Madame Brinvilliers
Madame Brinvilliers
Madame Brinvilliers
en las ejecuciones y su complicada personalidad. Esta seora naci en 1630, plena epoca de dArtagnan, en Francia, por supuesto. Dice su biografa que era la mayor de cinco hermanos, y a continuacin nos suelta que perdi su virginidad a los siete aos, cohabitando con sus propios hermanos. Por supuesto que debi cohabitar, pues vivan juntos, pero: perder la virginidad con hermanos de menos de seis aos? Cmo se desarrollaban los chicos en esa poca? Me suena a que ya me estn soltando fbulas (est en todos lados en Internet) Bueno, virgen o no, lo cierto es que se cas a los 21 aos con el marqus de Brinvilliers, un noble bastante corrompido. Le falt tiempo para conseguirse un amante (el marido ya tena varias), el capitn Godin de Sainte Crox. Todos felices, formaron una gran familia tolerante y moderna. El que no fue tolerante ni moderno fue el padre de Marie Madeleine, que lo tom a la tremenda y us sus influencias para meter a Sainte Croix en la Bastilla. Como veremos, ese fue el peor error que pudo cometer el seor dAu
bray pre. El caballero Sainte Croix se enred, como sucede en la crcel, con malas compaas y aprendi mucho sobre venenos y sus proveedores. Sali (por buena conducta, supongo) y se reencontr con Marie Madeleine que, con su retorcida naturaleza, desarroll un profundo odio contra su padre por haberla recriminado y por el asunto Bastilla, que la dej un ao sin novio. Cmo darle su merecido? Y as empez todo. Sainte Croix obtena las materias primas, entre ambos elaboraban los venenos y Marie Madeleine los administraba. Pero no de manera improvisada, claro. Poseedora de un encomiable espritu cientfico, la Brinvilliers, antes de enviar a su pap al paraso, procedi a ensayar cuidadosamente productos y cantidades. Aqu empez a despuntar ms como una chiflada que una asesina comn. Con la mscara de dama de caridad, visit hospitales y asilos dando consuelo, dulces y otras cosas a ancianitos enfermos sin familiares que los atendieran. Invariablemente, los favorecidos moran en plazos ms o menos cortos, lo que no extraaba a nadie, dada su edad y mal estado de salud.
Segn las investigaciones de la polica de la poca envenen tambin a varios criados "para ensayar". Una vez que comprob la impotencia de los mdicos para descubrir las trazas del veneno en los cadveres se reconcili con su padre (su reencuentro con Sainte Croix lo mantena oculto) y le dedic los ms tiernos cuidados filiales. Como era de presumir, al poco tiempo el seor dAubray comi algo que le hizo mal (nada ms cierto) y comenz a sufrir dolores de estmago y
vmitos. La tierna hija se traslad a vivir con l para atenderlo, pese a lo cual sus dolencias no desaparecieron. Los carios se multiplicaron y los dolores tambin. El envenenamiento dur ocho meses, al cabo de los cuales Antoine Dreux dAubray muri en Pars el 10 de septiembre de 1666 a los 66 aos. La autopsia mostr segn los mdicos que la muerte fue por "causas naturales". Marie Madeleine confesara ms tarde que haba administrado veneno a su padre 28 a 30 veces, con sus propias manos y a veces por medio de un lacayo (!!!!!). Marie Madeleine no qued satisfecha. Su herencia fue menor que lo esperado, y sus hermanos fueron, segn ella, injustamente favorecidos. Cmo remediar esta injusticia? Ya lo imaginamos, pero ella no poda sin despertar sospechas cuidar a sus hermanos como lo haba hecho con su padre. En una actitud demente, encarg a alguien de confianza para que se empleara en casa de su hermano y le administrara los consabidos productos. El encargo fue cumplido tan a conciencia que la vctima falleci a los dos meses. En su testamento leg 100 escudos a su lacayo La Chausse por sus fieles servicios. ste se sinti tan bien remunerado que a los tres meses falleca el otro hermano de la Brinvilliers, tambin de extraos malestares intestinales. Ya a esta altura Marie Madeleine haba perdido bastante la chaveta. Se haba separado de hecho de su esposo quien, totalmente desentendido de su ex, se dedicaba con ahnco a sus numerosas amantes. Marie, para no ser menos, inici una ronda de galanes, con alguno de los cuales comentaba sus proyectos de asesinatos (Inexplicable. O estaba totalmente chiflada o se crea ms
all de la condena). En esos tiempos se le atribuyen varios asesinatos secundarias (criadas,por ejemplo) e intentos de asesinato. ". Esta increble Madame de Brinvilliers como se sabra ms tarde, intent envenenar a su propia hija mayor porque "le pareca tonta", aunque luego se arrepinti y le dio leche como contraveneno. Pero sus cmplices le exigan cada vez ms dinero, teniendo que someterse a sus chantajes. Como se envaneca de sus hazaas que no poda callar, una vez dijo a uno de sus criados que "tena en una botella que le mostr, algo con qu vengarse de sus enemigos y que en aquella botella haba bastantes sucesiones". Mientras tanto, el marido de la Brinvilliers, el marqus consentidor fue tambin objeto de las "atenciones" de su mujer, ya que en varias ocasiones recibi varias dosis de veneno de mano de la envenenadora. Pero arrepentida ms tarde, le cuidaba y le administraba un contraveneno. El pobre marqus, que ya sospechaba de su ex, no haca ms que tomar preventivos del envenenamiento. El fin de su carrera se debi a la muerte de su antiguo amante Saine Croix debido a un accidente de laboratorio. Se ignora si estaba experimentado con venenos o se dedicaba a la alquimia, lo cierto es que muri envenenado e intervino la polica. Entre sus efectos se encontraron varios frascos de veneno, cartas de la Brinvilliers con detalles de sus hazaas, una confesin y otras pruebas semejantes. La marquesa tuvo apenas tiempo de salir a escape hacia Londres. El que no pudo escapar fue el servicial lacayo La Chausse. Inculpado en los documenros hallados fue detenido, prolijamente sometido a torturas, donde cant como un ruiseor, y finalmente descoyuntado en el cadalso. Delicias de la justicia. Tan contundentes eran las pruebas contra la Brinvilliers que tuvo que intervenir el mismo Lus XIV. La dama era noble, vamos!. Pidi al rey de Inglaterra que le hiciera el favor de despacharle a la marquesa, pero sta haba escapado nuevamente. La detuvieron en Lieja. La parte ms folletinesca de esta increble historia fue el desenlace. La marquesa neg todo, ignor las evidencias, enfrent a los jueces con la mayor sangre fra y desprecio. Cuando se vio perdida prob infructuosamente con el soborno, intent suicidarse tragando un
alfiler para el cabello, luego rompi una copa con los dientes y trag los fragmentos, pero todo fue en vano. Estaba bien vigilada y la detuvieron a tiempo. Por supuesto, fue condenada. La pena fue penitencia pblica en Notre Dame, decapitacin (con espada, porque era noble, qu embromar. Hay que mantener los niveles) y posterior incineracin del cuerpo. Ante lo definitivo, relat todo. Con la mayor calma y desenvoltura, fra y dura como mrmol. Hasta sus proyectos no realizados de liquidar a su hermana y a su cuada viuda gracias a sus artes. Pese a que no quedaba nada por confesar, el procedimiento exiga delicias de la justicia! que la condenada fuese torturada antes de la ejecucin, para que delata
se a sus cmplices (ya lo haba hecho). La ataron desnuda al potro, le hicieron tragar varios litros de agua con ayuda de un embudo, y la dejaron a la espera del cadalso. Como consideracin especial, le enviaron a un santo religioso para prepararla, con tanto acierto que recin entonces, luego de dos das de confesin y plticas, pareci darse cuenta de lo que haba hecho y se mostr totalmente arrepentida y hasta conforme con su condena. Tan dura, cnica e insensible como fue durante su vida as se volvi dulce, paciente y arrepentida en vsperas de su muerte. Hasta el verdugo, compadecido, afil extremadamente la espada para no hacerla sufrir. La cuchilla hizo su trabajo tan limpiamente que por un instante la cabeza pareca que no quera separarse del cuerpo. "Seor, dijo el verdugo a un testigo, no os parece que ha sido un bello golpe?
Yo me encomiendo siempre a Dios en estas ocasiones. Le har decir seis misas a esta seora". Aunque la historia de esta marquesa ejecutada a los 46 aos parece un simple caso policial y no puede comprarse con la casi contempornea condesa Bathori, que despach a 612 seoritas al otro mundo, su morbosa aficin a los venenos, su inverosmil jactancia, ligereza de lengua y su
arrepentimiento y muerte ejemplar, confieren a la Brinvilliers un lugar destacado entre los asesinos seriales. Para el prximo post buscar una figura menos siniestra, lo prometo. Hasta el 15 de junio.