Alonso Ercilla
Alonso Ercilla
Alonso Ercilla
1534-1594
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Don Alonso de Ercilla y Ziga naci en Madrid el 7 de agosto de 1533, ligado a la nobleza y
hombre culto, fue paje del futuro Rey Felipe II y acompaando a ste realiz diversos viajes por
Europa. En 1555, el joven Alonso se embarc rumbo al Per con Jernimo de Alderete, quien
falleci en las cercanas de Panam, y posteriormente lleg a Chile en 1557, formando parte de
la expedicin del nuevo gobernador Garca Hurtado de Mendoza. Luego, el 26 de junio de aquel
ao, los espaoles desembarcaron en la Isla Quiriquina, desde donde pasaron a la destruida
ciudad de Concepcin (hoy Penco) donde construyeron un fuerte para repeler los constantes
ataques de los araucanos.
Tras sangrientos combates siguieron hacia el sur, hasta finalmente llegar a la isla grande de
Chilo, desde donde comenz el retorno. El propio Ercilla puntualiza haber sido el primero en
llegar a las costas chilotas, y es exacto en sealar la hora y la fecha (28-II-1558):
"Aqu lleg, donde otro no ha llegado,
don Alonso de Ercilla, que el primero
en un pequeo barco deslastrado,
con solos diez pas el desaguadero
el ao de cincuenta y ocho entrado
sobre mil y quinientos, por Hebrero,
a las dos de la tarde, el postrer da,
volviendo a la dejada compaa".
(Estrofa XXIX, Canto XXXVI de "La Araucana")
De este modo, el poeta y soldado Ercilla estuvo en el teatro de operaciones de la Guerra de
Arauco en 1557 hasta finales del ao siguiente, luego que un incidente ocurrido en la ciudad de
La Imperial fuera la causa de su destierro al Per, ordenado por el gobernador Garca Hurtado de
Mendoza.
Como hemos visto arriba, compuesta en octavas reales y dividida en Tres Partes con un total de
XXXVII cantos, "La Araucana" de don Alonso de Ercilla y Ziga, es el primer gran poema
pico dedicado a la conquista de Amrica y el mejor en lengua castellana. Al respecto deca don
Roque Esteban Scarpa, Premio Nacional de Literatura 1980.
"...Chile tiene el honor, gracias a don Alonso de Ercilla y Ziga, de ser la nica nacin posterior
a la Edad Media cuyo nacimiento es cantado en un poema pico como lo fueron Espaa con el
"Poema del Cid", Francia con "La Chanson de Roland" o el pueblo germano con "Los
Nibelungos..."
La Primera Parte del poema consta de 15 cantos, y narra, como se ha dicho, los comienzos de la
conquista de Chile. Con una visin renacentista del paisaje y del hombre americanos, y con
singular acierto, Ercilla describe las hazaas blicas que protagonizan espaoles y araucanos,
exaltando la bravura de estos ltimos en la defensa de su tierra y su libertad. Careciendo de este
modo de un slo hroe, la obra fue as inicialmente escrita en el escenario de los hechos que
canta:
"... muchas veces en cuero por falta de papel, y en pedazos de cartas, algunos tan pequeos que
apenas caban seis versos, que no me cost despus poco trabajo juntarlos; y por esto, y por la
humildad con que va la obra, como criada en tan pobres paales; acompandola el celo y la
intencin con que se hizo, espero ser parte para poder sufrir quien la leyere las faltas que
lleva...". (Del Prlogo de don Alonso de Ercilla y Ziga)
Desde su aparicin, en 1569, "La Araucana", costeada por su propio autor, obtuvo xito, lo que
oblig a Ercilla a preparar la Segunda Parte en 1578 y, ms tarde, en 1589, la Tercera. El poema
completo, con sus Tres Partes, se public en Madrid, por primera vez, en 1590. Valorada desde
sus inicios, esta pieza clave del Siglo de Oro espaol, aparece ya distinguida en el escrutinio de
los libros del Quijote de Miguel de Cervantes, donde es destacada conjuntamente con "La
Austriada" de Juan Rufo y "El Monserrat" de Cristbal de Virus.
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Ya casado con doa Mara de Bazn y habiendo sido nombrado gentilhombre de la Corte y
Caballero de la Orden de Santiago, don Alonso de Ercilla y Ziga, que desde 1580 ejerci como
censor de libros por encargo del Consejo de Castilla, falleci en Madrid el 29 de noviembre de
1594.
(Middlebury, Historia de Chile)
LA ARAUCANA
de Alonso Ercilla y Ziga
CANTO I
WEBMASTER: Justo S. Alarcn
PRIMERA PARTE
CANTO I
El cual declara el asiento y descripcin de la
Provincia
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pusieron duro yugo por la espada.
Cosas dir tambin harto notables
de gente que a ningn rey obedecen,
temerarias empresas memorables
que celebrarse con razn merecen;
raras industrias, trminos loables
que ms los espaoles engrandecen:
pues no es el vencedor ms estimado
de aquello en que el vencido es reputado.
Suplcoos, gran Felipe, que mirada
esta labor, de vos sea recibida,
que, de todo favor necesitada,
queda con darse a vos favorecida:
es relacin sin corromper, sacada
de la verdad, cortada a su medida;
no desprecis el don, aunque tan pobre,
para que autoridad mi verso cobre.
Quiero a Seor tan alto dedicarlo,
porque este atrevimiento lo sostenga,
tomando esta manera de ilustrarlo,
para que quien lo viere en ms lo tenga:
y si esto no bastare a no tacharlo,
a lo menos confuso se detenga
pensando que, pues va a vos dirigido,
que debe de llevar algo escondido.
Y haberme en vuestra casa yo criado,
que crdito me da por otra parte,
har mi torpe estilo delicado,
y lo que va sin orden, lleno de arte;
as de tantas cosas animado,
la pluma entregar al furor de Marte;
dad orejas, seor, a lo que digo,
que soy de parte de ello buen testigo.
Chile, frtil provincia y sealada
en la regin Antrtica famosa,
de remotas naciones respetada
por fuerte, principal y poderosa;
la gente que produce es tan granada,
tan soberbia, gallarda y belicosa,
que no ha sido por rey jams regida
ni a extranjero dominio sometida.
Es Chile norte sur de gran longura,
costa del nuevo mar, del Sur llamado;
tendr del este a oeste de angostura
cien millas, por lo ms ancho tomado;
bajo del polo Antrtico en altura
de veinte y siete grados, prolongado
hasta do el mar ocano y chileno
mezclan sus aguas por angosto seno.
Y estos dos anchos mares, que pretenden,
pasando de sus trminos, juntarse,
baten las rocas y sus olas tienden,
mas es les impedido al allegarse;
por esta parte al fin la tierra hienden
y pueden por aqu comunicarse:
Magallanes, seor, fue el primer hombre
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le dan al vencedor alguna cosa:
vienen a ser tan sueltos y alentados
que alcanzan por aliento los venados.
Y desde la niez al ejercicio
los apremian por fuerza y los incitan,
y en el blico estudio y duro oficio,
entrando en ms edad, los ejercitan;
si alguno de flaqueza da un indicio,
del uso militar lo inhabilitan,
y el que sale de las armas sealado
conforme a su valor le dan el grado.
Los cargos de la guerra y preeminencia
no son por flacos medios provedos,
ni van por calidad, ni por herencia,
ni por hacienda y ser mejor nacidos;
mas la virtud del brazo y la excelencia,
sta hace los hombres preferidos,
sta ilustra, habilita, perficiona
y quilata el valor de la persona.
Los que estn a la guerra dedicados
no son a otros servicios constreidos,
del trabajo y labranza reservados
y de la gente baja mantenidos:
pero son por las leyes obligados
de estar a punto de armas provedos,
y a saber diestramente gobernallas
en las lcitas guerras y batallas.
Las armas dellos ms ejercitadas
son picas, alabardas y lanzones,
con otras puntas largas enhastadas
de la facin y forma de punzones;
hachas, martillos, mazas barreadas,
dardos, sargentas, flechas y bastones,
lazos de fuertes mimbres y bejucos,
tiros arrojadizos y trabucos.
Algunas destas armas han tomado
de los cristianos nuevamente agora,
que el contino ejercicio y el cuidado
ensea y aprovecha cada hora,
y otras, segn los tiempos, inventado,
que es la necesidad grande inventora,
y el trabajo solcito en las cosas,
maestro de invenciones ingeniosas.
Tienen fuertes y dobles coseletes,
arma comn a todos los soldados,
y otros a la manera de sayetes,
que son, aunque modernos, ms usados;
grevas, brazales, golas, capacetes
de diversas hechuras encajados,
hechos de piel curtida y duro cuero,
que no basta a ofenderle el fino acero.
Cada soldado una arma solamente
ha de aprender, y en ella ejercitarse,
y es aquella a que ms naturalmente
en la niez mostrare aficionarse;
desta sola procura diestramente
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que a los de fuera impide y embaraza
la entrada v combatir, porque, guardados
del muro los de dentro, fcilmente
de mucha se defiende poca gente.
Solan antiguamente de tablones
hacer dentro del fuerte otro apartado,
puestos de trecho a trecho unos troncones
en los cuales el muro iba fijado
con cuatro levantados torreones
a caballero del primer cercado,
de pequeas troneras llena el muro
para jugar sin miedo y ms seguro.
En torno desta plaza poco trecho
cercan de espesos hoyos por de fuera:
cul es largo, cul ancho, y cul estrecho,
y as van, sin faltar desta manera,
para el incauto mozo que de hecho
apresura el caballo en la carrera
tras el astuto brbaro engaoso
que le mete en el cerco peligroso.
Tambin suelen hacer hoyos mayores
con estacas agudas en el suelo,
cubiertos de carrizo, yerba y flores,
porque puedan picar ms sin recelo:
all los indiscretos corredores,
teniendo slo por remedio el cielo,
se sumen dentro, y quedan enterrados
en las agudas puntas estacados.
De consejo y acuerdo una manera
tienen de tiempo antiguo acostumbrada,
que es hacer un convite y borrachera
cuando sucede cosa sealada:
y as cualquier seor, que la primera
nueva de tal suceso le es llegada,
despacha con presteza embajadores
a todos los caciques y seores.
hacindoles saber como se ofrece
necesidad y tiempo de juntarse,
pues a todos les toca y pertenece,
que es bien con brevedad comunicarse;
segn el caso, as se lo encarece,
y el dao que se sigue en dilatarse,
lo cual, visto que a todos les conviene,
ninguno venir puede que no viene.
Juntos, pues, los caciques del senado,
propneles el caso nuevamente,
el cual por ellos visto y ponderado,
se trata del remedio conveniente;
y resueltos en uno y decretado,
si alguno de opinin es diferente,
no puede en cuanto al dbito eximirse,
que all la mayor voz ha de seguirse.
Despus que cosa en contra no se halla,
se va el nuevo decreto declarando
por la gente comn y de canalla,
que alguna novedad est aguardando;
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y guardan vida estrecha y abstinencia:
stos son los que ponen en errores
al liviano comn con su elocuencia,
teniendo por tan cierta su locura,
como nos la Evanglica Escritura.
Y stos que guardan orden algo estrecha
no tienen ley, ni Dios, ni que hay pecados;
mas slo aquel vivir les aprovecha
de ser por sabios hombres reputados;
pero la espada, lanza, el arco y flecha
tienen por mejor ciencia otros soldados,
diciendo que el agero alegre o triste
en la fuerza y el nimo consiste.
En fin, el hado y clima desta tierra,
si su estrella y pronsticos se miran,
es contienda, furor, discordia, guerra,
y a slo esto los nimos aspiran;
todo su bien y mal aqu se encierra:
son hombres que de sbito se aran,
de condicin feroces, impacientes,
amigos de domar extraas gentes.
Son de gestos robustos, desbarbados,
bien formados los cuerpos y crecidos,
espaldas grandes, pechos levantados,
recios miembros, de nervios bien fornidos;
giles, desenvueltos, alentados,
animosos, valientes, atrevidos
duros en el trabajo y sufridores
de fros mortales, hambres y calores.
No ha habido rey jams que sujetase
esta soberbia gente libertada,
ni extranjera nacin que se jatase
de haber dado en sus trminos pisada,
ni comarcana tierra que se osase
mover en contra y levantar espada:
siempre fue exenta, indmita, temida,
de leyes libre y de cerviz erguida.
El potente rey Inga, aventajado
en todas las antrticas regiones,
fue un seor en extremo aficionado
a ver y conquistar nuevas naciones,
y por la gran noticia del Estado
a Chile despach sus orejones;
mas la parlera fama de esta gente
la sangre les templ y nimo ardiente.
Pero los nobles Ingas valerosos
los despoblados speros rompieron,
y en Chile algunos pueblos belicosos
por fuerza a servidumbre los trujeron,
a do leyes y edictos trabajosos
con dura mano armada introdujeron,
hacindolos con fueros disolutos
pagar grandes subsidios y tributos.
Dado asiento en la tierra y reformado
el campo con ejrcito pujante,
en demanda del reino deseado
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pero con la constancia que convino
puso al trabajo el animoso pecho,
y el diestro hado y prspero destino
en Chile le metieron, a despecho
455 de cuantos estorbarlo procuraron,
que en su dao las armas levantaron.
Tuvo a la entrada con aquellas gentes
batallas y reencuentros peligrosos
en tiempos y lugares diferentes,
que estuvieron los fines muy dudosos;
pero al cabo por fuerza los valientes
espaoles, con brazos valerosos,
siguiendo el hado y con rigor la guerra,
ocuparon gran parte de la tierra.
No sin gran riesgo y prdidas de vidas
asediados seis aos sostuvieron,
y de incultas races desabridas
los trabajados cuerpos mantuvieron,
do las brbaras armas oprimidas
a la espaola devocin trujeron
por nimo constante y raras pruebas,
criando en los trabajos fuerzas nuevas.
Despus entr Valdivia conquistando
con esfuerzo y espada rigurosa,
los promaucaes por fuerza sujetando,
curios, cauquenes, gente belicosa;
y el Maule y raudo Itata atravesando,
llego al Andalin, do la famosa
ciudad fund de muros levantada,
felice en poco tiempo y desdichada.
Una batalla tuvo aqu sangrienta,
donde a punto lleg de ser perdido;
pero Dios le acorri en aquella afrenta,
que en todas las dems le haba acorrido:
otros dello darn ms larga cuenta,
que les est este cargo cometido:
all fue preso el brbaro Ainavillo,
honor de los pencones y caudillo.
De all lleg al famoso Biobo
el cual divide a Penco del Estado,
que del Nibiquetn, copioso ro,
y de otros viene al mar acompaado;
de donde con presteza y nuevo bro,
en orden buena y escuadrn formado
paso de Andalicn la spera sierra,
pisando la araucana y frtil tierra.
No quiero detenerme ms en esto,
pues que no es mi intencin dar pesadumbre;
y as pienso pasar por todo presto,
huyendo de importunos la costumbre;
digo con tal intento y presupuesto,
que antes que los de Arauco a servidumbre
viniesen, fueron tantas las batallas,
que dejo de prolijas de contallas.
Ayud mucho el inorante engao
de ver en animales corregidos
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( por ver con qu rigor se tomara),
en dos soldados nuestros, que a tormento
mataron sin razn y causa un da;
disimulse aquel atrevimiento,
y con esto creciles la osada;
no aguardando a ms tiempo, abiertamente
comienzan a llamar y juntar gente.