallecida, con la ayuda del fluido nervioso del mdium y de otras personas que le rodeen; el cascarn se galvaniza y adquiere una vida artificial. A travs del mdium se establece entonces una conexin con las fuerzas fsicas y psquicas de todos los concurrentes. Viejas impresiones e imgenes latentes en el cuerpo astral transfieren las imgenes a la mente del mdium, las viejas pasiones se encienden y se enardecen de nuevo. Numerosos mensajes y relatos son obtenidos por medio de este proceso, pero ni uno solo de esos mensajes es original; ni uno solo dimana del espritu. Por lo extrao de esos mensajes y a consecuencia de la ignorancia de las personas que a menudo se envuelven en esas prcticas, esta experiencia es tomada errneamente como obra del espritu, pero toda ella procede de seres vivientes, cuando no simplemente de fragmentos recogidos en la Luz Astral, obteniendo imgenes de lo que ya ha ocurrido en el pasado. En ciertos casos, que sern citados, se encuentra funcionando detrs una inteligencia que es total e intensamente perversa, a la cual todo mdium est expuesto, lo cual explica por qu tantos de esos mdiums han sucumbido al mal, segn ellos mismos han confesado. Una breve clasificacin de estos cascarones que visitan e influyen a los mdiums se da a continuacin. 1)Los cascarones de las personas recientemente fallecidas, cuya sepultura se encuentra a una distancia no muy lejana. Los cascarones de esta clase sern completamente coherentes, de acuerdo con la vida y los pensamientos de sus dueos anteriores. Una persona no materialista, buena y espiritualizada, desecha un cascarn que rpidamente se disgrega. El cascarn de una persona crasa, vil, egosta y materialista ser pesado, consistente y de larga vida; y as sucesivamente con todas las variedades. 2) Los cascarones de las personas que hayan fallecido a una distancia lejana del lugar en donde el mdium se encuentra. El transcurso del tiempo le permite a tales cascarones escaparse de la cercana de sus viejos cuerpos, y al mismo tiempo induce un grado ms rpido de desintegracin, el cual corresponde en el plano astral a la putrefaccin del plano fsico. Estos cascarones son indistintos, tenebrosos e incoherentes; responden brevemente al estmulo psquico, y son fcilmente barridos y arremolinados por cualquier corriente magntica. Ellos son galvanizados por un instante por las corrientes astrales del mdium y de las personas que toman parte en la sesin y estn emparentados con el difunto. 3) Los restos o reliquias puramente nebulosos, difcilmente pueden ser clasificados. No hay vocablos en nuestro idioma para describirlos, aunque tales restos son realidades en esta esfera. Se podra decir que estos restos nebulosos son meramente el molde o la impresin dejada en la materia astral de lo que fue una vez el cascarn coherente y ya por largo tiempo disgregado. Estos estn, por lo tanto, tan cerca de considerrseles ficticios, que casi se merecen esa designacin. Tales fotografas nebulosas son amplificadas, decoradas, y dotadas de vida imaginaria por los pensamientos, deseos, esperanzas e imaginaciones de los mdiums y de los concurrentes a la reunin espiritista. 4) Las entidades definidas y coherentes, almas humanas despojadas del vnculo espiritual, dirigindose ahora hacia abajo, al peor de todos los estados, el Avitchi, en donde la aniquilacin de la personalidad es la conclusin. Estas entidades son conocidas como magos negros. Habiendo centralizado

su conciencia en el principio de Kama, conservado su intelecto y habindose divorciado del Espritu, ellos son en realidad los nicos seres malditos que conocemos. Durante las vidas poseyeron cuerpos humanos, y arribaron a su horrendo estado a consecuencia de persistentes vidas de maldad por la maldad misma; algunos de estos seres ya condenados a convertirse en la clase de entidades que hemos descrito, se encuentran entre nosotros sobre la tierra hoy en da. Estas entidades no son cascarones ordinarios, porque ellos han centralizado toda su fuerza en Kama, han expelido toda chispa de pensamiento virtuoso o aspiracin elevada, y poseen una maestra completa de la esfera astral. Yo los he clasificado dentro de la categora de cascarones, porque son tales en el sentido de que los otros cascarones estn condenados al mismo fin, pero slo de una manera mecnica. Esas entidades negras pueden subsistir y en realidad subsisten por muchos siglos, gratificando su lujuria por mediacin de todo ser sensitivo a quien ellos puedan asir, cuando los malos pensamientos les abren las puertas. Estas entidades presiden en casi todas las sesiones espiritistas, asumiendo nombres ilustres y hacindose cargo del manejo de la sesin a fin de retener el control y continuar la ilusin del mdium, proporcionndose as ellos mismos el servicio de medios apropiados para la satisfaccin de sus propios deseos egostas. Verdaderamente, con los cascarones de los suicidas, de esos infelices que mueren en manos de la autoridad, con los de los borrachos y glotones, estos magos negros que habitan el mundo astral tienen monopolizado el campo de la mediumnidad fsica y son capaces de invadir el ambiente de cualquier mdium por bueno que sea. La puerta, una vez abierta permanece abierta para todos. Esta clase de cascarones ha perdido el Manas superior, pero en la lucha, no slo despus de la muerte sino tambin durante la vida, la parte inferior de Manas, que debi haber sido elevada a la perfeccin divina, fue arrancada de la influencia de su Seor y da ahora a esta entidad una inteligencia carente de Espritu, pero que es capaz de sufrir, como en realidad sufrir cuando le llegue su hora final. En la esfera de Kama-Loka, los suicidas y los que repentinamente son despojados de la vida natural a causa de accidente o de homicidio, bien sea legal o ilegal, pasan all un perodo casi igual a lo que hubiera sido la vida en la tierra a no ser por el violento desenlace. Estos seres no estn en realidad muertos. Para producirse una muerte normal, debe encontrarse presente un cierto factor que no est an reconocido por la ciencia mdica. Esto es, los principios que constituyen el ser, segn ha sido descrito en otros captulos, tienen su propio perodo de cohesin, a cuya conclusin natural stos se separan unos de otros en virtud de sus propias leyes. Esto implica el gran tema de las fuerzas coherentes del ser humano, tema que requerira un libro por separado para ser explicado. Debo limitarme, por tanto, a aseverar que esta ley de cohesin prevalece en medio de los principios humanos. Antes de esa conclusin natural los citados principios no pueden ser separados. Evidentemente, la destruccin normal de la fuerza cohesiva no puede ser efectuada por medio de procesos mecnicos con la sola excepcin del cuerpo fsico. Por lo tanto un suicida, o persona que muere a consecuencia de un accidente o es asesinada a manos de un hombre o por mandatos de las leyes humanas, no ha llegado a la conclusin natural de la cohesin entre sus elementos constituyentes, y es precipitado hacia el Kama-Loka simplemente en un estado de muerte parcial. All los principios sobrevivientes tienen que permanecer hasta que la conclusin del perodo real y natural de la vida se haya completado, bien sea ese perodo un mes o sesenta aos. Sin embargo, los diversos niveles o subplanos del Kama-Loka proporcionan los medios para todas las variedades de cascarones recin mencionados. Algunos de ellos se pasan todo el perodo en un gran sufrimiento, otros en una especie de sueo ilusorio, cada uno de acuerdo con su responsabilidad moral. Pero los criminales ejecutados son generalmente arrancados de esa vida llenos de odio y de deseos de venganza, dolorosamente afectados por un castigo cuya justicia no pueden admitir. En Kama-Loka esos desdichados estn siempre reviviendo su crimen, su juicio, su ejecucin y su venganza. As, cuando quiera que ellos logran ponerse en contacto con un ser viviente sensitivo, bien sea ste un mdium o no, procuran inyectar pensamientos homicidas y de crmenes en el cerebro de esos otros desdichados. Y de que esas entidades tienen a menudo xito en tales tentativas, los estudiantes avanzados de Teosofa lo saben muy bien. Hemos llegado ahora a la esfera del Devachn. Despus de un cierto tiempo en Kama-Loka, el ser cae dentro de un estado de inconsciencia, el cual antecede a la transicin hacia el prximo estado. Este proceso es similar al del nacimiento a la vida, que tiene como preludio un perodo tenebroso de un pesado sueo. El ser despierta entonces a la gloria del Devachn.

CAPITULO XIII

DEVACHAN
Habiendo ya mostrado que justamente ms all del umbral de la vida humana existe un lugar de disgregacin en donde la parte superior del hombre es separada de sus elementos brutos e inferiores, pasamos a examinar lo que en realidad es, despus de la muerte, el estado o condicin del verdadero ser, ese ser inmortal que viaja de vida en vida. Esforzndose para liberarse del cuerpo fsico, el hombre todo entra en Kama-Loka, en el purgatorio, donde nuevamente lucha y se desliga por s mismo de los Skandas inferiores. Una vez terminado este perodo de nacimiento, los principios superiores de Atma-Buddhi-Manas comienzan a pensar de una manera diferente a la que el cuerpo y el cerebro le permitieron durante la vida. Este es el estado de Devachn, una palabra Snscrita que significa literalmente "el lugar de los dioses", donde el alma goza de plena felicidad; pero como los dioses carecen de cuerpos como los nuestros, el Yo impersonal en Devachn est desprovisto de cuerpo mortal. En los libros antiguos se ha dicho que este estado perdura "por un nmero infinito de aos", o "por un perodo proporcional a los mritos del ser"; y cuando las fuerzas mentales peculiares a ese estado han sido agotadas, "el ser es atrado nuevamente hacia la tierra para renacer en el mundo de los mortales". El Devachn es por tanto un intermedio entre nacimientos en la tierra. La ley del Karma, que obliga a todos los seres en evolucin a reencarnar en la tierra, siendo incesante en su funcionamiento y universal en su alcance, tambin acta sobre el ser en Devachn, pues solamente por la fuerza u operacin del Karma somos sacados del Devachn. Este proceso se asemeja a la presin atmosfrica, que siendo continua y uniforme expulsar o aplastar todo lo que est sujeto a ella, a menos que haya una fuerza atmosfrica opuesta que compense y neutralice su presin. En el caso presente, el karma del ser es la atmsfera que continuamente lo impulsa hacia dentro o hacia fuera, de un estado a otro; la fuerza atmosfrica neutralizante es la fuerza de los pensamientos y aspiraciones del ser durante su vida; la que impide la

salida del ser del estado de Devachn hasta que ese impulso haya sido extinguido, pero que una vez gastado pierde todo el poder para detener el decreto del mortal destino que nos hemos auto-creado. La necesidad de este estado despus de la muerte es una de las necesidades de la evolucin, emergiendo de la naturaleza de la mente y del alma. La naturaleza misma de Manas requiere un estado devachnico tan pronto como el cuerpo fsico es descartado, y es simplemente el efecto producido por la prdida de los lmites impuestos a la mente por sus ropajes fsicos y astrales. Durante la vida no podemos sino hasta cierto punto ejecutar los pensamientos que a cada instante sobrevienen a la mente, y menos an podemos agotar las energas psquicas generadas por los sueos y aspiraciones diarias. La energa as generada no se pierde ni se aniquila, sino que se acumula en Manas, pero el cuerpo fsico, el cerebro y el cuerpo astral, no permiten el pleno desarrollo de esta fuerza. Por lo tanto, retenida latente, hasta la muerte, esta energa se liberta entonces de sus ya flojas ataduras y sumerge a Manas, el pensador, dentro de la expansin, uso y desarrollo de la fuerza mental creada durante la vida. La imposibilidad de escapar de este necesario estado, yace en la ignorancia del hombre de sus propios poderes y facultades. De esta ignorancia surge lo ilusorio, y como Manas no est plenamente emancipada es arrastrada por su propia fuerza hacia el pensar Devachnico. Pero mientras la ignorancia es la causa que nos lleva a este estado, el proceso entero es reparador, sosegado y beneficioso, porque si el hombre ordinario retorna de inmediato a un nuevo cuerpo en la misma civilizacin que acaba de abandonar, su alma estara totalmente exhausta y privada de la oportunidad necesaria para el desarrollo de la parte superior de su naturaleza. Ahora el Ego desprovisto del cuerpo mortal y de Kama, se viste en Devachn con un ropaje que no puede ser calificado como cuerpo, pero que puede ser llamado instrumento o vehculo, y en l funciona en la esfera devachnica enteramente sobre el plano de la mente y del alma. Entonces todo parece al ser tan real como nos parece este mundo. Simplemente el Ego tiene ahora la oportunidad de erigir para s su propio mundo, sin ser obstaculizado por las vallas de la vida material. Su estado puede ser comparado al del poeta o del artista que, ensimismado en el xtasis de su composicin, o en el arreglo de colores, permanece insensible al transcurso del tiempo o a las cosas del mundo. Nosotros estamos generando causas a cada instante, pero slo dos esferas de accin existen para la manifestacin de los efectos que resultan de esas causas. Estos dos campos de accin son: el objetivo, como es llamado el mundo que nos rodea, y el subjetivo, ese mundo que existe tanto aqu como despus que hemos abandonado esta vida. El campo objetivo se relaciona con la vida terrenal y con la parte ms crasa del hombre, con sus acciones corporales y los pensamientos de su cerebro, as como tambin con su cuerpo astral. El campo subjetivo tiene relacin con sus potencialidades superiores y espirituales. En el campo objetivo los impulsos psquicos no pueden ser realizados, ni tampoco las elevadas tendencias y aspiraciones del alma; por consiguiente, stas deben ser la base, la causa, el substrato y el sostn del estado Devachnico. Entonces, midindolo en aos mortales, cunto tiempo permanecer uno en el Devachn?. Esta pregunta, an cuando se refiere a lo que los hombres del mundo denominan tiempo, bajo ningn concepto toca el verdadero significado de lo que es el tiempo mismo, o sea, lo que puede ser en efecto para nuestro sistema solar, el orden ltimo y fundamental, la precedencia, la sucesin y la duracin de los momentos. Esta es una pregunta que puede ser contestada con respecto a nuestro tiempo, pero de ningn modo con respecto al tiempo en el planeta Mercurio, por ejemplo, donde el tiempo no es el mismo que el nuestro, ni, por cierto, con respecto al tiempo segn es concebido por el alma. Con relacin a este ltimo, cualquier hombre puede observar que despus de pasados muchos aos l no tiene una percepcin exacta del tiempo transcurrido, sino que simplemente es capaz de identificar algunos de los incidentes que marcaron su paso; y en cuanto a algunas horas o instantes amargos o afortunados, parece experimentar su recuerdo como si hubiese sido slo ayer. Y as, de igual manera, es para el ser en Devachn. El tiempo all no existe. El alma disfruta de todo el beneficio de lo que sucede dentro de s misma en ese estado, pero no entra en especulacin alguna respecto al transcurso de los momentos; todo est hecho de eventos; mientras tanto la rbita solar va marcando los aos nuestros sobre el globo terrestre. Esto no puede ser considerado como una imposibilidad si recordamos cmo, segn es bien conocido en la vida, los sucesos, imgenes, pensamientos, argumentos, sentimientos introspectivos, pasarn todos frente a nosotros en un instante, como es bien conocido por los que han estado a punto de morir ahogados, en cuyo incidente los eventos de una vida entera pasan como un relmpago frente a los ojos de la mente. Pero el Ego permanece, segn se ha dicho ya, en Devachn por un perodo de tiempo proporcional a los impulsos psquicos generados durante la vida. Ahora bien, siendo ste un asunto que se relaciona con la matemtica del alma, nadie sino un Maestro puede decir lo que sera el perodo de estancia en Devachn para el hombre ordinario de este

siglo, en cada lugar de la tierra. Por lo tanto, tenemos que confiar en los Maestros de Sabidura con respecto a ese promedio, como quiera que el mismo debe estar basado en un clculo. Los Maestros han dicho, como bien lo ha expresado el seor A.P. Sinnett en su "Budismo Esotrico", que el perodo en cuestin es en general de unos mil quinientos aos. Por la lectura de su libro, que fue escrito basado en cartas procedentes de los Maestros, parece inferirse que el perodo devachnico dura quince siglos en todos y cada uno de los casos; pero con el objeto de desvanecer ese concepto errneo, sus informantes escribieron en una fecha posterior, que se es un perodo promedio y no un perodo fijo. Tal debe ser la verdad, porque como observamos que la opinin de los hombres difiere en cuanto al largo de los perodos de tiempo en los que ellos permanecen en cualquier estado mental durante la vida, debido a la variable intensidad de sus pensamientos, lo mismo debe ocurrir en Devachn, donde el pensamiento tiene an mayor fuerza debido al ser que gener esos pensamientos. Lo que dijo el Maestro sobre este tema es lo siguiente: "El sueo del Devachn perdura hasta que el karma ha sido satisfecho en ese sentido. En Devachn se experimenta un agotamiento gradual de fuerzas. La permanencia en Devachn es proporcional a los inagotados impulsos psquicos generados durante la vida terrestre. Esos seres cuyas acciones fueron predominantemente materialista, sern atrados ms pronto hacia el nacimiento por la fuerza de Tanha". Tanha es el ansia o sed de vivir. Por tanto, aqul que no haya generado durante su vida muchos impulsos psquicos, no tendr mayor base o fuerza en su naturaleza esencial para alimentar y mantener sus principios superiores en el Devachn. Casi todo lo que tendr sern esos impulsos generados durante su infancia antes de que comenzara a fijar sus pensamientos en conceptos materialistas. La sed por la vida, expresada por la palabra Tanha, es la fuerza atrayente o magntica que reside en los Skandas inherentes a todos los seres. En un caso como ste la regla de promedios no tiene aplicacin puesto que el efecto completo en ambos sentidos se debe a un equilibrio de fuerzas y es el resultado de accin y reaccin. Y este tipo de pensador materialista puede en slo un mes surgir del Devachn y entrar aqu en otro cuerpo fsico, dando as paso a las inagotadas fuerzas psquicas generadas en la vida anterior. Pero como cada una de tales personas vara en cuanto a la clase, intensidad y cantidad de pensamientos e impulsos psquicos, cada uno puede variar entonces con respecto al tiempo de estada en Devachn. Los seres desesperadamente materialistas permanecern en la esfera devachnica en un estado de letargo o sueo, podramos decir, porque carecen de fuerzas apropiadas y que correspondan a ese estado devachnico, excepto de una forma muy vaga, y para tales seres puede decirse que no existe estado despus de la muerte en cuanto a la mente concierne. Ellos permanecen aletargados por un tiempo y entonces encarnan de nuevo sobre la tierra. Este promedio general de la permanencia en Devachn nos da la duracin de un ciclo humano muy importante, el Ciclo de la Reencarnacin. Porque de acuerdo con esta ley se encontrar que el advenimiento de naciones se repite y que los tiempos pasados regresan de nuevo con las almas. Durante la muerte, la ltima serie de pensamientos quedan poderosa y profundamente grabados en la mente y son los que dan el color y la tnica a la vida entera en el Devachn. El ltimo momento colorear cada momento subsiguiente. En esos pensamientos se quedan fijos el alma y la mente, que empiezan a entretejer con ellos una serie de imgenes y experiencias, desarrollndolas a sus ms altos lmites y llevando a cabo todo lo que no pudo realizarse durante la vida. As, desarrollando y entretejiendo estos pensamientos, la entidad devachnica experimenta su juventud, crecimiento y vejez; es decir, el mpetu ascendente de fuerza, su expansin y su gradual agotamiento hacia la extincin final. Si la persona ha llevado un vida inspida sobre la tierra, su estada en Devachn ser igualmente inspida e incolora; si la vida fue rica e intensa, su Devachn ser igualmente rico en variedad y efectos. La existencia all no es un sueo, salvo en un sentido convencional, ya que aquello es todo un escenario de la vida del hombre y cuando estamos all esta vida presente es slo un sueo. La vida all no es montona en ningn sentido. Somos demasiado propensos a juzgar y medir todos los posibles estados de la vida y todos los campos de experiencia a la luz de nuestra vida terrenal, y a imaginarnos que sto es la realidad. Pero la vida del alma no tiene fin y no puede ser detenida ni por un instante. El abandono de nuestro cuerpo fsico es tan slo una transicin a otro lugar o plano de existencia. Pero como las etreas vestiduras del Devachn son ms duraderas que las que usamos aqu, las causas espirituales, morales y psquicas tardan ms tiempo en desarrollarse y en agotarse en aquel estado que sobre la tierra. Si las molculas que forman el cuerpo fsico no estuvieran sujetas a las leyes qumicas generales que gobiernan la tierra fsica, entonces viviramos tan largo tiempo en estos cuerpos como lo hacemos en el estado devachnico. Pero esa vida de interminable tensin y sufrimiento sera ms que suficiente para abatir el alma obligada a sobrellevarla. El placer se convertira entonces en tormento y el empalagamiento terminara en una locura inmortal. La

naturaleza, siempre benvola, nos conduce pronto de nuevo al cielo, para nuestro reposo y para el florecimiento de lo mejor y lo ms noble que subyace en nuestras naturalezas. El Devachn, por lo tanto, ni carece de sentido ni es intil. "En l descansamos; esa parte de nuestro ser que no pudo florecer bajo los fros cielos de la vida terrenal, brota all en flor para luego retornar con nosotros a la vida terrenal, fortalecida y siendo ms parte de nuestra naturaleza que antes. Por qu quejarse de que la Naturaleza bondadosamente nos d ayuda en la lucha interminable?; por qu mantener la mente meditando acerca de nuestra insignificante personalidad actual y de sus buenas y malas fortunas?"1 . A veces alguien se pregunta: y qu pasa con esos seres que dejamos atrs?, los veremos all? No los vemos all de hecho, pero conscientemente nos hacemos sus imgenes tan llenas, completas y objetivas como en la vida terrestre, y desprovista de todo lo que entonces juzgamos como imperfeccin. Vivimos entre ellos y los vemos crecer nobles y buenos en vez de mezquinos o malos. La madre que ha dejado atrs un hijo dado a la embriaguez, lo encuentra ante s en Devachn como un hombre sobrio y bueno; y de la misma manera en todos los casos posibles, padre, hijo, esposo y esposa encuentran all sus seres queridos perfectos y plenos de sabidura. Todo esto para beneficio del alma. Uno puede calificarlo como un estado de ilusin si as lo prefiere, pero la ilusin es necesaria para la felicidad, como a menudo acontece en la vida. Y como la mente es la que produce la ilusin, no es por tanto una trampa. Ciertamente la idea de un "cielo" erigido al margen del infierno, donde usted ha de saber, si es que le queda algn cerebro o memoria bajo el sistema ortodoxo actual, que sus errados amigos y parientes estn sufriendo tormento eterno, no admite comparacin alguna con la doctrina del Devachn. Pero las entidades en Devachn no estn enteramente desprovistas de poder para ayudar a los que quedaron sobre la tierra. El amor, Maestro de la Vida, si es verdadero, puro y profundo, inducir al bienaventurado Ego en Devachn a influir benficamente sobre aquellos que quedaron en la tierra, no slo en la parte moral, sino tambin en la de circunstancia material. Esto es posible bajo una ley del universo oculto que no puede ser explicada ahora con provecho, pero el asunto puede mencionarse. Esto ha sido divulgado anteriormente por H.P. Blavatsky sin que se le haya prestado sin embargo mayor atencin. La ltima pregunta por considerar es, si a nosotros nos es posible o no desde esta esfera alcanzar a los que residen en Devachn, o si ellos pueden llegar a la nuestra. No podemos alcanzarlos ni influenciarlos, a menos que seamos Adeptos. La pretensin de los mdiums de que pueden comunicarse con los espritus de los muertos, carece de fundamento, y an menos vlida es la presunta habilidad para ayudar a aquellos que se han ido al Devachn. El Mahatma, un ser que ha desarrollado todos sus poderes y que est libre de toda ilusin, puede trasladarse al estado devachnico y comunicarse entonces con los Egos que all se encuentran. Esa es una de sus labores, y es la nica Escuela de los Apstoles que existe despus de la muerte. Los Mahatmas se aproximan a ciertas entidades en Devachn con el propsito de sacarlos de esa condicin, a fin de que retornen a la tierra para bien de la raza. Por lo tanto, los Egos a quienes ellos se aproximan son aquellos cuya naturaleza es noble y profunda, pero que no poseen la sabidura suficiente como para ser capaces de vencer las ilusiones naturales del Devachn. Algunas veces tambin el mdium sensitivo y puro entra en ese estado y se comunica con los Egos que all se encuentran, pero ese caso es muy raro y ciertamente no suceder con el tipo ordinario de mdiums que trabajan por dinero. Pero el alma jams desciende aqu al mdium. Y el abismo que existe entre la conciencia del Devachn y la del globo terrestre es tan profundo y vasto, que muy rara vez puede el mdium recordar a su regreso a qu o a quin encontr, vio o escuch en Devachn. Este abismo es comparable al que separa el Devachn del nacimiento; aquel abismo en el cual toda memoria previa se desvanece. Cuando el perodo completo asignado por las fuerzas del alma ha concluido en Devachn, los hilos magnticos que atan el alma a la tierra comienzan a ejercer su poder. El Yo despierta de su sueo, es velozmente guiado hacia un nuevo cuerpo, y, entonces, justo antes del nacimiento, el Ego ve por un instante todas las causas que le condujeron al Devachn y de regreso a la nueva vida a punto comenzar, y sabiendo que es todo justo y slo el resultado de su propio pasado, el Ego no se lamenta, sino que otra vez toma su cruz...y otra alma ha regresado a la tierra.

Cartas del Mahatma K.H. Vase The Path V. 5, p. 192.

CAPITULO XIV

CICLOS
La doctrina de los Ciclos es una de las ms importantes de todo el sistema teosfico, aunque la menos conocida, y de todas, a la que se alude con menos frecuencia. Por varios siglos los investigadores occidentales han sospechado que los eventos suceden en forma cclica, y unos cuantos escritores en el campo de la literatura europea han tratado este asunto, aunque todos lo han hecho de una forma incompleta. Esa falta de cabalidad y escasez de conocimiento exacto se han debido a una falta de creencia en las cosas espirituales y al deseo de reducir y adaptar todas las cosas a la ciencia materialista. Tampoco pretendo dar a conocer la ley cclica en su totalidad, porque esta es una ley que los Maestros de Sabidura no han divulgado en todos sus detalles. Pero bastante ha sido ya divulgado y bastante fue por largo tiempo conocido por los hombres de la antigedad, como para enriquecer considerablemente nuestro saber. Un ciclo es un anillo, crculo o revolucin peridica, como lo indica la etimologa de la palabra. En el idioma Snscrito, las palabras correspondientes son Yuga, Kalpa, Manvantara; pero entre todas, Yuga es la que ms se aproxima a la palabra ciclo, por significar menor duracin que las otras. El comienzo de un ciclo debe por necesidad ser un instante, que aadido a otros instantes constituyen un da, y ste sumado a los otros das, constituyen los meses, los aos, las dcadas y los siglos. El Occidente no va ms all de este cmputo ordinario y aunque reconoce el ciclo lunar y el gran ciclo sideral, slo considera a ambos, al igual que a los dems, como meros perodos de tiempo. Si los hemos de considerar tan slo como duracin de tiempo, no habr ninguna utilidad excepto para el estudiante estril o el astrnomo. Y en esta forma estn los ciclos considerados hoy da por los pensadores Europeos y Americanos, quienes reconocen la existencia de los ciclos, pero consideran que stos no ejercen mayor influencia sobre la vida humana, y de hecho ninguna sobre la ocurrencia de eventos o la reaparicin en el escenario de la vida, de personas que una vez vivieron sobre la tierra. La teora teosfica es precisamente lo contrario, como debe ser si ha de sustentarse la doctrina de la reencarnacin, a la cual se ha dado una gran importancia en pginas anteriores. No solamente son llamados los ciclos actuales sucesos fsicos en lo que respecta al tiempo, sino que tales ciclos y otros perodos afectan grandemente la vida humana y la evolucin del globo terrestre con

todas las formas de vida que existen en ste. Comenzando con el instante como punto de partida y prosiguiendo a travs de un da, esta teora erige el ciclo en un amplio anillo que lo abarca todo dentro de sus lmites. Siendo el instante la base fundamental, la cuestin a ser esclarecida respecto al gran ciclo es: Cundo se inici el primer instante? Esto no puede ser contestado, pero puede decirse que los antiguos tesofos sostuvieron que la verdad es que en los primeros momentos de la solidificacin de este globo, la masa de materia envuelta en el proceso alcanz un cierto grado vibratorio que se mantendr a travs de toda variacin en cualquier parte de esa masa, hasta que llegue la hora de su disolucin. Estos grados de vibracin son los que determinan las diversas clases de ciclos y, en oposicin a las ideas de la ciencia occidental, la doctrina ensea que el sistema solar y el globo sobre el cual nos encontramos, llegarn a su final cuando la fuerza que yace tras la masa de materia visible e invisible haya alcanzado su lmite de duracin, de conformidad con la ley cclica. Aqu nuestra doctrina difiere otra vez de la doctrina religiosa y de la cientfica. No admitimos que la cesacin de la fuerza se deba a la retirada de la proteccin de un Dios, ni al sbito arrojo por l de alguna otra fuerza contra nuestro globo, sino que la fuerza en juego, que es la determinante del gran ciclo, es la del hombre mismo considerado como un ser espiritual; tan pronto como l termina su labor sobre el globo, lo abandona y con l se retira la fuerza que sostiene el conjunto; el resultado es la disolucin por el fuego, por el agua o por cualquier otra forma de catstrofe, siendo estos fenmenos simplemente efectos y no causas. Las especulaciones cientficas corrientes sobre este punto, son que la tierra puede llegar a precipitarse y caer hacia el sol, o ser envuelta por ste, o que un cometa de gran densidad podra destruir nuestro globo, o que podramos entrar en colisin con un planeta mayor, ya sea conocido o no. Por el momento, todas estas posibilidades son intiles. Como la reencarncin es la gran ley de la vida y del progreso, la misma se encuentra ntimamente entrelazada con la ley de los ciclos y del karma. Estas tres leyes van juntas y en la prctica es casi imposible desligar la ley de la reencarnacin de la ley cclica. Los individuos y las naciones regresan al globo terrestre en corrientes determinadas dentro de perodos cclicos regulares, y traen con ellos de regreso al globo las artes, la civilizacin y los mismsimos personajes que antes vivieron y laboraron en l. Y como dentro de una nacin y de una raza las entidades estn magnticamente conectadas por hilos invisibles y poderosos, grupos y masa considerables de tales unidades, en su lento pero incontenible avance, vuelven a reunirse en diferentes pocas y emergen juntos una y otra vez dentro de cada nueva raza y cada civilizacin, a medida que los ciclos recorren sus establecidas rondas. Por lo tanto, las almas que erigieron las ms antiguas civilizaciones regresarn y traern con ellas la vieja civilizacin, en idea y en esencia, lo cual, aadido a lo que otros han llevado a cabo para el desarrollo de la raza humana en su carcter y su conocimiento, producir un nivel de civilizacin an ms elevado. Este nuevo y ms avanzado desarrollo no ser debido a la existencia de libros, crnicas, artes o tecnologa, ya que todo eso es destruido peridicamente en lo que a la evidencia fsica concierne, sino al alma, eternamente reteniendo en Manas el conocimiento que una vez adquiri, e impulsando siempre hacia un ms completo desarrollo los principios y poderes superiores; y as persistiendo, la esencia del progreso volver a surgir otra vez con la misma certeza que el sol brilla. Y a lo largo de esta ruta estn los puntos donde, para beneficio del hombre, los ciclos avatricos menores y mayores proyectan los grandes seres que de tiempo en tiempo van moldeando la raza. El Ciclo de Avatares incluye varios ciclos menores. Los mayores son esos que marcaron la aparicin de Rama y de Krishna entre los hindes, de Menes entre los Egipcios, de Zoroastro entre los Persas y de Buda entre los hindes y otras naciones de Oriente. Buda es el ltimo de los grandes Avatares y se encuentra en un ciclo mayor que el de Jess de los Judos, pues las enseanzas de este ltimo son las de Buda y estn teidas con las doctrinas que Buda haba enseado antes a los instructores de Jess. Otro gran Avatar est an por manifestarse y corresponder a las naturalezas combinadas de Buda y Krishna. Krishna y Rama pertenecan al orden militar, civil, religioso y oculto. Buda al orden tico, religioso y mstico, en lo cual fue seguido por Jess; Mahoma fue un intermediario menor para una porcin de la raza y perteneci al orden civil, militar y religioso. En estos ciclos podemos incluir personajes varios que han tenido una gran influencia sobre las naciones, tales como el Rey Arturo, Faran, Moiss, Carlomagno, reencarnado en Napolen Bonaparte; Clodoveo de Francia, reencarnado en Federico III, emperador de Alemania; y tambin Washington, primer Presidente de los Estados Unidos de Amrica, pas donde la raz de la nueva raza est en proceso de formacin. En la interseccin de grandes ciclos, siguen efectos dinmicos que alteran la superficie del planeta como resultado de la inversin de los polos del globo u otras convulsiones. Esta no es una teora generalmente aceptada, pero nosotros sostenemos su veracidad. El hombre es un gran dinamo que

genera, acumula y proyecta energa, y cuando las masas de hombres que forman una raza generan y distribuyen as la energa, hay un efecto dinmico sobre la materia del globo, el cual ser suficientemente poderoso como para ser perceptible y cataclsmico. Que han habido vastos y horrorosos disturbios en la estratificada corteza del globo, es algo generalmente admitido por todas las disciplinas, y por lo tanto no requiere mayores pruebas; estos disturbios han sido ocasionados por terremotos, cataclismos y fenmenos glaciales en cuanto a la geologa concierne; pero, en cuanto a las formas animales, la ley cclica seala que ciertas formas animales ya extintas, as como ciertas formas humanas desconocidas, pero a veces sospechadas, reaparecern otra vez en su propio ciclo, y ciertos idiomas humanos considerados ahora como lenguas muertas, se pondrn de nuevo en uso a la hora cclica sealada. "El Ciclo Metnico es el ciclo lunar. Este es un perodo que abarca unos diecinueve aos, terminado el cual, la luna nueva y la luna vuelven a caer en los mismos das del mes". "El Ciclo Solar es un perodo de veintiocho aos, pasado el cual las letras Dominicales regresan a su lugar original y proceden en el orden anterior de acuerdo con el calendario Juliano". El gran ao Sideral es el perodo requerido por los puntos equinocciales para completar en su precesin una revolucin completa e la esfera celeste. Esta revolucin consiste en unos 25,868 aos solares. Se dice que el ltimo ao sideral termin hace 9,868 aos, en cuyo momento debe haberse producido sobre la tierra una violenta convulsin, o una serie de convulsiones, as como distribuciones de naciones. La terminacin de este gran perodo transporta a la tierra dentro de nuevos espacios del cosmos, no tanto con respecto a su propia rbita, como respecto a la progresin del sol en una rbita que le es propia y que no puede ser medida por ningn observador de nuestra poca, pero cuyo centro, en la estimacin de algunas personas, debe estar situado en una de las constelaciones. Lo que afecta sealadamente al hombre son los ciclos espirituales, psquicos y morales, y de stos surgen los ciclos nacionales, raciales e individuales. Los ciclos raciales y nacionales son ambos histricos. Los ciclos individuales son los de la reencarnacin, la sensacin y las impresiones. La duracin del ciclo de la reencarnacin individual para la generalidad de los seres humanos, es de un mil quinientos aos, y este cmputo, a su vez, nos da un gran ciclo histrico relacionado ntimamente con el progreso de la civilizacin. Porque a medida que las masas de Egos regresan del Devachn, debe inferirse que las antiguas eras Romana y Griega, lo mismo que la Ariana y otras Eras pasadas, reaparecern, y sto puede en alto grado ser claramente discernido. Ms al hombre tambin lo afectan los ciclos astronmicos, porque l es parte integrante del todo y estos ciclos marcan los perodos en que la humanidad toda ha de experimentar un cambio. En los libros sagrados de todas las naciones estos acontecimientos son con frecuencia mencionados, y se encuentran en la Biblia de los Cristianos, como, por ejemplo, en la historia de Jons dentro del vientre de la ballena. Tomado en sentido histrico esto es un absurdo, pero no si se considera como un ciclo astronmico. "Jons" se encuentra entre las constelaciones, y cuando el punto astronmico que representa al hombre alcanza en el Zodaco un punto que est directamente opuesto al vientre de la constelacin de Cetus o de la ballena, al otro lado del crculo, en lo que se conoce como el proceso de oposicin, entonces se dice que Jons est en el centro del pez y es "arrojado" al final del perodo, cuando ese punto humano ha avanzado suficientemente en el Zodaco como para no estar ms en oposicin a la ballena. De igual manera, a medida que ese mismo punto progresa a travs del Zodaco, viene a estar en oposicin con las diferentes constelaciones con las que se va encontrando en exacta oposicin, de siglo en siglo, a lo largo de su curso. Durante estos movimientos progresivos, ocurren cambios entre los hombres y sobre la tierra, que son exactamente indicados por las constelaciones cuando aqullos son descifrados de acuerdo con las reglas correctas de la simbologa. No se pretende demostrar que las conjunciones causan los efectos, sino que edades atrs los Maestros de Sabidura resolvieron todos los problemas con respecto al hombre y encontraron en la bveda celeste los medios de computar con exactitud las fechas en que los eventos han de ocurrir, y entonces, grabando en las mentes de las viejas naciones la simbologa del Zodaco, fueron capaces de preservar los anales y la profeca. As pues, de la misma manera que el relojero puede decir la hora cuando las manecillas o la maquinaria del reloj alcanzan ciertos puntos determinados, igualmente los Sabios pueden pronosticar la hora de los eventos por el reloj Zodiacal. Desde luego, sta no es la creencia de hoy en da, pero ser bien comprendida en los siglos venideros, y como las naciones de la tierra tienen signos generalmente similares para el Zodaco, y las crnicas de las razas hace tiempo extintas muestran los mismos smbolos, no parece ser probable que el espritu vandlico del occidental siglo diecinueve sea capaz de borrar esta valiosa herencia de nuestra evolucin. En Egipto, el Zodaco de Dendera relata la misma narracin que nos fue legada por la antigua civilizacin del continente Americano, y todas ellas

proceden de la misma fuente; representan la obra de los Sabios, quienes se manifiestan al comienzo del gran ciclo humano para darle al hombre, que comienza su fatigoso ascenso por la ruta del desarrollo, esos grandes smbolos e ideas de carcter astronmico que perdurarn a travs de todos los ciclos. En lo que toca a los grandes cataclismos que ocurren al comienzo y final de los grandes ciclos, las leyes principales que gobiernan los efectos son la de Karma y la de Reencarnacin, procediendo bajo la ley cclica. Estas leyes no slo gobiernan al hombre, sino tambin a cada tomo de materia, y todo el conjunto de materia est constantemente sufriendo transformaciones al mismo tiempo que el hombre. Esta materia, por lo tanto, tiene que mostrar alteraciones correspondientes a las que experimenta el Ego mismo o pensador. Sobre el plano fsico, los efectos son producidos por los fluidos elctricos y de otros orgenes, actuando con los gases sobre las substancias slidas del globo. Al cambio de un gran ciclo, esto alcanza lo que pudiera llamarse un punto explosivo y causa convulsiones violentas de las clases siguientes: a) Terremotos, b)Inundaciones, c)Incendios, d)Fenmenos Glaciales. Los terremotos pueden producirse, de acuerdo con esta filosofa, por dos causas generales: Primero, por inmersin o elevacin bajo la corteza terrestre, debido al calor y al vapor; Segundo, cambios elctricos y magnticos que afectan simultneamente el agua y la tierra. Estos ltimos tienen el poder de hacer la tierra fluida instantneamente sin licuarla, causando as inmensos y violentos desplazamientos en grandes o pequeas oleadas. Este efecto es ahora observado algunas veces en distritos azotados por terremotos, cuando causas elctricas similares entran en accin en una escala menor. Las inundaciones de carcter general son causadas por el desplazamiento de aguas resultante de un hundimiento o elevacin del terreno, y tambin por esos fenmenos en combinacin con cambios de naturaleza elctrica que inducen una enorme descarga de humedad. Esto ltimo no es simplemente el resultado de nubes que se descargan, sino una sbita transformacin de enormes masas de fluidos y slidos en agua. Los incendios universales son el resultado de cambios elctricos y magnticos en la atmsfera, por medio de los cuales la humedad es desalojada del aire que a la sazn se transforma en un masa ardiente; y, en segundo lugar, por la expansin repentina del centro magntico solar en siete centros similares, causando as el incendio del globo. Los cataclismos glaciales no provienen solamente de la alteracin repentina de los polos, sino tambin de descensos de temperatura, debido a la alteracin de las clidas corrientes fluidas del mar y de las calientes corrientes magnticas de la tierra; las primeras son conocidas por la ciencia, las otras todava no. Los estratos ms profundos de humedad en la tierra se congelan repentinamente y vastas regiones se cubren de gruesas capas de hielo en una noche. Este fenmeno puede ocurrir muy fcilmente en las Islas Britnicas, si las corrientes clidas del ocano son desviadas de sus costas. Tanto los egipcios como los griegos tenan sus propios sistemas cclicos, que en nuestra opinin derivaron de los Sabios de la India. Los chinos fueron siempre una nacin de astrnomos, y han registrado observaciones que datan de las pocas remotas anteriores a la era Cristiana, pero como pertenecen a una raza antigua que est llamada a extinguirse (por extraa que esta aseveracin pueda parecer) sus conclusiones no resultarn vlidas y correctas en lo que concierne a las razas arias. Al advenimiento de la era Cristiana, un denso palio de oscuridad vel las mentes de los hombres de Occidente, y la India por siglos hubo de permanecer aislada de manera que pudieran preservarse estas grandes ideas durante la noche mental de Europa. Este aislamiento fue llevado a cabo deliberadamente como una necesaria precaucin tomada por la Gran Logia a la cual ya hice referencia en el Captulo Primero, porque sus Adeptos, conociendo perfectamente las leyes cclicas, deseaban preservar la filosofa para las generaciones futuras. Como sera tan solo pedantera y especulacin tratar de discutir los Saros y los Naros y otros ciclos de los Egipcios, dar pues aqu los ciclos Brahmnicos, ya que stos concuerdan casi exactamente con los perodos correctos. A un perodo o expresin de manifestacin universal se le da el nombre de Brahmanda, que significa una vida completa de Brahma, y la vida de Brahma se compone de das con sus aos, los cuales siendo csmicos, son de una duracin inmensa. El da de Brahma, como el del hombre, es de 24 horas y pico de duracin; su ao de 360 das y pico; el nmero de sus aos es 100. Tomando en consideracin este globo - puesto que a nosotros no nos concierne ahora ningn otro su gobierno y su evolucin prosiguen bajo la direccin de El Man, nombre de cuya raz Snscrita derivan Manas, "mente" y Man, "hombre"; de este trmino surge el vocablo Manvntara, o "entre dos Manus". El curso de la evolucin est subdividido en cuatro Yugas por cada raza dentro de su propia duracin y ruta. Estos Yugas no afectan a la humanidad toda a un mismo tiempo, en razn de que mientras unas razas estn en uno de los Yugas otras estn en un ciclo diferente. El indio Piel-Roja, por ejemplo, se encuentra al

final de su edad de piedra, mientras que los Arios estn en una fase enteramente diferente. Los citados cuatro Yugas son: Krita o Satya, la edad de oro; Treta, Dvapara, y Kali o edad de la oscuridad. Con respecto al Occidente y a la India, la actual era es la del Kali Yuga, especialmente con respecto al desarrollo moral y espiritual. El primero de estos mientras que el actual Kali Yuga es rpido, siendo su curso acelerado precisamente como ciertos perodos astronmicos conocidos hoy con relacin a la Luna, pero an no completamente comprendidos.

CUADRO SINOPTICO DESCRIPCION AOS MORTALES 1 1,728,000 1,296,000 864,000 432,000 4,320,000 306,720,000 4,294,080,000 25,920,000 4,320,000,000 8,640,000,000 3,110,400,000,00 0 311,040,000,000, 000

360 das (y pico) hacen Krita Yuga tiene Treta Yuga tiene Dvapara Yuga tiene Kali Yuga tiene Maha Yuga o los cuatros precedentes, tiene 71 Maha Yugas, forman el reinado de un Manu, o 14 Mans son Agrguense las auroras y crepsculos entre Mans Estos 14 reinados con sus auroras y crepsculos suman 1,000 Maha Yugas o un Kalpa o Da de Brahma La noche de Brahma es igual a su Da y tal Da y tal Noche suman conjuntamente 360 de estos Das constituyen el ao de Brahma 100 de estos Aos constituyen una Vida de Brahma

Los primeros 5,000 aos del Kali Yuga terminan entre los aos de 1897 a 1898. Este Yuga comenz alrededor de 3,102 aos antes de la era Cristiana, al momento del fallecimiento de Krishna. Como los aos de 1897-1898 no estn muy lejanos de nosotros, los cientficos de hoy tendrn una oportunidad de ver si la conclusin del ciclo de cinco mil aos ser precedida o seguida de algunas convulsiones o grandes cambios polticos, cientficos o fsicos, o bien de todos estos sucesos combinados. Cambios cclicos estn ahora generndose a medida que de ao en ao las almas o Egos de previas civilizaciones estn encarnando en este perodo, en que la libertad de pensamiento y de accin no estn tan restringidos en Occidente como lo estuvieron en el pasado por las religiones dogmticas y el prejuicio y fanatismo religioso. Nos encontramos actualmente en un ciclo de transicin, en que todo en filosofa, religin y sociedad, se encuentra en un proceso de cambio. Durante un perodo de transicin, las cifras exactas y las reglas completas con respecto a los ciclos no se divulgan a una generacin que exalta el dinero por encima del ms alto nivel de pensamiento y se mofa de la gran perspectiva espiritual del hombre y de la naturaleza.

CAPITULO XV

DIFERENCIACION DE LAS ESPECIES ESLABONES PERDIDOS


Entre la Ciencia y la Teosofa existe un enorme abismo, hasta el presente sin conexin, con respecto al origen del hombre y la diferenciacin de las especies. Los instructores religiosos de Occidente ofrecen sobre esta materia una teora, dogmticamente afianzada por una presunta revelacin que resulta tan inaccesible como la teora que proponen los hombres de ciencia. Sin embargo, los religiosos se encuentran ms cercanos a la verdad que los cientficos. Bajo la supersticin religiosa sobre Adn y Eva, se oculta la verdad; y, en las narraciones de Can, Set y No, se halla vagamente bosquejada la verdadera historia de otras razas humanas, no siendo Adn ms que el representante de una raza. El pueblo que dio a Can la bienvenida y le proporcion una esposa, era una de esas razas humanas que haban aparecido simultneamente con la raza que encabezaba Adn. El origen o comienzo del hombre no puede ser descubierto, an supiramos cundo aparecieron los hombres sobre este globo y de dnde vinieron. El hombre jams ha dejado de ser. Si no en este globo, entonces en algn otro, el hombre siempre existi, y por siempre existir en alguna parte del Cosmos. Por siempre perfeccionndose y esforzndose en alcanzar la imagen del Hombre Celeste, el ser humano se mantiene en un eterno proceso de desarrollo. Pero como la mente humana no puede regresar a descubrir comienzo alguno, empezaremos pues con este globo terrestre. Sobre esta tierra y sobre toda la cadena de globos, de la cual la tierra es parte, siete razas de hombres aparecieron simultneamente procedentes de otros globos de una cadena planetaria ms antigua. Y con respecto a esta tierra (el cuarto globo de esta cadena) estas siete razas llegaron simultneamente desde otro globo de esta misma cadena. Esta aparicin simultnea de siete razas toma lugar en la primera ronda de los globos y en una parte de la segunda. En la segunda ronda, los siete conglomerados de seres son amalgamados, siendo su destino despus de ese proceso el de diferenciarse lentamente durante las subsiguientes rondas, hasta que en la sptima ronda las siete primeras grandes razas surgirn otra vez distintas y con prototipos tan perfectos de la raza humana como ese perodo de evolucin lo permita. Las siete razas estn en la actualidad entremezcladas, y representantes de todas ellas se encuentran presentes en muchas de las supuestas razas humanas que clasifica la ciencia moderna. El propsito de esta amalgamacin y subsiguiente diferenciacin, es el dar a cada raza el beneficio del progreso y del poder del todo, derivado del progreso anteriormente alcanzado en otros planetas y otros sistemas. Pues la Naturaleza nunca hace su labor en forma precipitada o desordenada, sino que por el seguro mtodo de mezcla, precipitacin y separacin, logra la perfeccin mxima. Este mtodo fue conocido por los Alquimistas, aunque nunca enteramente comprendido en todos sus sentidos ni an por ellos mismos. Por lo tanto, el hombre no surgi de una sola pareja, ni tampoco fue generado por una tribu o familia de monos. Todo esfuerzo que se haga para determinar la solucin de este asunto es intil, ya se haga por mediacin de la religin o de la ciencia; pues la ciencia se encuentra confundida segn ella misma lo admite, y la religin se halla enmaraada con una revelacin que segn sus propios textos contradice la teora dada por los sacerdotes. Adn es aceptado como el primer hombre, pero la crnica dentro de la cual esta historieta se encuentra relatada, da clara muestra de que otras razas de hombres deben haber existido sobre la tierra antes que Can pudiera haber fundado toda una ciudad. La Biblia misma, pues, no sostiene la teora de la pareja nica original. Si nosotros examinramos una de las hiptesis de la Ciencia y admitiramos por el momento que el hombre y el mono tuvieron su origen en un progenitor comn, entonces tendramos que preguntar de dnde surgi el primer progenitor. El primer postulado de la Logia sobre este tema, es que siete razas de hombres aparecieron simultneamente sobre la tierra y la primera suposicin negativa es que el hombre no emergi de una simple pareja, ni tampoco del reino animal. Las variedades de carcter y de capacidad que subsiguientemente aparecen en la historia del hombre, son el efecto que va surgiendo de las variaciones que van siendo inducidas en los Egos durante el curso de otros largos perodos de evolucin, en otras cadenas de globos. Estas variaciones fueron tan profundamente estampadas en los Egos, que equivalen ya a ser caractersticas inherentes. En cuanto a las

razas de este globo, su perodo de evolucin anterior transcurri en la cadena de globos de la cual nuestro satlite lunar es el representante visible. El problemtico asunto de los monos antropoides con relacin al hombre, es solucionado por los Maestros de Sabidura, quienes nos dicen que, stos, en vez de ser nuestros progenitores, fueron producidos en realidad por el hombre mismo. En uno de los tempranos perodos del globo, los hombres de esa poca engendraron los antropoides en hembras del reino animal, y en estos cuerpos quedaron atrapados un cierto nmero de Egos destinados un da a ser hombres. El actual remanente de los descendientes del verdadero antropoide, son los descendientes de aquellos ilegtimos hijos del hombre, los cuales se extinguirn gradualmente y sus Egos encarnarn en cuerpos humanos. Esos cuerpos, mitad antropoide y mitad humano, no pueden estar animados por Egos de naturaleza puramente animal, y por esa razn son conocidos en la Doctrina Secreta como la "Raza Retardada", el nico grupo no incluido en el fat de la Naturaleza, con respecto a que no sern admitidos ms Egos de los reinos inferiores en el reino humano, hasta el advenimiento del prximo Manvntara. Pero para todos los reinos inferiores al del hombre, con la nica excepcin de los antropoides, la puerta de entrada a la condicin humana est ahora cerrada, y los Egos incorporados en las formas inferiores tendrn todos que esperar su turno en el subsiguiente gran Ciclo. Y como los Egos retardados de la familia antropoide emergern ms adelante dentro del escenario humano, esos Egos sern entonces recompensados por tan extensa y angustiosa espera dentro de esa raza degradada. Todos los dems monos son el producto del proceso evolutivo en el sentido ordinario. Sobre este tema no puedo hacer ms que citar las palabras de uno de los Maestros de Sabidura, que explica la antropologa esotrica de la Doctrina Secreta: La semejanza anatmica entre el hombre y el mono superior, que los Darwinistas citan con tanta frecuencia como evidencia de un ancestro comn a ambos, presenta un problema interesante, cuya debida solucin hay que buscar en la explicacin esotrica del gnesis de los troncos pitecoids. Nosotros lo hemos expuesto hasta el punto que era til, al declarar que la bestialidad de razas primitivas sin - mente trajo la procreacin de enormes monstruos humanoides, el fruto carnal de la unin de padres humanos y animales. A medida que transcurra el tiempo y esas formas an semi-astrales se consolidaban fsicamente, los descendientes de esas criaturas monstruosas fueron modificados por condiciones externas, hasta que la especie, disminuyendo en tamao, culmin en los monos inferiores del perodo Mioceno. Y fue con stos que los ltimos Atlantes repitieron de nuevo el mismo pecado de los "Sin-mente", pero esta vez con plena responsabilidad de accin. El resultado de su crimen fueron las especies ahora conocidas como Antropoides... Recordemos aqu la enseanza esotrica, la cual nos dice que el hombre tena durante la Tercera Ronda una forma gigantesca, semejante al mono, sobre el plano astral; y similarmente al concluir la Tercera Raza de la actual ronda. Esto explica el aspecto humano de los antropoides, especialmente de los ms tardos, aparte del hecho de que stos ltimos conservaron por herencia un parecido con sus progenitores Atlante-Lemurianos. An ms; los mismos Maestros aseveran que los mamferos fueron producidos durante la cuarta ronda y son subsiguientes a la aparicin de la raza humana. Por esta razn no hubo barrera biolgica contra tal forma de fertilidad, porque los tipos-races de tales mamferos no estaban lo bastante distantes como para que surgiera tal barrera. La unin antinatural de parte de la tercera raza, cuando el hombre no posea todava la luz de Manas, no fue un crimen contra la Naturaleza, puesto que no habiendo mente presente, salvo en forma germinal, no poda haber responsabilidad. Pero en la cuarta ronda, estando la luz de Manas presente, la renovacin de tal acto de parte de la nueva raza fue un crimen, porque fue hecho con pleno conocimiento de sus consecuencias y contra los dictados de la conciencia. El efecto Krmico de esto, incluyendo, como lo hace, a todas las razas humanas, tiene todava que llegar a ser sentido plenamente y comprendido - en un lejano da que est an por venir. As como el hombre vino a este globo desde otro planeta siendo todava un ser de inmenso podero y antes de haber sido completamente sumergido en la materia, igualmente vinieron los reinos inferiores desde otros planetas, en germen y tipo, a llevar a cabo su evolucin paso a paso hacia adelante con la ayuda del hombre, quien, en todos los perodos de manifestacin se encuentra al frente de la oleada de vida. Los Egos en estos reinos inferiores no pudieron terminar su evolucin antes de que la precedente cadena de globos llegara a su disolucin, y habiendo venido a continuarla aqu, avanzan de edad en edad acercndose gradualmente ms y ms a la condicin humana. Un da ellos tambin se convertirn en hombres que se aprestarn como vanguardia y gua de otros reinos inferiores, en ste u otro globo. Y en tales arribos desde otros planetas, siempre han de ser trados junto con la ms alta clase de seres algunas

formas de vida animal, as como frutas y otros productos, que a manera de modelos o prototipos han de ser usados aqu. No sera prctico entrar aqu en detalles, pues siendo demasiado avanzado para el entendimiento de nuestra poca, slo se considerara ridculo de parte de algunos, y puras estupideces de parte de otros. Pero siendo as tradas las formas generales de los varios reinos, hemos de considerar cmo se inici la diferenciacin del animal y otras especies inferiores, y cmo fue proyectada. Este es el punto en que la ayuda e interferencia inteligentes de una mente o masa de mentes es absolutamente necesaria. Tal ayuda e interferencia fue y sigue siendo un hecho, pues la Naturaleza sin ayuda y gua no puede hacer una labor perfecta. Y con esto no quiero decir que Dios o ngel interfiera o ayude. Es el Hombre quien as lo hace. No el hombre de hoy, dbil e ignorante como es, sino grandes almas; elevadsimos y santos hombres de inmenso poder, conocimiento y sabidura. Tal como cada quien sabe hoy que podra llegar a ser, si no fuera porque la religin por un lado y la ciencia por el otro, han pintado tal cuadro acerca de nuestras debilidades, maldad intrnseca y origen puramente material, que prcticamente todos los hombres piensan que son slo tteres de Dios o de un destino infame, a la vista tanto de aqu como del ms all. Varios nombres les han sido dados a estos grandes seres ahora apartados de nuestro plano. Ellos son los Dhyanis, los Creadores, los Guas, los Grandes Espritus, as como otros ttulos. En la literatura teosfica se les llama Dhyanis. Por mtodos que les son conocidos a ellos y a la Gran Logia, ellos obran sobre las formas que fueron tradas de otros globos y, aadiendo aqu, quintando all y a menudo alterando, gradualmente transforman por alteracin y adicin los reinos naturales, as como el gradualmente formado cuerpo bruto del hombre. Este proceso es llevado a cabo principalmente en el perodo puramente astral y que precede al estado fsico bruto, ya que los impulsos as dados de seguro se proyectarn adelante en perodos subsiguientes. Cuando el punto medio de la evolucin se alcanza, las especies emergen en la escena presente sin mostrar ninguna conexin a la vista del hombre ni a nuestros instrumentos. Las investigaciones del da han rastreado ciertas especies hasta un punto en que, como ha sido confesado, no se conoce a qu raz se remontan. Tomando el buey por un lado y el caballo por el otro, notamos que ambos tienen pezuas, pero uno tiene una pezua dividida y el otro un solo casco. Cuando alcanzamos el ancestro de cada uno, nos hacen remontar hasta un punto intermedio, y all la Ciencia termina. Es en este punto en que la sabidura de los Maestros viene para mostrarnos que tras de esto est la regin astral de la antiqusima evolucin , donde yacieron los tipos-races sobre los cuales los Dhyanis iniciaron la evolucin por alteracin y adicin, y que result en la subsiguiente diferenciacin, en este plano bruto, dentro de las varias familias, especies, y gneros. Un vasto perodo de tiempo, cerca de 300,000,000 de aos transcurri para la tierra y para el hombre, as como para todos los reinos naturales, dentro de ese estado astral. Para entonces no haba materia bruta tal como la conocemos ahora. Esto acaeci durante las primeras rondas, cuando la Naturaleza proceda lentamente con la obra de ir perfeccionando los tipos en el plano astral, el cual es materia, aunque de una finsima textura. Al final de ese perodo de aos comenz el proceso de endurecimiento, siendo la forma humana la primera en solidificarse, y entonces algunos de los prototipos de las rondas precedentes entraron en el proceso de solidificacin, aunque de hecho pertenecientes a un perodo anterior cuando todo era astral. Cuando tales fsiles se descubren, de inmediato se argumenta que deben pertenecer a aquellas criaturas que coexistieron con el hombre en su bruto cuerpo fsico. Y mientras ese argumento es suficientemente vlido a la luz de ciertas teoras cientficas, no deja sin embargo de convertirse nicamente en una presuncin si tan slo se admite la existencia del perodo astral. Entrar en ms detalles a este respecto ira ms all del alcance de esta obra. Podemos tan slo restringirnos a decir que ni la abeja ni el trigo hubieran podido alcanzar su diferenciacin original en esta cadena de globos, sino que deben haber sido producidos en alguna otra, de la que fueron trados a sta. El porqu de esto, estoy dispuesto a dejarlo por el momento abierto a conjetura. Se podra objetar a la teora completa diciendo que la Ciencia no ha podido hasta ahora encontrar los eslabones perdidos entre los tipos-races del perodo astral y los presentes fsiles de las especies vivientes. En el ao 1893, en Mosc, el profesor Virchow expres en una conferencia que el eslabn perdido permaneca ms distante que nunca, ms un sueo que nunca, y que no haba mayor evidencia a mano de que el hombre en verdad desciende de los animales. Esto es bien cierto, y ninguna clase de eslabn perdido podr ser descubierto por la Ciencia bajo los mtodos corrientes de operacin. Pues todos ellos existen en el plano astral y son por tanto invisibles a la vista fsica. Estos pueden ser vistos tan slo por los sentidos astrales internos, los cuales han de ser primero entrenados para realizar su labor propiamente, y hasta que la Ciencia admita la existencia de tales sentidos astrales internos, nunca buscar la manera de desarrollarlos. En tal caso la Ciencia permanecer sin los instrumentos y metodologas

necesarios para descubrir los eslabones astrales que quedaron atrs dentro del plano astral durante el largo curso de diferenciacin. Los fsiles de que se habl anteriormente podra decirse que se solidificaron a destiempo, y por tanto constituyen una excepcin a la imposibilidad de localizar algn eslabn perdido; an as, stos representan callejones sin salida para la Ciencia, ya que sta no admite ninguno de los hechos bsicos para su solucin. El objetivo detrs de toda esta diferenciacin, amalgamacin y separacin, est bien esclarecido en las palabras de otro de los Maestros: La Naturaleza conscientemente prefiere que la materia sea indestructible en las formas orgnicas ms que en las inorgnicas, y labora lenta pero incesantemente hacia la realizacin de ese objetivo - la evolucin de vida consciente partiendo del material inerte *.

El Mundo Oculto, Por A. P. Sinnett.

CAPITULO XVI

LEYES PSIQUICAS, FUERZAS Y FENOMENOS


El campo de lo psquico, de la dinmica y de lo fenomnico es muy extenso. Tales fenmenos y sus correspondientes fuerzas son manifestados diariamente en todos los pases, pero hasta hace pocos aos muy poca atencin les haba sido dada por los cientficos, mientras en gran forma se ha ridiculizado a todos los que han atestiguado sobre acontecimientos psquicos o han aseverado su creencia en ellos. Hace unos cuarenta aos surgi un culto en los Estados Unidos, que fue errneamente denominado como "espiritualismo" o "espiritismo"; pero an teniendo una gran oportunidad, no pas de ser una mera bsqueda de lo raro y de lo curioso, sin la ms leve sombra de filosofa. Este culto ha logrado poco en cuanto a progreso, exceptuando una larga crnica de sucesos no dirigidos, que por cuatro dcadas fracasaron en captar seriamente la atencin de la masa en general. An cuando tal doctrina ha sido de cierta utilidad y sus filas incluyen muchas mentes avanzadas, los grandes peligros y los perjuicios que ha ocasionado a los instrumentos humanos participantes y a aqullos que se dedicaron a tales entretenimientos, de sobra contradicen el bien realizado, en opinin de los discpulos de la Logia, que preferiran ver al hombre progresar uniformemente y sin riesgos a lo largo del sendero de la evolucin. No obstante, otros investigadores Occidentales, dentro de escuelas reconocidas, no han logrado mejores resultados y esto trae por consecuencia que no exista una Psicologa Occidental digna de ese nombre. Esta carencia de un sistema adecuado de Psicologa es el resultado natural de la parcialidad materialista de la Ciencia, y de la influencia paralizante de la religin dogmtica; la primera, ridiculizando todos los esfuerzos y obstruyendo el camino; la otra, prohibiendo la investigacin. La rama Catlica de la Iglesia Cristiana es una excepcin hasta cierto punto. Esta siempre ha admitido la existencia del mundo psquico, porque se es el mundo de los ngeles y los demonios. En cuanto a que la Iglesia prohibiese la prctica perniciosa de la necromancia a que se dedicaban los espiritistas, eso fue vlido; sin embargo, las otras prohibiciones y restricciones no lo fueron. La psicologa verdadera de hoy es un producto oriental. Tambin es muy cierto que el verdadero sistema psicolgico fue conocido en Occidente, en la poca en que una antigua civilizacin floreca en Amrica y en ciertas partes de la Europa pre-Cristiana; pero en la poca actual, la psicologa en su aspecto verdadero reside en Oriente. Existen en realidad las facultades, las leyes y los poderes psquicos? Si ellos existen, entonces sus aspectos fenomnicos deben igualmente existir. Si todo lo que ya ha sido delineado en los captulos anteriores es verdico, entonces tambin existen en el hombre los mismos poderes y las mismas facultades que se encuentran en todo el campo de la Naturaleza. El ser humano est considerado por los Maestros de Sabidura como el producto ms elevado de todo el sistema evolutivo, y que refleja en s mismo todo el poder que yace en la Naturaleza, no importa cun maravilloso o terrible sea; y por el hecho mismo de ser tal espejo o reflejo, l es Hombre. Este hecho se ha reconocido por largo tiempo en el Oriente, en donde el autor ha presenciado exhibiciones tales de poderes que trastornaran las teoras de muchos cientficos de Occidente. Los mismos fenmenos han sido repetidos en Occidente en presencia del autor, y por consiguiente l sabe por propio conocimiento que todos los hombres de todas las razas poseen potencialmente los mismos poderes. Los genuinos fenmenos psquicos - tambin denominados mgicos - que producen los faquires o los yoguis orientales, son todos realizados por mediacin de fuerzas y procesos naturales que hasta ahora no han sido siquiera soados en Occidente. La levitacin o suspensin del cuerpo humano, en aparente desafo a la gravedad, es algo que puede ser llevado a cabo con facilidad tan pronto como el procedimiento ha sido dominado. La levitacin no contraviene ley alguna. La gravitacin no es sino la mitad de una ley. El filsofo de Oriente admite la gravitacin, si es que se desea adoptar ese trmino, pero la voz tcnica verdadera es atraccin; a la otra mitad de la ley se le da el nombre de repulsin, ambas gobernadas por las grandes leyes de la fuerza elctrica universal. El peso y la estabilidad dependen de la polaridad, y cuando la polaridad de un objeto es modificada con respecto a la tierra directamente debajo de l, ese objeto puede levantarse. Pero como los objetos estn desprovistos de la conciencia que caracteriza

al hombre, los mismos no pueden elevarse sin el concurso de otras fuerzas. Sin embargo, el cuerpo humano se elevar en el aire, sin apoyo, como un pjaro, cada vez que su polaridad sea apropiadamente modificada. Esta modificacin puede ser producida conscientemente por medio de un sistema de respiracin conocido por los Orientales; el proceso puede ser tambin inducido con la ayuda de ciertas facultades naturales que se mencionarn ms adelante, en los casos singulares de personas que sin tener conocimiento de la ley ejecutan esos fenmenos, tales como ciertos casos de santos de la Iglesia. Una tercera gran ley que toma parte en muchos de los fenmenos de Oriente y Occidente, es la ley de Cohesin. El poder de la Cohesin es un poder en s mismo y no un resultado como se supone. Esta ley y su funcionamiento deben ser conocidos, si han de producirse ciertos fenmenos como, por ejemplo, los que el autor ha presenciado: el paso de un anillo de hierro macizo a travs de otro, o el de una piedra a travs de una pared maciza. Aqu se emplea otra fuerza, la cual puede nicamente ser denominada fuerza de dispersin. La Cohesin es la fuerza dominante, pues, en el momento en que la fuerza dispersante se retira, la fuerza cohesiva restablece las partculas a su posicin original. Como resultado de estos poderes, el Adepto versado en esa gran dinmica es capaz de dispersar los tomos de un objeto - exceptuando siempre el cuerpo humano - a tal distancia los unos de los otros, que el objeto se hace invisible, y entonces el Adepto puede proyectar esos tomos a lo largo de una corriente formada en el ter y a cualquier distancia sobre la tierra. En el momento deseado la fuerza dispersante se retira, e inmediatamente la fuerza cohesiva se restablece por s misma y el objeto reaparece intacto. Esto puede tomarse como ficcin, pero siendo conocido por la Logia y sus discpulos como un hecho verdico, es igualmente cierto que la Ciencia admitir esta proposicin tarde o temprano. La mentalidad laica, sin embargo, contagiada con el materialismo actual, se maravilla de cmo todas estas manipulaciones son posibles, observando desde luego que no son necesarios instrumentos materiales algunos. Los instrumentos yacen en el cuerpo y el cerebro del hombre. La Logia opina que "el cerebro humano es un generador con potencia inagotable", y un conocimiento completo de las internas leyes qumicas y dinmicas de la Naturaleza, juntamente con una mente disciplinada, conceden a su poseedor el poder de operar las leyes a que se ha hecho referencia. Este poder ser la posesin del hombre del futuro, y lo sera an hoy, a no ser por el dogmatismo ciego, el egosmo y la incredulidad materialista. Ni an el mismo Cristiano vive a la altura de la verdica declaracin de su Maestro, de que con fe podra uno mover montaas. El conocimiento de la ley, cuando se le aade la fe, confiere poder sobre la materia, la mente, el espacio y el tiempo. Sirvindose de los mismos poderes, el Adepto entrenado puede hacer aparecer ante los ojos fsicos, palpables al tacto, objetos materiales que no estaban anteriormente visibles, y en cualquier forma deseada. Este fenmeno sera llamado por el vulgo creacin, pero es simplemente evolucin realizada en nuestra propia presencia. La materia se encuentra suspendida en el aire a nuestro alrededor. Toda partcula de materia visible o an por precipitar, ha conocido todas las formas posibles, y lo que el Adepto hace es seleccionar alguna forma deseada, que existe, como todas, en la Luz Astral, y entonces por esfuerzo de la Voluntad y de la Imaginacin, vestir de materia la forma deseada, por precipitacin. El objeto as producido, se desvanecera a menos que se hiciera uso de otros procesos determinados, que no necesitan explicarse aqu, pero si tales procesos se usaran, el objeto quedara en forma permanente; y s se deseara hacer visible un mensaje sobre un papel o cualquier otra superficie, las mismas leyes y los mismos poderes son aplicados a ese fin. La imagen distintiva - fotogrfica y exactamente definida - de cada lnea, de cada letra o figura se formula en la mente, y entonces, del aire se extrae el pigmento para que se precipite dentro de los lmites ya establecidos por el cerebro, "generador inagotable de fuerza y forma". El autor ha presenciado la ejecucin de todos estos fenmenos en la forma descrita, y jams ha aceptado la intercesin de ningn mdium pasivo e irresponsable, conociendo l, pues, en forma directa el funcionamiento de los fenmenos de que se habla. Esto, pues, nos conduce hacia la proposicin de que la Voluntad humana es todopoderosa y que la Imaginacin es una muy til facultad dotada de fuerza dinmica. La Imaginacin es el poder de creacin de imgenes de la mente humana. En el promedio normal, la imaginacin del ser humano carece de entrenamiento o poder adecuado para ser algo ms que una especie de ensueo, pero puede educarse. Una vez educada, la Imaginacin se convierte en el Constructor dentro del Taller. Cuando alcanza tal nivel, traza un molde en la substancia Astral, a travs del cual emanarn los efectos objetivizados. Despus de la Voluntad, la Imaginacin es el poder supremo dentro del agregado humano de complicados instrumentos. La definicin occidental moderna de la Imaginacin est incompleta y fuera de perspectiva; se le usa mayormente para designar las fantasas o los conceptos falsos, pero en toda ocasin como una definicin de lo irreal. Sin embargo, es imposible considerar otro trmino ms apropiado, porque uno de los poderes

de la Imaginacin educada es precisamente el de producir una imagen. La palabra se deriva de esos vocablos que significan la formacin o reflexin de una imagen. Esta facultad usada, o ms bien dejndola actuar irregularmente, no ha proporcionado al Occidente ms que lo expresado por la palabra "fantasa". Hasta cierto punto la sugerencia es aceptable, pero esa facultad puede ser extendida hacia mayores lmites, que, al ser alcanzados, inducen a la Imaginacin a desarrollar en la substancia Astral una imagen o modelo que puede usarse, de la misma manera que se usa un molde de arena para verter o colar el hierro derretido. La Imaginacin, por lo tanto, es la Facultad Regia ya que la Voluntad no puede efectuar su tarea si la Imaginacin es dbil o indisciplinada. Por ejemplo, si la persona que desea precipitar del aire vacila en lo ms mnimo con respecto a la imagen formulada en la materia Astral, el pigmento se precipitar sobre el papel de una manera igualmente borrosa e incierta. Para comunicarse con otra mente a cualquier distancia, el Adepto armoniza todas las molculas de su cerebro y todos los pensamientos de su mente, con el fin de vibrar al unsono con la mente que va a ser impresionada; y de la misma manera, esa otra mente y cerebro tienen que estar al unsono voluntariamente, o sintonizarse con ello voluntariamente. Por lo tanto, as el Adepto se encuentre en Bombay y su amigo en Nueva York, la distancia no ofrece obstculo alguno, porque los sentidos internos no dependen del odo, y esos sentidos pueden percibir los pensamientos e imgenes que se desarrollan en la mente de la otra persona. Cuando se desea examinar la mente y captar los pensamientos de otra persona, y las imgenes que la rodean de todo lo que ha estado pensando y contemplando, la vista y el odo internos del Adepto se enfocan hacia la mente que va a ser examinada, cuyo contenido se hace perceptible al punto. Pero, segn se dijo anteriormente, slo un farsante hara esto y los Adeptos no llevan a cabo acciones de esta ndole, excepto en casos estrictamente autorizados. El hombre moderno no ve delito alguno en inmiscuirse en los secretos ajenos por medio de este poder, pero los Adeptos dicen que ello es una violacin de los derechos de la otra persona. Ningn hombre tiene el derecho, as tenga tal poder, a penetrar en la mente de otro ser y captar sus secretos. Esta es la Ley de la Logia para todos los que buscan, y si uno reconoce que est a punto de descubrir los secretos de su semejante, debe instantneamente retirarse y jams proseguir adelante. Si prosiguiese, ese poder le sera retirado en el caso de que fuese un discpulo; en el caso de cualquier otra persona, ella debe aceptar las consecuencias de esta especie de pillaje. La Naturaleza tiene sus leyes y sus guardianes, y si cometemos felonas en el mundo Astral, la gran Ley y sus guardianes, la que nadie puede sobornar, llevarn a cabo el castigo, no importa por cunto tiempo tengamos que esperar, as fuera por diez mil aos. He aqu otra salvaguardia de la tica y la moral ocultas. Pero mientras los hombres no lleguen a admitir el sistema filosfico expuesto en este libro, no juzgarn errneo el cometer felonas en esferas de accin en donde sus minnsculas leyes humanas no tienen alcance y efecto alguno; pero al mismo tiempo, al as rehusar esta filosofa ellos siguen postergando el da en que todos puedan llegar a poseer estos grandes poderes para el bien de todos. Entre los fenmenos que merecen mencin, se encuentran los que consisten en el movimiento de objetos sin ningn contacto fsico. Esto es posible de distintas maneras. La primera es proyectar fuera del cuerpo la mano y el brazo astrales, y con dichos instrumentos asir el objeto que se desee transportar. Este fenmeno puede llevarse a cabo a una distancia aproximada de hasta diez pies del cuerpo de la persona. El propsito aqu no es iniciar una discusin sobre el tema, sino simplemente hacer alusin a las peculiaridades de la materia y miembros astrales. Esto podr servir para explicar algunos de los fenmenos producidos por mdiums. En casi todos los casos de tales aportes, la hazaa se realiza con la ayuda de la mano Astral, invisible pero material. El segundo mtodo consiste en hacer uso de los elementales, o espritus de los elementos, acerca de los cuales ya se ha hecho referencia con anterioridad. Estos elementales, mientras los gua el hombre interno o astral, tienen la facultad de transportar los objetos cambindoles la polaridad, y entonces vemos, como en el caso de los fenmenos practicados por los faquires de la India y algunos mdiums en Amrica, objetos pequeos movindose sin aparente sostn alguno. Estas entidades elementales se emplean cuando los objetos se transportan a distancias mayores que la que los miembros Astrales pueden alcanzar. El hecho de que los mdiums desconocen el procedimiento de este fenmeno, no es argumento en contra de esta tesis. Los mdiums raramente, o jams, conocen la forma en que ellos mismos efectan cualquier proeza de mediumnidad, y su ignorancia de la ley no es prueba alguna contra la existencia de sta. Aquellos estudiantes que internamente han observado el funcionamiento de estas facultades, no necesitarn mayor argumento sobre este particular. La clarividencia, la clariaudiencia y la doble visin, estn muy estrechamente vinculadas. El ejercicio de cualquiera de estas facultades atrae simultneamente las otras dos. Tales facultades no son sino variaciones de un solo poder. El sonido es una de las caractersticas distintivas de la esfera Astral, y como

la luz acompaa al sonido, la vista se adquiere simultneamente con lo que se oye. Ver una imagen con los sentidos Astrales significa que al mismo tiempo se produce un sonido, y de la percepcin de tal sonido se infiere la presencia de una imagen relacionada con la substancia Astral. El verdadero estudiante de ocultismo conoce perfectamente bien que cada sonido produce instantneamente una imagen, y este fenmeno, por tan largo tiempo conocido en Oriente, ha sido recientemente demostrado en Occidente ante testigos oculares, en forma de imgenes producidas por sonido sobre un tmpano o tambor. Este aspecto de la materia puede ser tratado con mucho ms amplitud con la ayuda del ocultismo, pero, como este asunto resulta peligroso dentro del estado actual de la sociedad, me abstengo aqu de ello. En la Luz Astral se encuentran, sin excepcin alguna, las imgenes de todos los acontecimientos que han tenido lugar durante la vida de cada ser humano, as como tambin las imgenes de todos aquellos sucesos del porvenir, con sus correspondientes causas bien sealadas y establecidas. Si las causas estn an indefinidas, lo mismo estarn las imgenes del futuro. Pero, en cuanto al conjunto de eventos relativos a los aos venideros, todas las causas productoras estn siempre trazadas con suficiente precisin como para permitir que el vidente las vea con anticipacin como si estuvieran en el presente. Por mediacin de estas imgenes percibidas con los sentidos internos, todos los videntes ejercitan su extraa facultad, y, sin embargo, esta facultad es comn a todos los hombres, aunque en la mayora apenas ligeramente desarrollada; pero el ocultismo afirma que si no fuera por el germen de este poder ligeramente activo en cada uno de nosotros, ninguna persona podra transmitir a otra idea alguna. En cuanto a la clarividencia, las imgenes en la Luz Astral pasan ante la visin interna y se reflejan desde el interior hacia el ojo fsico. Entonces esas imgenes aparecen al vidente en forma aparentemente objetiva. Si tales imgenes son de los acontecimientos pasados, o de los eventos venideros, slo la imagen es percibida; si los eventos estn actualmente acaeciendo, los sentidos internos vivamente perciben la escena a travs de la Luz Astral. La diferencia caracterstica entre la visin ordinaria y la clarividencia, consiste, pues, en que durante la clarividencia, estando la vista ordinaria en vigilia, la vibracin es comunicada primero al cerebro, del cual se transmite al ojo fsico, donde produce una imagen sobre la retina, de la misma manera que el disco giratorio del fongrafo hace vibrar la bocina, exactamente como la voz haba vibrado en el momento de ser impulsada hacia el interior del micrfono receptor. En la vista natural del ojo fsico, las vibraciones son primero transmitidas al ojo y de este rgano hacia el cerebro. Las imgenes y los sonidos son ambos producidos por vibraciones y, por lo tanto, cualquier sonido, una vez producido, se conserva en la Luz Astral; desde all el sentido interno puede asirlo y del interior transmitirlo al cerebro, de donde el sonido alcanza al odo fsico. De igual modo en la clariaudiencia, a una distancia retirada el oyente no oye a travs del odo, sino por mediacin del centro auditivo en el cuerpo Astral. La doble vista es o no la combinacin de la clariaudiencia y de la clarividencia, segn sea la ndole del caso; y la frecuencia con que los eventos futuros son percibidos por el vidente que posee la doble vista, aade un elemento de profeca. El orden ms elevado de clarividencia, o sea, el de la visin espiritual, es muy raro. El vidente ordinario interviene solamente con los aspectos y los estratos comunes de la materia Astral. La visin espiritual viene a los seres que son puros, devotos y constantes. Esa facultad puede lograrse por medio del desarrollo especial del peculiar rgano del cuerpo a travs del cual tal visin es posible, y slo despus de una disciplina adecuada, un largo entrenamiento y supremo altruismo. Cualquier otro sistema de clarividencia es transitorio, inadecuado y fragmentario, y nicamente trata, como lo hace, con asuntos materiales e ilusorios. Su carcter fragmentario e inadecuado, resulta del hecho de que pocos videntes poseen la facultad de ver a un mismo tiempo en ms de uno de los grados o estratos inferiores de la substancia Astral. Los seres de pensamiento puro y los valientes, pueden siempre confrontar el futuro y el presente mejor que cualquier vidente. Pero como la existencia de estas dos facultades afirma la presencia en nosotros de los sentidos interiores y del medio indispensable, o sea la Luz Astral, tienen entonces como facultades humanas un significado importante con relacin a las pretensiones de los llamados "espritus" de las Sances o reuniones espiritistas. Los sueos son a menudo el resultado de la accin automtica cerebral, y son tambin producidos por transmisiones efectuadas por la verdadera entidad interna al cerebro fsico, de esos panoramas o ideas, elevados o no, que el verdadero ser ha percibido mientras el cuerpo fsico dorma. Esas imgenes mentales penetran entonces al cerebro como si flotaran en el alma, a medida que sta se hunde de regreso en el cuerpo fsico. Estos sueos nos pueden ser muy tiles, pero en general el retorno a la actividad corporal destruye su significado, desnaturalizando la imagen y reducindolo todo a confusin. An as, el hecho principal del sueo es que s hay una entidad que percibe y siente all dentro, y ste es uno de los argumentos que comprueban la existencia de una entidad interna. Durante el sueo, el hombre

interno se comunica con inteligencias superiores y algunas veces logra registrar en su cerebro los conocimientos adquiridos, bien sea una idea elevada o una visin proftica, a no ser que falle a consecuencia de la resistencia que ofrece la substancia cerebral. El Karma de la persona tambin determina el significado de un sueo, porque un gobernante puede soar algo que atae a su gobierno, mientras que el mismo sueo experimentado por uno de sus sbditos no tiene necesariamente que traducirse en hechos de trascendencia secular. Pero en todo caso, como dijo Job: "En ensueos y visiones nocturnas el hombre es instruido". Las apariciones y los desdoblamientos son de dos tipos generales. Uno, compuesto de cascarones astrales o imgenes del plano Astral, ya sean actualmente visibles al ojo, o el resultado de vibraciones internas proyectadas hacia la vista, e induciendo as a la persona a creer que percibe una forma material exterior. La otra categora se compone de cuerpos astrales de personas vivientes, con plena conciencia o por lo menos parcialmente conscientes. Laboriosos experimentos llevados a cabo por Sociedades de Investigacin Psquica, con el fin de probar la realidad de esas apariciones, pero sin conocer estas leyes, realmente no prueban nada, porque de veinte casos que se admitan, diecinueve pueden ser la mera objetivizacin de imgenes proyectadas al cerebro. Pero de lo que s no cabe duda alguna, es que numerosas apariciones han sido presenciadas y testificadas. Las apariciones de recin fallecidos pueden ya bien ser imgenes objetivizadas, tal como se explic anteriormente, o el mismo Cuerpo Astral de los fallecidos, al que en esta esfera se le da el nombre de Kama Rupa. Y como las energas vitales y los pensamientos que se liberan del cuerpo agonizante son muy poderosos, nos encontramos con un mayor nmero de reportajes de este tipo que de cualquier otra clase. El Adepto puede proyectar su propia aparicin, la cual es, sin embargo, conocida bajo otro nombre, ya que consiste en su cuerpo astral consciente y disciplinado, con el pleno goce de toda su inteligencia y no del todo desconectado de su cuerpo fsico. La Teosofa no niega ni desconoce las leyes fsicas descubiertas por la ciencia, pero s asevera la existencia de otras leyes que modifican la accin de aquellas comnmente conocidas. Detrs de todos los fenmenos visibles yace el cosmos oculto con su mecanismo ideal; ese cosmos oculto slo puede ser plenamente conocido por mediacin de los sentidos internos que le corresponden; esos sentidos no se desarrollarn fcilmente mientras se niegue su existencia. El cerebro y la mente, actuando al unsono tienen el poder de desarrollar formas; en primer lugar, formas o moldes astrales en la materia astral, y luego, como formas visibles por acumulaciones de la materia fsica sobre este plano. El sentido de objetividad depende en alto grado de la percepcin, y a su vez la percepcin puede ser afectada por el estmulo interior. Por lo tanto, un testigo puede percibir un objeto que actualmente existe exteriormente, o puede ser inducido a percibir un objeto por medio de un estmulo interno. Esto nos permite tres mtodos de visin: a) con los ojos fsicos mediante la luz que emana del objeto; b) con los sentidos internos por medio de la Luz Astral, y c) por estmulos desde el interior, que inducen a los ojos a comunicar al cerebro, proyectando de esta suerte la imagen hacia el exterior. Los fenmenos de los dems sentidos pueden producirse de manera ms o menos comparable a lo antes dicho. Como la substancia Astral constituye el registro de todos los pensamientos, sonidos, imgenes y otras vibraciones, y como el hombre interno es un ser capaz de actuar con o sin la participacin del cuerpo fsico, todos los fenmenos de hipnotismo, clarividencia, clariaudiencia, mediumnidad y todos los dems que no se experimentan en forma consciente, pueden, pues, ser explicados. En la substancia astral se encuentran registrados todo sonido y toda imagen, y en el hombre astral permanecen las impresiones de todos sus eventos, no obstante lo remotos o insignificantes que sean. Estas impresiones y cuerpo astral, cuando actan simultneamente producen los fenmenos que parecen tan extraos a esos seres que niegan o que desconocen los postulados del ocultismo. Pero para llegar a explicar los fenmenos ejecutados por los Adeptos, los Faquires, los Yoguis y todos los ocultistas disciplinados, es necesario comprender las leyes ocultas de la qumica, de la mente, de la energa y de la materia. Estos temas eidentemente no pueden tratarse aqu en detalle, por encontrarse fuera del alcance de esta obra.

CAPITULO XVII

FENOMENOS PSIQUICOS Y EL ESPIRITISMO


A travs de la historia de los fenmenos psquicos, las crnicas del supuesto "espiritismo" en Europa, Amrica y otras partes, ocupan un importante lugar. Con conocimiento de causa yo digo que ningn otro trmino fue jams peor empleado que el vocablo "espiritismo", adaptado en Europa y en Amrica a ese culto mencionado anteriormente, puesto que no hay nada tocante al espritu en ello. Las doctrinas aqu expuestas en los captulos anteriores, son las del espiritismo y espiritualismo verdaderos; las mal denominadas prcticas de los mdiums modernos y de los supuestos espiritistas, constituyen en realidad el Culto de los Muertos, la necromancia de antao, en efecto, la cual ha estado siempre prohibida por los instructores espirituales. Esas prcticas constituyen una materializacin crasa de la idea espiritual y se relacionan con lo material ms que con el espritu. Se cree que este culto comenz a diseminarse en Norte Amrica hacia mediados del siglo diecinueve, en la ciudad de Rochester, estado de Nueva York, bajo la mediumnidad de las hermanas Fox; pero esa prctica era ya conocida en Salem, durante el famoso perodo de gran agitacin sobre hechicera. En Europa, a fines del siglo XVIII, se ejercan las mismas prcticas, similares fenmenos eran percibidos, se desarrollaban mdiums y se celebraban sances o sesiones espiritistas. Por siglos el espiritismo ha sido perfectamente conocido en la India, donde esa prctica es propiamente designada "culto de los bhutas", que significa la intencin de comunicarse con el diablo o con los remanentes Astrales de personas fallecidas. Bhuta debera ser su nombre aqu tambin, pues por el ejercicio de ese culto las partes crasas y diablicas, o terrenales, de los hombres son estimuladas, invocadas y comunicadas con aquellos. Pero los hechos de la extensa crnica de cuarenta aos de prctica en Norte Amrica requieren un breve examen. Todos los Tesofos dedicados estarn de acuerdo en admitir estos eventos. Sin embargo, la explicacin y las deducciones teosficas son totalmente diferentes a las del espiritista ordinario. Ninguna filosofa se ha desarrollado siguiendo la literatura del espiritismo, y nicamente la Teosofa ser capaz de suministrar la correcta explicacin, sealar defectos, advertir peligros y sugerir remedios. Como es obvio que la clarividencia, la clariaudiencia, la transmisin el pensamiento, la profeca, el sueo y la visin, la levitacin y las apariciones fenomnicas, son todos poderes o facultades que han sido conocidos a travs de los siglos, los problemas ms apremiantes con respecto al espiritismo, son los que tratan de la comunicacin mediumnstica con las almas de los seres que han fallecido y se encuentran ahora desencarnados, y con espritus no clasificados, que no han encarnado sobre la tierra sino que pertenecen a otras esferas. Quizs tambin la cuestin de la materializacin de formas en las reuniones espiritistas amerita cierta atencin. Las comunicaciones incluyen el hablar en estado de trance, producir escritos sobre una pizarra o papel, produccin de voces independientes en el aire, hablar a travs de la boca del mdium, y la precipitacin de mensajes escritos venidos del aire. Pueden los mdiums comunicarse con los espritus de los muertos? Pueden nuestros amados difuntos percibir las condiciones de existencia terrenal que ellos han abandonado, y pueden regresar alguna vez para hablar y conversar con nosotros? Las respuestas a estas preguntas se han insinuado en los captulos anteriores. Nuestros difuntos no nos ven aqu Ellos estn exonerados de la terrible angustia que tal espectculo les causara. De cuando en cuando, un mdium de pensamientos puros y desinteresados, puede ascender durante un estado de trance hasta la regin en que se encuentra el alma del difunto y puede al despertar recordar algunos fragmentos de lo que fue odo o percibido all; pero esto es muy raro. De vez en cuando, en el curso de los aos, algn espritu humano superior puede, en un momento dado, retornar y por medios certeros comunicarse con los mortales. En el momento de la muerte, el alma puede hablar a algn amigo sobre la tierra antes de que la puerta se cierre difinitivamente. Pero por regla general, la mayora de las comunicaciones que, segn se alega, son transmitidas diariamente a travs de los mdiums, provienen de los no inteligentes restos humanos astrales, o, en un gran nmero de casos, son resultado de la invencin, recopilacin, descubrimiento y coordinacin por parte del semi-desligado cuerpo astral del mdium viviente. La teora que asevera que los espritus de los muertos se comunican con los vivos, suscita ciertas dudas, algunas de las cuales citamos a continuacin:

I. Estos espritus nunca han logrado explicar las Leyes que gobiernan cualquiera de los fenmenos espiritistas, a excepcin de unos cuantos casos, no aceptados por el culto, en los que la teora teosfica fue expresada. Como esta teora destruira sistemas tales como el establecido por A. J. Davis, estos espritus cayeron en el descrdito. II. Los llamados espritus se contradicen entre s, porque la descripcin de la vida despus de la muerte dada por uno de ellos, difiere enteramente de la descripcin suministrada por cualquier otro. Estas discordancias varan, de acuerdo con el mdium y con las teoras atribuidas al difunto durante su vida. Unos espritus admiten la reencarnacin y otros la rechazan. III. Los espritus no han descubierto nada con respecto a la historia, la antropologa u otros asuntos importantes, y parecen tener menos capacidad y conocimientos desde esas esferas que los seres vivientes mismos; y aunque ellos a menudo pretenden ser hombres que vivieron en las civilizaciones antiguas, muestran una gran ignorancia sobre esas civilizaciones, o simplemente repiten hechos relativos a temas y descubrimientos recientemente publicados. IV. Durante estos cuarenta aos de espiritismo, no se ha obtenido de los espritus ninguna exposicin racional de los fenmenos ni del desarrollo de la mediumnidad. Segn los reportajes, grandes filsofos hablaron por conducto de mdiums, pero sus espritus solamente articularon las ms simples trivialidades. V. Fsica y moralmente los mdiums llegan a un estado de deterioro, son acusados de fraude y hasta descubiertos como delincuentes, sin que los espritus-guas en modo alguno intervengan para prevenirlos o protegerlos. VI. Se admite que los espritus-guas defraudan e incitan al fraude. VII. Se puede ver claramente a travs de todo lo reportado acerca de los espritus, que sus aseveraciones y filosofa, si es que existe tal, varan con el mdium y con el pensamiento contemporneo del espiritista viviente. Todas estas razones y muchas ms que pudieran aducirse, fortalecen al hombre de ciencia materialista en su actitud ridiculizante hacia el espiritismo; pero, por el contrario, el tesofo tiene que concluir en que las entidades, si hubiera algunas que se pudieran comunicar, no son espritus humanos, y que las explicaciones han de fundarse en otras teoras. La materializacin de una forma en el aire, sin contacto con el cuerpo fsico del mdium, es una realidad; pero eso no es un espritu. Segn fue expresado claramente por uno de los "espritus" no bien recibido por los espiritistas, uno de los mtodos para producir este fenmeno consiste en la acumulacin de na masa de partculas electromagnticas, a la cual se agrega materia y una imagen proyectada desde la esfera Astral. Esta es la realidad tras de ese fenmeno, tan esencialmente fraudulento como un artificio de muselinas y de mscaras. En cuanto a la manera de llevar a cabo este fenmeno, eso es un asunto muy distinto. Los espritus son incapaces de explicarlo, pero se ha hecho un intento para indicar los mtodos e instrumentos en los captulos anteriores. El segundo mtodo consiste en hacer uso del cuerpo astral del mdium viviente. En este caso la forma astral del mdium produce una exudacin, que acumula gradualmente sobre s misma partculas extradas del aire y de los cuerpos mismos de los asamblestas que asisten a la sesin, hasta que, al fin, la forma astral se hace visible. Algunas veces asume una apariencia diferente. En casi todos los casos, la media luz es un requisito indispensable, porque una abundancia de luz perturbara fuertemente la materia astral y hara la proyeccin difcil. Algunas de las supuestas materializaciones son pura farsa, porque las mismas no son sino placas de substancia electromagntica, sobre las que se reflejan imgenes yacentes en la Luz Astral. Estas imgenes se asemejan a las fisonomas de personas fallecidas, pero no son ms que mera ilusin. Para poder comprender los fenmenos psquicos encontrados en la historia del "espiritismo", es necesario conocer y admitir lo siguiente: I. La herencia completa del hombre desde un punto de vista astral, espiritual y psquico, como un ser que conoce, razonas, siente y acta por medio del cuerpo fsico, del cuerpo astral y del alma. II. La naturaleza de la mente, su funcin, sus poderes; la naturaleza y el poder de la imaginacin; la duracin y efectos de las impresiones recibidas. Lo ms importante en este sentido es la persistencia de la impresin ms leve como de la ms profunda; que toda impresin produce una imagen en el aura individual, y que por medio de sta se establece una conexin entre las auras de amigos y parientes, viejos, nuevos, cercanos, distantes y remotos en grado: esto dara a un clarividente un vasto alcance de posible visin. III. La naturaleza, magnitud, funcionamiento y poder de las facultades internas y rganos astrales del hombre, que incluimos en los trminos cuerpo astral y Kama. Que las citadas facultades no son obstruidas

en su funcionamiento por el estado de trance o por el sueo, sino que las mismas son acrecentadas en el mdium durante el estado de trance; al mismo tiempo la actividad de tales facultades no es libre, sino que est gobernada por el conjunto armnico del pensamiento de los asamblestas, o por una voluntad predominante, o por el ser diablico que pudiera sigilosamente presidir detrs de la escena; que si un investigador cientfico y escptico se encuentra presente, su actitud mental puede totalmente impedir la accin de los poderes del mdium, a travs de lo que podramos llamar un proceso de congelacin, que ningn vocablo en nuestro idioma podr describir adecuadamente. IV. El destino del hombre verdadero despus de la muerte, su estado, sus poderes, su actividad en esa esfera y su relacin, si tal existe, con todos los que l ha dejado atrs aqu. V. Que el intermediario entre la muerte y el cuerpo fsico, o sea el cuerpo Astral, es desechado al momento de la muerte y abandonado en la Luz Astral, para ser disipado; y que el hombre real o Ego contina su marcha hacia el estado de Devachn. VI. La existencia, naturaleza, poder y funcionamiento de la Luz Astral y su labor como registro de la Naturaleza. Que la misma contiene, retiene y refleja las escenas e imgenes de cada uno de los acontecimientos, as como tambin de todos los pensamientos, que hayan tenido lugar durante la vida de cada persona; que esa Luz astral penetra y se difunde a travs del globo terrestre y la atmsfera que lo rodea; que la transmisin de vibraciones a travs de la Luz Astral es virtualmente instantnea, puesto que el grado vibratorio es ms elevado an que el de la electricidad que conocemos hoy en da. VII. La existencia dentro de la Luz Astral de seres que no usan cuerpos fsicos como los nuestros, pero que tampoco son humanos en su naturaleza aunque poseen ciertos poderes, facultades y una especie de conciencia peculiar a ellos. Estas entidades incluyen las fuerzas elementales o los espritus de la naturaleza, que se subdividen en un gran nmero de tipos y grados, y los cuales toman parte en todas las operaciones de la Naturaleza y en todas las actividades de la mente del hombre. Que estos duendes o elementales actan automticamente en las asambleas espiritistas dentro de sus respectivos campos; un grupo proyectando las imgenes o retratos, otro produciendo sonidos y an otros despolarizando objetos con el fin de efectuar fenmenos. Los hombres sin alma que residen en este plano astral actan en combinacin con estos seres elementales. A los citados hombres sin alma hay que atribuirles, entre otros, el fenmeno de la "voz independiente", que suena siempre como una voz dentro de un tonel, por la simple razn de que es producida en un vaco atmosfrico, lo que es absolutamente indispensable a una entidad tan distanciada de lo espiritual. El timbre peculiar de ese tipo de voz no ha sido considerado importante por los espiritistas, pero ello es sumamente significativo desde el punto de vista del ocultismo. VIII. La existencia y el funcionamiento de leyes y fuerzas ocultas en la naturaleza, que pueden emplearse para producir resultados fenomnicos en este plano; que estas leyes y estas fuerzas pueden ser operadas por el hombre subconsciente y por los elementales consciente o inconscientemente, y que muchos de estos procesos ocultos son automticos, en la misma forma que la congelacin del agua bajo el fro o el derretimiento del hielo bajo el calor. IX. Que el cuerpo astral del mdium, como participa de la naturaleza de la substancia astral puede extenderse hasta cierta distancia del cuerpo fsico y actuar fuera de ste, pudiendo extender a veces un miembro de s mismo, tal como una mano, un braza o una pierna, y de este modo mover objetos, redactar cartas, producir contactos corporales y as, ad infinitum. Y que, adems, el cuerpo astral de una persona puede ser inducido a sentir sensaciones que al ser transmitidas al cerebro persuaden a la persona a creer que ha experimentado un contacto corporal o que ha odo un sonido. La mediumnidad est repleta de peligros, porque en la actualidad el cuerpo Astral del hombre slo funciona normalmente mientras permanece unido al cuerpo fsico. En pocas venideras el cuerpo astral funcionar normalmente sin un cuerpo fsico, de la misma manera que lo hizo en tiempos remotos. Convertirse en mdium significa que uno tiene que desorganizarse fisiolgicamente con respecto al sistema nervioso, ya que por mediacin de ste se efecta la conexin entre los dos mundos. Tan pronto como la puerta se abre, todas las fuerzas desconocidas se precipitan dentro, y como la parte ms crasa de la naturaleza es la ms prxima a nosotros en este plano, es esa parte la que ms nos perjudica; la naturaleza inferior es igualmente la primera en ser afectada e incitada, porque las fuerzas que se emplean pertenecen a esa parte de nuestro ser. Nosotros quedamos entonces a la merced de los ms viles pensamientos de todos los hombres y expuestos a la perversa influencia de los cascarones o vestiduras astrales del Kama-Loka. Si a esto se le agrega la adquisicin de un inters monetario por la prctica de la mediumnidad, encontramos un peligro adicional, porque las cosas del Espritu y las relacionadas con el mundo astral no deben ser jams objeto de comercio. Esta es la gran dolencia del espiritismo en las Amricas, que ha envilecido y degradado totalmente su historia; hasta que esto haya sido eliminado, no se

podr obtener beneficio alguno de esa prctica. Todos esos que deseen or la verdad procedente del otro mundo, deben consagrarse dentro de s mismos a la verdad y dejar fuera todas las consideraciones de orden monetario. Aventurarse a adquirir el disfrute de los poderes psquicos por pura curiosidad y con fines egostas, es tambin peligroso por las mismas razones atribuidas anteriormente a la prctica de la mediumnidad. Como la civilizacin de la poca actual es egosta en grado superlativo y est basada en el elemento de lo personal, los mtodos para el desarrollo de estos poderes en la forma correcta no han sido divulgados, sino que los Maestros de Sabidura han expresado que la filosofa y la tica deben ser primeramente conocidas y practicadas, antes de que pueda darse a conocer el modo de desarrollo del otro departamento; as, la censura de los Maestros con respecto al entrenamiento de los mdiums se encuentra justificada en la historia del espiritismo, que no es sino una historia interminable de la ruina de mdiums desde todo punto de vista. Igualmente impropio es el mtodo de las escuelas cientficas, que sin pensamiento alguno acerca de la verdadera naturaleza del hombre, se inmiscuyen en experimentos hipnticos, en los que los sujetos son lesionados de por vida e inducidos a ejecutar actos vergonzosos y a desempear papeles repugnantes, para satisfaccin de los investigadores, papeles que jams seran desempeados por ellos en pleno goce de sus facultades. La Logia de los Maestros no puede interesarse en la Ciencia, a menos que sta se esfuerce en mejorar el estado del hombre tanto moral como materialmente, y ninguna ayuda se le dar a la Ciencia hasta que sta se decida a ver al hombre y la vida desde el punto de vista moral y espiritual. Por esta razn, aquellos que saben todo lo concerniente al mundo fsico, a sus moradores y a sus leyes, estn procediendo con el inicio de una reforma moral y filosfica antes de que le sea concedida atencin alguna a los seductivos fenmenos posibles por los poderes internos del hombre. En el momento presente, el ciclo casi ha terminado su curso con respecto al siglo. Ahora, lo mismo que hace cien aos, las fuerzas estn debilitndose; por esa razn los fenmenos del espiritismo estn mermando en nmero y en notoriedad; la Logia espera que, para la poca en que la prxima marea comience a subir, el Occidente habr adquirido algn conocimiento verdadero de la genuina filosofa con respecto al Hombre y a la Naturaleza, y est listo entonces para permitir que se levante el velo un poco ms. Contribuir al progreso de la raza en ese sentido, es el propsito de este libro, y, por lo tanto, su contenido se somete al juicio imparcial de sus lectores en todas las latitudes del mundo.

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