USURPACION
USURPACION
USURPACION
USURPACION
INTRODUCCION
Si se ha dicho que en los injustos de hurto y de robo el objeto material del delito es
un bien mueble, en los injustos de Usurpació n el objeto material es un bien
inmueble, pero ello no quiere decir, que el comportamiento prohibido supone la
apropiació n de un bien inmueble, sino el ius posessionis, la tenencia del bien,
cuando la víctima es despojada del ejercicio de un derecho real; la naturaleza
misma de las cosas hace imposible la acció n de apoderamiento, dada su
inamovilidad, la que resulta reemplazada, en términos generales, por el acto de
ocuparlas desplazando al que las tiene en su poder 1. Má s cabe también anotar que
mediante el delito de estafa, una persona puede perder la propiedad de un bien
inmueble, cuando se utiliza el fraude, ardid o engañ o.
Ahora bien, con lo dicho, no se quiere decir, que el Derecho penal tenga que
intervenir ante todo ataque a la posesió n de un bien inmueble, pues para que
pueda garantizarse su legitimació n en esta esfera de la criminalidad, se requiere
identificar un plus de sustantividad, que ha de sostenerse sobre los medios
comisivos que emplea el agente para perpetrar el injusto, nos referimos a la
violencia, la amenaza y el abuso de confianza, tal como se desprende del artículo
202 del C.P.., de no ser así estaríamos contraviniendo los principios de
subsidiariedad y de ultima ratio2.
Peñ a Cabrera señ ala que la usurpació n se caracteriza por incidir exclusivamente
sobre bienes inmuebles, resueltamente es una forma de ataque contra el
patrimonio inmobiliario, por lo que el bien jurídico es el tranquilo disfrute de los
1
FONTAN BALESTRA, CARLOS; Derecho Penal, Parte Especial, p.581
2
PEÑA CABREA FREYRE, RAUL; Derecho Penal, Parte Especial; p. 432.
3
SOLER, SEBASTIAN; Derecho Penal Argentino, T. IV, p. 484.
bienes inmuebles, entendido éste como la ausencia de perturbació n en el ejercicio
de la posesió n o de cualquier derecho real sobre los mismos4.
4
PEÑA CABRERA, RAUL; Tratado de Derecho Penal, Parte Especial; p. 496.
5
CREUS, CARLOS; Derecho Penal, Parte Especial, T. I, p. 590.
6
ROJAS VARGAS, FIDEL, Jurisprudencia Penal…, p. 624.
una perturbació n de él), ya que es imposible que se pierda la disponibilidad del
inmueble7.
II.A.-BIEN INMUEBLE
Como se sostuvo en el estudio dogmá tico del delito de hurto, bienes muebles son
todos aquellos susceptibles de ser valorados econó micamente en el mercado, que
pueden ser trasladados de un lugar a otro, como los semovientes o animales,
objetos, muebles, etc. En oposició n a los anteriores, son inmuebles aquellos bienes
que no pueden transportarse de un lugar a otro sin que se destruyan (no tienen la
particularidad de los muebles). Generalmente se encuentran adheridos al suelo, o
en todo caso participan de la inamovilidad de éste. Por ejemplo, una casa, un
predio rú stico, las minas, etc8.
Segú n el artículo 885° del C.C., modificado por la Ley N° 28677 del 01 de junio del
2006, se consideran bienes inmuebles: el suelo, el subsuelo y el sobresuelo, el mar,
los lagos, los ríos, los manantiales, las corrientes de agua y las aguas vivas o
estanciales, las minas, canteras y depó sitos de hidrocarburos y las naves y
aeronaves.
Por lo antes dicho, habrá que afirmar, que mientras el sujeto activo de la
acció n típica se mantenga en posesió n ilícita del objeto material del delito, se va a
configurar un estadio antijurídico, el cual se prolongará en el tiempo durante su
ilícita posesió n; este estadio, supone una afectació n de los derechos reales del
sujeto pasivo mientras dure ese estado antijurídico, por lo tanto, no vemos
objeció n para considerar al delito de usurpació n y actividades típica conexas, como
un delito permanente.
11
PADRO SALDARRIAGA, VICTOR; Todo sobre el Código Penal. Tomo I, p. 162.
12
MUÑOZ CONDE; Derecho Penal. Parte Especial, p. 352.
13
OCTAVIO TOLEDO Y UBIETO, EMILIO Y HUERTO TOCILDO, SUSANA; Derecho Penal. Parte
General: Teoría Jurídica del delito, p. 162.
su intencionalidad14, de ahí que se pueda ejercer la acció n penal en plazos
temporales idó neos. La temporalidad dilatada -argumenta Peñ a Cabrera-
fundamentalmente, aleja los posicionamientos de creer encontrar en este precepto
exclusivamente el delito instantá neo15.
Podrá ser cualquier persona, el tipo penal in comento no exige una cualidad
específica para poder ser considerado autor a efectos penales. Es un delito comú n,
donde los elementos en que se funda la punibilidad pueden ser trasladados sin
ningú n problema al hombre de atrá s, por lo que la auto ría mediata resulta
plenamente admisible. Segú n la descripció n del inc. 1), el agente puede ser un co-
posesionario.
En este caso lo será todo aquel que ejercer la posesió n, la tenencia real del bien
inmueble al momento de la acció n punible (tempus comissi delictl), al margen del
título dominical que pueda presentar o, en cuanto al derecho por el cual asienta su
posesió n sobre el inmueble; lo que no obsta a que se pueda incluir al propietario
poseedor. Puede tratarse, entonces, de un tenedor legítimo o ilegítimo, inclusive el
precario es objeto de protecció n por el derecho punitivo.
USURPACION DE AGUAS
I.- TIPO PENAL
El que, como el fin de obtener para sí o para otro un provecho ilícito con
perjuicio de tercero, desvía el curso de las aguas públicas o privadas, impide
que corran por su cauce o las utiliza en una cantidad mayor de la debida, será
reprimido con pena privativa de la libertad no menor de uno ni mayor de tres
año
En la construcció n del tipo penal se observa que el legislador ha hecho uso de tres
verbos rectores, desviar, impedir y utilizar. Estos tres verbos sirven para concluir
que el tipo penal recoge tres conductas punibles.
El perjudicado con la acció n del agente también puede ser cualquier persona,
pudiendo ser natural o jurídica. Aquí debe precisarse que si el objeto del delito son
las aguas privadas, el sujeto pasivo será una persona natural o jurídica particular;
en cambio si el objeto de la conducta punible son las aguas pú blicas, los agraviados
será n el Estado y los particulares perjudicados.
De la lectura del tipo penal se desprende que estamos ante un delito netamente
doloso. No es posible que la presente conducta punible se realice por negligencia o
por culpa. Es decir, el agente o autor actú a con conocimiento y voluntad de realizar
las acciones de desviar, impedir o utilizar el agua en una cantidad mayor a la
debida con la finalidad de causar perjuicio al sujeto pasivo.
Bajo esta hipó tesis agravante, se tomado en cuenta los medios que emplea
el agente para perpetrar el injusto. La utilizació n de armas de fuego, explosivos o
cualquier otro instrumento o sustancia peligrosa, genera un peligro concreto a los
bienes jurídicos fundamentales de las víctimas; pues si el autor coloca un explosivo
(dinamita) para poder derribar la puerta del bien inmueble y, así poder ingresar a
su interior y proceder a la desocupació n de sus poseedores, puede también
provocar lesiones de magnitud, inclusive la muerte y, si ello sucede ya estaríamos
hablando de un concurso delictivo con los tipos penales de lesiones o de
homicidios, que pueden ser atribuidos al agente a título de dolo eventual o de
imprudencia19.
Si las armas fueron empleadas para poder reducir a los ocupantes del
inmueble y, así apoderarse de bienes muebles, habría de apreciar la calificació n
jurídico-penal por Robo agravado.
Debe, entonces quedar claro, que las armas o los explosivos deben resultar
los medios, por los cuales se vale el agente, para destruir o modificar los linderos,
para lograr la desocupació n de los moradores del bien inmueble, para turbar la
posesió n o para desviar el curso de las aguas pú blicas o privadas, por lo que deben
tomar lugar en los actos ejecutivos del iter-criminis.
Esta forma de agravante tiene una mayor aplicació n en el caso del despojo,
que se hace alusió n en el inc. 2), esto es, cuando el poseedor es desocupado
mediante violencia y/o amenaza grave del bien inmueble.
21
PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial; T. II, p. 456
22
PEÑA CABRERA FREYRE, A.R.; Derecho Penal. Parte Especial; T. II, p. 456
23
PEÑA CABRERA, R., Tratado de Derecho Penal…, p. 560.
de ser adjudicados con arreglo a los procedimientos previstos en la Ley. Hoy en día
se manifiesta un fenó meno de mucho auge en los ú ltimos añ os, nos referimos a la
invasió n de tierras pú blicas y privadas, lo que obedece a la depresiva situació n
econó mica que sufre la mayoría de peruanos, que a duras penas pueden satisfacer
sus necesidades má s elementales. Situació n que es aprovechada por sujetos
inescrupulosos, que pretenden lucrar a costa de la necesidad ajena.
Existen ciertos bienes inmuebles que son de propiedad del Estado, tierras
que pueden encontrarse abandonadas o destinadas a la prestació n de servicios
sociales, es decir, a favor de la comunidad. Tomando en cuenta la situació n de
desamparo que padecen ciertos compatriotas, el Estado destina una serie de
inmuebles, para acoger estas personas má s necesitadas y, así darles abrigo y
alimentació n (asilos, jardines para niñ os abandonados); así también las escuelas,
colegios, instituciones educativas superiores, etc24.
Por otro lado, también son objeto de una tutela penal intensificada, aquellos
inmuebles que está n ocupados por comunidades campesinas o nativas, quienes en
razó n del reconocimiento jurídico que les concede la Carta Política, importa que se
declare la imprescriptibilidad de la propiedad de sus tierras, salvo en el caso de
abandono, las que pasan al dominio del Estado para su adjudicació n en venta, de
acuerdo a lo previsto en los artículos 88° y 89° de la C.P. E. El interés pú blico prima
ante el interés privado25.
EXP. Nº 16111-98
La conducta desarrollada por la procesada de haber colocado cerrojo a las rejas del
inmueble, impidiendo el acceso de la agraviada a efectos de retirar sus
pertenencias, constituye delito de usurpació n; no enervando la responsabilidad
penal el hecho de que el impedimento al acceso del inmueble arrendado que diera
origen al proceso penal haya sido superado.
EXP. Nº 2890-98
CONCLUSIONES
3.- Se requiere, de un terreno, edificado o no, que pueda ser ocupado y, que se
encuentre adherido al suelo, por lo que no pueden ser transportados, desplazados
de un lugar a otro.
4.- En tanto al sujeto pasivo, será todo aquel que pueda ejercer la posesió n, puede
tratarse de un tenedor legitimo o ilegitimo, inclusive el precario es objeto de
protecció n por el derecho punitivo.
6.- Ademá s será permanente en los delitos de usurpació n o despojo con ocupació n;
mientras que será instantá neo en el despojo de un derecho real sin ocupació n.
RECOMENDACIONES
DAÑOS
INTRODUCCION
El Titulo V del Libro del Có digo penal se refiere a los delitos contra el
patrimonio. En otros Có digos penales, estos delitos se agrupan en un mismo
capítulo bajo la rú brica de “Delitos contra la propiedad”. Nuestro legislador, en el
Có digo penal actual, manteniendo la misma rubrica del Có digo penal de 1924, ha
sido consciente de todas las dificultades que conlleva el empleo del término
“propiedad”, en la medida en que tal concepto no abarca todos los
comportamientos típicos acogidos bajo el Titulo V, de ahí que en la actualidad,
tanto en el á mbito penal como en el civil, se utilice en cuanto termino má s
apropiado el de “patrimonio”.
Así tendremos en el marco teó rico conceptual, una diferencia entre el hurto
y de la usurpació n, en que detallara cual es el fin que se persigue en el delito de
dañ os, se restringirá un concepto de propiedad, en cuanto a su funcionalidad y
valor econó mico rentable al legítimo propietario, que no es necesario que salga de
su esfera de custodia. Luego, se establecerá cual ha de ser el monto para que
configure el delito de dañ os, y no una falta. Se conceptualiza en qué consiste el
“dañ ar”, “destruir”, “inutilidad”. Que bienes se protegen si son muebles o
inmuebles, o ambos.
Es de verse que los bienes muebles y los bienes inmuebles, no só lo pueden ser
objeto de sustracció n y/o ocupació n ilícita, sino que al sufrir transformaciones
materiales, importa una lesió n al valor patrimonial que éstos detentan en el
mercado, es decir, al perder su intangibilidad, ornato y estructura corpó rea, son
objeto de una reducció n valorativa, que a su vez determina un detrimento en el
acervo patrimonial de un individuo. No só lo se provoca su desgaste nominal, sino
que en algunos casos, al perder sus propiedades funcionales, ya no está n en
condiciones de reportar las utilidades, ventajas y/o beneficios que su titular
esperaba obtener de aquél. Con ello estamos dando lugar a una tipificació n
especial autó noma, que se le conoce con la denominació n de «daños».
26
PEÑA CABRERA FREYRE, ALONSO R. Derecho Penal Parte Especial, T. II, pág. 460.
27
BAJO FERNANDEZ, M. y otros; Manuel de Derecho Penal. Parte Especial, pág. 503.
delito de índole material, mientras que el primero de los nombrados es de
peligro, no necesita verificarse para declarar su estado consumativo que el
bien haya sufrido un daño, basta para ello que desde una perspectiva ex -ante
se acredite su real puesta en peligro, una suficiente aptitud lesiva” 28.
Ahora bien, de igual forma que en el supuesto típico del Hurto, el legislador ha
fijado una zona delimitadora, entre aquellos comportamientos que son catalogados
como faltas y aquellos constitutivos de delito, en cuanto a la valoració n econó mica
del bien, lo que resulta acertado político criminalmente, amén de evitar
criminalizaciones innecesarias, lo que se ajusta plenamente a los principios de
subsidiariedad y de ultima ratio. En principio la frontera valorativa entre el injusto
penal y la falta, fue fijada en cuatro RMV, pero luego de la dació n de la Ley N°
28726 del 09 de mayo del 2006, fue bajada de forma significativa a una RMV,
producto del afá n penalizador del legislador, interesado en colmar las demandas
prisionizantes de ciertos sectores de la població n. La intenció n es clara: de
sancionar punitivamente una mayor gama de conductas y así extender la
propiedad hospedante de las cá rceles; pretensió n en puridad retributiva
incompatible con los límites garantísticos del ius puniendi estatal.
En lo que respecta a la naturaleza del dañ o, Peñ a Cabrera, nos dice que es
incuestionable que el daño civil y el daño penal comparten una franja común
pero también lo es que hay rasgos diferenciadores e insalvables; el daño civil
posee mayor radio de acción porque involucra los perjuicios morales y el lucro
cesante, resultados muy ambiciosos para la aprehensión penal 30.
Segundo punto a saber es que el bien debe ser «total o parcialmente ajeno»,
quiere decir esto, que el objeto debe tener jurídicamente a una persona como
dueñ o, por lo que no se puede hablar del delito de dañ os si es que el propietario
destruye, dañ a o inutiliza el mismo, aú n cuando éste se encuentre en posesió n de
un tercero. Pero, prescindiendo del caso del dueñ o mismo anota Soler, la cosa es
ajena para el autor independientemente del título en virtud del cual la tiene quien
la posea33. De igual forma las cosas de nadie, las de la naturaleza, no pueden ser
objeto de dañ o, mas si aquellos bienes perdidos sin necesidad de que el autor
conozca la identidad, basta que sepa que son ajenos.
Será n ajenos, entonces, aquellos que pertenecen a otro, que cuenta con un
reconocimiento jurídico que ampare el título dominical; aquellos que está n en
disputa judicial, mientras no se dé un pronunciamiento judicial firme, no podrá
afirmarse su propiedad, como el usucapiente que acciona un proceso de
prescripció n adquisitiva de dominio y si se dañ a el inmueble, puede ser
considerado como sujeto pasivo.
Se dice en la descripció n típica, que la ajenidad del bien que se dañ a puede ser
total o parcial. Podremos hablar de parcial, cuando el objeto a un condó mino,
donde coexisten varios copropietarios, siempre y cuando se haya producido
judicial o notarial mente la divisió n y partició n del bien; pues de no ser así, son
31
FONTAN BALESTRA C.; Derecho Penal. Parte Especial; pág. 596
32
PEÑA CABRERA, RAUL; Tratado de Derecho Penal, Parte Especial; pág. 582-583
33
SOLER, SEBASTIAN; Derecho Penal Argentino; T. IV; pág. 499
cuotas ideales indivisas, por ende, el agente no podría estar incurso en la figura
criminosa in examine.
Primero, el tipo penal en cuestió n hace menció n a la acció n de «dañ ar», aquella
consiste en la realizació n de actos materiales que provocan un menoscabo, una
afectació n a la estructura integral del bien, cuando se produce una visible
alteració n de su configuració n corporal. Con su acció n, el autor o el agente no
buscar ni destruir ni inutilizar el bien, lo ú nico que busca es deteriorarlo para que
no siga cumpliendo su finalidad normal y natural 34. Basta con desajustar una pieza
de una má quina, de un instrumento, en cuanto al uso que se ve disminuido o
alterado con la acció n dañ ina, así cuando se rompe una parte de su estructura,
v.gr., quiebra las patas de una mesa o cuando se vierte una sustancia corrosiva al
metal de una herramienta de trabajo; empero no se podrá estimar positivamente la
figura delictiva en aná lisis, cuando se pinta una pared de cierto color o se ensucia
un muro, en tanto pueden ser lavadas35, pero, situació n distinta aparecerá cuando
se plasma una pinta sobre una obra de arte. Los animales para ser dañ ados, han de
ser objeto de una lesió n que desencadene una afectació n a su salud, que de forma
desmejorada se exteriorice una dolencia en su sistema inmunoló gico, no aquellas
que sean propias para su domesticació n; sin que éstos puedan significar actos de
crueldad o maltrato, en tanto que aquellas conductas son constitutivas de una falta,
segú n lo previsto en el inc. 4) del artículo 450° del C.P. así como de la nueva
modalidad infractora contenida en el artículo 4500-A (in fine), incorporada por la
Ley N° 27265 del 22 de mayo del 2000. El maltrato, entonces para no ser delito, no
debe materializarse en una afectació n a la salud del semoviente.
Puede cometerse el injusto también por comisió n por omisió n 43; v.gr., cuando
el autor no realiza una acció n que estaba en obligació n de realizar, para evitar el
dañ o del bien; si está pintando la casa, usando tiner, liquido que cae sobre un
objeto, al cual debía remover. Debiéndose agregar el dolo.
En principio puede decirse que puede ser cualquier persona, pero si uno revisa
la redacció n normativa del artículo 205°, debe llegar a la conclusió n que desde un
aspecto negativo, debemos excluir al propietario, en tanto la ajenidad es un
elemento que define la materia prohibida. Sí podrá asumir dicha cualidad jurídico-
penal el poseedor no propietario, el tenedor, el usufructuario, el depositario, etc.
40
NUÑEZ, RICARDO; Derecho Penal Argentino. Parte Especial, T. V; p. 530.
41
BAJO FERNANDEZ, M. y otros; Manuel de Derecho Penal. Parte Especial, p. 507.
42
FONTAN BALESTRA, C.; Derecho Penal. Parte Especial; p. 597.
43
BAJO FERNANDEZ, M. ; Delitos de Daños; p.507
44
PEÑA CABRERA FREYRE, ALONSO R. Derecho Penal Parte Especial, T. II, pág. 466.
II.D.- SUJETO PASIVO
III.- ANTIJURICIDAD
El tipo es descriptivo: hay que dañ ar, destruir o inutilizar un bien, mueble o
inmueble, total o parcialmente ajeno para contravenir a su interés y configurar una
conducta antijurídica.
45
PEÑA CABRERA, RAUL; Tratado Derecho Penal…, II-A, ps. 585-586
46
BAJO FERNANDEZ, M. ; Delitos de Daños; p.597
o Causas de Justificación
Consentimiento del titular.
Si destruyo o inutilizo el bien con el consentimiento del titular del bien afectado,
siempre que:
El titular del bien tenga la capacidad jurídica para disponer libremente del
mismo (no haya otro titular má s que él, por ejemplo)
El consentimiento sea expreso, tá cito o presunto, sin vicio alguno.
Legítima defensa
Las cosas generalmente no pueden generar una agresión real, sin embargo los
Bienes Semovientes (animales) claramente pueden significar una amenaza (no
una agresió n) para el bien jurídico propio o ajeno en determinadas situaciones;
para poder proceder con su destrucció n o inutilizació n justificable en dichas
situaciones debe haber necesidad de defensa y racionalidad en los medios
empleados: ademá s no se debe haber provocado la situació n intencionalmente ni
debe haberlo hecho la persona a quien se defiende en caso de que obremos en
defensa de terceros.
Estado de necesidad
La destrucció n o inutilizació n del bien ajeno es justificable si es necesaria para
salvaguardar un bien jurídico propio o ajeno, de un peligro real, actual o inminente,
no ocasionado dolosamente por el agente, lesionando otro bien de menor o igual
valor que el salvaguardado, siempre que el peligro no sea evitable por otros
medios y el agente no tuviere el deber jurídico de afrontarlo.
Ejercicio de un derecho
Si por ejemplo: para defender mi derecho a la privacidad destruyo micró fonos
encontrados en mi casa: estoy obrando en forma legítima, pues la destrucció n era
el método racional a ser empleado.
Cumplimiento de un deber
La destrucció n o inutilizació n es consecuencia del cumplimiento de un deber
jurídico, siempre que exista la necesidad racional del medio empleado. V.g.: Si
siendo médico en una situació n de emergencia; requiero los medicamentos del
botiquín para dar atenció n a un herido y, al verlo cerrado procedo a romper la
puerta: se justifica dicha acció n.
IV.- LA CULPABILIDAD
En el caso de que el agente sin querer dañ ar la propiedad ajena, conjura una acció n
de suficiente aptitud de lesió n, conociendo perfectamente de su virtualidad
perjudicial.
Como anota Soler, la acció n de que la acció n es dañ osa y la voluntad de ejecutarla
no obstante ese conocimiento pueden o no ser el ú nico contenido subjetivo49;
puede revelarse un mó vil de venganza, de celo, de arrebato, etc., elementos propios
de la psicología que no interesan a efectos de dar por sentada la relevancia típica
de la conducta.
47
BACA CABRERA, DENYSE; ROJAS VARGAS Y NEYRA HUAMANS; Jurisprudencia Penal; T. IV; p.
506
48
PEÑA CABRERA, RAUL; Tratado Derecho Penal…, II-A, ps. 585
49
SOLER, SEBASTIAN; Derecho Penal Argentino; T. IV; pág. 506
50
PEÑA CABRERA FREYRE, ALONSO R. Derecho Penal Parte Especial, T. II, pág. 468.
VI.- CONCLUSIONES
VII.- RECOMENDACIONES
1.- Que la RMV, sea de 1 a 4, proporcionada a la situació n econó mica del sujeto
pasivo, a fin de evitar abultar este proceso.