Trabajo Sobre Historia de La Iglesia
Trabajo Sobre Historia de La Iglesia
Trabajo Sobre Historia de La Iglesia
En el transcurso del siglo IV, el Cristianismo comenzó a ser tolerado por el imperio,
para alcanzar luego un estatuto de libertad y convertirse finalmente, en tiempo de
Teodosio, en religión oficial. El emperador romano-cristiano convocó las grandes
asambleas de obispos, los concilios, y la Iglesia pudo organizar sus estructuras
territoriales de gobierno pastoral.
2. Un imperio ya cristiano
El avance del cristianismo no se interrumpió tras la muerte de Constantino, si se
exceptúa el frustrado intento de restauración pagana por Juliano de Apóstata. Los
demás emperadores, incluso aquellos que simpatizaron con la herejía arriana, fueron
resueltamente contrarios al paganismo.
Bajo el imperio romano-cristiano pudieron reunirse grandes asambleas eclesiásticas,
manifestación genuina de la catolicidad de la iglesia, que reciben el nombre de concilios
universales.
La libertad de la iglesia y la conversión del mundo antiguo trajo consigo, finalmente,
la entrada en escena de un nuevo factor de notable importancia para los tiempos
futuros: el emperador cristiano. Este personaje, un simple laico en el orden de la
jerarquía, tenia conciencia de que le correspondía una misión de defensor de la iglesia y
promotor del orden cristiano en la sociedad: era la función que se atribuía ya
Constantino cuando tomaba para sí el significativo titulo de obispo exterior.
JORGE DÍAZ PÉREZ
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
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3. La escuela de Alejandría
En Alejandría se construyó la primera escuela teológica hacia principios del s.
III. Esta escuela la dirigió Clemente, que la elevó a un gran esplendor
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6
1. Primeros pasos
Monacato viene de mono; mono es uno, el que está sólo. Hay unos hombres
a partir del siglo III que, guiados por el amor a Dios, se retiran al desierto,
empiezan a vivir ellos solos, contemplando a Dios, pues esto les acerca
personalmente a Dios y les purifica de las miserias de este mundo y de los
pecados. Sin embargo, verdaderamente, es una vida muy áspera y difícil.
Entonces, empiezan a congregarse en algunos lugares y, poco después, ven la
necesidad de tener algunos auxilios comunes, de cocina, de servicios religiosos,
porque ellos no eran sacerdotes.
Para facilitar su organización adoptan unas reglas, unas ordenanzas; entre las
que nos han llegado a nosotros está La Regla de San Benito, como la regla más
antigua, por eso, se considera a San Benito de Nursia uno de los patronos de
Europa. Los monjes no se casan, no tienen hijos, por tanto, viven en castidad,
viven en pobreza, se contentan con muy poco. Cuando estos hombres ya forman
órdenes, grupos, con una autoridad común, va a ser importantísimo; primero,
porque eso va a permitirles, como ellos no tienen que sustentar una prole, que les
sobren recursos y tiempo para alimentarse y para hacer otras cosas, lo que no
puede hacer el hombre normal y común de la calle. Van a poder liberar a unos
cuantos de ellos para que escriban, para que estudien o para que hagan arte; de
manera que, además, acumulan una cierta riqueza, porque cuando mueren en
vez de tener que repartir sus pocos bienes entre sus muchos hijos, como el común
de los mortales de entonces; digamos, que eso lo hereda la orden, porque ellos no
tienen nada, lo tiene la orden, es un modo de vivir con una serie de cosas
compartidas; y eso, va a generar un aumento de esa riqueza, en tierras, en
edificios, en bibliotecas, en medios a su disposición; esas órdenes religiosas van,
además, a contratar gente, a campesinos para que les labren la tierra, a maestros
arquitectos, a canteros para que trabajen la piedra, a herradores para sus
caballerías, a trabajadores del hierro, del metal, de las forjas.
3. Impulsores de cultura
Sin este monacato no entendemos Occidente. Estos monjes van a desarrollar
el arte, el arte románico o el arte gótico especialmente, que en muchos sitios se
llama arte cisterciense, como consecuencia de que es la Orden del Cister la que va
a desarrollar este arte y la que va a poblar de iglesias y monasterios y catedrales
todo el Occidente.
Ellos serán también los inspiradores de un método de propiedad en común,
que va a ser la base de nuestros fueros y gremios y repoblaciones y de bienes
comunales y de bienes de propios que van a existir en todo el Occidente en la
Edad Media.
EDUARDO VALDEOLIVAS LÓPEZ
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Bibliografía utilizada: ; ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp; ENCICLOPEDIA
MULTIMEDIA ENCARTA; INTERNET.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6
Las invasiones germánicas abrieron al cristianismo el acceso a nuevos pueblos, que se establecieron
en tierras del imperio. Luego los misioneros llevaron el evangelio mas allá de las fronteras romanas.
3. Expansión misionera
Las invasiones bárbaras provocaron en ciertas regiones un claro retroceso del cristianismo. En aquel
mismo siglo, se produjo la evangelización de Irlanda , que dio un impulso decisivo a la vida de las
cristiandades célticas. Fue a partir de entonces cuando esa acción evangelizadora desbordó las antiguas
fronteras del imperio occidental. Los iniciadores esta expansión fueron misioneros celtas procedentes
de Irlanda y Escocia. Los misioneros anglosajones cogieron el relevo de los celtas.
La expansión cristiana prosiguió en los siglos siguientes y alcanzó a nuevos pueblos asentados en el
centro y oriente de Europa. La conversión de un pueblo se hace coincidir con el bautismo del príncipe,
que tuvo sin duda un alto valor ejemplar. La cristianización propiamente dicha de tales pueblos fue
empresa larga, favorecida por la conversión del príncipe , pero que pudo prolongarse durante siglos.
La cristianización de Escandinavia y los Países bálticos constituye el ultimo capitulo de la
conversión de Europa. Los navegantes vikingos asolaron las costas occidentales. Los vikingos que se
asentaron en las islas británicas fueron los primeros en cristianizarse
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
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6. Las Cruzadas1
1. El origen
Los lugares donde había vivido Cristo, especialmente Jerusalén, eran venerados por
los cristianos como centro de peregrinación (Tierra Santa). Esa zona, aunque estaba en
poder de los musulmanes, podía ser visitada por los cristianos. Pero, en el siglo XI,
Jerusalén fue ocupado por los turcos, un pueblo musulmán muy belicoso, que empezó ha
impedir el acceso y a maltratar a los peregrinos.
En el año 1095 el Papa Urbano II, deseoso de mostrar el Papado ante los monarcas y
hacer notar su influencia espiritual en todo Occidente, llamó a los cristianos a “liberar
Tierra Santa de los infieles”. En recompensa prometió el perdón de los pecados y la
salvación a todos los que participarán en esa empresa.
Así, a lo largo de los siglos XI, XII y XIII, este llamamiento dio lugar a las cruzadas,
campañas militares en defensa de la cruz (símbolo del Cristianismo).
2. La primera cruzada
La primera cruzada, predicada por el mismo Papa Urbano II, tuvo un éxito de
convocatoria espectacular.
Los primeros en marchar fueron los campesinos, entusiasmados por las encendidas
prédicas para liberar el sepulcro de Cristo y por la promesa de nuevas tierras en Oriente.
La expedición, muy desorganizada, fue diezmada por las enfermedades y el hambre. Solo
unos pocos llegaron a Asia Menor, donde fueron masacrados por los turcos .
3. La otras cruzadas
A mediados del siglo XII, los turcos volvieron a enfrentarse a los cristianos, que
organizaron una segunda cruzada. El sultán musulmán de Egipto, Salah al-Din (Saladino
para los cristianos), recuperó Jerusalén en 1187.
Los monarcas cristianos de Alemania (Federico I Baroja Barbarroja ), de Inglaterra
(Ricardo Corazón de León) y de Francia ( Felipe Augusto ) organizaron una tercera
cruzada que acabó en fracaso.
A lo largo del siglo del siglo XIII tres cruzadas intentaron afianzar el dominio
cristiano en el Mediterráneo Oriental. Para ello, los cristianos fundaron pequeños Estados
junto la costa (Edesa, Antioquia, Jerusalén…). La defensa de estas zonas estuvo a cargo de
las órdenes religiosas militares ( Templarios, Hospitalarios, Teutónicos…).
La presencia de los cruzados acabó en el año 1291, cuando los musulmanes tomaron
San Juan de Acre, el último bastión cristiano.
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Bibliografía utilizada: ; ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp; ENCICLOPEDIA
MULTIMEDIA ENCARTA; INTERNET.
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7. El cisma de Oriente
La vuelta a una mayor fidelidad al evangelio suscitó una nueva forma de vida
religiosa en el siglo XIII: las órdenes mendicantes. Sus fundadores quisieron
responder a la llamada del evangelio y de los hombres de su tiempo. Fueron
sensibles en particular al desarrollo de la herejía, al movimiento urbano y a la
fermentación intelectual.
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Bibliografía utilizada: COMBY, J., Para leer la historia de la Iglesia. De los orígenes al siglo XV,
Verbo Divino, Navarra 2002.
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9. La época de la Cristiandad1
1. Se constituye la Cristiandad
Implantado inicialmente en Oriente y en el mundo griego, el cristianismo
estableció, a finales del siglo III, comunidades importantes en las regiones de
cultura latina, en las que fue el emperador Constantino quien aseguró la victoria
del cristianismo sobre el paganismo. La nueva fe pudo superar el peligro de las
invasiones bárbaras gracias a conversiones masivas. De esa manera fue
constituyéndose la cristiandad latina, que conoció su apogeo en la edad media.
Hacia el año 1000 la mayoría de los habitantes de la Europa Occidental eran
cristianos y, del más poderoso al más humilde, tenían el sentimiento de
pertenecer a una misma comunidad, la Cristiandad. En ella lo impregna la Fe
Católica y todo el mundo es cristiano. Los gremios, los barrios, las ciudades, todo
el mundo se siente cristiano.
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Bibliografía utilizada: Enciclopedia LAROUSSE 2000; Libro de texto de Ciencias sociales,
geografía e Historia, Limes; Materiales tomadas en Internet.
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2. La rápida expansión
Los principios enunciados por él tuvieron aceptación en todas las clases
sociales. El elector de Sajonia le acogió en su castillo de Watburg ; humanistas
(Hutten, Melanchthon ), artistas (Duero, Cranach, Holbein), nobles y burgueses
se adhirieron a ellos. Entre los campesinos y artesanos, que por su situación
estaban prestos a establecer una sociedad igualitaria, hallaron eco los
predicadores que, como Münzer, propugnaban un retorno al primitivo
comunismo cristiano. En 1524 estalló una revuelta desde la Selva Negra a Austria,
con reclamaciones estrictamente sociales (supresión de los diezmos, disminución
de los censos), y conventos, castillos e iglesias fueron devastados. Frente a estos
disturbios Lutero sostuvo la existencia de una jerarquía cuyo poder venía de Dios
y afirmó la necesidad de obedecerla, condenando cualquier revuelta. Ello
significó entregar la dirección del movimiento reformista a los príncipes y
grandes señores territoriales, supeditando a ellos el campesinado y la burguesía
ciudadana. En 1525 los príncipes aplastaron la revuelta . Por entonces muchos de
ellos habían adoptado el luteranismo por convicción o por conveniencias sociales
o políticas (mayor autoridad, secularización de los bienes eclesiásticos). Entre los
adheridos figuraban el elector de Sajonia, el landgrave de Hesse y Alberto de
Brandemburgo, gran maestre de la orden Teutónica. En respuesta a la formación
de una alianza e los príncipes católicos (Liga de Dessau, 1525) constituyeron una
liga (Liga de Magdeburgo) y protestaron (1529) contra las tentativas de
reconversión, de donde les vino el nombre de protestantes (Protestantismo ).
3. Fracasó la reconciliación
Después del fracaso de las tentativas de conciliación llevadas a cabo por el
emperador, fracaso al que no era ajeno el recelo de los pequeños príncipes hacia
el autoritarismo de Carlos V, el enfrentamiento armado se hizo inevitable. En un
primer acto los protestantes, que habían formado la Liga de Esmalcada, fueron
vencidos en la batalla de Mühlberg (1547) y tuvieron que avenirse a las fórmulas
conciliadoras del emperador (Ínterim de Augsburgo, 1548), pero la derrota de éste
en Innsbruck les permitió obtener la favorable Paz de Augsburgo (1555), en virtud
de la cual dos tercios de Alemania fueron reconocidos oficialmente como
protestantes: Sajonia, Turingia, Brandemburgo, Brunswick, Westfalia y el valle
del Rin, excepto los principiados eclesiásticos de Tréveris, Maguncia y Colonia.
2. Que las Sagradas Escrituras deben ser interpretadas por la Iglesia y no tener
interpretación libre como decía Lutero, el fundador del protestantismo, pues así
cada quien podía opinar lo que quería y no habría unión en la Iglesia. De hecho,
esta libre interpretación de la Biblia por parte de los protestantes, ha sido una de
las causas de las divisiones de la iglesia protestante. Hoy día se puede decir que
hay millares de sectas protestantes mientras que la Iglesia Católica se mantiene
siendo una.
5. Se proclamó que se podía rendir culto a los santos como ejemplos y testimonio de
vida cristiana.
7. Se dispone que los obispos debían vivir en sus diócesis y debían hacer visitas a sus
parroquias de un modo frecuente.
10. Se decide la publicación de un catecismo que recoja toda la doctrina del Concilio
y se manda hacer una nueva edición corregida del Misal y del Breviario (rezo de
los salmos).
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Materiales tomados de Internet.
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6
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13. La Inquisición
1. Concepto
La Inquisición es una institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la
misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. En la Iglesia primitiva
la pena habitual por herejía era la excomunión. Con el reconocimiento del cristianismo como
religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser
considerados enemigos del Estado, sobre todo cuando habían provocado violencia y alteraciones
del orden público. San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes, aunque
la Iglesia en general desaprobó la coacción y los castigos físicos.
2. Orígenes
En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en
el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense. La
doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la
sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el Papa Inocencio III organizó una
cruzada contra esta comunidad. Promulgó una legislación punitiva contra sus componentes y envió
predicadores a la zona. Sin embargo, los diversos intentos destinados a someter la herejía no
estuvieron bien coordinados y fueron relativamente ineficaces.
La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del Papa
Gregorio IX. Con ellos el Papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia,
sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos. El cargo
de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor
preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas.
3. Procedimientos
Los inquisidores se establecían por un periodo definido de semanas o meses en alguna plaza
central, desde donde promulgaban órdenes solicitando que todo culpable de herejía se presentara
por propia iniciativa. Los inquisidores podían entablar pleito contra cualquier persona sospechosa.
A quienes se presentaban por propia voluntad y confesaban su herejía, se les imponía penas
menores que a los que había que juzgar y condenar. Si los inquisidores decidían procesar a una
persona sospechosa de herejía, el prelado del sospechoso publicaba el requerimiento judicial. Los
acusados estaban obligados bajo juramento a responder de todos los cargos que existían contra
ellos, convirtiéndose así en sus propios acusadores.
En 1252 el papa Inocencio IV, bajo la influencia del renacimiento del Derecho romano, autorizó
la práctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos. Hasta entonces este
procedimiento había sido ajeno a la tradición canónica. Los castigos y sentencias para los que
confesaban o eran declarados culpables se pronunciaban al mismo tiempo en una ceremonia
pública al final de todo el proceso. Era el sermo generalis o auto de fe. Los castigos podían consistir
en una peregrinación, un suplicio público, una multa o cargar con una cruz. La pena más severa
que los inquisidores podían imponer era la de prisión perpetua. De esta forma la entrega por los
inquisidores de un reo a las autoridades civiles, equivalía a solicitar la ejecución de esa persona.
Aunque en sus comienzos la Inquisición dedicó más atención a los albigenses más tarde se
extendió a los llamados brujas y adivinos. Una vez que los albigenses estuvieron bajo control, la
actividad de la Inquisición disminuyó, y a finales del siglo XIV y durante el siglo XV se supo poco
de ella. Sin embargo, a finales de la edad media los príncipes seculares utilizaron modelos
represivos que respondían a los de la Inquisición.
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Notas tomadas de Internet. A este capítulo le dedicamos dos hojas con la intención de explicar más
ampliamente la institución de la Inquisición, que suele utilizarse para desautorizar cualquier toma de postura
de la Iglesia, hoy.
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4. El Santo Oficio
Alarmado por la difusión del protestantismo y por su penetración en Italia, en 1542 el Papa
Pablo III hizo caso a reformadores como el cardenal Juan Pedro Carafa y estableció en Roma la
Congregación de la Inquisición, conocida también como la Inquisición romana y el Santo Oficio.
Seis cardenales, incluido Carafa, constituyeron la comisión original, cuyos poderes se ampliaron a
toda la Iglesia. En realidad, el Santo Oficio era una institución nueva vinculada a la Inquisición
medieval sólo por vagos precedentes. Más libre del control episcopal que su predecesora, concibió
también su función de forma diferente. Mientras la Inquisición medieval se había centrado en las
herejías que ocasionaban desórdenes públicos, el Santo Oficio se preocupó de la ortodoxia de
índole más académica y, sobre todo, la que aparecía en los escritos de teólogos y eclesiásticos
destacados.
Durante los 12 primeros años, las actividades de la Inquisición romana fueron modestas hasta
cierto punto, reducidas a Italia casi por completo. Cuando Carafa se convirtió en el Papa Pablo IV
en 1555 emprendió una persecución activa de sospechosos, incluidos obispos y cardenales. Encargó
a la Congregación que elaborara una lista de libros que atentaban contra la fe o la moral, y aprobó y
publicó el primer Índice de Libros Prohibidos en 1559. Aunque papas posteriores atemperaron el
celo de la Inquisición romana, comenzaron a considerarla como el instrumento consuetudinario del
Gobierno papal para regular el orden en la Iglesia y la ortodoxia doctrinal; por ejemplo, procesó y
condenó a Galileo en 1633. En 1965 el Papa Pablo VI, respondiendo a numerosas quejas, reorganizó
el Santo Oficio y le puso el nuevo nombre de Congregación para la Doctrina de la Fe.
4. la Inquisición española
Diferente también de la Inquisición medieval, la Inquisición española se fundó con aprobación
papal en 1478, a propuesta del rey Fernando V y la reina Isabel I. Esta Inquisición se iba a ocupar
del problema de los judíos que por coerción o por presión social se habían convertido al
cristianismo; después de 1502 centró su atención en los conversos del mismo tipo del Islam, y en la
década de 1520 a los sospechosos de apoyar las tesis del protestantismo. A los pocos años de la
fundación de la Inquisición, el papado renunció en la práctica a su supervisión en favor de los
soberanos españoles. De esta forma la Inquisición española se convirtió en un instrumento en
manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los
dominicos, actuaran siempre como sus funcionarios.
La Inquisición española estuvo dirigida por el Consejo de la Suprema Inquisición, pero sus
procedimientos fueron similares a los de su réplica medieval. Con el tiempo se convirtió en un tema
popular, en especial en las zonas protestantes, por su crueldad y oscurantismo, aunque sus
métodos fueran parecidos a los de instituciones similares en otros países católicos romanos y
protestantes de Europa. Sin embargo, su superior organización y la consistencia del apoyo que
recibía de los monarcas españoles, descollando Felipe II, hicieron que tuviera un mayor impacto en
la religión, la política o la cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el
apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable gran inquisidor,
ejecutar por miles a supuestos herejes.
El gran inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los tribunales locales de virreinatos
como México y Perú, donde estuvieron más ocupados con la hechicería que con la herejía. El
emperador Carlos V introdujo la Inquisición en los Países Bajos en 1522, pero no consiguió acabar
con el protestantismo. Se estableció en Sicilia en 1517, aunque no lo pudo hacer en Nápoles y Milán.
Los historiadores han señalado que muchos territorios protestantes tenían instituciones tan
represivas como la Inquisición española, por ejemplo el consistorio de Ginebra en tiempos del
reformador francés Juan Calvino. La Inquisición quedó al fin suprimida en España en 1843, tras un
primer intento, fallido, de los liberales en las Cortes de Cádiz, en 1812.
1. El patronato
El descubrimiento de las Indias occidentales (América) en 1492, motivó una
tensión entre las dos potencias ibéricas. El Papa Alejandro VI fue el árbitro de la
cuestión, delimitando el oeste de América a los españoles y el este a los
portugueses. Y así les deja la responsabilidad de la organización de la Iglesia en
sus respectivos territorios. Así, la evangelización de América quedaba, en cierta
medida, sometida a las peripecias de la colonización y de la política.
2. Personal misionero
A veces, los conquistadores iban acompañados de sacerdotes seculares.
Personajes a menudo dudosos, con dificultades en Europa, aventureros en cierto
modo, que no tenían en la evangelización más que un papel limitado.
Los primeros de los nuevos mundos fueron, ante todo, los miembros de las
antiguas órdenes religiosas: agustinos, mercedarios, carmelitas, y sobre todo,
franciscanos y dominicos.
Sobresale la figura de Fray Bartolomé de las Casas en la defensa de la dignidad
de los indígenas
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Bibliografía utilizada: COMBY, J., Para leer la historia de la Iglesia. De los orígenes al siglo XV,
Verbo Divino, Navarra 2002.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6
1. Pío X y el modernismo
El fenómeno modernista en la Iglesia, tomó cuerpo por la influencia de diversas
causas como las filosofías irreligiosas, el cientifismo decimonónico y el Protestantismo
Liberal. El Papa San Pío X fue un Papa muy valiente que cortó resueltamente el paso
al modernismo ya que atendió por encima de todo los intereses de Dios y promovió
con mucho vehemencia la piedad cristiana. El pontificado de Pío XI quien condenó
las doctrinas totalitarias, se caracterizó por los Pactos Lateranenses y por el
florecimiento de las misiones.
A pesar de que la historia europea, desde los primeros años del siglo XX hasta el
comienzo de la Primera Guerra Mundial fue un período brillante y feliz; desde el
punto de vista cristiano no fue una época fácil a causa de problemas originados tanto
de dentro de la Iglesia como de fuera de ella.
Durante aquellos años la ofensiva contra la Iglesia fue más notable en los países
latinos de Europa como Portugal, España y sobre todo Francia. Los gobiernos
franceses radicales, laicos, provocaron un enfrentamiento con el Papa Pío X. En esta
época, Francia rompió relaciones con la Santa Sede, expulsó a clérigos del país y
confiscaron sus bienes.
La Iglesia a través de Pío X cerró el paso al modernismo denunciando y
condenando estas doctrinas (decreto Lamentabili y la Encíclica Pascendi -1907- ); sin
embargo, no quedó resuelta.
2. Benedicto XV
A las tres semanas de estallar la Primera Guerra Mundial, falleció el papa Pío X
siendo su sucesor Benedicto XV. Este nuevo Papa no pudo hacer otra cosa que
esforzarse inútilmente en arreglar este conflicto. La Santa Sede fue excluida de la
mesa en donde se negoció el tratado de Versalles.
Este tratado no traje la paz sino una tregua entre dos conflictos mundiales, pero el
suceso de mayor trascendencia fue la revolución rusa (1917). La URSS aparecía como
el primer estado marxista de la historia, oficialmente ateo.
Desde distintos puntos de vista, éste período de “entreguerras” fue de
florecimiento del Cristianismo y de la Iglesia, el prestigio de la Santa Sede creció en el
mundo; las relaciones con Francia volvieron a la normalidad; pero, el mayor
acontecimiento fueron los “Pactos Laterales” (1929) que pusieron fin a este viejo
conflicto cuya solución anhelaban todos, cristianos y patriotas italianos dando vida a
la ciudad del Vaticano que garantizó la independencia de la Santa Sede.
3. Pío XI
El florecimiento cristiano trajo consigo la expansión misionera en África y Asia. Pío
XI consagró a seis nuevos obispos chinos.
Pío XI le dio una organización centralizada y jerárquica. Esta época de
florecimiento cristiano contrastó con las oleadas de sangrientas persecuciones que se
abatió sobre las iglesias de distintos países como México, y sobre todo España, donde
se quemaron a siete mil sacerdotes. En la tercera década del siglo se notó más la
amenaza de los totalitarismos ateos y paganos. Dos documentos importantes del
Papa Pío XI fijaron con claridad la actitud de la Iglesia Católica frente a las grandes
ideologías totalitarias del momento.
FRANCISCO MENA VELA
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp
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1. El drama de la guerra
La segunda guerra mundial en el año 1939 al 1945 superó a la primera en
tiempo y magnitud. Se luchó de un extremo a otro y los avances multiplicaron la
destrucción y causaron muchos muertos. Otros millones de personas perdieron la
vida en bombardeos.
La paz no trajo consigo el final de los padecimientos de las poblaciones
civiles. Las nuevas fronteras políticas y la división del continente en zonas de
influencia. El fenómeno de población dentro del continente europeo o hacia
países de América alcanzó unos territorios jamás conocidos. Haría falta
remontarse a la época de los bárbaros para encontrar un fenómeno tan masivo.
En la segunda guerra mundial fueron vencidos los totalitarismos. La
partición del mundo acordada en Yalta por los jefes de las potencias aliadas
determinó que la mitad oriental de Europa fuese entregada al dominio imperial
de la Unión Soviética. Consecuencia de esa entrega fue que, en breve plazo,
regímenes comunistas fueron impuestos por la fuerza a buen número de pueblos
europeos, mientras que otros perdieron incluso su existencia nacional, siendo
integrados, como una república más, en la Unión de Republicas Sociales
Soviéticas.
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6
1. Etapas en el Concilio
Promover el incremento de la fe católica y una saludable renovación de las
costumbres del pueblo cristiano, y adaptar la disciplina eclesiástica a las
condiciones de nuestro tiempo: tales eran, según la bula de convocatoria, los fines
que había de perseguir el Concilio Vaticano II. Abierto por Juan XXIII el 11 de
octubre de 1962, tan sólo el primer período de sesiones tuvo lugar en la vida de
este pontífice. Su sucesor, Pablo VI( 21-VI-1963/6-VIII-1978), gobernó la Iglesia
durante las tres etapas ulteriores celebradas en los tres años siguientes, hasta la
clausura del concilio, el 8 de diciembre de 1965. El concilio desarrolló una ingente
labor, plasmada en documentos de diverso tipo: Constituciones dogmáticas,
Decretos, Declaraciones y una Constitución pastoral-la Gadium et spes- sobre la
Iglesia en el mundo actual. No hizo el Concilio Vaticano II ninguna definición de
verdaderas dogmas de fe, pero sus enseñanzas constituyen actos del Magisterio
solemne de la Iglesia y exigen por tanto de los fieles una adhesión interna y
externa.
2. Principales enseñanzas
El Concilio Vaticano II trazó un importante programa de renovación
cristiana, capaz de reportar grandes bienes a la Iglesia. Por medio de sus
documentos, especialmente por sus cuatro constituciones: Lumen Gentium (sobre
la Iglesia); Dei Verbum (sobre la Sagrada Escritura); Sacrosanctum Concilium
(sobre la Liturgia)y la ya mencionada Gadium et spes, puso de relieve algunos
puntos fundamentales de la doctrina y del comportamiento de los cristianos.
Destacamos algunos de ellos: sacramentalidad de la Iglesia; colegialidad
episcopal; autoridad eclesial, entendida como servicio; impulsando a la
evangelización; llamada universal a la santidad; importancia del papel de los
laicos santificando su trabajo profesional secular; libertad religiosa y ecumenismo;
santidad del matrimonio, etc.
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.
Religión LUCES Y SOMBRAS DE LA HISTORIA DE LA IGLESIA Tema 6
1. Su pontificado en cifras
2. Una valoración
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Bibliografía utilizada: ORLANDIS, J., Historia de la Iglesia, Rialp.