Trabajo Sobre Historia de La Iglesia

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Trabajo especial del

grupo 2ºA – 2003-04


Luces y sombras en la
historia de la Iglesia
1. Las persecuciones romanas (Inés)
2. El imperio romano se hace cristiano (Jorge D.)
3. Los Padres apostólicos(Javier)
4. El origen del monacato (Eduardo)
5. Conversión de los pueblos bárbaros (Jorge C.)
6. Las Cruzadas (Jonathan)
7. El cisma de Oriente (Macarena)
8. Las órdenes mendicantes (Beatríz)
9. La época de la Cristiandad (Marian)
10. La reforma protestante (Laura)
11. El Concilio de Trento (Álvaro)
12. La contrarreforma católica (Paula)
13. La Inquisición (David)
14. La Evangelización de América (Gabriel)
15. La Revolución francesa y la Iglesia (Sofía)
16. La cuestión social y la DSI (Raquel)
17. El pontificado en el siglo XX (Francisco)
18. La Iglesia ante las guerras mundiales (José Luis)
19. El Concilio Vaticano II (José L.)
20. El pontificado de Juan Pablo II (José Ramón)
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

1. Las persecuciones romanas1

1. Las primeras persecuciones

Entre el año 64 , fecha de la primera matanza de cristianos ordenada por Nerón, y


el 313, cuando se da finalmente el edicto de paz , los fieles cristianos vivieron en una
atmósfera jurídica hostil tanto a la libertad de sus creencias como a la seguridad de sus
personas y bienes.
En tres siglos de persecución, sucedieron a la cabeza del Imperio Romano
emperadores de muy diverso espíritu y condición. No fue un tiempo continuado de
persecución. Hubo calmas en la tempestad, y horas de tregua en la guerra.
Las causas de las persecuciones fueron el prejuicio popular, el prejuicio de los
políticos y las pasiones personales de los soberanos.
Es cosa admirable que Roma, que siempre procuró impedir la difusión del
cristianismo, la favorecía sin quererlo. Las grandes vías militares que llegaban a
lejanísimas regiones, las calzadas de granito que atravesaban tanto los arenales de Siria
como los bosques de las Galias, servían para el paso de las legiones, pero también
facilitaban el viaje de los misioneros.
Las autoridades de Persia permiten predicar la fe cristiana, tanto más cuanto ésta es
perseguida en el Imperio Romano. Pero estas buenas disposiciones cesan cuando el
Imperio se convierte al cristianismo. Y Constantino ha de escribir al rey Sapor,
solicitando protección para “las miríadas de cristianos “ que vivían en aquellos Estados.

2. Persecuciones del siglo IV

A comienzos del siglo IV la implantación del cristianismo era ya tan grande en el


Imperio que muchos funcionarios y magistrados lo profesaban públicamente. En
Occidente y en Oriente se construían grandes iglesias. Y el emperador Diocleciano se
mostraba benévolo con los fieles.
Pero de pronto, cambia totalmente el animo del emperador por influjo de
Maximiano Galerio, uno de sus césares, y el viento de la persecución arrecia de nuevo.
En el año 303 un nuevo edicto ordena que sean arrasadas las iglesias, que se
quemen las Sagradas Escrituras, que cuantos cristianos haya constituidos en dignidad
pierdan sus honores, que el pueblo cristiano, si persiste en su fe, sea encarcelado. Este
edicto se aplicó muy eficazmente en todo el Imperio. Y aunque no mencionaba la pena
de muerte, de hecho se aplicaba a muchos cristianos, que se negaban a entregar las
escrituras santas.
Surgen nuevos edictos. Se manda encarcelar a todos los jefes de laS iglesias. Un
tercer edicto, en el mismo año, dispone que sean puestos en libertad los eclesiásticos
presos que consientan en sacrificar a los dioses; y que sean sujetos a tortura los que no
acepten hacerlo. Estos tres edictos, casi seguidos, muestran hasta que punto el Imperio
temía a la Iglesia.
Ahora, en esta persecución de Diocleciano, la guerra a los cristianos se hace total.
Los procesos no muestran ya la paciencia persuasiva de los tiempos de Decio. Esta es
una guerra de exterminio, que en modo alguno pretende ahorrar sangre cristiana.

INÉS ALONSO ESCRIBANO


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Bibliografía utilizada: ENCICLOPEDIA SALVAT; ENCICLOPEDIA MULTIMEDIA ENCARTA;
INTERNET.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

2. El imperio romano se hace cristiano1

En el transcurso del siglo IV, el Cristianismo comenzó a ser tolerado por el imperio,
para alcanzar luego un estatuto de libertad y convertirse finalmente, en tiempo de
Teodosio, en religión oficial. El emperador romano-cristiano convocó las grandes
asambleas de obispos, los concilios, y la Iglesia pudo organizar sus estructuras
territoriales de gobierno pastoral.

1. Constantino y el Edicto de Milán


El tránsito de la tolerancia a la libertad religiosa se produjo con suma rapidez, y su
autor principal fue el emperador Constantino. A principios de año 313, los emperadores
Constantino y Licinio otorgaron el llamado Edicto de Milán que, mas que una norma
legal, parece haber sido una nueva directriz política fundada en el pleno respeto a las
opciones religiosas de todos los súbditos del imperio, incluidos los cristianos. La
legislación discriminatoria en contra de estos quedaba abolida, y la Iglesia, reconocida
por el poder civil, recuperaba los lugares de culto y propiedades de que hubiera sido
despojada. El emperador Constantino se convertía así en el instaurador de la libertad
religiosa en el mundo antiguo.
Dentro de este estatuto legal de libertad religiosa, la actitud de Constantino fue
decantándose gradualmente a favor del Cristianismo. Resulta significativo que, antes
incluso del llamado Edicto de Milán cuando la suerte de la Urbe romana y del imperio
se dilucidaban por las armas entre aquel príncipe y su rival Majencio, el ejército
constantiniano llevara en la batalla del puente Silvio, como emblema propio, el lábaro
con el monograma de Cristo. Constantino consideró siempre su victoria como una señal
celestial, aunque su conversión definitiva, es decir, la recepción del bautismo, la
demorase muchos años hasta vísperas de su muerte(337). A lo largo de ese tiempo, la
orientación pro-cristiana de Constantino se hizo cada vez mas patente. Fueron
desautorizadas las prácticas paganas cruentas o inmorales y se prohibió a los
magistrados participar en los tradicionales sacrificios de culto. El emperador, por otra
parte, favorecía a la Iglesia de muy diversos modos: construcción de templos, concesión
de privilegios al clero, etc...

2. Un imperio ya cristiano
El avance del cristianismo no se interrumpió tras la muerte de Constantino, si se
exceptúa el frustrado intento de restauración pagana por Juliano de Apóstata. Los
demás emperadores, incluso aquellos que simpatizaron con la herejía arriana, fueron
resueltamente contrarios al paganismo.
Bajo el imperio romano-cristiano pudieron reunirse grandes asambleas eclesiásticas,
manifestación genuina de la catolicidad de la iglesia, que reciben el nombre de concilios
universales.
La libertad de la iglesia y la conversión del mundo antiguo trajo consigo, finalmente,
la entrada en escena de un nuevo factor de notable importancia para los tiempos
futuros: el emperador cristiano. Este personaje, un simple laico en el orden de la
jerarquía, tenia conciencia de que le correspondía una misión de defensor de la iglesia y
promotor del orden cristiano en la sociedad: era la función que se atribuía ya
Constantino cuando tomaba para sí el significativo titulo de obispo exterior.
JORGE DÍAZ PÉREZ

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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
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3. Los Padres apostólicos1

La más venerable literatura cristiana está integrada por la obra de un grupo de


escritores en lengua griega, de los siglos I y II, llamados “Padres Apostólicos”. Los
escritos de los “Padres Apostólicos” son de índole pastoral y están dirigidos a los
cristianos de las comunidades cristianas nacientes.

1. Recogen el testimonio de los mártires


La iglesia primitiva fue la de los mártires. Los fieles deseaban conocer con
detalle la gesta heroica de Jesucristo. La literatura martirial cuenta con no pocos
documentos con todas las garantías de la más estricta veracidad. Los notarios, en
los procesos judiciales, tomaban acta de los interrogatorios a los cristianos.

2. Contra las herejías


En el s. II apareció un nuevo género literario, exponente de las luchas de los
cristianos por ser fieles al mensaje evangélico. Hubo un buen número de escritos
antiheréticos. Destaca el tratado “Contra las herejías” de San Ireneo de Lyon. La
literatura apologética, escrita por los apologistas, tenía como objetivo primordial
la vindicación de la verdad cristiana. En ella se intentaba demostrar que Jesucristo
era el verdadero Mesías. Un ejemplo es el “Diálogo con Trifón” de San Justino. A
los cristianos se les acusaba de enemigos y malos ciudadanos y los apologistas los
defendían diciendo que era todo lo contrario y que mantenían unidas a las
sociedades.

3. La escuela de Alejandría
En Alejandría se construyó la primera escuela teológica hacia principios del s.
III. Esta escuela la dirigió Clemente, que la elevó a un gran esplendor

JAVIER PRADA MARTÍN

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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

4. El origen del monacato 1

1. Primeros pasos

Monacato viene de mono; mono es uno, el que está sólo. Hay unos hombres
a partir del siglo III que, guiados por el amor a Dios, se retiran al desierto,
empiezan a vivir ellos solos, contemplando a Dios, pues esto les acerca
personalmente a Dios y les purifica de las miserias de este mundo y de los
pecados. Sin embargo, verdaderamente, es una vida muy áspera y difícil.
Entonces, empiezan a congregarse en algunos lugares y, poco después, ven la
necesidad de tener algunos auxilios comunes, de cocina, de servicios religiosos,
porque ellos no eran sacerdotes.

2. La regla de San Benito

Para facilitar su organización adoptan unas reglas, unas ordenanzas; entre las
que nos han llegado a nosotros está La Regla de San Benito, como la regla más
antigua, por eso, se considera a San Benito de Nursia uno de los patronos de
Europa. Los monjes no se casan, no tienen hijos, por tanto, viven en castidad,
viven en pobreza, se contentan con muy poco. Cuando estos hombres ya forman
órdenes, grupos, con una autoridad común, va a ser importantísimo; primero,
porque eso va a permitirles, como ellos no tienen que sustentar una prole, que les
sobren recursos y tiempo para alimentarse y para hacer otras cosas, lo que no
puede hacer el hombre normal y común de la calle. Van a poder liberar a unos
cuantos de ellos para que escriban, para que estudien o para que hagan arte; de
manera que, además, acumulan una cierta riqueza, porque cuando mueren en
vez de tener que repartir sus pocos bienes entre sus muchos hijos, como el común
de los mortales de entonces; digamos, que eso lo hereda la orden, porque ellos no
tienen nada, lo tiene la orden, es un modo de vivir con una serie de cosas
compartidas; y eso, va a generar un aumento de esa riqueza, en tierras, en
edificios, en bibliotecas, en medios a su disposición; esas órdenes religiosas van,
además, a contratar gente, a campesinos para que les labren la tierra, a maestros
arquitectos, a canteros para que trabajen la piedra, a herradores para sus
caballerías, a trabajadores del hierro, del metal, de las forjas.

3. Impulsores de cultura
Sin este monacato no entendemos Occidente. Estos monjes van a desarrollar
el arte, el arte románico o el arte gótico especialmente, que en muchos sitios se
llama arte cisterciense, como consecuencia de que es la Orden del Cister la que va
a desarrollar este arte y la que va a poblar de iglesias y monasterios y catedrales
todo el Occidente.
Ellos serán también los inspiradores de un método de propiedad en común,
que va a ser la base de nuestros fueros y gremios y repoblaciones y de bienes
comunales y de bienes de propios que van a existir en todo el Occidente en la
Edad Media.
EDUARDO VALDEOLIVAS LÓPEZ

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Bibliografía utilizada: ; ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp; ENCICLOPEDIA
MULTIMEDIA ENCARTA; INTERNET.
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5. Caída del Imperio Romano de Occidente y


conversión de los pueblos bárbaros1

Las invasiones germánicas abrieron al cristianismo el acceso a nuevos pueblos, que se establecieron
en tierras del imperio. Luego los misioneros llevaron el evangelio mas allá de las fronteras romanas.

1. La caída del imperio


En el año 476, el ejército romano-barbárico acantonado en el valle del Po se sublevó pidiendo la
entrega de una tercera parte de las tierras itálicas. El emperador Rómulo fue depuesto del trono y
Odoacro no promovió un nuevo emperador. El imperio romano tras una larga agonía había
desaparecido.
Las invasiones bárbaras constituyen un hecho de trascendental importancia para la historia
cristiana. La expansión del evangelio se había limitado a los pueblos de cultura mediterránea. Las
invasiones crearon oportunidades insospechadas de expansión cristiana. San Agustín acertaba con fe y
lucidez este sentido providencial de un acontecimiento que, a los ojos de tantos otros, aparecía como
irremediable tragedia.

2. El proceso de conversión de los bárbaros


La mayoría de los pueblos germánicos invasores no se convirtieron directamente de su paganismo
ancestral al cristianismo. Su conversión pasó por un estadio intermedio de cristianismo arriano. El
arrianismo se introdujo en el mundo a través del pueblo visigodo. Los visigodos ofrecieron a Valente
reconocer su autoridad y vivir de acuerdo con las leyes romanas.
El emperador Valente permitió a los visigodos instalarse en la Tracia y la Moesia. La comunidad
gótico-arriana desempeño entonces un papel determinante. Ulfilas compuso el alfabeto gótico. Y
tradujo la Biblia a esta lengua, los mismos en que el arrianismo se desvanecía como problema teológico.
Pasó a ser su religión nacional un factor mas de diferenciación entre las minorías germánicas invasoras.
El arrianismo se hizo así religión de casi todos los pueblos germánicos instalados en tierra del imperio
occidental. Otros tuvieron una segunda conversión católica. Las supervivencias arrianas en la Italia
longobarda persistieron hasta muy avanzado el siglo VII. Los francos eran paganos en la segunda
mitad del siglo V, cuando se extendieron por el norte de las Galias, iban a ser definitivamente el reino
de los francos, Francia. El rey franco Clodoveo recibió el bautismo católico. Avito de Vienne , obispo
prestigioso y miembro de unas principales familias de la aristocracia senatorial de las Galias.

3. Expansión misionera
Las invasiones bárbaras provocaron en ciertas regiones un claro retroceso del cristianismo. En aquel
mismo siglo, se produjo la evangelización de Irlanda , que dio un impulso decisivo a la vida de las
cristiandades célticas. Fue a partir de entonces cuando esa acción evangelizadora desbordó las antiguas
fronteras del imperio occidental. Los iniciadores esta expansión fueron misioneros celtas procedentes
de Irlanda y Escocia. Los misioneros anglosajones cogieron el relevo de los celtas.
La expansión cristiana prosiguió en los siglos siguientes y alcanzó a nuevos pueblos asentados en el
centro y oriente de Europa. La conversión de un pueblo se hace coincidir con el bautismo del príncipe,
que tuvo sin duda un alto valor ejemplar. La cristianización propiamente dicha de tales pueblos fue
empresa larga, favorecida por la conversión del príncipe , pero que pudo prolongarse durante siglos.
La cristianización de Escandinavia y los Países bálticos constituye el ultimo capitulo de la
conversión de Europa. Los navegantes vikingos asolaron las costas occidentales. Los vikingos que se
asentaron en las islas británicas fueron los primeros en cristianizarse

JORGE CARPEÑO MARTÍN-CARO

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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

6. Las Cruzadas1

1. El origen
Los lugares donde había vivido Cristo, especialmente Jerusalén, eran venerados por
los cristianos como centro de peregrinación (Tierra Santa). Esa zona, aunque estaba en
poder de los musulmanes, podía ser visitada por los cristianos. Pero, en el siglo XI,
Jerusalén fue ocupado por los turcos, un pueblo musulmán muy belicoso, que empezó ha
impedir el acceso y a maltratar a los peregrinos.
En el año 1095 el Papa Urbano II, deseoso de mostrar el Papado ante los monarcas y
hacer notar su influencia espiritual en todo Occidente, llamó a los cristianos a “liberar
Tierra Santa de los infieles”. En recompensa prometió el perdón de los pecados y la
salvación a todos los que participarán en esa empresa.
Así, a lo largo de los siglos XI, XII y XIII, este llamamiento dio lugar a las cruzadas,
campañas militares en defensa de la cruz (símbolo del Cristianismo).

2. La primera cruzada
La primera cruzada, predicada por el mismo Papa Urbano II, tuvo un éxito de
convocatoria espectacular.
Los primeros en marchar fueron los campesinos, entusiasmados por las encendidas
prédicas para liberar el sepulcro de Cristo y por la promesa de nuevas tierras en Oriente.
La expedición, muy desorganizada, fue diezmada por las enfermedades y el hambre. Solo
unos pocos llegaron a Asia Menor, donde fueron masacrados por los turcos .

3. La otras cruzadas
A mediados del siglo XII, los turcos volvieron a enfrentarse a los cristianos, que
organizaron una segunda cruzada. El sultán musulmán de Egipto, Salah al-Din (Saladino
para los cristianos), recuperó Jerusalén en 1187.
Los monarcas cristianos de Alemania (Federico I Baroja Barbarroja ), de Inglaterra
(Ricardo Corazón de León) y de Francia ( Felipe Augusto ) organizaron una tercera
cruzada que acabó en fracaso.
A lo largo del siglo del siglo XIII tres cruzadas intentaron afianzar el dominio
cristiano en el Mediterráneo Oriental. Para ello, los cristianos fundaron pequeños Estados
junto la costa (Edesa, Antioquia, Jerusalén…). La defensa de estas zonas estuvo a cargo de
las órdenes religiosas militares ( Templarios, Hospitalarios, Teutónicos…).
La presencia de los cruzados acabó en el año 1291, cuando los musulmanes tomaron
San Juan de Acre, el último bastión cristiano.

4. Consecuencias de las cruzadas


Las cruzadas expandieron la influencia cristiana en Oriente, ayudaron al
desarrollo del comercio entre Oriente y Occidente, reforzaron las ciudades comerciales
del Mediterráneo.(Venecia, Pisa, Génova…) y favorecieron el desarrollo de la burguesía
en muchos Estados. Culturalmente, las cruzadas sirvieron para ampliar los
conocimientos de los europeos, puesto que no sólo llegaron de Oriente seda, especias o
perfumes, sino también textos griegos y latinos traducidos al árabe.

JONATAN MINGUEZ MARTÍN

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Bibliografía utilizada: ; ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp; ENCICLOPEDIA
MULTIMEDIA ENCARTA; INTERNET.
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7. El cisma de Oriente

1. La pugna entre Roma y Constantinopla


Después del siglo IV surgieron situaciones de tensión entre Constantinopla y
Roma. La presión de las invasiones germánicas en el 476, produjeron que el Papa
pasara a ser el único guardián del universalismo cristiano de Occidente. Comenzó
a proclamar la primacía de Roma, por haber sido el lugar donde fue martirizado
y enterrado San Pedro, a quién Jesús se había referido como la piedra sobre la que
debía construirse la Iglesia. Los cristianos de Oriente respetaban aquella tradición
y al Obispo de Roma le reconocían una cierta autoridad doctrinal y moral. Sin
embargo, consideraban que los derechos canónicos y la primacía de las diversas
iglesias estaban determinadas ya, por encima de cualquier consideración
histórica. De este modo, el Patriarcado de Constantinopla, comprendió que su
posición estaba determinada por el hecho de ser el lugar de asentamiento del
Emperador y del Senado; herederos del Imperio Romano en su totalidad.
Las dos interpretaciones de la palabra primacía, apostólica en Occidente, y
pragmática en Oriente, coexistieron durante muchos siglos. Sin embargo, los
conflictos posteriores, las llevaron a un cisma permanente

2. Focio y Miguel Cerulario


Un personaje fundamental para que se consumara el cisma fue Focio.
Patriarca de Constantinopla (858-67 y 877-86), pariente de la emperatriz Teodora,
en la expresión del Credo “del Espíritu Santo” negó que éste procediese del Padre
y del Hijo (Filioque). Su encíclica de 867 contiene las críticas básicas de la Iglesia
Oriental a Roma.
Dos siglos después, en 1054, el cisma iniciado por Focio se consumó, siendo
patriarca de Constantinopla Miguel Cerulario, quien no quiso retractarse de las
acusaciones contra la Iglesia de Roma, a la que negó su obediencia.
De este cisma surgen las iglesias que conocemos como “ortodoxas”,
desvinculadas de la Iglesia Católica.

3. Las Iglesia ortodoxa


“Iglesia Ortodoxa” es la denominación de una de las tres grandes
comunidades o iglesias al cristianismo; comparte una continuidad histórica con
las comunidades cristianas del Mediterráneo Oriental debido a la labor de grupos
de misioneros, que viajaron por toda la zona oriental de Europa. La palabra
ortodoxo (del griego) significa: creencia correcta; implica una seguridad con la
relación a la fe apostólica. La iglesia ortodoxa también ha establecido
comunidades en Europa Occidental, América y, en épocas mas recientes, en
África y en Asia. Cuenta con más de 250 millones de fieles por todo el mundo.
La iglesia ortodoxa constituye una comunidad de iglesias independientes.
Cada una es autocéfala, es decir, esta gobernada por su propio obispo. Todas
comparten la misma fe, los mismos principios de organización y política
eclesiástica y la misma tradición litúrgica. Se diferencian únicamente por la
lengua utilizada en el culto. El obispo que desempeña la jefatura de cada iglesia,
puede ser un patriarca metropolitano o un arzobispo.

MACARENA UCEDA MÁRQUEZ


Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

8. Las órdenes mendicantes1

La vuelta a una mayor fidelidad al evangelio suscitó una nueva forma de vida
religiosa en el siglo XIII: las órdenes mendicantes. Sus fundadores quisieron
responder a la llamada del evangelio y de los hombres de su tiempo. Fueron
sensibles en particular al desarrollo de la herejía, al movimiento urbano y a la
fermentación intelectual.

1. Santo Domingo de Guzmán. Los dominicos


Domingo, nacido en 1170 en España, fue el primer canónigo regular en Osma.
Su encuentro con los cistercienses encargados de luchar contra la herejía de los
cátaros en Languedoc, decide su orientación a la vida religiosa. EI obispo de la
diócesis de Toulouse aprobó a Domingo y a sus hermanos como pequeño grupo
de predicadores en 1215. En 1216 el Papa Inocencio III será quien apruebe la
orden de los hermanos (predicadores o dominicos) que adoptan la regla de San
Agustín. Domingo muere en Bolonia en 1221.

2. San Francisco. Los franciscanos


Otro predicador fue San Francisco de Asís, que nació en 1181, hijo de un rico
mercader. Abandona sus sueños de caballería para consagrarse a la pobreza
después de descubrir la presencia de Cristo en un leproso, después de devolverle
todo lo que le había dado su padre.
En 1209 Francisco tiene 12 compañeros, 10 años más tarde, 3000. Además de
los franciscanos, con la ayuda de Santa Clara se funda un orden femenina: las
clarisas. Lo que le preocupaba a Francisco fue que sus hermanos, más tarde,
querían una organización más rigurosa y conventos dedicados al estudio. Su
testamento expresaba cierta nostalgia de los comienzos.
Le canonizaron dos años más tarde. Francisco sigue siendo el santo más
popular de la edad media y quizás de toda la historia. Es el testigo de la vuelta al
evangelio.

C. BEATRIZ GONZÁLEZ ÁLVAREZ

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Bibliografía utilizada: COMBY, J., Para leer la historia de la Iglesia. De los orígenes al siglo XV,
Verbo Divino, Navarra 2002.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

9. La época de la Cristiandad1

1. Se constituye la Cristiandad
Implantado inicialmente en Oriente y en el mundo griego, el cristianismo
estableció, a finales del siglo III, comunidades importantes en las regiones de
cultura latina, en las que fue el emperador Constantino quien aseguró la victoria
del cristianismo sobre el paganismo. La nueva fe pudo superar el peligro de las
invasiones bárbaras gracias a conversiones masivas. De esa manera fue
constituyéndose la cristiandad latina, que conoció su apogeo en la edad media.
Hacia el año 1000 la mayoría de los habitantes de la Europa Occidental eran
cristianos y, del más poderoso al más humilde, tenían el sentimiento de
pertenecer a una misma comunidad, la Cristiandad. En ella lo impregna la Fe
Católica y todo el mundo es cristiano. Los gremios, los barrios, las ciudades, todo
el mundo se siente cristiano.

2. Una vida impregnada por la fe


La Iglesia se encargaba de fijar las obligaciones religiosas de los cristianos y de
mantener su unidad. Debían rezar, asistir a la misa del domingo, ayunar en días
señalados, confesarse una vez al año, comulgar por Pascua y realizar, si era
posible, peregrinaje a un lugar santo (Roma, Jerusalén, Santiago de
Compostela…) en el que se conservaran reliquias de Cristo o de mártires y santos
cristianos. Igualmente se prescribían la caridad, la vida virtuosa y la donación de
bienes a la Iglesia en el momento de la muerte.
En la Edad Media todos los acontecimientos de la vida social y de la vida
privada (bautismo, matrimonio, funeral…) estaban marcados por ceremonias
religiosas.
La Iglesia también se encargaba de la enseñanza, la asistencia a los pobres y
enfermos y de proteger a los perseguidos.
Las Iglesias y los monasterios constituían asilos inviolables en los que no podía
entrar nadie sin autorización.
Si se desobedecían estas imposiciones, cualquier cristiano, fuera un noble o el
mismo rey, podía ser excomulgado.

3. Cuando se entremezcló el poder temporal


Además, la Iglesia era una institución con una gran riqueza económica.
Poseían inmensos feudos y cobraba a todos sus vasallos el diezmo, un impuesto
para mantener el clero.
Al feudalizarse, sin embargo, la Iglesia tuvo serios problemas con el poder que
ejercían los reyes y los nobles. El conflicto más conocido fue el de la “Querella de
las investiduras”.
En el enfrentamiento entre el poder laico y el religioso acabó imponiéndose la
Iglesia (Nicolás II, Gregorio VII), que contó con un arma importante: la
excomunión. Desde entonces (Concordato de Worms, 1122), el Papa era quien
proponía los obispos y abades a los monarcas.
MARIAM CUESTA CUETO

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Bibliografía utilizada: Enciclopedia LAROUSSE 2000; Libro de texto de Ciencias sociales,
geografía e Historia, Limes; Materiales tomadas en Internet.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

10. La Reforma protestante

1. El “caldo de cultivo” que propició la reforma


El Humanismo había preparado el camino de la Reforma. Lutero, guiado por
el deseo angustioso de resolver el problema de la salvación, adoptó de la teología
occamista el principio de la trascendencia absoluta de Dios y encontró en la
Epístola a los Romanos el texto que, ofreciendo la justificación de la fe, daba un
cuerpo doctrinal a la Reforma. Estas ideas las defendió por primera vez con
ocasión de la predicación de las indulgencias, contra las que fijó las tesis de
Wittenberg (1517). Después, en el curso de las controversias teológicas fue
precisando su doctrina, hasta llegar a romper completamente con Roma (1521).

2. La rápida expansión
Los principios enunciados por él tuvieron aceptación en todas las clases
sociales. El elector de Sajonia le acogió en su castillo de Watburg ; humanistas
(Hutten, Melanchthon ), artistas (Duero, Cranach, Holbein), nobles y burgueses
se adhirieron a ellos. Entre los campesinos y artesanos, que por su situación
estaban prestos a establecer una sociedad igualitaria, hallaron eco los
predicadores que, como Münzer, propugnaban un retorno al primitivo
comunismo cristiano. En 1524 estalló una revuelta desde la Selva Negra a Austria,
con reclamaciones estrictamente sociales (supresión de los diezmos, disminución
de los censos), y conventos, castillos e iglesias fueron devastados. Frente a estos
disturbios Lutero sostuvo la existencia de una jerarquía cuyo poder venía de Dios
y afirmó la necesidad de obedecerla, condenando cualquier revuelta. Ello
significó entregar la dirección del movimiento reformista a los príncipes y
grandes señores territoriales, supeditando a ellos el campesinado y la burguesía
ciudadana. En 1525 los príncipes aplastaron la revuelta . Por entonces muchos de
ellos habían adoptado el luteranismo por convicción o por conveniencias sociales
o políticas (mayor autoridad, secularización de los bienes eclesiásticos). Entre los
adheridos figuraban el elector de Sajonia, el landgrave de Hesse y Alberto de
Brandemburgo, gran maestre de la orden Teutónica. En respuesta a la formación
de una alianza e los príncipes católicos (Liga de Dessau, 1525) constituyeron una
liga (Liga de Magdeburgo) y protestaron (1529) contra las tentativas de
reconversión, de donde les vino el nombre de protestantes (Protestantismo ).

3. Fracasó la reconciliación
Después del fracaso de las tentativas de conciliación llevadas a cabo por el
emperador, fracaso al que no era ajeno el recelo de los pequeños príncipes hacia
el autoritarismo de Carlos V, el enfrentamiento armado se hizo inevitable. En un
primer acto los protestantes, que habían formado la Liga de Esmalcada, fueron
vencidos en la batalla de Mühlberg (1547) y tuvieron que avenirse a las fórmulas
conciliadoras del emperador (Ínterim de Augsburgo, 1548), pero la derrota de éste
en Innsbruck les permitió obtener la favorable Paz de Augsburgo (1555), en virtud
de la cual dos tercios de Alemania fueron reconocidos oficialmente como
protestantes: Sajonia, Turingia, Brandemburgo, Brunswick, Westfalia y el valle
del Rin, excepto los principiados eclesiásticos de Tréveris, Maguncia y Colonia.

LAURA CARPEÑO MARTÍN-CARO


Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

11. El Concilio de Trento1

1. Los aportes de un concilio fundamental:


Unos de los concilios más importantes de la Historia de la Iglesia fue el Concilio
de Trento, que fue convocado en 1545 (duró 18 años, hasta 1563)por el Papa Pablo
III en respuesta al desafío que suponía la reforma protestante. El Concilio de
Trento o Tridentino llegó a las siguientes conclusiones:

1. Se reafirmó que las fuentes de la fe son las Sagradas Escrituras y la Tradición de la


Iglesia. Para los protestantes la única fuente de la revelación es la Sagrada
Escritura.

2. Que las Sagradas Escrituras deben ser interpretadas por la Iglesia y no tener
interpretación libre como decía Lutero, el fundador del protestantismo, pues así
cada quien podía opinar lo que quería y no habría unión en la Iglesia. De hecho,
esta libre interpretación de la Biblia por parte de los protestantes, ha sido una de
las causas de las divisiones de la iglesia protestante. Hoy día se puede decir que
hay millares de sectas protestantes mientras que la Iglesia Católica se mantiene
siendo una.

3. El Concilio de Trento reafirmó que la fe es necesaria para la salvación, pero


también lo son las buenas obras. Lutero decía que con la fe solamente se bastaba
para ir al Cielo, pero el Concilio recordó que Jesús había dicho: "No sólo el que
dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino todo el que hace la
voluntad de mi Padre", y que en otra parte decía: "Por sus frutos los conoceréis",
implicando la importancia de las buenas obras. Además, en el capítulo 25 de san
Mateo (Mt 25,31-46), Jesús dice que al final de los tiempos en el Juicio Final
separará a los buenos y a los malos; a los buenos los pondrá a su derecha y les
dirá: "Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estaba
desnudo y me vestiste, estaba en la cárcel y preso y me fuiste a ver, era un
forastero y me recibiste. Todo lo que hicieron a uno de mis más! pequeños a mí
me lo hicieron", lo que indica que las obras son muy necesarias.

4. Se volvió a ratificar que el pan y el vino consagrados son el Cuerpo y la Sangre de


Cristo y no como Lutero decía, una representación.

5. Se proclamó que se podía rendir culto a los santos como ejemplos y testimonio de
vida cristiana.

6. Se define el pecado original que se borra con el Bautismo.

7. Se dispone que los obispos debían vivir en sus diócesis y debían hacer visitas a sus
parroquias de un modo frecuente.

8. Se mandan construir seminarios para formar bien al clero.

9. A los religiosos se les urge la vida en común y a las monjas la clausura.

10. Se decide la publicación de un catecismo que recoja toda la doctrina del Concilio
y se manda hacer una nueva edición corregida del Misal y del Breviario (rezo de
los salmos).

1
Materiales tomados de Internet.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

12. La Contrarreforma católica 1

La reforma católica, como movimiento renovador de la iglesia universal y


promovido por el papado, es posterior en el tiempo a la reforma protestante.
Pero el anhelo de reforma venía ya de atrás y había plasmado en algunas
realizaciones de importancia, pese a ser estas de carácter parcial.

1. La fundación de los jesuítas


La mas importante fundación religiosa del siglo XVI fue sin duda la de la
compañía de Jesús por San Ignacio de Loyola, que junto a cinco compañeros,
Hizo en Paris los votos religiosos. Los cinco se comprometieron en peregrinar a
Jerusalén y consagrarse al servicio de las almas (1534). No pudieron pasar a la
tierra santa, pero Ignacio y los cinco siguieron unidos, a disposición del Papa. En
1540, la compañía de Jesús fue aprobada como una orden de clérigos regulares,
cuyas finalidad primordial era la propagación de la fe católica y la enseñanza de
la doctrina.
Cuando Ignacio murió había un millar de miembros en la compañía. Los
jesuitas prestaron servicios de gran importancia al pontificado en su obra de
reforma católica.

2. La reforma de los franciscanos


En España, la reforma de los franciscanos tuvo su figura mas representativa en
San Pedro de Alcántara, y la de los Benedictinos en el Abad García de Cisneros.
La reforma del Carmelo fue la epopeya de Santa Teresa de Jesús, y Sana Juan de
la cruz extendió la orden de los varones. En Italia nacieron los capuchinos, como
una nueva rama del tronco franciscano, y la popularidad que alcanzaron fue
grande, por su austeridad de la vida y su dedicación al ministerio.

3. La renovación que supuso el Concilio de Trento


El acontecimiento central de la contrarreforma católica fue sin embargo el
concilio de Trento, y su reunión marca la hora en que el papado tomó por fin la
dirección de la empresa renovadora de la Iglesia.
El periodo que siguió a la celebración del concilio de Trento estuvo marcado
por la impronta de la gran renovación de la vida católica que allí se había
operado. Un catecismo romano, un misal y un breviario fueron editados por la
orden del Papa San Pío V. Gregorio XIII confío a los nuncios el encargo de velar
por la ejecución de las normas del concilio, y en Roma, su sucesor, Sixto V, llevó a
cabo una completa reorganización de los dicasterios de la curia encargados del
gobierno central de la Iglesia.
El espíritu Tridentino dio lugar a la aparición de obispos ejemplares que se
esforzaron en la aplicación de los decretos conciliares sobre disciplina del clero y
de los fieles.

PAULA CARRO MARTÍNEZ

1
Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

1
13. La Inquisición

1. Concepto
La Inquisición es una institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la
misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. En la Iglesia primitiva
la pena habitual por herejía era la excomunión. Con el reconocimiento del cristianismo como
religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser
considerados enemigos del Estado, sobre todo cuando habían provocado violencia y alteraciones
del orden público. San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes, aunque
la Iglesia en general desaprobó la coacción y los castigos físicos.

2. Orígenes
En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en
el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense. La
doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la
sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el Papa Inocencio III organizó una
cruzada contra esta comunidad. Promulgó una legislación punitiva contra sus componentes y envió
predicadores a la zona. Sin embargo, los diversos intentos destinados a someter la herejía no
estuvieron bien coordinados y fueron relativamente ineficaces.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del Papa
Gregorio IX. Con ellos el Papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia,
sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos. El cargo
de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor
preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas.

3. Procedimientos
Los inquisidores se establecían por un periodo definido de semanas o meses en alguna plaza
central, desde donde promulgaban órdenes solicitando que todo culpable de herejía se presentara
por propia iniciativa. Los inquisidores podían entablar pleito contra cualquier persona sospechosa.
A quienes se presentaban por propia voluntad y confesaban su herejía, se les imponía penas
menores que a los que había que juzgar y condenar. Si los inquisidores decidían procesar a una
persona sospechosa de herejía, el prelado del sospechoso publicaba el requerimiento judicial. Los
acusados estaban obligados bajo juramento a responder de todos los cargos que existían contra
ellos, convirtiéndose así en sus propios acusadores.
En 1252 el papa Inocencio IV, bajo la influencia del renacimiento del Derecho romano, autorizó
la práctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos. Hasta entonces este
procedimiento había sido ajeno a la tradición canónica. Los castigos y sentencias para los que
confesaban o eran declarados culpables se pronunciaban al mismo tiempo en una ceremonia
pública al final de todo el proceso. Era el sermo generalis o auto de fe. Los castigos podían consistir
en una peregrinación, un suplicio público, una multa o cargar con una cruz. La pena más severa
que los inquisidores podían imponer era la de prisión perpetua. De esta forma la entrega por los
inquisidores de un reo a las autoridades civiles, equivalía a solicitar la ejecución de esa persona.
Aunque en sus comienzos la Inquisición dedicó más atención a los albigenses más tarde se
extendió a los llamados brujas y adivinos. Una vez que los albigenses estuvieron bajo control, la
actividad de la Inquisición disminuyó, y a finales del siglo XIV y durante el siglo XV se supo poco
de ella. Sin embargo, a finales de la edad media los príncipes seculares utilizaron modelos
represivos que respondían a los de la Inquisición.

1
Notas tomadas de Internet. A este capítulo le dedicamos dos hojas con la intención de explicar más
ampliamente la institución de la Inquisición, que suele utilizarse para desautorizar cualquier toma de postura
de la Iglesia, hoy.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

4. El Santo Oficio
Alarmado por la difusión del protestantismo y por su penetración en Italia, en 1542 el Papa
Pablo III hizo caso a reformadores como el cardenal Juan Pedro Carafa y estableció en Roma la
Congregación de la Inquisición, conocida también como la Inquisición romana y el Santo Oficio.
Seis cardenales, incluido Carafa, constituyeron la comisión original, cuyos poderes se ampliaron a
toda la Iglesia. En realidad, el Santo Oficio era una institución nueva vinculada a la Inquisición
medieval sólo por vagos precedentes. Más libre del control episcopal que su predecesora, concibió
también su función de forma diferente. Mientras la Inquisición medieval se había centrado en las
herejías que ocasionaban desórdenes públicos, el Santo Oficio se preocupó de la ortodoxia de
índole más académica y, sobre todo, la que aparecía en los escritos de teólogos y eclesiásticos
destacados.
Durante los 12 primeros años, las actividades de la Inquisición romana fueron modestas hasta
cierto punto, reducidas a Italia casi por completo. Cuando Carafa se convirtió en el Papa Pablo IV
en 1555 emprendió una persecución activa de sospechosos, incluidos obispos y cardenales. Encargó
a la Congregación que elaborara una lista de libros que atentaban contra la fe o la moral, y aprobó y
publicó el primer Índice de Libros Prohibidos en 1559. Aunque papas posteriores atemperaron el
celo de la Inquisición romana, comenzaron a considerarla como el instrumento consuetudinario del
Gobierno papal para regular el orden en la Iglesia y la ortodoxia doctrinal; por ejemplo, procesó y
condenó a Galileo en 1633. En 1965 el Papa Pablo VI, respondiendo a numerosas quejas, reorganizó
el Santo Oficio y le puso el nuevo nombre de Congregación para la Doctrina de la Fe.

4. la Inquisición española
Diferente también de la Inquisición medieval, la Inquisición española se fundó con aprobación
papal en 1478, a propuesta del rey Fernando V y la reina Isabel I. Esta Inquisición se iba a ocupar
del problema de los judíos que por coerción o por presión social se habían convertido al
cristianismo; después de 1502 centró su atención en los conversos del mismo tipo del Islam, y en la
década de 1520 a los sospechosos de apoyar las tesis del protestantismo. A los pocos años de la
fundación de la Inquisición, el papado renunció en la práctica a su supervisión en favor de los
soberanos españoles. De esta forma la Inquisición española se convirtió en un instrumento en
manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los
dominicos, actuaran siempre como sus funcionarios.
La Inquisición española estuvo dirigida por el Consejo de la Suprema Inquisición, pero sus
procedimientos fueron similares a los de su réplica medieval. Con el tiempo se convirtió en un tema
popular, en especial en las zonas protestantes, por su crueldad y oscurantismo, aunque sus
métodos fueran parecidos a los de instituciones similares en otros países católicos romanos y
protestantes de Europa. Sin embargo, su superior organización y la consistencia del apoyo que
recibía de los monarcas españoles, descollando Felipe II, hicieron que tuviera un mayor impacto en
la religión, la política o la cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el
apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable gran inquisidor,
ejecutar por miles a supuestos herejes.
El gran inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los tribunales locales de virreinatos
como México y Perú, donde estuvieron más ocupados con la hechicería que con la herejía. El
emperador Carlos V introdujo la Inquisición en los Países Bajos en 1522, pero no consiguió acabar
con el protestantismo. Se estableció en Sicilia en 1517, aunque no lo pudo hacer en Nápoles y Milán.
Los historiadores han señalado que muchos territorios protestantes tenían instituciones tan
represivas como la Inquisición española, por ejemplo el consistorio de Ginebra en tiempos del
reformador francés Juan Calvino. La Inquisición quedó al fin suprimida en España en 1843, tras un
primer intento, fallido, de los liberales en las Cortes de Cádiz, en 1812.

DAVID MARTÍN RODRÍGUEZ


Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

14. La Evangelización de América 1

El descubrimiento de América supuso una ocasión formidable para llevar la


buena noticia del evangelio a otros pueblos. Textos de Cristóbal Colón
demuestran claramente hasta qué punto estaban mezcladas diversas
motivaciones en su expedición: sueños milenaristas, búsqueda de oro, de especias
y de esclavos, así como la conversión de esos pueblos a la fe cristiana.

1. El patronato
El descubrimiento de las Indias occidentales (América) en 1492, motivó una
tensión entre las dos potencias ibéricas. El Papa Alejandro VI fue el árbitro de la
cuestión, delimitando el oeste de América a los españoles y el este a los
portugueses. Y así les deja la responsabilidad de la organización de la Iglesia en
sus respectivos territorios. Así, la evangelización de América quedaba, en cierta
medida, sometida a las peripecias de la colonización y de la política.

2. Personal misionero
A veces, los conquistadores iban acompañados de sacerdotes seculares.
Personajes a menudo dudosos, con dificultades en Europa, aventureros en cierto
modo, que no tenían en la evangelización más que un papel limitado.
Los primeros de los nuevos mundos fueron, ante todo, los miembros de las
antiguas órdenes religiosas: agustinos, mercedarios, carmelitas, y sobre todo,
franciscanos y dominicos.
Sobresale la figura de Fray Bartolomé de las Casas en la defensa de la dignidad
de los indígenas

GABRIEL FERNANDO BALANDRA DÍAZ

1
Bibliografía utilizada: COMBY, J., Para leer la historia de la Iglesia. De los orígenes al siglo XV,
Verbo Divino, Navarra 2002.
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15. La Revolución francesa y la Iglesia1

La era revolucionaria, abierta en 1789, conmovió los fundamentos políticos y


religiosos de Europa. La Revolución francesa, en sus momentos álgidos, trató de
eliminar toda huella cristiana de la vida social Dos papas fueron prisioneros de los
gobiernos revolucionarios. La Revolución pretendió un retorno al Antiguo Régimen.
Muchos católicos, impresionados por la experiencia sufrida, propugnaron una nueva
«alianza entre el Trono y el Altar».

1. El cambio de actitud hacia la Iglesia


Es bien sabido -aunque suene a paradoja- que la Revolución francesa comenzó con
una solemne procesión; la presidio el rey Luis XVI, y los representantes de los tres
estados, cirio en mano, acompañaron devotamente al Santísimo Sacramento. Esto
sucedía el 4 de mayo de 1789, al abrirse las Estamentos Generales; pero, a las pocas
semanas, el decorado había cambiado radicalmente y el proceso revolucionario
avanzaba incontenible, tanto en el orden político como en el religioso. El 4 de agosto,
en una memorable «sesión patriótica» de la Asamblea Nacional, el clero y la nobleza
renunciaron a sus privilegios tradicionales. Más tarde la Asamblea Constituyente
decretaba la secularización de todos los bienes eclesiásticos. Estos bienes acabaron
pronto en manos particulares y constituyeron la base económica de la nueva burguesía
francesa.
Desde 1790, el proceso revolucionario se radicalizó, adoptando una actitud cada vez
más agresiva hacia la Iglesia. El 13 de febrero se decidió la supresión de los votos
monásticos, y el 12 de julio la Asamblea aprobó la «Constitución civil del clero», que
subvertía de raíz la organización eclesiástica. Surgía una Iglesia galicana, al margen de
la autoridad pontificia, de estructura episcopalista y presbiteriana, donde los obispos y
los párrocos eran elegidos por el pueblo y los nombramientos episcopales serian
solamente notificados a Roma.

2. La etapa más difícil


Los años 1793-1794 representaron la fase más trágica del período revolucionario.
Bajo el Terror, la persecución anticatólica alcanzó su punto álgido. Muchos miles de
víctimas murieron en el patíbulo y se intentó borrar de la vida francesa toda huella
cristiana. Hasta el calendario fue sustituido por un calendario «republicano». La
entronización de la «Diosa Razón» en la catedral de Notre-Dame y la institución por
Robespierre del culto al «Ser Supremo» fueron otros tantos episodios de la obra
descristianizadora, que tuvo una de sus expresiones en el furor iconoclasta, que dejó
una huella -bien visible todavía hoy- en tantas viejas iglesias y catedrales de Francia.
Los años siguientes registraron alternativas de distensión el Directorio jacobino (1797-
1799), cuando los franceses ocuparon Roma y se proclamó la Revolución romana. El
papa Pío VI, anciano y enfermo, fue deportado a Siena, Florencia y, finalmente, a
Francia. El 29 de agosto de 1799, en la ciudadela de Vanlece-sur-Rhone, falleció Pío VI a
los ochenta y un años de edad. Algunos revolucionarios exaltados proclamaron a los
cuatro vientos que había muerto el último papa de la Iglesia.

SOFÍA LOURDES REAL BAZÁN

1
Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

16. La Cuestión social y la doctrina social de la Iglesia1


El liberalismo del siglo XIX tuvo una ideología política y una doctrina económica. Su
grave carencia fue la falta de una preocupación social. Y, la “cuestión social” era un hecho
patente y constituía una de las mayores novedades históricas de aquella centuria. La
revolución industrial había dado lugar a la formación de una nueva clase obrera
(proletariado) concentrado en los subsidios fabriles de las grandes urbes. La situación de
esta clase obrera, en sus orígenes jornadas laborales agotadoras, jornales escasos, trabajo
infantil, viviendas insalubres fueron algunos de tantos abusos que tuvieron que sufrir los
obreros y algunos se los aspectos mas oscuros que presentaba, la llamada “cuestión
social”.
El problema social creó reacciones dirigidas a luchar contra aquella situación de
injusticia. El Anarquismo (autor fue el ruso Miguel Bakunin) propugnaba la acción
violenta, para terminar con el Estado y una ordenación social injusta. Diversos sistemas
“socialistas” quedaron pronto eclipsados por el socialismo “científico” de Carlos Marx (el
Marxismo). Desde el punto de vista cristiano en Marxismo, fundado sobre el materialismo
histórico y la dialéctica de la lucha de clases, se manifestó opuesto a toda religión,
considerada por él como una alineación –“opio del pueblo”-y mostró particular hostilidad
hacia la religión católica. El ateismo marxista ha sido un poderoso agente de
descristianizacion de las clases trabajadoras en muchos lugares de la tierra.

1. Primeras iniciativas católicas


Desde la primera mitad del siglo XIX, la cuestión social sensibilizó a algunos católicos,
dando lugar a iniciativas generosas dirigidas a paliar tantas miserias por la vía de la
caridad y la beneficencia. Fueron ciertos países no latinos, los que registraron antes una
presencia activa de la Iglesia en el mundo laboral. Así, en los Estados Unidos de América e
Inglaterra el asociacionismo sindical no tuvo raíces marxistas, sino cristianas. Un símbolo
de esta situación fue ka de una famosa huelga de obreros portuarios (1889). En 1864 el
obispo alemán Von Ketteler resolvió el gran problema presente, la cuestión social.

2. “Rerum Novarum”: la primera encíclica social de la Iglesia


El Concilio Vaticano I había reunido abundante documentación acerca de la cuestión
social, con la intención de ocuparse del tema. Fue el Papa León XIII quien lo hizo, en la
encíclica Rerum Novarum. El Papa era consciente de la gravedad del problema y de la
necesidad de una acción eficaz de los cristianos. El asociacionismo era el procedimiento
mas adecuado para la defensa de los intereses se los trabajadores. Dos años más tarde se
publicó la célebre encíclica social, que rechazaba la dialéctica de la lucha de clases y pesdía
a patronos y obreros una armónica colaboración para el desarrollo de la nueva sociedad.
El Papa proclama el carácter social tanto de la propiedad como el salario justo, y exhorta al
Estado a abandonar la postura de mero espectador y a controlar las relaciones
económicas, sin caer en el dirigismo socialista. La Rerum Novarum terminaba
proponiendo la creación de asociaciones obreras de inspiración cristiana. El pontificado de
León XIII fue el punto de partida las Catolicismo social, dentro del cual se perfilaron
pronto una tendencia corporativa y otra, más politizada, de orientación democrático-
progresista.

RAQUEL PÉREZ FERNÁNDEZ

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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

17. El Pontificado en el siglo XX1

1. Pío X y el modernismo
El fenómeno modernista en la Iglesia, tomó cuerpo por la influencia de diversas
causas como las filosofías irreligiosas, el cientifismo decimonónico y el Protestantismo
Liberal. El Papa San Pío X fue un Papa muy valiente que cortó resueltamente el paso
al modernismo ya que atendió por encima de todo los intereses de Dios y promovió
con mucho vehemencia la piedad cristiana. El pontificado de Pío XI quien condenó
las doctrinas totalitarias, se caracterizó por los Pactos Lateranenses y por el
florecimiento de las misiones.
A pesar de que la historia europea, desde los primeros años del siglo XX hasta el
comienzo de la Primera Guerra Mundial fue un período brillante y feliz; desde el
punto de vista cristiano no fue una época fácil a causa de problemas originados tanto
de dentro de la Iglesia como de fuera de ella.
Durante aquellos años la ofensiva contra la Iglesia fue más notable en los países
latinos de Europa como Portugal, España y sobre todo Francia. Los gobiernos
franceses radicales, laicos, provocaron un enfrentamiento con el Papa Pío X. En esta
época, Francia rompió relaciones con la Santa Sede, expulsó a clérigos del país y
confiscaron sus bienes.
La Iglesia a través de Pío X cerró el paso al modernismo denunciando y
condenando estas doctrinas (decreto Lamentabili y la Encíclica Pascendi -1907- ); sin
embargo, no quedó resuelta.

2. Benedicto XV
A las tres semanas de estallar la Primera Guerra Mundial, falleció el papa Pío X
siendo su sucesor Benedicto XV. Este nuevo Papa no pudo hacer otra cosa que
esforzarse inútilmente en arreglar este conflicto. La Santa Sede fue excluida de la
mesa en donde se negoció el tratado de Versalles.
Este tratado no traje la paz sino una tregua entre dos conflictos mundiales, pero el
suceso de mayor trascendencia fue la revolución rusa (1917). La URSS aparecía como
el primer estado marxista de la historia, oficialmente ateo.
Desde distintos puntos de vista, éste período de “entreguerras” fue de
florecimiento del Cristianismo y de la Iglesia, el prestigio de la Santa Sede creció en el
mundo; las relaciones con Francia volvieron a la normalidad; pero, el mayor
acontecimiento fueron los “Pactos Laterales” (1929) que pusieron fin a este viejo
conflicto cuya solución anhelaban todos, cristianos y patriotas italianos dando vida a
la ciudad del Vaticano que garantizó la independencia de la Santa Sede.

3. Pío XI
El florecimiento cristiano trajo consigo la expansión misionera en África y Asia. Pío
XI consagró a seis nuevos obispos chinos.
Pío XI le dio una organización centralizada y jerárquica. Esta época de
florecimiento cristiano contrastó con las oleadas de sangrientas persecuciones que se
abatió sobre las iglesias de distintos países como México, y sobre todo España, donde
se quemaron a siete mil sacerdotes. En la tercera década del siglo se notó más la
amenaza de los totalitarismos ateos y paganos. Dos documentos importantes del
Papa Pío XI fijaron con claridad la actitud de la Iglesia Católica frente a las grandes
ideologías totalitarias del momento.
FRANCISCO MENA VELA

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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

18. La Iglesia ante las Guerras Mundiales1

1. El drama de la guerra
La segunda guerra mundial en el año 1939 al 1945 superó a la primera en
tiempo y magnitud. Se luchó de un extremo a otro y los avances multiplicaron la
destrucción y causaron muchos muertos. Otros millones de personas perdieron la
vida en bombardeos.
La paz no trajo consigo el final de los padecimientos de las poblaciones
civiles. Las nuevas fronteras políticas y la división del continente en zonas de
influencia. El fenómeno de población dentro del continente europeo o hacia
países de América alcanzó unos territorios jamás conocidos. Haría falta
remontarse a la época de los bárbaros para encontrar un fenómeno tan masivo.
En la segunda guerra mundial fueron vencidos los totalitarismos. La
partición del mundo acordada en Yalta por los jefes de las potencias aliadas
determinó que la mitad oriental de Europa fuese entregada al dominio imperial
de la Unión Soviética. Consecuencia de esa entrega fue que, en breve plazo,
regímenes comunistas fueron impuestos por la fuerza a buen número de pueblos
europeos, mientras que otros perdieron incluso su existencia nacional, siendo
integrados, como una república más, en la Unión de Republicas Sociales
Soviéticas.

2. Consecuencias para el cristianismo


La Europa del este, surgida de la Segunda Guerra Mundial, fue una tierra sin
libertad, donde el cristianismo y la Iglesia vivieron en un estado de opresión. Los
hombres de los cardenales Mindszenti, Stepinac y Wyszynski simbolizan el
heroísmo de los grandes defensores de la fe en el mundo contemporáneo.
La expansión del Comunismo afecto también a los continentes asiático y
africano. En China, donde el cristianismo tenia una vida floreciente, se prohibió a
los católicos toda comunicación con la santa sede y se les impuso una iglesia
escindida de roma. El Cristianismo, en cambio, ha experimentado un gran auge
en los países del tercer mundo.

3. El papel de los Papas


Pío XII dio un paso trascendental en 1946 cuando realizó su primera
promoción cardenalicia. Desde su elección en 1939 el Papa por razón de la guerra
en curso, no había nombrado ningún nuevo cardenal. Terminada la contienda,
existían 32 vacantes. En el primer nombramiento de su pontificado, Pío XII creó
cuatro cardenales italianos y 28 de otras nacionalidades.
Pío XII ejerció un infatigable magisterio tratando múltiples aspectos de la
vida y moral cristianas. Destacan entre sus encíclicas: Mystici Corporis, sobre la
iglesia; Mediator Dei, sobre la liturgia; Divino afflante Espíritu, sobre la
revelación y Sagrada Escritura. Pío XII, fue sucedido por Juan XXIII (28-X-1968/3-
VI-1963). El 25-12-1961, la bula Humande salutis convocó el concilio Vaticano II.

JOSÉ LUIS GÓMEZ RODRÍGUEZ

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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
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19. El Concilio Vaticano II1

El Concilio Vaticano II formuló en sus documentos un importante programa


de renovación cristiana. Hoy el mundo sufre una profunda crisis de valores
espirituales, a la que han contribuido el afán de bienestar de la sociedad de
consumo, la pérdida del sentido sobrenatural de la vida y un reduccionismo
religioso que contempla al Cristianismo y a la Iglesia bajo una óptica
primordialmente terrena. La Iglesia quiere estar en la vanguardia de la defensa de
valores tan esenciales como el derecho a la vida, la dignidad del hombre y la
unidad de la familia.

1. Etapas en el Concilio
Promover el incremento de la fe católica y una saludable renovación de las
costumbres del pueblo cristiano, y adaptar la disciplina eclesiástica a las
condiciones de nuestro tiempo: tales eran, según la bula de convocatoria, los fines
que había de perseguir el Concilio Vaticano II. Abierto por Juan XXIII el 11 de
octubre de 1962, tan sólo el primer período de sesiones tuvo lugar en la vida de
este pontífice. Su sucesor, Pablo VI( 21-VI-1963/6-VIII-1978), gobernó la Iglesia
durante las tres etapas ulteriores celebradas en los tres años siguientes, hasta la
clausura del concilio, el 8 de diciembre de 1965. El concilio desarrolló una ingente
labor, plasmada en documentos de diverso tipo: Constituciones dogmáticas,
Decretos, Declaraciones y una Constitución pastoral-la Gadium et spes- sobre la
Iglesia en el mundo actual. No hizo el Concilio Vaticano II ninguna definición de
verdaderas dogmas de fe, pero sus enseñanzas constituyen actos del Magisterio
solemne de la Iglesia y exigen por tanto de los fieles una adhesión interna y
externa.

2. Principales enseñanzas
El Concilio Vaticano II trazó un importante programa de renovación
cristiana, capaz de reportar grandes bienes a la Iglesia. Por medio de sus
documentos, especialmente por sus cuatro constituciones: Lumen Gentium (sobre
la Iglesia); Dei Verbum (sobre la Sagrada Escritura); Sacrosanctum Concilium
(sobre la Liturgia)y la ya mencionada Gadium et spes, puso de relieve algunos
puntos fundamentales de la doctrina y del comportamiento de los cristianos.
Destacamos algunos de ellos: sacramentalidad de la Iglesia; colegialidad
episcopal; autoridad eclesial, entendida como servicio; impulsando a la
evangelización; llamada universal a la santidad; importancia del papel de los
laicos santificando su trabajo profesional secular; libertad religiosa y ecumenismo;
santidad del matrimonio, etc.

JOSÉ LARGO MARTÍN

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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6

20. El Pontificado de Juan Pablo II1

1. Su pontificado en cifras

Juan Pablo II tiene ya el 4º Pontificado mas largo de la historia: el 30 de


Abril del 2003, el Santo Padre cumplió 24 años, seis meses y ocho días como
Papa, llegando así a tener el 4º Pontificado más largo de la historia,
superando al del Pío VI en un día. La fecha se calcula desde el 22 de
octubre de 1978, comienzo oficial de su pontificado. Solamente 3 Papas
han estado a la cabeza de la Iglesia durante un período más largo: León
XIII (25 años y 5 meses), Pío IX (31 años, 7 meses, 21 días) y San Pedro, de
cuyo pontificado no se conoce su duración.
Visitas apostólicas: Juan Pablo II ha llevado a cabo 99 visitas pastorales
fuera de Italia.
Viajes: Definitivamente el Papa más viajero de la historia con 133 países
visitados.
Juan Pablo II fue el primer Papa en visitar una sinagoga y una mezquita.
Ha publicado libros en prosa y poesía.
Ha añadido cinco nuevos misterios al rosario.

2. Una valoración

Pensando en el futuro, cuando nuestro querido Papa nos deje, podemos


pensar por cuál de los ricos aspectos de su Pontificado pasará a la historia.
Y no es fácil dar una respuesta certera, dada la impresionante fecundidad
de estos 25 años de labor apostólica.
Es probable que algunos lo recuerden por ser el “Papa viajero”, y
tendrán razón; otros posiblemente se queden con los importantes pasos
dados en el campo del ecumenismo y del diálogo con otras religiones.
Pero todos sus gestos y palabras están atravesada por el inconfundible “no
sé qué” que sólo tienen aquellos que están enamorados de Cristo, que han
sido alcanzados por entero por su amor. Ese es su secreto.
Esto se ve que especialmente en su peculiar sintonía con los jóvenes. El
no le dice que palabras bonitas “huecas”. No. Están repletas de exigencias,
de contenido, de una carga que el corazón joven sabe identificar como
aquello que de verdad es la respuesta al deseo de plenitud de su corazón.
Pide todo a los jóvenes por que Cristo pide todo y El como nos dijo en
Cuatro Vientos, ha experimentado que “merece la pena entregar la vida
por Cristo”.

JAVIER PRADA MARTÍN

1
Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.

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