Apuntes de Derecho Civil II (Parte I)
Apuntes de Derecho Civil II (Parte I)
Apuntes de Derecho Civil II (Parte I)
DENOMINACION
FUNCION
COSA Y BIEN
2.- Bienes son las cosas aptas para prestar al hombre alguna utilidad
limitada y exclusiva, susceptibles de ser apropiadas. Es decir, la relación
entre cosa y bien sería de género a especie.
1
Véase Peñailillo Arévalo, Daniel; Los bienes. La propiedad y otros derechos reales;
Colección Manuales Jurídicos; Editorial Jurídica de Chile; año 2006; 4ª edición; página 15
(párrafos 4 a 7).
2
2
Véase Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; páginas 15 y 16 (párrafos 8 y 9).
3
Véase Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; páginas 17 y 18 (párrafo 13).
3
Todos los derechos son relaciones jurídicas que deben tener los
mismos elementos.
Todos los derechos son reales. Todos tienen por finalidad última
obtener un beneficio sobre una cosa que va a ingresar al patrimonio. El
derecho personal es un derecho sobre los bienes.
4.- El derecho real necesariamente tiene por objeto una cosa corporal o
incorporal, y debe estar determinado en especie. En cambio, el objeto de los
derechos personales es la prestación que debe realizar el deudor, la que
puede consistir en dar, hacer o no hacer algo. Además, la determinación de
las cosas puede ser en género (artículos 1461 y 1508 a 1510 C.C.).
8.- Los derechos reales de garantía dan una preferencia para el pago a su
titular (prenda e hipoteca). Los derechos personales de garantía no otorgan
privilegios, sino en los casos que el legislador expresamente se los ha
reconocido.
4
Véase Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; página 193 (párrafo 219).
6
Cabe recordar que el Código Civil, en su artículo 566, sólo clasificó las
cosas corporales en muebles e inmuebles. Ello se explica porque sólo
respecto de tales cosas es posible aplicar en sentido estricto los conceptos
de bienes muebles e inmuebles, según se desprende de los artículos 567 y
568 C.C.
LA PROPIEDAD
Por otra parte, se discute hasta qué punto el Derecho Romano antiguo
conoció la propiedad individual. Por algunos se afirma que el patrimonio
mueble, la casa y el huerto eran de propiedad privativa del padre de familia,
pero que la tierra fue propiedad colectiva de la “gens”. La existencia de tal
régimen de propiedad puede demostrarse con datos más seguros en el
Derecho Griego y en el Germánico, pero las noticias correspondientes a
Roma son tan escasas y equívocas, que las investigaciones no han podido ir
más allá de las meras presunciones.
1.- Real.
7
En relación con la ocupación de tierras del pueblo mapuche desde el siglo XIX en adelante,
véase Aldunate Del Solar, Carlos; Mapu: la tierra; Revista del Abogado Nº 27; abril 2003;
Colegio de Abogados de Chile; páginas 6 a 9. Actualmente, la regulación de las tierras
indígenas se encuentra contenida en la Ley N° 19.253 de 1993, sobre protección, fomento y
desarrollo de los indígenas, y crea la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena.
10
2.- Absoluto.
3.- Exclusivo.
A.- El derecho de uso inocuo, que es el que se tiene en la cosa de otro para
obtener un provecho sin causar al dueño daño alguno o causándolo de
manera insignificante.
C.- El principio del mal menor, en cuya virtud se estima que cualquier
persona puede aprovecharse de una cosa ajena para salvar una cosa o un
bien jurídico de mayor valor que el daño que pueda causar, ante un peligro
inminente.
4.- Perpetuo.
1.- De uso (jus utendi): habilita para utilizar o servirse de la cosa. Nuestro
Código, al igual que el Francés, no menciona separadamente este atributo,
lo que ha conducido a estimar que lo incluye en la facultad de goce (el
artículo 582 nos dice que el dominio, que se llama también propiedad, es el
derecho real en una cosa corporal, para gozar y disponer de ella
arbitrariamente; no siendo contra ley o contra derecho ajeno). Así también
se desprende de las definiciones de usufructo (artículo 764 C.C.), uso
(artículo 811 C.C.) y arrendamiento (artículo 1915 C.C.). Incluso, hay otras
normas que se refieren a ambas facultades por separado (artículos 592, 598
y 602 C.C.).
2.- De goce (jus fruendi): habilita para apropiarse de los frutos y productos
de la cosa.
8
Así, por ejemplo, Corte Suprema, 15 de julio de 1985 (Fallos del Mes Nº 320, página 420) y
22 de diciembre de 1986 (Fallos del Mes Nº 337, página 922).
12
3.- El derecho debe ser apto para que su titular pueda disponer de él.
A.- Por mandato de la ley; por ejemplo, los derechos personalísimos, como
los de uso y habitación (artículos 819 y 1464 n°2 C.C.).
9
La expresión “enajenar” la estamos tomando en su sentido amplio, es decir, no sólo como
transferencia del dominio, sino también como la constitución de otros derechos reales. En
resumen, nos estamos refiriendo a lo que también se conoce como “prohibición de gravar y
enajenar”.
10
Artículos 751 (propiedad fiduciaria), 793 inciso 3º (usufructo), 1126 (legados) y 1432 nº 1º
(donaciones entre vivos) C.C. En el ámbito del Derecho Sucesorio, el artículo 1204 (cuarta
de mejoras) C.C. reconoce valor a un pacto de no disposición.
13
11
Artículos 1964 (arrendamiento), 2031 (censo), 2279 (censo vitalicio) y 2415 (hipoteca)
C.C.
12
“Pueden inscribirse: ... 3º Todo impedimento o prohibición referente a inmuebles, sea
convencional, legal o judicial, que embarace o limite de cualquier modo el libre ejercicio del
derecho de enajenar. Son de la segunda clase el embargo, la cesión de bienes, secuestro,
litigio, etc.”. Otros cuerpos legales también reconocen, en términos amplios, la posibilidad
de estipular prohibiciones de enajenar; así, por ejemplo, el artículo 116 nº 4º del C. de A. y
el artículo 5 del D.L. Nº 1.856 de 1977, del Ministerio de la Vivienda y Urbanismo, que “fija
normas sobre inscripciones refundidas de dominio en inmuebles colindantes, adquiridos o
que adquieran los servicios de la vivienda y urbanización”.
13
Así, por ejemplo, a propósito de “La cláusula de no enajenar”; en Derechos Reales.
Principios, elementos y tendencias (varios autores bajo la coordinación de Gabriel de Reina
Tartière); Editorial Heliasta S.R.L., Buenos Aires – Argentina; año 2008; 1ª edición; página
203.
14
3.- Si bien es cierto que nuestro Código concibe la obligación como una
relación entre personas determinadas, desde un punto de vista pasivo,
estas obligaciones constituyen una excepción, por cuanto resulta obligado a
satisfacer la deuda quien detenta la calidad de dueño de la cosa al tiempo
de exigirse su cumplimiento.
1.- El uso que pueden hacer los pescadores de las tierras contiguas a la
playa y la prohibición que la ley le impone al dueño de dichas tierras para
poner cercas, hacer edificios, construcciones o cultivos (artículos 613 y 614
C.C.).
4.- Las establecidas en los artículos 858, 859, 941 y 942 C.C., que derivan
de las “relaciones de vecindad” Autores como Pothier y Planiol hablan del
“cuasicontrato de vecindad”, el que impone obligaciones a los vecinos.
14
Así, por ejemplo, Corte Suprema, 25 de septiembre de 1983 (Fallos del Mes Nº 298,
página 505) y Corte de Apelaciones de San Miguel, 1º y 15 de abril de 1998 (R.D.J., tomo
XCV, sección 2ª, páginas 33 y 35).
15
En relación con estos dos últimos casos, hay autores que prefieren
hablar de “cargas reales”, las que definen como aquellos gravámenes que
con carácter periódico o intermitente, pero en todo caso reiterado, nacen de
la ley o del contrato, y que pesan sobre el que es dueño o poseedor de una
cosa, y consiste en entregar cualquier cosa o en realizar prestaciones de
naturaleza personal.
2) Artículos 2323 inciso 1°, 934 y 2324 en relación con el artículo 2003 regla
3a.
Una vez establecidos los límites del inmueble, el poder del propietario
es bastante preciso en relación a su superficie (sentido horizontal),
extendiéndose al suelo con todos los edificios y plantaciones. Pero no ocurre
lo mismo respecto del espacio aéreo y del subsuelo (sentido vertical).
2.- Atendiendo a los objetos sobre los cuales recae: civil (artículos 582 inciso
1º y 583 C.C., y 19 n° 24 Constitución), minera (artículos 1 y 2 C. de M., y 19
n° 24 Constitución), de aguas (artículos 595 C.C., 4 a 6 C. de A. y 19 nº 24
Constitución), intelectual (artículos 584 C.C.; 1 a 4, 14 a 19, 48, 49, 56, 65 y
67 Ley de Propiedad Intelectual; y 19 N° 25 incisos 1º, 2º y 4º Constitución),
industrial (artículos 584 C.C.; 1, 19, 31, 54, 62, 68, 73, 86, 92 y 106 Ley de
Propiedad Industrial; y 19 n° 25 incisos 3º y 4º Constitución), etc.
Los artículos 590, 591, 597 y 995 C.C. se refieren a algunos bienes
fiscales. En general, los bienes muebles e inmuebles destinados al
funcionamiento de un servicio público son bienes fiscales.
En cambio, los bienes nacionales de uso público son bienes que están
fuera del comercio humano. Si bien es cierto que el Código Civil no lo
expresa, se estima que están fuera del comercio humano por su propio
destino16. Por ello nuestra jurisprudencia ha dicho que sobre ellos no es
posible posesión exclusiva o dominio privado; por lo mismo tampoco pueden
ganarse por prescripción (artículo 2498 C.C.); ni enajenarse o gravarse.
15
El D.L. Nº 1.939, de 1977, establece normas sobre adquisición, administración y
disposición de bienes del Estado.
16
Véase artículo 19 nº 23 Constitución.
18
B.- Dominio público terrestre (artículos 589, 592, 600 y 601 C.C.).
LA COPROPIEDAD
CLASES DE COPROPIEDAD
REGLAMENTACION DE LA COPROPIEDAD
18
Artículo 41 D.S. Nº 357 de 1970, del Ministerio de Salud (Reglamento General de
Cementerios): “Los derechos de los propietarios fundadores de una sepultura de familia y
de sus parientes, con derecho a ser sepultados en ellos, son perpetuos”. Véase Mihovilovic
S., Bernardo; Derechos de sepultura; Revista del Abogado Nº …; ……..; Colegio de
Abogados de Chile; páginas 10 a 13.
20
TERMINO DE LA COPROPIEDAD
Es sabido que don Andrés Bello no miró con buenos ojos a las
comunidades, ya que, además de ser fuente de conflictos, consideraba que
trababan la libre circulación de los bienes y no contribuían a la conservación
de los mismos.
19
De acuerdo con el artículo 2 nº 2 Ley Nº 19.537, la expresión “unidad” se utiliza para
referirse a los inmuebles que forman parte de un condominio y sobre los cuales es posible
constituir dominio exclusivo.
20
Conforme al artículo 2 nº 3 Ley Nº 19.537, son bienes de dominio común los que
pertenezcan a todos los copropietarios por ser necesarios para la existencia, seguridad y
conservación del condominio; aquellos que permitan a todos y cada uno de los
copropietarios el uso y goce de las unidades de su dominio exclusivo; los terrenos y
espacios de dominio común colindantes con una unidad del condominio, diferentes a los
precedentemente señalados; los bienes muebles o inmuebles destinados
permanentemente al servicio, la recreación y esparcimiento comunes de los copropietarios;
y aquellos que se les otorgue tal carácter en el reglamento de copropiedad o que los
copropietarios determinen, siempre que no sean algunos de los anteriormente indicados.
21
El inciso 4º del artículo 1 agrega que sólo las unidades que integran
condominios acogidos al régimen de copropiedad inmobiliaria que consagra
la presente ley podrán pertenecer en dominio exclusivo a distintos
propietarios.
3.- El Administrador.
2.- Traslaticios de dominio, es decir, “los que por su naturaleza sirven para
transferirlo, como la venta, la permuta y la donación entre vivos” (inciso 3º).
21
Nuestra opinión aparece explicada con mayor detalle en Sepúlveda Larroucau, Marco
Antonio; Temas de Derecho Inmobiliario; ob. cit. 15; páginas 197 a 206 (“Los condominios
acogidos a la Ley Nº 19.537 como sujetos de derecho”).
25
Hay quienes sostienen, basándose en los arts. 703, 718 y 1344 C.C.,
que tanto en materia posesoria como de dominio tienen efectos
declarativos; en cambio, otros, basándose en las mismas normas, estiman
que son declarativos de dominio, pero que en materia posesoria son títulos
traslaticios.
22
La Corte Suprema ha declarado que “el hecho de haberse adquirido el bien en pública
subasta no obsta a que el comunero tenga la calidad de adjudicatario” (R.D.J.; tomo XVIII,
sección 1ª, página 417). Asimismo, ha dicho que “el hecho de que el adjudicatario deba
pagar un alcance con dinero efectivo, no obsta a la existencia de la adjudicación, pues el
adjudicatario, tenía, previamente, la calidad de comunero respecto del bien adjudicado”
(R.D.J.; tomo XXVII; sección 1ª, página 417”).
23
En este sentido Acuña Fernández, Christian; Estudio de los bienes y derechos reales;
Metropolitana Ediciones; año 2000; páginas 198 a 202.
24
En el artículo 718 C.C. podría, eventualmente, presentarse un caso en que no opere el
efecto declarativo de la partición. En esta hipótesis, la adjudicación, más que un título
traslaticio, termina siendo un título constitutivo, ya que la posesión no se transfiere de un
poseedor a otro.
26
25
Acerca de las teorías romana y francesa de la partición, el origen histórico del principio
del efecto declarativo y las teorías que tratan de explicar este efecto, se puede consultar
Somarriva Undurraga, Manuel; Indivisión y partición; Editorial Jurídica de Chile; año 1987; 4ª
edición; páginas 415 a 425
26
Véase Sepúlveda Larroucau, Marco Antonio; Estudio de títulos de inmuebles; Editorial
Metropolitana; Santiago – Chile; año 2002; 1ª edición; páginas 13 a 23 (“Fundamento del
estudio de títulos y grado de certeza” y “Período que comprende el estudio de títulos”).
27
2.- A título universal y a título singular, según si se pueden adquirir con ellos
universalidades jurídicas o bienes determinados. La ocupación y la accesión
sólo permiten adquirir bienes específicos. Por la sucesión por causa de
muerte se pueden adquirir bienes determinados (legados de especie o
cuerpo cierto) y universalidades (herencias). La tradición y la prescripción
son modos de adquirir generalmente a título singular, pero
excepcionalmente lo son también a título universal.
3.- Por acto entre vivos y por causa de muerte, según presuponga o no la
muerte del titular del derecho. Esta clasificación tiene lugar a propósito de
la sucesión por causa de muerte, la que opera como consecuencia de la
muerte del titular del derecho.
I.- LA OCUPACION
REQUISITOS DE LA OCUPACION
CLASES DE OCUPACION
II.- LA ACCESION
Otros, como don Fernando Rozas Vial, piensan que “sólo la accesión
continua o propiamente tal es un modo de adquirir el dominio. La accesión
de frutos o discreta es simplemente una facultad del dominio. Es el ejercicio
de la facultad de goce”. Agrega que “lo que caracteriza a la accesión es que
las cosas al juntarse pierden su individualidad propia para formar una cosa
nueva; en la accesión de frutos sucede lo contrario” (“lo que la cosa produce
toma individualidad propia”).
Por otra parte, se debe tener presente que algunos casos de accesión
de mueble a inmueble que regula el Código no son verdaderos casos de
accesión.
CLASES DE ACCESION
ACCESION DE FRUTOS
De acuerdo con el artículo 790 C.C., los frutos civiles se devengan día
a día. Si bien es cierto que es una norma ubicada en el usufructo, se ha
entendido que es de aplicación general.
ACCESION CONTINUA
III.- LA TRADICION
Sus reglas están contenidas en los artículos 670 a 699 C.C. Además,
deben considerarse las disposiciones pertinentes del Reglamento del
Registro Conservatorio de Bienes Raíces, los artículos 1901 C.C. y siguientes
para la tradición de ciertos derechos y las disposiciones del Código de
Comercio para la tradición de créditos mercantiles.
CARACTERISTICAS DE LA TRADICION
5.- Es causada.
APLICACION DE LA TRADICION
2.- Por este modo se puede adquirir tanto el dominio como los otros
derechos reales (artículo 670 inciso 2° C.C.) y los derechos personales
(artículo 699 C.C.).
31
3.- Puede ser utilizada como requisito para adquirir la posesión de una cosa.
Esto tiene especial importancia cuando el “tradente” no es el verdadero
dueño.
ENTREGA Y TRADICION
REQUISITOS DE LA TRADICION
27
Véase Sepúlveda Larroucau, Marco Antonio; Estudio de títulos de inmuebles; ob. cit. 26;
páginas 246 a 256 (“Quienes pueden solicitar las inscripciones” y “Cláusula se faculta al
portador”).
32
4.- Entrega.
EFECTOS DE LA TRADICION
2.- Epoca para exigir la tradición. Para determinarla hay que recurrir al título
respectivo.
M. Nº 302, pág. 838; y Casación, 14 de septiembre de 1989. F. del M. Nº 370, pág. 535)”;
(Rioseco Enríquez, Emilio; La posesión inscrita ante la jurisprudencia; Editorial Jurídica de
Chile; 1992; 1ª edición; págs. 94 y 95).
37
29
Corte Suprema, 27 de diciembre de 2000, considerando 4º, rol nº 3.467 – 2000: “El inciso
primero del art. 1911 del C. Civil en concordancia con el art. 1914 del mismo cuerpo legal,
señala que se cede un derecho litigioso cuando el objeto de la cesión es el “evento incierto
de la litis”, del que no se hace responsable el cedente, de suerte que si como sucede en la
especie, el juicio ya no existe por haberse puesto fin a la última instancia del mismo
mediante sentencia definitiva ejecutoriada y en el procedimiento de cumplimiento del fallo
no se han opuesto excepciones, no hay ningún evento incierto que esté sujeto a una
decisión judicial, de lo que se sigue que el avenimiento que se lee en el cuaderno principal,
por el cual los demandantes cedieron los derechos litigiosos, hasta por una determinada
suma, no ha podido producir efecto alguno”.
38
FUNDAMENTOS DE LA PRESCRIPCION
30
Corte Suprema, 2 de junio de 2004, considerandos 8º y 9º, rol nº 5.113-2003 (La Semana
Jurídica Nº 193, pág. 7): “Que, en el señalado orden de ideas, cabe recordar que la
prescripción extintiva ha sido definida como un modo de extinguir los derechos, por efecto
del silencio de la relación jurídica de la que emanan, durante el tiempo establecido por la
ley. Por caducidad, en cambio, se entiende la extinción ipso jure de la facultad de ejercer un
derecho o de celebrar un acto, como resultado de no haberse ejercido ese derecho o de no
haberse celebrado el acto dentro de un plazo preestablecido en la norma legal”.
“Que, al analizarse el contenido y alcance de la prescripción extintiva, se observa como
condición para que ella opere la inactividad o silencio de los involucrados en la relación
jurídica, durante el período indicado en la ley. Semejante situación de inactividad puede,
empero, romperse ya sea por el acreedor al entablar demanda judicial reclamando su
derecho, acto que entraña una interrupción civil, o bien por el propio deudor, mediante el
reconocimiento de la existencia de la obligación, entendiéndose que ello constituye una
interrupción natural de la prescripción”.
31
Veáse Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; páginas 176 a 178 (parrafo 199); y Rozas Vial,
Fernando; Derecho Civil. Los bienes; Distribuidora Forense; 1984; 1ª edición; páginas 275 y
276 (“¿Cómo puede hacerse valer la prescripción?”).
42
El artículo 2495 C.C. dispone que sólo puede renunciarla el que puede
enajenar. A este respecto don Fernando Rozas Vial señala que como la
prescripción opera de pleno derecho, la renuncia es un acto de disposición
que hace salir un bien del patrimonio del prescribiente, y que constituye un
acto de liberalidad y de enajenación. En cambio, quienes opinan que no
opera de pleno derecho, afirman que la renuncia de la prescripción no hace
salir ningún bien del patrimonio; sólo consistiría en un acto abdicatorio, por
el cual el que puede aprovecharse de la prescripción manifiesta su voluntad
de no hacerlo.
Si bien es cierto que la norma del artículo 2496 C.C. se encuentra más
relacionada con la prescripción extintiva o liberatoria, de ella se desprende
que la renuncia sólo es oponible al que la hace.
LA PRESCRIPCION ADQUISITIVA
En cambio, don Fernando Rozas Vial piensa que las cuotas de los
comuneros son prescriptibles, que un comunero puede poseer la cuota de
otro. Agrega que “puede haberla usurpado, o puede haberla comprado; por
ejemplo, a una persona que se ha hecho pasar por mandatario del supuesto
vendedor”.
En relación con este requisito, cabe tener presente que hay actos a los
cuales la ley no les atribuye el valor de posesión, para los efectos de
adquirir mediante prescripción: a los actos de “mera facultad” y de “mera
tolerancia” (artículo 2499 C.C.). Los primeros son los que cada cual puede
ejecutar en lo suyo, sin necesidad del consentimiento de otro; y los
segundos, son los que cada cual puede permitir a un extraño sin que
importen gravamen.
32
Veáse Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; páginas 180 y 181 (párrafo 204).
44
LA POSESION
No se puede ser dueño de una cosa por varios títulos (sólo se puede
adquirir por un modo), puesto que el dueño no puede adquirir un dominio
que ya tiene.
33
“Corte de Temuco, 23 de septiembre de 1965. Rev., t. 63, sec. 2ª, pág. 104.
Doctrina. Para que proceda la accesión de posesiones es requisito fundamental que
entre el antecesor y el sucesor en la posesión existan relaciones jurídicas de las cuales el
actual poseedor derive sus derechos verdaderos o aparentes en la cosa. En las simples
posesiones de hecho, como la del ladrón, el usurpador, el ocupante o el falso heredero, no
cabe la accesión de posesiones.
Comentario. El art. 717 del Código Civil permite la accesión de posesiones como un
medio de facilitar la operatividad de la prescripción al poseedor. Pero es requisito esencial
de esta agregación posesoria que el sucesor derive sus derechos del antecesor, siendo su
causahabiente (Casación, 3 de mayo de 1966. Rev., t. 63, sec. 1ª, pág. 169)”; (Rioseco
Enríquez, Emilio; ob. cit. 28; págs. 211 y 212).
34
Véase Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; páginas 144 a 147 (párrafos 156 y 157); y
Rozas Vial, Fernando; ob. cit. 31; página 249 (“Naturaleza jurídica de la posesión”).
35
Veáse Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; página 241 (párrafo 271).
45
El artículo 701 C.C. expresa que se puede poseer una cosa por varios
títulos.
1.- Es absoluta.
2.- Es perpetua.
3.- Es inmutable, según lo confirmarían los artículos 716, 719 inciso 2° y 730
C.C.
Por otra parte, tal como afirma don Daniel Peñailillo Arévalo “si
el tenedor adquiere el dominio de la cosa de parte de quien se la había
entregado en mera tenencia (“traditio brevi manu”) o de un tercero, más
que de interversión, se estaría en presencia de una adquisición de posesión
por tradición”.
VENTAJAS DE LA POSESION
1.- Habilita para llegar a adquirir el dominio por prescripción (artículo 2492
C.C.).
LA COPOSESION
CLASES DE POSESION
POSESION REGULAR
Para don Fernando Rozas Vial “el artículo 703 C.C., que debió referirse
a los títulos de la posesión, es confuso ya que clasifica los títulos desde el
punto de vista del dominio”. Se puede contestar que la definición de justo
título y sus clasificaciones están orientadas al dominio porque la posesión
implica una convicción de tal.
Don Daniel Peñailillo Arévalo comenta que “en cada caso tendrá que
apreciarse la envergadura y su consecuente influencia en el conjunto,
porque puede haber algunas que se efectúen con intención de corregir un
defecto ortográfico o terminológico que, objetivamente, constituye
falsificación, pero que no afecta la autenticidad del acto en sus caracteres
fundamentales”. Agrega que también “es concebible que un documento
incluya varios actos jurídicos independientes, de modo que la falsificación
de uno no justifica, necesariamente, dar por falsificada la totalidad.
Recuérdese que aquí se está tratando la falsificación del título posesorio, es
decir, el antecedente que explica o justifica la posesión; por tanto, si ese
antecedente consta en un documento junto a otros actos y se ha falsificado
el contenido de alguno de éstos, puede concluirse que aquél no está
falsificado y, por ende, que el título es justo. Incluso, así, como existe la
nulidad parcial, para actos que pueden descomponerse en secciones
independientes, en los que una parte puede adolecer de un vicio y no el
resto, así también podría ocurrir con las falsedades”.
36
Veáse Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; páginas 153 a 155 (párrafo 166); y Rozas Vial,
Fernando; ob. cit. 31; páginas 250 a 253 (“La posesión de los bienes hereditarios y de las
especies legadas”).
49
D.- El putativo (artículo 704 nº 4 en relación con los artículos 1269 y 2512
C.C.).
El mismo autor citado, señala que “con la noción de título putativo que
se ha dado, podría estimarse que con este número queda dislocado todo el
precepto: o es inoficioso este número, porque si se prueba que un título
invocado no existe, no es necesario calificarlo de putativo, ni siquiera
mencionarlo; o serían inoficiosos los Nºs 1 y 3; en un determinado caso, si
queda establecido que un pretendido título es falsificado o nulo, el poseedor
quedará sin título. En último término, con cualquiera de las dos alternativas,
estrictamente no hay título.
POSESION IRREGULAR
POSESIONES VICIOSAS
deducir oposición a la posesión y no por los terceros para quienes ella fue
pública u ostensible; y subsanable, en cuanto una posesión clandestina
puede transformarse en posesión tranquila si el detentador la ejerce sin
ocultamiento de ninguna especie”.
A.- Adquisición.
Estamos de acuerdo con don Fernando Rozas Vial, quien estima que
esta posesión “será siempre irregular porque el que se apodera del
inmueble sabe que pertenece a otra persona, natural o jurídica, o al Fisco
(art. 590), luego, siempre, va a estar de mala fe”. A este respecto se debe
tener presente que hay fallos de nuestros tribunales que han sentado la
54
doctrina de que el art. 590 del C.C., “al establecer que son bienes del Estado
todas las tierras que estando situadas dentro de sus límites carecen de otro
dueño, se refiere únicamente al dominio y no a la posesión. En
consecuencia, el Fisco debe probar su posesión”37. Lo que sucede es que la
ley es título y modo originario para adquirir el dominio, no siendo necesaria
ninguna inscripción para entrar en posesión del bien, lo que no obsta a que
el poseedor deba acreditar que mantiene el corpus y el animus (art. 700 del
C.C.).
Por nuestra parte coincidimos con aquellos que sostienen que ello es
posible, por aplicación de lo dispuesto en el art. 708 del C.C. en relación con
el art. 702 del mismo Código. El art. 724 del C.C. sólo se está refiriendo a los
inmuebles inscritos. Esta última afirmación se ve confirmada por lo
dispuesto en los siguientes artículos del Código Civil: 728 inc. 2º a contrario
sensu, 729 y 730, cuyo inc. 1º se refiere a los muebles y a los inmuebles no
inscritos, y su inc. 2º a los inmuebles inscritos. Además, se puede agregar
41
Corte de Apelaciones de San Miguel, 21 de agosto de 1995. Gaceta Jurídica Nº 182, pág.
83. Por su interés se reproducen los considerandos 5º y 8º de esta sentencia:
“Que las normas del artículo 688, 722 y 955 del Código Civil son útiles a la pretensión del
Fisco en cuanto éste oportunamente haga uso de los derechos que le otorga el artículo 955
del Código Civil. Si no lo hace, evidentemente corre el riesgo de que otra persona se haga
cargo de la herencia, actúe como señor y dueño de ella y, cumplidos los demás requisitos,
invoque la prescripción, que es lo que ocurrió en el caso de autos.
La “posesión legal” que menciona el artículo 688, no libera de la obligación de solicitar
al juez la posesión efectiva de la herencia, ni habilita por si sola para prescribir, ni impide
que otros interesados puedan prescribir” (considerando 5º).
“Sobre la alegación consistente en que son requisitos para la adquisición por
prescripción del derecho real de herencia, tener la calidad de heredero, o ser heredero y ser
poseedor de la herencia, debe tenerse presente que a quien es heredero le basta con
solicitar al Tribunal que le otorgue la respectiva posesión efectiva, por lo que tal calidad no
es requisito para adquirir tal derecho real. En cuanto al segundo requisito, la actora
demostró suficientemente que mantuvo la posesión de la herencia. Respecto del primer
requisito que indica el Fisco, cabe hacer notar que pugna con lo dispuesto en el artículo
2510 del Código Civil, que permite la prescripción extraordinaria aunque no exista título
alguno” (considerando 8º).
42
“La Corte Suprema ha declarado precisamente que los legatarios no representan la
persona del causante y no cabe, en consecuencia, concederles la posesión efectiva”
(“Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo XXII, sección 1ª, pág. 161”); (jurisprudencia
citada por Somarriva Undurraga, Manuel; Derecho Sucesorio; ob. cit. 40; tomo I; pág. 283).
43
De acuerdo con el art. 704 nº 4 del C.C., al legatario putativo le servirá de justo título el
correspondiente acto testamentario que haya sido judicialmente reconocido.
56
b) Si enajena el inmueble.
c) Cuando alguien usurpa el inmueble (artículos 729 y 731 C.C.). Aquí tiene
interés la alternativa de exigir o no inscripción, porque si se sostiene que es
necesaria, podría sostenerse que mientras el usurpador no inscriba, no
adquiere posesión.
Por otra parte, el artículo 729 C.C. sólo se refiere al poseedor violento
o clandestino; hay que concluir que con mayor razón se perderá la posesión
en la situación de un usurpador pacífico.
El Párrafo 6º del Título VIII, del Libro II, del Código Penal, se refiere al
delito de usurpación.
44
“Casación, 7 de agosto de 1915. Rev., t. 13, sec. 1ª, pág. 465.
Doctrina. La inscripción es requisito para adquirir la posesión de un bien raíz, en virtud
de título traslaticio de dominio.
Comentario. Esta doctrina se aplica, obviamente, a los inmuebles inscritos, ante el
precepto perentorio del art. 724 del Código Civil, sea que se adquiera posesión regular o
irregular.
Pero, tratándose de los inmuebles no inscritos, numerosos autores sostienen que los
preceptos de los arts. 702, 708, 726, 728 inc. 2º, 729 y 730 inc. 1º del Código Civil
constituyen una excepción respecto al art. 724, en cuanto permiten adquirir la posesión
irregular del inmueble no inscrito sin necesidad de inscripción, aunque el título sea
traslaticio.
Es decir, en estos casos, la entrega material del predio puede bastar para atribuir
posesión irregular aunque no haya tradición del dominio por faltar la inscripción (arts. 726,
729, 730 inc. 1º y 686 del Código Civil), y dicha posesión irregular habilita para adquirir el
dominio por prescripción extraordinaria (arts. 2510 y 2511 del Código Civil) (Corte de
Santiago, 4 de julio de 1963. Rev., t. 60, sec. 1ª, pág. 403)”; (Rioseco Enríquez, Emilio; ob.
cit. 28; pág. 76).
“Casación, 31 de agosto de 1972. Rev., t. 69, sec. 1ª, pág. 146.
Doctrina. Son plenamente eficaces los contratos sobre bienes raíces no inscritos; y ellos
constituyen causa o antecedente que habilita para adquirir el dominio, o sea, requisito
legalmente necesario para que valga y opere el modo de adquirir denominado tradición. Es
error afirmar que, antes de la tradición, sean sólo un antecedente de hecho sin valor
jurídico.
Comentario. La prueba más acertada de esta doctrina es el precepto del art. 693 del
Código Civil, que, precisamente, exige título traslaticio para operar la transferencia del
dominio de un inmueble no inscrito, mediante las formalidades de publicidad exigidas en la
primera inscripción.
Otra cosa es, discutible en doctrina, si siempre se exige inscripción para adquirir la
posesión del inmueble no inscrito, sea ésta regular o irregular, …” (Rioseco Enríquez,
Emilio; ob. cit. 28; págs. 75 y 76).
57
A.- Adquisición.
inscripción a nombre del causante, ésta se extiende por ficción legal a sus
herederos. En todo caso, no cabe duda que al practicarse la inscripción
especial de herencia (art. 688 nº 2 del C.C.), se consolidará la posesión de
los inmuebles hereditarios en los herederos.
Sin embargo, hay autores que conceden mayor valor a las situaciones
reales y estiman que si se invoca un título traslaticio de dominio es posible
adquirir la posesión irregular sin inscripción, según lo confirmarían los
artículos 702, 708, 729 y 730 C.C.
46
A propósito de “La inscripción como garantía de la posesión de los inmuebles”, se pueden
consultar diversos fallos sobre cancelación de inscripciones en Sepúlveda Larroucau, Marco
Antonio; ob. cit. 26; páginas 181 a 188 (“La inscripción como garantía de la posesión de los
inmuebles”).
59
En el art. 730 inc. 2º del C.C. se establece una situación especial, que
más de alguna duda doctrinaria y jurisprudencial ha originado. Esta norma
dispone que “con todo, si el que tiene la cosa en lugar y a nombre de un
poseedor inscrito, se da por dueño de ella y la enajena, no se pierde por una
parte la posesión ni se adquiere por otra, sin la competente inscripción”. La
duda principal radica en el significado de la expresión “competente
inscripción”.
Don Emilio Rioseco Enríquez, quien cita diversos fallos en uno y otro
sentido, señala que “hasta el año 1946 la Corte Suprema mantuvo esta tesis
(la primera que hemos explicado), con la excepción de escasas sentencias
…, pero a partir de ese año ciertas sentencias de casación y quejas
comenzaron a reconocer que la inscripción del adquirente podía estar
desvinculada de la del poseedor inscrito, exigiendo la concurrencia de los
requisitos que, con arreglo al art. 730 inc. 2º, posibilitan la sustitución
posesoria, y negándola cuando no concurrían”47.
d) Inscripciones de papel.
PRUEBA DE LA POSESION
que autoriza el artículo 728 del Código Civil” (R.D.J., tomo 28, sección 1ª, página 252).
49
Se pueden consultar algunas sentencias en Rioseco Enriquez, Emilio; ob. cit. 28; págs. 88,
115 y sgtes.
61
De acuerdo con el art. 924 del C.C., “la posesión de los derechos
inscritos se prueba por la inscripción y mientras ésta subsista, y con tal que
haya durado un año completo, no es admisible ninguna prueba de posesión
con que se pretenda impugnarla”. Esta norma nos merece los siguientes
comentarios:
Algunos han sostenido que el art. 924 del C.C. se aplica a la prueba de la
posesión de todos los derechos reales inmuebles, menos a la del dominio,
que se rige por el art. 925 del C.C. Otros, en cambio, han señalado que el
art. 924 del C.C. sólo se refiere a la prueba de la posesión de los bienes
raíces inscritos y el art. 925 del C.C., a los no inscritos.
Por nuestra parte, creemos más correcta aquella posición que considera
que tales preceptos no son totalmente incompatibles, haciéndose necesario
en algunos casos recurrir a ambos, más aún si don Andrés Bello tenía la
convicción de que en alguna época todos los inmuebles estarían inscritos.
Entre los casos que se señalan en que podría aplicarse el art. 925 del C.C. a
los inmuebles inscritos, se citan los siguientes: inmuebles cuya inscripción
no ha durado un año completo, inmuebles con inscripciones paralelas
vigentes, inmuebles cuyos deslindes inscritos se superponen a los que
aparecen en la inscripción de otro inmueble colindante, inmuebles cuyos
deslindes no aparecen claramente determinados en los títulos inscritos y
para calificar, derechamente, a una inscripción como de papel.
INTERRUPCION DE LA PRESCRIPCION
El artículo 2501 C.C. nos indica lo que debe entenderse por posesión
no interrumpida.
50
“Corte de Santiago, 3 de agosto de 1939. Rev., t. 38, sec. 1ª, pág. 39” (citada por Rioseco
Enríquez, Emilio; ob. cit. 28; pág. 150).
51
Corte de Apelaciones de Temuco, 20 de septiembre de 2001, rol nº 1.686-01 (la Corte
Suprema declaró inadmisible el recurso de casación, el 26 de agosto de 2002, Rol Nº 4.173-
01): “La inscripción en el Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces de un
inmueble, no comprueba necesariamente que pertenezca en dominio a su titular, lo que
ocurriría si el tradente o el antecesor hubiere tenido la posesión que transmite. Si ello no se
realizó, la inscripción se transforma en lo que se ha denominado “inscripción de papel”,
porque se refiere a un bien que nunca se ha poseído”.
63
Es evidente que la puede hacer valer todo el que tiene interés en ello.
Se trata de hechos que se producen respecto de todo el mundo, por cuanto
afectan la existencia misma de la posesión.
El inciso final del artículo 2509 C.C. agrega que la prescripción entre
cónyuges se suspende siempre. La armonía matrimonial, el título de mera
tenencia que significa para el marido el usufructo legal que tiene sobre los
bienes de la mujer, el evitar que se celebren donaciones irrevocables y en
general, para velar por el adecuado funcionamiento de la sociedad
conyugal; constituyen el fundamento de tal norma jurídica, la que es común
a la mayoría de las codificaciones.
Basta para ella posesión irregular, y se exige posesión por diez años
(artículos 2510 y 2511 C.C.).
55
El antiguo inciso prescribía lo siguiente: “No se suspende la prescripción a favor de la
mujer divorciada o separada de bienes, respecto de aquellos que administra”.
56
Véase Peñailillo Arévalo, Daniel; ob. cit. 1; páginas 184 y 185 (párrafo 209).
66
De acuerdo con los artículos 2498 inciso 2° y 2512 C.C., a los otros
derechos reales se aplican las mismas reglas que para el dominio, salvo
respecto de la herencia, el censo y las servidumbres
LA SENTENCIA DE PRESCRIPCION
VI.- LA LEY
1) En virtud del artículo 590 C.C., las tierras que estando situadas dentro de
los límites territoriales carecen de otro dueño, son bienes del Estado.
57
Citado en Fundación Fernando Fueyo Laneri; Estudio sobre reformas al Código Civil y
Código de Comercio; cuarta parte; Derecho Registral Inmobiliario; Editorial jurídica de Chile;
2003; 1ª edición; página 17.
58
Fundación Fernando Fueyo Laneri; ob. cit. 57; páginas 17 y 18.
69
59
Citado por Manzano, A. y Manzano, M.; Instituciones de Derecho Registral Inmobiliario;
Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España; Madrid; 2008; p.147.
60
Lasarte, C.; Derechos reales y Derecho hipotecario. Principios de Derecho civil V; Marcial
Pons Ediciones Jurídicas y Sociales S.A.; Madrid - España; 2009; 7ª edición; tomo 5°; p. 252.
70
Al igual que en el caso de muchas otras instituciones que son fruto del
ingenio de uno de los más grandes humanistas de habla hispana del siglo
XIX, don Andrés Bello López, venezolano de nacimiento y chileno por gracia;
nos encontramos ante un sistema con rasgos originales o, bien, que
constituye una variante de algún sistema conocido de la época, que,
precisamente, por razones de prudencia o de otra naturaleza aconsejaron
no copiar totalmente. Por lo demás, así se reconoce en el Mensaje del
Código Civil: “La institución de la que acabo de hablaros se aproxima a lo
que de tiempo atrás ha existido en varios estados de Alemania y que otras
naciones civilizadas aspiran actualmente a imitar. Sus buenos efectos han
sido ampliamente demostrados por la experiencia”62.
Por lo tanto, ya las fuentes nos muestran que nuestro legislador tuvo
por modelo principal los sistemas registrales más emblemáticos de
derechos. Al igual que en el sistema alemán, en Chile la inscripción es
necesaria para la constitución de todo derecho real, con excepción de las
servidumbres (artículos 686 y 698 del Código Civil). Entonces, ¿dónde
estuvo la principal variante?
1.- Publicidad.
69
Don Manuel Somarriva Undurraga (Derecho Sucesorio; ob. cit. 40; 2003; 6ª edición; tomo
I; página 284), comenta que “podría pensarse que esta forma de entrega no es ni siquiera
necesaria y que bastaría practicar la inscripción a nombre del legatario con la sola
presentación del testamento. En efecto, el legatario de especie o cuerpo cierto adquiere la
cosa legada por el solo fallecimiento del causante; su título de dueño emana de éste y no
de los herederos”. “Sin embargo, la jurisprudencia ha solido sostener que, si bien el
legatario de especie adquiere el legado por sucesión por causa de muerte, no puede entrar
en posesión del mismo sin que se le haga entrega del bien legado, que tratándose de
inmuebles se efectúa por la inscripción en el Conservador de Bienes Raíces”.
70
Manzano, A. y Manzano, M.; op. cit. 59; p. 245.
75
4.- Requisito (artículo 724 del Código Civil), garantía (artículos 728 y 2505
del Código Civil) y prueba (artículo 924 del Código Civil) de su posesión, lo
cual, en cuanto a su veredero sentido y alcance, no ha estado exento de
discusiones, según ya lo hemos visto.
Más allá de las posibles conclusiones a las cuales puedan llegar ciertas
interpretaciones, en nuestro sistema inmobiliario no puede caber duda
alguna de que la posesión inscrita juega un rol fundamental. Por lo demás,
así se encarga de señalarlo el mismo Mensaje del Código Civil: “La
inscripción es la que da la posesión real efectiva; y mientras ella no se ha
cancelado, el que no ha inscrito su título, no posee; es un mero tenedor.
Como el Registro Conservatorio está abierto a todos, no puede haber
posesión más pública, más solemne, más indisputable, que la inscripción. En
algunas legislaciones la inscripción es una garantía, no sólo de la posesión,
sino de la propiedad; más para ir tan lejos hubiera sido necesario obligar a
todo propietario, a todo usufructuario, a todo usuario de bienes raíces a
inscribirse justificando previamente la realidad y valor de sus títulos; y claro
está que no era posible obtener este resultado, sino por medio de
providencias compulsivas, que producirían multiplicados y embarazosos
procedimientos judiciales, y muchas veces juicios contradictorios, costosos y
de larga duración. No dando a la inscripción conservatoria otro carácter que
el de una simple tradición, la posesión conferida por ella deja subsistentes
los derechos del verdadero propietario, que solamente podrían extinguirse
por la competente prescripción”.
71
Lamentablemente, entre nosotros, no siempre es respetado, tal como acontece, por
ejemplo, en materia de servidumbres, arrendamiento, cesión del derecho real de herencia y
bienes familiares, según lo hemos explicado a propósito de “Algunas situaciones que
atentan contra el rol de publicidad de la inscripción”, en Sepúlveda, M.; Estudio de títulos
de inmuebles; op. cit. 26; p.p. 143 a 170.
76
812 C.C. en relación con el artículo 767 del mismo Código); del censo
(artículo 2027 C.C.); y de la hipoteca (artículos 2409 y 2410 C.C.); de
servidumbres de alcantarillado en predios urbanos (artículo 1 Ley Nº 6.977
de 1941); y en las donaciones irrevocables (artículo 1400 del C.C.).
LOS CONSERVADORES
72
En este mismo sentido don Fernando Rozas Vial, al tratar el usufructo. En general, en
aquellos casos en que el legislador ha elevado algún trámite registral a la calidad de
solemnidad de un determinado acto o contrato, ha fijado un plazo fatal para hacerlo; así,
por ejemplo, ocurre en el caso de las inscripciones y publicaciones que prescribe la
legislación mercantil para las sociedades.
77
1.- El Repertorio.
73
Véanse artículos 50, 51 y 69 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces.
74
Véase artículo 49 del Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces.
75
Por ejemplo, véase artículo 74 C.T.
78
Por nuestra parte, luego de haber vuelto a analizar una vez más este
tema con ocasión de dos informes en derecho que nos correspondió emitir
en relación a temas vinculados con esta materia (uno para ser presentado a
un banco de la plaza y otro a un juicio civil), debemos reconocer que hemos
cambiado de opinión respecto de lo afirmado en otra oportunidad, en orden
a considerar que “la única solución posible es considerar al adquirente como
un poseedor”. En efecto, hemos llegado a la conclusión de que la solución
en torno a la que se ha uniformado nuestra Corte Suprema es la correcta: la
sanción es la señalada en el artículo 69676 - 77.
76
Nuestra opinión aparece explicada con mayor detalle en Sepúlveda Larroucau, Marco
Antonio; Temas de Derecho Inmobiliario; ob. cit. 21; páginas 176 a 181 (“IV.- La sanción por
la omisión de las inscripciones exigidas en el artículo 688 se encuentra en el artículo 696”).
77
Así, por ejemplo, RDJ, tomo 10, sección 2ª, página 54; tomo 23, sección 1ª, página 129;
tomo 27, sección 1ª, página 78; tomo 28, sección 1ª, página 205; tomo 75, sección 1ª,
página 442; y tomo 98, sección 1ª, página 112.
80